Está en la página 1de 7

DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO.

PRÁCTICA Nº 18 CURSO 2020/2021

Sentencia de la Audiencia Provincial de Lleida, de 27 de noviembre de 2015


(ECLI:ES:APL:2015:955)

PRIMERO.- “La sentencia de primera instancia desestima la demanda en reclamación


de cantidad derivada de las lesiones padecidas por la actora el día 14/3/2009 cuando se
encontraba en una pista de esquí de la estación Gran Valira de Andorra, a la que había
acudido para la práctica del deporte de esquí, siendo embestida cuando se encontraba
detenida en un costado de la pista por la menor Aida, que había acudido a la referida
estación en una excursión organizada por la Parroquia "La Mercè" de Lleida, de la que
es cura párroco el demandado Sr. Leon, que se encontraba al frente de la excursión; al
considerar prescrita la acción ejercitada al amparo de lo dispuesto en el Art. 1902 en
relación con el Art 1968.2º CC y atendiendo a que la estabilización lesional se alcanzó
el 26/2/2010, constituyendo dicha fecha el "dies a quo" inicial del cómputo del plazo de
prescripción, que resultó interrumpido por burofax de fecha 18/2/2011, no constando
acreditada la existencia de cualquier otro acto que interrumpa la prescripción, por lo que
al interponer la actora la demanda el 3/9/2012, la acción ya se encontraba prescrita,
condenando a la actora al pago de las costas causadas.
Frente a dicha sentencia interpone recurso de apelación la actora, mostrando
disconformidad con la prescripción de la acción ejercitada, alegando en primer lugar
infracción de normas o garantías procesales, al entender que el plazo de prescripción
aplicable es el de 3 años establecido en el CCC y no el de 1 año como establece el
juzgador. Considera aplicable al supuesto de autos el Reglamento 864/2007 del
Parlamento Europeo de 11 de julio de 2007, conocido como "ROMA II", que regula la
responsabilidad extracontractual en materia civil y mercantil y en concreto lo dispuesto
en los artículos 4.2 y 25.1, que determina que al disponer Cataluña de competencias en
materia de reclamaciones extracontractual, el plazo de prescripción de la acción sería de
3 años.
Los demandados Srs. Eulogio y Noemi (Padres de la menor Aida ) y el Sr Leon se han
opuesto al recurso, al considerar que, tal y como establece la resolución recurrida, la
acción está prescrita, aunque consideran que resulta aplicable al caso la legislación
andorrana, de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 10. 9 CC español, que establece un
plazo de prescripción de 1 año, resultando evidente que los hechos alegados por la
recurrente para interrumpir la prescripción son extemporáneos, al haberse realizado en
febrero de 2011 y haber tenido lugar el accidente en marzo de 2009, sin que tenga
ningún sentido sin más "esperar una actuación penal por parte de la justicia andorrana”.
SEGUNDO.- Analizando los motivos expuestos la AP concluyó: “el recurso no puede
tener favorable acogida por cuanto el Reglamento 864/2007 del Parlamento Europeo y
del Consejo, de 11 de julio de 2007, relativo a la ley aplicable a las obligaciones
extracontractuales, "Roma II", no resulta de aplicación al supuesto de autos, por cuanto
sólo es aplicable a conflictos de leyes y jurisdicción en dicha materia de Estados
miembros de la Comunidad Europea, de la cual Andorra no forma parte.
De hecho el Art. 32 del mismo establece que el presente Reglamento será obligatorio en
todos sus elementos y directamente aplicable en los Estados miembros de conformidad
con el Tratado constitutivo de la Comunidad Europea.
Por consiguiente, para determinar la legislación aplicable, debe estarse a la norma de
conflicto del Art. 10.9 del Código Civil español, que establece que las obligaciones no
contractuales se regirán por la ley del lugar donde hubiera ocurrido el hecho de que
deriven, esto es, en este caso sería de aplicación la normativa andorrana, respecto de la
cual se acreditó con las Sentencias aportadas por los demandados del Tribunal Superior
de Justicia de Andorra, Sala Civil, que el plazo de prescripción era de un año; extremo
que no fue discutido ni desvirtuado por la actora en ningún momento.
Añadir además a lo expuesto que en ningún caso sería aplicable al supuesto de autos el
Derecho Civil Catalán, como pretende la recurrente, por cuanto el Art. 111-3 del Código
Civil de Catalunya establece el principio de territorialidad, de forma que el mismo sólo
tiene eficacia territorial, siendo que en este caso el accidente se produjo en Andorra”.

1. ¿Son competentes los órganos jurisdiccionales españoles para conocer de este litigio?
¿En base a qué norma?
Del supuesto de hecho que está en la base de esta sentencia se deriva la producción de
un daño causado por un accidente de esquí y su consiguiente obligación de repararlo. Es
decir, nos encontramos con un supuesto de responsabilidad extracontractual. Como se
sabe existe un Reglamento que, con carácter general, regula los foros para determinar la
competencia judicial internacional en materia civil y mercantil, es el Reglamento
1212/2015, de 12 de diciembre (Bruselas I-bis) Para saber si a una relación jurídico-
privada internacional le podemos aplicar una norma reglamentaria (primera fuente
normativa a la que en principio hemos de acudir, dada la jerarquía que ya conocemos en
esta disciplina) tenemos que comprobar su ámbito de aplicación. Examinados dichos
ámbitos se comprueba que este litigio encaja en todos, excepto el ámbito de aplicación
temporal, ya que la norma reglamentaria se aplica a las acciones que se entablen a partir
del 10 de enero de 2015.
Por tanto, dada la fecha de interposición de la demanda, el Reglamento en vigor en
dicho momento era el Reglamento 44/2001, de 22 de diciembre de 2000 (Reglamento
Bruselas I, aplicable a partir del 1 de marzo de 2002). En su art. 2 se establece el foro
general del domicilio del demandado. Dado que el demandado tiene su domicilio en
España se puede atribuir la competencia a los tribunales españoles, al no existir ningún
foro de competencia exclusiva, ni mediar entre las partes ningún acuerdo de sumisión.
La competencia judicial internacional de los tribunales españoles se sustenta, por tanto
en el instrumento institucional y no en la LOPJ.
2. ¿Son correctas las afirmaciones vertidas, tanto por el correspondiente Juzgado de
Primera Instancia, como por la Audiencia Provincial de Lleida, de que la norma de
conflicto aplicable al supuesto de hecho es el art. 10.9 del Código Civil español? ¿Qué
significa que un Reglamento tenga carácter universal o erga omnes?
En materia de ley aplicable a las obligaciones extracontractuales existe, igualmente, un
Reglamento que regula tal cuestión: el Reglamento 846/2007, de 11 de julio (Roma II).
Para saber si puede regir este supuesto de hecho tenemos que examinar, como siempre,
su ámbito de aplicación:
1. Ámbito material: “se aplica a las obligaciones extracontractuales en materia
civil y mercantil que comportan un conflicto de leyes” (art. 1.1). Ambos constituyen
conceptos autónomos, propios del Reglamento Roma II, con independencia de lo
establecido en los Derechos nacionales de los Estados miembros. “Materia civil y
mercantil”: se circunscribe a la materia privada patrimonial, por lo que se excluyen las
materias fiscales aduaneras y administrativas, así como los casos en que el Estado
incurra en responsabilidad por acciones u omisiones en el ejercicio de su autoridad
(acta iure imperii) (art. 1.1). “Obligaciones extracontractuales”: el RR II determina la
ley reguladora de las obligaciones extracontractuales que nacen de todo tipo de hecho
dañoso (ya se trate de un mero ilícito civil o un ilícito penal, delito o falta) estando
cubierto todo tipo de daño (daño material, daño moral, daños futuros…), del
enriquecimiento injusto, gestión de negocios y culpa in contrahendo.
La delimitación del ámbito de aplicación material se cierra con la enumeración
de determinadas materias que quedan excluidas de dicho ámbito (art. 1.2).
2. Ámbito de aplicación espacial: el Reglamento se aplica por todas las
autoridades de los Estados miembros participantes en dicho instrumento y en todo el
territorio de los Estados miembros. Se comprenden en tal ámbito todos los Estados
miembros de la UE, excepto Dinamarca.
3. Ámbito de aplicación temporal: se aplica a partir del 11 de enero de 2009 y
tiene carácter irretroactivo, ya que se aplica, exclusivamente, a los hechos generadores
de daños que se produzcan después de su entrada en vigor (art. 31). Lo relevante no es
el momento en el que se verifica el daño, sino el del hecho generador del daño.
La eficacia erga omnes: el Reglamento presenta carácter universal y, por tanto,
se aplica para determinar la ley reguladora de las obligaciones extracontractuales
incluidas en su ámbito de aplicación material con total independencia de la
nacionalidad, domicilio y residencia habitual de las partes implicadas y de los litigantes
y con independencia, también, de cuál sea la ley estatal reguladora de las obligaciones
extracontractuales (art. 3 RR II). Por tanto, las normas de DIPr. de producción interna
de los Estados miembros ya no pueden aplicarse a los supuestos incluidos en su ámbito
de aplicación.
Aplicando dichos parámetros al supuesto que examinamos se comprueba que no
se cumplen todos los ámbitos de aplicación del Reglamento: -se trata de una obligación
extracontractual –que suscita un litigio al que se atribuye la competencia para su
conocimiento a un tribunal español, por tanto de un Estado miembro de la UE –que se
genera a raíz de un daño derivado de un accidente que se produce el 14 de marzo de
2009, por tanto al poco tiempo de su aplicación. Además, dado el carácter universal del
Reglamento sus normas se aplicarán aun cuando no se trate de las de ningún Estado
participante y con total independencia la nacionalidad, el domicilio o la residencia de las
partes ni del lugar en el que se ha producido el daño. Todo ello nos lleva a concluir que
no entra en juego para regular este supuesto la normativa autónoma, representada por el
art. 10.9 CC, sino la normativa europea, a pesar de que el accidente se produjera en un
Estado que no forma parte de la UE.
3. ¿Cuál habría sido la ley aplicable, de haberse aplicado a este supuesto el Reglamento
Roma II?
Situados ya en el Reglamento 864/2007, a la hora de concretar el Derecho rector del
litigio, ha de tomarse en consideración, ante todo, el dato de que, pese a permitirlo el
art. 14 RR II, los litigantes no habían hecho uso de la posibilidad de escoger la ley
aplicable. A continuación, procede cerciorarse de que, en el caso de autos, no se discutía
acerca de alguno de los ilícitos civiles para los que, en sus arts. 5 a 9 RR II, el
instrumento prevé reglas específicas; comprobado lo anterior, queda expedita la vía para
que entre en juego el entramado conflictual del art. 4 RR II. En última instancia, cuando
no se albergan dudas sobre la procedencia de este precepto, tiene que prestarse atención
a su articulación que puede comportar que la solución inicialmente retenida, la sumisión
de la controversia a la ley del lugar del daño (art. 4.1º RR II), ceda en favor de la
aplicación de la ley de la residencia habitual común de la persona cuya responsabilidad
se alega y de la persona perjudicada (art. 4.2º RR II) o, excepcionalmente, de la ley que
presente vínculos manifiestamente más estrechos con el hecho dañoso (art. 4.3º RR II).
Tan pronto como se trasladan estas pautas al litigio de nuestra incumbencia, es fácil
concluir que, residiendo en España el causante y la víctima del accidente de esquí y no
convergiendo en Andorra circunstancias suficientes para haber dado pie a la
intervención de la cláusula de escape, la AP de Lleida debería haber fallado en
consonancia con la legislación española, la cual, oficiando como lex causae, habría sido
la encargada de regular “el modo de extinción de las obligaciones, así como las normas
de prescripción y caducidad, incluidas las relativas al inicio, interrupción y suspensión
de los plazos de prescripción y caducidad” (art. 15.h) RR II).
4. Si finalmente el derecho aplicable fuese el español, a través del Reglamento europeo,
¿Qué problema se plantea? ¿Se aplicaría el Código Civil de Catalunya?
La designación de la ley española al supuesto que nos ocupa lleva enlazado un problema
ulterior: siendo España un Estado plurilegislativo, aún restaría pendiente la tarea de
puntualizar qué ley española sería aplicable al caso. En el Reglamento 864/2007, la
disposición a la que se encomienda la supervisión de las remisiones a sistemas no
unificados es el art. 25.1º RR II, que establece:“cuando un Estado se componga de
varias unidades territoriales con sus propias normas en materia de obligaciones
extracontractuales, cada unidad territorial se considerará como un país a efectos de la
determinación de la ley aplicable según el presente Reglamento”. Por tanto, en el asunto
enjuiciado por la AP de Lleida, a través de una aplicación combinada de los arts. 4.2º y
25.1º RR II, se deriva la sujeción al Derecho catalán en el que existe una norma
específica (el art. 121–21.d) CCCat), que disciplina la prescripción de la responsabilidad
no contractual (punto que, constituye el único objeto de discusión en el litigio que nos
concierne) fijando el plazo en tres años que hubiera posibilitado el ejercicio de la acción
por parte de la actora.
Sentencia de la Audiencia Provincial de Barcelona, de 23 de diciembre de 2020
(ECLI:ES:APB:2020:12814)

PRIMERO.- “La sentencia que se apela por parte de ALLIANZ CIA DE SEGUROS Y
REASEGUROS desestimó la demanda interpuesta por dicha compañía frente a
MAPFRE SEGUROS por concurrir la prescripción de la acción ejercitada.
Previamente se consignó que la reclamación extracontractual derivaba de un accidente
de tráfico ocurrido en fecha 27 de julio de 2015 en la autopista A-10 de Francia,
consistente en que el vehículo con matrícula G....IK , asegurado por la parte demandada,
invadió el carril por el que circulaba el vehículo con matrícula ....DGD, asegurado por la
parte actora, colisionando con el mismo y ocasionándole unos daños valorados en
8.388,59 euros que fueron indemnizados por parte de la demandante al perjudicado.
Frente a lo sostenido por la parte actora la juzgadora refiere que la ley aplicable es la
española conforme a lo previsto en el artículo 4 del Reglamento 846/2006 relativo a la
ley aplicable a las obligaciones extracontractuales.

SEGUNDO.- La apelante sostiene que el Derecho aplicable es el francés conforme al


artículo 10.9 CC y al artículo 4 del Reglamento 846/2006 relativo a la ley aplicable a las
obligaciones extracontractuales. De ahí que el plazo de prescripción sea el francés de 5
años y no pueda operar dicha causa de extinción de la responsabilidad civil.
La normativa francesa también operaría en cuanto a la carga procesal del caso,
habiéndose aportado un certificado de costumbre que desarrolla el artículo 4 de la Ley
Badinter, con una traducción privada no impugnada de contrario.

TERCERO.- La parte apelada, MAPFRE SEGUROS, defiende la correcta valoración de


la prueba que realiza la sentencia, ratificando esta parte los argumentos que ya expuso
en su escrito de contestación a la demanda. Entiende esta parte que concurren las
excepciones a la aplicación de la ley del lugar de los hechos contenidas en el artículo
4.2 y 4.3 del Reglamento (CE) nº 864/2007 del Parlamento Europeo y del Consejo, de
11 de julio de 2007, relativo a la ley aplicable a las obligaciones extracontractuales,
Roma II. De forma subsidiaria, para el caso de que se entendiese aplicable el
ordenamiento jurídico francés, se remite a su previa contestación a la demanda,
señalando que no se ha demostrado el contenido, aplicación y regulación de la Ley
Badinter, en relación con la invocación del artículo 281 LEC que ya se hizo en la
audiencia previa respecto a la prueba de la costumbre.

CUARTO.- En el ámbito de los presupuestos procesales y con relación a la competencia


internacional, siendo ésta controlable de oficio, no se advierte objeción alguna a la que
asumió el Juzgado de 1ª Instancia, dado que no estamos ante una competencia exclusiva
de otro Estado miembro y resulta aplicable el fuero del domicilio del demandado y,
subsidiariamente, la sumisión tácita que las partes han venido aceptando”.

1. ¿Son competentes los órganos jurisdiccionales españoles para conocer de la


demanda? ¿En base a qué norma?
Para determinar la competencia judicial internacional hemos de acudir al Reglamento
1215/2012 que, dados sus respectivos ámbitos de actuación, es perfectamente aplicable
al caso de autos. Teniendo en cuenta la ordenación jerárquica de los foros establecidos,
descartamos, en primer lugar, que podamos estar ante uno de los foros exclusivos
regulados en su art. 24. Tampoco existe un pacto de sumisión expresa del art. 25, pero sí
podemos apreciar una sumisión tácita, ex art. 26, consistente, por parte de la
demandante en el hecho de acudir al Juez español interponiendo la demanda y por la
demandada, en comparecer sin impugnar la competencia. Y por supuesto, siempre cabe
fundamentar la competencia jurisdiccional española en el foro general del domicilio del
demandado, al residir ambas parte en España.
2. ¿Son correctas las afirmaciones vertidas en torno a la ley aplicable? Razone la
respuesta.
El término obligaciones extracontractuales engloba un conglomerado de obligaciones
que, a veces, poco tienen en común. De ahí que existan normativas específicas que
regulen la ley aplicable a tipos concretos de las mismas, al margen de la regulación
general constituida por el RR II. Una de ellas, caracterizada por su importancia en la
práctica, son las obligaciones derivadas de los accidentes de circulación por carretera
que ha motivado la promulgación del Convenio de la Haya de 4 de mayo de 1971, del
que España es Estado signatario y cuyo instrumento de ratificación fue suscrito el 4 de
septiembre de 1987. Dicho Convenio prevalece en España sobre el RR II (art. 28.1) y,
naturalmente, sobre el art. 10.9 CC.
El Convenio es aplicable desde el 21 de noviembre de 1987 y contiene un concepto de
accidente propio del Convenio en su art. 1 (“el presente Convenio determina la ley
aplicable a la Responsabilidad Civil extracontractual resultante de los accidentes de
circulación por carretera, sea cual fuere la clase de jurisdicción encargada de conocer el
asunto”), quedando excluidas algunos tipos de responsabilidad, tal y como señala su art.
2 (excluye expresamente las acciones relativas a aseguradoras en su art. 2.5, con la
excepción relativa a la admisibilidad de la acción directa). Sin embargo, lo que aquí se
discute son los plazos de prescripción para el ejercicio de la acción de responsabilidad
civil, variables según que se estime aplicable uno u otro derecho. No se abordan
cuestiones sobre la «cobertura» a prestar por la aseguradora, es decir, a la obligación
accesoria de «garantizar» el pago de la reparación del daño que quedaría fuera del
ámbito material del Convenio.
Se trata de un Convenio erga omnes aplicable cualesquiera que fueren las circunstancias
del accidente, así como el Estado donde ha ocurrido, la nacionalidad o residencia
habitual de las personas implicadas y el hecho de que la ley reguladora sea la de un
Estado no parte en el Convenio (art. 11).
Para determinar la ley aplicable su art. 3 determina que el accidente se ha de regir por la
Ley interna del Estado en cuyo territorio haya ocurrido el accidente. A continuación se
insertan en el art. 4 una serie de excepciones, en atención a diversas circunstancias:
número de vehículos que intervienen, personas implicadas, Estados en los que los
vehículos estuvieren matriculados, que dada la limitada información que ofrece la
sentencia no se puede determinar que sean aplicables.
Teniendo en cuenta las circunstancias que concurren en el supuesto de hecho que
motiva esta sentencia el Convenio sería aplicable, por lo que la ley para disciplinar la
responsabilidad extracontractual sería la francesa, como ley del Estado en cuyo
territorio ocurrió el accidente, con lo que el plazo de prescripción sería el de 5 años no
pudiendo operar dicha causa de extinción de la responsabilidad civil.
3. ¿Qué problema se suscita en relación con la aplicación del derecho extranjero?
Al ser la ley aplicable una ley extranjera se tiene que probar. Sin embargo, dicho
extremo no queda sujeto al Convenio, sino al DIPr. del Estado cuyos tribunales conocen
del asunto. En el caso que examinamos al tratarse de un tribunal español, la Audiencia,
siguiendo una jurisprudencia consolidada en este ámbito, se limita a citar el art. 281 de
la LEC de 2000 en lo que concierne a la necesidad de prueba del Derecho extranjero. El
problema surge cuando se produce una falta de prueba de tal derecho en cuyo caso
caben diferentes soluciones que van desde la desestimación de la demanda hasta la
práctica de determinadas pruebas de oficio (art. 282 LEC). Precisamente, esta última
solución sería la más acorde con la obligación de cumplir con lo dispuesto por un
tratado internacional como el Convenio de La Haya de 1971; máxime si éste sólo
permite dejar de aplicar la ley designada, in casu, la francesa, por razones de orden
público y no por falta de diligencia probatoria (art. 10 CH 1971).
En la actualidad, además, hay que tener en cuenta lo establecido en la ley de
Cooperación Jurídica Internacional en Materia Civil, de 30 de julio de 2015, que
establece: “Con carácter excepcional, en aquéllos supuestos en los que no haya podido
acreditarse por las partes el contenido y vigencia del derecho extranjero, podrá aplicarse
el derecho español” (art. 33.3). Por lo que con ciertos matices (no se impone como
solución obligatoria, y será necesario interpretar cuándo se entiende producida la
excepcionalidad), parece que nuestro legislador se inclina por aplicar el derecho
material español para resolver esta espinosa cuestión.

También podría gustarte