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La definición de objetivos SMART es un enfoque estructurado y acrónimo que se

utiliza para establecer metas de manera más efectiva y medible. El término SMART
proviene de las primeras letras de las cinco características clave que deben tener
los objetivos: Específicos (Specific), Medibles (Measurable), Alcanzables
(Achievable), Relevantes (Relevant), y con un Tiempo definido (Time-bound).

A continuación, se desglosa cada componente de SMART:

1. Específico (Specific): Un objetivo debe ser claro y específico, evitando


ambigüedades. Debe responder a preguntas como qué, quién, cuándo,
dónde y por qué. Cuanto más específico sea el objetivo, más fácil será
entender qué se está tratando de lograr.
2. Medible (Measurable): Un objetivo debe ser cuantificable o tener algún
medio para evaluar su progreso. Esto implica establecer criterios de
medición concretos que permitan determinar si se ha alcanzado el objetivo.
3. Alcanzable (Achievable): Un objetivo debe ser realista y alcanzable,
teniendo en cuenta los recursos disponibles y las limitaciones. Debe ser
desafiante pero factible, evitando establecer metas demasiado fáciles o
demasiado difíciles.
4. Relevante (Relevant): Un objetivo debe estar alineado con los objetivos
más amplios de la organización o el individuo. Debe ser significativo y
contribuir al propósito general, evitando establecer metas que no tengan
impacto o relevancia real.
5. Tiempo definido (Time-bound): Un objetivo debe tener un marco
temporal claro que indique cuándo se espera que se logre. Esto proporciona
un sentido de urgencia y ayuda a establecer prioridades. Los plazos también
facilitan la medición del progreso.

Al seguir el enfoque SMART al establecer objetivos, se mejora la claridad, la


motivación y la probabilidad de éxito en su consecución. Este enfoque se utiliza
comúnmente en entornos empresariales, planificación estratégica, gestión de
proyectos y desarrollo personal.

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