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NECESIDADES PUBLICAS

Una necesidad grupal que no puede ser satisfecha por una sola persona se denomina
necesidad pública. Para crear procesos adecuados que satisfagan estas necesidades, con
frecuencia se necesitan políticas públicas.

Las absolutas son aquellas que, por sus propiedades, sólo el Estado puede gestionar, mientras
que las relativos son aquellas que el propio Estado puede desarrollar o referir a un individuo.
Los servicios públicos, como el agua, la electricidad y el drenaje, entre otros, son actualmente
el mejor ejemplo de una necesidad pública.

Si se satisfacen todas las necesidades del público, el Estado ha cumplido efectivamente su


propósito previsto. Si estos no se cumplen suficientemente, hay una serie de razones por las
que esto podría haber sucedido, incluida la reducción de la inversión estatal en el sector
público o el gasto público ineficaz o ineficiente.

Si tomamos esto en consideración, a pesar del malestar que les genera la falta de atención del
Estado, la insatisfacción de los residentes de una comunidad con sus necesidades públicas
llevará a que dichos residentes encuentren costos adicionales en impuestos. Imaginemos que
un agricultor que paga impuestos de repente no puede trabajar su tierra porque la central
eléctrica se ha averiado debido a un defecto en los materiales utilizados para construirla,
dejándolo sin energía para su maquinaria.

A su vez, esta falla se debió a que los materiales utilizados no fueron los especificados en el
contrato y que los costos de la obra eran exorbitantes al momento de su contratación. Si este
es el caso, el agricultor pagó la construcción de la central eléctrica con impuestos para que él y
otros agricultores pudieran trabajar la tierra y ganar dinero, pero la necesidad pública que él y
esos agricultores tienen aún no ha sido satisfecha. se considera plenamente satisfecho. Este es
un ejemplo extremo, pero no tan alejado de la realidad.

Si ello ocurre, ¿el agricultor seguirá pensando que pagar impuestos es lo mejor que puede
hacer con su dinero? Evidentemente no. Aquí es donde el concepto de necesidad pública
converge con la idea de la percepción de los impuestos, es decir, si las necesidades públicas no
se ven satisfechas, inclusive, para quienes pagan impuestos, ¿por qué quienes no lo hacen
optarían por pagarlos, avizorando lo que ocurrirá con su dinero? Por ello, considero que el
punto de partida para lograr una reforma tributaria de calidad, y en general, cualquier clase de
reforma, no pasa por aplicar mayores o menores tasas, sino más bien, en que el estado
comience a cumplir el rol que le corresponde para satisfacer dichas necesidades.

De lo contrario, la percepción de que los impuestos son sólo un financiamiento sin resultados,
continuará, y consecuentemente, ninguna reforma, por muy buena que sea, logrará el objetivo
de obtener mayores recursos para el estado. Primero la necesidad satisfecha, y luego los
impuestos.

Cuando hablamos de “necesidades públicas”

Hablamos de necesidad cuando nos referimos a la falta de bienes materiales o inmateriales


imprescindibles para un mejor ejercicio de los derechos fundamentales que todas las personas
deben cumplir. Podemos encontrar varias categorías, las principales necesidades son
alimentación, salud, seguridad y educación porque no podemos vivir sin ellas.
Y cuando dependemos del Estado para satisfacer estas necesidades, se vuelven "públicas". Es
decir, todos los ciudadanos, independientemente de sus responsabilidades en situaciones
específicas, deben utilizar los mecanismos legales necesarios para neutralizar o absorber las
consecuencias negativas causadas por el Estado. Esto se debe a que estas situaciones afectan
no sólo a determinados individuos sino también a la sociedad en su conjunto, suponiendo una
grave amenaza social.

SERVICIOS PUBLICOS

Que son los servicios públicos

La defensa de la persona humana y el respeto a su dignidad están establecidos como fines


supremos de la sociedad y del Estado en el artículo 10 de nuestra Constitución, y se alcanzan
parcialmente mediante la adecuada creación y prestación permanente de servicios públicos.

Se consideran, por tanto, "servicios públicos", según esta lógica, las actividades realizadas por
organismos o entidades públicas o privadas, creadas por la Constitución o las leyes, para
satisfacer regular y continuamente una determinada categoría de necesidades que sean de
interés en general, directamente, a través de un distribuidor, o por cualquier otro medio legal.

Los servicios públicos son aquellos de interés general que se ponen a disposición del público en
general para su uso a cambio de una contraprestación tarifaria, sin ningún tipo de
discriminación y dentro de los límites de la oferta técnica disponible de los operadores. Estos
servicios trabajan para producir bienes y actividades que promueven objetivos sociales, como
satisfacer las necesidades de la comunidad de una manera que sea económicamente
beneficiosa y socialmente beneficiosa, fomentando así el desarrollo tanto civil como
económico a través de una nación.

Creación de los servicios públicos

Opera bajo los términos de la constitución política o la ley. Cuando el Estado decide
administrar, gestionar o manejar una actividad para satisfacer regular y continuamente una
categoría específica de necesidades o intereses colectivos, se dice que ha creado un servicio
público. Esta decisión se puede tomar para brindar servicios directamente a la comunidad o
indirectamente. siendo responsable de este beneficio y teniendo la iniciativa.

Características de los servicios públicos

Según la doctrina y el ordenamiento jurídico que los rige, los rasgos más resaltantes de los
servicios públicos pueden compendiarse así:

A. Son actividades en las cuales no siempre hay competencia, y normalmente están sujetas a
regulación gubernamental en pro de la protección del interés público.

B. Algunos servicios públicos pueden funcionar de modo más eficaz como monopolios (como el
agua y desagüe); sin embargo, esto hace que la contribución de los monopolios de servicios
públicos al bienestar general sea en muchos casos compelida mediante regulaciones más que
voluntarias.

C. La regulación de estos servicios proviene del interés público por sus actividades, y se traduce
principalmente en control de tarifas y servicios.
D. Debe funcionar de manera permanente, es decir, de manera regular y continua, para que
pueda satisfacer necesidades de las comunidades por sobre los intereses de quienes los
prestan.

E. A menudo hay conflicto entre el interés público y privado en lo que respecta a los servicios
públicos. Esto se debe a la diferencia entre el objetivo principal entre las empresas privadas
(maximizar sus utilidades) y el del interés público (servicio adecuado al precio más bajo
posible).

F. La prestación del servicio público no debe perseguir principalmente fines de lucro; se


antepone el interés de la comunidad a los fines del beneficio económico de personas,
organismos o entidades públicas o privadas que los proporcionan.

G. Su prestación puede ser hecha tanto por un organismo público como por particulares, pero
su bajo la autorización, control, vigilancia, y fiscalización del Estado, con estricto apego al
ordenamiento jurídico pertinente.

Clasificación de los servicios públicos

En doctrina existen diferentes tipos de criterios para clasificar los servicios públicos:

1. Esenciales y no esenciales; son aquellos que de no prestarse pondrían en peligro la


existencia misma del Estado: seguridad, educación, salud. Los no esenciales; a pesar de
satisfacer necesidades de interés general, su existencia o no prestación no pondrían en peligro
la existencia del Estado; se identifican por exclusión de los esenciales.

2. Permanentes y esporádicos; los primeros son los prestados de manera regular y continua
para la satisfacción de necesidades de interés general. Los esporádicos; su funcionamiento o
prestación es de carácter eventual o circunstancial para satisfacer una necesidad colectiva
transitoria.

3. Desde el punto de vista de la naturaleza de los servicios, éstos se clasifican en servicios


administrativos y servicios públicos industriales y comerciales; estos últimos específicamente
referidos a las actividades de comercio, bien sea de servicios para atender necesidades de
interés general o los destinados con fines lucrativos y no a satisfacer necesidades colectivas.

4. Servicios públicos obligatorios y optativos. Los primeros los señalan como tales la
Constitución y las leyes, y son indispensables para la vida del Estado. Los optativos, el orden
jurídico los deja a la potestad discrecional de la autoridad administrativa competente.

5. Por la forma de prestación de servicio: directos y por concesionarios u otros medios legales.
En los primeros, su prestación es asumida directamente por el Estado (estatales, regionales,
municipales, entes descentralizados). Por concesionarios: no los asume directamente el Estado;
prestan a través de concesionarios.

Los SERVICIOS PÚBLICOS EN EL PERÚ

En la legislación más próxima a la formación de la República encontramos que se utiliza la


expresión “servicio” para identificar actividades diversas, tales como el alumbrado de gas, los
correos y la labor de los hospitales.

La incorporación de la expresión servicio público se da en el ámbito del ejercicio de la función


de la administración, a partir de 1864, a través de la creación de diversas leyes en el campo
administrativo en las cuales se usa el término “servicio público” (por ejemplo, el Decreto del 20
de abril de 1864, que dispuso abrir un empréstito para subvenir el servicio público, y la Ley del
13 de octubre de 1890, que instauraba plazas de servicio público en la Dirección General de
Hacienda y Aduana del Callao). En el ámbito de la función pública es donde se desarrolla el
servicio público. Esto quiere decir que era la administración a través de su personal la
encargada de dar el servicio público.

En ese sentido, si bien no se involucraba a prestaciones de tipo material que estuvieran


dirigidas a la satisfacción de necesidades de la población sí se tomó conciencia de que era
necesario el concurso de la administración para que la expresión servicio público tuviera
sentido.

En el Perú, aunque el proceso de crecimiento de prestación de servicios al público fue lento, sin
embargo, en un determinado momento se constituyó en un elemento contribuidor a la
progresión del modelo de Estado policía hacia el modelo de Estado prestador de servicios, no
siendo ajeno a lo que se denominó “proceso de municipalización”, lo que propició la creación
de monopolios a nivel local o municipal en los sectores considerados de interés general.

A finales del siglo XIX la modernización se fue haciendo cada vez más creciente debido al
desarrollo de los servicios del telégrafo y el ferrocarril, los cuales fueron nacionalizados y
estuvieron bajo la dirección de la administración, lo que ya sucedía en el caso de los correos.

Posteriormente, el surgimiento de servicios de carácter económico como resultado del


progreso y de las demandas de la población produjo el cambio de rol del Estado peruano, que
se encontraba frente a nuevas actividades en las que ni la acción de la policía ni las medidas de
fomento eran suficientes.

Cabe destacar, además, que otro aspecto importante es el cambio progresivo que sufrió la
forma de gestión de los servicios considerados de utilidad pública, es decir, se pasó de una
gestión directa a través de una dependencia administrativa, a un modelo que implicaba la
creación de una persona jurídica autónoma, pero que permanecía en el ámbito estatal, es
decir, se inició la utilización generalizada de modelos societarios para la gestión de servicios
cuya titularidad se encontraba en manos del estado.

GASTO PUBLICO

El gasto público es el reflejo de la actividad financiera y económica del Estado lo que puede
expresarse, en términos más operativos, como una manifestación de su plan económico y
social diseñado a través de su presupuesto.

Asimismo, las políticas públicas expresan los principales objetivos del Estado y esto pone
énfasis en las estrategias institucionales y de gobierno para alcanzar ciertos fines en lo social y
económico. Para algunos analistas la acción estatal es esencialmente pública y por lo tanto no
cabe hacer distinciones como política social; para otros sí tiene validez en tanto se hace
mención a un campo específico de actividad como son educación, salud, vivienda,
saneamiento, seguridad social u otros dependiendo de cada realidad

No existen, por lo tanto, estándares fijos para definir lo que es gasto público y social, se señala
la falta de acuerdos sobre los criterios que delimitan el concepto mismo de gasto social y el
énfasis puesto en el aspecto operativo de los servicios que prestan las instituciones estatales
para hacer una estimación arbitraria de los sectores salud, educación, seguridad social y
vivienda, entre otros.
Esa clasificación, usualmente correspondiente a determinados pliegos presupuestales, puede
excluir programas que tengan impacto social realizados por el Estado que no corresponden a
esa categoría, como son caminos rurales, políticas de asistencia agrícola, lo que impide apreciar
la acción estatal en materia de salud, nutrición o educación, por ejemplo, que realizan otras
instituciones

Otra definición destaca como sociales, propiamente dichas, a las actividades relacionadas con
el suministro de servicios básicos a los sectores más pobres. El gasto social sería expresión de
una función social entendida como política focalizada hacia los más desfavorecidos por las
condiciones existentes en el mercado al no brindarles condiciones mínimas de bienestar y
protección.

Clasificación del Gasto Público según

Los criterios que se proponen para organizar el gasto público están dirigidos a analizar los
esfuerzos que se realiza en el campo de las políticas públicas y a superar la ambigüedad que
encierra el concepto de gasto social incorporando el enfoque teórico propuesto por Sen (1995)
y los postulados de la economía del bienestar, como se ha manifestado.

La propuesta recoge lo que se refiere a las políticas relacionadas con:

a) el acceso a servicios básicos (atención médica, educación, vivienda y otros servicios sociales)

b) los aspectos normativos institucionales (protección del consumidor, seguridad ciudadana,


administración de justicia)

c) las acciones orientadas a mejorar la eficiencia económica (infraestructura, regulación de


tarifas públicas, políticas en relación con externalidades como las regulaciones sobre el medio
ambiente).

Dichas políticas, además de sus repercusiones distributivas, apuntarían a crear condiciones


para un desarrollo económico y social de largo plazo a través de una estructura institucional
más perdurable y eficaz “ya que los mercados operan bien cuando están apoyados también por
otro tipo de redes sociales” (Esser y otros 1994:3). De esa manera, en forma conjunta con el
sector privado, las políticas públicas deben contribuir a crear ventajas de localización y
competitividad al sector productivo en respuesta a los nuevos requerimientos de la economía
mundial.

Por ejemplo, las obras de infraestructura que facilitan la inversión privada, los servicios de
educación y salud orientados al desarrollo del capital humano y hacia un aumento de la
productividad del trabajo, el marco administrativo y jurídico general que sirve de sostén a una
economía que se torna cada vez más compleja, son algunos de los aspectos que esta
clasificación del gasto público pretende analizar. De acuerdo con lo expuesto se ha elaborado
una estadística de la evolución del gasto público con información desagregada de diferentes
instancias de ejecución del gobierno a nivel central y descentralizado.

La clasificación es la siguiente:

A. Desarrollo de las capacidades de las personas Este aspecto permite medir el gasto realizado
por el Estado para garantizar el acceso de los ciudadanos a servicios de carácter más universal,
como salud y educación que, si bien pueden ser suministrados por el sector privado, no se
considera deseable su exclusión. Se reconoce con ello objetivos relacionados con la igualdad de
oportunidades y la importancia de la inversión en recursos humanos.
B. Desarrollo de las capacidades de grupos considerados vulnerables Considera el gasto estatal
dirigido a mejorar las condiciones de vida y proteger a los grupos más desfavorecidos
socialmente y en situación de pobreza. Se hará referencia a los servicios que brindan
determinadas instituciones dirigidas al cumplimiento de objetivos como: inversión social,
seguridad alimentaria, protección y atención a mujeres niños y ancianos.

C. Desarrollo de la infraestructura básica para ampliar la capacidad productiva Se enfatiza la


inversión pública en obras de infraestructura que promuevan la inversión privada y permitan
distribuir recursos a escala regional orientados a la generación de empleo, mejora de la
productividad y al acceso a otros bienes como electrificación rural, asistencia agrícola, entre
otros. Comprende el análisis del gasto de inversión en los sectores: agropecuario, energía y
recursos mineros, transporte y comunicaciones, pesquería, industria y otros programas
multisectoriales del gobierno central y de los gobiernos regionales y de microrregiones.

D. Regulación y protección de las garantías ciudadanas Organiza información de las


instituciones públicas orientadas a actividades de carácter regulador y normativo que son
importantes para el funcionamiento democrático y la convivencia social. Se agrupan acciones
que tienen que ver con garantizar el derecho de propiedad, el acceso a la justicia, la protección
del trabajador y los derechos del pueblo y del consumidor. No se ha podido incorporar lo
referente a seguridad ciudadana y desagregar las actividades de algunos organismos
reguladores (determinación de tarifas públicas, por ejemplo) debido a la forma de presentación
de la información.

E. Resto Se considera en este acápite las instituciones o funciones del Estado que no están
incluidas bajo los criterios de clasificación expuestos y que están por lo general orientadas a
fines más amplios de la acción pública. Incorpora, también, las actividades de carácter general
y administrativo de los sectores productivos cuyos proyectos han sido incluidos en el rubro C.

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