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Instituciones Jurídicas y Derecho Constitucional

Colombiano

Faber Andres Capote Paruma

Julio Tobar

Contaduría Publica

Fundación Universitaria de Popayán


Concepto del "Estado Social de Derecho"

La fórmula del artículo primero de la Constitución, ampliada y respaldada a través de todo


el texto fundamental, según la cual Colombia se define como un Estado social de derecho,
es de una importancia sin precedentes en el contexto del constitucionalismo colombiano.
Esta importancia amerita un pronunciamiento de la Corte sobre el alcance de este
concepto y sobre su sentido e interpretación, no sólo en el contexto internacional -del
cual sin duda alguna se nutrió la Asamblea Nacional Constituyente- sino en la Constitución
misma, vista como una norma autónoma. Para ello ninguna ocasión tan oportuna como la
que se refiere a la definición de los derechos económicos sociales y culturales y a su
relación con el derecho de tutela.
A. Origen y delimitación conceptual
1. Lo primero que debe ser advertido es que el término "social", ahora agregado a la
clásica fórmula del Estado de Derecho, no debe ser entendido como una simple muletilla
retórica que proporciona un elegante toque de filantropía a la idea tradicional del derecho
y del Estado. Una larga historia de transformaciones institucionales en las principales
democracias constitucionales del mundo, está presente para dar testimonio de la
trascendencia de este concepto.
2. La incidencia del Estado social de derecho en la organización sociopolítica puede ser
descrita esquemáticamente desde dos puntos de vista: cuantitativo y cualitativo. Lo
primero suele tratarse bajo el tema del Estado bienestar (welfare State, stato del
benessere, L'Etat Providence) y lo segundo bajo el tema de Estado constitucional
democrático. La delimitación entre ambos conceptos no es tajante; cada uno de ellos
hace alusión a un aspecto específico de un mismo asunto. Su complementariedad es
evidente.

a. El estado bienestar surgió a principios de siglo en Europa como respuesta a las


demandas sociales; el movimiento obrero europeo, las reivindicaciones populares
provenientes de las revoluciones rusa y mexicana y las innovaciones adoptadas
durante la república de Weimar, la época del New Deal en los Estados Unidos,
sirvieron para transformar el reducido Estado liberal en un complejo aparato
político-administrativo jalonador de toda la dinámica social. Desde este punto de
vista el Estado social puede ser definido como el Estado que garantiza estándares
mínimos de salario, alimentación, salud, habitación, educación, asegurados para
todos los ciudadanos bajo la idea de derecho y no simplemente de caridad (H.L.
Wilensky, 1975).

Alcance y protección de los derechos


fundamentales dentro del Estado Social de
Derecho
La fórmula clásica del Estado liberal, en relación con la delimitación de
los derechos fundamentales, consistía en establecer una lista de
derechos pertenecientes a esta categoría. Una de las manifestaciones
de la crisis del Estado constitucional en la segunda mitad del siglo
veinte, consiste en afirmar que de nada sirve una buena lista de
derechos si no se tiene en cuenta el proceso de aplicación. Según
esta crítica, el problema fundamental de tales derechos se encuentra
en la definición de las relaciones entre ellos y no en la enunciación de
los que son. Es relativamente fácil ponerse de acuerdo en los
derechos que son fundamentales - de hecho, en los convenios
internacionales existe tal acuerdo - pero es difícil saber, a priori, como
se aplican. El asunto es: en caso de conflicto - y esto es lo más
corriente- entre dos o tres derechos, ¿cuál debe tener prioridad? El
problema fundamental de los valores no es el de su enunciación sino
el de su aplicación. Para la realidad del derecho es más importante
establecer cuáles son los criterios de interpretación y aplicación de las
normas que establecer cuales es la lista de aquellas normas que
pertenecen a una determinada categoría.

Si lo esencial de la definición de los derechos fundamentales, se juega


en el ámbito de la relación entre los mismos, esto trae como
consecuencia: 1) que la definición a priori de todos los que son no
tiene mayor importancia; 2) que esta tarea debe ser llevada a cabo por
el juez, puesto que la relación entre los derechos es un dato que viene
de los hechos ( a través de la tutela); 3) de esta manera, en la relación
texto constitucional-hecho social, se irá construyendo una nueva
interpretación de la carta de derechos adecuada a una realidad propia
del subdesarrollo (nuevo constitucionalismo para América Latina).
Que implica la separación de funciones
respecto de los órganos que componen el
Estado.

Define la separación de poderes en su concepción moderna, como el principio


político en el que los diversos órganos del poder se articulan mediante funciones
separadas, destinadas a la consecución de unos mismos y altos fines del Estado.
2013 sentencia 247 de 2013 Corte Constitucional
Se hace mención la sentencia C-288 de 2012 en la cual la Corte indicó: En
conclusión, el principio de separación de poderes es un rasgo definitorio del
Estado Constitucional. Este eje estructural, para el caso particular de la Carta
Política, se caracteriza por (i) la delimitación precisa, mediante reglas jurídicas, de
las competencias de cada uno de los poderes, junto con la definición de su
estructura institucional; (ii) la aplicación de dicho principio para el cumplimiento de
la doble función de racionalización de la actividad del Estado y protección de los
derechos y libertades de los ciudadanos ante la arbitrariedad propia de todo poder
omnímodo; y (iii) la incorporación de mecanismos para el funcionamiento del
sistema de frenos y contrapesos, agrupados en los criterios de colaboración
armónica y de controles recíprocos o Inter orgánicos.
2013 sentencia C-156 de 2013 Corte Constitucional
Recordó la Corporación que, de acuerdo con el artículo 113, los órganos del
Estado tienen funciones separadas, pero deben colaborar armónicamente para
obtener los fines estatales según fueron definidos en el artículo 2º de la Carta
Política, de manera que la separación de funciones entre las ramas del poder
público no es absoluta ni configura ámbitos de acción exclusivos, rígidos e
impermeables. Esa separación de funciones se manifiesta, en cambio, como un
equilibrio destinado a impedir la concentración y el abuso del poder, y en la
concurrencia de esfuerzo con miras al logro de metas comunes, como lo evidencia
la atribución de funciones jurisdiccionales excepcionales a otras ramas del poder
público, como aquellas previstas en los artículos 174 y 178 de la Carta en relación
con el Congreso de la República.

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