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TEMA 1. LOS DERECHOS FUNDAMENTALES.

1. EL TÍTULO PRIMERO DE LA CONSTITUCIÓN COMO DECLARACIÓN DE DERECHOS.

En las Constituciones podemos encontrar un doble contenido:

• Por un lado, la parte orgánica: organiza el poder del Estado


• Por otra parte, la parte dogmática, definen los criterios fundamentales que han
de configurar esa organización y su funcionamiento, en especial, en sus
relaciones con los individuos.
La Declaración de los Derechos:
 proviene de la parte dogmática, siendo su núcleo esencial.
 se definen, los límites materiales que la dignidad humana impone al poder
público, determinando a la vez, los fines básicos que dicho poder debe
perseguir en su acción diaria.
Los DF son un elemento del Estado de Derecho, que no se pueden concebir como
realidades separadas:

• Solo donde se reconocen y garantizan los DF existe Estado de Derecho.


• Solo donde está establecido el Estado de Derecho puede hablarse de auténtica
efectividad de los DF.
Observamos la evolución de ambos conceptos, renovándose y completándose.

• Así el paso del Estado Liberal al Estado Democrático solo es comprensible por
la ampliación de determinados DF (derecho de voto).
• A su vez, sólo puede hablarse de Estado Social de Derecho a partir del
reconocimiento y eficacia de derechos de naturaleza social.

Los DF son:

 Un límite jurídico al poder público dentro del sistema democrático


 Un elemento necesario e imprescindible, ya que la democracia y los DF
se funden y se presuponen recíprocamente.

La CE dedica el Título I a los derechos y deberes fundamentales. Se les denomina


fundamentales por la importancia que poseen dentro del ordenamiento como
elemento material básico para configurar el sistema jurídico y político.

Estos DF van a tener una doble naturaleza:

• Dimensión objetiva o axiológica: Para el TC son, “Elementos esenciales de un


ordenamiento objetivo de la comunidad nacional, en cuanto ésta se configura
como marco de una convivencia humana justa y pacífica plasmada
históricamente en el Estado de Derecho y, más tarde, en el Estado Social de
Derecho o el Estado Social y democrático del Estado, según la fórmula de
nuestra CE”.
Los DF, desde esta perspectiva, poseen una naturaleza objetiva como
elemento que define la estructura política y jurídica del Estado.

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• Dimensión subjetiva o individual: los DF se observan desde la dimensión del
individuo. Para el TC los DF “son derechos subjetivos, derechos de los
individuos no sólo en cuanto derechos de los ciudadanos en sentido estricto,
sino en cuánto garantizan un status jurídico o la libertad en un ámbito de
existencia”.

Estas dos naturalezas han de tenerse en cuenta tanto por su íntima


interdependencia, como por esa característica consistente en ser elemento estructural
del Estado Social y Democrático de Derecho.

Se discute sobre cuál es la auténtica Naturaleza de los DF:


• Tesis iusnaturalista: los DF son derechos anteriores a la constitución y al
ordenamiento jurídico, y derivan de la propia naturaleza
• Tesis positivista: los DF sólo existen en la medida en que se establecen en el
ordenamiento jurídico.
• Tesis mixta: los DF proceden de un orden de valores anterior al ordenamiento,
pero que sólo adquieren naturaleza de derechos por su positivación.

La dimensión IMPORTANTE, es desde el punto de vista jurídico, ya que el análisis y


el estudio de los DF se realizarán a partir de su regulación en el ordenamiento: primero
en la CE, y luego en otras normas.
Algunos Estatutos de Autonomía como el de Cataluña recogen referencias a
derechos y a principios rectores que conviven con la CE.

2- EL CONCEPTO DE DERECHOS FUNDAMENTALES:


El Título I de la CE. Se divide en 5 capítulos, iniciados por el artículo 10 CE, este
artículo actúa como introducción de todo el título.
Art. 10.1 Se va a recalcar el carácter básico del individuo, de su dignidad como
tal, y de sus derechos para el orden político.
Art. 10.2 Se van a establecer reglas para la interpretación de los derechos
fundamentales.
Artículo 10.
“1. La dignidad de la persona, los derechos inviolables que le son inherentes, el libre desarrollo
de la personalidad, el respeto a la Ley y a los derechos de los demás son fundamento del orden
político y de la paz social.
2. Las normas relativas a los derechos fundamentales y a las libertades que la Constitución
reconoce se interpretarán de conformidad con la Declaración Universal de Derechos
Humanos y los Tratados y acuerdos internacionales sobre las mismas materias ratificados por
España.”
• El Capítulo 1: (de los españoles y los extranjeros): regula las condiciones de ejercicio
de los DF, si bien, algunas de esas condiciones representan en sí mismas derechos.

• EL Capítulo 2: (derechos y libertades): se sitúa la auténtica declaración de derechos, y


se divide en 2 secciones, precedidas del reconocimiento de principio de igualdad ante
la ley (art.14).

• Art. 15-29 “de los derechos fundamentales y libertades públicas

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• Art. 30-38 “de los derechos y deberes de los ciudadanos”

• El Capítulo 3: (principios rectores de la política social y económica), NO reconoce


derechos subjetivos sino “principios rectores” que deben presidir la acción de los
poderes públicos.

• El Capítulo 4: regula las garantías que permiten asegurar la plena eficacia de los
derechos constitucionales.

• EL Capítulo 5: Establece las bases de la regulación de la suspensión de los DF durante


situaciones excepcionales o de crisis.

NO todo el Título Primero reconoce DF.


PROBLEMAS
La doctrina, la jurisprudencia del propio texto constitucional, usan expresiones
distintas al de “derechos fundamentales” para referirse a esos derechos que la
constitución considera como básicos.
Ejemplo: normas fundamentales- libertades públicas-derechos y libertades-
derechos del hombre (es común en los convenios internacionales).
Están diversidad de denominaciones responde a distintos motivos.
Desde el punto de vista constitucional, el concepto de “derechos
fundamentales”, resulta el más adecuado, esta se da para poner de manifiesto, la
naturaleza esencial que dichos derechos poseen: (elemento básico y preeminente del
ordenamiento, frente a la naturaleza ordinaria de los demás derechos).
Pudiendo dar lugar a un error, ya que, se usa en doble sentido:

 Sentido amplio y menos preciso técnicamente, puede incluir todas las


normas materiales del Título Primero que dan rango constitucional, a un
bien jurídico. Desde esta perspectiva, los 3 primeros Capítulos del Título
Primero reconocen DF.
 Más estricto y más correcto técnicamente los “derechos fundamentales” no
son todos del Título Primero. Es decir, NO todos los derechos
constitucionales son auténticos DF. Sólo los derechos de los artículos 14-29
son auténticos DF, lo que se manifiesta:
o En la especial rigidez exigida para su reforma,
o En el sistema reforzado de garantía para ellos previsto
o Y en las garantías normativas impuestas a su desarrollo.

No obstante, la doctrina califica de “fundamental” también a los derechos


incluidos en la Sección Segunda del Capítulo II.

En el Capítulo Primero se regulan condiciones para el ejercicio de los derechos;


junto a esas condiciones de ejercicio DF, se reconocen auténticos derechos subjetivos
que, poseen rango constitucional.
En el Capítulo Tercero reconoce principios rectores. Se trata de normas dirigidas
al poder público, sin dimensión subjetiva autónoma.
Sólo los derechos reconocidos a los artículos 14-29 CE pueden calificarse en
sentido estricto DF, aunque esta terminología se aplique también al Capítulo Segundo
e incluso al Título Primero de forma técnicamente incorrecta.

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NO todos los contenidos de los citados preceptos comprenden a DF. Además
del reconocimiento de las facultades subjetiva del individuo, existen normas que no
reconocen propiamente DF, estableciendo reglas complementarias a la regulación de
estos: mandatos al legislador, en normas finalistas, o garantías institucionales.

3. CLASIFICACIÓN DE LOS DERECHOS CONSTITUCIONALES:


Se pueden clasificar:

1. Por la garantía:

La primera clasificación que da la constitución deriva de la ubicación de los


derechos dentro del Título Primero. Esta clasificación, tienen su auténtico elemento de
definición en el conjunto de garantías que el texto constitucional otorga a cada grupo
de derechos. Tres niveles distintos pueden reconocerse dentro del Título Primero.

1) Hay un conjunto de derechos de protección excepcional:

a) Derecho de igualdad (art. 14)

b) Sección Primera del Capítulo II (art. 15-29). Estos derechos poseen un


sistema complejo y forzado de garantías.

2) La Norma Fundamental, posee un sistema de protección ordinario. Constituido


por los derechos reconocidos en el Capítulo I y en la Sección Segunda del Capítulo II.
(Derechos y deberes ciudadanos).

3) Capítulo III (de los principios rectores de la política social y económica). El


sistema de protección es distinto del de los derechos. Posee la protección de toda la
Constitución; que se concretan posteriormente en derechos subjetivos por normas
infraconstitucionales y cuenta con la protección que el ordenamiento otorgue en cada
caso.

2. Por la naturaleza:

Dentro de estos se distingue tradicionalmente entre dos tipos:

1) Derechos de libertad

Supone una delimitación negativa del ámbito de actuación del individuo;


significa que en cuanto al límite lo que imponen básicamente es una actitud de
abstención por parte del poder público.

En esta categoría se incluyen los derechos que tradicionalmente se han


denominado “libertades públicas”:

libertad personal, derecho de reunión, asociación, inviolabilidad del domicilio,


libertad de expresión ….

Delimitan la libertad del individuo, impidiendo intromisiones más allá de las


fronteras por ellos trazados.

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2) Derechos de prestación.

Implican una actitud activa del poder público, que debe llevar a cabo las
acciones oportunas para hacerlos efectivos. Por ejemplo, el derecho a la educación
exige la existencia de centros y medios de enseñanza.

En los derechos de prestación, una vez otorgados, el poder público ha de


permitir su libre disfrute; por el contrario.

En los derechos de libertad, aunque la abstención sea la actitud fundamental


que deba desarrollar, también se exige prestaciones complementarias para hacer
posible precisamente su disfrute.

En la CE se pone de manifiesto en el art. 9.2 que “corresponde a los poderes


públicos promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del individuo y de
los grupos en que se integran sean reales y efectivas; remover los obstáculos que
impidan o dificulten su plenitud, facilitar la participación de todos los ciudadanos en la
vida política, económica cultural y social”.

La conexión entre derechos de libertad y de derechos de prestación es técnica,


ideológico y conceptual. Representan las manifestaciones básicas del desarrollo del
Estado de Derecho, que ha pasado del abstencionista Estado Liberal al más activo
Estado Social.

3. Por el contenido:

Jellinek hizo una clara distinción de la clasificación entre los distintos estados de
afirmación de los derechos públicos subjetivos;

• La primera fase, es aquélla en la que el individuo abandona su condición


de sujeto pasivo de las decisiones del poder para contar con un ámbito de libertad
inmune a la acción del poder público.

Los derechos que se vinculan son los derechos personales que permite al
individuo configurarse como tal: libertad personal, derecho a la vida, inmunidad …

• La segunda fase hace del individuo un ser capaz de exigir del Estado el
respeto de sus derechos como ciudadano, configurando así los derechos civiles, como
las garantías procesales.

• En una tercera fase, el ciudadano, no sólo limita al Estado y le exige


respeto a determinadas garantías, sino que se convierten partícipes de la actuación de
ese Estado.

De esta forma, su status activae civitatis configura los derechos políticos:


derecho de participación, en general, y de sufragio, en particular, son la manifestación
más clara de los derechos políticos.

• Por último, el paso del Estado Democrático al Estado Social ha


configurado un nuevo status que Jellinek no llego a definir: lo que se ha dado en llamar

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“status positivus sociales”, su contenido seran los derechos económicos, sociales y
culturales. (vivienda digna, derechos del trabajo)

Esta clasificación tiene una doble utilidad.

 Por una parte, sirve para abordar un ordenado análisis de los distintos
derechos.
 Por otra, la clasificación pone de manifiesto la íntima relación entre la
persona y sus distintas esferas de actividad, y los derechos fundamentales.

4. LA EFICACIA DE LOS DERECHOS FUNDAMENTALES.


El art. 53.1 CE establece que los derechos y libertades reconocidos en el Capítulo
Segundo del Título Primero vinculan a todos poderes públicos.

• Aspectos generales:

El tema de la eficacia provoca problemas del ordenamiento.

1. El Art. 53.1 se trata de concretar el principio General referido a los DF,


desde punto de vista histórico.

En la tradición del constitucionalismo decimonónico General, y del


constitucionalismo español en concreto, los DF eran vistos como mandatos al
legislador, el cual debían dar contenido a los principios constitucionales.

Una constitución normativa, es eficaz desde el punto de vista jurídico, en la


medida en que su parte dogmática, DF, tengan efectiva vigencia y eficacia jurídica.

2. En el Art. 53.1 y Art. 9.1, se determina cuál es la eficacia de DF. NO


todos los preceptos incluidos en el Título Primero la CE poseen la misma naturaleza, NI
poseen una eficacia idéntica. Aquí es donde cobra sentido el Art. 53.1 si se le pone en
conexión con el apartado 3 del mismo precepto.

Cualquier persona, siendo titular de uno de los derechos comprendidos en los


artículos 14 a 29 CE, puede exigir que dichos derechos sean respetados sin necesidad
de atender desarrollo legal alguno.

Esto mismo se puede ver en otros derechos constitucionales, aunque no como


auténticos DF puesto que se han situado en el Capítulo I o Sección Segunda del
Capítulo II; al ser derechos subjetivos son también directamente exigibles, aunque su
sistema de protección sea distinto.

Los principios rectores no poseen naturaleza de derechos subjetivos. El Art. 53.3


de la CE señala que en “el reconocimiento, el respeto y la protección de los principios
reconocidos en el Capítulo Tercero, informarán la legislación positiva, la práctica
judicial y la actuación de los poderes públicos. Sólo podrán ser alegados ante la
jurisdicción ordinaria de acuerdo con lo que dispongan las leyes que los desarrollen”.

Esto significa que los principios rectores no son exigibles como derechos
subjetivos frente a los poderes públicos, pero, poseen valor como elemento
informador del ordenamiento y como mandatos y límites al legislador.
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El Art. 53.3 CE no permite alegar como derechos subjetivos los principios
rectores, no prohíbe la alegación de éstos como principios a efectos interpretativos.

Ahora bien, ni le afirmación de que los derechos contenidos del Capítulo


Segundo son auténticos derechos subjetivos, ni la de los principios rectores no lo son,
hacen que en cada una de las categorías todos sus contenidos posean una idéntica
eficacia.

Para concretar el alcance de un DF o de un principio rector, han de valorarse


muchos elementos. Entre otros,

 factores como la estructura de norma constitucional,


 la relación jurídica en la que se invoca,
 la naturaleza del titular del derecho han de ser ponderados en cada caso
concreto.

El DF deberá relativizarse totalmente en función de cada realidad concreta;


como tales derechos, tienen un contenido que siempre hay que asegurar.

Por ejemplo, en algunos derechos no es lo mismo que su titular sea español o


extranjero, que sea una persona física o una persona jurídica, que se invoque frente a
un particular o frente a un poder público.

El TC ha diferenciado dentro del contenido de los DF la existencia de un núcleo


irrenunciable “inherente a la dignidad de la persona” que alcanza “proyección
universal” y que, debe ser protegido tanto en el ámbito interno como en el externo, no
pudiendo dar cumplimiento interno a decisiones judiciales extranjeras o a solicitudes
de extracción que no aseguren el respeto de dicho contenido.

Para determinar ese núcleo básico, el Tribunal acude a la idea de “dignidad” y a los
tratados internacionales sobre DF.

• La eficacia de los derechos fundamentales frente a particulares.

La eficacia DF frente a particulares es uno de los temas de mayor importancia


dentro la teoría de los DF.

Los DF surgen en el constitucionalismo, como límite al poder del Estado, como


garantía de ámbito de libertad del individuo frente al poder público, dada la posición
de supremacía que el poder público ocupa en sus relaciones con el individuo.

Los DF pueden ser alterados no sólo por ese poder público, sino también por otras
personas que no poseen esa potestad pública; por ejemplo la inviolabilidad del
domicilio es un registro ilegal por parte de la policía como de cualquier otra persona.

En ocasiones entes no públicas se sitúan frente al individuo en una clara posición


de supremacía. Por ejemplo, en la relación entre la empresa y el trabajador

Esta dualidad, ente público o privado, en la libertad personal plantea problemas a


la hora de concretar la eficacia de los DF.

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El art. 9.1 CE establece que la constitución vincula a los ciudadanos a los poderes
públicos, por lo que, los DF, como parte integrante de la Constitución, son predicables
frente a los poderes públicos y frente a los particulares.

En el Título Primero, dichos preceptos se predican frente a particulares. Ejemplo,


del derecho del honor, puesto que la mayoría de los atentados dirigidos contra él,
proceden de particulares y no los poderes públicos.

La vinculación de los DF tanto para los poderes públicos como para los particulares
es diferente.

La vinculación constitucional respecto los poderes públicos es la vinculación directa


o inmediata, mientras la que desarrollan respeto de los particulares es de naturaleza
indirecta o mediata.

En la vinculación indirecta los DF vinculan a los particulares en la medida en que


los poderes públicos han definido el alcance de aquéllos, y así lo ha visto TC.

Los 2 instrumentos más importantes a través de los cuales los poderes públicos
deben hacer efectivos los DF son:

 acción del legislador: Concretara el alcance de los DF a la hora de regular la


relaciones entre particulares. Por ejemplo, cuando se regulan las
relaciones laborales han de respetarse y dar contenido a derechos como la
igualdad, los derechos del sindicación, Huelga
 acción de los jueces y tribunales. Cuando resuelven controversias entre
particulares, su acción vulnere DF, sino que deben asegurar que estos
derechos queden respetados entre los ciudadanos. Por ejemplo, un juez
que entiende de la regularidad de un despido laboral, si el juez constata
que dicho despido se basaba en la causa discriminatoria contra del art. 14,
habrá que decretar la nulidad del despido.

Esta forma indirecta de tutela los DF en las relaciones entre particulares hacen
que, su eficacia sea muy similar a la eficacia directa ya que, especialmente a través de
la acción de los órganos judiciales, las vulneraciones de derechos que existan en este
tipo de relaciones deben ser separadas, adquiriendo plena eficacia.

5. LOS LÍMITES DE LOS DERECHOS FUNDAMENTALES.


El TC ha señalado que los DF, no son derechos absolutos. Su ejercicio está
sujeto a los límites mas allá de los cuales resulta ilegitimo.

Dos son los tipos de límites:

LIMITES INTERNOS:

Definen el contenido mismo del derecho, resultando intrínsecos a su propia


definición. Constituyen, la frontera del derecho ante otra realidad.

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Por ejemplo, no puede invocarse el derecho a la tutela judicial efectiva para
justificar la entrada de una persona el domicilio titular de un órgano judicial sin su
autorización.

Los límites internos no siempre son fáciles de trazar de los límites externos.

1. los operadores jurídicos crean su definicion


2. Al legislador le corresponde fijar esas fronteras en la regulación de los
DF.
3. Los Tribunales tienen que controlar que sea correcto, completándolo y
adecuándolo ante las exigencias de la cambiante realidad social.

• LIMITES EXTERNOS:

Estos se imponen por el ordenamiento al ejercicio legítimo y ordinario de aquéllos.


Pueden ser dos tipos: expresos e implícitos.

Expresos. La Constitución reconoce en preceptos del Título Primero límites


expresos al ejercicio de DF. Pueden establecerse bien con carácter General para todos
los DF o bien respecto de alguno derecho concreto.

Con carácter General figura la Constitución un límite:

Art. 10 El límite genérico de contornos imprecisos al ejercicio de derechos de los


demás. Es la colisión del ejercicio de derechos por distintas personas; la solución a
este tipo de conflictos debe determinarse caso por caso, atendiendo a la naturaleza de
los derechos en ejercicio y uso de los mismos realizado por sus titulares.

Art. 16 Los límites expresos impuestos al ejercicio de hechos concretos. Por


ejemplo, el orden público se establece como límite a la manifestación de las libertades
ideológica, religiosa y de culto

Art. 20 tienen como límites expresos los demás derechos del Título Primero y,
especialmente los derechos al honor, intimidad en la propia imagen, la protección de
la juventud y la infancia…. Y su alcance hay que determinarlo en el estudio de cada uno
de los derechos.

TC ha reconocido la existencia de otros límites al ejercicio de los derechos. Se trata


de límites que, aunque no se encuentran previstos de manera expresa, vienen
impuestos por la propia lógica ante el ejercicio de derechos y del ordenamiento.

Implícitos. TC ha señalado que existen “fines sociales que deben considerarse de


rango superior a algunos derechos individuales, pero ha de tratarse de fines sociales
que constituyan en sí mismos valores constitucionalmente reconocidos y la prioridad
ha de resultar de la propia Constitución”.

Se ha indicado que los DF sólo pueden ceder “ante los límites que la propia
Constitución expresamente imponga al definir cada derecho o ante los que de manera
mediata o indirecta de la misma se infieran al resultar justificados por la necesidad de
preservar otros derechos constitucionalmente protegidos”. (ej., sentencia caso huelga
de hambre de los miembros del GRAPO)

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6. LA INTERPRETACIÓN DE LOS DERECHOS FUNDAMENTALES.
La particular posición de elemento estructural básico del ordenamiento que
ocupa los DF hace que su interpretación cuente con características propias.

Por una parte, la interpretación del ordenamiento jurídico en su totalidad debe


de realizar a la luz de los DF.

Este principio no representa más que la concreción del principio General de


interpretación conforme con la Constitución en tanto en cuanto a los DF son parte
integrante de esta.

Ahora bien, esa interpretación del ordenamiento la luz DF y la interpretación de estos


mismos deben responder al principio de interpretación más favorable para su servicio,
o, por utilizar el aforismo romano, la interpretación jurídica debe de realizarse de
acuerdo con el principio pro libértate.

Este principio deriva de esa posición básica que los DF ocupan como elemento
estructural del ordenamiento y como valor fundamental del Estado de Derecho.

En consecuencia, las interpretaciones restrictivas de DF o contrarios a su plena


eficacia constituyan lesiones de éstos, que así lo ha señalado el TC en una reiteradísima
jurisprudencia.

Junto a la regla de interpretación jurídica, la propia Constitución introduce otra


regla de particular interés en relación con la interpretación DF. El artículo 10.2
establece “las normas relativas a los derechos fundamentales y a las libertades
públicas que la Constitución reconoce, se interpretarán de conformidad con la
Declaración Universal de Derechos Humanos y los tratados y acuerdos internacionales
sobre esas materias ratificados por España”.

Este precepto, al igual que el art. 93 CE, se enmarca en la línea mantenida por
el constitucionalismo europeo de posguerra de abrir las estructuras constitucionales
internas a los fenómenos de cooperación e integración internacional.

Pudiera pensarse que el art. 10.2 CE resulta superfluo ya que los tratados y
convenios a los que hace referencia, al estar ratificados por España, forman parte
ordenamiento, en el que despliegan sus efectos según el artículo 96 de la CE.

Ahora bien, el art. 10.2 sirve, además, para poner de manifiesto algunos
principios constitucionales de importancia.

Por un lado, resaltar, la dimensión internacional que adoptan las estructuras


políticas. Por otro, el precepto tiene una gran importancia desde punto de vista ante la
interpretación DF.

Ello porque invocan valiosos elementos para determinar el contenido de las


normas constitucionales e infraconstitucionales, sobre derechos fundamentales
mediante la referencia concreta a lo dispuesto los tratados y convenios.

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De hecho, tanto en la función normativa sobre DF como, sobre todo, en la
jurisprudencia los tribunales ordinarios y del TC es abundante la referencia a los
tratados y convenios sobre la materia, en especial cuando se trata de ampliar y
completar el contenido del derecho tal y como viene siendo reconocido y aplicado en
el ámbito interno.

Su Valor es, interpretativo para la fijación del contenido constitucional de


derechos, pero no por ello cualquier infracción de un tratado supone
automáticamente una infracción de la Constitución.

Además, el artículo 10.2 sirve como elemento o de integración de un


instrumento de interpretación y garantía de DF de gran importancia: toda la tarea en
este sentido desarrollada por los órganos creados al amparo de tratados suscritos por
España y, en especial, el Convenio Europeo de Derechos Humanos a través, sobre
todo, el TEDH.

En efecto, España ratificó en 1979 el Convenio de Roma, y incorporándose al


Consejo de Europa.

En el seno de esta organización internacional, con sede en Estrasburgo, existen


distintos instrumentos tendentes a conseguir uno de los fines básicos que posee: la
defensa y garantía de los derechos y libertades.

En especial, el TEDH realiza una importante labor de defensa de derechos,


producto de la cual ha elaborado un abundante y rica jurisprudencia la materia
mediante la aplicación e interpretación del convenio.

Esta jurisprudencia puede ser invocada en el ámbito interno, en aplicación del


artículo 10.2 de la CE y de hecho, muy a menudo es utilizada por los Tribunales
españoles, incluido TC, para interpretar y dar contenido a los DF tal y como están
formulados en el ordenamiento interno.

En consecuencia, el TEDH, además de representar una garantía última de los


DF, aporta una elaborada doctrina que constituye uno de los instrumentos básicos con
los que debe contarse a la hora de comprender el alcance General y concreto de
dichos derechos.

Este alcance de los tratados y, en especial de la jurisprudencia del TEDH se


manifiesta al menos, y según se estudia en distintos pasajes, en las siguientes
dimensiones de la interpretación de las DF:

Reforzamiento de los criterios internos de interpretación

Determinación de contenidos

Identificación de contenidos conexos,

Delimitación del contenido absoluto y del contenido esencial

Valoración de la especial trascendencia constitucional de recursos de amparo

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Concreción del alcance de la cultura jurídica a efectos de valorar el alcance del
derecho.

Ello ha conducido, a que el TC hay entendido que la declaración por parte del
TEDH de vulneración de un derecho supone, automáticamente, la existencia de una
lesión del correspondiente derecho constitucionalmente reconocido, debiendo en
reparar esa lesión en el ámbito interno.

Por otra parte, la pertenencia de España a la Unión Europea también tiene


relevancia para el estatus jurídico en DF puesto que el ordenamiento comunitario,
incide en ocasiones, en el régimen jurídico de algunos de esos derechos.

Además, el TC ha aceptado que el Derecho Comunitario y también sirve como


canon interpretación del Título I de la CE en el sentido previsto por el art. 10.2

Por otra parte, hay que recordar que la unión europea cuenta desde 2000 con
una Carta de Derechos Fundamentales, que se ha convertido en un elemento auxiliar
de interpretación de los DF.

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