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Universidad Tecnológica de los Andes

Facultad de Ingeniería
Escuela Profesional de Ingeniería Civil

HISTORIA DE LA FILOSOFIA

MONOGRAFIA

Asignatura: Filosofía

Estudiante: Ademir Frank Zuniga Flores

Docente: Luis Zenon Sanchez Baca

Cusco-Perú

2023
DEDICATORIA

Principalmente dedicamos este trabajo a


Dios puesto que nos brinda sabiduría, amor
y paciencia, nos ayuda en los momentos
más difíciles brindándonos valores que nos
fortalezcan no solo como trabajo de grupo,
sino como personas. A la vez también
dedicamos este trabajo a la Universidad
Tecnológica de los Andes por
encomendarnos la labor de realizar la
presente monografía que amplía nuestra
capacidad intelectual, dado que el Docente
Luis Zenon Sanchez Baca nos brindó su
sabiduría en este campo del conocimiento,
ayudándonos así en varios aspectos que
requerimos para el desarrollo de la
siguiente monografía.
Dedicamos este trabajo a nuestros padres
puesto que nos brindaron apoyo y fortaleza
en el desarrollo y transcurso de este,
ayudándonos a concluir satisfactoriamente
lo encomendado.
AGRADECIMIENTO

AGRADECIMIENTO
Agradezco a dios en primer lugar por
darme la oportunidad de seguir viviendo, a
mis padres por su apoyo y amor a mi
familia por estar siempre conmigo y mis
amigos por hacer que mi vida sea distinta,
también se le agradece al profesor Luis
Zenon Sanchez Baca que como profesor de
este curso me ha orientado, apoyado y
corregido en mi labor académica con un
interés y una entrega que han
sobrepasado, con mucho, todas las
expectativas, que como alumno, deposité
en su persona, todas estas personas han
influido en mi vida.
Tabla de contenido
DEDICATORIA......................................................................................................................................
AGRADECIMIENTO..............................................................................................................................
Introducción........................................................................................................................................
I. Un Esbozo de la Filosofía Griega................................................................................................
1. Heráclito....................................................................................................................................
2. Parménides................................................................................................................................
3. El Atomismo de Demócrito........................................................................................................
4. Platonismo.................................................................................................................................
a. Platón como idealista................................................................................................................
b. La ciudad-estado ideal...............................................................................................................
5. La Metafísica de Aristóteles.......................................................................................................
a. El Esquema Conceptual del Cambio...........................................................................................
6. La Filosofía Moral de Aristóteles................................................................................................
II. Escolasticismo..........................................................................................................................
1. Anselmo de Canterbury y el argumento Ontológico................................................................
El Problema de los Universales.........................................................................................................
2. Santo Tomas de Aquino...........................................................................................................
III. Filosofía Moderna....................................................................................................................
1. Materialismo y Mecanicismo Hobbes......................................................................................
2. Hobbes Sobre el Estado ¿Por qué y cómo?..............................................................................
3. Descartes.................................................................................................................................
4. Naturalismo de Spinoza...........................................................................................................
5. Filosofía Moral de Spinoza.......................................................................................................
6. Epistemología de Leibniz.........................................................................................................
7. John Locke...............................................................................................................................
8. George Berkeley......................................................................................................................
9. Epistemología de Hume...........................................................................................................
10. Filosofía Moral de Hume..........................................................................................................
11. Epistemología de Kant.............................................................................................................
12. filosofía Moral de Kant.............................................................................................................
13. Hegel........................................................................................................................................
IV. Filosofía Posterior a Hegel.......................................................................................................
1. De Hegel a Marx y Kierkegaard................................................................................................
2. La Fenomenología....................................................................................................................
3. Bergson....................................................................................................................................
4. Russell......................................................................................................................................
5. El Positivismo Lógico................................................................................................................
6. Moore......................................................................................................................................
7. Wiitgenstein............................................................................................................................
CONCLUSIÓN.....................................................................................................................................
Introducción

La filosofía es accesible, no es privilegio de unas cuantas inteligencias potentes. En


general todos nacemos con la misma dotación intelectual, lo que sucede es que algunas
personas se esfuerzan en ejercerla y otras no. Lo que sí se requiere es un gran anhelo de
verdad, desearla, amarla; el crecimiento intelectual es proporcional a ese amor a la
verdad. Por tanto, desde el comienzo se plantea una cierta ética, porque el amor a la
verdad tiene una vertiente práctica, de manera que quien no es muy amigo de la verdad
y ha metido la mentira en su vida voluntariamente, no está en buenas condiciones para
estudiar filosofía.
De esta manera explicaremos el término de la Filosofía e Historia, para introducir en el
conocimiento de los primeros filósofos y con su ayuda comprender la peculiar
naturaleza del saber que ellos inauguraron y todavía hoy nosotros buscamos poseer.
Esta es la principal enseñanza de los filósofos y es por esta razón la filosofía sólo puede
entenderse, en el sentido que ellos dieron, como búsqueda de la verdad, aspiración a
conocer del modo más profundo desde las primeras causas la totalidad de las cosas.
Con todo, lo que sucede con la experiencia filosófica es que tiene que ser personal. El
encuentro con la verdad es todo un acontecimiento. Por eso, lo que seguramente es
mejor en estos casos, es poner a los alumnos en condiciones de ejercer la actividad
filosófica, de la misma manera como a nadar se aprende nadando. Esa actividad o
ejercicio filosófico se despliega en el enfrentamiento con los grandes problemas
filosóficos. Se trata entonces de animarse a dar el primer paso para pensar
filosóficamente la realidad, de manera que se puedan descubrir sus más profundos
secretos; y después, sostener la actividad y seguir abriéndose nuevos horizontes para
continuar planteándonos las preguntas claves de los grandes filósofos y tratando de
contestarlas.
Se puede, entonces, empezar suscitando una pregunta, una inquietud, sobre la realidad,
especialmente si ésta nos parece evidente; y luego continuar descubriendo la verdad, sin
cansancio, valorándola y dándole acogida en la propia vida, lo cual es siempre personal
y por eso es algo inédito, siempre nuevo. Éste fue el modo como los grandes filósofos
comenzaron a hacer filosofía la que luego sistematizaron hasta hacer de ella una ciencia,
la más alta en el plano natural.
Para empezar esta aventura se precisa de unas condiciones básicas, y es que quien se
adentra en el camino del saber filosófico tiene que tener un pre requisito y es un incoado
amor a la verdad y mucha capacidad de afrontar retos, lo cual conlleva una cierta
rebeldía, respecto a la comodidad de quedarse en lo ya sabido. De entrada, todos los
seres humanos tenemos capacidad de plantearnos las grandes preguntas y de avanzar en
su descubrimiento.
I. Un Esbozo de la Filosofía Griega

1. Heráclito

El ente deviene y las cosas se transforman en un proceso continuo de nacimiento y


destrucción que afecta a objetos, animales y seres humanos. “Todo fluye, somos y no
somos”, era el lema básico de Heráclito de Éfeso, también conocido como Heráclito el
“Oscuro”. El pensador griego creía que el mundo experimenta un proceso de continuo
nacimiento y destrucción al que nada escapa. Dentro del cambio incesante de las cosas,
Heráclito postula que existe una unidad o principio eterno encarnado por el fuego. Pero
esta llama crepitante es una metáfora que se refiere al movimiento y cambio constante
en el que se encuentra sumido el ser humano y el mundo.
Heráclito se introduce un problema filosófico que, si no domina la filosofía griega
posterior, por lo menos ocupa en ella lugar descaso. el problema puede ser caracterizado
como el problema del cambio. Lo que Heráclito afirmo que lo que es, está
constantemente cambiando, nada permanece igual en dos momentos consecutivos, es
evidente sin embargo que esta doctrina plantea serios problemas, aquellos que en un
momento esta apunto de ser otra cosa y esto es necesariamente ocurre si cada cosa esta
constantemente cambiado no se puede decir que sea algo en absoluto. Ser es ser algo lo
cual quiere decir que ha de tener ciertas propiedades

2. Parménides

Considera Parménides que todo está compuesto por dos elementos, lo caliente y lo frío,
y de esta mezcla, presente en los miembros de los hombres, depende la inteligencia de
estos. De hecho, la naturaleza de cada miembro u órgano, lo que en estos es
preponderante, es lo que percibe por sus especulaciones sobre el ente y el ser. Con él
empieza la tradición metafísica en el sentido estricto de la palabra, y con él ingresa al
pensamiento occidental una corriente fuerte del determinismo y del dualismo ontológico
y gnoseológico. Para Parménides, el ente es lo eterno, lo imperecedero, inmutable,
perfecto, necesario, inmóvil, estático y pleno. Este esteticismo ontológico fue recogido
y asimilado por las ideas platónicas, la teología aristotélica, neoplatónica y escolástica,
pero también por los atomistas antiguos y el materialismo moderno. Se trata de una
solución radical frente al problema de la historicidad de la verdad y la contingencia
radical del mundo empírico: todo cambio y temporalidad sólo es ‘apariencia’ para los
sentidos, pero en el fondo (para el intelecto) existe exclusivamente el ser necesario e
inmutable.

3. El Atomismo de Demócrito

Junto al concepto de átomo, Demócrito postula el concepto de vacío como condición del
movimiento y pluralidad de los átomos. A diferencia del eleatismo el movimiento y la
pluralidad son afirmados al existir, entre un átomo y otro, el vacío. Con estos dos
principios Demócrito supera asumiendo el eleatismo.
Para Demócrito, todo cuanto hay en la naturaleza es combinación de átomos y vacío: los
átomos se mueven de una forma natural e inherente a ellos y, en su movimiento, chocan
entre sí y se combinan cuando sus formas y demás características lo permiten; las
disposiciones que los átomos adoptan y los cambios que experimentan están regidos por
un orden causal necesario. En el universo, las colisiones entre átomos dan lugar a la
formación de torbellinos a partir de los que se generan los diferentes mundos, entre los
cuales algunos se encuentran en proceso de formación, mientras que otros están en vías
de desaparecer. Los seres vivos se desarrollan a partir del cieno primitivo por la acción
del calor, relacionado con la vida como también lo está el fuego; de hecho, los átomos
del fuego y los del alma son de naturaleza similar, más pequeños y redondeados que los
demás.

4. Platonismo

a. Platón como idealista

Lo que se conoce como idealismo platónico es en realidad un realismo. Platón sostuvo


que las ideas constituyen un mundo suprasensible, ideal e independiente, es decir, un
mundo que se intuye de manera intelectual y no a través de los sentidos.
El Idealismo platónico es una corriente del pensamiento que defiende la primacía de las
ideas, que existen con independencia de los objetos. Para Platón, como para el resto de
los idealistas, la realidad no es más que una construcción mental y que las cosas solo
existen si hay una mente que pueda pensarlos. El idealismo se opone al materialismo y
al fisicalismo y afirma que no es posible conocer nada con independencia de la mente.
Según el idealismo platónico, para conocer la realidad es necesario dudar previamente
de la percepción, de los sentidos, que, según el filósofo griego, nos engañan. Esta
corriente influyó de manera decisiva en toda la historia del pensamiento filosófico, por
eso, en un Profesor vamos a descubrirte las características del idealismo platónico más
importantes

b. La ciudad-estado ideal

El objetivo de la política de Platón es el perfeccionamiento y felicidad de todos los


ciudadanos. Afirma que cada uno no se basta a sí mismo, por lo que el ser humano
necesita vivir en sociedad. Por eso, para conseguir un Estado perfecto, busca la ciudad
justa, formada por hombres justos y virtuosos.
Debido a la clara evidencia de que no todos los hombres están igualmente dotados por
naturaleza, ni deben realizar las mismas funciones, cada uno tiene algo diferente que
aportar para una sociedad perfecta. Para que esta funcione, cada uno debe realizar su
función de forma virtuosa. Los gobernantes deberían ser los que estén mejor dotados
para ello, y vayan a servir al bien común y a la justicia. Los guardianes se encargan de
velar por la seguridad de la ciudad; y los trabajadores, campesinos, etc, deben cuidar el
aspecto material. Cada uno debe cumplir su función de manera perfecta y armoniosa,
destacando en las virtudes de prudencia, fortaleza y moderación, respectivamente.
Además, el filósofo griego propone un orden en las formas de gobierno, siendo la
aristocracia la mejor, pues se trata del gobierno de los mejores, y la tiranía la peor. Entre
medias se sitúan la timocracia, oligocracia y democracia, siguiendo el mismo orden. Si
tan poca consideración le tenía un sabio como Platón a la democracia, ¿cómo es que se
ha convertido en el sistema político actual de la mayoría de Estados del mundo
occidental?
Es muy necesario comprender que el concepto de justicia platónico es diferente del
actual. Platónicamente, consiste en una gran virtud que nace cuando cada clase social
cumple su función en perfecto equilibrio y armonía (haciendo el bien). En cambio, a día
de hoy consideramos la justicia como aquello que debe hacerse según derecho, razón o
equidad. Por lo que, efectivamete, la democracia es lo más “justo” si entendemos la
justicia de esta forma. Pero, ¿es lo mejor? ¿Acaso el partido político más votado es el
mejor? Si afirmamos esto, estamos afirmando que lo mayoritariamente aprobado es lo
bueno, lo verdadero; y en este caso, estamos defendiendo una falacia ad populum. Se
trata de un engaño.
Entonces, podríamos volver al Estado ideal e implantarlo en la sociedad actual. ¿Sería
eso factible? De poco nos sirve una teoría idílica si no se puede llevar a la práctica.
Sucede que esta teoría tiene dos grandes errores. El primero es, que según Platón, el
Estado es una institución educativa, pues educando y conociendo el Bien es como se
llega a una sociedad justa. ¿Pero acaso hoy en día se educa en la virtud? El otro
gravísimo error se encuentra en la ética, pues el filósofo griego propone un
intelectualismo moral, que afirma que la condición única para que el hombre haga el
bien es conocer el Bien. Es una idea muy ingenua, pues basta con mirar la realidad para
darse cuenta de que el ser humano se corrompe, pues muchas veces sucede que le puede
el deseo de poder y deja de velar por el bien común. Es entonces cuando el liderazgo y
el gobierno ya no son un servicio a los demás y el Estado no funciona como debería.
¿Es esto algo novedoso? El hombre se corrompe, y esto es algo importantísimo que no
parece tener en cuenta Platón.
Más aún, ¿cómo podríamos establecer la aristocracia en el mundo actual? Coincido en
que el gobierno de los mejores, como su nombre indica, es el mejor, el más adecuado, y
no el gobierno elegido por la mayoría (que no necesariamente tiene que ser el mejor).
La mayoría puede estar equivocada, y los que de verdad saben cómo llevar una sociedad
de forma justa pueden ser pocos. Pero ¿cómo podríamos elegir a los mejores para
gobernar, si no sabemos discernir entre el bien y el mal? La historia de la humanidad
nos ha llevado a vivir en una actualidad relativista, nadie se pone de acuerdo y no
existen certezas comunes. No puede haber un gobierno de los mejores si no sabemos
qué es lo mejor ni cuál es la verdad. Esto nos lleva de nuevo a confiar en la democracia
como el sistema de gobierno más adecuado.
Ya que nadie se pone de acuerdo y no parece existir una verdad común, cada uno opina
según le parece; en esta sociedad nos gusta mucho dar nuestra opinión, y todo lo demás
se vuelve criticable. Esto nos ha llevado a estar más de un año sin un gobierno estable
en España. Ni siquiera el voto democrático, por muy justo que parezca, nos ha servido
para llegar a un acuerdo.

5. La Metafísica de Aristóteles

a. El Esquema Conceptual del Cambio

Para Aristóteles, la idea es la forma, o causa formal, que, junto con la materia,
constituye la realidad sustancial (ousía), y es también la esencia común a toda la
especie, captable por la definición y, por lo mismo, objeto de conocimiento intelectual
Aristóteles ataca el problema de modo diferente y llega a otra conclusión. Aristóteles es
un maestro en el análisis filosófico. Tenía probablemente la mente analítica más clara de
todos los filósofos griegos. No comienza sus análisis negando que el mundo empírico
tenga realidad, sino que examina el concepto de cambio o, más bien, intenta descubrir el
esquema conceptual necesario para nuestra comprensión, explicación y descripción del
cambio. Una condición para comprender el cambio es el uso del concepto de sujeto. No
tendría sentido hablar del cambio si no hubiera ninguna respuesta a la pregunta de qué
es lo que está cambiando.

6. La Filosofía Moral de Aristóteles

Aristóteles pensaba que la ética era un saber práctico orientado a una ética de las
virtudes. Como tal, la ética debía enseñar a buscar la felicidad entendida como fin del
hombre. Esto es así porque toda actividad humana tiende, según Aristóteles, a un bien.
La virtud moral, según Aristóteles, es un hábito o facilidad adquirida por la repetición
de actos para elegir y ejecutar el bien honesto, consistente en el medio que se aparta de
los extremos viciosos, siendo propio de la razón, informada y perfeccionada por la
prudencia, conocer y fijar el medio en que consiste la virtud, sirviendo de principio y de
norma general para reconocer y prefijar la naturaleza y condiciones de la acción
moralmente buena o virtuosa.
II. Escolasticismo

1. Anselmo de Canterbury y el argumento Ontológico

El Problema de los Universales

Es una demostración de la existencia de Dios cuya originalidad consiste en que


establece la existencia del Ser Absoluto al encontrar en el concepto mismo de Dios la
existencia como un componente inseparable de su esencia. Fue formulado por primera
vez por San Anselmo de Canterbury en el año 1078, pero el nombre de argumento
ontológico se lo atribuyó Immanuel Kant siete siglos después al afirmar que una prueba
ontológica es aquella que infiere completamente a priori la existencia de una causa
suprema.
En esta voz se expondrá, en primer lugar, la formulación original de San Anselmo, la
objeción de Gaunilo (su primer crítico) y la respuesta de San Anselmo. Luego, se
desarrollará un recorrido panorámico por la extensa historia de esta prueba que incluye
como hitos más destacables las formulaciones de Descartes, Leibniz, y Hegel, así como
las objeciones de Santo Tomás de Aquino y del ya mencionado Kant. A continuación,
se presentará una descripción un poco más detallada acerca de las investigaciones de
algunos de los más destacados exponentes de la filosofía analítica, como Findlay,
Hartshorne, Malcolm y Plan tinga, quienes han reavivado la actualidad del argumento
ontológico. Por último, se realizará un breve comentario sobre las publicaciones más
recientes acerca de la prueba de San Anselmo.

2. Santo Tomas de Aquino

Una de sus grandes aportaciones como intelectual consistió en conciliar la fe con la


razón. En su opinión, la fe podía ser una verdad de orden superior, pero no se
contradecía con lo que nos indica la lógica. No obstante, continuaba pensando que la
filosofía debía estar al servicio de la teología.
Se trata del avance de un nuevo movimiento impulsado en diferentes períodos, desde
descifrar los símbolos y alegorías de los relatos bíblicos, luego comprender doctrinas
contenidas en los escritos de los Santos Padres, hasta elevar con la razón la fortaleza de
la teología cristiana. Además de como la religión busca explicar todas las cosas que el
hombre no había conseguido explicar en todos los periodos anteriores, así pues se
destaca la escolástica en su intento de revelar ciertas cosas con vista teológica como
filosófica para culminar desarrollando la lógica, el método y la metafísica en Santo
Tomás de Aquino, como el abanderado principal, quien argumenta que la teología
orienta a la razón y le condesciende evadir errores; asimismo, la razón es necesaria para
que la fe aclare y resguarde los misterios de la revelación, lo cual es indicativo que
teología y razón son complementarios, una ayuda a la otra para conseguir resultados.
III. Filosofía Moderna

1. Materialismo y Mecanicismo Hobbes

La visión materialista del hombre que tiene Hobbes se basa en que cree que los cuerpos
son los únicos objetos reales de consideración racional, que pueden actuar o bien sufrir
la acción de otros. Es mecanicista: defiende que la realidad es mecánica.
Representante del materialismo, Hobbes no tiene interés por la sustancia espiritual, solo
por el material. Son las causas materiales, dice, las que determinan las acciones del ser
humano. El conocimiento procede de la percepción sensorial. La corriente filosófica del
materialismo afirma que todo es material, no existe un mundo inteligible. La visión
materialista del hombre que tiene Hobbes se basa en que cree que los cuerpos son los
únicos objetos reales de consideración racional, que pueden actuar o bien sufrir la
acción de otros. Es mecanicista: defiende que la realidad es mecánica. No existe nada
oculto que pueda explicar las cosas, la explicación está en la superficie y en el
movimiento de los cuerpos.

2. Hobbes Sobre el Estado ¿Por qué y cómo?

Hobbes plantea que para que los hombres puedan vivir juntos sin caer en la anarquía y
la guerra, es necesario un Estado fuerte y autoritario. Para lograr esto es imprescindible
establecer una relación de soberanos y súbditos entre los hombres. El monopolio del
poder político garantiza la supervivencia de la comunidad, para lo cual es necesario que
todo aspecto de la vida se encuentre en manos del soberano. Hobbes prefiere por el ello,
al Rey que, a la Asamblea, ya que cualquier división del poder pone en debilidad al
Estado. Para lograr esta unidad del poder y la centralidad del mismo es necesaria la
generación de desigualdades, eliminando las igualdades originales que existen entre los
hombres en el estado de naturaleza. De acuerdo a sus postulados, de la igualdad brota la
desconfianza y a partir de ella el estado de guerra entre individuos. Nadie está tranquilo
por más fuerte que sea, mientras no cuente con amparo de los demás. Ejemplifica
diciendo que el hombre más débil puede matar al más fuerte mientras duerme. Nadie
está seguro si está rodeado de gente que en algún momento puede matar a otro. La
necesidad del Estado fuerte y autoritario, parte de una visión pesimista del hombre, ya
que el autor considera que cada uno tiene que ceder su agresividad, ponerla bajo el
manto de un soberano que sea el monopolizador de toda la agresividad humana. Se
logra así una autoridad absoluta que pone orden a la vida humana.

3. Descartes

Descartes fue el autor de la teoría idealista de las “ideas innatas”, tales como las ideas
de Dios, de la substancia corporal y de la substancia espiritual. Su filosofía se esforzaba
en conciliar la religión y la ciencia.
Proceso matemático. El objetivo de su pensamiento era tratar de desterrar el silogismo
aristotélico empleado durante toda la Edad Media. Descartes sabía que eso podía
acarrearle problemas similares a los que tuvo Galileo con la Iglesia cuando apoyó la
teoría heliocéntrica de Copérnico, que establecía que la Tierra y los demás planetas
giraban alrededor del Sol. En un intento para evitar ser anatemizado, el filósofo camufló
parcialmente la novedad de sus ideas, que a la postre supondrían una verdadera
revolución para la teología y la filosofía. Mente y cuerpo, divididos. Lo esencial de su
pensamiento es que centra la base del conocimiento en la “cosa pensante” o “res
cogitan”, una idea que se plasma en su famosa frase “pienso, luego existo”. Postuló que
mente y cuerpo son las dos sustancias de las que se compone el mundo. Por lo que se
refiere a la idea de Dios, el filósofo afirmó que el simple hecho de pensar en su
existencia es la prueba de que existe. Descartes redujo la verdad sobre la ciencia y el
hombre a dos conceptos básicos: razón y cálculo. Pero fue incapaz de desarrollar un
método capaz de comprender al hombre como una totalidad.
Orden y método. Descartes establece unas reglas que no se deben abandonar. Una es el
llamado precepto de la evidencia, que consiste en no admitir nunca algo como
verdadero si no hay constancia de ello. Otra es el precepto del análisis, que establece
dividir las dificultades que tengamos en tantas partes como sea preciso para
solucionarlas mejor. Otra regla es el denominado precepto de la síntesis, que ordena
nuestros pensamientos, apoyándonos en la solución de las cosas más simples hasta
resolver los problemas más complejos. Y por último, el precepto del control, que
consiste en revisar nuestro pensamiento constantemente para estar seguros de no haber
omitido nada. Descartes fue considerado el pensador de la duda porque afirmaba que en
una investigación uno no debe dar por verdadero aquello de lo que pudiera dudarse
racionalmente.

4. Naturalismo de Spinoza

Para Spinoza, la Naturaleza-Dios es su propia causa y la única esencia existente. La


religión instituida no persigue la comprensión de la Naturaleza sino el adoctrinamiento
de las personas para controlar su conducta. Spinoza explica con gran lucidez, en el
Tratado teológico-político, cómo el poder hace uso de la religión (aquí hay un vínculo
con Epicuro y en esta denuncia, mucho más elaborada que la del filósofo griego, se
adelanta mucho a Nietzche y a los marxistas). El poder, al estimular los miedos del
pueblo, hace crecer la superstición. Esto lo atribuye a las monarquías tiránicas y
defiende la república, una forma de Estado que debe permitir que cada uno piense lo
que quiera y diga lo que piense: el poder debe tenerlo toda la sociedad y cada uno ha de
obedecerse a sí mismo y no a uno igual que él Dice

5. Filosofía Moral de Spinoza

Para Spinoza, la ética no consiste en una serie de normas o preceptos para determinar
cuáles acciones son loables y cuáles condenables; lo que interesa a este pensador es la
búsqueda de la felicidad, y su Ética es una propuesta acerca de cómo conseguirla.
La Metafísica de Leibniz
En la metafísica leibniziana esto significa que el fundamento de las modalidades se
encuentra en las ideas que subsisten en el entendimiento divino. En efecto, para Leibniz,
la posibilidad misma de las cosas está fundada en las ideas concebidas por el
entendimiento divino.

6. Epistemología de Leibniz

Leibniz creía que cada elemento de la realidad, ya sea una persona, un paisaje o un
objeto, está asociado a algo llamado “noción”. La noción es todo lo que es cierto acerca
del elemento de la realidad al que va asociada. Por ejemplo, el color de un cuervo es
negro, sus dedos de las extremidades traseras están desprovistos de plumas

7. John Locke

John Locke afirma que el ser humano es malo por naturaleza, por lo que las leyes, son
esenciales para mantener la paz del estado. Para el filósofo, la aplicación de la ley, exige
un castigo a los infractores de la misma, y como consecuencia, son objeto de rechazo
social y aislamiento.
John Locke se considera el padre del liberalismo clásico, al defender que el ser humano
cuenta con unos derechos naturales intransferibles, y que no dependen de ningún
gobierno concreto, además, tiene derecho a la propiedad privada y al trabajo, en
beneficio del conjunto de la sociedad. Frente al absolutismo del momento, hace una
defensa de la soberanía popular. El poder del estado emana de la libre voluntad del
pueblo, y debe velar por los derechos naturales de los ciudadanos, como el derecho a la
libertad personal o a la propiedad privada, que son la base de una vida feliz en la
sociedad. “Todo hombre tiene una propiedad sobre su propia persona. Nadie tiene
derecho sobre ella, excepto él mismo” El filósofo inglés rechaza la sociedad patriarcal,
y al mismo tiempo construye su propia teoría del estado y de la sociedad civil basada en
los derechos naturales y el contrato social.
La forma de gobierno que defiende John Locke, es aquella en la que gobierna el rey y el
parlamento, del que depende el primero. Los dos son elegidos libremente por el pueblo,
ya que es del pueblo de quien emana el poder del estado. Además, apuesta por la
separación de poderes, como medida contra la corrupción: poder Legislativo, Ejecutivo
y Federativo.

8. George Berkeley

Para Berkeley toda abstracción es ilegítima porque todos los objetos que el ser humano
percibe están delimitados en una unidad, ya que el pensamiento de una cosa sensible no
puede pensarse separado de la sensación que se tenga de él, en otras palabras, el objeto
y la sensación son idénticos y no pueden ser abstraídos.
Berkeley acepta que existe un mundo sensible, el cual todos vemos, lo que rechaza es la
existencia de una substancia material que sería el soporte del mundo sensible, para este
filósofo, lo que existe son ideas como soporte de esas cualidades sensibles. Berkeley no
niega la existencia de las cosas con la condición de que se acepte que existir no es más
que percibir y ser percibido.
Todas las facetas de su pensamiento (nominalismo, inmaterialismo, espiritualismo y
teísmo) se relacionan para tratar de demostrar que lo único bueno, perfecto y bello es el
espíritu infinito, aquel que nos da las ideas, las imágenes para conocer el mundo
sensible.

9. Epistemología de Hume

Hume argumentó en contra de la existencia de ideas innatas, postulando que todo el


conocimiento humano se deriva únicamente de la experiencia. Argumentó que el
razonamiento inductivo y la creencia en la causalidad no pueden justificarse
racionalmente; en cambio, son el resultado de la costumbre y el hábito mental. Este
problema de la inducción significa que para sacar cualquier inferencia causal de la
experiencia pasada es necesario presuponer que el futuro se parecerá al pasado, una
presuposición que no puede fundamentarse en la experiencia previa. Un oponente de los
racionalistas, Hume sostuvo que «la razón es, y debe ser solo la esclava de las pasiones.

10. Filosofía Moral de Hume

Hume es claro en sostener que la moralidad no consiste en una conformidad con la


razón como sucede con las demostraciones matemáticas, en las cuales se presenta una
eterna adecuación a partir de la yuxtaposición y comparación de ideas. La ética es un
conjunto de principios, normas o valores que, a través de ellos, emiten juicios sobre el
bien y el mal. Para Hume la moralidad es una combinación de impresiones e ideas. La
polémica se sitúa en donde está el fundamento de estos juicios. Durante toda la Filosofía
el fundamento se había situado en la razón, es la que dice lo que va en contra o lo que es
conforme a la naturaleza (lo bueno y lo malo).

11. Epistemología de Kant

Kant estudia y analiza las que para él son las tres capacidades mentales de conocimiento
que tiene un individuo: Sensibilidad: Es pasiva y percibe los estímulos que vienen del
exterior/del mundo que nos rodea (olor, color, sabor…) en un espacio y en un tiempo
concreto.
Epistemología kantiana es la teoría del conocimiento que responde a la pregunta que se
entiende por conocimiento, las herramientas para conocer, la fiabilidad de estas
herramientas, clasificación del conocimiento y límites del conocimiento. El objetivo de
Kant es unir el racionalismo y el empirismo y evitar el dogmatismo (sentimientos) y el
escepticismo
la razón. En la primera parte de la teoría del conocimiento, según Kant la sensibilidad es
pasiva porque se limitaba percibir las impresiones que vienen del exterior como olores,
sonidos, colores Las condiciones que hacen posible que yo tenga percepciones sensibles
sobre el tiempo y el espacio. Kant denomina al tiempo y al espacio de dos maneras: la
primera son las formas a priori de la sensibilidad, es el modo o manera en que percibo.
A priori significa que el tiempo y el espacio, son dos coordenadas que no proceden de la
experiencia, son previos a ella, pero hacen posible mi experiencia sensible. la segunda
manera, es intuiciones puras.
La segunda manera don las intuiciones puras, las llama intuiciones porque no son
conceptos ya que estos son universales y sin embargo el tiempo y el espacio son únicos
ya que son coordenadas. Son puras porque están vacías (para Kant vacío es igual a puro)
de contenido, son dos coordenadas vacías que se llenan con toda nuestra vida y
percepciones sensibles y por tanto en esas coordenadas se hacen posibles mis
experiencias sensibles. En la segunda parte de la teoría del conocimiento, según Kant,
El entendimiento es activo. Busca comprender, entender, y esto solo es posible con los
conceptos. Comprender los fenómenos es poder referirlos a un concepto.
Hay dos tipos de conceptos: los empíricos que se dan a posteriori y proceden de la
experiencia a partir de observar semejanzas, rasgos comunes…; los puros o categorías
que se dan a priori y no proceden de la experiencia, son previos a ella y los produce el
entendimiento espontáneamente para ordenar, relacionar, coordinar todas mis
percepciones sensibles. Si esta función ordenadora de nuestro entendimiento, solo
tendríamos un conjunto de percepciones sensibles inconexas, desarticuladas. En la
tercera parte de la teoría del conocimiento, la dialéctica trascendental habla de la
naturaleza y el funcionamiento de la razón, ya que esta tiende a conocerlo y entenderlo
todo, incluido lo que está más allá de lo dado en la experiencia, dios, el alma, la
inmortalidad. Como tiende a entenderlas, el por qué Kant, en esta tercera parte, realiza
la crítica de la razón pura que consiste en someter a juicio a la razón y situar sus límites
entendiendo con conceptos puros y empíricos lo percibido con los sentidos en tiempo y
espacio. La razón pura tiene un contenido que es todo en el ámbito del ser igual a la
realidad, los fenómenos, “se mueve en el ámbito del más acá”. Para las realidades
exceden o están más allá de lo que percibo en tiempo y espacio, Kant habla de un nuevo
término, la razón práctica. La razón práctica tiene los siguientes contenidos: Los
noúmenos son lo contrario a los fenómenos, una realidad en sí misma, no aparecen.
Son: Dios, el alma, la inmortalidad.
El segundo contenido es el deber ser, la propuesta ética de Kant, para toda persona que
quiere hablar moralmente, es una ética formal. Kant distingue entre éticas materiales y
formales: una ética material es la que tiene materias, contenidos, sacados de la
experiencia, y nos dicen que tenemos o no que hacer; una ética formal es una ética vacía
de contenidos. No nos dice lo que tenemos que hacer sino como o el cómo, es decir, la
forma, el modo, la manera de obrar si quiero obrar moralmente, deber, que es la forma
de obrar bien. ¿Por qué? porque todo lo que yo haga por deber, no será una acción que
actúe como medio, sino que es un fin en sí mismo. Esta ética, además de formal, es
autónoma (darse a uno mismo la propia ley). Es autónoma porque la ley me la impongo
a mí misma, es el deber, lo hago porque debo. El deber es igual a la ley que a su vez es
igual al mandato a lo que Kant llama imperativo categórico. Lo expresa de dos formas:
“cuando actúes, obra de manera que la humanidad sea para ti, siempre un fin y nunca un
medio” y “Obra de manera que quieras que tu obra sea una ley universal” quien actúa
movido por el deber, tiene una conducta ejemplar, ésta no deja indiferente a nadie y
pasa a ser universal y espacio.
12. filosofía Moral de Kant
Se distingue del conocimiento racional "en que presenta en ciencia separada lo que la
segunda sólo concibe como mezclado". Quien mezcla los principios de una moral pura,
por ejemplo, con su parte empírica rompe la pureza misma de las costumbres y va en
contra de su propio fin.
Los seres humanos somos conscientes de nuestras propias actitudes mentales y de las
formas en que éstas tienden a conducirnos. Esta forma de autoconciencia nos plantea el
problema de la elección, y la razón es la facultad que nos habrá de ayudar a resolverlo.
La autoconciencia es la fuente de la que brota la necesidad humana de obtener razones.
La voluntad debe decidir por sí misma si ha de tratar o no cierta consideración como
una razón para la acción, es decir, debe deliberar y escoger su propio principio o ley. La
deliberación involucra la identificación con un principio de decisión o de volición que
consideramos como una expresión de nosotros mismos. Esto significa que los principios
de nuestra voluntad son expresiones de nosotros mismos, de nuestra identidad práctica.
En otras palabras: la fuerza normativa de la obligación se deriva de su conexión con la
identidad práctica, y gracias a la identidad práctica se nos puede considerar
responsables.
Cada ser humano está comprometido a valorar su identidad como la de un agente
racional y tal identidad es el trabajo central y continuo de cada vida humana. En
resumen: es a partir de la autoconciencia que surge la necesidad de las razones, y en
respuesta a esa necesidad legislamos principios para nuestras acciones y establecemos
obligaciones morales. Las exigencias morales son exigencias que incumben a cada ser
humano en tanto que ser autónomo, i. e., auto regulado. Los valores morales son
aquellos que se realizan en decisiones libres y exentas de coacción exterior; son valores
en los que la persona actúa conscientemente de acuerdo con principios a los que se
somete voluntariamente porque son dictados por su propia razón. La disciplina moral es
autodisciplina; la virtud moral no está constituida por una aparente conformidad hacia
modelos de conducta impuestos externamente y respaldados por amenazas de sanciones
o castigos legales. La virtud moral está constituida por el libre auto compromiso con
modelos de conducta y valores internamente aceptados; está constituida por decisiones
motivadas por este auto compromiso.
De esto se sigue que no significa lo mismo el considerar una norma como algo que
apela a nuestra conciencia moral y a nuestra decisión libre, expresando así un deber e
implicando nuestra responsabilidad, que el considerarla como una simple manifestación
de expresiones sociales que nos vemos obligados a acatar sólo para evitar la
desaprobación y el aislamiento u otros castigos. Aunque las conductas externas
correspondientes fueran exactamente iguales en un caso y en el otro, lo que determina a
la voluntad, es decir, su querer, es muy distinto en una y en otra posición. Quien elige
para sí las coacciones y los premios como motivos que determinan su querer, no toma
una decisión moral. Kant sostiene que la moral no es mera teoría, sino que es en sí
misma una práctica en sentido objetivo, toda vez que es el conjunto de leyes
incondicionalmente obligatorias de acuerdo con las cuales debemos actuar. Por ello es
una clara contradicción reconocerle toda su autoridad y sostener que no es posible
obedecerla
13. Hegel
Un modo peculiar de pensar, un modo mediante el cual el pensar llega a ser conocer, y
precisamente conocimiento concipiente (Hegel, 1997: 100) es una de las tesis esenciales
de la filosofía hegeliana.
La filosofía de Hegel recibe el nombre de «idealismo absoluto» y se caracteriza por ser
una reflexión sobre la realidad globalmente considerada, a la que da el nombre de
absoluto, entendida como idea, naturaleza y espíritu, que se desarrolla en el tiempo en
un proceso que denomina «dialéctico». De la dialéctica debe decirse que describe tanto
el modo de pensar como el de ser, porque, para Hegel, no existe el ser por un lado y el
pensar por otro: concepto y realidad son lo mismo. Esta afirmación, ya hecha por
Parménides, sólo cobra sentido en la perspectiva del idealismo absoluto: el que parte del
supuesto de que sólo el «todo», o la totalidad, tiene sentido y que esta totalidad no es
sino dialéctica, a saber, en cuanto se la concibe que es y no es al mismo tiempo, porque
le es consustancial estar en devenir y existir como proceso, de modo que sólo es
verdaderamente al final, o considerada como resultado. Ninguna de las palabras clave
de la filosofía de Hegel (el todo, lo absoluto, lo real, el devenir, el sujeto, el espíritu, el
sistema y otras) puede entenderse sino en proceso dialéctico: lo que en principio es, o
significa, no es ni significa verdaderamente más que si se transforma en otra cosa que
no es, o si no deviene otra idea u otra cosa; es decir, si no es mediado. Lo inmediato no
es más que universal, abstracto, indeterminado y estático (si es captado por el
entendimiento), o un objeto individual y particular, racionalmente opaco y, en cierto
modo, inerte (si es captado por la sensibilidad); la realidad sólo puede expresarse
mediante un pensamiento que comprenda el auténtico devenir de lo real, en su
movimiento y vida, y abarque la contradicción que posee todo lo vivo; este pensamiento
comprensivo es la reflexión mediada, que percibe lo que es, no como un concepto vacío,
sino como determinado por lo que no es, puesto en relación con el todo. No hay
pensamiento verdadero que no sea dialéctico, esto es, que no asuma y resuelva (niegue y
conserve) las contradicciones que piensa. En esta dialéctica de la identidad y diferencia
se funda todo el sistema de Hegel.
La filosofía de Hegel se desarrolla con plena coherencia desde el momento en que se
admite que «lo verdadero es el todo» y que el todo, lo absoluto, es resultado, esto es,
devenir. A esa primera afirmación se añade otra igualmente fundamental: el todo o lo
absoluto no puede ser sino sujeto, esto es, sustancia espiritual, porque lo que existe en
devenir es idea orientada hacia un fin y esto es ya conciencia o una forma de conciencia,
tanto más que el resultado, el fin, no es sino el comienzo que vuelve sobre sí mismo, y
lo que vuelve sobre sí mismo es espíritu.
IV. Filosofía Posterior a Hegel

1. De Hegel a Marx y Kierkegaard

Primero, podemos entender a Hegel y Kierkegaard como dos figuras fundamentales de


tal forma, que Hegel destaca la reciprocidad, hasta el punto de focalizar aquello que
tiene lugar entre ambos sujetos, mientras Kierkegaard destaca la subjetividad de un
modo que resalta la asimetría de ambas perspectivas – la propia y la del otro. Segundo,
tenemos que recalcar éticamente el entrelazamiento de la autorrelación y la relación con
los demás. Tanto el reconocimiento del otro, entendido como comunicación ética al
otro, así como también la autorrelación con referencia al otro, pueden ser errados.
Tercero, la dimensión normativa tiene que ser determinada más radicalmente que en el
caso de Hegel y también de Kierkegaard, a saber, por medio de la posibilidad negativa,
que muestra, que están en juego tanto la propia identidad, así como el reconocimiento y
la autonomía del otro.
Se trata de una visión profundamente secularizada en la cual lo divino como tal
desaparece completamente, pero en donde, y aquí reside uno de sus rasgos más
singulares e importantes, el proceso histórico sigue siendo comprendido de una manera
que estructuralmente y en cuanto a su mensaje esencial retoma tanto la dialéctica de
Hegel como la matriz histórica cristiana compuesta por el paraíso originario, la caída y
la futura redención. La historia para Marx es, retomando plenamente la visión
historicista de Aristóteles lanzada por Kant, una realización progresiva y dialéctica de
las potencialidades de la humanidad, una larga preparación de una época venidera de
perfección, armonía y reconciliación. Se trata, en suma, de la versión secularizada de la
idea del fin de este mundo y del paso a “otro mundo”, donde al fin la humanidad se ve
liberada de todo aquello que ha marcado negativamente su existencia.
Hegel crea una filosofía de la historia en la que todos los acontecimientos son vistos
desde la perspectiva del Espíritu (o Dios) que se despliega en el tiempo. La historia
universal es la manifestación del proceso del Espíritu, de modo que todo lo que ocurre
forma parte de un plan racional. El verdadero protagonista de la historia es el Espíritu, y
el fin que persigue es la conquista de la conciencia de su libertad. Hegel concreta en tres
etapas el avance o progreso de la historia: la historia de Oriente, la historia de Occidente
y la historia de los pueblos germánicos, que para Hegel representa la culminación de
esta evolución del Espíritu. En este desarrollo del Espíritu a lo largo de toda la historia,
los individuos solo son piezas al servicio de la totalidad. Alejando Magno, Julio Cesar,
Napoleón, con sus pasiones y con sus particulares intereses, son solo el resultado de las
estrategias del Espíritu. Siguiendo sus instintos y pasiones se convierten, sin saberlo, en
instrumentos del plan universal: su actuación estaba determinada por la astucia de la
Razón. Por tanto, “todo lo real es racional y todo lo racional es real”.
Cuando Hegel murió, sus discípulos intentaron perpetuar la obra de su maestro y
emergieron dos interpretaciones opuestas: la derecha y la izquierda hegelianas. La
derecha hegeliana, la interpretación más conservadora y la única aceptada por el
gobierno de Prusia, veía en la situación política del momento una consolidación
definitiva del Espíritu. La izquierda hegeliana, a la que pertenecieron muchos jóvenes
alemanes revolucionarios, no aceptaba ninguna trascendencia en el proceso de
desarrollo histórico y no veía en el momento histórico que se vivía ningún tipo de punto
de llegada, sino una realidad que tenía que ser negada. La universidad de Berlín no
tardó en rechazar la izquierda hegeliana y, a raíz de ello, muchos de sus partidarios
pasaron de la reflexión filosófica a la lucha política. Marx fue un discípulo entusiasta de
la izquierda hegeliana.

Desde el punto de vista formal –observa Fabro– Hegel y Kierkegaard coinciden, pues
ambos sostienen que la libertad constituye la esencia del espíritu humano. Ahora bien,
la diferencia se hace patente a la hora de examinar la determinación que cada uno
expone del sujeto y del fundamento de dicha libertad. En efecto, el pensador danés
declara abiertamente que la metafísica idealista, con Fichte y Schelling incluido, es
inadmisible desde el punto de vista existencial. En este sentido puede decirse que la
obra de Kierkegaard tiene su impulso y desarrollo, en cierta medida, a partir de la
contestación que dirige al idealismo en general y a Hegel en particular con su peculiar
concepción del singular y del cristianismo33.

Para Hegel, en conformidad con lo mencionado en el punto anterior, la libertad señala la


negatividad radical del Concepto (Begriff) que es identidad absoluta de sí consigo
mismo. Según esta determinación, el Concepto se puede abstraer de toda realidad
exterior e inclusive de su propia exterioridad y conservarse afirmativo en la negación
misma de su inmediatez individual.

Tanto la verdad como la libertad son consideradas de esta manera posesión o


pertenencia exclusiva del Concepto Universal, del Espíritu Absoluto que es aquello que
únicamente es consigo y para sí. El singular, empero, es concebido como un simple
elemento accidental o "inesencial" (unwesentliche), cuya individualidad cae fuera de la
verdad y de la libertad.

Esta disolución de la realidad del singular, del existente en el Todo, en el Universal, es


aquello que representa para el pensador danés la mistificación profunda que el ideal.

2. La Fenomenología

Es una corriente filosófica, muy amplia y diversa, por lo que difícilmente valdrá una
sola definición para todas sus vertientes. Sin embargo, es posible caracterizarla como un
movimiento filosófico que llama a resolver todos los problemas filosóficos apelando a
la experiencia intuitiva o evidente.
El estudio fenomenológico es uno de los principales enfoques cualitativos para la
investigación. En este sentido, la fenomenología encuentra sus fundamentos en la
interpretación y comprensión de los fenómenos, desde el estado subjetivo ascendente
del ser mismo. Desde este marco de referencia, la fenomenología presenta varios
pensadores destacados, pero revisitaremos el pensamiento de alguno de estos autores,
ellos son responsables de la creación de sus contenidos esenciales.

3. Bergson
Bergson se propone superar el carácter racional y teleológico con que se ha entendido la
teoría evolutiva. Así pues, intenta realizar esto, examinando la noción de proceso ciego
e irracional en el que la energía vital es derrochada sin fin alguno. De ello deriva su
afirmación de que el hombre tal como existe hoy —al igual que todos los organismos
vivos— es solo el fruto de una de las infinitas posibilidades en las que podía haber
desembocado el proceso evolutivo y no un fin lógico previamente planificado por la
naturaleza, pues esta, ni es racional ni actúa regida por patrones. Este proceder
irracional, afirma el autor, estará marcado por el desinterés, por el cual el élan vital —
principio metafísico que recuerda de alguna manera la voluntad de Schopenhauer o la
voluntad de poder de Nietzsche, se manifiesta pródigamente, sin lugar a privilegios.

4. Russell

Russell señalaba que cada descripción definida contiene de hecho una afirmación de
existencia y una afirmación de unicidad, pero que podrían ser tratadas en forma
separada del predicado que es el contenido obvio de la oración en la que aparecen.
Filósofo, especialista en lógica y personalidad pública inglesa. Russell hizo un notable
aporte al desarrollo de la lógica matemática moderna. Desarrolló la lógica de las
relaciones y perfeccionó el lenguaje del simbolismo lógico. A principios del siglo 20,
conjuntamente con Whitehead y en pos de Frege, intentó fundamentar lógicamente las
matemáticas (Logicismo). Se debe a su pluma un gran número de obras dedicadas a los
problemas filosóficos de las ciencias naturales. Russell considera que la filosofía extrae
sus problemas de las ciencias naturales y tiene la misión de analizar y explicar los
principios y conceptos científicos naturales; la esencia de la filosofía es la lógica, el
análisis lógico. Russell es fundador del neorrealismo y el neopositivismo ingleses. En la
solución del problema fundamental de la filosofía, las concepciones de Russell
evolucionaron del idealismo objetivo al subjetivo. Según Russell, el hombre trata con
datos sensoriales. Lo que el hombre siente es un “hecho”. Los hechos no pueden ser
considerados físicos ni psíquicos, son neutrales (“monismo neutral”). A modo de ver de
Russell, lo que se confirma empíricamente no debe ser referido a la esfera de la física
pura, sino a la conjugación de la física con la psicología, considerando esta última como
parte integrante esencial de toda ciencia empírica. Russell rechazaba la teoría
materialista del reflejo. Era adversario de la religión y defendía las convicciones ateas.
Siendo un luchador activo contra el fascismo y por la coexistencia pacífica, Russell, en
unión de Einstein, Joliot-Curie y otros científicos, fue iniciador del movimiento de
Pugwash y de los foros internacionales de científicos que se pronuncian por la paz y la
cooperación científica.

5. El Positivismo Lógico

El positivismo lógico se origina como resultado de muchos factores e influencias y tiene


sus antecedentes en el materialismo, el neokantismo y el sensacionismo.
El positivismo lógico representa una escuela filosófica, formada alrededor del Círculo
de Viena, que aglutina las tradiciones del empirismo y del análisis lógico del lenguaje.
En esencia, simboliza una crítica a la mayoría de las tesis filosóficas tradicionales, y de
manera especial a los planteamientos relacionados con la metafísica, la epistemología y
la ética.

6. Moore

La filosofía de Moore, era en esencia una actividad por partida doble. En primer lugar,
implica análisis, es decir, el intento de clarificar las proposiciones enigmáticas, o
conceptos, mediante apuntes de proposiciones menos enigmáticas o conceptos que
debían ser equivalentes, según la lógica, a los originales.
Moore impulsó la filosofía analítica siendo lo más claro posible en sus escritos, usando
un "análisis conceptual" y lanzando un ataque al idealismo, pensamiento dominante en
la mayoría de universidades, especialmente en Francia y Alemania, representantes de la
filosofía continental. Moore estaba perplejo, por ejemplo, ante la afirmación de algunos
filósofos de que el tiempo es irreal. Al analizar esta declaración, mantenía que la
proposición el “tiempo es irreal “era por lógica equivalente a “no hay hechos
temporales” (“Leí el artículo ayer” es un ejemplo de un hecho temporal). Una vez
clasificado el sentido de asentar una afirmación que contiene el concepto problemático,
el segundo cometido es determinar si existen o no las razones justificativas para aceptar
esta afirmación. La atención diligente de Moore al análisis conceptual como un medio
de conseguir claridad le situó como uno de los fundadores del énfasis contemporáneo
analítico y lingüístico en la filosofía.

7. Wiitgenstein

Wittgenstein afirma que el mundo es “todo lo que es el caso”, que se enmarca en la


totalidad de los hechos, en todo lo que acontece. Y esos hechos no son necesarios; la
realidad es como es, pero podría ser de otra manera. Pero esa aleatoriedad de lo real no
significa que el mundo carezca de lógica.
Es uno de los creadores de la filosofía analítica. En su “Tratado lógico-filosófico”
(1921), expuso la concepción de lenguaje “lógicamente perfecto” o “ideal”, del que
constituye el prototipo, según él, el lenguaje de la lógica matemática.
El pensamiento es lenguaje. El transcurso del tiempo ha ido acrecentando la leyenda de
Ludwig Wittgenstein, un pensador heterodoxo que resulta de imposible clasificación
porque hay en su filosofía un análisis lógico del lenguaje que se combina con una cierta
mística que se expresa en sus diarios.
Wittgenstein explica allí que el error de la metafísica consiste en creer que existe algo
así como una '"visión profunda de la esencia" que nos proporcionaría "la idea detrás del
todo", el "cuerpo de significación" que erradamente suponemos que acompaña a la
palabra en todos sus usos
CONCLUSIÓN

Para finalizar, señalaremos algunas consecuencias de esta tensión entre memoria e


historia. El recorrido por la superposición entre ambas formas de representar el pasado
deja en claro la imposibilidad de prescindir de algunas de ellas. Ambas son legítimas y
necesarias para conocer el pasado y para desarrollar prácticas sociales en el presente y
en el futuro. Podríamos decir que el problema del pasado reciente como objeto de
reflexión que involucra a la memoria y a la historia pone en evidencia los límites de dos
concepciones de la práctica historiográfica: el modelo postivista y el modelo
narrativista. Pero también cabe señalar que la alternativa propuesta por LaCapra, que se
inscribe en los intentos de sortear dichos límites apelando a conceptos psicoanalíticos,
abre interrogantes sobre algunos supuestos que operan en esta traslación.
Por señalar solamente dos entre otros posibles, cabe preguntar por la pertinencia de
acercar la figura del historiador a la del terapeuta en relación al campo social; también
genera dudas la pertinencia del uso de conceptos propios de una disciplina concebida
para ser aplicada a individuos particulares y llevarlos a la reflexión de una memoria
colectiva. En este punto, es complejo definir el estatuto ontológico de una memoria
compartida, pues la memoria es una facultad de los individuos particulares.
La Historia es una ciencia y una rama particular de la Filosofía o de la ciencia, al igual
que la Filosofía es una ciencia, pero aparte de ser filosofía es más una ciencia que trata
de dar las explicaciones últimas de la realidad con las solas luces de la razón.
Es por esta razón debemos desglosar que la distinción entre la Filosofía e Historia
permite conjugar la unidad, la verdad, la inmutabilidad y la intemporalidad propia del
saber científico o filosófico. Es decir, las primeras propiedades debe recogerlas la
ciencia o la Filosofía pura, mientras que las segundas entran de lleno en el campo en
que tiene que moverse la Historia.
Así que cada rama de la ciencia tiene su propia Historia. Y de las que están ya
constituidas ninguna puede considerarse como conclusa y terminada.
Es decir, en todas cabe una continuación, desarrollo, progreso, ampliación,
enriquecimiento y mayor penetración en extensión y profundidad en la captación del
objeto que le corresponde.
No obstante, una consecuencia interesante que surge de la tensión entre historia y
memoria es la importancia de la categoría de futuro para definir el valor de la práctica
historiográfica y para pensar la memoria como legado. El futuro genera el desafío de
pensar el pasado en el presente, de articular las expectativas con las 71 experiencias
disponibles. Por esta razón el pasado reciente reviste un interés permanente, pues obliga
a pensar e investigar los aportes y superposiciones entre ambas formas de
representación del pasado, la historia y la memoria

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