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RECIÉN NACIDO
Desde el momento mismo de la concepción el niño se rige por un “calendario
madurativo”. Pasará por una serie de etapas determinadas biológicamente. Supone una
parte cerrada del código genético relacionada con nuestra maduración. Ello supone que
todos los niños más o menos a la misma edad pasarán por los mismos procesos. Este
calendario madurativo coloca a todos los niños en la misma casilla de salida más o
menos a la misma edad, pero no determina cuál será la trayectoria de cada niño. La
trayectoria depende de las relaciones concretas que establezca primero con sus padres
y con el entorno, la interacción del niño con su medio y la estimulación que se le
ofrezca.
Los bebés desde muy pronto tienen la capacidad
de hacer representaciones, que se irán
formando luego poco a poco, por ejemplo
representarse mentalmente un objeto que ha
desaparecido y el cual se esperaba. Con tan solo
3 meses y medio, según las últimas
investigaciones ya manifiestas la conservación
del objeto.
3) Etapa de desapego: con el transcurrir del tiempo los niños se volvían apáticos y
retiraban todo interés aparente por el entorno. Comenzaban, igualmente, a fijarse en el
entorno inmediato, incluyendo las enfermeras y los otros niños. Los niños que llegaban
a este estado, ignoraban y evitaban activamente la figura de apego primaria al llegar el
momento de un eventual reencuentro, y algunos parecían no poder recordarla.