La visión supone de la captación de energía lumínica y su transformación en energía
eléctrica, para conducir hasta el cerebro la información recogida en el ojo, y la interpretación de la misma para generar una percepción de las forma, los colores y los movimientos del exterior. La retina es la encargada de transformarlos estímulos luminoso en impulsos nerviosos, que luego son transmitidos al cerebro por el nervio óptico para su integración. Esta está formada por varias capas de células. Las que mas se destacan son las células fotorreceptoras, estas recogen el estímulo luminoso y establecen uniones sinápticas con las células bipolares, estas están conectadas con las células ganglionares, cuyos axones se integran en el nervio óptico y llegan hasta el cerebro. También están las células horizontales y amacrinas, estas ayudan a controlar la transmisión del mensaje hasta el cerebro. También existe un epitelio pigmentado, que su función aunó esta muy clara, pero se cree que puede contribuir a la calidad de la visión en situaciones donde la luminosidad es elevada, también participan en el metabolismo del pigmento fotorreceptor 11—cis—retinal. Las células fotorreceptoras se dividen en dos: conos y bastones. Los conos son mas o menos tres millones en la retina, especializados en la visión a plena luz. Los bastones son más o menos cien millones en la retina y estos se ocupan de la visión en condiciones de luz escasa. Los dos tipos de células presentan características comunes: •Son alargadas en las que en un estrecho cilio central separa dos partes, los segmentos externo e interno. •El segmento interno contiene el núcleo, el retículo endoplásmico y las mayor arte de orgánicos subcelulares. En su extremo basal, establece uniones sinápticas con células bipolares. •El segmento externo es la parte de la célula especializada en la captación del estímulo luminoso. •Los bastones en el segmento externo tiene una serie de vesículas aplanadas, fisicamente separadas de la membrana plasmática, llamadas discos. •Los conos el segmento externo es más corto y tiene una serie de invaginaciones en la membrana plasmática denominadas sacos. En la oscuridad, las células receptores presenta un potencia de membrana de — 40mV. Este es el resulta de la actividad de una ATPasa, dependiente de Na+ y K+ y de un canal iónico, que se mantiene abierto en ausencia de estímulo luminoso, permitiendo la entrada de Na+ a favor de gradiente de concentración. La ATPasa se encuentra en la membrana plasmática del segmento interno y bombea, contra gradiente, Na+ hacia el exterior y K+ hacia el interior (4Na+ expulsado por cada K+ introducido). El interior del fotorreceptor es negativo con respecto al exterior. El canal para el Na+ se encuentra en los segmentos externos y se encuentra abierto en la oscuridad. Esto permite que el Na+ entre a favor del gradiente electroquímico generado por la actividad de la ATPasa. Cuando hay una estipulación luminosa el canal para el Na+ se cierra, pero la activada de la bomba ATPasa no se afecta, entonces se mantiene la salida de Na+ pero se limita o anula la entrada del Na+ al fotorreceptor. Esto genera una hiperpolarización de la membrana del fotorreceptor, que depende del número de fotones absorbidos por la célula y que puede alcanzar un máximo de unos —60mV. A su vez, el grado de polarización regula la liberación del neurotransmisor acumulado en los botones sinópticos de los conos y bastones, el glutamato, que determina la generación de un impulso que es transmitido, a través de las células bipolares y del nervio óptico, hasta el cerebro. El canal iónico para el sodio es un canal controlado por ligando ya que los canales se abren tras la unión de GMPc. En la célula en reposo los niveles de GMPc son suficientes para mantener el canal abierto, pero cuando hay un estímulo de luz, los niveles de GMPc bajan entonces se da el cierre del canal provocando la hiperpolarización de la membrana. También el canal permite en menor medida la entrada de calcio, esto es importante porque el calcio está implicado en los mecanismos de adaptación a la luz. RODOPSINA Es la que capta el fotón. Esta es la proteína principal de los conos y bastones, constituyendo un 80% de las proteínas totales de la célula. Se localiza en los discos y sacos, esta formada por un cadena polipeptídica de 38000 daltons, la opsina y un grupo prostético, el 11—cis—retinal. Presenta 7 fragmentos con estructura helicoidal y muy hidrófobos que atraviesan la membrana del disco. Esos fragmentos están conectado por regiones más hidrófilas en las que se sitúan zonas de interacción con otros componentes del sistema de transducción de señales. Las 7 regiones hidrófobas helicoidales se disponen en forma de haz, perpendicularmente a la membrana, dejando en el centro un bolsillo hidrófobo que contiene el grupo prostético. En la ultima de las regiones hidrófilas hay dos residuos de cisterna contiguos unidos cada uno a una molécula de ácido palmítico mediante un enlace tioéster. La unión de estas dos cadenas hidrófobas potencia la asociación de la rodopsina a la membrana del disco. El 11—cis—retinal esta unido de forma covalente a la proteína. Las propiedades de absorción de luz de la proteína se deben a la presencia del grupo prostético. El 11—cis —retinal tiene un sistema de seis dobles enlaces conjugados que permite la absorción muy eficaz de luz visible, con un coeficiente molar de 40.000M-1 a 500nm. Este en la proteína se encuentra en un microentorno específico y establece interacción con lagunas cadenas laterales de aminoácidos que modifican su distribución electrónica. La capacidad de la proteína de modificar las propiedades de absorción del cromóforo es la base de la percepción del color. En los conos, encargados de la percepción del color, existen tres tipos de pigmento con propiedad de absorción distintas. Estas tres proteínas contiene 11—cis—retinal como grupo cromóforo y su secuencia de aminoácido se muy homologa entre sí y es muy parecida a la de la rodopsina de los bastones. Sin embargo estas diferencias en la estructuras de la proteínas implicadas en la visión del color hacen que entorno del retinal sea distinto, generando que el espectro de absorción presente diferencias notables, con máximos de absorción a longitudes de onda correspondientes a los colores azul, verde y rojo. METABOLISMO DEL 11—CIS—RETINAL El 11—cis—retinal y su isómero el todo—trans—retinal se forman mayoritariamente a partir del β—caroteno (provitamina A) de la dieta. 1. En las células de la mucosa intestinal el β—caroteno es escindido en una reacción de oxidación canalizada por la 15,15’—dioxigenasa, rindiendo dos moléculas de todo— trans—retinal. 2. El todo—trans—retinal se reduce a todo—trans—retinol (Vitamina A1), en una reacción catalizada por la retinol deshidrogenasa dependiente de NADH. 3. El retinol se esterifica con ácidos grasos de cadena larga y se incorpora a los quilomicrones para su transporte en el hígado, donde es almacenado. 4. En el hígado, los ésteres de retinal se hidrolizan y el retinol libre resultante se combina con una proteína gigante de retinol (RBP), que permite el transporte por la sangre, hasta la retina, del cromóforo lipofilico. 5. Los complejos retinol—RBP son reconocidos por receptores específicos de las células del epitelio pigmentado de la renta, que promueven la entrada en la célula del retinol. 6. Una vez en la célula, el todo—trans—retinol es esterilizado para su almacenamiento, o transformado en 11—cis—retinal para su incorporación a la rodopsina. Eso se produce en dos reacciones consecutivas: 1. De isomerización a 11—cis—retinol catalizada por retinol isomerasa. 2. De oxidación a 11—cis—retinal, catalizada por la retinol deshidrogenada dependiente de NADH. Como los mamíferos no pueden producir 11—cis—retinal “de novo”, el déficit de vitamina A produce anomalías de la visión, debido a una alteración de la capacidad d reformar rodopsina. •En las primeras etapas de desarrollo, esta falta de vitamina A provoca xeroftalmia caracterizada por la formación de una película seca y dura sobre la córnea, con ceguera nocturna que evoluciona a ceguera total si no se aporta la vitamina •En los adultos, los primeros síntomas son pérdida de la agudeza visual en condiciones de penumbra y la ceguera nocturna. FOTOEXCITACIÓN DE LA RODOPSINA 1. Cuando se absorbe un fotón por la molécula de 11—cis—retinal se produce una isomerización del grupo prostético que pasa a la forma todo—trans. 2. Esta isomerización produce un cambio considerable en la geometría del grupo prostético, que a su vez induce una serie de cambios de conformación en casada en la proteína. 3. Así la rodopsina atraviesa por varios estados meta estables con espectro de absorción diferentes. 4. E l ú l t i m o d e l o s e s t a d o e s metarrodopsina II, tiene una hemivida de casi un minuto y es capaz de interactuar con otros componentes del sistema de transducción de señales para desencadenar la respuesta eléctrica. La esencia del mecanismo de captación de la luz consiste en que la energía de un fotón se utiliza para inducir un cambio de conformación en el grupo prostético, que se comunica a la proteína creando un estado capaz de interaccionar con una cascada de transducción de señales. CASCADA DE TRASNDUCCIÓN DE SEÑALES -Activación por la metarrodopsina II de una proteína G específica, la transducina. -Activación, por la transducina, de la fosfodiesterasa, una enzima capaz de hidrolizar GMPc. -Cierre de los canales iónicos para el sodio, como consecuencia d ella caída en la concentración intracelular de GMPc. También hay procesos de desactivación que permiten la vuelta del sistema al estado basal, previa a la recepción de un nuevo estímulo. 1. Activación de la transducina: La transducina es una proteína heterotrimétrica compuesta por tres tipos de subunidades distintas α, β y γ, perteneciente a la familia de las proteínas G. Esta sociedad a la cara citosólica de la membrana de los discos. Esta tiene una afinidad muy baja por la rodopsina. Pero después de la excitación de ésta por la unión de un fotón, los cambios de conformación que conducen a la metarrodopsina II crean un centro de unión específico y de alta afinidad que remite la formación de complejos metarrodopsina II—transducina. La disociación y activación de la transducina es un primer elemento de amplificación de la señal luminosa. 2. Activación de la GMPc fosfodiesterasa, y cierre de los canales iónicos para el sodio: La subunidad α, liberada por activación de la transducina, interactúa entonces con una fosfodiesterasa específica de GMPc, provocando una activación de esta enzima. La fosfodiesterasa es una proteína tetramétrica, compuesta por tres tipos de subunidades, con una estequiometría αβγ2. La subunidad α de la transducina podría unirse a las subunidades γ, anulando su capacidad de inhibir la actividad catalítica de las otras subunidades. En cualquier caso, la enzima activada es capaz de rebajar los niveles de GMPc total en al célula fotorreceptor hasta un 70% tras la estimulación luminosa. Esta disminución de la concentración de GMPc es suficiente para inactivar el canal iónico de sodio. La consecuencia final es la hiperpolarización de la célula receptora. 3. Mecanismos de desactivación de la cascada: Ocurre como consecuencia de tres procesos: 1. Inactivación de la metarrodopsina II: Este se puede dividir en dos etapas 1. En la primera se anula la capacidad de la metarrodopsina II de interactuar con la transducina, con lo que dejan de producirse subunidades α activas. 1. Se produce por la acción combina de dos proteínas la rodopsina cinasa y la arrestina. 2. La rodopsina cinasa fosforila a expensas de ATP, residuos de serina y treonina de metarrodopsina II. Estos residuos están situados cerca del sitio de unión de la transducina y su fosilización dificulta, la capacidad de interacción de las dos proteínas. 3. La forma fosforilada de metarrodopsina presenta una afinidad muy elevado por la arrestina, que se une de forma estequiométrica a la metarrodopsina. 4. En el complejo arrestina—metarrodopsina fosforilada los puntos de integración con al transducina quedan bloqueados, de forma que la activación de la proteína G deja de producirse. 2. Se regenera una molécula de rodopsina lista para iniciar un nuevo ciclo de activación. El mecanismo de reciclaje de la metarrodopsina fosforilada para regenerar una molécula de rodopsina susceptible de volver a reaccionar frente a un estímulo luminoso no se conoce totalmente. 1. La fosforilación y la unión de la abestian promueve la liberación del todo—trans— retinal 2. El cromóforo se reduce rápidamente a todo—trans—retinol, por una retinal deshidrogenasa existen en el segmento externo de los bastones 3. Es transportado al epitelio pigmentado donde puede convertirse en 11—cis— retinal, por acción secuencia de la retinol isomerasa y la retinol deshidrogenasa, quedando dispuesto para su unión a una molécula de opsina. 4. La proteína desprovista del grupo prostético pierde afinidad por la arrestina, el complejo se disocia, lo que deja accesibles los puntos de fosforilación permitiendo la acción de la proteína fosfatasa 2A, que hidroliza los grupos fosfato introducidos por la cinasa. El resultado final de una molécula de opsina capaz de regenera rodopsina por unión del 11—cis—retinal. 2. Inactivación de la transducina y apertura de los canales para el sodio: La subunidad α de transducina posee una actividad GTPasa residual que hace que, al cabo de un tiempo, el GTP unido a la proteína se hidrolice a GDP y fosfato. La subunidad α queda en forma de GDP—α, que presenta una afinidad elevado por el dímero βγ. Entonces se da la reconstrucción de la transducina trimérica αβγ inactiva. Puesto que la fosfodiesterasa dependiente de GMPc solo es activa en presencia de la subunidad α de transducina, la desaparición de esta determina la inactivación de la fosfodiesterasa, entonces la degradación de GMPc disminuye, mientras que los mecanismos de su síntesis siguen funcionando. En consecuencia, la concentración de GMPc aumento, lo que conlleva a su unión a los canales de soda y la apertura de estos. El sodio entra a la célula fotorreceptora a favor del gradiente regenerando el potencial de reposo. Bases bioquímicas de la adaptación a la luz Este no se encuentra aún totalmente aclarado, pero se sabe que en él interviene una proteína específica de la célula fotorreceptora, la recoverina, también conocida como S—modulina (proteína moduladora de la sensibilidad), y que la señal intracelular que regular el mecanismo de adaptación está relacionado con los niveles de calcio •Durante la fotorrespuesta, la concentración de Ca+2 citoplasmático libre en los segmentos externo de los bastones es de 140nM, mientras que en las células adaptadas a la luz la concertación de calcio aumenta hasta los 300nM. •La recoverina posee la capacidad de unir cuatro iones calcio por molécula, de forma cooperativa y con alta afinidad. •El complejo Ca+2—recoverina es capaz de inhibir la rodopsina cinasa. Variaciones de la concentración de Ca+2 inducidas por el estado funcional del fotorreceptor, podrían contribuir la modulación de la hemivida de la forma excitada de rodopsina, y de la sensibilidad de la fotorrespuesta. BASES BIOQUÍMICAS DE LAS ALTERACIONES METABOLICOGENETICAS DE LA VISIÓN Dentro de las patologías de origen genético se puede destacar: •Ceguera al color: Provocada por alteraciones de los genes que codifican las distintas opsinas, y que puede tener distinto grado, desde la ceguera a un color o el daltonismo (déficit de discriminación entre el rojo y el verde), hasta la visión en blanco y negro. •Ceguera nocturna estacionaria congénita: Es una enfermedad heredable asociada a una alteración de la función de los bastones, en ella el paciente presente un fondo de ojo normal, pero sufre de ceguera nocturna no progresiva, con agudeza visual reducida y miopía. •Retinitis pigmentaria: Es un proceso degenerativo y progresivo, que afecta al epitelio pigmetario. Comienza con una ceguera nocturna y dificultades en la visón periférica, progresado hasta a ceguera total. Entre las alteración metabólicas de la visión cabe destacar: •Síndrome de Bassen-Kornzweing: Debido a un mal funcionamiento del sistema de absorción de vitaminas liposolubles, que cursa de forma parecida al déficit de vitamina A (descrito anteriormente). Debe recordarse que algunos estados patológicos presentan efecto secundarios importantes sobre la visión, como lo es el caso de la diabetes, que produce un atrofia del sistema microvascular del ojo, con implicación progresivas y de importancia variables, que pueden acabar en ceguera.
Relación Entre El Ciclo de Muda y La Actividad de Las Enzimas Digestivas y Su Efecto en La Tasa de Alimentación y Crecimiento Juvenil Penaeus Vannamei (Eduardo Cadena, Cesar Molina - ESPOL)