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La salud física no basta para que una persona se sienta bien de manera integral,

también requiere de la salud espiritual. Esta última hace referencia a nuestro yo interior
y cómo se proyecta a los seres que nos rodean, a las demás personas de nuestra
comunidad y, principalmente, a nuestra relación con Dios.

Está demostrado que ayuda a mantener el cuerpo sano y combinada con una buena
alimentación mejora la calidad de vida y el bienestar individual. Pero a su vez trae
consigo otros beneficios a nivel psicológico, neurológico y espiritual, como lo avalan
varios especialistas en distintas áreas médicas.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la inactividad física es el cuarto


factor de riesgo más importante de mortalidad para las personas. Sus estudios indican
que la falta de ejercicios es la principal causa de aproximadamente 25% de los casos de
cáncer en el colon y mama, 27% de diabetes y 30% de cardiopatía isquémica.

Ricardo Javornik embajador de la cadena Gold´s Gym Venezuela, indicó que la


actividad física es útil en el campo de la medicina preventiva al sacar a las personas del
sedentarismo. “Se ha demostrado que 30 minutos diarios de ejercicio de intensidad
moderada, producen efectos benéficos sobre el sistema cardiovascular, pulmonar,
muscular, digestivo, cerebral y metabólico”.

Por su parte el neurólogo Ciro Gaona y aliado de Gold´s Gym, sostuvo que hay
evidencia científica que asocia el ejercicio con tener un mejor cerebro. “Cada vez que
hacemos una actividad física se activan los circuitos de las neuronas, facilita la
liberación de sustancias que tienen funciones neurotróficas, es decir, sirven como
abono para facilitar el cuidado, formación y comunicación (sinapsis) de esas células del
sistema nervioso”.

Gaona quien es también director médico de la Fundación Alzheimer Venezuela añadió


que la actividad física disminuye el riesgo de desarrollar trastornos cognitivos y
enfermedades neurodegenerativas. En caso de que ya se tenga el diagnóstico, puede
disminuir la velocidad de progresión de la patología.

El neurólogo aseveró que el ejercicio físico colabora también en el equilibrio de los


neurotransmisores, lo que facilita la motivación, atención, memoria, aprendizaje y
promueven condiciones para tomar mejores decisiones y ser creativos. “Es
extraordinario para cuidar ese precioso milagro que es nuestro cerebro, ese órgano
físico y espiritual que marca nuestra vida y la de todos en nuestro entorno”, señaló.

A su vez la psicóloga María Garassini indicó que la actividad física y el bienestar


psicológico tienen una relación muy importante para lograr salud y bienestar. “Realizar
actividades y ejercitación física producen endorfinas que cuidan el sistema
inmunológico y permiten tener más energía y sentimientos positivos de orgullo,
satisfacción, alegría hacía uno mismo y buena disposición para el relacionamiento con
los demás”.

¿Cuál es la importancia de la salud espiritual?


La espiritualidad puede aportar ciertos recursos internos y puede darnos fuerzas,
creatividad, humanidad o sentido a la vida. Algo que puede ser
muy importante en las situaciones difíciles que se nos presentan, aportándonos
elementos que permitan superarlas o afrontarlas mejor.

¿Como la salud espiritual repercute en la salud física?

En resumen, la investigación muestra que el nivel de religiosidad o vida


espiritual está directamente relacionado con la salud y la recuperación en
general. La vida de fe parece ciertamente poder ayudar a disminuir el estrés y la
depresión, así como a la recuperación de enfermedades físicas.

La salud física no basta para que una persona se sienta bien de manera
integral, también requiere de la salud espiritual. Esta última hace referencia a
nuestro yo interior y cómo se proyecta a los seres que nos rodean, a las demás
personas de nuestra comunidad y, principalmente, a nuestra relación con Dios.
La salud es mucho más que la ausencia de enfermedades. De hecho, la verdadera salud llega
cuando somos capaces de crear armonía entre todos nuestros cuerpos. Sin embargo,
llevar a cabo un reajuste de nuestros hábitos puede parecer un poco abrumador. Para hacer
tu camino más sencillo, te ayudamos a reconocer cuáles son los primeros pasos para
encontrar un balance en tu salud física, emocional y espiritual.

CÓMO MEJORAR EL CUERPO FÍSICO


 Mantén tu cuerpo despierto y en movimiento. En la medida de tus posibilidades, practica un
deporte de tu gusto.
 Fortalece y alarga tus músculos y articulaciones, y desarrolla el equilibrio, pues estas
prácticas servirán como ejemplo para tus otros cuerpos.
 Descansa tras un esfuerzo y duerme las horas suficientes.
 Mantente limpio. Para ello exfolia tu piel y recurre a alternativas más saludables con tu
cuerpo y el medioambiente.
 Aléjate de toxinas como el alcohol, el tabaco y otras drogas. Así mismo, reduce el consumo
de carne y, si puedes, escoge opciones sostenibles.
 Dedica tiempo a la cocina para preparar platos equilibrados y frescos. Evita los
precocinados, los procesados, el azúcar y la bollería.
 Recibe masajes con regularidad. Y es que nuestro cuerpo nos ofrece la posibilidad de
experimentar numerosos eventos, por lo que nuestros músculos y articulaciones pueden verse
resentidos.
 Acude al médico cuando sea necesario.

Salud espiritual
Si el cuerpo físico es aquel que nos permite vivir esta experiencia humana, el cuerpo
espiritual es aquel del que emana la energía. La conexión del alma con La Fuente es
intrínseca. Sin embargo, es necesario realizar una práctica consciente y diaria para mantener
abierta la conexión. De hecho, algunas personas encuentran este vínculo con la divinidad en
la religión, en tanto que otras lo hacen a través de la espiritualidad, la energía cuántica o,
incluso, el arte. El detalle más importante es mantenerse receptivo a la información que
procede de La Fuente, para lo que es necesario desarrollar la intuición y la escucha
interior. De este modo, encontraremos con mayor precisión una consonancia entre salud
física, emocional y espiritual.

CÓMO MEJORAR EL CUERPO ESPIRITUAL


 Practica el mindfulness. A través de esta técnica meditativa podrás estar presente en cada
instante, disfrutando de cada momento y experimentando la situación por completo.
 Medita cada día o reza.
 Investiga sobre distintas filosofías o religiones para obtener una perspectiva más amplia
acerca de la espiritualidad.
 Si temes la soledad, asiste a un retiro para profundizar en ti mismo. En cambio, si tienes
tendencia a evitar a la gente por rechazo o miedo, relaciónate con algo más de intimidad.
 Comprende que cada uno de nosotros sigue su propio camino.
 Analiza tus creencias, pues en ocasiones nuestra experiencia de vida se ve limitada por
ideas que ya quedaron obsoletas.

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