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Bibliografía:
Como principal obra de apoyo se puede recurrir en este curso al trabajo de George H. Sabine, Historia
de la Teoría Política, en sus diversas ediciones, siendo la última revisada por Thomas Landon Thorson
(3ª edición en español, corregida y aumentada, Fondo de Cultura Económica, México, 1994. A esta
edición deben entenderse hechas las referencias a Sabine en los presentes apuntes). De algo más difícil
lectura se encuentra en biblioteca, de Marcel Prelot y Georges Lescuyer, Historia de las Ideas Políticas,
Buenos Aires, Argentina, 1986. Excelente y muy completa, abarcando hasta los fines del pensamiento
político de la Edad Media, la obra de los Carlyle, History of Mediæval political thought, en sus
diferentes volúmenes. Para una buena selección de extractos de obras de pensadores políticos ver Jean
Jacques Chevallier, Los grandes textos políticos desde Maquiavelo hasta nuestros días. Por supuesto,
siempre es más confiable el recurso directo a las obras de cada autor, aunque no es necesario leerlas para
aprobar el curso. Por último, para quien se interese en el pensamiento político desde la perspectiva de la
evolución de la teoría económica, está la obra de Overton H. Taylor.
1.1 Antecedentes
§ 1. Cabe preguntarse como se justifica el estudio del pensamiento político en edades tan lejanas
de nosotros como la Antigua Grecia, o Roma. Respecto de Grecia, la explicación es sencilla:
puede decirse que el pensamiento político, como una reflexión acerca del ‘orden político’
tratando de establecer qué es ‘la polis’, ‘el gobierno’, ‘el ciudadano’, en cualquier tipo de
circunstancias, como un intento de precisar la naturaleza de lo político, nace en la Grecia del
siglo V a.d.C. Por otro lado, los griegos de ese tiempo se plantearon preguntas y usaron un
lenguaje que perdura hasta nuestros días. Así, hasta hoy nos preguntamos quién debe mandar en
una sociedad organizada, si se justifica la autoridad, quiénes deben participar de ella, cual es la
extensión de sus poderes. Cada vez que manifestamos nuestra aprobación o desaprobación al
interior de la organización política emitimos un juicio que, aun cuando no estemos conscientes
de ello, tiene que ver con estas preguntas. Por otro lado, seguimos hablando de política,
democracia, oligarquía, términos heredados directamente del pensamiento griego.
Claro está que no podemos trasladar sin mas el pensamiento de la Grecia Clásica a
nuestros días, ya que el contexto en el cual se desarrolla (la polis) es esencialmente distinto a
nuestra organización política estatal. Esto hay que tenerlo siempre presente al momento de
estudiar la filosofía política de los autores griegos que estudiaremos.
El punto que marca una diferencia fundamental está en la diferencia en la concepción de la vida cívica.
Al entender el griego la polis como una forma de comunidad organizada, no existe para él una
contraposición entre la vida pública y la vida privada, las que se encuentran - usando conceptos modernos
- plenamente integradas. La realización del ciudadano en cuanto tal sólo puede darse en la polis. Esto
puede entenderse mejor si se vuelve sobre la idea de que la polis no es para el griego lo que el Estado para
nosotros. Hoy se concibe la realización personal fuera del alcance del Estado, que en el pensamiento
moderno se entiende limitado, llega hasta un punto y a partir de éste comienzan las aspiraciones
individuales. Para el griego no existe pluralismo en este sentido, sino un énfasis en la integración, lo que
se asocia a otra idea; en el Estado moderno los roles sociales son altamente diferenciados, especializados;
en la polis son integrados, espontáneos, no especializados.
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postula que existe un mundo cognoscible; que la virtud (objeto y finalidad de la preocupación
ética) consiste en el conocimiento y que, por tanto, puede llegarse a ella por el aprendizaje y la
enseñanza. Puesto que la ética constituye el sistema preceptivo y de valores dentro de la polis,
nos encontramos con Socrates en el umbral de la filosofía política, ya que se ocupa de cómo
deben comportarse correctamente los individuos en la comunidad organizada. Su discípulo,
Platón, se va a ocupar de la organización política desde una perspectiva muy particular.
1.2 Platón
Datos biográficos y obra (§ 3). Su teoría del conocimiento (§ 4). La noción de justicia como
especialización (§ 5). La comunidad política ideal, en La República (§ 6, § 7, § 8). El gobierno de los
filósofos y la exclusión del derecho (§ 9, §10). El comunismo platónico (§ 11). La degeneración del
gobierno ideal (§ 12). Las Leyes: la reincorporación del derecho en una comunidad política real (§ 13).
Las formas de gobierno y la idea de constitución mixta (§ 14).
§ 3. Platón nace en el 427 a.C., en una familia ateniense aristocrática, y, como ya se dijo, se
educa como discípulo de Sócrates. Platón, aparte de responder a la problemática del mundo
antiguo, plantea temas vigentes aun hoy, en especial, el de la relación entre conocimiento y
poder, los que desarrolla en La República, Las Leyes y El Político. Incluso, en algunos campos,
se adelanta considerablemente a su tiempo. Por ejemplo, es uno de los precursores de la idea de
igualdad entre el hombre y la mujer, en cuanto a su participación social y política. Percibe con
claridad los problemas que se derivan de las luchas de poder y la injerencia de lo económico en
la política, especialmente las facciones producidas por las diferencias en la distribución de los
ingresos. Sucede a Platón lo que a muchos de nosotros: se desencanta tanto de la actividad
política como de los que actúan en política, en particular por el poco interés de estos últimos de
conducir el gobierno a partir de la reflexión y el conocimiento. Esto permite explicar, al menos
en parte, el contenido de su obra La República (traducción al castellano de su obra que podría
entenderse mejor como “la correcta organización política”).
Platón señala que puede apreciarse mejor la justicia en su conjunto, a nivel de toda la
polis, que a nivel individual (como si se usara un lente de aumento para percibir algo que en el
tamaño pequeño no se puede percibir). Partiendo de la base que la justicia importará una vida
mejor y la injusticia una vida peor para quien la practique - y sus prójimos-, y por ende, que por
justicia debe entenderse lo que beneficia a la sociedad e injusticia, lo que la perjudica, Platón
identifica la justicia con un principio de recta organización de la sociedad basado en la
especialización. Esto porque, dedicándose cada uno a aquello para lo cual tiene tendencias y
aptitudes, lo hará mejor, beneficiando a la sociedad. Luego, la especialización es el elemento
central de la justicia en la visión platónica. La especialización define el rol de cada uno, su
‘casillero’ dentro de este conjunto organizado. La justicia se alcanza y se mantiene en la medida
en que cada individuo -o nivel de individuos- se ocupa de sus asuntos. Platón rechaza la falta de
especialización reinante en las polis de su tiempo, considerándola como raíz de los males de la
organización política.
Para Platón la comunidad política es una organización para la satisfacción mutua de
necesidades de personas cuyas capacidades, siendo distintas, se complementan. Dentro de este
esquema de pensamiento el gobierno, el arte o función de gobernar, se basa en un saber exacto,
es una ciencia. Platón propone que la tarea de desarrollar esta ciencia (investigar el bien)
corresponde a quienes tienen la capacidad y la inclinación para hacerlo; los filósofos: los demás
deben dedicarse a sus campos específicos, pero observa que esto no sucede en la práctica. La
democracia es mala porque los políticos no son filósofos sino sofistas, que halagan al pueblo con
promesas fáciles e incumplidas. El círculo se cierra cuando el pueblo se deja engañar, viniendo a
ser posible la democracia sólo porque el pueblo tolera la ineptitud de sus gobernantes.
* Para mantener el uso del lenguaje de acuerdo a otros autores, se usará en Platón el término ‘estado’ para referirse a
‘polis’, que sería mejor traducido como comunidad política. Sin embargo, vale lo dicho en el § 1 respecto a las
diferencias entre ‘polis’ y ‘estado’. Como veremos en la unidad de Teoría del Estado, sólo tiene sentido hablar de
“Estado”, con precisión, a partir del siglo XVII.
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§ 8. Este sistema es rígido, cada uno debe permanecer en su nivel, mientras viva. Sin
embargo, no es hereditario; el hijo del que pertenece a un nivel no necesariamente se ubicará en
el nivel de sus padres. La justa ubicación de los habitantes en el nivel que le corresponde a cada
uno se da a través de un proceso de educación y de control social, dirigido por la clase
gobernante. No se trata de un procedimiento de sometimiento, sino más bien, en el más genuino
sentido del término ‘educar’, se trata de sacar a la luz, de descubrir en cada uno la propia
inclinación y capacidad; cada uno reconoce su casillero y educado por la clase gobernante acepta
su nivel o ubicación social como legítima, al percibirla acorde con su interés. De acuerdo a esto,
la educación, para Platón, consiste en hacer surgir de cada individuo su propia naturaleza: no
vencer su inclinación propia. A pesar de esto, se hace la crítica a la teoría de Platón, en cuanto
éste no explica un sistema de educación que pudiera conducir a un hijo de la clase de los
artesanos a la de los gobernantes 3
§ 9. Esta tesis supone que el único lugar en la sociedad donde hay inteligencia es a nivel de
gobernantes. Es una concepción ‘estatista’ en la medida en que el resto de la sociedad no es
destinataria del bien común, sino que está al servicio del Estado, o mejor dicho, de los
gobernantes, quienes no tienen límite alguno para el ejercicio del poder. No existe una actividad
política como se concibe hoy: para Platón la actividad de gobierno o en general, ocuparse de la
polis sería exclusivamente de los gobernantes. Lógicamente se excluye toda idea de participación
- es al gobierno a quien corresponde determinar con certeza lo conveniente, lo bueno para la
polis .
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§ 10. En un contexto en que lo justo y lo moral se ven referidos al interés de la polis, y éste está
determinado por los gobernantes, no existen derechos de los sujetos frente a la organización
política. Se excluye de este Estado platónico ideal la presencia de cualquier garantía o derecho
individual, y del derecho en general. Éste se justifica en limitar el actuar del gobernante para
proteger al gobernado; si se sostiene que los gobernantes serían sabios, por una parte resulta
inconveniente limitar su actuar con la norma y, por otra, el derecho pierde su justificación, pues
aún en ausencia de la norma siempre actuarán de la mejor forma. En este plano no existe por
parte de Platón un aporte a la idea de estado de derecho. Por otro lado, no se fundamenta la
norma como medio de control o división del poder, por cuanto éste se idealiza integral.
§ 11. Apartándose de su rigor metodológico, Platón observa que la pugna por bienes y la
existencia de afectos puede producir falta de armonía en la polis. Para solucionar esto, propone a
nivel de ‘guardianes’ (aludiendo con ello al II y III nivel, a veces sólo refiriéndose al III), lo que
se ha denominado ‘comunismo platónico’, consistente en:
a) abolición de la propiedad privada en esta nivel. Esto tiene por objeto tratar de
desvincular al gobierno de la influencia negativa derivada de la preocupación por el propio
peculio a nivel de gobernantes.
b) abolición de la familia, en virtud de dos argumentos.
Platón considera que la crianza planificada de los animales produce en sus uniones un
mejoramiento de la descendencia, siendo de esta manera mas eficaz en la reproducción, que el
hombre a través de la institución de la familia. Con la abolición de la familia para el nivel de los
guardianes (en el primer nivel se mantendría) se pretende poder realizar una política
demográfica planificada.
Por otra parte, volvemos a encontrar la idea de desligar a los gobernantes de un interés
particular. Platón señala que si nadie sabe con exactitud quién es su padre o su madre, sino que
existe una probabilidad de que todos puedan haberlo sido, todos se mirarán como parientes,
pasando a tener interés en el bien de la comunidad (no se formarían facciones).
entraría en una dinámica de las formas de gobierno, cuya causa es la lucha por el poder. El
cambio de las formas políticas en que se organiza la ciudad, la inestabilidad de dichas formas
políticas, es el producto de dicha lucha. El Estado ideal propuesto podría llegar a convertirse en
una tiranía por el siguiente camino: Estado ideal Þ timarquía Þ oligarquía Þ democracia
(extremada) Þ tiranía.
§ 13. El pensamiento platónico conoce también una segunda vertiente, de orientación práctica
y no sólo teórica. En su obra Las Leyes y El Político lo vemos mas bien enfrentado a los
problemas de la política práctica. Aquí Platón ofrece una alternativa: no reflexiona sobre una
organización política ideal (que es la óptima), sino sobre la mejor organización posible, que en
orden de bondad vendría siendo la segunda (la primera es el estado ideal). Se trata del tema de la
mejor organización política amoldable a la realidad. Desde esta perspectiva, Platón reconoce que
para contener las pasiones de los hombres lo mejor es que el gobierno se sujete a la ley. Tanto
gobernantes como gobernados deben estar regidos por las mismas reglas.
Dice El Ateniense, uno de los participantes en el diálogo Las Leyes:
asegurada y los ciudadanos gozan de todos los bienes que los dioses derraman
sobre los estados.”
§ 14. Esta forma de organización, (segundo estado en orden de bondad), se inserta dentro de
un estudio más amplio que Platón realiza sobre las formas de gobierno, llegando a establecer tres
tipos o formas de gobierno en estado puro que, de acuerdo a si se sujetan o no a la ley, dan lugar
a una clasificación hexapartita.
Platón observa que en la práctica las formulas puras no se dan, o bien son transitorias e
inestables, y que para lograr un mejor resultado debería intentar moderarse una de estas formas
con elementos de las otras. Esto es el inicio de la idea que hoy denominamos constitución mixta
o forma de gobierno moderado: y que consiste en la combinación de elementos de diversas
formas simples de gobierno para producir estabilidad. En este estado aplicable a la realidad
Platón postula la combinación de elementos monárquicos y democráticos.
Temas de discusión
¿Con que planteamiento contemporáneo identifica Ud. el pensamiento platónico de La
República?
¿Conoce Ud. el significado del el término “tecnocracia”? ¿Cuál es el principal problema que
el modelo tecnocrático no logra resolver nunca?
El párrafo 11 de los apuntes se encabeza diciendo que Platón “se aparta de su rigor
metodológico” al plantear lo que sigue en ese párrafo. ¿Por que?
1.3 Aristóteles
Datos biográficos y obra (§ 15). Teoría del acto y la potencia (§16). La naturaleza política del hombre
como producto de su naturaleza racional (§ 17). El acto propio del hombre: la justicia (§ 18). La
autarquía como fin de la polis (§ 19) Los distintos tipos de asociaciones: amo-esclavo, familia,
comunidad política; los criterios diferenciadores. (§ 20). Las formas de gobierno (§ 21). Las alegaciones
(títulos) de uno, una minoría y una mayoría para participar en el gobierno (§ 22, § 23). La inexistencia de
un título absoluto. La solución: forma de gobierno mixta con arreglo a la ley (§ 24). El concepto de
politeia. Sus distintos elementos: los requisitos de la organización política buena (§ 25), como forma de
gobierno (o constitución) mixta (§ 26), como específica ordenación de las magistraturas en el orden social
(§ 27). La teoría de las revoluciones (§ 28 ). Consejos prácticos al gobernante (§ 29).
§ 15. Nació en el año 384 a.C. en la ciudad de Estagira, Tracia, por lo que también se alude a él
como ‘el Estagirita’. Su padre era médico, lo que parece haber influenciado a Aristóteles, a lo
menos en dos sentidos: en su gran interés por los estudios biológicos, y su forma de
acercamiento al conocimiento, a través de la experiencia, más que de la especulación lógica,
propia de Platón, a cuya Academia ingresa a los 17 años, permaneciendo en ella por unos 20.
Dentro de las labores desarrolladas por Aristóteles se encuentra la de haber sido maestro del
príncipe Alejandro de Macedonia, contacto que, sin embargo, no influencia sus escritos políticos.
Desarrolló estudios en los mas vastos campos: ciencias naturales y humanistas. Dentro de estas
últimas destacan sus estudios sobre Lógica (reunidos en el Organon) La Retórica, La Moral, La
Etica (a Nicómaco, a Eutidemo), La Poética y La Política. En el año 355 a.C. abre su Escuela
en Atenas, el liceo (en latín, liceum, del campo de deportes lükeion).
Surgidos disturbios en Atenas con ocasión de la muerte de Alejandro Magno, bajo
sospecha de ser espía macedonio, y acusado de impiedad, sin esperar sentencia, escapa, según
sus propias palabras, para evitar ‘que los atenienses cometan por segunda vez, un crimen contra
la filosofía’ (aludiendo a Sócrates). Muere en Eubea, el año siguiente, 322 a.C. .
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§ 16. Muy probablemente admirado en el estudio de los seres vivos de la complejidad de los
procesos biológicos que se dan en un individuo, presentes en él desde su estado inicial, de mayor
sencillez, desarrolla su teoría de la potencia y del acto.
En todo ser se encuentran, dice, en estado latente, todas las posibilidades de su máximo
desarrollo, cualquiera sea la etapa concreta del mismo que haya alcanzado. Cada ser tiende a su
máximo desarrollo, a su máxima perfección, por lo tanto, mientras no lo haya alcanzado, existe
una tensión entre su estado actual, en que se ha desarrollado en parte y por ello,
incompletamente, y un estado de pleno desarrollo.
En lenguaje aristotélico, todas las posibilidades de desarrollo de un ser, se encuentra en
él, en potencia, o mejor dicho, constituyen su potencia, susceptible de alcanzar distintas formas
en su desarrollo, en su actualización. El acto es la concreta forma del ser, y materializa aquella
parte de su potencia que éste ha desarrollado, actualizado. El estado de pleno desarrollo, en el
cual toda la potencia es acto, es la máxima perfección a la cual tiende todo ser. Este grado de
perfección, de máximo desarrollo constituye el fin de cada ser, (precisamente, en el sentido de
algo a lo que se tiende, telos ): y cada fin es propio a cada tipo de seres (así, por ejemplo, un
potrillo, por más que se desarrolle, nunca llegará a ser un cóndor).
Aristóteles agrega a esta concepción otra idea: “lo que se persigue es siempre un bien;
nada persigue su propio mal”.
En síntesis: existe una tensión de la potencia al acto; todo ser tiende a alcanzar toda la
perfección de que es capaz, desea la forma que la dará toda la realidad de que es susceptible, esto
es, su fin, que le es propio. Esto equivale a decir, ‘su acto en plenitud’, o ‘su bien propio’.
§ 17. El fin del hombre, su acto propio, es la actividad razonada, la actividad del alma dirigida
por la virtud , y dentro de las virtudes, por las más elevada de todas: la justicia.
Esto se entiende de la siguiente manera: sólo al hombre le ha sido dado el logos (la
palabra con significado). La actividad en torno al logos, la actividad racional, sólo se satisface en
la medida en que existen otros seres humanos con quienes desarrollarla. Luego, el acto propio
del hombre, la actividad racional, conlleva como elemento esencial, la vida entre otros hombres,
en una comunidad de hombres. Pero no en cualquier comunidad, sino en una que le ofrezca lo
suficiente para desarrollar al máximo toda su potencia: una comunidad organizada políticamente.
De aquí nace la caracterización aristotélica del politikón zoón, animal político.
“Si el hombre es infinitamente mas sociable que las abejas y que todos los
demás animales que viven en grey, es evidentemente, como he dicho muchas
veces, porque la naturaleza no hace nada en vano... pues bien, ella concede la
palabra (logos) al hombre exclusivamente. Es verdad que la voz puede realmente
expresar alegría y dolor, y así no les falta a los demás animales, porque su
organización les permite sentir estas dos afecciones y comunicárselas entre si;
pero la palabra (el logos) ha sido concedida para expresar el bien y el mal y por
consiguiente lo justo y lo injusto, y que el hombre tiene esto de especial entre
todos los animales que sólo él percibe el bien y el mal, lo justo y lo injusto, y
todos los sentimientos del mismo orden cuya asociación constituye precisamente
la familia y el Estado”. (La Política, Libro I, Cap. II.)
§ 18. Ahora bien: la virtud, (principio de corrección en el obrar, ejercicio de una facultad según
un justo medio, nada que quitar, nada que agregar) respecto de los demás hombres, es la
justicia: dar a cada uno lo que le corresponde en la comunidad política. Luego, la máxima virtud
es la justicia, puesto que constituye el bien propio del hombre, su máxima perfección en el
ejercicio de la actividad razonada.
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§ 19. Por esta vía, Aristóteles llega a considerar el bien de la polis como el bien máximo. Si el
fin del hombre se encuentra en el desarrollo de todas sus potencialidades, será lógico que su
máximo bien se encuentre allí donde ello se posibilita: la polis: “asociación del bienestar y la
virtud, para el bien de las familias y de las diversas clase de habitantes, para alcanzar una
existencia completa que se baste a si misma” (autarquía). “Comunidad de iguales que aspiran a
la mejor vida posible”. Es por esto que Aristóteles, después de estudiar el desarrollo histórico de
las asociaciones humanas (la familia; la aldea -asociación de familias-; la polis -asociación de
aldeas-) concluye que si bien la polis es históricamente la última en aparecer, es, por su
naturaleza, la primera ( la más relevante).
§ 20. Aristóteles distingue la polis de otras asociaciones (por ejemplo, de una liga defensiva) al
establecer que es un tipo de asociación que precisa de la existencia de una autoridad autoridad
específica, distinta a la existente en el ámbito de las familias, y que es la autoridad los
magistrados, esto es, la ejercida por otros individuos que se encuentran en una situación de
igualdad respecto de los que deben obedecer. Utiliza tres criterios para distinguir los distintos
tipos de asociaciones (lo que implica decir, también, para distinguir las distintas relaciones de
autoridad): a) el de la finalidad de la relación entre la autoridad y aquél sobre quien se ejerce, b)
la relación de igualdad o desigualdad existente y c) los derechos existentes entre quien detenta la
autoridad y sus destinatarios.
El esclavo es para Aristóteles una herramienta humana, por razón de naturaleza: ésta ha
hecho que para el cumplimiento de toda acción se una la autoridad y la obediencia, y los seres
más perfectos han sido ubicados en situación de mandar a los que lo son menos. “Si hay hombres
que sólo tienen la razón precisa para comprender la razón de otros hombres, el trabajo corporal
es su único empleo útil. La labor del obrero es una especie de esclavitud limitada”. Las
ocupaciones dignas del hombre para Aristóteles serían: la política, la guerra y la filosofía. La
libertad no tiene en este contexto sólo una connotación política, sino que se refiere a la
desvinculación del trabajo como medio de subsistencia. Es libre quien dispone de ocio: éste es
el título del hombre libre, del ciudadano.
La autoridad que existe en la relación conyugal se acerca más a la republicana: la
autoridad paterna es más bien monárquica.
Los miembros de la polis son iguales y libres. La autoridad del magistrado es la de un
igual entre los iguales, entre ciudadanos cuyo rango esencial es la participación en las funciones
públicas. Estas pueden ser de dos tipos: funciones restringidas a algunas personas, como las
magistraturas, y generales, como las de jurado y miembro de las asambleas públicas, en las que
pueden participar todos los ciudadanos, que gozan de libertad en el uso de la palabra.
§ 21. Una vez que Aristóteles ha explicado la especial naturaleza de la polis, se plantea la
pregunta de cómo, y a qué título, puede darse la participación de los ciudadanos en las funciones
políticas.
¿Cómo puede darse la participación? Las funciones políticas pueden ser ejercidas por
uno, por una minoría, o por una mayoría dentro de la polis. La opción por alguna de estas
alternativas determina en la práctica una organización de las magistraturas, lo que hoy llamamos
una forma de gobierno, que se evalúa según su aptitud para contribuir al bien común (autarquía).
En el gobierno con arreglo a derecho, la organización de magistrados sirve al interés general: en
el gobierno despótico, sólo al interés de quien gobierna.
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Participación en la
función política Forma de gobierno
para el interés general para el interés del
(sujeta a derecho) gobernante (despótica)
§ 22. En cuanto a la respuesta a la segunda parte de la pregunta (¿a qué titulo puede darse la
participación?), Aristóteles sostiene que, en principio, la participación política les corresponde a
todos, entendidos como la mayoría, por distintas razones:
.- Si bien cada individuo considerado aisladamente puede que no tenga gran riqueza, como
entidad la mayoría concentra la mayor riqueza.
.-Si bien la multitud puede no ser muy virtuosa o puede carecer de grandes méritos (aunque no
hay que pensar por esto que Aristóteles haga alusión a una multitud degradada) su juicio suele
ser más exacto, amén de ser mas incorruptible cuanto mayor es su cantidad.
.-Aristóteles considera también que, en el caso de la mayoría, un punto relevante es el
predominio numérico en términos de las personas afectadas por la gestión del gobierno; habría
que considerar su participación porque la mayoría es la afectada por lo que el gobierno hace.
En cuanto a la forma como debe participar la mayoría, Aristóteles es un poco más
reservado. La participación de la mayoría (de una virtud mediana) debería limitarse a una
intervención general en los negocios de carácter deliberativo (asamblea), y en los jurados, y no
extenderse a las magistraturas individuales de importancia.
§ 24. Conclusión general: no existe un título absoluto que alguien pueda alegar para reclamar
para sí el gobierno. Todos los mencionados (número, mérito, riqueza) tienen su grado de
legitimidad Esto lleva a dos conclusiones. La primera de ellas es la necesidad de que una
adecuada forma de gobierno incorpore los argumentos a favor de la participación de la mayoría,
y permita la participación de una minoría en virtud del mérito (la virtud) y la riqueza que puedan
alegar. La segunda es que , ante la ausencia de títulos absolutos para reclamar el gobierno, es
necesario radicar la organización general del gobierno en la ley. Con esto, el Estagirita da inicio
a un tema importante: el principio de sujeción impersonal. Según este principio se obedece al
gobernante no en cuanto tal persona, sino en cuanto encarna el derecho y la autoridad que emana
de él. Es lo que Max Weber llamará posteriormente un tipo de ‘legitimidad legal’. 5
§ 25. Esto incide directamente en la formulación del concepto de politeia, traducido al español
de distintas maneras: constitución, gobierno con arreglo a derecho. En la concepción aristotélica
el término comprende tres elementos. El primero implica determinados requisitos de la
organización política, cómo debería organizarse la polis para permitir a sus integrantes alcanzar
su pleno desarrollo. Desde esta perspectiva, politeia es una asociación
1) que se establece en vistas a lograr la autarquía (bien común);
2) en que el gobierno no actúa por órdenes arbitrarias, sino por disposiciones racionales,
aplicables a todos los que se encuentran en una misma situación (ley de carácter general) y,
3) en la cual la obediencia a la autoridad es voluntaria , o sea, se trata de un sistema de autoridad
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legítima.
Desde esta perspectiva politeia viene a representar tanto el aspecto normativo jurídico,
como el ético, de la polis, entendida como fin de toda asociación humana 7
§ 26. El segundo elemento de politeia es que ella constituye una forma de gobierno que
podríamos traducir como democracia moderada (en oposición a ‘demagogia’) o también como
‘república’, en su visión de un estado ‘óptimo’, que correspondería a la mejor organización
política realizable. Ante la ausencia de títulos absolutos de participación en el gobierno, este
modelo combina la libertad propia de la democracia con los principios de mérito y riqueza
propios de la aristocracia. La democracia se manifiesta en la participación en las asambleas,
cumpliendo una función deliberativa y de jurados; la aristocracia , se manifiesta en el ejercicio
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de las magistraturas. Esta politeia se basa, entonces, en el principio del equilibrio. El sistema se
mantiene en la medida en que exista una clase media difundida y amplia, que vea gran
conveniencia en evitar el abuso de la minoría y los desenfrenos que pudiera cometer una
mayoría pobre, si bien no envilecida.
§ 27. En tercer lugar, para Aristóteles, politeia no sólo comprende la particular propuesta de
estructura política vista en el párrafo anterior, sino que también la forma específica como se
organizan los cuerpos deliberativos, los jurados y las magistraturas. En relación a esto
profundiza las posibilidades de organización de la democracia y de la oligarquía, en las
diferentes alternativas de la estructura social (urbana, rural) y económica (distribución de la
riqueza, ocupaciones vinculadas al comercio, a la agricultura, etc.) al caso determinado en que
podrían aplicarse.
Puede decirse así que los tres elementos de politeia corresponden a ciertos requisitos
generales de tipo jurídico, de tipo político general (forma de gobierno de democracia moderada)
y de tipo político particular (forma de organizar las asambleas y magistraturas) de acuerdo a las
condiciones sociales y económicas de cada polis en particular.
6 Esto no significa decir que se obedece cuando le place a cada uno, sino que el acatamiento es sentido como un
deber ético, y no se obedece simplemente por el temor a una sanción.
7Y teniendo en cuenta lo ya dicho en relación a que la naturaleza humana tiene para A. un carácter ético.
8 Que en ciertos pasajes es aludida por Aristóteles como oligarquía, sin connotación negativa.
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§ 29. Por último, cabe destacar que Aristóteles esboza, esporádicamente, consejos sobre el arte
del estadista (o principios de técnica política). Vistos los aspectos teóricos sobre los que reposa
la polis, principalmente obtenidos por la vía empírica, y teniendo en cuenta su fin ético, el
Estagirita plantea que existen conductas que permiten al estadista, bueno o malo, conducir,
dentro de ciertos márgenes dados por las condiciones de una realidad determinada, al cuerpo
social en un sentido. Aconseja dividir a los adversarios del gobernante, apartarse de la apariencia
de tiranía el máximo posible, evitar la exhibición pública de vicios. El gobernante debe
esforzarse porque la parte de la polis que desea la permanencia del régimen sea mayor que la
que desea su desaparición.
Temas de discusión
Se dice que Aristóteles saca conclusiones éticas a partir, simplemente, de hechos. ¿En qué ve
Ud. que se basa esta afirmación, a qué cree que se aplica?
Nuestro concepto de democracia parte de la base que todos tienen iguales derechos de
participación. ¿Se cumple esto efectivamente, y cómo justifica Ud. su respuesta?
La postura de Aristóteles propone grados distintos de participación de acuerdo a los
diferentes criterios que satisfacen quienes participan (mérito, riqueza, cantidad). ¿Está Ud. de
acuerdo con esta postura? ¿Por qué si, o por qué no, en su caso?
§ 31. El estoicismo se constituye en una doctrina que enseña a distinguir aquello que se
encuentra bajo la voluntad del hombre y aquello que escapa a su control, apuntando a obtener
que esto último lo altere lo menos posible, a través del desprecio de los accidentes de la
humanidad: dolor, placer, muerte. Persigue un desarrollo interior y enaltece un carácter varonil y
enérgico, la virtud de la fortaleza; el individuo se concentra en sí mismo en la búsqueda de una
libertad interna inviolable. Esto lleva a concluir un carácter individual anterior y trascendente a
la polis, así como también la separación de la noción del hombre-individuo, de la noción del
hombre-ciudadano . 9
9En la Grecia Clásica resultaba imposible concebir al individuo aislado, fuera de la vida política. Cuando se habla
de la separación entre hombre-individuo y hombre-ciudadano es precisamente porque se empieza a concebir la
posibilidad de un desarrollo individual mas allá de la condición política de cada individuo.
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contraposición a las ideas de Platón y Aristóteles, que, como hemos visto, partían de la base de
una desigualdad natural).
Los estados también se ven como miembros de un todo gobernado por la razón: surge la
idea de una cierta fraternidad entre los pueblos: el individuo forma parte de dos ‘ciudades’: la
suya propia, de carácter político y en cierto modo, ‘accidental’, y otra , la gran fraternidad, el
gran estado universal, de todo el género humano, y que prima sobre la primera en cuanto arranca
no de la convención o la historia, sino de la naturaleza misma del hombre.
§ 34. Polibio, historiador griego , intenta aplicar la teoría de los ciclos de las formas de
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(siglo II a. C.) por el perfecto equilibrio que, en su visión, se da entre los órganos que
representan cada una de las formas de gobierno, en su forma mixta de gobierno. El consulado
representa el principio monárquico, el Senado el principio aristocrático, y los comicios el
principio democrático.
“Tres eran los órganos del estado; su poder estaba tan bien dividido y distribuido que ni siquiera
los romanos habrían podido decir con seguridad si su gobierno era un conjunto
aristocrático, monárquico o democrático. Mirando al Senado se habría dicho que
era aristocrático, mirando a los cónsules, monárquico, y mirando al poder del
pueblo, democrático. Las prerrogativas de cada uno en tiempos de Aníbal eran:
Los cónsules: cuando no están lejos de la ciudad y se hallan en Roma, son
árbitros de los negocios públicos. Los cónsules introducen al Senado las
embajadas extranjeras, proponen decretos urgentes y cuidan de éstos; deben, en
todo aquello que es competencia del pueblo, convocar a los comicios, presentar
los decretos y dirigir las deliberaciones de la plebe. Ejercen, en cambio, un poder
casi absoluto en la preparación de la guerra y en la conducción de las
operaciones. Están autorizados para hacer a los aliados las imposiciones que a
ellos se le ocurran, elegir los tribunos, reclutar soldados, escoger de entre los más
idóneos; además, cuando se hallan en campaña, pueden castigar a cualquiera de
sus subalternos. Tienen, además, potestad de gastar dinero del erario en la
medida que crean oportuno, y les acompaña un cuestor que ejecuta de inmediato
sus órdenes. Si se considera su autoridad sería justo definir como monárquica la
constitución romana.
Primera atribución del Senado es intervenir las cuentas del erario y de
todas las entradas y gastos. Los cuestores, en efecto, no pueden por ningún motivo
ordenar gastos sin aprobación del Senado, con excepción de aquellos que ordenan
los cónsules. El Senado interviene además en la mayor asignación de fondos que
se hace, la que los censores hacen cada cinco años para la construcción y
recuperación de obras públicas en que no pueden proceder sin su aprobación.
Tiene jurisdicción el Senado, sobre aquellos delitos que se cometen en Italia y
requieren su investigación pública como los de traición, conspiración,
envenenamiento y asesinato. Además, si un particular o una ciudad requieren de
intervención romana para resolver una controversia, para el cuidado de todo
aquello se ha encomendado el Senado. Si se hace necesario enviar fuera de Italia
una embajada para dictar órdenes, o declarar la guerra, es el Senado quien se
preocupa. También es el Senado el que recibe las embajadas extranjeras y les da
a cada una la respuesta oportuna. A un extranjero que llega a Roma, la
constitución le parece aristocrática sin más...
El pueblo es el único árbitro en la asignación de honores y castigos, esto es
ejerce el poder en que se fundan las dinastías, las repúblicas y toda vida
asociada... El pueblo interviene para aplicar las multas cuando la culpa es
merecedora de una pena grave, especialmente en lo relativo a las magistraturas.
Es el único que puede juzgar los delitos capitales....El pueblo elige para los
cargos públicos a aquellos que son dignos, y estos cargos son considerados como
el mejor premio de la virtud, tiene además libertad de aprobar las leyes, muy
especialmente acerca de la guerra y la paz. Le corresponde por último confirmar
su sanción o anular los pactos de alianza de paz o de tregua, de manera que con
razón se podría decir que el pueblo es quien tiene la mayor autoridad en el
gobierno y que la constitución romana es democrática.”
14
El énfasis está puesto esencialmente en la relación existente entre los diversos órganos y
sus facultades, anticipando las ideas gérmenes de la separación de poderes, en cuanto no sólo
enfatiza la estabilidad de este modelo y lo sitúa como causa de la grandeza romana, sino que
además señala que “los diferentes órganos de gobierno pueden estorbarse
recíprocamente o colaborar entre ellos...En efecto, cuando un peligro común se
cierne desde el exterior y obliga a los romanos a una concorde colaboración, el
gobierno adquiere tanto poder y de tal especie, que nada se descuida, antes bien
todos hacen lo necesario y las medidas que se toman nunca son con
atraso...Cuando, en cambio, libres de temores externos gozan del bienestar ...y
viven en paz, si en el ocio y la tranquilidad, como suele suceder, alguien se
abandona a la prepotencia y a la soberbia, inmediatamente interviene la
constitución para defender la autoridad del gobierno. En efecto, si de los órganos
que lo constituyen uno se hace demasiado poderoso en comparación con los
demás y obra con abuso de poder, al no ser independiente, según dijimos, por
estar cada uno de sus órganos vinculados con los otros y moderado en su acción,
no puede obrar con violencia y por iniciativa propia.”
época de su aparición; pero introduce un elemento nuevo dentro de ese contexto; la idea de un
reino o ámbito espiritual en la tierra, con un orden, jerarquía y autoridades propias, separado del
orden temporal. Esto incluía el surgimiento histórico de la Iglesia, más que como asamblea,
como institución jerárquica, autoridad organizada, competente para gobernar los asuntos
espirituales de la comunidad. Se produce un quiebre, una ruptura con el antiguo esquema de una
religión adscrita al estado, de la unidad de la autoridad espiritual y temporal.
En cuanto al derecho natural, encontramos en el pensamiento cristiano una continuidad
con planteamientos anteriores. (Leer: Mateo, 8,11-12; Gálatas, 3,28; Romanos, 2, 12-15; I
Corintios, 7, 20-24, y 12,13.) .
§ 37. La división propiamente cristiana entre una calidad espiritual y temporal del hombre
(naturaleza dual) se ve bien expuesta en la obra de San Agustín, La Ciudad de Dios. Su
filosofía de la historia ubica a la comunidad cristiana como una etapa superior en el desarrollo de
la espiritualidad del hombre. La sujeción política ( y con ella toda forma de organización
13
política) es producto del pecado, y por tanto la comunidad política será superada por la
comunidad cristiana, la civitas dei, al desaparecer aquél. Un verdadero estado tiene un fin ético
de justicia, y en esa medida, requiere de una autoridad cristiana y una unidad de fe cristiana. Un
orden político pagano niega a Dios lo que le corresponde: el culto. Con mayor razón, pues, será
injusto con los hombres.
La vida en la comunidad cristiana reconoce sobre cualquier otro interés los intereses
espirituales; la finalidad del estado debe orientarse en ese sentido. San Agustín comparte el
pensamiento de San Pablo: “todo poder viene de Dios”, pero el orden temporal debe someterse a
las exigencias impuestas por la condición espiritual del hombre. De la misma manera, la
jerarquía eclesiástica tiene una tuición sobre el alma del gobernante.
§ 38. Gelasio I expone en forma acabada la doble sujeción bajo la que se hallan los hombres;
los intereses espirituales, la salvación, constituyen la jurisdicción de la Iglesia, que vela por ellos
principalmente a través de la enseñanza. El mantenimiento de la paz, orden y justicia
corresponden al gobierno civil. En cada ámbito, respectivamente, los hombres se encuentran
sujetos a la potestad de la Iglesia, y a la del magistrado del gobierno civil quien, en cuanto
pecador, también se encuentra sujeto a la autoridad de la Iglesia, la que responde por su alma (en
el entendido de que se trata de un gobernante cristiano). Esta doctrina es conocida como la
Doctrina de las Dos Espadas.
2.1 Antecedentes
Características del período (§ 39, §40). Las tendencias del pensamiento político medioeval (§41).
.-una vertebración de las ideas jurídicas y políticas de los pueblos germánicos. Se suponía que
entre el derecho consuetudinario del pueblo, y las normas derivadas de los preceptos teológicos
no había contradicción. En el universo jurídico de los germanos la idea de legislación y
soberanía no jugaban ningún papel; el derecho, por ser del pueblo, no se ‘hacía’, mas bien se
‘vivía’. Cuando realmente se innovaba, para dar legitimidad, se recurría a la ficción de que sólo
se declaraba o constataba que existía una norma de derecho tradicional: el derecho se
“descubría”. No se aceptaba la forma actual de generar el derecho. Tampoco era aceptada la idea
de soberanía, el que existiera un poder público con amplias facultades para gobernar. El rey tenía
que negociar cualquier poder que tuviera; no se concebía la idea de un poder sin otro por encima;
la autoridad política no tenía atribuciones como la extractiva (cobro de impuestos), por
ejemplo:se tributaba a los señores, de los que el rey era el principal; no era soberano en el
sentido moderno;
.-la institución del feudalismo; tipo de organización política predominante en la Edad Media. A
la caidea del poder central de Roma, los señores buscan una forma de orgnizarse que les diera
protección. Se encomiendan a señores mas poderosos, quienes les ofrecen protección. A cambio,
el vasallo debe acudir al auxilio militar cuando sea requerido por su señor. Posteriormente, este
lazo de lealtad recíproca se ve complementado con la entrega, por parte del señor, de un cargo, o
una extensión de tierra, en beneficio del vasallo; este es el feudo, que le da su nombre a la
institución. Es un sistema donde no existe una autoridad central y no hay condiciones para el
funcionamiento de un Estado como lo concebimos hoy.El orden feudal es un elemento de
organización política que interpone una fuerte barrera entre la posibilidad de un poder central y
los individuo; no existe un único poder al que todos los individuos estén subordinados, sino que
una serie de jerarquías;
.-un sistema social altamente desigualitario, donde coexisten diversos estamentos; nobleza, clero,
burguesía, villanos, entre los hombres libres, y una extensa masa de personas con grados de
libertad disminuida, dentro de las cuales se encuentran siervos en diversos grados de
dependencia, algunos, incluso, en un grado que hoy llamaríamos de verdadera esclavitud.
§ 41. Durante este período, el debate político no sólo gira en torno a la dualidad autoridad
temporal- autoridad espiritual, sino también en torno a la justificación del poder del gobernante
temporal. Dos grandes corrientes se enfrentan aquí. La primera corriente está constituida por las
ideas afirmadas por el papado y los gobernantes para legitimar en nombre del cristianismo su
derecho a ejercer el poder . Básicamente, postula que el gobernante es una especie de delegado
de Dios, y recibe el poder directamente de la Divinidad, debiendo sólo responder a ella (postura
denominada “teocrática descendente”). Hay que consignar que esta pretensión se estrelló en la
práctica con la realidad contingente medieval, no propicia para afirmar un poder absoluto, y sólo
alcanzará algún vigor en los inicios del Estado Moderno, en el período del Absolutismo.
La segunda posición postula que el poder de gobernar lo otorga Dios al gobernante, pero
a través del pueblo (teoría populista ascendente) . Esta posición tiene un asidero más real en el
contexto medieval: el feudalismo como cadena de obligaciones personales no se opone a una
entrega de facultades hacia arriba o un ámbito reducido de participación. Se ve que; en el caso de
las ciudades, el estamento burgués entra a negociar garantías, cartas de derechos con el rey.
§ 42. Nace en el castillo de Roccasecca, cerca de Nápoles, el año 1225, hijo de Landolfo de
Aquino y Teodora de Teate. De familia noble, fue educado desde los 5 años por los monjes
benedictinos.Hacia los 11 o 12 años pasa a la Facultad de Artes de la Universidad de Nápoles,
donde estudia gramática y lógica. Entre 1243 y 1244 ingresa a la orden de los Dominicos.
Prosigue sus estudios en filosofía y en el 1248, en Colonia, pasa a ser discípulo de Alberto de
Bollstädt (Alberto Magno). Es ordenado sacerdote en 1251. Con 27 años inicia sus labores de
docencia en la Universidad de París, como maestro auxiliar, concediéndosele en 1256 la licencia
para enseñar con cátedra propia. Enseña allí durante tres años y luego retorna a Italia, llamado a
la Corte Papal. De regreso a París en 1269 da su batalla decisiva en la disputa entre las escuelas
17
§ 43. Santo Tomás no plantea una teoría política en el sentido moderno de la palabra; no hay de
él una obra trascendente sobre el tema político, con excepción del opúsculo Sobre el Gobierno
de los Príncipes, obra menor, de carácter didáctico, que pertenece al género literario de ‘espejo
de príncipes’; libros que enseñaban un modelo a ser seguido por los gobernantes.
Puede decirse que el fenómeno político sólo interesa a Santo Tomás en la medida en que
integra un orden universal, ya que él se preocupa básicamente de elaborar una explicación global
de la verdad, desde el Creador hasta su Creación, con principios válidos para todo el universo
conocido a su época.
De diversos aspectos de la organización política Santo Tomás se ocupó en escritos
distintos, de manera dispersa y fragmentaria. Los más importantes son:
1.-Comentarios a Cuatro Libros Sentenciarios de Pedro Lombardo (1253 a 1255);
2.-Comentario a la Etica Nicomaquea de Aristóteles (1261 - 1264);
3.-Sobre el Gobierno de los Príncipes (De Regimine Principium: citado DRP). No le es atribuible
en su integridad sino hasta el cap.IV del Libro II. El resto se atribuye a uno de sus discípulos;
4.-La Summa Teológica ( su obra principal );
5.-Comentarios a la Política de Aristóteles; Libros I,II,III y IV. (El resto atribuible a algún
discípulo);
6.-La Summa Contra Gentiles.
Luego, en este caso corresponde a Dios, y siendo Éste eterno, lo serán también los dictados de su
razón. Luego, la ley eterna no es sino la razón del gobierno de las cosas en Dios. Regula todo
lo existente: es la racionalidad divina que Dios ejerce como príncipe de lo existente. Todas las
cosas llevan impresas en sí la ley eterna, como inclinación a los propios actos y fines. Pero el
hombre, a diferencia de otros seres, participa en alguna medida de la racionalidad divina; hay
una parte de la ley eterna a la cual no responde sino en cuanto ser racional y libre, y por lo
mismo, puede llegar a conocerla y seguirla, sin estar predeterminado a ello. Esta parte de la ley
eterna de la que el hombre alcanza a participar racionalmente es la ley natural: la participación
de la ley eterna en la creatura racional .
La razón humana debe proceder desde los preceptos de la ley natural, como de ciertos
principios comunes e indemostrables, a otras disposiciones más particulares. Estas, a las que se
llega por un esfuerzo de la razón, tienen, como toda ley, que estar ordenadas al bien común y
deben ser promulgadas. La ley humana, aquella promulgada por el gobernante temporal,
deriva de la ley natural de dos maneras:
i) como consecuencia de un principio que contiene la ley natural, esto es, por vía de conclusión.
Así, el mandato “no matarás” es una consecuencia del principio de la ley natural según el cual no
se debe hacer mal a nadie. En este caso la ley humana participa de la fuerza misma de la ley
natural;
ii)como determinación particular de un principio indeterminado: por vía de determinación. Por
ejemplo, la condenación a tal o cual pena determinada; se trata de la determinación de un
principio general que declara que aquel que agravia a otro debe ser castigado, pero no establece
con qué pena. En este caso la ley sólo recibe su fuerza del legislador humano; el determinar el
grado de la pena o el monto de los impuestos queda entregado a la prudencia gubernativa, ya que
nada dice la ley natural sobre esto.
Eso sí, siempre hay que considerar que la ley humana no puede estar en contradicción
con la ley natural, ya que en ese caso no sería ley, sino corrupción de la ley.
En un orden distinto encontramos la ley divina, que es aquella que conduce al hombre a
su salvación, a su perfección sobrenatural. “Como el hombre se ordena al fin de la felicidad
eterna, la cual excede toda proporción da las facultades humanas naturales, por ello fue necesario
que, sobre la ley natural y humana, fuera dirigido a su fin último por una ley dada por Dios.”
La ley divina también orienta en algún sentido la ley humana, pero su mayor importancia
radica en completarla. La ley humana prescribe para actos externos, del ámbito de la vida activa;
la ley divina prescribe para el ámbito de los actos y movimientos interiores: por la ley divina se
prohiben los pecados. Aquellos preceptos de la Revelación que no constituyen necesariamente
principios de la ley eterna o de la ley natural, son de ley divina.
§ 47. En cuanto a la obediencia a la autoridad, para Santo Tomás existen dos tipos de sujeción:
a) la sujeción civil (a la autoridad): es naturalmente necesaria para obtener el bien común; no hay
un orden natural de carácter no político (en oposición a pensadores posteriores que postulan un
orden natural no político). Este orden natural existiría aún sin pecado: la política no es
consecuencia del pecado del hombre. Aún sin pecado sería necesario un orden político a cargo
de los más dotados. (Se desprende de esto que los hombres no son naturalmente iguales:
contexto medieval). Solamente unos pocos hombres, (los santos) están en un nivel de perfección
tal que pueden alcanzar el bien fuera de la sociedad, dedicándose sólo a la vida contemplativa,
con prescindencia de la vida activa.
b) la sujeción servil: en ésta, un hombre es degradado a la condición de instrumento de otro para
bien del amo. Esta sujeción es, para Santo Tomás, consecuencia del pecado. Hay tal sujeción en
la medida en que el hombre es imperfecto: no la justifica ni la condena.
§ 48. Santo Tomás está con la teoría del origen divino de la autoridad temporal, pero asume
una posición moderada (se ubica dentro de la doctrina populista ascendente)..
El tema de la relación entre autoridad política y eclesiástica no lo trata en forma
sistemática. En DRP adhiere a la concepción dual de autoridad. Los dos tipos de autoridad
convergen en Dios mismo, ya que Cristo es rey y sacerdote; por lo tanto, todos están sometidos a
la autoridad del vicario de Cristo: el Papa. Esto no significa que Santo Tomás postule una
teocracia universal. El Papa no ha de ser un supergobernante; sólo se postula una autoridad
indirecta. La Iglesia vela por la defensa de ciertos valores básicos de manera que los gobernantes
promuevan el bien común con una esfera de autonomía. En casos límites, el mal gobernante
puede ser excomulgado. Bajo esta sanción, quedaría depuesto del cargo.
Por otra parte, el poder también se funda en la comunidad. Esto no alcanza a ser una
teoría democrática; es más bien una afirmación de la necesidad que tiene el gobernante de
contar con el consentimiento de los gobernados, y una confirmación de la idea de constitución
mixta. En teoría, la mejor forma de gobierno es la monarquía. Santo Tomás explica que el
universo es gobernado por una sola persona. En todo gobierno la misión fundamental y primera
es introducir la unidad y como consecuencia de ésta surge la paz. De esto Santo Tomás infiere
que una multitud se gobierna mejor por uno que por varios. Junto al gobierno monárquico, no
obstante, Santo Tomás admite otros elementos: en relación con el buen ordenamiento del poder
se debe considerar quiénes deben participar en el gobierno y la forma en que éste se organiza.
Señala que el mejor resultado se obtiene de una mezcla de elementos; una persona a la cabeza,
una aristocracia participativa de acuerdo a la virtud y la participación del pueblo (en sentido
restringido) en la elección de los príncipes. En este último aspecto se divisa el principio de
gobierno por consentimiento.
§ 49. La monarquía es limitada por la influencia de varios factores y por estar el gobernante
bajo el imperio del derecho . Éste tiene dos formas de manifestación:
14
§ 50. Santo Tomás es claro y específico en su afirmación de la doctrina que la autoridad del
gobernante es derivada del orden divino, que la obediencia es un requerimiento para el cristiano
y que la desobediencia, y en general, volverse contra la autoridad, atenta contra la unidad del
cuerpo político, y es un pecado mortal: pero es igualmente claro en el sentido que el cristiano
sólo esta ligado a la obediencia en la medida en que es preciso en un orden de justicia: los
sujetos no están obligados a obedecer a un usurpador, o a quien vuelve antijurídico su gobierno.
El gobernante que desatiende el bien común, o que sólo gobierna en su beneficio particular, es, a
su vez, sedicioso: socava la unidad de la sociedad, desprecia la justicia.
14Observar aquí que no se usa la expresión “derecho” en el sentido que lo hace el propio Santo Tomas, sino como
conjunto de reglas juridicas. Para Santo Tomas derecho es lo que corresponde a cada uno, lo justo.
20
En los Comentarios a las Sentencias de Pedro Lombardo, el Aquinate expone que a los
príncipes se les debe obedecer en todo aquello en que su autoridad proviene de Dios. Y el poder
no proviene de Dios cuando hay defecto, ya sea en su adquisición, ya sea en su ejercicio.
Hay defecto en la adquisición, si la persona que lo adquiere es indigna: pero esta
indignidad no le priva del derecho a ser obedecida por sus súbditos. Si el defecto está radicado
en el modo mismo de adquirir el poder, como por ejemplo, cuando se obtiene el poder por
violencia o traición, en este caso el príncipe es un usurpador, no es verdadero señor, y sólo puede
llegar a serlo por la legitimación proveniente de una autoridad superior o por consentimiento de
sus súbditos. Si hay defecto en el ejercicio del poder, no hay deber de obediencia.
§ 51. Habría que considerar medidas para evitar que ocurra lo anterior: en primer lugar, una
acertada designación del príncipe (idea de monarquía electiva); luego, el templar el poder
mediante una organización adecuada, sin que Sto. Tomás explicite qué forma de organización.
Si el gobernante deviene en tirano, a pesar de todas las precauciones, los remedios
correctivos propuestos por Santo Tomás deben ser examinados cuidadosamente:
i) En DRP, expresa que sería preferible, por algún tiempo, soportar la tiranía, si no es demasiado
grave, antes que conspirar contra ella, a fin de evitar males más temibles que la misma tiranía,
como serían su recrudecimiento, si la conspiración fracasa, la aparición de un tirano peor, o la
disolución de la unidad política.
ii) Si la tiranía es insoportable, o parece prolongarse indefinidamente, habría que proceder contra
el tirano. Esto no seria sedición, en cuanto el tirano es en sí sedicioso: se trataría de represión a la
sedición. La forma de este proceder tiene dos versiones en la obra de Sto. Tomás. En los
Comentarios a las Sentencias de Pedro Lombardo, Sto. Tomás parece llegar tan lejos como para
dar su aprobación al principio de que es legítimo matar al tirano (específicamente, al usurpador):
por lo menos cita, sin expresar su rechazo, un pasaje de Cicerón que señala que quien, con la
intención de liberar a la patria, mata a un tirano usurpador, “es alabado y recibe premio”.
Algunos sostienen que Sto. Tomás acepta esto para el caso en que el tirano hubiese obtenido el
poder con violencia, en contra de la voluntad de los súbditos, y no existiese una autoridad
superior a la cual recurrir. Carlyle, por su parte, opina en relación a lo que se expresa a
continuación, que ello no expone el pensamiento maduro del Aquinate.
iii) En DRP, la muerte del tirano por iniciativa privada está expresamente proscrita. El Santo
señala que ella es contraria a la enseñanza apostólica: sería peligroso, no sólo para los
gobernantes, sino también para el pueblo, el que quedara entregado al juicio particular el
determinar si un gobernante debe ser asesinado, porque hombres malos podrán encontrar
siempre cualquier gobierno no menos opresivo que el de un tirano. Luego, sólo cabría proceder
contra el tirano al amparo de la autoridad pública. Aquí Santo Tomás distingue: si el derecho de
instituir al príncipe pertenece a la comunidad, ésta puede moderar el poder del rey, o destituirle,
aún cuando le hubiere prometido perpetua sumisión. Si el derecho de instituir al rey pertenece a
otra autoridad, hay que solicitar a ella remedios para la tiranía. Si ninguna de estas vías es
posible, al pueblo sólo le quedaría soportar la tiranía y orar a Dios para que le ponga fin.
iv) Por último, sobre un juicio de carácter social amplio, existe el derecho de resistencia, bajo la
condición de que sea debidamente organizada. La muerte del tirano no es lícita, no es un fin que
se pueda perseguir: pero de hecho puede producirse, como consecuencia de la fuerza derivada de
su resistencia, así como de hecho eventualmente pueden morir algunos de los que lo van a
deponer.
§ 52. Santo Tomás señala que la ley natural prescribe que las cosas están bajo el dominio del
hombre para su servicio. Sin embargo, nada hay que indique qué forma ha de asumir esa
propiedad: si privada o común. El Aquinate distingue entre propiedad (dominio) y uso de las
cosas. Respecto de la propiedad, se inclina por la propiedad privada por tres razones. En primer
lugar, porque introduce un elemento de eficiencia: cada uno se preocupa más por lo suyo que por
lo de los demás, aún bajo la forma de una propiedad común; en segundo lugar, por una razón de
orden, si cada uno se dedica a sus propios asuntos; y por último, porque la propiedad privada
lleva a una convivencia pacífica, si cada uno se contenta con lo que tiene.
En lo que respecta al uso, su posición es distinta: éste debe ser común, nadie debe
pretender un uso exclusivo sobre las cosas de su propiedad.
21
Temas de discusión
¿Qué otros ejemplos puede encontrar Ud. para la noción de “unidad de orden” con la que Sta.
Tomás explica la comunidad política?
Compare la postura de Sto. Tomás, sobre la autoridad, con el pensamiento de San Pablo.
¿Son coincidentes?
Investigue cual es la posición actual de la Iglesia sobre la resistencia a la autoridad injusta.
¿La comparte Ud.?
3.1 Maquiavelo
Datos biográficos (§ 53) Objetivo y método de su obra (§ 54) La política como ciencia: la técnica
política y la moral (§ 55, § 56, § 57) Finalidad política: el Estado nacional y la república (§ 58).
§ 53. A la caída de los Medici, Niccolo Macchiavelli (Florencia, 1469 - 1527) es nombrado
secretario del gobierno del Consejo de los Diez, a los 25 años. Luego, desde 1498 y hasta 1512,
desempeña el cargo de embajador en diversos Estados de Italia, y en Alemania y Francia. Al
regreso de los Medici al poder, caído en desgracia, escribe hacia 1513 dos de sus obras más
importantes: Los Discursos sobre las Décadas de Tito Livio, y El Príncipe, cuyo verdadero
nombre en realidad fue en su origen De Principatibus, De los Principados.
§ 54. Maquiavelo se destaca por haber introducido el término “lo Stato”, el Estado, en la
terminología de la Ciencia Política. Con esta expresión alude al núcleo de poder en manos de un
monarca o un grupo de personas, desvinculándolo de expresiones tales como “reino” o
“principado”, usadas hasta entonces. A partir de este autor el Estado recibe su denominación
como entidad de poder político concentrado en un espacio determinado, conservándola hasta el
día de hoy.
La obra de Maquiavelo esta marcada por diversos rasgos:
.-por una parte, constituye un estudio de la técnica de la utilización del poder, las causas de su
declinación, y las formas en que debe conducirse el gobernante para mantenerlo e incrementarlo;
.-por otra, ¿cómo explicar que Maquiavelo introduzca el término Estado en la realidad italiana
que justamente no había llegado a la concentración de poder territorial de otras entidades, sino
que se encontraba dividida? Pues bien, precisamente se encuentra en la obra de Maquiavelo,
como un proyecto político nacional, la idea de la formación de un ‘Estado italiano’, a través de la
superación de las distintas entidades existentes en la península: Venecia, en el norte, Milán en el
noroeste, en el centro Florencia y los Estados Pontificios, en el sur Nápoles.
.- desde el punto de vista del método, Maquiavelo escribe su obra sobre la base de sus
experiencias personales y desarrolla sus ideas a partir de la observación de la Historia Antigua.
Explica lo fenómenos de su tiempo, y propone soluciones, a partir de las enseñanzas que extrae
del pasado..
.- desde un punto de vista personal, dedica su obra a Lorenzo de Medici con la intención de
recobrar su favor. En la dedicatoria de El Principe se presenta como alguien cuya experiencia en
la política activa puede ser aprovechada por un príncipe que quiera tomarla a fin de alcanzar
grandeza.
§ 55. Destaca en la obra de Maquiavelo su carácter amoral. Para algunos, era un cínico
absoluto. Sin embargo, esta afirmación no parece ser la más acertada. Es probable que una
apreciación más correcta sea la que estima a Nicolás Maquiavelo como un empirista que, a su
propia experiencia en el campo político, unía un vasto conocimiento de la historia política. Si a
22
política no es, como en la teoría cristiana, el bien común, sino que el acceso al máximo
desarrollo de poder en manos del gobernante, a fin de que éste desarrolle una misión
civilizadora; ya para la formación de un Estado, o para la regeneración de un pueblo corrompido.
En ambos casos habría que recurrir al gobierno de la fuerza para que el gobernante pueda
imponer su autoridad o regenerar al pueblo, o bien para la organización de un sistema
republicano, esto último en caso de que el pueblo muestre un grado aceptable de virtud, y exista
algún grado de participación.
§ 56. Así las cosas, se puede llegar a una contradicción entre los medios para alcanzar tal
finalidad, y la moral. Este es el punto medular de la doctrina de Maquiavelo, quien en el
capítulo XV de El Príncipe señala:
“Nos queda por tratar de la conducta que ha de seguir un príncipe con sus
súbditos y amigos. Muchos han escrito ya de esta cuestión y yo lo haré también
discrepando de ellos, aun cuando por ello se me considere petulante. Mi propósito
es presentar las cosas como son en realidad, y no como las cree el vulgo. Hay
quienes ven en su imaginación repúblicas y principados como jamás existieron en
la realidad”.
En otras palabras, Maquiavelo se sitúa describiendo la práctica seguida por los políticos
de su tiempo, y de acuerdo a eso sostiene:
“Tal es la diferencia entre el cómo se vive y el cómo se debiera vivir, que el
que prefiera lo que debe hacerse a lo que se hace en realidad corre a su ruina,
segura e inevitable. El hombre que quiere conducirse siempre con honestidad será
la víctima de tantos otros como son malos. Así, el príncipe que quiera triunfar ha
de saber ser malo, y usar de este conocimiento si lo necesita para defender sus
intereses.
Dentro de este contexto, los medios constituyen una consideración de carácter táctico; si
un proyecto político es compatible con la moral, ello es bueno; Maquiavelo lo celebra. Sin
embargo, si se opone a la moral, en razón de los intereses superiores que persigue la política,
habría que aceptar medios no morales, cuidando eso sí que éstos, a su vez, no tengan un efecto
negativo sobre el poder del gobernante. Por esto, en su concepto, ha de evitarse en lo posible
dañar el honor, la mujer y la propiedad ajena.
Maquiavelo es quien aporta las bases de lo que después se conocerá como la Teoría de la
Razón de Estado, que afirma que el comportamiento político sigue reglas diferentes a las de la
moral individual; si hay pugna entre ambos códigos éticos, debe prevalecer el del Estado. Luego,
el mejor hombre no es necesariamente el mejor gobernante.
§ 57. Maquiavelo dice plantear la “verita effetiva”, la ‘verdad verdadera’, la diferencia entre lo
que se vive, que es lo real, y cómo se debería vivir, que muchas veces es una ficción irrealizable:
la bondad sucumbe ante una realidad mala (cap. XV, ya mencionado). Por esto, se ha dicho que
Maquiavelo es el fundador de la Ciencia Política contemporánea, desde el momento en que es el
primero que conscientemente separa la descripción de los hechos de la vida política (aspecto
ontológico), de las consideraciones sobre su bondad o maldad (aspecto deontológico).
Las vicisitudes de la vida se podrían explicar, según el Florentino, por la conjugación de
tres variables:
.-la virtud política, entendida como el saber hacer las cosas, una técnica para lograr un
determinado fin de poder;
.- la fortuna, o poder de las circunstancias ,y
.- la necesidad: si la virtud política puede acercarse a la moral, bueno es; en la medida en que ello
no sea posible, la virtud política ha de actuar según la necesidad política, ya que ésta es la
justificación suprema del gobernante.
15 “...porque cuando de la resolución que se tome depende la salvación misma del país, no cabe detenerse por
consideraciones de justicia o injusticia, de humanidad o crueldad, de gloria o de infamia. En casos tales es
indispensable salvar, ante todo y por encima de todo, la existencia y libertad del país” Extracto de Los Discursos,en
Sabine pág. 278.
23
el empleo de medios extraordinarios cuando se trate de crear o salvar un reino (el caso planteado
por Maquiavelo es la muerte de Remo a manos de Rómulo).
Tema de discusión
En una de sus obras de la serie Fundación, Isaac Asimov pone en boca de Salvador Hardin la
siguiente expresión “Nunca dejes que tu sentido de la moralidad te impida hacer lo que está
bien”. ¿Cómo, precisamente, relacionaría Ud. esta oración con el pensamiento de
Maquiavelo?
3.2. Jehan Bodin (Juan Bodino)
§ 59. La obra de este autor francés (1529/1530 a 1596) se destaca en el pensamiento político
por ser la elaboración más sistemática sobre la noción de soberanía, acorde a las características
que el poder de los monarcas había adquirido por el tiempo de su publicación en 1576. El
interés de Bodino, al momento de elaborar y publicar su obra, corresponde a su posición política
dentro del grupo de Les Politiques, Los Políticos, un grupo de católicos franceses que, en las
violentas luchas religiosas que azotaron a Francia en el siglo XVI, postula la necesidad de una
autoridad fuerte, que sea capaz de instaurar el orden, por sobre las partes en conflicto (aún
cuando esto implique reconocer un cierto grado de tolerancia, lo que les valió el rechazo del
resto del bando católico en los conflictos de su tiempo)
Bodin define a la República como “el justo gobierno de varias familias y lo que les es
común, con potestad soberana”. Aparece así el concepto de soberanía como un concepto
unificador dentro de la idea de República o comunidad política. En efecto, Bodin reconoce y
16 Los Discursos.... en Sabine, pág. 275
24
admite que existen múltiples formas de organización, como las familias, los gremios o
corporaciones, etc. Pero es solo la existencia de una entidad dotada de poder soberano que la que
puede denominarse República (hoy diríamos que está hablando del Estado).
Soberanía, según Bodin, es el poder supremo sobre los ciudadanos y súbditos, no
sometido a leyes” (summa in cives ac subditos legibusque soluta potestas; en la edición francesa,
puissance absolue et perpétuelle d’une république). A partir de este concepto se ha identificado
tradicionalmente las tesis de la soberanía de Bodin con las de un postulado de soberanía
absoluta. Sin embargo ello no es del todo exacto. Lo que Bodin sostenía era que este poder
absoluto se encontraba libre de toda dependencia respecto de otros poderes (ej. El Imperio, las
corporaciones, la Iglesia); y que no se encontraba sometido a las leyes en cuanto su principal
atributo era, precisamente, crear las leyes. Sin embargo, Bodin sostiene por una parte que el
Soberano responde ante Dios y debe obediencia a las leyes naturales. Por otro lado, alza como
una barrera infranqueable para el poder soberano la propiedad privada, la que no podría ser
afectada sin consentimiento del propietario (así como tampoco podían cobrarse tributos sin este
consentimiento). Por último reconoce la existencia de leyes inmutables aun por la soberanía,
denominadas leyes imperii, relativas a la organización del reino. De lo anterior resulta necesaria
una relativización del carácter absoluto de la soberanía en las tesis de Bodin. Ciertamente predica
un poder ilimitado; pero ello solamente respecto del orden legal, reconociendo un orden
extralegal que limita el poder del Soberano y que, en la fórmula de este pensador, es bastante
extenso (ley natural, leyes imperii, propiedad privada).
No obstante lo anterior, a partir de Bodin el pensamiento político ha debatido
profusamente acerca de la idea de soberanía absoluta y de soberanía limitada. La primera pudo
asociarse, mas que a la obra de este autor, a la manifestación histórica del Absolutismo
Monárquico; pero hoy por hoy se acepta que sólo la soberanía limitada es compatible con un
Estado de Derecho. El otro problema que plantea esta teoría es que surge para explicar atributos
centralizados en un monarca como instancia de decisión: posteriormente, cuando se difunde la
idea de la soberanía popular, con Rousseau, se torna un problema el cómo hacer efectiva la
soberanía por parte de un titular colectivo como lo es el conjunto de ciudadanos, el pueblo.
§ 62. Dos ideas se encuentran a la base del pensamiento de Hobbes sobre el ser del hombre: su
concepción del hombre como un ser esencialmente egoísta, y la idea de que los hombres, al
menos en dos aspectos, son iguales entre sí.
Esencial en el pensamiento de Hobbes es su noción del hombre como un ser egoísta. El
hombre opera en base a mecanismos individuales de estímulo-respuesta; trata de evitar estímulos
desagradables y de prolongar los agradables. Es un hedonismo bastante crudo en su formulación.
Todos los hombres, señala Hobbes por otra parte, comparten una igualdad natural en dos
aspectos:
hombres como pueda, durante el tiempo necesario, hasta que no vea otro poder
suficientemente grande que pueda constituir un peligro real para él.
Por otra parte los hombres no experimentan placer alguno en la compañía
de otros, sino todo lo contrario, grandes desagrados cuando no existe un poder
capaz de dominar a todos por el temor reverencial que inspira. Porque cada
hombre espera que su compañero lo estime en la medida en que él se estima a si
mismo. Y frente a todos los signos de desprecio o subestimación intenta, en la
medida en que es capaz de atreverse a ello, arrancar una mayor valoración de sus
contrincantes infligiéndoles un daño, y de los demás por medio del ejemplo.
§ 63. Por ello manifiesto que durante el tiempo que los hombres viven sin un
poder común que los atemorice a todos, se encuentran en esa condición que se
llama guerra; una guerra tal que es de todos contra todos. Porque la guerra no
consiste solamente en batallar o en el acto de luchar, sino que se da en ese lapso
de tiempo en que la voluntad de luchar es suficientemente conocida.
Por consiguiente, todo aquello que es propio de un tiempo de guerra,
durante el cual cada hombre es enemigo de los demás, también ocurre en el
tiempo en que los hombres no viven en otra seguridad sino en aquella que su
propia fuerza e inventiva pueden proporcionarles.. En semejante situación no hay
lugar para la industria, porque sus frutos son inciertos; en consecuencia, no hay
cultivo de la tierra, ni navegación, no goce de bienes que pueden importarse por
mar, ni viviendas confortables, ni instrumentos para mover y remover aquellas
cosas que requieren mucha fuerza, ni conocimiento de la faz de la tierra, ni
cómputo del tiempo, ni artes, ni letras, ni sociedad; y lo que es peor de todo, existe
continuo temor y peligro de morir en forma violenta; y la vida del hombre es
solitaria, pobre, tosca, brutal y breve.
Quizás puede pensarse que nunca hubo un tiempo o una condición de
guerra semejante, y yo creo que nunca ocurrió generalmente así en todo el
mundo; pero hay muchos lugares donde los hombres viven ahora de ese modo. En
efecto, los pueblos salvajes en diversas regiones de América, exceptuando el
gobierno de las familias pequeñas cuya concordia depende de la lascivia natural,
no tienen gobierno alguno y viven hoy de ese modo brutal que mencione
anteriormente.
Sin embargo, aunque nunca haya existido un tiempo en que los hombres
particulares se encontrasen en una situación de guerra de uno contra otro, en
todos los tiempos, los reyes y personas revestidas con autoridad soberana, debido
a la independencia que poseen, se hallan en un estado de continua enemistad, en
situación y actitud de gladiadores, con sus armas preparadas y sus ojos fijos uno
en otro. Sin embargo, debido a que de esa manera ellos defienden la industria de
sus súbditos, no resulta de ello la miseria que acompaña a la libertad de los
hombres particulares.
De esta guerra de todos contra todos también se sigue esta consecuencia: que
nada puede ser injusto. Las nociones de bien y mal, injusticia y justicia, no tienen
allí lugar. Donde no existe un poder común, no hay ley; donde no hay ley, no hay
injusticia. También es consecuente con esa misma situación que no existan
propiedad ni dominio, ni mío ni tuyo; a un hombre sólo, le pertenece aquello que
puede tomar, y sólo durante el tiempo que puede conservarlo.
27
Cap. XIV
El Derecho de Naturaleza es la libertad que cada hombre tiene de usar su
propio poder como quiera, para la conservación de su propia naturaleza, es decir,
de su propia vida, y por consiguiente, para hacer todo aquello que su propio
juicio y razón considere como los medios mas aptos para lograr ese fin.
Ley de Naturaleza es un precepto establecido por la razón, en virtud del
cual se prohibe a un hombre hacer lo que puede destruir su vida o lo que puede
privarle de medios para conservarla, u omitir aquello mediante lo que piensa que
su vida puede quedar mejor preservada”.
“1ª Cada hombre debe esforzarse por la paz mientras tiene la esperanza de
lograrla y cuando no puede obtenerla, debe buscar y utilizar todas las ayudas y
ventajas de la guerra;
2ª Que uno acceda, si los demás consienten también, y mientras se considere
necesario para la paz y defensa de si mismo, a renunciar a este derecho a todas
las cosas y a satisfacerse con la misma libertad, frente a los demás hombres, que
les sea concedida a los demás con respecto a él mismo.
3ª Que los hombres cumplan los pactos que han celebrado.”
Pero atendido a que la renuncia sólo podría hacerse en virtud de un pacto, y que un pacto
en el estado de naturaleza sería nulo por las posibles sospechas de incumplimiento, la única
forma de satisfacer estas leyes es a través de un pacto de renuncia que al mismo tiempo
instituya una autoridad que garantice su cumplimiento con una fuerza mayor que la de los
obligados. Señala Hobbes: “los pactos que no están respaldados por la espada son sólo palabras y
no tienen fuerza alguna para proteger al hombre”.
Esto implica que las condiciones en las que podemos confiar en otros dependen de la
creación de un poder coercitivo.La fuerza de la razón debe reforzarse con la de la coacción. (‘A’
sólo puede confiar en ‘B’ si existe un ‘C’ que garantice las promesas formuladas ) Para evitar
que las pasiones y conflictos que dividen a los hombres se traduzcan en medios violentos y
hagan estéril el cumplimiento del pacto de renuncia, es imprescindible concentrar todo el poder
en manos del soberano, que sólo puede ser eficaz en su misión de protegernos a todos si tiene el
monopolio de la fuerza. Así, el pacto de renuncia a nuestro derecho a la guerra para conseguir
nuestros fines necesariamente implica abandonar este poder en una instancia que centralizará la
suma de los poderes individuales y podrá así imponerse sobre cualquier individuo en particular.
Esto lleva al establecimiento de un Leviathan, un gobierno que tiene en sus manos todo el poder
natural que los súbditos le han cedido al soberano. Es, según Hobbes, un verdadero dios mortal.
§ 65. La fórmula de este pacto sería: “Autorizo y transfiero a este hombre o asamblea de
hombres mi derecho a gobernarme a mi mismo, con la condición de que vosotros transferiréis a
él vuestro derecho y autorizaréis sus actos de la misma manera”. Como se observa, la renuncia al
28
§ 66. Hobbes define al Leviathan (hoy diríamos: poder estatal) de la siguiente manera: “Una
persona de cuyos actos una gran multitud, por los pactos recíprocos de sus miembros, ha sido
instituida por cada uno como autor, con el fin de que pueda emplear la fuerza y los medios de
todos, como lo estime conveniente, para asegurar la paz y defensa común”. (Leviathan cap.
XVII)
El Leviathan se fundamenta en un acuerdo de voluntades, que establece tanto la
sociedad como el gobierno mismo (nacen al mismo tiempo). La falta de gobierno implica recaer
en un estado no social (un estado de guerra, que es un conjunto de condiciones que prevalece
cuando un orden social se quiebra, y que es una posibilidad siempre latente).
Cualquiera sea el gobierno, éste debe tener un control absoluto sobre los cuerpos
intermedios, para establecer el orden. No cabe la idea de un pluralismo social. Sin embargo, en la
evaluación moderna, hay autores que sostienen que el Leviathan no es totalitario, sino
autoritario, garante de la prosecución individual de los propios intereses; no es intervencionista,
sólo interviene cuando atisba principios de subversión. A esto puede responderse que, en
principio, y siendo un gobierno absoluto, siempre podría devenir en totalitario ( si bien esa no es
la idea de Hobbes). En todo caso, si está claro que el Leviathán no es un gobierno sujeto a
derecho.
Si gobierna un monarca éste se preocuparía de proteger al común de la gente contra los
abusos de la nobleza; pero la burguesía no ha de entrometerse en los asuntos políticos. Si
gobierna una asamblea, se acorta la diferencia entre gobernantes y gobernados.
No hay derecho a rebelión; sin embargo, la caída del gobierno es una cuestión de hecho.
Si el Leviathan deja de existir, hay que cambiarlo. De lo contrario, sobreviene la destrucción
mutua. No debería haber ningún intento por revivir un Leviathan ineficaz, es mejor buscar otros.
(El argumento de legitimidad no juega papel alguno: sólo importa la eficacia).
Sabine destaca el aspecto individualista de la teoría de Hobbes en materia de pacto de
gobierno y concepción del estado civil.: “Su valor ( el del gobierno) consiste de modo exclusivo
en lo que hace (...). Las ventajas del gobierno son tangibles y tienen que serlo para los
individuos, en forma de paz, comodidad y seguridad para su persona y propiedad. Esta es la
única base que permite la justificación del gobierno y aún su misma existencia. Un bien general
o público como voluntad pública, es ilusión de la imaginación; sólo existen individuos que
desean vivir y gozar de protección para sus medios de vida”. 17
§ 67. Locke escribe en un contexto mucho más pacífico que el de Hobbes. Participa de los
eventos de la Gloriosa Revolución (1688), en que, sin derramamiento de sangre, se sustituye a
Jacobo II (por sus pretensiones de restauración del catolicismo) por Guillermo de Orange, de la
casa de Hannover, y de la formalización del poder del Parlamento a través del Bill of Rights de
1689. Forma parte de la comitiva de Guillermo de Orange al paso de éste a Inglaterra para
asumir la corona junto a María, su cónyuge e hija mayor de Jacobo II (quien, a diferencia de su
padre, era protestante anglicana).
Sus Dos Ensayos relativos al gobierno civil (1690) están destinados a defender los
sucesos y postulados de la Revolución, y el derecho de Guillermo III y María a acceder al trono
inglés, fundado en el derecho de un pueblo para deponer a un gobernante si este se aparta del
encargo para el cual ha sido instituido el gobierno. Para ello las emprende contra un autor de
menor importancia, Robert Filmer, y rebate sus postulados de un derecho monárquico originario
de carácter hereditario.
§ 68. El estado de naturaleza que Locke plantea no es tan caótico como el planteado por
Hobbes; no es lo mismo que un estado de guerra. Existe una Ley de la Naturaleza, que gobierna
el estado natural, y obliga a todos, y que puede formularse así “siendo todos iguales e
independientes, nadie debe dañar a otro en su vida, salud, libertad o posesiones, porque siendo
todos los hombres obra de un Creador omnipotente e infinitamente sabio, y siendo todos
servidores de un único señor soberano, llegamos al mundo por orden suya y para servicio suyo,
como propiedad de ese Creador que nos hizo para que existamos mientras le plazca a El y no a
otro”.
Locke defiende la idea de que alguna vez los hombres puedan haber vivido en un estado
de naturaleza (sin autoridad, sin normas, salvo la Ley de la Naturaleza que Locke considera
vigente aún es esta situación). Sin embargo esta afirmación no varía el hecho de que su
importancia radique en ser un modelo de análisis.
En el estado natural cada individuo es ejecutor de la ley natural: todos tienen derecho a
imponer a quien ha transgredido la ley natural un castigo, el que debe ser proporcional a la
transgresión, y cuya finalidad es la reparación del daño y la represión. Esto trae como
consecuencia que cada cual deviene en juez en sus propias causas, de donde surgen odios y
venganzas.
Para evitar los inconvenientes que surgen cuando, violando la Ley de la Naturaleza, un
individuo de aquellos que viven en este estado de naturaleza (i.e., sin autoridad ni normas) se 18
ubica en un estado de guerra contra los demás, el remedio adecuado es la constitución del poder
19
civil , definido por Locke como “el derecho de hacer leyes que estén sancionadas con la pena
capital y en su consecuencia, de las sancionadas con penas menos graves, para la reglamentación
y protección de la propiedad, y el de emplear las fuerzas del estado para imponer la ejecución de
tales leyes y para defender a éste de todo atropello extranjero; y todo ello únicamente con miras
al bien público.”
§ 69. Al hombre le pertenecen naturalmente los derechos que él posee: latu sensu es
propietario de su vida, su libertad y su patrimonio o propiedad en sentido ‘estricto’ o
‘restringido’, como derecho real de un sujeto sobre un objeto determinado. Locke pone un
especial énfasis en este derecho de propiedad en sentido estricto, sin perjuicio de considerar la
libertad como el fundamento del ejercicio de todo otro derecho. Dice : “en efecto, yo puedo
suponer que un hombre que pretende someterme a su poder sin mi consentimiento, hará conmigo
lo que se le antoje si logra su propósito, pudiendo llegar a despojarme de mis bienes e incluso, de
mi vida”.
18Locke describe el estado de naturaleza así: “Estado de paz, buena voluntad y recíproca ayuda y defensa, en el que
los hombres viven juntos guiándose por la razón y sin tener un jefe común con autoridad para ser juez entre ellos”.
19 “Estado de hostilidad, malevolencia y destrucción mutua”.
30
llegue su dominio efectivo sobre las cosas. El exceso no debe ser considerado de su propiedad,
es socialmente inútil en la medida en que se corrompe.
Este postulado de la no acumulación sólo es válido en una sociedad poco desarrollada: en
una sociedad más desarrollada aparecen bienes no corrompibles, como el dinero. Por ejemplo, el
individuo puede comerciar y acumular oro. En este sentido la sociedad puede permitir la
acumulación de propiedad privada prácticamente sin límites.
Por otra parte, la visión de Locke de los bienes existentes no es tan pesimista como la de
Hobbes. Locke conoce la realidad norteamericana y se impresiona por las grandes extensiones
territoriales y las enormes propiedades de tierra que podían darse allí. Concluye que la propiedad
territorial extensa es lícita, siempre, eso sí, vinculada al uso que se le dé: “La extensión de
tierra que un hombre labra, planta, mejora y cultiva, y cuyos productos puede utilizar constituye
la medida de su propiedad....”. La acumulación ociosa de la propiedad no parece tener un
defensor en Locke. En esta medida (que a cada uno le pertenece lo que trabaja y aprovecha) los
bienes serían suficientes para proveer las necesidades del género humano . Pero la acumulación
20
§ 71. Por estos dos motivos -cada uno ejecutor de la ley natural y por ende juez en su propia
causa, y la desigualdad producto de la acumulación de bienes- el poder civil, esto es, la
instauración de un gobierno, es necesaria para la defensa y protección de los derechos de los
individuos (apunta a obtener la igualdad originaria, pero no tanto en el sentido de igualdad, sino
más bien en el de libertad, más parecido a lo que hoy se entiende por igualdad de oportunidades,
libertad para elegir).
La instauración del poder civil (gobierno) se realiza a través de un pacto.
Locke parece distinguir dos ideas. Observa que la sociedad inglesa se ha mantenido en el
tiempo sin disolverse, a pesar de sucesivas caídas y cambios de gobierno; aparece entonces el
pacto por el cual se constituye la sociedad como autónomo en relación al pacto en cuya virtud se
instituye el gobierno. El gobierno, y toda la organización política, se explica en función de la
protección de los derechos del individuo, de tal manera que los poderes del gobierno son los
poderes del individuo puestos en manos de la comunidad. Hay un pacto original por el que los
hombres establecen un gobierno dejando el poder político en manos de éste con la única
intención de obtener de su parte la preservación y protección de su libertad y propiedad. El acto
por el cual se establece el gobierno no es un abandono: es una delegación. El que delega está
otorgando un mandato para que otro lo cumpla a su nombre. El delegante puede recuperar el
ejercicio de sus facultades cuando el delegado no se atiene a la función asignada. Sabine señala
al respecto “El poder legislativo (que Locke considera supremo) no puede nunca ser arbitrario,
21
ya que ni siquiera el pueblo que lo establece tiene tal poder (....). En general, su poder es
fiduciario, ya que el pueblo tiene el supremo poder de modificar el legislativo cuando actúe de
modo contrario a la confianza en él depositada. El ejecutivo está ... limitado por una dependencia
general del legislativo y porque su prerrogativa está restringida por el derecho. Para seguridad de
la libertad es importante que el poder legislativo y el ejecutivo no se encuentren en las mismas
manos”. Con ello, Locke introduce una fundamentación a favor del derecho a rebelión, que
puede sintetizarse así: la sociedad (inglesa ) y el gobierno (inglés ) son dos cosas distintas. El
segundo existe para procurar el bienestar de la primera, y un gobierno que pone en serio peligro
los intereses de la sociedad puede ser justamente cambiado.
§ 72. Locke concibe la sociedad como una sociedad de propietarios (en sentido amplio, y con
énfasis en relación a la posesión de bienes). Si alguien carece de bienes es por falta de
racionalidad, no porque no pueda acceder a ellos. Sólo a los que tienen un interés que defender
(propiedad en sentido estricto) les es dado tener acceso a influencia en el gobierno . 22
20(Cfr. Hobbes, que señalaba como una de las causas del estado de guerra la competencia por alcanzar ciertos bienes
escasos)
21 Op.cit.pág. 410.
22 Hay que señalar que en este sentido Locke no se aparta de lo que era la concepción y la práctica política corriente
en la Inglaterra de fines del siglo XVII, principios del siglo XVII. El principio del voto censitario tuvo durante un
buen tiempo amplia vigencia en el Reino Unido. Así, lo que en 1832 fue visto como una gran reforma electoral,
apenás dejó a algo más del 2 % de la población adulta masculina con derecho a voto.
31
§ 73. Rousseau nace en 1712 y a los 16 años abandona Ginebra, su ciudad natal, yendo a parar
a un hospicio en Turín. De 1729 a 1742 es huésped de madame de Warens, una señora bastante
mayor que él, con quien entabla una ambigua relación. De 1742 a 1754 reside en París, donde
ven la luz sus primeros éxitos literarios, y se contacta con Diderot y el movimiento de autores
conocidos como les philosophes, de quienes pronto se distancia. Sigue una breve estadía en
Ginebra, de donde es expulsado, (ya lo había sido previamente del cantón de Berna), por sus
obras, especialmente Emilio o la educación, fuertemente condenadas. Su unión vitalicia con
Teresa Levasseur (plebeya como él) con quien contrae matrimonio en una ceremonia oficiada
por él mismo, agregan un punto más a su paso por la sociedad de su época como un individuo
de carácter fuertemente contestatario. Muere en Emenonville, en 1778.
Rousseau fue un marginado de la elegante y selectiva sociedad de su época, aun cuando
en su momento haya llegado a tener cierto reconocimiento intelectual. Su origen y ciudadanía
ginebrina, de la que siempre se preció, lo marcó en el sentido de la tradición libertaria suiza y la
identificación con las instituciones republicanas dentro de un ámbito político de dimensiones
reducidas. En el ámbito espiritual, Rousseau era un espíritu inquieto que paso desde el
calvinismo al agnosticismo, pasando por el catolicismo, y que se manifestó también durante su
vida, azarosa y en muchos casos, contradictoria (escribe un libro sobre la educación, pero llega a
abandonar a sus hijos).
§ 74. En 1748 la Academia de Dijon formula la siguiente pregunta: ¿Las ciencias y las artes
han contribuido al progreso de la civilización? Rousseau responde, en su Discurso sobre...( si las
32
ciencias, etc.) que no. Sostiene que el arte y las ciencias del siglo XVIII no eran por lo general
contribuciones al desarrollo humano, sino sólo “...guirnaldas que se tendían para esconder las
cadenas que mantenían al hombre privado de libertad”.
Su Discurso sobre las Ciencias y las Artes gana el premio de la Academia y lo sitúa
como precursor del Romanticismo. Ve que el arte y la ciencia pueden ser utilizados para sus
fines por los poderes establecidos. Piensa que la sociedad debía recuperarse del estado de
corrupción en que se encontraba, y retornar a un estado de autenticidad y rectos sentimientos
morales que permitiesen fundar una nueva realidad.
§ 75. Rousseau se presenta a otro concurso de la Academia (esta vez sin ganar), para el que
escribe su Discurso Sobre el Origen de la Desigualdad de los Hombres (1754). Plantea en esta
obra que los hombres parten de una condición de igualdad natural (moral y política: la
desigualdad física siempre está presente), estado inicial en que los hombres son inocentes y
buenos, llevando una vida sencilla, esencialmente sensitiva, pero pobre, en cuanto es un estado
pre-social: el “buen salvaje” lleva una vida solitaria., en la medida en que su contacto con los
demás es precario: no existe la moral, ni la cultura. Rousseau no atribuye (a diferencia de
Hobbes) una tendencia innata al egoísmo en el hombre, sino una característica de bondad. Por
otro lado, no hay en esta condición una situación de lucha, ya que por lo sencillo del modo de
vida, los bienes alcanzan para todos. De este estado de naturaleza, de inocencia, pasa al estado de
sociedad, donde pierde su primera condición.
Este paso, esta pérdida de la inocencia, sucede en virtud del surgimiento de la propiedad.
El cultivo de la tierra lleva a su delimitación. Rousseau dice: “el verdadero fundador de la
sociedad civil es aquel hombre que fue lo suficientemente astuto como para enrejar un trozo de
tierra y decir esto es mío y afortunado como para encontrar a otros lo suficientemente torpes para
creerlo”. Luego, el fundamento y origen de la sociedad radica en la propiedad, por el siguiente
razonamiento: la propiedad provoca desigualdad cuando se acumula en manos de algunos; de
esta desigualdad deriva la guerra; y es la posibilidad del conflicto lo que provoca la necesidad de
un sistema de derecho, de un gobierno que imponga el orden, y de la sociedad en torno a esa
autoridad.
Este orden es una necesidad para quienes tienen algo que perder: los menos afortunados
perciben este orden como una conculcación de su libertad.
§ 76. En las obras citadas, Rousseau trata la sociedad como ella es. En cambio, en el Contrato
Social propone una forma sobre cómo superar el actual estado de cosas, cómo reformar una
sociedad desigualitaria en que muchos se ven privados de su libertad. Partiendo de la naturaleza
humana, explica su proposición. Los hombres son naturalmente buenos, inocentes y no sociales.
El hombre no es malo, no agrede ni tiene enemigos, pero vive extraordinariamente limitado El
paso a la vida civil (por la vía ya expuesta,§ 75) es la causa de la pérdida de esas cualidades
iniciales naturales, y de la corrupción del hombre, lo que lleva a su perdida de la igualdad y
libertad originales (crítica a la sociedad como esclavizante del hombre ).
Ahora bien: el paso al estado civil, el surgimiento de la sociedad es irreversible, el
hombre ya perdió su inocencia, por lo tanto el retorno al estado natural es imposible. Siendo así
¿cómo sería posible recobrar la libertad e igualdad originales? Eso es lo que tratará de conseguir
Rousseau. Él señala: “Encontrar una forma de asociación que defienda y proteja con la fuerza
común a la persona y los bienes de cada asociado, y por la cual cada uno, uniéndose a todos, no
obedezca sino a sí mismo y permanezca tan libre como antes. Tal es el problema fundamental
cuya solución da el Contrato Social.”
§ 77. El contrato consiste en una entrega del todo del individuo a la comunidad, de todos con
todos. “Cada uno pone en común su persona y todo su poder bajo la suprema dirección de la
voluntad general, y cada miembro considerado como parte indivisible del todo”. A través del
contrato surge el cuerpo político, una persona moral, y colectiva (Rousseau había planteado en
su artículo Economía Política, de la Enciclopedia, la analogía con el organismo humano); cuerpo
que se rige por el soberano que es la voluntad general, que emana del pueblo que celebró el
pacto. No es transferencia del derecho de autogobierno, como en Hobbes, ni una delegación,
como en Locke.
33
§ 78 La soberanía no sale de quienes constituyen el pacto, sino que se mantiene bajo la forma
de la voluntad general. Dicho de otra forma: la voluntad general es soberana, soberanía que es
indivisible, imprescriptible e intransferible (o inalienable).
El objeto, o contenido de la voluntad general es la ley (legislación en general).
Condición de validez de la ley es la generalidad y la igualdad de todos ante ella (esto hace que
todos tengan el mismo interés en que la ley se cumpla ).
La voluntad general se diferencia de la ‘voluntad de todos’ porque presenta un interés
común que une las voluntades particulares, las que, aún cuando en una decisión dividida puedan
presentar distintas opciones, pasan a formar parte de la voluntad general cuyo contenido
determine la mayoría. Rousseau considera que la voluntad general, cuando llega a configurarse
correctamente, funde las voluntades particulares; luego, no puede ir en contra de sus intereses.
Atenta contra esta corrección la existencia de grupos intermedios, que se interpongan entre las
voluntades individuales y la formación de la voluntad general, por una razón: generan intereses
propios, particulares, que por así decirlo impiden la genuina manifestación de un interés general
de los individuos que conforman el cuerpo político. Por eso Rousseau es un enemigo de ellos.
Sin la interferencia de grupos partidistas o intermedios, se supone que las voluntades
individuales se dirigen al mismo objeto, no habiendo entre ellas más que una diferencia de
grados. En la sumisión a la voluntad general está la libertad : si se emplea la fuerza contra un
individuo para que cumpla la ley, sólo se le está ‘obligando a ser libre’, según Rousseau.
Rousseau parece no contemplar la posibilidad de un abuso de la mayoría. La
característica de generalidad e igual aplicación de la ley parece prevenir esto (la mayoría no va a
decidir algo que le sea perjudicial). Por otra parte, lo que le interesa a Rousseau, más que el
análisis del fondo de la ley, es el encontrar una fórmula que sostenga la legitimidad de la
coacción sobre el individuo por parte de un gobierno; esto es lo que viene a aportar la noción de
voluntad general.
Rousseau no deja de insistir en que ésta voluntad no podrá ser injusta. El soberano
reconocería límites en las llamadas ‘convenciones generales’: “todo hombre puede disponer
plenamente de lo que por virtud de estas convenciones le han dejado de sus bienes y de su
libertad”. No explicita ni el sentido de estas convenciones, ni quién las determina.
§ 80. J.J. Rousseau encuentra algunos problemas en su propio planteamiento. Piensa que la
soberanía de la voluntad general es absoluta, y su ejercicio no puede ser injusto; sin embargo, es
posible que la voluntad general no se encuentre lo suficientemente esclarecida, no sea ilustrada.
Los contratantes del pacto social podían ser gente muy sencilla que al volverse soberanos podían
verse enfrentados a problemas sin contar con la ilustración necesaria para resolverlos. Rousseau
introduce la figura del Legislador en este caso, que ha de orientar la voluntad general.
§ 82. Por otro lado, Rousseau critica por una parte la sujeción dual a una autoridad secular y a
una espiritual; por otra parte, comparte en alguna medida la visión de Maquiavelo sobre la
religión como un elemento perturbador en el desarrollo de una moralidad cívica viril. Introduce
la idea de una religión civil, como un elemento que influye en los ciudadanos para tener una
devoción al estado que surge del contrato social. No es dogma religioso, más bien el cultivo de
un sentimiento de sociabilidad: contempla la existencia de una divinidad inteligente y
bienhechora, previsora y providente; la felicidad de los justos, el castigo de los malos, la santidad
del contrato social y las leyes.
Con esto, Rousseau actualiza o reactualiza la relación entre ética y política: relaciona al
buen ciudadano con el hombre bueno, atribuyéndole un rol importante en su formación a la
educación.
§ 83. Rousseau atenta, con su rechazo de los grupos intermedios, a la noción que hoy tenemos
del pluralismo. Su idea pasó de alguna manera al ideario de la Revolución Francesa (‘nadie
puede ser obligado a pertenecer a una asociación’ ).
Se ha señalado que la ‘religión civil’ de Rousseau atentaría contra el principio de la
división entre Estado e Iglesia. Sin embargo, parece tratarse de otra cosa. No sería aventurado
sostener que puede encontrarse un esbozo, en esta idea de Rousseau, de la convicción sobre la
necesidad de contar con un sustrato común de creencias sobre las que reposa el sistema político,
una especie de mínimo político-cultural. Hoy podría formularse diciendo: la creencia en la
dignidad de la persona humana, sus derechos inherentes, el Estado de Derecho y los principios
fundamentales que rigen la convivencia democrática.
Temas de discusión
¿En qué aspectos cree Ud. que se refleja el pensamiento de Rousseau en nuestras creencias
contemporáneas? Fundamente su respuesta en ejemplos concretos.
¿Cuál sería el lugar donde se expresa la voluntad general en nuestro sistema político, y cómo
se aparta de las ideas de Rousseau? ¿Dónde se aprecia la intervención de grupos intermedios
que influencian la formación de esta voluntad?
Temas de investigación
¿Qué es Romanticismo, y por qué se justifica decir que Rousseau fue uno de sus precursores?
¿Cuál es la relación entre Romanticismo y Nacionalismo?
3.6. Montesquieu
Datos biográficos y obra (§ 84). El Espíritu de las Leyes y las formas de gobierno (§ 85, § 86). El
Espíritu de las Leyes y la división de poderes (§ 87, § 88)
§ 84. Nacido en 1710, el verdadero nombre de Montesquieu era Charles Louis de Secondant.
El título de Montesquieu lo hereda de un tío que tenía un cargo público, en la provincia, que le
reportaba una cuantiosa renta . Montesquieu estudia derecho para poder asumir el cargo y lo
ejerce durante 10 años: después lo vende y lleva la vida de un noble refinado e intelectual.
Reside entre 1729 y 1731 en Inglaterra, donde es nombrado miembro de la Real Sociedad de
Inglaterra (frs = Fellow Royal Society ).
En su juventud publica las Cartas Persas, donde mira a su propia sociedad a través de los
ojos de dos extranjeros imaginarios, dos comerciantes persas que viajan por Europa y Francia,
criticando todo lo criticable. Aparece aquí Montesquieu como un crítico social.
La Francia del siglo XVIII presentaba grandes contrastes entre lo sublime y lo grotesco,
entre el poder y la corrupción. La teoría imperante bajo los últimos Luises era la de la monarquía
absoluta de derecho divino. (Richelieu, obispo Bosué . Para éste, todo el Estado está en la
persona del príncipe.) Bajo esta fórmula, el Estado francés va decayendo. R.R. Palmer, autor
contemporáneo, dice que es un sistema de absolutismo temperado por la venalidad. En teoría era
un sistema granítico, pero hacía agua por todas partes: carcomido por la inefectividad del Estado,
35
la frivolidad, el descontrol de los asuntos públicos. Había intentos por salvar el sistema . La tesis
real sostenía que esto había de lograrse por la reforma mediante un despotismo ilustrado. La tesis
nobiliaria sostenía la necesidad de descentralizar: Luis debía compartir su poder con cuerpos
intermedios, lo que para esta idea significaba esencialmente, la aristocracia.
El Espíritu de las Leyes o de la relación que las leyes deben con la Constitución de cada
gobierno, las costumbres, el clima, la religión y el comercio, etc. (1748), su obra capital, fue
inmediatamente un éxito, se tradujo en muchos idiomas, convirtiéndose rápidamente en tópico
de discusión literaria y política, ubicándose Montesquieu entre dos líneas de crítica. Por una
parte recibe fuertes críticas de la Iglesia, que llega a amenazar con la prohibición del libro, (y que
después de su muerte en 1755 incluye la obra en el Index); también en el mismo sentido recibe
fuertes ataques de la Universidad de París, donde se piensa que la obra no debía ser leída por su
carácter peligroso. Por otra parte, críticos como Voltaire reconocen que en el fondo se trata de
una obra conservadora. Para los intelectuales de inclinaciones hacia la izquierda o de tendencias
revolucionarias, la obra era criticable ya que trataba de encontrar una fórmula conservadora para
mantener la monarquía.
§ 85. Montesquieu se ubica en la tesis nobiliaria de reforma del sistema; pero excede lo
contingente, siendo la suya una obra de gran alcance, que analiza todo el espectro político
conocido en la época, esto es, hace un tratado de sistemas comparados de gobierno. Montesquieu
se esfuerza por encontrar proposiciones generales, sin caer en lo moralizador ni creer que una
fórmula política sea aplicable a más de un país. Reconoce variables que hacen que los países
difieran entre sí: clima, geografía, tradiciones, cultura política, etc. por lo que ciertos principios
no resulta aplicables universalmente. Esta premisa incide en el tratamiento de las formas de
gobierno, anticipando lo que actualmente se conoce como análisis estructural y cultural.
Hoy se entiende por análisis cultural el que considera la premisa siguiente: el sistema
político responde a determinado conjunto de actitudes de los miembros de una comunidad:
identidad emocional con aspectos del sistema político; información sobre el sistema; nivel de
inclinación a la acción (elemento volitivo) . El postulado básico es que un sistema político se
basa en un sistema cultural. Análisis estructural: hay que estudiar la estructura jurídico formal y
política y los roles e interrelación entre poderes: quién hace qué, cuándo y cómo. Ambos planos
están íntimamente entrelazados por la incidencia de la cultura política en la estructura y
viceversa.
Montesquieu dio la idea inicial para este tipo de análisis. Sabine señala: “El clima, el
suelo, la ocupación, la forma de gobierno, el comercio, la religión, las costumbres, son todos
ellos condiciones relevantes en la determinación de lo que en cada caso particular haya de
establecer la razón (la ley). Esta aptitud o relación de condiciones físicas síquicas e
institucionales constituye el ‘espíritu de las leyes’. Evidentemente lo que sugería Montesquieu
era un estudio sociológico, hecho mediante un método comparativo, de las instituciones y de la
influencia que sobre ellas tenían otras instituciones y condiciones físicas no institucionales” .
23
§ 86. Montesquieu trata lo que hoy llamamos estructura como ‘forma’ y lo que hoy
denominamos cultura como ‘principio’, estableciendo que a cada forma le corresponde un
principio.
Forma Principio
Monarquía A esta forma corresponde el principio del honor que consiste en el respeto
del monarca por las leyes e instituciones intermedias (tesis nobiliaria) y
por el cargo que detenta y la responsabilidad de sus funciones. Se trataría
de una monarquía limitada, puede subsistir en la medida en que prevalezca
el honor.
§ 87. En segundo término, Montesquieu toca el punto de los poderes del Estado. Es un estudio
que se inspira en Inglaterra, y pretende buscar y defender la libertad que es clave para que prime
un sistema político moderado que permita a cada uno determinadas acciones lícitas sin temor.
Para que exista libertad no debe existir un grado excesivo de concentración del poder: he aquí el
principio sobre el que reposa la Teoría de la División de los Poderes: se dividen para permitir
que se controlen y equilibren, y así garantizar la libertad civil.
En un sistema de gobierno no despótico debe haber tres poderes: un poder legislativo; un
ejecutivo de las cosas que dependen del derecho de gentes (resabio de Locke: poder
confederativo, de Relaciones Exteriores) un ejecutivo de las cosas que dependen del derecho
civil: gobierno interior. Se llega tras esto a una enunciación más clara de un poder ejecutivo, uno
legislativo y uno judicial. El poder judicial es en cierto modo nulo (“en quelque façon nule”) por
dos razones: Montesquieu pensó que no debía haber tribunales permanentes tal como los
entendemos hoy, no pensó en tener un poder judicial al modo moderno, con tribunales
permanentes. Pensó en un sistema de jurados. La idea es que la potestad de juzgar se modere,
que no se halle aneja a una determinada profesión o estado, así viene a ser invisible y nula. Por
otra parte, la latitud de los jueces para juzgar debe ser inexistente o mínima. Los juicios deben
basarse en el tenor de la ley (cree que se puede aplicar sin interpretarla). Las sentencias deben ser
fijas, a diferencia de los tribunales. Con esto se precave que las sentencias pasen a ser una
opinión particular del juez.
Tema de discusión
Hay motivos, en el texto de Montesquieu en que habla de la separación de poderes, para
pensar que el equilibrio entre tres poderes, a que él alude, no se refiere al poder Ejecutivo, al
Legislativo y al Judicial. Encuentre argumentos para sostener esta afirmación.
§ 90. Economía
38
Ricardo, David (Londres 1772, Gatcomb Park, 1823) Desarrolla su teoría económica
sobre la base de la economía clásica (principalmente la obra de Adam Smith). Considerando el
dinero sólo en su función de intermediación, se preocupa del valor de los artículos desde la
perspectiva de su valor de cambio (valor de un artículo en términos de otro artículo. Ejemplo
hoy: Una radio con CD-player cuesta $ 90000, y una (buena) pizza con bebida, $ 4500. El valor
de la radio, expresado en términos de pizza con bebida, es de 20. Ese es su valor de cambio: el
dinero sirve para facilitar su expresión y cálculo). Según Ricardo, la demanda por un bien, y su
utilidad, son causas necesarias para que éste tenga un valor, en general, pero no explican
específicamente su valor de cambio. Lo que explica el valor de cambio es otra variable: el costo
de producción, con hincapié no en los valores relativos de los factores de la producción (costo
alternativo) sino en las magnitudes: el costo sería entonces la cantidad de factores requerida
para producir determinada cantidad de un bien. Dentro de los factores, destaca
especialmente su teoría del valor del trabajo: en un equilibrio competitivo los valores relativos de
las cantidades unitarias convencionales (ej: un kilo de carne de ciervo vs. un kilo de duraznos) de
dos artículos cualquiera tienden a ser aproximadamente proporcionales a los montos relativos de
trabajo-tiempo (horas/ hombre) directa o indirectamente incorporados en ellos (= necesarios para
producirlos ): es decir, si para obtener un producto yo trabajo un día, y para obtener otro trabajo
tres, este último valdrá tres veces más que el primero. Ricardo acepta la distribución del valor de
la producción en salarios y utilidades, en cuanto proporcional a su aporte a la producción. Sin
embargo, es muy crítico respecto de los pagos que hacen quienes trabajan la tierra, a los dueños
de la tierra. Como el terrateniente recibe una parte del valor de la producción sin aportar nada a
ella (en cuanto mero propietario de la tierra), queda para los miembros de las categorías
productoras (trabajadores y capitalistas) menos de lo que ellos hacen para producir la renta
nacional, estableciéndose así, según Ricardo, una explotación por parte de los terratenientes
hacia trabajadores y capitalistas.
§ 91. Por otro lado, Ricardo formula la Ley de la Población (o Ley de hierro de los salarios)
que puede enunciarse de la siguiente manera: en cualquier momento, un aumento del nivel de
vida de la gran masa de la población, por un aumento de salarios, llevará a un aumento del
bienestar y, consecuentemente, un aumento de la población (aumento de la tasa de natalidad y
subsistencia), lo que acarreará a su vez una presión sobre los medios de vida (mayor población
que tiene que alimentarse con una cantidad limitada de recursos), que hará descender el nivel de
vida justo en torno la cota de la subsistencia, y a su vez influenciará un descenso en la
reproducción hasta el nivel de cuantos puedan subsistir en una familia. Esta ley contempla la
teoría Malthusiana respecto a la mayor velocidad de crecimiento de la población que de los
recursos; y supone sostener que este mecanismo autoajustable mantendrá, a largo plazo, el nivel
general de vida de la gran masa de la humanidad aproximadamente al nivel de subsistencia.
§ 92. Nace en Tréveris (hoy Alemania) el 5 de Mayo de 1818. Estudia Derecho en Bonn y
Berlín, hacia 1835. En 1837 toma contacto con la dialéctica hegeliana. En 1841 se gradúa como
doctor en filosofía, en Jena. Su colaboración con La Gaceta Renana, en 1842 lo lleva a estudiar
economía política, y aspectos del socialismo. Hacia 1844 se hace comunista, después de haber
entrado en contacto con los socialistas franceses, Saint Simon, Fourier, Proudhon, y en actitud
crítica hacia ellos. Exiliado de Bélgica, Alemania y Francia, tras 1848, se radica en Londres
hasta su muerte , acaecida el 14 de Marzo de 1883.
§ 93. Marx toma la estructura del pensamiento de Hegel -el método dialéctico-, pero cambia
su sustancia. Siguiendo a otro pensador, Feuerbach, sostiene que las fuerzas impulsoras de la
historia social son materiales, (entendidas las condiciones materiales como condiciones
económicas ): lo que mueve al hombre son sus primarias necesidades de alimentarse y cobijarse,
y la forma como se relaciona con su entorno, y con otros hombres, para satisfacer estas
necesidades. A partir de estas premisas, Marx elabora su fórmula del materialismo dialéctico
de carácter científico, ateo y revolucionario.
39
§ 95. Nuevamente sobre la corrección a un pensamiento previo (el de Ricardo) realizada por
algunos autores como Ravenstone y Hodgskin, Marx desarrolla su pensamiento económico.
I. Distingue entre el valor de uso y el valor de cambio; éste último expresa los valores
relativos de las cosas, y que consisten básicamente en el trabajo incorporado en ellas. “El valor
de cambio de una mercadería consiste en la cantidad de trabajo socialmente necesario para
producirlo” . Conclusión: sólo el obrero produce valor nuevo.
II. Por su trabajo el obrero recibe un salario, por una cantidad equivalente a la fuerza de
trabajo que ha gastado, que le permite adquirir medios de subsistencia (cambia valor de cambio
de su trabajo por valor de cambio de otros bienes). Pero Marx señala que el valor de uso del
24 En el sentido de estructura "sobrepuesta", que se construye "sobre" las bases dadas por las relaciones de
producción.
40
trabajo produce un valor de cambio superior al que efectivamente recibe. En otros términos, el
obrero produce mas valor que aquél que efectivamente se le paga por su trabajo. Y lo que se le
paga usualmente sólo le permite al obrero subsistir. El hecho de que los salarios se mantengan al
nivel de la subsistencia ya lo explicó Ricardo, y se complementa con la idea del ejército laboral
de reserva (la masa de quienes están dispuestos a entrar a trabajar, en cualquier momento, y por
cualquier salario con tal de poder subsistir)
III. De la diferencia (entre lo que el obrero produce y lo que se le paga) se apropia el
capitalista. El valor de uso del trabajo de un obrero produce bienes por un valor de cambio
superior al que él recibe como salario. La diferencia (plusvalía) constituye la explotación del
trabajo del obrero. Se explica así el motor del mundo capitalista: la caza por la plusvalía.
Apropiándose de la plusvalía, el capitalista está en situación de aumentar su capital , y por la vía
de la maquinización, reemplazar a los obreros.
IV. Por este proceso, y en la competencia entre capitalistas, se llega a una concentración
de los medios de producción; el proceso continúa, al tiempo en que disminuye la demanda por
bienes, puesto que el poder de compra de las masas ha disminuido (teoría de la pauperización o
empobrecimiento progresivo de las masas). Sobreviene sobreproducción, bajo consumo, crisis:
el capitalismo desarrolla en sí las contradicciones que llevan a su superación por la vía de la
revolución. Llega un momento en que la situación económica de los obreros es insostenible, en
que no tienen nada que perder (o, según Marx, en que “lo único que tienen que perder son sus
cadenas”) : ellos toman conciencia de clase y de su rol histórico protagónico y hacen la
revolución. El desarrollo económico del capitalismo hacia sus propias contradicciones conduce
así a un evento político: la revolución proletaria.
V. La etapa siguiente a la superación del capitalismo sería la sociedad comunista; sin
embargo, previa a ella se daría una etapa intermedia en que “los expropiadores serían
expropiados”, en la instauración de la dictadura del proletariado, que usa el Estado (concebido
por Marx, en la etapa histórica del capitalismo, como un ‘comité para el manejo de los intereses
de la burguesía’) para dirigir la economía y superar el antagonismo propio del sistema anterior.
Una vez conseguido esto, la dictadura del proletariado debe dar paso a la sociedad comunista ,
donde el Estado no tiene razón de ser ( no tiene clase a la que servir, como instrumento de
dominación ) y se ve sustituido por “la administración de las cosas y el proceso de producción”.
En esta sociedad comunista existe una clase única, proletaria, por lo tanto desaparece la lucha de
clases -y con ello, el proceso histórico-. No existe la propiedad privada de los medios de
producción, ya que ella es la que permite la explotación del hombre por el hombre.
Tema de investigación
¿A qué se ha denominado “socialismos reales” en un pasado reciente (siglo XX)? ¿En qué
medida puede justificar Ud. la afirmación de que ellos se alejaron sustantivamente de los
postulados de Marx?
4.1 Concepto
§ 96. Se entiende por Doctrina Social de la Iglesia la proyección de la Fé que inspira a la
Iglesia en el ámbito del la organización política y económica. No constituye una receta para la
acción política, pero explicita una serie de consecuencias de carácter ético vigentes en el campo
de lo político y lo económico. En conjunto, se distinguen los siguientes aspectos:
.-análisis y diagnóstico de situaciones políticas, sociales y económicas que atentan contra los
derechos humanos y que afectan negativamente las relaciones al interior de la comunidad
política, y a nivel de la comunidad internacional;
.-denuncia de la injusticia social y atropellos de la dignidad humana, en todas sus
manifestaciones;
.-como consecuencia de los puntos anteriores, la construcción y explicitación progresiva de una
antropología o concepción de la persona, de su dignidad, derechos y deberes que deben ser
respetados en cualquier modelo de organización de la sociedad si esta organización pretende ser
compatible con las enseñanzas cristianas;
41
.- a partir de esta visión del ser humano se proponen a su vez principios orientadores de las
conductas personales, a nivel de instituciones, de la sociedad, de la política, la economía y las
relaciones internacionales;
.-igualmente, se plantea un juicio crítico acerca de las ideologías que significan una amenaza
para la libertad, la igualdad y la plena participación de cada uno de los miembros de la sociedad.
Dentro de las demás fuentes se cuenta el documento del Concilio Vaticano II Gaudium et
spes y la Instrucción de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe Libertatis
Conscientia.
- sus efectos económico-sociales aberrantes, a saber “la acumulación de las riquezas en manos
de unos pocos y la pobreza de una inmensa mayoría “ (Rerum novarum, 1);
- la disociación entre el capital y el trabajo, la explotación del segundo por el primero, y las
relaciones entre uno y otro -las relaciones económicas en general como relaciones de fuerza y no
basadas en el derecho y la justicia-;
- la libre competencia económica desenfrenada, que está muy esencialmente ligada a la idea del
liberalismo;
- una serie de factores de suyo positivos y rescatables, pero que de hecho han asumido en el
capitalismo o alguna de sus formas, una modalidad desviada: la propiedad privada de los bienes
de producción, el mecanismo del mercado como agente económico y el dinamismo de la
iniciativa privada.
que bien pueden existir como podrían no existir, y el ppo. de subsidiariedad sigue aplicándose.
Estos grupos naturales, en cuanto se hallan integrados a otros grupos mayores, pueden ser
llamados miembros de éstos, pero en cuanto se integran no significa que sean accesorios. Son
sustantivos: en una concepción social escalonada el grupo mayor no puede existir sin los grupos
menores.
La finalidad última de la sociedad es la persona, que es el verdadero sustantivo: es la
persona la que debe encontrar una realización personal, su perfección y, para una visión
cristiana, su salvación. En ese sentido, los grupos que integra son medios para alcanzar la
finalidad individual trascendente del hombre.
§ 106. Desarrollando estos principios podría señalarse que se desenvuelven dentro de dos
parámetros :
.-La libertad: consiste en la independencia para alcanzar los propios fines sin sufrir coacción
por parte del grupo al que pertenece el sujeto, o el grupo intermedio. En términos negativos se
expresa diciendo que el grupo debe abstenerse de intervenir cuando el miembro pueda por sí
mismo alcanzar sus fines, y, más, debe crear las condiciones propicias para que los miembros del
grupo puedan vivir con esa libertad. En su aspecto positivo significa que el miembro del grupo
debe responder por sus propios actos, ya que la verdadera libertad es inseparable de la
responsabilidad; la que también encuentra sus límites en
.-la solidaridad: que significa en términos positivos que el grupo debe suplir allí donde sus
miembros no alcanzan, por una parte, y los miembros del grupo deben cooperar a esa gestión
supletiva asumida por el grupo. En términos negativos: el miembro no debe cargar al grupo con
aquello que puede alcanzar por sí mismo, ni puede resistirse a la acción supletiva del grupo
cuando interfiere justificadamente en su propia área de actividad.
que el desarrollo humano es medido por el grado de éxito económico, coincidiendo en esta
medida con el marxismo (§ 19) a través del consumismo (§ 36);
b) Crítica a la carrera armamentista y llamada de alerta respecto del tema del terrorismo, en
particular respecto de las condiciones sociales, económicas e internacionales de las que se
alimenta (§18) ;
c) Crítica al orden económico mundial en cuanto impide el desarrollo de las naciones
subdesarrolladas en beneficio de naciones de gran desarrollo económico; en este sentido,
necesidad de promover el desarrollo de las primeras (§ 35);
d) Preocupación por el problema ecológico y la constante depredación y corrupción del medio
ambiente por razones económicas (§37);
e) Enunciado de la necesidad del Estado de proveer ciertos bienes, o de atender ciertas
necesidades básicas, y ámbitos que por tanto quedan excluidos de la lógica del mercado (§ 40).
5.1 Ideología 25
§ 123. Con este término se alude a un fenómeno de gran amplitud en lo temporal en los últimos
150 años, y en lo espacial, a través de todo el mundo.En términos generales aparece como un
conjunto de actitudes e ideas, más o menos coordinado, según el caso que sustenta, para un
proyecto político (sobre el supuesto de una vida terrenal perfectible) lo que sus defensores
presentan como el resultado de una actividad de reflexión científica (en general la ideología se
vincula a una teoría sobre la cual se estructura), carácter (científico) que se ve desvirtuado por
a) el mayor o menor sustrato filosófico apriorístico en que se enmarca dicho conjunto y
b) la inclusión en el cuerpo ideológico no sólo de elementos descriptivos, sino también valóricos.
Se ha calificado a la ideología como una fe secular. Se trata de una elaboración sobre la
base de una teoría, cuya finalidad es subyacer a una acción, y tender a un fin político, una
sociedad, según sus postulados, bien organizada, “perfecta” en relación a un estado inicial
perfectible. De aquí el carácter utópico que comparten todas las ideologías .
Características propias de toda ideología serían: ofrece una cosmovisión más allá de un mero
proyecto político; tiene un carácter finalista: persigue un fin y orienta la acción hacia él; es
reduccionista: ofrece explicaciones globales sobre ciertas ideas básicas dadas a priori o con
demostración pseudocientífica; es cerrada, en el sentido que tiende más a contestar interrogantes
que a plantearlas; cada ideología afirma su carácter científico, niega su carácter de tal (ideología)
y se lo atribuye a las demás elaboraciones ideológicas.
5.2 Totalitarismo
§ 124. “Intento de supeditar todas las manifestaciones de la sociedad a la voluntad del poder
político, con aniquilación o subordinación de cualquier otro poder espiritual o material que se
despliegue en la vida social”. Mientras el autoritarismo es una extensión, control total del poder
a la actividad política del hombre, el totalitarismo es una extensión, la intención del poder
político de un control total de toda manifestación de la vida humana. El totalitarismo es una
forma concreta de ejercicio del poder político: se evalúa en el terreno de los hechos.
Se plantea como un concepto para calificar ciertos fenómenos, propios de las sociedades
de masas. Han surgido sistemas que tratan de superar la inestabilidad, el conflicto presente en
toda sociedad plural, a través de la implantación de un control absoluto del hombre (ej.:
nacionalsocialismo, vg.: reproducción programada para mejorar la raza aria. Sistema soviético
en los tiempos de Stalin, especialmente: vg.: el sujeto con patrones culturales “burgueses” caía
dentro de aquellos casos considerados peligrosos para el Estado y era eliminado).
Características: Monopolización de todos los poderes por el poder político, y su control
de todas las actividades individuales y de grupos; apoyo y control de las masas a través de un
partido u organización de masas; identificación o fusión de la estructura partidaria con la
estructura estatal; activa propaganda y métodos de desinformación a fin de perturbar el proceso
25Quien difunde el uso de este término es, como ya se ha dicho, Marx, aludiendo a las creencias situadas a nivel de
superestructura.
46
§ 126. Fascismo
Término que proviene del italiano ‘fasci di combattimento’ y es usado para designar un
genero de sistemas políticos dictatoriales. En un sentido amplio designa a toda dictadura no
marxista y en un sentido restringido a los sistemas totalitarios italianos y alemanes antes y
durante la Segunda Guerra Mundial.
§ 128. Racismo
Postulados del racismo: el progreso social se basa en la supervivencia del más apto. La
lucha que se produce por ello origina elites naturales dentro de una raza y de una raza en relación
47
§ 129. Nacionalsocialismo
El nacionalsocialismo alemán es un tipo de fascismo en el que prevalecen las ideas de la
raza y el espacio vital necesario para ella. El propósito del Estado racial es el cuidado por la
preservación de aquellos elementos raciales primarios que al formar la cultura crean la belleza y
la dignidad de una humanidad superior (última frase: cita de Mein Kampf, de Hitler). El
nacionalsocialismo admite que ha de existir una clase dirigente, generada por el elemento racial
al depurarse y producir sus mejores representantes . La idea del ‘Lebensraum’(espacio vital)
contribuyó en forma especial a la generación del conflicto del ‘39.
§ 130. Anarquismo
Por anarquismo se entiende la idea que postula que el Estado es un obstáculo para la
realización de los fines personales , y que resta libertad al hombre. Sostiene que el hombre no
necesita del Estado para realizarse y por ello , mas bien lo obstaculiza y produce efectos
indeseados por su represión, y, por tanto, el Estado debe desaparecer.
§ 131. Conservadurismo
Se aplica básicamente a la argumentación política que concibe la sociedad como un
cuerpo orgánico (en oposición al liberalismo, que reconoce el sustrato de la misma en los
individuos ) y por lo tanto, entiende que el proceso de cambios en la sociedad debe darse
paulatinamente, a través de la ‘evolución’. Por lo mismo, valora especialmente los esquemas e
instituciones heredados, por sobre los intentos de su modificación.