Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Colombia
Las relaciones entre Colombia y Venezuela se refiere a las relaciones diplomáticas entre
la República de Colombia y la República Bolivariana de Venezuela, ambas naciones
sudamericanas que comparten una frontera terrestre de 2341 km de longitud.2 La relación
se ha desarrollado desde principios del siglo XVI, cuando los colonizadores españoles
crearon la Provincia de Santa Marta (hoy Colombia) y la Provincia de Nueva Andalucía
(hoy Venezuela) siendo dos entidades administrativas coloniales de España. Los dos
países comparten una historia en común por haber sido territorio colonial español, por
lograr su independencia con Simón Bolívar a la vanguardia, para luego convertirse en una
sola nación –la Gran Colombia– que se disolvió en el siglo XIX dando origen a la actual
situación de dos estados soberanos. A raíz de entonces, la relación general entre los dos
países ha oscilado entre la cooperación y la lucha bilateral.
Estos países vecinos comparten una historia similar al haber sido gobernados por
el Imperio Español y haber formado parte de una sola nación, la Gran Colombia, por un
corto período de tiempo después de lograr su respectiva independencia, de la mano de
próceres como Simón Bolívar y Francisco de Paula Santander, entre otros. La disputa
fronteriza es muy anterior a la fundación de las naciones modernas, y se remonta a las
dificultades experimentadas en la conformación del límite entre las colonias de Santa
Marta (ahora Santa Marta, Colombia) y Nueva Andalucía (ahora parte de Venezuela).
Durante la época colonial la Península de La Guajira, entonces habitada por los indígenas
wayú, habían resistido a la invasión de los españoles procedentes de Santa Marta y
Nueva Andalucía, una situación que impidió a las colonias la delimitación de sus territorios
en la zona. A finales de la época colonia, con la independencia de las dos colonias los
indígenas wayú fueron finalmente sometidos. Los nuevos territorios independientes
comenzaron las negociaciones formales para dividir la península Guajira de manera
longitudinal. Las negociaciones fracasaron y las dos partes solicitaron a España su
intervención. En 1891 la corona española emitió un juicio, pero fracaso una vez más en
delimitar la frontera debido a las confusas ubicaciones geográficas de la sentencia.
Desde el siglo XX la relación ha evolucionado con altibajos sobre todo con respecto a la
disputa del territorio marítimo sobre el Golfo de Venezuela. El punto más bajo en la
relación bilateral se produjo el 19 de agosto de 1987, después de que
la corbeta colombiana ARC Caldas (FM-52) se adentró en las aguas en disputa y el
entonces presidente de Venezuela, Jaime Lusinchi, ordenó a la Fuerza Aérea de
Venezuela a desplegarse en la zona. El enfrentamiento se resolvió por la vía diplomática,
pero la disputa marítima se mantuvo.
El conflicto armado en Colombia entre el gobierno y grupos guerrilleros colombianos
también ha provocado problemas entre los dos países. Incursiones ilegales militares por
parte de las dos fuerzas militares de los países en el territorio del otro han sido frecuentes
desde que el conflicto en Colombia se intensificó en la década de 1980, que
posteriormente provocaron desplazamientos forzados de civiles en Colombia y en
Venezuela. Grupos armados ilegales también se adentraron en Venezuela. El
contrabando fluye de un territorio a otro en función de la oferta y la demanda a lo largo de
la frontera común de 2.210 km. Productos ilegales van desde la gasolina, drogas y armas
a vehículos robados. Desde 2002, las relaciones entre los dos países ha fluctuado debido
a las diferencias ideológicas que separan a ambos gobiernos.
Brasil
Aun cuando fueron discretas, las relaciones de Venezuela y Brasil datan desde la época
de la revolución independentista. En ese entonces, el Imperio del Brasil mantuvo una
posición neutral durante la guerra emancipatoria contra España.
Luego, a partir de la mitad de ese siglo, Brasil formó parte de la articulación de un sistema
de relaciones internacionales en su frontera norte cuya dinámica de alianzas coyunturales
lo involucraron con Venezuela, Gran Bretaña y Estados Unidos. Esto generó, como efecto
secundario, el acercamiento entre Caracas y Río de Janeiro.
Uno de los factores que intervino en la maduración del tratado de límites y navegación
entre Venezuela y Brasil fue la adopción de la estrategia para la internacionalización del
río Amazonas. Del mismo modo, desde el momento en que ambos países firmaron el
acuerdo de 1859, se negoció un único tratado sobre límites y navegación fluvial; los
límites naturales fueron valorizados, de acuerdo a la definición de las cordilleras, ríos y
otras referencias naturales como marcos indiscutibles de territorialidad de ambas
naciones.
Ese tramo histórico culminó con la firma de un modus vivendi el 11 de junio de 1940 que
buscó regular el comercio entre Venezuela y Brasil. Consistía en otorgar un trato
recíproco e incondicional de nación más favorecida a ambos y produjo aumento del flujo
de comercio entre los dos países.
Guayana
La política exterior guyanesa hacia nuestro país ha estado signada por la desconfianza
que crea la Reclamación venezolana sobre el territorio Esequibo, pero debido a la
vecindad, esto no ha sido impedimento, en especial luego de la muerte de Burnham, para
la cooperación en diversas áreas, sobre todo de nuestra parte, a pesar de que ha habido
momentos de gran tensión, habiéndose utilizado la controversia en el pasado como arma
política de ambos países en momentos de campañas políticas con vista a ganar votos en
procesos electorales.
Los días 19 y 20 de febrero de 2004, se llevó a cabo la Visita Oficial a Guyana del
Presidente de la República, Hugo Chávez, por invitación del Presidente Bharrat Jagdeo, la
cual puede calificarse de histórica, por ser la primera realizada por un Mandatario
venezolano a Guyana en más de diez años, acompañado de una delegación de tan alta
calificación.
En los últimos meses, la región del Caribe se ha desplazado cada vez más al centro de la
atención mundial. Algunos opinan que la cuenca del Caribe se ha convertido en un nuevo
foco internacional de crisis, donde también se confrontan las superpotencias. Los círculos
conservadores, ciegos otra vez, utilizan un viejo lenguaje anticomunista para señalar una
amenazante "cubanización" de la región. Intencionalmente evitan preguntarse las raíces
de las crisis sociales, económicas y políticas en las islas del Caribe, y el imperialismo
norteamericano queda así fuera de la discusión. Menos se analiza la influencia de los
vecinos latinoamericanos, como por ejemplo México, Colombia y Venezuela. El presente
estudio es digno de consideración, aunque más no fuera por el hecho de presentar un
bosquejo histórico de las relaciones entre Venezuela y el Caribe, porque viene a llenar un
vacío. Especialmente destacable es el hecho que Demetrio Boersner, reconocido
científico y político venezolano, evita el lenguaje exclusivo de los científicos presentando
la problemática en una forma fácilmente comprensible. Con ello se le brinda a aquellos
con una formación política "intermedia" la posibilidad de interiorizaDemetrio Boersner.
Monte Avila Editores Caracas 1978. En los últimos meses, la región del Caribe se ha
desplazado cada vez más al centro de la atención mundial. Algunos opinan que la cuenca
del Caribe se ha convertido en un nuevo foco internacional de crisis, donde también se
confrontan las superpotencias. Los círculos conservadores, ciegos otra vez, utilizan un
viejo lenguaje anticomunista para señalar una amenazante "cubanización" de la región.
Intencionalmente evitan preguntarse las raíces de las crisis sociales, económicas y
políticas en las islas del Caribe, y el imperialismo norteamericano queda así fuera de la
discusión. Menos se analiza la influencia de los vecinos latinoamericanos, como por
ejemplo México, Colombia y Venezuela. El presente estudio es digno de consideración,
aunque más no fuera por el hecho de presentar un bosquejo histórico de las relaciones
entre Venezuela y el Caribe, porque viene a llenar un vacío.
La soberanía nacional existe para garantizar el derecho de cada pueblo para darse a sí
mismo un gobierno limitado, dedicado a proteger la soberanía de cada individuo sobre sí
mismo, de cualquier ataque interno o externo. El que los pueblos se den a sí mismos
gobiernos que hagan todo lo contrario, sólo será intolerable para el conjunto de la
humanidad civilizada, cuando dichos gobiernos alcancen grados de totalitarismo que
hagan imposible el que sus propios pueblos los sustituyan voluntariamente. Ese no es aún
el caso de Venezuela... Y con el esfuerzo político y pacífico de los propios venezolanos,
es posible aún evitar que llegue a serlo en el futuro; sin necesidad alguna de
interferencias externas que violen nuestra soberanía nacional. Interferencias que, por lo
demás, son capitalizadas internamente en su propio favor, por un gobierno neo-
izquierdista revolucionario, que gracias a las mismas se atornilla en el poder, al ser muy
poco probable que lleguen a las últimas consecuencias. Y que aún en tan sangrienta
hipótesis, lo que pueden sembrar es un odio profundo e irracional... y el inveterado deseo
de revancha. Fuentes de guerras civiles y enemigos casi invencibles de la paz y el
progreso de cualquier Nación que los padezca.
El que pueden representar otros Estados, u organizaciones que asumen todas, o algunas,
de las funciones del Estado.