Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Conviene tener presente la diferencia entre proceso y producto. Una reseña literaria, por
ejemplo, es un producto lingüístico, etapa final de un proceso de planificación,
esquemas, etc. Asimismo, la actividad lingüística (proceso y producto) está
condicionada por la situación comunicativa y por el entorno social. debido a esa
naturaleza hibrida de construcción lingüística y contexto social, el término discurso
adopta diferentes usos: discurso oral (medio), discurso político (ámbito), discurso
argumentativo (construcción), discurso de los jóvenes (sociolecto).
Por otro lado, el entramado discursivo se configura de acuerdo con tres propiedades
textuales: a) adecuación, b) coherencia y c) cohesión. La adecuación es la propiedad
que, a través de la asociación entre materia lingüística y contexto, regula las estrategias
de producción e interpretación. La coherencia es la propiedad que permite reconocer el
significado global y unitario de la entidad lingüística. Por último, la cohesión es la
propiedad encargada de tejer las partes del texto (enunciados, párrafos) por medio de
mecanismos formales (piezas léxicas o gramaticales) que funcionan como hilos
textuales.
Desde un punto de vista histórico, el concepto de género, como término que agrupa
discursos semejantes, remite, a la Antigüedad clásica, y se centra en la clasificación de
discursos correspondientes a dos ámbitos discursivos: la oralidad pública y la literatura.
1
comunicativa (géneros primarios o simples) y producciones elaboradas con respecto a
un patrón cultural (géneros secundarios o complejos). Los géneros secundarios
(artísticos, científicos, políticos…) son más elaborados y necesitan una elaboración
compleja.
Por otro lado, las tipologías textuales (tipo de texto) son variadas, dependen del criterio
de clasificación aplicado. Podemos clasificar los textos en función del código empleado
(textos de código lingüístico, no lingüístico, híbridos), el canal (oral, escrito, digital), el
ámbito (científico, periodístico), intención (informativos), relación interpersonal
(formales e informales), extensión (breve o extensa), implicación del emisor (objetivo o
subjetivo), etc. Desde un punto de vista lingüístico interno, pueden clasificarse los
textos según el modo de organización. Cada uno de estos modos de organización se
denomina secuencia textual y, pueden distinguirse cinco secuencias textuales:
narrativa, descriptiva, expositiva, argumentativa y dialogada. Lo normal es que
convivan distintas secuencias textuales, aunque sea una de ellas la dominante.
Como hemos visto, la noción de género se asocia con la relación entre producción
lingüística y situación comunicativa. En cambio, la tipología textual es más abierta y
atiende a criterios lingüísticos (como el del modo de organización textual) o a criterios
extralingüísticos. Considerando la variedad de agrupaciones tipológicas y atendiendo
que uno de los objetivos de la enseñanza de la lengua es el desarrollo de prácticas
discursivas, esto es, la producción y comprensión de textos en distintos ámbitos
comunicativos, parece aconsejable abordar este aprendizaje conforme a un método
inductivo.
2
la dimensión espaciotemporal (el yo-aquí-ahora) sobre las que se asientan las
expresiones lingüísticas.
Con respecto a los factores situacionales que determinan el carácter formal o informal y
que se relacionan con los géneros discursivos, es útil recurrir al modelo de la teoría
sistémico-funcional de Halliday (1982). Este modelo se basa en la consideración de
parámetros situacionales que admiten variación y flexibilidad. De acuerdo con la teoría
sistémica, son tres los parámetros situacionales que dibujan el contexto en que se
inscribe un acontecimiento comunicativo: el modo (la materia semiótica, el medio y la
forma de comunicación), el campo (el contenido y el dominio o ámbito del discurso) y
el tenor (vinculado con los participantes: número, identidad y carácter, la relación que
se establece entre ellos y la intención comunicativa).
A la hora de dar cuenta de las propiedades de cada discurso (oral, escrito y digital), nos
vamos a detener en tres aspectos asociados al uso de estos soportes: la inmediatez, la
combinación de soportes y la multimodalidad. En la conversación espontánea el
soporte oral se asocia a la inmediatez comunicativa: comparten un espacio físico (aquí).
En la escritura se trunca esa inmediatez: el espacio comunicativo se escinde (espacio del
escritor y lector). La revolución tecnológica del soporte digital supone, en cierto modo,
3
la recuperación de esa inmediatez propia de lo oral: en un grupo de wasap se comparte
un espacio virtual, se da la interactividad y puede recuperarse la sincronía de la oralidad
espontánea.
4
En las interacciones orales aparecen tres clases de elementos: verbales, paraverbales y
no verbales. Son elementos no verbales la proxemia (la apropiación que el hablante
hace del espacio) y la cinésica (movimientos corporales y gestualidad). Entendemos que
son elementos paraverbales (en la comunicación oral de base acústica) aquellos
producidos por el aparato fonador, pero sin repercusión lingüística, por ejemplo, la
calidad de la voz (timbre, volumen, tono) y las vocalizaciones (emisiones de sonidos no
articulados como carraspeos, suspiros).
En cuanto a los elementos verbales, los elementos del nivel fónico son relevantes los
aspectos prosódicos: entonación, ritmo, pausas, etc. Por otra parte, los elementos de
nivel morfosintáctico dependen del tipo de interacción oral. Uno de los rasgos
sintácticos más característicos del discurso oral es la tematización, fenómeno
consistente en retomar el asunto de que se habla para a continuación añadir información
al discurso. Esa fluidez continua del discurso oral explica que en el nivel léxico los
discursos orales recurran a la redundancia léxica, a la paráfrasis, a palabras baúl.
Dejando de lado las marcas visuales, el texto escrito presenta una serie de propiedades
lingüísticas en cada nivel de lengua. Así, por ejemplo, la homogeneidad de la escritura y
la posibilidad de revisión explica que los criterios normativos (ortográficos) puedan
aplicarse con más rigor. Asimismo, el soporte escrito permite el almacenamiento y la
transmisión de los saberes y, además, es un medio idóneo para la creatividad
(literatura). Podemos mantener que en el nivel morfosintáctico la escritura muestra estas
tendencias: orden sintáctico neutro, relación explícita entre las construcciones (con
conjunciones y marcadores), inexistencia de expresiones deícticas espaciales (porque el
espacio del emisor y el del receptor son diferentes). El empleo del léxico dependerá del
ámbito del discurso, asimismo, la organización discursiva de los textos escritos
(apartados, capítulos) depende de las exigencias genéricas. En cualquier caso, uno de
los aspectos más destacados de la escritura es la puntuación que, especialmente en
textos cuyo objetivo es transmitir contenidos con claridad.
Por último, con los discursos publicitarios se pretende persuadir al receptor y modificar
su comportamiento. El objetivo de la publicidad comercial es la venta de un producto.
La orientación de la comunicación publicitaria es unidireccional: del anunciante al
consumidor. Entre los rasgos inherentes a la publicidad destacamos la libertad
compositiva (que promueve innovaciones constantes en el nivel lingüístico y en las
estrategias comunicativas), la combinación de códigos (lingüísticos y no lingüísticos) y
la naturaleza multimedial de la publicidad (capaz de adaptarse a distintos entornos
mediáticos: radio, televisión…)
7
3.2 Modos textuales de organización del discurso
● Diálogo
● La secuencia narrativa
● La descripción
● La exposición
● La argumentación
8
Surge cuando un emisor recurre a operaciones lingüísticas para convencer al
interlocutor de una opinión (tesis) ofreciéndole pruebas (argumentos). Este tipo de
secuencias surge, generalmente, de una opinión polémica, por ejemplo, una tesis o una
investigación policial. Para que haya argumentación ha de haber una opinión conflictiva
(tesis) y un proceso racional basado en los argumentos con los que el emisor trata de
convencer a su interlocutor (argumentación). La argumentación recurre a premisas
(ideas asumidas por los hablantes de una comunidad) y argumentos.
Según Escandell (2014) que clasifica los textos en virtud del objetivo comunicativo, hay
tres tipos de textos: informativos, persuasivos y directivos. Las secuencias narrativas,
descriptivas y expositivas estarían integradas en los textos de intención informativa. Por
su parte, las secuencias argumentativas se incluirían en los textos persuasivos.
Asimismo, en el espacio de los discursos persuasivos, hay construcciones textuales que
emocionalmente se dirigen al receptor, al que tratan de persuadir sin recurrir a la
argumentación; podríamos hablar en este caso de secuencias de opinión no
argumentada.
ADECUACIÓN Y COHERENCIA
La coherencia afecta al contenido del texto. En su conjunto, el contenido total del texto
(coherencia global) ha de cobrar sentido en el marco de la situación comunicativo y de
acuerdo con la intención proyectada. Además, ha de prestarse atención a un nivel de
coherencia más interno que se centra en la relación congruente entre las partes del texto,
el avance gradual de la información, la organización de las ideas… [ Para ver ejemplos de
adecuación y coherencia véase texto de la página 120]
En el ejemplo del libro aparecen tres marcadores del discurso que ordenan el discurso
en tres unidades: en primer lugar (marcador de inicio), por otra parte (continuador) y
finalmente (de cierre). Entre los elementos de cohesión tenemos expresiones temporales
como (hace tan solo unos años y hoy). También se utiliza la estructura de pregunta-
respuesta, frecuente en la oralidad, como recursos de continuidad discursiva.
10