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PRIMER PARCIAL DE DEONTOLOGÍA

Ética: La ética es una rama de la filosofía que tematiza el acto moral. Refiere a la
conducta del individuo que supone un acto reflexivo, un posicionamiento crítico y
una responsabilidad por las consecuencias. Es singular y hay tantas como
personas. Es una praxis íntima que se refiere a las acciones que podemos realizar
los hombres y a la dirección que vamos a dar a nuestra voluntad y libertad. La ética
es diferente de la moral, es un posicionamiento del sujeto con respecto a la moral (la
cual varía con el tiempo). Está posición del sujeto con la moral es lo que llamamos
ética.

Moral: Es un conjunto normatizado de lo que es considerado bueno y malo en un


lugar y época determinados y refiere a la relación del individuo con ese conjunto
normatizado. Es colectiva y social, heterogénea. Hay distintas morales dentro de
una misma sociedad.

Deontología: La deontología es el tratado de los deberes profesionales y de la


moral profesional. Es un corpus normativo creado por los profesionales de una
determinada disciplina. Está compuesta por leyes de ejercicio profesional,
reglamentos y códigos deontológicos.

Principios: Son un conjunto de parámetros éticos de carácter universal, dirigidos a


orientar la vida en sociedad.

Valores: Son guías para definir el correcto comportamiento de los individuos en la


sociedad. Refieren al conjunto de normas o cualidades que permiten al individuo
actuar de acuerdo a lo que se considera correcto.

Virtud: La virtud, pues, se identifica con cierta capacidad o excelencia propia de una
sustancia o actividad (de una profesión, por ejemplo). Ser virtuoso en este sentido
sería la forma en que se considera ser competente hoy, por ejemplo en el campo de
nuestra profesión.

Valores según Scheler y Bindé:


Scheler nos va a decir que los valores son: una cualidad, son opuestos, es decir,
cada uno tiene su contrario, están en una jerarquía y no son inventados, sino que
son descubriendo, por ejemplo el valor “libertad” no fue inventado sino que se
descubrió por alguien, hasta ese momento no se sabía que era. También nos va a
decir que son absolutos y objetivos. No arman subjetividad. Los valores no son
cosas, ni elementos de las cosas, los valores son impresiones subjetivas de agrado
o desagrado que las cosas nos producen y que proyectamos sobre ellas. Durante
un cierto tiempo, el valor no es conocido como tal valor, hasta que llega un hombre

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en la historia o un grupo de hombres, que de pronto tienen la posibilidad de intuirlo;
y entonces, lo descubren, en el sentido pleno de la palabra descubrir.
Los valores tienen jerarquía. La no-indiferencia de los valores en sus relaciones
mutuas, unos con respecto a otros, es el fundamento de su jerarquía.
Clasificación de los valores, según Scheler:
- Religiosos: santo, profano.
- Éticos: justo, injusto, misericordioso.
- Estéticos: bello, feo, sublime.
- Lógicos: verdad, falsedad.
- Vitales: fuerte, débil.
- Útiles: adecuado, inadecuado, conveniente.

Bindé propone que hay una crisis en los valores tanto en los de la religión como en
los de la ciencia, a diferencia de lo que plantea Scherler sobre los valores, Bindé a
tomar una posición contextualista de los mismos diciendo que los valores son
subjetivos esto remite a que los valores se van formando con el tiempo y son parte
de un contexto, que moldea un tipo de ser. Para este autor los valores trascienden a
lo bueno y lo malo. Las sociedades contemporáneas sufren una crisis de valores.
Se transmiten por las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, por el
mercado, la economía y la sociedad. Los que ayer se consideraban importantes
fueron desplazados por los frívolos. El nihilismo y la pérdida de sentido provocan
sufrimiento, ya que existe la percepción general de que el mundo atraviesa una
crisis. De ella saldremos, según Bindé, no sin valores, pero sí con una escala de
ellos diferente de la que hemos conocido.

Abraham y la definición de estética:


Foucault define estética de la existencia como las técnicas de modelamiento de uno
mismo con el fin de plasmar en la vida personal un ideal de belleza. Este puede ser
un ideal de santidad, de heterocigosidad, de sabiduría; sin embargo, la enumeración
genérica de los ideales es una tarea pobre, su amplitud es paralela a su escasa
densidad. Estas técnicas son múltiples, varían de acuerdo con el material que
transforman y con la finalidad que persiguen. Foucault, al analizarlas en el mundo
antiguo, las dividió en 3 saberes: erótica, dietética y economía; la relación con los
otros, la relación con nuestro propio cuerpo y la relación con nuestro patrimonio.
Estas técnicas conforman un arte, un modo de hacer. El modo de hacer se explicita
en reglas, ejercicios y entrenamientos para modelar lo que hemos llamado carácter.
La finalidad de belleza, Foucault la llamó arte de vivir, en el que la vida misma es
una preocupación estética, un material a modelar, una forma de diseñar. En toda
sociedad surgen modos atractivos de ser, y esto produce por lo general fenómenos
de moda, formas dominantes de prestigio social, nichos de liderazgo en el que se
abriga un muestrario renovado de idolatrías. La estética de la existencia puede
pensarse como un concepto que traza un segmento entre los valores y las

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subjetividades, ya sea en la descripción de sus técnicas, en la confección de un arte
de vivir, como en el enarbolamiento institucional de nuevas figuras de la emulación.

Aristóteles: dos tipos de ética.

La ética de la felicidad: Una acción es correcta siempre que nos haga feliz y, por
ello, debemos procurar nuestra felicidad. Igualmente, esta ética se divide en dos:
ética teleológica (determina si una acción es correcta o incorrecta y se basa en
la bondad o maldad de la acciones en función de las consecuencias) y la ética
deontológica (es una ética formal, donde lo que importa es la acción en sí y no el
resultado).
La ética de las virtudes: La virtud se encuentra en el alma, es la que da vida y se
divide en dos tipos: la virtud moral (adquirida a través de la costumbre, es la
responsable de dominar la parte irracional del alma y es el punto medio entre dos
extremos) la virtud intelectual (es adquirida a través de la educación y es la
parte racional del alma).

Aristóteles: Ética y sujeto. (Libertad)


La ética no es, ni puede ser una ciencia que dependa del conocimiento de la
definición universal del bien, sino una reflexión práctica encaminada a la acción, por
lo que ha de ser en la actividad humana en donde encontremos los elementos que
nos permitan responder esa pregunta.
Para Aristóteles, no es posible afirmar la existencia del “bien en sí”, de un único tipo
de bien: del mismo modo que el ser se dice de muchas maneras, habrá también
muchos tipos de bienes. Según el filósofo, toda actividad humana tiende hacia algún
fin (telos). Unos fines se subordinan a otros, existiendo una jerarquía entre ellos y en
las actividades que los producen. Tiene que haber un fin último, querido por sí
mismo y que sea el fundamento de todos los demás; debe haber uno que sea fin en
sí mismo y no sea medio para ningún otro. Este fin último o bien es la felicidad
(eudaimonia).
Si sus actos le conducen a realizar esa función, serán virtuosos; en caso contrario,
serán vicios que le alejaran de su propia naturaleza, de lo que en ella hay de
característico o excelente, y con ello, de la felicidad.
Es la repetición de las buenas decisiones lo que genera en el hombre el hábito de
comportarse adecuadamente, y en este hábito consiste la virtud (principio rector)
para Aristóteles (no me porto bien porque soy bueno, sino que soy bueno porque
me porto bien). Por el contrario, si la decisión adoptada no es correcta y persiste en
ella, generará un hábito basado en la repetición de malas decisiones, es decir, un
vicio. Virtudes y vicios hacen referencia a la forma habitual de comportamiento, por
lo que Aristóteles define la virtud ética como un hábito, de decidir bien y conforme a
una regla, la de la elección del término medio óptimo entre dos extremos.

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Kant: Ética y sujeto. (Voluntad)
Hay una forma de actividad espiritual, llamada CONCIENCIA MORAL, que contiene
dentro de sí un cierto número de principios, en virtud de los cuales los hombres
rigen su vida, acomodan su conducta y formulan juicios morales acerca de sí
mismos y de cuanto les rodea. lógicos de la razón racional. En ese conjunto de
principios que constituyen la conciencia moral, encuentra Kant la base que puede
conducir al hombre a la aprehensión de los objetos metafísicos, y la denomina
RAZÓN PRÁCTICA.
Los predicados bueno o malo, los predicados morales, corresponden a lo que quiere
hacer; lo único que verdaderamente puede ser bueno o malo es la voluntad
humana. Kant advierte que todo acto voluntario se presenta a la razón en la forma
de un imperativo (hay que hacer esto); en efecto, todo acto en el momento de
iniciarse, aparece a la conciencia bajo la forma de mandamiento. En Kant se debe
de actuar en favor de la acción misma y no a partir de las consecuencias de la
acción, como en el utilitarismo, una actúa porque debe obrar de esa manera. Actúan
bien de determinada manera porque creen que deben vivir de esa manera, después
la consecuencia del acto no necesariamente son benéficas, o sea, no es que se
actúa vamos a decirlo en los términos kantianos heterónomamente se trata de
actuar autónomamente después las consecuencias son diversas de eso.
El deber es un imperativo. Un imperativo sin condiciones, un imperativo absoluto o
categórico. Sin embargo, no nos lo impone ni la sociedad, ni una autoridad externa,
ni Dios, ni nuestras propias inclinaciones o creencias: nos lo imponemos nosotros
mismos en tanto que seres racionales.
IMPERATIVO HIPOTÉTICO: la forma lógica, formal, consiste en sujetar el
mandamiento, el imperativo mismo, a una condición.
IMPERATIVO CATEGÓRICO: (principio rector) la imperatividad, el mandamiento,
no está puesta bajo condición alguna, el imperativo impera incondicionalmente,
absolutamente; no relativa y condicionalmente, sino de un modo total, absoluto y sin
limitaciones. Esta consideración a la forma pura, le proporciona a Kant la fórmula
conocidísima del imperativo categórico, o sea la ley moral universal: “obra de
manera que puedas querer que el motivo que te ha llevado a obrar sea una ley
universal”.

Autonomia y Heteronomia: La voluntad es autónoma cuando se da a sí misma su


propia ley. La voluntad es heterónoma cuando recibe pasivamente la ley de algo o
de alguien que no es ella misma, y consiste necesariamente en presentar un tipo de
acción para que el hombre ajuste su conducta a ella.
Solamente es autónoma aquella formulación de la ley moral que pone en la voluntad
misma el origen de la propia ley. Esto obliga a que la propia ley que se origina en la
voluntad misma no sea una ley de contenido empírico, sino una ley puramente
formal. Por eso la ley moral no puede consistir en decir: “haz esto”, o “haz lo otro”,
sino decir “lo que quieras que hagas, hazlo por respeto a la ley moral”.

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Libertad: Si la voluntad moral pura es voluntad autónoma, entonces esto implica
necesaria y evidentemente el postulado de la libertad de la voluntad. ¿Cómo podría
ser autónoma una voluntad si no fuese libre? La voluntad tiene que ser libre, sin
pena de que se saque la conclusión de que no hay moralidad, de que el hombre no
merece ni aplauso ni censura.

Bentham y Mill:
A juicio de Bentham, el objetivo de una teoría moral es encontrar la forma de
armonizar la felicidad individual y la felicidad colectiva. LA FELICIDAD DEL MAYOR
NÚMERO. El concepto de utilidad está directamente involucrado al de felicidad,
pues lo que propone el fundador del utilitarismo es sentar las bases para una
reforma de la legislación con el propósito de que las leyes tengan como finalidad la
felicidad de los individuos que integran una comunidad. Una norma es conforme con
el principio de utilidad “cuando tiende a aumentar la felicidad de la comunidad más
que a disminuirla”. Bentham establece el que será el axioma del principio de
utilidad:” la mayor felicidad de la mayoría es la medida de lo bueno y lo malo”.
Mill piensa que la felicidad es un “todo concreto” del que forman parte distintos
valores, como la virtud, la salud, el dinero y la fama. Aclara que tales objetivos no
son exactamente medios que conducen a la felicidad, sino parte de ella, por lo que
se quieren desinteresadamente y en sí mismos. Así pues, la idea de felicidad no es
un abstracto vacío, sino que va de la mano de otros valores que le dan un contenido
más o menos elevado.
En cuanto a la justicia, Mill la entiende como un corolario del principio de felicidad o
el conjunto de necesidades y utilidades sociales básicas.
Bentham no creía en la libertad en el sentido filosófico del término. Desde el
pragmatismo que lo caracterizaba, la consideraba una ficción que se contradecía
con la existencia de leyes que, por definición, constituyen un límite a las libertades.
Mill, por el contrario, venera la libertad y perfeccionamiento del ser humano. “cada
uno es el mejor guardián de su salud física, mental o espiritual”. Solo para evitar el
daño a otros es legítimo ejercer el poder sobre una persona contra su voluntad
limitándose la libertad, pero nunca es legítimo cuando el fin es procurar un bien o
cualquier cosa que se considere que pueda beneficiar.

Foucault:
Analiza dispositivos inscriptos en juegos de poder, los cuales están conectados al
saber, que surge de relaciones de poder y, a su vez, las condiciona. Los dispositivos
están atravesados por el deseo, también producen deseo y establecen sexualidad.
Al delimitar el alcance de la palabra moral, Foucault la considera bajo 3 aspectos:
- CÓDIGO o aparato prescriptivo que se constituye con los valores y reglas de
acción propuestos a los individuos por las instituciones. Las prescripciones se
expresan de manera coherente dentro del sistema del que emergen, no obstante al
transmitirse no conservan sistematicidad y sus perfiles se tornan difusos.

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- COMPORTAMIENTO real de los individuos considerado como el conjunto de
conductas realizadas en relación al código (moralidad del comportamiento, nivel de
la acción)
- RELACIÓN CONSIGO MISMO, dado un código se puede optar por diferentes
maneras de actualizarlo. Al elegir la instrumentación que consideramos más
adecuada, vamos auto conformando nuestras subjetividades.

Los cuatro plegamientos en la constitución del sujeto moral: Se trata de cuatro


instancias constitutivas de la subjetividad moral y corresponden al tercer aspecto ya
señalado de la moral (la relación con uno mismo).
1- LA DETERMINACIÓN DE LA SUSTANCIA ÉTICA. Manera en que el individuo,
teniendo en cuenta su pertenencia a un grupo, se da forma a sí mismo. Esto será la
materia prima de su conducta moral, la cual surge de un valor que se acepte como
tal. ¿Qué es lo moral en mí?
2- EL MODO DE SUJECIÓN. Forma en que el individuo se reconoce ligado a la
regla y establece relación con ella, manera en que la gente asume sus obligaciones
morales. ¿A qué principio debo responder para ser moral?
3- ELABORACIÓN DEL TRABAJO ÉTICO. Saber acerca del trabajo de
transformación que debemos realizar en nosotros mismos; constituye una ascesis
por medio de la cual nos transformamos en sujetos morales, y concierne a la
modelación de nuestros actos o al desciframiento de nuestro deseo. La búsqueda
se establece indagando en este sentido: ¿cómo debo proceder para ser moral?
4- TELEOLOGÍA DEL SUJETO MORAL. Auto constitución moral, apunta a la
finalidad buscada. Una acción moral se orienta hacia su propio cumplimiento, pero
tienden también a lograr cierto estado que posibilite un disfrute, se busca llegar a
ser seres puros o libres, o inmortales, o estéticos. ¿Qué fin persigo siendo moral?

Turiel:
Parte de la convicción de que la vida social de los individuos está regulada por el
pensamiento que éstos hayan construido sobre la organización social; tal
construcción mental de categorías sociales comienza desde edades muy
tempranas. También supone que el conocimiento social no se construye
globalmente, sino que en él se distinguen varios dominios referidos a distintos
niveles de interrelación con el medio social y que para cada uno de ellos podrían
determinarse etapas de desarrollo también distintas.
CONVENCIONES: Son uniformidades conductuales que manifiestan los miembros
de una colectividad, se basan en acciones de carácter arbitrario. Las conductas
convencionales se definen siempre en función de sus respectivos contextos, surgen
de ellos y limitan su utilidad a ellos; su aparición se fundamenta en el conocimiento
compartido que poseen y han adquirido por consenso los miembros de una
colectividad, y su modificación dependerá también de algún cambio en su uso
general (saludo, formas de trato).
MORALIDAD: Juicios prescriptivos sobre temas de justicia, derechos, bienestar y
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general, juicios y conductas que inciden en la manera en que debemos
relacionarnos con los demás. Los juicios morales, aunque contribuyan a consolidar
la organización social, no están definidos por la sociedad ni son arbitrarios, son
obligatorios, universalmente aplicables e impersonales; no dependen del contexto
en que se aplican ni del sistema social en su conjunto.

Kohlberg:
Kohlberg toma como punto de partida la idea piagetiana en su noción más general
de la teoría del desarrollo cognitivo. Dicha teoría sostiene que el desarrollo de la
inteligencia humana se da en cuatro etapas sucesivas que todos/as los/as niños/as
pasan en el mismo orden. Por lo que cuando se entra en una nueva etapa de
razonamiento, la persona ya no retrocederá a etapas anteriores. Así, etapa tras
etapa, el razonamiento tiende a ser más abstracto, ya que se aprende a manejar
esquemas más complejos, que permiten construir y reorganizar el conocimiento
acumulado. Desde una perspectiva estructuralista se establecen una serie de
estadios que van construyendo las estructuras de conocimiento, valoración y acción
necesarias para constituirnos como seres morales.
"Dilema de Heinz": Con este ejemplo se puede comprobar cómo lo interesante de
los dilemas no se encuentra tanto en la respuesta final a la que llegue cada sujeto,
sino en las razones que le conducen a la decisión. Y es que la clave de la teoría del
desarrollo moral no recae en la sustancia de las normas morales, sino en la
definición de estructuras mentales de razonamiento que serían comunes a todos los
seres humanos.
Kohlberg afirma que el desarrollo moral de los seres humanos avanza en paralelo al
cognitivo. Bajo esta concepción, el mismo estaría dividido en estadios que se
alcanzan a medida que madura la persona. Los mismos se refieren a "estructuras
cognitivas que determinan las maneras de reunir y procesar información por parte
del sujeto", y van ligados a formas concretas de asumir un papel frente al dilema.

El nivel preconvencional se refiere a que la persona aborda el problema moral


desde sus propios intereses, sin tener en cuenta las normas o expectativas morales
de la sociedad en la que se encuentra inscrita. Es decir, el sujeto tiene en cuenta
sólo sus propias necesidades y cuáles serán las consecuencias que la decisión o
acción tengan para él/ella mismo/a, se podría decir que se rige por la búsqueda del
placer o la evitación del dolor.
En el nivel convencional el individuo toma conciencia de su papel dentro de la
sociedad y de sus grupos de afiliación, siente que forma parte de algo más grande y
sabe que el conjunto espera algo de él/ella como individuo social. Por tanto, a la
hora de tomar sus decisiones o hacer frente a dilemas morales, este sujeto tendrá
en cuenta los valores, intereses y demandas que se le lanzan desde el entorno, ya
que desea participar en el mantenimiento de los grupos y la perpetuación de lo
colectivo.
En último lugar, el nivel postconvencional nos retrotrae a una especie de punto
moral superior en el que la persona construye y prioriza sus propios valores sobre
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los de la sociedad, pero no de forma egoísta sino todo lo contrario. En otras
palabras, el individuo ha adquirido el nivel de desarrollo moral más alto, aquel que le
permite diferenciar sus propios valores y principios morales de aquellos que le son
exigidos desde la sociedad. Por tanto, respetará todas aquellas normas y leyes que,
según sus valores y principios morales propios, estén basadas en principios morales
humanos universales tales como el respeto a la vida del prójimo.

ESTADIO 1. MORAL HETERÓNOMA. (5 a 8) será adecuada y justa aquella


conducta que se someta a las reglas apoyadas por el castigo y acate las normas
que emanan de la autoridad; se intentará no quebrantar las reglas impuestas, evitar
el castigo y no causar daños materiales a personas o cosas.
-Dominio intelectual: inicio de adquisiciones propias de las operaciones concretas.
-Perspectiva social: predomina aún el punto de vista egocéntrico. Solo permite
considerar como bueno el acatamiento de las normas de la autoridad que vienen
avaladas por la amenaza de castigo.
-Idea de justicia: se posee un concepto realista de la moral, evitar el castigo es la
única razón o justificación para realizar un acto y aceptar la bondad intrínseca. Se
defiende una justicia distributiva y retributiva guiada por criterios de estricta
igualdad.
ESTADIO 2. MORAL INSTRUMENTAL E INDIVIDUALISTA. (8 a 14) lo apropiado y
justo es actuar de modo que se satisfagan las propias necesidades y, si se llega a
un acuerdo de intercambio de beneficios, actuar de modo que se satisfagan también
las necesidades de los demás.
-Dominio intelectual: pleno dominio de las operaciones concretas. (Reversibilidad)
-Perspectiva social: relativismo individual y concreto.
-Idea de justicia: lo justo es seguir las reglas en la medida que repercuten en
beneficio propio, es lógico y justo dejar que los demás hagan lo mismo. El bien será
la justicia entendida de modo imparcial y equitativo.
ESTADIO 3. MORAL NORMATIVA INTERPERSONAL. (preadolescencia) el
comportamiento bueno y correcto es aquel que complace y ayuda a los demás, y
acaba recibiendo su aprobación; se trata de vivir de acuerdo con lo que las
personas cercanas esperan de nosotros, de ser considerado por los seres más
próximos y queridos como una buena persona.
-Dominio intelectual: empezar a dominar las operaciones formales.
-Perspectiva social: persona capaz de relacionarse plenamente con otras, se tiene
consciencia clara de los sentimientos de los demás, de las expectativas compartidas
y acuerdos alcanzados. Tales proyectos interpersonales se colocan por encima de
los intereses individuales.
-Idea de justicia: buenos son aquellos comportamientos que tienden a lograr la
aprobación de los demás, que se orientan a satisfacer lo que las personas
apreciadas esperan; se trata de cumplir bien con el rol social que en cada situación
tenemos asignado. Ser moral es ser bueno con los demás, los motivos para hacer el
bien tienen que ver con la necesidad de ser correcto y con el miedo a la
desaprobación. El contenido de la justicia se define por el paso del intercambio a la
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reciprocidad, por la equidad, aplicándose bien respecto a aquellas personas
próximas.
ESTADIO 4. MORAL DEL SISTEMA SOCIAL/ DE LEY Y ORDEN. (mitad de la
adolescencia) se vuelve a considerar la autoridad como guía del deber, aunque ya
no es una autoridad personal sino que emana de toda la sociedad y de sus normas;
se produce una orientación hacia la ley que está respaldada por la autoridad, hacia
las normas fijas y hacia el mantenimiento del orden social. El comportamiento
correcto consiste en cumplir con el propio deber, con los compromisos adquiridos,
respetar a la autoridad establecida y mantener el orden social porque nos parece
valioso en sí mismo.
-Dominio intelectual: dominar sustancialmente los modos de pensamiento formales.
-Perspectiva social: se logra diferenciar el punto de vista de la sociedad de los
motivos individuales y los acuerdos interpersonales.
-Idea de justicia: el valor supremo es contribuir al bienestar de la sociedad; no serán
consideradas correctas las conductas que pongan en peligro la solidaridad y la
cohesión del sistema.
ESTADIO 5. MORAL DEL CONTRATO Y DE LOS DDHH. (final de la adolescencia)
elaborar racionalmente algunos principios que permitan tomar decisiones morales y
justificarlas con razones. El comportamiento correcto deberá tener presentes tanto
los DDHH individuales y generales que están por encima de cualquier otra
consideración, como las normas que se han elaborado críticamente y han sido
aceptadas por toda la sociedad.
-Dominio intelectual: dominio de las operaciones formales.
-Perspectiva social: previa o anterior a la sociedad; el sujeto conoce y respeta
ciertos valores y derechos anteriores a cualquier lealtad o pacto social, conoce las
distintas posturas que defienden los distintos grupos sociales, pero también es
capaz de integrarlas, bajo el punto de vista de valores criterio, pacto o contrato, que
a menudo se explicitan mediante leyes consensuadas.
-Idea de justicia: lo justo será respaldar los pactos legales fundamentales de la
sociedad en la medida que respetan ciertos valores no relativos. La justicia consiste
en la posibilidad de que todos en pie de igualdad puedan libremente llegar a un
acuerdo sobre los temas controvertidos que les afectan. Las razones que conducen
a obrar bien tienen que ver tanto con la necesidad de mantener intacto el
autorespeto como con el sentido de obligación que introduce la ley fundada en un
acuerdo social.
ESTADIO 6. MORAL DE PRINCIPIOS ÉTICOS UNIVERSALES. (no antes de los
20) lo correcto es proceder según la decisión de la consciencia y de acuerdo con
principios éticos de carácter universal y general que ella misma elige.
-Dominio intelectual: Operaciones lógicas formales.
-Perspectiva social: Punto de vista moral, supone orientarse por principios éticos
autoescogidos, considerar justas las leyes sociales en la medida en que se apoyan
en tales principios, y cambiarlas en caso contrario.
-Idea de justicia: igualdad entre los seres humanos y respeto a su dignidad, libertad
y autonomía. El comportamiento correcto será el más adecuado a tales principios.
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La justicia requiere considerar en todos sus extremos el punto de vista de todas las
personas implicadas en una situación y equilibrar tales perspectivas.

Gilligan: ética del cuidado.


La crítica de Gilligan hacia la obra de Kohlberg se centra en señalar que dicha teoría
es válida sólo para medir un aspecto de la orientación moral focalizado en la justicia
y los derechos, dejando de lado las cuestiones particulares o de vida buena, Sin
embargo, al contrario de afirmar la existencia de una moralidad propia de las
mujeres, su crítica muestra que otros caminos de desarrollo moral son posibles. Por
tanto, Gilligan trata de expandir el ámbito de la moralidad proponiendo la noción de
ética del cuidado y sentando las bases para su posterior diálogo y
complementación con la ética de la justicia. Gilligan se adentró en la problemática a
partir de
dos premisas básicas de la teorización feminista: la realidad social se organiza en
base a un sistema sexo-género que define nuestra forma de percibir el mundo; y
dicho sistema se basa en la dominación patriarcal, en el que un grupo humano (los
hombres) detenta el poder sobre otro (las mujeres).
Frente a una ética de la justicia de carácter normativo centrada en los derechos, la
igualdad y basada en el acuerdo o contrato social; la ética del cuidado, referida a las
conexiones entre las personas y las responsabilidades que subyacen a sus
relaciones, permite vislumbrar las carencias de un universalismo que borra de la
ecuación cuestiones tan importantes como el cuidado. Y es que "subyacente en una
ética de cuidados y atención hay una lógica psicológica de relaciones, que contrasta
con la lógica formal de imparcialidad que imbuye el enfoque de la justicia".
La noción de ética de la justicia sobre la que se sustenta la teoría del desarrollo
moral de Kohlberg nos remite directamente a dicha separación de los espacios y al
universalismo normativo de corte deontológico. Más allá de la pretendida
imparcialidad que se supone debe vertebrar las normas de justicia universales,
Gilligan nos permite dudar acerca de la verdadera justicia que existe tras una
resolución imparcial de los dilemas morales. Y abre las puertas para pensar una
moral de la responsabilidad y el cuidado enmarcada en el seno de una red de
relaciones donde las particularidades, entendidas como diferentes transiciones y
experiencias de vida, son necesarias para llegar a juicios morales justos. Por tanto,
la crítica de Gilligan nos permite desvelar las insuficiencias de la ética de la justicia,
con la intención de repensar una ética del cuidado que tenga en cuenta las
experiencias de las mujeres, eso sí, abriendo la posibilidad de establecer un diálogo
entre justicia y cuidado que permita integrar ambas éticas.

Nasio:
Génesis del superyó primordial:
La interdicción de realizar el deseo incestuoso que los padres imponen al niño
edipico se transformará en el yo en un conjunto de exigencias morales y de
prohibiciones que, de allí en más, el sujeto se impondrá a sí mismo. El psicoanálisis
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denomina superyó a esta autoridad. “El superyó es el heredero del complejo de
Edipo”. El niño, por miedo a ser castrado, se somete resignado a la prohibición
parental y acepta renunciar- con temor y odio- a concretar su deseo, pero no por ello
queda el deseo suprimido. una parte del yo se identifica con la figura parental
interdictora, mientras que la otra continúa deseando; entonces el niño se vuelve
capaz- al precio de desdoblarse- de encarnar él mismo a un tiempo la ley y el
deseo. La parte del yo que toma el lugar de ley interdictora de manera duradera
constituye el superyó. En consecuencia, el superyó en la vida psíquica del adulto no
solo la huella permanente de la ley de prohibición del incesto, sino también el
garante de la repetición.
A partir de esta estructura básica, podemos concebir dos categorías radicalmente
opuestas y no obstante coexistentes del superyó.
⇨SUPERYÓ-CONCIENCIA: Superyó asimilado a la consciencia en sus variantes de
conciencia moral, crítica y productora de valores ideales. Corresponde a la
definición clásica que designa a la instancia superyoica como la parte de nuestra
personalidad que regula nuestras conductas, nos juzga y se ofrece como modelo
ideal. Así el yo, bajo la mirada de un escrupuloso observador, respondería a las
exigencias conscientes de una moral a seguir y de un ideal a alcanzar.
⇨ SUPERYÓ-TIRANICO: Mientras que la actividad superyoica consciente participa
de la promoción del bienestar, éste, cruel y feroz, es la causa de una gran parte de
la miseria humana y de las absurdas acciones infernales del hombre (suicidio,
asesinato, destrucción y guerra). El “bien” que este superyó salvaje nos ordena
encontrar no es el bien moral, (es decir, lo que está bien desde el punto de vista de
la sociedad) sino el goce absoluto en sí mismo; nos ordena infringir todo límite y
alcanzar lo imposible de un goce incesantemente sustraído. El superyó tiránico
ordena y nosotros obedecemos sin saberlo, aun cuando con frecuencia ello conlleve
la pérdida y la destrucción de aquello que nos es más caro.
Los excesos del superyó tiránico: condena (interdicción desmesurada), ordena
(exhortación desmesurada), inhibe (protección desmesurada).
Mientras que el Superyó primordial se construye a partir de la incorporación de la
imagen de la autoridad parental y de la inscripción en el yo de la ley de prohibición
del incesto, el Superyó tiránico se origina de modo intempestivo del desgarramiento
traumático padecido por el yo en el momento del rechazo de una palabra simbólica.
El Superyó tiránico es el heredero de un trauma primitivo.

Puig: teorías del desarrollo moral.


Se agrupan en dos grandes bloques:
1- Entiende el desarrollo moral como ADAPTACIÓN HETERÓNOMA. Se reúnen
aquellas teorías que han entendido la adquisición de la moralidad como un medio de
inserción de los individuos en la sociedad. El papel del sujeto que se adapta es muy
limitado, quedándole como principal tarea hacer suyas las influencias que desde el
exterior se le imponen, y sin que para ello tengan especial relieve sus capacidades
cognitivas. (Durkheim, Freud, Skinner, Biólogos evolucionistas como Darwin y
Wilson)
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2- Entiende el desarrollo moral como la PROGRESIVA CONSTRUCCIÓN DE UN
PENSAMIENTO MORAL JUSTO Y AUTÓNOMO, en interacción con el medio, pero
de un modo que el sujeto no queda sometido unilateralmente a la presión ambiental
sino que conserva un notable papel autoorganizador. (Piaget, Kohlberg, Turiel)

Durkheim: Hecho social.


Define MORAL en tanto que HECHO SOCIAL, un hecho social es extenso e
impuesto al individuo además de ajeno, reduciéndose a sus condicionamientos
sociológicos, y afirmando que el hombre no solo recibe de la sociedad la escala de
valores morales, la moral social vigente, sino que la fuerza moral de esas
valoraciones no procede tanto de su consciencia como de la misma presión social.
La moral, así entendida, es un dato en buena medida ajeno a nuestra voluntad, que
se nos impone y que solo al comprender y aceptar su necesidad logramos
conquistar nuestra autonomía moral. Plantea que las acciones morales responden
siempre a un sistema de reglas preestablecidas; conducirse moralmente es actuar
conforme a ciertas normas de la sociedad. Por lo tanto, la MORAL, es el conjunto de
reglas previamente definidas que determinan imperativamente la conducta de los
hombres. (La moral nace de la sociedad, a partir de un arreglo entre los individuos).
Durkheim distingue 3 elementos esenciales de la moralidad:
1- ESPÍRITU DE DISCIPLINA. Una existencia moral debe ser regular y fija; la
adquisición de hábitos es la vertiente psicológica de esa necesidad propiamente
moral.
2- ADHESIÓN A GRUPOS SOCIALES. Este dinamismo moral permite explicar
cómo se acepta y reconoce la autoridad que emana de la sociedad y convierte en
obligatorias las normas sociales. El objeto de los actos morales no puede ser otro
que los grupos o sociedades humanas en su conjunto; los fines morales serán
aquellos cuyo objeto es la sociedad, y obrar moralmente será obrar por un interés
colectivo.
3- AUTONOMÍA DE LA VOLUNTAD. La sociedad posee un conjunto de
regularidades morales cuya certidumbre se nos impone y ante las cuales solo es
posible ser libres, reconociendo las razones por las que se imponen, aceptándolas
por ello como racionales, y actuando conforme a lo que dictan. La autonomía moral
es el reconocimiento personal de la necesidad de las normas morales de la
sociedad y, por tanto, el paso de lo que era exterior al interior de la consciencia
individual. Al darnos cuenta, reconocer y aceptar la necesidad de los fenómenos
morales, nos hacemos libres.

JUSTICIA según Aristoteles, Piaget y Kohlberg:


Podemos interpretar en Aristóteles el concepto de justicia con el actuar con
prudencia, él nos dice que debemos actuar en el justo medio, evitando los excesos,
usando la razón cada uno con su propio juicio podría determinar lo justo. Para
Aristoteles las leyes promulgadas por un estado no son injustas por ende la
transgresión a la ley no es un acto justo.
Vinculándolo con Piaget y Kohlberg la principal diferencia en Aristoteles es que no
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hay un desarrollo y que determinar lo justo es un acto individual. El desarrollo de la
justicia en Piaget al igual que el desarrollo moral pasa por una etapa heterónoma y
autónoma donde siendo más niños ponderan la obligación y el deber hacia los
mayores y a medida que van creciendo importa más la cooperación y respeto
mutuo. Los niños más pequeños prefieren la justicia retributiva y los mayores la
justicia distributiva.
Piaget establece 3 etapas del desarrollo de la noción de justicia, en un principio de
seis a ocho años la justicia son las normas impuestas por el exterior y el deber es
cumplir con las normas. Luego de ocho a once años la justicia es la igualdad todos
deben ser tratados igual y por último de once años en adelante la justicia como
equidad implica que cada acción debe ser pensada en la situación particular que
ocurrió, aquí se supera el mero igualitarismo.
En Kohlberg al igual que en Piaget vemos un desarrollo moral, ambos coinciden en
que en un primer estadio los dueños de la verdad son los padres aunque Kohlberg
agrega que esto es solo por temor a un castigo físico. Y en los estadios más
avanzados se busca la igualdad y el seguir principios éticos universales.
Kohlberg agrega algo interesante al concepto de justicia y es que reconoce el
conflicto que puede suceder entre la Ley y la moral y allí separa legalidad de
legitimidad. Esto contradice lo planteado por Aristoteles de que la transgresión a la
ley no es un acto justo.

AUTONOMIA según Kant, Kohlberg y Durkheim:


Según Kant, la voluntad es autónoma cuando se da a sí misma su propia ley. Es
decir, es autónoma aquella formulación de la ley moral que pone en la voluntad
misma el origen de la propia ley. Por lo tanto, la ley moral no se trata de un
mandamiento que hay que cumplir obligatoriamente, sino en la idea de obrar por
respeto a la ley moral, sea cual sea nuestra acción.
Kohlberg menciona a la autonomía en relación al contenido universal de la justicia,
como algo que hay que respetar entre seres humanos. Es en el Estadio 6 donde el
individuo va a actuar de acuerdo a su conciencia y a los principios éticos universales
que esta determina, similar al punto de vista Kantiano en el sentido de que la moral
como ley es producto de nuestra propia voluntad. Según Kohlberg, se debe respetar
a las personas como fines, y no como medios.
Durkheim considera a la autonomía de la voluntad como uno de los elementos
esenciales que convierten al hombre en un ser moral. Para este autor es importante
que las reglas sean respetadas desde la conciencia moral de cada persona. Al igual
que Kant, considera que las leyes son algo que hay que conocer y respetar, pero
Durkheim las posiciona como externas al ser individual, ya que existen en la
naturaleza. La autonomía moral se trata entonces de un reconocimiento personal
acerca de la necesidad de que en la sociedad existan normas morales.

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Bioética:
Estudio de los aspectos éticos de las ciencias de la vida (medicina y biología,
principalmente), así como de las relaciones del hombre con los restantes seres
vivos. Es un estudio sistemático de las conductas humanas en el área de las
Ciencias de la vida y la atención de la salud, en tanto que dichas conductas se
examinan a la luz de principios y valores morales.
La bioética surge a partir de la reflexión ética sobre los hechos científicos, en
fructífera unión con las inquietudes que suscitan la interpretación, la aplicación y el
impacto de los avances y nuevos conocimientos que incesantemente proporciona la
investigación y el desarrollo y los efectos simbólicos para su aceptación o no, en las
agrupaciones culturales humanas. La bioética cubre un conjunto de investigaciones,
de discursos y de prácticas, generalmente multidisciplinarias y pluralistas, que
tienen como objeto aclarar y resolver preguntas de tipo ético, suscitadas por la
investigación y el desarrollo biomédicos y biotecnológicos en el seno de sociedades
caracterizadas, en diversos grados, por ser individualistas, multiculturales y
evolutivas. Hottois agrupa la inmensa extensión de la bioética en tres grandes
conjuntos relacionados con la naturaleza, la biomedicina y el plano social.
Principios de la bioética americana:
PRINCIPIO DE AUTONOMÍA: Define el derecho de toda persona a decidir por sí
misma en todas las materias que la afecten de una u otra manera, con conocimiento
de causa y sin coacción de ningún tipo. Determina también el correspondiente deber
de cada uno de respetar la autonomía de los demás.
PRINCIPIO DE BENEFICENCIA: Define el derecho de toda persona de vivir de
acuerdo con su propia concepción de la vida buena, a sus ideales de perfección y
felicidad.
Íntimamente relacionado con el p. de autonomía, determina también el deber de
cada uno de buscar el bien de los otros, no de acuerdo a su propia manera de
entenderlo, sino en función del bien que ese otro busca para sí.
*Principio de no-maleficencia: Define el derecho de toda persona a no ser
discriminada por consideraciones biologicas, tales como raza, sexo, edad, situacion
de salud, etc.
Determina el correspondiente deber de no hacer daño, aun cuando el interesado lo
solicitara expresamente.
PRINCIPIO DE JUSTICIA: Generalmente ejercido por el Estado, define el derecho
de toda persona a no ser discriminada por consideraciones culturales, ideológicas,
políticas, sociales o económicas.
Determina el deber correspondiente de respetar la diversidad en las materias
mencionadas y de colaborar a una equitativa distribución de los beneficios y riesgos
entre los miembros de la sociedad.

K.O APEL:

Desde su propuesta de la ética dialógica, K.O. Apel reconstruye dos conceptos


esenciales para el tratamiento de las cuestiones morales, a saber: el concepto de
persona y el concepto de igualdad. La persona es considerada un interlocutor

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válido, en tanto se la considera un miembro de una comunidad de argumentantes,
que es capaz de manifestar sus intereses. La idea de igualdad se hace
comunicativa, en la medida que nadie puede ser excluido a priori del proceso
argumentativo que legitima las normas morales, si las consecuencias de éstas lo
afectan directa o indirectamente.

Preguntas de examen

DIFERENCIA ENTRE MORALIDAD Y LEGALIDAD


La moralidad no es lo mismo que legalidad, la legalidad de un acto voluntario
consiste en que la acción efectuada en él sea conforme y esté ajustada a la ley.
Pero no basta con eso para que sea moral. Para que una acción sea moral no tiene
relación a que la acción misma tenga concordancia con la ley, sino que lo que le
antecede a la acción, en el ánimo o voluntad, sea el que esté en concordancia. Si
una persona ajusta sus actos a la ley, pero lo hace por miedo al castigo o deseo de
la recompensa, no es una acción moral. Para Kant, una voluntad es plena y
realmente pura, moral, valiosa, cuando sus acciones están dirigidas por imperativos
auténticamente categóricos.
DIFERENCIA ENTRE JUICIO E IMPERATIVO (lo saque de chat gpt porque no
encontraba la diferencia en el texto)
Los juicios y los imperativos son dos tipos diferentes de enunciados utilizados en el
lenguaje y la lógica que tienen distintas funciones y estructuras. A continuación, se
explican las diferencias entre ambos:

Juicios:
Función: Los juicios expresan afirmaciones, descripciones o evaluaciones acerca de
la realidad o de una situación determinada. Son declaraciones que expresan una
proposición como verdadera o falsa.
Estructura: Los juicios se componen de un sujeto y un predicado que se relacionan
entre sí mediante un verbo copulativo (por ejemplo, "es" o "no es"). Por ejemplo, "El
cielo está despejado" o "La película fue emocionante".
Naturaleza lógica: Los juicios son considerados proposiciones lógicas y se pueden
evaluar en términos de su veracidad o falsedad.

Imperativos:
Función: Los imperativos son enunciados que transmiten órdenes, mandatos,
instrucciones o solicitudes. Expresan deseos o intenciones de influir en la conducta
o el comportamiento de alguien.
Estructura: Los imperativos se caracterizan por ser oraciones verbales en modo
imperativo, generalmente en segunda persona del singular o del plural. Por ejemplo,
"¡Cierra la puerta!" o "Por favor, ayúdame con esto".

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Naturaleza lógica: Los imperativos no son considerados proposiciones lógicas, ya
que no se pueden evaluar en términos de veracidad o falsedad. Su función principal
es influir en la conducta de alguien, más que afirmar una verdad.
En resumen, la principal diferencia entre juicios e imperativos radica en su función y
estructura. Los juicios expresan afirmaciones sobre la realidad y se componen de un
sujeto y un predicado, mientras que los imperativos son enunciados que transmiten
órdenes o solicitudes para influir en el comportamiento de alguien y se caracterizan
por su estructura en modo imperativo.

RELACIÓN SEXUALIDAD, LIBERTAD Y ÉTICA EN FOUCAULT

Michel Foucault exploró la relación entre la libertad, la sexualidad y la ética en su


análisis de las prácticas y los discursos relacionados con el poder y el control en la
sociedad. Foucault sostuvo que la sexualidad ha sido históricamente objeto de
regulación y vigilancia por parte de las instituciones sociales, y que estas prácticas
de poder tienen un impacto significativo en la construcción de la subjetividad y la
ética individuales. Aquí hay algunos puntos clave sobre la relación que Foucault
estableció entre estos conceptos:

Construcción social de la sexualidad: Foucault argumentó que la sexualidad no es


una esencia o una característica innata, sino una construcción social y cultural. Las
normas, los discursos y las instituciones sociales moldean y regulan las prácticas
sexuales y definen lo que se considera "normal" o "anormal" en términos de
comportamiento sexual.

Poder y control: Foucault examinó cómo el poder opera en las prácticas sexuales a
través de mecanismos de control y regulación. Las instituciones sociales, como la
iglesia, el estado y la medicina, ejercen poder sobre los individuos mediante la
imposición de normas y la vigilancia de la sexualidad. Este poder se basa en la
vigilancia, la represión, la patologización y la medicalización de ciertas formas de
sexualidad.

Liberación y resistencia: Foucault planteó que la libertad sexual no radica


únicamente en la transgresión de las normas impuestas, sino en la resistencia y la
subversión de los mecanismos de poder que las sustentan. Argumentó que la
liberación sexual implica cuestionar y desafiar las categorías y los discursos
establecidos, y buscar nuevas formas de vivir la sexualidad más allá de las normas
impuestas.

Ética de la libertad: Foucault propuso una ética de la libertad que se basa en el


cuidado de sí mismo y la transformación de uno mismo como un proceso de
liberación y resistencia. Esta ética implica una reflexión crítica sobre las normas y
los discursos impuestos, así como la búsqueda de formas auténticas de vivir la
sexualidad, liberadas de los imperativos sociales.
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En resumen, Foucault vinculó la libertad, la sexualidad y la ética al examinar cómo
las prácticas de poder y control regulan y moldean la sexualidad en la sociedad.
Argumentó que la liberación sexual implica resistir los mecanismos de poder y
buscar nuevas formas de vivir la sexualidad más allá de las normas impuestas. La
ética de la libertad propuesta por Foucault implica la reflexión crítica y la
transformación de uno mismo como un proceso de liberación y resistencia.

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