Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
2. Vida
3. Obra:
3-1: primero diálogos;
3-2: diálogos de transición, madurez y vejez.
4. Teorías de las ideas: 4-1: teoría del conocimiento; 4-2: naturaleza de las ideas.
5. Teoría política
6. Etica
7. Arte
8. Influencia
9. Bibliografías
1.Introducción
Platón (c. 428-c. 347 a.C.), filósofo griego, uno de los pensadores más originales e
influyentes en toda la historia de la filosofía occidental.La figura de Platón resulta
indispensable para la comprensión de la historia del pensamiento occidental. El objetivo de
la filosofía, así como la propia esencia del filósofo en el sistema platónico, son los temas
que aborda Emile Bréhier en el siguiente texto.
Lo que constituye la unidad de todas estas formas, lo que, de algún modo, las necesita, es el
deseo de determinar el puesto del filósofo en la ciudad y su misión moral y social. En la
Grecia de aquel entonces, el filósofo no se definió jamás por comparación con los demás
tipos de especulación, científicos o religiosos, sino más bien por su relación y sus
diferencias con el orador, el sofista y el político. La filosofía es el descubrimiento de una
nueva forma de vida intelectual que, por lo demás, no puede separarse de la vida social. Los
diálogos nos describen esa vida y, con ella, los dramas y comedias que de ella han surgido.
En ciertos aspectos, esa filosofía chocaba con las costumbres sólidamente implantadas en la
Grecia de la época, y era inevitable que se produjesen conflictos, cuya consecuencia trágica
fue la muerte de Sócrates.
3.Obra
Los escritos de Platón adoptaban la forma de diálogos, a través de las cuales se exponían, se
discutían y se criticaban ideas filosóficas en el contexto de una conversación o un debate en
el que participaban dos o más interlocutores. El primer grupo de escritos de Platón incluye
35 diálogos y 13 cartas. Se ha cuestionado la autenticidad de algunos diálogos y de la
mayoría de las cartas.
3.1 .Primeros diálogos Los diálogos platónicos pueden ser divididos en cuatro etapas de
composición. La primera representa el intento de Platón de comunicar la filosofía y el estilo
dialéctico de Sócrates. Algunos de esos diálogos tienen el mismo argumento. Sócrates se
encuentra con alguien que dice saber mucho, él manifiesta ser ignorante y pide ayuda al que
afirma saber. Sin embargo, conforme Sócrates empieza a hacer preguntas, se hace patente
que quien se dice sabio realmente no sabe lo que afirma saber y que Sócrates aparece como
el más sabio de los dos personajes porque, por lo menos, él sabe que no sabe nada. Ese
conocimiento, por supuesto, es el principio de la sabiduría. Dentro de este grupo de
diálogos se encuentran Eutifrón (una consideración sobre la naturaleza de la piedad y la
religión), Laques (una búsqueda del significado del valor), Cármides (un intento por definir
la templanza), la Apología de Sócrates (donde narra la defensa que de sí mismo ejerció
Sócrates en el juicio que le condujo a la muerte) y Protágoras (una defensa de la tesis de
que la virtud es conocimiento y que es posible aprenderla).
3.2. Diálogos de transición, madurez y vejez Los diálogos de los periodos intermedio y
último de la vida de Platón reflejan su propia evolución filosófica. Las ideas de esas obras
se atribuyen al propio Platón, aunque Sócrates sigue siendo el personaje principal en
muchas de ellas. Los escritos del periodo de transición abarcan, entre otros diálogos,
Gorgias (una reflexión sobre distintas cuestiones éticas), Menón (una discusión sobre la
naturaleza del conocimiento), Lisis (una discusión sobre la amistad) y el libro I de La
República (una discusión sobre la justicia).
Entre sus diálogos de madurez cabe citar El Banquete (destacada realización dramática de
Platón que contiene varios discursos sobre la belleza y el amor), Crátilo (sobre el lenguaje),
Fedón (escena de la muerte de Sócrates, en la que discute sobre la teoría de las ideas, la
naturaleza del alma y la cuestión de la inmortalidad), Fedro (sobre la belleza y el amor) y
los libros II al X de La República (que constituyen una detallada discusión sobre la
naturaleza de la justicia).
Entre los trabajos del periodo de vejez se encuentran Teeteto (una negación de que el
conocimiento tiene que ser identificado con el sentido de percepción), Parménides (una
evaluación crítica de la teoría de las ideas), El Sofista (una reflexión posterior sobre las
ideas o las formas), Filebo (discusión sobre la relación entre el placer y el bien), Timeo
(ideas de Platón sobre las ciencias naturales y la cosmología) y Las Leyes (un análisis más
práctico de las cuestiones políticas y sociales).
4.1. Teoría del conocimiento La teoría de las ideas de Platón y su teoría del conocimiento
están tan interrelacionadas que deben ser tratadas de forma conjunta. Influido por Sócrates,
Platón estaba persuadido de que el conocimiento se puede alcanzar. También estaba
convencido de dos características esenciales del conocimiento. Primera, el conocimiento
debe ser certero e infalible. Segunda, el conocimiento debe tener como objeto lo que es en
verdad real, en contraste con lo que lo es sólo en apariencia. Ya que para Platón lo que es
real tiene que ser fijo, permanente e inmutable, identificó lo real con la esfera ideal de la
existencia en oposición al mundo físico del devenir. Una consecuencia de este
planteamiento fue su rechazo del empirismo, la afirmación de que todo conocimiento se
deriva de la experiencia. Pensaba que las proposiciones derivadas de la experiencia tienen,
a lo sumo, un grado de probabilidad. No son ciertas. Más aun, los objetos de la experiencia
son fenómenos cambiantes del mundo físico, por lo tanto los objetos de la experiencia no
son objetos propios del conocimiento.
4.2. Naturaleza de las ideas La teoría de las ideas se puede entender mejor en términos de
entidades matemáticas. Un círculo, por ejemplo, se define como una figura plana
compuesta por una serie de puntos, todos equidistantes de un mismo lugar. Sin embargo,
nadie ha visto en realidad esa figura.
Lo que la gente ha visto son figuras trazadas que resultan aproximaciones más o menos
acertadas del círculo ideal. De hecho, cuando los matemáticos definen un círculo, los
puntos mencionados no son espaciales, sino lógicos. No ocupan espacio. No obstante,
aunque la forma de un círculo no se ha visto nunca —y no se podrá ver jamás— los
matemáticos y otros sí saben lo que es. Para Platón, por lo tanto, la forma de círculo existe,
pero no en el mundo físico del espacio y del tiempo. Existe como un objeto inmutable en el
ámbito de las ideas, que sólo puede ser conocido mediante la razón. Las ideas tienen mayor
entidad que los objetos en el mundo físico tanto por su perfección y estabilidad como por el
hecho de ser modelos, semejanzas que dan a los objetos físicos comunes lo que tienen de
realidad. Las formas circular, cuadrada y triangular son excelentes ejemplos de lo que
Platón entiende por idea. Un objeto que existe en el mundo físico puede ser llamado
círculo, cuadrado o triángulo porque se parece ("participa de" en palabras de Platón) a la
idea de círculo, cuadrado o triángulo.
Platón hizo extensiva su teoría más allá del campo de las matemáticas. En realidad, estaba
más interesado en su aplicación en la esfera de la ética social. La teoría era su forma de
explicar cómo el mismo término universal puede referirse a muchas cosas o
acontecimientos particulares. La palabra justicia, por ejemplo, puede aplicarse a centenares
de acciones concretas porque esos actos tienen algo en común, se parecen a, participan de,
la idea de justicia. Una persona es humana porque se parece a, o participa de, la idea de
humanidad. Si humanidad se define en términos de ser un animal racional, entonces una
persona es humana porque es racional. Un acto particular puede considerarse valeroso o
cobarde porque participa de esa idea. Un objeto es bonito porque participa de la idea, o
forma, de belleza. Por lo tanto, cada cosa en el mundo del espacio y el tiempo es lo que es
en virtud de su parecido con su idea universal. La habilidad para definir el término
universal es la prueba de que se ha conseguido dominar la idea a la que ese universal hace
referencia.
Platón concibió las ideas de manera jerárquica: la idea suprema es la de Dios que, como el
Sol en el mito de la caverna, ilumina todas las demás ideas. La idea de Dios representa el
paso de Platón en la dirección de un principio último de explicación. En el fondo, la teoría
de las ideas está destinada a explicar el camino por el que uno alcanza el conocimiento y
también cómo las cosas han llegado a ser lo que son. En lenguaje filosófico, la teoría de las
ideas de Platón es tanto una tesis epistemológica (teoría del conocimiento) como una tesis
ontológica (teoría del ser).
5.Teoría política
La República, la mayor obra política de Platón, trata de la cuestión de la justicia y por lo
tanto de las preguntas ¿qué es un Estado justo? y ¿quién es un individuo justo?
El Estado ideal, según Platón, se compone de tres clases. La estructura económica del
Estado reposa en la clase de los comerciantes. La seguridad, en los militares, y el liderazgo
político es asumido por los reyes-filósofos. La clase de una persona viene determinada por
un proceso educativo que empieza en el nacimiento y continúa hasta que esa persona ha
alcanzado el máximo grado de educación compatible con sus intereses y habilidades. Los
que completan todo el proceso educacional se convierten en reyes-filósofos. Son aquellos
cuyas mentes se han desarrollado tanto que son capaces de entender las ideas y, por lo
tanto, toman las decisiones más sabias. En realidad, el sistema educacional ideal de Platón
está, ante todo, estructurado para producir reyes-filósofos.
Asoció las virtudes tradicionales griegas con la estructura de clase del Estado ideal. La
templanza es la única virtud de la clase artesana, el valor es la virtud de la clase militar y la
sabiduría caracteriza a los gobernantes. La justicia, la cuarta virtud, caracteriza a la
sociedad en su conjunto. El Estado justo es aquel en el que cada clase debe llevar a cabo su
propia función sin entrar en las actividades de las demás clases.
Platón aplicó al análisis del alma humana un esquema semejante: la racional, la voluntad y
los apetitos. Una persona justa es aquella cuyo elemento racional, ayudado por la voluntad,
controla los apetitos. Existe una evidente analogía con la estructura del Estado anterior, en
la que los reyes-filósofos, ayudados por los soldados, gobiernan al resto de la sociedad.
6.Ética
La teoría ética de Platón descansa en la suposición de que la virtud es conocimiento y que
éste puede ser aprendido. Dicha doctrina debe entenderse en el conjunto de su teoría de las
ideas. Como ya se ha dicho, la idea última para Platón es la idea de Dios, y el conocimiento
de esa idea es la guía en el trance de adoptar una decisión moral. Mantenía que conocer a
Dios es hacer el bien. La consecuencia de esto es que aquel que se comporta de forma
inmoral lo hace desde la ignorancia. Esta conclusión se deriva de su certidumbre de que una
persona virtuosa es realmente feliz y como los individuos siempre desean su propia
felicidad, siempre ansían hacer aquello que es moral.
7.Arte
Platón tenía una idea antagónica del arte y del artista aunque aprobara algunos tipos de arte
religioso y moralista. Su enfoque tiene que ver una vez más con su teoría de las ideas. Una
flor bonita, por ejemplo, es una copia o imitación de las ideas universales de flor y belleza.
La flor física es una reproducción de la realidad, es decir, de las ideas. Un cuadro de la flor
es, por lo tanto, una reproducción secundaria de la realidad. Esto también significa que el
artista es una reproducción de segundo orden del conocimiento y, en realidad, la crítica
frecuente de Platón hacia los artistas era que carecían de un conocimiento verdadero de lo
que estaban haciendo. La creación artística, observó, parecía tener sus raíces en una
inspirada locura.
8.Influencia
La influencia de Platón a través de la historia de la filosofía ha sido inmensa. Su Academia
existió hasta el año 529, en que fue cerrada por orden del emperador bizantino Justiniano I,
que se oponía a la difusión de sus enseñanzas paganas. El impacto de Platón en el
pensamiento judío es obvio en la obra del filósofo alejandrino del siglo I Filón de
Alejandría. El neoplatonismo, fundado en el siglo III por el filósofo Plotino, supuso un
importante desarrollo posterior de las ideas de Platón. Los teólogos Clemente de
Alejandría, Orígenes y san Agustín de Hipona fueron los primeros exponentes cristianos de
una perspectiva platónica. Las ideas platónicas tuvieron un papel crucial en el desarrollo del
cristianismo y también en el pensamiento islámico medieval.
9.Bibliografías:
Friedländer, Paul. Platón, verdad del ser y realidad de la vida. Madrid: Editorial Tecnos,
1989. Importante obra clásica que estudia el conjunto de la obra de Platón.
Gracias por su lectura/ la conclusión la dejo a criterio de cada uno de los lectores, ante
cualquier sugerencia y/o correcciones, tenga la amabilidad de enviármelo por mi correo
electrónico
"decir lo que sentimos, sentir lo que decimos, concordar las palabras con la vida"
Autor:
Comentarios
Descargar
Imprimir
Comentar
Ver trabajos relacionados
Platón (Filosofía)
Enviado por CCB Guaicaipuro
Partes: 1, 2
Entre sus obras más importantes se cuentan: la República politeia, "forma de gobernar -
ciudad"), en la cual elabora la filosofía política de un estado ideal; el Fedro, en el que
desarrolla una compleja e influyente teoría psicológica; el Timeo, un influyente ensayo de
cosmogonía, cosmología racional, física y escatología, influido por las matemáticas
pitagóricas; y el Teeteto, el primer estudio conocido sobre filosofía de la ciencia.
La «Academia» de Platón siguió como una escuela de filosofía hasta el cierre por
Justiniano en 529. Los primeros estudiosos (Espeusipo, Jenócrates, Polemón, Cratilo)
adoptaron una interpretación pitagórica de las Ideas y se concentraron en los problemas
morales. La «Academia Nueva» (Arcesilao y Carnéades fueron los principales maestros) se
convirtió en escéptica y ecléctica. El «Platonismo» fue muy apreciado por los Padres
cristianos: San Ambrosio, San Agustín, San Juan Damasceno y San Anselmo, por ejemplo.
La «Escuela de Chartres» (Bernardo de Chartres, Teodorico de Chartres, Guillermo de
Conches, Gilberto Porreta) fue en el siglo XII un centro de platonismo cristiano,
interesados principalmente en la teoría cosmológica del «Timeo». El Renacimiento fue
testigo de un renacimiento del platonismo en la «Academia de Florencia»: Marsilio Ficino
y Juan Pico Della Mirandola. En Inglaterra, los platónicos de Cambridge (Enrique More,
Teófilo Gale, Juan Norris) iniciaron en el siglo XVII un interés por Platón. Los escritos de
ética de Alfredo Eduardo Taylor, la teoría de las esencias desarrollada por Jorge Santayana
y la metafísica de Alfredo North Whitehead están cerca de un platonismo contemporáneo.
En la República, Platón establece una correlación entre los grados de conocimiento y los
distintos grados de ser, ocupando las ideas la máxima jerarquía tanto gnoseológica como
ontológica. Por ello, en esta primera concepción, la dialéctica, concebida como el camino y
el método del conocimiento y de la ciencia lo es también de la libertad y la justicia. Sólo el
filósofo, como máximo dialéctico, podrá liberar a la humanidad de las sombras de la
caverna y traer la justicia al mundo.
Tanto la moral, como el derecho y los usos sociales, forman parte de un todo mayor: la
ética. Hablar de ética es hablar del bien y del mal. La ética no es una abstracción, es el otro.
Cada acto está obrando directa o indirectamente sobre una vida: "Nunca se roba algo, se le
roba a alguien".
La moral hace referencia a aquellas pautas interiorizadas por el individuo quien se las auto
impone no como obligación sino como necesidad, por el simple hecho de provenir o formar
parte de "lo bueno".
El hombre, por naturaleza tiene la capacidad de perfeccionarse y de superarse día a día, por
lo que tiende a alcanzar la plenitud. Para llegar a tan preciada meta como lo es la plenitud,
es necesario vivir en sociedad; el ser humano necesita de los demás para construir un
mundo o ambiente propicio en el cual alcanzar la plenitud, causa esencial de la felicidad.
Es por ello que el hombre necesita de la sociedad política, pues nada es pleno si no se
comparte, confronta y comunica a los demás, ya que el bien es expansivo, comunicativo:
"De nada sirve la sabiduría si no se la comunica mediante la educación".
El hombre se reúne en sociedad para el logro de un bien común a todos. El bien común no
es el bien individual, no es la suma de la porción de felicidad de cada individuo integrante
de una comunidad, pero tampoco es un bien que nada deba a las partes. Es la integración
sociológica de todo lo que hay de virtud y riqueza en las vidas individuales, y que tiende a
perfeccionar la vida y la libertad de persona de cada ser. No es utilidad solamente, sino fin
bueno es sí mismo, sujeto a la justicia y a la bondad. Es el fin último de la vida social.
La política es la ciencia social y práctica cuyo objeto es la búsqueda del bien común de los
integrantes de una comunidad. El bien común no es sólo la tarea del poder político sino
también razón de ser de la autoridad política.
Por lo tanto, es el bien común el principio y fin ético de la política. Será bueno todo aquello
que beneficie, tienda, acreciente o promueva el bien común. Será malo todo aquello que
tienda a perjudicarlo, disuadirlo, disminuirlo, etc.
El bienestar general se logra por medio de una auténtica justicia social cuya finalidad es
obtener una más justa distribución de la riqueza entre todos los grupos sociales. Hace falta
la presencia de un estado capaz de generar este equilibrio. Un estado que no elimine la
responsabilidad de las personas, de las comunidades y de las organizaciones intermedias.
Un estado que no convierta en dependientes a los ciudadanos y en pupilas a las
comunidades y organizaciones intermedias. Un estado que no les quite sus obligaciones.
Esa orientación de la intervención estatal ha sido nefasta para la sociedad civil, la ha
hecho débil. Pero tampoco sirve un estado ausente, que deje la suerte de sus habitantes al
juego de la oferta y demanda. Ni un estado indiferente a los problemas sociales. El estado
debe intervenir para asegurar el mínimo de bienestar para todos. Sin demagogias.
En resumen, la naturaleza de un estado o de la sociedad política, es la búsqueda del bien
común. El estado se desnaturaliza, es decir pierde su esencia, cuando se corrompe.
Corromper, entre otras acepciones posibles, es alterar la forma de alguna cosa; así el estado
corrupto ya no tiende al bien común sino que se desvirtúa transformándose al provecho de
unos pocos.
Max Weber distinguió entre los políticos que viven para la política y los que viven de la
política. En el último caso, la ambición política deja de valer por sí misma y se rebaja al
nivel de un valor instrumental al servicio del enriquecimiento.
A fines del siglo XIX, Leandro Alem sostenía: "... el interés material será para un pueblo
de mercaderes, no para el nuestro...", "...no conviene materializar las sociedades,
aflojando los resortes morales de su espíritu...", "... Se nos quiere halagar con las
promesas de engrandecimiento material. Yo prefiero, porque lo considero más digno de
una sociedad como de un individuo, vivir con menos lujo y con menos pompa, siempre que
me dirija yo mismo. Prefiero una vida modesta, autónoma, a una vida esplendorosa
sometida a tutelaje...".
b) Todo poder tiende a corromper; el poder absoluto corrompe absolutamente. Alguien que
carece de una sensibilidad moral excepcional, y que no es sino una persona ordinaria,
común y corriente, puede sucumbir frente a la tentación extraordinaria que surge de las
inmensas posibilidades del poder, a menos que se la limite y se la controle. Expresaría
Elpidio González: "... El radicalismo es una fuerza principista. Para la Unión Cívica
Radical los gobiernos son medios de servir al país y no fines...".
c) Bajo cualquier sistema político existe un orden político natural al cual la acción política
debe sujetarse en aras de la estabilidad y el bienestar de la nación. El orden político es la
única posibilidad de trabajar por el bien común. Su contraparte, el desorden político,
implica el desquicio general de las funciones sociales, de modo que nadie trabaja en lo que
le compete. Diría Dante: "Siempre la confusión de la persona es principio del mal de la
ciudad".
Podemos, lógicamente, reducir los tres factores de desnaturalización del estado,
anteriormente mencionados, a un solo eje fundamental: la conducta. Según el diccionario
de la lengua española, conducta, entre otras acepciones, es la manera con que los hombres
gobiernan su vida y rigen sus acciones. Como ya sabemos, el hombre es un ser libre, capaz
de autodeterminarse y que actúa según una elección. También dijimos que la ética esta
compuesta por la moral, el derecho y los convencionalismos sociales.
Por lo tanto una conducta será éticamente positiva siempre que el hombre encamine su vida
conforme a las costumbres sociales y normas jurídicas vigentes, y cuyos principios morales,
que por naturaleza indican qué es lo bueno, no queden sólo en el campo de la abstracción o
el conocimiento, sino que los concrete mediante su observancia. En resumen, será una
conducta acorde a la ética aquella conducta virtuosa. La virtud es la disposición
constante del alma a conducirse de acuerdo al bien y a evitar rigurosamente el mal. Las
virtudes que hacen ética a una conducta, y que son además indispensables en un estado
democrático, son las siguientes:
Es fácilmente entendible entonces que los tres factores de desnaturalización del estado
tienen su semilla o su fundamento en una conducta éticamente negativa: en el materialismo,
en la mentira, la deslealtad, la intolerancia, el egoísmo, en la carencia de patriotismo, etc.
Válida es la ocasión de mencionar, sin entrar en detalles, lo que la Unión Cívica Radical
mantiene doctrinalmente como filosofía de conducta. El radicalismo cree que el fin no
justifica los medios, y que los altos fines sólo se alcanzan cuando los medios son
adecuados a su altura. Colócanse así los medios en el plano del deber constante e
inmediato, y surge la filosofía realmente creadora de conducta, que es unidad e
interacción entre el esfuerzo moral-personal y el político o social que lo incluye. Esta
filosofía radical de la conducta es la única que podrá reintegrar al hombre-espíritu y salvar
a la humanidad del posible desastre de los siglos.
Krause, filósofo de gran influencia sobre la doctrina radical, sostenía que la ley moral lleva
implícita la libertad y el orden, siendo su máxima de conducta más difundida: "Haz el bien
por el bien mismo".
Nuestro partido se fundamentó sobre dos grandes bases. Una es considerar la política como
una concepción ética de la vida. La otra afirmar el federalismo como la forma institucional
de la vida autónoma argentina, de la libertad ciudadana y de la soberanía de la nación.
Nuestras luchas anteriores a veces nos han hecho suponer que somos el partido de la
libertad y nada más, si así fuera ya hubiéramos agotado nuestra razón de existir... tenemos
libertad en la Argentina, pero falta tanto, ...queremos concretar al mismo tiempo la
libertad y la igualdad.(3)
Para concluir, me parece oportuno destacar que la pérdida del camino ético de la política,
no es más que el reflejo de una sociedad que también lo ha perdido. Al fin y al cabo, los
hombres de la política, forman parte de la sociedad a la cual representan y dirigen.
Pero también es cierto que la clase dirigente, que en realidad no es "clase" sino minoría, es
la encargada de dirigir y de dar el ejemplo a la comunidad y que por lo tanto, tiene una
mayor responsabilidad. Dirigir significa enderezar, llevar rectamente una cosa hacia un
lugar señalado.
Creo que los argentinos, ya hemos "tocado fondo", hemos sido fiel imitación de la sociedad
anteriormente descripta. Ahora hace falta un cambio rotundo de mentalidad ya que es lo
único que nos permitirá "salir nuevamente a flote". Y todo indica que la tierra ya está lo
suficientemente abonada para comenzar a sembrar ese cambio, para comenzar a sembrar
futuro. Afortunadamente nuestro país de a poco está madurando, está creciendo junto a la
democracia, ha "aprehendido" su dolor y ha aprendido de él. El argentino ya no quiere
limosnas ni favores, quiere trabajar; el argentino de hoy tiene sed de justicia, se ha
fortalecido en la vida democrática, exige respuestas de sus representantes, responde a la
verdad y condena la inmoralidad.
La falta de ética en todos los ámbitos es un problema de fondo. Tenemos que tomar
conciencia de que somos muchos, pero que conformamos uno solo, nuestro país, nuestra
Argentina. Tenemos que replantearnos quienes somos, a donde vamos y a donde queremos
llegar. Sobre la experiencia del pasado, los valores de aquellos que forjaron la libertad y la
democracia, deberemos empezar de nuevo, pero con los ojos puestos en el futuro.
Biografía de Platón
Enviado por gandosan
Nació en Atenas probablemente en el año 427 a.C. pertenecía a una familia noble y eran
ilustres tanto los ascendientes de sus padres como los de su madre recibió la educación
física intelectual de los jóvenes de su época; es posible que haya seguido las lecciones del
heraclitano Cratilo. En el año 407 sobrevino el acontecimiento capital de la vida de Platón:
su encuentro con Sócrates. El maestro tenía entonces 63 y el alumno 20. Platón debió
seguir las lecciones de Sócrates durante ocho años. Poco después de la caída de los Treinta,
tres delatores acusan a Sócrates de corromper a la juventud y de no creer en los dioses de la
ciudad; condenado a muerte, rehúsa evadirse y bebe la cicuta en el 399. Platón no estuvo
presente en los últimos momentos de su maestro, relatados en el Fedón; pero esta
escandalosa injusticia debió ser para él el prototipo del acto inicuo contra cuya repetición
debía luchar todo filósofo.
Puesto que corría el riesgo de ser molestado por su condición de alumno de Sócrates, se
refugió Platón enseguida con alumnos, amigos, en Mégara; allí una célebre escuela los
acogió en ella entraron en relación con Euclides el Megálico. No se sabe con certeza cuál
fue la duración de su estada en Atenas pero alcanzó presumiblemente a tres años. De ahí
Platón partió para Africa; se detuvo en Egipto, luego en Cirenaica, donde frecuentó a
Aristipo de Cirene y el matemático Teodoro. En este lugar los biógrafos de Platón dan
diversas versiones de el orden de sus viajes. Para unos habría regresado directamente a
Atenas; para otros se habría dirigido a Italia meridional con el fin de conocer a los
pitagóricos y en particular a Arquitas de Tarento. Es probable que en este período de la vida
de Platón se sitúa la composición de las siguientes obras: Hippias menor, Alsibíades,
Apología, Eutifrón, Critón, Hippias mayor, Cármides, Laques, Lisis, Protágoras, Gorgias y
Menón.
Alrededor del año 388 abandona Italia (o Atenas según la otra tradición) para dirigirse a
Sicilia. Allí, en Siracusa, reina un Griego de modesto origen, Dionisio I el Anciano, quien
tiene en jaque a los cartagineses y se ha convertido en el amo absoluto de Sicilia. Su carta
es fastuosa; los vicios que en ella reinan, numerosos; mas Dionisio es célebre. Platón intima
con Dion, hermano político de Dionisio, quien tiene pretenciones de filósofo y admira a los
Socráticos. ¿Qué sucedió en realidad?
El monarca promete, no obstante, llamar pronto a uno y a otro. Vuelto a Atenas Platón
permanece en ella seis años, y compone probablemente el Parménides, el Teeteto, el
Sofista, el Político y el Filevo.
En el 361, Dionisio invita nuevamente a Platón. El filósofo retorna con algunos discípulos,
deja a Heráclides del Ponto la dirección de la Academia. Quizá Platón defendiera la causa
de Dion ante Dionisio. Este, lejos de llamar a su pariente, confiscó sus bienes, obligó a la
esposa de éste a casarse con el gobernador de Siracusa y forzó a Platón a permanecer en la
residencia que le había asignado. Gracias a la intervención de Arquitas, fue liberado y pudo
regresar a Atenas.
En cuanto a Dion, termina por reclutar un ejército y embarca con algunos amigos de Platón
para tomar a Siracusa por sorpresa. El éxito le acompaña e instaura una dictadura que dura
tres años, hasta que finalmente es asesinado por su amigo, el platónico Calipo.
El filósofo permaneció en Atenas y debió de morir allí alrededor del 347 a.C.. En este
período final de su vida continuó al frente de la Academia y escribió el Timeo, el Critias y
Las Leyes, que quedaron inconclusas.
Para la autenticación de los escritos platónicos se dispone de criterios externos: una obra se
tiene por auténtica si Aristóteles o Ciserón la atribuyen al filósofo, o si se hallan citas de
una obra en el interior de otra. También hay criterios internos: un escrito será adjudicado a
Platón si "armoniza" con su filosofía; sin embargo, se advierten los peligros dem tal
procedimiento, que consiste en definir primeramente a Platón para poder juzgar los trabajos
después. Otros críticos han utilizado el método estilométrico, que consiste en medir la
frecuencia con que aparecen ciertas palabras griegas corrientes para determinar un "estilo"
de Platón que permita autenticar una obra según la forma en que ha sido escrita. Pero debe
observarse que el estilo no es dato inmutable en un hombre que vivió cerca de ochenta
años.
Apología de Sócrates;
Parménides;
El Político;
Timeo;
Crítias, o la Atlántida;
Cartas (su autenticidad es muy discutida; es probable, sin embargo, que la carta VII, que
nos ofrece numerosos detalles sobre la vida de Platón, sea auténtica).
Diálogos dudosos: Segundo alcibíades, Hiparco, Minos, Los Rivales, Teages, Clitofón.
Debe añadirse que, desde la Antiguedad hasta el Renacimiento, las obras de Platón fueron
comentadas o utilizadas por autores más o menos sagaces.