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APUNTES DE AUTORES (Fª GRIEGA)

PENSAMIENTO DE SÓCRATES

Sócrates nació en Atenas el año 470 a. c. de una familia, al parecer, de clase media.
Su padre era escultor y su madre comadrona, lo que ha dado lugar a alguna comparación
entre el oficio de su madre y la actividad filosófica de Sócrates. Los primeros años de la vida
de Sócrates coinciden, pues, con el período de esplendor de la sofística en Atenas.

El interés de la reflexión filosófica se centraba entonces en torno al ser humano y la


sociedad, abandonando el predominio del interés por el estudio de la naturaleza.
Probablemente Sócrates se haya iniciado en la filosofía estudiando los sistemas de
Empédocles y Anaxágoras, entre otros. Pero pronto orientó sus investigaciones hacia los
temas más propios de la sofística.

Sócrates no escribió nada y, a pesar de haber tenido numerosos seguidores, nunca


creó una escuela filosófica. Las llamadas escuelas socráticas fueron iniciativa de sus
seguidores. Acerca de su actividad filosófica nos han llegado diversos testimonios,
contradictorios entre ellos, como los de Jenofonte, Aristófanes o Platón, que suscitan el
llamado problema socrático, es decir la fijación de la auténtica personalidad de Sócrates y del
contenido de sus enseñanzas.

El rechazo del relativismo de los sofistas llevó a Sócrates a la búsqueda de la


definición universal, que pretendía alcanzar mediante un método inductivo.

Los sofistas habían afirmado el relativismo gnoseológico y moral. Sócrates criticará


ese relativismo, convencido de que los ejemplos concretos encierran un elemento común
respecto al cual esos ejemplos tienen un significado. Si decimos de un acto que es "bueno"
será porque tenemos alguna noción de "lo que es" bueno; si no tuviéramos esa noción, ni
siquiera podríamos decir que es bueno para nosotros pues, ¿cómo lo sabríamos? Lo mismo
ocurre en el caso de la virtud, de la justicia o de cualquier otro concepto moral. Para el
relativismo estos conceptos no son susceptibles de una definición universal: son el resultado
de una convención, lo que hace que lo justo en una ciudad pueda no serlo en otra. Sócrates,
por el contrario, está convencido de que lo justo ha de ser lo mismo en todas las ciudades, y
que su definición ha de valer universalmente. La búsqueda de la definición universal se
presenta, pues, como la solución del problema moral y la superación del relativismo.

¿Cómo proceder a esa búsqueda? Sócrates desarrolla un método práctico basado en el


diálogo, en la conversación, la "dialéctica", en el que a través del razonamiento inductivo
se podría esperar alcanzar la definición universal de los términos objeto de investigación.
Dicho método constaba de dos fases: la ironía y la mayéutica. En la primera fase el objetivo
fundamental es, a través del análisis práctico de definiciones concretas, reconocer nuestra
ignorancia, nuestro desconocimiento de la definición que estamos buscando. Sólo reconocida
nuestra ignorancia estamos en condiciones de buscar la verdad. La segunda fase consistiría
propiamente en la búsqueda de esa verdad, de esa definición universal, ese modelo de
referencia para todos nuestros juicios morales. La dialéctica socrática irá progresando desde
definiciones más incompletas o menos adecuadas a definiciones más completas o más
adecuadas, hasta alcanzar la definición universal.

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Esa verdad que se buscaba ¿Era de carácter teórico, pura especulación o era de
carácter práctico? Todo parece indicar que la intencionalidad de Sócrates era práctica:
descubrir aquel conocimiento que sirviera para vivir, es decir, determinar los verdaderos
valores a realizar. En este sentido es llamada la ética socrática "intelectualista": el
conocimiento se busca estrictamente como un medio para la acción. De modo que si
conociéramos lo "Bueno", no podríamos dejar de actuar conforme a él; la falta de
virtud en nuestras acciones será identificada pues con la ignorancia, y la virtud con el
saber.

En el año 399 Sócrates, que se había negado a colaborar con el régimen de los Treinta
Tiranos, se vio envuelto en un juicio en plena reinstauración de la democracia bajo la doble
acusación de "no honrar a los dioses que honra la ciudad" y "corromper a la juventud". Al
parecer dicha acusación, formulada por Melitos, fue instigada por Anitos, uno de los
dirigentes de la democracia restaurada. Condenado a muerte, se negó a marcharse
voluntariamente al destierro o a aceptar la evasión que le preparaban sus amigos, afirmando
que tal proceder sería contrario a las leyes de la ciudad, y a sus principios. El día fijado bebió
la cicuta.

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PLATÓN (427 a.C.-347 a.C.)

INTRODUCCIÓN

Platón nació en Atenas en el año 427 a.C., en el seno de una familia noble. Tuvo
conocimiento de los primeros pensadores, los presocráticos, llegando a estudiar con Crátilo
(que fue discípulo de Heráclito), lo que nos debe llevar a explicar quiénes son y qué
mantenían estos pensadores.
A partir del año 407 a.de C. vemos a Platón como discípulo de Sócrates. Esta relación
hace del todo necesario que hablemos de la influencia también que Sócrates tuvo en el
pensamiento de este pensador, de quien heredará la preocupación por los grandes problemas
que en la llamada Ilustración griega surgen en su confrontación con los llamados Sofistas.
Hace pues también del todo necesario explicar el debate filosófico que mantuvieron los
Sofistas con Sócrates.
Platón comienza su andadura en un tiempo en el que en Atenas gobierna el régimen
de los Treinta Tiranos, (impuesto por Esparta tras perder la guerra contra esta polis), entre los
cuales contaba con parientes y amigos (su tío Cármides y su primo Critias), quienes le
invitaron a participar en el gobierno. Pero este gobierno le llevó a una gran desilusión por sus
actos violentos. Después de la caída de los Treinta, la restauración de la democracia incitó a
Platón a la vida política; pero entonces aconteció el hecho decisivo que le separó para
siempre de la política de su tiempo: el proceso y la condena de Sócrates (399 a C). Así pues,
cuando la democracia recién restaurada ejecutó a Sócrates, Platón sufrió una sacudida tan
profunda que decidió alejarse definitivamente de la política práctica y dedicarse a reflexionar
sobre sus fundamentos desde un punto de vista filosófico, con la intención de descubrir las
causas del fracaso de todos los sistemas políticos. Su proyecto filosófico, tendrá pues el
objetivo de instaurar una política fundada en el saber, es decir, que los gobiernos sean
ejercidos por los sabios.
Tras la muerte de Sócrates (399 a.C), marchó a diferentes ciudades, llegando con 40
años de edad a la Magna Grecia (Italia meridional) donde conoció las comunidades
pitagóricas (que más adelante veremos en qué parte de su pensamiento influyeron).

Los más importantes diálogos que escribió son los siguientes, divididos en tres etapas:
Diálogos socráticos o de juventud: En ellos Platón hace una defensa de la figura de Sócrates
frente a las acusaciones de impiedad y corrupción de la juventud que se vertieron sobre su
maestro: «Apología de Sócrates» , « Critón» «Hipias Menor», «Cármides», «Laques»,
«Lisis», «Eutifrón», «Gorgias», «Menón», «Cratilo», «Eutidemo» y «Menexeno». Diálogos
de madurez: En ellos aparecen elaboraciones propiamente platónicas: la teoría de las ideas,
la inmortalidad del alma, la dialéctica, Eros, la reminiscencia, la ciudad ideal etc.:«El
Banquete», «Fedón», «La República» y «Fedro». Diálogos críticos y de vejez: Es el grupo
de escritos donde el propio Platón examina y critica sus propias teorías: «Timeo», «Teeteto»,
«Parménides», «El sofista», «El político» y «Filebo», «Las leyes» «Critias».

PROYECTO FILOSÓFICO DE PLATÓN:

Platón parte de la idea de que no hay ninguna forma de gobierno buena, y por tanto
plantea una forma de gobierno ideal, en la que los sabios dirijan la polis. Pretende por tanto,
fundamentar teóricamente un modelo ideal de sociedad, en el que gobiernen los filósofos,
que son sabios y conocen la verdad, y por lo tanto saben claramente qué deben hacer (la
ética). Esto lo hace en la madurez: La República. De esta manera debe determinar qué es la
verdad, cómo conocerla y cómo actuar virtuosamente. Al final de su vida, la sociedad ideal la

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fundamenta no en los sabios, sino en las leyes, pues piensa que hasta los sabios pueden no
actuar de manera buena.

“"Finalmente llegué a comprender que todos los estados estaban mal gobernados
(...).Entonces me sentí irresistiblemente movido a alabar la verdadera filosofía, y que sólo
con su luz se puede reconocer dónde está la justicia en la vida pública y privada. Así pues,
no acabarán los males de los hombres hasta que llegue la raza de los puros y auténticos
filósofos al poder, o hasta que los jefes de las polis no se pongan a filosofar." Platón: Carta
VII.

LA TEORÍA PLATÓNICA DE LAS IDEAS : los dos mundos

La teoría platónica de las Ideas, es el núcleo de la filosofía platónica, el eje a través


del cual se articula todo su pensamiento. No se encuentra formulada como tal en ninguna
de sus obras, sino tratada, desde diferentes aspectos, en varias de sus obras de madurez
como "La República", "Fedón" y "Fedro".
Debemos tener en cuenta que lo que busca es fundamentar teóricamente un ideal
de gobierno en el que el sabio (que es quien se dirige por su alma racional) gobierna la
polis, por lo que establece cómo llega el hombre a ser sabio: es decir, cómo llega a la
verdad, a lo real y cómo accede, conoce, dicha verdad. Su metafísica, por tanto, sirve de
fundamento para su teoría política y la ética.

Para entender por qué surge esta teoría filosófica básica en el pensamiento de Platón,
debemos recordar la búsqueda que Sócrates ya hacía de la definición universal de cada cosa,
lo cual ya había apuntado a la necesidad de destacar el elemento común entre todos los
objetos de la misma clase. Ese objeto común o término del conocimiento, que en Sócrates no
dejaba de ser un término lingüístico, es convertido por Platón en algo independiente del
conocimiento y del lenguaje: de la afirmación de la necesaria realidad de ese objeto común
Platón concluye que debe existir independientemente de la mente que lo concibe, y lo llama
Idea. Por tanto, la esencia de cada cosa, tiene una existencia real fuera de la cosa misma,
con lo que cada idea es una sustancia (algo que no necesita de ninguna otra cosa para existir).

Sócrates buscaba las definiciones de los objetos éticos, pero esta búsqueda Platón la
extiende a la investigación de los objetos naturales: del mismo modo que debe existir una
definición universal de "virtud", ha de existir una definición universal de todos y cada uno de
los componentes de la realidad. Platón, a diferencia de su maestro, hace del término de esa
definición universal una Idea, una realidad subsistente, y termina por postularla con una
realidad diferente, pero más real y verdadera que las cosas de este mundo. Por eso Platón
habla de “las Ideas en sí”, para diferenciarlas de las ideas mentales, es decir, de los
conceptos que tenemos en la mente de las cosas.

Las Ideas, por lo tanto, son las "esencias", pero con la particularidad de que no se
puede confundir con lo que entendemos como concepto mental; las Ideas platónicas no son
contenidos mentales, sino objetos a los que se refieren los contenidos mentales designados
por el concepto, y que expresamos a través del lenguaje. Esos objetos o "esencias" subsisten
independientemente de que sean o no pensados, son algo distinto del pensamiento (son
sustancias). Las Ideas, además, son únicas, eternas e inmutables (al igual que el ser de
Parménides), y no pueden ser objeto de conocimiento sensible, sino solamente
cognoscibles por la razón. No siendo objeto de la sensibilidad, no pueden ser materiales. Y
sin embargo Platón insiste en que son entidades que tienen una existencia real e

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independiente tanto del sujeto que las piensa como del objeto del que son esencia, dotándolas
así de un carácter trascendente. Además, las Ideas son el modelo o el arquetipo de las
cosas, por lo que la realidad sensible es el resultado de la copia o imitación de las Ideas.

La consecuencia de este planteamiento Platónico es que diferencia entre dos modos


de realidad (o mundos), uno, al que llama inteligible, y otro al que llama sensible. La
realidad o mundo inteligible, la verdadera realidad, es a la que denomina "mundo de las
Ideas", tiene las características de ser inmaterial, eterno, (inengendrado e indestructible,
siendo, por lo tanto, ajeno al cambio, y constituye el modelo o arquetipo de la otra realidad,
el mundo sensible, constituida por lo que ordinariamente llamamos "cosas", y que tiene las
características de ser material, corruptible, (sometida al cambio, esto es, a la generación y a la
destrucción), y que resulta no ser más que una copia de la realidad inteligible.

La realidad constituida por las Ideas, representaría el “verdadero ser”, mientras


que de la segunda forma de realidad, las realidades materiales o "cosas", hallándose en un
constante devenir, nunca podrá decirse de ellas que “son verdaderamente “. Sólo la Idea es
susceptible de un verdadero conocimiento o "episteme", mientras que la realidad sensible, las
cosas, sólo son susceptibles de opinión o "doxa". De la forma en que Platón se refiere a las
Ideas en varias de sus obras como en el "Fedón" (el alma contempla, antes de su unión con
el cuerpo, las Ideas: teoría de la reminiscencia) o en el "Timeo" (el Demiurgo modela la
materia ateniéndose al modelo de las Ideas), así como de la afirmación aristotélica en la
"Metafísica" según la cual Platón "separó" las Ideas de las cosas, suele formar parte de esta
presentación tradicional de la Teoría de las Ideas la afirmación de la separación entre lo
sensible y lo inteligible como una característica propia de ella.

El mundo sensible se caracteriza por estar sometido al cambio, a la movilidad, a la


generación y a la corrupción (herencia del pensamiento de Heráclito). Este problema del
cambio conduce a Platón a buscar una solución que guarda paralelismos importantes con la
propuesta por los filósofos pluralistas: siguiendo a Parménides hay que reconocer la
necesaria inmutabilidad del ser, pero el mundo sensible no se puede ver reducido a una mera
ilusión. Aunque su grado de realidad no pueda compararse al de las Ideas ha de tener alguna
consistencia, y no puede ser asimilado simplemente a la nada. Platón no pretende degradar la
realidad sensible hasta el punto de considerarla una mera ilusión. La teoría de las Ideas
pretende solucionar, entre otros, el problema de la unidad en la diversidad, y explicar de
qué forma un elemento común a todos los objetos de la misma clase, su esencia, puede ser
real; parece claro que la afirmación de la realidad de las Ideas no puede pasar por la negación
de toda realidad a las cosas. Esa relación es explicada como imitación o como
participación: las cosas imitan a las Ideas, o participan de las Ideas, siendo éstas el
arquetipo, el modelo, la causa de las cosas materiales.

El mundo de las Ideas lo concibe Platón jerarquizado. El primer rango le


corresponde a la Idea de Bien en sí, tal como nos lo presenta Platón en la "República",
aunque en otros diálogos ocuparán su lugar lo Uno, (en el "Parménides"), la Belleza, (en el
"Banquete"), o el Ser, (en el "Sofista"), que representan el máximo grado de realidad, siendo
la causa de todo lo que existe. No la define claramente, pero es la Idea suprema, la primera
en la jerarquía; es la causa de que yo pueda inteligir las demás Ideas racionalmente como el
sol hace que pueda ver las cosas del mundo natural. A continuación vendrían las Ideas de los
objetos éticos y estéticos, seguida de las Ideas de los objetos matemáticos y finalmente de
las Ideas de las cosas sensibles. Platón intenta también establecer una cierta comunicación
entre las Ideas y, según Aristóteles, terminó por identificar las Ideas con los números,

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identificación de la que sí tenemos constancia que realizaron los continuadores de la
actividad platónica en la Academia.

Es por esto por lo que es la teoría más importante de este pensador, y que enlaza
con todo lo demás, es decir, su concepción del ser humano, del conocimiento y de la ética y
política. Es por lo que ahora, y siguiendo su idea de que el sabio debe gobernar, y dado que
ya nos ha dicho dónde reside la verdad, ahora nos plantea cómo concibe al ser humano y
el conocimiento de la verdad.

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LA CONCEPCIÓN DEL HOMBRE: alma y cuerpo
La concepción que tiene este pensador del ser humano está también influida por su
metafísica, pues si en la teoría de las Ideas plantea un dualismo ontológico, concibe al ser
humano desde un dualismo antropológico.

- "Mito del carro alado", Fedro: 246a y 253d:


"... podríamos decir que toda alma es un carro alado compuesto de dos caballos y un auriga
(...), siendo uno bueno y hermoso, y el otro todo lo contrario, resultándonos difícil su
manejo.
"... en este mito dividimos cada alma en tres partes, dos de ellas en forma de caballos y la
tercera el auriga. Un caballo es bueno y el otro no. El que ocupa el lugar preferente es de
erguida planta y finos remos, (...), de blanco color, de negros ojos, amante de la gloria con
moderación, pundonor, seguidor de la opinión verdadera, y, sin fusta, dócil a la palabra y a
la voz. El otro, es contrahecho, grande, de toscas articulaciones, de color negro, ojos grises,
sangre ardiente, compañero de excesos y petulancias, de peludas orejas y sordo, apenas
obediente al látigo y los acicates." 253d

El problema acerca del alma no es si existe o no (todos daban por hecho el que
existía), sino cuál es la naturaleza del alma (qué es, características, etc). Vamos a analizar el
concepto de alma de Platón y su relación con el cuerpo, teniendo una importancia extrema en
cuanto que a partir de esta concepción, nos propondrá un concepto de hombre que lleva a
relacionarlo con la verdad y la ética de manera muy íntima, pues necesita justificar el porqué
el hombre debe controlar sus deseos y dirigirse por la razón para ser sabio y dirigir bien la
polis. Con esto también veremos la relación con el conocimiento que tiene el alma platónica.

Platón establece una radical separación entre el alma (capacidad superior racional),
del cuerpo. Son dos cosas diferentes (dualismo antropológico: alma y cuerpo son dos cosas
diferentes e independientes) y se relacionan de manera accidental, antinatural, pues cada una
tiene su lugar natural: el alma: en el mundo de las Ideas, de la verdad, de lo divino, de la
pureza. (Auriga de un carro), y el cuerpo: en el mundo natural, impuro, se degrada, cambia,
parece ser.

La inmortalidad del alma platónica constituyó una novedad filosófica en su


época. Una doctrina extraña a los griegos proveniente del orfismo y el pitagorismo y
que va a permitirle al autor establecer la posibilidad de que los hombres conozcan lo
verdaderamente real, las Ideas, escapando así de lo puramente fenoménico (lo captado
por los sentidos).

El alma, nos dice Platón, es inmortal, transmigra de unos cuerpos otros y es,
además, principio de conocimiento. En la medida en que conocemos "por" el alma, ésta ha
de ser homogénea con el objeto conocido, es decir, con las Ideas, por lo que no puede ser
material.

Platón establece tres partes del alma o tres almas diferentes(Timeo), puesto que el
alma al encarnarse en un cuerpo hace que broten de él las otras; pero es el alma (racional) la
que hace al ser humano, ser humano, es su esencia, lo más importante, lo primordial.
Además es el principio del conocimiento racional, por lo que su lugar natural sea el
mundo de las ideas, el mundo de la verdad contemplada por la razón; pero también es
lo que da ánimo o vida al cuerpo. Esta alma racional es la única que es inmortal. Así las
otras almas, la Irascible (ánimo) y la Concupiscible (apetitos) son mortales, pues

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desaparecen al desaparecer el cuerpo. De esta manera, mientras que la racional produce
conocimiento racional y marcan la dirección de las otras, la Concupiscible produce los
deseos irracionales y las pasiones innobles, mientras que la Irascible el coraje, la fuerza de
voluntad así como las pasiones nobles. También Platón sitúa en la cabeza la racional cuya
virtud es la prudencia y sabiduría, en el tórax la Irascible siendo su virtud la fortaleza, y en
el abdomen la Concupiscible siendo su virtud la templanza. De esta manera el ideal de ser
humano para Platón es el que se deja guiar por el alma racional, sometiendo a las otras dos.

Para Platón el Cuerpo es la cárcel del alma: el cuerpo es un estorbo para el alma, la
arrastra con sus pasiones y le "distrae" de la contemplación de las ideas, por lo que busca la
purificación: el intento de deslindarse del cuerpo a través del control de los deseos, y el
estímulo de la actividad racional que nos lleva a contemplar la verdad, las ideas, con lo que el
saber y la filosofía es una preparación para la muerte.

CARACTERÍSTICAS Concupiscible Irascible Racional


de las almas Apetito Ánimo inteligencia o razón

lo que producen Pasiones innobles Pasiones nobles Conocimiento, saber


carácter Mortal Mortal Inmortal
lugar de situación abdomen tórax Cabeza
en el mito carro alado Caballo negro caballo blanco Auriga
la virtud dominante Templanza Fortaleza Prudencia

TEORÍA DEL CONOCIMIENTO

Si el gobernante debe ser sabio, se debe tener un acceso al conocimiento verdadero,


racional (basado en razones), por lo que Platón lo distingue de la opinión, (inestable, sin

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base). De esta manera, el conocimiento verdadero, válido es el de las ideas. Pero la Teoría
de las Ideas plantea el problema de cómo las podemos conocer; para esto Platón se basa en
estas tres hipótesis: 1º las cosas imitan a las ideas; 2º el alma está como intermediaria entre
el mundo de las ideas y el natural; 3º las ideas están en comunicación entre sí (orden
jerárquico).

Platón en su juventud establece una forma de llegar a la verdad que se denomina


teoría de la reminiscencia, para pasar en su madurez a la Dialéctica, expuesta en La
República donde establece los grados del conocimiento.

La Reminiscencia o anámnesis: (en el Menón). 1ª forma de conocimiento:


La primera explicación del conocimiento que encontramos en Platón, antes de haber
elaborado la teoría de las Ideas, es la teoría de la reminiscencia (anámnesis) que nos ofrece en
el Menón. Según ella el alma, siendo inmortal, lo ha conocido todo en su existencia anterior
por lo que, cuando creemos conocer algo, lo que realmente ocurre es que el alma recuerda lo
que ya sabía. Aprender es, por lo tanto, recordar. El contacto con la sensibilidad y el
ejercicio de la razón, serían los instrumentos que provocarían ese recuerdo en qué consiste el
conocimiento. La teoría de la reminiscencia volverá a ser utilizada en el Fedón en el
transcurso de una de las pruebas para demostrar la inmortalidad del alma, pero Platón no
volverá a insistir en ella como explicación del conocimiento.

Los Grados del Conocimiento: los dos tipos de conocimiento

En la República Platón nos ofrece la alegoría de la línea: donde nos da una explicación de
cómo conocemos, y sobre todo nos hablará de que hay dos tipos de conocimiento:
la “doxa” o conocimiento del mundo sensible, y que se traduce por opinión, pues en este
mundo todo está sometido a cambio, y la “episteme” o conocimiento del mundo
inteligible, culminado por la dialéctica, el más perfecto conocimiento de la verdad.
Platón establece una correspondencia entre los distintos niveles y grados de realidad y los
distintos niveles de conocimiento. Fundamentalmente distinguirá Platón dos modos de
conocimiento: la "doxa" (o conocimiento sensible) y la "episteme" (o conocimiento
inteligible). A cada uno de ellos le corresponderá el conocimiento de un tipo (grado) de
realidad: la sensible y la inteligible, respectivamente. El verdadero conocimiento viene
representado por la "episteme", dado que es el único conocimiento que versa sobre el ser y,
por lo tanto, que es infalible. Efectivamente, el conocimiento verdadero lo ha de ser de lo
universal, de la esencia, de aquello que no está sometido a la fluctuación de la realidad
sensible; ha de ser, por lo tanto, conocimiento de las Ideas. Si el mundo sensible es el
mundo de la opinión (doxa) y el mundo inteligible el dominio de la ciencia (episteme)
podemos formular lo siguiente: la opinión es a la ciencia lo que la imagen es al original.
Las imágenes de los objetos materiales dan lugar a una representación confusa, que
llamaremos imaginación (eikasía); los objetos materiales dan lugar a una representación más
precisa del sujeto que las percibe, y a la que llamaremos creencia (pístis); por su parte, en el
mundo inteligible, las imágenes de las Ideas (objetos matemáticos) dan lugar a un
conocimiento discursivo (diánoia), mientras que las Ideas mismas da lugar a un
conocimiento intelectivo (nóesis), el conocimiento dialéctico.

ALEGORÍA DE LA LÍNEA PARA EXPLICAR LOS GRADOS DEL


CONOCIMIENTO
GRADOS DEL SER

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Mundo visible (sensible) Mundo inteligible

/ \ 7 \
Imágenes Cosas Objetos matemáticos Ideas
|___________________ | _____________ | ______________________ | ___________________ |
I I I I I
Imaginación Física Matemáticas Dialéctica
(Eikasía) (Pístis) (Diánoia) (Nóesisi
Conjetura pensamiento discursivo Inteligencia
arte creencia razón discursiva Ciencia
\ __________________________________/ \
___________________________________/
Doxa (opinión) Episteme (ciencia)
(referidos al devenir) (referidos a la esencia)

GRADOS DEL CONOCER

La dialéctica es, pues, el proceso por el que se asciende gradualmente al verdadero


conocimiento, al conocimiento del ser, de lo universal, de la Idea. Las nociones u
objetos matemáticos, que de una parte reflejan las Ideas puras, pero por otra parte sólo
pueden traducirse con la ayuda de símbolos sensibles (números, figuras geométricas, etc), nos
proporcionan el tipo de las nociones mixtas de la diánoia: las matemáticas se fundan sobre
hipótesis a las que consideran como principios a partir de los cuales deducen sus
consecuencias, representando así la actividad del razonamiento discursivo.

La dialéctica (nóesis) se dirige a objetos de conocimiento distintos, es decir, a las


Ideas en sí. Platón establece una diferencia entre las Ideas y los objetos matemáticos en el en el
sentido de considerar estos como realidades intermedias entre las formas (Ideas) y las cosas
sensibles. Pero también en cuanto a su naturaleza, pues la dialéctica, aunque parte de las
hipótesis del razonamiento matemático, pretende rebasarlo remontándose hasta los primeros
principios, las Ideas, mediante el recurso a una abstracción pura, descendiendo luego hasta las
conclusiones que se derivan de esos primeros principios, pero sin valerse en ningún momento
de imágenes sensibles.

Platón concibe la dialéctica como un examen de las distintas ideas y de las relaciones que
mantienen entre sí unas con otras, mostrando su trabazón (symploké) y comunicación
(koinonía). Las ideas son los géneros de las cosas, a partir de los cuales y por división
(diaíresis) se definen las especies o determinaciones de las cosas. La dialéctica es entendida
como un método racional que se identifica con el saber verdadero. Las características
que atribuye Platón a este tipo de conocimiento son las siguientes: es una
actividad cognoscitiva que se ejerce con la razón; Su objeto es el conocimiento del
Mundo Inteligible, de las relaciones existentes entre las Ideas; La aspiración última es el
conocimiento de la Idea de Bien y del modo en que ésta es el fundamento último de toda
la realidad; Por ser una actividad estrictamente racional no se apoya en la percepción; por
utilizarse la pura razón el conocimiento al que da lugar es conocimiento estricto,
conocimiento universal y necesario; Además no acepta como verdadera ninguna premisa que
no haya sido cuestionada, busca el sentido último, la razón más profunda de cada tema que
trata.

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El mito de la caverna y el conocimiento:

No debemos olvidar que de manera alegórica, nos explica Platón en la República (lib.VII)
con su afamado mito de la Caverna, cómo sería el ascenso del ser humano al conocimiento de
la verdad, haciendo un símil de cómo la idea de Bien en sí es la causa del conocimiento de
todas las Ideas como lo es el sol de las cosas del mundo sensible.

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EL Eros (amor platónico) o dialéctica emocional: En el Banquete, Platón nos dice cómo a
través del Eros (atracción de las cosas bellas), se asciende hacia las Ideas partiendo del amor a la
belleza que observamos en las cosas sensibles, luego a la belleza en el ser humano, hasta alcanzar la
contemplación de la Belleza en sí, que se identifica con el Bien del que nos habla en la República y
que representaría el grado superior de conocimiento. Por tanto, Platón establece una forma de
conocer las ideas partiendo directamente de la contemplación de ciertas cosas del mundo
sensible; esta manera es llamada dialéctica emocional y que es un proceso ascendente que
va desde las cosas sensibles hasta la idea suprema (Belleza o Bien), sin pasar por las ideas
intermedias, siendo los escalones que nos conducen a ellas las cosas bellas.

ÉTICA: VIRTUD Y FELICIDAD

Según Platón, para acceder a las Ideas, es necesario un determinado comportamiento


y un estado donde esto sea posible, esto es, donde sea posible dedicarse a conocerlas. No hemos
de olvidar que la intención de Platón es ética y política (no están separadas): en cuanto que
busca un gobierno ideal gobernado por los sabios.

Platón busca responder a la pregunta ¿qué debo hacer? basándose en un concepto de


naturaleza humana, pero diferente al de los sofistas quienes planteaban que los seres
humanos se comportaban como animales y como niños, esto es, como animales busca el
dominio del resto, y como niños buscan el placer y evitan el dolor. De esta manera, los
sofistas planteaban que se debía hacer justamente esto, pues esto es lo natural. Pero según
Platón, este tipo de morales olvidan que lo que la naturaleza humana tiene como característica
esencial es esa facultad suprema llamada razón: y por lo tanto lo que debe hacer el ser
humano para actuar moralmente bien es dejarse guiar por su razón, como un ser

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racional que es. Así, el ser humano debe ser virtuoso, en el sentido de hacer lo que debe
pero en cuanto que tiene el alma racional que es lo que le define como ser humano; Pero
¿qué entiende por virtud? Podríamos decir que para Platón existen tres formas que se auto
complementan de entender la virtud, esto es, tres maneras complementarias de llegar a tener
"excelencia" (areté). De esta manera estas tres caras de la misma moneda son entendidas:
- Virtud como Sabiduría: (Intelectualismo moral): Platón acepta fundamentalmente la
identificación socrática entre virtud y conocimiento. La falta de virtud no supone una
perversión de la naturaleza humana; por su propia naturaleza el ser humano busca el
bien para sí, pero si desconoce el bien puede tomar como bueno, erróneamente,
cualquier cosa y, en consecuencia, actuar incorrectamente; la falta de virtud es
equivalente, pues, a la ignorancia. Sólo quien conoce la Idea de Bien puede actuar
correctamente, o mejor, sólo sabiendo que es la Justicia en sí, podemos ser justos. Lo
Justo en sí, la bondad en sí, la prudencia, etc., esto es, los valores morales existen por sí
mismos, y por ello es posible definirlos objetivamente y, una vez conocidos, llevarlos a
cabo en la vida práctica. El sabio no podrá ser malo, ya que el mal es fruto de la
ignorancia, un defecto que no radica en nuestra naturaleza sino en el no cumplimiento de
lo esencial de nuestra naturaleza (la racionalidad).

- Virtud como Purificación: es virtuoso, pues, quien domina su cuerpo, sus pasiones buscando
las Ideas. Aquí se aprecia el antihedonismo platónico pues mantiene que los placeres
materiales y corporales no sólo no conducen a la felicidad, sino que incluso nos la
impiden si desorientan al alma. Virtuoso y feliz será aquel que purifique su alma
de las pasiones y "desórdenes" del cuerpo y se vuelque hacia el mundo eidético, el
único capaz de realizar humanamente al hombre.

Virtud como armonía o justicia: En la República


PARTES DEL ALMA VIRTUDES
nos habla Platón de cuatro virtudes
principales: la sabiduría, el coraje o fortaleza RACIONAL SABIDURÍA,
PRUDENCIA
de ánimo, la templanza y la justicia. La virtud
IRASCIBLE FORTALEZA O
la entiende como un equilibrio y armonía VALENTÍA
entre las distintas partes del alma. Debe CONCUPISCIBLE TEMPLANZA
desarrollarse tal acuerdo entre ellas que se (APETITIVA) O
MODERACIÓN
unifiquen los distintos elementos que
justicia JUSTICIA
conforman el compuesto humano, ARMONÍA ENTRE
sometiéndolos a la razón. Es esta la única que LAS
PARTES DEL ALMA
puede regir esta armonización.

Esto significa que cada alma tiene su virtud (su


manera de ser excelente), así la virtud del alma
Concupiscible es la moderación o templanza;
la de la Irascible es la fortaleza, valor; y la de
la Racional es la prudencia. La armonía
(justicia) surge cuando cada parte del
alma hace lo que tiene que hacer, lo que le
es propio, y domina una a otra conforme a
la naturaleza. (la racional a las demás, etc).
Así la justicia es la virtud fundamental
que surge cuando ocurre esto en el hombre.

13
POLÍTICA

Teniendo en cuenta lo dicho en la ética debemos ahora adentrarnos en su


teoría política. Platón plantea una correlación entre el alma del hombre y el Estado. Esto
significa que en su sociedad ideal, debe haber tantas clases sociales como almas, por lo que
sólo en la ciudad justa se puede educar a hombres justos. Contrariamente a los sofistas,
para quienes la sociedad era el resultado de una convención o pacto entre los individuos, para
Platón la sociedad es el medio de vida "natural" del hombre. Las tendencias que inclinan al
hombre al amor, a la amistad, a la convivencia en general, son tendencias naturales, por lo que
no tendría sentido pensar que el medio, necesariamente social, en el que se desarrollan, fuera
algo no-natural. (Esta teoría de la "sociabilidad natural" del hombre será mantenida
posteriormente también por Aristóteles).

Platón aprecia la necesidad de que la justicia (entendida como armonía), sea común al
hombre y a la ciudad; podríamos buscarla por lo tanto en uno y en otra; pero dada la mayor
magnitud de la ciudad deberá estar la justicia inscrita en ella con caracteres más gruesos que
en el individuo y, por lo tanto, más fáciles de encontrar. Pero como no hay ninguna ciudad
conocida de la que realmente podamos decir que es justa, propone la creación de una
ciudad ideal: siendo una sociedad perfecta no podrá carecer de ninguna perfección y
deberemos encontrar en ella la justicia.

Dado que la ciudad debe existir para satisfacer las necesidades de los hombres, ya que
éstos no son independientes unos de otros ni autosuficientes para abastecerse, el primer
fin que debe garantizar toda sociedad es un fin económico. Los hombres tienen
diferentes capacidades y habilidades, siendo preferible que cada uno desarrolle las que
posee por naturaleza, lo que introduce la división del trabajo en la organización de la
sociedad. En una ciudad ideal deberán existir, por lo tanto, todo tipo de trabajadores:
granjeros, carpinteros, labradores, herreros, etc., de modo que todas las necesidades
básicas queden garantizadas, pues en una ciudad ideal no puede faltar de nada.

A medida que la sociedad aumenta en número de ciudadanos, los recursos necesitan


ser ampliados, lo que puede dar lugar a la conquista de territorios vecinos para satisfacer las
necesidades de todos, conduciendo a la guerra; pero si seguimos el mismo principio de
división del trabajo tendrá que haber especialistas en la guerra, que sean los encargados
exclusivamente de las actividades bélicas, a los que llamará guardianes de la ciudad. Falta
todavía algo en esta ciudad ideal: determinar quiénes serán los encargados de gobernarla. A la
clase de los artesanos y de los guardianes hemos de añadir una tercera clase, la de los
gobernantes. Éstos serán elegidos de entre los mejores de los guardianes.

Pero cada una de estas clases ha de tener unas características distintas: la clase de los
artesanos, que generalmente realiza las actividades productivas pero no obtiene los beneficios
económicos de su producción, lo que es fuente de conflictos, ha de ser en la ciudad ideal la
poseedora de la riqueza; del mismo modo será la única clase que tenga derecho a la
propiedad privada y a la familia; y ha de permitírsele disfrutar de los goces materiales que
derivan de la posesión de la riqueza. La clase de los guardianes, por el contrario, no
puede tener acceso la riqueza, para evitar la tentación de defender sus intereses privados en
lugar de los intereses colectivos, y terminar utilizando la fuerza contra los ciudadanos; estarán
desprovistos de propiedad privada, y tampoco tendrán familia, debiendo vivir en unos
barracones en los que tengan todo lo necesario para realizar sus actividades, en los que vivirán
de forma comunitaria, compartiéndolo todo.

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La clase de los gobernantes no tendrá acceso a la propiedad privada ni a la familia,
debiendo velar únicamente por el buen gobierno de la ciudad; deberán centrarse en el
estudio a fin de conocer lo bueno para gobernar adecuadamente la ciudad, por lo que su vida
estará alejada de todas las comodidades innecesarias para cumplir su función. Para determinar
quiénes pertenecerán a una u otra de estas clases sociales, dice Platón, se establecerá un proceso
educativo en el que se tendrá en cuenta qué tipo de naturaleza domina en el alma de cada
ser humano, y, por lo tanto, a qué clase social ha de pertenecer. Aquí establece Platón una
equiparación entre la naturaleza del Estado y la naturaleza del individuo: del mismo modo
que en el individuo hay tres partes del alma, en este estado ideal encontramos tres clases
sociales, correspondiéndole una virtud a cada una de ellas.

PARTES DEL ALMA CLASES SOCIALES VIRTUDES

RACIONAL GOBERNANTES- SABIDURÍA, PRUDENCIA


FILÓSOFOS Sin
propiedad privada
IRASCIBLE GUARDIANES O FORTALEZA O VALENTÍA
DEFENSORES Sin
propiedad privada
CONCUPISCIB PRODUCTORES TEMPLANZA O
LE Con propiedad
(APETITIVA) privada MODERACIÓN
justicia Justicia ARMONÍA JUSTICIA
ARMONÍA ENTRE LAS ENTRE LAS CLASES SOCIALES
PARTES
DEL ALMA

La virtud que corresponde a cada clase social ha de corresponder a los individuos que la
constituyen. La virtud de la clase los artesanos es la templanza, es decir, el disfrute con
moderación de los bienes materiales; la virtud propia de la clase de los guardianes es la
valentía o fortaleza; y la virtud propia de los gobernantes es la sabiduría. Por tanto
aquellos en quienes domine el alma racional han de pertenecer, por lo tanto, a la clase de
los verdadero guardianes o gobernantes; en quienes predomine el alma irascible, a la clase
de los guardianes; y en quienes predomine el alma concupiscible, a la clase de los
artesanos. Habiendo determinado la virtud que corresponde a cada clase social estaremos
en condiciones de determinar en qué puede consistir la justicia en la ciudad ideal: la
justicia consistirá en que cada clase social se ocupe de la tarea que le corresponde. Así surgirá
el Estado Justo: cuando hay la armonía que había en el hombre justo (jerarquizado),
esto es, cuando cada clase social hace lo que tiene que hacer y dominan unas a otras
como es natural (racional sobre las otras) surge el estado armonioso o justo. Desde
aquí se plantea entonces que sólo los sabios son los que deben asumir el gobierno de
las ciudades, igual que la razón debe dominar a las otras almas y esto será lo mejor para
cada individuo, así el sabio dirigirá mejor los destinos de la polis.
Para conseguir esta sociedad, establece como parte esencial en la República la
educación: Será a través de ese proceso educativo como se seleccionen los individuos
que han de pertenecer a cada clase social, en función de su tipo de alma; y qué tipo de
educación ha de recibir cada individuo en función de la clase social a la que deba
pertenecer.

En la República establece Platón detalladamente el programa de estudios que


debería tener la ciudad ideal. Así, todos los niños y niñas deberían recibir inicialmente la
misma formación, sin que en la ciudad ideal nadie ha de ser privado de ella, ni en razón de su
sexo ni por ninguna otra causa. El proceso educativo tiene, al mismo tiempo que formar,
determinar qué tipo de alma predomina en cada individuo, es decir, su naturaleza, en virtud
de la cual formará parte de una u otra clase social.

15
El encargado de la educación será el Estado, no las familias, para evitar
influencias negativas; Los niños deben comenzar su proceso educativo a través de
actividades lúdicas, para lo cual los educadores de la ciudad ideal elegirán aquellos juegos
adecuados para desarrollar en los niños la comprensión de las normas de los juegos y, con
ello, un primer acercamiento al valor y sentido de la ley. Las primeras enseñanzas que
recibirán se centrarán en torno a la poesía y la música, pero adecuados para suscitar el
amor a cualquier manifestación de la virtud. La música formará parte también de la
educación, analizando la forma y el ritmo, que suscitará en ellos una elevación hacia la
comprensión y el respeto de las obras bellas y puras, lo que les alejará del vicio. El amor por la
belleza desarrollará en ellos la generosidad, la grandeza de alma, la moderación y el coraje. A
estas enseñanzas se unirá la educación física que, agilizando y fortaleciendo el cuerpo
contribuirá a desarrollar mejor las virtudes del alma.

En este proceso, algunos tenderán a abandonar los estudios, que les resultarán difíciles
y aún odiosos, mientras que otros irán desarrollando un entusiasmo cada vez mayor en torno al
conocimiento. Los primeros pasarán a formar parte de la clase de los artesanos, por mostrar
una mayor inclinación hacia lo material; los que persistan en sus estudios pasarán a formar parte
de la clase de los guardianes. La perseverancia en el estudio, entre los que pertenecen a la clase
los guardianes, pone de manifiesto que en el individuo predomina el alma racional, por lo que
serán éstos los elegidos para formar la clase de los gobernantes, quienes serán sometidos a un
proceso educativo que comenzará con el estudio de las matemáticas y terminará con el estudio
de la dialéctica y el conocimiento de las Ideas.

En el caso de que alguien de la clase de los gobernantes, perdiera posteriormente el


interés por el conocimiento, pasaría a formar parte de la clase inferior, la de los guardianes. Lo
mismo ocurriría con quien, perteneciendo la clase de los guardianes, se inclinara hacia el
disfrute de los bienes materiales, que pasaría a formar parte entonces de la clase de los
artesanos.
Platón establece en la República, una teoría de cómo evolucionan las formas
políticas, esto es, cómo pasan de la mejor a la peor manera de gobierno, cómo se
degradan. De esta manera es uno de los primeros que elabora una teoría política.

En primer lugar sitúa la aristocracia, es decir, el gobierno de los mejores, que


vendría representado por el gobierno de la República ideal; en ella los mejores son los que
conocen las Ideas, los filósofos, y su gobierno estaría dominado por la sabiduría. La segunda
mejor forma de gobierno la representaría la timocracia, el gobierno de la clase los
guardianes, que no estaría ya dirigida por la sabiduría, sino por la virtud propia de la parte
irascible del alma, que es la propia de dicha clase, abriendo las puertas al desarrollo de la
ambición, que predominaría en la siguiente forma de gobierno, la oligarquía, el gobierno de
los que tienen el poder económico, y cuyo único deseo se cifra en la acumulación de
riquezas. Posteriormente encontramos la democracia, cuyo lema sería la libertad e igualdad
entre todos los individuos y cuyo resultado, según Platón, es la pérdida total del sentido de los
valores y de la estabilidad social. (Platón piensa en la democracia ateniense que tan horrible le
resultó después de la condena de Sócrates). Por último, en el lugar más bajo de la escala, se
encuentra la tiranía, que representaría el gobierno del despotismo y de la ignorancia,
dominado el tirano por las pasiones de la parte más baja del alma, dando lugar al dominio de la
crueldad y de la brutalidad.

Frente a todos estos sistemas políticos, el suyo es más que utópico, es intemporal,
estando en el mundo de las ideas como modelo (arquetipo) de los estados que existen en su
época. Además tiene relación con su teoría del conocimiento y de la realidad (Ideas), y con el
fin político de Platón.

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En uno de los diálogos finales, en Las Leyes, muestra cierto pesimismo acerca de la
posibilidad de implantar la ciudad ideal de la República sobre todo desde consideraciones
prácticas difícilmente conciliables con la vida real, por lo que plantea más un endurecimiento
de las leyes, estando los sabios gobernantes sometidos a ellas.

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ARISTÓTELES ( 3 8 5 - 3 22 a.C)

BIOGRAFÍA
FÍSICA Y METAFÍSICA
EL CONOCIMIENTO
EL SER HUMANO
ÉTICA
POLÍTICA

BIOGRAFÍA
Aristóteles nació en Estagira (Macedonia) en el año 385. Nicómaco, su padre, era
médico del padre de Filipo de Macedonia. En el 367, cuando tenía diecisiete años, se trasladó a
Atenas sin perder la ciudadanía de Estagira, donde ingresó en la Academia platónica para
estudiar. Esto le convertía en un extranjero en Atenas, lo que no le daba derechos de
ciudadano. Platón debía tener unos cincuenta años por aquel entonces, y Aristóteles debió ser
uno de sus discípulos más brillantes ("el lector" le llamaba Platón). En la Academia colaboró
en la enseñanza y escribió algunos diálogos a la manera platónica, de los que quedan unos
pocos fragmentos. De esta manera, la influencia de su maestro fue importantísima, heredando
las preocupaciones filosóficas que Platón tuvo en cuanto a los temas éticos políticos,
epistemológicos, etc. Y por ende, los problemas filosóficos que estaban en la base del
contexto de la filosofía de su maestro serán en gran medida los de Aristóteles; En el 347 muere
Platón, que había designado a su sobrino Espeusipo como sucesor en la dirección de la
Academia y Aristóteles deja la Academia para dirigirse a Asso (Eólida) acompañado de
Jenócrates y Teofrasto. Allí, donde trabajaban algunos platónicos, se convierte en consejero
político y amigo del tirano Hermias de Atarnea. Paralelamente, Aristóteles fundó una escuela
de carácter marcadamente científico, sobre todo en el campo de la investigación
biológica.

En el año 343, es invitado por Filipo de Macedonia a ocupar el


cargo de preceptor de su hijo Alejandro. Cuando muere Filipo,
Alejandro Magno sube al trono y Aristóteles regresa a Atenas donde
funda El Liceo o Perípatos (especie de peristilo o galeria cubierta donde
se discutía y se paseaba, que estaba situado cerca del santuario de Apolo
Licio). Allí ejerció sus propias enseñanzas durante trece años separado ya
del platonismo de la Academia. En el Liceo se creará por primera vez una de las más
importantes bibliotecas en las que se recopilaban los más diversos temas: investigación
histórica, historiografía filosófica, obras científicas sobre biología, física, etc. Es interesante
apreciar que Aristóteles retoma la preocupación por el estudio de la naturaleza que hicieron
los primeros pensadores, los llamados Presocráticos, con lo que es importante que veamos
más adelante los problemas filosoficos que plantearon aquellos y que este autor pretende
resolver. A la muerte de Alejandro, en el 323, en Atenas se produce una reacción
antimacedónica, y como Aristóteles estaba ligado con la monarquía de Macedonia, se le
amenaza con un proceso de impiedad. Temiendo correr la misma suerte que Sócrates,
Aristóteles huyó de Atenas para refugiarse en la isla Eudeba. Allí, una afección estomacal puso
fin a su vida en el año 322, cuando tenía sesenta y tres años de edad.

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Los escritos de Aristóteles pueden ser divididos en dos grupos:

1. Las "obras exotéricas" perdidas en los primeros siglos de la era


cristiana, fueron publicadas por Aristóteles y literariamente eran diálogos
similares a los de Platón. Tenemos constancia de alguno de los títulos de estas
obras: Eudemo o Del Alma; Protréptico; Gryllos o De la Retórica (contra
Isócrates); Sobre la Justicia.
2. Los "escritos esotéricos" que se trata de una serie de manuscritos,
notas que probablemente Aristóteles utilizaba en sus cursos en el Liceo. Son
los únicos que se han conservado y fueron ordenados y publicados por el último escolarca,
Andrónico de Rodas. Los más importantes son: el Organon; Física; Tratado del Cielo;
Tratado del Alma; Tratados biológicos: [De la sensación, De la Memoria y del Recuerdo, De
la interpretación de los sueños, De la respiración, De la Juventud y de la Vejez,) Historia de
los Animales; Metafísica; Ética a Nicómaco; Ética a Eudemo; Política; Económica;
Retórica; Poética (falta la segunda parte, sobre la comedia); La Constitución de Atenas; etc.
FÍSICA Y METAFÍSICA

A Aristóteles le preocupó como a los filósofos anteriores a él, dar una


explicación de lo que son esencialmente las cosas. Y un principio explicativo
importante que propondrá este autor será el de “teleología”, esto es, que todos
los seres tienden a un fin, a realizar la perfección que le es propia,
perfección o fin que dependerá de lo que esencialmente sea cada ser.
Teniendo en cuenta este concepto que nos permitirá entender el proyecto
general de Aristóteles, vamos a analizar en primer lugar su explicación de
lo que son las cosas, para lo cual, se para a estudiar los seres que nos rodean,
(física), hasta llegar a la Metafísica.

Aristóteles se preocupa por explicar las cosas del mundo sublunar, Por lo tanto,
partiendo del hecho de que la verdad de lo que las cosas son no se debe buscar en otro mundo
(Platón), sino en el mundo de las cosas. En este sentido, elabora un análisis de lo que son las
cosas buscando explicar el por qué son lo que son, esto es, qué es lo esencial de las cosas.
Aristóteles intenta estudiar, analizar y explicar lo que nos rodea, por lo que tiene un carácter
realista, rechazando el idealismo de Platón, e intenta explicar la realidad desde el cambio, el
devenir, por lo que hace una revaloración de las ciencias observacionales, como la física.

Aristóteles busca lo que hace a las cosas ser lo que son, por lo que busca una definición
de naturaleza (physis), concluyendo que la naturaleza es algo que tienen las cosas naturales, un
principio esencial, que es la causa de que cambien, buscando su perfección (teleología).
Aristóteles según la definición establece una distinción entre los seres artificiales y naturales,
pues los artificiales no tienen ese principio de movimiento intrínseco, sino extrínseco (las hacen
los seres humanos).

Para explicarnos y entender el mundo que nos rodea, Aristóteles plantea los siguientes conceptos:
- el Hilemorfismo: que explica de qué están compuestas las cosas esencialmente.
- el Dinamismo o cambio: Acto-Potencia: explica el porqué de los cambios de las cosas.
- Las Causas: que son el principio explicativo de por qué ocurre todo lo que ocurre. Vamos a
explicar brevemente cada uno de estas ideas:

19
HILEMORFISMO:

El hilemorfismo es una doctrina aristotélica que mantiene que todas las cosas están
compuestas de materia y forma.
LA MATERIA (hylé): Es lo que compone una cosa, el sustrato del que está hecho algo.
Aristóteles distingue dos tipos de materia:
- Materia primera: Es el elemento informe desde el cual es o se hace cada uno
de los seres. Es el sustrato último del que están compuestas todas las cosas. Esta
materia asegura la permanencia, si no, no habría cambio. Además afirma que esta
materia es eterna. Aristóteles mantiene que existe una materia segunda.
- Materia secundaria: materia que tiene una determinada forma (bronce,
hierro, etc.).
LA FORMA (morphe): Es la estructura de la cosa, lo que hace que algo sea lo que es
(silla, árbol, etc.). Es lo más importante de las cosas pues nos dice qué es cada cosa además de
determinar lo que esa cosa puede llegar a ser. "las cosas tienen naturaleza cuando adquieren la
forma". De esta manera, nos dice que en los seres naturales, la naturaleza es la forma, pues lo
esencial, lo que hace que algo sea lo que es, no viene determinado por la materia, sino por la
forma.

DINAMISMO O CAMBIO:

Aristóteles intenta explicar algo que su maestro no consigue, y es el principio de los


cambios que se dan en los seres de la naturaleza. Este cambio depende de la naturaleza del
ser. Parte de que la naturaleza tiene el principio de cambio o movimiento, concibiéndola
Aristóteles como el paso del no ser al ser, esto es, el paso de la potencia al acto.
La POTENCIA es la posibilidad que tiene un ser de llegar a ser algo que aún no es,
mientras que el ACTO tiene dos sentidos en Aristóteles: lo que es ahora mismo el ser (semilla)
y la perfección del ser: el llegar a ser lo que puede ser (amapola). De esta manera, para
nuestro autor El cambio es el tránsito desde lo que puede ser a serlo, es decir, de esta manera
Aristóteles explica los cambios de los seres naturales.

CAUSAS:
Las causas son un momento de la teoría de Aristóteles que tiene mucha importancia
por tratarse de un intento de explicar el porqué ocurre lo que ocurre. De esta manera parte del
convencimiento de que todo lo que ocurre, ocurre por algo, y si conocemos las causas,
conocemos el por qué de lo que ocurre. Esto supone un cierto determinismo, todo tiene
necesariamente una causa frente al indeterminismo (como el de Demócrito y el azar).
Aristóteles plantea que existen cuatro CAUSAS aplicables a todas las cosas:

1. MATERIAL: es la que explica aquello de lo que un ser está hecho esencialmente.


2. FORMAL: es lo que hace a ese ser sea eso; la estructura constitutiva del ser, la esencia del
mismo.
3. EFICIENTE: es la que inicia o cesa el proceso del cambio. Es un sujeto activo.
4. FINAL: es la finalidad, es decir el fin para el que se hace u ocurre algo.

Debemos tener en cuenta que estas causas son explicativas de todos los seres, pero no
olvidemos que los seres naturales tienden a realizar la perfección que les es propia en virtud de lo
que son, por lo que la causa formal engloba a la eficiente y final.

Siguiendo el planteamiento aristotélico, si buscamos las causas de todo, llegará un


20
momento en el que podríamos establecer unas infinitas causas para explicar un fenómeno, lo
cual sería ilógico para el estagirita. Es más lógico pensar que existe una primera causa
incausada que es el primer motor inmóvil, es decir, un ser que es el que inicia el
movimiento, pero que es inmaterial, y acto puro, es decir, que no cambia, que no es
susceptible al movimiento, por lo que no puede tener materia, ni tampoco es creador de
nada, sino que es una concepción explicativa última, del cambio en el mundo. De esta
manera, se llega a una explicación que no es física sino metafísica, es decir, es una explicación
última de todos los movimientos y ordenaciones físicas que existen. Aristóteles llega así a una
especie de dios racional que explica el porqué ocurre todo lo que ocurre, siendo éste la
consecuencia última de su planteamiento.

Sustancias y accidentes
No hemos de olvidar, que en la Metafísica Aristóteles se para en clarificar qué es
la sustancia, considerando que la sustancia es el ser que existe en el mundo; por ello no
puede ser predicado de ninguna otra cosa, sino siempre sujeto. Su definición más clara
como sustancia primera es: Lo que no es afirmado de un sujeto ni se halla en un
sujeto, como el hombre y el caballo individuales. Así cada cosa del mundo es una
sustancia, y la manera de designarla sería señalar con el dedo a un sujeto o con un
nombre propio.
Aristóteles denomina sustancia segunda a los predicados referidos a la especie
y los géneros, Pues estos predicados no podrían existir si no existieran las sustancias
primeras. Por último frente a los predicados de sustancias segundas, los accidentes están
en el sujeto de forma circunstancial (grande, rojo, etc )

TEORÍA DEL CONOCIMIENTO

Aristóteles cree en el valor científico de la física, como una manera de acercarse al


conocimiento verdadero de lo que las cosas son, con lo que difiere de Platón, y vuelve a la
concepción presocrática de preocupación por la naturaleza (physis), como vimos.

Aristóteles parte de que la esencia de las cosas está en las cosas mismas (inmanente a ellas
y no trascendente como mantenía Platón al plantear el mundo de las ideas). De esta manera,
considera que los sentidos son muy importantes a la hora de saber qué son las cosas, si bien, para
saber de su esencia es el entendimiento quien la aprecia.

En este sentido, plantea la teoría de la abstracción, con la que nos dice cómo el ser
humano llega a lo esencial de las cosas del mundo físico, es decir, cómo a partir de lo que
vemos, podemos llegar a las categorías:

- Parte de que los sentidos son quienes nos proporcionan el conocimiento particular de
las cosas, por lo que la sensación es el primer paso del conocimiento.
- Después se crea por medio de la imaginación unas imágenes sin las cuales no podríamos
pensar nada.

Después, nuestro pensamiento elabora a partir de estas imágenes, una selección


eliminando lo particular, quedándose con lo esencial de manera abstracta. De esta manera es
como explica Aristóteles cómo se crean los conceptos universales que nos permiten
conocer lo que las cosas son.

21
CONCEPTO DE SER HUMANO

Como cualquier ser natural, Aristóteles intenta determinar cuál es la naturaleza del ser
humano, y lo concibe como una única sustancia compuesta de alma (forma) y cuerpo (materia)
(monismo antropológico); el alma:es un principio vital, es la forma del cuerpo, el acto, que
es lo esencial, esto es, lo que hace ser lo que es al ser humano, por lo que le lleva a pensar
que la perfección del ser humano pasa por realizar la función que le es propia, y en este
caso, la función que es propia del ser humano la determina el alma.

En su análisis del alma ser humano, plantea que existen funciones


diferentes de las almas siendo incluidas las más simples en las más complejas. Plantea que existen
tres funciones fundamentales del alma, la primera es la función Vegetativa, que son
funciones puramente nutricionales, propias de las plantas; la función sensitiva, que
produce las sensaciones y es propia de los animales, y la Intelectiva, que son las
funciones racionales y que sólo el ser humano posee. En este sentido, mientras que los
vegetales tienen únicamente la primera función, los animales las dos primeras, el ser
humano es el único que tendrá las tres según este autor.

En este sentido es muy importante tener en cuenta que lo que


propiamente es el ser humano, viene definido por la función intelectiva del alma, lo cual
será importante para saber lo que es el ser humano, sino también para determinar lo que debe
hacer, pues de esta manera concebido, lo que debe hacer el ser humano es realizar la
función que le es propia, y como tal la función propiamente humana es la intelectiva, y al
hacerlo, será virtuoso y por tanto feliz, pues al dirigirse por la razón, está realizándose, es
decir, perfeccionándose.

22
ÉTICA

Aunque escribió otros libros de ética, es en la obra Ética a Nicómaco, donde establece su
principal reflexión ética. La ética de Aristóteles se califica como "Eudemonista", una ética de la
felicidad, y de la virtud, es decir, de cuál es el modo de conseguir y alcanzar la felicidad.

En la Ética a Nicómaco nos dice Aristóteles que toda acción


humana se realiza buscando como objetivo un fin, y el fin de
la acción es el bien que se busca. El fin, por lo tanto, se identifica con el bien.
Pero muchas de esas acciones emprendidas por el hombre son un "instrumento"
para conseguir, a su vez, otro fin, otro bien. Por ejemplo, nos alimentamos
adecuadamente para gozar de salud, por lo que la correcta alimentación, que es un
fin, es también un instrumento para conseguir otro fin: la salud. Según Aristóteles,
cada acción está hecha hacia un fin que parece bueno y deseable, por ejemplo, la medicina curar,
etc; así en estas acciones el fin y el bien coinciden y por lo tanto, hay muchos fines que son deseados
como medios para otros fines superiores (riqueza por el placer, etc).
Pero ¿hay algún fin último? Es decir, ¿existe algún bien que se persiga por sí mismo, y no como
instrumento para alcanzar otro bien?; este autor estima que debe haber un fin supremo deseado por sí
mismo (no como medio para otra cosa), por lo que este bien supremo debe ser tal que de él
dependen todos los demás; este fin o bien es la felicidad (eudaimonía), y la búsqueda y determinación
de lo que es este fin es objeto de la Política, que tratará de establecer qué hacer en la vida social
para que seamos felices.

Aristóteles nos dice que la felicidad es el bien último al que aspiran todos los hombres por
naturaleza. La naturaleza nos impele a buscar la felicidad, una felicidad que Aristóteles identifica
con la buena vida, con una vida buena. Pero no todos los hombres tienen la misma concepción de
lo que es una vida buena, de la felicidad: para unos la felicidad consiste en el placer, para otros en
las riquezas, para otros en los honores, etc. Pero si es cierto la existencia de este fin último, la
felicidad deseada por todos, lo que no está tan claro, a ojos de Aristóteles es en qué consiste este bien,
23
por lo que se plantea: ¿Qué es la felicidad para el ser humano?. No se trata de buscar una definición
de felicidad al modo en que Platón busca la Idea de Bien. La ética no es, ni puede ser, una ciencia,
que dependa del conocimiento de la definición universal del Bien, sino una reflexión práctica
encaminada a la acción, por lo que ha de ser en la actividad humana en donde encontremos los
elementos que nos permitan responder a esta pregunta.

Para saber qué es la felicidad, se debe estudiar cuál es la misión propia del ser humano
y que cada ser es feliz si realiza la actividad que le es propia. Cada sustancia tiene una función propia
que viene determinada por su naturaleza; actuar en contra de esa función equivale a actuar en contra
de la propia naturaleza; una silla ha de servir para sentarse, por ejemplo, y un cuchillo para cortar: si
no cumplen su función diremos que son una "mala" cama o un "mal" cuchillo. Si la cumplen,
diremos que"virtud" (areté) que le es propia: permitir el descanso o cortar, respectivamente; y por lo
tanto diremos que son una "buena" silla y un "buen" cuchillo.
La virtud, pues, se identifica con cierta capacidad o excelencia propia de una sustancia,
o de una actividad (de una profesión, por ejemplo: el músico-buena música;); pero
en general, la misión propia del ser humano es la función racional, intelectiva (pues el intelecto es lo que
nos hacer ser lo que somos, esto es, seres humanos). Del mismo modo el hombre ha de tener una
función propia: si actúa conforme a esa función será un "buen" hombre; en caso contrario será un
"mal" hombre. La felicidad consistirá por lo tanto en actuar en conformidad con la función propia del
hombre. Y en la medida en que esa función se realice, podrá el hombre alcanzar la felicidad. Si sus
actos le conducen a realizar esa función, serán virtuosos; en el caso contrario serán vicios que le
alejarán de su propia naturaleza, de lo que en ella hay de característico o excelente y, con ello, de
la felicidad. El hombre sólo será feliz, por tanto, si vive según la razón: esta vida será
virtuosa (será su excelencia). Es como se entiende pues, que en este autor, la virtud y la
felicidad coinciden, pues sólo el virtuoso será feliz (el que viva según su perfección: la
razón), el resto se comportará más como un animal o planta.

Teniendo en cuenta lo anterior, según Aristóteles hay dos formas propias de

comportamiento y, por lo tanto, dos tipos de virtudes: las virtudes éticas (propias de la parte
apetitiva y volitiva de la naturaleza humana) y las virtudes dianoéticas (propias de la
diánoia, del pensamiento, de las funciones intelectivas del alma). Y teniendo en cuenta la unión
que hace entre virtud y felicidad, Aristóteles, plantea que existen dos tipos de felicidad, a las que
califica como felicidad suprema a una (producida por las virtudes dianoéticas o intelectuales) y
otra de 2º orden que se calificaría como bienestar (producidas por las virtudes éticas –control de
los apetitos-, y los bienes materiales). Para entender este planteamiento, debemos entrar en la
determinación de qué entiende por virtud Aristóteles.

Las virtudes éticas o morales: que son el dominio de los impulsos sensibles se definen como:
“el hábito (la capacidad) de escoger el justo medio (entre dos extremos viciosos), adecuado a
nuestra naturaleza, tal como es determinado por la razón: (prudencia)” ("Ética a Nicómaco",
libro 26).

Aristóteles no establece por tanto cuáles son, pues dependerá de cada uno, lo único que nos
dice son ejemplos como los siguientes:
- cobardía - valor- temeridad / vanidad-magnanimidad-humildad, Es en la
repetición de las buenas decisiones, por lo tanto, lo que genera en el hombre el hábito de
comportarse adecuadamente; y en éste hábito consiste la virtud para Aristóteles. (No me porto
bien porque soy bueno, sino que soy bueno porque me porto bien). Por el contrario, si la
decisión adoptada no es correcta, y persisto en ella, generaré un hábito contrario al anterior basado
en la repetición de malas decisiones, es decir, un vicio. Virtudes y vicios hacen referencia por lo
tanto a la forma habitual de comportamiento, por lo que Aristóteles define la virtud ética como
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un hábito, el hábito de decidir bien y conforme a una regla, la de la elección del término medio
óptimo entre dos extremos.
Por tanto no hay una forma de comportamiento universal en la que pueda decirse que
consiste la virtud. Es a través de la experiencia, de nuestra experiencia, como podemos ir haciendo
ese hábito, mediante las continuas decisiones correctas, en qué consiste la virtud. Nuestras
características personales, las condiciones en las que se desarrolla nuestra vida, las diferencias
individuales, son elementos a considerar en la toma de una decisión, en la elección de nuestra
conducta. Lo que para uno puede ser excesivo, para otro puede convertirse en el justo
término medio; la virtud mantendrá su nombre en ambos casos, aunque actuando de dos formas
distintas. No hay una forma universal de comportamiento pero tampoco es un relativismo de la
virtud.
En cuanto a las virtudes dianoéticas o racionales, que son la excelencia de la razón, Aristóteles
nos dice cuáles son: la inteligencia; ciencia; arte; prudencia. (Obrar bien en los bienes humanos) y la
sabiduría que será la más alta; esta consiste en la teorética, es decir en la vida contemplativa pero en
el sentido de que se llegará a ella cuando se conozca el orden verdadero del ser.
La sabiduría, por tanto, representa el grado más elevado de virtud, ya que tiene por objeto
la determinación de lo verdadero y lo falso, del bien y del mal. El hábito de captar la verdad a
través de la demostración, la sabiduría, representa el nivel más elevado de virtud al que puede aspirar
el hombre, y Aristóteles la identifica con la verdadera felicidad.

Es de esta manera como partiendo de su concepción teleológica del ser humano (todo ser
natural tiende a realizar la perfección que le es propia), plantea que será plenamente feliz cuando se
realice como lo que es, esto es, como un ser racional. Así, podremos hablar de verdadera felicidad o
felicidad primera cuando busquemos nuestra perfección, y esta vendrá cuando utilicemos nuestra
facultad racional.

POLÍTICA

Aristóteles trata el tema de la organización social y la organización del estado en su


obra "Política". Pero más que el diseño de lo que debería ser una sociedad ideal o justa, lo
que le interesa es establecer las características de la sociedad en el que se ha de desarrollar la
vida del ser humano. Y esto es así porque para este autor el ser humano sólo puede
realizarse (llegar a su perfección) en la polis, en la sociedad. Esto lo plantea así por el
hecho de que para Aristóteles el ser humano depende para ser lo que es de la sociedad, con lo cual
es importante cómo se deba organizar si quiere llegar al fin, es decir, a su
perfeccionamiento.

Mantiene, al igual que Platón, la teoría de la "sociabilidad natural"


del ser humano, es decir, que el ser humano es un animal social (zóon
politikon), es decir, un ser que necesita de los otros de su especie para ser lo
que es; según esto, no es posible pensar que el individuo sea anterior a la
sociedad, y que la sociedad sea el resultado de una convención establecida
entre individuos que vivían independientemente unos de otros en estado
natural; esto significa que la virtud no es realizable fuera de la vida social y
por tanto, la política y la ética son indisociables, frente al convencionalismo
moral que planteaban los sofistas.

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Aristóteles piensa en el lenguaje humano como algo significativo
de lo que somos, cosa que le sirve para calificar al ser humano también como ser social por
naturaleza; así nos dice que a diferencia de otros animales disponemos del lenguaje (la
palabra), un instrumento de comunicación que necesita del otro para poder ejercitarse; lo
que
significa esto es que hay una prioridad del Estado frente al individuo, puesto que la
sociedad es anterior al individuo, no en el tiempo, sino que para que el ser humano sea
lo que es, tenga palabra, etc, necesita ser en sociedad. Para Aristóteles, sólo los dioses y las
bestias son independientes, y el único que puede ser autárquico es el estado, nunca un
individuo. En este sentido, el bien del ser humano, esto es su realización como tal, su
perfeccionamiento, le debe venir necesariamente de la comunidad.

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Siendo esto así, Aristóteles, (como Platón), p iensa que el fin de l a sociedad y del
Estado es garantizar el bien supremo (la felicidad) de los seres humanos y plantea que sólo se
puede ser feliz en la sociedad, por lo que el fin de la sociedad y del Estado, por consiguiente, ha
de ser garantizarla. Por tanto considera injusto todo Estado que se olvide de este fin supremo,
por lo que reflexiona sobre la necesidad de que un Estado debe tener leyes justas, es decir,
leyes que promuevan la felicidad de los que seres humanos. Además, Aristóteles analiza las
relaciones sociales y considera naturales las relaciones hombre-mujer, padres-hijos y amo-
esclavos; de esa naturalidad se deduce la preeminencia del hombre sobre la mujer en el seno de
la familia, la de los padres sobre los hijos y la del amo sobre los esclavos; es importante
valorar lo que dice desde un punto de vista contextual pues lo que hace al decir esto es justificar
la manera en la que se vivía en la Atenas de la época (cosa que nos resulta chocante hoy).

Teniendo en cuenta lo dicho hasta ahora, Aristóteles piensa que si en la sociedad sólo se
puede perfeccionar el ser humano, es necesario hacer un estudio de las formas de
organización política con el fin de establecer cuál es la mejor forma para conseguir la
felicidad, esto es, la realización. Por tanto parte de una crítica al convencionalismo sofista y al
idealismo platónico en organización política, puesto que para Aristóteles, ni todo vale, ni se
debe establecer un ideal irrealizable. Por tanto lleva a cabo un estudio de las
constituciones de las ciudades-estado de su época, proponiendo una clasificación que
toma como referencia si el gobierno procura el interés común o busca su propio interés. Cada
una de estas clases se divide a su vez en tres formas de gobierno, o tres tipos de
constitución: las buenas constituciones y las malas o desviadas. Las consideradas buenas
formas de gobierno son la Monarquía, la Aristocracia y la Democracia (Politeia); las
consideradas malas, y que representan la degeneración de aquellas son la Tiranía, la
Oligarquía y la Democracia extrema o (Demagogia).

La Monarquía, el gobierno del más noble con la aceptación del pueblo y el respeto de
las leyes, se opone a la Tiranía, donde uno se hace con el poder violentamente y gobierna sin
respetar las leyes; La Aristocracia, el gobierno de los mejores y de mejor linaje, se opone a la
Oligarquía, el gobierno de los más ricos; La Democracia o Politeia, el gobierno de todos
según las leyes establecidas, se opone a la Demagogia, el gobierno de todos sin respeto de las
leyes, donde prevalece la demagogia sobre el interés común.

Aristóteles considera la Democracia moderada o "Politeia" como la mejor forma de


gobierno, y lo que le hace rechazar, o considerar inferiores, las otras formas buenas de
gobierno es su inadecuación al tipo de sociedad que imagina, considerándolas adecuadas para
sociedades o menos complejas y más rurales o tradicionales; pero también el peligro de su
degeneración en Tiranía u Oligarquía, lo que representaría un grave daño para los intereses
comunes de los ciudadanos.

Formas de organización política Perversión del sistema


- Monarquía - tiranía
- Aristocracia - oligarquía
- Democracia (justa) - democracia (demagógica)

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