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¿QUÉ HAY MÁS ALLÁ DE LO QUE HAY?

LA METAFÍSICA

-Autor desconocido. Ilustración que aparece en el libro de Camille Flammarion,


L’Atmosphere: Météorologie Pupulaire (Paris, 1888)-

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1.MÁS ALLÁ DE LA CIENCIA: LA PREGUNTA FILOSÓFICA POR LA
REALIDAD.

LA CIENCIA Y LA REALIDAD

A comienzos del siglo XIX, la ciencia ofrece la imagen generalmente admitida de eso
que llamamos realidad. Pero los descubrimientos y los logros de la ciencia abren la
puerta a enigmas cada vez más complejos.

En la Antigüedad, todo lo que hoy denominamos conocimiento era atribuido a la


filosofía, considerada la máxima forma de saber racional. Pero el progreso científico
hizo que muchos conocimientos siguieran un camino independiente de la filosofía.
Estos conocimientos se convirtieron en ciencias especializadas, y es la suma de todas
ellas la que nos ofrece una imagen cabal del mundo que nos rodea.

Sin embargo, hay cuestiones comunes a todas las ciencias que no se resuelven en un
laboratorio. Son problemas muy generales, que se encuentran más allá de toda
especialidad y que afectan a todas las ciencias: ¿Cuál es el origen de las cosas?, ¿hay
diferencia entre ser y existir?, ¿cuáles son los principios básicos de la realidad? ¿hay
algo que permanece en medio de los cambios y modificaciones de las cosas? Y sobre
todas ellas, una muy difícil de responder: ¿qué es la realidad? Todas son preguntas
que se encuentran más allá de la ciencia.

LO REAL Y LA ILUSIÓN

Eso de la realidad parece sencillo, pues nosotros somos reales y vivimos entre las cosas
reales que nos afectan. Ahora bien, algunas de estas cosas existen y otras no. Y ambas,
curiosamente, “son”. Es decir, forman parte de “lo que hay”.

Consideremos tres ejemplos:

1. Mi bolígrafo, mi instituto, mis amigos, mi familia, mis vaqueros, mi sudadera…


son objetos reales y existen, es decir, poseen una realidad concreta, que puedo
ver, tocar y sentir. Pero hay muchas otras cosas que son reales y no tienen esa
existencia tan inmediata: mis sentimientos, mis recuerdos, mis miedos; todos
ellos son reales, pero no tienen la misma existencia que los objetos materiales.
2. El asunto se complica más si pensamos que hay algunas cosas que no son
reales, pero lo parecen y tienen influencia en nuestras vidas. Pensemos en un
juego de consola, en lo que aparece en la pantalla d nuestro ordenador o
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nuestra televisión. Todas esas cosas no tienen existencia material, pero “son”
de alguna manera, es decir, forman parte de la realidad, la llamada realidad
virtual.
3. Por último, sabemos que hay ilusiones, alucinaciones, engaños. Algunos son
positivos, como los deseos o las esperanzas. Otros son negativos, como alas
alucinaciones, que nos ocultan la realidad verdadera y nos hacen creer que
ellas son la realidad. Pero ambos tienen relación con la realidad: son
producidos por ella y muestran hasta qué punto la realidad puede ser fuente de
engaños.

LA REALIDAD DEL MUNDO EXTERNO

Los problemas que se derivan de los ejemplos indicados han ocupado durante siglos el
trabajo de los filósofos y pueden ordenarse en una serie de posturas que permiten
situar nuestra relación con la realidad. Mencionaremos las más importantes:

a) REALISMO DEL SENTIDO COMÚN: hay un mundo real y exterior a nosotros que es
captado por los sentidos y analizado por la ciencia. Esta postura es la más habitual
y extendida.
b) ESCEPTICISMO: nuestros sentidos no nos proporcionan una imagen fiable del
mundo externo, muchas veces nos engañan y nos hacen ver u oír cosas que no son
reales. Por tanto, es preciso dudar de los datos que nos proporcionan los sentidos
acerca del mundo exterior.
c) IDEALISMO: cuando analizamos el mundo real sólo contamos con nuestras ideas
acerca del mundo. Por tanto, sólo existe el universo de nuestra mente y de
nuestras percepciones, únicamente existen nuestras “ideas” del mundo exterior.
El mundo sólo existe cuando lo percibo.
d) FENOMENISMO: no es posible ofrecer una imagen general del mundo, el mundo
real no es más que el conjunto de “fenómenos” sensoriales y percepciones que de
él podemos tener.

Estas posturas se encuentran en el origen de las discusiones acerca de la realidad y del


conocimiento del mundo exterior. La pregunta por la realidad es el objeto de una rama
especializada de la filosofía denominada metafísica.

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2.UN SABER RADICAL: LA METAFÍSICA
El estudio de los rasgos de la realidad y del ser se llama metafísica. Este es un nombre
de curioso origen pues en el siglo I a.C , los discípulos de Aristóteles ordenaron sus
obras y situaron los libros que trataron del ser y la realidad tras los dedicados a los
estudios de la naturaleza (physis): los llamaron “lo libros que están más allá de los
libros de la física.

LA METAFÍSICA COMO FILOSOFÍA PRIMERA

Aristóteles advirtió que “más allá” de los problemas que planteaba el estudio de los
fenómenos naturales era necesario analizar los aspectos comunes a todo lo real. Este
análisis era el objeto de la filosofía primera, que fue el primer nombre de lo que hoy
llamamos metafísica. También se le denomina ontología, ciencia del ser

La metafísica analiza los rasgos del ser en cuanto ser, del ser de “lo que es”, también
llamado “el ente” y se pretende identificar sus causas. Se pretende analizar y explicar
por qué una cosa es la que es, cuál es su esencia y cuáles son los principios que ña
constituyen.

“Del mismo modo que hay un objeto material detrás de cada sensación, hay también una
realidad metafísica tras todo aquello que la experiencia humana nos propone como real”
(Planck, M.: Autobiografía científica).

“La ambición postrera de la filosofía sería llegar a una sola proposición en la que se dijera toda
la verdad” (Ortega y Gasset, J.: Meditaciones del Quijote, “Prólogo”).

“La metafísica es esa ciencia que trata de las verdades generales que pueden servir como
principios a las ciencias particulares” (Melebranche, N.: Conversaciones sobre la metafísica y la
religión).

“Pretender que el espíritu humano renuncie de una vez por todas a las investigaciones
metafísicas, es como esperar que dejemos de respirar para no tener que respirar un aire
impuro” (Kant, I.: Prolegómenos a toda metafísica futura que pueda presentarse como ciencia).

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LA ACTITUD METAFÍSICA Y SUS RASGOS

Hay una serie de rasgos generales que caracterizan lo que puede denominarse la
actitud metafísica. Indicaremos cuatro especialmente importantes:

1) Es siempre un saber de principios: pretende analizar los primeros principios de


la realidad, aquellos de los que se derivan todos los demás y que permiten
comprender lo que queremos decir cuando pensamos que algo “es”.
2) Posee un carácter radical: analiza la “raíz” de la realidad y trata de encontrar lo
que constituye el ser de las cosas concretas. Obviamente, esto le permite
ejercer una crítica de tipo radical que no se detiene nunca.
3) Tiene una pretensión de totalidad: desde esta perspectiva, pretende superar
las diferencias de las cosas particulares. No e contenta con soluciones o
respuestas parciales ni con una especialización limitada. Quiere analizar el
conjunto de la realidad para encontrar su sentido. Muchas de las grandes
concepciones metafísicas desembocan en una imagen del mundo determinada,
que explica lo que se considera real.
4) Considera la realidad humana una referencia fundamental: todos los
problemas que analiza tienen como referencia el universo del ser humano. Y es
que, al intentar comprender la realidad, el ser humano pretende comprenderse
a sí mismo; es decir, pretende hallar el sentido de su realidad y de su existencia.

LOS GRANDES SISTEMAS FILOSÓFICOS Y LA INTERPREACIÓN DE LA


REALIDAD
A lo largo de la historia de la filosofía se han ido configurando diferentes modos de
entender la realidad, es decir, diferentes cosmovisiones del mundo, que han ejercido
una gran influencia histórica en Occidente. Estudiaremos algunos de los más
importantes indicando sus principios esenciales.

 PLATÓN: la realidad de las ideas.

En el siglo IV a.C , Platón propone uno de los más importantes sistemas metafísicos. Su
pensamiento tiene en cuenta reflexiones de filósofos anteriores como son: los
pitagóricos, con su doctrina acerca de la armonía y del alma; Heráclito de Éfeso, acerca
de su principio de que todo es cambiante; Parménides de Elea, cuyo núcleo filosófico
enuncia que la esencia del ser es único y no cambiante.

Platón defiende una postura dualista acerca de la realidad, piensa que existen dos
tipos de realidad diferentes. Por un lado, la realidad material, a la que llamará “mundo

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sensible”, que nos muestran los sentidos y que se encuentra sometida al cambio. Por
otro lado, una realidad inmaterial, a la que llamará “mundo inteligible”, la realidad de
los objetos de la razón y de las matemáticas, que no cambian nunca. Según el filósofo,
la verdadera realidad se encuentra en el mundo inteligible que está conformado por
Ideas. Estas Ideas son formas abstractas, sin realidad material, y que son eternas e
inmutables y que hacen posible la existencia del mundo sensible. Son la esencia, “el
ser”, de todo lo existente.

Las realidades materiales, propias del mundo y la experiencia sensible, son simples
copias de las Ideas, explicándose así la multiplicidad de la existencia de un tipo de Idea.

Ejemplo: existe la Idea de mesa, en el mundo inteligible y verdadero, que hace que, en
el mundo sensible haya diferentes tipos y formas de mesa, es decir, la Idea hace que
podamos identificar que es una mesa con independencia de sus características
materiales. La Idea es la esencia de la cosa material, es lo único verdadero pues es
universal e inmutable y hace que podamos reconocer la pluralidad en el mundo
material, que es cambiante.

Así el verdadero conocimiento sería del mundo real, el mundo inteligible, el mundo de
las Ideas.

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