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14 marzo 2018

¿Suspensiones Máximas, Intermitentes (Repeaters) o


combinarlas, que programa de 8 semanas es más
efectivo para aumentar la fuerza de agarre en
escaladores deportivos?

English version

La anterior entrada fue la primera que dediqué al método de Suspensiones


intermitentes. Expliqué el por qué denominarlo así en vez de Repeaters y también
aproveché para exponer la INTRODUCCIÓN del primero de mis trabajos que
evaluaron los efectos de este método sobre la fuerza y resistencia de dedos
respecto a otros: el que presenté en el III congreso de investigación en escalada
de la IRCRA celebrado en 2016 en Telluride (USA). Hoy, tal como prometí,
seguiremos explicando el resto del estudio pasando por el resto de sus partes:

Objetivos, Métodos, Resultados, Discusión y Aplicaciones Prácticas (INFOGRAFÍA


RESUMEN al final de la entrada).

Dado que en el anterior enlace tenéis el acceso al artículo publicado en las actas
del congreso, en esta entrada no me dedicaré a copiarlo tal cual, sino a ampliarlo
un poco para contaros todo con un poco más de profundidad a excepción de la
introducción, que ya la tenéis en la anterior entrada. Como sabéis, la extensión de
un artículo presentado a un congreso siempre está limitada a un breve espacio. En
este caso, a solo 2 páginas.
Comenzando la presentación del artículo: "Comparison of the Effects of Three Hangboard Training
Programs on Maximal Finger Strength in Rock Climbers" en Telluride (Colorado, USA) en el II IRCRA
congress

Foto: Real Life Photographs

OBJETIVOS
Comparar los efectos sobre la fuerza de agarre, de un programa de 8 semanas de
Suspensiones Máximas (SuspMáx_SuspMáx) respecto a uno de Suspensiones
Intermitentes (SuspInt_SuspInt) y otro que combine Suspensiones máximas con
Suspensiones Intermitentes (SuspMáx_SuspInt).
MÉTODOS

Medios
El aparato utilizado para entrenar y realizar los tests fue el descrito y usado
previamente por López-Rivera y González-Badillo (2012), que consistió en una
tabla con forma de regleta cuya profundidad podía ser regulada con precisión de
milímetros (Dimensiones 500x250x24 mm; por Eva López y Dafnis Fernández, 2004;
licencia Creative Commons)

Participantes
Después de haber sido informados por escrito de los objetivos, características y
riesgos del estudio, veintiseis escaladores en roca (23 hombres, 3 mujeres) con
nivel medio de grado encadenado en los 6 meses previos de 7c+/8a (mín 7a, máx
9a); 31,7 años de edad y que llevaban 11,7 años escalando, fueron seleccionados
en base a unos requisitos establecidos previamente:

a) Llevar más de 2 años escalando.

b) Estar en activo, es decir, haber estado escalando y escalando habitualmente en


los 6 meses previos.

c) No haber realizado suspensiones para entrenar en los 4 meses previos.

d) Tener un grado encadenado superior a 7a.

e) Tener más de 25 años.


f) No tener ninguna lesión o enfermedad que te imposibilite la realización de un
entrenamiento físico intensivo.

Después, los participantes firmaron el documento de consentimiento y se les pidió


que no cambiaran sus hábitos diarios, ni practicaran ninguna actividad física ni
entrenamiento adicional al sugerido en el estudio durante el tiempo que durara la
intervención.

Procedimientos
Test de Fuerza (TF)

Fue el mismo propuesto por los autores anteriores, quienes hicieron un estudio de
fiabilidad. La validez del diseño fue comprobada tras observar la correlación
positiva significativa entre el resultado en el test de fuerza y grado encadenado (r
= 0.51; p < 0.001). El TF se realizó antes de empezar la intervención, tras las
primeras 4 semanas de entrenamiento o semana 5ª y en la semana 9ª tras finalizar
la 8ª semana de entrenamiento (ver figura inferior). La recogida de datos tuvo
lugar en el rocódromo del Club Vertical (Toledo).

Previamente al día del test, se guardó un reposo deportivo de 24 horas y el


entrenamiento realizado 48 horas antes fue suave. Cada participante fue
informado de las condiciones y normas del test y había aprendido la postura
correcta de suspensiones. Los tests se realizaron siempre a la misma hora del
mismo día de la semana y en similares condiciones de humedad y temperatura.
Previamente se realizó un calentamiento estandarizado de un mínimo de 15
minutos que en general consistió en movilizaciones de cuello, hombros, brazos,
muñecas, dedos, tronco, cadera y piernas; continuando con una parte específica
consistente en 3-5 series de suspensiones progresivas en tamaño de regleta (20 a
15 mm, dependiendo del nivel de cada deportista) progresando de 10 a 20
segundos con pausas de 2 a 3 minutos. Durante los cinco minutos de recuperación
después del calentamiento y antes del TF se tomaron las medidas antropométricas
de peso y altura. Después se realizó el TF.

El TF consistió en colgarse de una regleta de 15 mm, usando el agarre de


semiarqueo, con los brazos extendidos y con el máximo lastre soportado durante 5
segundos. La carga se determinó del modo siguiente:Por tanteo se eligió una
primera carga con la que el sujeto pudiera soportar 15-20 segundos. Después de 5
minutos de descanso tras cada intento, se fue aumentando la carga con
incrementos de 10 a 5 kilos según la dificultad observada. Con el fin de prevenir
los efectos de la fatiga, se trató de alcanzar la carga máxima en un tope de 5
intentos. Cuando el sujeto no podía soportar los 5 segundos manteniendo el
contacto de los cuatro dedos en el agarre, flexionaba los brazos o modificaba el
ángulo de sus hombros o cadera con el tronco, el test se daba por finalizado y se
registraba la última carga soportada.

Se eligió el tipo de agarre de semiarqueo por ser el más utilizado para el agarre
de presas pequeñas en escalada (Bollen, 1988; Schweizer, 2001, Quaine y
Vigouroux, 2004, Watts, 2004), siendo el tamaño una de las características de las
presas de las secciones más intensas de las vías de dificultad (Quaine y Vigouroux,
2004, Watts, 2004), junto a su forma y textura. Por último, se eligieron las
suspensiones de dedos por haberse considerado por diferentes autores como un
ejercicio específico de escalada (Vigouroux y col., 2006; Watts y col., 2008),
además de aquel popularmente practicado por los escaladores en sus
entrenamientos.

Michaela Kiersch entrenando en el First Ascent Avondale climbing gym (Chicago). Foto: Musenpet.
Fuente: Facebook

Diseño experimental
En base a los resultados obtenidos en el TF, se asignó aleatoriamente a los
participantes a cada uno de tres grupos de entrenamiento de suspensiones usando
el método ABCCBA:
1- SuspMáx_SuspMáx: Consistió en realizar de la semana 1 a la 4, 3 a 5 series de
suspensiones de 10 segundos sobre una regleta de 18 mm con un lastre tal (MáxL)
que permitiera estar 13 segundos hasta al fallo (carácter del esfuerzo = 3; término
propuesto por González-Badillo y Gorostiaga en 1993) , descansando 3 minutos
entre series.

En las siguientes 4 semanas se usó la misma configuración de series, tiempo de


suspensión y reposo entre series. La diferencia estuvo que las suspensiones eran sin
lastre de la regleta más pequeña que se pudiera aguantar durante 13 segundos
(RegMín).

El calentamiento específico consistió en 3-4 series de calentamiento con cargas


progresivas en lastre o tamaño de regleta (50-90% de la carga utilizada en la
anterior sesion de entrenamiento). La determinación de la carga de entrenamiento
se realizó de la forma siguiente en la primera serie del primer día: Se elegía un
número de kilos o un tamaño de regleta que permitiera aguantar un tiempo de 13
segundos. Si el sujeto percibía que durante alguna serie no iba a poder cumplir
dicho margen, añadía o retiraba lastre (2-5 kg en función del peso corporal) o
elegía un mayor o menor tamaño de regleta (1-2 mm en función del esfuerzo
percibido) con el fin de mantener la carga constante. Durante las series siguientes,
seguía controlando la carga con el mismo procecimiento. Como referencia, el
sujeto más fuerte llegó a utilizar 55 kg, o 5 mm, y el menos fuerte, 5kg o 10 mm.

Presentando en Telluride. Gracias a Kaycee Joubert, de Real Life Photographs por tomar esta foto y a
Shauna Coxsey por permitirme usar la suya!
2- SuspInt_SuspInt: Realizaron durante las primeras 4 semanas, 3 a 5 series de 4
suspensiones de 10 segundos cada serie sobre la mínima regleta (RegMín) de la que
aguantaran todo el volumen, con 5 segundos de reposo entre cada suspensión de
cada serie, y 1 minuto entre series, debiendo acabar al fallo o cerca del mismo en
la última repetición de la última serie. Las siguientes 4 semanas se aumentó el nº
de suspensiones por serie de 4 a 5.

En este método, el calentamiento consistió en realizar 4-5 series progresivas en


profundidad de regleta de 10 segundos de suspensión y 5 segundos de
recuperación, respectivamente. Para la primera serie del calentamiento se eligió
aquel tamaño de regleta de la que el sujeto calculara que podría suspenderse
cerca de 1 minuto, o unos 5-10 mm mayor que la regleta de entrenamiento
utilizada en la anterior sesión. La regleta de entrenamiento para la primera
sesión fue para cada sujeto, aquella de la que eran capaces de soportar alrededor
de 30 segundos máximos.

La carga se manejaba de modo similar al descrito en los anteriores métodos: si a


lo largo de las repeticiones se percibía que no se iban a poder completar todas las
repeticiones de una serie o por el contrario, que no se iba a llegar cerca del fallo
en la última repetición de la última serie, se debía cambiar a una regleta que se
ajustara a dicho fin (más pequeña o más grande). Como referencia, la regleta más
pequeña utilizada en los entrenamientos fue la de 8 mm y la más grande, la de 22
mm

3-SuspMáx_SuspInt: Realizaron una combinación de los métodos anteriores. En las


primeras 4 semanas hicieron el método con lastre (MáxL) usado por el grupo 1. En
las siguientes 4 semanas hicieron 3 a 5 series de 4 suspensiones de 10 segundos
sobre la mínima regleta (MED) de la que aguantaran todo el volumen, con 5
segundos de reposo entre suspensiones de cada serie y 1 minuto entre series. El
ajuste de la carga para cada método fue como se ha descrito anteriormente.
En todos los métodos, el tiempo de suspensión era el mismo: 10 segundos, así
como el número de series: de 3 a 5. Otra característica esencial, común entre
ellos, era que cada participante debía ejercer un continuo ajuste de la carga a lo
largo de las repeticiones y series, o bien añadiendo o disminuyendo el lastre o
reduciendo o aumentando el tamaño de regleta, con el fin de mantener la carga,
en este caso la intensidad relativa, constante.

Sin embargo, la diferencia entre los distintos métodos estuvo en el volumen de


suspensiones total o tiempo total de entrenamiento (30 a 50 segundos en
SuspMáx respecto a 120 a 250 segundos en SuspInt) y el tiempo de reposo entre
series o repeticiones. Además, en el método de SuspMáx se dejó un margen de 3
segundossin cumplir hasta el fallo, mientras que en SuspInt debía acabarse la
sesión al fallo.

Las razones de por qué se eligió un tiempo de suspensión de 10 segundos en cada


método, así como del ratio 10 segundos de suspensión, 5 segundos de reposo y 1
minuto entre series para las SuspInt, las puedes encontrar en la anterior entrada.

Programa de Entrenamiento
Entrenamiento de suspensiones

Para cada grupo de entrenamiento, la configuración de series, tiempo de


suspensión y tiempo de reposo entre suspensiones a lo largo de las semanas fue el
siguiente:
Entrenamiento físico-técnico

Hay que destacar que en el estudio, los y las participantes no solo entrenaban
mediante suspensiones, sino que como ocurre en la vida real de cualquier
deportista, este ejercicio fue incorporado dentro de su plan de entrenamiento
semanal y por tanto, añadido al físico-técnico realizado en el rocódromo. El plan
de entrenamiento completo consistió en un macrociclo concentrado de 8 semanas
(diseño ATR, estilo de periodización por bloques; añadido el 20/03/2018)
estandarizado, aunque personalizado, que incluyó todos los contenidos. Fue
elaborado y supervisado por la entrenadora de escalada Eva López.

El entrenamiento de suspensiones se hizo 2 días por semana (lunes y miércoles) y


al principio de cada sesión, siempre después de un calentamiento estandarizado
descrito anteriormente. Tras 15 minutos de descanso de las suspensiones, se
realizó el entrenamiento en el rocódromo, pudiendo consistir, según el mesociclo,
en acondicionamiento físico como series de repeticiones máximas o submáximas de
dominadas, ejercicios de core; métodos fraccionados extensivos, intensivos o de
repeticiones a vías y bloques, etc.

Se entrenaba en rocódromo de lunes a jueves y los fines de semana se escalaba en


roca. A los participantes se les indicó que debían realizar 1-2 vías de
calentamiento y 1-2 vías cercanas a su máximo nivel, lo cual era comprobado
gracias a la entrega de feedback diario.
Eva López. Rocódromo del Club Vertical (Toledo). Foto: Javipec

ANÁLISIS ESTADÍSTICO
Se halló la estadística descriptiva (medias y desviaciones típicas) de edad, años de
entrenamiento, altura, peso, nivel deportivo en los últimos 6 meses y de los
resultados en el test de fuerza. Se aplicó un ANOVA de medidas repetidas con el
ajuste de Bonferroni para comprobar las diferencias intra e intergrupos en fuerza.
También se aplicó la correlación de Pearson para comprobar la relación entre
variables y se calculó y definió el tamaño del efecto (TE) para comprobar los
cambios intragrupo (Hedges y Olkin, 1985). Se definió un TE < 0.25 como trivial,
de 0.25-0.50 pequeño, de 0,50-1 moderado y > 1 grande, según la escala propuesta
por Rhea (2004) para intervenciones de entrenamiento de fuerza en deportistas
muy entrenados.

RESULTADOS
Las diferencias entre grupos en TF no fueron significativas ni antes de empezar el
entrenamiento, ni después de 4 y 8 semanas de entrenamiento. Sin embargo, es
destacable el 28% de aumento en TF después de 8 semanas de entrenamiento
obtenido con SuspMáx_SuspMáx, que solo alcanzó significatividad estadística en
este grupo (p < 0,05); así como que la mayor mejora a las 4 semanas se observó en
los grupos que usaron SuspMáx con lastre frente al que entrenó con SuspInt (15% y
20% por el grupo 1 y 3, respectivamente, respecto a un un 4,6% del grupo 2).

El segundo resultado interesante fue que el grupo de SuspInt_SuspInt obtuvo


cambios triviales en fuerza a las 4 semanas (4,6%), pero éstas se triplicaron a las 8
semanas (13,9%), llegando a ser similares a las observadas con SuspMáx tras solo 4
semanas.

Por último, el grupo que cambió a SuspInt en la 5ª semana, perdió casi un 7% de las
mejoras obtenidas con SuspMáx al cambiar a SuspInt.

DISCUSIÓN
Para nuestro conocimiento, este es el primer trabajo que ha comparado los efectos
sobre la fuerza de agarre de un programa de SuspMáx, respecto a uno de SuspInt y
respecto a una combinación de ambos, en escaladores deportivos experimentados
(media de grado encadenado de 7c+/8a, 12 años de experiencia). El programa que
resultó más efectivo a las 4 y a las 8 semanas de entrenamiento fue el de
SuspMáx_SuspMáx, siendo el único grupo en el que las mejoras fueron significativas
en TF3 (p < 0,05)

CAMBIOS A LAS 4 SEMANAS

Las tempranas mejoras a las 4 semanas después de usar SuspMáx con lastre se
pueden atribuir a a mejoras de tipo neural (Hakkinen y Komi, 1985a; Hakkinen y
col., 1998; Sale y col., 1998) y son similares al 15-18% de aumento en fuerza
obtenido tras 4 a 6 semanas de la aplicación de un entrenamiento isométrico
similar al nuestro (series de 3 a 10 segundos, intensidad >80% MCV y pausa
completa) en los trabajos de Ikai y Fukunaga (1970), Cannon y Cafarelli (1987) y
Davies y col. (1988) en personas previamente no entrenadas. En la misma linea,
Judge y col. (2003) obtuvieron un 15% de mejora en la fuerza máxima isométrica
en lanzadores tras un entrenamiento en el que se incrementaba el volumen e
intensidad a lo largo de 16 semanas, aunque en este caso con ejercicios dinámicos
y no estáticos como en nuestro estudio.

No hemos encontrado ningún trabajo en el que se haya comprobado los efectos


de un entrenamiento estático con sobrecargas en deportistas entrenados similar
al nuestro. Sin embargo, en entrenamiento dinámico sí hay numerosos estudios
que también han registrado este aumento de fuerza después del uso de
sobrecargas en deportistas. Hickson y col. (1988) encontraron un 30% de mejora
significativa en 1 RM en ciclistas que utilizaron 3 x 5 RM en ejercicios de fuerza
durante 10 semanas. Esta mejoras superiores a las encontradas por nosotros se
pueden explicar por la mayor duración de la intervención, así como que estos
deportistas tal vez no hubieran entrenado antes la fuerza en las piernas aunque
estuvieran muy entrenados en resistencia específica, si bien los autores no
mencionan nada al respecto.

En el único trabajo que hemos encontrado que ha evaluado el efecto de un


programa de 4 semanas de suspensiones por Medernach et al. (2015), el grupo de
boulderers aumentaron significativamente más el tiempo hasta la fatiga con un
lastre máximo correspondiente a 6 segundos colgados de una regleta de 19 mm
respecto al grupo que solo utilizó entrenamiento de boulder, que también obtuvo
mejoras significativas en dicho test respecto a su nivel inicial (12,5 ± 2,5 segundos,
respecto a 8,6 ± 2,0 segundos, respectivamente). Sin embargo, estas mejoras no
son comparables a las nuestras, ya que el test fue diferente, así como el diseño
y la intervención, que no consistió en comparar programas de suspensiones, sino
un grupo control que no realizó suspensiones frente a otro que realizó una
combinación de 1 día de SuspMáx y otros 2 de SuspInt por semana. Además, los
programas de suspensiones no eran puramente de trabajo de la fuerza de dedos,
sino que incluían bloqueos y dominadas.

Efectos de las suspensiones Intermitentes a las 4 semanas

El grupo que entrenó con SuspInt tan sólo mejoró un 4,6% la fuerza en las
primeras 4 semanas. Algunas posibles explicaciones a esto pueden ser que no se
usó lastre o que la intensidad utilizada fue menor que en los otros grupos,
factores que se ha comprobado que están relacionados con el aumento de la fuerza
máxima en deportistas entrenados como los de nuestro estudio (Hakkinen, 1994;
Tan, 1999; Fry, 2004; Peterson, Rhea y Alvar, 2005). Esta menor intensidad usada
en el entrenamiento vino dada por un tiempo de recuperación entre repeticiones
y series insuficiente (5 segundos entre repeticiones y 1 minuto entre series), así
como un mayor volumen de entrenamiento (tiempo bajo tensión) (Rhea y col.,
2003; Watts y col., 2004; Mirzaei y col. 2008), que no permiten el mantenimiento
de una elevada carga durante toda la sesión. En general, calculamos que la
intensidad relativa empleada fue alrededor del 70-80% o la correspondiente a
cerca de 30 segundos máximos, respecto a cerca del 90% que podría corresponder
a una carga compatible con 13 segundos máximos de las SuspMáx.

CAMBIOS A LAS 8 SEMANAS

A las 8 semanas de entrenamiento, el grupo que entrenó con SuspMáx volvió a


obtener las mayores mejoras en fuerza frente a los otros dos grupos (28%
respecto a 13,9% y 13,4% de SuspInt_SuspInt y SuspMáx_SuspInt, respectivamente).
Probablemente, la utilización del lastre, que produjo mayor mejora de fuerza por
una mayor activación muscular y reclutamiento de unidades motoras (Hakkinen y
col., 1985a y 1985b; Sale, 1988; Harris, 2000), posibilitara que en las siguientes
cuatro semanas se pudieran usar menores tamaños de regleta para el tiempo de
suspensión establecido, lo que permitió mantener el aumento de la fuerza.
Estos cambios en fuerza a las 8 semanas del 28% respecto a los niveles iniciales
obtenidas por este grupo son algo inferiores al 35% de cambio en la MCV que
obtuvieron Jones y Rutherford (1987) tras un entrenamiento isométrico de 4 x 6
repeticiones de 4 segundos y 2 segundos de reposo al 80% de la MCV durante 12
semanas, y también al 35% de la MCV que encontraron Rich y Cafarelli (2002) tras
un entrenamiento de 5 x 10 contracciones máximas de 3 a 5 segundos durante 8
semanas. Las razones de estas mayores mejoras se pueden atribuir a que estos
trabajos se realizaron con personas desentrenadas en fuerza, en los que son
esperables mayores mejoras.

No hemos encontrado estudios de entrenamiento estático con deportistas


entrenados de una duración mayor a 4 semanas. Sin embargo, sí se han
comprobado mejoras similares a las nuestras de 20 a 30%, medidas con tests
dinámicos, en deportistas entrenados en fuerza (Hakkinen, y col., 1985b), ciclistas
entrenados (Rønnestad y col., 2010) o en nadadores de competición (Tanaka y col.,
1993) que realizaron entrenamientos dinámicos de 1 a 10 RM durante 10 semanas.

Estas mayores mejoras en fuerza que obtuvo el grupo que realizó


entrenamiento de fuerza con suspensiones con lastre y posteriormente sin
lastre (SuspMáx_SuspMáx) respecto a las de los otros entrenamientos valorados en
este estudio, están de acuerdo con los resultados de nuestro estudio
anterior(López-Rivera y González-Badillo, 2012) en el que también resultó más
positivo para el aumento de la fuerza este entrenamiento que el realizado en el
orden contrario (primero suspensiones de fuerza sin lastre y posteriormente con
lastre). Sin embargo, tenemos que destacar que las mejoras del 28% obtenidas en
TF3 en este estudio resultan superiores al 1,34% del estudio mencionado. La
explicación a este hecho puede estar en el menor nivel deportivo medio y la
media de años de experiencia de los sujetos de nuestra muestra (media 8a, mín.
7a, máx. 9a y 11,1 años de experiencia, frente a una media de 8a+/b, mín. 8a y
máx. 8c+ y 16 años de experiencia, respectivamente). Tal y como sugieren autores
como Hakkinen y col. (1987) y Peterson, Rhea y Alvar (2004), el ritmo de mejora
esperable tras un entrenamiento dado disminuye progresivamente cuando mayor
es el nivel deportivo y años de experiencia del deportista. A mayor nivel en fuerza
o experiencia en entrenamiento de fuerza, menor magnitud en la respuesta
adaptativa, y por tanto, mayor debe ser la dosis de entrenamiento de fuerza a
aplicar (Hakkinen y col., 1987).
EFECTOS DE LAS SUSPENSIONES INTERMITENTES

El segundo resultado destacable fue que el grupo 2, que utilizó un método que
parece más compatible con la mejora de la resistencia, después de unas mejoras
triviales a las 4 semanas, a diferencia de lo que ocurrió en los otros grupos, obtuvo
las mayores mejoras en fuerza tras 8 semanas (13,9% en TF3 frente a 4,6%
obtenida en TF2).

Una posible razón de estos cambios a las 8 semanas puede ser que el
entrenamiento que realizó este grupo, con el uso de una elevada duración de cada
serie en cuanto a tiempo bajo tensión (TUT = "Time under tension" a partir de
terminología anglosajona) (4 a 5 repeticiones de 10 segundos = 40 a 50 segundos
por serie), intensidades submáximas y una pausa incompleta entre repeticiones y
series (5 segundos entre suspensiones y 1 minuto entre series), se ha sugerido que
provoca un efecto de fuerza vía hipertrofia, especialmente por adición de
sarcómeros en paralelo (Kraemer y col., 1990; Hakkinen, 1994; Behm, 1995;
Robinson y col., 1995; Fleck y Kraemer, 1997; Hoffman y col., 2003; Goto y col.,
2005; Toigo & Boutellier, 2006; Ratamess y col., 2007, Willardson, 2007; Miranda y
col., 2009) por razones de estrés metabólico debido a las altas concentraciones de
lactato y estrés hormonal, probable daño muscular, pero sobre todo por una
elevada tensión mecánica (Hakinnen y col., 1994; Goto y col., 2005; Schoenfeld,
2012); sin olvidar los efectos sobre la mejora de la resistencia a la fuerza (Campos
y col., 2002), efecto que parece ser más tangible a partir de 6-8 semanas a
diferencia de las adaptaciones neurales propias de las primeras semanas de
entrenamiento (Hakkinen y Komi, 1985a; Hakkinen y col., 1998; Sale y col., 1998).

Estos resultados del 13,9% de mejora en fuerza obtenidos por el grupo


SuspInt_SupsInt a las 8 semanas (que realizó un entrenamiento de 3-5 x 4-5 x
10”:5”/1’) son algo inferiores a la mejora del 33% en la MCV obtenido por
electroestimulación del primer interoseo dorsal de la mano por Davies y col.
(1988) con 40 contracciones en series de 10 repeticiones de 10 segundos y 20
segundos de recuperación y 2 minutos entre series durante 8 semanas, así como al
35% de la MCV obtenido por Jones y Rutherford (1987) tras 12 semanas de 4 x 6
contracciones isométricas de 4 segundos y 2 segundos de recuperación al 80% MCV.
También son inferiores al 31% obtenido por Schott y col. (1995) con 10 series de
contracciones isométricas de 3 segundos y 2 segundos de recuperación y 1 minuto
entre series y por último al 20% de la MCV obtenido por McDonagh y col. (1983)
después de 5 semanas de realizar 30 a 50 contracciones contracciones isométricas
de los flexores del codo en series de 3 a 5 segundos y 20 segundos de recuperación
entre ellas. Una posible razón de que se obtuvieran mayores mejoras en los
estudios citados que en el nuestro puede ser que, además de que se usaron
protocolos diferentes, ninguno de ellos se realizó con personas entrenadas en
fuerza, en los que es probable obtener menores mejoras. En el único estudio que
hemos encontrado en el que deportistas entrenados han realizado un
entrenamiento isométrico, Gondin y col. (2005) estudiaron los efectos de 32
sesiones x 18 minutos/sesión, con 40 contracciones/sesión de electroestimulación
en los extensores de rodilla y observaron alrededor del 6% y 27% de incremento en
la MCV a las 4 y 8 semanas, respectivamente. En este caso, las mejoras
encontradas a las 4 semanas fueron similares a las obtenidas por nosotros. Sin
embargo, las de las 8 semanas resultan algo superiores, problablemente por el
efecto de una mayor duración de la tensión muscular (TUT) respecto a la nuestra
(máx. 25 contracciones/sesión de 10 segundos cada una), aspecto que algunos
autores han sugerido como uno de los aspectos clave en la magnitud de la
hipertrofia (Sale y col., 1985 [en Wernborg y col., 2007]) y por tanto, del probable
aumento de la fuerza por esta vía.

EFECTOS DE LA COMBINACIÓN DE 4 SEMANAS DE SUSPENSIONES MÁXIMAS Y 4


SEMANAS DE SUSPENSIONES INTERMITENTES

El último resultado destacable fue que el grupo 3, que cambió en esta fase (de
la semana 5 a la 8) a un entrenamiento de SuspInt experimentó unas pérdidas
del 6% en fuerza respecto a las ganancias obtenidas en TF2 entrenando la fuerza
con lastre. Algunas probables explicaciones a esta no mejora pueden ser que el
cambio en el tipo de estímulo a un entrenamiento sin lastre y de menor intensidad
podría implicar pérdidas en fuerza. En línea de esta afirmación está el TE negativo
de 0,31 en 1 RM que obtuvieron Rhea y col. (2003) a las 15 semanas en un grupo
que entrenó elevando el número de repeticiones cada 5 semanas, y por tanto
bajando la intensidad, pasando de 15RM, a 20RM y 25RM (RLP) respecto a un grupo
de control que entrenó en el orden contrario, bajando repeticiones cada 5 semanas
de 25RM, 20RM y 15RM durante 15 semanas. Otra razón puede ser que un
entrenamiento con pausa incompleta sobre regleta pequeña, más coherente con
provocar efectos de la mejora de la resistencia que de la fuerza, provoque una
elevada fatiga de la que no se recupere el escalador en 4 semanas, con el
consiguiente efecto negativo sobre el test de fuerza máxima. Sin mencionar las
implicaciones que puede tener sobre el efecto de las IntHangs, el hecho de que
este grupo obtuviera altas mejoras en fuerza en ST2. Presumiblemente, ser
capaz de entrenar con este método usando menores tamaños de regleta pudo
conducir a gran fatiga por una mayor activación muscular (Ahtiainen & Häkkinen,
2009) (A menor profundidad de regleta, mayor tensión mecánica para mantener el
agarre, y más intenso -a nivel físico y mental- resulta el esfuerzo realizado). Como
sugieren Anderson y Kearney (1982), la fatiga ocasionada por cada tipo de
entrenamiento puede conducir a diferentes efectos en cada caso. En su estudio,
los sujetos que entrenaron con mayor volumen (100-150 RM), experimentaron
mayores perturbaciones homeostáticas en el músculo.

Por último, debemos tener presente que la variabilidad en algunas


características individuales de los participantes, como la distribución de fibras
musculares (Thorstensson & Karlsson, 1976; Willardson, 2006) o el perfil genético
(Ginszt et al., 2018) que entre otros efectos, pueden llevar a una mayor
fatigabilidad, en un pequeño tamaño de muestra como el nuestro (n = 7) pueden
tener un gran efecto en la respuesta al entrenamiento (como puede sugerir la alta
desviación estándar registrada en este grupo) y por tanto un alto impacto en los
resultados.

A la vista de estos resultados, para futuros estudios se podría sugerir evaluar los
efectos de una segunda fase de SuspInt de una duración de 8 semanas.

CONCLUSIONES Y APLICACIONES PRÁCTICAS


En resumen, el grupo que obtuvo las mayores mejoras en fuerza a las ocho
semanas fue el grupo que hizo SuspMáx. Es reseñable también destacar que el
grupo que entrenó con SuspInt experimentó las mayores mejoras en fuerza a las 8
semanas, probablemente debido a un efecto de hipertrofia. Por último, parece que
combinar cuatro semanas de SuspMáx y cuatro de SuspInt, aunque harían falta
sucesivos estudios, podría no resultar efectivo, presumiblemente por una baja
duración en la aplicación del segundo método.

Estos resultados nos sugieren que en escalada, para aumentar la fuerza,


especialmente a corto plazo en deportistas experimentados, son más efectivas las
SuspMáx. Sin embargo, a largo plazo y para evitar estancamientos en deportistas
entrenados, se podría sugerir un programa que secuenciara los métodos valorados
en este estudio, lo cual permitiría mayores cambios en fuerza debido a que a los
efectos neurales propios del entrenamiento de fuerza con altas intensidades o
SuspMáx, se le sumarían los de hipertrofia asociados al entrenamiento con SuspInt,
y presumiblemente, también de resistencia.

¿Quién dijo que l@s científic@s son serios y formales? Foto: Real Life Photographs

¿Nos vemos de nuevo en Chamonix 2018? Foto: Real Life Photographs

Y HASTA AQUÍ, LA EXPOSICIÓN DEL ARTÍCULO DE INVESTIGACIÓN...AHORA, UNA


PEQUEÑA NOTA

Por favor, recordemos que un solo estudio no debería tomarse como definitivo, y
que una intervención sometida a evaluación en un estudio científico nunca debería
generalizarse y usarse para todos los niveles o tipos de escaladora, como tampoco
repetirse una y otra vez. En la misma línea, digamos que no es lo ideal
simplemente leer un abstract y ya pensar en extrapolarlo, o aquí en este artículo,
saltar directamente a las conclusiones o la infografía inferior y saltarse todo el
detalle 😝, que es lo que nos ayuda a relativizar y realmente a aprender). Al
margen de comprobarse la efectividad de un determinado método durante un
tiempo específico para cualquier población (ya sea en tu experiencia o en un
estudio, que es algo estandarizado y cerrado), para deportistas entrenados, se ha
comprobado no solo la superioridad del uso de la periodización(variación de
parámetros como volumen o intensidad; p.ej., cambiando el nº de series de
semana en semana como se hizo en este estudio), sino también la secuenciación
de métodos frente a no periodizar, que sería repetir una y otra vez el mismo
(Kraemer et al., 2000; Rhea & Alderman, 2004; Grgic et al., 2017). Por ejemplo,
cada 4 semanas podríamos cambiar el tiempo de suspensión, o el margen hasta el
fallo en las SuspMáx, así como también jugar con el tiempo de reposo en
SuspInt...Sin embargo, a la hora de elegir entre métodos y la duración en su
aplicación, lo más importante es tener presente que la prescripción del
entrenamiento debe ser específica a las necesidades, objetivos y características
individuales.

Pero si os parece, en la próxima entrada os sugeriré algunos planes de


entrenamiento que pueden ser efectivos.

INFOGRAFÍA RESUMEN

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