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TEMA 1: DERECHO PRE-CONCURSAL

Estudiaremos la Ley Concursal (Texto Refundido 1/2020). Es un Texto Refundido que viene de la
Ley de 2003.

La Ley Concursal recoge el procedimiento de concurso de acreedores. El concurso de acreedores


es un procedimiento judicial. Cuando un sujeto está en una situación de insolvencia, no estará
en situación de concurso hasta que no se declare el procedimiento judicial de concurso de
acreedores.

Para que exista un concurso de acreedores tendrá que haber un auto del juez del concurso que
declare al deudor en situación de concurso de acreedores, y para que esto ocurra es necesario
que el deudor esté en situación de insolvencia. Es decir, yo como deudora puede ser insolvente,
pero no declarada en concurso de acreedores. La situación de concurso de acreedores requiere
necesarimante que el juez haya declarado el concurso de acreedores, y para que esto se de el
deudor necesariamente debe estar en situación de insolvencia. La insolvencia puede ser actual
o inminente.

Podemos encontrarnos con sujetos insolventes, que no estén en situación de concurso de


acreedores. Por el contrario, todos los deudores en situación de concurso de acreedores son
insolventes.

El que un deudor esté en concurso de acreedores supone que se va a aplicar el principio de la


par convivio preditoria. Es decir, cuando yo como deudora tengo muchos acreedores, sino estoy
declarada en situación de concurso de acreedores, cualquier acreedor puede dirigir acciones
contra mi patrimonio sino cumplo con mis obligaciones contraídas. Es decir, de forma individual
cada acreedor ejecutará sobre mi patrimonio (principio de: el primero que llega el primero que
paga). El principio de la par convivio preditoria significa que se reúne a todos los acreedores en
el mismo procedimiento para ordenar los pagos.

La Ley Concursal establece todas las normas que rigen el procedimiento judicial del concurso de
acreedores. El concurso de acreedores es un único procedimiento al que se somete cualquier
deudor. Es decir, cualquier persona física o jurídica, empresario o no, que esté en situación de
insolvencia, está obligado a solicitar la declaración de concurso. Esto significa que cualquiera de
nosotros que esté en situación de insolvencia actual tenemos la obligación de solicitar al juez de
que nos declare en situación de concurso de acreedores.

Todos los concursos persiguen 3 finalidades:

➢ La principal función o finalidad del concurso de acreedores es la satisfacción de los


acreedores. Es decir, abrir un procedimiento de concurso de acreedores supone que
vamos a dar un mejor tratamiento a los acreedores para asegurar la mejor satisfacción
de los acreedores (plena satisfacción de los acreedores).

➢ Otra finalidad que persigue es la viabilidad empresarial. Esto quiere decir que la
declaración del concurso de un deudor no supone necesariamente el cese de la actividad
empresarial (cuando hablamos de un deudor empresario), porque a lo largo de toda la
Ley Concursal encontramos incentivos para facilitar la viabilidad empresarial (siempre
que sea posible). Se pretende favorecer y contribuir a la viabilidad empresarial.
➢ La tercera finalidad es un objetivo sancionador. Si se llega a la situación de insolvencia
como consecuencia de dolo o culpa del deudor se le sanciona civilmente. Hay una fase
dentro del concurso de acreedores en la que se averigua cuál ha sido al razón de la
insolvencia, si en esta razón podemos advertir comportamientos dolosos o con culpa
grave del deudor, se dice que el concurso es culpable y se imponen sanciones civiles
(inhabilitación para el ejercicio del comercio, por ejemplo).

Sobre estos 3 objetivos van a pilotar todas las medidas que estudiaremos.

En todos los concursos podemos detectar 2 fases siempre, y una tercera fase eventual.

➢ La primera fase o fase común: el proceso de concurso se inicia con el auto del juez del
concurso declarando en situación de concurso al deudor.

NOTA: El juez será un juez de lo mercantil si el deudor es empresario, y un juez de


primera instancia si el deudor no es empresario.

Tras este auto se inicia la fase común, en la que se intenta averiguar cuál es el
patrimonio del deudor, y quienes son sus acreedores. La masa activa es el inventario
de bienes y derechos (patrimonio del deudor), y la masa pasiva que sería la lista de
acreedores. Se nombra además a la Administración concursal. En todos los concursos
siempre nos vamos a encontrar con 2 órganos necesarios:
• El juez: pues no hay concurso sin auto judicial. Tendrá un papel de control de
garantías.

• El administrador concursal u órgano de administración concursal: es un


profesional, un abogado, economista, auditor de cuentas, etc. Este es
sumamente importante en el concurso porque lo va a hacer prácticamente todo
(elaborará la masa activa, regulará la masa pasiva, llamará a los acreedores,
ejercitará acciones en nombre del deudor, propondrá si el concurso es culpable
o no culpable, etc.). Es el órgano más importante del concurso por las funciones
que desarrolla, gestiona el día a día del concurso.

➢ La segunda fase o fase solutoria: se propone la solución a la crisis empresarial (o del


deudor, pues el concurso puede ser de un deudor no empresario). Las posibles
soluciones solo son 2:
• Convenio: es una solución negociada y consensuada con los acreedores para
salir de la situación de insolvencia. Está pensada para la viabilidad empresarial.
El procedimiento para alcanzar un acuerdo, un convenio, es complejo; hay que
ordenar a los acreedores, se establecen quitas y esperas, etc.

• Liquidación: liquidación de los bienes del deudor para pagar a los acreedores
con lo que se obtenga de dicha liquidación. En España el 90% de los concursos
acaban en liquidación, es decir, en la mayoría de los concursos no hay viabilidad
empresarial.

➢ La tercera fase o fase sancionadora: en esta fase se trata de averigua cual es la razón o
causas que han originado la situación de insolvencia no se da en todos los concursos. Es
la fase que se conoce como fase de calificación concursal. Se trata de una fase eventual.
Se abre esta fase siempre que la solución sea la liquidación; cuando la solución sea el
convenio solo en algunos casos (cuando el convenio sea especialmente gravoso).
Durante esta fase calificamos al concurso como:
• Fortuito: no se han encontrado comportamientos ni dolosos ni culposos ni del
deudor ni de sus administradores. La mayor parte de los concursos son
fortuitos.

• Culpable: si de esa averiguación que se hace se han encontrado


comportamientos con dolo o culpa. Cuando se declara culpable se pueden
imponer las sanciones.

La Ley Concursal recoge 2 instrumentos pre-concursales que se ponen a disposición del deudor
insolvente (cualquier tipo de deudor) para evitar entrar en el procedimiento de concurso de
acreedores. Se trata de poner a disposición del deudor una serie de instrumentos que, a pesar
de estar el deudor en situación de insolvencia, se evite el concurso de acreedores. Se busca
minimizar la insolvencia o evitarla, de tal forma que no sea necesario entrar en concurso de
acreedores. Esto es así porque el 90% de los concursos acaban en liquidación. El legislador llega
a la conclusión de que el procedimiento de concurso de acreedores no sirve para salvar
empresas. Se trata de salvar a las empresas viables. El texto refundido establece esos posibles
instrumentos pre-concursales (artículos 583 y ss.). Los que se van a regular dentro del Libro II
(“del Derecho pre-concursal”) son:

➢ Los acuerdos de refinanciación: están pensados para grandes empresas, en los que la
refinanciación viene de la mano de entidades financieras (no siempre). La comunicación
la realiza el propio deudor (va al Juzgado y comunica el inicio de negociación).

➢ Los acuerdos extrajudiciales de pago: aquí aparece la figura del mediador concursal.
Está pensado para empresarios de menores dimensiones. La comunicación la realiza el
mediador concursal. Hay tres opciones: ir al Notario (si no eres empresario), al
Registrador Mercantil (si eres empresario) o a la Cámara de Comercio (si eres
empresario)y pedir un mediador concursal que te ayude a alcanzar un acuerdo
extrajudicial con tus acreedores.

Estos instrumentos son previos al concurso, por tanto, extrajudiciales. Por tanto, aunque en
algunos casos tienen intervención judicial puntual, el resto del proceso no requiere de presencia
judicial, es más ágil y más informal. Todo el proceso de negociación no requiere de presencia o
intervención judicial (salvo en ciertos supuestos puntuales). El deudor nunca está obligado a
negociar.

Cuando el deudor está en situación de insolvencia actual (cuando actualmente, ahora mismo, el
deudor no puede cumplir regularmente con sus obligaciones exigibles. Artículo 2 LC.), está
obligado a dirigirse al juez y solicitar que se le declare en situación de concurso de acreedores.
También se puede solicitar (pero no es obligatorio) cuando el deudor está en situación de
insolvencia inminente (el deudor todavía cumple, pero prevé que dentro de poco no va a poder
cumplir regular y puntualmente sus obligaciones).

Si el deudor está en situación de insolvencia actual, la declaración de concurso de acreedores la


puede solicitar el deudor o uno de sus acreedores. En la situación de insolvencia inminente solo
la puede solicitar el propio deudor.
El artículo 5 TRLC es el que establece la obligación del deudor de solicitar la declaración de
concurso.

Si el deudor están en situación de insolvencia actual tiene la obligación de ir al juez con abogado
y procurador en el plazo de 2 meses (siguientes a la fecha en que hubiera conocido o debido
conocer el estado de insolvencia actual) para solicitar la declaración de concurso. En ese
periodo el deudor o cualquiera de sus acreedores puede solicitar dicha declaración.

Si durante ese tiempo el deudor está negociando con alguno de sus acreedores, los acreedores
pueden igualmente solicitar la declaración del concurso, a menos que el deudor lo haya
comunicado. Así se evita el llamado concurso necesario (declarado a instancia de un acreedor).
Por lo tanto, si estando en situación de insolvencia actual se comunica que se está negociando
con los acreedores el deudor tendrá 2 meses (para solicitar declaración de concurso), 2-3 meses
(para negociar), y transcurridos esos 3 meses si no se ha llegado a un acuerdo se concede 1 mes
más para solicitar la declaración.

La comunicación de apertura de negociaciones está en los artículos 583 y siguientes TRLC.

La comunicación del inicio de esas negociaciones hay que hacerla al juzgado competente, y es
importante porque hay casos en los que se produce la suspensión de ejecuciones sobre el
patrimonio del deudor. Hay una regla que favorece la imposibilidad de ejecutar sobre el
patrimonio del deudor.

Mirar artículos 588 y 589 TRLC. Y en cuanto al plazo de 3 meses más 1 mes artículo 583 y 595 (si
es empresario 3 meses, si es no empresario 2 meses) TRLC.

La Ley Concursal establece una excepción al principio de responsabilidad patrimonial universal


(el deudor responde de sus obligaciones con todo su patrimonio, presente y futuro), el beneficio
de exoneración de pasivo insatisfecho (la conocida como segunda oportunidad). Es decir,
condonación de deudas. Quiere decir que se beneficia al deudor, se le perdonan determinadas
deudas que no ha podido pagar. Hay deudas que se extinguen por condonación (solo para
personas físicas y mediando la buena fe). Solo para el deudor que haya sido declarado en
concurso de acreedores y haya intentado un acuerdo extrajudicial de pago.

Cuando se han intentado estos acuerdos con los acreedores puede ocurrir que se llegue a un
acuerdo con los acreedores, que el acuerdo se cumpla y se haya evitado la insolvencia (es lo
ideal, pero no ocurre siempre). Puede ocurrir que se alcance un acuerdo, pero que no se cumpla;
o que ni siquiera se alcance un acuerdo. Cuando esto sucede, si el deudor sigue estando en
situación de insolvencia lo que procede es la declaración del concurso. Cuando esto ocurre
hablamos del concurso consecutivo (es un concurso de acreedores). Es decir, es concurso
consecutivo (artículos 695 y siguientes) aquel que se declara posteriormente de haber intentado
acuerdos. Aunque tenga ciertas especialidades no deja de ser un concurso. Se activa cuando
fracasa la solución extrajudicial.

NOTA: No todos los acreedores tienen que estar personados con abogado y procurador, es
suficiente con que comuniquen su derecho de crédito de manera individual. Si se personan se
les da tratamiento como parte del proceso (visto en clase práctica).
TEMA 2: CONCURSO DE ACREEDORES

Los presupuestos para la declaración de concurso, tal y como están contenidos legalmente, son
2:

➢ Presupuesto subjetivo (artículo 1 TRLC):


• Artículo 1.1 TRLC: “La declaración de concurso procederá respecto de cualquier
deudor, sea persona natural o jurídica”. Es decir, cualquier deudor, sea persona
física (empresario o no) o jurídica. Existe el denominado concurso del
consumidor, que se trata del concurso de una persona natural no empresario
(este concepto de concurso de consumidor no aparece en el TRLC, se utiliza
coloquialmente).

• Están excluidos (artículo 1.2 TRLC): “Las entidades que integran la organización
territorial del Estado, los organismos públicos y demás entes de derecho público
no podrán ser declarados en concurso”. No podrán ser declarados en concurso
de acreedores porque no se puede liquidar un Ayuntamiento o un Cabildo
porque este es un bien demanial, por lo tanto inembargable, y porque
responden a un interés general. Las propiedades, los bienes y derechos de los
que es titular la AP son demaniales.

• Es posible el concurso de la herencia. Este está regulado en los artículos 567 y


571 del TRLC. Se podrá declarar cuando la herencia no esté aceptada pura y
simplemente.

➢ Presupuesto objetivo: la insolvencia, solo es posible declarar a un deudor en concurso


de acreedores cuando esté en situación de insolvencia. La insolvencia es la falta de
cumplimiento regular de las obligaciones exigidas. La insolvencia puede ser actual o
inminente (artículo 2 TRLC). Es actual cuando no se puede cumplir regularmente con
sus obligaciones exigibles (las que se tienen que cumplir ya). Es inminente cuando el
deudor prevé que no podrá cumplir regular y puntualmente sus obligaciones, es decir,
ahora cumple, pero a corto plazo prevé que no lo hará. El texto refundido no establece
un plazo para la insolvencia inminente, pero el proyecto de reforma contempla delimitar
la insolvencia inminente estableciendo un plazo de 3 meses (actualmente no existe
plazo).

NOTA: Si se cumple fuera de plazo se trataría de un cumplimiento irregular, no se estaría


cumpliendo regularmente.

Cuando el deudor está en situación de insolvencia actual tiene la obligación de solicitar


su declaración de concurso (2 meses desde que conoce o ha debido conocer su situación
de insolvencia). En el caso de la insolvencia inminente podrá solicitar la declaración de
concurso, pero no es una obligación. La diferencia es importante porque los acreedores
pueden pedir el concurso de su deudor, están legitimados solamente cuando el deudor
esté en situación de insolvencia actual.

Además, el artículo 2, dentro del presupuesto objetivo para la declaración de concurso,


establece dos indicaciones distintas:
• El concurso declarado a instancia del deudor se llama concurso voluntario.
Cuando esto sucede tendrá que acreditar que está en situación de insolvencia
(el deudor puede querer ser declarado en concurso sin ser insolvente porque
podría ganar la paralización de algunas ejecuciones sobre el patrimonio).

• Cuando se declara a instancia de otro legitimado (normalmente un acreedor) se


llama concurso necesario. En este caso, no se le exige al acreedor que acredite
la insolvencia del deudor, pues este no tiene toda la información económica ni
financiera ni contable del deudor. Se le exige que justifique su declaración en
alguno de los siguientes hechos externos reveladores del estado de
insolvencia (son 6 acontecimientos que presumen que el deudor se debe
encontrar en una situación de insolvencia). Son circunstancias que se dan y que
ponen de manifiesto o en evidencia que el deudor debe estar en una situación
de insolvencia. Por ejemplo, existencia de título por el que se haya despachado
mandamiento de ejecución o apremio sin que del embargo hubieran resultado
bienes libres conocidos bastantes para el pago; existencia de embargos por
ejecuciones en curso que afecten de una manera general al patrimonio del
deudor; sobreseimiento generalizado en el pago de obligaciones tributarias o de
seguridad social de los últimos 3 meses, Debemos conectar el artículo 5.2 con el
artículo 2.4 TRLC.

El artículo 5.2 establece que “Salvo prueba en contrario, se presumirá que el


deudor ha conocido que se encuentra en estado de insolvencia cuando hubiera
acaecido alguno de los hechos que pueden servir de fundamento a una solicitud
de cualquier otro legitimado”.

¿Quiénes están legitimados para solicitar al declaración de concurso? Artículo 3 TRLC:

➢ El deudor. Si el deudor es persona jurídica serían legitimados el órgano de


administración o de liquidación. El de liquidación si la sociedad estuviera en fase de
disolución.

➢ Cualquier acreedor, pero se excluye a un acreedor particular. Se trata del acreedor que
adquiere el derecho una vez está vencido y solicita la declaración de concurso (artículo
3.2 TRLC).

➢ Los socios personalmente responsables de las deudas sociales (artículo 3.3 TRLC). Esto
se puede en las sociedades de base personalista, en una sociedad irregular. Esto es así
porque si la sociedad no responde, responden ellos. Recordemos que en una sociedad
de capital, una S.L. o una S.A. debidamente inscrita los socios no responden por las
deudas sociales.

➢ El mediador concursal en los supuestos en los que se hubiera intentado un acuerdo


extrajudicial (aunque no salga en el listado del artículo 3 TRLC). Lo podemos
fundamentar en los artículos 705 y 706 TRLC.

➢ En el caso de concurso de la herencia: el administrador de la herencia yacente;


cualquiera de los herederos o cualquier acreedor
El concurso de acreedores no se puede declarar nunca de oficio, siempre a instancia de persona
legitimada. Tampoco está legitimado el Ministerio Fiscal, este solo interviene en el
procedimiento de concurso de acreedores, en la sección de calificación. Sin embargo, el TRLC
quiere llamar la atención del MF para que, en aquellos casos en los que esté conociendo de
procesos penales en el que se ponga en evidencia que hay un deudor en situación de insolvencia,
que lo comunique a los acreedores por si quieren instar al declaración de concurso (artículo 4.1
TRLC).

En la medida en que distinguimos entre concurso voluntario y concurso necesario, el legislador


distingue también algunas diferencias, pues el contenido de la solicitud será diferente, los
documentos a acompañar serán distintos, el procedimiento de declaración será diferente en
uno u otro caso.

SI LA DECLARACIÓN DE CONCURSO LA SOLICITA EL DEUDOR:

El deudor debe fundar su solicitud de declaración de concurso en su estado de insolvencia


(actual o inminente). Al contenido de la solicitud se refiere el artículo 6 TRLC. Los documentos
que hay que acompañar está dispuesta en el artículo 7 TRLC:

➢ Memoria expresiva de la historia económica y jurídica del deudor: por ejemplo, si es una
persona jurídica, su título de constitución, si ha habido modificaciones de los estatutos,
los datos registrales, quienes son los socios, etc.

Si es una persona física no empresario, por ejemplo cuando habal de historia económica:
cuáles son las deudas que tiene contraídas, si está trabajando o no, el importe de la
nómina, su situación económica, etc.

➢ Si el deudor fuera persona casada, indicará en la memoria la identidad del cónyuge, la


fecha del matrimonio, el régimen económico por el que se rija y, si se hubiera pactado,
la fecha de las capitulaciones matrimoniales.

➢ Un inventario de los bienes y derechos que integren su patrimonio.

➢ La plantilla de trabajadores.

El artículo 8 regula los documentos contables y complementarios. Se exigen cuando el deudor


estuviera obligado legalmente a llevar contabilidad (todos los empresarios están obligados):

➢ Las cuentas anuales


➢ Los informes de gestión y auditoría

Entre otros.

Si se presenta la solicitud con los enumerados documentos y acreditándose la situación de


insolvencia, se declara la situación de concurso; no hay más trámites. Si considera que falta algún
documento pide subsanación. Pero una vez acreditada la situación de insolvencia no hay más
trámites, no hay llamada a los acreedores, ni al MF. En la ley se establece que en el siguiente día
hábil, pero en la práctica esto no se da, será cuando el juez pueda.
SI LA DECLARACIÓN DE CONCURSO LA SOLICITA EL DEUDOR:

El legitimado debe acreditar su condición de legitimado. Por ejemplo, si es acreedor, deberá


acreditar que es acreedor, y además, los datos de su derecho de crédito. Por lo que el Juez el va
a pedir prueba de esos hechos externos reveladores de la situación de insolencia. Por ejemplo,
en el caso de que el hecho que alegue sea el de embargo generalizado sobre los bienes o el
patrimonio del deudor, podrá aportar como prueba la justificación o nota informativa de los
Registros de la Propiedad o Registro de Bienes Muebles donde aparezcan las anotaciones de
embargo; o anotación sobre los bienes del deudor infructuosa, esto es muy habitual: acreedor
que ha comenzado ejecución individual, ha demandado al deudor para que le pague, el deudor
no paga voluntariamente, hay sentencia condenatoria, hay embargo, se despacha ejecución en
ese procedimiento, y no consigue o no encuentra bienes del deudor, o los que encuentra están
embargados; pues lo que presenta el acreedor es toda la acreditación de ese procedimiento.

Una vez presentada la solicitud, se pueden dar dos vías (artículo 14.2. TRLC) en función de cuál
sea el hecho revelador en que justifica el acreedor la solicitud de declaración de concurso:

➢ ”Si la solicitud presentada por el acreedor se fundara en la existencia de una previa


declaración judicial o administrativa de insolvencia del deudor siempre que sea firme; en
la existencia de un título por el cual se hubiera despachado ejecución o apremio sin que
del embargo hubieran resultado bienes libres conocidos bastantes para el pago, o en la
existencia de embargos por ejecuciones pendientes que afecten de una manera general
al patrimonio del deudor, el juez declarará el concurso de acreedores el primer día hábil
siguiente”.

Es decir, cuando la solicitud del acreedor se funde en alguno de esos hechos externos
reveladores de la insolvencia de forma inmediata se declara el concurso.

➢ “Si la solicitud presentada por el acreedor se fundara en alguno de los hechos externos
reveladores del estado de insolvencia enumerados en esta ley distinto de los anteriores
o si la solicitud procediera de cualquier otro legitimado, el juez el primer día hábil
siguiente dictará auto admitiéndola a trámite, ordenando el emplazamiento del deudor,
con traslado de la solicitud, para que comparezca en el plazo de cinco días, dentro del
cual se le pondrán de manifiesto los autos y podrá formular oposición a la solicitud,
proponiendo los medios de prueba de que intente valerse”.

Es decir, cuando se solicita la declaración de concurso fundándola en otros hechos


externos reveladores, por ejemplo, el incumplimiento de obligaciones tributarias o de
seguridad social de los últimos 3 meses antes de la declaración de concurso, en este
supuesto el juez no dicta automáticamente al declaración de concurso del deudor, sino
que lo llama, lo emplaza para que el deudor, o bien se allane (si está de acuerdo) o se
oponga a la solicitud de concurso presentada por su acreedor.

Sobre la oposición del deudor (artículo 20). Cuando el deudor se opone puede:

➢ Negar la condición de acreedor del solicitante, es decir, negar su legitimación.

➢ Reconocer que efectivamente es un acreedor al que no ha pagado, pero que él no está


en situación de insolvencia porque está cumpliendo puntual y regularmente con sus
obligaciones exigibles.
➢ Negar que esté en situación de insolvencia.

Una vez que haya oposición del deudor se cita a una vista (una especie de juicio verbal) en el
que se propondrán las pruebas que se estimen convenientes por parte del acreedor y por parte
del deudor, y entonces el juez resolverá si declara o no declara al deudor en situación de
concurso de acreedores.

El acreedor o los acreedores tienen un incentivo muy importante para solicitar la declaración de
concurso de sus deudores, porque además de todos los beneficios que pueda reportarles la
apertura del procedimiento concursal, en cuanto al orden de satisfacción de los acreedores, de
evitar que el deudor pueda disponer de su patrimonio porque existe el deber de conservación
de la masa activa, o el ejercicio de acciones rescisorias, etc., el otro gran beneficio que obtienes
es que el 50% del importe de su crédito se va a considerar automáticamente crédito
privilegiado (los créditos pueden ser privilegiados, ordinarios o subordinados). Se tiene que
tratar de un acreedor ordinario. El crédito privilegiado es el que cobra primero, el ordinario el
del medio, y el subordinado el último.

El concurso de acreedores se declara mediante auto judicial (juez mercantil o de primera


instancia). Es el conocido como presupuesto formal. El contenido de este auto se encuentra en
el artículo 28 TRLC:

“1. En todo caso, el auto de declaración de concurso contendrá los siguientes pronunciamientos:

1.º El carácter voluntario o necesario del concurso, con indicación, en su caso, de que el deudor
ha presentado propuesta anticipada de convenio o ha solicitado la liquidación de la masa activa.

2.º La determinación de si el concurso se tramitará conforme a las reglas establecidas para el


procedimiento ordinario o conforme a las establecidas para el procedimiento abreviado.

3.º Los efectos sobre las facultades de administración y disposición del deudor respecto de la
masa activa.

4.º El nombramiento de la administración concursal, con expresión de las facultades del


administrador o de los administradores concursales nombrados.

5.º El llamamiento a los acreedores para que pongan en conocimiento de la administración


concursal la existencia de sus créditos en el plazo de un mes a contar desde el día siguiente a la
publicación de la declaración de concurso en el «Boletín Oficial del Estado».

6.º La publicidad que haya de darse a la declaración de concurso.

2. En caso de concurso necesario, el auto deberá contener, además, el requerimiento al


concursado para que, en el plazo de diez días a contar desde la notificación de la declaración de
concurso, presente los mismos documentos que el deudor debe acompañar a la solicitud de
concurso.

3. En el auto de declaración de concurso, el juez podrá acordar las medidas cautelares que
considere necesarias para asegurar la integridad, la conservación o la administración de la masa
activa hasta que el administrador o los administradores concursales acepten el cargo”.
1.1º: en cuanto a lo de carácter voluntario o necesario, hace referencia a si ha sido declarado
por el deudor o por el acreedor. ¿Qué pasa con las facultades de disposición patrimonial?
Dependiendo de que sea concurso voluntario o necesario podrá suceder una cosa u otra. En
cuanto a lo de “con indicación, en su caso, de que el deudor ha presentado propuesta anticipada
de convenio o ha solicitado la liquidación de la masa activa”, se habla de la solución del concurso
(fase solutoria). Es decir, si en la solicitud presentada por parte del deudor (concurso voluntario)
el deudor no dice nada, marcha el concurso según los trámites establecidos en la ley (fase
común, luego se intenta convenio, y si no es posible convenio, se va a liquidación), pero es posible
que desde el mismo momento en el que el deudor presenta la solicitud de concurso ya esté
avanzado la solución al concurso; o bien presentando lo que se conoce como propuesta
anticipada de convenio porque no se espera a llegar a la fase solutoria, o bien que el deudor
descarte cualquier solución negocial y desde este mimo momento solicita la apertura de la fase
de liquidación, por lo que durante al fase solutoria no se va a intentar el convenio en ningún
momento, porque ya el deudor ha anticipado que la única salida a la situación de insolvencia es
la liquidación de su patrimonio. Si se da cualquiera de estas dos soluciones lo tiene que decir
el auto. Esto es muy importante porque al auto se le da publicidad (en el BOE, en el Registro
Público Concursal).

1.2º: El procedimiento abreviado está regulado en los artículos 522 y siguientes TRLC. Hay veces
en las que debe aplicarse de forma obligatoria y otras de forma facultativa. Por ejemplo, se podrá
aplicar de forma facultativa cuando la lista presentada por el deudor incluya menos de 50
acreedores; cuando la estimación inicial del pasivo no supera los 5 millones de euros; cuando la
valoración de bienes y derechos no alcanzan los 5 millones de euros. La mayor parte de los
concursos son concursos abreviados. En cuanto a su aplicación obligatoria, el juez aplicará
necesariamente el procedimiento abreviado cuando el deudor hubiera cesado completamente
en su actividad y no tuviera ningún contrato de trabajo; cuando el deudor presente, junto con la
solicitud de concurso, un plan de liquidación que contenga: una propuesta escrita y vinculante
de la adquisición de la unidad productiva en funcionamiento. Este es un supuesto cuando el
deudor empresario, cuando solicita la declaración de concurso, solicita inmediatamente la
apertura de la liquidación, plan de liquidación desde ese momento, y está proponiendo como
método de liquidación la venta de la empresa a un tercer, es decir, toda la unidad productiva. De
tal forma que es mucho simple pues ya tiene un tercero que le va a comprar la empresa. El Juez
puede en cualquier momento pasar de un procedimiento de concurso ordinario, a concurso
abreviado, o a la inversa. En el procedimiento abreviado básicamente lo que sucede es que se
acortan los plazos. El auto de declaración de concurso tiene que indicar si se trata de un
concurso ordinario o concurso abreviado.

1.3º: El artículo 28.1.3º se refiere a las posibilidades que da el legislador, que son de intervención
o de suspensión de las facultades de disposición patrimonial del deudor. Es decir, ¿qué puede
hacer el deudor con su patrimonio una vez declarado en concurso? “Más bien poco, porque le
principio que rige es el de conservación de la masa activa”. La regla general, en los casos de
concurso voluntario, es la intervención (el deudor conserva las facultades de disposición
patrimonial, pero está vigilado por el administrador concursal, es decir, va a requerir
autorización del administrador concursal para cualquier acto de disposición patrimonial que no
sean los actos ordinarios). Y en el caso del concurso necesario, la regla general es la suspensión
(se le retiran las facultades de disposición y será sustituido por el administrador concursal. Esto
es así porque si el concurso es necesario es que el deudor no ha sido diligente, y como punto de
partida, el juez no se fía del deudor).
1.4º: En el mismo auto se nombra al administrador concursal, y una vez nombrado y aceptado
el cargo, los acreedores se tienen que dirigir al administrador concursal para comunicar la
existencia de sus derechos de crédito, para que sean reconocidos dentro del concurso. El propio
auto establece la identificación del administrador concursal y en muchas ocasiones, además,
establece la forma de contactar con él; la ley prefiere las comunicaciones telemáticas, y por ello
normalmente se pone al dirección de correo electrónico. Por regla general el administrador
concursal es uno.

Es importante la publicidad a ese auto de declaración para que todos los acreedores conozcan
la situación de concurso de su deudor, y el llamamiento específico para que, en el caso de un
mes desde la publicación en el BOE, comuniquen su derecho de crédito. Es muy importante
porque para que el acreedor pueda cobrar dentro del concurso tiene que comunicar la existencia
de su derecho de crédito.

Los acreedores del deudor los podemos conocer de la documentación del deudor, pero puede
ser que no se ponga de manifiesto la existencia de determinados acreedores; o que se ponga de
manifiesto la existencia de determinados acreedores, peor por cuantían distintas; o respecto de
obligaciones diferentes, o en condiciones distintas. Por eso es importante el llamamiento que
se hace a los acreedores para que comuniquen sus derechos de crédito.

La publicidad puede ser registral o extra registral. El auto de declaración de concurso se publica:

➢ Si hablamos de publicación extra registral: en el BOE y en el registro Público Concursal,


artículo 35 TRLC.
➢ Si hablamos de publicación registral: La ley obliga a publicar el auto de declaración de
concurso en los registros públicos, o bien registro civil (si el deudor no es empresario),
o bien registro mercantil (si el deudor es empresario, es decir, sea un sujeto inscribible
en el RM). Artículos 36 y 37 TRLC.

Todo ello a los efectos de que los acreedores conozcan la declaración de concurso, para que las
personas que no sean acreedoras conozcan la declaración de concurso, por ejemplo, el mercado,
tráfico, etc.

Además, existe una preocupación importante por parte del legislador para que sujetos que
puedan estar especialmente afectados o vinculados con al declaración de concurso, se les
notifique esta situación (artículo 33 TRLC). El primer apartado se refiere de la notificación del
auto al deudor. Puede parecer extraño, pero hay casos de concurso voluntario en los que se
emplaza al deudor y el deudor no comparece.

Y si el deudor estuviera casado el auto se notificará al cónyuge, o a la pareja de hecho (artículo


33.2 TRLC).

Se puede declarar un concurso para varios deudores (concurso conexo), o se puede acordar la
acumulación de concursos iniciados separadamente (acumulación de concursos). Esto se da
normalmente cuando hay confusión de patrimonios, o por ejemplo, en el caso de cónyuges, o
cuando hay grupos de sociedad. En todo caso cuando, por las circunstancias concretas es
preferible que se sustancien los concursos bajo un mismo procedimiento, porque haya
creedores comunes por las mismas cantidades, porque en el caso de los cónyuges en régimen
de gananciales estos están respondiendo de las mismas deudas. Todo ello está regulado en los
artículos 38-43 TRLC. Aquí lo más importante es simplemente que reconozcamos la posibilidad
de que esto puede ocurrir.
La tramitación de estos concursos supone que se tramitaran de forma coordinada y sin
consolidación de masas, es decir, que no va a haber una sola masa activa y una sola masa pasiva,
o solo inventario de bienes y derechos, o una sola lista de acreedores, sino que la habrá respecto
de cada uno de los deudores.

LOS ÓRGANOS DEL CONCURSO:

Son el Juez y la Administración concursal.

El juez:

➢ La competencia judicial (artículo 44 TRLC):


• Juez de lo mercantil: si el deudor es empresario (conforme a la legislación mercantil).
• Juez de primera instancia: si el deudor es persona física no empresario ni profesional.

En el proyecto de reforme se prevé unificar la competencia objetiva al juzgado de lo mercantil.

➢ La competencia territorial: (artículo 45 TRLC) ¿qué juzgado de lo mercantil en concreto, o


qué juzgado de primera instancia en concreto? El artículo dispone que el juzgado
competente será aquel en el que el deudor tenga el centro de sus intereses principales.
Mientras que la persona física no empresario será el de su domicilio o residencia habitual.
Los juzgados de lo mercantil tienen circunscripción provincial, mientras que los juzgados de
primera instancia van por partidos judiciales.

NOTA: el domicilio social es el domicilio estatutario, el registral; mientras que el domicilio


real puede no coincidir con este.

Respecto a lo que el legislador llama carácter exclusivo y excluyente de la jurisdicción. Una vez
que se declara el concurso, independientemente de quien sea el deudor, al legislador le
preocupa que todas aquellas acciones judiciales que tengan efecto sobre el patrimonio del
deudor se sustancien bajo el paraguas del juez del concurso. Es decir, cualquier procedimiento
judicial que pudiera tener efecto sobre el patrimonio del deudor, el legislador quiere se
sustancie por el juez del concurso, es lo que se conoce como la vis atractiva del juez del
concurso. Tal es así, que hay cuestiones laborales que se sustancian ante el juez del concurso, y
no ante las autoridades laborales (por ejemplo, las modificaciones sustanciales de trabajo
cuando son medidas colectivas) . Todo ello está regulado en el artículo 52 TRLC. Este artículo
tiene 8 apartados en los que estipula cuándo el juez de concurso es competente. Por ejemplo,
las acciones civiles (menos filiación, capacidad, matrimonio, etc.).

El juez del concurso va a intervenir en las resoluciones más importantes de ordenación del
procedimiento; va a dictar el auto de declaración de concurso, va a dictar el auto de apertura de
la fase de convenio o de liquidación, va a probar judicialmente el convenio, en su caso; o va a
aprobar el plan de liquidación; o va a dictar el auto que abra la fase de calificación y dicta la
sentencia de calificación.

El administrador concursal: se encarga de las decisiones, a lo largo del procedimiento concursal,


de ordenación del procedimiento en el sentido de llamar a los acreedores, comunicarse con
ellos, de reconocer los créditos, de clasificar los créditos, de realizar las operaciones de
liquidación, de comunicarse con el deudor, de pedir información, contabilidad, facturas,
documentación, etc. El administrador va a ser un profesional nombrado por el juez para que
realice todas estas cuestiones. También es el autorizado para ejercitar acciones en nombre del
concursado, para recabar información del concursado, para exigir la colaboración del
concursado, etc.

Una vez declarado el concurso se ordena la apertura primero de la sección primera, segunda,
tercera y cuarta (fase común), y una vez que se completa la fase común, se abrirá la sección d
convenio o la sección de liquidación, es decir, la sección quinta. La sección sexta, la calificación
del concurso, es eventual. Es una manera de tener identificada la información relevante de cada
una de las partes en las que se divide el procedimiento concursal. Por ejemplo, la sección
segunda es donde vamos a encontrar toda la información que tiene que ver con el administrador
concursal, con el órgano, con la administración concursal (su nombramiento, la retribución que
se ha pactado, la rendición de cuentas cuando haya cesado, etc.). O la sección tercera que es al
que tiene que ver con la masa activa (inventario inicial, el inventario que finalmente hace el
administrador concursal, posibles impugnaciones a ese inventario, etc.). La sección cuarta es la
que tiene que ver con la masa pasiva (todo lo que tiene que ver con la lista de acreedores, las
comunicaciones con los acreedores, el pago de acreedores, etc.). Todo ello se corresponde con
distintas carpetas, expedientes.

En cuanto al régimen jurídico de la administración concursal como órgano (artículos 57 y ss.


TRLC). Además, a lo largo del TR hay referencias al administrador concursal o a la administración
concursal. No obstante, en el TR hay partes de estos artículos que no están en vigor porque el
legislador quiere que se desarrolle reglamentariamente el estatuto jurídico del administrador
concursal, y eso aún no ha ocurrido, por lo que aquellos preceptos que tienen que ver con las
condiciones subjetivas que tienen que concurrir en aquellas personas que puedan ser
nombrados administradores concursales ahora mismo no están en vigor, lo que está en vigor
es lo que está en el aula virtual.

Se regula la administración concursal como órgano. A lo largo de todo el TR hay referencias al


administrador concursal, pues es casi el órgano más importante a lo largo del procedimiento,
pues prácticamente toda la ordenación del procedimiento está en manos del administrador
concursal. Por ejemplo, hay un documento dentro del concurso que es sumamente importante,
el informe del administrador concursal, este informe contiene lo que llamamos la
determinación de la masa activa y la determinación de la masa pasiva, es decir, el inventario
de bienes del deudor y la lista de acreedores. Estos documentos los elabora el administrador
concursal a través de ese informe. Ese informe es el que va a determinar exactamente con que
bienes se pueden satisfacer los derechos de crédito de los acreedores.

La administración concursal es un órgano, y normalmente, un órgano unipersonal (es la regla


general, porque en atención a determinadas circunstancias especiales como, el interés público
de concurso, cuando el deudor tenga unas determinadas condiciones que puedan justificar la
presencia de otro miembro, entonces la administración concursal sería dual). Cuando se dicta la
Ley Concursal en el año 2003, el órgano de administración concursal estaba formado por 3
administradores concursales (con carácter general), solamente de forma excepcional había un
único administrador concursal. Dentro de esos 3 había siempre un acreedor. Esto se elimina en
un determinado momento, y se opta por una administración concursal única (artículo 57 TRLC).

Recordemos que el administrador concursal es nombrado por el juez en el auto de declaración


de concurso.

El administrador concursal puede ser una persona física o jurídica, esto es relativamente
frecuente, pues hay sociedades profesionales (SA o SL) cuyos socios son personas que cumplen
los requisitos para ser nombrados administradores concursales. Pero en estos casos el
nombramiento recae sobre la persona jurídica, lo que pasa que la persona jurídica designa a un
representante persona física.

El artículo 58 hace referencia a la excepción de la administración dual (concursos en los que


concurran causas de interés público).

¿Quién puede ser administrador concursal? Se opta por un sistema de administración


profesional, porque quienes pueden ser nombrados administradores concursales son
profesionales. El TR no ha sido desarrollado reglamentariamente en algunos aspectos, por lo
que las condiciones subjetivas para ser nombrado administrador concursal no las
encontraremos en el TR (las actualmente vigentes), sino en la redacción anterior de la Ley de
2003. En el AV la profesora ha colgado un pdf con la redacción del artículo 27, donde se regulan
las condiciones subjetivas actualmente vigentes.

En todo caso, pueden ser administradores concursales:

➢ Abogados.
➢ Economistas.
➢ “Titulados mercantiles”. Son los antiguos diplomados en empresariales.
➢ Auditores de cuenta.

Todos ellos con 5 años de experiencia profesional. Respecto a los abogados, además de la
experiencia profesional durante 5 años como abogado hayan acreditado formación
especializada en derecho concursal. Y en el caso del economista, titulado mercantil y auditor de
cuenta, además de los 5 años, que tengan especialización demostrable en el ámbito concursal.
Es un perfil profesional. Se trata de profesionales en ese ámbito y en los que deben concurrir
esas otras circunstancias.

Son estos profesionales porque va a ser necesario un perfil o económico o jurídico. Sin embargo,
es verdad que como la administración concursal va a estar formada, con carácter general, por
un único miembro, siempre va a faltar esa otra parte. Es decir, si es nombrado un abogado
faltará el conocimiento económico (tendrá conocimientos económicos, pero no con la
profesionalidad que tenga un auditor de cuentas; aunque siempre va a poder requerir del auxilio
de profesionales de ese tipo), y viceversa; esto es, si se nombra a un auditor de cuentas, la parte
jurídica de la que se tengan que pronunciar requerirá del auxilio de profesionales de ese tipo.
Esto se soluciona con más facilidad cuando el administrador concursal es una persona jurídica
porque se nombra a la persona jurídica, y esta nombra o designa al representante persona física;
pero dentro de la persona jurídica digamos que ya hay una composición personal suficiente
como para poder desempeñar todas esas funciones; es decir, los pronunciamientos que
requieran conocimientos jurídicos y los que requieran conocimientos de contabilidad, de
valoración de bienes, de aplicación de criterios contables, etc.

Hay determinados concursos en los que el administrador concursal no responde a estos


parámetros, son supuestos especiales (artículo 27.2 Ley 2003). Serían las entidades de crédito,
las entidades aseguradoras, o entidades de valores. En este caso, el administrador concursal es
un técnico específico, por ejemplo, en el caso de las entidades de crédito es el Fondo de
Garantías de Depósito; o en el caso de las entidades aseguradoras, el Consorcio de
Compensación de Seguros. Es decir, por razón del deudor, por razón de la especialidad de quien
está declarado en concurso de acreedores, el administrador concursal se nombra dentro de
alguno de los técnicos que formen parte de estos ámbitos. Son supuestos excepcionales, son
menos frecuentes, a pesar de que tengan más repercusión mediática.

¿Cómo se nombra? Hasta día de hoy los jueces (que son quienes nombran a los administradores
concursales) sacan a los administradores (pues lo contenido en el TR no está en vigor aun,
consistente en la exigencia de la inscripción en el Registro Público Concursal) a través de las
listas de los decanatos de los juzgados, es decir, los administradores concursales se apuntan,
cuando cumplen los requisitos, a través de sus colegios profesionales, a estas listas (artículo 27.3
Ley 2003). El juez debe nombrarlos de forma rotativa (regla general), pero hay órganos judiciales
que se dedican a nombrar a 2 o 3 únicamente, que son los que saben que trabajan bien.

NOTA: Lo que no está en vigor es: lo relativo a las condiciones subjetivas para su nombramiento
y a la retribución del administrador concursal.

El juez lo nombra en el auto, se le notifica, y este tiene que aceptar. Hasta que el administrador
no acepta el cargo no empieza a asumir la administración. Para aceptar el cargo tiene que
acreditar tener suscrito un seguro de responsabilidad civil o garantía equivalente para responder
de los posibles daños como consecuencia del ejercicio de sus funciones. El administrador
concursal está manejando un patrimonio que no es suyo, por lo que está sujeto a
responsabilidad. La ley exige a los administradores concursales los deberes de diligencia y
lealtad. El artículo 66 es el que hace referencia al deber de aceptación del administrador
concursal, y el 67 el que menciona el seguro de responsabilidad civil obligatorio o garantía
equivalente.

Una vez que acepte el cargo, el administrador concursal debe dar sus datos para poder
comunicarse con él, no solo el órgano judicial, sino también los acreedores, ya que durante el
concurso los acreedores se van a dirigir al administrador concursal (a comunicarle sus créditos,
a preguntarle cómo va el procedimiento). Se prefieren las comunicaciones electrónicas. De
hecho, el acreedor para comunicar el derecho de crédito al administrador concursal le manda un
correo electrónico con los documentos en pdf.

Se le otorga desde el momento en que acepta el cargo una credencial, un documento


acreditativo entregado por el LAJ para que el administrador concursal pueda acreditar su
condición de administrador concursal (frente al deudor, frente a los acreedores). Hay ocasiones
en las que necesita acreditar dicha condición.

Hay otra series de cuestiones que se regulan en torno al régimen jurídico del administrador
concursal. Por ejemplo, una vez aceptado el cargo no puede renunciar, salvo por causa grave y
justificada.

Con respecto al nombramiento del administrador, hay una serie de incompatibilidades y


prohibiciones (artículos 64 y 65). Hay personas que, aunque reúnan las condiciones subjetivas,
no pueden ser nombrados administradores concursales.

➢ O bien no pueden ser nombrados administradores concursales para ningún


procedimiento concursal. Las incompatibilidades suelen serlo de carácter general, por
ejemplo, quienes no puedan ser administradores sociales.

➢ O bien no pueden ser nombrados administradores concursales para ese procedimiento


concursal concreto, por ejemplo, es una persona especialmente relacionada con el
deudor, a lo mejor es el administrador social del deudor, o el cónyuge del deudor, o el
auditor de cuentas que ha auditado las cuentas en los 2 ejercicios anteriores, etc.

Estas incompatibilidades o prohibiciones son causas de recusación. Pueden recursarlo el


deudor y los acreedores.

Junto con los administradores concursales nos encontramos en ocasiones con los auxiliares
delegados (artículo 75-79 TRLC). Son auxiliares del administrador concursal, el órgano de la
administración concursal sigue siendo unipersonal. Son nombrados por el juez.

Es un supuesto distinto a aquel en el que el administrador concursal cuenta con una oficina, con
unos empleados, y se auxilia de esos empleados para desarrollar su función. Los auxiliares
delegados son, en algunas ocasiones, personas con un perfil profesional distinto al
administrador concursal nombrado por el juez (si el administrador concursal es abogado, el
auxiliar delegado es economista), al que se le retribuye igual que al administrador concursal; lo
que la retribución de los auxiliares va a cargo del administrador concursal.

Los auxiliares delegados pueden ser nombrados:

➢ A instancia del administrador concursal en atención a la complejidad del concurso


(artículo 75.1);
➢ Puede ser designado de oficio por el juez cuando se dan una serie de circunstancias
(artículo 75.2 TRLC), es aquí cuando se prevé la posibilidad de que tenga un perfil
profesional distinto al del administrador concursal
➢ Hay supuestos de nombramiento obligatorio (artículo 76), por ejemplo, en el caso de
concursos conexos.

El régimen jurídico de los auxiliares concursales es el mismo que el de los administradores


concursales en el sentido de incompatibilidades y prohibiciones; están sometidos a
responsabilidad; retribución detraída del administrador concursal con cargo a la masa; deberes
de actuación, etc.

En el ejercicio del cargo, el administrador concursal debe ejercitar sus funciones con diligencia
y lealtad (artículo 80 TRLC). El administrador concursal está siempre bajo la supervisión del
juez del concurso. En cualquier momento, el juez podrá requerir a la administración concursal
una información específica o una memoria sobre el estado del procedimiento o sobre cualquier
otra cuestión relacionada con el concurso (artículo 82 TRLC).

El cargo del administrador concursal es retribuido. La retribución se fija con cargo a un arancel.
Es decir, el juez no es libre, sino que tendrá que ir a los aranceles y determinar la retribución con
base al arancel (su retribución está fijada normativamente).

Los administradores cobran con cargo a la masa, esto nos sitúa en el concepto de créditos
contra la masa. Cuando hablamos de acreedores o de créditos en el concurso de acreedores,
nos vamos a encontrar con los créditos contra la masa (son créditos prededucibles, es decir,
son créditos que se pagan a su respectivo vencimiento. Esto quiere decir que, mientras se está
tramitando el procedimiento concursal los créditos contra la masa se van cobrando y retrayendo
del patrimonio del deudor, no se espera que termine la fase común de concurso, no se espera a
hasta ver si al solución es el convenio o la liquidación. Sn acreedores que cobran en el momento
del vencimiento; se va pagando a los acreedores con cargo a la masa activa, con cargo a la masa
del deudor) y los créditos concursales (tienen que esperar a ser comunicados, reconocidos,
clasificados, y ver cuál es la solución al concurso; o bien convenio, pagándose entonces según
las normas establecidas en el convenio; o bien liquidación, se van liquidando los bienes del
deudor).

Sentado lo anterior, cuando decimos que la retribución del acreedor concursal es un crédito
contra la masa, que se paga contra la masa, lo que estamos diciendo es que el administrador
concursal va a ir cobrando a lo largo del procedimiento, detrayéndose del patrimonio del deudor
su retribución. Como norma general, cualquier crédito que nazca después de la declaración de
concurso es crédito contra la masa. Por ejemplo, las nóminas de los trabajadores, una ve
declarado el concurso, son créditos contra la masa. Pero si se les debiera a los trabajadores 6
meses de salario, solo el último es contra la masa y el resto es concursal.

En el TR aparece la cuenta de garantía arancelaria, esta no está en vigor porque requiere de


desarrollo reglamentario. Esta cuenta está pensada para lo siguiente: el administrador cobra con
cargo a la masa, pero ¿y si la masa no es suficiente, no cobra? Está pensada para retribuir a
aquellos administradores concursales que no pueden cobrar por falta de masa total o parcial.
¿Cómo se dota ese fondo? El legislador ha previsto que se dote de la retribución de los
administradores concursales. Es decir, que haya como una especie de IRPF, que haya una parte
de la retribución que se vaya dotando. En resumen, es una especie de fondo que prevé el
legislador para garantizar una mínima retribución de los administradores concursales en todos
los concursos.

El administrador concursal va cobrando por fases, no cobra todo de una vez. Por lo que si hay
un determinado momento en el que se pone en evidencia, una vez que se elabora el informe,
que no hay masa activa suficiente para que cobren los acreedores, que por mucho que se
proceda a la liquidación no se va a poder atender a prácticamente ningún acreedor, que no hay
ni siquiera para atender a los créditos contra la masa; en ese momento concluye el proceso por
insuficiencia de masa. Por lo que el administrador concursal deja de seguir devengado
retribución porque cesa en sus funciones.

En cuanto a la responsabilidad del administrador concursal, se prevén 2 acciones:

➢ Se prevé una acción frente al administrador concursal cuando haya ocasionado daños y
perjuicios a la masa (artículo 94 TRLC): “

➢ El artículo 98 prevé la acción individual de responsabilidad, se trata de una lesión al interés


particular: “Quedan a salvo las acciones de responsabilidad que puedan corresponder al
concursado, a los acreedores o a terceros por actos u omisiones de los administradores
concursales y auxiliares delegados que lesionen directamente los intereses de aquellos”

El plazo de prescripción es de 4 años (artículo 97 TRLC).

Por último, la posibilidad de separación y revocación del administrador concursal (artículos 100
y ss.), si a lo largo del procedimiento concursal se advierten incumplimientos por parte del
administrador concursal, falta de diligencia, etc.

El artículo 102 hace alusión al informe de rendición de cuentas: “…” En cualquier momento en
que se produzca el cese de un administrador concursal el administrador concursal debe
presentar un informe de rendición de cuentas; es decir, dar a conocer al órgano judicial cuales
han sido las actividades que ha realizado. Es decir, su nombramiento comienza con la aceptación
y termina con la rendición de cuentas. Cualquiera que sea el cese.
LECCIÓN 3: LOS EFECTOS QUE PRODUCE LA DECLACIÓN DE CONCURSO (ARTÍCULOS 105 Y SS.
TRLC)

El concurso de acreedores del deudor produce efectos en muy diferentes ámbitos, no solamente
para el propio deudor sometido a concurso, sino también frente a los acreedores, frente a los
contratos, etc. Estudiaremos los efectos sobre:

➢ El deudor
➢ Acciones individuales
➢ Los créditos
➢ Los contratos
➢ Los actos perjudiciales para la masa activa

EFECTOS SOBRE EL DEUDOR:

➢ Sobre derechos fundamentales del concursado (LORC): En determinadas circunstancias


el juez del concurso puede adoptar una decisión que afecte a algunos de los derechos
fundamentales del deudor. Por ejemplo, en última instancia, en un supuesto en el que
se pueda abordar, dentro de un procedimiento judicial, el arresto domiciliario del
deudor. Esto aparece en la Ley Orgánica 8/2003, de 9 de julio, para la Reforma
Concursal, por la que se modifica la Ley Orgánica 6/1985, de 1 de julio, del Poder Judicial.

➢ Sobre las facultades patrimoniales del deudor (intervención/ suspensión)

➢ Continuación del ejercicio de la actividad profesional o empresarial

➢ Se mantiene el deber de presentar cuentas anuales

➢ Derecho/deber de alimentos (persona natural)

➢ Deudor persona jurídica

➢ Libros y documentos del deudor

➢ Deberes de comparecencia, colaboración e información

En primer lugar, vamos a estudiar los efectos sobre los derechos fundamentales del deudor, es
decir, medidas limitativas de los derechos fundamentales del deudor. El artículo 105 TRLC nos
remite a la LORC, concretamente establece: “Los efectos de la declaración de concurso sobre los
derechos y libertades fundamentales del concursado en materia de correspondencia, residencia
y libre circulación serán los establecidos en la Ley Orgánica 8/2003, de 9 de julio, para la Reforma
Concursal, por la que se modifica la Ley Orgánica 6/1985, de 1 de julio, del Poder Judicial”.

Las medidas que limiten los derechos fundamentales del deudor solo pueden ser adoptadas por
el juez del concursal; pero puede ser a instancias del administrador concursal, pero, en todo
caso, al decisión es judicial.
¿Cuándo pueden adoptarse estas medidas?

➢ En caso de concurso necesario: Desde la solicitud de concurso necesario y en cualquier


estado del procedimiento. Es decir, en la misma solicitud en al que el acreedor le solicita
al órgano judicial la declaración de concurso del deudor, ya le puede estar adelantando
que va a ser necesaria (por ejemplo) la intervención de las comunicaciones del deudor.

➢ En caso de concurso voluntario: Desde la declaración de concurso voluntario y en


cualquier momento del procedimiento.

¿En qué pueden consistir estas medidas?

➢ La intervención de las comunicaciones.


➢ El deber de residencia en la localidad en donde tenga su domicilio, o incluso si fuera
necesario, arresto domiciliario.
➢ La entrada y registro domiciliario.

Cuando el deudor es persona jurídica, estas medidas se pueden adoptar respecto de sus
administradores y liquidadores.

¿Por qué estas medidas pueden ser necesarias? Porque el deudor no colabora; o porque es
necesario acceder a determinada información a la que no se puede acceder si no se adoptan
estas medidas.

¿Cuáles son las condiciones necesarias para su adopción?

Es necesaria la previa audiencia del Ministerio Fiscal (MF), debido a que atentamos o limitamos
derechos fundamentales. Además, la decisión judicial debe ser motivada según los siguientes
criterios:

➢ Idoneidad de la medida en relación con el estado del procedimiento.

➢ Resultado u objetivo concreto perseguido (a qué documentación se quiere acceder, por


qué no se puede acceder por otros medios).

➢ Proporcionalidad entre el alcance de cada medida y el resultado u objetivo perseguido.

➢ La duración estricta de la medida (durante cuánto tiempo se intervienen las


documentaciones; también, en relación con la entrada y registro especificar en el
domicilio de quien y el por qué).

Efectos que produce la declaración de concurso respecto de las facultades de disposición


patrimonial (artículo 106 TRLC):

La regla general es:

➢ Intervención de las facultades de disposición patrimonial en concursos voluntarios.


➢ Suspensión de las facultades de disposición patrimonial en concursos necesarios.

Sin embargo, existen ciertas excepciones, es decir, se puede cambiar el criterio:

➢ A través de una decisión motivada del juez. Recordemos que uno de los contenidos del
auto de declaración de concurso es que el juez se pronuncie sobre las facultades de
disposición patrimonial. Si no se aparta de la regla general solo tendrá que decir:
“concurso voluntario, quedan intervenidas las facultades de disposición patrimonial
conforme al artículo 106 TRLC” y si se trata de concurso necesario solo tendrá que decir:
“concurso necesario, quedan suspendidas las facultades de disposición patrimonial
conforme al artículo 106 TRLC”. Pero si va a cambiar esa regla general y en un concurso
necesario va a adoptar una medida de intervención tendrá que explicar por qué
(motivación). Por ejemplo: porque en este caso, a pesar de que se trata de un concurso
necesario, a los 2 días de haberse registrado la solicitud del acreedor se registra una
solicitud de concurso voluntario del deudor, lo que pasa que como hay que dar trámite
a la primera que entra, resulta que es necesario; pero el deudor ya estaba pidiendo su
solicitud de concurso, y no se ponen de manifiesto irregularidades aparentes en el
patrimonio del deudor; por lo que acuerdo una medida de intervención”. Se puede
cambiar en cualquier fase del procedimiento.

➢ En el concurso de la herencia (artículo 570 TRLC): En estos casos la regla suele ser la
suspensión, pues el deudor es la herencia. Quien asume las facultades de disposición
sobre el patrimonio (caudal relicto) es el administrador concursal siempre.

La modificación sobrevenida del régimen de ejercicio por cambio de circunstancias (art.


108TRLC).

Lo más relevante en relación a estos efectos es plantearnos qué ocurre cuando el deudor se
extralimita. Esto está regulado en el artículo 109 TRLC. Lo que prevé el legislador es una acción
de anulación (solo esté legitimado para ejercitar esta acción el administrador concursal). El
supuesto de hecho es el siguiente: el deudor interviene en una operación con un tercero
disponiendo de su patrimonio en contra de las limitaciones establecida en el concurso. El deudor
concursado realiza actos de disposición patrimonial infringiendo las limitaciones que tiene
establecidas en el concurso. ¿Qué pasa con esos actos de disposición patrimonial? ¿Son o no
válidos?

Los actos del concursado que infrinjan la limitación o la suspensión de las facultades
patrimoniales acordada por el juez del concurso solo podrán ser anulados a instancia de la
administración concursal, salvo que esta los hubiese convalidado o confirmado. Es decir, el
único legitimado para ejercitar la acción de anulación es el administrador concursal, salvo que
previamente se le hubiese dado conocimiento al administrador y este hubiera, formalmente,
convalidado o confirmado el acto; es decir, si ya previamente lo ha confirmado no puede
ejercitar la acción. Puesto que el administrador concursal es el único legitimado para ejercitar
esta acción, si este conociera ese acto de disposición patrimonial y no ejercita la acción se
entiende convalidado el acto.

Cualquier acreedor y quien haya sido parte en la relación contractual afectada por la infracción
podrá requerir de la administración concursal que se pronuncie acerca del ejercicio de la
correspondiente acción o de la convalidación o confirmación del acto.

La acción de anulación se tramitará por los cauces del incidente concursal. De haberse
formulado el requerimiento, la acción caducará al cumplirse un mes desde la fecha de este. En
otro caso, caducará con el cumplimiento del convenio por el deudor o, en el supuesto de
liquidación, con la finalización de esta.
Una vez que se haya comunicado al administrador concursal que el deudor se ha extralimitado
y ha realizado esa operación de disposición patrimonial, cuando ha transcurrido 1 mes sin que
el administrador haya hecho nada, se entiende que se confirma.

Por incidente concursal se van a resolver todas las cuestiones incidentales, accidentales,
accesorias que se planteen durante todo el procedimiento. Es una especie de juicio verbal, en el
que le vamos a pedir al juez que se pronuncie sobre algo conflictivo dentro del procedimiento.
Por ejemplo: el administrador concursal decide ejercitar una acción de anulación frente a ese
negocio jurídico en el que ha intervenido el deudor; lo que hace es presentar una demanda
incidental, en la que se ejercita la acción de anulación y la presenta ante el juez del concurso, y
el juez del concurso resuelve; y se tramita como una especie de juicio verbal. Es decir, se tramita
ante el mismo juez del concurso, será esté el que resuelva esa cuestión.

Efectos sobre la continuación de la actividad profesional o empresarial:

La declaración de concurso no supone necesariamente el cese de la actividad (art. 111). Es


verdad que la realidad nos hace ver que en la mayor parte de los concursos cuando el deudor
llega al concurso ya no es viable la continuación del ejercicio de la actividad empresarial.

Si la declaración de concurso no supone el cese, la continuidad del ejercicio de la actividad


empresarial va a depender en cuanto a quien realiza las operaciones propias del ejercicio de esa
actividad, del régimen de intervención (artículo 112 TRLC) y del régimen de suspensión que se
haya acordado (artículo 113 TRLC).

➢ En caso de intervención, la continuidad la mantiene el deudor, pero sometido a la


vigilancia y autorización de la administración concursal.

➢ En caso de suspensión directamente es retirada, no está al frente del ejercicio de la


actividad.

Hay una excepción establecida en el artículo 114 TRLC con relación a la continuidad de la
actividad empresarial, ya que el administrador concursal puede, en cualquier momento, dirigirse
al órgano judicial para pedirle que cierre el establecimiento; o el cese completo de la actividad
o el cese de algunos establecimientos. Porque el administrador concursal, una vez que toma
posesión de su cargo y comienza a ver cuál es la situación interna, patrimonial, financiera, el
volumen de negocio, la situación de endeudamiento, etc. Llega un momento en el que, a lo
mejor, entiende que lo mejor para la continuidad de la actividad es cerrar un establecimiento.
Es decir, lo que más conviene al interés del concurso. Lo más conveniente puede ser cerrar un
establecimiento, o el cese completo de la actividad empresarial para no seguir acumulando
deudas, y que los acreedores que ya están se aseguren de que se les va a satisfacer su derecho
de crédito.

Si ese cese de la actividad completa o de algún establecimiento supone la necesidad de tomar


medidas que afecten de forma colectiva a los trabajadores, como despidos colectivos, tendrá
que tramitarse mediante el ERE concursal, es decir, dentro del procedimiento se asumen las
competencias en materia de despido colectivo o medidas colectivas.

Efectos sobre el deber de formular cuentas anuales (artículos 115-118 TRLC):

Si con la declaración de concurso no se produce el cese de la actividad empresarial el deudor


deberá continuar con sus obligaciones contables; en el caso contrario no.
¿Quién debe cumplir con esas obligaciones? Dependerá de si estamos ante una intervención o
ante una suspensión:

➢ Intervención: administradores sociales (deudor persona jurídica); o el propio deudor si


es empresario individual.
➢ Suspensión: administración concursal

Lo mismo sucede con las liquidaciones

Efectos sobre el deudor persona física:

El legislador se preocupa por los alimentos. Tanto por el derecho a alimentos que pueda
demandar el concursado (alimentos a favor del concursado), como aquellos casos en los que el
concursado debe prestar alimentos a terceros (deber de alimentos).

➢ Derecho a alimentos (artículo 123 TRLC): es el derecho que tiene el concurso de que,
durante el procedimiento concursal se le satisfaga su derecho a percibir una cantidad
de dinero mínima para su subsistencia (y la de su cónyuge y los descendientes que tenga
bajo su cargo y potestad).
• No es automático, debe ser indispensable. Es decir, el concursado debe
encontrarse en situación de necesidad.
• La cuantía y la periodicidad la determina el administrador concursal en caso de
intervención; y en caso de suspensión, el órgano judicial.
• Se rige por la regla de modificabilidad, es decir, en cualquier momento del
procedimiento se puede modificar la cuantía y la periodicidad.
• Con carácter general se extingue con la apertura de la liquidación.

➢ Deber de alimentos (artículo 124 TRLC): supuestos en los que el concursado debe
alimentos a persona distinta del cónyuge o descendiente:
• Se rige por la regla de la subsidiariedad, es decir, se satisfarán con cargo a la
masa siempre y cuando no hubiera otra persona obligada a prestarlos.

Hay una referencia, en el caso de concurso de persona natural, a la posibilidad de que, cuando
el concursado esté casado en régimen de gananciales (o en comunidad de bienes), a partir de la
declaración de concurso se faculta al cónyuge a solicitar la disolución de la sociedad de
gananciales (artículo 125 TRLC).

Efectos sobre el deudor jurídica (artículos 126-133 TRLC):


➢ Los órganos se siguen manteniendo (la junta y el órgano de administración). Pero el
órgano de administración, en lo que pueda o no pueda hacer, estará influenciado por el
régimen de disposiciones patrimoniales que se haya establecido en el concurso (si es de
intervención o de suspensión).

➢ La declaración de concurso no es causa de disolución de la sociedad.

➢ Como se siguen manteniendo los órganos sociales, en el caso de reunión de órganos


colegiados (fundamentalmente de la junta general), el administrador concursal tiene
que ser convocado, es decir, mantiene su derecho de asistencia (con voz y sin voto).
Una vez que una sociedad es declarada en concurso de acreedores, algunas de las acciones que
reconoce el derecho de sociedad no se van a poder ejercitar, salvo por la administración
concursal:

➢ Ejercicio de acciones contra socios responsables de las deudas sociales. Hay socios
responsables por las deudas sociales en las sociedad personalistas.

➢ Para reclamar deudas de aportación; es decir, dividendos pendientes (pasivos); o


cumplimiento de prestaciones accesorias.

➢ Ejercicio de acciones de responsabilidad social contra administradores, liquidadores y


auditores

Una última cuestión respecto del deudor persona jurídica: el concursado es la persona jurídica,
pero aun así, en el procedimiento concursal, desde el mismo momento de la declaración de
concurso, y en el auto de declaración, se pueden adoptar medidas cautelares de embargo que
recaigan sobre bienes de los administradores (artículo 133 TRLC). Esto sucede porque casi con
toda seguridad el concurso va a ser calificado como culpable.

Efectos sobre los libros y documentos del deudor (artículo 134 TRLC):

El deber de puesta a disposición de libros y documentos del deudor como manifestación del
deber de colaboración del deudor.

La posibilidad de adoptar medidas cautelares para asegurar la efectividad del deber, incluso
aquellos que tienen que ver con la entrada y registro del domicilio social.

Comparecencia, colaboración e información del deudor (135 TRLC).

Artículo 135. Deberes de comparecencia, colaboración e información

1. El concursado persona natural y los administradores o liquidadores de la persona jurídica


concursada y quienes hayan desempeñado estos cargos dentro de los dos años anteriores a la
declaración del concurso tienen el deber de comparecer personalmente ante el juzgado y ante la
administración concursal cuantas veces sean requeridos y el de colaborar e informar en todo lo
necesario o conveniente para el interés del concurso.

2. Los directores generales de la persona jurídica concursada y quienes lo hayan sido dentro del
período señalado tienen igualmente estos mismos deberes.

El incumplimiento de los deberes es presunción de culpabilidad (art. 444.2º TRLC) (presunción


iuris tantum).
LOS EFECTOS QUE PRODUCE LA DECLARACIÓN DEL CONCURSO:

1. Efectos sobre acciones individuales

2. Efectos sobre los créditos

3. Efectos sobre los contratos

1. EFECTOS SOBRE LAS ACCIONES INDIVIDUALES:

Una vez declarado el concurso del deudor en la medida en que hemos dicho que todos los
acreedores van a ese mismo procedimiento, y que el procedimiento concursal es un
procedimiento de ejecución universal sobre los bienes del deudor, tenemos que plantearnos
que ocurre, o bien con las acciones judiciales que estuvieran entabladas ya iniciadas con
anterioridad a la declaración de concurso (es decir, que pasa con esos procesos declarativos
pendientes, por ejemplo; o con ejecuciones sobre los bienes del deudor que se hubieran acordado
antes de la declaración de concurso). O que ocurre si una vez iniciado el concurso del deudor se
quieren iniciar nuevas acciones (que las quiera ejercitar el propio deudor concursado o que las
quiera ejercitar un acreedor frente a su patrimonio). Hablamos siempre de acciones que afectan
de alguna manera al patrimonio del deudor, porque ese patrimonio es el que está
comprometido al pago o a la satisfacción de los derechos de crédito.

Podemos diferenciar entre procesos declarativos y procesos de ejecución.

1) Nuevos juicios declarativos (art. 136 TRLC): vis atractiva del juez del concurso (art. 52 TRLC).
Es decir, la posibilidad de que se ejerciten acciones o que se interpongan demandas contra el
concursado una vez declarado el concurso. Un acreedor puede ejercitar una acción de resolución
de contrato, por ejemplo. La regla es la vis atractiva del juez del concurso.

El artículo 136 establece que, “desde la declaración de concurso y hasta la fecha de eficacia del
convenio o, si no se hubiera aprobado convenio o el aprobado se hubiera incumplido, hasta la
conclusión del procedimiento:
1º) Los jueces del orden civil y del orden social no admitirán a trámite las demandas que se
presenten en las que se ejerciten acciones que sean competencia del juez del concurso […]. Para
saber cuales son esas competencias del juez del concurso tenemos que tomar en consideración
el artículo 52 TRLC.

La posibilidad de que se inicien nuevos juicios declarativos contra el patrimonio deudor existe,
incluso una vez declarado el concurso; pero al regla general es que se sustanciará ante el juez
del concurso. Esto quiere decir que la demanda se tiene que interponer ante el juez del
concurso.

2) Procesos pendientes (art. 137 TRLC): continuación hasta la firmeza de la sentencia. Es decir,
¿qué ocurre con los procesos que están pendientes en la fecha de declaración de concurso? La
regla general es que continúa en el órgano ante el que se está sustanciando, y una vez que se
dicte sentencia y sea sentencia firme, esa sentencia se traslada al juez del concurso.

3) Ejercicio de acciones por el concursado: es posible que el deudor ejercite acciones. En este
punto es importante ver que se ha acordado en relación con las facultades de disposición
patrimonial del concursado:
➢ En caso de intervención: el deudor necesita autorización de la Administración Concursal
(AC) para interponer demandas o recursos que puedan afectar a su patrimonio. Por otro
lado, si el AC entiende que favorece al interés del concurso ejercitar acciones que el
concursado no ejercita, tiene legitimación el administrador concursal previa
autorización del juez cuando el deudor se niegue a demandar (art. 119 TRLC). Por
ejemplo, es posible que el administrador concursal, cuando está revisando al
documentación del deudor, se ponga de manifiesto que es necesario interponer una
demanda contra un acreedor. Esa demanda la puede interponer el propio concursado o
el AC.

➢ En caso de suspensión: directamente el legitimado es el Administrador Concursal para


ejercitar acciones de índole no personal (art. 120 TRLC).

➢ Acción subsidiaria a favor de los acreedores: art. 122 TRLC. Son acciones tendentes a
aumentar el patrimonio del deudor, y ese incremento de la masa activa favorece a todos
los acreedores. Está legitimado el deudor en caso de intervención; está legitimado el AC
tanto en caso de intervención como en caso de suspensión; pero si hubiera un acreedor
que entendiera que es posible el ejercicio de una acción contra un tercero que va a
favorecer a la masa y con ello a sus posibilidades de cobro, se dirigirá al Administrador
concursal; pondrá de manifiesto la situación; y si este no ejercitara la acción lo puede
hacer el acreedor a su costa; pero si gana se le resarcen los gastos que le hubiera
ocasionado instar ese procedimiento.

Son acciones en favor de la masa, no supone que el acreedor vaya a cobrar


directamente, es decir, el acreedor no va a cobrar de ese tercero. El acreedor ejercita
una acción en favor de la masa, y si se estima su demanda, lo que se obtenga pasa al
patrimonio del deudor, por eso se aumentará la posibilidad de cobro del acreedor.
Aumentan sus probabilidades de satisfacción de sus derechos de crédito.

4) Ejecuciones y apremios (arts. 142 y ss. TRLC):

¿Qué pasa con las ejecuciones o apremios sobre los bienes o derechos del deudor? Nos podemos
plantear 2 hipótesis; tanto si es posible el inicio de ejecuciones sobre el patrimonio del deudor
una vez declarado el concurso; como qué ocurre con aquellas ejecuciones que se hubieran
acordado con anterioridad a la declaración de concurso.

➢ Regla general: no podrán iniciarse ejecuciones individuales ni apremios una vez


declarado el concurso y se suspenderán las que estén tramitándose. Porque permitir
esto supone alterar la par conditio preditoria, es decir, la regla en la que se sustenta el
procedimiento concursal. Es decir, no se pueden iniciar ejecuciones contra el patrimonio
del deudor una vez declarado el concurso.

➢ En cuanto a aquellas ejecuciones y apremios iniciados con anterioridad a la declaración


de concurso, la regla general es que se suspenden (suspensión).

Esto es así porque ahora va a ser el juez del concurso y dentro del concurso donde se va
a ordenar el pago y la satisfacción a los acreedores, y para eso tenemos que contar con
el patrimonio del deudor libre de cargas, libre de embargos.
➢ No obstante, hay excepciones, y las excepciones giran en torno a la naturaleza o
finalidad del bien, es decir, si el bien sobre el que recaiga la ejecución o el embargo es
necesario o no para el ejercicio de la actividad empresarial (cuando hablamos de
deudores empresarios):
• Si el bien sobre el que recaiga la ejecución o el embargo es necesario para el
ejercicio de la actividad empresarial, por ejemplo, el local donde se ejercita la
actividad empresarial, no hay posibilidad de ejecución. Se suspende la ejecución
y no se puede iniciar, ni siquiera garantía real.

• Si el bien sobre el que recaiga la garantía real no es necesario para la


continuación de la actividad empresarial, entonces puede continuar la ejecución
o se puede iniciar. Esta excepción aparece legalmente para los acreedores con
garantías reales y también para ejecuciones administrativas o laborales.

o Ejecuciones administrativas o laborales (art. 144TRLC). Sin embargo, en


este supuesto el embargo debe ser anterior a la declaración de
concurso.
o Ejecuciones de garantías reales sobre bienes del concursado (art.
146TRLC).

Quien decide si el bien es necesario o no para la continuidad de la actividad empresarial


es el juez del concurso (en los casos en los que haya conflicto).

2. EFECTOS SOBRE LOS CRÉDITOS

Tenemos 4 reglas:

1) La declaración del concurso supone la suspensión del devengo de intereses legales y


convencionales (art. 152 TRLC). Este es un efecto muy importante porque la deuda no aumenta.
Una vez declarado el concurso del deudor se suspende el devengo de intereses (legales y
convencionales). Esto es importante porque el presupuesto objetivo del concurso es la
insolvencia, y la insolvencia es el incumplimiento, la falta de cumplimiento regular de las
obligaciones; la falta de cumplimiento genera intereses. Si no existiera una regla como esta
supondría que el derecho de crédito va aumentando (interés principal más el interés que se ca
agregando por el incumplimiento). Por lo tanto, la regla general es la suspensión. Puede
funcionar como incentivo para que el propio deudor solicite su declaración de concurso.

➢ Excepciones: i) los acreedores con garantía real seguirán devengando intereses


remuneratorios hasta el importe de la garantía; ii) los créditos salariales devengarán el
interés legal.

2) Prohibición de compensación (art. 153 TRLC). La compensación como pago del cumplimiento
de las obligaciones. Como regla general se prohíbe la compensación una vez declarado el
concurso porque si opera podemos estar alterando las reglas del pago de los acreedores
concursales en función de la clasificación concursal. Por lo tanto, la regla general es que una vez
declarado el concurso no es posible el pago por compensación

➢ Excepción: salvo que los requisitos de la compensación concurrieran con anterioridad a


la declaración del concurso, o que provengan de la misma relación jurídica. Son casos
en los que está justificado. Por ejemplo, si hay un contrato con obligaciones recíprocas
en las que el deudor debe y el acreedor le debe, dentro de la misma relación jurídica, ahí
no hay perjuicio al concurso. Pero si la compensación va por relaciones jurídicas distintas,
es decir, uno debe por razón de un contrato, y el otro le debe por razón de otra cosa que
nada tiene que ver, ahí se prohíbe la compensación.

3) Se produce la suspensión del derecho de retención sobre bienes y derechos integrados en


la masa activa (art. 154 TRLC). Hay determinados contratos en los que el incumplimiento por
una de las partes genera a favor de la otra el derecho de retención. Se suspende porque todos
los bienes del deudor tienen que estar a disposición del concurso, porque ese derecho de
retención puede alterar la par conditio preditoria, es decir, las reglas de satisfacción de los
acreedores dentro del concurso.

4) Se produce la interrupción de la prescripción (art. 155 TRLC): Declarado el concurso se


produce al prescripción para el ejercicio de acciones, tanto de acciones contra el deudor (por
créditos anteriores a la declaración del concurso), como de las acciones societarias, es decir, de
las acciones contra socios, administradores, liquidadores y auditores. Es un efecto importante
porque se interrumpen los plazos de prescripción y una vez concluido el concurso se empieza a
contar el plazo de prescripción.

3. EFECTOS SOBRE LOS CONTRATOS

Lo que se plantea es que ocurre, una vez que se declara el concurso del deudor, ¿qué ocurre con
los contratos que el deudor tenía suscritos en ese momento?

Regla general: vigencia de los contratos preexistentes. La declaración de concurso no es causa


de resolución de los contratos, por lo que la declaración de concurso no afecta a la vigencia de
los contratos. Si algún contrato suscrito por el deudor contiene una cláusula que dijera “la
declaración de concurso de cualquiera de las partes será causa de resolución del contrato”, se
tiene por no puesta (artículo 156 TRLC).

Esta regla general no impide que haya ocasiones en las que la declaración del concurso justifique
al extinción del contrato. El legislador prevé 2 supuestos de extinción de los contratos en el
marco de un concurso de acreedores:

➢ Resolución del contrato por incumplimiento (arts. 160-164TRLC). Tanto por


incumplimiento del deudor, como por incumplimiento de la otra parte del contrato.
Como el incumplimiento del contrato pudo ser anterior o posterior el legislador regula
los 2 supuestos:
• El artículo 160 TRLC se encarga de la resolución por incumplimiento anterior:
“declarado el concurso, la facultad de resolución del contrato por
incumplimiento anterior a la declaración de concurso solo podrá ejercitarse si el
contrato fuera de tracto sucesivo”.

• El artículo 161 TRLC se encarga de la resolución por incumplimiento posterior:


“Declarado el concurso, la facultad de resolución del contrato con obligaciones
recíprocas pendientes de cumplimiento podrá ejercitarse por incumplimiento
posterior de cualquiera de las partes”.
➢ Resolución en interés del concurso (art. 165TRLC). Es un supuesto en el que, aun sin
existir incumplimiento por ninguna de las partes, es posible que el administrador
concursal entienda que el mantenimiento de ese contrato es perjudicial al interés del
concurso. El interés del concurso es un concepto jurídico indeterminado, ay que el
interés del concurso es la conciliación del interés del deudor y del interés de los
acreedores. Cuando el administrador concursal entiende esto puede solicitar su
resolución acudiendo al juez, para que avale la resolución del contrato.

Posibilidad de rehabilitación de contratos (arts. 166- 168TRLC).


Estamos hablando de contratos que ya han sido resueltos, extinguidos, y que la declaración de
concurso admite la posibilidad de rehabilitarlos. Está justificado en el interés del concurso, en la
mejor satisfacción de los acreedores, en la posibilidad de continuar con el ejercicio de la
actividad empresarial.

El supuesto de hecho sería un contrato, resuelto con anterioridad a la declaración de concurso,


resulto seguramente por incumplimiento del deudor (con anterioridad a la declaración de
concurso), pero que (por ejemplo) un contrato de Leasing o arrendamiento financiero (este
contrato es un contrato en virtud del cual el empresario, en lugar de comprar una máquina, lo
que hace es que la arrienda, es decir, pacta ir pagando mensualmente una cantidad x, y llegada
la fecha de finalización del contrato opta entre comprarla, es decir, pagar la cuota residual, o
devuelve esa máquina y compra otra en el mismo régimen); pues si el deudor no paga las cuotas
mensuales, hay resolución por incumplimiento. Supongamos que se ha resulto el contrato por
incumplimiento 2 meses antes de la declaración de concurso, pero resulta que declarado el
concurso, para continuar o facilitar la continuidad de la actividad empresarial el AC considera
que es necesario rehabilitar ese contrato porque es la única manera de continuar con la actividad
en las mejores condiciones. Se permite esa posibilidad abonando con cargo a la masa, a la otra
parte del contrato, las cuotas vencidas.

Contratos de arrendamientos urbanos (art. 168TRLC):


Enervación del desahucio por la AC y rehabilitación del contrato. La enervación del desahucio
consiste en que el deudor se ponga al día con las cuotas que debe, y se desactiva entonces el
desahucio. La LEC prevé que esto pueda ocurrir una vez. Sin embargo, si el deudor ha sido
declarado en concurso sí se puede más de una vez, pues el TRLC establece que no se aplican las
limitaciones para la enervación del desahucio establecidas en la LEC.
Siempre pagando al arrendador las cantidades debidas con cargo a la masa.

Contratos de trabajo, convenios colectivos y contratos de alta dirección (arts. 169-189TRLC):

La regla general es mantener los contratos de trabajo, la declaración de concurso no es causa


de resolución de los contratos de trabajo.

➢ Mantenimiento de los contratos de trabajo en interés de la conservación de la empresa.

➢ Modificación, suspensión o extinción colectiva de relaciones laborales: competencia del


juez del concurso previa solicitud de la AC, el deudor o los representantes de los
trabajadores. El ERE concursal es lo que se regula en la mayor parte de estos artículos.
Este se tramita ante el juez del concurso cuando se pretenden modificaciones,
suspensiones, o extinciones colectivas de las relaciones de trabajo. En el procedimiento
concursal y ante el juez del concurso se van a tramitar estas medidas colectivas, en los
términos de la LET.

➢ Extinción o suspensión de los contratos de alta dirección: competencia de la AC por


propia iniciativa o a petición del deudor. El TR otorga competencia al administrador
concursal para extinguir o suspender el contrato de alta dirección. Es decir, el mejor
interés del concurso es el cese, la extinción del contrato o la suspensión del contrato. Si
el alto directivo no estuviese de acuerdo nos iríamos a un incidente concursal que
resuelve el juez del concurso.

➢ La modificación de las condiciones establecidas en los convenios colectivos se realizará


conforme a la legislación laboral.

Contratos con administraciones públicas (arts. 190- 191 TRLC):

Es posible que el concursado en el momento de declaración del concurso tuviera suscrito


contratos con administraciones públicas

➢ Contratos de carácter administrativo: la declaración de concurso tendrá los efectos


que determinen las leyes especiales (art. 211.1 b) la Ley de contratos del sector público
establece que es causa de resolución del contrato).

➢ Contratos privados: se regirán por las normas generales contenidas en la TRLC, es un


contrato como cualquier otro.
TEMA 4: MASA ACTIVA Y MASA PASIVA DEL CONCURSO: La masa activa del concursado

Para salir de la situación de insolvencia en la que se encuentra el deudor declarado en concurso


de acreedores tenemos que saber de qué bienes y derechos dispone el deudor, tenemos que
saber quiénes son sus acreedores, porque concepto y cuantía, para saber cómo salir de esa
situación de crisis empresarial. Habrá que ver si se puede alcanzar una solución negociada (el
convenio), o si habrá que liquidar bienes y derechos del deudor para satisfacer a los acreedores.
O, aunque de antemano se haya solicitado la apertura de la fase de liquidación, es decir, que
desde el principio se sepa que la solución concursal va a ser la liquidación de bienes del deudor,
habrá que saber cuáles son esos bienes y derechos, cuál es su valor, en qué situación están, si
están gravados o no, y por qué cuantía son los derechos de crédito que están insinuados,
comunicados reconocidos en el concurso para así saber cuál es el volumen de deuda que tiene
el deudor concursado.

Lo que vamos a ver en esta lección son las reglas que tienen que ver con la determinación de la
masa activa (inventario: conjuntos de bienes y derechos del deudor) y de la masa pasiva (listado
de acreedores).

MASA ACTIVA: FORMACIÓN DEL INVENTARIO

Contenido del inventario:

1) Relación de los bienes y derechos del deudor, con expresión de todas sus circunstancias. La
relación de los bienes y derechos que integran el patrimonio del deudor se identifica con la
identificación de cada uno de esos bienes y derechos de los que es titular el deudor concursado
(bienes muebles, bienes inmuebles, derechos de crédito, derechos de propiedad industrial,
acciones o participaciones, etc.), y todas aquellas circunstancias que tengan que ver con esos
bienes o derechos. Es decir, es posible que se esté discutiendo sobre la propiedad de un bien, por
ejemplo. Esto es, que aparentemente en el patrimonio del deudor podamos identificar un bien
inmueble (por ejemplo), pero sobre el que se está discutiendo en los tribunales sobre la propiedad
de ese bien inmueble. En el inventario se identificará el bien inmueble con todos los datos (valor
catastral, datos registrales ya demás, si tuviera cargas; y la indicación de que hay litigios
pendientes que recaen sobre ese bien y se está a expensas del resultado que de ese litigio se de).

Esta información es importante porque con esos bienes se va a intentar satisfacer a los
acreedores del deudor. Por lo tanto, se trata de una relación no simplemente indicando “se
trata de un bien inmueble situado en x sitio”, sino con todos los datos que seamos capaces de
identificar de esos bienes, incluidos los litigios y acciones pendientes sobre ellos.

2) Avalúo de los bienes, conforme al valor de mercado. Es decir, el valor que el damos al bien.

3) Relación de litigios y acciones que puedan afectarles

Esto es función del administrador concursal. Es decir, la formación del inventario es función del
AC, y va a adjuntar el inventario (igual que va a adjuntar la lista de acreedores) al informe. El
informe del administrador concursal es uno de los documentos más importantes en el
procedimiento. Una de las funciones más importantes que tiene el AC es la elaboración del
informe. El administrador concursal debe elaborar el informe, al que se adjunta el inventario
(determinación de la masa activa, identificación de todos los bienes y derechos de los que es
propietario el deudor) y la lista de acreedores (deudas contraídas por el deudor, la identificación
de sus acreedores, la cuantía, la naturaleza, si son litigiosos o no).
Recordemos que el AC tiene un perfil determinado, un perfil técnico. Podía ser un perfil jurídico
(abogado, con 5 años de experiencia profesional y conocimientos en derecho concursal) y otro
perfil más económico (auditor de cuentas, economista titulado, etc.). Cuando el AC es
economista o es un auditor de cuentas, la valoración que hace de los bienes le resulta más fácil.
Cuando se trata de un abogado, ese avalúo en muchas ocasiones se puede complicar. La ley
permite que el AC recurra a lo que se llama expertos independientes (no son lo mismo que
auxiliares delegados). Los expertos independientes son profesionales que ayudan al
administrador concursal, es frecuente que se utilicen en este ámbito para el avalúo de los
bienes.

CONCEPTO: (lo que vamos a ver ahora son reglas legales a las que está sometido el AC cuando
elabora el inventario y procede a la determinación de la masa activa):

Con carácter general los bienes que integran la masa activa son:

Bienes y derechos integrados en el patrimonio del deudor a la fecha de la declaración de


concurso y los que se reintegren al mismo o adquiera hasta la conclusión del procedimiento
(principio de universalidad; artículo 192 TRLC):

“1. La masa activa del concurso está constituida por la totalidad de los bienes y derechos
integrados en el patrimonio del concursado a la fecha de la declaración de concurso y por los que
se reintegren al mismo o adquiera hasta la conclusión del procedimiento.

2. Se exceptúan de lo dispuesto en el apartado anterior aquellos bienes y derechos que, aun


teniendo carácter patrimonial, sean legalmente inembargables”.

Es decir, todos los bienes y derechos que estén en el patrimonio del deudor en el momento de
la declaración de concurso y también, todos aquellos que se reintegren al mismo (es decir,
aquellos que en algún momento han salido del patrimonio del deudor, pero se consiguen
devolver a la masa activa. El legislador reconoce la acción rescisoria concursal o la acción de
reintegración a la masa).

Excepción:

• Bienes y derechos que sean legalmente inembargables, por ejemplo, el SMI (Salario Mínimo
Interprofesional).

Los bienes que legalmente sean inembargables no integran la masa activa porque con ellos no
podemos dar satisfacción a los acreedores.

NORMAS EN CASO DE CONCURSADO CASADO

Cuando el deudor concursado está casado se pueden plantear problemas de determinación de


la masa activa. Es importante saber si el concursado está casado en régimen de gananciales, o
en cualquier otro de comunidad de bienes, o en régimen de separación de bienes. Porque si está
casado en régimen de gananciales puede haber bienes privativos de los cónyuges.

La primera regla es que se integrarán todos los bienes y derechos privativos del concursado (es
decir, de exclusiva propiedad del deudor concursado). Artículo 193 TRLC:

“1. En caso de concurso de persona casada, la masa activa comprenderá los bienes y derechos
propios o privativos del concursado.
2. Si el régimen económico del matrimonio fuese el de sociedad de gananciales o cualquier otro
de comunidad de bienes, se incluirán en la masa, además, los bienes gananciales o comunes
cuando deban responder de obligaciones del concursado”.

Además, si el régimen económico del matrimonio fuese el de sociedad de gananciales o


cualquier otro de comunidad de bienes, se incluirán en la masa los bienes gananciales o comunes
cuando deban responder de obligaciones del concursado.

Si el concursado es empresario (persona física) ¿cómo sabemos cuáles son los bienes comunes
o gananciales de los que debe responder el empresario? Artículos 6–12 del Código de Comercio.
Es decir, para saber esto tenemos que acudir a estos artículos. Primero se integran en la masa
activa los bienes privativos del cónyuge, y respecto de los bienes gananciales o comunes, estará
integrada la masa activa por aquellos bienes que deban responder de las deudas del concursado
(en general, serán todos los bienes comunes o gananciales van a responder de las deudas del
empresario; había unos que requerían consentimiento del cónyuge y otros no, pero como el
consentimiento se presumía cuando el empresario no estaba inscrito en el registro mercantil
porque el cónyuge tenía que oponerse expresamente inscribiendo esa oposición en el registro,
y los empresarios individuales no se inscriben casi nunca en el RM, la conclusión práctica a la
que llegamos es: empresario casado en régimen de gananciales, prácticamente en todos los
casos, todos los bienes comunes o gananciales van a responder de las deudas del empresario).

Los bienes gananciales se integrarán en la masa activa cuando deban responder de las
obligaciones del concursado.

CUENTAS INDISTINTAS (artículo 197 TRLC).

Esta norma se aplica en los casos en los que el deudor es titular de una cuenta corriente o de
crédito (cuanta bancaria) en la que hay varios titulares (si hay uno solo no hay problema). La
titularidad de la cuenta es equivalente a la titularidad del saldo.

Los saldos acreedores (saldo en positivo, los titulares de la cuenta zona creedores de ese saldo
frente al banco) de cuentas en las que el concursado figure como titular indistinto se integrarán
en la masa activa, salvo prueba en contrario apreciada como suficiente por la administración
concursal. Es decir, cuando existan saldos acreedores en cuentas bancarias con varios titulares,
la LC presume que el 100% del saldo acreedor es propiedad del deudor concursado.

Mientras que un saldo deudor implica que, por ejemplo, yo tengo -1000 euros, eso implica que
el debo 1000 euros al banco, soy deudor.

Se presume que el 100% del saldo acreedor es del concursado.

Esto es así porque hay una presunción iuris tantum que establece que al ser titular de la cuenta
se es titular del saldo; pero esto no tiene por qué ser así.

EL DEBER DE CONSERVACIÓN DE LA MASA (artículos 204 y ss. TRLC).

Una vez declarado el concurso rige el deber de conservación de la masa. Se traduce en la


imposibilidad de disponer de los bienes que integran la masa activa del deudor. Se trata de
intentar que esos bienes que constituyen la masa activa no salgan de la masa, porque son con
esos bienes con los que vamos a poder satisfacer los derechos de los acreedores. Sin embargo,
hay algunas excepciones:
➢ Si, por ejemplo, el deudor continua con el ejercicio de la actividad empresarial sí podrá
disponer de la masa activa, siempre que se justifique en el ejercicio ordinario de la
actividad empresarial. Por ejemplo, dentro de la masa activa, si el deudor es empresario,
puede haber mercaderías. Es decir, puede haber un almacén en el que haya un stock,
haya productos. La declaración de concurso no significa que no se pueda disponer de
esas materias primas, porque si está continuando el ejercicio de la actividad empresarial,
lo razonable es que se usen esas materias primas para el ejercicio de la actividad
empresarial. Por tanto, deber de conservación de la masa activa, pero con la excepción
fundamental de que si el deudor continua en el ejercicio de la actividad empresarial se
puede disponer de la masa activa, pero respecto de actos ordinarios (actos normales),
el pago de los proveedores, el pago del agua, de la luz; son créditos contra la masa.

➢ Hay ocasiones en las que lo mejor para el interés del concurso, antes de la liquidación
concursal, es la venta de uno de los establecimientos, porque esta venta o enajenación
permitiría la continuación del ejercicio de la actividad económica, y por tanto, la mejor
satisfacción de los derechos de los acreedores.

Cuando se permita, con cargo a estas excepciones, que afectan a ventas o enajenaciones de
unidades productivas, y en algunos casos a bienes afectos a garantías reales; la regla general es
que se haga a través de subasta. Hay ocasiones en las que se puede pedir al juez la autorización
para una venta directa. El juez autorizará la venta directa si es lo mejor para el interés del
concurso.

REINTEGRACIÓN DE LA MASA ACTIVA

Acción rescisoria concursal (arts. 226-237 TRLC). También conocida como acción de
reintegración a la masa.

El supuesto de hecho es: bienes que han salido del patrimonio del deudor antes de la declaración
de concurso, y que se pueden traer otra vez. Se van a poder rescindir tanto compraventas de
bienes muebles e inmuebles (lo que se trae a la masa es el bien); pero también pagos realizados
antes de la declaración de concurso (cuando se den los requisitos). Es decir, se ha declarado el
concurso y el legislador permite que determinados actos de disposición patrimonial realizados
por el deudor antes de la declaración de concurso puedan rescindirse, anularse.

Los requisitos son:

• Temporal: actos de disposición realizados en los 2 años anteriores a la fecha de declaración


del concurso. Se habal de periodo de sospecha, periodo sospechoso. El legislador tiene que
poner un coto, y entiende que, actos de disposición patrimonial del deudor realizados en los 2
años antes a la declaración de concurso pueden ser sospechosos de haber ocasionado un
perjuicio que ha llevado al deudor a situación de insolvencia o que la ha agravado.

• Perjuicio patrimonial (no necesaria intención fraudulenta).Sería el requisito objetivo del


acto. El acto de disposición patrimonial realizado por el deudor en los 2 anteriores a la
declaración de concurso tiene que haber ocasionado un perjuicio al patrimonio del deudor. Para
poder rescindir el negocio jurídico no solo tiene que haberse realizado en los 2 años anteriores,
sino que además debe ser perjudicial para el patrimonio del deudor. Por ejemplo, no será
perjudicial, si el deudor vende, antes de la declaración del concurso, un coche de su propiedad
por el valor razonable de mercado que tiene le coche en el momento en que se produce esa
transmisión, o incluso por un valor superior. Imaginemos que el coche tiene un valor real de 5000
euros, y el deudor lo vende por 5000 euros. Es decir, antes de la disposición patrimonial tenía en
su patrimonio 5000 euros, y después de la disposición patrimonial tiene en su patrimonio 5000
euros. Es decir, no hay perjuicio patrimonial. Es suficiente con que el acto haya sido perjudicial,
no tiene que darse una intención fraudulenta por parte del deudor. Es decir, no tenía que haber
en ese momento una intención de perjudicar a sus acreedores, de defraudar las posibilidades
de cobro de los derechos de crédito de sus acreedores, no es necesario, podía tener esa
intención, pero no es necesario que la tuviera. Por ejemplo, pudo haber donado a su hijo el
vehículo del que hablábamos antes. Es decir, se lo regala. En este supuesto sí habría perjuicio
patrimonial, pero no había intención fraudulenta. Es rescindible si fue en los 2 años anteriores a
la declaración de concurso, porque perjuicio sí hay.

La justificación de la rescisión es que el deudor haya dispuesto sobre su patrimonio de manera


perjudicial.

Hay actos en los que a pesar de darse estos 2 requisitos son actos no rescindibles: art. 230 TRLC.
Es decir, hay actos que a pesar de entender que se den los requisitos, en ningún caso son
rescindibles, los actos ordinarios de la actividad empresarial que hubieran sido realizados en
condiciones normales, los actos de constitución de garantía a favor de créditos públicos, los
actos de constitución de garantía a favor del fondo de garantía salarial; actos comprendidos en
el ámbito de leyes especiales, etc.

Presunciones de existencia de perjuicio:

➢ Iuris et de iure: p. ej., disposición a título gratuito, salvo que sean menos liberalidades
(artículos 227 y 228 TRLC). Son conocidas como presunciones absolutas. Son
presunciones en las que no cabe prueba en contrario. En este caso el acto es rescindible
siempre.

➢ Iuris tantum: p.ej., disposiciones a título oneroso realizadas a favor de personas


especialmente vinculadas con el deudor (arts. 282 persona especialmente relacionada
con deudor persona física y 283 persona especialmente relacionada con deudor
persona jurídica TRLC). Respecto a estas sí cabe prueba en contrario. Tendrá que probar
que no hubo perjuicio el concursado, y en su caso, el tercero al que se demande.

➢ Cualquier supuesto que no esté en las presunciones requiere la prueba del perjuicio. Lo
que hacen las presunciones es facilitar el ejercicio de la acción rescisoria. Mirar artículo
229 TRLC “Cuando se trate de actos no comprendidos en el artículo anterior, el perjuicio
patrimonial para la masa activa deberá ser probado por quien ejercite la acción
rescisoria”.

• Legitimación activa:
➢ Administración concursal; que es quien tiene conocimiento sobre el patrimonio del
deudor, quien está averiguando sobre las circunstancias económicas del deudor, sobre
cuales han podido ser las causas que han llevado al deudor a la situación de insolvencia,
tendrá toda la documentación del deudor en su poder, y estará advirtiendo la
realización de determinados negocios jurídicos que se han realizado con anterioridad a
la declaración de concurso. Entonces, si alguno le parece sospechoso se pone a
averiguar y puede detectar que se den los presupuestos para el ejercicio de la acción, y
que además sea viable y razonable, es decir, que el coste del ejercicio de la acción no
vaya a ser superior al que vayamos a conseguir reintegrar.
➢ Se otorga una legitimación subsidiaria a los acreedores (artículo 232 TRLC). Los
acreedores se tienen que dirigir al administrador concursal, y deben hacerle ver que
hay un negocio jurídico en el que, aparentemente, concurren los requisitos para el
ejercicio de la acción (periodo sospechoso y perjuicio patrimonial) y le piden al
administrador concursal que ejercite la acción rescisoria. Si el administrador concursal
no lo hace, entonces estarán legitimados los acreedores.

➢ Recordemos que nosotros hemos estudiado la acción de anulación de actos realizados


por el concursado extralimitándose respecto del régimen de disposición de facultades
patrimoniales. Una vez declarado el concurso, si el concursado se extralimita respecto
del régimen que tenga sobre sus facultades de disposición patrimonial, esos actos
pueden ser anulados por el AC. Y esa acción de anulación solo la puede ejercitar la AC,
los acreedores le pueden decir al AC “he detectado que el concursado ha realizado un
acto de disposición patrimonial que no podía realizar, le pido que lo revise, y en su caso,
ejercite la acción de anulación” y el AC decide no ejercitar la acción de anulación. Los
acreedores no están legitimados subsidiariamente para ejercitar esa acción. En cambio,
para el ejercicio de la acción rescisoria (actos de disposición patrimonial realizados antes
de la declaración de concurso) sí están legitimados los acreedores si el AC no lo hace.

• Legitimación pasiva: es decir, quien soporta la acción, ¿frente a quien se interpone la


demanda? Frente al deudor y quien haya sido parte en el acto impugnado. Es decir, se demanda
al deudor y al tercero. Rescindiendo el contrato conseguimos la reintegración del bien en la
masa activa. Aquí con tercero se refiere a: imaginemos el ejemplo anterior del coche; el sujeto A
(actual deudor concursado) vende su coche a B (antes de la declaración de concurso), y B se lo
vende a C. Cuando se ejercita la acción rescisoria contra A y B, B ya no tiene el bien; si conoce a
C se le puede buscar; pero ese tercero si es de buena fe no tendrá ninguna obligación.

• Efectos de la estimación de la acción (artículo 235 TRLC): reintegrar, devolver, a la masa


activa, ese bien que ha salido de forma perjudicial del patrimonio del deudor. Hay que distinguir
2 tipos de negocios jurídicos:

➢ En contratos con obligaciones recíprocas: integración en la masa activa de los bienes o


derechos enajenados y de sus frutos e intereses/crédito contra la masa. Es decir, en el
ejemplo de la compraventa del coche, el comprador tiene que devolver el coche para que
se reintegre en la masa pasiva; pero el deudor debe devolver el dinero que el comprador
le dio por el coche; pues ese crédito es crédito contra la masa.

➢ En actos unilaterales: inclusión en la lista de acreedores del crédito.

SEPARACIÓN DE BIENES DE LA MASA ACTIVA (artículos 239-241 TRLC)

El supuesto de hecho es separar de la masa activa bienes que están en poder del concursado,
pero que no son de su propiedad. Es la posibilidad que se da al tercero propietario de esos
bienes o con mejor derecho de uso sobre esos bienes, para separarlos de la masa activa. En
realidad esos bienes no deberían formar parte de la masa activa, ya que la masa activa son
bienes y derechos de los que es propietario el deudor, de los que pueda disponer para el pago
de esos derechos de crédito.
Artículo 239 TRLC: “1. Los bienes de propiedad ajena que se encuentren en poder del concursado
y sobre los cuales este no tenga derecho de uso, garantía o retención serán entregados por la
administración concursal a sus legítimos titulares, a solicitud de estos.

2. La denegación de la entrega del bien por la administración concursal podrá ser impugnada
por el propietario por los trámites del incidente concursal.

3. La sentencia que se dicte en el incidente de separación será directamente apelable. La


tramitación y la resolución de este recurso de apelación tendrán carácter preferente”.

De este precepto sacamos estas 3 conclusiones:

➢ Derecho de separación de bienes de propiedad ajena que se encuentren en poder del


concursado.

➢ Decide la administración concursal.

➢ Contra dicha decisión puede plantearse un incidente concursal (presentación de


demanda incidental, celebración de una especie de juicio verbal, se resuelve por medio
de sentencia del órgano judicial).

El artículo 240 TRLC establece que ocurre cuando el deudor concursal no está en posesión de
esos bienes porque ha creído que tenía derecho a disponer de ellos y ah dispuesto de ellos y,
por tanto, está en el poder de un tercero:
“1. Si los bienes y derechos susceptibles de separación hubieran sido enajenados por el deudor
antes de la declaración de concurso a tercero de quien no puedan reivindicarse, el titular
perjudicado podrá optar entre exigir la cesión del derecho a recibir la contraprestación si todavía
el adquirente no la hubiera realizado, o comunicar a la administración concursal, para su
reconocimiento en el concurso, el crédito correspondiente al valor que tuvieran los bienes y
derechos sea en el momento de la enajenación, sea en cualquier otro posterior, a elección del
solicitante, más el interés legal.

2. En el plazo de un mes a contar de la firmeza de la resolución judicial que hubiere reconocido


la imposibilidad de separación, el titular perjudicado deberá comunicar a la administración
concursal el valor del bien o del derecho según la opción que ejercite, solicitando el
reconocimiento del crédito que resulte. El crédito correspondiente al titular perjudicado tendrá
la consideración de crédito concursal ordinario. Si la comunicación del crédito se efectuara
transcurrido ese plazo de un mes, se producirán los efectos de la falta de comunicación
oportuna”.

Es decir, el tercero que se cree legítimo propietario del bien ejercitar la posibilidad de presentar
la solicitud de la acción de separación, y resulta que le bien ya no está en poder del deudor porque
el deudor, entendiendo que tenía plena disposición sobre ese bien lo ha enajenado a un tercero.
El artículo nos distingue 2 supuestos:
➢ Que ese tercero todavía no ha pagado el precio de la contraprestación, el tercero
propietario puede querer colocarse en el lugar del deudor, para que el tercero le
entregue esa contraprestación a él.
➢ O colocarse en el concurso como acreedor concursal del deudor.
El artículo 241 TRLC regula el caso de separación de buques y aeronaves. En el derecho marítimo
y en el derecho de la navegación hay normas que regulan el privilegio de los acreedores sobre
los buques y aeronaves de los empresarios que se dedican a este tipo de actividad. Esta es la
razón por la que a lo largo del texto refundido hay algunas remisiones a ese régimen. El artículo
241 TRLC establece que “1. Los titulares de créditos con privilegio sobre los buques y las
aeronaves podrán separar estos bienes de la masa activa del concurso, mediante el ejercicio, por
el procedimiento correspondiente, de las acciones que tengan reconocidas en su legislación
específica. Si de la ejecución resultara remanente a favor del concursado, se integrará en la masa
activa.

2. Si la ejecución separada no se hubiera iniciado en el plazo de un año desde la fecha de la


declaración de concurso, ya no podrá efectuarse, y la clasificación de estos créditos se regirá por
lo establecido en esta ley”. En este supuesto no se habla del propietario, sino del titular del
crédito con privilegio sobre buques y aeronaves, es decir, el acreedor del concursado al que se
reconoce un privilegio sobre esos bienes.

LOS CRÉDITOS CONTRA LA MASA

Tienen una regulación exhaustiva (artículos 242-250 TRLC). Los créditos contra la masa se
contraponen a los créditos concursales. Son créditos que no se van a clasificar nunca como
créditos privilegiados, ordinarios, subordinados, esa clasificación se utiliza solamente para
créditos concursales. Los créditos contra la masa son créditos que se van pagando a sus
respectivos vencimientos, que son prededucibles, que a medida que van sustanciándose el
procedimiento concursal se va pagando a esos acreedores contra la masa, no tienen que esperar
a que se forme la lista de acreedores, no tienen que esperar a que se presente el informe del
administrador concursal, no tienen que esperar a ver si se aprueba un convenio o se abre la
liquidación concursal. Son acreedores a los que se les va abonando las cantidades que se le deba
mientras se está sustanciando el procedimiento.

Los acreedores que tienen el derecho a que se les pague de forme inmediata, en el momento
de su vencimiento, con carácter prededucibles sobre la masa son los listados en el artículo 242.

Relación de créditos contra la masa (numerus clausus): art. 242 TRLC. Por ejemplo, la retribución
del administrador concursal; los gastos del procedimiento (publicación en edicto, publicación en
el BOE); los últimos 30 días de salario de los trabajadores; y todos los créditos que se generen
con posterioridad a la declaración de concurso, es decir, si el concursado continúa con el
ejercicio de la actividad empresarial genera deudas; la luz, el agua, los proveedores, los salarios,
etc.

Un mismo acreedor puede tener crédito contra la masa y crédito concursal. Por ejemplo el
trabajador: crédito contra la masa de los últimos 30 días, y crédito concursal por todo lo anterior
si se le debiera más de una mensualidad. Pero además, crédito contra la masa si sigue trabajando
respecto de todas las nóminas que se generen con posterioridad a la declaración de concurso.
También un proveedor.

Reconocimiento: el administrador concursal es quien dice cunado un crédito es contra la masa


o no. Si hubiera alguna duda se acudiría al incidente concursal para que resuelva el juez.

Pago:
• A sus respectivos vencimientos, es prededucibles de la masa activa, no tiene que esperar
a que el AC sepa cuales son los bienes que están en el patrimonio del deudor, no tiene
que esperar a nada.

• Especialidades en caso de insuficiencia de masa. Puede ocurrir que en un determinado


momento del procedimiento, el administrador concursal se percate de que la masa
activa no es suficiente para atender ni siquiera a los créditos contra la masa. En ese
momento tendrá que comunicarlo inmediatamente al juez de concurso, y lo que va a
producirse es la conclusión del concurso por insuficiencia de masa; pero con la masa
que haya hay que pagar a los acreedores contra la masa hasta donde se llegue. Los
artículos 249 y 250 TRLC establecen cual es el orden, cómo se tiene que pagar a esos
acreedores.

MASA ACTIVA Y MASA PASIVA DEL CONCURSO: Masa pasiva del concurso
DETERMINACIÓN DE LA MASA PASIVA (lista de acreedores). Lo que veremos en relación con la
masa pasiva será la:

A) Distinción entre créditos concursales y créditos contra la masa

B) Comunicación de créditos: lo realiza el acreedor, es decir, el acreedor comunica al AC la


existencia de su derecho de crédito.

C) Reconocimiento de los créditos. Una vez que los acreedores han comunicado al administrador
concursal su derecho de crédito; el administrador concursal deberá reconocer o no reconocer
ese derecho de crédito.

D) Clasificación de los créditos. Una vez que reconoce al acreedor y lo coloca en la lista de
acreedores, entonces lo tiene que clasificar, es decir, lo tiene que identificar, o bien como
acreedor privilegiado, u ordinado o subordinado.

E) Lista de acreedores

La masa pasiva es = a acreedor; a derechos de créditos (quitados os créditos contra la masa; a


lista de acreedores= crédito concursal.

A) DISTINCIÓN ENTRE CRÉDITOS CONCURSALES Y CONTRA LA MASA:

Créditos contra la masa: art. 242 TRLC. No se les tiene que reconocer, ni que comunicar, ni se
les tiene que clasificar. Todo lo estudiaremos a continuación es aplicable a los créditos
concursales, no a los créditos contra la masa que tienen ese régimen particular y que van a
cobrar al vencimiento.

Créditos concursales: el resto; es decir, todo lo que no esté en el artículo 242 TRLC es crédito
concursal.

¿Cuáles son los acreedores que integran la masa pasiva? Principio de universalidad (art. 251
TRLC). Cuando hablábamos de la masa activa decíamos, tras leer el precepto, principio de
universalidad en la determinación de la masa activa, es decir, todos los bienes y derechos
propiedad del deudor en el momento de declaración de concurso. Pues el principio de
universalidad en la determinación de la masa pasiva: “1. Todos los créditos contra el deudor,
ordinarios o no, a la fecha de la declaración de concurso, cualquiera que sea la nacionalidad y el
domicilio del acreedor, quedarán de derecho integrados en la masa pasiva, estén o no
reconocidos en el procedimiento, salvo que tengan la consideración de créditos contra la masa.

2. En caso de concurso de persona casada en régimen de gananciales o cualquier otro de


comunidad de bienes, los créditos contra el cónyuge del concursado, que sean, además, créditos
de responsabilidad de la sociedad o comunidad conyugal, quedarán de derecho integrados en la
masa pasiva”.

Es decir, todas las deudas de las que sea titular el deudor en el momento de la declaración de
concurso, salvo los que tengan la consideración de créditos contra la masa, ya que estos no son
concursales, no van a la lista de acreedores.

B) COMUNICACIÓN DE CRÉDITOS

Para que el administrador concursal pueda determinar correctamente cuál es la masa pasiva
requiere de la colaboración de los acreedores del deudor. Es cierto, que habrá acreedores que
aparecerán en la documentación de la que ya dispone el AC, es decir, hay acreedores a los que
el CA va a conocer a raíz de examinar la documentación del deudor (trabajadores, proveedores,
por ejemplo). Pero puede haber otros acreedores que el AC desconozca porque no son evidentes
de la documentación del deudor, o porque aun constando en la documentación del deudor, hay
dudas respecto de las circunstancias (de la cuantía, por ejemplo). Por lo que es muy importante
al comunicación que el acreedor haga de su derecho de crédito si quiere que esté bien
reconocido, ya que el acreedor va a cobrar dentro del concurso en las condiciones que se
hayan establecido en el informe del AC. Solo cobrará si es reconocido como acreedor del
concurso, y lo que vaya a cobrar lo será en función de cómo lo haya reconocido el AC.

La comunicación de los acreedores tiene un plazo, 1 mes desde la publicación del auto en el
BOE. El artículo 28 TRLC dice que el auto hará un llamamiento a los acreedores para que
comuniquen sus derechos de crédito.

Además, el legislador le dice al AC que, desde que acepte el cargo debe comunicar, a todos los
acreedores que se pongan de manifiesto de la documentación del deudor que se ha declarado
el concurso, que él es el AC y que deben comunicarle sus derechos de crédito, y normalmente
les aporta una dirección de correo electrónico para que realicen esa comunicación a través de
correo electrónico, pero también puede ser personalmente en la dirección postal.

Asimismo, el AC desde que acepta el cargo realiza una comunicación telemática a la Agencia
Tributaria y a la TGSS inmediata. Comunica que es el AC del deudor x (persona física o jurídica)
para que la Administración (Seguridad Social o Hacienda) le comunique inmediatamente las
deudas de créditos de derecho público de las que es titular.

Con esto se pretende asegurar que el AC tenga conocimiento de todos los acreedores del
deudor.

Requisitos de la comunicación del derecho de crédito (arts. 256-257TRLC):


➢ La comunicación debe ser por escrito; y es suficiente con la comunicación electrónica.

➢ Con expresión de todos los datos del acreedor y del crédito (nombre, domicilio, datos
de identificación del acreedor, datos relativos al crédito, concepto, cuantía, fecha de
adquisición, vencimiento, características y clasificación que se pretende).

Recordemos que la comunicación del derecho de crédito no supone necesariamente que el


acreedor esté personado en el procedimiento, son cosas distintas. La personación del acreedor
en el procedimiento supone que persone como parte en el procedimiento con abogado y
procurador; pero esto no se le exige a los acreedores. La falta de comunicación, es decir, cuando
no se ha comunicado y no consta en el concurso, solo se les pide que comuniquen su derecho
de crédito a efectos de reconocimiento, clasificación y posterior satisfacción de esos derechos
dentro del procedimiento concursal. No tienen la obligación de personarse. Ahora bien, si están
personados, si tienen la condición de parte en el procedimiento, se les notificará como parte
todas las actuaciones que tengan que ver con el procedimiento.

Es decir, comunicación fuera de plazo: crédito subordinado (art. 268), esta es la regla general,
pero siempre hay excepciones. Cobrará después de los privilegiados y de los ordinarios.

C) RECONOCIMIENTO DE LOS CRÉDITOS


Una vez que ha transcurrido el plazo de comunicación de créditos (1 mes desde la publicación
del auto de declaración de concurso), le corresponde la AC reconocer o no esos derechos de
crédito comunicados. En decir, en primer término en función de la AC. Decimos esto porque
veremos que es posible impugnar el informe del administrador concursal, impugnar la lista de
acreedores, y si se produce esa impugnación, se tramitará por los trámites del incidente
concursal y ahí resolverá el juez.

El artículo 259 TRLC establece que: “1. La administración concursal determinará la inclusión o
exclusión de los créditos en la lista de acreedores.

2. La inclusión o la exclusión se adoptará respecto de cada uno de los créditos, tanto de los que
se hayan comunicado expresamente como de los que resultaren de los libros y documentos del
deudor o por cualquier otra razón constaren en el concurso.

El legislador identifica el no reconocimiento como exclusión del acreedor de la lista de


acreedores.

Se tiene que pronunciar sobre el reconocimiento o no de los derechos de crédito respecto de


los créditos comunicados o de los que consten en el concurso aun sin haber sido comunicados.

El reconocimiento consiste en reconocer al acreedor del concurso, y en qué condiciones, por


qué cuantía, cuál es la circunstancia del derecho de crédito, si está garantizado o no, si ya se ha
pagado una cantidad o no; y después la clasificación.

Hay ocasiones en las que el legislador por rodear al derecho de crédito determinadas
circunstancias, se plantea lagunas cuestiones. El legislador habla de créditos que
necesariamente deben incluirse (art. 260 TRLC). Son créditos que necesariamente tienen que
reconocerse por el AC, (no puede haber exclusión del derecho de crédito) se habla de un
reconocimiento forzoso. La AC no tiene poder de decisión, pues si el derecho de crédito reúne
los requisitos del artículo 260 TRLC obligatoriamente tiene que ser reconocido El caso más
común es el crédito reconocido por sentencia judicial firme, cuando hay una resolución judicial
en la que se reconoce la existencia de un derecho de crédito, el AC no tiene que hacer otra cosa
más que incluirlo en la lista de acreedores (salvo que, por ejemplo, se pruebe que se ha pagado).
Por ejemplo, la AC incluirá necesariamente en la lista de acreedores aquellos créditos que hayan
sido reconocidos por resolución procesal o por laudo aunque no sean firmes. En caso de que esa
sentencia se hubiera apelado lo que pasa es que se consignará esa circunstancia en la lista de
acreedores cuando se produzca el reconocimiento del derecho de crédito. También créditos que
consten en documentos que tengan aparejada fuerza ejecutiva (por ejemplo, un derecho de
crédito incluido en un pagarés).

Hay otras reglas que son supuestos especiales de reconocimiento (arts. 261,262, 265). El
artículo 261 habla de créditos sometidos a condición resolutoria o suspensiva. El artículo 262
habla de créditos litigiosos. El artículo 265 habla de créditos públicos. Son normas especiales
destinadas al AC que es quien realiza la función de reconocimiento para decirle cómo tiene que
hacer constar esos derechos de crédito en al lista de acreedores. Por ejemplo, en los créditos
litigiosos, el legislador establece que debe reconocerlos como contingentes, es decir, el AC
reconoce el derecho de crédito, hace referencia a que en ese momento se está discutiendo en
sede judicial sobre la procedencia o no de ese derecho de crédito, y por tanto, es un crédito
contingente. Es decir, el AC lo contempla desde ese momento por si después se confirma tener
la visión real y fiel de cuál es la situación de la masa pasiva, y sabiendo cual es ver si se puede
afrontar la satisfacción de los derechos de crédito con la masa activa. O créditos sometidos a
condición suspensiva o condición resolutoria (artículo 261 TRLC). Se distinguen esos 2 supuestos
y le dice al AC cómo debe de reconocerlos en el concurso. Y con respecto a los créditos públicos
(estos créditos son en los que el acreedor es una AP), el artículo 265.1 TRLC establece que “los
créditos de derecho público de las Administraciones públicas y sus organismos públicos que a la
fecha de la declaración de concurso hubieran sido recurridos en vía administrativa o
jurisdiccional, tendrán la consideración de créditos sometidos a condición resolutoria, aun
cuando su ejecutividad se encuentre cautelarmente suspendida”. Es decir, el legislador otorga la
función de reconocimiento al AC, este decidirá libremente sobre el reconocimiento o no del
derecho de crédito en función de la acreditación (de su existencia, su naturaleza y condiciones
que lo rodean) pero le da determinadas directrices en algunos supuestos; supuesto de
reconocimiento obligatorio y supuestos especiales.

Por último, en cuanto al reconocimiento de los derechos de crédito, el legislador establece que
los créditos se computarán en dinero. Esto tiene especial relevancia en aquellos casos en los
que la prestación debida por el deudor no sea el pago de una cantidad de dinero, sino una
obligación de hacer. En los concursos de empresas constructoras esto es muy habitual. La
obligación de la sociedad concursada cuyo objeto social es la construcción e inmuebles, que se
ha comprometido a través de los contratos suscritos con compradores en viviendas en
construcción, la obligación de la sociedad concursal es la entrega de una vivienda. La obligación
debida no es el pago de una cantidad de dinero, es la entrega de una vivienda. En ese concurso
en particular ya se verá si continua la sociedad en el ejercicio de la actividad empresarial y
entonces es previsible que se finalicen las obras y se entreguen las viviendas; o si eso queda
descartado porque ah cesado al actividad empresarial. Pero el cómputo que se haga tiene que
ser en dinero para saber fielmente cual es la situación que tiene que afrontar el deudor
concursado.

D) CLASIFICACIÓN DE LOS CRÉDITOS

Cuando el AC reconoce los derechos de crédito y los introduce en la lista de acreedores, debe
proceder a la clasificación de los mismos. Es decir, reconoce al acreedor, las circunstancias del
derecho de crédito, por eso el CA tiene que saber de dónde proviene, cuál es la relación causal
que justifica el nacimiento del derecho de crédito (¿deriva de una compraventa? ¿Deriva de un
contrato de suministros? ¿Deriva de un préstamo?). Tiene que conocer la relación que justifica
(el negocio jurídico) el derecho de crédito, porque eso es lo que va a hacer que el crédito sea
privilegiado, ordinario o subordinado.

Los créditos contra la masa no se clasifican, se clasifican los créditos concursales. No hace falta
clasificar los créditos contra la masa porque se van pagando a su respectivo vencimiento, es
decir, se van pagando y retrayendo de la masa activa mientras se está tramitando el
procedimiento concursal.

El artículo 269 TRLC establece las clases de créditos (esta clasificación va a ser sumamente
importante a efectos de liquidación, pues este será el orden en el que se pague a los acreedores.
También va a ser importante y relevante a efectos del convenio):
1) Privilegiados:
1.1 Con privilegio especial (el privilegio recae sobre un bien en particular): art. 270
TRLC. El ejemplo típico y más frecuente es el acreedor con garantía real. Por
ejemplo, el banco ha concedido un préstamo, y ese préstamos, para el cumplimiento
de las obligaciones derivadas del préstamo, se ha otorgado como garantía la
constitución de una hipoteca sobre un bien inmueble. Ese acreedor, acreedor con
garantía real, es una creedor privilegiado, y dentro de los privilegiados, un crédito
con privilegio especial, porque su privilegio recae sobre un bien en particular, no
sobre todo el patrimonio del deudor.

1.2 Con privilegio general (el privilegio recae sobre todo el patrimonio): art. 280 TRLC.
El acreedor tiene un privilegio de preferencia de cobro sobre todo el patrimonio del
deudor. Por ejemplo, los créditos por salarios que no tengan reconocido privilegio
especial, en la cuantía que resulte de multiplicar el triple del salario mínimo
interprofesional por el número de días de salario pendientes de pago (es el más
típico, es el crédito del trabajador. Tiene el límite de hasta el triple del SMI); las
indemnizaciones derivadas de la extinción de los contratos, en la cuantía
correspondiente al mínimo legal calculada sobre una base que no supere el triple del
salario mínimo interprofesional, entre otros.

2) Subordinados: art. 281 TRLC. Tiene especial relevancia que es el reconocimiento de


personas especialmente relacionadas con el deudor: arts. 282-283 TRLC. Los créditos
subordinados son subordinados porque en el derecho de crédito hay circunstancias que
rodean al derecho de crédito y al legislador le parece que merecen que cobren los
últimos. Por ejemplo, el acreedor que comunica de forma extemporánea su derecho de
crédito. La razón de la subordinación es que el acreedor llega tarde, y entorpece el
procedimiento. Hay otros supuestos de subordinación que están ligados por la relación
que existe entre el deudor y el acreedor. Cuando el acreedor es persona especialmente
relacionada con el deudor el legislador dice que ese crédito es crédito subordinado. Por
ejemplo, en el caso de personas físicas es el artículo 281.5º TRLC. El artículo 281 TRLC es
el precepto que establece el listado de los créditos subordinados. El número 5º
establece que “los créditos de que fuera titular alguna de las personas especialmente
relacionadas con el concursado en los términos establecidos en esta ley”. La naturaleza
de la subordinación es que el acreedor tiene una especial relación con el deudor
concursado, que al legislador “le pone la mosca detrás de la oreja” y entonces lo
subordina.

Es posible que un mismo acreedor esté reconocido como acreedor privilegiado y


subordinado u ordinario. Esto suele suceder porque es titular de varios derechos de
crédito de distinta naturaleza que justifiquen esa clasificación distinta. Esto ocurre en
muchas ocasiones con la AP, con los créditos públicos porque el crédito público es
crédito privilegiado, es crédito con privilegio general, pero hasta al 50% de su importe,
luego, el 50% restante es crédito ordinario. Y además, las sanciones administrativas (las
multas administrativas) son créditos subordinados. Por lo tanto, hay ocasiones en las
que, aunque provenga del mismo acto jurídico la AP cuando comunica el derecho de
crédito lo que hace es que le presenta al AC una certificación de la deuda y le dice “en
concepto de principal 10.000€, de los cuales propongo el reconocimiento como 50%
crédito con privilegio general, 50% crédito ordinario”, y luego una sanción de 2000€, es
subordinado.

3) Ordinarios: el resto (no hay un listado de créditos ordinarios, por lo que si el crédito no
está ni en la lista de créditos privilegiados ni en los subordinados, será ordinario).
E) LA LISTA DE ACREEDORES

La lista de acreedores está regulada en los artículo 285 y ss. TRLC. El artículo 285 TRLC establece:
“La lista de acreedores, referida a la fecha de solicitud del concurso, comprenderá una relación
de los incluidos y otra de los excluidos, ambas ordenadas alfabéticamente”. La exclusión del
derecho de crédito es la falta de reconocimiento, el AC no reconoce el derecho de crédito
comunicado. Es posible que se reconozca, se incluya en la lista de acreedores, pero con una
clasificación o cuantía distinta a la comunicada por el acreedor. El acreedor que pretende el
reconocimiento de un derecho de crédito de 10.000€, y el AC lo reconoce pero por 7.000€. O el
acreedor que pretende el reconocimiento como crédito como ordinario, pero el AC se lo
reconoce en toda su cuantía, peor como subordinado. Cabe el reconocimiento parcial. Y además,
con relación separada de lo créditos contra la masa, porque recordemos que estos no se
clasifican, no se reconocen, el AC lo que hace es establecer la lista de acreedores concursales
con toda esa clasificación, con todos esos datos que hacen referencia al derecho de crédito, y a
parte, acompaña una lista, y estos son los créditos contra la masa que están pendientes de
satisfacer.

El contenido de la lista de acreedores está detallado en el artículo 286 TRLC (identidad del
acreedor, la causa, la cuantía, los intereses, al fecha de origen, los vencimientos del crédito.
Todas las circunstancias que tengan que ver con el derecho de crédito).

INFORME DE LA ADMINISTRACIÓN CONCURSAL (Artículos 289 y ss. TRLC)

Una vez que el AC ya ha realizado el inventario, ya tiene la lista de acreedores y tiene todo
preparado, todo eso debe estar incluido en el informe de la AC. El informe es uno de los
documentos más importantes del concurso. Lo más importante de este es la determinación de
la masa activa y de la masa pasiva (inventario y lista de acreedores), son documentos que se
adjuntan al informe. El informe es un documento escrito por el AC en el que se detallan aquellas
circunstancias que el legislador obliga al AC a que aparezcan en su informe. EL informe da cuenta
de la situación de la empresa, de su contabilidad, si es una persona jurídica quienes son sus
socios, cuál es su capital, cuál es la opinión del AC respecto de la situación del deudor. Es decir,
si es empresario individual la viabilidad de la empresa (por ejemplo); o si el parece viable en ese
momento una solución negociada como salida al concurso, o si por el contrario ya en el mismo
informe se decanta por la liquidación del deudor, cuáles son las actuaciones más importantes
que el AC ha realizado hasta ese momento (si ha ejercitado acciones de reintegración, por
ejemplo), en qué fase está, si ya se ha resuelto, si ha decidido disminuir de los AC, o si ha decidido
extinguir un contrato de alta dirección. En definitiva, una memoria de las actuaciones o
principales decisiones que se hubieran tomado a lo largo del procedimiento.

El AC tiene un plazo de 2 meses para presentar su informe, con posibilidad de prórroga.

INFORME PROVISIONAL (solicitud de rectificación): art. 289 TRLC. El AC tiene 2 meses desde la
aceptación del cargo para elaborar y presentar el informe. Elabora el informe y el legislador le
dice “remita un borrador (informe provisional) del inventario y de la lista de acreedores al deudor
concursado y a los acreedores, para que en el plazo de 3 días le comuniquen al AC posibles
defectos. Para que el AC tenga la posibilidad de revisarlos o reconsidere incluir a algún acreedor
que hubiera excluido”. Es decir, el legislador le da la posibilidad de rectificación antes de que se
presente formalmente el informe. Una vez a transcurrido ese plazo, se presenta el informe ante
el Juez y se presenta el denominado INFORME DEFINITIVO (impugnación): arts. 297 y ss. En este
momento se da la posibilidad de impugnación del informe, tanto del inventario como de la lista
de acreedores. Las impugnaciones se tramitarán por el procedimiento del incidente concursal.
Esto puede suceder, por ejemplo, porque no se han incluido bien en la masa activa bienes que
son del concursado, con los que se podrá satisfacer los derechos de crédito; o porque el valor que
se da a esos bienes es erróneo; o un acreedor excluido impugna la lista de acreedores; o porque
se le ha reconocido por menor cuantía; o en una clasificación distinta que le es perjudicial.

El artículo 294.1 TRLC habla sobre la publicidad de la presentación del informe y establece que
“La presentación al juez del informe de la administración concursal y de los documentos
complementarios se notificará a quienes se hubieran personado en el concurso en la dirección
señalada a efectos de notificaciones y se publicará en el Registro público concursal y en el tablón
de anuncios del juzgado”.

Una vez que se ha presentado el informe definitivo por parte del AC si no se han producido
impugnaciones, o habiéndose presentado impugnaciones estas ya han sido resueltas
(modificado en su caso el informe del AC), en ese momento concluye la fase común del
concurso. Esto implica que el juez del concurso dicta auto, estableciendo que ha terminado la
fase común y que se abre la fase solutoria correspondiente. A partir de este momento ya se
puede tratar de dar una solución al concurso de acreedores, y hay dos opciones, o bien convenio,
o bien liquidación.
TEMA 5: SOLUCIONES DEL CONCURSO: EL CONVENIO Y LA LIQUIDACIÓN

Nos situamos en las soluciones del concurso porque ha concurrido la fase común. Hay dos
posibles soluciones al concurso, la solución negociada (convenio), o la liquidación concursal.

Notas introductorias de la fase de solución del concurso:

Tiene lugar finalizada la fase común, no obstante, desde la propia solicitud de la declaración de
concurso, el deudor puede solicitar la liquidación. Es decir, nosotros estamos estudiándolo todo
de una manera ordenada temporalmente, pero existen posibles alteraciones a este esquema
cronológico, es posible que el deudor, desde el mismo momento en que pide al declaración de
concurso esté pidiendo la liquidación, por lo que no pasamos por la posibilidad de negociar con
los acreedores una solución consensuada; o es posible que el deudor presente desde el principio
una solicitud previa de convenio (desde el inicio. Desde que pide la declaración de concurso).

La finalidad de esta fase es la satisfacción de los acreedores y, en la medida en que sea posible,
la conservación de la empresa ya sea por el deudor concursado o ya sea por otro, porque va a
ser posible la enajenación de una unidad productiva, por ejemplo. La finalidad de conservación
de la empresa se alcanza normalmente a través de la solución negociada).

En principio, es el deudor el que decide que opción escoger entre convenio o liquidación.

Cuando el juez dicta el auto de finalización de la fase común, si el deudor no ha pedido con
anterioridad la liquidación concursal como solución al concurso, lo que hace es abrir la
posibilidad del convenio concursal. Y solo cuando no es posible aprobarse un convenio, no es
posible alcanzar una curdo o no se presentan propuestas, entonces se abre la liquidación
concursal. Hay ocasiones en las que la fase solutoria obliga a pasar primero por intentar un
convenio, y si no es posible alcanzar una cuerdo, no queda más remedio que liquidar; pero hay
otras ocasiones en las que no se intenta el convenio porque el deudor ya ha pedido la
liquidación, entonces finaliza la fase común y directamente se pasa a liquidación; y hay otras
ocasiones en las que se intenta el convenio, se aprueba, pero el convenio se incumple y entonces
se abre la liquidación; asimismo, hay otras ocasiones en las que se aprueba el convenio y se
cumple, y entonces no se va a liquidación. En definitiva, el contenido de esta fase va a depender
mucho de las circunstancias concretas del procedimiento en el que nos encontremos.

Dos posibles soluciones:

1) El convenio: es la solución negociada, consiste en alcanzar una solución con los acreedores.
Es el acuerdo entre el deudor y sus acreedores. Lo más normal es que el convenio establezca
quitas (condonación, perdón, de parte de la deuda. El acreedor prefiere condonar parte de la
deuda con la garantía de que va a cobrar. Normalmente se dan en los créditos ordinarios y
subordinados) y/o esperas (el aplazamiento; créditos vencidos que ya se pueden exigir a día de
hoy, pero el acreedor accede que el deudor le pague en el plan de pagos que se hubiera
establecido). Es decir, las quitas, implican que el acreedor prefiere perdonar parte de la deuda
al deudor concursado en garantía de que lo que la cuantía que se mantiene sí la va a cobrar
porque, a lo mejor, si se va a liquidación, no consigue cobrar nada. Normalmente las quitas y las
esperas son para créditos ordinarios y subordinados. Normalmente dentro del convenio se
garantiza la continuidad de la actividad empresarial, hay un plan de viabilidad, hay un plan de
pagos, entonces el acreedor confía en que la continuidad en el ejercicio de la actividad
empresarial el permitirá cobrar; entonces no le importa renunciar a una parte de su crédito,
sabiendo que el resto sí lo cobrará, mientras que si mantiene el 100% y se va a liquidación
concursada tiene más dudas de cobrar que en el marco del convenio.

El contenido normal del convenio es que se establezcan quitas y/ o esperas (las 2 o una sola).
Pueden afectar unas a unos acreedores y otras a otros.

En el contexto de un convenio el deudor conserva su patrimonio para continuar con la actividad


empresarial.

2) La liquidación: La liquidación es la solución más dramática, ya que hay que vender todos los
bienes y derechos del deudor para convertirlos en dinero para pagar a los acreedores. Aquí no
continúa la actividad empresarial, salvo que se produzca la venta de la empresa a un tercero.

CONVENIO (arts. 315 y ss. TRLC): es un acuerdo con los acreedores en el seno del concurso

El legislador prevé 2 alternativas:

1) RÉGIMEN GENERAL (finalizada la fase común del concurso): en este caso hablaríamos de
convenio ordinario. Se propone y se tramita una vez que finaliza la fase común y lo puede
presentar tanto el deudor como los acreedores.

2) PROPUESTA ANTICIPADA (presentación de la propuesta antes de la conclusión de la fase


común): el concursado presenta la propuesta anticipada antes de la finalización de la fase
común. Solo lo puede hacer el concursado.

Régimen general (convenio ordinario): la aprobación de un convenio concursal es relativamente


compleja. Vamos a estudiar el procedimiento general, sin detenernos en los detalles.

1) Finaliza la fase común y se produce la apertura de la fase de convenio.

2) Lo primero que se va a requerir es la presentación de una propuesta de convenio, es decir, un


borrador, una iniciativa de acuerdo. La propuesta la pueden presentar tanto el deudor como los
acreedores.

3) Si se presenta, se da su admisión a trámite (arts. 341 y 342 TRLC). El LAJ tendrá que comprobar
que la propuesta recoge los requisitos formales que establece el legislador para las propuestas
de convenio, porque hay determinados contenidos que se prohíben. Por ejemplo, no pueden
estar sometidas a condición.

4) Evaluación por la AC (artículos 347 y ss. TRLC). Emite un informe evaluando al propuesta de
convenio.

5) Celebración de la Junta de Acreedores para conseguir adhesiones, votos a favor, de esa


propuesta de convenio. Se pueden presentar varias propuestas; se someten a votación, primero
una y si no se aprueba se pasa a la siguiente.

6) Si se alcanza la mayoría necesaria respecto de una propuesta de convenio, se produce la


aprobación por los acreedores y el concursado, pero falta la aprobación judicial; y se le pasa al
juez, para que este ratifique judicialmente el convenio.

7) Una vez que es ratificado, produce el convenio sus efectos.

8) Cumplimiento del convenio.


Presentación de la propuesta: ¿quién puede presentar propuesta?

Legitimación:

➢ El deudor
➢ Los acreedores que superen la quinta parte del pasivo (20% del pasivo): para que tenga
cierta representatividad la propuesta que se hace de convenio. Hablamos de una
propuesta de pago de los acreedores, de continuidad de la actividad empresarial, de
plazos para pagar, de posibles quitas, etc.

Requisitos: la propuesta debe ser por escrito (es decir, que no sea verbal) e ir firmada (para
saber quién la presenta y comprobar si se cumple la legitimación).

Contenido: autonomía de la voluntad + reglas legales. No se permiten propuestas


condicionadas, por ejemplo. Es un contrato, por lo que todo lo que pueda caber dentro de esa
negociación entre concursado ya creedores con algunas reglas; por ejemplo, no se permite que
el convenio altere las relaciones concursales, no se permite que se negocie que quien es
acreedor subordinado pase a ser ordinario (por ejemplo).

Debe acompañar un plan de pagos y, si fuera necesario (porque se va a continuar con el


ejercicio de la actividad empresarial) un plan de viabilidad (artículos 331 y 332 TRLC).

Si no se presenta ninguna propuesta: apertura de la fase de liquidación.

CELEBRACIÓN DE LA JUNTA DE ACREEDORES:

Cuando hablamos de la celebración de la junta de acreedores debemos tener en cuenta los


siguientes aspectos:

Constitución de la Junta (quorum): tiene que estar presente como mínimo la mitad del pasivo
ordinario, sino el acuerdo no será válido. Se habla del pasivo ordinario porque los acreedores
privilegiados van a estar al margen, salvo que voten a favor.

Deber de asistencia: administrador concursal y el deudor concursado.

Derecho a asistir: los acreedores a los que va a afectar el contenido del convenio.

Desarrollo de la Junta: deliberación y votación de las propuestas presentadas

Aprobación de la propuesta (art. 376 TRLC). Cuanto más gravoso es el convenio, es decir, cuanto
más volumen de quita haya o más plazo de espera haya, más porcentaje de pasivo se exige para
dar por aprobado la propuesta de convenio.

APROBACIÓN JUDICIAL DEL CONVENIO

Tras la aprobación por los acreedores, toca la aprobación judicial del convenio. Lo que hace el
Juez es una revisión formal del contenido del convenio. Es decir, que el convenio aprobado por
la mayoría legalmente exigida no adolezca de algunos de los vicios que se prevén en la ley (el
juez puede rechazar de oficio la propuesta, no la aprueba). Si la aprueba se abre un trámite de
oposición al convenio.

Su aprobación es por sentencia.


Efectos del convenio: la situación es la siguiente: propuesta de convenio aprobada por los
acreedores en junta de acreedores, y que ha superado el control judicial, es decir, ha sido
aprobado también judicialmente.

1) Sobre los efectos de la declaración del concurso: una vez aprobado el convenio, la aprobación
del convenio no supone la conclusión del concurso, el concurso concluirá cuando se haya
cumplido el convenio. Tampoco supone que se mantengan los efectos propios de la declaración
de concurso, porque se van a sustituir por aquellos efectos que haya previsto el convenio. Esto
tiene especial importancia con las facultades de disposición patrimonial.

2) Sobre los administradores concursales: cesarán en su cargo. Es importante recordar que


cuando hablamos del convenio como solución al concurso estamos presuponiendo en la mayor
parte de las ocasiones que el ejercicio de la actividad empresarial continúa. La fase de ejecución
o de cumplimiento de un convenio puede durar años, por lo que el concurso está abierto, pero
en fase de cumplimiento del convenio. Cesan los efectos de la declaración de concurso y se
sustituyen por aquellos que prevea el convenio; cesa el administrador concursal salvo lo
dispuesto en el 395.3 TRLC, es decir, que el convenio haya previsto alguna actuación del
administrador concursal. Esto lo que supone es que el deudor, en principio, recupera las
facultades de disposición completas (no estarán intervenidas ni mucho menos suspendidas).

Artículo 395.3 TRLC: “ No obstante el cese, la administración concursal conservará plena


legitimación para continuar los incidentes en curso así como para actuar en la sección sexta, con
facultades para solicitar la ejecución provisional o definitiva de las sentencias que se dicten en
esos incidentes y de la sentencia de calificación”.

3) Sobre los acreedores: vinculación al convenio de los acreedores subordinados y ordinarios;


los privilegiados si se han adherido. Es decir, el convenio afecta a los acreedores ordinarios y
subordinados (artículo 396 TRLC), y solo afectan a los acreedores privilegiados en la medida en
la que se hayan adherido o hayan votado a favor del convenio. Es decir, los acreedores
privilegiados solamente van a quedar vinculados por las quitas y las esperas que se hubieran
establecido en el convenio en la medida en que lo hubieran aceptado (artículo 397.1 TRLC). El
artículo 397.2 TRLC establece el arrastre de los acreedores privilegiados, es decir, una excepción
a la regla general de que los acreedores privilegiados no quedarán vinculados por el convenio.
Es decir, hay ocasiones en las que sí quedan vinculados por el contenido del convenio cuando
mayoritariamente algunas clases de acreedores privilegiados hayan votado a favor en al
propuesta de convenio.

Cumplimiento del convenio

Entramos en esta fase, pero no ha concluido el concurso. Hasta que no se cumpla el convenio
se mantiene el deber de cumplimiento. En esta parte hay pocas actuaciones porque lo que
procede es poner en marcha la aplicación del convenio; y poner en marcha la aplicación del
convenio va a suponer normalmente continuar con el ejercicio de la actividad empresarial y
cumplir el plan de pagos según lo que se hubiera establecido en el mismo (este debe acompañar
a la propuesta de convenio). En esta fase se da el deber de información del deudor sobre el
cumplimiento del convenio, esto es, el deudor debe informar semestralmente al juez sobre el
grado del cumplimiento del convenio (artículo 400 TRLC). El grado del cumplimiento del
convenio se refiere fundamentalmente al cumplimiento del plan de pagos, es decir, si se han ido
cumpliendo los plazos y formas de pago establecidas en el plan que se anexó a la propuesta de
convenio.

Declaración judicial de cumplimiento: cuando se cumple el convenio (cuando se ha pagado a


todos los acreedores en los términos establecidos en el propio convenio y en el plan de pagos)
el deudor interesará del juzgado la declaración judicial de cumplimiento. Cuando el juez del
concurso declare judicialmente cumplido el convenio, entonces sí que concluye el concurso.
Concluye el concurso, pero hasta que no exista esa resolución judicial no habrá concluido el
concurso (artículo 401 TRLC).

Declaración judicial de incumplimiento: en este caso a solicitud de cualquier acreedor (también


el deudor) que estime incumplido el convenio puede acudir al juez del concurso para que se
declare el incumplimiento del convenio. Si se declara el incumplimiento, no hay satisfacción de
los acreedores, el juez ratifica que se está produciendo un incumplimiento del convenio
(previamente hay un trámite de contradicción entre el deudor y acreedor), y se da la apertura de
la liquidación concursal (artículos 402 y ss. TRLC).

El artículo 404 TRLC establece que “1. Desde que alcance firmeza la declaración de
incumplimiento, las quitas, las esperas y cualesquiera otras modificaciones de los créditos que
hubieran sido pactadas en el convenio quedarán sin efecto.

2. Desde que alcance firmeza la declaración de incumplimiento, los acreedores con privilegio
especial a los que se hubiera extendido la eficacia del convenio o se hubieran adherido a él una
vez aprobado podrán iniciar o reanudar la ejecución separada de la garantía con independencia
de la apertura de la fase de liquidación. En este caso, el acreedor ejecutante hará suyo el importe
resultante de la ejecución en cantidad que no exceda de la deuda originaria. El resto, si lo hubiere,
corresponderá a la masa activa del concurso”.

Es decir, para que se produzcan estos efectos no solo tiene que incumplirse el convenio, sino que
así lo declare el juez judicialmente.

El artículo 405 TRLC establece que “1. Los actos realizados por el concursado o por terceros en
ejecución del convenio aprobado producirán plenos efectos.

2. No obstante lo establecido en el apartado anterior, desde que alcance firmeza la declaración


de incumplimiento serán anulables los actos realizados durante la fase de cumplimiento del
convenio que supongan contravención del propio convenio o alteración de la igualdad de trato
de los acreedores que se encuentren en igualdad de circunstancias, y serán rescindibles los actos
perjudiciales para la masa activa realizados por el deudor durante esa fase si se acreditara la
concurrencia de fraude”.

Si el convenio se incumple nos olvidamos de las quitas y las esperas, estas quedarán sin efecto.
SOLUCIONES DEL CONCURSO: LA LIQUIDACIÓN

LIQUIDACIÓN: venta de los bienes y derecho del deudor para obtener liquidez y pagar a los
acreedores.

1. Apertura de la fase de liquidación

2. Efectos de la apertura de la liquidación (el juez acuerda la apertura de esta fase mediante
auto)

3. Operaciones de liquidación para satisfacer el derecho de los acreedores

4. Pago a los acreedores

Apertura de la fase liquidación (artículos 406 y ss. TRLC):

1) A petición del deudor

➢ En cualquier momento del procedimiento puede pedir la liquidación, incluso desde el


mismo momento en que solicita la declaración de concurso (artículo 406 TRLC).

➢ Inclusive en fase de cumplimiento de convenio si detecta que no va a poder cumplir el


convenio, puede dirigirse al juez y pedir la apertura de la liquidación en esta fase de
cumplimiento del convenio (artículo 407 TRLC).

2) A petición de cualquier acreedor durante la vigencia del convenio (solo cuando se dé el


incumplimiento del convenio), es decir, solicita la declaración judicial de incumplimiento del
convenio y si el juez lo declara, se abre la fase de liquidación (artículo 407.2 TRLC). Es decir,
pueden pedir la liquidación del patrimonio del deudor para satisfacer los derechos de crédito
solo cuando se manifieste el incumplimiento del convenio.

3) A petición de la AC, en caso de cese de la actividad (artículo 408 TRLC).

4) De oficio (artículo 409 TRLC): por ejemplo, cuando no se hayan presentado propuestas de
convenio:
“1. La apertura de la fase de liquidación procederá de oficio en los siguientes casos:
1.º No haberse presentado dentro del plazo legal ninguna propuesta de convenio o no haber sido
admitidas a trámite las que hubieren sido presentadas.
2.º No haberse aceptado ninguna propuesta de convenio en la junta de acreedores o en la
tramitación escrita.
3.º Haberse rechazado por resolución judicial firme el convenio aceptado en junta de acreedores
o el tramitado por escrito, sin que proceda en ninguno de esos casos nueva convocatoria de junta
ni nueva tramitación escrita.
4.º Haberse declarado por resolución judicial firme la nulidad del convenio aprobado por el juez.
5.º Haberse declarado por resolución judicial firme el incumplimiento del convenio.
2. En los casos 1.º y 2.º del apartado anterior, la apertura de la fase de liquidación se acordará
por el juez sin más trámites, en el momento en que proceda, mediante auto que se notificará al
concursado, a la administración concursal y a todas las partes personadas en el procedimiento.
En cualquiera de los demás casos, la apertura de la fase de liquidación se acordará en la propia
resolución judicial que la motive y se hará efectiva una vez esta adquiera firmeza”.
El auto por el que se acuerda la apertura de la fase de liquidación debe publicarse en los mismos
términos en los que se publica el auto de declaración de concurso (publicación en el BORNE,
publicación en el Registro Público Concursal, publicación en el Registro Mercantil, etc.)

Efectos de la apertura de la liquidación


➢ Sobre el concursado (artículo 411 y ss. TRLC):
• Suspensión de facultades de disposición patrimonial (es posible que ya lo
estuvieran, pero si no lo estuvieran, se suspenderán).

• Extinción del derecho de alimentos (salvo necesidades mínimas). Uno de los


efectos de la declaración de concurso sobre el deudor era que en situaciones de
necesidad se reconocía el derecho de alimentos con cargo a la masa, pues este
derecho se extingue, pero hay una excepción, en situaciones de subsistencia.
Esto si es concursado persona física (artículo 413 TRLC)

• En cuanto a concursado persona jurídica, la apertura de la fase de liquidación


concursal funciona como causa de disolución de pleno derecho de la persona
jurídica y cese de los administradores sociales, pero no nombramiento de
liquidadores, pues en derecho concursal, cuando se abre la liquidación
concursal, cesan los administradores sociales, y el administrador concursal será
el que realice las operaciones de liquidación, no se nombran liquidadores. Es
una causa de disolución de pleno derecho.

➢ Sobre los créditos (artículo 414 TRLC):


• Vencimiento anticipado y conversión en dinero. Esto tiene sentido porque se
abre la fase de liquidación concursal, y se entiende que desde ese momento
todos los derechos de crédito están vencidos y son exigibles; y se convierten los
bienes y derechos en dinero.

Operaciones de liquidación ¿cómo se van a liquidar los bienes y derechos del deudor?

La administración concursal deberá presentar un plan de liquidación. Hay que pensar cual es la
mejor manera de liquidar. El plan de liquidación es el documento donde se propondrá cómo se
van a liquidar los bienes del deudor tendrá un contenido u otro en virtud del concurso concreto.
El plan de liquidación variará las operación en función de la masa activa, y de las circunstancias
que concurran. El juez debe aprobar o no ese plan de liquidación, pero antes de proceder a ello,
se da un trámite de alegaciones, un trámite de contradicción.

Alegaciones por parte del concursado, acreedores y representantes de los trabajadores.

Resolución por el juez mediante auto.

De no aprobarse el plan de liquidación, o cuando el administrador no presente plan de


liquidación el TRLC prevé reglas supletorias (artículos 421 y 422 TRLC).

Deber de información al juez por parte de la administración concursal: informes trimestrales.


Para así informar al juez periódicamente de cómo se están realizando las operaciones de
liquidación (artículo 424 TRLC).
Transcurrido un año desde que se haya abierto al fase de liquidación se puede separar al
administrador concursal cuando se produzca una prolongación indebida (artículo 427 TRLC).

Pago a los acreedores (artículo 429 y ss. TRLC)

1º Pago de créditos contra la masa. Son créditos prededucibles, y en principio son los primeros
que cobran, pero no podrán cobrar sobre los bienes que hayan sido dados en garantía real para
el cumplimiento de los créditos con privilegio especial. Por ejemplo, un banco (acreedor
hipotecario) que se ha garantizado la devolución del préstamo constituyendo una garantía sobre
un bien inmueble. El banco le ha prestado al deudor 50.000 euros, y el banco para garantizar el
cumplimiento de la obligación de devolución de esos 50.000 euros constituye una garantía (una
hipoteca) sobre el piso. El banco es acreedor con privilegio especial porque es un acreedor con
garantía real. En ningún caso, pagar a los acreedores contra la masa puede suponer la pérdida
del privilegio especial. Es decir, será primero siempre y cuando no afecte a los bienes
destinados a los acreedores privilegiados (artículo 430 TRLC).

2º Pago de créditos con privilegio especial (artículo 432 TRLC).

3º Pago de créditos con privilegio general por el orden establecido en el artículo 280 TRLC y si
no da para todos a prorrata (artículo 433 TRLC).

4º Pago de créditos ordinarios, aquí no hay listado, es a prorrata, es decir, se divide entre los
que hay (artículo 434 TRLC).

5º Pago de créditos subordinados, aquí sí tenemos un orden (artículo 435 TRLC).

Es el administrador el que liquida y paga.

El concurso puede concluir por la plena satisfacción de todos los acreedores, o puede concluir
cuando se haya pagado a todos los acreedores hasta el límite de lo que haya podido liquidando
el patrimonio del deudor (insuficiencia de masa). Si quedasen créditos por satisfacer podemos
plantear diferentes opciones. La regla general es que los acreedores siguen manteniendo la
posibilidad de iniciar ejecuciones individuales con posterioridad, en este caso hay que distinguir
entre deudor persona física y deudor persona jurídica. Sobre el deudor persona jurídica supone
que finalizada la liquidación y concluido el concurso la conclusión del concurso supone
cancelación registral de la persona jurídica, por lo tanto, en principio, extinción de la persona
jurídica. Puede darse el caso de que aparezca activo sobrevenido; si fuera así se reabriría el
concurso para satisfacer a los acreedores “donde nos quedamos”, y si no aparece activo
sobrevenido se quedarán esos acreedores sin cobrar.
TEMA 6: CALIFICACIÓN DEL CONCURSO

Esta sección no se abre siempre, es una fase eventual. Es el momento en el que se realiza una
averiguación de las causas que han generado la situación de insolvencia o si ha habido algún
comportamiento que ha agravado esa situación de insolvencia. Se abre en la mayor parte de
las ocasiones, porque siempre que se da la fase de liquidación de concursal se abre la fase de
calificación, y como el 90% de los concursos acaban en liquidación, en el 90% de los concursos
se abre la fase de calificación.

PRESUPUESTOS DE APERTURA

➢ Convenio Lesivo: es decir que el convenio contenga una quita superior a un tercio de
los créditos o espera superior a tres años, si el convenio no supera esos umbrales,
entonces no abrimos la fase de calificación.

➢ La aprobación del plan de liquidación o liquidación supletoria

➢ Incumplimiento del Convenio= apertura de la fase de liquidación= apertura fase de


calificación

CLASES: la finalidad de la fase de calificación es indagar para declarar el concurso fortuito o


culpable.

Es el juez el que decide que calificación se le da al concurso, y se declara por sentencia


judicial. Es una cuestión de prueba.

Concurso fortuito: El concurso que no merezca la calificación de culpable, es decir, no ha


mediado un comportamiento culposo o doloso de forma grave por parte del deudor y del resto
de los sujetos previstos en el artículo 442 TRLC (dolo o culpa grave) en la generación o
agravación de la insolvencia.

Concurso culpable (artículo 442 TRLC, clausula general de culpabilidad): El concurso es


culpable cuando en la generación o agravación del estado de insolvencia hubiera mediado dolo
o culpa grave del deudor o, si los tuviere, de sus representantes legales y, en caso de persona
jurídica, de sus administradores o liquidadores, de derecho o de hecho directores generales, y
de quienes, dentro de los dos años anteriores a la fecha de declaración del concurso hubieren
tenido cualquiera de estas condiciones. No es frecuente que los concursos se califiquen como
culpables.

En los artículos 443 y 444 TRLC se establecen las presunciones.

Es importante que sepamos que hay una cláusula general porque si hay un determinado
comportamiento que no podemos encajar en las presunciones, nos vamos a la cláusula
general. Las presunciones nos facilitan la calificación de culpable. El hecho de que el
comportamiento no esté en esas presunciones no quiere decir que no haya generado o
agravado la situación de insolvencia, lo que quiere decir es que tenemos que hacer un esfuerzo
probatorio de al existencia del dolo o de la culpa grave, mientras que en las presunciones ya lo
tenemos presumido por el legislador, y lo que tenemos que probar es la concurrencia de esas
presunciones.
CONCURSO CULPABLE

Clausula general:

➢ Elemento subjetivo: dolo o culpa grave en la conducta del deudor, y que ese
comportamiento haya provocado al generación o agravación de la situación de
insolvencia.

➢ Elemento objetivo: el daño consistente en la generación o la agravación de la


insolvencia

➢ Relación de causalidad entre la conducta del deudor y la consecuencia (el daño)

➢ Se calificará como culpable “en todo caso” en los supuestos del art. 443 LC (iure et de
iure) “1.º Cuando el deudor se hubiera alzado con la totalidad o parte de sus bienes en
perjuicio de sus acreedores o hubiera realizado cualquier acto que retrase, dificulte o
impida la eficacia de un embargo en cualquier clase de ejecución iniciada o de
previsible iniciación.

2.º Cuando durante los dos años anteriores a la fecha de la declaración de concurso
hubieran salido fraudulentamente del patrimonio del deudor bienes o derechos.

3.º Cuando antes de la fecha de declaración del concurso el deudor hubiese realizado
cualquier acto jurídico dirigido a simular una situación patrimonial ficticia.

4.º Cuando el deudor hubiera cometido inexactitud grave en cualquiera de los


documentos acompañados a la solicitud de declaración de concurso o presentados
durante la tramitación del procedimiento, o hubiera acompañado o presentado
documentos falsos.

5.º Cuando el deudor legalmente obligado a la llevanza de contabilidad hubiera


incumplido sustancialmente esta obligación, llevara doble contabilidad o hubiera
cometido en la que llevara irregularidad relevante para la comprensión de su situación
patrimonial o financiera.

6.º Cuando la apertura de la liquidación haya sido acordada de oficio por


incumplimiento del convenio debido a causa imputable al concursado”.

➢ Presunciones de culpabilidad iuris tantum, es decir, se permite prueba en contrario:


art. 444 LC (incumplimiento del deber de solicitar la declaración del concurso;
incumplimiento del deber de colaboración del deudor, etc.) “El concurso se presume
culpable, salvo prueba en contrario, cuando el deudor o, en su caso, sus representantes
legales, administradores o liquidadores:
1.º Hubieran incumplido el deber de solicitar la declaración del concurso.

2.º Hubieran incumplido el deber de colaboración con el juez del concurso y la


administración concursal, no les hubieran facilitado la información necesaria o
conveniente para el interés del concurso, o no hubiesen asistido, por sí o por medio de
apoderado, a la junta de acreedores, siempre que su participación hubiera sido
determinante para la adopción del convenio.

3.º Si, en alguno de los tres últimos ejercicios anteriores a la declaración de concurso, el
deudor obligado legalmente a la llevanza de contabilidad no hubiera formulado las
cuentas anuales, no las hubiera sometido a auditoría, debiendo hacerlo, o, una vez
aprobadas, no las hubiera depositado en el Registro mercantil o en el registro
correspondiente”.

TRAMITACIÓN

• Apertura de la sección de calificación.

• Para intervenir en la sección de calificación hay que personarse, esto es importante a


los efectos de los acreedores, porque recordemos que en alguna ocasiones los
acreedores no tienen por qué personarse en el concurso; si el interés del acreedor es
que se le reconozca en la lista de acreedores en los términos que él ha comunicado no
es necesario que se persone. Sin embargo, si quiere tener acceso a que se le de
traslado de todas las actuaciones o para intervenir en la sección de calificación tiene
que haberse personado.

• Informe de la Administración concursal y Dictamen del M.F. Esto es importante porque


el único que puede pedir la calificación del concurso como culpable es el
administrador concursal, los acreedores no pueden. Si se da el supuesto (si propone
concurso culpable), se abre la sección de calificación, se presenta informe por parte del
administrador concursal pidiendo la calificación culpable (el informe del administrador
tiene que detallar cuál es la causa de la culpabilidad, e incluso solicitar la práctica de
pruebas). Se da traslado al fiscal, el fiscal normalmente o no informa o informa
diciendo que está de acuerdo con el administrador concursal.

• Tramitación de la sección.

• Oposición por parte del deudor, o de sus liquidadores, administradores porque la


mayor parte del conflicto se da con los liquidadores, los administradores porque la
calificación culpable del concurso puede suponer que se condene a los
administradores, liquidadores y directores a la cobertura del déficit. Cuando el deudor
es persona jurídica normalmente quien se opone son los administradores o los
liquidadores porque están poniendo en riesgo su patrimonio personal.

• El juez decide a través de sentencia (artículo 455 TRLC): “1. La sentencia declarará el
concurso como fortuito o como culpable. Si lo calificara como culpable, expresará la
causa o causas en que se fundamente la calificación”. Esto es super importante porque
a los efectos de apelación de la sentencia podemos ganar o perder, se puede estimar o
no el recurso de apelación, en función de lo que haya dicho el juez.

“2. La sentencia que califique el concurso como culpable contendrá, además, los
siguientes pronunciamientos:
1.º La determinación de las personas afectadas por la calificación, así como, en su
caso, la de las declaradas cómplices (los cómplices están regulados en el artículo 445
TRLC).
En caso de persona jurídica, podrán ser consideradas personas afectadas por la
calificación los administradores o liquidadores, de derecho o de hecho, los directores
generales y quienes, dentro de los dos años anteriores a la fecha de la declaración de
concurso, hubieren tenido cualquiera de estas condiciones.

Si alguna de las personas afectadas lo fuera como administrador o liquidador de hecho,


la sentencia deberá motivar específicamente la atribución de esa condición.

No tendrán la consideración de administradores de hecho los acreedores que, en virtud


de lo pactado en el convenio tuvieran derechos especiales de información, de
autorización de determinadas operaciones del deudor o cualesquiera otras de
vigilancia o control sobre el cumplimiento del plan de viabilidad, salvo que se
acreditara la existencia de alguna circunstancia de distinta naturaleza que pudiera
justificar la atribución de esa condición.

2.º La inhabilitación de las personas naturales afectadas por la calificación para


administrar los bienes ajenos durante un período de dos a quince años, así como para
representar a cualquier persona durante el mismo período.

La duración del periodo de inhabilitación se fijará por el juez atendiendo a la gravedad


de los hechos y a la entidad del perjuicio causado a la masa activa, así como a la
existencia de otras sentencias de calificación del concurso como culpable en los que la
misma persona ya hubiera sido inhabilitada.

Excepcionalmente, en caso de convenio, si así lo hubiera solicitado la administración


concursal en el informe de calificación, la sentencia podrá autorizar al inhabilitado a
continuar al frente de la empresa o como administrador de la sociedad concursada
durante el tiempo de cumplimiento del convenio o por periodo inferior.

3.º La pérdida de cualquier derecho que las personas afectadas por la calificación o
declaradas cómplices tuvieran como acreedores concursales o de la masa.

4.º La condena a las personas afectadas por la calificación o declaradas cómplices a


devolver los bienes o derechos que indebidamente hubieran obtenido del patrimonio
del deudor o recibido de la masa activa.

5.º La condena a las personas afectadas por la calificación o declaradas cómplices a


indemnizar los daños y perjuicios causados”.

Artículo 445. Cómplices.


“Se consideran cómplices las personas que, con dolo o culpa grave, hubieran
cooperado con el deudor o, si los tuviere, con sus representantes legales y, en caso de
persona jurídica, con sus administradores o liquidadores, tanto de derecho como de
hecho, o con sus directores generales, a la realización de cualquier acto que haya
fundado la calificación del concurso como culpable”.
EFECTOS DE LA SENTENCIA

Ámbito subjetivo:

La sentencia que califique el concurso como culpable contendrá la determinación de las


personas afectadas por la calificación, así como, en su caso, la de las declaradas cómplices.
Cómplices: Aquellas personas que, con dolo o culpa grave, hubieran cooperado con el deudor
o, si los tuviere, con sus representantes legales y, en caso de persona jurídica, con sus
administradores o liquidadores, tanto de derecho como de hecho, o con sus directores
generales, a la realización de cualquier acto que haya fundado la calificación del concurso
como culpable.

EFECTOS. La calificación culpable del concurso supone la posibilidad de imponer sanciones


de carácter civil al deudor o a las personas afectadas:

➢ La inhabilitación de las personas afectadas por la calificación para administrar los


bienes ajenos durante un periodo que va de dos a quince años.

➢ La pérdida de los derechos como acreedores concursales o de la masa.

➢ La devolución de los bienes o derechos obtenidos indebidamente.

➢ La indemnización de los daños y perjuicios causados.

RESPONSABILIDAD CONCURSAL. Condena a la cobertura del déficit (artículo 456 TRLC)

El juez, en la sentencia de calificación, podrá condenar, con o sin solidaridad, a la cobertura,


total o parcial, del déficit a todos o a algunos de los administradores, liquidadores, de derecho
o de hecho, o directores generales de la persona jurídica concursada que hubieran sido
declarados personas afectadas por la calificación en la medida que la conducta de estas
personas que haya determinado la calificación del concurso como culpable hubiera generado o
agravado la insolvencia.

Cuando hablamos de la condena de cobertura del déficit: estamos condenando a esas


personas afectadas a pagar a aquellos acreedores que no se puedan satisfacer con los bines y
derechos de la masa activa, porque si no hay déficit condenaremos a indemnización por daños
y perjuicios, a pérdida de los derechos en el concurso, a inhabilitación, pero no a la cobertura
del déficit. Es decir, la masa activa no da para satisfacer a toda la masa pasiva y a través de la
condena a la cobertura del déficit conseguimos que las personas afectadas por la calificación
culpable abonen a los acreedores esas cantidades. NO PODEMOS LLEGAR AQUÍ SI EL
CONCURSO NO HA SIDO DECLARADO CULPABLE.

Se considera que existe déficit cuando el valor de los bienes y derechos de la masa activa
según el inventario de la administración concursal sea inferior a la suma de los importes de los
créditos reconocidos en la lista de acreedores.

En caso de pluralidad de condenados a la cobertura del déficit, la sentencia deberá


individualizar la cantidad a satisfacer por cada uno de ellos, de acuerdo con la participación en
los hechos que hubieran determinado la calificación del concurso.

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