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también requiere de la salud espiritual. Esta última hace referencia a nuestro yo interior
y cómo se proyecta a los seres que nos rodean, a las demás personas de nuestra
comunidad y, principalmente, a nuestra relación con Dios.
Está demostrado que ayuda a mantener el cuerpo sano y combinada con una buena
alimentación mejora la calidad de vida y el bienestar individual. Pero a su vez trae
consigo otros beneficios a nivel psicológico, neurológico y espiritual, como lo avalan
varios especialistas en distintas áreas médicas.
Por su parte el neurólogo Ciro Gaona y aliado de Gold´s Gym, sostuvo que hay
evidencia científica que asocia el ejercicio con tener un mejor cerebro. “Cada vez que
hacemos una actividad física se activan los circuitos de las neuronas, facilita la
liberación de sustancias que tienen funciones neurotróficas, es decir, sirven como
abono para facilitar el cuidado, formación y comunicación (sinapsis) de esas células del
sistema nervioso”.
La salud física no basta para que una persona se sienta bien de manera
integral, también requiere de la salud espiritual. Esta última hace referencia a
nuestro yo interior y cómo se proyecta a los seres que nos rodean, a las demás
personas de nuestra comunidad y, principalmente, a nuestra relación con Dios.
La salud es mucho más que la ausencia de enfermedades. De hecho, la verdadera salud llega
cuando somos capaces de crear armonía entre todos nuestros cuerpos. Sin embargo,
llevar a cabo un reajuste de nuestros hábitos puede parecer un poco abrumador. Para hacer
tu camino más sencillo, te ayudamos a reconocer cuáles son los primeros pasos para
encontrar un balance en tu salud física, emocional y espiritual.
Salud espiritual
Si el cuerpo físico es aquel que nos permite vivir esta experiencia humana, el cuerpo
espiritual es aquel del que emana la energía. La conexión del alma con La Fuente es
intrínseca. Sin embargo, es necesario realizar una práctica consciente y diaria para mantener
abierta la conexión. De hecho, algunas personas encuentran este vínculo con la divinidad en
la religión, en tanto que otras lo hacen a través de la espiritualidad, la energía cuántica o,
incluso, el arte. El detalle más importante es mantenerse receptivo a la información que
procede de La Fuente, para lo que es necesario desarrollar la intuición y la escucha
interior. De este modo, encontraremos con mayor precisión una consonancia entre salud
física, emocional y espiritual.