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REPRESENTANTES DE LAS TEORÍAS DE LA EDUCACIÓN

-Teoría conductual o instruccional


Pavlov
Watson
Thordike
Skinner
-Teoría psicogenética
Piaget
-Teoría del cognitivismo
Jerome Bruner
Howard Garner
- Teorías conductista y cognitivista:
- Teoría Constructivista
Piaget
Ausubel
- Teoría sociocultural
Vigotsky
- Teoría Humanista
- Teoría del aprendizaje significativo
David Ausubel

TEORÍA CONDUCTUAL O INSTRUCCIONAL

Los orígenes de la teoría conductual del aprendizaje se encuentran en los estudios de


Pávlov (1927) con animales. Estos experimentos permitieron descubrir muchos principios
del aprendizaje, principios de la relación entre estímulos y respuestas, que más tarde fueron
útiles para modificar el comportamiento humano. Esta corriente considera a la psicología
como una ciencia que predice y controla la conducta lo cual implica excluir los estados y
eventos mentales como objeto de estudio de la psicología.
PRINCIPIOS DEL CONDUCTISMO

Los principios fundamentales a que se adhieren las teorías conductuales pueden resumirse de la siguiente
forma:
a) La conducta está regida por leyes y sujeta a las variables ambientales.
b) La conducta es un fenómeno observable e identificable.
c) Las conductas mal adaptativas son adquiridas a través del aprendizaje y pueden ser modificadas por los
principios del aprendizaje.
d) Las metas conductuales han de ser específicas, discretas e individualizadas.
e) La teoría conductual se focaliza en el aquí y el ahora.

TIPOS DE APRENDIZAJE EN LA TEORIA CONDUCTUAL


En general, el aprendizaje dentro de la teoría conductual se define como un cambio
relativamente permanente en el comportamiento que refleja una adquisición de
conocimientos o habilidades a través de la experiencia. Estos cambios en el
comportamiento deben ser razonablemente objetivos y por lo tanto, deben poder ser
medidos. Dentro de la teoría conductual existen 4 procesos que pueden explicar este
aprendizaje:

• Condicionamiento Clásico

• Asociación por Contigüidad

• Condicionamiento Operante

• Observación e Imitación

A) CONDICIONAMIENTO CLÁSICO

El condicionamiento clásico es el proceso a través del cual se logra que un


comportamiento(respuesta) que antes ocurría tras un evento determinado (estímulo)
ocurra tras otro evento distinto. El condicionamiento clásico describe, de esta forma, el
aprendizaje por asociación entre 2 estímulos: se condicionó a las personas o los animales a
responder de una forma nueva a estímulos que antes no necesitaban tales respuestas.
Podemos recurrir a la teoría del condicionamiento clásico para comprender cómo la gente

aprende diversas respuestas involuntarias, especialmente, respuestas asociadas con la

fisiología y las emociones. Por ejemplo, las personas pueden desarrollar aversiones a

determinados alimentos como resultado de su asociación con un dolor de estómago. Por

ejemplo, después de asociar el sabor de la ensalada de pepino (EC) con la náusea que yo

experimentaba habitualmente durante el embarazo (EI), desarrollé una aversión (RC) al

sabor del pepino que me duró varios años.

El proceso mediante el cual aumenta la respuesta condicionada por sucesivos


emparejamientos del estímulo incondicionado con el condicionado es llamado adquisición.

La extinción, en cambio, se refiere a la pérdida gradual de la respuesta condicionada que


ocurre cuando el estímulo condicionado es presentado sin el estímulo incondicionado.
(Darley y cols., 1988). De esta forma, es posible aprender conductas o “desaprenderlas” a
través del proceso de condicionamiento clásico. Otro concepto relativo al condicionamiento
clásico es el de generalización de estímulo, la tendencia a emitir la respuesta condicionada
ante un estímulo similar, aunque no idéntico al que fue originalmente asociado al estímulo
incondicionado. Por ejemplo, una persona que ha aprendido a tenerle miedo al perro que
la mordió, puede generalizar su aprendizaje y temer a todos los perros, incluso a los
inofensivos. Por el contrario, existe otro proceso, el de discriminación, donde la persona
aprende a responder sólo al estímulo condicionado, logrando diferenciarlo de los demás
estímulos; así, aprende a no responder a estímulo parecidos al estímulo condicionado.

Usando el mismo ejemplo anterior, la persona puede aprender a no temerle a otros perros,
discriminando entre el perro peligroso y los inofensivos, a pesar de ser todos perros.

Aunque Pavlov consiguió extinguir rápidamente la respuesta condicionada de salivación al


presentar repetidamente el sonido de la campana en ausencia de comida, cuando entró en
su laboratorio al día siguiente descubrió que el sonido de la campana volvía a provocar
salivación en el perro, casi como si la extinción nunca se hubiera producido. Esta reaparición
de la respuesta de salivación después de haber sido previamente extinguida, es un
fenómeno al que Pavlov denominó recuperación espontánea.

En términos más generales, la recuperación espontánea es la reaparición de una respuesta


condicionada cuando hay un período de descanso después de que se haya producido la
extinción. Por ejemplo, si yo estoy cerca de un montón de abejas durante cierto tiempo, es
posible que me tranquilice y guarde ni compostura. Sin embargo, mi primera respuesta, si
más adelante vuelvo a encontrarme con una abeja, sea salir corriendo de nuevo.

Pavlov también describía un fenómeno conocido como condicionamiento de segundo


orden o, más generalmente, condicionamiento de orden superior. Cuando un perro ha sido
condicionado para salivar ante el sonido de una campana y la campana se ha presentado
posteriormente asociada con un estímulo neutro como un destello de luz, ese estímulo
neutro puede llegar a provocar la respuesta de salivación, incluso aunque nunca se haya
asociado de manera directa con la comida. En otras palabras, el destello de luz se convierte
n un estímulo condicionado mediante su emparejamiento, no con el estímulo
incondicionado, sino con otro estímulo condicionado.

El condicionamiento de orden superior constituye una posible explicación de algunos de los


miedos que los estudiantes muestran en clase. Es posible que inicialmente el fracaso se
haya asociado con un doloroso castigo físico. A continuación, otra situación, como puede
ser un examen, una exposición oral delante de la clase, o incluso, la propia escuela, se asocia
con este fracaso. El castigo físico es el EI. El fracaso, originalmente un estímulo neutro (EN1),
se convierte en un EC1 tras su asociación con el EI. Otros aspectos de la escuela, como puede
ser un examen, que al principio también eran estímulos neutros (EN2), se convierten en
estímulos condicionados adicionales (EC2) mediante su asociación con el EC1. De esta
manera, un estudiante puede llegar a desarrollar ansiedad ante los exámenes, miedo a
hablar en público, o incluso, fobia escolar.

Las personas no nacemos con sentimientos especiales respecto a palabras como terrible o
fantástico, ni reaccionamos de manera innata ante los helados o las cucarachas. Por el
contrario, es más probable que adquiramos sentimientos específicos hacia esas palabras e
imágenes a lo largo de nuestras experiencias cotidianas, hasta el punto en que esos
estímulos terminan constituyendo el punto de partida de posteriores condicionamientos
clásicos.

El condicionamiento clásico proporciona una posible explicación de cómo los seres


humanos adquieren respuestas fisiológicas (por ejemplo, la náusea), respuestas
emocionales (por ejemplo, ansiedad o reacciones fóbicas), y actitudes (por ejemplo, placer
o disgusto), hacia determinados estímulos. También ofrece dos estrategias para eliminar
tales respuestas: la extinción y el contra condicionamiento (reemplazar relaciones
inapropiadas E-R por otras más apropiadas).

Otros conductistas han trabajado sobre las ideas de Pavlov. John Watson y Edwin Guthrie
sugirieron que la práctica mejora el aprendizaje, quizá porque incrementa la fuerza de un
determinado hábito E-R (Watson) o, quizá porque amplía el número de hábitos E-R
apropiados necesarios para realizar una conducta compleja (Guthrie).

Clark Hull propuso que las relaciones E-R se pueden comprender mejor, y la conducta se
puede predecir con más precisión, cuando se tiene en cuenta la influencia de variables
intermedias como la fuerza del hábito, el impulso, los incentivos o los factores inhibidores.
Todos estos primeros teóricos nos han hecho conscientes del hecho de que los
acontecimientos pasados y presentes ejercen una fuerte influencia sobre nuestra conducta.

Hasta este momento nuestra discusión del conductismo ha arrojado algunas implicaciones
educativas. En primer lugar, para aumentar la fuerza de los hábitos resultan esenciales las
respuestas activas y, sobre todo, la práctica. En segundo lugar, el paradigma del
condicionamiento clásico subraya la importancia de ayudar a los estudiantes a
experimentar las asignaturas en contextos placenteros y no desagradables. En tercer lugar,
para poder eliminar conductas indeseables es necesario, de una manera u otra, sustituir las
asociaciones E-R actuales por otras más productivas. Y en cuarto lugar, los profesores sólo
pueden saber que se ha producido un aprendizaje cuando pueden observar cambios en la
conducta de sus alumnos.
B. ASOCIACIÓN POR CONTIGÜIDAD

La teoría de la contigüidad de Edwin es similar a la perspectiva de Watson, en tanto que


considera las conexiones entre estímulos y respuestas como la base del proceso de
aprendizaje. El principio de aprendizaje básico según Guthrie es el siguiente:

Un estímulo al que sigue una respuesta determinada tenderá, cada vez que se repita, a ser
secundado por esta misma respuesta. Esta conexión E-R alcanza su máxima potencia en un
único ensayo.

En otras palabras, si un organismo responde a un estímulo determinado de una manera


específica en una ocasión, entonces el organismo producirá la misma respuesta la próxima
vez que se encuentre con el mismo estímulo; de esta manera se forman los hábitos. Guthrie
afirmaba que el factor determinante en el aprendizaje es la contigüidad, esto es, la
ocurrencia más o menos simultánea, entre el estímulo y la respuesta. También compartía a
creencia de Watson de que la recencia resulta esencial para el aprendizaje: un organismo
responderá a un estímulo de la misma manera como haya respondido al mismo la última
vez.
La Recencia es la capacidad para recordar mejor la información nos llega al final. Si
pensamos por ejemplo en que estamos escuchando una lista de palabras, nos será más fácil
que repitamos las últimas que hayamos oído.

La noción de Guthrie de aprendizaje en un ensayo, esto es, el establecimiento de una


conexión entre el estímulo y la respuesta tras una única asociación, constituyó una
propuesta radical en su época. La mayoría de los conductistas de entonces consideraban
que las conexiones entre el estímulo y la respuesta sólo podían adquirirse de manera
gradual, fundamentalmente a través de la práctica. Guthrie explicaba la apariencia de
aprendizaje progresivo de las conductas complejas sugiriendo que dichas conductas se
componen en realidad de muchas pequeñas conexiones entre estímulo y respuesta; tras
cada ensayo se forman cada vez más conexiones de este tipo, lo que conduce a esos
cambios lentos y progresivos que se observan de manera general.

La parsimonia de la teoría de Guthrie, basada en su propuesta de que la base del aprendizaje


radica en la contigüidad entre el estímulo de la respuesta, resulta ciertamente atractiva. Sin
embargo, este autor apenas apoyó sus ideas de manera empírica, y la investigación
posterior arroja dudas sobre la idea de que el aprendizaje sea algo tan simple como él
sugirió. En cualquier caso, en la actualidad continuamos utilizando en la práctica educativa
y terapéutica tres técnicas para romper la asociación E-R, que están basadas en su teoría.
Más adelante describiremos estas técnicas.

C. CONDICIONAMIENTO OPERANTE

El condicionamiento operante es una forma de aprendizaje que consiste en asociar un


estímulo a una respuesta con la finalidad de que la respuesta se produzca más o menos. Es
decir, se produce una conducta y después de la conducta hay una consecuencia, algo que
pasa después. Entonces existen dos opciones: que la consecuencia sea positiva o negativa.

- Si la consecuencia se considera positiva esa conducta tendrá más probabilidades de


producirse en un futuro, pues se está asociando la conducta con el suceso bueno que ha
pasado después.
- Si, por el contrario, la consecuencia es negativa la conducta tendrá menos probabilidades
de producirse en un futuro, ya que se asocia la conducta con el suceso malo. Esta conexión
entre las conductas y las consecuencias deriva en una técnica de modificación de conducta
que sirve para conseguir que una conducta se repita o no.

Existen diferentes tipos de condicionamiento operante:

Mientras observaba a los gatos recorrer un laberinto al realizar su tesis doctoral, Edward
Thorndike llegó a la conclusión de que las consecuencias que producen satisfacción
(recompensas) aumentan la fuerza de las respuestas, mientras que las consecuencias que
producen desagrado (castigos) disminuyen estas respuestas. Posteriormente, Thorndike
revisó su ley del efecto y sugirió que, si bien la recompensa fortalece la respuesta, el castigo
no necesariamente la debilita.

A partir del trabajo de Thorndike, Skinner ofreció su principio básico del condicionamiento
operante: las respuestas que van seguidas de reforzamiento aumentan su frecuencia. Para
que se produzca un condicionamiento operante, un reforzador debe seguir de manera
inmediata a una respuesta y ser congruente con ella. El condicionamiento operante se
diferencia del condicionamiento clásico al menos de tres maneras:

1) se produce como resultado de que una respuesta va seguida de un estímulo reforzador


y no como resultado de la asociación de dos estímulos;

2) implica respuestas voluntarias, pero no las involuntarias, y

3) se describe mejor como una relación R/E que como una relación E/R.

El nivel operante básico o línea de base de una respuesta es su frecuencia en ausencia de


reforzamiento; la conducta terminal es la forma y frecuencia de la respuesta deseada al
finalizar el programa de reforzamiento. Incluso cuando una secuencia respuesta-reforzador
se produce por casualidad, es posible observar un incremento en la frecuencia de esa
respuesta (conducta supersticiosa). Una respuesta que se ha reforzado previamente pero
ya no continúa siéndolo, tiende a disminuir su frecuencia hasta aproximarse a su línea de
base inicial (extinción). Las conductas complejas pueden enseñarse mediante el
procedimiento de reforzar aproximaciones sucesivas a la conducta terminal deseada
(modelado) o mediante el reforzamiento de una secuencia de respuestas cada vez más larga
(encadenamiento).

El reforzamiento puede adoptar diversas formas. Un reforzador primario es aquél que


satisface una necesidad biológica, quizá porque proporciona algo esencial para la
supervivencia; un reforzador secundario es aquél que se convierte en reforzante a través
de su asociación repetida con otro reforzador. Mientras que el refuerzo positivo supone la
presentación de un estímulo (supuestamente agradable), el reforzamiento negativo supone
la eliminación de un estímulo (supuestamente aversivo); dado que el reforzamiento
negativo incrementa la conducta tal y como lo hace el reforzamiento positivo, no se trata
de un castigo. Un reforzador no siempre es un objeto material; por ejemplo, puede ser
también un acontecimiento social, una actividad favorita, una retroalimentación positiva o
un sentimiento intrínseco de satisfacción.

La oportunidad del momento, la magnitud, el atractivo y la congruencia del reforzamiento


afectan al ritmo con que se aprenden las nuevas conductas. También, diferentes esquemas
de reforzamiento influyen sobre la frecuencia con la que se producen las respuestas, así
como sobre el ritmo con que dichas respuestas se adquieren y se extinguen.

Los estímulos antecedentes también influyen sobre la ocurrencia de una respuesta. Por
ejemplo, cuando un organismo ha aprendido a responder de cierta manera en presencia de
un estímulo, es probable que responda de la misma manera en presencia de otro estímulo
similar (generalización del estímulo). Sin embargo, si una respuesta determinada se ha
reforzado en presencia de un estímulo, pero no en presencia de otro, el organismo
manifestará esa respuesta solamente cuando esté presente el primer estímulo
(discriminación del estímulo). Los profesores pueden recurrir a diversos estímulos
antecedentes, que pueden adoptar la forma de indicios o contextos para promover la
realización de conductas apropiadas.

Las perspectivas contemporáneas del condicionamiento operante son relativamente


diferentes de las que propuso Skinner en su momento. Por ejemplo, algunos teóricos
proponen que la conducta se comprende mejor si vamos más allá de las relaciones
específicas E-R, y nos centramos en contextos más amplios y en períodos de tiempo más
largos. Por otra parte, algunas explicaciones actuales del condicionamiento operante
incluyen una serie de factores cognitivos que subyacen al condicionamiento. Además, en la
actualidad muchos teóricos consideran que la conducta nunca puede ser absolutamente
predecible.

Además del castigo (que, de acuerdo con muchos conductistas actuales, sí conduce a una
disminución de la respuesta), algunas técnicas basadas en el reforzamiento (extinción,
presentación de consecuencias deseadas de manera no congruente, reforzamiento
diferencial de otras conductas y el reforzamiento de conductas incompatibles), permiten la
eliminación de conductas indeseables. Sin embargo, el reforzamiento probablemente no
resultará eficaz si la consecuencia no es verdaderamente reforzante, o si se presenta de
manera infrecuente, tampoco si el aprendiz pierde demasiado o gana demasiado poco por
cambiar su conducta, o si el proceso de modelado se realiza con demasiada precipitación.

Skinner consideraba que, en situaciones escolares, las conductas apropiadas suelen


reforzarse de manera incongruente, mientras que con frecuencia se refuerzan
involuntariamente las conductas indeseables.

D. OBSERVACIÓN E IMITACIÓN
Por aprendizaje por observación o imitación se entiende la reproducción consciente e
intencionada de una conducta del experto por el novicio para alcanzar el mismo objetivoque
persigue el propio experto. Como tal, la imitación requiere la capacidad de comprender el
objetivo (intención) que el experto se propone alcanzar, de comprender su plan mental
distinguiendo entre las acciones que sirven de medios y las que constituyen el objetivo, así
como de repetir la secuencia de acciones del experto para alcanzar el objetivo perseguido
por este. En consecuencia, el aprendizaje por observación consiste en reproducir lo que el
experto quiere hacer (y no simplemente lo que hace).

La imitación implica dos procesos cognitivos estrechamente relacionados:

1. La capacidad de dar sentido a las acciones de los demás.

2. La capacidad de reproducir sus acciones.

La imitación se basa, por lo tanto, en la actitud mental de "tratar a los demás como a sí
mismos"; en consecuencia, toda actividad imitativa implica una mayor comprensión del
funcionamiento mental de sí mismo y de los demás sobre la base de un sistema de "analogía
sí mismo-otros". En la imitación aprendemos no sólo de los demás, sino sobre todo con y a
través de los demás. En la especie humana el aprendizaje por observación resulta eficaz y
estructurado ya alrededor de los nueve meses, concomitantemente con la aparición de la
intencionalidad y de la comprensión de los otros como agentes intencionales.

El aprendizaje observacional implica una serie de etapas, cada una de las cuales implica
procesos diferentes:

1) Proceso de atención, es decir, enfocar, prestar atención, poner algo en el centro de su


campo perceptivo.

2) Proceso representativo, es decir, una vez registrado el comportamiento del modelo, el


individuo lo interpreta a la luz de sus conocimientos y memoriza los aspectos más
importantes, que, en su caso, podrá reproducir.

3) Proceso de reproducción, es decir, la reproducción motora del comportamiento


observado y almacenado en las dos fases anteriores.
4) Proceso de motivación, se activa por las ventajas que el individuo espera tener imitando
el modelo y que pueden consistir en refuerzos externos, auto-refuerzos o refuerzos
vicariantes.

Hay cinco resultados posibles del aprendizaje por observación:

1) Dirigir la atención. Al observar a los demás, no sólo aprendemos actos, sino que también
observamos a los objetos relacionados con los actos.

2.) Estimular las conductas existentes. Este tipo de aprendizaje por observación representa
que el hecho de observar la conducta de los demás nos indica cuáles de las conductas que
ya aprendimos debemos utilizar.

3) Cambiar las inhibiciones. Si los miembros de una clase observan que un estudiante
quebranta una regla y se sale con la suya, aprenderían que la trasgresión de reglas no
siempre trae consecuencias indeseables (efecto de onda)

4) Enseñar nuevas conductas y actitudes. Cuando se aplica de manera reflexionada, el


modelamiento constituye un medio efectivo y eficiente para enseñar nuevas conductas.5)
Despertar emociones. Usando el aprendizaje por observación los individuos desarrollan
reacciones emocionales ante situaciones que nunca han experimentado de manera
personal, como volar o conducir.
Referencias bibliográficas

Florentino A. Teorías de Aprendizaje-Cognitivas y Neurocientíficas

¿Cómo se aplica el conductismo en el aula?

Pondremos en práctica el modelo conductista, a través de los siguientes recursos


educativos:

La economía de fichas

Según la web Fundación Cadah, esta es una de las estrategias más efectivas y empleadas
para modificar la conducta en niños/as con TDAH y Trastorno de Conducta. Su buena
utilización puede convertirla en una técnica muy eficaz combinando el refuerzo positivo y
el coste de respuesta. La técnica consiste en entregar un estímulo (fichas, vales, puntos,
estrellas, vales canjeables) que actúa de reforzador simbólico, inmediatamente después de
la conducta deseada o que queremos reforzar; dicho estímulo se cambia más tarde por un
refuerzo en forma de premio previamente pactado.

Esta técnica permite trabajar diferentes conductas a la vez, pero necesita de una elevada
programación por parte de los padres o los profesionales encargados de dirigir la
intervención.

El moldeamiento

Esta técnica consiste en formar una conducta nueva a partir del desarrollo de conductas
graduales o aproximativas a la que queremos formar. Se trata de reforzar de forma positiva
conductas que ya tiene la persona para ir acercándonos al objetivo, la conducta nueva que
queremos crear.

Según el blog de la mente , cuando hablamos de «reforzar», esto implica cualquier evento
o suceso que incrementa la probabilidad de que ocurra la conducta que queremos. En el
moldeamiento se diseña una estrategia. Tenemos tres partes la meta que queremos lograr
(o formación de una nueva conducta), el punto de partida y el plan que diseñamos para
lograr esa meta. Se refuerzan –de forma selectiva– las conductas que más se asemejen
funcionalmente a la conducta nueva que queremos crear.

El encadenamiento

El encadenamiento es una técnica conductual que se enmarca en el paradigma del


aprendizaje operante. Se utiliza para desarrollar nuevas cadenas de conducta (es decir,
secuencias complejas compuestas por una serie preestablecida de respuestas simples) a
partir de otras conductas que ya se encuentran en el repertorio del sujeto. Según la
web Psicología y Mente , algunos ejemplos típicos de aprendizajes que pueden
desarrollarse a través de esta técnica son los que permiten conductas elaboradas como
tocar un instrumento musical o conducir un vehículo. Con gran frecuencia se utiliza el
encadenamiento para enseñar habilidades básicas a niños con necesidades especiales,
como ponerse la ropa o asearse sin ayuda.

Las respuestas que conforman la cadena conductual actúan como reforzadores


condicionados de la conducta previa y como estímulos discriminativos de la siguiente. Hay
dos excepciones lógicas a esto: la primera respuesta, que no refuerza ninguna otra, y la
última, que no actúa como señal para una conducta posterior.

El tiempo fuera

Esta es una técnica efectiva para reducir rabietas u otras conductas negativas que queremos
erradicar en los alumnos. Se aísla al individuo para que cambie una mala actitud en otra
estancia que aburra al sujeto, sin discutir con él. Este debe cumplir el tiempo de aislamiento
estimado en función de su edad.

Según el blog de la mente, esta técnica es más eficaz si mantenemos la calma, si el adulto
se pone nervioso y presta excesiva atención al niño esto en el fondo refuerza su conducta.
Hay que mantener la calma, actuar frío y retirar al niño de la situación sin ponernos
nerviosos.

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