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¿Es posible considerar a la empresa estatal como una opción para la gestión directa de

servicios públicos?
En Perú, es posible considerar a la empresa estatal como una opción para la gestión
directa de servicios públicos. El Estado peruano puede crear empresas estatales o
entidades públicas que estén encargadas de prestar servicios públicos directamente a los
ciudadanos en diversas áreas, como la educación, la salud, el transporte, la energía y
otros sectores clave.
El marco legal y la estructura institucional en Perú permiten que las empresas estatales
asuman la responsabilidad de prestar servicios públicos. Por ejemplo, el Gobierno
Regional de Lima Metropolitana podría gestionar directamente los servicios de transporte
público a través de empresas de propiedad estatal, como Pro Transporte, que opera el
sistema de transporte público de Lima.
Sin embargo, la decisión de optar por la gestión directa a través de una empresa estatal o
recurrir a la participación del sector privado a través de concesiones o asociaciones
público-privadas (APP) depende de varios factores, incluyendo la capacidad del Estado
para financiar y operar los servicios, la eficiencia de la gestión gubernamental, la
disponibilidad de inversión pública y la necesidad de atraer inversión privada.
En la práctica, Perú ha utilizado tanto empresas estatales como la participación del sector
privado para la prestación de servicios públicos, y la elección depende de las
circunstancias específicas de cada proyecto y sector. La regulación y supervisión
adecuadas son importantes en ambos casos para garantizar que los servicios sean
proporcionados de manera eficiente, accesible y con calidad para el beneficio de la
población.

Puntos de vista
En la actualidad, en Perú, las empresas de saneamiento como Sedapal y algunas
empresas de distribución eléctrica en provincias no privatizadas siguen prestando
servicios públicos. La pregunta clave es si estas empresas estatales deben ser utilizadas
para proporcionar servicios públicos, y la respuesta depende de si cumplen con los
requisitos constitucionales.
En el caso de las empresas estatales de saneamiento y distribución eléctrica, podrían
utilizarse para brindar servicios públicos, siempre que cumplan con los requisitos
constitucionales. Sin embargo, en Perú se han establecido mecanismos para garantizar el
acceso a servicios esenciales en áreas donde la oferta privada no es rentable. Por
ejemplo, en el sector eléctrico, se han implementado normativas de electrificación rural y
el Fondo de Inversión en Telecomunicaciones (FITEL) para facilitar el acceso a servicios
en zonas remotas.
En lugar de crear nuevas empresas estatales, el Estado ha optado por convocar a
empresas privadas ofreciendo cofinanciamiento o subsidios para la prestación de
servicios en estas áreas. También se ha condicionado la entrada de operadores privados
en sectores como las telecomunicaciones para asegurar que brinden servicios en áreas
donde no sería rentable desde una perspectiva privada.
En resumen, existen diversos mecanismos que permiten al Estado cumplir con su rol
constitucional en la prestación de servicios públicos sin necesidad de crear nuevas
empresas estatales, especialmente cuando ya existe oferta privada en el sector.
Respecto al articulo
El artículo 60 de la Constitución Política del Perú de 1993 establece límites específicos al
desarrollo de la actividad empresarial del Estado. A diferencia de la Constitución de 1979,
esta versión de la Constitución establece restricciones más claras y precisas para evitar
que el Estado compita de manera desleal con el sector privado y para promover la
competencia en la economía.
En el contexto de estos límites constitucionales, es posible concebir a la empresa estatal
como una opción para la gestión directa de servicios públicos en Perú, pero con ciertas
condiciones y restricciones. Para que una empresa estatal pueda ser utilizada en la
gestión directa de servicios públicos, debe cumplir con los siguientes requisitos y
condiciones:
Necesidad Pública: Debe haber una clara justificación de que la gestión directa por parte
del Estado es necesaria para satisfacer una necesidad pública que no puede ser atendida
de manera adecuada por el sector privado.
Medios Propios: El Estado debe contar con los medios necesarios para llevar a cabo la
gestión directa de manera eficiente y efectiva.
Competencia Leal: La actividad empresarial del Estado no debe perjudicar la competencia
leal en el mercado ni crear un monopolio estatal injusto.
Razones de Seguridad Nacional: En ciertos casos, como en sectores estratégicos
relacionados con la seguridad nacional, se pueden establecer excepciones a los límites
constitucionales.
La Constitución de 1993 en Perú establece límites claros para la actividad empresarial del
Estado, pero sí permite la opción de utilizar empresas estatales para la gestión directa de
servicios públicos, siempre que se cumplan los requisitos y condiciones mencionados y
que exista una justificación válida en términos de necesidad pública y eficiencia.
GESTIÓN ESTATAL DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS
La gestión estatal, que comúnmente se conoce como gestión directa, implica que el
Estado presta un servicio de manera directa, sin involucrar la actividad privada. Esta
forma de gestionar los servicios públicos se basa en la necesidad de garantizar la
provisión mínima de ciertos derechos fundamentales para la comunidad, que no podrían
ser asegurados eficazmente por el mercado o por actores privados. En consecuencia, la
prestación de servicios públicos por parte del Estado se considera como una opción
subsidiaria.
Es importante destacar que esta gestión estatal debe cumplir con ciertos parámetros
establecidos por la aplicación del Principio de Legalidad. Este principio dicta que las
autoridades administrativas deben actuar de acuerdo con la Constitución, las leyes y el
derecho, dentro de los límites de sus competencias y de acuerdo con los objetivos para
los cuales se les han otorgado esas competencias.
La gestión estatal puede adoptar diferentes modalidades según se considere más
eficiente, la necesidad de un mayor o menor control y dirección por parte del Estado, y la
normativa específica aplicable en cada caso. Estas modalidades incluyen:
Gestión estatal a través de órganos especializados.
Gestión estatal mediante organismos especiales.
Gestión a través de personas jurídicas designadas para proporcionar el servicio.
Gestión a través de empresas estatales.

GESTIÓN MIXTA DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS


La gestión mixta implica la creación de colaboraciones entre el Estado y actores privados
para permitir la participación de estos últimos en actividades en las cuales el Estado no
desea perder el control directo de la gestión del servicio público. Esta colaboración puede
ser necesaria debido a la naturaleza del servicio o a las condiciones del mercado en ese
sector.
Desde una perspectiva económica, diversas actividades pueden beneficiarse de una
colaboración entre el Estado y el sector privado, lo que puede incluir servicios públicos
que no son adecuados para ser completamente privatizados. En tales casos, el Estado
puede cooperar con actores privados para mejorar la eficiencia en la prestación de los
servicios.
En este contexto, la doctrina y el derecho comparado reconocen diversas modalidades de
gestión mixta de servicios públicos, que varían en función del grado de participación y
control estatal en la colaboración.

GESTIÓN DE SERVICIOS PÚBLICOS POR LOS


PARTICULARES
La gestión de servicios públicos por parte de particulares surge de la idea de que los
particulares pueden ser gestores más eficientes de estos servicios, especialmente cuando
pueden financiarse a través del pago de tarifas individuales por parte de los usuarios. Esto
refleja una nueva perspectiva sobre el papel del Estado en la prestación de servicios
públicos, que promueve la libre competencia y permite a actores privados ofrecer estos
servicios, lo que beneficia a los usuarios. En esta perspectiva, el Estado se aleja de ser un
proveedor directo y asume un rol regulatorio a través de organismos reguladores.
Históricamente, se ha considerado que esta modalidad representa una forma de gestión
indirecta, ya que el Estado conserva la titularidad del servicio y lo delega a particulares a
través de concesiones u otros mecanismos. Sin embargo, la evolución conceptual ha
llevado a reemplazar la noción de titularidad estatal de los servicios públicos por la idea
de garantizar su prestación, lo que se abordará más adelante. No obstante, el artículo 119
de la Constitución del Perú sugiere que la concepción predominante sigue siendo la de
titularidad estatal de los servicios públicos, y por lo tanto, la concesión sigue siendo el
principal mecanismo para permitir que los particulares presten estos servicios.
En este contexto, se reconoce que existe un control significativo por parte de la
administración pública sobre estas actividades, dado el carácter de interés público que
tienen los servicios públicos. Este control generalmente se ejerce a través de la regulación
económica y la supervisión de organismos reguladores.

EMPRESA ESTATAL DE SERVICIOS PUBLICOS


Una empresa estatal de servicios públicos es una entidad de propiedad y control estatal
que se encarga de proporcionar servicios esenciales a la población en áreas clave como
agua potable, saneamiento, electricidad, transporte público, telecomunicaciones, salud,
educación, entre otros. Estas empresas están bajo la jurisdicción del gobierno y operan
con el objetivo de cumplir con las necesidades de interés público y el bienestar de la
sociedad.
Las empresas estatales de servicios públicos tienen la responsabilidad de garantizar que
estos servicios sean accesibles, asequibles y de calidad para la población. Su gestión y
operación pueden variar según el país y el sector en el que operen. Algunos ejemplos de
empresas estatales de servicios públicos incluyen:
1. Empresas de Agua Potable y Saneamiento: Encargadas de proporcionar acceso a
agua potable segura y servicios de saneamiento, como alcantarillado y tratamiento de
aguas residuales.
2. Empresas de Energía: Responsables de la generación, distribución y transmisión de
electricidad y gas natural.
3. Empresas de Transporte Público: Operan sistemas de transporte público, como buses,
trenes y metros, para garantizar la movilidad de la población.
4. Empresas de Telecomunicaciones: Ofrecen servicios de telefonía fija, móvil e internet
para facilitar la comunicación y la conectividad.
5. Empresas de Salud y Educación: Gestionan hospitales, clínicas y centros de salud, así
como instituciones educativas públicas.
El papel de las empresas estatales de servicios públicos puede ser crucial para asegurar
que las necesidades básicas de la población sean atendidas de manera efectiva y
equitativa. Sin embargo, su gestión y eficiencia son temas de debate en muchos países, y
a menudo se buscan formas de mejorar su funcionamiento para brindar servicios de alta
calidad a la sociedad.
Conclusiones
En conclusión, en Perú existe la posibilidad de considerar a la empresa estatal como una
opción para la gestión directa de servicios públicos. El marco legal y la estructura
institucional permiten que el Estado pueda crear empresas estatales o entidades públicas
encargadas de prestar servicios públicos directamente a los ciudadanos en una variedad
de áreas esenciales.
La elección entre la gestión directa a través de una empresa estatal y la participación del
sector privado a través de concesiones o asociaciones público-privadas depende de
varios factores, como la capacidad financiera del Estado, la eficiencia en la gestión
gubernamental, la disponibilidad de inversión pública y la necesidad de atraer inversión
privada. En la práctica, Perú ha utilizado ambas modalidades según las circunstancias
específicas de cada proyecto y sector.
Es importante destacar que, independientemente del enfoque elegido, la regulación y
supervisión adecuadas son esenciales para garantizar que los servicios públicos sean
proporcionados de manera eficiente, accesible y con calidad para el beneficio de la
población. La gestión de servicios públicos en Perú se rige por principios de
transparencia, eficacia y rendición de cuentas, con el objetivo de satisfacer las
necesidades y derechos de los ciudadanos.
El Perú utiliza diversas modalidades de gestión de servicios públicos según las
circunstancias específicas de cada sector y proyecto. La elección entre gestión mixta o
por parte de particulares depende de factores como la naturaleza del servicio, las
condiciones del mercado y la eficiencia en la prestación. Sin embargo, en ambas
modalidades, se asegura un control estatal para garantizar que los servicios sean
proporcionados de manera eficiente y en beneficio de la población.

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