Está en la página 1de 11

LA PROTECCIÓN CONSTITUCIONAL DE

LOS DERECHOS FUNDAMENTALES EN


MÉXICO
(Cuauhtémoc Manuel De Dienheim Barriguete)

INTRODUCCIÓN

El presente trabajo tiene por finalidad exponer de manera general


y sencilla las diversas formas a través de las cuales se encuentran
protegidos constitucionalmente los derechos fundamentales en
México, señalando cuál es la problemática existente en torno a
este tema, tratando de hacer también algunas propuestas al
respecto.

Para ello se partirá de algunos conceptos fundamentales como


son: la Constitución, la parte dogmática de la Constitución y el
control constitucional; para posteriormente hablar acerca de la
protección de los derechos constitucionales en nuestro país y
posteriormente abordar la problemática respectiva; y finalmente
señalar algunas posibles soluciones y alternativas al respecto.

I.- LA CONSTITUCION

Como todos sabemos la Constitución viene a ser el conjunto de


normas jurídicas encargadas de estructurar y organizar
jurídicamente al Estado, y que van a establecer su forma de
gobierno, designar a sus poderes públicos (órganos de gobierno)
y dotarlos de competencia, así como también señalará cuales son
los derechos fundamentales de los individuos frente al propio
Estado.

Atento a lo anterior se ha mencionado que el contenido


fundamental de toda Constitución será precisamente: 1) Crear
jurídicamente al Estado; 2) Crear su forma de gobierno; 3) Crear
poderes constituidos (ejecutivo, legislativo y judicial) y dotarlos
de competencia y 4) Señalar, reconocer o instituir (dependiendo
de la postura que se asuma) derechos fundamentales para los
gobernados.

Tradicional y genéricamente se ha dividido para su estudio la


Constitución en dos grandes partes a saber: La parte orgánica y la
parte dogmática. La parte orgánica referida principalmente a la
estructura del propio Estado (forma de gobierno, poderes
constituidos y competencias) mientras que la parte dogmática
sería aquella relativa a los derechos fundamentales.

Algunos autores han sostenido que el contenido indispensable es


decir mínimo, de una Constitución es la parte orgánica y que sin
ella un Constitución deja de ser constitución (cabe mencionar que
la constitución original de los Estados Unidos de 1787 es un
ejemplo de ello pues no estableció derechos fundamentales). Sin
embargo a partir de la declaración de los derechos del hombre y
del ciudadano de 1789 se ha considerado que toda constitución
debe contener también por fuerza parte dogmática para ser
considerada una auténtica constitución, lo anterior debido a que
dicho documento en su artículo decimosexto señaló “Toda
sociedad que no asegura la garantía de los derechos ni
determina la separación de los poderes no tiene
Constitución”. Por ello dada la trascendencia de dicho
documento y el impacto que tuvo la revolución francesa en el
constitucionalismo moderno, a partir de entonces los Estados
fueron incorporando en sus constituciones derechos
fundamentales; incluso los propios Estados Unidos incorporaron
también derechos fundamentales (Bill of Rigths) a partir de 1791.

Como podemos apreciar la Constitución esencialmente se


encargará de organizar al Estado estableciéndole una estructura y
acotando sus poderes, encerrándolos en esferas competenciales,
pero ésta organización del ente público no se hará como un
ejercicio ocioso y nada más porque sí, sino que se hace con el fin
de lograr algo y ese algo es el obtener el bien público (fin del
Estado). Lo que se busca es un mejor manejo de la “res pública”
(cosa pública) en beneficio precisamente de la propia sociedad o
colectividad (pueblo, ciudadanos, particulares, individuos).

Cabe recordar aquí que desde 1215 con la “Carta Magna” de Juan
Sin Tierra de Inglaterra, ya se ve a estos documentos se mas
tarde derivarán en las constituciones como medios para limitar el
poder en aquel tiempo del rey y después del propio Estado en
beneficio de los particulares. Es por ello que todavía a las
constituciones solemos llamarles Cartas Magnas.

Igualmente la idea de la división de poderes de Locke y


Montesquieu se da ya no como la idea de una simple división de
funciones con mira a la especialización de las mismas, sino con la
idea de fragmentar al poder, de dividirlo desde dentro para que el
poder frene al poder en un sistema de pesos y contrapesos
(Checks and balances) evitando la concentración del poder
(absolutismo) y por consecuencia evitando el abuso en su
ejercicio en detrimento de su población.

Así vista, la constitución vendrá a ser una técnica de organización


del poder, un reparto de competencias entre las autoridades entre
sí y también una división entre lo que corresponde al gobierno y
lo que corresponde a los particulares. La idea de constitución
vendrá a consolidarse como la de una ley fundamental
jerárquicamente superior a otras leyes y por supuesto también
superior a la voluntad de todas las autoridades, que sólo deberán
actuar con la dosis de poder que les ha asignado el mandato
constitucional (principio de supremacía constitucional).

En virtud del principio de supremacía constitucional, la


constitución deberá ser una norma vigente y positiva, de carácter
obligatorio y que estará por encima de todos los órganos de
gobierno, los cuales necesariamente deberán apegar su actuación
a lo que ella dispone (si bien es cierto en un principio las
constituciones se consideraban mas bien como programas
políticos a seguir en el futuro, hoy en día se considera por el
constitucionalismo, que las constituciones son ante todo normas
jurídicas imperativas que deben ser obedecidas y cumplidas).

II.- LA PARTE DOGMATICA

Como ya mencionamos líneas arriba, se llama parte dogmática de


la Constitución al conjunto de principios referidos a los derechos
fundamentales que tienen los individuos frente al Estado. Un
dogma es una verdad o un principio que no se puede poner en
duda, que no debe de ser controvertido y que por tanto debe ser
aceptado. Considero entonces, que resulta bastante afortunada la
denominación de “parte dogmática” cuando se hace referencia los
derechos fundamentales, toda vez que los mismos deben ser
considerados como principios básicos que debe ser aceptados y
respetados de manera absoluta por el Estado.

Sin ánimo de entrar en demasiados detalles, podemos conceptuar


a los derechos fundamentales como aquellos derechos humanos
que han sido reconocidos por el orden jurídico constitucional y
que por tanto serán vinculantes y obligatorios para el Estado en
todos sus niveles de gobierno y para todas sus autoridades,
estableciéndose como responsable y garante del cumplimiento de
los mismos, comprometiéndose a no vulnerarlos él y a no permitir
que tampoco os vulnere otros. Por estar insertos en la propia
constitución serán normas jurídicas obligatorias vivas y actuantes
que deben prevalecer en virtud de su jerarquía por encima de la
ley y que deben ser preservadas y cumplidas por parte del propio
Estado, quien también estará obligado en ciertos casos a
preservar el derecho aún frente a otros particulares (ejemplo
derecho a no ser discriminado art. 1 constitucional, derechos
laborales art. 123, etc.). Estos derechos se han considerado como
fundamentos del orden político y de la paz social en todo Estado.
Cabe mencionar que estos derechos fundamentales pueden ser de
distintos tipos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales,
pero todos ellos en mi concepto al ser reconocidos por el orden
jurídico constitucional serán normas jurídicas supremas y por
tanto obligatorias. Esta cuestion ha sido y es todavía bastante
polémica pues hay quienes tienden a ser la separación por una
parte en derechos políticos y civiles y por la otra los derechos
económicos, sociales y culturales, aduciendo que tienen diferente
estructura y que los primeros son auténticas normas jurídicas de
aplicación inmediata y directa cuyo cumplimiento puede ser
reclamado judicialmente mientras que los segundos les dan el
carácter de disposiciones programáticas, de aplicación indirecta,
condicionada a las disposiciones de la ley y a la capacidad
financiera del Estado y cuyo cumplimiento no puede ser exigido
por vía jurisdiccional.

Los derechos fundamentales han llegado a confundirse con otros


términos usados como son garantías individuales, y derechos
humanos, términos que aunque se refieren a cuestiones
relacionadas no significan exactamente lo mismo.

 Por lo que ve el término de garantías individuales es preciso


apuntar lo siguiente: desde mi particular punto de vista por
garantías debemos entender el medio protector que garantiza la
protección y cumplimiento de los derechos fundamentales, el
mecanismo para hacerlos valer (en este sentido la garantía sería
por ejemplo el propio juicio de amparo). En cuanto al término
individuales como sabemos los derechos fundamentales no son
sólo para los individuos (personas físicas individualmente
consideradas) sino para personas particulares en general
incluyendo personas morales y otras entidades colectivas. De
conformidad con el texto de nuestra Constitución solo son
garantías individuales los derechos establecidos dentro del título
primero, capítulo I y que comprende los artículos 1 al 29, sin
embargo en la realidad podemos darnos cuenta fácilmente que
existen otros artículos fuera de esos 29 que también establecen
derechos fundamentales como son:

· Art. 31.- Proporcionalidad y equidad en contribuciones


impuestas al particular

· Art. 32.- Derecho a la doble Nacionalidad

· Art. 33.- Derechos de los Extranjeros

 Art. 35.- Derechos del Ciudadano.


 Art. 37.- Derecho a no perder la nacionalidad mexicana
por nacimiento.
 Art.102.- quejas ante Comisiones de Derechos Humanos
 Art..103 y 107.- el Derecho a solicitar “Amparo”
 Art. 123.- Garantías Sociales o derechos laborales
 Art. 130.- Derechos de las Asociaciones Religiosas y
Ministros de Culto
Como podemos apreciar el concepto de derechos fundamentales
resulta ser mucho mas amplio y rico que el de garantías
individuales. Pero por lo que ve a los derechos humanos este
resulta ser un término mas amplio que los derechos
fundamentales, toda vez que los derechos humanos son todos
aquellos derechos que tiene el ser humano por el simple hecho de
pertenecer a la raza humana y se encuentran fundamentados
sobre todo en el Derecho Natural independientemente de su
positivización o no dentro del orden jurídico de un Estado. Estos
derechos pueden estar inscritos tanto en la Constitución como en
Tratados Internacionales o simplemente en la legislación y que los
obligados a cumplirlos son no sólo los Estados sino todas las
personas y entidades en general. De acuerdo a lo anterior los
derechos humanos serán el sustento o la esencia de los derechos
fundamentales; o dicho en otras palabras los derechos
fundamentales vendrán a ser aquellos derechos humanos que han
sido reconocidos, establecidos y garantizados por un Estado al
incluirlos en su orden jurídico constitucional.
Es preciso mencionar el Proyecto de Reforma Constitucional y de
Nueva Ley de Amparo que pretendió lograr la propia S.C.J.N. en
el año 2000 en el cual se propuso hacer extensivo el amparo
contra violaciones a Derechos Humanos protegidos por los
tratados internacionales generales suscritos por nuestro país, lo
cual desde mi particular punto de vista hubiera sido deseable que
se apoyara.

III.- EL CONTROL CONSTITUCIONAL

No basta que la Constitución como norma jurídica suprema,


establezca reglas de organización y Derechos para los
particulares, sino que tiene que prever medios para su correcta
observancia y puntual cumplimiento y establecer órganos con la
función de ejercer dicho control. Es decir, debe haber medios de
control Constitucional y órganos encargados de llevarlo a cabo, a
fin de que se cumpla el principio de supremacía constitucional.

No siempre los órganos del propio Estado cumplen debidamente


con lo que les manda la Constitución espontáneamente, por ello
es necesario establecer vías, procedimientos y cauces, medidas y
sanciones incluso, para garantizar el apego de dichas
autoridades al mandato soberano plasmado en la Constitución.
Existen en nuestro sistema jurídico diferentes medios de control
constitucional, que como su nombre lo indica
buscan garantizar el respeto y vigencia del orden jurídico
constitucional.

Dentro de lo que es el Control Constitucional se habla de lo que es


el Autocontrol y el Heterocontrol. El Autocontrol consiste en el
apego por parte de la propia autoridad a la Constitución,
ajustando sus actos a lo que ésta establece (Art. 128, Protesta de
guardar y guardar la constitución); mientras que el heterocontrol
es el realizado por un órgano distinto que supervisa, controla y
vigila el cumplimiento y apego a la constitución por parte de los
demás órganos.

El heterocontrol en nuestro país, puede ser realizado por órgano


político, por órgano jurisdiccional o por otros tipos de órganos.

Por órgano político tenemos por ejemplo, el conflicto entre


poderes de un mismo estado resuelto por el Senado (Art. 76
fracción VI) y el juicio político (Art. 76, 109, 110).

Por órgano jurisdiccional tenemos el juicio de amparo, las


controversias constitucionales, las acciones de
inconstitucionalidad, los procesos jurisdiccionales en materia
electoral 8todos ellos resueltos por el poder judicial federal) y el
control difuso (a cargo de los jueces de los estados, art. 133).

El heterocontrol puede ser ejercido por otro tipo de órganos como


es el caso de las quejas ante la Comisión de Derechos Humanos.

Como podemos apreciar en el heterocontrol hay tanto


procedimientos administrativos como jurisdiccionales, y existen
diversos medios de control constitucional establecidos por nuestra
Constitución a través de distintos procedimientos, ante varios
órganos, con fines diversos y cuyos promoventes son distintos
también. Algunos están más enfocados a la preservación de los
Derechos de los particulares (amparo, quejas ante Comisión de
Derechos Humanos, procedimientos electorales) y otros son más
enfocados a la preservación del orden constitucional en sí mismo
o a mantener la esfera de competencias marcada por la propia
Constitución entre Poderes y Entidades (Federación, Estado,
Municipio, Distrito Federal) como es el caso de las acciones de
inconstitucionalidad y controversias constitucionales.

IV.- LA PROTECCION CONSTITUCIONAL DE LOS DERECHOS FUNDAMENTALES

En nuestro país la Protección Constitucional de los Derechos


Fundamentales, como ya hemos mencionado, se lleva a cabo
principalmente, aunque no únicamente, a través de:

1. El Juicio de Amparo (Art. 103 y 107 Constitucional)

Procedimientos Jurisdiccionales ante Tribunal Electoral:

a) Juicio de Protección de Derechos Político-Electorales (Art. 99)

b) Juicio de Revisión Constitucional

2. Quejas ante Comisiones de Derechos Humanos (Art. 102)

3. Facultad de Investigación de la SCJN de hechos que


constituyan grave violación a garantías individuales o violaciones
del voto público (Art. 97 Const.)

4. Acciones de Inconstitucionalidad (Art. 105)

Los Derechos Fundamentales son bienes en riesgo, por estar


situados en la frontera que comunica y separa el mundo del poder
y la autodeterminación de la persona. Ante la imposibilidad real
de conjurar el riesgo y por lo tanto evitar de manera definitiva
sean transgredidos, es necesario habilitar remedios reactivos,
garantizar su prevalencia y efectividad frente a la constante y
permanente tendencia del abuso o mal uso del poder. Es
necesario evitar que los Derechos reconocidos por la Constitución
sean violados y en su caso es menester que las lesiones a esos
Derechos sean reparadas con prontitud e incluso castigadas. Se
trata pues, de disminuir el riesgo de lesión del Derecho y también
de desalentar su posible violación. Se trata de proteger,
resguardar, tutelar, amparar los Derechos Fundamentales de las
personas frente a los embates, agresiones y efectos nocivos de
parte de la autoridad, e incluso por los provenientes por parte de
otros poderes privados.

Para que esto se de, resulta fundamental e indispensable el que la


protección sea:

a) Rápida. Sumaria con reducción de plazos, con relación a los


procesos comunes. Debe ser prioritario darle curso y resolver en
breve, dar respuesta a la petición planteada.

b) Completa. Brindando la mayor y mejor protección posible. (con


suplencia de la queja)

c) Eficaz y eficiente. Es decir, con medidas cautelares adecuadas


para preservar los Derechos y evitar su menoscabo, lesión o
pérdida irreparable, con resoluciones que se cumpla cabal y
absolutamente sin excusas y sin pretextos, con castigos a
infractores, incluso indemnizaciones.

d) De fácil acceso. Evitando trámites complicados e innecesarios,


sin complejidades procesales que hagan nugatorio su acceso, con
procedimientos simples y ágiles y con bajo costo de tramitación.

e) Buscando siempre la preservación de los Derechos


Fundamentales por encima de cualquier cosa. Claro está que esto
no es absoluto sino dentro de los márgenes y limitaciones que
impone la propia Constitución.

Cabe mencionar que la actuación de los jueces en lo concerniente


a la protección de los derechos fundamentales no debe ser como
la actuación imparcial de un juez dentro de la materia civil en la
cual se postula la igualdad de las partes, sino que al ejercer
funciones de control constitucional el juez deberá preservar el
orden constitucional plasmado en los Derechos Fundamentales, y
por tanto su actuación será una intercesión en favor de la libertad
individual frente al poder publico, (Suplencia de queja). En estos
procedimientos el principio de apariencia de buen Derecho deberá
reinar y el juez deberá actuar siempre en pro del gobernado por
ser la parte débil frente a la autoridad. (Algo semejante a lo que
ocurre en materia laborar por la desproporción entre las partes).

Debemos recordar de manera muy importante, que una


protección que no es rápida no es protección. “La libertad, la vida
y los Derechos más preciados del ser humano son frágiles y su
realización y cumplimiento no admite demora”. La Constitución
debe proveer estos medios o procedimientos garantizando así la
vigencia de lo que llamamos Estado de Derecho (orden
constitucional). Manteniendo a las autoridades contenidas o
encerradas dentro de la esfera competencial que les ha sido
impuesta. No olvidemos que las autoridades sólo pueden hacer
aquello que la Ley expresamente les autoriza a hacer, mientras
que el particular libre por naturaleza, puede hacer todo aquello
que la Ley no le prohíba.

V.- PROBLEMATICA DE LA PROTECCION CONSTITUCIONAL DE LOS DERECHOS


FUNDAMENTALES

La problemática de la protección constitucional de los derechos


fundamentales en México es amplia y tiene bastantes
particularidades ya que como vimos existen distintos medios de
control y preservación de Derechos Fundamentales con reglas
diversas para cada uno, y se tramitan ante autoridades
diferentes. Sería muy difícil realizar un estudio exhaustivo de
manera general en tan poco espacio, sin embargo creo que sí es
posible mencionar sin entrar a detalle algunas situaciones que
vienen a complejizar y complicar la adecuada protección de los
Derechos Fundamentales en el orden jurídico mexicano.

Con relación al amparo es preciso mencionar que se ha quedado


rezagado, surgió en otros tiempos (1847,1857) en otras
circunstancias que han cambiado. El problema de la Fórmula
Otero ha creado situaciones de inequidad sobretodo tratándose de
leyes inconstitucionales. Existe complejidad procesal, lentitud de
las resoluciones. Las medidas cautelares resultan pobres,
insuficientes, ineficaces. El costo de su tramitación (pago de
abogados) es alto y existe limitación de la jurisdicción
constitucional en ciertos Derechos excluyendo otros como salud,
vivienda, medio ambiente, no discriminación, derechos indígenas,
derechos políticos, etc.

Con relación a los procedimientos en materia electoral ante el


Tribunal Electoral del Poder Judicial Federal podemos señalar
como problemas la extrema especialización, los pocos órganos
jurisdiccionales existentes (1 sala superior más 5 regionales); el
difícil acceso para el ciudadano común que carece de información
suficiente y su extrema novedad son muy recientes (1996).

Con relación a las quejas ante Comisiones de Derechos Humanos


cabe mencionar que sus resoluciones tienen poco peso; sólo
hacen recomendaciones con “fuerza moral” que las autoridades no
siempre cumplen; falta publicidad de sus recomendaciones, y en
ocasiones se ha dicho que hay un abuso en su ejercicio por parte
del gobernado (?).

Con relación a las facultades de investigación de la SCJN (Art.


97), muy rara vez las ejercita por no decir que casi nunca.

En lo que concierne a las acciones de inconstitucionalidad de


Normas Generales, los sujetos legitimados para accionarlas, son
autoridades: legisladores federales, legisladores estatales, P.G.R.,
Partidos Políticos y por tanto no está al alcance del particular.

Por lo que hace al control difuso establecido en el 2° párrafo Art.


133 de la Constitución, y determina la obligación de los jueces de
los estados de apegarse a la Constitución General a pesar de las
disposiciones en contrario que pueda haber en las Constituciones
o leyes de los estados, aunque la Constitución lo establece de
manera clara, precisa e indubitable, la Suprema Corte ha
prohibido su ejercicio.

Por otro lado considero que falta instituir otros procedimientos o


medios de protección en la propia Constitución como son el
“Habeas data”, las solicitudes de información pública (acceso a
inf. pública), procedimientos y quejas ante el IFAI e Institutos
Estatales, el derecho de réplica, y por supuesto la protección
cabal de Derechos Humanos contenidos en tratados.

VI.- POSIBLES SOLUCIONES, ALTERNATIVAS (AGENDA PENDIENTE)

Entre las posibles alternativas de solución que podrían


implementarse a fin de garantizar efectivamente la protección
constitucional de los derechos fundamentales en nuestro país,
considero que se encuentran las siguientes:

5. Retomar iniciativa de promover una reforma integral a la Ley


de Amparo.

6. Llevar a la discusión el Proyecto de Reforma Constitucional y a


la Ley de Amparo coordinado por la SCJN en el año 2000.

7. Modificación de Fórmula Otero en ciertos casos


(inconstitucionalidad de leyes y normas generales) de amparo.
Haciendo la correspondiente declaración general de
inconstitucionalidad muchos destacados constitucionalistas han
apoyado esta cuestión (Miguel Carbonel, Héctor Fix-Zamudio,
Arturo Zaldivar Lelo de Larrea, Víctor Rojas Amandi, José Ramón
Cossío, Juventino Castro, etc.).

8. Ampliar la procedencia del Amparo contra violaciones a


Derechos Humanos contenidos en tratados reconocidos por el
Orden Jurídico Mexicano (celebrados por el Ejecutivo y ratificados
por el Senado).

9. Ampliar Suplencia de la Queja (no de los hechos planteados).

10. Simplificar tramitación en procedimientos protectores de


Derechos Fundamentales (Amparo y Materia Electoral). Ampliar
los plazos para demandar.

11. Establecer mas órganos jurisdiccionales electorales del


Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. En distintas
partes del país (cobertura más amplia).

12. Ampliar las medidas cautelares (acciones preventivas que


tiendan a evitar la violación de los derechos fundamentales).

13. Permitir el control difuso (sin necesidad de hacer declaratoria


de inconstitucionalidad expresa, preferir aplicar la Constitución
directamente, dejando de aplicar otras normas de inferior rango).
Planteado por el 2° párrafo de Art. 133 Constitucional (No
prohibirlo).

14. Instituir nuevos medios de control en cuestión de Derechos


relacionados con la información y frente a medios.

15. Llevar a la discusión la posibilidad de establecer un Tribunal


Constitucional o un Sistema de Tribunales Constitucionales
Autónomos independientes del Poder Judicial Federal.
16. La apuesta por el atrevimiento y creatividad de los jueces al
resolver los procedimientos protectores de Derechos
Fundamentales, para que de esta forma hagan un “Derecho vivo”
acorde a las necesidades del momento en que vivimos (la
interpretación creativa, adecuada y pertinente hará que nuestra
Constitución no sea letra muerta sino una norma jurídica actual,
vigente y positiva; capaz de responder a los retos del mundo en
que vivimos).

17. El respeto a las decisiones judiciales (es fundamental que se


cumplan cabalmente las decisiones de los jueces).

Por otro lado e independientemente de lo antes anotado, es


preciso señalar que a cada quien nos toca una parte que cumplir y
un rol que jugar en el logro de la preservación de los Derechos
Fundamentales.

Los Legisladores Constitucionales y ordinarios deben crear


mejores procedimientos e instituciones para salvaguardar esos
bienes tan preciados que son los Derechos Humanos.

Los jueces y demás órganos encargados de operar estos medios


de control deben actuar con mente abierta y buscando siempre
lograr la efectividad de la Constitución y de las libertades y
derechos en ella establecidos.

Los litigantes y abogados debemos también ser creativos,


estudiosos, perseverantes y celosos demandantes de justicia en lo
que a los Derechos Fundamentales se refiere.

Los académicos (profesores e investigadores) debemos buscar


forjar mejores abogados dotándolos de los conocimientos
necesarios para un adecuado ejercicio de la profesión jurídica.
Profundizando en el estudio de las Teorías Jurídicas existentes y
creando porque no, nuevas argumentaciones teóricas; generando
dinamismo en los conceptos y conocimientos debemos sobre todo
tratar de generar ese amor por la justicia y respeto hacia el
Derecho que tanta falta nos hace hoy en día.

Las autoridades sin excepción alguna, deben preservar los


Derechos Constitucionales y respetar y obedecer las decisiones
judiciales.

Por último, los gobernados, los ciudadanos, los particulares, la


sociedad en su conjunto, todos nosotros debemos hacernos más
conscientes de nuestros derechos y también de nuestras
obligaciones. Debemos esmerarnos por conocer más acerca del
mundo jurídico que nos rodea y con el que vivimos y convivimos
desde que hacemos hasta que morimos. Debemos luchar porque
nuestra voz sea oída y nuestros reclamos atendidos por el cauce
de la legalidad. Debemos luchar y acudir a las instancias que el
orden jurídico nos otorga para preservar nuestros derechos.
Debemos contribuir con nuestro granito de arena en la difícil, pero
loable tarea de construir un Estado de Derecho en el que la
libertad, la equidad, la solidaridad, la justicia, el orden y paz
social sean elementos de la vida cotidiana, que se traduzcan en
una mayor y mejor calidad de vida para todos los que vivimos
integrados en el tejido social que conforma al Estado Mexicano.

La Constitución debe ser norma y no sólo un programa a cumplir.


El reto es grande, pero sin lugar a dudas la recompensa también
lo será y seguramente las generaciones futuras nos lo
agradecerán.

BIBLIOGRAFÍA

 Anuario Jurídico IUS UNLA,  Universidad Latina de


América, Morelia 2002.
 Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos,  Ed. Isef, México, 2005.
 Carbonel, Miguel, La Constitución Pendiente, Agenda
Mínima de Reformas Constitucionales,  UNAM, Instituto de
investigaciones jurídicas, México 2002.
 Cossío, José Ramón y Pérez De Acha, Luis M.
(Comp.), La Defensa de la Constitución,  Dist. Fontamara,
México 1997.
 De Dienheim Barriguete, Cuauhtémoc, La Jurisdicción
Concurrente en el Juicio de Amaro,  Tesis, Morelia 1990.
 Ferrajoli, Luigi, Derechos y Garantías  Ed. Trotta,
Madrid 2001.
 Fioravanti, Mauritzio, Constitución, de la Antigüedad a
Nuestros Días  Ed. Trotta, Madrid 2001.
 González Schamal, Raúl, Programa de Derecho
Constitucional,  Universidad Iberoamericana- Ed. Limusa,
México 2002
 Jiménez Campo, Javier, Derechos Fundamentales
Conceptos y Garantías,  Ed. Trotta, Madrid 1999.
 Proyecto de Ley de Amparo Reglamentaria de los
Artículos 103 y 107 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, Suprema Corte de Justicia de
la Nación, México 2000.
 Rojas Amandi, Víctor Manuel, La Supremacía del
Poder Judicial,  Anuario Jurídico IUS UNLA 2004,
Universidad Latina de América, Morelia, 2005
 Suprema Corte de Justicia de la Nación, Las Garantías
Individuales, Parte General Tomo I,  Suprema Corte de
Justicia de la Nación, México 2004
 Suprema Corte de Justicia de la Nación, Los Medios de
Control de la Constitucionalidad,  Suprema Corte de
Justicia de la Nación, México 2002.
 The Constitution and the Bill of Rights,  Globe
Comunications corp., Boca Raton, FLA, 1987.
 Trueba, Alfonso, Derecho de Amparo, Ed. Jus, México
1983.

También podría gustarte