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Clase 1
La creciente organización racional-funcional de la sociedad moderna favorece por fuerza solo la racionalidad
funcional, es decir, la organización de las conductas de los miembros de una sociedad en ciertos terrenos y
no exige en igual medida la racionalidad sustancial, o sea, la facultad de actuar en situaciones dadas con
capacidad de juicio en base a una inteligencia propia de las conexiones (Brie).
Esta organización generalizada racional-funcional dominante produce un efecto “paralizador” del juicio
propio; parecería que la esencia de la racionalidad funcional es eximir al individuo medio del pensamiento,
de la inteligencia, de la responsabilidad, y traspasar esas facultades a los individuos que dirigen la
racionalización de la sociedad.
Cuanto más se acentúa la división del trabajo y la organización global concomitante, tanto más hay un mayor
número de esferas de la actividad humana que se hacen funcionalmente racionales y, con ello, calculables
de antemano; esto lleva consigo una exigencia de auto-racionalización en el individuo, que se define como
el control sistemático de los impulsos que el individuo tiene que proponerse de antemano cuando los quiere
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operar o ser insertado en una estructura objetiva de actividad racional, y que le exige al individuo un esfuerzo
de reflexividad (auto-organización) y que no es sino parte de ese proceso de auto-conformación de la
persona al proceso de organización racional-funcional, determinado por quienes planifican.
Lo que se pretende rescatar es la categoría “capacidad de juicio propia”. En efecto, queda planteado el
problema de cómo educar la inteligencia para que conozca la realidad de las cosas, y de acuerdo a ellas se
ordene.
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Se utilizará el término hábito por dos razones: a) porque desde la antigüedad clásica se ha atribuido siempre
a los hábitos un peso esencial en la educación y b) porque la experiencia cotidiana nos dice que los buenos
hábitos facilitan enormemente el desenvolvimiento de la existencia humana.
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La tradición filosófica occidental ha distinguido siempre dos acepciones del concepto de ciencia: la ciencia
objetivamente considerada, como desenvolvimiento de proposiciones acerca de un objeto y que expresan
sistemática y metódicamente una relación causal; y la ciencia subjetivamente considerada, como disposición
y perfeccionamiento de nuestra inteligencia en relación a un objeto. Hay correspondencia entre ambas; la
primera se da en la medida en que se haya dado, de alguna manera, la segunda.
El hábito es propiamente una forma permanente o una cualidad de una potencia. Es una cualidad difícilmente
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removible y que se utiliza cuando se quiere. Se adquiere un hábito por la repetición de los actos o por el
ejercicio. Los hábitos son necesarios para lograr tres características en el obrar: la firmeza, la prontitud y la
deleitación.
Cuando se habla del pensar riguroso como hábito o de la ciencia como hábito, se habla de una forma
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permanente que el individuo va generando, de encarar los problemas del orden especulativo o del orden
práctico que se le presentan al entendimiento, que tiene como fin el esclarecimiento o solución de dichos
problemas, de acuerdo a los principios lógicos del recto pensar. Entonces, ¿cuáles son los actos o
procedimientos que deben ejercitarse para lograr los hábitos del recto pensar? El hábito de pensar
rigurosamente se adquiere o afianza en la medida en que se ejerciten ciertos procedimientos u operaciones
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es decir, una idea que postula una unidad del conocimiento.
Los principios sistematizadores acerca de un objeto o conjunto de objetos pueden ser diversos. En
cualquier caso, debe siempre explicitarse el principio ordenador del que se parte.
El saber sistemático es un saber deliberado, opuesto al espontáneo. Comte hacía notar que la idea
de sistema implicaba no solo la idea de orden, sino también la idea de acción intencional, opuesta a
la mera espontaneidad.
Los criterios de sistematización de los conocimientos varían en cada sujeto y en cada ciencia en la
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medida que el conocimiento progresa.
5) La crítica. Una evaluación que puede ser positiva o negativa. Comportamiento específico de nuestro
entendimiento por el que somete un juicio a una prueba de validez, con instrumentos considerados
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válidos en un momento dado.
El arte de la apreciación. Permite distinguir lo verdadero de lo falso, lo valioso de lo que no es valioso.
Cada ciencia y disciplina científica progresan en la medida en que afinan instrumentos metodológicos
y críticos para avanzar a partir de la experiencia del error.
6) La síntesis. Toda ciencia aspira, por fuerza de su propia dinámica, a síntesis cada vez más generales,
más inclusivas. Hablamos de síntesis en el sentido de una tendencia, de un esfuerzo del
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entendimiento por lograr visiones lo más inclusivas posibles de todos los conocimientos, y no
precisamente de un conocimiento acabado y definitivo.
La síntesis, en el sentido aquí considerado, es un tipo de relación totalizante. No es resumen.
Por aprender se entiende el conjunto de cambios de conducta relativamente estables y duraderos originados
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en la experiencia. Nadie habla de aprender hábitos; los hábitos no se aprenden, sino que se generan, o sea,
los produce el mismo sujeto a través de la repetición de los actos.
Una fuerte motivación o una vivencia puntual profunda pueden acelerar la generación del hábito hasta el
punto de que un solo acto, o muy pocos, produzcan el hábito.
Para generar en quien aprende la capacidad propia de juicio, hay que dar mayor espacio y mayor importancia
Karl Mannheim afirma que la sociedad moderna, estructurada y organizada de una forma crecientemente
racional-funcional, en lugar de conducir a los hombres a comportamientos cada vez más substancialmente
racionales, paradójicamente los lleva a conductas cada vez más irracionales, con la consiguiente
multiplicación de conflictos y su exacerbamiento, los cuales, cuando toman carácter estructural y no tienen
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individuo tiene que proponerse de antemano cuando los quiere operar o ser insertado en una estructura
objetiva de actividad racional, y que le exige al individuo un esfuerzo de reflexividad (auto-organización) y
que no es sino parte de ese proceso de auto-conformación de la persona al proceso de organización
racional-funcional, determinado por los que planifican.
La capacidad de juicio propia es una gran ausente en nuestra sociedad. Es solo a través de la educación
que se podrá poner un dique a este proceso de deterioro.
Mannheim concibe a la educación como un fenómeno social básico y central en la configuración de la vida
de convivencia.
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En el ámbito de la educación superior o universitario, pero extensible en su medida a los otros niveles, se
dan tres tendencias: la pérdida creciente del sentido de los saberes estrictos; la pérdida de la necesaria
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subalternación de las ciencias; la creciente pérdida del fin propio que legitimó en su momento el surgimiento
de las universidades en el medioevo.
Aristóteles había señalado que la mente humana puede perfeccionarse de dos maneras: primero, por el
conocimiento del objeto, es decir, por la adquisición de la ciencia acerca de un objeto; segundo, por el
conocimiento del método adecuado al estudio del objeto. Por el primer camino se llega a poseer un cúmulo
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determinado de conocimientos sobre el objeto; por el segundo, en cambio, se tiene la posibilidad de ampliar
indefinidamente los conocimientos. Es a este segundo tipo de conocimiento al que nos referimos al hablar
de hábitos del entendimiento o del pensamiento riguroso.
El hábito es propiamente una forma permanente o una cualidad de una potencia, corno principio productos
de actos, caracterizados precisamente por su permanencia.
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La ciencia es un producto del hombre, y desde esta perspectiva se inserta en el mundo de la cultura, es
decir, en el universo de los productos del hombre y, por lo tanto, se constituye en un hacer cuyos resultados
serán las teorías científicas.
Sin embargo, el poseer de alguna manera los hábitos intelectuales no implica necesaria o mecánicamente
la generación de nuevos conocimientos, o el buen uso del conocimiento.
Hablar del pensar riguroso como hábito o de la ciencia como hábito, es hablar de una forma permanente
que el individuo va generando de encarar los problemas o interrogantes del orden especulativo o del orden
práctico que se le presentan al entendimiento, que tiene como fin el esclarecimiento o solución de dichos
problemas, de acuerdo a los principios lógicos del recto pensar.
El pensamiento riguroso se genera en la medida en que se generen los hábitos de definir rigurosamente,
distinguir, etc.
Clase 2
La abogacía es una profesión regulada por el Estado, entre otras, porque su ejercicio puede comprometer
el interés público poniendo en riesgo de modo directo la salud, la seguridad, los derechos, los bienes o la
formación de los habitantes.
De acuerdo al Anexo C de la Res. 3401/14, las actividades profesionales reservadas al título de abogado
son las siguientes:
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La carrera de abogacía de la UBA cuenta con un perfil de graduado. Así, estos desarrollarán un perfil acorde
con las siguientes características profesionales:
1) Capacidad para conocer sustancialmente el derecho positivo y las grandes categorías del derecho.
2) Capacidad para resolver problemas profesionales complejos, pensar, razonar y argumentar con
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espíritu crítico, manejar con precisión el lenguaje técnico y diseñar y proponer soluciones jurídicas
originales ante nuevas exigencias del ejercicio profesional.
3) Capacidad para el análisis de las decisiones y prácticas judiciales.
4) Capacidad para reconocer las necesidades sociales en relación con las transformaciones del
derecho en un contexto de Estado social y democrático de derecho y de compromiso con la
promoción de los DDHH.
5) Habilidad para analizar críticamente el sistema jurídico e incentivar el interés para emprender
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proyectos y trabajos de investigación jurídica con metodología apropiada.
6) Capacidad de evaluar axiológicamente las diversas interpretaciones que la norma permite efectuar.
7) Capacidad de desempeñarse de manera humanística y ética.
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8) Capacidad para reconocer la apertura hacia otros campos de conocimiento.
9) Capacidad específica para la elaboración de normas jurídicas.
Se pronostica que las instituciones pasadas de moda, al igual que las empresas comerciales no
competitivas, serán barridas por un cambio tecnológico radical.
Con el teletrabajo se rompe la barrera geográfica.
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ahogada por un torrente de citas y precedentes innecesarios, para la diáfana compresión de la verdad
material y legal que puede asistir al litigante.
Don Ángel Osorio y sus diez máximas: 1) no pasar por encima de un estado de tu conciencia; 2) no afectes
una convicción que no tengas; 3) no te rindas ante la popularidad ni adules a la tiranía; 4) piensa siempre
que tun eres para el cliente y no el cliente para ti; 5) no procures en los tribunales ser más que los
magistrados, pero no consientas en ser menos; 6) ten fe en la razón, que es lo que en general prevalece; 7)
pon la moral por encima de las leyes; 8) aprecia, como el mejor de los textos, el sentido común; 9) procura
la paz como el mejor de los triunfos; 10) busca siempre la justicia por el camino de la sinceridad y sin otras
armas que las de tu saber.
En las profesiones, la ciencia no es más que un ingrediente. En el abogado, la rectitud de la conciencia es
mil veces más importante que el tesoro de los conocimientos. La prueba de fuego de la rectitud del abogado
es la del momento de aceptar o rechazar una causa. Los conflictos son diversos. Entre ellos se encuentran
los asuntos en que esa instancia moral (conciencia) nos indica que existen dudas sobre la moralidad
intrínseca de la causa; sobre la moralidad de los medios inevitables para sostenerla; sobre la licitud o ilicitud
de los razonamientos, es decir, sobre la tergiversación de los hechos y la estafa procesal; sobre la oposición
del interior del abogado y el de su cliente; sobre si la función es abogado es servir a la justicia o la de servir
al cliente.
El abogado tiene por tarea velar por el triunfo de la verdad y la justicia.
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Podría decirse que la abogacía es una magistratura al servicio de la república democrática.
El derecho es un medio y la justicia un fin, y los ardides jurídicos pueden ser eficaces, pero no son justos.
El Código de ética del Colegio Público de Abogados de CABA establece que es misión esencial de la
abogacía, el afianzar la justicia y la intervención profesional del abogado, función indispensable para la
realización del Derecho; que es deber del abogado preservar y profundizar el Estado de Derecho fundado
en la soberanía del pueblo y su derecho de autodeterminación; que es consustancial al ejercicio de la
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abogacía la defensa de los DDHH, entendidos como la unidad inescindible de los derecho civiles y políticos,
y derechos económicos, sociales y culturales conforme los contenidos en la CN, y de las declaraciones,
cartas, pactos y tratados internacionales ratificados por la República Argentina. Por último, que es contrario
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y violatorio de los deberes fundamentales del ejercicio de la abogacía, el prestar servicio a la usurpación del
poder político, aceptando ingresar a cargos que impliquen funciones políticas, o a la magistratura judicial.
Como deberes fundamentales inherentes al ejercicio de la abogacía, el Código establece, entre otros, el
utilizar las reglas del derecho para la solución de todo conflicto fundamentado en los principios de lealtad,
probidad y buena fe; abstenerse de publicitar sus servicios sin la mesura y el decoro exigidos por la dignidad
de la profesión o en base al monto de los honorarios a percibir, o que pueda inducir a engaño; desechar
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toda influencia política o cualquier otra situación excepcional; respetar rigurosamente todo secreto
profesional y oponerse ante los jueces u otra autoridad al relevamiento del secreto profesional, negándose
a responder las preguntas que lo expongan a violarlo. Solo queda exceptuado cuando el cliente así lo
autorice o si se tratare de su propia defensa; defender el derecho a la inviolabilidad del estudio jurídico y de
los documentos que le hubiesen sido confiados.
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Todo abogado debe respetar la dignidad de sus colegas y hacer que se la respete. No debe compartir la
maledicencia del cliente hacia su anterior abogado, ni respecto del que represente o patrocine a la
contraparte. Debe abstenerse de expresiones indebidas o injuriosas respecto de sus colegas, así como
aludir a antecedentes personales, ideológicos, políticos o raciales que puedan resultar ofensivos o
discriminatorios. Los sentimientos hostiles que puedan existir entre los clientes no deben influir en la
conducta y disposición de los abogados entre sí. Debe dar aviso fehaciente al colega que haya intervenido
previamente, en el caso de reemplazarlo o participar en la representación, patrocinio o defensa; no debe
tratar ni arribar a ningún tipo de convenio o acuerdo con personas patrocinadas y/o asesoradas por otro
colega, sin la intervención o conocimiento de este; debe abstenerse de realizar acciones para atraer asuntos
o clientes de otro abogado, de utilizar o aceptar la intervención de gestores o corredores para captar clientes;
y cumplir estrictamente con los acuerdos que realice con sus colegas.
Debe abstenerse de disponer de los bienes o fondos de su cliente, aunque sea temporalmente, rindiendo
cuenta oportuna de lo que perciba; poner en conocimiento inmediato de su cliente las relaciones de amistad,
parentesco o frecuencia de trato con la otra parte, o cualquier otra circunstancia que razonablemente pueda
resultar para el cliente un motivo determinante para la interrupción de la relación profesional, proporcionar a
su cliente información suficiente acerca del Tribunal u organismo donde tramite el asunto encomendado, su
estado y marcha, cuando así se lo solicite, en forma y tiempo adecuados; abstenerse de representar,
patrocinar y/o asesorar, simultánea o sucesivamente, intereses opuestos, en la misma causa.
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falseen la opinión o el fallo invocados, como realizar falsas transcripciones de resoluciones judiciales o
escritos del contrario.
La abogacía implica una función de carácter público y el abogado es un colaborador del juez y un auxiliar
de la justicia, en grado tan alto que la justicia no podría funcionar si no existiesen los profesionales del
derecho.
Según Calamandrei, el abogado es un elemento integrante de la organización judicial, un órgano intermedio
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entre el juez y la parte, en el cual el interés privado de alcanzar una sentencia favorable se concilia con el
interés público de alcanzar una sentencia justa.
La actividad del abogado y la del juez generar espontáneamente un recíproco control que resulta beneficioso
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para la administración de justicia.
Bielsa se inclina porque los colegios de abogados funcionan teniendo en miras el interés público, con
competencia sobre la admisión por grados de estudios cursados y la disciplina según normas de ética.
La profesión legal siempre ha reclamado, como elemento esencial, independencia de cuanto pudiera
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La profesión legal tiene por función eminente la de servir al derecho. A ella le está confiada la defensa en
juicio de los litigantes y la de auxiliar de la justicia en la protección de la dignidad humana. Además, la de
constituir un elemento orientador y purificador de la vida judicial. Estas funciones determinan el carácter
público de la abogacía.
Los profesionales del derecho garantizan, con su intervención, la seriedad del proceso y libran a la justicia
de la mala fe.
El abogado participa en la creación del derecho judicial a través de su actuación profesional, por la índole y
naturaleza de sus conocimientos, en directa relación con el tipo de organización política y jurídica en la que
actúa, y en particular, con la que corresponde al Estado de Derecho. También interviene e influye en las
distintas instancias de las que emanan las decisiones que orientan el proceso social. Desde esta perspectiva,
el abogado no solo contribuye a la permanencia de los distintos ordenamientos jurídicos, sino que gravita
en el cambio del orden social; y a través de sus consejos, induce pautas de la progresiva configuración de
una forma de vida individual y social más armónica, racional, justa y libre.
La finalidad ética del derecho, en cuyo logro todo abogado debe estar comprometido, es la realización de
aquellas condiciones sociales de vida que tiendan a asegurar, en forma real, la inviolabilidad de la dignidad
del ser humano.
En los países con democracias débiles, enfermas, inestables, recién nacidas o en transición, es función del
abogado trabajar en la consolidación del Estado de Derecho. Estado de Derecho que tiene por finalidad el
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El abogado es un defensor de la vida, la libertad, los derechos humanos, la seguridad individual y colectiva.
Su conducta y acción solo pueden ser juzgados por sus pares en juicio imparcial, y los miembros del tribunal
de conducta deben surgir de la elección de todos los abogados, legalmente colegiados, depositarios del
autogobierno de la matrícula y del poder disciplinario. No puede esa conducta estar subordinada al
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monopolio ideológico del sector gobernante, ni al programa de un partido.
Así como no puede ni debe dejar de reaccionar ante la violación de la ley, la arbitrariedad, la inhumanidad y
la injusticia, tampoco puede ni debe realizar acto alguno que perjudique a su país, lo mantenga en el atraso,
la ignorancia o la miseria.
La Argentina tiene derecho a determinar su destino, como mecanismo de defensa contra la agresión de las
potencias altamente desarrolladas, y una elemental forma de alcanzar el desarrollo, para hacer real la
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libertad y la justicia. Como una forma de hacer posible un cambio en las instituciones e ideas, sobre la base
de que el objeto de las acciones humanas, al producir riquezas, es el beneficio de la sociedad como tal y no
el provecho de un reducido número.
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El abogado – Bieger
Pese a las molestias que generan los abogados, resultan necesarios.
La función inmediata del abogado es intentar ganar el pleito, que es para lo que se le contrata. De ello se
sigue, en teoría, que los abogados auxilian a que se aplique eficazmente el derecho. El abogado es un
colaborador del juez porque labora en su lugar para recoger los materiales del litigio, traduciendo en lenguaje
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técnico las fragmentarias y desligadas afirmaciones de la parte, sacando de ellas la osamenta del caso para
presentarlo al juez en forma clara y precisa y en los modos procesalmente correctos. El juez, entonces, llega
a estar en condiciones de ver, sin perder tiempo, el punto vital de la controversia que está llamado a decidir.
Por tanto, defendiendo el interés particular de su cliente, el abogado colaboraría de forma mediata al bien
común. En este sentido, desempeñaría una función pública: sería un servidor del bien público.
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En la visión mayoritaria, solo existe una solución justa, recogida en la ley, y si un abogado triunfa en hacer
que el juez se incline por otra solución, ello se deberá necesariamente a sus malas artes, o a una grave
torpeza por parte de su oponente.
Sin embargo, esto no es así. Dada la cantidad de conflictos posibles en cualquier sociedad, para prever toda
casuística, la ley debería tener una extensión prácticamente infinita. Razón por la cual, la ley es abierta,
sienta principios generales y, a la vez, esos principios generales entran con frecuencia en colisión. No se
produce, por tanto, en realidad, salvo en contados casos, una subsunción del supuesto en la norma: en lugar
de ello, lo que tiene lugar es una integración del caso con las diversas normas que le son potencialmente
aplicables, para arribar a la construcción de la solución que el juzgador cree más equitativa, de conformidad
con su personal sistema de valores.
La función es los abogados es, simplemente, proporcionar al juez las soluciones posibles, todas conformes
con el ordenamiento, para que el juzgador escoja, a si gusto, cuál encuentra más equitativa. Lo mismo ocurre
cuando el abogado desarrolla una función consultiva: estará advirtiendo a sus clientes cuáles son, a su modo
de ver, las soluciones posibles, y por cuál cree más probable que, en principio, se decante un juez.
Por tanto, los abogados desempeñan una función pública, aunque no en los términos que normalmente se
cree: los abogados auxilian en la resolución de los conflictos sociales.
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• La gestión.
El abogado puede ejercer su oficio en medios diversos. Puede hacerlo, en primer lugar, en un despacho
artesanal. Este tipo de firma presenta, a su vez, variedades: el abogado trabaja solo; el abogado trabaja con
unos pocos pasantes; los pasantes son hijos u otros allegados del abogado.
Otro modelo también artesanal es el despacho en el que unos pocos compañeros comparten nombre y
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especialidad, con un reparto de ingresos y gastos; o bien no se comparte la especialidad y el acuerdo
consiste simplemente en compartir gastos y, quizás, en remitirse asuntos de forma cruzada, según las
especialidades respectivas.
Frente a estos modelos tradicionales, vienen creciendo los despachos “industriales” en los que trabajan
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decenas de abogados, estructurados por especialidades y por niveles de formación. Para los socios, la
principal ventaja es que se apropiarán de la plusvalía, obteniendo mucho más de lo que obtendrían
trabajando solos. Además, pueden repartirse las tareas de modo acorde con las inclinaciones naturales de
cada uno, sin verse obligados a ser, como el titular de un despacho artesano, todoterreno. A su vez, los
riesgos también son claros: cuando un socio baja el ritmo y no es productivo como el resto, es expulsado.
En cuanto a los asociados, cuentan con una retribución estable y más alta que la que obtendrían por su
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cuenta, tienen una formación excelente y acceso a asuntos que no podrían conocer fuera de estos
despachos, y tienen una magnífica oportunidad de hacer carrera. En cuanto a los clientes, tienen equipos
amplios, especialistas en todos los ámbitos y control de calidad del servicio global por parte de la firma. Pero
el riesgo es la propensión de algunos de estos despachos a delegar en exceso asuntos delicados en manos
de sus profesionales más baratos para maximizar el beneficio.
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Por último, el tercer medio en el que el abogado puede ejercer su actividad es la empresa. Tienen un solo
cliente, pero este es su jefe.
A principios del SXIX se decía que los abogados eran conservadores. Esto era por su uniforme extracción
social: lógicamente, los cachorros de la burguesía habían de ser sus defensores. Pero, al menos en nuestro
país y el surgimiento de la clase media en los años sesenta, las cosas cambiaron: provienen de todo el
espectro socioeconómico.
En segundo lugar, se dice que son un cuerpo social reaccionario a causa de su mera actividad, que defiende
el orden establecido. Sin embargo, los abogados se hallan con frecuencia entre los grupos sociales que
impulsan las reformas legales.
El abogado en ejercicio aprende enseguida qué es el derecho: lo que dispone la ley positiva o lo que dicen
los jueces.
¿Qué hace a un buen abogado? Tiene una capacidad todoterreno para ser orador, oyente, escritor, etc.;
para él, lo determinante es lo que diga el juez; capacidad de persuasión; familiarización con la norma
aplicable.
¿Qué hace a un abogado exitoso? Inspirar confianza al cliente.
Los robots y las plataformas de internet de servicios legales ya están ofreciendo muchos servicios rutinarios
que hoy en día ofrecen los abogados.
Hoy día, es muy difícil para una persona de bajos ingresos contratar a un buen abogado. No es casual que
hayan surgido plataformas de internet ofreciendo servicios legales más baratos y que estén creciendo a
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pasos agigantados.
Se argumenta que las plataformas de servicios legales virtuales se dedican a tareas rutinarias y no
amenazan los empleos de los abogados que se ocupan de casos más complejos.
Las plataformas reemplazarán cada vez a más abogados y jueces porque las cortes en todo el mundo no
se dan abasto con los casos pendientes y cada vez menos empresas y personas están dispuestas a esperar
meses y años para la resolución de sus disputas.
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Se concluyó en un estudio que las áreas del trabajo de los abogados que se automatizarán a más corto
plazo serán las de revisión de documentos, la búsqueda de antecedentes de casos legales, y el análisis
predictivo de las posibilidades de ganar casos.
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Los algoritmos también pueden ser imperfectos, pero, según los autores, los robots se equivocan menos.
Los abogados podrán ofrecer sus servicios a toda la población a muy bajo costo, pues solo tendrán que
supervisar los borradores de documentos legales producidos por los robots. Los algoritmos se encargarán
de las tareas más tediosas de su trabajo.
Asimismo, siempre habrá la necesidad de contratar abogados humanos para interpretar leyes con reformas,
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o anticiparse a las modificaciones en las leyes. Las máquinas inteligentes operan sobre información
existente.
Los abogados hacen algo más que analizar casos legales: crean un vínculo con sus clientes, que lleva a
relaciones de confianza que les permiten ver los intereses a largo plazo.
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más o menos puestos de trabajo; ello depende, sencillamente, del entorno institucional y de política
económica con que los distintos países enfrentan los desafíos del cambio tecnológico y de un mundo cada
vez más globalizado.
Además, se puede constatar una disminución radical de la extrema pobreza, la mortalidad infantil y la
desnutrición, lo que ha llevado a un aumento notable de las expectativas de vida en los países menos
desarrollados.
En los países latinoamericanos se crea trabajo, y mucho, pero lamentablemente no trabajos de más alta
productividad o, al menos, no en cantidades suficientes como para mejorar la tasa general de productividad
laboral. Esto explica los niveles bastante estancados o simplemente en declive del ingreso per cápita.
Habitualmente circula la idea de una creciente desigualdad global. Sucede todo lo contrario.
El problema de los que fracasan no radica ni en la globalización ni en diversos organismos internacionales
ni en la libertad de comercio ni en la tecnología. Es la calidad y confiabilidad de sus instituciones y políticas,
la apertura y capacidad de adaptación ante un entorno en rápido cambio, así como la seriedad de su
capitalismo, el respeto a la libre empresa, a la propiedad honestamente ganada y, en general, al esfuerzo
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No hay que olvidar aquellos grupos y organizaciones directamente interesados en manipular la opinión
pública a fin de promover sus intereses particulares. Estos son de gran importancia en América Latina.
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Nada es seguro o definitivo en este escenario de cambio permanente que es una economía basada en la
libertad de quienes participan en ella.
Clase 3
Hace años se desarrollan investigaciones y técnicas para reducir a su mínima expresión el uso de la violencia
en la resolución de conflictos internacionales, pero, a su vez, se ha avanzado poco en igual dirección para
convertir en más pacífica la vida social en el interior de los Estado.
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Las sociedades modernas prohíben a sus integrantes que usen la violencia, pero los facultan a solicitar a
los jueces su aplicación.
Tanto Weber como Kelsen han descripto al derecho como un monopolio de la violencia en manos de la
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comunidad que delega la administración y ejercicio en los jueces.
Los jueces, dentro del marco de la división del trabajo social, constituyen una clase experta en la que la
comunidad confía para que no haya un uso arbitrario de la fuerza.
Así, se ponen de manifiesto dos fenómenos: 1) la existencia de conflictos entre posiciones antagónicas e
incompatibles, en aquellas situaciones que el derecho declara permitidas a ambas; 2) el carácter violento
del método judicial y la necesidad de reducir su uso a medida indispensable mediante la utilización de otras
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métodos que no emplean la violencia monopolizada. Además, los miembros de la sociedad tienen, entre sus
postulados, la asunción de que un sector especializado e independiente de la sociedad ha de cumplir dos
funciones esenciales: 1) definir, en última instancia, el contenido de las normas que expresa el lenguaje del
legislador (las leyes solo dicen lo que los jueces dicen que ellas dicen); 2) ser el responsable de que los
otros órganos del sistema, creados por el derecho, también lo cumplan y ajusten su desempeño a la CN y
las leyes.
El ordenamiento jurídico resulta ser la más antigua de las estrategias disuasivas de prevención de conflictos
y solo uno de los métodos disponibles en la sociedad moderna para la administración y resolución de
conflictos.
Freund (referente de la polemología en Francia) define al conflicto en general en estos términos: el conflicto
consiste en un enfrentamiento o choque intencional entre dos sectores o grupos de la misma especie que
manifiestan los unos hacia los otros una intención hostil, generalmente acerca de un derecho, y que, para
mantener, afirmar o restablecer el derecho, tratan de romper la resistencia del otro, usando eventualmente
la violencia, la que podría llevar al aniquilamiento físico del otro.
De esta definición, surge el conflicto como una relación social, que excluye al conflicto con uno mismo.
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percibido) o no percibiéndolos, los hechos de la realidad generan dicha incompatibilidad (conflicto real).
Calcaterra define al conflicto como la relación social de desacuerdo entre bandos de composición simple o
múltiple, integrados por actores individuales o por una simple pluralidad de actores o por actores colectivos
organizados de hecho o de derecho, cohesionados o, en su caso, sus fragmentaciones, que persiguen metas
u objetivos incompatibles y que deben tener conciencia de estar en conflicto como condición de operatividad
de este.
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El sistema jurídico es una técnica de motivación social. Representa un progreso indiscutible en la
organización de la sociedad estatal que, al retener y administrar centralizadamente el monopolio de la fuerza,
excluye a sus miembros del uso privado de la violencia.
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El derecho es un sistema de normas que cumple el doble rol de disuadir conductas declaradas prohibidas y
de brindar apoyo a sus miembros para resolver conflictos, poniendo a disposición de uno de los bandos
conflictuantes, en determinadas situaciones, la fuerza monopolizada por la comunidad a ese efecto.
Esta metodología de resolución de enfrentamientos entre los miembros de una sociedad estatal, o entre ella
y algunos de sus miembros, no está disponible en todos los enfrentamientos posibles, sino en aquellos que
la comunidad selecciona sobre la base de criterios axiológicos de preferencia y mediante procedimientos
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en una relación social se enfrentan dos pretensiones incompatibles, sus miembros se preguntan sobre quién
“tiene razón” para el derecho. Tratan de saber cuál de los miembros enfrentados es titular de un derecho y
cuál está obligado.
En algunos supuestos puede definirse que una parte tiene derecho y la otra está obligado. En esos casos,
la sociedad ha asumido el problema y ha protegido a una de las partes pretensoras, poniendo a cargo de la
Cuando hemos aceptado la validez de un sistema normativo autónomo de orden moral, ético, religioso o
propio de una comunidad como ocurre en los ámbitos profesionales, deportivos o de negocios, y creemos
que ese sistema nos impone deberes religiosos, éticos, morales o comunitarios frente al pretensor que nos
reclama, reconocemos estar en conflicto pese a no tener obligación jurídica.
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Las conductas prohibidas son definidas como aquellas que constituyen el hecho antecedente de la sanción
de la norma.
La clase conductas prohibidas deja fuera de su ámbito a las conductas no sancionadas, que se llaman
permitidas.
A su vez, la clase conductas permitidas se divide en dos subclases: conductas no obligatorias y conductas
obligatorias. Estas últimas resultan definidas como el opuesto contradictorio, en términos lógicos, de las
conductas prohibidas.
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Subsiste un amplio espacio donde el derecho deja a los ciudadanos en libertad de confrontar, ya que no
prevé proteger la pretensión de uno, poniendo a cargo del otro la obligación de satisfacerla. Es en este
espacio donde se producen los conflictos entre pretensiones incompatibles pero igualmente permitidas, es
decir, no prohibidas porque no están amenazadas con sanción por el ordenamiento.
La mayor parte de las disputas entre particulares no se dan entre una pretensión legítima y otra ilegítima.
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recurre al uso o a la amenaza de la fuerza.
La sanción, que en las normas está prevista como la consecuencia de determinada conducta (antijurídica),
es un acto que deben realizar los jueces o sus ejecutores, y cuyas múltiples variantes tienen, sin embargo,
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dos notas esenciales en común: a) consisten siempre en una privación de algo valioso; y b) están siempre
previstas como susceptibles de ser aplicadas con independencia de la voluntad del sancionado y aún contra
ella, mediante el uso de la fuerza, por disposición del juez, en caso de resistencia.
Es correcto sostener que el derecho genera paz social cuando monopoliza la fuerza y prohíbe a los
particulares usarla en forma directa. Sin embargo, las relaciones entre los miembros de la sociedad son más
pacíficas y armónicas si, para resolver sus conflictos, no recurren al uso o amenaza de la fuerza centralizada
LA
En 1965, Galtung pudo ofrecer como resultado de sus investigaciones un inventario de doce métodos,
violentos y pacíficos, de resolución de conflictos: juegos de azar; ordalías; oráculos; combate sin
limitaciones; guerra limitada; duelos verbales; duelos privados; debates judiciales; debates; mediación y
FI
arbitraje; tribunales; votaciones. Entelman pone el foco sobre los dos últimos.
A las votaciones, generalmente, se las concibe como una forma de participación en el poder. Significan
excluir la violencia como método de solución y adoptar una resolución pacífica, institucionalizada y
reglamentada.
El sistema jurídico es un método de resolución de conflictos que trata de excluir el uso de la violencia por
los particulares. Sin embargo, tal exclusión no importa eliminar totalmente el uso de la violencia, porque esta
queda reservada en el estado moderno a los órganos judiciales encargados de administrar la fuerza
sustraída a los particulares, en términos reglamentados por el mismo sistema.
Para evitar la conducta A, se amenaza a quien la realiza con una sanción. Y, lo que es lo mismo, para
obtener una determinada conducta X, se amenaza con una sanción a quien realice la conducta contraria.
Esta técnica indirecta supone la amenaza del uso de la fuerza e implica en la realidad histórica el uso
concreto de la fuerza.
Este sistema solo prohíbe a los particulares el uso de la fuerza, pero no la amenaza de recurrir a ella,
solicitando al juez su aplicación.
El monopolio de la fuerza por la comunidad no significa en absoluto autorizar a los jueces para utilizar esa
fuerza en favor de cualquier pretensión contra cualquier oposición.
A mismo tiempo que se establece un sistema de amenazas contenidas en normas jurídicas, se definen las
metas legítimas al servicio de cuyo logro el sistema está dispuesto autorizar el uso de la fuerza. Esto se
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Lagunas legales > no siempre la ley contiene normas que puedan ser aplicables a determinados casos o
problemas de hecho, es decir, existen problemas que no pueden ser subsumidos en una norma legal.
Está prohibido a los jueces, so pena de incurrir en responsabilidad, dejar de resolver alegando el silencio o
la omisión legislativa. Dificultad que han de salvar mediante la aplicación analógica de otras leyes, de los
principios generales del derecho o de la simple equidad.
En materia penal, sin embargo, las lagunas legales no pueden ser sustituidas ni por aplicación analógica ni
por el recurso a los principios generales del derecho ni por los conceptos derivados de la equidad, porque
en ese fuero se impone el principio fundamental de que no hay delito ni pena sin previa ley que los
establezca, de donde resulta la ineludible necesidad de absolver al imputado.
OM
Teoría de conflictos – Entelman
La teoría de conflictos adolece de la falta de un lenguaje construido que le sea propio, de una nomenclatura
suficientemente amplia y de un adecuado sistema de conceptos clasificatorios. Es probable que esa carencia
explique por qué se trata algún sector del universo de los conflictos, sin describirlos con las características
genéricas comunes a todos los otros y sin marcar sus diferencias con aquellos.
El ordenamiento jurídico resulta ser la más antigua de las estrategias disuasivas de prevención de conflictos
conflictos.
.C
y solo uno de los métodos disponibles en la sociedad moderna para la administración y resolución de
Freund define al conflicto en general en estos términos: el conflicto consiste en un enfrentamiento o choque
DD
intencional entre dos seres o grupos de la misma especie que manifiestan los unos hacia los otros una
intención hostil, generalmente acerca de un derecho, y que, para mantener, afirmar o restablecer el derecho,
tratan de romper la resistencia del otro, usando eventualmente la violencia, la que podría llevar al
aniquilamiento físico del otro.
Presenta al conflicto como una relación social. Para lograrlo, plantea un conjunto imaginario de opciones
que se ofrecen a un mismo individuo y las presenta como deseos concurrentes. Luego propone la elección
LA
entre las mismas alternativas, pero no ya como opciones dentro de la conciencia de un mismo individuo
(conflicto interno), sino como la elección a efectuar entre objetivos incompatibles de distintos integrantes de
una familia (conflicto con otro). Se excluye de la expresión conflicto al enfrentamiento de dos opciones que
provocan una elección dentro de la conciencia de un mismo sujeto.
Partiendo del pensamiento de Weber, muestra la relación social como el comportamiento recíproco de dos
FI
o más individuos que orientan, comprenden y resuelven sus conductas teniendo en cuenta las de los otros,
con lo que dan sentido a sus actos.
Los miembros de una relación social no solo realizan conductas recíprocas que de alguna manera tienen en
cuenta a los otros miembros. También ejecutan conductas independientes que son concebidas y resueltas
sin tomar en cuenta las conductas de los demás integrantes del grupo. Tales conductas independientes no
definen la existencia de una relación social. Las conductas recíprocas que nos interesan son las que se
condicionan entre ellas.
Serán relaciones de conflicto cuando los objetivos sean incompatibles, o todos o algunos miembros de la
relación los perciban como incompatibles. Cuando los objetivos no sean total o parcialmente incompatibles,
sino comunes o coincidentes, tendremos relaciones de acuerdo que, en lugar de conductas conflictivas,
generarán conductas cooperativas o coincidentes que pueden ser individuales o colectivas.
Esta definición solo denota las características del género supremo “conflicto en general” sin incluir las notas
definitorias de ninguna clase, especie o subespecie de conflicto.
El sistema jurídico como técnica de motivación social representa un progreso indiscutible en la organización
de la sociedad estatal que, al retener y administrar centralizadamente el monopolio de la fuerza, excluye a
sus miembros del uso privado de la violencia. El derecho es un sistema de normas que cumple el doble rol
de disuadir conductas declaradas prohibidas y de brindar apoyo a sus miembros para resolver conflictos,
poniendo a disposición de uno de los bandos conflictuantes, en determinadas situaciones, la fuerza
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OM
conductas posibles de los individuos que la integran quedan automáticamente clasificadas en dos grandes
categorías: conductas prohibidas y conductas permitidas. Las primeras son definidas como aquellas que
constituyen el hecho antecedente de la sanción de la norma.
La clase de conductas prohibidas o sancionadas deja fuera de su ámbito a las conductas no sancionadas o
permitidas. Son las conductas que alguien tiene derecho a realizar.
La clase conductas permitidas o no sancionadas se divide en dos subclases: conductas no obligatorias y
conductas obligatorias. Estas últimas resultan definidas como el opuesto contradictorio, en términos lógicos,
.C
de las conductas prohibidas.
Tener derecho a una acción, omisión o pretensión significa, en el sentido más amplio de la expresión, que
ello no está prohibido o sancionado. En otros contextos se dice que alguien tiene derecho a X si hay otro
DD
que tiene la obligación correlativa. Finalmente, en algunos usos, tener derecho significa no solo que otro
tiene obligación, sino que el titular del derecho es el único que dispone de la acción que pone en movimiento
el proceso judicial en que se impondrá la sanción a quien no cumplió la obligación.
Subsiste un amplio espacio donde el derecho deja a los ciudadanos en libertad de confrontar, ya que no
prevé proteger la pretensión de uno, poniendo a cargo del otro la obligación de satisfacerla. Es en este
espacio donde se producen los conflictos entre pretensiones incompatibles pero igualmente permitidas, es
LA
Las situaciones de conflicto son excepcionales dentro de las relaciones regidas por las normas de derecho.
Sencillamente porque, estadísticamente, los obligados cumplen sus obligaciones.
El sistema jurídico es un método violento y no pacífico de resolución de controversias. Violento, porque
recurre al uso o a la amenaza de la fuerza.
La sanción, que en las normas está prevista como la consecuencia de determinada conducta (antijurídica),
es un acto que deben realizar los jueces o sus ejecutores, y cuyas múltiples variantes tienen, sin embargo,
dos notas esenciales en común: consisten siempre en una privación de algo valioso (liberad, vida, cosas,
honores, atributos, distinciones); y están siempre previstas como susceptibles de ser aplicadas con
independencia de la voluntad del sancionado y aún contra ella, mediante el uso de la fuerza, por disposición
del juez, en caso de resistencia.
En la comunidad estatal, la sociedad monopoliza la fuerza y centraliza su uso en manos de órganos
especializados, los jueces.
El derecho genera paz social cuando monopoliza la fuerza y prohíbe a los particulares usarla en forma
directa. Sin embargo, las relaciones entre los miembros de la sociedad son más armónicas y pacíficas si,
para resolver sus conflictos, no recurren al uso o amenaza de la fuerza centralizada en el juez por delegación
de la comunidad. Esto requiere recurrir al manejo de técnicas de administración y de resolución, que
funcionan dentro del sistema conflictual (endógenas) o con participación de una múltiple gama de terceros
(exógenas) y no tienen a su disposición la colaboración del juez y de la fuerza física que él administra.
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OM
la administración de ese tipo de conflictos permitidos, generan en quienes los consultan la percepción de
que, en esos enfrentamientos, no tienen problema alguno.
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tiempos de globalización. El estado deja de ser el agente exclusivo del progreso y del desarrollo.
Se entiende como crisis a una puesta en tela de juicio.
Crisis del papel regulativo de las leyes. El pensamiento moderno acuñó una idea donde la ley era la
DD
expresión de la voluntad general. Se generaba en los parlamentos (representantes del pueblo) como
resultado de un proceso de deliberación, de razonamiento colectivo. Hoy la ley no tiene esas características.
Las leyes son sospechadas porque son sospechados los parlamentos. La sociedad no cree en los procesos
de cómo se construyen y aplican las leyes.
Procesos de delegación. La teoría tradicional del estado de derecho planteaba que había tres poderes
fundamentales: el poder legislativo que producía la ley; los jueces que aplicaban las leyes; los ejecutivos
LA
que administraban las instrucciones que las leyes les daban a las sociedades. Esto se ha roto. Hay
delegaciones legislativas: los parlamentos les ceden a los ejecutivos, los jueces legislan. Se ha roto la
división de poderes ideal.
Judicialización de la política y politización de la justicia. Todas las cuestiones judiciales se politizan porque
los jueces toman partidos. Constantemente las cuestiones que se discutían en la arena política o sindical o
FI
Neoconstitucionalismo: además de la ley, por sobre esta, está la constitución. El parlamento puede dictar
por unanimidad una ley, pero los jueces pueden revisar la constitucionalidad de esa ley. Las constituciones
pasan a ser instrumentos activos que regulan la vida de la sociedad. Desplazan a las leyes, las convierten
en algo relativo. Constitucionalización de los ordenamientos jurídicos.
Estado de derecho: estado en el cual el poder se subordina al derecho. El derecho lo crea el estado. Imperio
de las leyes sobre los hombres.
El concepto meramente formal del estado de derecho comenzó a ser interpelado porque había procesos
contrarios al estado de derecho que se implementaban a través del derecho.
Hay un reclamo de trascender esa idea formal del estado de derecho. Se le da a ese gobierno de las leyes
ciertas exigencias. No basta con que las leyes sean más importantes que los hombres; las leyes y los
hombres tienen que reflejar cierto contenido, ciertos valores. Estado de derecho es sentido sustancial.
El estado de derecho sustancial supone dos principios que están íntimamente compenetrados. Principio de
difusión del poder y principio de diferenciación del poder. El poder se difunde y al mismo tiempo se diferencia.
El poder se difunde porque se reconoce que el centro del sistema jurídico y político es el individuo, la persona
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Hay una crisis de la legislación, que tiene que ver con su relación con la razón. Hay una crisis de racionalidad.
Las leyes no son naturales y esencialmente racionales.
La ley ha perdido el atributo de sistematicidad, de generalidad, de estabilidad, de certeza y de publicidad.
OM
Las leyes han dejado de ser instrumentos fijos que se mantienen en el tiempo. Son instrumentos flexibles
que cambian, adaptativos, dinámicos, descentralizados y, a veces, negociados.
Regulación económica de las leyes. Los jueces, cuando aplican las leyes, necesitan buscar interpretaciones
que sean aplicables, necesitan ver los efectos. El análisis de las consecuencias tiene que ver con una
capacidad de estudiar las funciones. Los resultados no pueden ser tales que hagan que la ley sea absurda.
Principio de economía de la regulación.
El derecho se discute en los tribunales. En el dictado de la ley está presente que, en su aplicación, esta sea
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controversial y que esta controversia se judicialice. Cuando se judicializa el derecho, este pierde, por eso
son importantes las instancias arbitrales, la composición amigable de los conflictos.
Estado de emergencia. En la complejidad de la sociedad contemporánea, la emergencia es un dato
DD
permanente. El derecho, además de ser regularidad, es emergencia. Lo instantáneo es tan importante como
lo permanente.
Crisis de la división de poderes, ampliación de la esfera del derecho no legislado (el que nace de las
costumbres, pactos, etc.), hay momentos donde el derecho se oculta.
Funciones del derecho. Hay funciones tradicionales y funciones nuevas. Una función tradicional del derecho
LA
era un mecanismo de función social. Este mecanismo a veces funcionaba como un mecanismo de
conservación social protegiendo de los cambios, y a veces como un mecanismo de innovación social. El
código (de Napoleón) es también una técnica de modelación social, un instrumento de pedagogía social, es
el anuncio de un nuevo hombre y una nueva sociedad y política (aspecto moral). Su aspecto técnico es la
ordenación de las normas. El derecho es una técnica de estímulo social: premios y castigos para que la
FI
ciudadanía emprenda ciertos comportamientos. Otra función es la de programación social: a través de las
leyes y constituciones programábamos la sociedad que queríamos fundar. Otra función es operar como un
instrumento de justificación ideológica, conservadora o revolucionaria: se justifica la posición de uno a través
del derecho. También es una forma de administración de la complejidad. Es una estructura de autoridad. Es
un instrumento de arbitraje social o instrumento de administración de conflictos. Es un factor de integración
social y cultural. Tiene la función de pedagogía social: se enseña a ser ciudadano a través de la enseñanza
del derecho.
Estas funciones del derecho se combinan con la idea del buen gobierno, porque además de funcionar de
hecho de una manera, estas funciones del derecho aspiran a constituir una sociedad ideal, razonable,
preferible.
¿Qué es lo que exigen las sociedades contemporáneas al derecho? Que el derecho, además de cumplir
esas funciones, sea legítimo, es decir, que su origen sea democráticamente establecido; que sea
participativo, las sociedades no se resignan a ser objeto del derecho, quieren participar; debe ser equitativo,
no solo debe ser justo en el sentido riguroso, también quiere que esa justicia sea aplicable, sea razonable,
sea la justicia del caso concreto, sean tenidas en cuenta las excepciones; quiere eficiencia, relación
beneficio-costo, no el derecho a cualquier costo pague quien pague; debe ser tolerante de la diversidad, de
la complejidad, de la incapacidad de ciertos sectores para estar a la altura de lo que le exige la sociedad;
debe ser merecedor de confianza, estar, las normas, orientadas a la calidad, ser transparentes, estar bien
pensadas y articuladas al servicio del interés general.
16
Se trata de responder a la pregunta de para qué sirve el Derecho, sus normas o instituciones, qué utilidad
social tienen.
OM
Cárcova sostiene que la especificidad del derecho consiste en su carácter instrumental, en la autonomía de
la estructura respecto de cualquier fin específico.
Se trataría de atender a la forma en que ciertos fines son perseguidos y no a los fines mismos.
Raz destaca la importancia de dilucidar el concepto para cualquier teoría del derecho que intente una
explicación general de la naturaleza del derecho. También es relevante para otras disciplinas relacionadas,
a saber: para las consideraciones de los abogados, jueces y funcionarios que se enfrentan a problemas
sobre la interpretación y aplicación correcta del derecho; para sociólogos y politólogos que desean explicar
.C
la interacción del derecho con otras normas e instituciones sociales; indispensable para teóricos de la moral
y la política que elaboran principios generales a los cuales el derecho debe conformarse y por cuya
desviación del derecho debe ser criticado; indirectamente, para la filosofía normativa, ya que esta se ocupa
DD
de una explicación general de las funciones de las normas, que es parte de la elucidación de la naturaliza
de los sistemas normativos, sean jurídicos, morales, sociales u otros.
Raz advierte que la cuestión de las funciones sociales del derecho debe ser claramente distinguida de la
clasificación de las normas jurídicas en distintos tipos normativos. El carácter normativo de una norma
jurídica es cuestión de sus propiedades lógicas, es una cuestión de las implicaciones lógicas de un
enunciado que afirma a tal norma. Las funciones sociales del derecho son consecuencias sociales del
LA
sus ventajas o desventajas están supeditadas al interés que guía al que las formula y a su fecundidad para
presentar un campo de conocimiento de una manera más fácilmente comprensible o más rica en
consecuencias prácticas deseables. Siempre hay múltiples maneras de clasificar un campo de relaciones o
de fenómenos, el criterio para decidirse por una de ellas está dado por consideraciones de conveniencia
científica, didáctica o práctica.
Bobbio define al derecho como el conjunto de normas de conducta y de organización que constituyen una
unidad, que tienen por contenido la reglamentación de relaciones fundamentales para la convivencia y la
supervivencia del grupo social, así como la reglamentación de los modos y las formas con que el grupo
social reacciona a la violencia de las normas de primer grado o institucionalización de la sanción, y que tiene
como fin mínimo el impedimento de las acciones consideradas más destructivas del conjunto social, la
solución de los conflictos que amenazan, si no son resueltos, con hacer imposible la propia subsistencia del
grupo, la consecución y el mantenimiento, en suma, del orden o la paz social.
Nino remarca que las definiciones que suelen darse de las palabras con carga emotiva son persuasivas
puesto que están motivadas por el propósito de orientar las emociones, favorables o desfavorables, que
provoca en los oyentes el empleo de ciertas palabras, hacia objetos que se quiere encomiar o desprestigiar.
Los términos “social” y “derecho” tienen carga emotiva positiva.
17
OM
las funciones realizadas por todos los sistemas jurídicos, sino en aquellas funciones realizadas por algunos
o por la mayoría. Su empresa puede residir en comparar el grado en el que tales funciones son llevadas a
cabo y qué técnicas son promovidas en varios sistemas jurídicos; c) también están interesados en pretender
que los sistemas jurídicos en general, o bajo ciertas circunstancias, deben realizar ciertas funciones de cierta
manera.
El filósofo utilitarista Bentham ordenó y agrupó las funciones con el criterio de que las disposiciones jurídicas
.C
deben ser arregladas en base a las acciones que ordenan o prohíben.
Se reclama una respuesta a la ciencia jurídica: ¿cuál es la función del derecho en la era de los derechos?
DD
Entra así en crisis la concepción del derecho como una totalidad coherente, unitaria y jerarquizada, con una
nota de sistematicidad que responde a las exigencias de claridad, simplicidad y certeza.
Procesos que explican el cambio en la dirección de la intervención estatal: pérdida de los atributos de
sistematicidad, generalidad y estabilidad de la legislación; quiebre del principio de racionalidad de la ley
(como consecuencia de la crisis de los parlamentos y la desconfianza social creciente acerca de los
procedimientos y procesos de gestación de las leyes) y entronización de un nuevo derecho de la emergencia;
LA
judicialización de los conflictos jurídicos; avance del poder judicial sobre las cuestiones políticas y la
expansión de la justiciabilidad de todos los problemas; demanda creciente de derechos; inflación normativa;
flexibilización de la regulación jurídica; crisis de la idea de Estado de Derecho; ampliación de la esfera del
derecho no legislado.
Se da una flexibilización de la regulación jurídica en la que la imagen del Derecho como un orden imperativo
FI
de las conductas asistido por la nota de coercibilidad se ve superada por un derecho cada vez más flexibles.
Los textos normativos señalan objetivos que convocan más a la adhesión que a la sumisión, las normas
jurídicas se interpenetran con las técnicas y adquieren grados cada vez mayores de relatividad y variabilidad.
En los países emergentes (como Argentina), el Estado ha dejado de proveer las funciones básicas del
sistema de legislación y justicia y sectores fundamentales de la vida económica funcionan bajo condiciones
de emergencia legal.
Asimismo, la cooperación internacional viene siendo importante en reglas que sostienen nuestra vida común.
Gobierno global centralizado.
Reglas de gobernanza: el acto, modo o función de gobernar, la manera de gobernar que se propone como
objetivo el logro de un desarrollo económico, social e institucional duradero, promoviendo un sano equilibrio
entre el Estado, la sociedad civil y el mercado de la economía.
En ciencias sociales se han utilizado dos conceptos de función, basados en dos perspectivas distintas que
podrían denominarse objetivista y subjetivista.
Desde una perspectiva epistemológica objetivista, se entiende por función (en términos del paradigma
biológico-organicista que realiza la analogía de la sociedad humana con un organismo vivo) a la tarea o
contribución que una parte (un órgano) realiza para el mantenimiento de un todo (el organismo).
En cambio, desde una perspectiva epistemológica subjetivista, el concepto de función parte de la acción
social de los individuos y, por tanto, de los objetivos y finalidades que estos se proponen al interactuar en el
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OM
función negativa aparece cuando no existe correlación entre lo demandado como necesidad y la respuesta
institucional.
Cabe diferenciar el concepto de función negativa de la disfuncionalidad. Bobbio aclara que la disfunción
pertenece a la patología de la función y la función negativa a la fisiología.
La disfunción se refiere al funcionamiento de una determina institución y la función negativa a su
funcionalidad. El concepto de disfunción puede hacer referencia a la gestión de la función de la institución.
Pueden darse casos de que existan instituciones con funciones positivas, pero disfuncionales, por una mala
.C
gestión o realización de la función, o instituciones que realizan una función negativa, pero que funcionan
bien y cuanto mejor sea su funcionamiento, más evidente será el carácter negativo de la función que realizan.
Desde el punto de vista de los efectos producidos por una institución o por una norma jurídica, podemos
DD
diferenciar entre funciones latentes o patentes. Las funciones latentes son aquellas que no aparecen como
queridas o exigidas conscientemente por la sociedad. Pueden ser positivas o negativas según que
contribuyan o no a la funcionalidad del sistema. En tanto, las funciones patentes son aquellas queridas o
demandadas conscientemente por los actores sociales. Las que tiene carácter positivo cumplirían un efecto
funcional en relación con los objetivos inicialmente previstos; en cambio, las de carácter negativo
provocarían los efectos perversos en relación a dichos objetivos.
LA
Según la mayoría de la doctrina funcionalista, puede afirmarse que las funciones del derecho son: función
de integración social o de control social; función de tratamiento y resolución de conflictos; función de
organización social; función de legitimación del poder.
La función de integración o de control social es señalada como la más importante del derecho, al considerarlo
FI
como el mayor y más importante factor de cohesión social. Esta función consiste en, básicamente, la
orientación de los comportamientos de los individuos, con la finalidad de producir y mantener la cohesión de
un grupo social. Ello, ya que siempre puede acudirse al derecho cuando fallan otros medios de integración.
Esta suele considerarse como la tarea básica del derecho en la que se enmarcan otras funciones que se le
asignan.
Esta función se realiza mediante el carácter persuasivo de sus normas en la acción social de los individuos,
lo cual provoca un proceso de socialización de los individuos en un determinado modelo normativo y, cuando
la persuasión falla, la integración se consigue mediante los mecanismos jurídico-formales del control social.
Esta función puede realizarse mediante el uso de diferentes técnicas: protectoras y represivas; organizativas,
directivas, regulativas y de control público; promocionales. Las técnicas protectoras y represivas son
aquellas que tienden a imponer deberes jurídicos positivos (obligaciones) o negativos (prohibiciones) a los
individuos, bajo la amenaza de una pena o sanción de tipo negativo.
El derecho tiende a proteger una serie de comportamientos a los que denomina actos lícitos
(comportamientos permitidos u obligatorios) y paralelamente, reprime otro tipo de comportamientos, a los
que denomina actos ilícitos (comportamientos prohibidos), bajo la amenaza de sanciones negativas,
impuestas por los mecanismos jurídicos de control penal. Con el uso unilateral de este tipo de técnicas, el
derecho se convierte en el instrumento político para salvaguardar el orden público y la armonía social.
Este tipo de técnicas (el derecho represivo) son las típicas del Estado liberal clásico, donde el derecho es
un mero garante de la autonomía individual y del libre juego del mercado.
19
OM
valores o fines sociales y emancipatorios para toda la ciudadanía, que se considera imposible de conseguir
mediante un derecho meramente protector y no intervencionista.
No se trata de una nueva función del derecho (la función promocional frente a la función represiva), sino la
intervención de nuevas técnicas jurídicas para el cumplimiento de esta función de orientar los
comportamientos y ejercer el control social.
La función de tratamiento y resolución de conflictos parte de la base de la consideración de que la estructura
social es una estructura conflictual. De esta manera, el derecho afronta el conflicto no solo desde los
.C
tribunales que lo resuelven cuando se trata de un conflicto declarado, sino que su tratamiento comienza
cuando ya es juridificado en la fase legislativa y en la normación administrativa.
Es ese momento, lo que hace el derecho es juridificar el conflicto, lo mantiene bajo su control jurídico
DD
ofreciendo esquemas regulativos sustanciales y procedimentales para encauzarlo. El conflicto social no
desaparece.
El derecho también origina conflicto (capacidad disgregadora del derecho), ya que las mismas
transformaciones sociales y económicas de la legislación pueden generar conflictos; e incluso la misma
resolución judicial puede verse como productora de estos.
En cuanto a los mecanismos de resolución de conflictos, debemos distinguir entre los formales o judiciales
LA
Las preguntas ¿para qué sirve el derecho, sus normas o instituciones? ¿Qué utilidad social tienen?, sirven
para responder a la pregunta ¿qué es el derecho?
Funciones primarias: prevenir conductas indeseables y obtener conductas deseables; provisión de medios
para los acuerdos privados entre individuos; provisión de servicios y redistribución de bienes; resolución de
disputas no regladas. Afectan a la población en general.
Funciones secundarias: regular el funcionamiento de los órganos jurisdiccionales; regular procedimientos
para la modificación del derecho. Contribuyen al mantenimiento del sistema.
Funciones directas: se realizan cuando se obedece y aplica el derecho.
Funciones indirectas: son aquellas cuya realización consiste en generar actitudes, comportamientos u
opiniones. Resultan del conocimiento sobre la existencia del derecho. Son las que el derecho aspira
OM
alcanzar.
Clase 5
El conflicto es una especie del género relación social, es decir, una secuencia de conductas recíprocas, cuya
diferencia con ese género reside en la incompatibilidad de los objetivos de los actores que las realizan. Tal
sucesión de conductas es un proceso dinámico.
Cuando Entelman categoriza el conflicto como una relación social, queda dicho que sus actores son seres
.C
humanos. Puede distinguirse a los actores en dos grupos: individuales y plurales o colectivos.
Primer problema: identificación. Comúnmente, en una relación entre dos individuos aislados, hay, por un
DD
lado, objetivos comunes, idénticos o coincidentes y, por el otro lado, objetivos incompatibles en conflicto.
Sin embargo, no hay dudas de quiénes son cada uno de los actores. La coexistencia de objetivos
compatibles e incompatibles en una misma relación es una realidad que incide en la selección de métodos
de resolución, pero no en la determinación de quiénes son los actores, cuando se trata de conflictuantes
individuales.
Pero, cuando se trata de actores colectivos, existen entre algunos miembros de cada uno de los grupos
LA
enfrentados diversos tipos de relaciones aisladas y plenas de alta proporción de compatibilidad de objetivos
y aún de cooperación más o menos intensa.
Estas relaciones parciales intergrupos generan a su vez vínculos y sentimientos destinados a influir en el
grado de participación que esos subgrupos o sus integrantes están dispuestos a tomar en la relación de
conflicto entre los grupos más amplios a los que ellos pertenecen.
FI
La existencia de conflictos internos en un actor colectivo enfrentado con un adversario externo complica y
altera para este la identificación del adversario.
Segundo problema: fragmentación. El conflicto interno dentro del seno de un actor colectivo puede provocar
la fragmentación de ese actor. Ello explica por qué en los conflictos en que participan actores plurales,
organizados o no, sus adversarios traten de influir, con estrategias psicosociales, sobre la opinión interna de
los miembros de su oponente.
Cuando en el seno del actor colectivo las disidencias respecto al conflicto, su intensidad o su terminación se
convierten en un verdadero enfrentamiento interno entre miembros del actor colectivo, el otro actor dispone
de la misma alternativa de concebir al grupo disidente como un tercero con quien puede intentar una alianza
que aumente su poder. El llamado frente interno de un grupo social durante un conflicto de alta intensidad
es visto, a menudo, como un verdadero tercero.
Se trata del fenómeno de la fragmentación de los actores colectivos.
Una de las características de los actores colectivos consiste en la tensión que dentro de ellos se produce
entre dos fuerzas opuestos: la cohesión y la fragmentación.
Debe tenerse en cuenta si los individuos que integran cada campo son todos los de su género o solo una
parte de ellos.
21
Los diversos tipos de actores colectivos ofrecen grados muy distintos de organización.
En primer lugar, en un grupo organizado debe poder observarse la existencia de un mínimo de liderazgo.
Hay líderes que los adversarios reconocen como tales y sobre cuyo liderazgo no hay un claro reconocimiento
dentro del grupo. Y a la inversa, a menudo el líder aceptado por el grupo no es reconocido externamente.
El liderazgo de los grupos menos estructurados ofrece dificultades propias de su escasa organización. A
menudo, el propio grupo es reacio a que se genere un liderazgo capaz de ejercer la representación de todos
los miembros que quieren participar en las acciones conflictivas o en la toma de decisiones.
La tensión entre líderes y liderados ofrece muchas complicaciones. Mientras que la representación de un
OM
actor individual permite al representante compatibilizar las necesidades de secreto de sus acciones con su
deber de lealtad, ello no es igualmente fácil para los líderes que conflictúan o negocian en representación
de actores colectivos.
La multiplicidad de sus representados hace que toda reserva sobre una gestión o una propuesta, que solo
debería transmitirse al bando oferente cuando se tenga respuesta de su destinatario, genere una crisis de
confianza.
sistema.
.C
Entelman indica que, con frecuencia, los conflictos se producen entre unidades que integran un mismo
Cuanto más alto es el nivel en que se ubica un actor, más parece representar no solo sus intereses, sino los
DD
de todos los niveles inferiores. Y cuando conflictúa con el nivel más alto, este representa aparentemente
todos los intereses, incluido el de la unidad inferior que es su contraparte.
Hasta ahora, el conflicto aparece tratado como un fenómeno bipolar que encierra a todos sus actores en dos
campos enfrentados por incompatibilidad de sus objetivos.
Se habla sobre conflictos de actores múltiples que, a diferencia de los actores colectivos, el problema se
LA
plantea en tanto que no se distingue claramente dos bandos constituidos por sendos grupos integrados por
individuos o subgrupos con intereses claramente coincidentes.
Lo que ocurre en estos supuestos es que, cuando hay varios actores con incompatibilidades cruzadas, se
perfilan inicial o progresivamente dos bandos dentro de los cuales se agrupan todos los miembros de la
relación. Lo hacen teniendo en cuenta sus coincidencias sobre los temas que más les interesan o que
FI
simbolizan sus valores más elevados. Otras situaciones de conflicto que pueda haber entre integrantes de
un mismo campo son rápida y previamente resueltas o postergadas.
La conciencia del conflicto menciona el producto de un acto intelectual en el que un actor admite encontrarse
con respecto a otro actor en una relación en que ambos tienen, o creen tener, objetivos incompatibles.
En cambio, la percepción es el contenido con que acceden a nuestro intelecto los datos externos relativos a
fenómenos tales como conductas, actitudes, pretensiones, intenciones, riesgos o amenazas.
Así, puede tenerse percepción de la incompatibilidad de objetivos y no tener conciencia de estar en conflicto,
como ocurre cuando alguien cree que su pretensión no está jurídicamente prohibida. En tales condiciones,
generadas por una estructura normativa del pensamiento, la consecuencia es que quien razona así cree
que no está en conflicto con el pretensor porque no se considera obligado a satisfacer la pretensión ajena.
¿Es necesario que los miembros que pujan por metas incompatibles tengan conciencia de esa
incompatibilidad? Es decir, ¿existe conflicto sin que sus actores estén conscientes de ello? Entelman
destaca que solo puede ocurrir que: ambos crean que una relación es de conflicto; ambos crean que una
relación no es de conflicto; uno de ellos crea que es de conflicto y el otro que no lo es.
La trascendencia del proceso de concientización radica en que sería muy difícil programar una conducta
conflictual que lleve a un proceso de resolución satisfactorio si no se realizan los actos tendientes a crear,
en el actor que no se ha apercibido del conflicto, la convicción de que está inmerso en él.
22
OM
sus metas no son incompatibles. La comunicación e intervención de terceros cobran un valor instrumental
considerable.
Por último, si una de las partes cree que hay conflicto y no lo hay, se debe tratar de hacerle ver que la
situación conflictiva no existe.
Los actores conflictúan para obtener objetivos, enfrentándose con oponentes que a su vez pugnan por
alcanzar los suyos, que son incompatibles con aquellos.
.C
Los objetivos o metas de los actores en los conflictos son objetos, materiales o espirituales, a los que cada
actor les agrega un valor.
Se distinguen entre objetivos concretos, simbólicos y trascendentes. Se denominan objetos concretos a
DD
aquellos objetivos más o menos tangibles que, además, de una u otra manera son susceptibles de ser
pensados como divisibles. Esos objetivos tienen la característica de que su obtención importa la automática
satisfacción de las pretensiones de quien conflictúa por ellos. Esto es así porque en tales objetivos, el valor,
económico o de cualquier otra naturaleza, que la parte les atribuye es inseparable del objeto mismo.
A su vez, los objetivos simbólicos son aquellos en los que en realidad el objetivo exhibido como tal no es la
última meta deseada por el actor en conflicto, sino más bien un representante de otra, lo cual convierte en
LA
muy difícil de definir la relación entre el objeto o situación que hace de sustrato depositario del valor y el
valor mismo. El objetivo simbólico escondido detrás de uno concreto tiene el mismo sustrato, pero oculta el
valor cuya satisfacción busca el actor.
Frente a este tipo de objetivos resulta más difícil encontrar una solución que no sea la total ganancia o
pérdida del actor que sustenta la pretensión.
FI
En ciertas circunstancias, los actores tienden a teñir los objetivos concretos a los que les agregan
valoraciones que los convierten en simbólicos, porque les preocupa, más que obtener satisfacción a su valor
mediante el logro del objetivo, provocar en su adversario una pérdida. Tal pérdida es el verdadero objetivo
concreto disimulado detrás del simbólico.
Por último, se llama objetivo trascendente a aquel en el que en realidad puede decirse que el valor mismo
está puesto como objetivo porque no se divisa que esté anexo a un objetivo tangible ni divisible.
A los conflictos puros se les atribuyó la particularidad de arrojar, como único resultado posible al tiempo de
su resolución, un ganador y un perdedor. Si uno de los actores lograba su objetivo por cualquier método
disponible, el otro actor perdía el suyo. En los conflictos impuros, parecía ocurrir lo contrario. Los resultados
que podían obtenerse al resolverlos, permitían una distribución de ganancias entre todos los actores. Todos
ganaban.
En medio de este proceso se acudió a la terminología “Teoría de Juegos”.
Se introducen las expresiones “juegos de suma cero o constante” y “juegos de suma variable”. En pocos
años, fue corriente hablar de conflictos puros de objetivo único o de suma cero y distinguirlos de conflictos
impuros o de suma variable o suma indeterminada.
Un juego de suma cero es aquel en el que alguien gana todo lo que otro pierde. La sola aplicación de ese
nombre a los conflictos de objetivo único, contribuyó a la afirmación de que los conflictos puros solo podían
arrojar un ganador y un perdedor.
23
OM
Cuando la administración de un conflicto ha producido suficiente inteligencia y dispone de la información
que ella provee, se descubre que en la mayor parte de los casos los actores tienen varios objetivos en
disputa y algunos objetivos coincidentes o comunes. O, aun tratándose de objetivos únicos de disputa, tienen
coincidencia sobre el marco en el que se produce la incompatibilidad.
Entre el objetivo final y quien lo procura hay una sucesión de medios que actúan como fines intermedios, de
modo tal que el primer objetivo a obtener es un medio para el siguiente y así sucesivamente.
Es muy difícil encontrar en la realidad una relación de conflicto que se dé aislada de toda otra relación entre
.C
las mismas partes. Ello se evidencia por el solo hecho de la existencia de un contexto social dentro del cual
las partes conviven. Normalmente ellas integran algún grupo social más o menos extenso o, por lo menos,
la comunidad a que pertenecen.
DD
En consecuencia, es muy probable que tengan otras relaciones dentro de cada uno de esos grupos, o al
menos que tengan intereses coincidentes vinculados. El prestigio de cada uno de los actores dentro de su
grupo no le es indiferente a ninguno de ellos, y puede constituir un interés amplio o difuso en el que ambos
debieran, en la mayor parte de los casos, coincidir.
Los participantes en una disputa mantienen entre sí relaciones coexistentes de carácter conflictivo y no
conflictivo.
LA
Mientras el conflicto de suma variable o de objetivos mezclados ofrece una rica gama de posibilidades de
solución a través de los diversos métodos que denominamos “de resolución”, el conflicto de suma cero
supone de hecho su terminación, por lo que llamaremos, en términos simples, la victoria de una parte, y la
derrota de la otra.
La existencia de conflictos estrictamente de objetivo único es casi una abstracción. En realidad, todo
FI
aparente conflicto de ese tipo se puede tratar como un conflicto de suma variable. Esto puede obtenerse
mediante la extensión del conflicto proponiéndose, respecto del mismo adversario, otras metas distintas.
Las otras metas pueden ser también de carácter cooperativo. Posibilita a cada parte ceder el objetivo menos
valioso para ella en canje con el más valioso para la otra. Cada parte gana en la escala de sus valores sin
que ninguna de ellas resulte estrictamente la ganadora o perdedora.
Otro método es la división del objetivo. La pureza de un conflicto depende del conjunto total de las relaciones
entre las partes y de la posibilidad que haya de dividir las cuestiones en conflicto en elementos más
pequeños.
24
OM
Todas las visiones son, en cierta medida, simplistas. Las visiones sociales deben por fuerza dejar muchos
importantes fenómenos sin explicación, o darles solo una explicación ad hoc, o una explicación basada en
supuestos incoherentes derivados de más de una visión. La visión más pura no es necesariamente el
fundamento de las teorías más convincentes, y mucho menos de las más válidas, pero pueden ser más
reveladoras, en cuanto a las premisas tácitas, que las teorías más complejas.
Una visión es una forma de causación. Se parece más a una corazonada que a un ejercicio lógico o una
verificación fáctica. Estas cosas vienen más tarde, y se alimentan de la materia prima provista por la visión.
.C
Hay tantas visiones como seres humanos, si no más, y más de una visión puede ser coherente con un hecho
dado. Los hechos nos obligan a desechar algunas teorías, pero nunca pueden otorgar a una teoría dada el
imprimátur de verdad definitiva. La verificación empírica puede servir para revelar cuál de las teorías que
DD
sometemos a nuestra consideración es más coherente con lo que se conoce fácticamente.
Las políticas basadas en cierta visión del mundo tienen consecuencias que se difunden por la sociedad y
reverberan a través de los años. Las visiones guían el curso del pensamiento y de la acción. Las visiones
cubren las lagunas del conocimiento individual.
El efecto de las visiones no depende de que se las exprese, ni siquiera de quienes toman las decisiones
estén al tanto de ellas.
LA
Las visiones sociales difieren en su concepción básica de la naturaleza del hombre. Las capacidades y
limitaciones del hombre son implícitamente muy diferentes para aquellos cuyas teorías filosóficas, políticas
o sociales explícitas parten de visiones diferentes. Las diversas visiones de la naturaleza moral y mental del
hombre son tan distintas que sus respectivos conceptos del conocimiento y las instituciones difieren
FI
necesariamente. La causación social misma es concebida de otra manera, tanto en cuanto a la mecánica
como en cuanto al resultado. El enfoque del tiempo y sus fenómenos auxiliares es también muy diferente en
teorías basadas en diferentes visiones. Quienes creen en ciertas visiones se ven a sí mismos en un papel
moral muy distinto del que se adjudican los defensores de otras visiones. Las ramificaciones de estas
visiones conflictivas se extienden a las decisiones económicas, judiciales, militares, filosóficas y políticas.
Se pueden agrupar las visiones en dos categorías amplias: una visión que enfatiza las restricciones humanas
y una visión que enfatiza la superación de dichas restricciones. Visión restringida y visión no restringida.
En la práctica, las gentes a menudo sacrifican sus propios intereses en bien del mayor interés ajeno (Smith),
pero ello se debe a factores tales como la devoción por los principios morales, los conceptos de honor y
nobleza, y no porque amaran al prójimo como a sí mismos. Estos recursos artificiales persuadían al hombre
de hacer, en bien de su autoestima o sus necesidades interiores, lo que no haría por el bien de un semejante.
Una de las características definitorias de la visión restringida es que encara transacciones antes que
soluciones.
Otro modo por el cual se podía inducir al hombre, con todas las limitaciones concebidas por Smith, a producir
beneficios para los demás, era por razones que, en última instancia, obedecían al interés individual.
25
OM
un producto del propio sistema de recompensas utilizado para encararlo. La verdadera solución hacia la cual
debían encaminarse los esfuerzos consistía en que la gente hiciera lo correcto porque era correcto, no por
recompensas psíquicas o económicas, es decir, no porque alguien le ha anexado una gran carga de interés
egoísta.
La meta consistía en el desarrollo a largo plazo de un sentido más elevado del deber social.
Condorcet atribuía a la visión que tenían sus adversarios de la naturaleza humana el error de confundir al
hombre natural y su potencial con el hombre existente, corrompido por prejuicios, pasiones artificiales y
hábitos sociales.
.C
La visión restringida y la visión no restringida perciben la prudencia (la atenta evaluación de las
DD
transacciones) de manera muy distinta. En la visión restringida, en la que solo podemos a aspirar a
transacciones (se transige con males menores para evitar males mayores), la prudencia se cuenta entre los
deberes más altos. En cambio, para la visión no restringida, donde el perfeccionamiento moral no tiene límite
fijo, la prudencia tiene menor importancia.
En la visión no restringida está implícita la idea de que lo potencial es muy diferente de lo real y de que
existen medios para elevar la naturaleza humana hacia su potencial, o bien que tales medios se podrían
LA
desarrollar o descubrir, de tal modo que el hombre actúe rectamente por rectas razones, en vez de buscar
retribuciones psíquicas o económicas.
El hombre es perfectible, en el sentido de que puede mejorar continuamente aunque no alcance la perfección
absoluta.
Se alcanza una solución cuando ya no es preciso transigir, aunque el desarrollo de tal sociedad haya
FI
implicado costos que hoy pertenecen al pasado. La meta de alcanzar una solución justifica los sacrificios
iniciales o condiciones de transición que de otro modo se considerarían inaceptables.
Godwin dividió los actos humanos en beneficiosos y perjudiciales, y a la vez dividió estos en intencionales y
no intencionales. La creación intencional de beneficios se llamaba virtud, la creación intencional de perjuicios
era el vicio, y la creación no intencional de perjuicios era la negligencia, una subespecie del vicio.
La categoría faltante era el beneficio no intencional. Esta constituía precisamente el centro de la visión de
Adam Smith. Los beneficios económicos brindados a la sociedad por el capitalista no formaban, según él,
parte de su intención.
La visión restringida y la visión no restringida ven los grandes males del mundo con un enfoque totalmente
distinto. Si las opciones humanas no están innatamente limitadas, la presencia de fenómenos tan
repugnantes y desastrosos exige explicaciones y soluciones. Pero si las limitaciones y pasiones del hombre
están en el corazón de estos dolorosos fenómenos, se requieren explicaciones para hallar el modo de
evitarlos o reducirlos. Mientras la visión no restringida busca las causas específicas de la guerra, la pobreza
y el delito; la visión restringida busca las causas específicas de la paz, la riqueza o el respeto a las leyes. En
la visión no restringida, no hay causas insolubles de los males sociales, y por lo tanto no hay razón para no
solucionarlos, dado el suficiente compromiso moral. Pero en la visión restringida, los artificios o estrategias
que restrinjan o palien los males sociales innatos también tendrán un precio. Ese precio consiste a veces en
26
OM
mediante una intervención impuesta. En cambio, la visión no restringida suele considerar la naturaleza
humana como algo que se puede transformar benéficamente, y las costumbres sociales como desechables
lastres del pasado.
La visión restringida mide los ideales según el precio que cuesta alcanzarlos. En cambio, para la visión no
restringida, toda aproximación al ideal es preferible. El precio es lamentable, pero de ningún modo decisivo.
Las visiones descansan, en última instancia, en cierta percepción de la naturaleza humana: no solo sus
.C
prácticas existentes, sino su potencial y sus limitaciones últimas. Quienes consideran que las
potencialidades de la naturaleza humana trascienden las manifestaciones actuales tienen una visión social
muy diferente de quienes ven a los seres humanos como criaturas trágicamente limitadas cuyos impulsos
DD
egoístas y peligrosos solo se pueden contener mediante dispositivos sociales que a la vez producen efectos
lateral indeseables.
Para la visión restringida, el problema fundamental no es la naturaleza ni el hombre sino las instituciones.
La visión diametralmente opuesta dice que el poder armado de las instituciones políticas era lo único que
impedía la guerra de cada uno contra todos, la cual de lo contrario existiría entre hombres en estado natural,
entre quienes la vida sería solitaria, miserable, fastidiosa, brutal y breve (Rousseau y Hobbes).
LA
Mientras la visión no restringida inducía a buscar una sociedad donde la natural inclinación del hombre
coincidiera con el bien social, la visión restringida llevó a la conclusión de que las reglas indispensables de
la sociedad libre nos exigen muchas cosas desagradables, es decir, que la naturaleza humana no puede
coincidir con el bien social, sino que es preciso subordinarla a él deliberadamente, a pesar de lo
desagradable que ello pudiera ser.
FI
Dada la mayor capacidad que el hombre tiene en la visión no restringida, las intenciones que guían tal
capacidad son de gran importancia. Pero en la visión restringida, en la que la capacidad del hombre para
consumar sus intenciones es muy limitada, las intenciones significan mucho menos.
En la tradición de la visión no restringida figura la convicción de que las opciones necias o inmorales explican
los males del mundo, y de que la solución consiste en políticas sociales más sabias, más morales o más
humanitarias. Por contraste, la visión restringida entiende que los males del mundo derivan de las
restringidas y desdichadas opciones disponibles, dadas las innatas limitaciones morales e intelectuales de
los seres humanos. Para paliar estos males y promover el progreso, defienden las características sistémicas
de ciertos procesos sociales tales como las tradiciones morales, el mercado y la familia. Conciben estos
procesos como producto de una evolución y no de un designio, y confían en estos patrones sociales de
interacción social antes que en una política específica destinada a producir resultados particulares para
individuos y grupos particulares.
El importante y notable fenómeno de que el modo de concebir inicialmente la naturaleza humana está muy
relacionado con la concepción del conocimiento, la moral, el poder, el tiempo, la racionalidad, la guerra, la
libertad y la ley que define una visión social.
OM
gente; son formas de reducir las diferencias entre los objetivos del agente (empleado) y el principal
(empleador).
.C
de los managers, los que se convierten en de facto dueños de la empresa.
En esas circunstancias, el interés de un pequeño accionista de controlar a los managers sufriría típicos
problemas de acción colectiva. Es decir, el servicio de control de los managers tendría las características de
DD
bien público: cualquiera que incurriera en el costo de controlar a los managers no podría recuperar esos
costos cobrando a los otros accionistas porque no puede excluirlos ni su consumo del servicio es rival. Todos
serían free-riders en su esfuerzo. Es decir, si un accionista decidiera realizar el control tan solo porque quiere
hacer uso de su derecho de propiedad, no podría cobrarle a otros porque los demás se darían cuenta que
recibirían los beneficios de esa acción de todas formas. Como todos piensan lo mismo, nadie terminaría
realizando el control: los managers se convierten en dueños efectivos.
LA
Si ese control no existe, no es de extrañar que la divergencia de intereses lleve a los managers en la
búsqueda de objetivos que no son necesariamente de los accionistas.
Varios son los mecanismos por medio de los cuales la disciplina es establecida. Pueden ser externos e
internos.
FI
• Externos.
o La competencia en el mercado de productos o servicios. Cuanto mayor es el grado de
competencia en los mismos, mayor presión existe en los managers para alcanzar la eficiencia,
mejorar la calidad, reducir los costos y, por ende, menor margen tienen para generar
beneficios personales que seas costos para la empresa. En este caso la empresa con
OM
intereses y cuyo objetivo es promover los mismos y la adecuación de las acciones de los
managers a estos. Es el componente “democrático” dentro de las empresas.
➢ Directores independientes. Para que el directorio pueda contribuir a superar la
divergencia de intereses entre el principal (accionistas) y el agente (management), es
clave la presencia de directores que no respondan a estos últimos, es decir, directores
independientes con capacidad y motivación de supervisar.
➢ Remuneración de los directores. Directores cuya remuneración es un plan de retiro
.C
estarán motivados precisamente a eso: retirarse tranquilos. La tendencia, correcta
desde el punto de vista de los incentivos, es remunerar a los directores con acciones.
Es más, no solamente se remunera la actividad general del director, sino que en
DD
particular se paga por participar de cada reunión del directorio.
Los inversores están dispuestos a pagar más de un 11% adicionales por empresas con adecuadas
estructuras de gobierno. Lo hacen porque creen que una empresa de esas características va a tener una
mejor performance en el tiempo, porque se reducen los riesgos y porque otros inversores también la van a
valorar mejor.
LA
Creciente presencia de inversores institucionales, locales y extranjeros, entre los accionistas principales de
las empresas. Participan de los directorios y promueven la participación activa de otros accionistas.
definido como una especie del género relación social, es decir, como una secuencia de conductas
recíprocas, cuya diferencia con ese género residen la incompatibilidad de los objetivos de los actores que
las realizan. Tal sucesión es conductas es un proceso dinámico. La expresión estática empleada para
calificar un análisis de características del conflicto responde solo a un afán pedagógico. Es preciso conocer
los elementos para comprender un posterior examen dinámico.
Al categorizar el conflicto como una relación social, queda dicho que sus actores son seres humanos.
Debemos distinguir a los actores en dos grupos: actores individuales y actores plurales o colectivos.
Dos problemas que generan los actores colectivos son los de su identidad y los de su fragmentación.
Por lo común, en una relación entre dos individuos aislados hay, por un lado, objetivos comunes, idénticos
o coincidentes y, por el otro, objetivos incompatibles en conflicto. Sin embargo, no tenemos dudas de quiénes
son cada uno de los actores en ninguna de las situaciones de conflicto o de coincidencia. La coexistencia
de objetivos compatibles e incompatibles solo incide en la selección de los métodos de resolución. Pero,
cuando se trata de actores colectivos, además de las relaciones de conflicto y cooperación, existen entre
algunos miembros de cada uno de los grupos enfrentados diversos tipos de relaciones aisladas y plenas de
alta proporción de compatibilidad de objetivos y aun de cooperación más o menos intensa. Estas relaciones
parciales intergrupos generan a su vez vínculos y sentimientos destinados a influenciar en el grado de
participación que esos subgrupos o sus integrantes están dispuestos a tomar en la relación de conflicto entre
los grupos más amplios a los que ellos pertenecen.
29
OM
Características que deberían tenerse en cuenta en el análisis de un actor plural:
• Separación entre actores colectivos. Debe tenerse en cuenta si los individuos que integran cada
campo son todos los de su género o solo una parte de ellos. Los límites entre bandos pueden ser
fluctuantes o rígidos.
El fenómeno de contaminación conflictual se produce más fácilmente en los conflictos entre unidades
conflictivas plurales separadas por fronteras rígidas que en las de fronteras abiertas. Ello es así
porque en estos últimos la existencia de miembros del otro bando en cada uno de los grupos
.C
conflictuantes hace más difícil la propagación.
• Actores colectivos organizados. Los diversos tipos de actores colectivos ofrecen grados muy distintos
de organización.
DD
o El liderazgo de los actores colectivos. En un grupo organizado debe poder observarse la
existencia de un mínimo de liderazgo. A veces hay líderes que los adversarios reconocen
como tales y sobre cuyo liderazgo no hay un claro reconocimiento dentro del grupo, y a
menudo el líder aceptado por el grupo no es reconocido externamente.
El liderazgo de los grupos menos estructurados ofrece dificultades propias de su escasa
organización. A menudo el propio grupo es reacio a que se genere un liderazgo capaz de
LA
ejercer la representación de todos los miembros que quieren participar en las acciones
conflictivas o en la toma de decisiones. Es precisamente la disidencia con el liderazgo una
de las mayores fuentes de fragmentación dentro de los grupos.
Otras complicaciones de la tensión líderes-liderados son que, mientras la representación de
un actor individual permite al representante compatibilizar las necesidades de secreto de sus
FI
acciones con su deber de lealtad, ello no es igualmente fácil para los líderes que conflictúan
o negocian en representación de actores colectivos. La multiplicidad de sus representados
hace que toda reserva sobre una gestión o una propuesta, que solo debería transmitirse al
bando oferente cuando se tenga respuesta de su destinatario, genere una crisis de confianza.
• Actores colectivos con relaciones intrasistémicas. A menudo los conflictos se producen entre
unidades que integran un mismo sistema. Cuanto más alto es el nivel en que se ubica un actor, más
parece representar no solo sus intereses sino los de todos los niveles inferiores. Y cuanto conflictúa
con el nivel más alto, este representa aparentemente todos los intereses, incluido el de la unidad
inferior que es su contraparte.
Actores múltiples. No existen dos campos excluyentes. No se distinguen claramente dos bandos constituidos
por sendos grupos integrados por individuos o subgrupos con intereses claramente coincidentes.
¿Cómo se explica la bipolaridad del conflicto? Lo que ocurre es que, cuando hay varios actores con
incompatibilidades cruzadas, se perfilan inicial o progresivamente dos bandos dentro de los cuales se
agrupan todos los miembros de la relación. Lo hacen teniendo en cuenta sus coincidencias sobre los temas
que más les interesan o que simbolizan sus valores más elevados. Las otras situaciones de conflicto que
pueda haber entre integrantes de un mismo campo son rápida y previamente resueltas o postergadas.
30
OM
Conflicto subjetivo y conflicto objetivo. Por un lado, la incompatibilidad subjetiva de metas sería solo una
creencia que se dan en el nivel intelectual de la conciencia interna o, en todo caso, un sentimiento que
todavía se encuentra en el nivel afectivo de esa conciencia. Mientras que, por el otro, habría una razonable
incompatibilidad objetiva de metas, susceptible de ser demostrada.
Kriesberg distingue, por un lado, la índole de las situaciones objetivas, entendiendo por tales las relaciones
entre actores; y por el otro lado, la creencia de tales actores sobre la índole de esas situaciones objetivas.
Clasifica tales situaciones en dos grupos: conflictivas y no conflictivas. En lo referente a las creencias,
.C
destaca que solo puede ocurrir que: ambos crean que una relación es de conflicto, ambos crean que una
relación no es de conflicto, uno de ellos crea que es de conflicto y el otro que no lo es. De tal manera, se
dan seis situaciones distintas:
DD
1. Si no existe relación conflictiva y ninguna de las partes cree que existe esta alternativa ella es, en el
fondo, una mera posibilidad lógica.
2. Ambas partes creen que existe entre ellas un conflicto y realmente ambas tienen objetivos
incompatibles. Típico caso en que no es necesario concientizar a ninguna de las partes sobre el
problema en que se encuentran.
3. Una de las partes no advierte el conflicto. El operador deberá concientizar.
LA
4. Ambas partes no lo advierten. El operador deberá concientizar a los actores. Sería muy difícil
programar una conducta conflictual que lleve a un proceso de resolución satisfactorio si no se realizan
los actos tendientes a crear la convicción de que están inmersos en un conflicto.
En la mayor parte de las situaciones en que un actor no toma conciencia de encontrarse en conflicto
con otro, de lo que se trata en realidad es de su convicción de no estar obligado a considerarlo su
FI
interlocutor por ninguna norma impuesta o aceptada. Pero resulta que nadie puede evitar ni impedir
que otro lo haga objeto de un requerimiento, lo que significa, en resumen, que lo involucran en un
conflicto. Frente a cualquier clase de requerimiento, una de las actitudes que el requerido puede
tomar es la de no reaccionar. Sin embargo, tarde o temprano, las partes desarrollan metodologías
tendientes a hacer consciente a la otra parte y a procurar encontrarle solución. En este contexto, los
oponentes terminan por reconocerle el carácter de interlocutor y, por ende, la facultar de conflictuar,
es decir, de tener metas propias y antagónicas, así como de realizar conductas que no le estén
prohibidas. Además, este tardío reconocimiento cuenta con la agravante de que, en muchos
supuestos, han obligado a su oponente a realizar actos que afectan al nivel de intensidad inicial del
conflicto.
5. Ambas partes creen que existe un conflicto sin que el mismo sea advertido por un operador en la
relación objetiva. Habría que convencer a las partes de que tienen percepciones erróneas de la
realidad, que sus metas no son incompatibles. La comunicación e intervención de terceros son
importantes.
6. Una de las partes cree que hay un conflicto y no lo hay. Se debe hacerle ver que la situación
conflictiva no existe.
Los actores conflictúan para obtener objetivos, enfrentándose con oponentes que a su vez pugnan por
alcanzar los suyos, que son incompatibles con aquellos.
31
OM
valor cuya satisfacción busca el actor. Frente a este tipo de objetivos resulta más difícil encontrar una
solución que no sea la total ganancia o pérdida del actor que sustenta la pretensión.
En ciertas circunstancias los actores tienden a teñir los objetivos concretos agregándoles valoraciones que
los convierten en simbólicos, porque les preocupa, más que obtener satisfacción a su valor mediante el logro
del objetivo, provocar en su adversario una pérdida. Tal pérdida es el verdadero objetivo concreto disimulado
detrás del simbólico.
Por último, llamamos objetivo trascendente a aquel en el que en realidad puede decirse que el valor mismo
.C
está puesto como objetivo porque no se divisa que esté anexo a un objeto tangible ni divisible. Está en juego
un principio moral que difícilmente pueda llegar a una transacción. Toda transacción supone perder parte de
algo que en su integridad ha sido declarado fundamental para la parte.
DD
A los conflictos puros se les atribuyó la particularidad de arrojar, como único resultado posible al tiempo de
su resolución, un ganador y un perdedor. Si uno de los actores lograba su objetivo por cualquier método
disponible, el otro actor perdía el suyo. En los conflictos impuros parecía ocurrir lo contrario. Los resultados
que podían obtenerse al resolverlos permitían una distribución de ganancias entre todos los actores. No
había perdedores, todos ganaban.
LA
Como en la terminología de la Teoría de Juegos, un juego de suma cero es aquel en el que alguien gana
todo lo que otro pierde, la sola aplicación de ese nombre a los conflictos de objetivo único contribuyó
imperceptible e involuntariamente a dotar de un aval terminológico lleno de prestigio a la afirmación de que
los conflictos puros solo podían arrojar un ganador y un perdedor. Del otro lado se encontraban los juegos
de suma variable.
FI
Esta clasificación no tenía utilidad a los fines del estudio de los conflictos con miras a generar técnicas
idóneas para su resolución.
No hay relaciones que se agoten en un único objetivo, igualmente valorado como incompatible por los
actores en pugna. Sí existen conflictos de objetivo único, pero no hay relaciones sociales de puro conflicto,
relaciones de un solo objetivo incompatible sin algún área de coincidencias o de intereses comunes. Si todo
conflicto es pensado dentro de una relación social, se ve clara la distorsión que resulta de afirmar que hay
relaciones sociales de suma cero o puras en las que un miembro necesariamente pierde lo que el otro gana.
Tal distorsión solo proviene del empleo inapropiado de expresiones técnicas tomadas de otro lenguaje en el
que su rol es denotar otros objetos.
Afirmar que un conflicto es puro o de suma cero solo significa que uno de los actores no comparte con su
adversario la creencia de que existen otras soluciones que beneficien a ambos. Los actores u operadores
son los que impregnan a una contienda de su carácter de no negociable, de su supuesta necesidad de
generar un ganador y un perdedor.
Es común que los actores de tales relaciones conflictivas estén vinculados entre ellos por intereses comunes
y complementarios que generan coincidencias, cooperación o intercambios de otra naturaleza. En la mayor
parte de los casos, los actores tienen varios objetivos en disputa y algunos objetivos coincidentes o comunes.
O, aun tratándose de objetivos únicos de disputa, tienen coincidencia sobre el marco en el que se produce
la incompatibilidad.
32
OM
caminos, entre ellos: extender el conflicto proponiéndose, respecto del mismo adversario, otras metas
distintas. Se selecciona lo que se ofrece, desprendiéndose de lo que menos valor tenga para uno y que para
el otro signifique, por el contrario, de un valor mayor. Por medio del intercambio, cada parte gana en la escala
de sus valores sin que ninguna de ellas resulte estrictamente la ganadora o perdedora.
Otro método consiste en dividir el objeto, cuando ello es posible.
El análisis debe hacerse también con relación al tiempo. En determinadas relaciones puede detectarse que
las partes o a alguna de ellas les interesarán en el futuro ciertos objetivos. Cálculo de coste-beneficio
.C
proyectado al futuro de la relación entre los mismos actores.
Clase 6
DD
Cada autor o escuela define poder de conformidad con sus necesidades teóricas o ideológicas, de manera
que no le resulta posible hallar en esas concepciones la solución para el concepto universal de poder que
pueda utilizarse en el análisis de cualquier clase de conflictos.
Entelman entiende por poder de los actores en el conflicto al conjunto de recursos de cualquier índole de
que dispone cada actor, o cree disponer, para procurar su objetivo.
Al hacer referencia a recursos disponibles, se halla cerca de la concepción del poder como una capacidad
LA
marco de esa específica relación social en que este consiste. Tiene sentido de tal solo dentro de la relación:
en un concepto relacional. Es un poder de un actor, del que este dispone para obtener su objetivo que es (o
el cree que es) incompatible con el objetivo de otro actor. A su vez, para este actor, hablaremos de un poder
para fines similares o simétricos.
El poder con que trabaja la Teoría de Conflictos es el poder de alguien frente a alguien en una concreta
33
En principio, el conflicto consiste en una relación caracterizada como una dualidad adversario-adversario,
que tiene lugar entre dos oponentes y más aún, con la bipolaridad como nota definitoria (que supone una
exclusión de terceros).
No obstante, los terceros existen y en realidad o bien son absorbidos por el conflicto, o bien se mantienen
fuera de él.
OM
Entelman cita la clasificación que realiza Simmel, que distingue tres clases de terceros:
• Los terceros imparciales que no están implicados en el conflicto, pero a quienes se les pide que los
juzguen o le pongan fin.
• Tercero ventajista. Se trata de aquel no implicado en el conflicto, pero que obtiene de él beneficios
para sí mismos. Estos terceros beneficiarios a veces lo son porque uno o ambos actores del conflicto
tratan de favorecer a un tercero porque ello refuerza su posición. Hay casos incluso de conflictos que
se generan a causa de terceros cuando uno de los conflictuantes tiene en vista obtener algún tipo de
.C
beneficio del tercero, por estar en conflicto con otro.
• Dividir para gobernar. Este tercero interviene en el conflicto directamente, porque obtiene de él
ventajas o espera obtener una posición dominante.
DD
Freund critica esta clasificación en la medida en que no advierte cómo un tercero en conflicto puede
producirse sin provocar la bipolaridad. De este modo, propone distinguir entre terceros que participan en el
conflicto y terceros que no participan. Dentro de la primera categoría considera tres tipos: las alianzas o sus
homónimos; el tercero protector de uno de los campos adversarios; el tercero beneficiario. Entre los terceros
que intervienen en la resolución sin participar en la contienda incluye al disuasor, el persuasor y el
moderador, de quien dice que es, esencialmente un mediador.
LA
El tercero que interviene para cooperar en la resolución o terminación del conflicto no integra ninguno de los
campos del conflicto.
Endelman describe el magnetismo conflictual como una fuerza de atracción ejercida por el centro de cada
campo del conflicto y que tiene un radio de acción desde su núcleo hasta una zona que bordea los límites
FI
Dentro de los terceros que intervienen, puede distinguirse entre: los terceros que se ofrecer para colaborar
con las partes en conflicto; los terceros que se avienen a hacerlo a requerimiento de ellas; los terceros cuya
intervención es impuesta por un sistema mayor al que pertenecen los actores y les resulta obligatoria en
algún sentido normativo que no necesariamente tiene que ser jurídico.
En las sociedades modernas con un sistema indirecto de motivación consistente en un conjunto de normas
que amenazan con sanción a ciertas conductas, la intervención de un tercero para solucionar los conflictos
que se producen entre pretensiones legítimas e ilegítimas es, por lo general, obligatoria.
Por lo común, el sistema establece que si uno de los conflictuantes pretende que el juez resuelva el conflicto,
el otro está jurídicamente obligado a aceptar esa intervención y acatar la decisión del juez adjudicando los
objetivos.
En otras situaciones, la obligación de someterse al juez no depende de la decisión del otro actor, sino de la
del propio juez o la de otro órgano del sistema. En todo caso, estos matices no alteran la esencia del órgano
judicial.
34
OM
Entelman incluye entre los mediadores a los terceros denominados moderadores y a los posibilitadores o
facilitadores de comunicaciones. Estos son terceros intervinientes que tienen la función principal de bajar el
nivel de amenaza y de desconfianza entre los adversarios y de generar mejores canales de comunicación
entre ellos, al establecer a su vez sendos sistemas de comunicación entre el tercero y cada uno de los
actores.
A medida que la intensidad del conflicto avanza, las comunicaciones se constituyen en uno de los problemas
fundamentales. La bipolaridad del conflicto genera el aislamiento de los adversarios respecto de su entorno.
.C
A su vez, las comunicaciones entre las propias unidades en conflicto disminuyen, se hacen menos
frecuentes y responden al crecimiento del nivel de desconfianza, recelo y hostilidad.
El posibilitador de comunicaciones puede dialogar fácilmente con ambos actores y entender los temas en
DD
conflicto, tanto como las percepciones que cada adversario tiene de otro actor y del conflicto. Ello le permite
transmitir a cada parte mensajes, propios y de la otra, que tienden a clarificar imágenes o a corregir erróneas
percepciones, todo lo cual genera un campo mucho más apto para la negociación en el proceso de
terminación del conflicto.
La intervención de terceros es un sistema destinado a actuar sobre las percepciones y las actitudes de los
actores, para quitarles toda mentalidad de suma cero y toda visión de su pertenencia a un sistema que
LA
distingue yo de él o nosotros de ellos. Las partes no deben sentirse protagonistas de una etapa de resolución
dentro de un sistema de conflicto que los une, sino partícipes de la solución de un problema común.
En esta categoría se incluyen los terceros disuasores, que son aquellos cuyo poder les permite obligar a la
terminación del conflicto bajo la amenaza de intervenir en él.
El poder del que aquí se habla se refiere obviamente a cualquier clase de recursos que el tercero tenga a
su disposición para disuadir a los conflictuantes. Cuando el disuasor no actúa sobre ambos conflictuantes,
corre el riesgo de ser percibido por el otro conflictuante como aliado del que intenta disuadir.
Como similar a la figura del disuasor suele mostrarse la del persuasor, aquel tercero que, por una u otra
razón, tiene el poder peso suficiente de influencia para persuadir a las partes o a alguna de ellas a realizar
los actos u otorgar las concesiones que solucionen el conflicto, resolviendo la incompatibilidad de metas.
En el caso de abogados que actúan como operadores de conflicto, debe enfatizarse la conveniencia de tratar
de imitar el rol de tercero que posibilita las comunicaciones, aun cuando uno represente a una de las partes,
desde una relación profesional independiente o bajo relación de dependencia laboral. Sin embargo, frente a
los reclamos de sus clientes sobre una actitud enérgica y acciones de alta intensidad, se lo induce a escalar
el conflicto a la mayor intensidad posible de conducta conflictiva y la transmisión de amenazas en tono
violento pasa a ser su arma más eficiente, por lo menos para exhibirla a su cliente. Ello con prescindencia
de cuál sea el nivel de credibilidad que pueda otorgarse a la misma por el adversario que la recibe.
El interés que despiertan los llamados métodos alternativos de resolución de controversias y todas las
prácticas modernas de conducción de conflictos muestra que la sociedad avista las desventajas de un
manejo incontrolado del escalamiento y las ventajas de una acción que posibilite, facilite o mejore las
comunicaciones.
35
OM
Las comunidades políticamente organizadas se reservaron para sí el dirimir las controversias a través de
terceros (jueces) cuando los protagonistas del conflicto no lograsen hacerlo por sí mismos.
Ello se ve reflejado en la función judicial. Ella es ejercida por los jueces que actúan como representantes del
Poder del Estado y su misión es dirimir las controversias, mediante la aplicación de las leyes y con imperium
para hacer cumplir sus decisiones. Entre las soluciones adversariales, el proceso judicial es el de mayor
relevancia. Su origen es legal.
En nuestro país, existe el PJN cuya cabeza es la CSJN y además, los tribunales inferiores creados por ley.
materias.
.C
En cada provincia, además de su tribunal superior de justicia, existen tribunales con competencia en diversas
Lamentablemente, es conocida la lentitud de los tribunales, sumada al formalismo del proceso que en
DD
ocasiones facilita esa tardanza, la falta de recursos suficientes y el alto índice de litigiosidad que, entre otras
razones, ha llevado a cierto descreimiento en la justicia.
A ello se agrega el alto costo que significa litigar y la complejidad de los ordenamientos jurídicos, los cuales
muchas veces contienen normas de dudosa interpretación, que no tornan predecible el resultado.
Pero, adicionalmente, la solución judicial muchas veces no conforma a ninguna de las partes. En efecto, la
solución impuesta por un tercero crea la sensación de que hay un vencedor y un vencido. Ello, si bien
LA
concluye el juicio, muchas veces no hace concluir el conflicto, que sigue latente entre las partes y que
muchas veces desemboca en ulteriores litigios.
Todo ello ha servido de incentivo para que se piense en métodos de solución más rápidos, alternativos al
clásico del PJ. La ventaja de alguno de ellos es que el protagonista principal de la solución deja de ser el
juez y las partes no resignan el papel central que deben tener en la solución de sus propias controversias.
FI
De este modo, la solución buscada y encontrada por las mismas partes adquiere una fuerza mayor, porque
proviene de la propia convicción.
• Arbitraje. Por lo general, es de fuente convencional, aunque nada obsta a que provenga de la ley, lo
cual sucede cuando es ella la que impone esta vía a los fines de la solución de un conflicto y sin
perjuicio del ulterior acceso a la justicia.
OM
El árbitro pronuncia su fallo sobre todas las pretensiones sometidas a su decisión, sin que pueda
incurrir en extra petita. Y para el caso en que haya mediado falta esencial del procedimiento, se
pronuncie fuera del plazo o sobre puntos no comprometidos, el fallo está sujeto al recurso de nulidad.
Por último, el arbitraje puede ser de derecho o de amigables componedores. En este último caso,
fallan según su leal saber y entender, es decir, sobre la base de la equidad. En el primero, en cambio,
habrán de aplicar el derecho. La decisión se denomina laudo.
• Mediación. Es un procedimiento por el cual las partes, que se encuentran sumergidas en un conflicto,
.C
buscan una solución aceptable, a la que podrán llegar debido a la ayuda de un tercero neutral que,
mediante el uso de técnicas aprendidas, intenta ayudarlas a llegar a su propio acuerdo.
El mediador pretende facilitar el diálogo, restablecer la comunicación entre las partes y, más allá de
DD
sus posiciones, detectar sus intereses. Intenta inducir a las partes para que generen propuestas
mutuamente aceptables y, en definitiva, solucionen ellas mismas dicho conflicto.
LA
FI
37
OM
relaciones posibles: AB, BC y AC.
La primera diferencia notoria entre una relación diádica y una tríada reside en que el grupo de dos no existe
como algo distinto de sus miembros, porque la desaparición de uno de estos hace desaparecer el grupo.
Sin embargo, en toda organización que tenga por lo menos tres miembros, uno puede distinguir los
miembros y la organización, porque esta sobrevive a la desaparición de uno cualquiera de ellos en la tríada.
Esa desaparición, hasta que el tercero miembro sea reemplazado, cambia la estructura de la organización
de triádica a diádica. Pero precisamente por eso el grupo sigue siendo un grupo.
.C
La tríada muestra otra diferencia significativa: el grupo triádico es el único grupo social que posee un número
de relaciones igual al número de sus miembros.
La propiedad más importante de los grupos triangulares es su tendencia a formar coaliciones (alianzas)
DD
entre dos de sus miembros frente al tercero. El análisis del poder relativo de cada uno de los tres miembros
permite predecir con bastante certeza las coaliciones que habrán de formarse en cada grupo o que
razonablemente puede esperarse que en él se formen.
Los miembros de las tríadas puede ser individuos aislados o unidades colectivas de cualquier volumen o
una mezcla de ellos: un individuo y dos grupos, dos individuos y un grupo, tres individuos o tres grupos.
La tríada más frecuentemente analizada, probablemente porque es la que en mayor proporción han
LA
encontrado los investigadores en la realidad, es aquella en la que un miembro tiene más poder que los otros
dos y estos tienen igual poder entre sí. La coalición más previsible es la que pueden celebrar los dos
miembros de igual poder, frente al tercer miembro de más poder que cada uno de ellos.
Si el miembro de más poder A forma una coalición con el miembro B contra el miembro C, o con C contra
B, no aumenta su poder, sino que lo disminuye; porque alguna concesión de su poder originario tiene que
FI
hacer a B o C para que estos entren en la coalición. La alianza BC, en cambio, es una suma de poder que
convierte a A en el miembro más débil. Tan pronto como quede constituida la coalición, A preferirá negociar
con B o C, de modo de constituir la coalición AB o AC, que le conviene más que correr el riesgo de convertirse
en el tercero más débil de una eventual coalición BC.
Las coaliciones son mutables y transitorias, cuando no efímeras.
El tercero entre los miembros de las tríadas no es uno de los miembros concretos, sino uno cualquiera de
los miembros. Entre los miembros de la tríada, siendo las relaciones de conflicto de carácter bipolar y
manteniendo el pensamiento de que hay dos actores que conflictúan dentro de ellas, el rol de tercero puede
definirse como rotativo. Cualquiera de los miembros puede jugar el papel de tercero.
El tercero puede tener, además de las características del mediador, que es la más común de las actuaciones
de un tercero, el rol de tercero opresor. El tercero que actúa como opresor sigue una política de provocación
del conflicto, en interés propio.
El tertius gaudens recibe propuestas de ambas partes para conseguir su apoyo, lo que le permite negociar
y aumentar un precio explotador. Aparece como un socio o compañero deseado por los otros dos miembros
para una solución.
OM
.C
DD
LA
Tríada organizacional: aquella cuyos miembros pertenecen a una organización y a quienes su programa les
exige que interactúen unos con otros.
La característica de estos grupos es que poseen una organización de status o jerarquía, que distribuye a
sus miembros según el orden de su influencia relativa, de modo tal que, cuando responden a la exigencia
de interactuar, tienen establecidas de antemano las relaciones de superioridad, subordinación o igualdad, lo
FI
superior de una tríada organizacional. Este es el caso en que los dos subordinados B y C, cuyo poder
conjunto supera al de A, formulan una coalición contra A, que en la estructura organizacional es
superior a ellos.
• Conservadora. Es aquella que no altera el orden de status prescrito dentro de la tríada
organizacional. Si el miembro A es supraordinado a B y C e integra con cualquiera de ellos una
coalición, no se altera la relación de dominación, sino que se fortalece.
• Impropia. No es revolucionaria porque no altera la relación de dominio, no es conservadora porque
no trata de protegerla.
Un análisis del poder de cada uno de los tipos de tríadas posibles permite definir cuáles de estas coaliciones
son posibles en cada uno de los ocho tipos. Ello permite definir en una organización cuáles son las
coaliciones posibles entre sus miembros y de qué carácter serán. De ese modo, la organización puede
fomentar o dificultar e impedir la formación de las coaliciones posibles, de acuerdo a lo que convenga a sus
objetivos.
39
.C
serían posibles si aceptaran, expresa o tácitamente, comportarse como grupo triádico. Ello permite diseñar
estrategias destinadas a posibilitar a uno de los miembros de una diada el intento de aumentar su poder
relativo frente al otro miembro del grupo de dos.
DD
Cambios que una audiencia produce en un conflicto público. La opinión pública, motivada por los medios
masivos de comunicación, actúa juzgando la controversia con los datos que obtiene de la prensa, casi como
si fuera un juez. Los medios organizan tríadas entre los dos bandos enfrentados y la poderosa opinión
pública, que influye sobre los jueces.
La función de los medios masivos de comunicación ha sido definida como la postulación cotidiana de la
LA
hacerlo ofreciendo beneficios, premios. Y, finalmente, puede utilizar la persuasión. La diferencia entre
amenazas y ofertas es puramente semántica porque ambas tienen el mismo efecto.
Lo que interesa saber, en cada conflicto, para cada uno de los actores, es cuáles son sus recursos, cuál es
su poder, en comparación con el poder del otro, con relación a este. Se analiza el poder relativo.
En la categoría de terceros que participan en el conflicto se incluye al tercero disuasor. Se trata de un rol
que generalmente asume el miembro de más poder de un grupo de más de dos miembros frente al conflicto
entre los otros dos miembros cuando realmente desea terminarlo.
La interacción social es siempre triangular o triádica, ya que recibe la influencia de un determinado auditorio,
presente o no físicamente. Se trata del entorno, más o menos cercano y más o menos fuertemente vinculado
a aquel al cual nos referimos al sostener que los conflictos puros o de suma cero son, en el fondo, una
abstracción.
Este auditorio controla, en nombre del sistema más amplio al que pertenecen los actores, la conducta
recíproca de estos.
La teoría de las tríadas considera que todo agrupamiento de cuatro, cinco, seis o más miembros se reduce
a agrupamientos triádicos. Se incrementan las coaliciones posibles.
Clase 7
40
OM
de las Y) señalará, de abajo hacia arriba, el incremento de la intensidad.
En la abcisa será fácil acordar la unidad de medida y aplicarla correctamente. Así, elige el calendario
gregoriano, del cual puede usarse para cada caso la unidad que resulte más conveniente: minutos, horas,
días, semanas, meses, años, décadas. La unidad seleccionada está directamente relacionada con el tipo de
conflicto cuya intensidad se desea graficar.
¿Cómo se mide el cambio de intensidad? En cada momento que se marque en la línea de tiempo, se estará
utilizando un recurso de x intensidad. Este recurso puede ser mayor (x+n) o menor (x-m) que el que se haya
.C
usado en un momento anterior o el que pueda utilizarse en un momento futuro. Debe marcarse en el espacio
de las coordenadas esa acción como un punto a la altura que en la ordenada fije el valor de intensidad que
se le atribuye. Pero, ¿cómo se hace para identificar esta intensidad?
DD
Resulta posible, según Entelman, intuir en cada contexto o entorno la diferencia de intensidad que supone
el uso de distintos recursos. Ello porque en cada contexto cada conducta contiene una información y un
mensaje que los implicados saben interpretar.
En la evaluación de intensidad hay que tener en cuenta lo que la acción o recurso analizado significa para
el adversario a quien está destinado. Este a su vez tiene su percepción condicionada por su conocimiento
del adversario.
LA
El conflicto es un proceso dinámico, sujeto a la permanente alteración de todos sus elementos. A medida
que se desarrolla su devenir, cambian las percepciones y las actitudes de los actores que, en consecuencia,
modifican sus conductas, toman nuevas decisiones estratégicas sobre el uso de los recursos que integran
su poder y, a menudo, llegan a ampliar, reducir, separar o fusionar sus objetivos.
La intensidad de los recursos que utilizan para procurar sus objetivos en la dinámica de la interacción de los
conflictuantes está sujeta a cambios de nivel que condicionan las posibilidades y los métodos de
administración y de resolución. El carácter dinámico del conflicto produce una inevitable y permanente
alteración de sus términos. Una situación conflictiva totalmente estática no existe en la realidad, aunque el
conflicto pueda tener períodos de estancamiento en que aparentemente un statu quo perdura. Incluso es
período de aparente inmovilidad produce cambios en las percepciones de los actores, en sus imágenes del
adversario y del conflicto mismo y anticipa decisiones futuras que serán distintas de las que se hubieran
emprendido de no haber mediado el statu quo.
Los movimientos de escalada y desescalada de los procesos intelectuales, emocionales y volitivos que se
desarrollan en la conciencia de los actores y de las leyes empíricas que rigen todos estos fenómenos, se
dan como modificaciones de la intensidad de la conducta conflictiva dentro de una relación social que, por
ser tal, es recíproca. En este sentido, su análisis está conceptualmente vinculado con las nociones de
interacción e intensidad.
41
La intensidad de un conflicto no se mantiene estable a lo largo de su transcurso. Esto no significa que las
conductas conflictivas aumenten indefinida e inevitablemente su intensidad o deban producir
necesariamente picos de gran incremento o declinación.
El ciclo de los conflictos evidencia aumentos y disminuciones del nivel de intensidad, pero con la
característica saliente de que el proceso de incremento es más frecuente que el de declinación, aunque, en
algún momento, al tiempo de la resolución, el nivel de intensidad se reduzca notablemente.
¿En el momento de resolución la intensidad no es necesariamente cero? Entelman cree que no. Puede
OM
sostenerse que, concluido el conflicto, todo nuevo acto conflictual es ajeno a él y marca el comienzo de un
nuevo conflicto. Es decir, que la intensidad cesa con la resolución porque si termina el conflicto, ya no hay
actores ni conducta conflictual, con lo que no puede hablarse de mayor, menor o ninguna intensidad, porque
esta es un adjetivo de conflicto o de conducta conflictual. Pero, en la experiencia de los seres humanos,
cada conflicto es un proceso que ocurre dentro de una relación determinada. Su terminación es un fenómeno
que solo admite tratamiento empírico y no axiomático. La desconfianza y la reticencia que toda interacción
conflictiva genera en algún grado, tardan generalmente en borrarse definitivamente para dar paso a fases
.C
más cooperativas de la relación.
Se llama escalada o escalamiento hacia niveles de mayor intensidad de la conducta conflictiva de cualquiera
de los actores. Inversamente, la desescalada o el desescalamiento es un desplazamiento hacia niveles más
DD
bajos de intensidad.
Cuando las unidades conflictivas están constituidas por pluralidades de individuos, el aumento o disminución
de magnitud puede advertirse también en el aumento o disminución del número de personas implicadas en
la acción colectiva. En efecto, cuando conflictúan grupos integrados por gran número de miembros, existen
siempre algunos integrantes que no participan o se muestran indiferentes. La escalada del adversario
estrecha los vínculos internos de solidaridad e incorpora más activamente a esos miembros indiferentes al
LA
campo de conflicto. A su tiempo, cuando la intensidad del conflicto disminuye a valores bajos, decrece el
número de miembros comprometidos con la disputa.
A su vez, en la medida que uno de los actores escala, la situación conflictiva hace propicia la aparición de
nuevas pretensiones de cualquiera de las partes o de ambas, esto es, la propuesta de objetivos nuevos, que
supone la extensión del conflicto. De algún modo, la extensión es, en sí misma, una forma específica de
FI
escalada.
Una vez que se ha iniciado una acción conflictiva, los actos producidos por una de las partes, aunque solo
lleve el conflicto a un nivel bajo, pero superior de intensidad, tienden a producir en la otra, cambios que
fomentan el escalamiento.
Cuando hay actores colectivos, la agresión de una unidad a la otra, cualquiera sea el contenido del acto
agresivo, produce, entre muchos efectos, la solidaridad, unidad, lealtad y vocación de participación de los
miembros de la unidad agredida, que aumentan así su compromiso con las metas perseguidas. Este
aumento de compromiso justifica un incremento del esfuerzo destinado a alcanzar tales metas, y una
predisposición a absorber mayores costos provenientes del ejercicio del poder del adversario y de la
utilización del poder propio. Esto fomenta el escalamiento.
Esto pone casi en evidencia una ley empírica del desarrollo del conflicto. Producida una escalada, un
aumento de magnitud de la conducta conflictiva de una de las partes, la otra, generalmente, se ve obligada
a responder con una conducta de magnitud mayor. Mantener su conducta anterior y soportar la escalada
del adversario supone, o un sometimiento a este, o el fomento de su vocación de escalar. La respuesta con
intensidad mayor genera a su vez el circulo de provocar en el otro, autor de la escalada originaria, una nueva
reacción de ascenso de la conducta.
La dosificación de estos actos requiere una especial cautela, puesto que, alcanzado un determinado nivel
de intensidad, su estancamiento o la iniciación de un proceso se descenso se tornan muy dificultosos. En
42
OM
La dinámica de la cooperación tiende a ser una función de características relacionadas con los temas en
conflicto, particularmente la tangibilidad de los objetivos, mientras que la dinámica del conflicto tiende a estar
en función de características relacionadas con los actores.
Entelman cita tres aspectos de la interacción que permiten explicar los fenómenos de cooperación tanto
como los de conflicto, y así separarlos. Tales aspectos, llamados variables, son: acuerdo versus desacuerdo;
realización de actos positivos versus realización de actos negativos; amistosidad versus hostilidad.
La primera variable pertenece al plano de la conciencia intelectual, la segunda a la esfera volitiva de la
.C
conciencia y la tercera a su plano afectivo. Las últimas dos variables tienen que ver con la conducta y las
actitudes de los actores, mientras que la primera se vincula a la inteligencia por estos respecto de los temas
y objetivos con relación a los cuales interactúan.
DD
En el plano del acuerdo y desacuerdo habrán de darse los intercambios que posibiliten las soluciones
negociadas por los actores o a través de la participación de terceros.
La realización de actos positivos y de actos negativos actúa como un directo inductor en el aumento o
disminución de los niveles de amistad y hostilidad. A su vez, los positivos facilitan y los negativos dificultan
el alcance de las metas del otro actor. La cooperación aparece a la observación externa como una sucesión
de actos positivos que se realizan en el marco de una actitud benevolente o amistosa.
LA
Las actitudes de amistad u hostilidad que integran la tercera variable, tienen una incidencia directa a su vez
en la generación de actos positivos o negativos, y en la obtención de acuerdos o en la generación de
desacuerdos. Cuanto más amplio es el conjunto de temas que relacionan a las partes (relaciones de suma
variable), mayor es la posibilidad de operar con modelos de intercambio de acuerdos y desacuerdos, en que
las concepciones recíprocas posibiliten la terminación satisfactoria de los conflictos.
FI
a interpretar los actos del otro como accidentes, malos entendidos o acciones impulsivas. Cuando la relación
es hostil, todos los actos del otro actor son vistos con desconfianza, recelo y sospechosos de albergar
segundas intenciones. Los actores con relación amistosa buscan detectar sus similitudes, los que tienen
relación hostil enfatizan sus diferencias.
El ascenso o descenso de la conducta requiere que las tres variables se muevan en una misma dirección
realimentándose recíprocamente. Para revertir un proceso de escalada en que las tres variables se mueven
en el mismo sentido, es indispensable producir un cambio de dirección al menos en una de ellas.
Es difícil provocar el cambio de dirección negativa en la variable amistosidad-hostilidad. El nivel donde
pareciera más fácil iniciar el proceso es en el de acuerdo-desacuerdo, donde el intercambio de posibilidades
que razonablemente se pueden mostrar como convenientes a cada uno de los actores, provoca en estos la
comparación de esas posibilidades con los daños que pueden surgir del aumento de intensidad conflictual.
Sin embargo, la hostilidad funciona a menudo como un esfuerzo consciente o subconsciente destinado a
evitar acuerdos. La división de temas se hace difícil y, por lo tanto, el tratamiento del conflicto como de suma
variable, porque la relación de hostilidad circula entre los actores como si lo hiciera atravesando los temas
43
OM
relativamente posible con la intervención de los terceros.
En el largo plazo, en toda ausencia de manipulación de una de las variables, una relación de conflicto
estabilizada no tiende por sí misma a transformarse en relación de cooperación. Lo que se denomina Ley
de Gresham muestra que los elementos más negativos, peligrosos y dañosos de la conducta de interacción
conflictual, van con el tiempo excluyendo a aquellos otros que hubieran mantenido el conflicto en un
estancamiento, dentro de límites aceptables.
.C
La noción de dimensión hace referencia a las actitudes de los actores con relación al adversario y al objetivo
en conflicto. En este punto, se pueden identificar dos actitudes distintas: las que centran el conflicto en
relación con los actores y las que centran el conflicto en relación con los objetivos.
DD
Aunque en un mismo conflicto pueden concurrir ambas actitudes, siempre una de ellas prevalece sobre la
otra. En la primera clase de relaciones, el acento está puesto en la relación entre los actores y en la
ponderación que cada uno de ellos hace del beneficio que obtiene en comparación con la pérdida que
experimenta el oponente. El costo propio no es un elemento de consideración, En el otro tipo de relaciones
conflictuales, se enfatiza la temática conflictiva, es decir, los objetivos, metas, pretensiones y propuestas de
las partes. En el primer supuesto se habla de dimensión actoral. En el segundo, de dimensión objetal.
LA
La racionalidad indica que el cálculo prevaleciente en que se fundan las decisiones de cada actor, es el de
costo-beneficio. Existen conflictos en los que un actor (o ambos) valoran el daño causado a su adversario
por encima de la obtención de su objetivo, real o aparente. En el ámbito de los análisis del conflicto se ha
llamado a la evaluación que toma en consideración las pérdidas de la otra parte, cálculo de affectio. Y a la
evaluación que considera solo los costos y beneficios propios, cálculo de costo-beneficio.
FI
En el conflicto objetal, los actores procuran su objetivo sin medir negativamente el hecho de que el coste del
oponente puede ser menor que su beneficio. Los actores no piensan la relación desde el prejuicio de que
todo lo que uno gana tiene necesariamente que perderlo el otro. Por el contrario, en el conflicto actoral, el
cálculo de affectio toma una posición preponderante.
En relación con la variable “acuerdo-desacuerdo”, la dimensión objetal permite con mayor facilidad el manejo
de metas múltiples y diferenciadas, la expansión del conflicto a otras metas o la división de las metas u
objetivos para facilitar una negociación. Por el contrario, la dimensión actoral provoca que los temas
individualizados respecto de los cuales los contendientes están envueltos en conflicto, tiendan a fusionarse
dentro de un solo tema, una sola meta. En realidad, ocurre que, en buena parte, los objetivos se formulan a
partir de la relación de adversariedad o colaboración.
El conflicto actoral hace dificultosa la aparición de modelos en que se puedan incorporar nuevos valores que
permitan ensayar intercambios recíprocos de concesiones que cuestan menos al que las otorga que lo que
valen para el que las recibe. Las alianzas tienen el carácter de pacto ideológico con terceros contra el
adversario y no el de acuerdos para obtener el propio objetivo. En otras palabras, las alianzas en el conflicto
de dimensión actoral son alianzas contra alguien más que alianzas para algo. Estas últimas emergen de los
conflictos de dimensión objetal.
También en el nivel de la variable “actos positivos y actos negativos”, la relación de estos es afectada por la
dimensión en que se centre el conflicto. En los conflictos objetales, los objetivos varían de uno de los temas
conflictuales a otro de los temas conflictuales y los actos negativos o positivos se dirigen a cada uno de ellos
44
OM
daño que le producen al adversario o la ventaja con la que lo benefician. Todo ello significa que, mientras
en el conflicto objetal los adversarios están orientados hacia sus objetivos, en el de dimensión actoral se
orientan contra el adversario, lo cual los hace más susceptibles a los sentimientos de amistad u hostilidad
cuando llega la hora de solución o terminación del conflicto.
Así ocurre sobre todo cuando un actor que tienen posición objetal ve constantemente rechazadas sus
propuestas por cálculos de affectio de su adversario. Este procura tratar solamente soluciones de alto costo
para aquel. Tal actitud es valorada como la producción de actos negativos y genera un incremento de la
.C
hostilidad del bando objetal o la disminución de su actitud amistosa original.
No todos los conflictos ocupan el mismo lugar dentro de las relaciones sociales en que se producen, ni tienen
DD
la misma significación para ella. Hay conflictos que son ajenos a la índole de la relación que los alberga.
Otros son típicos de ella, consustanciales con la esencial del vínculo existente entre los actores.
De los conflictos identificados como causales o accidentales respecto de la relación, podría predicarse que
son susceptibles de terminación.
La expresión resolución quedaría reservada para la etapa final de aquellos otros que muestran una especie
de presencia reiterada, que parecen intrínsecos de la particular relación en la que se producen.
LA
En muchas circunstancias, tanto los actores de un conflicto como sus entornos disponen de elementos que
explícitamente evidencian su cese. Pero en muchos otros casos, los conflictos terminan sin que las partes
ni los terceros que les sirven de audiencia definan claramente que así ha ocurrido.
A veces, cuando una parte siente y declara que ha obtenido su objetivo, la otra es reticente a aceptarlo. A
menudo el actor que considera haber obtenido su objetivo coincide expresa o tácitamente con su adversario
FI
en no hacer manifestaciones que informen sobre esos resultados al entorno del sistema en conflicto. En
otros supuestos, la parte que no puede obtener el objetivo que se propone cesa en el uso de recursos para
lograrlo, pero lo hace sin declarar si su actitud es una definitiva conclusión del enfrentamiento o una simple
postergación unilateral de la acción conflictiva. En tales condiciones, puede ocurrir que el otro actor tenga
interés en producir signos indudables de un resultado que quiere fortificar como definitivo.
Puede darse también la situación de que prefiera adoptar una conducta prudente y expectante para decidir
su modo de interactuar en las relaciones futuras.
Es común que los actores que creen haber obtenido la “victoria” consideren que ha cesado el conflicto.
Puede suele ocurrir que, aún en supuestos que la parte “derrotada” no discuta el resultado, en el futuro
inmediato se haga necesaria una nueva definición sobre resultados, en el proceso de implementar la
“victoria”. Cuando tanto los actores como los terceros de su entorno consideran concluido un conflicto,
aparecen nuevos enfrentamientos en la etapa de hacer efectivos (ejecutar) los resultados producidos por la
terminación.
Entelman considera erróneo confundir los modos o maneras en que puede concluir un conflicto con los
métodos utilizados a tales efectos.
Pueden usarse métodos distintos para terminar o resolver un conflicto de un modo determinado.
Al margen de los métodos de resolución disponibles, son muy pocos los modos en que terminan los
conflictos.
45
OM
negociación.
Un buen criterio para distinguir los distintos modos en que concluyen los conflictos es tratar de descubrir las
diferencias existentes entre los modos de tratar los objetivos. O sea, preguntar sobre qué resultados arroja
la terminación con referencia a los objetivos. Pareciera que la respuesta puede distinguir entre resultados
en los cuales los actores distribuyen entre ellos los objetivos o los valores que para cada uno de ellos
representan los objetivos; y resultados en los cuales los actores participan en los objetivos. Puede llamarse
.C
a los primeros resultados de distribución y a los segundos resultados de participación, o bien, distributivos y
participativos.
Los resultados distributivos otorgan a veces todo lo que es objeto de conflicto a un actor en desmedro del
otro. Se trata de soluciones ganador-perdedor. En otros supuestos, se distribuyen objetivos o valores. Se
DD
habla entonces de soluciones ganador-ganador.
Los resultados participativos reestructuran los objetivos, incorporan nuevos valores y son el producto de
esfuerzos compartidos que, al tratar el conflicto, no intentar resolverlo. Lo conciben como un problema que
no requiere obtener una resolución, sino una solución. En ese contexto, los actores pueden participar
también de las pérdidas que generan al reestructurar el conflicto, sus objetivos y la forma en que participan
en ellos.
LA
Entelman da importancia a la distinción entre los resultados posibles y los métodos para obtenerlos, porque
está persuadido de que estos poseen versatilidad suficiente como para ser utilizados en procura de uno u
otro resultado.
La distinción entre resultados distributivos y participativos es una cuestión de actitud de los actores y no de
métodos, sin negar que algunos métodos son, en principio, más propicios que otros para obtener un
FI
determinado objetivo.
Entelman realiza una primera distinción entre métodos que se desenvuelven dentro del sistema de conflicto
y métodos que se desenvuelven fuera del sistema en conflicto. Denomina a los primeros métodos endógenos
y a los segundos métodos exógenos (nombre que denota la participación de terceros ajenos al sistema,
externos a él).
La negociación en todas sus formas es el prototipo de los métodos endógenos. A través de ella, las partes,
dentro de su relación, siguen procedimientos tendientes a resolver su conflicto o solucionar su problema.
Por el contrario, el prototipo de método exógeno es el proceso judicial, en la medida que es emblemático de
la intervención de un tercero en el proceso de terminación. Corresponde a este tercero la función de resolver
la adjudicación de los objetivos sin que los conflictuantes participen en la decisión resolutiva.
A su vez, la clase de métodos exógenos admite subclasificaciones: la distinción entre participación o
intervención. Se trata de distinguir entre participación o intervención de terceros que resuelven por sí
mismos; y la de otros, que solo actúan o intervienen para colaborar con las partes en el proceso de
resolución, para facilitarles su propia toma de decisiones. La mediación es una típica intervención de terceros
que no resuelven. Nótese aquí la diferencia que existe entre el árbitro y el mediador y, en cambio, la similitud
que tiene la función del árbitro con la del juez.
Cuando los actores focalizan su atención sobre sus relaciones de conflicto y no ven en conjunto sus
relaciones totales que incluyen coincidencias pasadas, actuales y eventuales del futuro, un claro efecto se
46
OM
conflicto. Estos bandos están integrados por los actores que son los sujetos que originariamente
conforman la incompatibilidad de metas en que el conflicto consiste, es decir, los fundamentes de la
relación, y por los terceros, que son quienes se suman a los actores en cada bando por vía de las
coaliciones o alianzas. Son actores quienes persigan una meta a obtener y dispongan de los recursos
de poder aptos para perseguir esas metas.
• La percepción es el contenido con que acceden a nuestro intelecto todos aquellos datos de la realidad
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externa. La conciencia, por su parte, menciona el producto de un acto intelectual en el que un actor
admite encontrarse con respecto a otro actor en una relación en que ambos tienen o creen tener
objetivos incompatibles.
• La falta de conciencia por parte de alguno o de todos los actores dificulta la gestión del conflicto, lo
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que equivale a decir que la conciencia es un elemento necesario para que el conflicto sea operable.
• Los actores persiguen la obtención de metas u objetivos a través de la utilización recursos de poder.
• Para que el recurso implique poder, es necesario que el actor tenga la propiedad del recurso y,
además, que esté dispuesto a utilizarlo. La utilización del recurso es un cálculo de costo-beneficio.
• No existen poderes absolutos. El cálculo del poder siempre se refiere a la cantidad de recursos de
un actor con relación al otro actor en conflicto.
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empírico del conflicto que establece que, a determinada magnitud de conducta conflictiva por parte
de un actor, el otro actor debe responder con igual o mayor cantidad de conducta conflictiva.
• Las variables se balancean entre sí. La realización de actos positivos o negativos actúan como un
directo inductor en el aumento o disminución de los niveles de amistad y hostilidad. A su vez, facilitan
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Las variables amistad-hostilidad y acuerdos-desacuerdos son congruentes. Es común encontrar que actores
hostiles entre ellos se pongan de acuerdo en temas concretos. Igualmente se encuentran fuertes
desacuerdos e incluso escaladas conflictuales entre actores que mantienen relaciones amistosas. Esto
ocurre así porque las decisiones estratégicas que producen la escalada son de carácter racional y se
adoptan en el nivel intelectual de la conciencia.
Los actores deben tener clara la relatividad de los conceptos de terminación, resolución y victoria.
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