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Grecia:

No se puede comprender a la antigua Grecia por fuera de la polis. La polis era la ciudad-estado
en donde se desenvolvía la vida política griega; los griegos llamaban “polis” a la organización
política que actualmente llamamos Estado. La vida humana, individual y social se desarrolla y
termina dentro de la polis. Touchard dice que por un lado para los griegos no hay otra
civilización que la dela ciudad, y por el otro dice que todo lo que se encuentra fuera de la polis
es bárbaro, de modo que el extranjero es reputado como enemigo. Gettell por su parte, afirma
que polis es también estado, iglesia y escuela.

El hombre se integra y se realiza en el área de esa jurisdicción política, él pertenece a la polis y


la polis le pertenece a él. También se habla de que la polis es una comunidad autárquica en el
sentido de autosuficiente, que se basta así misma. En ella se satisfacen todas las necesidades
del hombre, por esa razón, a la polis le corresponde el concepto de “comunidad perfecta”,
porque responde a la naturaleza humana y disfruta de independencia total. La polis es
complemento y perfección del hombre.

Con respecto a su tipología, la polis es una ciudad- estado pequeña, asentada en un territorio
que añade al conjunto urbano una extensión de campo dependiente. Cada polis tiene su
propia “poleteia” (lo que hoy en día llamamos constitución), es decir, su propia organización o
estructura. Sin embargo no refiere a una constitución escrita, sino a la que se encuadra en el
de la constitución real o material.

Uno de los aportes históricos más fundamentales de la polis griega es la participación activa de
los ciudadanos en la política, en el quehacer político del estado. Hasta ese momento, el
gobierno de los estados que existían se concentraba en una sola persona o en muy pocas, los
ciudadanos no podían intervenir en la actividad política de su estado. La polis muestra por
primera vez la libertad política de los griegos por medio de la participación que se les concede
a los ciudadanos en las asambleas y magistraturas.

Cada polis tiene su asamblea o reunión de los ciudadanos donde se votan las leyes. En Atenas,
por ejemplo, se discutían previamente y de ahí surgía el desarrollo y el valor de la oratoria;
mientras que en Esparta se aprobaban o se rechazaban por sí o por no. A este sistema de
participación política se le llamó democracia directa, respondía a la idea de que la política era
una actividad de todos, un quehacer público. En Atenas se puede observar un acceso
indiferenciado y posible para todos a esas magistraturas a través del sorteo. Según Touchard,
la participación de todos por igual en la política se llama “isegoria”, y la participación de todos
en el poder se llama “isocratia”.

A pesar de que Grecia practicaba la libertad política de los ciudadanos, ignoraba a su vez la
“libertad civil”, es decir la libertad personal, los derechos subjetivos del hombre frente al
estado. El hombre no tenía una libertad personal o de autonomía oponible al estado, si bien
los ciudadanos votaban la ley, la ley podía andarles o prohibirles cualquier cosa. Gettell opina
que el estado no tenía límites en su actividad y que podía regular hasta los detalles más
pequeños de la vida; las ideas de que el estado existe para garantizar los derechos de los
ciudadanos o que los ciudadanos tienen derechos que el estado debe respetar, eran
desconocidas en el pensamiento griego.
La forma de gobierno planteada por Aristóteles, es la que ha conseguido mayor tradición y
manejo. Describe a dos grandes grupos de formas: las puras y las impuras dependiendo del fin
que procura el gobernante. Formas puras son las que tienden al fin natural del estado que es el
bien común o bien de todos. Formas impuras son las que se desvían de ese fin y buscan un fin
particular o parcial. Una vez realizada esta división, Aristóteles ubica entre las formas puras
una subdivisión basada en el número de los gobernantes que ejercen el poder para el bien
común: la monarquía es el gobierno de uno solo, la aristocracia de pocos y la democracia de
todos. Cuando estas formas se corrompen, nos hallamos con la tiranía, la oligarquía y la
demagogia: en la tiranía gobierna uno solo para el interés propio, en la oligarquía gobiernan
unos pocos para el interés solamente de los ricos, y en la demagogia gobierna el pueblo
únicamente en interés de los pobres o desposeídos.

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