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Mírame, Siénteme

Introducción

En primera instancia, el apego es un término que hace referencia al “modo particular en

que las personas tienden a interactuar con aquellos con los que establecen un vínculo

relevante, incluyendo los sentimientos de intimidad y compromiso sobre los que se asientan

los sutiles lazos de una relación humana”. (Mollá, 2021)

El presente ensayo busca exponer la importancia de un apego seguro, debido a que éste es

una de las bases para la formación personal de un individuo puesto que de esto dependerá la

personalidad que adopte en un futuro. Por ese motivo, se profundizará en los aspectos a tomar

en cuenta para el desarrollo de un buen apego, además de analizar otros temas sumamente

importantes para poder tener un mejor entendimiento, tal es el caso del “pegamento

emocional”.

Desarrollo

El texto citado narra la historia de Mikel y Lidia, unos padres primerizos que están muy

felices por la llegada de su hijo, Eneko. En esta parte se muestran los primeros pasos para la

formación del apego debido a que Lidia dedicaba la mayor parte de su tiempo a su hijo, tanto

así que olvidó sus propias aficiones o intereses.

Por su parte Eneko, al cumplir seis meses de edad comenzó a mostrar interés al entorno

que lo rodeaba y ese vinculo de apego hacia sus padres iba incrementando día con día. A

pesar de no entender lo que sus progenitores le decían, sentía mucha calma al oír sus voces o

al ser acurrucado por ambos.


De la misma forma, Mikel había entablado aquel vínculo con su hijo, aunque aún a los

seis meses, le costaba encontrar su espacio, su lugar. Muchas veces sentía que no estaba

haciendo los suficiente por su hijo pues, su esposa tenía toda la atención de Eneko.

Pegamento emocional

Habían transcurrido un par de meses y el cuidado, la ternura, el sentirse visto, mirado,

acunado por las atenciones de su madre y de su padre fomentaron en Eneko sentimientos de

seguridad y confianza, algo fundamental para un niño puesto que los primeros apegos en la

vida son los más importantes, ya que determinan el proceder que se tendrá ante relaciones

futuras.

Los niños que cuentan con un modelo de apego que les transmite seguridad tienen

grandes ventajas en la vida. Ese vínculo afectivo les aporta la capacidad de desarrollarse,

sintiéndose bien consigo mismos y con los demás. Además de tener la capacidad de modular

y calmar su malestar cuando las cosas no salen como esperan; bien buscando consuelo y

ayuda en los otros o calmándose ellos mismos.

Por su contraparte, los niños que no cuentan con un apego seguro por parte de sus padres

tienden a crecer sintiéndose inseguros, con dificultades para manejar la ansiedad, o

sentimientos de enojo o frustración cuando no obtienen lo que esperan, o cuando las cosas

van mal. Suelen ser personas a las que les cuesta salir de su zona de confort y les cuesta

adaptarse a las diferentes situaciones.

Tipos y consistencia del pegamento emocional

Eneko tenía cerca de dos años y medio para este punto ya era capaz de realizar algunas

actividades de manera autónoma, tal era el caso de jugar con su triciclo o correr por el patio

de la casa. A pesar de no necesitar ayuda de sus padres un simple cruce de miradas le


producía seguridad para continuar. Y como era de esperarse, entre tanto entusiasmo y

confianza creciente, Eneko se cayó. Sus padres se acercaron rápidamente sin exaltarse a lo

que el niño se levantó y se echó a los brazos de su madre. Después de unos minutos se sintió

recobrado gracias al vinculo que habían entablado. Su apego era muy fuerte pero sus padres

se habían encargado de no crear una dependencia hacia ellos, ya que Eneko era un niño muy

independiente.

Mary Ainsworth fue una psicóloga pionera en el estudio de la Teoría del apego. En 1960

realizó un experimento denominado la situación extraña. “Dicha técnica implica estudiar al

niño en condiciones de laboratorio, en interacción con su cuidador principal y un adulto

extraño”. (Mollá, 2021). Mediante este experimento se evidenciaron cuatro tipos de apego:

seguro, ambivalente, evitativo y desorganizado.

Apego seguro: es el más sano de todos y se da cuando el niño siente apoyo incondicional por

parte de sus progenitores y tiene la seguridad de que no van a fallarle.

Apego ambivalente: en este tipo de apego, el niño no confía en sus cuidadores y crece con

una sensación de inseguridad, debido a los pocos cuidados que recibe por parte de los

mismos.

Apego evitativo: aparece cuando los padres no proporcionan la seguridad suficiente hacia el

menor, haciendo que este, desarrolle una autosuficiencia compulsiva y un distanciamiento

emocional de los mismos.

Apego desorganizado: es una mezcla entre el apego ambivalente y el evitativo, se produce a

causa de una conducta insegura o negligente de los progenitores.

Conclusiones:

 En conclusión, el apego es un vínculo que todos los individuos establecemos con

nuestros progenitores desde el momento en el que nacemos, y de esto dependerán


algunos factores de nuestra personalidad, tal es el caso de la autoestima o la confianza

en nosotros mismos.

 Como consecuencia de lo expuesto, se ha logrado evidenciar que un aspecto

fundamental en la infancia es el desarrollo de un apego seguro, para que en un futuro

el infante se desenvuelva con mayor facilidad y seguridad.

 Finalmente, se ha deducido que todos los infantes que no tuvieron un apego seguro

presentan problemas para relacionarse debido a los traumas que han acarreado desde

su infancia, los cuales se evidencian mucho más en la adultez.

Bibliografía

Mollá, J. (2021). ¿Qué es el apego? Definición y tipos de apego. Psicología y Mente.

https://psicologiaymente.com/desarrollo/apego

Viniegra, C. C. (2018). Mírame, siénteme. Estrategias para la reparación del apego en niños
mediante EMDR (AMAE). Desclée De Brouwer.
https://drive.google.com/file/d/10dVvhKBh5NrjDhsXYlB4KveU4qGRIwr3/view

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