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1 Uno de los hechos más sorprendentes del siglo XIX, y quizá el tiempo mues-
1tre20que también fue el más importante, ha sido la expansión de la po~}ación e,n
' ~ ?a de_ la cultura europea occidental... Vestir a esta n~~va pob!act?n ~abr1a
s~do 1mpos1ble -esto es, el mismo incremento de la poblac1on habr1a sido impo-
sible- de no haber sido por el perfeccionamiento en el condado de Lancas~er,
Inglaterra, de la maquinaria para el hilado y la t~jeduría del, ~lgodón, segmda
P<>co después en el decenio de 1790 por la ip.venc1ón en Amenca de la desmo-
tadora. Por ;ez primera se atenuó 1~ perenne escasez de textiles de Europa.··
1 Otra consecuencia de la producción de algodón fue ... un subproducto del (
algod6n .. • un enorme incremento en ropa gastada, o hara_pos. Los h~rapos fue-
f
~o~ la materia prima de la industria del papel, que, mientras_ el I_mo fue !ª
~~1~ fuente de harapos, sufrió una permanente escasez de mater~a pr1n:i!· Habta
1 '.l.llOtdo una consiguiente escasez de papel en Europa des1e ~u mvencion en. la 1
tardía Edad Media que impidi6 la expansión de las mdustr1as impresoras Y edtto-
125
Al.
vm
W• Gouldner
126
riales. Los libros,. que _por razones ~on6micas ~6lo podían ~sar pa~e del_ sumi-
nistro de papel disponible, _eran aruculos de l_u~o, y s6lo se 1,mpr!m1an ediciones
de unos pocos cientos de _eJemplares. La apar1c16n del algodon hizo que desapa-
reciera la escasez de materia pnma para el papel.
No es de sorprenderse, pues, de que en la primera década del siglo XIX en
Inglaterra se perfeccionase una máquina elaboradora de papel, bautizada con el
nombre de los hombres que se dedicaron a desarrollarla, los hermanos Fourdri-
nier ... Fue tan importante como la invenci6n de la imprenta... Esta invención
provocó toda una cadena de reacciones.
En primer término, la fabricaci6n de papel pasó de ser un proceso manual a
ser un proceso mecánico, efectuado mediante las energías recientemente explo-
tadas del agua y el vapor. El papel se hizo barato y abundante. El paso siguiente
fue aplicar el agua y ·el vapor a la imprenta, pues no hubiera tenido objeto me-
jorar el modelo original de la imprenta del siglo xv mientras no hubiera sufi-
ciente papel para que las prensas no estuvieran ociosas. Entonces lo hubo en
cantidad suficiente, y también la imprenta entr6 en la revoluci6n industrial.
También la encuadernación pudo ser sacada provechosamente de la etapa de tra-
bajo manual y convertida en un proceso mecánico. Las enormes cantidades de
libros fabricados pudieron ser ventajosamente distribuidas a causa de las nuevas
energías disponibles para el transporte.
Para 1830, la edición de libros había sufrido una revolución. La materia
impresa era barata: por primera vez en la historia humana la alfabetización pudo
ser extendida masivamente a todos los niveles de la población. En Inglaterra la
~blación ~~eció en una proporción de uno a cuatro, pero la población alfabe-
tizada crec10 en una proporción de uno a treinta y dos. No sólo se transformó
!a fabricación de libros, sino también todo tipo de comunicaciones y registros que
mvolucrara~ al papel: revistas, periódicos, cartas; la correspondencia y las órde-
nes co1Aerc1ales, gubernamentales y militares ... El siglo XIX experimentó u~a
revol~cion en las comunicaciones que, si bien form6 parte de la revolución ID·
dustr1al, tras vez haya sido el más importante de sus resultados 1•
1.1
1.2
, d ser considerada como esa
La Epoca de la Ideolog1a, pues, ~ue ~. ue respondió al ere-
proliferante producción de sistemas simbohco~ ql r de significados
.
ciente mercado d e1 s1gn1
. 'f"1cado,. y , en. parttcu
. , d a los
' vieJOS
. sistemas
.
secularizados, debido en parte a la dec1tn~biondo eantiguo régimen, en
valorativos y las religiones ligados al mori un s revolucionarios que
parte a las nuevas estructuras socia · les y suceso
( he señalado antes )
te como ·,
era menester sintetizar y en gran parinf · 'n que la revo1ucion
al mero aumento de los' elementos d e ormac10 las direcciones.
·
en las comunicaciones difundió en todds d 1 mundo que es inher n-
Además surgió la imagen fragmenta ª e tado Robert Park, as 1
te a 1as «not1c1as»
' .. .
mismas. e
omo ha comen
2
Ibid., pp. 27-28.
128 Alvin W. Gouldner
2.1
El surgimiento de los medios masivos de información y del «pú-
blico» son procesos mutuamente constructivos. Un «público» surge
cuando se debilita la relación entre la cultura y las pautas de interac-
ción social. Los «grupos» tradicioñales se caracterizan por la aso-
ciación y apoyo mutuo de ambos elementos; por el hecho de que
sus. miembros tienen entre sí interacciones sociales pautadas que,
a su vez, favorecen entre ellos la comprensión común y los intereses
compartidos, lo cual, a su turno, facilita la interacción, y así sucesiva-
mente Un «público» es «una cantidad de personas expuestas a los
mismos estímulos sociales» y que tienen algo en común, aunque sin
estar en una interacción persistente unas con otras. (John Bennett
· y Melvin Tumin.) Los «públicos» son personas que no necesitan
estar «copresentes», a la «vista y oído unas de otras». (E. B. Reuter
y C. W. Hart.)
En la mayoría de las sociedades tradicionales, sin embargo, los
mercados y las ·fiestas constituían las estructuras básicas especializa-
das que periódicamente difundían información al conjunto de la
comunidad, entre los extranjeros o los miembros de las diferentes
familias; y esta información, por supuesto, era transmitida oralmente,
en una conversación frente a frente sutentada en el contexto, que
permitía los feedbacks aclaradores y la interrogación. Con el creci-
miento de los m,edios masivos de información, ejemplificados al prin-
cipio por la imprenta, muchas personas quedaron enton~es ex~uestas
a un flujo continuo de informacióp, más o menos al mismo tiempo. 1
La itiforinaci6n se descontextualiz6, pues debía ser inteligible, inte- .
5
Alvin W. Gouldner
1.30
. te aun para personas de diversa formación y disti'n-
¡ resa
nte y conv1ncen
.
tos intereses, pe
0 interactúan. d. · d
, .
rsonas que no se conocen entre st nt se encuentran
2.2
d ~s periódicos refu . , .
e ciertas manera b ~rzan el tncrernento de la racionalidad publica
Et s o vtas P · '6
s ª trasciende la situ :, rimero, brindan una mayor informact 0 •
acion local, va tnás allá de ella para prop0r·
La dialéctica de la ideología y la tecnología 131
2.J
Fundamental en el precursor análisis del p4blico Y de la no-
ticia efectuado por la «Escuela de Chicago» era el h~~ho de que la \
noticia construye un público al estimular la_ conv~rsac1on cara a cara. .
La plática se intensificó para resolver las incertidumbres acerca del
1.32 Alvin W. Gouldner
significado de las noticias, I?royiniera tal in~ertidumbre de la
en la información o de descripcio_nes en conflicto. gunas
Pero tal plática supone motivos para la clarificación. E t
. , . l . f s os a
su vez, suponen un tnte~es en, integr9::_ a in or;°taci6n a tnen~do
fragmentada que caracteriza a 1as noticias, 1os informes vart' d
ambiguos o contradictorios · de 1as noticias.
·· En elfondo el sistaos'
presuponía: la dependencia del editor de la venta exitos; de su ;~a
dueto, lo cual requería interesar a su público y crear un gran mercad;
un sistema socio-económico-político que diese cabida a una mul:
tiplicidad de productores semiautónomos relacionados con la impre-
sión, edición, los mercados y la distribución, libres de comprar escri-
tos y escritores cuya obra juzgasen apropiada para ser vendida con
beneficio. También supone escritores que puedan vender sus escritos
en un mercado de trabajo y que, por tanto, puedan evitar la censura
de un editor recurriendo a otro editor rival; o incluso que puedan
ser publicados por un editor que discrepe de sus opiniones sencilla-
mente porque ellos incrementarán la venta del periódico.
La racionalidad burguesa trascendió la racionalidad de la Anti-
güedad clásica principalmente porque se fundó en una nueva tecnolo-
gía. Los sistemas de clase de la sociedad esclavista clásica y de la
sociedad capitalista suponen ambos la exclusión de grandes sectores
de la sociedad de la participacrón e n el diálogo público racional. Los
límites de la racionalidad en ambos sitemas de clase eran, en parte,
los intereses de clase y de propiedad de las -clases dominantes, los
propietarios de esclavos y la burguesía. . ..
. Sin embargo, en el caso de los griegos hay escasos t~dtctos, ~
ninguno, de que hubieran considerado alguna vez la esclavitud com
.una institución problemática abierta a la discusión pública, _exc~Jtd
en la medida en que estaba implicada en la política de solidar~ ªd
_griega contra los persas. Si bien algunos se oponían a la es~lavitu
de griegos por griegos, en cambio, la esclavización de «ba~~~:d:d
nun~a parece haber sido cuestionada públicamente en la ~ntt~ b r-
clásica, ni la institución de la esclavitud como tal. La s~ieda 'btf,a
guesa, por el contrario rápidamente dio origen a una criuca P~ de
de sus supuestos fundamentales
' sobre la propiedad. A ·dºf1 erlenc1a
seJJli·
1ª A t. .. d d 1 I ·d d
ll n igue a _c ásica, plantó con impresionante ce ert ª . fran· « as
6
as de su propia destrucción». Apenas terminada la Revoluct ~erdad,
~esa, hse anunció la misión liberadora del proletariado. Enl «cons·
esta b'1 ºdO . d or a
.1 . ª dª si parcialmente anticipada y proclama a Pd 1 revolu·
P. raci6n e los iguales» de Babeuf en medio mismo e ª
ci6n. ' ue
Los 'bl · ·onal p0rq ·
itnpl' Pu icos suponen el desarrollo del discurso ract 1 , 0 ,nuJlJ·
· de un espacio despejado y seguro en ª
ican 1a exi'stencta
La dialéctica de la ideología y la tecnología 133
2.4
La conversación basada en la noticia, como vehículo de raciona-
lidad pública, pues, depende de modo importante de la ausencia
de espías, informantes y censores estatales, y de una policía secreta
instruida gubernamentalmente para descubrir la herejía, la disidencia
o la inmoralidad.
Así pues, el sistema de clases y el Estado deben ser ambos ex-
cluidos del diálogo para que el público actualice su potencial de racio-
nalidad crítica. Toda transformación del sistema de clases solamente,
por lo tanto, no conseguirá establecer la racionalidad pública si al
mismo tiempo no impide que el Estado deje de vigilar y castigar
las expresiones disidentes, o al menos no impide la vigilancia como
actividad rutinaria que no exige una justificación extraordinaria. Es 1
éste el sentido en que, no sólo el poder de clase, sin~ tod~ fuente
de dominación social inhibe el diálogo y socava la rac1onahdad.
El surgimiento de un público en la sociedad burguesa implicó,
evidentemente la interacción del incremento de las noticias, los
medios y técnicas de impresión y un espacio despejado y segui:o en
el cual realizar la conversación frente a frente. Este proceso com1e?;ª
en la sociedad aristocrática liberal, mucho antes de la revoluc1on
burguesa. Empieza en los salones aristocráticos y sólo más tarde
es «democratizado» con la aparición de los cafés públicos en la
sociedad burguesa, los lugares donde un grupo limitad? podía reu~ir,se
Y conversar sin temor al esnobismo de clase o los esp1as de la pohc1a.
En el caso del salón, por supuesto la. conversación concerniente a
Alvin W. Gouldn
134 ~
2..5
quiera con el
sometimiento
:;f st1
ca Y. el tra~ajo, y -la libertad de hacer lo que 5
ei:npo hhre» sin el control o el permiso de otro. E
Í
patriarcal de las mujeres y la propedad privada, pues,
La dialéctica de la ideología y la tecnología
2.6
2.7
El significado del «público» se desarrolló a la par de la idea
socialmente emergente de lo «privado». Las relaciones entre ambos,
sin embargo, no son siempre las mismas en todos los países. En su
forma típica, en la Francia de los siglos XVIII y XIX, la relación era
tal que lo «privado» constituía el complemento y el fundamento de
un «público». En Alemania, lo privado era a menudo un sustituto
del público, un lugar del «espíritu» donde se podía ser libre, aunque
no abiertamente libre en el discurso público. Aquí, lo privado es
compensatorio, un premio consuelo por la ausencia de un público. Y
au!l esto es más complicado de lo que podría parecer, pues aquí lo
privado no es la ausencia de todo diálogo, sino intenso diálogo limi-
tado a los amigos e íntimos. La exaltación alemana de la innerlichkeit
(~nteriorida~) en ~1 ~iglo XIX, en efecto, hacía del espíritu (la conci~n-
cia) Y la a~1stad 1nt1ma un lugar de retiro santificado de las represio-
nes Y pel_igros de un discurso verdaderamente público. En el caso
fr~n~és, se tendía a aislar la vida privada de las tensiones de lo
pubh~o·, s~brc todo para impedir que los compromisos públicos de
uno 1nvad1eran la familia nuclear.
~n Inglaterra, desde luego, la escuela «pública» no está libremente
ab1erta
d d a Itodos, sino · que es una escuela· alejada del hogar y, por
en e, e ª supervisión directa de los padres. Aquí «público» es. lo
fue eS t á fuera de la familia y por tanto coincide con la interpretact6n
rancesa.
s
?º
realidad, la si;uación al~mana no difiere tanto en su
compren zón d~ lo público como en su capacidad de aplicarla. En
3
Así E
!
1 b
August Bci:re 0 serva en :una carta del 18 de noviembre de 1892 ese~~~~
·a•
tal Posición [ ¡ Mar~ Y yo siempre estuvimos · de acuerdo en no ace:ptar J un
periódico f 8 _de dtrcctor de un pcri6dico de partido] y s6lo trabaJar .~•r•han
1 Cf. A. Bcbct .aº~,
a ~ta co~~anctcramcn_t~ independiente aun del Partido mismo.» Conili c~i6n,
«posic16n infructuosa» que inhibfa su libertad de acu
' ne e"" Bebel, Bcrltn, DDR, 19.58.
La dialéctica de la ideología y la tecnología 137
2.8
Lo úblko es una esfera ante la que uno _es responsable, pero
p n sistema familiar privado en el que los hombres domi-
repotsa eno'lou son responsables ante otros miembros de la familia en
nan es s bl . .f.
un grado muy limitado. Ser <<responsa e» s1,gru 1ca que uno puede ser
obligado a revelar lo que ha hecho"! po~ que lo ha h~~ho; de este mo.
do, la acción y la razón de ella estan a~1.er!as ~ _la C;!tlca por extraños
que tienen menos inhibiciones para extgir Just1ficac1on y fundamentos
razonables. Dada 1-a dependencia mutua, el afecto y el tacto en los
grupos familiares, y dado el poder de los hombres en ellos, hay
estrictos límites a las cuestiones que se plantearán a sus varones.
A la inversa, dada la falta de afecto, dependencia emocional, tacto
y poder directo de unos sobre otros, habrá menos restricciones
a lo que puede ser cuestionado en público. ·
Los públicos, en este sentido, no tienen trabas para plantear
cuestiones y exigir justificaciones concernientes a cursos de conduc-
tas; por lo tanto, éstos serán protegidos de la exigencia de justifica-
ción racional por el uso de una importante táctica: el ocultamiento
y el secreto. Esto, a su vez, engendra inevitables presiones para lacen-
sura, particularmente en un mundo de medios informativos semi-
autónomos. ·
Pero ¿por qué, cabría preguntarse, el ámbito de lo privado (y,
por ende, el familiar) ha de restringir el flujo de información y limi-
tar la exigencia de responsabilidad? Prim~ro, porque los intereses
de las p~rsonas particulares y sus familias pueden entrar en conflicto
con los intereses _de otras personas particulares y sus familias ; porque
(o cuando), en cierta medida, todos juegan a un juego de suma cero
unos contra otros; y también porque se comportan de un modo que
. ne ª Ios .1·n!erese~ del grupo como un todo o del Estado. Por
dse bopo
e ªJ? del crec1m1ento de lo privado, pues, había un individualismo
posesiv?. Y autoprotector enraizado en un sistema propiedad privada
competitiva
t d · Esta
. integrac1on. ,. de1 sistema
. . 1 a un s1s-
familiar patriarca .
0
e:fu:a e ~: ~:ddd ~rivad~ fu~ la base fundamental de lo privado! una
brindana . f eh~~ rutinariamente dar explicación de sí nusma,
propiedad ~~-ordacton sobr~ su conducta o justificación de ella. ~
fundamento
lo públi
á:ªi: Y,. e1. patriarcado fueron, pues, indirectam~nt~, e
publico. Porque si bien la esfera privada limitaba
co, por este he hO · { la
esfera públi c mismo también apoyaba y proteg a a
y se podfa ca, en 1¡ª cual al menos de algunas cosas debía darse cuenta
someter as a un d · .
La esfera públ• b tscurso racional abierto.
históricos en ¡ lC~ urguesa constituyó uno de los grandes avance,s
ª raciona idad. Impidió firmemente tratar la comunl·
La dialéctica de la ideología y la tecnología 139
5Se hallará el detalle de esta trágica historia en Yvonne Kapp, Eleanor Marx,
Vol. I, 1855-1883, Lawrence & Wishart, Londres, 1972. ·
140 Alvin W. Gouldncr
Losant
de las hombres
• y mu1· eres que escriºb'tan y 1e1an , diferían
, 1ºdeo1og1as
noticz·as serioreb~ personas cultas en que eran un público lector de
· b6lico fue profunda y radicalmente alterad~
· u am iente si~,
por la ascendent
fetación de la e rlboluc!on en las comunicaciones basada en la proli-
~efinidas tambiépa ª ra 1?1Presa. Las ideologías, pues, pueden. ser
ligibles para p n como sistemas simbólicos engendrados por, e mte-
. . , ersonas cuya 1 .6 ·be la
medtac16n de 8 1 re aci n con la vida cotidiana reci
us ecturas --de periódicos, diarios o libros- Y par
La dialéctica de la ideología y la tecnología
141
el concepto gener~l. en desarrollo de «noticias», así como por los
«elementos» especiftcos y co~cret?s de noticias que ahora transmiten
en forma creciente los medios informativos en crecimiento y se
funda en la experiencia de la vida como sucesos sacados de co~texto.
Las ideologías nacientes se caracterizan por su discurso referente al
mundo, de ·un lado, y por su tácita confianza en los informes sobre
el mund~ social,_ ~el ot~o. La~ ideologías no se basan en la experiencia
de una vida cotidiana inmediata, con sus lenguajes ordinarios. No se
basan en lo que podríamos llamar un «localismo» inmediato y dado
por sentado. Entre la vida cotidiana y las ideologías recientemente
propuestas estaban ahora los periódicos y otros medios masivos de
comunicación que definían selectivamente problemas, fragmentaban la
experiencia en forma de «sucesos», enfocaban la atención «pública»
y daban noticia de sucesos distantes, lo que suponía definirlos como
de relevancia local, superando el provincialismo y fortaleciendo el
«cosmopolitismo».
A medida que se difunden los medios masivos de información, se
abre una creciente separación entre la información (o conocimiento)
f y las actitudes y sentimientos -la estructura afectiva- con las que
esa información se relaciona. Esto implica, desde cirta perspectiva, ,
que los sistemas de información se vuelven relativamente libres del
contexto, o al menos más libres de los límites impuestos por la acción
de la estructura afectiva en la comunicación cara a cara.
En la conversación directa, no sólo se comunica información,
sino también interpretaciones, orientaciones y nociones apropiadas
de lo que debe hacerse. Las órdenes se transmiten con claridad y
fuerza, junto con los informes. La conversación cara a cara permite la
realimentación directa con la cual puede generarse una considerable
presión tendente a m'odificar sentimientos de una manera definida
como apropiada a los informes. En la conversación frente a ,frent~, )
la orden y el informe se contextualizan mutuamente y es mas fácil
llevarlos a una integración en la que cada uno apoya.~ ?tro. Pero con
los medios masivos de información crecen las posibilidades de una
separación de ambos. Dada la ausencia de realimentación, .o la baj~
realimentación, no hay ninguna manera de que los medios 1n:fo~mati-
vos puedan saber si sus informes han provocado los sentimientos
~propiados. Y aunque lo supieran, es poco lo que pueden ha~e~ para
induci! respuestas aprobatorias o desaprobat?ria~, para s~ntimientos
apropiados o impropios. Sin duda, los medios mformativos desean
ordenar acciones apropiadas y provocar senti~ientos ~oherente~ con
sus noticias; pero la transmisión de infqrmación est~ ahora. aislada
de una pauta multimodal de interacción social y realim~ntact?n 9ue
pudiera realizar esa intención. Así, «los hallazgos de la investigación
Alvin W . Gouldner
142
. dican que 1os medios masivos de información pueden
m 1/ modificar
. . efec-
tivamente los conocimientos (esto ~~' a_umentar e conoc1mf1e11:to), pero
, probable que. la comunicac1on interpersona 1 sea e ecuva cuan-
es mas 6
do el cambio de actitud es la meta• ••» .
\. .
C1er at mente , existe una permanente tendencia
.. d l . f a .responder
, selec-
tivamente a la información, ~dm1t1en o . a 1n orma~1on con~~rdante
on la estructura afectiva existente y filtrando la 1nformac1on que
~o concuerda con ella. Esto mantendría la integración del conocimien-
to y el sentimiento, s~ ell~ f~era todo lo involucrado., P~ro las noticias
son un fenórr1eno social publico (y que engendra lo publico). Provocan
la atención pública y estimula la conversación. Así, el mero cono-
cimiento de noticias, independientemente de sus implicaciones para
la estructura afectiva, influye en las posiblidades de participación
pública de las personas, de la pertenencia y la evaluación de grupos,
y finalmente influye en las identidades sociales de las personas. De
este modo, las personas se ven obligadas a conocer noticias, aunque
no estén en consonancia con su estructura afectiva previa, y aunque
prefieren olvidarlas. En verdad, las personas pueden verse obligadas a
conocer noticias para poder oponerse a las interpretaciones adversas
a sus sentimientos y creencias.
Las noticias, pues, fomentan una descontextualización de la afec-
tividad y la información. Estas se hacen ahora relativamente libres
. del contexto, y existe la creciente posibilidad de una disonancia entre
la estructura afectiva y el conocimiento. En esta discrepancia engen-
drada por las noticias se funda el sentido moderno de la disparidad
entre el «es» y el «debería», entre la teoría y la práctica, y entre
los hechos y los valores.
. Las ideologías, pues, nunca se fundan en una vida cotidiana no
mterpreta~a. Ni _se_ basan sencillamente en. las interpretaciones ora-
l~s de la vida cotidiana dichas en lenguajes ordinarios. Las ideologías
sie~~re suponen tácitamente las interpretaciones impresas de la vida
cotidiana llamadas «noticias». Por ello no son meros comentarios
so .r~ lod. que está sucediendo, sino 'también sobre lo que las
nobttcias icen que está sucediendo. Las ideologías son siempre textos
so
t ·re textos. a la manera de 1os pa1·1mpsestos no menos que comen-
arios atinentes al mundo sobre la 'd '
Mar b . l' «v1 a».
d tltY,b
esto es sul Das Kapital «Crítica de la Economía Política»,
berales' Be os t ros Y artículos publicados por los economistas li-
. uena parte de la comprensión de Marx del funcionamiento
3.1
3.2
3.4
3.5
•
La noticia se define contra el fondo tácito de las premisas no
:xprb~das de la vida cotidiana, y por los puntos de referencia que
st 1nda.. Pero con la difusión misma de las noticias estos puntos
ª fr
de re erenc1a 1st0
. v · s-pero-no-observados con el tiempo' se deval ua ' n1
precisamente po
de valores Todrque no se los señala en los informes constructores
· · • · tos
aspectos d~ .ª nou~i~, pues, devalúa, censura y reprime c1er
1ª vida cotidiana, haciendo difícil verlos y aceptarlos audn
por la g
ente que vi 11 1 s e
los patrones ve en e os, con lo cual oculta, además, ~ guno b
lo que es d_que fdu ndamentan sus propios informes selectivos so re
Con l ~gno e ser noticia.
e tiempo pu 1 . . . d corno
carente de tod0 f ' d es, a noticia llega a ser experimenta. a .6
un amento. Echa las simientes de la insausfacct n
La dialéctica de la ideología y la tecnología
149
4.1
11
gy, 1974, p. 37 .
· ¡
l. L. Horowitz' « Socio d l ¡ Sociolo·
ogy an Futurology», Berkeley ]ourna o
La dialéctica de la ideología y la tecnología
1.51
4.2
4.3