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CURSO
PANAMA
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PENSAMIENTO SOCIAL Y POLITICO
5.1 SOCRATES. – Nació entre 471 y 464 a. C. y murió, condenado por el pueblo de
Atenas, en 300, Diógenes Laercio y Hegel han dicho ambos que Sócrates, es
celebrado como maestro de moralidad, pero deberíamos llamarle más bien
inventor de la moralidad. En el pensamiento social en general, pero en especial
en teoría política, los juicios morales de valor han sido de capital importancia.
Muchos siglos más tarde la sociología y la economía, por ejemplo, han intentado
librarse de ellos. Pero durante centurias y aun hoy estos han perneado toda
especulación sobre la investigación de lo social. En este sentido, la figura y
aportación de Sócrates es descollante; precisamente porque el enfoque socrático
es el que ha puesto un freno a la emotividad de los mejores autores y científicos
sociales.
Como quiera que Sócrates no dejara nada escrito, tanto cuanto de él sabes nos
ha llegado a través de quienes lo conocieron, tales Jenofonte y Platón, o de
quienes recogieron tradiciones, tales Epíteto, Plotino y Seneca.
Veámoslos:
1. Que la virtud se conocimiento, además de que lo implique, es algo de
incalculable consecuencia en la ciencia política posterior. Sin ir más lejos,
la Republica de Plantón parte parcialmente de esa hipótesis; se construye
un sistema político que ofrezca a sus miembros capacitados las
condiciones necesarias para conocer el Bien Supremo y a los demás a
alcanzar el grado de saber que su naturaleza les permita; a este saber se
llega mediante una vida justa y virtuosa, que depende a su vez de que el
individuo se aplique en el estudio de la verdad. La virtud es conocimiento
porque es obediencia a la facultad de razonar, el orden social, por ende,
debe de ser racional para que en su seno medre la virtud.
2. Aristóteles dijo que una de las más grandes portaciones de Sócrates ha
sido la definición y dijo bien. Uno de los problemas más graves de las
ciencias sociales es el de la ambigüedad de ciertos términos. No solo ya
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en el terreno de la política, sino también en el académico, hoy no hay
unanimidad en cuanto a definiciones. Por ejemplo, la palabra “democracia”
no significa siempre lo mismo en la Universidad de Leningrado, en la de
Chicago y en la de Barcelona. Sócrates quería que los hombres se
pusieran de acuerdo acerca del significado de las naciones que usaban, y
en este sentido su magisterio esta tan vivo como cuando él lo ejerció en el
ágora de su soberbia ciudad. Sino podemos averiguar el sentido último de
un concepto moral, sociólogo o económico, que es a lo que Sócrates iría
en última instancia, es necesario que lleguemos por lo menos a
definiciones convencionales, definiciones operativas, claras, distinta y a ser
posible, carente de carga afectiva en ellas mismas.
3. La teoría social tiene una teoría del conocimiento. El método socrático de
llega a conocer en cualquier caso es el dialogo. La verdad en el terreno de
lo social no puede salir, según él, sino del incesante dialogo. Mas para
Sócrates este dialogo no era el político o parlamentario, movido solo por
los intereses de los participantes, sino el filosófico, cuya única motivación
es el amor a la verdad. Sócrates parte de la base de que, no sabía nada,
pero cree que el conocimiento puede alcanzar, aunque el camino sea
arduo, y concluye que el método de la pregunta y la respuesta, llevado con
honradez, es el adecuado para alcanzar el saber.
Platón dedico gran parte de sus desvelos a escribir su propia filosofía. Esto lo
hizo en forma de diálogos. Los primeros siguen muy de cerca el estilo y el
contenido de las conversaciones mantenidas por su maestro y por ello se llaman
Diálogos Socráticos. El primero fue la Apología a favor de Sócrates, que tiene
interés para toda la historia de las ideas políticas, pues en ella se refleja su
consternación ante el hecho de que un sistema que pretende basarse en la
tolerancia pueda permitir el desafuero de ejecutar al más eminente de los
hombres. Los diálogos de su madurez son sus obras maestras, tales el
Simposio, el Felón y la Republica. A esta hemos de dedicar nuestra atención
cuidadosa. En su vejez Platón escribió también obras importantes, como
ejemplo el Critias o las Leyes, dialogo ese último que complementa juna a otro,
el Político, el pensamiento social de la Republica, y lo coloca en una perspectiva
realista y practica. En general, cada uno de sus diálogos trata un tema diferente,
pero esto no es estricto. Algunos tratan de varios temas y muchos rozan
incidentalmente un sinnúmero de ellos. La filosofía sistemática amanece con
Aristóteles, de modo que ni siquiera se puede afirmar que la Republica sea un
tratado de ciencia política. Además de eso es mucho más y sus elementos no
políticos son tan importantes como los políticos y sociólogos.
Platón no fue solo un escritor, sino también un hombre muy activo en la vida
social de su tiempo. Al igual que su maestro, predico sus teorías como mejor
pudo y yendo algo mas legos que Sócrates hasta intento ponerlas en práctica,
aunque sin demasiado éxito. Esto constituye una de las más hermosas
aventuras en la vida del filósofo. Sus experiencias y sus afanes de reforma
social no las cuenta en sus Cartas, de las que laque la VII es muy importante.
En ella Platón no relata el origen de sus ideas políticas y sus intentos de hacer
realidad su filosofía social en el reino de Siracusa. Nos explica como en su
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primera visita a Sicilia conoció a tirano de aquella ciudad Dionisio, y como le
explico sus teorías, lo cual le valió a Platón el ser vendido como esclavo, pues
sus ideas gustaron poco al gobernante. Mas Dion, cuñado de Dionisio, quedo
tan impresionado con las ideas del ateniense que, libre este otra vez, y muerto
aquel, pensó que sería conveniente educar al futuro rey, su sobrino, y llamo a
Platón otra vez a Siracusa, quien hizo dos viajes a la ciudad siciliana en 368 y
361. En vano intento Platón hacer de Dionisio, el joven tipo de filósofo, rey que
debía edificar el estado perfecto. Después de peripecias diversas, Platón volvió
a Atenas, a la Academia por la fundada, donde llevo una activísima vida de
enseñanza, y a pesar de haber refrenado su fe en la inmediata perfectibilidad del
hombre y de la sociedad, murió sin haber abandonado esta idea y sin haber
dejado ni un solo momento de creer en su viabilidad.
Puede verse en todo esto hasta qué punto el método filosófico de Platón estaba
íntimamente ligado al sistema social democrático griego, en el que la discusión
racional de cada problema constituye un elemento básico. Los lectores de su
tiempo deberían ver en los diálogos un reflejo de la vida del ágora, y tanto ellos
como nosotros nos hemos visto cautivados por su elegancia, belleza y facilidad
de lectura. Pero, dejando apare su aspecto estético, hay que subrayar que el
método dialectico de la contraposiciones de proposiciones diversas en el marco,
de una discusión coherente ha atraído a importantes pensadores sociales de
todos los tiempos. En las mentes de estos autores el significado de la idea de
dialéctica no coincide con el de Platón, pero esto no es óbice para que haya que
ver en este último el origen de tal método especulativo.
Esto son los pilares sobre los que se asienta toda la obra en lo que tiene de
original en los demás, el material se lo da la Grecia de su tiempo, sobre todo la
imagen de Esparta y su constitución peculiar, pues la Republica no nos presenta
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otra cosa que no sea una ciudad, estado helénica, tanto en el numero de sus
habitantes, como en el área de su territorio, como en el estilo de vida de sus
ciudadanos.
Hoy ya no es posible creer que platón considerara factibles todos y cada uno de
los principios rectores de la obra por el escrita. Escribir una utopía no siempre
equivale a tener una mentalidad utópica. Hay que considerar que Platón trazo
un estado ideal a sabiendas de que la era, para establecer un paradigma, un
contraste irreprochable de aquello a lo que los hombres llegarían, de no ser su
naturaleza tan imperfecta. Las obras sociales posteriores del autor nos
reafirman en esta opinión, y nos hacen rechazar la idea de que en su vejez el
sabio atenieses se desengañara por completo de su proyecto inicial. Platón
estuvo convencido de que muchos de sus principios eran parcialmente viables a
través de la educación y por ello no cejo en esta empresa durante toda su vida,
tanto en la corte siciliana como en los jardines de las afueras de Atenas, en que
estableciera su escuela.
Estos argumentos podrán esconder falacias, pero hay duda de que responden a
una concepción del derecho nada rara en muchos momentos de la historia. La
respuesta de Platón a estas afirmaciones consiste en destacar como el hombre
verdaderamente justo, que no identifica poder y derecho, es un hombre más sabio
y más feliz. El hombre que sigue a su razón tiene un camino claro en su vida
mientras que el que sigue la ley de la fuerza causa no solo la infelicidad de los
demás cosa a la que no se puede llamar justa, sino la suya propia, pues se
condena así mismo a la ansiedad de poder ser atacado, o serlo efectivamente.
Por otro, es como un instinto que nos lleva a acatar lo justo y a indignarnos contra
lo injusto. En lo primero se parece al deseo, en esto último se parece a la razón.
No cabe duda que la concepción que Platón tiene del hombre es mucho más
compleja que esta de los tres elementos, pero para construir su teoría del estado,
son ellos los únicos que le hacían falta. El ciudadano de la Republica, pues, se
concibe como un sr poseedor de un alma, la cual contiene razón, ánimo y apetito.
Estos son, en el fondo, tres fuentes de acción, y quizá por eso Platón no ha
hablado de otra facultad: la voluntad. La acción deliberada es compleja, pues
muestra tanto razón como puro deseo. De la siguiente cita colegiremos cuales
son las tendencias que surgen de estas facultades y cuales son consecuencias
sociales:
Según Platón, el alma tiene órganos diferentes. Con cada órgano hay una
tendencia a la acción, de las que tres:
Todo esto constituye un plan o proyecto que ya en si implica una seria crítica de los
estaos existentes en la época. En primer lugar, las funciones de gobierno deben
restringirse a las personas más competentes. Con ello se terminaría con la ignorancia
y la falta de responsabilidad de los políticos y de los demagogos. Por otra parte se
acabaría con la violencia de las luchas entre facciones y sobre todo, con la perpetua
guerra que existe, dice Platón, en toda ciudad, hasta en la más pequeña entre ricos y
pobres, es decir, la lucha de clases económicas. Acaba con ello sería resolver el
problema de la justicia, que es, no hay que olvidarlo, el radical punto de partida de la
obra toda.
El estado paradigma, modelo de todo otro estado, deberá estar construido de acuerdo
con la naturaleza del individuo. El estado, cree Platón, será imagen y semejanza del
alma humana y tendrá, en consecuencia, los mismos elementos que esa tiene. Esto
no quiere decir que Platón conciba al estado cual fuese un organismo a gran escala;
lo único que significa es que deben de establecerse importantes paralelos entre la
psicología individual y la estructura de la sociedad. Las clases sociales serán las que
le darán la estructura deseada. Mas estas clases se constituirán de acuerdo con la
naturaleza de cada individuo no por nacimiento, privilegio o favor. Los menos
capacitado serán los trabajadores, artesanos y campesino y los mas los guardianes
de la sociedad. Los guardianes a su vez se dividirán en soldados y gobernantes o
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gobernantes, en caso de que haya uno solo. Siendo el alma humana una
combinación de los tres elementos señalados en el anterior epígrafe, hay que añadir
que en cada hombre aparecen combinados en forma diferente. Así, por ejemplo,
aquellos hombres en los que predomine el deseo, y la razón esta reducida a un grado
secundario, deberán abstenerse de la alta tarea de gobernar y dedicarse de lleno a
los trabajaos manuales. Ello, además, está de acuerdo con su naturaleza intima y les
hará mas felices.
En los soldados predominara el buen ánimo y el sentido del honor y del sacrificio
altruista por la patria. Por ello debe confiarse a hombres de ese tipo la defensa del
estado, pues no serán fácilmente sobornables ni huirán ante el peligro.
La educación lleva para Platón a dos cosas importantísimas, sin las cuales todo su
plano podría existir, que son el conocimiento del bien por parte de los capacitados y la
creación de filósofos, reyes, aptos para gobernar. Como se ve a Platón no se le
ocurre comenzar su ciudad ideal mediante la conversión de las masas a su teoría,
sino que quiere hacer una transformación social desde arriba, convenciendo al ya
poderosos. Es este el que puede poner en movimiento el proyecto.
Pero no hay que entender a Platón cual si fuera un abogado incondicional del
absolutismo. Su idea del hombre de estado ideal gira en torno al concepto del
conocimiento de lo justo, por eso hace en el Político una distinción muy importante
entre tiranía y monarquía. Si el soberano actúa conforme a su sabiduría, sus actos
serán a la postre bien recibidos por el pueblo, pues le traerán el bien pero actúa
conforme a la ignorancia y a la arbitrariedad, no merece ser gobernante. Eso se
aplica a cualquier situación en la que un hombre tenga poder por encima de otros
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hombres. Platón analiza la naturaleza del fenómeno que hace que un ser humano
tenga autoridad sobre sus prójimos y tanto le interesa el dueño de una casa, como un
administrador de bienes como el señor de un país. Naturalmente, su estudio se
concentra en este último pero un gran merito de la obra estriba en analizar en
abstracto que sea el mando y cuales sus funciones deseables.
LAS LEYES. El gran último dialogo de Platón trata un tema del que no se había
ocupado especialmente ni en el Político ni en la Republica, el de la ley. Esto se debía
en parte al hecho de que la ley, a los ojos por los hombres que la viven en cada
momento histórico. El gobernante tiene que tener manos libres para transformar la
sociedad, y la ley en el sentido de norma ya establecida, es más bien un
impedimento.
ARISTOTELES
Con el fin de ampliar su educación, partió par Atenas cuando contaba diecisiete años.
Muerto su padre, quedo en situación económica desahogada y gracias a ella pudo
pasar en la capital ática veinte años, dedicándolos al estudio. Se ignoran sus
primeros maestros, aunque es de suponer, dada la forma de vida ateniense, que
tuviera uno u otro contacto con todos los que a la sazón enseñaban o daban un
ejemplo, es muy probable que escuchara a Sócrates y quizás a él le deba su
invariable interés por la materias de la retorica. Al poco tiempo de su estancia en
Atenas, regresó Platón de Sicilia. Aristóteles se hizo discípulo suyo y permaneció
siéndolo hasta su muerte, acecina el 347 a. C. su admiración y devoción por el
maestro fueron muy grandes, aunque esto no le impidiera examinar críticamente su
obras. El aforismo amicus Plato, sed maius amicus verita cobra, el Estagirita, un
sentido literal.
Muerto Platón, Aristóteles realizo varis viajes. En el primero visito a Hernias, tirano de
Atenas y parece que se caso con una hermana o sobrina suya, Pitia de nombre.
Estuvo también en Mitilene, según parece. Pero en 342 Filipo de Macedonia quiso
confíale la educación de su hijo Alejandro, que frisaba los catorce años. Aristóteles se
hizo cargo de ella durante siete años, es decir, hasta el momento en que Alejandro
partió en su memorable expedición contra Persia. Su influencia sobre el caudillo
macedonio no está muy clara, pero es indudable. Muerto por asesinato el sobrino de
Aristóteles, su relaciones se interrumpieron, en 325, aunque habían durado tanto que
Aristóteles había podido utilizar múltiples favores que le hiciera su discípulo para
facilitarle el estudio de la naturaleza, consiguió dinero, materiales, animales exóticos,
todo cuanto necesito.
Aristóteles estaba en Atenas desde 335, donde había vuelto tras 13 años de
ausencia. El mismo año de su retorno comenzó a dar clases sistemáticamente, pero
no en la Academia, regida por su amigo Xenocrates, sino en un lugar llamado Liceo.
Según el temperamento sistemático y ordenado del maestros, esta se daban de
conformidad con ciertas normas de horarios y tipo de estudiantes, por las mañanas,
los temas más difíciles, con poca asistencia y por las tardes se trataban temas en
forma exótica, es decir, más comprensible, para un público más numeroso y menos
avezado. Estas enseñanzas con tener mucho de doctrina platónica, ofrecían a los
estudiosos un acercamiento a la verdad que descansaba mucho más en la inducción
y en la observación que en cualquier otro método anterior. En efecto, aunque todo es
cuestión de grado, y no podamos decir que el Estagirita inventara tales
procedimientos, es necesario destacar que la característica primordial del
pensamiento aristotélico es la de proceder en la medida de los posible por el camino
de la generalización de observaciones concretas, por el camino de la prueba lógica,
de la comprobación sensorial y la razón como sustitutivo de la intuición. Por
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circunstancias de su vida, Aristóteles había sido entrenado para esta faena, si por un
lado había recibido de Platón la preparación teórica que ella requería, por otro, desde
su infancia había conocido el método experimental; es muy probable que ya en ella
conociera algunos rudimentos de anatomía, en su pensamiento político no dejo de
comparar el estado con el cuerpo humano y esta metáfora, por simplista que parezca,
había de perdurar por muchos siglos en la filosofía social occidental.
Pocos hombres han poseído la vastedad de sus conocimientos y la armonía con que
todos estaban organizados en un sistema ágil, mucho menos rígido que algunos de
los que más tarde habían de elevarse sobre su obra. En este sentido, el papel de su
trabajo de tipo social es sobresaliente, y de ello por dos cosas: primero, porque al
integrar la sociedad dentro de un sistema de conocimientos científicos coadyuva a dar
a la sociología que había de surgir siglos más tarde un lugar entre las ciencias;
segundo, porque inicia el estudio objetivo de los fenómenos humanos abandonando el
énfasis en los contenidos de la conciencia individual y poniéndolo en cambio sobre las
instituciones, la conducta y las situaciones sociales observables.
Veamos las razones que da un estudioso de la doctrina política clásica para explicar
las relaciones íntimas que hay, dentro del esquema aristotélico, entre ética y política:
Por otra parte, el estado no es una consecuencia posterior al hecho de que existieran
individuos o familias de ellos, sino que es anterior. El problema es lógico, no histórico,
y su argumentación bien sencilla; si el todo es necesariamente anterior a sus partes y
el individuo aislado es solo una parte en relación con todo, el estado será una
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categoría anterior a la del individuo. Prueba de ello, y prueba de que ese es pare
nada más, es que el individuo aislado no es autosuficiente y sin una comunidad no
puede subsistir. Claro está que desde un punto de vista temporal todo debió de
suceder con simultaneidad, en cuanto hubo hombres hubo estado, y en cuanto hubo
estado dejaron estos de ser bestias para ser humanos. Porque aunque Aristóteles
explícitamente reconoce la existencia de lo que el llama un instinto social o de
sociabilidad, también imagina el origen histórico del estado, siguiendo la pauta
establecida de que si el estado nace de las necesidades de los hombres, estas
habrán desarrollado también las instituciones más elementales que lo sostenían. En
primer lugar existen dos relaciones que pueden considerarse fundamentales: la de
hombre a mujer la de amo a esclavo. El primer tipo de relación cubre una serie de
necesidades tale s como la sexual, la de la procreación, la del hogar y la segunda da
lugar a la estructura política de la casa, el amo es el rey de su familia. Pero esta
pequeña familiar no puede por sí sola producir, de modo que la aldea es la
prolongación lógica de un conjunto de unidades familiares.
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Mas antes de ello es menester examinar cual es la idea aristotélica del ciudadano, a
su juicio elemento fundamental y constituyente de la organización política. Si bien al
describir el origen del estado se había hablado del individuo y luego de familias y
comunidades reducidas o aldeas, ahora, al presentar una definición de estado, esta
se hace en virtud de otra definición, la del ciudadano. Para llegar a ella Aristóteles
ensaya varias que, tras demostrar su inexactitud e insuficiencia, no dejan el camino
expedito para la autentica. Así, por ejemplo, se rechazas la idea de que el ciudadano
pueda definirse por su residencia en un territorio, ante la vaguedad que esto tiene
frente al hecho de los derechos del ausente o a la existencia de extranjeros en el
territorio de una polis. Tampoco los derechos y deberes jurídicos son n buen criterio,
ya que, volviendo a la instancia de los extranjero, esto tienen el mismo privilegio que
los nacionales de recurrir a los tribunales para su pleitos y querellas. En contraste
con esto se puede definir al ciudadano diciendo que es, quien tiene el poder de tomar
parte en la administración judicial o en la actividad deliberativa del estado. He aquí
una definición tan practica como funcional, que repugna a toda abstracción y que,
aparte de las ideas que su autor pudiera tener acerca del mejor gobierno de los
hombres, solo puede concordar con las instituciones que caracterizan en aquel
entonces al estado democrático y aun con la idea que hoy tenemos de la democracia
genuina, que van mas allá del mero derecho a la representación, pues hace hincapié
en la condición de que el ciudadano debe tomar parte activa en la gerencia de los
asuntos que luego han de afectarle.
CONSTITUCIONES
Normales Corrompidas
Monarquía Tiranía
Aristocracia Oligarquía
Politeya Democracia.
Aristóteles considera que esta tipología es tan solo esquemática y que pueden
producirse toda clase de matices dentro de cata tipo. Considerada también que
cada sociedad necesaria un tipo de constitución diferente según cuál sea el
número de los ricos que en ella exista, o el número de los campesinos. No traza
una serie subsiguiente, quizá porque las variaciones de los prototipos
presentados eran infinitas, pero es muy explicito en cuanto a sus existencias.
Señala por ejemplo cuan diferente es una democracia de campesinos a una
democracia de artesanos. Sin embargo, Aristóteles ve ciertas constante en todo
estado, elementos comunes a todos los gobiernos, que son a su entender, tres
ramos en las que se divide el gobierno. En primer lugar está la capacidad
deliberativa, de donde surgen las facultades legales de todo estado, así como las
decisiones que afectan su vida básicamente: declaraciones de guerra, firmas de
tratados. Tenemos luego a los magistrados y a los funcionarios, es decir, los que
se hacen cargo de la administración y de los asuntos del estado, soldados,
policía, contadores y alcaldes. Por último los jueces los que dirimen conflictos en
nombre de la ley. Esta división tripartita tenia deparada una larga aventura que
no ha terminado aun, en la historia del pensamiento social, sobre todo cuando a
partir de la Revolución Francesa, se quiere hacer de la división de poderes
principio inamovible del estado liberal de derecho. Pero en Aristóteles la división
no existe para garantizar libertad alguna, sino para hacer observar que tales
funciones son diferentes, aunque pueden no estar separadas en cuanto a la
persona u organismo que las ejerce.
NICOLAS MAQUIAVELO
Maquiavelo perdió sus cargos, y un poco más tarde, llego a sr encarcelado por
poco tiempo además de sufrir tormenta. Por influencia salió Maquiavelo de la
prisión, a los 44 años de edad, sin esperanza política de ninguna clase. Se retiro
a su villa de Percussina, donde su mente lúcida comenzó a meditar sobre lo visto
y lo vivido, y sobre lo que seguía presenciando. Esta meditación es realista, su
retiro no lo vuelve soñador ni idealista, su percepción, la vida política parece
aumentar en su época fructífera de Maquiavelo. No hay amargura en sus obras
maestras en II Príncipe 1513, los Discorsi sopra la prima deca di Tito Livio 1519 o
en sus Storie Fiorentine 1520. Con su retiro y esto escritos no siempre impresos,
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consiguió Maquiavelo recuperar ligeramente sus posiciones perdidas. Llego a ser
nombrado defensor de murallas al avecinarse el conflicto entre el emperador
español Don Carlos y los aliados de la Liga de Coñac. Esto le comprometió con
la Medicis, y al volver la Republica el antiguo secretario no consiguió ya
recuperarse. Desilusionado, murió en el verano de 1527.
Los vicios son hasta tal punto constitutivos del hombre que toda la organización
política se debe a ellos, piensa Maquiavelo. La rapacidad de los hombres no le
permitiría convivir sin la coerción externa de la organización política. Y bajo la
misma ley las cosas no están en equilibrio porque los hombres son insaciables,
los ricos y los poderosos desean explotar mas, mientras que los pobres desean
no solo mantenerse en sus parcas posesiones ciegamente. La mayoría de los
hombres olvida más fácilmente la muerte de su padre que la pérdida de su
patrimonio rezara una de sus frases más cínicamente celebres.
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No obstante esta descripción de los atributos del príncipe, Maquiavelo distingue
dos modos diferentes de conseguir la jefatura del cuerpo político, la de quienes
llegan a ella como delincuentes y la de los príncipes civiles. Son estos aquellos
que alcanzan el poder con el favor de sus conciudadanos, esto príncipes civiles
no necesitan toda la virtud ni toda la fortuna, sino más bien una astucia Fortunata.
A este poder se asciende o con el favor del pueblo o con el de los grandes, pues
en cada ciudad se encuentran estas clases, que llama Maquiavelo umori diversi.
Maquiavelo siempre contempla las clases sociales desde el punto de mira
psicológico, y por ello las califica de umoir, modes de ser y de actuar. Por otra
parte lo que llegan poder estrictamente por método canallesco merece su
reprobación pues no son tampoco príncipes autentico:
No puede decirse que sea virtud matar a sus conciudadanos, traicionar a los
amigos, no ser lea, ni piadosos, ni religiosos, estos métodos pueden permitir que
se consiga el imperio, mas no la gloria.
Con lo cual vemos que ciertos límites éticos son puestos por Maquiavelo a la
actividad del príncipe. La coronación de la virtud es la gloria, y es requiere un
hábil comedimiento moral en el uso de la fuerza.
RENACIMIENTO
El burgués poseía una experiencia de la vida muy diferente del resto de los
mortales de la época. En primer lugar tenía que habérselas con números y
cuentas, tenía que medirlo todo constantemente, mercancías, salarios, deudas,
intereses. Todas estas tareas crean hábitos que están reñidos con un
entendimiento esotérico del mundo. Los libros de contabilidad bien llevados, los
balances de fin de año, contribuyeron por lo menos tanto como los tardados de
física y los sistemas de los filósofos a destruir el viejo mundo del milagro. El
burgués ve las cosa de modo diferente, reconoce y ama las riquezas, sin ellas mal
moral alguno, y quiere alcanzarlas mediante el trabajo, no mediante la rapiña del
pirata, por mucho que abunden los ejemplos de piratas aburguesados, o de
burgueses enriquecidos tenebrosamente, a la sombra de las Cruzadas, o por
medio del abordaje en alta mar. Lo importante es la aparición de esta nueva ética
que no es enemiga ni de la usura ni del beneficio dinerario. Al contrario, ese
último es la medida humana del éxito, y más tarde, para algunos protestantes,
como veremos la medida divina. La sociedad, por lo tanto, se va ajustando cada
vez menos al orden jerárquico impuesto por el feudalismo, y asemejándose poco
a poco a un haz de posibilidades para el éxito económico, para el triunfo brillante
en la vida. Y esta noción se extenderá a muchas actividades de la vida, al artista,
al marino, al aventurero mismo, al condotiero capaz de hacer la guerra al servicio
del mejor postor. Todo se va convirtiendo en arte, maña, habilidad. Y en una
sociedad como la ciudadana, con un grado de movilidad social vertical mucho
mayor que la rural, el individuo va cobrando un valor cada vez mas alto, porque
por su propia fuerza pude elevarse a donde su habilidad y su fortuna le lleven
Maquiavelo hará de esto toda una ideología. La ideología de los primeros
burgueses es el individualismo.
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Naturalmente, cuanto precede peca por lo esquemático. La burguesía es
un fenómeno muy complejo, y el Renacimiento mucho más aun. Valga lo
anterior como brevísima introducción a este capítulo y a la mayoría de los
que siguen, los cuales nos irán presentando con más detalle el alcance y
ramificaciones de ese hecho básico que llamamos la cultura urbana
occidental así como sus sistema capitalista de producción y su sistema
individualista de pensamiento.
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Ya la idea de los cruzados franceses de estar haciendo gesta Dei per francos es
una idea patriótica, que responde a la consciencia de ser un pueblo eminente,
además de a la necesidad de justificar idealisticamente la expedición bélica.
Pero durante toda la época del absolutismo monárquico, que sigue a la medieval,
la expresión que han de encontrar los diversos patriotismos europeos ira ligada a
la figura del soberano. La falta de este, al final, durante la Revolución inglesa y
después de la francesa dejara a los pueblos frente a sí mismo en este terreno de
los sentimientos comunitarios a nivel nacional.
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Pero los aspectos más dramáticos de la crisis surgieron con Galileo Galilei, 1564-
1642. Su confrontación directa con el papa Urbano VIII ha sido el tema favorito de
una cierta demagogia anti eclesiástica, como si la Iglesia fuera, en aquel
entonces, enemiga acérrima del saber. En primer lugar, la corte vaticana era a la
sazón un foco renacentista importante. La reforma del calendario, de acuerdo con
principios más científicos, fue por ejemplo, promovida por la Iglesia. En 1533
Clemente VII quedo muy agradablemente impresionado por las ideas de
Copérnico.
La reacción vendría mas tarde. Las investigaciones de Galileo fueron llevadas a
cabo, entre otras, gracias a sus protectores eclesiásticos. Y los jesuitas del
Colegio Romano, los mejores astrónomos de la época le rindieron honores
especiales. Su confrontación y humillación ante el santo Oficio se debió tanto a
las facciones oscurantistas de la Iglesia como el carácter difícil y arrogante de
Galileo. Lo cierto es que hasta la creación de la Contrarreforma, no es posible
hablar de una actitud deliberadamente anticientífica de la iglesia. Sin embargo,
por mucho que uno quiera tomar una actitud ecuánime ante el decreto del Santo
Oficio 1616, que condenaba las doctrina de Galileo sobre la rotación de la tierra,
hay que reconocer que el mismo marca un momento especialmente simbólico en
la intelectual europea, que no deja de afectar a la filosofía social. Galileo
representa el espíritu científico y racionalista, el examen libre de la realidad, que
se atiene solo a las pruebas empíricas y a las normas de la lógica frente a los
principios de la afirmación dogmatica. A un nivel más concreto, la humillación
final de Galileo Galilei y su arresto domiciliar en su casa florentina es un indicio
del recrudecimiento de las actitudes dogmaticas en Italia y el fin en este país de la
gran libertad de ideas que había hecho posible su soberbio Renacimiento. De
todos modos, la ciencia moderna estaba en marcha las sociedades norteñas
habían de heredar las nuevas tendencias hacia la secularización de la
especulación científica e inspirar de mucho modos las disciplinas sociales, la
economía política, la ciencia política, la historia y hasta la moral.
LA ILUSTRACION
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