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Norma solo se emplea en votación de autoridades provinciales y regionales pero no para elegir a congresistas o parlamentarios

andinos.

Con el objetivo de garantizar que los procesos electorales cuenten con participación de las mujeres, los jóvenes, la legislación
electoral peruana establece una serie de cuotas mínimas en las listas de candidatos a cargos de elección popular. Se trata de
medidas de acción afirmativa que buscan facilitar el acceso a las instancias representativas del Estado de los grupos que
históricamente han visto vulnerados sus derechos, a fin de afirmar su ciudadanía.

En ese sentido, la cuota electoral de género establece que el número de mujeres no puede ser inferior al 30% del total de
candidatos en las listas de regidurías municipales, consejerías regionales y curules parlamentarias. Por otro lado, la cuota de
jóvenes señala que por lo menos 20% de los candidatos a los concejos municipales deben tener menos de 29 años de edad.

Existe también la cuota electoral de representación de comunidades nativas, campesinas y pueblos originarios, que exige a los
partidos políticos incluir entre sus candidatos a regidurías provinciales y consejos regionales un mínimo de 15% de
representantes de comunidades campesinas y nativas.

Sin embargo, esta cuota no se aplica a las elecciones al Congreso de la Repúblicay el Parlamento Andino. Durante el proceso de
reforma electoral que llevó a cabo el Congreso, ningún grupo político ni social promovió la implementación de la cuota.

¿Cómo se aplica?

Los criterios de aplicación de la cuota indígena en las provincias y regiones han variado en cada proceso electoral. Esto se debe a
que no existe un registro integral y unitario de las comunidades campesinas y nativas, y es necesario contrastar diferentes bases
de datos.

En las elecciones municipales y regionales del 2014, el Jurado Nacional de Elecciones tomó las recomendaciones del
Viceministerio de Interculturalidad, que evalúa la presencia indígena de acuerdo al criterio de autoidentificación étnica de las
comunidades y el número de ciudadanos que hablan una lengua indígena en cada circunscripción.

De esta manera, la cuota indígena se aplica en Amazonas, Áncash, Apurímac, Ayacucho, Cajamarca, Cusco, Huancavelica,
Huánuco, Junín, Loreto, Madre de Dios, Pasco, Puno, San Martín, Ucayali, Ica y Moquegua, así como en 93 provincias de estas
regiones.

Sin embargo, los criterios utilizados causan algunos vacíos. Hasta el 2010 solo se consideraba a los indígenas que vivían en la
Amazonía y al día de hoy, pese a que Lima es una de las ciudades con mayor cantidad de migrantes, no es considerada en la
aplicación de esta cuota. Atendiendo a la exigencia de las propias comunidades campesinas, hace cinco años, el Jurado Nacional
de Elecciones incluyó a Ica y Moquegua entre las regiones en las cuales se aplica la “cuota indígena”.

El XII Censo de Población del 2017 incluirá preguntas sobre autoidentificación étnica, por lo que será una oportunidad para que
distintos grupos de ciudadanos de la Costa, los Andes y la Amazonía se autoidentifiquen como indígenas. Con ello, ganarán el
derecho de acceder a una cuota electoral en sus respectivas circunscripciones. El Jurado Nacional de Elecciones tomará en
cuenta los resultados del censo para unificar el criterio de aplicación de la cuota.

Problemas en la aplicación de la cuota indígena

La existencia de la cuota no implica que alguna de las autoridades elegidas sea indígena. Debido a que la cuota se aplica solo las
listas de candidatos, muchas veces los partidos políticos ubican a los indígenas en los últimos puestos de las listas, causando que
participen sin ninguna posibilidad real de ser elegidos.

También es una práctica extendida combinar los requisitos de las cuotas de género, de jóvenes y de indígenas. Es decir, los
partidos inscriben en los últimos puestos de la lista a candidatas indígenas, mujeres y jóvenes para cumplir formalmente con las
cuotas. Esta práctica menoscaba el espíritu de la legislación sobre cuotas y evidencia la doble discriminación que sufren los
jóvenes y las mujeres indígenas.

Además, se han reportado casos en que los partidos políticos han obtenido acreditaciones falsas de pertenecer a una comunidad
campesina o nativa por parte de los jefes comunales, con el fin de postular a candidatos mestizos en los lugares reservados para
los indígenas.

Finalmente, muchas veces los candidatos indígenas que llegan a ser elegidos autoridades no son tomados en cuenta en los
debates por sus propios partidos, lo que les imposibilita de colocar las demandas indígenas en la agenda de gobierno.

privaciones injustas de la libertad, no aplicación de las garantías individuales


constitucionales, discriminación en la aplicación de leyes y procedimientos judiciales, traslados forzosos de población, obstáculos
a la participación, etc. En años recientes estas violaciones a los derechos humanos de los pueblos indígenas han sido
denunciadas por las propias organizaciones indias, por grupos y comités de defensa de los derechos humanos, partidos políticos,
agrupamientos religiosos y asociaciones de universitarios e investigadores. En 1980 se reunió en Rótterdam, Holanda, El Tribunal
Rusell para estudiar y denunciar esta situación. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos se ha ocupado de estos temas
y diversos foros de la Organización de las Naciones Unidas también han hecho eco a las denuncias cada vez más numerosas e
insistentes al respecto

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