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Tomar una decisión implica saber seleccionar de un grupo de alternativas la más conveniente para
nuestros planes y objetivos. Sin no sólo basta con saber seleccionar para tomar una decisión lo más
importante es tener las estrategias y la fuerza de voluntad suficiente para desarrollar la opción que
hemos elegido.
Para poder tomar decisiones convenientes respecto a la sexualidad necesitamos desarrollar destrezas
habilidades sociales y hábitos que nos ayuden a generar conductas potenciadoras de la sexualidad. En
este sentido debemos fortalecer cuatro aspectos:
a) Factores culturales.-
Están fuertemente influenciados por nuestras creencias sociales y religiosas. Estos factores
han determinado una serie de comportamientos para el varón y la mujer los cuales han dado
lugar a estereotipos sociales como los siguientes:
Varón Mujer
En la actualidad, sin embargo, existe una corriente que promueve la expresión libre de la sexualidad
para ambos sexos. Se presenta en programas televisivos videos musicales o publicidad, qué asocian
está libertad con diversión excitación peligro violencia. Sin embargo, rara vez muestra los riesgos
que las relaciones sexuales indiscriminada y sin protección.
Está sobreexposición a programas televisivos que muestran una versión desenfadada de las
relaciones sexuales afecta la percepción qué los adolescentes tienen de la sexualidad. Esto se
confirmó en Estados Unidos por Wart Rivadeneyra en 1999, quienes tomaron una muestra
multiétnica de 314 universitarios. El objetivo fue revelar el grado de identificación de los jóvenes
frente a personajes de comedias televisivas de contenido sexual. Los estudiantes que se sintieron
identificados con los personajes juzgaban que los temas y las representaciones mostradas en los
programas eran muy realistas, por lo que se inclinaba a apoyar actitudes recreativas hacia el sexo.
También tenían mayor experiencia sexual y esperaban mayor actividad sexual entre sus pares, a
diferencia de aquellos estudiantes que se identificaron menos con lo que veían en la pantalla.
b) Factores éticos:
Están definidos por los valores y las normas que califican a las acciones como” correctas” o
“incorrecta”. Respecto a la sexualidad, la ética nos plantea que debe vivirse con libertad, pero
al mismo tiempo con absoluta responsabilidad, pues nuestras selecciones pueden traer
consecuencias negativas no sólo para nosotros, sino también para las personas que nos
rodean.
Amor y sexo.-
Para alcanzar el desarrollo armonioso respecto a la sexualidad, los chicos y chicas deben
establecer algunas restricciones y límites a su conducta cuando se relacionan
afectivamente con otras personas, pues de ello dependerá su bienestar físico y psicológico.
El amor hace que cada miembro de la pareja se preocupe por el otro y lo respete. Cada
persona decide, desde su escala de valores, creencias y experiencias, cuándo y con quién
involucrarse sexualmente. Esta es una decisión importante que no se debe tomar como
consecuencia de sentimientos de culpa, por ignorancia o por efecto de un impulso. Requiere
tiempo para reflexionar y decidir sin ningún tipo de influencia o presión. Ninguna persona está
obligada a hacer algo para lo cual no está preparada.
¿Cuándo es el momento?
Esta respuesta valió un jugoso comentario del periodista español José Antonio Marina:
“Me parece un trivial consejo de anuncio publicitario”. En una etapa vertiginosa e intensa
como es la adolescencia, cuando los muchachos están construyendo su libertad, asunto
enrevesado, ese consejo es de una simplicidad mortal.
La libertad es la adecuada gestión de las ganas, y unas veces habrá que seguirlas y otras no.
El deseo no es indicio de nada, más que de sí mismo. Es siempre un” motivo” para actuar,
pero sólo el deseo inteligente es “una razón” para actuar. Con frecuencia se confunde la
espontaneidad con la libertad, lo cual es muestra de analfabetismo.
El sexo casual.-
El sexo casual se presta a malos entendidos e implica un mayor riesgo de ser usado por la
otra persona, quién no tomará en cuenta ni los sentimientos ni las necesidades de quién cree
se entregó por amor.