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vSaussure, Curso de lingüística general

● Signo: unidad lingüística de dos caras (composición diádica). Distingue entre el significante, imagen acústica o
visual (sensible, material) y el significado, el concepto (inmaterial) evocado por esa imagen. Además, existe una
realidad referencial, un objeto o fenómeno al que se alude con el signo.

● Arbitrariedad: la relación entre significado y significante es inmotivada, se basa en un consenso social. Esto lo
distingue del símbolo, que sí tiene motivación.

● El autor distingue entre lengua: institución social basada en el consenso y la convención, sistema de
expresiones convencionales usado por una comunidad, depósito de imágenes acústicas, sistema de signos
diacrónico, y el habla: uso individual y específico de ese sistema; individual, pensado e intencional; perteneciente
al eje sincrónico.

● Circuito de la palabra: se necesita de al menos dos personas y se diferencian partes psíquicas (conceptos),
físicas (ondas sonoras) y fisiológicas (fonación).

● Carácter lineal: representa una extensión mensurable en la dimensión de la línea (relaciones sintagmáticas).

● Inmutabilidad: la masa no puede transformar la lengua por su innumerabilidad y complejidad. Existe una
convención que estabiliza la inercia social y que permite la comunicación en una comunidad lingüística (eje
sincrónico).

● Mutabilidad: aun así, puede haber desplazamientos a lo largo de la historia de una lengua en la relación entre
significante y significado. Esto es parte de la evolución de la lengua (eje diacrónico).

● Valor: sistema de equivalencia entre elementos de distintos órdenes (significado-significante). Cada término tiene
un valor por oposición a otros términos, tanto en el eje de las sucesiones (diacronía, en el tiempo) como en el de
las simultaneidades (sincronía, en sí y en relación con otros). En estrecho vínculo con las relaciones
paradigmáticas.

● Valor lingüístico en su aspecto conceptual: Los valores están siempre constituidos por dos factores que
determinan su existencia: 1) una cosa desemejante susceptible de ser trocada por otra cuyo valor está por
determinar (una palabra puede trocarse por una idea) y 2) por cosas similares que se pueden comparar con
aquella cuyo valor está por ver (una palabra puede compararse con otra palabra). El valor de todo término está
determinado por lo que lo rodea: se limitan y/o enriquecen por el contacto con otros términos. No tienen valor
propio más que por oposición: los valores se definen no positivamente por su contenido, sino negativamente por
sus relaciones con los otros términos del sistema. Son lo que los otros no son.

● Valor lingüístico en su aspecto material : Fonemas y signos de escritura. Lo que importa en la palabra no es el
sonido por sí mismo, sino las diferenias fónicas que permiten distinguir una palabra de las demás. Los signos
actúan no por su valor valor intrínseco, sino por su posición relativa. Los fonemas son ante todo entidades
opositivas, relativas y negativas. Los signos de la escritura también son arbitrarios y diferenciales (no hay
conexión entre la “t” y el sonido que la designa y se puede escribir la “t” de distintas maneras y se entiende que
es una “t”, porque no es una “m”).

● Signo en su totalidad: una cosa positiva en su orden, a diferencia del significado y significante tomados por
separado que son negativos y diferenciales. Cuando son comparan los signos entre sí ya no se puede hablar de
diferencia.

● Relaciones sintagmáticas: Sintagmas: Se compone de dos o más unidades consecutivas. Combinaciones de


elementos que se relacionan en el discurso, in presentia (la conexión sintagmática se apoya en dos o más
terminos presentes en una serie efectiva). Excluye la posibilidad de pronunciar dos elementos a la vez. Donde
cada término toma valor por oposición al resto.

● Relaciones paradigmáticas o asociativas: in absentia (la conexión asociativa una términos en una serie
mnemónica virtual), fuera del discurso, en la mente del hablante, los términos se asocian a otros en la memoria,
generalmente por relación semántica.

● El signo es un elemento que está en lugar de otra cosa que no está presente (in absentia), además se refiere a
algo distinto de sí mismo (representación) y, para significar, alguien debe reconocerlo como tal (interpretación).

Coseriu, Sistema, norma y habla


● Norma: primer grado de formalización, estructuras normales y tradicionales. Sistema: plano de abstracción más
alto, serie de elementos esenciales e indispensables, de oposiciones funcionales. Tanto norma como sistema
son formas que se manifiestan y comprueban en el mismo hablar.

Hablar

Norma

Sistema
● Esquema: el cuadrado mayor representa el hablar efectivamente comprobado, los actos linguisticos
concretamente registrados en el momento mismo de su producción. El cuadrado intermedio representa el primer
grado de abstracción, la norma, lo que en el hablar concreto es repetición de modelos anteriores. La operación
abstractiva del primero al segundo implica la eliminación de lo que en el hablar es inédito, variante individual,
ocasional o momentanea, conservándose solo los aspectos comunes. El cuadrado menor representa el segundo
grado de abstracción, el sistema: contiene solo lo que en la norma es forma indispensable, oposición funcional.
Se elimina por la nueva operación abstractiva todo lo que en la norma es simple costumbre, tradición, elemento
común en el hablar de la comunidad considerada pero que carece de valor funcional, inesencial. Se conserva
solo lo que es funcionalmente pertinente.

● Al establecer el concepto de norma se genera una doble abstracción: por un lado, se elimina todo lo subjetivo y,
por otro, se abstrae una norma única, general en la comunidad. Si se consideran los actos linguísticos de un solo
individuo hay que introducir un campo intermedio: norma individual (repetición, elemento constante en el hablar
de un individuo).

● El sistema ofrece una serie de posibilidades, mientras que la norma es más imperativa.

● Hay varias normas parciales, dado que la norma, por su misma índole, es siempre menos general que el
sistema.

● Distinción entre norma y sistema se da en el campo fónico (ej: vibrante simple y vibrante múltiple r – rr), en la
morfología (ej: errores de flexión en niños cuando están aprendiendo a hablar andé – anduve), en el campo
sintáctico (tipos generales de construcción – sistema- y fórmulas fijas –hechos de norma-; se me ha dado, no se
me ha dado, en cambio en italiano mi si é dato).

● Corresponde al sistema la particular clasificación conceptual del mundo que toda lengua representa (función
representativa) y la manera con que esa clasificación se realiza formalmente en cada idioma, tanto en el
momento de creación como de repetición del signo (función asociativa).

● Norma (realización normal del sistema): se comprueba que las variantes admitidas por el sistema, tanto desde el
punto de vista significativo como desde el formal, una suele ser la normal, mientras que las demás resultan
anormales o tienen determinado valor estilístico.
Cassany, Describir el escribir
● El código escrito no depende del oral, sino que constituye un código completo e independiente que puede
funcionar perfectamente como medio de comunicación.

● Los estudios de lingüística textual o discursiva reconocen, además de las reglas básicas de ortografía, fonética,
morfosintaxis y léxico, otros conocimientos que son necesarios para el manejo eficaz del lenguaje, a saber
(enfoque más completo):

o Adecuación: es la propiedad del texto que determina la variedad (dialectal o estándar) y el registro, según cada
situación particular, determinado por el tema (general o específico), el canal de comunicación (oral o escrito), el
propósito (informar, convencer, etc.) y la relación entre los interlocutores (jerarquías, relaciones de poder,
afectividad, etc.).

o Coherencia: es la propiedad del texto que selecciona la información según relevancia y pertinencia y
organiza la estructura comunicativa según una serie de factores. Se la suele denominar la macroestructura de
un texto, remitiendo a la “representación abstracta de la estructura global de su significado”, es un tipo de
esquema que contiene todas las informaciones del texto y las clasifica según su importancia e interrelaciones
(Van Dijk, 1977).

o Cohesión: es la propiedad del texto que conecta los distintos elementos entre sí mediante distintos mecanismos
llamados formas de cohesión: repeticiones o anáforas (aparición recurrente de un mismo elemento en el texto,
a través de la sinonimia, la pronominalización o la elipsis), relaciones semánticas entre palabras (antonimia,
hiponimia), enlaces o conectores (entonación y puntuación, conjunciones), etc. Estos mecanismos tienen la
función de asegurar la interpretación de cada frase en relación con las demás y, así, colaboran con el significado
global del texto, por lo que Van Dijk los denomina la microestructura del texto. Tiene un carácter más bien
sintáctico.

o Corrección gramatical: Incluye los conocimientos gramaticales de fonética, ortografía, morfosintaxis y léxico.
Algunos manuales también tienen el cuenta la disposición del texto en el espacio.

Diferencias entre los códigos oral y escrito (son tendencias, existen excepciones)

Análisis/Código Oral Escrito

Características contextuales Tiempo Inmediata Diferida

(situación comunicativa) Canal Auditivo Visual

Percepción Sucesiva Simultánea

Preparación Espontánea Elaborada

Materialidad Efímera Duradera

Códigos no verbales Mucha utilización Poca utilización


Interacción Hay (negociable) No hay

Contexto extralingüístico Muy importante Poco importante

Características Variedad Dialectal Estándar


textuales
Adecuaci Temática General Específica
ón Propósito Subjetivo Objetivo

Formalidad Baja Alta

Selección Menos rigurosa Más rigurosa

Coherenc Redundancia Mayor Menor


ia
Abierta, cambiante y poco Cerrada, planificada y
Estructura
estereotipada estereotipadas

Menor (usa más códigos Mayor (alto número de


Gramaticalidad no verbales y nominalizaciones,
pronombres) conectores, etc.)

Mucho uso (variaciones


Cohesión Recursos paralingüísticos Poco uso (tipografía)
tonales, pausas)

Mucho uso (movimientos Poco uso (layout,


Códigos no verbales
corporales, gestos) paratextos no verbales)

Referencias + exofóricas + endofóricas

Gramátic Morfología Poco formal Más formal


a
Fonología Usos espontáneos No emplea

Estructuras simples Estructuras complejas


Sintaxis
(+ parataxis) (+ hipotaxis)

Anacolutos (frases
Alta frecuencia Baja frecuencia
inacabadas)

Orden de los elementos Variable + canónica

Elipsis Frecuentes Infrecuentes

Léxico + informal + formal

Terminología + general + especializada

Muletillas, proformas, Alta frecuencia Se buscan términos


hiperónimos precisos

Repeticiones Alta frecuencia Se emplean sinónimos

Onomatopeyas,
interjecciones, frases Alta frecuencia Se eliminan
hechas

Modelos de relación oral-escrito

● Status del escrito de Vigner: analiza la cuestión desde la óptica de la didáctica de la lengua presentando 3
modelos de relación oral-escrito que se corresponden con 3 concepciones de enseñanza de la lengua:

(1) El escrito tradicional: el escrito constituye el modelo normativo que hay que aprender y seguir. La gramática es
oracional, prescriptiva y se basa exclusivamente en el código escrito. La lengua se presenta como monolítica y neutra,
prescindiendo de las distintas variedades dialectales y de los registros.

(2) El escrito como código segundo: planteamientos de la lingüística moderna. Lo oral es lo primordial y lo escrito se le
subordina; lo escrito como mera representación de lo oral, por lo que la gramática se basa en lo segundo: se enseña la
correspondencia sonido-grafía pero no las reglas para construir textos.

(3) El escrito como lengua: el oral y el escrito se presentan como dos códigos diferentes y autónomos que vehiculan la
misma lengua; la gramática se basa en el discurso; enfoque comunicativo. Profundas diferencias textuales y contextuales
que los separan. Vigner apoya esta última concepción: autonomía de los dos códigos.

● Status del escrito de Scinto: analiza desde una óptica psicolingüística.

(1) Modelo dependiente (tradicional): lo oral como la manifestación primera del lenguaje y lo escrito como su transcripción
gráfica; argumentos filogenéticos (aparición anterior del lenguaje oral) y ontogenético (se aprende primero); lo oral como
natural y lo escrito como cultural.

(2) Modelo independiente (Glosemática): el código oral y el escrito son absolutamente independiente, son dos posibles
manifestaciones autónomas del lenguaje.

(3) Modelo equipolente (Círculo lingüístico de Praga): los dos códigos tienen características estructurales comunes
aunque posean distintas funciones, que son complementarias en la comunidad lingüística. Destacan la preservabilidad y
el grado de contextualización del escrito.

Tanto Vigner como Scinto defienden la autonomía del código escrito respecto del oral.

● Situaciones de escritura: Este código actúa en un conjunto muy variado de situaciones de comunicación, en
condiciones diversas que hacen que se produzcan variaciones en sus características: escrito para ser dicho
como si no fuera escrito (guiones), escrito para ser dicho (discursos), escrito no necesariamente para ser dicho
(lectura en voz alta), dicho para ser leído como si fuera escrito (dictados de cartas), dicho para ser leído
(entrevistas).

Ramírez Gelbes, Cómo redactar un paper


Cohesión: funciona como un conjunto de enlaces intratextuales que permiten establecer las relaciones semánticas que
aseguran la continuidad del sentido y la constitución de un texto en tanto unidad de significación.

1) Referencia: Relación semántica en la que el significado de un elemento se interpreta a través de la identificación de


otro un referente dentro o fuera del texto, como fenómeno intraoracional o extraoracional.

● Son exofóricas cuando remiten hacia afuera del texto, al contexto (algunos autores las llaman deícticos).
Pueden ser de persona (pronombres, posesivos), de lugar (adverbios, demostrativos), de tiempo (adverbios,
tiempos verbales) o de modo (adverbios).

● Son endofóricas cuando remiten hacia adentro del texto. Se dan en el discurso autónomo, es decir que no hace
falta estar en el momento de la emisión para interpretar el enunciado. Cuando señalan hacia atrás son
anafóricas; hacia adelante, catafóricas.

● Referencias personales: provistas por indicaciones de persona o de posesión.

● Referencias demostrativas: representada por algunos adverbios, tiempos verbales y demostrativos.

● Referencias comparativas: permiten establecer comparaciones de lo designado por diferentes elementos dentro
de un texto. (implícitas o explícitas): mejor, el mismo u otro.

2) Sustitución

● Proverbo hacer: Verbo hacer y compuesto hacerlo: se dice que es un proverbo porque en muchos casos no
tiene un contenido léxico propio en el enunciado sino que sustituye a otro verbo para que no sea necesario
repetir.

● Sustituto lo mismo: el adjetivo mismo se suele sustantivar y señala identidad, que puede ser referencial
(adjetivo) o conceptual (sustantivo). Se suma la forma lo mismo que promueve cohesión empaquetando en su
sentido una expresión o segmento. USO INCORRECTO: como pronombre que pueda emplearse en reemplazo
de sustantivos.

3) Elipsis: se produce cuando se omiten partes del enunciado y solo pueden recuperarse haciendo remisión al texto
precedente o consecuente. Se utiliza para alivianar el texto y evitar/reducir la redundancia. Se pueden elidir sintagmas,
palabras y frases.
4) Conjunción: Los elementos conjuntivos son cohesivos de manera indirecta. Poseen contenido semántico y determinan
el tipo de relación que se establece entre enunciados. 4 tipos de conectores:

● Aditivos: unen segmentos que se orientan en la misma dirección argumentativa (también, incluso, es más,
aparte). Siempre establecen una especie de enumeración: cuando entre el penúltimo y el último miembro de la
enumeración hay un aditivo, se trata de una enumeración completa. La adición pueden funcionar como
progresiva o digresiva. Solo pueden adicionarse elementos de la misma categoría gramatical.

● Adversativos: el segundo elemento suprime o atenúa la conclusión que se podría obtener inicialmente del
primero (pero, sin embargo, en cambio).

● Causales y consecutivos: Presentan lo dicho en un segmento como consecuencia de lo dicho en otro


(causales: porque, como, ya que; consecutivos: por lo tanto, así, entonces, por ende). En los causales, la causa
está a la derecha del conector y la consecuencia a la izquiereda; en los consecutivos es al revés. La relación
puede ser factual o evidencial.

● Temporales: Establecen una forma de relación temporal que puede ser de simultaneidad, anterioridad o
posteridad (antes, después, entonces, luego).

5) Cohesión léxica: la referencia fundamental se construye a partir de las propias palabras.

● Reiteraciones: forma de retomar y entretejer el hilo discursivo.

- Repetición que permite una interpretación fluida que alienta el seguimiento del tema, puede ser exacta o
parcial, de palabras o segmentos, puede ser la misma palabra o con una tranformación de clase de palabra
entre el referente y su repetición;

- Sinonimia (o cuasisinonimia, ya que según algunas teorías lingüísticas nunca existen sinónimos iguales,
siempre existen colocaciones y matices) pueden ser palabras o incluso oraciones enteras, lo que
denominamos paráfrasis;

- Hiperonimia: las palabras conforman subconjuntos que constituyen redes de significado, los nombres
genéricos son hiperónimos, mientras que los hipónimos son nombres específicos;

- Proformas léxicas: palabras muy generales que funcionan como comodines y permiten sustituir a otras que
ya han sido usadas varias veces. Suelen reemplazar no solo a otras palabras sino a sintagmas completos
(concepto, forma, noción, idea). Son denominadas semitérminos por algunos especialistas: palabras
bastante amplias que permiten sustituir a un gran número de otras palabras.
● Colocaciones: series de palabras relacionadas entre sí por pertenecer a un mismo universo de discurso o
campo léxico. Este entramado léxico va construyendo el andamiaje del tema y va permitiendo la constitución del
significado, con la marca estilística del autor, que mediante el léxico manifiesta su punto de vista e ideología
sobre el tópico abordado.

Reyes, Cómo escribir bien en español


● Gramática prescriptiva: centrada en la idea de lo correcto y en la regulación de la conducta lingüística del
hablante mediante normas. Incluyen normas tanto del código oral como del escrito, cómo pronunciar las
palabras, ortografía, puntuación vocabulario, significados adecuados y combinaciones de palabras. El uso puede
estar en desacuerdo con las normas (ej: dequeísmo, sucede pero no se considera correcto). Intenta defender las
normas gramaticales de las veleidades del uso. La norma de aceptabilidad varía según el contexto histórico y
sociocultural (mutabilidad de la lengua).

● Gramática descriptiva: describe las estructuras de una lengua. El objetivo es lograr la descripción del conjunto
de regularidades sistemáticas caracterizan a una lengua, tratando de identificar y explicar lo que es regular y
estable, tanto lo que es aceptado por la norma como lo que no (ej: supresión de /s/ final). Disciplina más amplia
sobre la que se apoya la prescriptiva.

● Incorrecto es aquello que no se adhiere a la norma prescriptiva (atenta contra ella), mientras que lo agramatical
refiere a aquello que no se corresponde con ninguna regla de la gramática española, que no se inscribe dentro
del genio de la lengua y que no suele producirse por hablantes nativos.

● La aceptabilidad es relativa: varía con el tiempo e incluso de comunidad a comunidad.

● Diversidad: No hay dos hablantes que hablen exactamente igual. Existen variedades de la lengua: las que
corresponden al registro y las dialectales, tanto geográficas como socioculturales.

● Reglas: intuitivas (las poseemos por ser hablantes nativos, referidas a la gramática universal) y aprendidas (las
aprendemos en nuestra formación escolar, referidas a las gramáticas descriptiva y normativa). Durante la
instrucción formal comenzamos a reflexionar conscientemente sobre la lengua y mediante la práctica esas reglas
aprendidas pueden convertirse en reglas automáticas que empleamos al escribir.

● Gramática mental: Es un conjunto de reglas que no nos enseñan, que se van formando en nuestra mente en los
primeros años de vida. Forman parte del sistema de conocimiento inconsciente. Herencia genética: los seres
humanos venidos preparados para aprender una o varias lenguas.
● Gramática universal: Es lo que nos permite construir una gramática mental de la lengua o lenguas. Es la aptitud
innata de los humanos para aplicar principios gramaticales y utilizar sistemáticamente los datos lingüísticos
disponibles.

● Análisis consciente de la lengua: comienza con el conocimiento de la escritura.

ERRORES FRECUENTES (PÁGINA 89, Reyes)

Milroy, Estandarización en la lengua


● La estandarización consiste en la imposición de uniformidad a una clase de objetos. No es un proceso
universal ni natural ni neutral: es una imposición ideológica. El principal objetivo en la lengua es establecer
uniformidad en sus partes estructurales.

● Todos los estudios lingüísticos se ven permeados por la ideología, no existe tal ‘objetividad’. Muchos de los
estudios teóricos y descriptivos de los lingüistas se han basado en lenguas estándares, sin ningún criterio que
justifique esta elección, sino como una mera respuesta a la hegemonía conferida a estas. Incluso la gramática
universal se ha basado en ellas, lo que hace que muchas descripciones no tengan nada que ver con la gramática
intuitiva de los hablantes sino con criterios culturales. Este tipo de estudios mantienen la hegemonía del estándar
por encima del uso real de las lenguas y desprecia a las no estándar. Los estudios lingüísticos cuantitativos,
además, se basan en situaciones monolingües, lo que limita su poder de análisis y propone una visión
estructuralista, de la lengua como un estado finito y estable.

● En general, la variedad estándar se equipara con la variedad con mayor prestigio social, que no es inherente
sino adquirido a partir del prestigio del grupo hablante (por metonimia, es indicial). Esta categoría social tiene
más que ver con la ideología de la estandarización que con el proceso lingüístico sí mismo.

● Mientras el prestigio es una categoría de evaluación social, la uniformidad es una propiedad de los sistemas
lingüísticos.

● LABOV entiende que los ejes de estándar-no estándar y de clase socioeconómica están íntimamente
emparentados. MILROY considera que esta equiparación puede ser inconsistente y confusa, así como el criterio
de ‘formalidad’ o ‘lengua cuidada’.

● La uniformidad en el uso de una lengua se impone institucionalmente sobre un cierto estado de la lengua y
jamás puede aplicarse de forma total en la práctica, por lo que no puede existir una variedad completamente
estandarizada.
● La estandarización no es única ni propia del lenguaje, sino que ha afectado a lo largo de la historia a muchas
otras áreas (ej: sistema monetario). Esta facilita la eficiencia de todo tipo de intercambio necesaria tras la
expansión del mercado global capitalista. Este proceso de estandarización global tiene, primeramente,
objetivos económicos, comerciales y políticos.

● El proceso de estandarización de la lengua implica la intervención consciente de personas, funcional a objetivos


ideológicos.

● Un axioma dentro de los estudios lingüísticos es la distinción entre lo interno y lo externo a la lengua: la
estandarización, se considera un elemento sociopolítico y, por tanto, externo, aunque sus efectos repercuten en
las formas internas del lenguaje. La lengua en uso, por ser un fenómeno intrínsecamente social, solo puede
observarse en su contexto, lo cual demuestra que la distinción entre factores internos y externos del lenguaje es
muy difícil cuando se sale de la idealización teórica.º

● Un efecto muy importante de este proceso fue la conciencia que se implantó en los hablantes que asumen como
‘sentido común’ el hecho de la existencia de variantes correctas e incorrectas, sin precisar de una justificación
que lo avale. Las normas prescriptivas que dependen de factores intralingüísticos son racionalizaciones post hoc.
Considerarlas como ‘sentido común’ cierra la posibilidad de una reflexión acerca de ellas. Esta es una actitud
política que asumen los hablantes sin notarlo, ya que lo naturalizaron a partir del proceso de estandarización.

● La ideología de la estandarización necesita que los hablantes aceptan que la lengua en sí no es algo que el
nativo posea, que no existe intuición del hablante ni gramática innata (como postula la gramática universal). Todo
esto se define de forma externa. El sentido común dicta que a los niños se les debe enseñar el canon lingüístico
que existe por fuera de los hablantes.

● Las formas canónicas se consideran una herencia preciada, construida a lo largo de generaciones y trabajada
por unos pocos que las han ido refinando. Se estableció la creencia de que si lo canónico no se protege, el
lenguaje se verá destruido y la comunicación será imposibilitada. Esa estrategia ha logrado mantener la ideología
del estándar. Una de las bases para este razonamiento es la concepción de que el lenguaje es una posesión
cultural, así como la religión o el sistema de leyes, en vez de entenderla como una facultad cognitiva que se aloja
en nuestra mente, por el mero hecho de ser humanos.

● El poco peso social de los estudios lingüísticos en la sociedad y la imposición de un curriculum educativo a nivel
nacional son factores importantes en el mantenimiento de la lengua estándar y en la legitimidad que a ella se le
confiere.

● Esta larga tradición legitima a la variedad estándar como la única posible o la educada y preferida. Las
gramáticas y los diccionarios como formas autorizadas colaboran mostrando a la lengua como un sistema
concreto y tangible, en lugar de lo caótico y abstracto que caracteriza al lenguaje.
● La hegemonía del estándar se ve incluso en los estudios lingüísticos que critican esta postura, ya que de una
manera u otra se ven en oposición al estándar sin poder salirse nunca de su lógica.

● La estandarización del lenguaje no es universal y, de hecho, hay lenguas que no cuentan formas estándares y
cuyos estados no pueden considerarse dentro de límites claros o estables. Esto implica una concepción de la
lengua como proceso dinámico, en vez de como un objeto fijo y concreto. GRACE incluso considera que las
fronteras entre los distintos lenguajes son muy difíciles de trazar, ya que la existencia del lenguaje en sí no puede
delimitarse dentro de la mente de los hablantes. Donde no ha llegado la estandarización, la lengua se considera
como una entidad inestable y fluida y no se conciben a la lengua como un sistema coherente de partes
interdependientes, sino que la consideran como grandes espacios de recursos lingüísticos. El hecho de que
existan lenguas separadas es un mero resultado de un entramado de distintos factores sociales, geográficos,
ideológicos y culturales y no una tendencia inherente y natural de las lenguas.

● El proceso de estandarización es gradual y siempre tiende a despertar resistencias. La tendencia natural del
lenguaje es variar, diferenciarse a nivel regional y social, por lo que la estandarización nunca termina de
completarse y que se ve constantemente en puja por establecerse.

● Las lenguas estándares, sobre las cuales se han basado la gran mayoría de los estudios lingüísticos y que
cuentan con un amplio reconocimiento y legitimidad por parte de las comunidades, son lenguas no vernáculas
que no habla, en términos reales, ninguna comunidad hablante: el inglés, el alemán, el francés, por ejemplo,
tales y como se las conocen en su variedad estándar, no existen en términos reales, sino que son ideales
abstractos a los que busca imitar una gran parte de la comunidad hablante, aunque nunca se asuma de forma
real por ninguno de ellos.

● Propiedades del estándar: internamente cuenta con cierta uniformidad en las estructuras y externamente se
caracteriza por ser empleada en la escritura, en contextos ‘educados’ y por haberle sido conferida cierta
legitimidad social. La uniformidad y estabilidad de la lengua como estado finito y concreto es una propiedad
específica de esta idealización abstracta.

● La ideología del estándar busca siempre brindarle legitimidad a la variedad seleccionada, apoyándose en las
distintas instituciones y academias. Además, devalúa al resto de las variantes, considerándolas populares e
ilegítimas, impropias en ciertos contextos. A esto han colaborado los estudios históricos lingüísticos, que
muestran al estándar como la instauración de una identidad estatal en la construcción de los estados-nación y
como un proceso histórico, codificado de forma tal que le brinde cierta legitimidad. Se presenta a este proceso
histórico como evolución natural hacia una forma pura e impoluta de la variedad lingüística. Así se construye una
idea de lenguaje como entidad abstracta, independiente de sus hablantes y su contexto de uso y con una larga
tradición que legitima su forma pura e incorruptible.

Ramírez Gelbes, Correctores, periodistas y la Academia Argentina de Letras


● El ideal de lengua se construye en tensión entre la fuerza centrífuga de la variación y la fuerza centrípeta del
monocentrismo.
● La identidad lingüística de una nación está en constante construcción, entendiendo que es herencia pero a su
vez futuro.

● Proceso de estandarización de una lengua: (1) la selección de una variedad (la de un grupo determinado, por lo
general, con cierto prestigio social), (2) su uso en todas las situaciones, (3) su codificación en gramáticas y
diccionarios y (4) su aceptación por parte de la comunidad. La variedad estándar no es sino una de entre todas
las existentes, magnificada por la administración, la escuela y los medios de comunicación y edificada sobre las
bases de un dialecto que tiene prestigio no por sus características lingüísticas, sino más bien por causas político-
sociales. La estandarización se corporiza en prácticas sociales y lingüísticas que se imponen como una malla
ideológica en la conciencia y en la identidad lingüístico-cultural.

● La variedad seleccionada como oficial en la Argentina se debatió entre quienes proclamaban la necesidad de
normalizar en favor de una unidad con los demás países hispanohablantes y quienes consideraban que cada
pueblo americano tenía derecho a defender sus usos vernáculos. Se establecieron así tres posiciones: una de
purismo y lealtad hacia el español castellano, otra que promovía una lengua diferente sobre la base de una
progresiva diferenciación de la variedad nacional y una tercera posición que sostenía que debían aceptarse
y reforzarse los rasgos característicos de la variedad propia dentro de una unidad supralingüística
general.

● Hacia fines del siglo XIX se vio la necesidad de promover un modelo lingüístico único y homogéneo, que
neutralizara de alguna manera las variaciones internas y que ayudara a incorporar a los inmigrantes a la
identidad nacional. La educación unificadora de la sociedad precisaba de una lengua única que permitiera la
construcción de una nación ‘cilivizada’. Esto demuestra la función no solo simbólica de identidad nacional, sino
también práctica de la unificación lingüística.

● En la primera mitad del siglo XX, la tendencia purista prevaleció en los ámbitos oficiales y se implantó una imagen
desvalorizada de las variedades locales, que la sociedad asimiló y naturalizó. Gracias al fomento de los medios
de comunicación y la escuela, el rioplatense se consideraba una desviación y se perpetuaba el tuteo. Esto llevó a
que se considere al español ibérico como un estándar a seguir y a la variedad nacional como subestándar. Así,
la representación social que el hablante argentino tiene de su variedad es la propia de una lengua estigmatizada,
mientras que la lengua estándar está definida por la norma monocéntrica, es decir, por la norma propia del
español de España.

● Academia Argentina de Letras (AAL - 1931): la labor de las academias es básicamente normativa y se apoya en
ideales como la pureza y la corrección de la lengua, detrás de lo cual hay un fuerte componente ideológico,
caracterizado por el prestigio de quienes hablan ese ideal teórico de lengua. Las academias se ocupan de
prescribir y los profesionales de las letras se ven, por lo general, obligados a recurrir a ellas para justificar sus
elecciones. La tarea de la AAL se orientó a la búsqueda de un equilibrio entre la unidad, que permitiera la
comunicación entre los distintos pueblos hispanohablantes, y la diversidad, que reconociera las identidades y
rasgos particulares de cada pueblo.
● La autora plantea dos soluciones concretas al problema de la normalización: una estandarización
monocéntrica, que plantea una sola norma estandarizada a la que se subordinan las distintas variedades
nacionales y regionales; o una estandarización policéntrica, una pluralidad de normas de variedades
nacionales estandarizadas. Según Blanco, en Argentina se ve una tendencia a la postura monocéntrica hasta
bien entrada la década del sesenta y una tendencia contraria, en la que se aceptan los usos locales, desde
entonces. Esto se ve en el hecho de las Academias han aceptado las distintas variedades. Sin embargo, el
ámbito profesional (particularmente el editorial) no termina de aceptar la norma policéntrica, salvo en el caso del
periodismo, que se muestra mucho más receptivo en relación con las formas dialectales.

● En un estudio exploratorio sobre la noción de corrección se extrajo que: el 70 % de los correctores y el mismo
porcentaje de los periodistas utiliza el DRAE; solo un corrector de entre los encuestados conoce la AAL (no es
vista por los usuarios argentinos como una autoridad idiomática representativa); el 10 % menciona el uso de
manuales de estilo de medios españoles y ninguno se refiere a los manuales de estilo de los diarios argentinos.

● Los dialectos suscitan solamente evaluaciones subjetivas, que refieren a las distancias sociales de los grupos
hablantes de tal o cual dialecto. Este no es un valor inherente, sino un valor impuesto, que se relaciona con el
prestigio social de los grupos.

● Las actitudes lingüísticas contienen tres componentes: el cognoscitivo (percepciones, creencias y estereotipos),
el afectivo (emociones y sentimientos) y el conativo (tendencia a actuar y a reaccionar de cierta manera con
respecto al objeto).

● Frente al dialecto de España, hay una concepción de superioridad, de considerarlo más prestigioso, que se
mantiene por sobre todo entre los guardianes de la lengua, como periodistas, editores, profesores, académicos y
otras fuerzas sociales defensoras de la preceptiva. Es así que los profesionales de la lengua en Argentina no
dudan en recurrir a la normativa peninsular y conciben su propia variedad vernácula como impropia. Además, se
muestra que la RAE es una institución mucho más visible en Argentina que la AAL (llamado ‘movimiento
hispanista’), en parte gracias a los apoyos de los anunciantes. Hay un quiebre claro en los profesionales
argentinos de la lengua entre la realización lingüística concreta (norma objetiva) y su sentido de la corrección
(norma axiológica). Los argentinos tienen una actitud positiva hacia el empleo de la variedad en situaciones
reales, pero no así en los contextos ‘prestigiosos’ (generalmente en el código escrito).

● Norma: término, por lo menos, bisémico. Refiere a la realización culturalmente establecida y socialmente válida
para un determinado momento histórico de las posibilidades abstractas de un sistema lingüístico (norma objetiva)
y, a su vez, a las ideas de corrección de los hablantes, aludiendo al modelo e uso ejemplar vigente en una
comunidad (norma axiológica).

Negroni y Tordesillas, La enunciación en la lengua


● La comunicación no es la única función del lenguaje.

Esquema de comunicación de Bühler (30’s)


● Lenguaje como organon, herramienta de la que se sirven los hablantes para comunicarse entre sí. Componentes
del acto verbal: emisor, receptor y situación externa (objetos y relaciones) a la que se hace referencia en la
comunicación. Determina las tres funciones del lenguaje según cuál de estos elementos obtenga prioridad en la
enunciación: expresiva, apelativa y representativa.

● Signo lingüístico complejo, ya que es a la vez símbolo con respecto a su relación con los objetos y las relaciones
a las que alude; síntoma o indicio por su dependencia del emisor, cuya interioridad expresa; y señal, por su
apelación al oyente, cuya conducta interna o externa dirige.

Esquema de Jakobson (60’s – Escuela de Praga)

● Amplía el esquema de Bühler, agregándole tres nuevos factores y funciones: el código que comparten emisor y
receptor para que la comunicación sea posible (función metalingüística); el mensaje, que hará alusión a un
contexto de referencia susceptible de ser verbalizada (función poética); y el canal o contacto, una conexión
tanto física como psicológica entre los interlocutores que permita la emisión y recepción del mensaje (función
fática).

● Cualquiera de los seis componentes puede ser el centro de la enunciación.

- Función referencial (contexto): es aquella que se centra en el carácter puramente informativo vehiculizado
por el mensaje;

- Función expresiva o emotiva (destinador): corresponde a la huella del emisor en su mensaje. Se manifiesta
con mayor claridad en la interjección. También en la entonación, elección de palabras, estructuración de la
oración, etc;

- Función conativa o apelativa (destinatario): empleo del vocativo y el imperativo destinado no a transmitir una
información, sino a obtener un determinado comportamiento del destinatario. Las órdenes, los pedidos, la
persuasión, aunque el destinatario sea un ser inanimado o imaginario, siempre y cuando se lo presente
como teniendo acceso al poder de la palabra. Función del lenguaje para conseguir algún efecto práctico;

- Función metalingüística (código): refleja la conciencia que el emisor tiene del código y es aquella que busca
verificar si ambos interlocutores lo comparten. El lenguaje utilizado para reflexionar sobre el lenguaje mismo.
El lenguaje humano es el único sistema semiótico que posee esta capacidad de autoreferencia;

- Función fática (contacto o canal): Se manifiesta en aquellos enunciados que sirven para abrir o mantener
abierto el canal, para cerciorarse de que este funciona, para llamar la atención del interlocutor, para
confirmar si su atención se mantiene;

- Función poética (mensaje): No se limita solo a la poesía, sino que se manifiesta en todo uso artístico o
creador de la palabra.

Lo habitual es que un mismo mensaje cumpla varias funciones a la vez. Se da un orden jerárquico de diferentes
funciones. La estructura verbal de un mensaje depende de la función predominante.
Kerbrat-Orecchioni - Críticas al modelo de Jakobson (en La enunciación. De la
subjetividad en el lenguaje)
a. Homogeneidad del código:

Los participantes nunca hablan exactamente la misma lengua, aunque pertenezcan a la misma comunidad lingüística. La
idea de un código único compartido de forma perfecta por los interlocutores no es más que una idealización teórica. En la
realidad, existen disimetrías frecuentes entre producción e interpretación y la intercomprensión entre hablantes es solo
relativa y gradual; la comunicación se basa sobre la existencia de dos idiolectos mutuamente compatibles.

b. Unicidad del canal

El canal no es único, sino que la comunicación es por lo general multicanal, al menos en la oralidad. En el caso de un
diálogo, por ejemplo, el mensaje no es únicamente verbal, sino que los comportamientos paraverbales (entonación,
movimientos corporales, etc.) contienen gran parte del mensaje del emisor. Las competencias lingüísticas y
paralingüísticas no pueden ser disociadas en el estudio de la comunicación humana.

c. Estatismo y esquematicidad del modelo

El modelo no permite dar cuenta de las propiedades de reflexividad (en el sentido de que todo emisor es a la vez el
primer receptor de su mensaje), simetría (en la medida en que el receptor funciona a su vez como emisor en potencia) y
transitividad (la posibilidad de que un emisor pueda transmitir a un receptor un cierto contenido y que este último pueda
a su vez trasmitir el mismo contenido a otro potencial receptor (lenguaje como transmisor de saber)). Estas tres
propiedades son específicas de la comunicación verbal y permiten oponerla a otros tipos de comunicaciones semióticas.

d. Simplificación extrema de las fases de emisión y recepción

En el proceso enunciativo, son muchas y variadas las facetas que el emisor de un discurso puede adoptar, múltiples los
grados de adhesión y distanciamiento frente a lo que dice. A veces el emisor precisa desdoblarse (ej: citas), otras veces
se debe establecer una cadena en la que distintos individuos toman el papel de emisor (ej: teatro). La categoría de
receptor también es muy compleja, y existen distintos niveles de recepción. Además, su status puede cambiar en el
transcurso de la situación enunciativa. A saber:

a) Alocutarios o destinatarios directos: el alocutario es el personaje discursivo a quien explícitamente se dirige la


enunciación. Las marcas pueden ser las formas de segunda persona, pronombres personales o posesivos, los vocativos,
la direccionalidad de la mirada del locutor, etc. Puede ser individual o grupal, un personaje real, virtual o ficticio, nominal
o anónimo. Puede tener o no la posibilidad de responder y, en caso de que hubiera respuesta, esta puede ser inmediata
o diferida. Puede estar físicamente presente o no.

b) Destinatarios indirectos (no alocutario): no forma parte de la relación de interlocución propiamente dicha, por lo que
nunca se lo designa con las formas de segunda persona, aunque su presencia está claramente prevista por el locutor.
Funciona como testigo o cómplice del intercambio comunicaivo, lo que puede llegar a determinar la forma y el contenido
del discurso producido. Su presencia puede dejar huellas en el discurso (ej: la repetición del nombre del entrevistado en
la radio para las nuevas audiencias). Su status comunicativo puede modificarse en el trancurso de la situación
comunicativa.
c) Receptores adicionales (no alucutario): no están previstos por el locutor, por lo que su presencia no deja ninguna
huella en el discurso. No entra dentro de la categoría de destinatario.

d) Destinatarios encubiertos: personaje discursivo a quien se lo constituye como una no-persona mediante actos ocultos
en complejos ilocucionarios (enunciados con líneas múltiples que se dirigen a distintos destinatarios simultáneamente)
que se le dirigen de forma encubierta. Es muy común en el discurso político (ej: para quienes no creían que
llegaríamos...). No entran en el circuito comunicativo, no se les da voz ni derecho a réplica, no existe una interpelación
directa sino que se los constituye como un ‘tercero discursivo’. Entre los recursos lingüísticos más habituales está el uso
de formas verbales que presentan ambigüedad entre la segunda y la tercera persona o las construcciones sintácticas
encabezadas por quien(es)/el(los) que. Otro elemento importante es la polaridad (negación).

Jakobson, Lingüística y poética


● Factores que constituyen todo hecho discursivo: el destinador (emisor) manda un mensaje a un destinatario,
que requiere de cierto contexto de referencia que el destinatario pueda captar, de un código común a ambos y
de un contacto entre ambos, mediante un canal físico y una conexión psicológica entre destinador y destinatario,
para poder establecer y mantener la comunicación.

● Cada uno de estos seis factores determina una función diferente del lenguaje, aunque nunca se está en un
monopolio de, sino que en cada hecho comunicacional se establece un cierto orden jerárquico, donde una se
establece como predominante.

(1) Emotiva: centrada en el destinador, apunta a una expresión directa de la actitud del hablante ante aquello de lo
que está hablando. No hay que creer que lo emotivo no transmite información (reducción arbitraria de la
capacidad informativa de los mensajes). Un recurso común es el uso de interjecciones.

(2) Conativa: orientada al destinatario, donde el recurso más común radica en el empleo del imperativo y los
vocativos.

(3) Referencial: centrada en el contexto, orientada hacia lo cognoscitivo, a la función informativa que puede tener un
mensaje.

(4) Fática: se focaliza en el contacto, y está constituida por los mensajes que sirven por sobre todo para establecer,
prolongar o interrumpir la comunicación; para cerciorarse de que el canal está funcionando o para llamar la
atención del interlocutor. Generalmente se emplean formas ritualizadas. Es la primera función verbal que
adquieren los niños.

(5) Metalingüística: se trata del lenguaje que habla de sí mismo y está orientada, justamente, al código. Se trata de
la confirmación de alguno de los interlocutores de estar utilizando el mismo código.

(6) Poética: se centra en el mensaje como tal. No debe reducirse a la esfera de la poesía. Es cierto que predomina
en el arte verbal, pero no es la única función de la poesía ni se encuentra solo en ella (ej: eslóganes políticos,
colocaciones, etc.) Los dos modos básicos de conformación empleados en la conducta verbal son: la selección,
sobre la base de la equivalencia, la semejanza y desemejanza, la sinonimia y antonimia; y la combinación, que
se basa en la contigüidad de la construcción de las secuencias. La función poética proyecta el principio de la
equivalencia del eje de selección al eje de combinación, por lo que la equivalencia pasa a ser un recurso
constitutivo de la secuencia.

Benveniste, El aparato formal de la enunciación


● El autor distingue entre las condiciones de empleo de las formas, al conjunto de reglas que fijan estas
condiciones sintácticas en las que las formas deben o pueden aparecer y las condiciones de empleo de la
lengua, como mecanismo total y constante.

● La enunciación es poner a funcionar la lengua mediante un acto individual de utilización. La relación entre el
locutor y la lengua determina sus caracteres lingüísticos.

● Tres modos de estudiar la enunciación: (1) realización vocal de la lengua, sonidos emitidos y percibidos
proceden siempre de actos individuales. En el mismo sujeto los mismos sonidos no son nunca reproducidos
exactamente y la noción de identidad solo es aproximada. Estas diferencias se deben a la diversidad de las
situaciones en que es producida la enunciación; (2) enunciación supone la conversión individual de la lengua en
discurso, semantización de la lengua, teoría que analiza los procedimientos mediante los cuales las formas
lingüísticas de enunciación se diversifican y engendran; (3) definición de la enunciación en el marco formal de su
realización, tratando de esbozar los caracteres formales de la enunciación a partir de la manifestación individual
que se actualiza (la que lleva a cabo Benveviste).

● Elementos de la enunciación: acto mismo, situaciones donde se realiza e instrumentos que la consuman.

● Antes de la enunciación, la lengua no es más que la posibilidad. Después es discurso que emana de un locutor a
la espera de un auditor y que suscita otra enunciación.

● En tanto que realización individual, la enunciación es un proceso de apropiación. El locutor se apropia del
aparato formal de la lengua y enuncia su posición de locutor mediante indicios específicos y procedimientos
accesorios. En cuanto se declara locutor, implanta al otro delante de él. Toda enunciación es, de forma implícita
o explícita, una alocución, postula un alocutario. Por último, la enunciación en su expresión se relaciona con el
mundo, mediante el uso de la referencia. Necesidad del locutor de referir por el discurso y posibilidad del
alocutario de correferir, en el concenso pragmático.

● Dato constitutivo de la enunciación: la presencia del locutor en su propia enunciación hace que cada
instancia discursiva se constituya como un centro de referencia interna. Ejemplos de ellos es el empleo de
pronombres y deícticos, tiempos y modos verbales, etc.

● Indicios de ostensión (este, aquí): términos que implican un gesto que designa el objeto al mismo tiempo que es
pronunciada la instancia del término.
● Estos términos se actualizan. Es decir, son engendrados de nuevo cada vez que es proferida una enunciación y
cada vez designan de nuevo.

● Temporalidad: De la enunciación procede la instauración de la categoría del presente y de la categoría del


presente nace la del tiempo. La única manera en la que el hombre puede inscribirse en el ‘aquí y ahora’ es
mediante la inserción del discurso en el mundo. El presente formal explicita el presente inherente a la
enunciación, que se renueva con cada producción de discurso. Continuidad y temporalidad se engendran en el
presente incesante de la enunciación.

● No bien el enunciador se sirve de la lengua para influir de algún modo sobre el comportamiento del alocutario,
dispone para ello de un aparato de funciones: interrogación (enunciación construida para suscitar una
respuesta), intimación (órdenes, llamados, imperativo, vocativo), aserción (apunta a comunicar una
certidumbre, manifestación más común de la presencia del locutor en la enunciación), modalidades formales
(enuncian actitudes del enunciador hacia lo que enuncia y que indica posibilidad, incertidumbre, indecisión, etc).

● Algo característico de la enunciación es la acentuación de la relación discursiva al interlocutor. La


enunciación, como forma de discurso, plantea dos ‘figuras’ igualmente necesarias (interlocutores) que son
alternativamente protagonistas.

Bratosevich, Expresión oral y escrita


● El autor parte de una consideración sociolingüística del lenguaje como fenómeno de comunicación.

● Crítica a los criterios heredados:

o Criterio naturalista: según este criterio los idiomas, como las especies biológicas, obedecen a leyes internas de
crecimiento y extinción y los intentos externos de regularlos son incompetentes (transferencia a la lingüística de
los principios de las ciencias naturales). CRÍTICA: es el hombre quien crea el idioma y quien puede regular
conscientemente las normas de su empleo, al menos hasta cierto punto.

o Criterios de autoridad: apela como norma suprema a los dictámenes de los gramáticos, profesores y las
academias. CRÍTICA: no pueden, por decisión personal, dictaminar sobre la legitimidad de un uso. Lo “correcto”
siempre procede de un consenso comunitario. Su función es la de difundir y registrar las normas aceptadas
vigentes, no la de inventarlas.

o Criterio literario: propugna como válido el uso de las grandes obras literarias. Hay dos variantes: la que adopta
una perspectiva histórica (escritores de la Edad de Oro española como modelos de buen decir) y la moderna,
que reconoce como innegable la evolución del idioma y se centra en los autores contemporáneos. CRÍTICA: la
obra literaria hace uso de las variedades lingüísticas que sus necesidades expresivas reclaman, pero no por
ello se atienen todos necesariamente a una norma única. Además, no puede encontrarse en la literatura un
aspecto esencial del lenguaje: el estrato sonoro, los matices de entonación, la pronunciación de ciertos grupos
consonáticos, etc.
o Criterio etimológico: es correcto lo que no traiciona las leyes normales de evolución de las palabras y las formas
gramaticales. CRÍTICA: no se traslada a los hechos, en los que las evoluciones son más bien heterogéneas.

o Criterio geográfico: sería correcto lo que se emplea en la zona original de difusión de la lengua madre.
CRÍTICA: esto es imposible cuando en un mismo país se da una multiplicidad de variedades. Cualquier
selección será siempre arbitraria y motivada ideológicamente, aunque hay zonas de espontánea influencia y
prestigio (grandes metrópolis) a las que otras imitan.

o Criterio lógico: si hay contradicción lógica, hay incorrección idiomática. CRÍTICA: no se traslada a los hechos,
en los que constantemente caemos en contradicciones o redundancias, como ser ‘no quiero nada’ o ‘en
primerísimo lugar’.

o Criterio práctico: lo más fácil de decir sería lo más correcto. CRÍTICA: no se ve en los hechos. Decimos ‘doctor’
en vez de ‘dotor’.

o Criterios basados en el uso: sería correcto lo que se ha impuesto como tal, porque se lo emplea en el uso
efectivo. CRÍTICA: surge el problema de ¿al uso de quién nos referimos? ¿Al de la mayoría heterogénea o al
de la minoría sectaria? En términos generales, se acepta el uso de una minoría cuando esta se impone al resto
en términos de prestigio social. Al llamar incorrectos a algunos usos del lenguaje, obedecemos a una ideología
que jerarquiza ciertos grupos sociales en detrimento de otros. Nada es válido indiscriminadamente.

● Si entendemos a la cultura como un sistema de comportamiento comunitario, no podríamos dividir a la sociedad


entre cultos e incultos, sino que debiéramos aceptar la existencia de distintas formas de cultura y así no cae en
una concepción elitista. La mal llamada ‘lengua culta’ es la que se impone en los ámbitos públicos (el lenguaje
administrativo, educativo, científico, etc.).

● El lenguaje no es una entidad estática, sino que es dinámico en más de un sentido: histórico (evoluciona),
geográfico (matices regionales), social (especializaciones profesionales, formas más o menos comunes en
ciertos grupos), de realización (lengua artística, lengua familiar, etc.), entre otros. La idea de corrección no puede
ignorar ese dinamismo. Cada situación, cada región, cada época del idioma posee sus propias pautas de
aceptabilidad y rechazo, y a ellas accedemos mediante una práctica asidua del idioma. Se propone, así, que la
idea de corrección esté menos ligada al prestigio y más al criterio de adecuación: cada situación
comunicativa típica exige el código lingüístico convencional adecuado a ella. Un mensaje, entonces, es
eficaz si se adecúa al código (variedad lingüística) de la situación en que se emite (situación determinada).

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