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Reg. Interno N°
VISTOS:
Y CONSIDERANDO:
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2°) Que, concretamente, por la resolución recurrida el juzgado
de la instancia anterior consideró que S. C. C. S.A. (CUIT 30---5) revestía, a
la época de los hechos mencionados, la condición de empleadora y que era
agente de retención de los aportes al Sistema Único de la Seguridad Social.
Asimismo, concluyó que “…las constancias enumeradas… dan cuenta que
S. C. C. S.A. habría practicado las retenciones de los aportes relativos a la
Seguridad Social con relación a los periodos fiscales 3/2015 a 8/2015,
ambos inclusive, por las sumas consignadas en el cuadro detallado en el
considerando 1°, las cuales, en todos los casos, superan el monto previsto
por el artículo 9° de la ley N° 24.769, con la modificación introducida por
la ley 26.735 y no se habría efectuado el depósito de aquellas sumas luego
de transcurridos los diez días hábiles administrativos posteriores al
vencimiento del plazo establecido por aquel tipo penal”.
Sin embargo, con respecto a S. C. C. S.A. archivó las
actuaciones por no poder proceder (art. 213 inc. “d” del C.P.P.N.), por
considerar que la firma se encontraba inactiva desde, aproximadamente,
mediados del año 2016 y que no poseía ningún activo. Asimismo, tuvo en
cuenta que la sociedad no registraba empleados en relación de dependencia
desde el período 8/2015, último período respecto del cual se presentó la
declaración jurada relativa al S.U.S.S.
El juzgado “a quo” también descartó la intervención en los
hechos por parte de los accionistas y directivos de la sociedad señalando que
“…J. F. R. V. como M. Q. D., sólo habrían sido prestanombres utilizados…
para que figuren formalmente como socios y autoridades de la referida
entidad” y que “…la mayoría de los empleados que prestaron declaración
testimonial en las presentes actuaciones manifestaron desconocer o no
recordar a los Sres. J. F. R. V. y M. Q. D., señalando a I. V. C. como el
verdadero dueño de la empresa”. En este sentido, tuvo en cuenta que R. V.
y Q. D., titulares de las acciones, presidente y director suplente de la
sociedad, respectivamente, estaban registrados como empleados de S. C. C.
S.A. pero, destacó, no figuraron en el grupo de los veinte empleados con
mayor remuneración informados por la A.F.I.P. También destacó que los
nombrados pasaron a ser empleados de G. S.A., cliente principal de la firma
S. C. C. S.A. Finalmente, tuvo en cuenta que la capacidad económica de R.
V. y Q. D. no se correspondía con la que se estimó deberían tener los sujetos
que supuestamente estaban a cargo de una empresa con el nivel de
facturación que tenía S. C. C. S.A.
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Entendió que el juzgado “a quo” hizo una interpretación
forzada y parcial de las declaraciones testimoniales de los ex empleados de
la sociedad de que se trata. Asimismo, consideró que la declaración
indagatoria de su defendido no había sido debidamente analizada e
interpretada. En el memorial referido señaló a J. F. R. V. y M. Q. D. como
los sujetos que tenían la obligación legal de ingresar el pago de las
retenciones de aportes previsionales, aclarando “…que cada uno, cumplía
un rol diferenciado, independientemente de los porcentajes de dividendos de
cada uno”. Postuló que, de haberse hecho un análisis patrimonial sobre los
bienes de su defendido, el juez “a quo” habría detectado que su situación no
era muy distinta a la de J. F. R. V. y M. Q. D..
Por último, el apelante se agravió del embargo fijado por la
resolución recurrida, al considerar que era excesivo y que carecía de
sustento fáctico. Sin embargo, esta cuestión no fue tratada por el memorial
presentado en sustitución de la audiencia prevista por el art. 454 del C.P.P.N.
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7°) Que, las diferencias de criterio que tengan las partes con
relación a la fuerza o al alcance probatorio de los elementos incorporados a
la causa y a la idoneidad de éstos para generar la convicción suficiente que
se exige para el dictado de un auto de procesamiento (confr. art. 306 del
C.P.P.N.) son materia de la discusión central del trámite del recurso de
apelación, pero no implican la invalidez de la resolución recurrida, en los
casos en los cuales -como el que se presenta en el “sub lite”- por el auto
impugnado se cumple con los requisitos de motivación que se prescriben
por la ley procesal vigente (confr. Regs. Nos. 923/03, 602/15, 72/16 y CPE
1132/2019/5/CA3, res. del 2/09/19, Reg. Interno N° 621/19, entre muchos
otros, de la Sala “B” de esta Cámara y CPE 385/2019/2/CA2, res. del
23/12/10, Reg. Interno N° 854/19 de esta Sala “A”).
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En consecuencia, se advierte que la arbitrariedad de la
resolución recurrida invocada por la defensa de los imputados, sólo
constituye una discrepancia con los criterios vinculados con la cuestión de
fondo debatida en los autos principales y con las conclusiones a las cuales se
arribó por la resolución apelada, sin que por aquella circunstancia se
encuentre mérito suficiente para declarar la invalidez del auto de
procesamiento examinado.
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(30) días corridos desde aquellas fechas, previstos por el régimen
establecido por la ley 27.430 (confr. fs. 76 de los autos principales a los que
corresponde este incidente).
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23/06/2020, Reg. Interno N° 260/20, entre otros, de la Sala “B” de esta
Cámara y CPE 490/2018/2/CA1, res. del 6/3/2020, Reg. Interno N° 94/2020
de esta Sala “A”).
15°) Que, los suscriptos han expresado con anterioridad que las
sumas retenidas que pasan a poder del agente de retención al efectivizarse
las operaciones correspondientes, las cuales, en este caso, se encuentran
probadas respecto de los períodos mensuales 3/2015, 4/2015, 5/2015,
6/2015, 7/2015 y 8/2015, y cuyo depósito se habría omitido, no constituyen
fondos propios de los cuales puede disponerse libremente con la finalidad de
solventar otras obligaciones de la sociedad (confr. Regs. Nos. 568/03,
636/03, 279/08, CPE 1074/2012/4/CA1, res. del 6/5/15, Reg. Interno N°
155/15; CPE 2371/2011/3/CA1, res. del 25/11/16, Reg. Interno N° 723/16;
CPE 2325/2011/9/CA1, res. del 28/12/17, Reg. Interno N° 953/17; y CPE
642/2016/4/CA1, res. del 19/06/18, Reg. Interno N° 438/18, de la Sala “B”
de esta Cámara y CPE 388/2018/4, res. del 23/06/20, Reg. Interno N°
165/20, de esta Sala “A”).
En este sentido, cabe recordar que “…[l]os agentes de
retención y los de percepción manejan, en cumplimiento de [un] mandato
legal, fondos que no les son propios sino que pertenecen a los
contribuyentes a quienes les han detraído el impuesto al efectuarles un pago
o intervenir en un acto de tal naturaleza, o se lo han cobrado juntamente
con el precio del bien o servicio que comercian […] Ello pone de resalto
que el dinero retenido o percibido proviene del patrimonio del
contribuyente que es quien, estrictamente, efectúa el pago y no del
patrimonio del agente de retención o percepción quien desde el punto de
vista técnico sólo ingresa dicha suma en las cuentas del Fisco […] Esto
implica, además, reconocer que en esa relación interpatrimonial, la
situación de los agentes de retención o percepción reviste el carácter de
intermediación en virtud de un mandato legal expreso, que lo sujeta incluso
a consecuencias de naturaleza patrimonial y penal en caso de
incumplimiento o cumplimiento deficiente de sus deberes. Retiene o percibe
esencialmente en interés del Fisco y cuando ingresa los fondos, dicho pago
es imputado, desde el punto de vista impositivo, al contribuyente sin
perjuicio de que lo libera de sus propias responsabilidades…” (confr. el
dictamen del señor Procurador Fiscal cuyos fundamentos y conclusiones, en
lo sustancial, fueron compartidos por la Corte Suprema de Justicia de la
Nación en el pronunciamiento publicado en Fallos 306:1548).
Fecha de firma: 02/08/2023
Alta en sistema: 04/08/2023
Firmado por: PATRICIA ROXANA MIERES, SECRETARIO DE CAMARA
Firmado por: JUAN CARLOS BONZON, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: ROBERTO ENRIQUE HORNOS, JUEZ DE CAMARA
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Por su parte, el testigo A. C. C., expresó que “…trabajaba
como capataz en el sector de plomería de una empresa a cargo de una
persona de nacionalidad paraguaya quien se identificaba I. V.. Él fue quien
me contrato para ingresar a trabajar en su empresa, era el dueño de ella y
quien se encargaba de toda la construcción desde cero. Nosotros sabíamos
que una empresa llamada G. lo había contratado a V. para que lleve a cabo
las obras de construcción. En todas las construcciones había carteles
gigantes que decían G.”. Preguntado acerca del nombrado V. C. contestó
“Si, lo conozco porque era el dueño de una empresa de construcción, fue
quien me contrató para trabajar ahí y de quien yo recibía órdenes. Él era el
único dueño y autoridad, además de él estaba el arquitecto llamado J. L. y
todo el resto de los obreros” (conf. fs. 412/413 del legajo principal).
El testigo M. J. V., albañil, dijo que “La única persona que
conocí como dueño de la empresa era I. V., lo sé porque él se presentó
como tal”. Al ser preguntado por el nombrado, contestó “Si, lo conozco
porque era el dueño de la empresa. Yo lo veía en la obra cada 15 días
aproximadamente, cuando iba a controlar el trabajo de los empleados y a
verificar el avance de la obra” (conf. fs. 506/507 vta. del legajo principal).
Finalmente, E. E. P., técnica en seguridad e higiene, preguntada
acerca de las autoridades de S. C. C. S.A. contestó “La máxima autoridad
de la empresa era I. V. C., lo sé porque él era quien daba todas las ordenes
y tomaba todas las decisiones en la empresa. Al ser preguntada por el
nombrado, contestó “Si, lo conozco porque era el dueño de la empresa. Yo
lo veía de vez en cuando en la obra” (conf. fs. 546/547 vta. del legajo
principal).
Por otra parte, la mayoría de los testigos escuchados
desconocieron a los sujetos que figuraban como las autoridades formales de
la sociedad. Ninguno señaló a F. R. V. o a M. Q. D. como dueños o
administradores de la firma, si bien éstos eran los titulares de las acciones y
ostentaban el cargo de presidente y director suplente de la firma,
respectivamente. La testigo R. G. P., dijo haberlos conocido pero,
contrariamente a lo sostenido por la defensa de V. C. en el memorial,
declaró que trabajaban como simples empleados de la construcción. Sobre
R. V. manifestó “Si, lo conozco porque era uno de los trabajadores de la
obra. No sé si él era un ayudante u oficial, pero creo que estaba en el área
de carpintería de la[s]obras. Era un empleado más”. También recordó a Q.
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de la estructura formal que ésta registraba ante el Registro Público de
Comercio, o la A.F.I.P.
Esta situación de hecho, se instrumentó formalmente el 19 de
agosto de 2015 a través del poder amplio de administración y disposición
otorgado en favor de I. V. C. y N. A. S., para realizar en nombre y
representación de S. C. C. S.A. los actos de “ADMINISTRACIÓN”,
“GESTIONES ADMINISTRATIVAS”, “COMODATOS, LOCACIONES Y
ARRENDAMIENTOS”, “ADQUISICIÓN Y ENAJENACIÓN DE BIENES”,
”GRAVAMENES”, “PRESTAMOS”, “DEPOSITOS”, “OPERACIONES
BANCARIAS”, “INTEVENCIÓN EN JUICIOS”, “COBRAR Y PERCIBIR”,
“CONFERIR PODERES Y OTROS ACTOS JURIDICOS” y de
“OTORGAMIENTO DE ESCRITURAS” (conf. copia de la escritura N° 171
obrante en el cuerpo “Anexo copias expte. laboral CNT 84086/2016”
reservado por Secretaría). Invocando este poder el nombrado V. C. realizó
un acuerdo indemnizatorio, en nombre de S. C. C. S.A., con el ex empleado
de la firma L. A. C., cuando ésta ya se encontraba inactiva de hecho, lo que
refuta el argumento de la defensa que vincula la relación del nombrado
únicamente con los trabajos de campo realizados dentro de la obra.
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22°) Que, por otra parte, debe expresarse que el delito atribuido
en autos a I. V. C., es un delito de omisión de carácter instantáneo y que se
consuma en el aspecto material u objetivo en el momento preciso en que el
acto omitido debería haberse realizado, razón por la cual, es en ese momento
consumativo en el cual debe evaluarse la concurrencia del elemento
volitivo.
En consecuencia, conforme se expresó, por la posición en que I.
V. C. se encontraba, en función de lo reseñado precedentemente, se advierte
que aquél habría tenido el conocimiento sobre las obligaciones de S. C. C.
S.A. como agente de retención, habría efectuado las retenciones y a pesar de
contar con la capacidad para cumplir con la conducta debida, habría optado
voluntariamente por omitir aquélla y, eventualmente, por atender otras
obligaciones comerciales o de otro tipo de la sociedad, conforme admitió en
su declaración indagatoria, de acuerdo a lo transcripto en la consideración
13° de la presente.
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23°) Que, por lo demás, sin perjuicio de la necesidad eventual
de producir alguna prueba, y por los resultados que aquélla pudiera traer
aparejada en el futuro, no pueden soslayarse las conclusiones expresadas por
los considerandos anteriores -que se basan en las constancias que
actualmente se encuentran incorporadas a la encuesta-, ni se impide adoptar
el temperamento que se establece por el art. 306 del ordenamiento adjetivo,
pues por aquel ordenamiento se prevé el carácter provisorio, revocable y
reformable del auto de procesamiento (art. 311 del C.P.P.N.), precisamente
para que el juez pueda ponderar aquellas circunstancias futuras en el
supuesto en que se produjesen (confr. Regs. N° 1036/05, 132/08, 7/11,
379/11, 703/11, 762/11, 161/12, CPE 403/2012/2/CA1, res. del 12/06/2015,
Reg. Interno N° 237/15 y CPE 827/2014/3/CA1, res. del 29/04/2016, Reg.
Interno N° 167/16, entre muchos otros, de la Sala “B” de esta Cámara).
En este sentido, este Tribunal ha establecido: “...para el
dictado del auto de procesamiento se requieren elementos de prueba por los
cuales, al menos, se permita corroborar la existencia de un estado de
probabilidad con respecto a la comisión del delito investigado, y a la
participación culpable de los indagados por aquel hecho...” (confr., Regs.
Nos 606/10 y CPE 403/2012/2/CA1, res. del 12/06/2015, Reg. Interno N°
237/15, entre otros, de la Sala “B” de esta Cámara).
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ANTE MÍ:
PATRICIA R. MIERES
SECRETARIA DE CAMARA
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