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PENSAMIENTO DE SÓCRATES
Sócrates nació en Atenas el año 470 a. c. de una familia, al parecer, de clase media.
Su padre era escultor y su madre comadrona, lo que ha dado lugar a alguna comparación
entre el oficio de su madre y la actividad filosófica de Sócrates. Los primeros años de la vida
de Sócrates coinciden, pues, con el período de esplendor de la sofística en Atenas.
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Esa verdad que se buscaba ¿Era de carácter teórico, pura especulación o era de
carácter práctico? Todo parece indicar que la intencionalidad de Sócrates era práctica:
descubrir aquel conocimiento que sirviera para vivir, es decir, determinar los verdaderos
valores a realizar. En este sentido es llamada la ética socrática "intelectualista": el
conocimiento se busca estrictamente como un medio para la acción. De modo que si
conociéramos lo "Bueno", no podríamos dejar de actuar conforme a él; la falta de
virtud en nuestras acciones será identificada pues con la ignorancia, y la virtud con el
saber.
En el año 399 Sócrates, que se había negado a colaborar con el régimen de los Treinta
Tiranos, se vio envuelto en un juicio en plena reinstauración de la democracia bajo la doble
acusación de "no honrar a los dioses que honra la ciudad" y "corromper a la juventud". Al
parecer dicha acusación, formulada por Melitos, fue instigada por Anitos, uno de los
dirigentes de la democracia restaurada. Condenado a muerte, se negó a marcharse
voluntariamente al destierro o a aceptar la evasión que le preparaban sus amigos, afirmando
que tal proceder sería contrario a las leyes de la ciudad, y a sus principios. El día fijado bebió
la cicuta.
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PLATÓN (427 a.C.-347 a.C.)
INTRODUCCIÓN
Platón nació en Atenas en el año 427 a.C., en el seno de una familia noble. Tuvo
conocimiento de los primeros pensadores, los presocráticos, llegando a estudiar con Crátilo
(que fue discípulo de Heráclito), lo que nos debe llevar a explicar quiénes son y qué
mantenían estos pensadores.
A partir del año 407 a.de C. vemos a Platón como discípulo de Sócrates. Esta relación
hace del todo necesario que hablemos de la influencia también que Sócrates tuvo en el
pensamiento de este pensador, de quien heredará la preocupación por los grandes problemas
que en la llamada Ilustración griega surgen en su confrontación con los llamados Sofistas.
Hace pues también del todo necesario explicar el debate filosófico que mantuvieron los
Sofistas con Sócrates.
Platón comienza su andadura en un tiempo en el que en Atenas gobierna el régimen
de los Treinta Tiranos, (impuesto por Esparta tras perder la guerra contra esta polis), entre los
cuales contaba con parientes y amigos (su tío Cármides y su primo Critias), quienes le
invitaron a participar en el gobierno. Pero este gobierno le llevó a una gran desilusión por sus
actos violentos. Después de la caída de los Treinta, la restauración de la democracia incitó a
Platón a la vida política; pero entonces aconteció el hecho decisivo que le separó para
siempre de la política de su tiempo: el proceso y la condena de Sócrates (399 a C). Así pues,
cuando la democracia recién restaurada ejecutó a Sócrates, Platón sufrió una sacudida tan
profunda que decidió alejarse definitivamente de la política práctica y dedicarse a reflexionar
sobre sus fundamentos desde un punto de vista filosófico, con la intención de descubrir las
causas del fracaso de todos los sistemas políticos. Su proyecto filosófico, tendrá pues el
objetivo de instaurar una política fundada en el saber, es decir, que los gobiernos sean
ejercidos por los sabios.
Tras la muerte de Sócrates (399 a.C), marchó a diferentes ciudades, llegando con 40
años de edad a la Magna Grecia (Italia meridional) donde conoció las comunidades
pitagóricas (que más adelante veremos en qué parte de su pensamiento influyeron).
Los más importantes diálogos que escribió son los siguientes, divididos en tres etapas:
Diálogos socráticos o de juventud: En ellos Platón hace una defensa de la figura de Sócrates
frente a las acusaciones de impiedad y corrupción de la juventud que se vertieron sobre su
maestro: «Apología de Sócrates» , « Critón» «Hipias Menor», «Cármides», «Laques»,
«Lisis», «Eutifrón», «Gorgias», «Menón», «Cratilo», «Eutidemo» y «Menexeno». Diálogos
de madurez: En ellos aparecen elaboraciones propiamente platónicas: la teoría de las ideas,
la inmortalidad del alma, la dialéctica, Eros, la reminiscencia, la ciudad ideal etc.:«El
Banquete», «Fedón», «La República» y «Fedro». Diálogos críticos y de vejez: Es el grupo
de escritos donde el propio Platón examina y critica sus propias teorías: «Timeo», «Teeteto»,
«Parménides», «El sofista», «El político» y «Filebo», «Las leyes» «Critias».
Platón parte de la idea de que no hay ninguna forma de gobierno buena, y por tanto
plantea una forma de gobierno ideal, en la que los sabios dirijan la polis. Pretende por tanto,
fundamentar teóricamente un modelo ideal de sociedad, en el que gobiernen los filósofos,
que son sabios y conocen la verdad, y por lo tanto saben claramente qué deben hacer (la
ética). Esto lo hace en la madurez: La República. De esta manera debe determinar qué es la
verdad, cómo conocerla y cómo actuar virtuosamente. Al final de su vida, la sociedad ideal la
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fundamenta no en los sabios, sino en las leyes, pues piensa que hasta los sabios pueden no
actuar de manera buena.
“"Finalmente llegué a comprender que todos los estados estaban mal gobernados
(...).Entonces me sentí irresistiblemente movido a alabar la verdadera filosofía, y que sólo
con su luz se puede reconocer dónde está la justicia en la vida pública y privada. Así pues,
no acabarán los males de los hombres hasta que llegue la raza de los puros y auténticos
filósofos al poder, o hasta que los jefes de las polis no se pongan a filosofar." Platón: Carta
VII.
Para entender por qué surge esta teoría filosófica básica en el pensamiento de Platón,
debemos recordar la búsqueda que Sócrates ya hacía de la definición universal de cada cosa,
lo cual ya había apuntado a la necesidad de destacar el elemento común entre todos los
objetos de la misma clase. Ese objeto común o término del conocimiento, que en Sócrates no
dejaba de ser un término lingüístico, es convertido por Platón en algo independiente del
conocimiento y del lenguaje: de la afirmación de la necesaria realidad de ese objeto común
Platón concluye que debe existir independientemente de la mente que lo concibe, y lo llama
Idea. Por tanto, la esencia de cada cosa, tiene una existencia real fuera de la cosa misma,
con lo que cada idea es una sustancia (algo que no necesita de ninguna otra cosa para existir).
Sócrates buscaba las definiciones de los objetos éticos, pero esta búsqueda Platón la
extiende a la investigación de los objetos naturales: del mismo modo que debe existir una
definición universal de "virtud", ha de existir una definición universal de todos y cada uno de
los componentes de la realidad. Platón, a diferencia de su maestro, hace del término de esa
definición universal una Idea, una realidad subsistente, y termina por postularla con una
realidad diferente, pero más real y verdadera que las cosas de este mundo. Por eso Platón
habla de “las Ideas en sí”, para diferenciarlas de las ideas mentales, es decir, de los
conceptos que tenemos en la mente de las cosas.
Las Ideas, por lo tanto, son las "esencias", pero con la particularidad de que no se
puede confundir con lo que entendemos como concepto mental; las Ideas platónicas no son
contenidos mentales, sino objetos a los que se refieren los contenidos mentales designados
por el concepto, y que expresamos a través del lenguaje. Esos objetos o "esencias" subsisten
independientemente de que sean o no pensados, son algo distinto del pensamiento (son
sustancias). Las Ideas, además, son únicas, eternas e inmutables (al igual que el ser de
Parménides), y no pueden ser objeto de conocimiento sensible, sino solamente
cognoscibles por la razón. No siendo objeto de la sensibilidad, no pueden ser materiales. Y
sin embargo Platón insiste en que son entidades que tienen una existencia real e
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independiente tanto del sujeto que las piensa como del objeto del que son esencia, dotándolas
así de un carácter trascendente. Además, las Ideas son el modelo o el arquetipo de las
cosas, por lo que la realidad sensible es el resultado de la copia o imitación de las Ideas.
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identificación de la que sí tenemos constancia que realizaron los continuadores de la
actividad platónica en la Academia.
Es por esto por lo que es la teoría más importante de este pensador, y que enlaza
con todo lo demás, es decir, su concepción del ser humano, del conocimiento y de la ética y
política. Es por lo que ahora, y siguiendo su idea de que el sabio debe gobernar, y dado que
ya nos ha dicho dónde reside la verdad, ahora nos plantea cómo concibe al ser humano y
el conocimiento de la verdad.
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LA CONCEPCIÓN DEL HOMBRE: alma y cuerpo
La concepción que tiene este pensador del ser humano está también influida por su
metafísica, pues si en la teoría de las Ideas plantea un dualismo ontológico, concibe al ser
humano desde un dualismo antropológico.
El problema acerca del alma no es si existe o no (todos daban por hecho el que
existía), sino cuál es la naturaleza del alma (qué es, características, etc). Vamos a analizar el
concepto de alma de Platón y su relación con el cuerpo, teniendo una importancia extrema en
cuanto que a partir de esta concepción, nos propondrá un concepto de hombre que lleva a
relacionarlo con la verdad y la ética de manera muy íntima, pues necesita justificar el porqué
el hombre debe controlar sus deseos y dirigirse por la razón para ser sabio y dirigir bien la
polis. Con esto también veremos la relación con el conocimiento que tiene el alma platónica.
Platón establece una radical separación entre el alma (capacidad superior racional),
del cuerpo. Son dos cosas diferentes (dualismo antropológico: alma y cuerpo son dos cosas
diferentes e independientes) y se relacionan de manera accidental, antinatural, pues cada una
tiene su lugar natural: el alma: en el mundo de las Ideas, de la verdad, de lo divino, de la
pureza. (Auriga de un carro), y el cuerpo: en el mundo natural, impuro, se degrada, cambia,
parece ser.
El alma, nos dice Platón, es inmortal, transmigra de unos cuerpos otros y es,
además, principio de conocimiento. En la medida en que conocemos "por" el alma, ésta ha
de ser homogénea con el objeto conocido, es decir, con las Ideas, por lo que no puede ser
material.
Platón establece tres partes del alma o tres almas diferentes(Timeo), puesto que el
alma al encarnarse en un cuerpo hace que broten de él las otras; pero es el alma (racional) la
que hace al ser humano, ser humano, es su esencia, lo más importante, lo primordial.
Además es el principio del conocimiento racional, por lo que su lugar natural sea el
mundo de las ideas, el mundo de la verdad contemplada por la razón; pero también es
lo que da ánimo o vida al cuerpo. Esta alma racional es la única que es inmortal. Así las
otras almas, la Irascible (ánimo) y la Concupiscible (apetitos) son mortales, pues
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desaparecen al desaparecer el cuerpo. De esta manera, mientras que la racional produce
conocimiento racional y marcan la dirección de las otras, la Concupiscible produce los
deseos irracionales y las pasiones innobles, mientras que la Irascible el coraje, la fuerza de
voluntad así como las pasiones nobles. También Platón sitúa en la cabeza la racional cuya
virtud es la prudencia y sabiduría, en el tórax la Irascible siendo su virtud la fortaleza, y en
el abdomen la Concupiscible siendo su virtud la templanza. De esta manera el ideal de ser
humano para Platón es el que se deja guiar por el alma racional, sometiendo a las otras dos.
Para Platón el Cuerpo es la cárcel del alma: el cuerpo es un estorbo para el alma, la
arrastra con sus pasiones y le "distrae" de la contemplación de las ideas, por lo que busca la
purificación: el intento de deslindarse del cuerpo a través del control de los deseos, y el
estímulo de la actividad racional que nos lleva a contemplar la verdad, las ideas, con lo que el
saber y la filosofía es una preparación para la muerte.
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base). De esta manera, el conocimiento verdadero, válido es el de las ideas. Pero la Teoría
de las Ideas plantea el problema de cómo las podemos conocer; para esto Platón se basa en
estas tres hipótesis: 1º las cosas imitan a las ideas; 2º el alma está como intermediaria entre
el mundo de las ideas y el natural; 3º las ideas están en comunicación entre sí (orden
jerárquico).
En la República Platón nos ofrece la alegoría de la línea: donde nos da una explicación de
cómo conocemos, y sobre todo nos hablará de que hay dos tipos de conocimiento:
la “doxa” o conocimiento del mundo sensible, y que se traduce por opinión, pues en este
mundo todo está sometido a cambio, y la “episteme” o conocimiento del mundo
inteligible, culminado por la dialéctica, el más perfecto conocimiento de la verdad.
Platón establece una correspondencia entre los distintos niveles y grados de realidad y los
distintos niveles de conocimiento. Fundamentalmente distinguirá Platón dos modos de
conocimiento: la "doxa" (o conocimiento sensible) y la "episteme" (o conocimiento
inteligible). A cada uno de ellos le corresponderá el conocimiento de un tipo (grado) de
realidad: la sensible y la inteligible, respectivamente. El verdadero conocimiento viene
representado por la "episteme", dado que es el único conocimiento que versa sobre el ser y,
por lo tanto, que es infalible. Efectivamente, el conocimiento verdadero lo ha de ser de lo
universal, de la esencia, de aquello que no está sometido a la fluctuación de la realidad
sensible; ha de ser, por lo tanto, conocimiento de las Ideas. Si el mundo sensible es el
mundo de la opinión (doxa) y el mundo inteligible el dominio de la ciencia (episteme)
podemos formular lo siguiente: la opinión es a la ciencia lo que la imagen es al original.
Las imágenes de los objetos materiales dan lugar a una representación confusa, que
llamaremos imaginación (eikasía); los objetos materiales dan lugar a una representación más
precisa del sujeto que las percibe, y a la que llamaremos creencia (pístis); por su parte, en el
mundo inteligible, las imágenes de las Ideas (objetos matemáticos) dan lugar a un
conocimiento discursivo (diánoia), mientras que las Ideas mismas da lugar a un
conocimiento intelectivo (nóesis), el conocimiento dialéctico.
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Mundo visible (sensible) Mundo inteligible
/ \ 7 \
Imágenes Cosas Objetos matemáticos Ideas
|___________________ | _____________ | ______________________ | ___________________ |
I I I I I
Imaginación Física Matemáticas Dialéctica
(Eikasía) (Pístis) (Diánoia) (Nóesisi
Conjetura pensamiento discursivo Inteligencia
arte creencia razón discursiva Ciencia
\ __________________________________/ \
___________________________________/
Doxa (opinión) Episteme (ciencia)
(referidos al devenir) (referidos a la esencia)
Platón concibe la dialéctica como un examen de las distintas ideas y de las relaciones que
mantienen entre sí unas con otras, mostrando su trabazón (symploké) y comunicación
(koinonía). Las ideas son los géneros de las cosas, a partir de los cuales y por división
(diaíresis) se definen las especies o determinaciones de las cosas. La dialéctica es entendida
como un método racional que se identifica con el saber verdadero. Las características
que atribuye Platón a este tipo de conocimiento son las siguientes: es una
actividad cognoscitiva que se ejerce con la razón; Su objeto es el conocimiento del
Mundo Inteligible, de las relaciones existentes entre las Ideas; La aspiración última es el
conocimiento de la Idea de Bien y del modo en que ésta es el fundamento último de toda
la realidad; Por ser una actividad estrictamente racional no se apoya en la percepción; por
utilizarse la pura razón el conocimiento al que da lugar es conocimiento estricto,
conocimiento universal y necesario; Además no acepta como verdadera ninguna premisa que
no haya sido cuestionada, busca el sentido último, la razón más profunda de cada tema que
trata.
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El mito de la caverna y el conocimiento:
No debemos olvidar que de manera alegórica, nos explica Platón en la República (lib.VII)
con su afamado mito de la Caverna, cómo sería el ascenso del ser humano al conocimiento de
la verdad, haciendo un símil de cómo la idea de Bien en sí es la causa del conocimiento de
todas las Ideas como lo es el sol de las cosas del mundo sensible.
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EL Eros (amor platónico) o dialéctica emocional: En el Banquete, Platón nos dice cómo a
través del Eros (atracción de las cosas bellas), se asciende hacia las Ideas partiendo del amor a la
belleza que observamos en las cosas sensibles, luego a la belleza en el ser humano, hasta alcanzar la
contemplación de la Belleza en sí, que se identifica con el Bien del que nos habla en la República y
que representaría el grado superior de conocimiento. Por tanto, Platón establece una forma de
conocer las ideas partiendo directamente de la contemplación de ciertas cosas del mundo
sensible; esta manera es llamada dialéctica emocional y que es un proceso ascendente que
va desde las cosas sensibles hasta la idea suprema (Belleza o Bien), sin pasar por las ideas
intermedias, siendo los escalones que nos conducen a ellas las cosas bellas.
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racional que es. Así, el ser humano debe ser virtuoso, en el sentido de hacer lo que debe
pero en cuanto que tiene el alma racional que es lo que le define como ser humano; Pero
¿qué entiende por virtud? Podríamos decir que para Platón existen tres formas que se auto
complementan de entender la virtud, esto es, tres maneras complementarias de llegar a tener
"excelencia" (areté). De esta manera estas tres caras de la misma moneda son entendidas:
- Virtud como Sabiduría: (Intelectualismo moral): Platón acepta fundamentalmente la
identificación socrática entre virtud y conocimiento. La falta de virtud no supone una
perversión de la naturaleza humana; por su propia naturaleza el ser humano busca el
bien para sí, pero si desconoce el bien puede tomar como bueno, erróneamente,
cualquier cosa y, en consecuencia, actuar incorrectamente; la falta de virtud es
equivalente, pues, a la ignorancia. Sólo quien conoce la Idea de Bien puede actuar
correctamente, o mejor, sólo sabiendo que es la Justicia en sí, podemos ser justos. Lo
Justo en sí, la bondad en sí, la prudencia, etc., esto es, los valores morales existen por sí
mismos, y por ello es posible definirlos objetivamente y, una vez conocidos, llevarlos a
cabo en la vida práctica. El sabio no podrá ser malo, ya que el mal es fruto de la
ignorancia, un defecto que no radica en nuestra naturaleza sino en el no cumplimiento de
lo esencial de nuestra naturaleza (la racionalidad).
- Virtud como Purificación: es virtuoso, pues, quien domina su cuerpo, sus pasiones buscando
las Ideas. Aquí se aprecia el antihedonismo platónico pues mantiene que los placeres
materiales y corporales no sólo no conducen a la felicidad, sino que incluso nos la
impiden si desorientan al alma. Virtuoso y feliz será aquel que purifique su alma
de las pasiones y "desórdenes" del cuerpo y se vuelque hacia el mundo eidético, el
único capaz de realizar humanamente al hombre.
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POLÍTICA
Platón aprecia la necesidad de que la justicia (entendida como armonía), sea común al
hombre y a la ciudad; podríamos buscarla por lo tanto en uno y en otra; pero dada la mayor
magnitud de la ciudad deberá estar la justicia inscrita en ella con caracteres más gruesos que
en el individuo y, por lo tanto, más fáciles de encontrar. Pero como no hay ninguna ciudad
conocida de la que realmente podamos decir que es justa, propone la creación de una
ciudad ideal: siendo una sociedad perfecta no podrá carecer de ninguna perfección y
deberemos encontrar en ella la justicia.
Dado que la ciudad debe existir para satisfacer las necesidades de los hombres, ya que
éstos no son independientes unos de otros ni autosuficientes para abastecerse, el primer
fin que debe garantizar toda sociedad es un fin económico. Los hombres tienen
diferentes capacidades y habilidades, siendo preferible que cada uno desarrolle las que
posee por naturaleza, lo que introduce la división del trabajo en la organización de la
sociedad. En una ciudad ideal deberán existir, por lo tanto, todo tipo de trabajadores:
granjeros, carpinteros, labradores, herreros, etc., de modo que todas las necesidades
básicas queden garantizadas, pues en una ciudad ideal no puede faltar de nada.
Pero cada una de estas clases ha de tener unas características distintas: la clase de los
artesanos, que generalmente realiza las actividades productivas pero no obtiene los beneficios
económicos de su producción, lo que es fuente de conflictos, ha de ser en la ciudad ideal la
poseedora de la riqueza; del mismo modo será la única clase que tenga derecho a la
propiedad privada y a la familia; y ha de permitírsele disfrutar de los goces materiales que
derivan de la posesión de la riqueza. La clase de los guardianes, por el contrario, no
puede tener acceso la riqueza, para evitar la tentación de defender sus intereses privados en
lugar de los intereses colectivos, y terminar utilizando la fuerza contra los ciudadanos; estarán
desprovistos de propiedad privada, y tampoco tendrán familia, debiendo vivir en unos
barracones en los que tengan todo lo necesario para realizar sus actividades, en los que vivirán
de forma comunitaria, compartiéndolo todo.
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La clase de los gobernantes no tendrá acceso a la propiedad privada ni a la familia,
debiendo velar únicamente por el buen gobierno de la ciudad; deberán centrarse en el
estudio a fin de conocer lo bueno para gobernar adecuadamente la ciudad, por lo que su vida
estará alejada de todas las comodidades innecesarias para cumplir su función. Para determinar
quiénes pertenecerán a una u otra de estas clases sociales, dice Platón, se establecerá un proceso
educativo en el que se tendrá en cuenta qué tipo de naturaleza domina en el alma de cada
ser humano, y, por lo tanto, a qué clase social ha de pertenecer. Aquí establece Platón una
equiparación entre la naturaleza del Estado y la naturaleza del individuo: del mismo modo
que en el individuo hay tres partes del alma, en este estado ideal encontramos tres clases
sociales, correspondiéndole una virtud a cada una de ellas.
La virtud que corresponde a cada clase social ha de corresponder a los individuos que la
constituyen. La virtud de la clase los artesanos es la templanza, es decir, el disfrute con
moderación de los bienes materiales; la virtud propia de la clase de los guardianes es la
valentía o fortaleza; y la virtud propia de los gobernantes es la sabiduría. Por tanto
aquellos en quienes domine el alma racional han de pertenecer, por lo tanto, a la clase de
los verdadero guardianes o gobernantes; en quienes predomine el alma irascible, a la clase
de los guardianes; y en quienes predomine el alma concupiscible, a la clase de los
artesanos. Habiendo determinado la virtud que corresponde a cada clase social estaremos
en condiciones de determinar en qué puede consistir la justicia en la ciudad ideal: la
justicia consistirá en que cada clase social se ocupe de la tarea que le corresponde. Así surgirá
el Estado Justo: cuando hay la armonía que había en el hombre justo (jerarquizado),
esto es, cuando cada clase social hace lo que tiene que hacer y dominan unas a otras
como es natural (racional sobre las otras) surge el estado armonioso o justo. Desde
aquí se plantea entonces que sólo los sabios son los que deben asumir el gobierno de
las ciudades, igual que la razón debe dominar a las otras almas y esto será lo mejor para
cada individuo, así el sabio dirigirá mejor los destinos de la polis.
Para conseguir esta sociedad, establece como parte esencial en la República la
educación: Será a través de ese proceso educativo como se seleccionen los individuos
que han de pertenecer a cada clase social, en función de su tipo de alma; y qué tipo de
educación ha de recibir cada individuo en función de la clase social a la que deba
pertenecer.
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El encargado de la educación será el Estado, no las familias, para evitar
influencias negativas; Los niños deben comenzar su proceso educativo a través de
actividades lúdicas, para lo cual los educadores de la ciudad ideal elegirán aquellos juegos
adecuados para desarrollar en los niños la comprensión de las normas de los juegos y, con
ello, un primer acercamiento al valor y sentido de la ley. Las primeras enseñanzas que
recibirán se centrarán en torno a la poesía y la música, pero adecuados para suscitar el
amor a cualquier manifestación de la virtud. La música formará parte también de la
educación, analizando la forma y el ritmo, que suscitará en ellos una elevación hacia la
comprensión y el respeto de las obras bellas y puras, lo que les alejará del vicio. El amor por la
belleza desarrollará en ellos la generosidad, la grandeza de alma, la moderación y el coraje. A
estas enseñanzas se unirá la educación física que, agilizando y fortaleciendo el cuerpo
contribuirá a desarrollar mejor las virtudes del alma.
En este proceso, algunos tenderán a abandonar los estudios, que les resultarán difíciles
y aún odiosos, mientras que otros irán desarrollando un entusiasmo cada vez mayor en torno al
conocimiento. Los primeros pasarán a formar parte de la clase de los artesanos, por mostrar
una mayor inclinación hacia lo material; los que persistan en sus estudios pasarán a formar parte
de la clase de los guardianes. La perseverancia en el estudio, entre los que pertenecen a la clase
los guardianes, pone de manifiesto que en el individuo predomina el alma racional, por lo que
serán éstos los elegidos para formar la clase de los gobernantes, quienes serán sometidos a un
proceso educativo que comenzará con el estudio de las matemáticas y terminará con el estudio
de la dialéctica y el conocimiento de las Ideas.
Frente a todos estos sistemas políticos, el suyo es más que utópico, es intemporal,
estando en el mundo de las ideas como modelo (arquetipo) de los estados que existen en su
época. Además tiene relación con su teoría del conocimiento y de la realidad (Ideas), y con el
fin político de Platón.
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En uno de los diálogos finales, en Las Leyes, muestra cierto pesimismo acerca de la
posibilidad de implantar la ciudad ideal de la República sobre todo desde consideraciones
prácticas difícilmente conciliables con la vida real, por lo que plantea más un endurecimiento
de las leyes, estando los sabios gobernantes sometidos a ellas.
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ARISTÓTELES ( 3 8 5 - 3 22 a.C)
BIOGRAFÍA
FÍSICA Y METAFÍSICA
EL CONOCIMIENTO
EL SER HUMANO
ÉTICA
POLÍTICA
BIOGRAFÍA
Aristóteles nació en Estagira (Macedonia) en el año 385. Nicómaco, su padre, era
médico del padre de Filipo de Macedonia. En el 367, cuando tenía diecisiete años, se trasladó a
Atenas sin perder la ciudadanía de Estagira, donde ingresó en la Academia platónica para
estudiar. Esto le convertía en un extranjero en Atenas, lo que no le daba derechos de
ciudadano. Platón debía tener unos cincuenta años por aquel entonces, y Aristóteles debió ser
uno de sus discípulos más brillantes ("el lector" le llamaba Platón). En la Academia colaboró
en la enseñanza y escribió algunos diálogos a la manera platónica, de los que quedan unos
pocos fragmentos. De esta manera, la influencia de su maestro fue importantísima, heredando
las preocupaciones filosóficas que Platón tuvo en cuanto a los temas éticos políticos,
epistemológicos, etc. Y por ende, los problemas filosóficos que estaban en la base del
contexto de la filosofía de su maestro serán en gran medida los de Aristóteles; En el 347 muere
Platón, que había designado a su sobrino Espeusipo como sucesor en la dirección de la
Academia y Aristóteles deja la Academia para dirigirse a Asso (Eólida) acompañado de
Jenócrates y Teofrasto. Allí, donde trabajaban algunos platónicos, se convierte en consejero
político y amigo del tirano Hermias de Atarnea. Paralelamente, Aristóteles fundó una escuela
de carácter marcadamente científico, sobre todo en el campo de la investigación
biológica.
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Los escritos de Aristóteles pueden ser divididos en dos grupos:
Aristóteles se preocupa por explicar las cosas del mundo sublunar, Por lo tanto,
partiendo del hecho de que la verdad de lo que las cosas son no se debe buscar en otro mundo
(Platón), sino en el mundo de las cosas. En este sentido, elabora un análisis de lo que son las
cosas buscando explicar el por qué son lo que son, esto es, qué es lo esencial de las cosas.
Aristóteles intenta estudiar, analizar y explicar lo que nos rodea, por lo que tiene un carácter
realista, rechazando el idealismo de Platón, e intenta explicar la realidad desde el cambio, el
devenir, por lo que hace una revaloración de las ciencias observacionales, como la física.
Aristóteles busca lo que hace a las cosas ser lo que son, por lo que busca una definición
de naturaleza (physis), concluyendo que la naturaleza es algo que tienen las cosas naturales, un
principio esencial, que es la causa de que cambien, buscando su perfección (teleología).
Aristóteles según la definición establece una distinción entre los seres artificiales y naturales,
pues los artificiales no tienen ese principio de movimiento intrínseco, sino extrínseco (las hacen
los seres humanos).
Para explicarnos y entender el mundo que nos rodea, Aristóteles plantea los siguientes conceptos:
- el Hilemorfismo: que explica de qué están compuestas las cosas esencialmente.
- el Dinamismo o cambio: Acto-Potencia: explica el porqué de los cambios de las cosas.
- Las Causas: que son el principio explicativo de por qué ocurre todo lo que ocurre. Vamos a
explicar brevemente cada uno de estas ideas:
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HILEMORFISMO:
El hilemorfismo es una doctrina aristotélica que mantiene que todas las cosas están
compuestas de materia y forma.
LA MATERIA (hylé): Es lo que compone una cosa, el sustrato del que está hecho algo.
Aristóteles distingue dos tipos de materia:
- Materia primera: Es el elemento informe desde el cual es o se hace cada uno
de los seres. Es el sustrato último del que están compuestas todas las cosas. Esta
materia asegura la permanencia, si no, no habría cambio. Además afirma que esta
materia es eterna. Aristóteles mantiene que existe una materia segunda.
- Materia secundaria: materia que tiene una determinada forma (bronce,
hierro, etc.).
LA FORMA (morphe): Es la estructura de la cosa, lo que hace que algo sea lo que es
(silla, árbol, etc.). Es lo más importante de las cosas pues nos dice qué es cada cosa además de
determinar lo que esa cosa puede llegar a ser. "las cosas tienen naturaleza cuando adquieren la
forma". De esta manera, nos dice que en los seres naturales, la naturaleza es la forma, pues lo
esencial, lo que hace que algo sea lo que es, no viene determinado por la materia, sino por la
forma.
DINAMISMO O CAMBIO:
CAUSAS:
Las causas son un momento de la teoría de Aristóteles que tiene mucha importancia
por tratarse de un intento de explicar el porqué ocurre lo que ocurre. De esta manera parte del
convencimiento de que todo lo que ocurre, ocurre por algo, y si conocemos las causas,
conocemos el por qué de lo que ocurre. Esto supone un cierto determinismo, todo tiene
necesariamente una causa frente al indeterminismo (como el de Demócrito y el azar).
Aristóteles plantea que existen cuatro CAUSAS aplicables a todas las cosas:
Debemos tener en cuenta que estas causas son explicativas de todos los seres, pero no
olvidemos que los seres naturales tienden a realizar la perfección que les es propia en virtud de lo
que son, por lo que la causa formal engloba a la eficiente y final.
Sustancias y accidentes
No hemos de olvidar, que en la Metafísica Aristóteles se para en clarificar qué es
la sustancia, considerando que la sustancia es el ser que existe en el mundo; por ello no
puede ser predicado de ninguna otra cosa, sino siempre sujeto. Su definición más clara
como sustancia primera es: Lo que no es afirmado de un sujeto ni se halla en un
sujeto, como el hombre y el caballo individuales. Así cada cosa del mundo es una
sustancia, y la manera de designarla sería señalar con el dedo a un sujeto o con un
nombre propio.
Aristóteles denomina sustancia segunda a los predicados referidos a la especie
y los géneros, Pues estos predicados no podrían existir si no existieran las sustancias
primeras. Por último frente a los predicados de sustancias segundas, los accidentes están
en el sujeto de forma circunstancial (grande, rojo, etc )
Aristóteles parte de que la esencia de las cosas está en las cosas mismas (inmanente a ellas
y no trascendente como mantenía Platón al plantear el mundo de las ideas). De esta manera,
considera que los sentidos son muy importantes a la hora de saber qué son las cosas, si bien, para
saber de su esencia es el entendimiento quien la aprecia.
En este sentido, plantea la teoría de la abstracción, con la que nos dice cómo el ser
humano llega a lo esencial de las cosas del mundo físico, es decir, cómo a partir de lo que
vemos, podemos llegar a las categorías:
- Parte de que los sentidos son quienes nos proporcionan el conocimiento particular de
las cosas, por lo que la sensación es el primer paso del conocimiento.
- Después se crea por medio de la imaginación unas imágenes sin las cuales no podríamos
pensar nada.
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CONCEPTO DE SER HUMANO
Como cualquier ser natural, Aristóteles intenta determinar cuál es la naturaleza del ser
humano, y lo concibe como una única sustancia compuesta de alma (forma) y cuerpo (materia)
(monismo antropológico); el alma:es un principio vital, es la forma del cuerpo, el acto, que
es lo esencial, esto es, lo que hace ser lo que es al ser humano, por lo que le lleva a pensar
que la perfección del ser humano pasa por realizar la función que le es propia, y en este
caso, la función que es propia del ser humano la determina el alma.
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ÉTICA
Aunque escribió otros libros de ética, es en la obra Ética a Nicómaco, donde establece su
principal reflexión ética. La ética de Aristóteles se califica como "Eudemonista", una ética de la
felicidad, y de la virtud, es decir, de cuál es el modo de conseguir y alcanzar la felicidad.
Aristóteles nos dice que la felicidad es el bien último al que aspiran todos los hombres por
naturaleza. La naturaleza nos impele a buscar la felicidad, una felicidad que Aristóteles identifica
con la buena vida, con una vida buena. Pero no todos los hombres tienen la misma concepción de
lo que es una vida buena, de la felicidad: para unos la felicidad consiste en el placer, para otros en
las riquezas, para otros en los honores, etc. Pero si es cierto la existencia de este fin último, la
felicidad deseada por todos, lo que no está tan claro, a ojos de Aristóteles es en qué consiste este bien,
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por lo que se plantea: ¿Qué es la felicidad para el ser humano?. No se trata de buscar una definición
de felicidad al modo en que Platón busca la Idea de Bien. La ética no es, ni puede ser, una ciencia,
que dependa del conocimiento de la definición universal del Bien, sino una reflexión práctica
encaminada a la acción, por lo que ha de ser en la actividad humana en donde encontremos los
elementos que nos permitan responder a esta pregunta.
Para saber qué es la felicidad, se debe estudiar cuál es la misión propia del ser humano
y que cada ser es feliz si realiza la actividad que le es propia. Cada sustancia tiene una función propia
que viene determinada por su naturaleza; actuar en contra de esa función equivale a actuar en contra
de la propia naturaleza; una silla ha de servir para sentarse, por ejemplo, y un cuchillo para cortar: si
no cumplen su función diremos que son una "mala" cama o un "mal" cuchillo. Si la cumplen,
diremos que"virtud" (areté) que le es propia: permitir el descanso o cortar, respectivamente; y por lo
tanto diremos que son una "buena" silla y un "buen" cuchillo.
La virtud, pues, se identifica con cierta capacidad o excelencia propia de una sustancia,
o de una actividad (de una profesión, por ejemplo: el músico-buena música;); pero
en general, la misión propia del ser humano es la función racional, intelectiva (pues el intelecto es lo que
nos hacer ser lo que somos, esto es, seres humanos). Del mismo modo el hombre ha de tener una
función propia: si actúa conforme a esa función será un "buen" hombre; en caso contrario será un
"mal" hombre. La felicidad consistirá por lo tanto en actuar en conformidad con la función propia del
hombre. Y en la medida en que esa función se realice, podrá el hombre alcanzar la felicidad. Si sus
actos le conducen a realizar esa función, serán virtuosos; en el caso contrario serán vicios que le
alejarán de su propia naturaleza, de lo que en ella hay de característico o excelente y, con ello, de
la felicidad. El hombre sólo será feliz, por tanto, si vive según la razón: esta vida será
virtuosa (será su excelencia). Es como se entiende pues, que en este autor, la virtud y la
felicidad coinciden, pues sólo el virtuoso será feliz (el que viva según su perfección: la
razón), el resto se comportará más como un animal o planta.
comportamiento y, por lo tanto, dos tipos de virtudes: las virtudes éticas (propias de la parte
apetitiva y volitiva de la naturaleza humana) y las virtudes dianoéticas (propias de la
diánoia, del pensamiento, de las funciones intelectivas del alma). Y teniendo en cuenta la unión
que hace entre virtud y felicidad, Aristóteles, plantea que existen dos tipos de felicidad, a las que
califica como felicidad suprema a una (producida por las virtudes dianoéticas o intelectuales) y
otra de 2º orden que se calificaría como bienestar (producidas por las virtudes éticas –control de
los apetitos-, y los bienes materiales). Para entender este planteamiento, debemos entrar en la
determinación de qué entiende por virtud Aristóteles.
Las virtudes éticas o morales: que son el dominio de los impulsos sensibles se definen como:
“el hábito (la capacidad) de escoger el justo medio (entre dos extremos viciosos), adecuado a
nuestra naturaleza, tal como es determinado por la razón: (prudencia)” ("Ética a Nicómaco",
libro 26).
Aristóteles no establece por tanto cuáles son, pues dependerá de cada uno, lo único que nos
dice son ejemplos como los siguientes:
- cobardía - valor- temeridad / vanidad-magnanimidad-humildad, Es en la
repetición de las buenas decisiones, por lo tanto, lo que genera en el hombre el hábito de
comportarse adecuadamente; y en éste hábito consiste la virtud para Aristóteles. (No me porto
bien porque soy bueno, sino que soy bueno porque me porto bien). Por el contrario, si la
decisión adoptada no es correcta, y persisto en ella, generaré un hábito contrario al anterior basado
en la repetición de malas decisiones, es decir, un vicio. Virtudes y vicios hacen referencia por lo
tanto a la forma habitual de comportamiento, por lo que Aristóteles define la virtud ética como
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un hábito, el hábito de decidir bien y conforme a una regla, la de la elección del término medio
óptimo entre dos extremos.
Por tanto no hay una forma de comportamiento universal en la que pueda decirse que
consiste la virtud. Es a través de la experiencia, de nuestra experiencia, como podemos ir haciendo
ese hábito, mediante las continuas decisiones correctas, en qué consiste la virtud. Nuestras
características personales, las condiciones en las que se desarrolla nuestra vida, las diferencias
individuales, son elementos a considerar en la toma de una decisión, en la elección de nuestra
conducta. Lo que para uno puede ser excesivo, para otro puede convertirse en el justo
término medio; la virtud mantendrá su nombre en ambos casos, aunque actuando de dos formas
distintas. No hay una forma universal de comportamiento pero tampoco es un relativismo de la
virtud.
En cuanto a las virtudes dianoéticas o racionales, que son la excelencia de la razón, Aristóteles
nos dice cuáles son: la inteligencia; ciencia; arte; prudencia. (Obrar bien en los bienes humanos) y la
sabiduría que será la más alta; esta consiste en la teorética, es decir en la vida contemplativa pero en
el sentido de que se llegará a ella cuando se conozca el orden verdadero del ser.
La sabiduría, por tanto, representa el grado más elevado de virtud, ya que tiene por objeto
la determinación de lo verdadero y lo falso, del bien y del mal. El hábito de captar la verdad a
través de la demostración, la sabiduría, representa el nivel más elevado de virtud al que puede aspirar
el hombre, y Aristóteles la identifica con la verdadera felicidad.
Es de esta manera como partiendo de su concepción teleológica del ser humano (todo ser
natural tiende a realizar la perfección que le es propia), plantea que será plenamente feliz cuando se
realice como lo que es, esto es, como un ser racional. Así, podremos hablar de verdadera felicidad o
felicidad primera cuando busquemos nuestra perfección, y esta vendrá cuando utilicemos nuestra
facultad racional.
POLÍTICA
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Aristóteles piensa en el lenguaje humano como algo significativo
de lo que somos, cosa que le sirve para calificar al ser humano también como ser social por
naturaleza; así nos dice que a diferencia de otros animales disponemos del lenguaje (la
palabra), un instrumento de comunicación que necesita del otro para poder ejercitarse; lo
que
significa esto es que hay una prioridad del Estado frente al individuo, puesto que la
sociedad es anterior al individuo, no en el tiempo, sino que para que el ser humano sea
lo que es, tenga palabra, etc, necesita ser en sociedad. Para Aristóteles, sólo los dioses y las
bestias son independientes, y el único que puede ser autárquico es el estado, nunca un
individuo. En este sentido, el bien del ser humano, esto es su realización como tal, su
perfeccionamiento, le debe venir necesariamente de la comunidad.
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Siendo esto así, Aristóteles, (como Platón), p iensa que el fin de l a sociedad y del
Estado es garantizar el bien supremo (la felicidad) de los seres humanos y plantea que sólo se
puede ser feliz en la sociedad, por lo que el fin de la sociedad y del Estado, por consiguiente, ha
de ser garantizarla. Por tanto considera injusto todo Estado que se olvide de este fin supremo,
por lo que reflexiona sobre la necesidad de que un Estado debe tener leyes justas, es decir,
leyes que promuevan la felicidad de los que seres humanos. Además, Aristóteles analiza las
relaciones sociales y considera naturales las relaciones hombre-mujer, padres-hijos y amo-
esclavos; de esa naturalidad se deduce la preeminencia del hombre sobre la mujer en el seno de
la familia, la de los padres sobre los hijos y la del amo sobre los esclavos; es importante
valorar lo que dice desde un punto de vista contextual pues lo que hace al decir esto es justificar
la manera en la que se vivía en la Atenas de la época (cosa que nos resulta chocante hoy).
Teniendo en cuenta lo dicho hasta ahora, Aristóteles piensa que si en la sociedad sólo se
puede perfeccionar el ser humano, es necesario hacer un estudio de las formas de
organización política con el fin de establecer cuál es la mejor forma para conseguir la
felicidad, esto es, la realización. Por tanto parte de una crítica al convencionalismo sofista y al
idealismo platónico en organización política, puesto que para Aristóteles, ni todo vale, ni se
debe establecer un ideal irrealizable. Por tanto lleva a cabo un estudio de las
constituciones de las ciudades-estado de su época, proponiendo una clasificación que
toma como referencia si el gobierno procura el interés común o busca su propio interés. Cada
una de estas clases se divide a su vez en tres formas de gobierno, o tres tipos de
constitución: las buenas constituciones y las malas o desviadas. Las consideradas buenas
formas de gobierno son la Monarquía, la Aristocracia y la Democracia (Politeia); las
consideradas malas, y que representan la degeneración de aquellas son la Tiranía, la
Oligarquía y la Democracia extrema o (Demagogia).
La Monarquía, el gobierno del más noble con la aceptación del pueblo y el respeto de
las leyes, se opone a la Tiranía, donde uno se hace con el poder violentamente y gobierna sin
respetar las leyes; La Aristocracia, el gobierno de los mejores y de mejor linaje, se opone a la
Oligarquía, el gobierno de los más ricos; La Democracia o Politeia, el gobierno de todos
según las leyes establecidas, se opone a la Demagogia, el gobierno de todos sin respeto de las
leyes, donde prevalece la demagogia sobre el interés común.
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