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CARLOS M. GAMARRA M.

P.N.F.G. ESTUDIOS JURIDICOS

ALDEA L.B.M.E. COTO PAUL

SECCION EJ-805

DELITOS Y EXCLUSION SOCIAL

ENSAYO:

ANALISIS DE LAS POLITICAS PÚBLICAS A PARTIR DE LA REALIDAD


PENITENCIARIA VENEZOLANA EN PROCURA DE SU EFICACIA

Indiscutiblemente el tema penitenciario es sumamente álgido en cualquier


lugar del mundo, en nuestro país se ha potenciado enormemente, llegando a
convertirse un una de las áreas de mayor polémica y controversia.

El sistema penitenciario venezolano diariamente es abarrotado con duras


críticas provenientes de todos los sectores de la sociedad, críticas que en su gran
mayoría responden a problemáticas que son una enorme realidad y que vienen
siendo arrastradas desde hace una gran cantidad de años.

Muchos entendidos en la materia consideran que el principal motivo por el


cual no se ha producido un cambio para bien en nuestro sistema carcelario se
debe al incumplimiento del artículo 272 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, el cual establece lo siguiente:

“El Estado garantizará un sistema penitenciario que asegure la


rehabilitación del interno o interna y el respeto a sus derechos humanos. Para ello,
los establecimientos penitenciarios contarán con espacios para el trabajo, el
estudio, el deporte y la recreación; funcionarán bajo la dirección de
penitenciaristas profesionales con credenciales académicas universitarias y se
regirán por una administración descentralizada, a cargo de los gobiernos estatales
o municipales, pudiendo ser sometidos a modalidades de privatización. En
general, se preferirá en ellos el régimen abierto y el carácter de colonias agrícolas
penitenciarias. En todo caso, las fórmulas de cumplimiento de penas no privativas
de la libertad se aplicarán con preferencia a las medidas de naturaleza reclusoria.
El Estado creará las instituciones indispensables para la asistencia post-
penitenciaria que posibilite la reinserción social del ex-interno o ex-interna y
propiciará la creación de un ente penitenciario con carácter autónomo y con
personal exclusivamente técnico”.

Personalmente coincido en algunos aspectos con dicha hipótesis, considero


que se debe en primera instancia abordar de manera profunda el problema actual
de las cárceles en nuestro país, absolutamente todos los venezolanos conocemos
cual es la situación que a diariO se presentan en dichos centros de reclusión.

El aspecto más notorio es indudablemente, a mi manera de pensar, el


hacinamiento ya que no existe cárcel en nuestro país donde no se vea superado el
número de internos para lo que originalmente fue diseñada, motivado esto al
retardo procesal existente en el Sistema de Justicia venezolano, por supuesto
excluyendo las de reciente data como por ejemplo el Centro Penitenciario Fénix en
el Estado Lara.

Por otro lado, no existe una clasificación estándar del privado de libertad, o
por lo menos no es aplicada en las cárceles venezolanas, los cuales deberían
dividirse en áreas de máxima, media y mínima peligrosidad, en nuestro país todos
los reclusos deben compartir el mismo ambiente dentro del recinto penitenciario
incluso los que no tienen sentencia firme o quienes hayan incurrido en delitos
menores.

Otra circunstancia existente se refiere a los estados de total abandono en


que se encuentran los referidos recintos, siendo inexistentes las más mínimas
condiciones de salubridad, alimentación y atención médica entre otros aspectos,
potenciando todo lo anterior el hecho de que los internos deben vivir
constantemente en una total lucha por la sobrevivencia y por mantener sus
cuerpos íntegros y alejados del salvajismo que reina en dichos lugares.

Considero se debe analizar a profundidad que clase de individuo es el que


saldrá a las calles luego de lograr ser sentenciado y posteriormente ser bendecido
por la gracia divina (a pesar de todo) y lograr cumplir su condena saliendo vivo de
la cárcel. ¿Acaso una persona que haya pasado por esa serie de trastornos y
situaciones salvajes de convivencia está capacitado para reinsertarse dignamente
en la sociedad?, la respuesta no necesita de mucho discernimiento, el individuo
que sale de un centro de reclusión en nuestro país es doblemente negativo para la
sociedad en todos los aspectos pensados que el que ingresó, la cárcel en
Venezuela es un centro de formación y especialización de delincuentes, es la triste
realidad.

Hemos visto a lo largo de la historia penitenciaria en Venezuela como han


sido los reos quienes dominan dentro de esas cuatro paredes, los llamados
“pranes” son los que imponen los lineamientos y sistemas de vida incluso a los
directores de los penales y militares encargados “supuestamente” de velar por la
seguridad del recinto, quienes en su gran mayoría son corrompidos y entran a
formar parte del circulo económico de drogas, ventas de armas, planificación de
delitos para ser cometidos en el exterior, etc.

Es necesario revertir drásticamente esta situación, es imperativo convertir


las cárceles venezolanas en centros de trabajo, estudio y deporte que permitan y
ayuden al interno a irse regenerando y lograr al cumplimiento de sus penas
preparar a un ciudadano que pueda salir a la sociedad a integrarse a ella, por
supuesto dando también unos espacios dignos de habitabilidad a los centros de
reclusión.

En cuanto a las políticas públicas aplicadas por el Estado en la búsqueda


de mejorar esta triste y cruda realidad del sistema penitenciario en Venezuela
debo decir que se está trabajando y buscando encontrar las estrategias correctas
que consigan ese objetivo, se creó en el año 2011 el Ministerio Para el Poder
Popular de Servicios Penitenciarios, siendo anunciada su creación por el entonces
Presidente y ahora Comandante Supremo Hugo Chávez, siendo colocada al frente
de dicha cartera ministerial a la Abg. Iris Varela hasta entonces Diputada a la
Asamblea Nacional por el Psuv.

El nacimiento de dicho ministerio marcó, a mi manera de ver, un antes y un


después en la historia penitenciaria en Venezuela, se ha tratado el tema por
primera vez en nuestro país con un carácter de urgencia asignándole todo el
sentido socialista y humanitario a las cárceles y a los internos presentes en las
mismas.

En primer lugar se realizó un censo siendo visitados todos los centros de


reclusión del país por la mismísima Ministra Valera, quien personalmente conoció
toda la problemática y situación existente en los recintos penitenciarios.

En la actualidad se está trabajando fuertemente con el hacinamiento, en


primer lugar a través del Plan Cayapa, buscando procesar con justicia y celeridad
a los privados de libertad que han esperado, en algunos casos por años, por dicho
proceso e incluso muchos otros que ya cumplieron su condena y se mantienen
recluidos.

Se está trabajando en la elaboración e implementación de programas de


rehabilitación para los internos, ya en un importante número de centros se están
aplicando programas educativos, socio-productivos y deportivos, siendo de gran
ayuda en el proceso de cambio en la mentalidad para una efectiva reinserción de
estos individuos en la sociedad.

Se han creado nuevos centros penitenciarios donde se han aplicado


normativas internacionales en infraestructura, seguridad y condiciones dignas para
los privados de libertad.

En general se está realizando una transformación profunda del sistema


penitenciario en nuestro país aplicando desde el año 2011 cinco líneas
estratégicas para su consecución los cuales han sido La transformación social de
los privados de libertad, garantía de los derechos humanos, adecuadas
condiciones de reclusión, alternativas al cumplimiento de la pena y apoyo post-
penitenciario

Es indudable que aún hay muchos aspectos a mejorar en nuestro sistema


penitenciario, existen aún penales dominados por los reos y grandes mafias que
los manejan, pero es indiscutible que el Estado está enfocado en ese gran objetivo
que es limpiar y humanizar las cárceles en nuestro país además de aplicar los
programas necesarios para lograr que un importante porcentaje de privados de
libertad puedan regenerarse y posteriormente insertarse de forma productiva a
aportar en la sociedad.

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