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El entrenamiento integrado en balonmano durante la etapa

cadete: influencia sobre el desarrollo psicomotriz del adolescente

Resumen
El entrenamiento integrado en balonmano posibilita que la actividad
formativa en este deporte tienda a una integración de los factores de
entrenamiento, aunque a veces, dependiendo del momento y etapa del
proceso, se haga necesario un tratamiento particularizado e
independiente de algún factor de forma más analítica. En la teoría del
entrenamiento tradicional, esos factores se han investigado y trabajado
aisladamente. Hoy en día, la utilización del entrenamiento integrado
como medio de preparación resulta un modelo de trabajo que se está
extendiendo en el ámbito balonmanístico. De todas las etapas del
desarrollo motor del deportista, en este trabajo nos vamos a centrar en
la adolescencia, y dentro de ella, al periodo que se corresponde con la
categoría de cadetes (14-16 años). Debido a los cambios en el sistema
endocrino que se producen al inicio de la etapa evolutiva en cuestión, el
entrenamiento integrado tendrá en la adolescencia un momento
importante, ya que la asimilación compensatoria de determinados
factores de entrenamiento será mucho más rápida. Palabras
clave: Entrenamiento integrado. Balonmano. Desarrollo psicomotriz.
Adolescencia.

Introducción

El entrenamiento deportivo en general es el proceso por el cual buscamos que los jugadores
consigan aumentar su rendimiento y en algunos momentos del periodo competitivo alcanzar su
máximo potencial. Esta aspiración de conseguir unos óptimos resultados, ya sea en la formación
del individuo o en la competición propiamente dicha, va a estar altamente asegurada cuando
todos los factores que intervienen en el deporte en cuestión (físico, técnico, táctico, psicológico,
teórico) se encuentran optimados para actuar sinérgicamente. (Espar, 2002)

En el caso concreto del balonmano, esta interrelación se manifiesta imprescindible. Y es que


durante la acción del juego en balonmano ninguno de esos aspectos de la preparación interviene
de forma aislada. Es precisamente la coordinación de todas las capacidades del deportista (físicas,
técnicas, tácticas,…) lo que puede conducir al éxito por medio del entrenamiento. Esta
interconexión se manifiesta en distintas etapas de la preparación de forma diversa, y todo ello
implica la combinación adecuada de cada uno de ellos para la estructuración de un proceso de
síntesis, que tiende a integrar todas las cualidades en un conjunto operacional (Antón, 1994).
Por tanto, podemos afirmar que la actividad formativa y/o competitiva en el deporte en
general, y del balonmano en particular, debe tender a una integración de los factores de
entrenamiento, aunque a veces, dependiendo del momento y etapa del proceso, se haga
necesario un tratamiento particularizado e independiente de algún factor de forma más analítica.

En la teoría del entrenamiento tradicional, esos factores se han investigado y trabajado


aisladamente. Hoy en día, la utilización del entrenamiento integrado como medio de preparación
resulta un modelo de trabajo que se está extendiendo en el ámbito balonmanístico.
El entrenamiento integrado combina dentro del mismo ejercicio elementos específicos del juego
con el trabajo de distintas capacidades físicas. La máxima posibilidad de integración se consigue
cuando el propio ejercicio sirve a la vez, como ocurre en bastantes casos, de trabajo físico y
técnico, táctico, psicológico o combinación de varios.

Según Antón (1994), se define el entrenamiento integrado como "la preparación combinada
físico-técnico-táctica, consistente en favorecer el desarrollo de las capacidades en el contexto en
que intervienen en la competición". A lo que, sin duda, debe añadirse el factor psicológico
(capacidad de esfuerzo, voluntad, espíritu colectivo, etc.), y la preparación teórica (el por qué, el
para qué y el cuándo), con el objetivo de hacer aún más integral el proceso de entrenamiento.

Lógicamente, para poder realizar este tipo de entrenamiento es necesario tener


un conocimiento exhaustivo de las características del deporte en cuestión. En este trabajo vamos
a realizar un planteamiento de aplicación del entrenamiento integrado al balonmano.

Si bien es cierto que cada deporte colectivo tiene sus propias exigencias de juego, su práctica
viene determinada por una estructura común a todos ellos que se ha establecido en los
numerosos estudios y análisis existentes en la bibliografía (Bayer, 1986; Antón, 1990, 1998;
Sánchez Bañuelos, 1992; Hernández Moreno, 1996). A modo de síntesis podemos adelantar que,
para su práctica, se requiere de la realización de una serie de movimientos, esfuerzos y acciones
en secuencias variables e intermitentes para llevar el balón a una meta y/o evitarlo; las
posibilidades de éxito dependerán de un uso inteligente de la relación de oposición/cooperación;
y los aspectos que determinan su forma (físico, técnica, táctica, psicológica) interactúan de manera
integrada.

Durante la mayor parte del siglo XX las disciplinas que más han estudiado los sistemas de
entrenamiento han sido deportes individuales como el atletismo, natación o la halterofilia. Por ello
han desarrollado ampliamente métodos de entrenamiento para la resistencia, fuerza y velocidad
en base a sus distintos tipos de carreras o al trabajo físico complementario que éstas exigían
(trabajo de pesas).

Esto llevó a la aplicación de métodos y sistemas de entrenamiento de deportes individuales al


ámbito de los colectivos, y aunque se quisieron adaptar estos métodos, no dejaban de basarse en
acciones sin balón, alejadas de las situaciones de juego, minusvalorando el componente
situacional, y alejándose los diseños de sesiones de entrenamiento de la especificidad y las
imprescindibles analogías situacionales. Lógicamente, esta forma de entrenamiento tiene poco
valor para la formación y competición, ya que guarda poca relación con la práctica en sí del
deporte en cuestión. Para jugar al balonmano, es obvio que no hay que basarse sólo en el aspecto
físico, pues constituye un juego inteligente donde se requiere de análisis, reflexión, capacidad de
decisión y de muchos otros componentes (repertorio técnico disponible, aspectos estratégicos,
etc.)

Debido a la necesidad de integrar los factores de rendimiento deportivo, a finales de los 80


surgieron las primeras concepciones de entrenamiento integrado que, partiendo de su aplicación
inicial en el alto rendimiento, poco a poco se han ido introduciendo en las distintas etapas de
formación del jugador con mayor o menor acierto.

Por otro lado, como es sabido, el proceso de crecimiento o maduración del ser humano se
divide en diferentes etapas, a través de las cuales todo individuo suele pasar por distintas edades
cronológicas y biológicas, aunque el desarrollo motor de cada persona sea individual y diferente.
De todas las etapas del desarrollo motor de la persona, y como tal, del deportista, en este trabajo
nos vamos a centrar en la adolescencia, y dentro de ella, al periodo que se corresponde con la
categoría de cadetes y con la etapa que, tradicionalmente, en la escuela española, denominamos
como inicio al proceso de especialización.

Debido a los cambios en el sistema endocrino que se producen al inicio de la etapa de la


adolescencia (que suele abarcar desde los 12 a los 18 años, con tres periodos evolutivos
diferentes), el entrenamiento integrado tendrá en la adolescencia un momento importante, ya
que la asimilación compensatoria de determinados factores de entrenamiento será mucho más
rápida (Weineck, 1991).

El acentuado y sorpresivo crecimiento de segmentos corporales que tiene lugar en esta etapa,
va a disminuir la destreza motora previamente adquirida, volviendo los movimientos poco finos e
imprecisos. Es por lo que se hace necesario buscar una adecuada formación integral del
individuo, en la que el entrenamiento integrado adquiere una relevancia considerable.

En las citadas etapas del deporte base, se hace necesario un planteamiento integrado de
entrenamiento, donde aparte de lograr una mayor especificidad, interrelacionándose los factores
influyentes en la mejora del juego (físicos, técnicos, tácticos,...), se economizará el tiempo
disponible para entrenar, ya que en estas edades los jugadores deben compaginar los
entrenamientos con su labor académica.

Pero la especificidad del entrenamiento debe respetar las características individuales de cada
jugador y las tareas que debe realizar sin olvidar su integración al grupo. Por lo tanto, en muchos
casos deberemos buscar diferentes fórmulas de entrenamiento que nos permitan alcanzar
objetivos dobles, e incluso triples. De esta manera, los jugadores podrán aprender el propio
deporte, desarrollar las capacidades, habilidades y destrezas necesarias para su práctica.
Delimitación conceptual

En esta parte del trabajo vamos a realizar una breve aproximación a los términos entrenamiento
integrado, balonmano y adolescencia, con el propósito de delimitar conceptualmente el tema que
nos concierne.

1. Entrenamiento integrado

El entrenamiento integrado en los deportes colectivos nace de la idea de que la destreza


técnico- táctica es empleada como un medio más para el desarrollo de las capacidades físicas,
constituyendo un gran paradigma a la hora de hablar de preparación física en los deportes de
equipo.

Así, según Antón (1994), se define el entrenamiento integrado como "la preparación integral,
física-técnica-táctica consistente en favorecer el desarrollo de las cualidades físicas en el contexto
en que intervienen en la competición".

Por otra parte, Vaquera (2000) lo define como "el trabajo de las cualidades físicas requeridas
para un determinado deporte, dentro de lo que sería su espacio formal".

Además, Los Santos (2002) fundamenta este concepto en las bases fisiológicas y bioquímicas del
deporte, y nos dice que "las adaptaciones son específicas al tipo de entrenamiento y a la
intensidad de dicho entrenamiento".

Pero la concepción del entrenamiento integrado en balonmano va más allá de la mera


preparación física utilizando ejercicios técnico-tácticos, ya que a nuestro parecer comprende otros
factores de entrenamiento como el psicológico o el teórico. Además, sus objetivos pueden ser muy
variados, ya que podemos priorizar uno o varios factores, utilizando siempre el mayor número de
ellos, y no buscar siempre como objetivo principal la preparación física.

En este sentido, Weineck (1994) afirma que "la capacidad deportiva para obtener el rendimiento
óptimo no sólo depende del nivel de desarrollo de factores como la condición física o los factores
hereditarios, sino que se relaciona y se amplía con otros ámbitos como las capacidades tácticas,
técnicas, psicológicas y sociales".

Por tanto, entendemos el entrenamiento integrado en los deportes colectivos como


la combinación de los factores físicos, técnicos, tácticos, psicológicos y teóricos que influyen en
el rendimiento individual y colectivo de un equipo deportivo. De esta forma, cada vez que
proponemos un objetivo principal se debe observar la influencia del contenido del entrenamiento
sobre otro, que variará dependiendo de las características de cada jugador y del momento de la
temporada en el que nos encontremos.
Hoy en día, existen en la bibliografía diferentes términos que van a servir de denominación a lo
que nosotros vamos a llamar entrenamiento integrado.

Creemos conveniente matizar sus significados para poder así usarlos con fundamento:

 Entrenamiento Integrado: Trabajo simultáneo de la condición física, técnica, táctica,


psicológica y teórica. Permite métodos en los que predominan estrategias en la práctica
globales (relacionados con la situación real de juego) así como analíticas (alejadas de dicha
situación).

 Entrenamiento Integral: Repetición múltiple de la parte fundamental de la actividad


deportiva conservando todas sus particularidades. Sólo permite métodos globales.

 Entrenamiento Sumativo: Entiende la práctica deportiva como el resultado de la suma de


varios elementos (técnica, táctica, condición física, psicológica, teoría), coordinados
simultáneamente.

De todos ellos el más utilizado es el de integrado, aunque a veces se suele utilizar la


denominación integral.

2. El Balonmano como deporte colectivo

La segunda parte de nuestra fundamentación consiste en definir qué es el balonmano y cuáles


son sus características fundamentales. Ello obliga a hacer una revisión cuanto menos superficial de
las diferentes clasificaciones de los deportes expuestas por distintos autores para poder conocer
profundamente el contenido que se va a enseñar, contextualizándolo dentro de los deportes de
equipo. Pero antes de esta revisión consideramos necesario partir jerárquicamente de las
características que la mayor parte de autores (Cagigal, 1969, Piernavieja, 1985, Diem, 1966,
Parlebas, 1981, Hernández, 1994) han establecido como rasgos más fundamentales que definen el
concepto de deporte. Estas características serían las siguientes:

 Situación motriz, es decir, una actividad en la que el movimiento físico va


indisolublemente unido al conductual.

 Juego, entendido en sus acepciones de diversión, participación voluntaria, libre y con esa
finalidad.

 Competición, entendida como rivalidad, como forma de medir la propia competencia, la


superación de sí mismo.

 Reglamentación, como base de las leyes de la motricidad especializada que definen las
formas de proceder conductuales.

 Institucionalización, que obliga a entender la enseñanza del balonmano ligada a un


control externo que rige sus reglamentos y competiciones.
Como resumen de estas características diremos que no tendría cabida cualquier modelo de
enseñanza que no considere constantemente durante el proceso las situaciones motrices
específicas, desarrolladas a través del juego y reglamentadas en diferentes situaciones
competitivas regidas de una u otra forma por distintos organismos. Dicho de otra forma, un
modelo de enseñanza exige moverse constantemente actuando con una lógica determinada por
su funcionalidad, divertirse y medirse con respecto a otros sistemáticamente respetando unas
reglas, y adecuándose a un programa.

El balonmano es una manifestación más de la motricidad humana, y como tal está sujeta al
estudio desde planteamientos metodológicos adecuados (García, 2003). Y es que en el ámbito del
entrenamiento deportivo en general, y del balonmano en particular es necesario atender tanto a
las experiencias y a las reflexiones de los entrenadores más expertos, como a las diversas
investigaciones que persiguen el estudio y análisis de la motricidad humana.

Son numerosas las definiciones que como deporte colectivo se le adjudican al balonmano,
siguiendo diferentes criterios (vivencia fundamental, niveles de dificultad en la ejecución,
pedagógico, tipos de habilidad predominante, etc.). La más simple que hemos encontrado es la de
Mariot (1995), para quien se trata de "…un juego deportivo colectivo codificado". Existen algunas
más complejas y completas, entre las que vamos destacar las siguientes:

 Para Sánchez (1992) es un "Deporte de asociación con adversario con una serie de
condicionantes que lo diferencian de los otros deportes colectivos y que marcan sus
posibilidades de desarrollo".

 Parlebas (1981) siguiendo el criterio de la interacción y la noción de incertidumbre, aboga


porque es un "Deporte sociomotriz en el que el sujeto actúa en cooperación con unos y
oposición simultánea con otros".

 Barbara Knap (1979) elige el criterio de los tipos de habilidad y lo define como "Deporte de
habilidades abiertas, fundamentalmente perceptivas".

 Antón (1998) define el balonmano como el "Deporte colectivo compuesto por unos
elementos indisociables de su funcionamiento (balón y su control, espacio con
características especiales que debe dominarse, meta donde obtener tantos, compañeros
con los que colaborar, adversarios a los que superar y reglas que cumplir) que actúan en
constante interacción en multitud de situaciones cambiantes".

 Para López (1999) es un "Juego deportivo donde suceden un conjunto de situaciones


motrices resultantes de un proceso de interacción grupal entre compañeros y adversarios
por la lucha de un móvil y un espacio compartido, con un componente lúdico importante".
3. Adolescencia

El término genérico de adolescencia es una forma simplificada de denominar a un grupo de


individuos que no es ciertamente homogéneo más que en el hecho de no ser ya niños y tampoco
poder ser considerados adultos. En un sentido cronológico engloba la etapa evolutiva que va
desde los 12 a los 18 años, aunque en este aspecto conviene hacer dos precisiones:

 la determinación en edades siempre hay que tomarla de modo orientativo, pudiéndose


considerar una diferencia de más/menos tres años.

 las chicas son, por lo general, más precoces que los chicos en una diferencia de unos dos
años aproximadamente.

Para delimitar más esta amplia etapa evolutiva se suelen distinguir varios periodos, con
denominaciones distintas según cada autor. Teniendo en cuenta las categorías del Deporte Base,
dentro de la adolescencia se pueden distinguir tres periodos evolutivos:

 Periodo Puberal, que equivaldría a la etapa Infantil (12-14 años)

 Periodo Post-puberal, equivalente a la etapa Cadete (14-16 años)

 Periodo Adolescente, que se encuadra en la etapa Juvenil (16-18 años)

La adolescencia es el período que se inicia por los cambios puberales (aproximadamente a los
12-13 años) y finaliza alrededor de los 18 años. Durante este período aparecen los caracteres
sexuales secundarios, y se caracteriza por profundas transformaciones biológicas, psicológicas y
sociales, muchas de ellas generadoras de la personalidad. En todos estos cambios confluyen
factores genéticos, fisiológicos, internos y externos. Surgen actitudes de independencia, curiosidad
por el mundo externo y búsqueda de intereses fuera del hogar. Esto los impulsa a relacionarse con
nuevos grupos, lo cual les ayuda a crecer y a tomar seguridad.

El entrenamiento integrado en balonmano

Durante la década de los años 70 y de los 80 del siglo pasado se tenía la idea que el
entrenamiento, mediante la mejora de la condición física, era determinante para conseguir un
buen desarrollo de juego en deportes colectivos como el fútbol, el baloncesto y mas tarde el
balonmano. En este sentido, las aportaciones de uno de los referentes de la preparación física en
España, Álvarez del Villar, por el trabajo práctico que efectuó en distintos equipos de fútbol, así
como la difusión de su obra en el año 1983, las publicaciones en distintas revistas, sus
implicaciones en la formación de los entrenadores españoles y del profesorado de Educación
Física, contribuyeron para que existiera una preocupación por la preparación física y de que los
clubes deportivos incorporaran a estos especialistas en sus cuadros técnicos.
Pero este planteamiento tuvo un gran problema y fue la aplicación de métodos y sistemas de
entrenamiento de deportes individuales (atletismo, halterofilia,…) al deporte colectivo en cuestión,
y aunque se quisieron adaptar no dejaban de basarse en acciones sin balón, alejadas de las
situaciones de juego. Como consecuencia, no implicaba necesariamente una transferencia positiva
en la competición, ya que aunque en algunos aspectos mejoraba al jugador, se alejaba de la
especificidad de la tarea y, sobre todo, de la identidad situacional de la práctica deportiva durante
la competición.

El Balonmano tiene sus propias exigencias de juego, y su práctica viene dada por una estructura
que podremos determinarla mediante un análisis exhaustivo. A modo de síntesis podemos
adelantar que, para su práctica, se requiere de la realización de una serie de movimientos,
esfuerzos y acciones en secuencias variables e intermitentes para llevar el balón a una meta y/o
evitarlo, y las posibilidades de éxito dependerán de un uso inteligente de la relación de
oposición/cooperación.

Diferentes estudios comentan y destacan la importancia del entrenamiento integrado para


optimizar el rendimiento del deportista. Dentro de la didáctica del juego basada en las situaciones,
la introducción de ejercicios integrales se convierte en la estrategia ideal para la continua
formación en el jugador. Es decir, proponer la enseñanza o entrenamiento de manera conjunta,
con un contexto más complejo y más cercano a la realidad del juego y a las situaciones que se dan
en la competición, partiendo de un análisis del juego y su estructura.

En esta línea de trabajo el comportamiento de juego se entiende como un aprendizaje global,


que depende de la situación, y donde los factores técnicos, tácticos, físicos, psicológicos
aparecen con características diferentes pero siempre combinados. Es por ello que el
entrenamiento integrado debe plantearse a partir del análisis de la competición (y no al revés),
considerando los esfuerzos y acciones que más predominan y tomarlas de referencia para
introducirlas en los entrenamientos.

Por último, la creación de situaciones de juego cambiantes de forma rápida y continua obliga a
los jugadores a tomar decisiones y ejecutar las respuestas motoras adecuadas en el menor tiempo
posible. De ahí la necesidad urgente de seleccionar y organizar los ejercicios de entrenamiento
para que respondan adecuadamente a las exigencias de una determinada situación, sea de
aprendizaje, de perfeccionamiento o de desarrollo. De esta forma desarrollaremos la inteligencia
del juego en el jugador de cualquier deporte colectivo.
En definitiva, el entrenamiento integrado está basado en el análisis de la realidad del juego o del
deporte específico que se trate, en el que todos los factores del entrenamiento se dan
interconectados, y su óptimo nivel de eficacia estará condicionado a otros aspectos o capacidades
del jugador (condición antropométrica, social o intelectual, etc.), así como a otros aspectos
relacionados con las condiciones de trabajo y de organización (materiales disponibles, sistemas de
competición, organización y planificación, estado motivacional, evaluación y control del proceso,
formación del entrenador, etc.) aspectos todos ellos que evolucionan como resultado de las
investigaciones de las ciencias auxiliares del deporte y de otros campos. La evolución de un
jugador va a estar sujeta, como vemos, a múltiples factores y demandas que deben estar
sincronizadas para obtener las mejores prestaciones del jugador y del equipo. En la figura 1 queda
reflejado esquemáticamente cómo debe entenderse el proceso de entrenamiento deportivo
(Antón, 2003)
1. Objetivos

El objetivo no es otro que elaborar modelos de entrenamiento que permitan aumentar la


eficacia del proceso de formación y rendimiento con medios cada vez más económicos. La
dificultad está en unir todos los factores influyentes en la mejora del juego, dentro de un proceso
lógico y ordenado de planificación.

Para ello, estableceremos un modelo de entrenamiento que permita aunar la mejora de


contenidos individuales con logros colectivos. Se atiende de forma simultánea el máximo de
factores contribuyentes en el rendimiento de un equipo. El modelo de entrenamiento integrado
debe alcanzar, entre otros, los siguientes objetivos:

 Mejorar acciones técnico-tácticas individuales dentro de un procedimiento colectivo.

 Permitir la mejora de más de una cualidad física de forma simultánea, adaptándola a las
necesidades individuales de cada jugador.

 Favorecer la individualización del entrenamiento, considerando el nivel de formación del


individuo.

 Optimizar el tiempo de trabajo en períodos con competiciones muy seguidas.

Según Espar (2002), los objetivos que se persiguen con la aplicación de este método son los
siguientes:

 Acercar las condiciones de la competición a la práctica de los entrenamientos.

 Dar variedad al trabajo de preparación física.

 Fijar aprendizajes técnicos en condiciones de fatiga.

2. Metodología

Como llevamos diciendo a lo largo de este trabajo, tradicionalmente, en el entrenamiento


deportivo, se trabajaba por separado los diferentes factores de entrenamiento (la técnica, la
táctica, la condición física, la preparación psicológica, sociológica e intelectual). Los entrenadores,
influenciados por las teorías conductistas y mecanicistas de aprendizaje motor que han imperado
en el entrenamiento deportivo, planteaban entrenamientos analíticos y parciales. Así, se
presentaban ejercicios para el desarrollo de la técnica individual, mucha preparación física basada
en métodos y sistemas de entrenamiento de probado rendimiento en deportes individuales
(carreras, saltos, lanzamientos); la táctica, mediante unos partiditos en el entrenamiento y las
charlas prepartido, que además servirían de preparación psicológica, deberían ser suficientes para
que los jugadores tuvieran una buena capacidad de rendimiento y de poder encontrar respuestas
adaptadas a los problemas que pudiesen surgir en el desarrollo del juego derivados de la oposición
(contra los adversarios) y de cooperación (con los compañeros). Igualmente, las charlas
postpartido valían tanto para las correcciones tácticas como para los ajustes de comportamiento
individual y colectivo (motivación, cohesión, etc.). En definitiva, a la hora de competir, se pretendía
que el jugador respondiera como un todo (la suma de las partes) aunque en el entrenamiento se
hubiera efectuado de una manera simplificada.

En la actualidad, existen distintas teorías acerca del entrenamiento y la enseñanza de los


deportes colectivos, planteándose diversos modelos sobre cómo debe abordarse estos deportes.
La inclinación que tienen, a partir de un análisis del juego y de su estructura, es la de plantear la
enseñanza o el entrenamiento de manera más global, con una dimensión más compleja y más
próxima a la realidad del juego y a las condiciones que se dan en la competición.

Apuntalamos con respecto a este planteamiento, que se tendrá que efectuar el diseño de tareas
o actividades de entrenamiento que vayan dirigidas a desarrollar todos los factores y
mecanismos que se requieren para el desarrollo de juego, que sean más específicas y similares a lo
que se efectúa en la competición. Asistimos, por tanto, a un planteamiento metodológico en el
que los entrenamientos, basados en el comportamiento de juego, deberán ser más integrales y
menos analíticos. Además, los factores técnicos, tácticos, físicos, psíquicos aparecen con
características diferentes pero siempre interrelacionados. Este planteamiento trata de
aproximarse a la idea de modelo sistémico propuesto por Antón (2004)

Por ello, Bangsbo (1997) considera que "el jugador ideal debe tener una buena comprensión
táctica, ser técnicamente hábil, mentalmente fuerte, funcionar bien socialmente dentro del equipo
y tener una elevada capacidad física".

Se procurará desarrollar determinadas capacidades o condiciones, impuestas por las exigencias


de la competición, considerando las características o condiciones básicas de los jugadores,
pretendiendo el rendimiento individual y colectivo.

Esta orientación, de la interdependencia de los distintos factores que inciden en la capacidad de


rendimiento en balonmano y del enfoque global, debe de servir como guía para el diseño, la
organización y la metodología del entrenamiento de nuestro deporte. En la figura 2 exponemos un
esquema de cómo se desarrollarían los diferentes factores del entrenamiento enlazados entre sí,
especificando las características de cada combinación (Antón, 1994):
En este sentido, Brüggemann y Albrecht (1993), orientan el entrenamiento integral
fundamentado en "la conexión del jugador con el entorno real del juego, y en la aplicación
metódica de determinadas reglas de juego para provocar de forma selectiva distintas capacidades
técnicas, medios tácticos y formas de comportamiento o también capacidades de condición física
dentro de la organización fija del juego del equipo".

3. Planificación

El modelo de planificación que se propone pretende que en todo momento los entrenadores
trabajen de una forma más parecida a las situaciones de competición -analogías situacionales-, a
la vez que no se olviden del trabajo de mejora individual de los jugadores. Este es un punto
importante a tener en cuenta, ya que el jugador en etapa de formación debe incrementar de
forma paulatina capacidades condicionales que los condicionantes temporales no se lo van a
posibilitar. En esta línea exponemos las siguientes observaciones:

1. La secuenciación de los entrenamientos integrados debe viajar de forma paralela a la


evolución de la temporada. Así como la estructuración y organización interna de éstos, es
decir, los medios y métodos utilizados en la construcción de una sesión deben estar en
concordancia con el periodo de la temporada en el que nos encontremos.

2. El objetivo de toda planificación es llegar a los momentos importantes de la temporada en


un estado óptimo de forma. Para llegar al período de competición con posibilidades de
aplicar el máximo nivel de dificultad e intensidad, en el modelo integrado dentro del juego
complejo, es crucial realizar una planificación progresiva a lo largo del período de
preparación, en lo que se refiere a la capacidad de integrar medios físicos con medios
tácticos dentro del juego.

3. Con este modelo de planificación no hacemos más que aprovechar los momentos
susceptibles de mejora condicional y cognitiva. Esto es, en periodos de desgaste de
sistemas utilizamos los procedimientos más simples a nivel táctico. Para introducir los más
complejos en aquellos periodos de supercompensación y coordinación de los diferentes
sistemas.

¿Qué variables debemos tener en cuenta en la planificación?

o Las características específicas del deporte en cuestión.

o Sistema y calendario de competiciones (cantidad de competiciones, el sistema de


competiciones).

o Características individuales y colectivas del grupo de jugadores.

o Concepción general del juego, sistemas y funciones a desarrollar.

o Características del club y de los entrenamientos (disponibilidades materiales,


número de sesiones posibles, objetivos y "filosofía" del club, etc.)

4. Correlación de factores de entrenamiento

Existen numerosos estudios que demuestran el grado de influencia entre los diferentes factores
de entrenamiento. En el balonmano, ésa es la forma habitual de exigencia de las acciones del
juego. Según Antón (1994), el régimen de manifestación representa el "modo de manifestación
diferenciado de una cualidad motora o un factor de entrenamiento, determinado por la influencia
de otro u otros, con los cuales se produce en el juego de una forma integrada".

Teniendo en cuenta este aspecto, en el proceso de entrenamiento integrado se utilizarán


ejercicios de trabajo que reúnan las siguientes condiciones:
a. En los ejercicios técnico-tácticos se valorará especialmente la graduación de dificultades
en función de las exigencias físicas de los mismos (intensidad, complejidad, duración,
frecuencia, etc.)

b. La vía a seguir en el perfeccionamiento pasa por la inclusión de ejercicios que busquen


aumentar la resistencia psico-física específica con acciones perturbadoras (obligatoriedad
de cumplimiento de determinadas tareas, exigencias superiores imprevistas, modificación
de la tarea o del número de repeticiones de forma imprevista, variedad de dificultades en
la oposición combinadas en la misma sesión, condiciones de fatiga, inestabilidad
emocional o física, etc.).

c. Igualmente importante es el entrenamiento individualizado, ajustando las cargas o


dificultades planteadas de una forma correspondiente a las posibilidades de cada jugador
y a las necesidades y características de cada puesto específico, que en esta etapa es
importante pues recordemos que se inicia el proceso de especialización.

Aunque en un principio parecía que todos los factores iban a ocurrir en un proceso mezclado sin
criterio definido, con el paso del tiempo, y por medio de la reflexión, se han ido
descubriendo relaciones preferenciales a la hora de la puesta en práctica de este método de
entrenamiento. En este sentido, Espar (2002) establece las siguientes relaciones preferenciales
haciendo referencia a tres agrupamientos duales con las que en términos generales coincidimos y
que observamos en la figura 3:
Sin embargo, debemos ser más ambiciosos, e integrar, en la medida de lo posible, el mayor
número de factores de entrenamiento:

 Físico-técnico

 Físico-técnico-táctico

 Físico-técnico-táctico-psicológico

Consideraciones psicomotrices básicas en la adolescencia

El periodo de la adolescencia se caracteriza por ser un intervalo de tiempo importante en el


desarrollo de todo ser humano, pues en él se consolidarán las estructuras funcionales. Los
cambios más relevantes que tienen lugar en este periodo de maduración se sitúan en el sistema
endocrino (hormonal) entre ellas:

 Aumento de la producción de la testosterona

 Diferenciación de las fibras musculares (lenta y rápida)

 Disformismo sexual, ya que tras la pubertad los hombres se tornan más fuertes que las
mujeres.

Si bien la adolescencia se define más por las características sexuales, esta etapa de la vida
desarrolla rápidos cambios en el aspecto físico y el comportamiento social, psíquico y emocional. A
partir de los 14 años en los varones y algo menos en las mujeres, el cuerpo comienza a cambiar al
ritmo de los estímulos hormonales. Estos cambios se dan a todo nivel, y son particularmente
observables en sus movimientos corporales y en la relación con el espacio. En el caso de los chicos,
aprovechar el gran impacto hormonal (en especial de la testosterona) es muy relevante. En las
niñas, un entrenamiento de alta competición y máxima exigencia puede alterar su desarrollo y
hasta retrasar su primera menstruación.
Cuando se trata del entrenamiento deportivo de un niño en su etapa de la adolescencia, es
importante prestar atención a su desarrollo psicomotriz. Los deportes colectivos ayudan a este
aprendizaje neuromotory, por lo tanto, aquellos adolescentes que vienen realizando algunas
disciplinas deportivas desde pequeños están en mejores condiciones de asimilarlo. Lo ideal es que
un individuo experimente diferentes formas de entrenamiento a fin de tener la mayor cantidad de
experiencias motrices.

Con respecto al adolescente, es importante conocer las variables de su desarrollo psicomotriz, y


para ello vamos a considerar las características del trabajo para un jugador de entre 13 y 17 años
(Tabla 1)

En general la adolescencia se va a caracterizar por ser una etapa de intensa actividad física
donde el individuo ocupa el centro de interés. En lo estrictamente deportivo, es ideal para la
especialización deportiva en técnicas, tácticas y estrategias mediante el entrenamiento y la
competición. Es importante que el adolescente incorpore la actividad deportiva como un estilo de
vida. El médico deportivo tiene un rol importante en la recomendación de prácticas deportivas
adecuadas a cada edad y la prevención de la saturación deportiva, fenómeno biológico de causas
físicas, psicológicas y sociales que genera abandono de las actividades deportivas.

Concluimos recordando que a medida que se produce la maduración neurológica se van


integrando funciones superiores resultando movimientos más complejos hasta la llegada de la
pubertad. Sin embargo, esta maduración continúa, permitiendo al niño/a la adquisición de
habilidades psicomotrices cada vez mayores. La maduración psicomotriz es coordinada junto a la
de otros órganos y sistemas (cardiopulmonar, circulatorio, osteomuscular, etc.) excepto en la
etapa puberal, donde, por acción hormonal hay una hipertrofia muscular (más marcada en el
varón). Este crecimiento somático acelerado en el adolescente explica la descoordinación motriz
característica de esta etapa.

Influencia del entrenamiento integrado sobre el desarrollo psicomotriz en la adolescencia

Debido a los cambios en el sistema endocrino que se producen al inicio de la etapa, el


entrenamiento integrado tendrá en la adolescencia un momento importante, ya que la asimilación
compensatoria de determinados factores de entrenamiento será mucho más rápida. (Weineck,
1991)

En las primeras etapas de formación, el jugador se enfrenta, por primera vez, a los problemas
que plantea el juego, su bagaje técnico-táctico, su potencial físico y sus experiencias previas son
limitadas. Esto hace que, aunque en la práctica predomine la estrategia global de enseñanza -en
todas sus variantes: pura, polarizando la atención y modificando la situación real-, los objetivos
perseguidos sean simples y bien diferenciados. Se pretende crear una base sólida en donde los
nuevos conceptos adquiridos tengan significación propia y puedan relacionarse con conceptos de
juego ya aprendidos. Y esto se puede conseguir por medio del entrenamiento integrado.

Siempre se ha pensado que el aprendizaje técnico debe realizarse con el organismo descansado,
para evitar las acciones con faltas de coordinación. Las investigaciones demuestran que estas
exigencias son válidas en la primera fase del aprendizaje (etapa prepuberal), cuando el deportista
se está apropiando de los fundamentos técnicos por primera vez y de forma completamente
nueva. Estudios recientes realizados en Alemania con jugadores de balonmano de nivel medio,
vienen a corroborar esta idea, concluyendo que cargas de condición física creciente a través de la
aplicación del entrenamiento integrado no incidían negativamente en la destreza del
jugador (Tschiene, 1996).

Conforme la formación progresa, incrementa la complejidad del juego, y con ella debe mejorar
la capacitación del jugador a todos los niveles. Los objetivos del entrenamiento, en esta misma
progresión, se van integrando. Se crean situaciones de entrenamiento que se asemejan cada vez
más a la realidad de la competición.
Debido a que el entrenamiento integrado tiene la capacidad de respetar algunos principios del
entrenamiento fraccionado, especialmente con respecto a la posibilidad de intercalar pequeños
periodos de recuperación entre horas de trabajo intenso, de su utilización se deriva un mayor
tiempo total de entrenamiento con la posibilidad de trabajar simultáneamente dos o más
factores, así como también la capacidad de respetar algunos principios del entrenamiento
continuo en el cual se debería involucrar en el esfuerzo la mayor cantidad de masa muscular
posible. Esta combinación permitirá en el organismo del adolescente:

 Una mejor circulación de la sangre

 Mayor producción de energía en el músculo

 Mayor transporte de oxigeno al músculo

 Mayor capilarización de los músculos involucrados

Por todo lo anteriormente expuesto, podemos afirmar que el entrenamiento integrado, aplicado
en los deportes colectivos, va a influenciar positivamente en el desarrollo psicomotriz del
adolescente por varias razones.

La primera, y mas congruente, se debe a que este método de entrenamiento permite la


formación armónica e integral del individuo, tan importante en esta etapa evolutiva debido a los
desajustes ocasionados por la pubertad.

En segundo lugar, con su aplicación se economizará el tiempo disponible para entrenar, tan
requerido en estas edades cuando los jugadores deben compaginar los entrenamientos con otras
actividades.

De esta manera, los adolescentes van a poder aprender el propio deporte, desarrollar las
capacidades, habilidades y destrezas necesarias para su práctica.

Sin embargo, estamos de acuerdo con Espar (2002), cuando subraya que el entrenamiento
integrado no es la panacea, y no puede ser usado como único método de entrenamiento en la
adolescencia. Su utilización en las categorías de formación, aunque puede ser un perfecto
complemento, esta condicionado por la dificultad de fijar objetivos específicos que el mismo
implica. Por ello, Espar aconseja una cierta prudencia, que debe tenerse en cuenta. Habrá que
recordar aquella frase que dice que "No se puede mejorar el juego de balonmano sólo jugando al
balonmano -modelo máximo de integración y globalidad- y se hace igualmente imprescindible
mejorar por separado las partes que constituyen el juego de balonmano -modelo más analítico-",
entre otras razones por cumplir el principio de la repetición del entrenamiento, por lo que el
aumento del número de repeticiones de cualquier contenido del juego se revela fundamental, y
eso no es posible hacerlo en la medida adecuada exclusivamente a través del entrenamiento
integrado. En este sentido, es imprescindible subrayar que esta etapa -llamada genéricamente
como de Inicio de la especialización- obliga a comenzar también el proceso de preparación
particularizada -e independiente en ocasiones- de las distintas cualidades físicas específicas y
necesarias en el balonmano -fuerza explosiva, resistencia mixta, que, a su vez, se basa en al
aumento de volumen de la resistencia aeróbica, etc.-, así como de los contenidos técnicos
específicos de cada puesto específico con la amplitud, riqueza y volumen adecuado.

Conclusión

Numerosos estudios corroboran que la aplicación del entrenamiento integrado al ámbito de


diferentes deportes colectivos como el balonmano ha propiciado un desarrollo armónico en los
jugadores de los componentes físicos, técnicos y tácticos, tan importante en la adolescencia.

Está comprobada científicamente la efectividad de este método en función de la integralidad del


entrenamiento, contribuyendo así al aprovechamiento óptimo de factores de entrenamiento, sin
la necesidad de sacrificar ninguno de los componentes de la preparación en beneficio de otro.

La necesidad de una alternativa al entrenamiento tradicional en los deportes colectivos,


valorando en su justa medida la concepción analítica, parcelada y alejada de las situaciones
específicas y reales de la acción de juego es una realidad.

El balonmano como deporte colectivo tiene su propia estructura de juego, requiriendo una
habilidad específica para resolver las situaciones de juego que tiene sus connotaciones
condicionales y cognitivas.

El entrenamiento deportivo, en nuestra modalidad colectiva, debe tender a ser más global, con
una dimensión más compleja, más próxima a la realidad de juego y a las condiciones de la
competición. La acción propia del juego implica dominio y eficacia del movimiento corporal
adaptado a las exigencias de las situaciones de juego (esfuerzos y acciones). Por ello, hay que
buscar una buena interacción en el desarrollo de los factores físicos, técnicos, tácticos,
psicológicos.

Además, debido al elevado ritmo de vida de la sociedad actual en la que los adolescentes se
encuentran inmersos en multitud de actividades formativas (informática, música, idiomas, etc...) y
recreativas (video juegos, cine, internet, etc...), el entrenador de un equipo de balonmano con
jugadores en etapa cadete debe ser consciente de la comprimida disponibilidad temporal de sus
pupilos. En este sentido, la utilización de situaciones de entrenamiento integrado va a permitir el
requerido aprovechamiento del tiempo dedicado a la conveniente preparación física de los
integrantes del equipo.

Esperamos que con este aporte se generen mayores expectativas de cómo debe diseñarse y
aplicarse el entrenamiento integral, y aplicarlo al terreno de juego.

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