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Las emociones humanas son las responsables de hacernos estremecer, llorar, reír,

sentirnos felices, desdichados, abrumados… Dentro del campo de la medicina y, en


concreto, de la psicología, se han determinado diferentes tipos de emociones que merece
la pena conocer. En este artículo hemos hecho un repaso de las 5 más comunes y que se
dividen dependiendo de una serie de criterios aceptados por la comunidad médica. Aquí
los tienes
Emociones primarias o básicas
En los años 70, el psicólogo Paul Eckman identificó seis emociones básicas que, según
él, se experimentan de forma universal en todas las culturas humanas. Estas son: la ira,
el miedo, la alegría, la tristeza, el asco y la sorpresa. Cada una de ellas tiene una
función, por lo que son necesarias.
Miedo :
Es de las emociones más adaptativas que se activa al momento, ligada siempre al
estímulo que la genera. Nos advierte de un posible daño físico o psicológico, por lo que
nos ayuda a reaccionar para escapar de este. El miedo promueve la aparición de
conductas de evitación frente a situaciones peligrosas, pero ¡ojo!, cuando persiste y es
incontrolable, tiende a ser un problema. Algunas señales son la tensión muscular,
dolor en la boca del estómago y aumento de la frecuencia cardíaca.

Tristeza:
Se desencadena en situaciones no placenteras acompañadas de una separación física o
psicológica, pérdida o fracaso. La intensidad o duración dependen de lo que la origine,
además de las características personales. Algunas de las señales para identificarla son
el nudo de la garganta, aislamiento y pesadez en el cuerpo.

Alegría :
La alegría es una emoción que se presenta cuándo algo te gusta o te hace sentir bien.
Tiene, como función adaptativa, la repetición de las actividades o conductas que
fomenten esta emoción.

Sorpresa :
Se refiere a la reacción provocada por un acontecimiento inesperado. Es una emoción
breve, rápida y con posibilidad de transformarse en otra en cualquier momento. Nos
ayuda a orientarnos en la nueva situación que se nos ha presentado.

Asco :
Es una respuesta de rechazo ante un estímulo externo o acontecimiento que nos
resulte desagradable. Sirve para alejarnos de situaciones dañinas o alimentos no
salubres, es decir, del estímulo desencadénate. Se puede producir en modo de
arcadas, arrugar la nariz o vómitos.
Emociones secundarias
Aparecen como consecuencia de la socialización tras las emociones básicas. Se nutren
de las experiencias basándonos en lo aprendido a lo largo de la vida. La
experimentación de estas emociones no tiene porqué darse en edades tardías. Se ha
visto que los niños de 2 años ya experimentas emociones secundarias como la culpa o
la vergüenza. No obstante, su reconocerlas de forma consciente si atañe a niños a
partir de 5 años.
Tipos de emociones secundarias
Al igual que con las emociones primarias, nos encontramos cinco emociones
"universales" secundarias.

Vergüenza: es el miedo al rechazo social. Provoca sensaciones de malestar ante el


juicio de los demás en el plano social. Esto hace que las personas hagan conductas de
evitación de conductas o inhibición.

Culpa: es la sensación de haber hecho algo que no deberíamos. Se acompaña de


pensamientos reflexivos y una evaluación continua del pre y el postdecisión. Puede
ocurrir que, incluso, lleguemos a sentirnos merecedores de algún castigo.

Orgullo: es una sensación adaptativa que aparece cuando nos sentimos realizados con
lo que somos o hacemos. Ayuda a la autoestima y la seguridad en uno mismo, pero, en
exceso, puede llegar a ocasionar aislamiento social

Placer: sensación producida cuando se cumple alguna necesidad. Si algo nos produce
placer, nos motiva a seguir haciéndolo.

Celos: es un sentimiento ligado con la posesión de algo que consideramos propio.


Ocasiona la aparición de sentimientos de inseguridad y desconfianza en uno mismo y
en los demás.

En definitiva, las emociones son necesarias, adaptativas y nos ayudan en el día a día.
Reconocerlas, asimilarlas, gestionarlas y expresarlas, mejora nuestro bienestar mental.
Emociones positivas
Además de clasificar las emociones dependiendo de su orden de aparición, estas también
pueden clasificarse si valoramos el grado en el que se presentan en nuestra mente. Por
tanto, estas emociones afectarán nuestro comportamiento y harán que nos sintamos mejor
o peor.

Las emociones positivas son las que nos hacen estar bien y, por ello, también se conocen
como emociones saludables. Algunas de ellas son:

-Alegría

-Gratitud

-Satisfacción

-Etcétera

Emociones negativas
Pero, por supuesto, dentro de los tipos de emociones también existen las negativas que
serían la otra cara de la moneda de las anteriores. Estas emociones nos afectan de manera
negativa y hacen que estemos peor. Son emociones que pueden considerarse como tóxicas
y que, por lo general, tendemos a evitarlas para no sentirnos mal.
Algunos ejemplos de emociones negativas serían el miedo, la tristeza, etcétera. Sin
embargo, es importante afrontar las emociones negativas porque forman parte de la
experiencia de la vida. Reprimir esta clase de emoción impedirá que nos dejemos sentir la
vida en su plenitud y que aprendamos de las experiencias que vivimos.

Emociones estáticas
También existen otras emociones que se conocen como estáticas y que hacen referencia a
aquellas que aparecen cuando disfrutamos de una manifestación artística como, por
ejemplo, la música, la pintura, la danza, la poesía, etcétera.

Por ejemplo, si lees una poesía, esa lectura te generará una emoción y esta emoción no
será la misma que sientes cuando vives algo en primera persona y sobre tu propia vida. Es
una emoción diferente y que se vincula especialmente a la experiencia artística, en ese
contexto y disfrutando de esa obra de arte en cuestión.

Las emociones ambiguas


se conocen también como emociones neutras, puesto que no provocan ni emociones
negativas ni positivas, ni saludables ni no saludables. Por ejemplo, la sorpresa no nos hace
sentir ni bien ni mal.

La existencia de estas emociones deja claro que somos animales complejos, y que
nuestras experiencias presentan muchos matices.

Emociones sociales
Las emociones sociales no se refieren a las emociones culturalmente aprendidas, sino que
es necesario que haya otra persona presente o de lo contrario no pueden aflorar. Por
ejemplo, la venganza, la gratitud, el orgullo o la admiración, son emociones que sentimos
respecto a otros individuos.

Emociones instrumentales
Las emociones instrumentales son aquellas que tienen como fin u objetivo la
manipulación o el propósito de lograr algo. Son complicadas de reconocer porque puede
parecer que sean naturales. Sin embargo, son emociones forzadas y esconden una
intención. En ocasiones, son fruto de la auto-sugestión: someterse a ciertos contextos
voluntariamente para hacer que una parte de esa emoción tiña nuestra forma de
comportarnos.

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