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Estado de bienestar en Argentina: el antes y el después

Definición de Estado Nacional. Para ello, primero tenemos que hablar de dos conceptos fundamentales que son el de
política y poder, y que hemos podido profundizar a lo largo de toda la materia. BOVERO afirma que no hay
política sin relaciones de poder. El poder político es poder usar la fuerza en determinado ámbito (social y/o
territorial)”. Problema de esta definición: la noción de fuerza es equivocada e imprecisa. El término “fuerza” cuando
se refiere al poder político, se entiende como fuerza física. El uso de la fuerza física es difuso en todas las relaciones
humanas. Se debe distinguir dentro de los fenómenos que pertenecen al género “fuerza”, aquellos fenómenos
de violencia. La violencia es definida como uso de la fuerza NO licito e ILEGITIMO. El poder político resulta
definido como PODER LEGITIMADO PARA EL USO DE LA FUERZA. Weber → “El Estado, constituye una relación de
poder de hombres sobre hombres, fundado sobre el medio del uso de la fuerza legítima”. Además, Weber
plantea que no se puede definir una asociación política ni al Estado, por los fines que tienen, sino que, por el medio
para llegar a los mismos, la coacción física.

Actualmente creo que vivimos en una “cultura del peligro y del miedo” permanentemente, y en este contexto
estamos frente a un Estado que ya no puede ser árbitro eficaz de los conflictos sociales. Entonces esa fuerza
“legítima” que utiliza, va perdiendo aceptación o va siendo centro de críticas en los discursos sociales.

Para comenzar, debemos saber que el EB es un tipo, una forma o modelo de estado, y antes de comenzar con el EB
propiamente dicho, tenemos que entender qué es un Estado.

Pero, ¿Qué es el Estado entonces?


Según Oszlack, es parte del proceso de construcción social en el que se van definiendo los diferentes componentes
para una vida social organizada. Este proceso depende de circunstancias históricas complejas y se conforma por
elementos como los recursos naturales disponibles, el desarrollo de las fuerzas productivas, la estructura de clases,
las relaciones internacionales, problemas y desafíos sociales.

Para la conformación de un Estado hay un conjunto de atributos que el autor llama estatidad y que tiende a
mantener la organización del poder y la dominación política. A esto el estado lo consigue mediante la formación de
un aparato institucional. Esta estatidad está relacionada con el poder, ya que el Estado debe tanto externalizarlo, es
decir, adquirir soberanía en su relación con otros estados; debe también internalizarlo hacia adentro de la nación
con el sentido de pertenencia, con símbolos, que permitan el control ideológico para lograr la dominación; tiene que
ser capaz de crear una estructura de relaciones de poder que le permitan institucionalizar su autoridad.

Otra característica es que el poder político al organizar el predominio de una clase dominante no siempre garantiza
la protección de los intereses de todos (Un ejemplo es la relación estado sociedad en los diferentes modelos de
estado. Por ejemplo, en el modelo de estado oligárquico liberal, el gobierno y los asuntos nacionales se
estructuraban de tal forma que servían y satisfacían a un círculo restringido de intereses y de individuos privilegiados
de la oligarquía.)

Así, el estado adopta distintas formas que se vinculan con determinados contextos históricos y por eso decimos que
es un producto histórico que va tomando formas según como se vaya dando la articulación Estado-Sociedad. En la
materia hemos podido hacer un recorrido por estas formas o modelos de estado, entre las que
encontramos:

 el modelo constituido a mediados del siglo XIX, que sería identificado como el liberal oligárquico.
 el que comienza a conformarse a partir de la década del ’40, nacional-popular o social
 el Estado desarrollista, en la década del ‘60.
 el tipo de Estado burocrático- autoritario que se ubican en la década del ‘70
 el modelo que comienza a delinearse a fines de la década del ’70 a partir de la crisis del Estado de bienestar,
y queda configurado a fines de los ’80 y comienzos de los ’90 con las políticas de ajuste y la nueva
integración al mercado mundial, el estado neoliberal.
Estado oligárquico liberal
Este se caracterizó por constituir un gobierno central que tuvo el poder sobre el territorio y sobre la sociedad y que
promovió el surgimiento de una sociedad capitalista. Formó un mercado nacional y lo integró al mercado
internacional a través del modelo agroexportador como modelo de acumulación, promoviendo la inserción en la
economía mundial. Este modelo introdujo un sistema de autoridad económica y político cultural de la clase
dominante. A partir de la modernización inspirada en lo europeo y con ideas de orden y progreso, se promovió el
crecimiento y el ascenso en el contexto mundial, pero desde una perspectiva democrática, ha sido criticado por ser
elitista y autoritario.

Se promovió la integración social mediante el amplio acceso al sistema educativo. La constitución de la identidad
nacional fue desarrollada a través de la educación pública. Es importante señalar desde Sara Finkel cómo la
Expansión del Sistema Educativo en Argentina permitió la subvención de la clase media distribuyendo parte del
excedente agropecuario pero sin perder el poder económico marcado por la concentración de la tierra. Como
consecuencia, la matrícula de la enseñanza primaria se multiplicó 8 veces y la enseñanza media se expandió a ritmo
acelerado. La educación media y superior eran consideradas requisitos para el acceso a la función pública. Esto le
permitiría a la clase media incorporarse en la vida ciudadana y política (aunque con ciertas limitaciones impuestas
por la burguesía).

Pero esta política no alcanzó a toda la sociedad y esto se presenta como una gran contradicción o flagelo. Por un
lado, la población rural quedó marginada de todo tipo de alcance educativo, permaneciendo inmersa en un
profundo analfabetismo a pesar de los requerimientos de la actividad agraria. Por otro, no hemos hecho mención
alguna a la educación de los pueblos indígenas, quienes hubieren sido el blanco de maniobras de genocidio, como
ocurrió en la masacre de Napalpí, en Chaco. En ese entonces, el estado no pudo siquiera hacerse cargo del
exterminio, y construyó incluso, diversos discursos para intentar legitimar o fundamentar su accionar.

Uno de las organismos que organizó el predominio de la clase dominante como agente poderoso de
homogeneización fue el CNE (Consejo Nacional de EDUCACIÓN) creado en 1881 que dependía del Poder Ejecutivo
Nacional para el gobierno de las escuelas primarias, luego la legislación consolidó ese proceso a través de la Ley 1420
(1884) de educación común, laica y obligatoria. La universalidad y obligatoriedad de la educación respondió a la
necesidad de formar a todos los niños comprendidos entre los 6 y 12 años de edad con el fin de nacionalizarlos y, por
sobre todas las cosas, civilizarlos. Además de la Ley Láinez (1905) que permitió la creación de escuelas dependiente
del Estado Nacional en los territorios nacionales.

La expansión del sistema educativo continúa en el RADICALISMO (1916-1930) (democrático-liberal) donde el nivel
medio y el universitario crecieron aceleradamente pero bajo la idea de MERITOCRACIA donde la educación
constituía el canal de ascenso individual y marginaba a la clase media del quehacer político. El radicalismo mantiene
el Modelo Agroexportador pero cuestiona las restricciones del modelo anterior (elitismo y la participación política)
en base a estos cuestionamientos surgen las ideas MODERNIZACIÓN y PARTICIPACIÓN que marcan dos momentos
importantes durante este período que permitieron:

 LEY SAENZ PEÑA (1912) que establece el voto universal, secreto y obligatorio para los ciudadanos argentinos
varones, mayores de 18 años, nativos o naturalizados que estuviesen inscriptos en el padrón electoral, así se
incorpora y a la clase media que orientarán la movilización y resistencia y formulará el proyecto de liberación
de las clases populares de dominación terrateniente.
 La reforma UNIVERSITARIA (1918) que permitió la Autonomía universitaria, la Libertad de cátedra y los
Concursos docentes aunque continúo siendo clasista porque no permitía el acceso de la clase obrera y
campesina.

Otra característica del período fue la ola inmigratoria europea que según las cifras de los censos de la época
superaba a la población nativa, estos inmigrantes no pudieron formar la clase media agricultora sino que por el
modelo de acumulación y la renta capitalista del suelo se convirtieron en campesinos o arrendatarios ¡Nunca
llegaron a ser dueños de la tierra! Para Finkel LATIFUNDIO Y ANALFABETISMO eran una buena combinación para la
CLASE DOMINANTE. Otros inmigrantes ante el panorama de la zona rural se desplazaron a la ciudad. Sara Finkel
señala que esta clase media subvencionada estaba dedicada a la prestación de servicios, era asalariada y dependía
del mercado que generaba en las zonas urbanas actividades comerciales, burocráticas y financieras. Pero además
encontramos a la pequeña burguesía terrateniente que como la caracteriza la autora poseía medios de producción y
tenía control sobre su trabajo y el ajeno.

En la última parte de este período toma protagonismo el GOU Grupo de Oficiales Unidos, un grupo de élite militar
que busca MEJORAR LA SITUACIÓN DE LA CLASE OBRERA dando apertura nuevamente a la MODERNIZACIÓN y
PARTICIPACIÓN destacando la figura de Perón en la Secretaría de Trabajo y Previsión.

Este modelo de estado no se desarrolló sin resistencias. Hubo propuestas alternativas y experiencias de grupos que
intentaron conformar opciones al sistema estatal, como es el caso de los anarquistas.

El anarquismo consideró que la educación popular era un pilar fundamental para alcanzar la transformación social.
El movimiento libertario desarrolló diversas prácticas tendientes a conformar una alternativa a la educación estatal.
Los intentos de competir con la educación formal oficial se llevaron a cabo mediante la instauración de escuelas
libres, racionalistas, laicas o simplemente autónomas. ¿Por qué no prosperó esta alternativa? Primero por la
ausencia de demanda social. Segundo por falta de interés de las familias en sistematizar esta propuesta ya que sólo
interesaba la formación en oficios por la salida laboral. Fracasa además por las disputas de espacios sociales con la
iglesia y porque se dio más importancia al rol sindical Y LUCHA GREMIAL que al educativo. Como parte de la
resistencia, también se crearon espacios educativos complementarios al oficial, como es el caso de las mujeres
socialistas, quienes crearon los Recreos Infantiles. Lo mismo ocurre con las distintas colectividades (galeses,
italianos, alemanes) que buscaron heredarles a sus hijos, nacidos en territorio argentino, su propia cultura, idioma y
costumbres.

Este camino hacia el E.B encuentra un período conocido como la década infame (1930-1943) caracterizado
por:

 GOLPES DE ESTADO (URIBURU Y AGUSTÍN P. JUSTO) donde los sectores dominantes vuelven a tener
privilegios
 Empresarios que resisten a la Legislación Laboral
 DECAIMIENTO DE LA PARTICIPACIÓN POLÍTICA

La llegada del peronismo introdujo cambios importantes en varios aspectos, y consolidó así el Estado de
Bienestar a través del modelo de estado nacional, popular o social producto de la crisis del capitalismo del ’30.
Se caracterizó por la intervención estatal y rompió con la exclusión de los sectores populares en la participación
política. “El Estado se convierte en garante de los derechos sociales a través de la intervención en forma de
prestaciones sociales y distribución del producto nacional” (GARCÍA DELGADO, 1994). Y por eso también se lo
conoce como estado benefactor. Esta nueva articulación Estado-sociedad significó el tránsito de una política de
incorporación restringida a otra con participación ampliada de nuevos sectores.

Para comprender qué es el Estado de Bienestar, hay que considerar que este modelo parte del keynesianismo,
teoría económica desarrollada por John Maynard Keynes. En ésta, lo que se propone es una contrapartida al
liberalismo, planteando la discusión económica en términos de demanda y no de oferta y postulando al Estado como
gestor de recursos para que la sociedad civil tenga acceso a ellos.

Así, el peronismo provocó disrupciones respecto del Estado anterior. Una de ellas, fue la pérdida de hegemonía del
sector oligárquico y como contracara, los sectores populares y los trabajadores adquieren nuevos derechos y formas
de participación y movilización. Con este nuevo rol que obtiene el Estado, se asegura “el apoyo social de las masas”
(TORRE, 1998), ya que los sectores trabajadores y postergados ganan protagonismo político y social. Entre la
ampliación de beneficios sociales para la clase obrera, podemos mencionar el incremento del sistema previsional, el
otorgamiento de viviendas y el desarrollo de obras sociales. En el ámbito educativo, las políticas estuvieron dirigidas
a promover el consenso hacia el gobierno, y para ello se introdujo la enseñanza para el trabajo. Se produjo el acceso
masivo de la clase obrera a la escuela secundaria.
Otra de las rupturas en este período, fue la sustitución del modelo agroexportador y su reemplazo por el
industrialismo como modelo de acumulación. Se producen entonces cambios sociales y demográficos debido a las
migraciones desde el interior a las zonas industrializadas. Los nuevos trabajadores que vienen de la migración
interior dan protagonismo a Perón y lo convierten en su intérprete y líder. Como consecuencia, se crearon escuelas
fábricas y de aplicación y cursos vespertinos para jóvenes trabajadores.

Para el Estado oligárquico liberal que describe Finkel (1984), la educación laica era un agente poderoso de
homogeneización e integración, ya que no acataría las diferencias religiosas existentes. Aquí se produce un nuevo
quiebre entre ese modelo de estado y el peronismo. Durante gran parte del gobierno de Perón, muchos jóvenes
fueron educados en las escuelas públicas según las concepciones de la Iglesia católica, que incidió sobre los planes
de estudio, impuso festividades religiosas y tuvo injerencia en distintas actividades en el ámbito escolar. Esto se dio
por las relaciones de fidelidad que unían al peronismo con la Iglesia.

Offe (1988), se ha encargado de indagar en las contradicciones que presenta el moderno estado de bienestar. Éste,
que en sus inicios se originó como un pacificador de las democracias capitalistas y moderador de los conflictos de
clases entre trabajadores y capitalistas, según el autor, encuentra sus límites en la sociedad y deja saldos negativos
en su afán de asistir y apoyar a quienes lo necesitan. Como ejemplo de lo planteado, podemos mencionar el
reconocimiento de los sindicatos y su participación en ciertas decisiones y políticas públicas. El problema radica en
que este tipo de acciones por parte del Estado, trae consecuencias no deseadas en tanto los trabajadores y/o
sindicalistas adquieren cierto poder colectivo o individual, provocando la disminución de la fuerza de trabajo. En
nuestro país, actualmente los sindicatos tienen la característica de la pluralidad, es decir, pueden existir varios
sindicatos de un mismo sector de actividad, lo que por un lado, reduce aún más la fuerza de trabajo y, por el otro,
deteriora la potencia de lucha que tendrá cada uno por separado. Así como esta crítica, el estado de bienestar
presenta distintas problemáticas que perjudican la confiabilidad en el modelo y que retrasan el crecimiento. Por
ejemplo, se le impone al capital Normas y Carga fiscal que desincentiva la inversión (=inflación por sobrecarga de la
demanda econ. e ingobernabilidad por sobrec. de la demanda política). Y no nos olvidemos que el EB depende para
ser de la prosperidad y la continua rentabilidad de la economía.

Pero………
1º luego de procesos históricos se sobreentiende que el EB sea la respuesta válida a los problemas de orden
sociopolítico de las economías capitalistas.

2º ninguno de los enfoques abordados, abandonaría el modelo EB puesto que realiza funciones necesarias tanto
para el proceso de acumulación, para el confort social y económico de la clase trabajadora.

3º no aparece por derecha o izquierda una propuesta que supere su existencia, como un nuevo laissez faire (dejen
hacer, dejen pasar, el mundo va solo): abolición del EB y completa libertad en la economía: libre mercado, libre
manufactura, bajos o nulos impuestos, libre mercado laboral, y mínima intervención de los gobiernos.

Lo que sigue… crisis del EB, camino hacia el estado post-social o neoliberal
El Estado desarrollista: El énfasis fundamental del estado desarrollista estuvo orientado al crecimiento
económico a diferencia del EB que era esencialmente redistributivista. El estado desarrollista estaba a favor del
aumento de la inversión y la integración a este proceso del capital extranjero. Este modelo otorgaba un rol mayor al
empresariado, a la racionalidad del sector público y menor para los sindicatos y la movilización popular. Ello
implicaba la postergación del estado benefactor. El Estado era concebido como una instancia técnico-neutral que
debía ejecutar los imperativos objetivos del desarrollo.

El Estado burocrático autoritario : se caracterizó por la exclusión política y la presencia de


corporaciones industriales al poder. Suponía que la única restricción al proyecto de desarrollo y modernización del
país residía en el alto nivel de conflictividad social de la época, la forma en que se había realizado la incorporación de
la clase obrera y la ineficacia de la política demoliberal. Este régimen autoritario estaba fundado en la hipótesis de
una guerra interna de carácter ideológico, articulada en torno al conflicto entre capitalismo y comunismo, y asentada
en le retórica de la modernización y la inserción en la civilización occidental y cristiana. El diagnóstico en el que se
asentaban era el de una situación donde prevalecía una creciente movilización de masas que desbordaban al estado,
con el riesgo de una amenaza incontrolable para el orden social vigente. Adopta la forma inédita de un estado militar
que no dependía de un caudillo sino que es producto de operaciones planificadas por los estados mayores de las
FF.AA. En el mismo las posiciones superiores de gobierno estarán ocupadas por personas que accedían provenientes
de organizaciones complejas y altamente burocratizadas (fuerzas armadas, grandes empresas). Este era un sistema
de exclusión política y económica, despolitizante, que se corresponde con la etapa de profundización del capitalismo
periférico y dependiente pero también dotado de una extensa industrialización. Estos regímenes militares eran
partidarios del libre juego del mercado, al que concebían como el ámbito por excelencia de la libertad individual. En
tanto la esfera de responsabilidad del estado debía ser subsidiaria. El estado autoritario era un estado gendarme
entre cuyas funciones ese encontraba garantizar y resguardar el mercado como órgano regulador económico y social
básico.

Con la crisis del B-A y la movilización creciente de masas se produce un nuevo período democrático a principios de
los ’70. El regreso de Perón se vincula al intento de concertación social y de un pacto político de conformación más
plural. Pero la conjunción de diversos factores internos y externos, como la inflación incontrolada, la crisis del
petróleo, la violencia guerrillera y la alta conflictividad intra-gubernamental, llevará nuevamente a la clase
dominante y a los sectores liberal-conservadores a proponer el “vacío de poder” como legitimante de su nuevo
acceso al gobierno. Este último golpe militar muestra el propósito de desmontar el modelo estatal anterior. Es el
momento en que comienza a producirse los primeros signos de una nueva bisagra histórica en la relación Estado-
sociedad

El estado neoliberal: En los últimos 15 años Argentina sufre un cambio profundo en las relaciones Estado-
sociedad. La identificación de la sociedad con el Estado se pierde y quiebra la visualización del Estado por los
sectores populares como herramienta de cambio y transformación. Comienza a producirse un cambio a partir de la
desarticulación del modelo anterior iniciado en la etapa autoritaria (1976-1982) donde, junto al quiebre del régimen
democrático, se construye una idea de "sociedad libre de mercado" asociada a un proceso de terrorismo estatal y
que acarrea desindustrialización y endeudamiento.

DURANTE EL GOBIERNO RADICAL (1983–1989) SE PRODUCE LA ECLOSIÓN DE LA CRISIS DEL ESTADO DE BIENESTAR
CON LAS HIPERINFLACIONES DE 1989

Desde 1989, bajo el régimen peronista, se termina de quebrar la etapa industrialista y del Estado social. Esta
transformación no es específica de la Argentina sino que caracteriza a la crisis del Estado desarrollista de América
Latina.
En esta sociedad de las últimas tres décadas (individualista - competitiva) lo privado y lo individual avanza sobre lo
público y lo colectivo; se vuelven a reformular los contornos entre sociedad y Estado. Se produjo así una
modernización que deriva más de restricciones y determinaciones macroeconómicas externas que de una
agregación política interna y que no busca la superación del modelo anterior sino que niega toda su validez: una
modernización de ruptura.

Para García Delgado, esta sociedad es más compleja y diferenciada que la generada por el industrialismo sustitutivo.
Los individuos pesan más que el conjunto, se amplían los espacios de libertad y competencia pero, a la vez, hay
menos integración y solidaridad. Se modificaron no sólo los aparatos, instituciones y políticas públicas sino también
las creencias e intereses en las que se sustentaban. El Estado fue desplazado por el mercado como ámbito
privilegiado de las iniciativas sociales

Privatización

En el modelo anterior, las nacionalizaciones marcaban la orientación política. Se creía que el desarrollo y la
igualdad tenían como base al Estado y a las empresas públicas. En el nuevo modelo, hay un desplazamiento hacia el
mercado, en búsqueda de austeridad para resolver los problemas fiscales. Las privatizaciones son el medio
esperanzador de suprimir gastos y tener recursos adicionales mediante la venta de activos. → Los cambios
producidos desde fines de los 70 ponen en crisis al sistema de empresas públicas, motor del crecimiento económico
sustitutivo. El proceso de privatización es apoyado por el Banco Mundial, que provee de los fondos necesarios. Uno
de los argumentos principales para llevar a cabo esta política económica fue la necesidad de mejorar la calidad de los
servicios y eliminar la corrupción vinculada a la “patria contratista”, a las compras del Estado y los sobreprecios. Sin
embargo, este proceso de transferencias de bienes públicos al sector privado da lugar a corruptelas y faltas de
transparencia, sobre todo por la política de rápida privatización a cualquier precio. Además, es su implementación,
se favoreció las ganancias de poderosos grupos económicos.

Desregulación

A fines de los 80 la ola desreguladora se traslada al comercio exterior e interior, disolviendo entes reguladores de
precios (Juntas), reformando la seguridad social y las negociaciones colectivas de trabajo, desregulando la práctica
profesional de escribanos, abogados, etc. El impacto principal de desregulaciones es que termina por quebrar el
mundo mercado internista y reorientar a los grupos económicos, que ya no pueden seguir viviendo del Estado. La
economía se concentra cada vez más y amplía la distancia entre ricos y pobres, en un proceso que no lleva al
protagonismo del microempresario local, sino al de grupos concentrados que se convierten en los actores principales
de este proceso de modernización.

Descentralización

Antes de los 90, el Estado argentino se caracterizaba por ser federal en su constitución pero unitario en su poder
real. El neoliberalismo menemista buscó descentralizar la economía del Estado nacional-popular, para poder
superar el déficit central. De este modo, se trasladaron, por ejemplo, hospitales y escuelas a las provincias y a los
municipios. La coparticipación que se implementa perjudica a las grandes provincias. Se trata de una
municipalización de la crisis del Estado social.

Reforma administrativa

Con la ampliación del Estado social creció la burocracia. En los 90, se reduce el personal (por retiros voluntarios) y se
busca constituir una nueva clase tecnocrática de nivel intermedio. Se trata de una búsqueda de despolitización
progresiva y paulatina de los cargos de Directores Nacionales y gerentes. Este nuevo Estado lo que busca es la
eficiencia, en términos de equilibrio macroeconómico, control del gasto y aumento de la recaudación. Las
privatizaciones de empresas y servicios públicos son evaluadas en base de esta concepción de la eficacia. Emerge
una generación de funcionarios con mayor preocupación por la administración, que se vuelven más técnicos, donde
se valora más la formación y la responsabilidad personal. Se trata de una visión pública más gerencial, donde hay
valoración de los antecedentes e importancia de las responsabilidades individuales.

La reducción del gasto público

Se logra mediante privatizaciones, reducción de inversión pública, transferencia de escuelas, hospitales y otros
servicios al ámbito provincial o municipal, etc. El aumento de los recursos se logra mediante una reforma tributaria
que comienza a cambiar el mecanismo de financiación del Estado.

Noam Chomsky en el documental “Requiem for the American dream”, explica cómo la concentración de poder y
riquezas en manos de pocos genera desigualdad y corroe las democracias. Y justamente el neoliberalismo, entendido
por García Delgado como un “modelo de estado vinculado al mercado y la competencia”, prioriza las acciones
individuales de algunos, por sobre las acciones de la sociedad en general, beneficiando a quienes hagan las mejores
contribuciones al mercado. Chomsky dice que quienes están en el poder son la minoría y los llama privilegiados, y
reducen la democracia para evitar que los menos privilegiados intenten al menos tomar algo de esa riqueza. Este
proceso, genera una sociedad desintegrada, que excluye, que reprime, provocando un aumento de la desigualdad y
la diferenciación.

Hemos analizado tanto a Menem como a Macri y lo que más me interesa es hacer foco en que son varias las
coincidencias entre estos dos gobiernos neoliberales. Tanto durante el gobierno menemista como en el macrista,
identificamos firmes estrategias discursivas que se visualizaron mediante los medios de comunicación; una tendencia
a rechazar las protestas sociales mediante el autoritarismo; y la necesidad de generar confianza en el sector privado
para promover el crecimiento económico. Ambos gobiernos desarrollaron políticas de ajuste y de achicamiento del
estado.

Estas políticas neoliberales provocaron “un cambio profundo en el papel del Estado” porque cada individuo debía
proveerse el acceso al bienestar por sus propios medios. Todo lo público debía reducirse; quienes pudieran pagarlo
deberían adquirir en el mercado aquello que necesitaran, incluyendo servicios de salud, de educación y seguridad.
Para los demás, la asistencia a cargo del Estado se reduciría a una mínima expresión. Así, en estos años se
desfinanciaron dramáticamente los sistemas de salud, de previsión y de educación públicos.

Empezando por Menem, privatizaciones por todas partes, descentralización, ajustes, endeudamiento extremo. En
este período, de la mano del que Pini llama modelo social emergente se aplicaron políticas de ajuste que
repercutieron directamente en la sociedad de forma negativa, profundizando las desigualdades, la pobreza, el
desempleo y el individualismo. Y por supuesto, el ámbito educativo también sufrió las consecuencias. Una de las
acciones principales que afectó a las instituciones y de la que Franco (1996) hace referencia, fue la descentralización
bajo el pretexto de que entre sus ventajas provocaría mayor consenso social por la participación y facilidad para
calcular costos y beneficios para proveer un servicio. Mediante la Ley 24.195 de Educación Federal, se produce la
transferencia de servicios educativos al ámbito provincial y la extensión de la obligatoriedad a 10 años. El tema fue
que no se fijaron las mismas normas de cumplimiento para todas las escuelas y quedaron al desamparo aquellas con
menos recursos que atienden a los más pobres. Se crea así, una tendencia al abandono y deterioro de lo público
como lugar del peor servicio para los más pobres. Este aspecto provoca lo que se conoce como precarización laboral.
En uno de los discursos de Alfonsín que ustedes subieron a la plataforma afirma que “algunas de las decisiones del
neoliberalismo son irreversibles”. ¿Cómo se revierte esta condición tan triste que envuelve a nuestro sistema
educativo?

El gobierno de Cambiemos, llevó a cabo numerosas acciones compatibles con un estado neoliberal, por ejemplo, los
recortes en el gasto público, los ajustes, y el desentendimiento de los problemas sociales. Como consecuencia, no
solo aumentaron la pobreza y la desigualdad sino también la inflación, la deuda pública, la precarización laboral, el
desempleo y la desigualdad social.

Hubo un ataque discursivo a los sindicatos intentando debilitarlos para que no interfieran en el mercado. Como
ejemplo de ello, podemos mencionar la persecución y desprestigio a los líderes y gremios sindicales, así como el
retraso en las discusiones paritarias, repercutiendo este hecho directamente sobre los trabajadores. Chomsky dice
que mediante el poder se ataca a los sindicatos porque son fuerza democratizadora organizada que busca mejorar la
vida de las personas. “Ellos proveen una barrera que defiende los derechos de los trabajadores, pero también los
derechos de la población en general. Si volvemos a las características de un estado neoliberal, nos encontramos con
que considera a los sindicatos como un obstáculo en sus intereses de dominio, y de ahí nace el propósito de la
destrucción del sindicalismo.

A modo de ejemplo que hoy lleva un sinfín de debates, podemos mencionar la llamada Gestapo macrista, que fue
una medida del gobierno de cambiemos para terminar con los gremios, y que ya estaría en manos de la justicia. Digo
estaría, porque una de las características de esta banda, es la de tener a varios representantes en distintos puestos
del poder ejecutivo, provinciales, nacionales, jueces, fiscales, entonces es como que se duda de que finalmente se
vaya a resolver el caso y eliminar esa banda criminal.
Los gobiernos kirchneristas 2003-2015

La intervención estatal en la economía para procurar la inclusión social.

La intervención estatal en la economía para procurar la inclusión social fue el rumbo de las decisiones políticas que
los gobiernos Kirchneristas tomaron durante el período que desarrollaremos en este trabajo. El cambio de rumbo
político para saldar la deuda social y la recuperación económica tuvieron impacto en la educación esta vez en clave
de derechos a través de políticas educativas inclusivas y de calidad.
OTRAS MEDIDAS

 Plan Nacional de Inclusión Digital


Educativa
 Recuperación de la Educación
Técnica
 TV Pública, Canal Encuentro, Paka-
Paka
 Plan fines
 Aumento de la inversión educativa
 Libros para bibliotecas escolares
 Inversión en el sistema universitario
 Plan de lectura, educación sexual y
memoria
 Formación docente
 Centros educativos infantiles y
juveniles

NORA GLUZ Jóvenes, Asignación universal por hijo y escuela secundaria: sinergias y desencuentros entre política
social y escolar en Argentina

 Políticas sociales: transformaciones e incidencias en la educ. secundaria.


 Asignación Universal por Hijo para la Protección social:
 Inicio: 2009 junto con el Plan Nacional de Educación Obligatoria. Kirchnerismo.
 Política condicionada de transferencia de ingresos más grande de América Latina.
 Objetivo: garantizar la obligatoriedad en la educ. secundaria promulgada por ley en 2006.
 ¿Contribuye a la democratización del sistema escolar?
 Cubre a las niñas, niños y adolescentes desde el nacimiento hasta los 18 años cuyos padres, tutores
o curadores se encuentren desocupados o se desempeñen en la economía informal por un salario
menor al Mínimo Vital y Móvil (SMVyM)
 Es financiada con recursos del Fondo de Garantía de Sustentabilidad del ANSES. En su
fundamentación concibe al trabajo decente como el integrador por excelencia y la define como una
medida de carácter paliativo que aporta a la protección integral de los derechos de niños, niñas y
adolescentes.
 Política social que pretende intervenir sobre las condiciones de vida de las familias integrándolas al
sistema de protección social en función de su situación frente al mercado laboral.
 Acompañado por la ampliación de otros derechos, como los previsionales a amas de casa, personal
doméstico y la promoción del trabajo registrado.
 Amplió significativamente la protección de niños/as y jóvenes en edad escolar, alcanzando al 74,5%
 de esa población (el 42,5% con cobertura por trabajo formal y un 25% vía la AUH, el resto por
fuentes como pensiones y otras coberturas menos extendidas). De la población restante el 13,1 está
excluida de la normativa por contar con salarios superiores, siendo del 12,4% la población
potencialmente atendible y no cubierta. Probablemente exprese las situaciones de vulnerabilidad
más extremas.
 No establece un cupo de potenciales perceptores, sino que es un derecho de todo ciudadano que
cumpla con los requisitos. A diferencia de becas estudiantiles para los más pobres.
 Su percepción se encuentra condicionada al igual que el salario familiar al cumplimiento de los
controles de salud y la asistencia al sistema escolar en los niveles obligatorios.
 Mecanismos de control e individualización de los pobres que tiende a sobredefinir a esos grupos a la
vez que a situarlos en un lugar de la sospecha de apropiarse de beneficios indebidos.
 Posiciona a los adultos responsables como incapaces de garantizar el cuidado de no mediar el
control estatal.
 Exclusión: concepciones, usos e intervenciones.
 Problema central del nuevo capitalismo. Poblaciones diversas
 Nuevas condiciones sociales emergentes de las transformaciones producto de la
globalización de la economía, la privatización y los procesos de desregulación que hicieron
colapsar la sociedad salarial y con ello los mecanismos de integración social.
 Qué condiciones sociales la producen.
 En el nivel de ingreso y de desigualdad: acceso diferencial a bienes y servicios vinculados a la
autonomía y las desiguales posibilidades de desarrollo personal.
 Preocupación por la exclusión: principio de homogeneización a partir del cual se pudieron
pensar nuevas políticas sociales para una población por definición heterogénea.
 Dos enfoques: 1. La exclusión puede ser el no acceso a ciertas esferas del bienestar como el
trabajo formal. 2. Exclusión una vez dentro: de ciertos puestos por género o raza, por ej.
 Hasta la extensión de la escolaridad obligatoria, el no acceso o la expulsión era el mecanismo
por excelencia de construcción de jerarquías en la escuela secundaria.
 Después de eso, las antiguas dinámicas de desigualdad fundadas en la exclusión hoy se
redefinen generando nuevas dinámicas. .
 Nuevas desigualdades que no se definen en una escala meramente jerárquica sino que hay
formas de diferenciación vertical pero también horizontal.
 “fragmentación escolar”: fronteras culturales que van configurando una oferta escolar.
 A las antiguas desigualdades se le suman las nuevas.
 El estudio de estas desigualdades en la escuela, en general no ha sido acompañado por la
relación entre el acceso a la educación y a otros derechos sociales.
 Antecedente: políticas sociales en América Latina orientadas a la ampliación del derecho a la educ.
mediante transfer. Condicionada de ingresos. 2007: 16 países con estas políticas con ampliación de
la obligatoriedad escolar y como respuestas al desempleo. Justificación: teoría del capital humano:
condicionando la transferencia de ingresos a la inversión en educación, salud y alimentación como
estrategia de reducción inmediata y mediata de la pobreza. Críticas al neoliberalismo. Nueva fase del
capitalismo: posneoliberalismo
 Siglo XXI: Críticas, reformulaciones, cuestionamientos.
 AUH No es suficiente para que la condicionalidad educativa se convierta en derecho.
 Complementación: proyectos institucionales “de reinserción” o “Planes de mejora institucional”:
tutorías, revisión del régimen de promoción y acreditación, alternativas de reinserción, ampliación
de la oferta. PERO: son proyectos complementarios que no se integran al trabajo pedagógico
cotidiano. Las estrategias para garantizar la obligatoriedad escolar son fuertemente dependientes de
la voluntad y los recursos de los actores.
 Detalles y desfasajes en las políticas públicas destinadas a revertir la exclusión:
 Políticas focalizadas compensatorias luego de la descentralización y los ajustes de los ´90, mediante
el índice de Necesidades Básicas Insatisfechas.
 Resultado: estigmatización de instituciones y estudiantes.
 Preocupación de la competitividad: se extendieron los años de escolaridad obligatoria y becas
estudiantiles. Escaso impacto sobre el aprendizaje, aunque bajo ciertas circunstancias mejoraron el
ingreso y permanencia.
 Jóvenes que están por fuera del sistema escolar: 4,5% de la población (situaciones de vulnerabilidad):
maternidad, ingreso al mundo del trabajo, violencia entre pares, discriminación, desinterés por la escuela.

“Inclusión y Calidad como Políticas Educativas de Estado. O el mérito como opción única de mercado” (BRENER -
GALLI)

Aceptar el divorcio entre inclusión y calidad no es otra cosa que naturalizar privilegios en el acceso a la educación,
sometiendo a nuestra democracia a los ajustes del mercado. Calidad educativa es en primer término un Estado
presente, garante del acceso, (mejor) tránsito y egreso de los y las estudiantes, que se autoriza en el cuidado y la
enseñanza con los recién llegados, los que recién ahora llegan y los que siempre estuvieron. Este libro es un aporte a
la construcción de “calidad – inclusión” como par indisoluble, a sabiendas de la complejidad y paradoja que supone,
por ejemplo, democratizar una escuela secundaria que hasta hace un rato fue selectiva y excluyente y a que partir de
la Ley de Educación Nacional (26.026) de 2006 es un derecho social y que debe transformarse para dar la bienvenida
a un sujeto social inesperado que la democracia reciente asumió como acto de justicia con miles de familias que
acceden a este nivel educativo por primera vez en su historia.

El desafío de hacer más democrática la democracia interroga a la escuela como espacio único y estratégico de
construcción de ciudadanía activa, crítica y plural. Una escuela que pueda divorciarse de aquellos mandatos
excluyentes, que tome distancia de la reproducción de las desigualdades, de la permanencia y la mismidad como
equivalencia de lo común, arriesgándose a los cambios que resguardan el derecho sobre el privilegio, la justicia
curricular antes que una relación aristocrática con los saberes y no confunda la diversidad con la desigualdad. Una
escuela que se le anime a la incomodidad de hacerle lugar a la necesaria interrupción de lo incierto y novedoso que
traen los más nuevos, y en esa diferencia generacional se produzca el más auténtico y justo acto de transmisión y el
pasaje de la cultura.

Inclusión y calidad. Se trata de una consigna en respuesta a una falsa disyuntiva: inclusión o calidad. Los
compiladores afirman que deconstruir ese sentido común no es un gesto inocente: implica asumir una posición
política, ética y pedagógica. De otro modo, se naturalizaría una situación desigual que avala el privilegio de una
minoría y la marginación de una mayoría.

Dos caras… ¿dos monedas? Inclusión y calidad reconoce la existencia de dos paradigmas: el democrático y el
mercantil; ambos cuentan con su agente protagónico. En el primer caso, se trata del Estado como actor activo de
intervención. ¿Cómo? Garantizando el acceso, el tránsito y el egreso de los estudiantes y promoviendo condiciones
necesarias para el desarrollo de aprendizajes significativos. En el segundo modelo, es el mercado con sus ajustes a
los designios económicos administra el acceso a la educación.
En transformación permanente. Gabriel Brener y Gustavo Galli, compiladores de la novedad editorial de Crujía-
Stella, afirman que la inclusión educativa no es una imposición. ¿Por qué? Se trata de un proceso en permanente
construcción, sin fecha de vencimiento, que debe ser permeable a modificaciones que atiendan las transformaciones
económicas, sociales, y culturales, así como aquellas que se expresan en las instituciones y los sujetos que le otorgan
sentido cotidiano, en la medida que estos respondan a criterios de justicia social y curricular.

PUCCIARELLI – CASTELLANI - Los límites de la estrategia kirchnerista

Los estímulos sostenidos a la expansión de la demanda interna constituyeron uno de los rasgos más distintivos de la
política económica kirchnerista y favorecieron una dinámica virtuosa de crecimiento por lo menos hasta 2011.
Ahora, si bien transitó sobre un sendero macroeconómico que permitió expandir el ingreso, incrementar el empleo,
crear numerosas empresas en diversas ramas de actividad, apuntalar políticas de redistribución y mejorar la
cobertura y el impacto de las políticas sociales, la estructura económica heredada de los años noventa no cambió en
lo esencial. La heterogeneidad del aparato productivo y su intrínseco carácter regresivo limitaron la posibilidad de
profundizar esos avances una vez que la coyuntura internacional se tornó relativamente desfavorable; a su vez, la
posterior reacción frente a este nuevo contexto también se reveló insuficiente.

Alguna vez, en un debate sobre la eventual existencia de un modelo económico E, Alfredo Zaiat caracterizó al
kirchnerismo como un “proyecto político con objetivos económicos”;! Cristina Fernández de Kirchner, entonces
presidenta, hizo suya de inmediato esa definición que exponía con claridad la subordinación de la economía a la
política, una de las principales máximas kirchneristas. Asumimos acá que el proyecto político que lideraron Néstor
Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner se articuló sobre tres grandes pilares: “memoria, verdad y justicia”,
“ampliación de ciudadanía” e “inclusión social”. Si la consecución del primero requirió un cambio drástico en la
política de derechos humanos y en la visión de la “historia reciente” respecto de los gobiernos anteriores, y el
segundo fue edificado por la extensión, la profundización y la creación de nuevos derechos civiles, sociales y
políticos, el tercero estuvo ligado de manera directa a la política y los objetivos económicos.

En la concepción de este proyecto político, la inclusión social quedó íntimamente asociada a la procura de mejoras
en los niveles de empleo, en los salarios reales y, por ende, en la distribución del ingreso; la búsqueda de un
crecimiento acelerado a través de incentivos permanentes a la expansión de la demanda fue el modo predominante
para alcanzar tales objetivos. Sin embargo, la ausencia de una explícita estrategia de desarrollo inclusivo, así como la
escasa o nula complementación con otras políticas tendientes a transformar de forma sustancial la estructura
productiva conspiró contra aquella decisión. Estos límites se revelaron de modo incipiente ya en 2007 y con mayor
seriedad a partir de 2011. En otros términos, una de las debilidades del proyecto kirchnerista fue que, a pesar de una
prédica industrialista, no se propuso una planificación integral del desarrollo económico de largo plazo, lo que
terminó por afectar la sustentabilidad del objetivo de inclusión social y, con ello, del propio proyecto político. Las
derrotas electorales de 2013 y 2015 difícilmente puedan entenderse sin considerar esta situación. Podría decirse
que, en materia económica, el kirchnerismo fue más reactivo que estratégico, a diferencia de otros planos de la
acción de gobierno (de modo notable en el área de derechos humanos, por ejemplo). Si bien sus reacciones fueron,
en general, coherentes con la filosofía del proyecto político, en economía el kirchnerismo tendió a correr detrás de
los hechos más que a adelantarse o prevenirlos.

Durante los gobiernos kirchneristas se recuperaron márgenes importantes de decisión en materia de políticas
económicas y un activo protagonismo del Estado. Sin embargo, la intervención pública se concentró más en la esfera
de circulación del excedente que en la modificación de las condiciones de su generación (Porta y otros, 2014). El
Estado capturó excedente bajo distintos mecanismos (retenciones a las exportaciones, tipos de cambio múltiples y
gravámenes varios), y lo redirigió hacia algunas actividades a través de subsidios y financiamiento barato o
promoviendo el consumo y la inclusión social mediante una activa regulación del mercado de trabajo y la extensión
de transferencias sociales, como las jubilaciones o la Asignación Universal por Hijo (AUH).

La mejora en los niveles de empleo, el salario real y la distribución del ingreso fue un resultado de esa intervención;
las dificultades para seguir avanzando en ese sendero, a su vez, derivaron de la permanencia de las modalidades
productivas predominantes. Las tensiones y los desequilibrios observados reflejan los límites de aquellas formas de
intervención estatal.

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