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ambientes educativos
INTRODUCCIÓN
Los contenidos de aprendizaje de carácter cognitivo han sido predominantes en las
últimas décadas en el currículo escolar; sin embargo, la dimensión emocional ha estado
frecuentemente olvidada y no ha sido objeto del proceso de enseñanza/aprendizaje reglado
como lo han sido áreas tan clásicas como el Lenguaje, las Matemáticas o las Ciencias
de la Naturaleza, por citar un ejemplo. Educar las emociones, gestionarlas, afrontar
situaciones difíciles de la vida, solucionar conflictos interpersonales adecuadamente,
mostrarse socialmente competente, aprender a ser más feliz, son ejemplos de contenidos de
aprendizaje de los que la escuela no se ha encargado sistemáticamente de programarlos en
los currículos de sus etapas educativas. Ha sido en los cinco u ocho años últimos cuando se
ha suscitado la necesidad de afrontar una realidad escolar del comportamiento de nuestros
alumnos caracterizada por una ausencia notable de control emocional en los casos de
conflictividad y agresividad, un lenguaje carente de comunicación emocional efectiva y
eficaz, ausencia de actitudes empáticas y escasa o nula tolerancia a las frustraciones de la
vida diaria, entre otros muchos problemas cotidianos de los estudiantes. Estos problemas
están originados por una serie de factores de riesgo muy variados y gran cantidad de
ellos se encuentran fuera de las aulas, por lo que escapan al control de los docentes (p. ej.
pobreza extrema, familia con conductas antisociales o consumo de drogas, maltrato y abuso
físico, entornos sociales deprimidos, entre otros) (Extremera y Fernández Berrocal, 2001).
Ante tal estado de la cuestión, desarrollar la Inteligencia Emocional de los alumnos
se ha revelado como un campo muy prometedor para prevenir la conflictividad actual
en los centros educativos (Mayer y Cobb, 2000). La escuela debe plantearse enseñar a sus
3.3. Actividades
Las actividades se adecuarán a cada nivel educativo y a cada una de las competencias
emocionales. El número de actividades puede ser muy extenso. En las líneas que siguen
pueden verse tan solo una muestra de ellas referidas a la gestión de la ansiedad. Pueden
verse más actividades en los programas específicos de Inteligencia Emocional reseñados
en la bibliografía.
Controlar la ansiedad.
La ansiedad es un estado de activación psicofisiológica que provoca malestar
personal e impide el aprendizaje de los alumnos. Cuando un alumno está nervioso no
posee el control de sus pensamientos y conductas. El exceso de activación motora, unido
a la preocupación excesiva (cognitiva), da lugar al estado de ansiedad, que aunque no es
considerado una emoción per se, sí constituye un estado de ánimo que dificulta y
distorsiona el normal desenvolvimiento de los niños en la escuela.
La habilidad de controlar la ansiedad consiste en conseguir un estado de relajación
corporal, ya que uno de los principales componentes de ella es la tensión de los músculos
ComPeteNCIaS SoCIoemoCIoNaLeS
ComPeteNCIaS Para La VIda
EL APRENDIZAJE COOPERATIVO.
3. Práctica oportuna
En esta fase deben aplicarse a la vida real los aprendizajes de las fases anteriores.
Las diferentes situaciones de interacción social en el aula serán el escenario natural en
el que el profesor se mostrará vigilante para propiciar en entendimiento cuando existan
discrepancias entre los alumnos y fomente la comprensión de las diferentes opiniones,
pensamientos y sentimientos. Son las situaciones naturales de relación interpersonal en
las que deberá mostrarse el aprendizaje empático.
I. AUTOCONOCIMIENTO EMOCIONAL
1. Cuando estás muy enfadado/a, ¿qué sientes?
2. ¿Qué diferencia existe entre enfadado y molesto?
3. ¿Es lo mismo estar furioso que irritado?
4. La expresión: “Siento rabia” significa que …
5. ¿Estás resentido/a con alguien? ¿Por qué?
6. ¿Te consideras una persona hostil? ¿Por qué?
V. REGULACIÓN EMOCIONAL
1. ¿Cómo podrías controlar tu rabia para sentirte mejor?
2. Cuando estás muy furioso/a, una manera de sentirte mejor podría
ser: calmarte y poder hablar del problema con tu compañero.
3. Cuando te sientes molesto/a por los comentarios de alguien, lo
mejor para que tú te sientas bien y solucionar el problema podría
ser…
INTRODUCCIÓN
En los últimos años, después de la divulgación y popularización de la expresión
Inteligencia Emocional (IE) por parte de Daniel Goleman (1995), se está produciendo una
notable producción literaria en torno a una nueva manera de concebir la inteligencia
que se necesita para ser feliz en la vida, habida cuenta que la inteligencia académica, la
del factor “g”, la abstracta no es un predictor de ajuste personal ni refleja la capacidad
para aprender de la experiencia y adaptarse al medio (Stenberg, 1997). Sin embargo, tan
ingente desarrollo conceptual del constructo IE, lejos de unificar las bases teóricas están
diversificándose hasta tal punto, que se han propuesto diferentes modelos explicativos.
Tal es el caso del modelo de procesamiento emocional de la información de Salovey y
Mayer (1997); Salovey, Mayer y Caruso (2000) autores primigenios del constructo. O los
llamados modelos mixtos de Goleman (1995) y Bar-On (1997) que se centran en rasgos
comportamentales estables y variables de personalidad como son la empatía, la asertividad,
la motivación, el manejo del estrés, habilidades sociales, entre otros.
Otros modelos los encontramos en la producción literaria denominada “Libros de
autoayuda” en la que predomina, fundamentalmente, una amplia miscelánea de habilidades
sociales y emocionales, de comportamientos generales, de rasgos de personalidad o de
estados psicofisiológicos como la ansiedad, el estrés y otros constructos de mayor nivel como
la autoestima, el autoconcepto, el autocontrol, etc. (Extremera y Fernández-Berrocal, 2001).
Por otra parte, e independientemente por el modelo de IE por el que se opte, existen
poderosas razones por las que deben desarrollarse programas de alfabetización emocional
en la escuela, entre ellas, el elevado grado de conflictividad que caracterizan a los centros
2.1. Justificación.
En la que se expongan los motivos por los cuales la escuela pretende desarrollar un
programa de IE. Las razones generales han quedado ya expuestas en el apartado anterior.
Además de las razones justificativas generales sobre el afrontamiento de la conflictividad
y el facilitar al alumnado estrategias de desarrollo emocional, deben detectarse las
necesidades específicas que tiene planteadas el propio centro escolar con respecto a
qué tipo conflictos presenta y qué tipo de carencias emocionales y sociales son las que
caracterizan al alumnado, habida cuenta de las diferentes modalidades de conflictividad
existentes, tales como el maltrato entre iguales, disruptividad, indisciplina, delincuencia,
el absentismo, los trastornos de conducta, etc.
2.7. La evaluación
La aplicación de un programa de IE necesita también la evaluación. No solamente
de la eficacia conseguida en forma de mejoras en los alumnos de un cociente emocional
que hayamos medido, sino también de otros aspectos eminentemente pedagógicos (Pérez
Juste, 1992) tales como:
a) El programa en sí mismo.
Teniendo en cuenta las siguientes dimensiones:
- Calidad intrínseca (técnica) del programa.
- Adecuación a los destinatarios.
b) El programa en su desarrollo.
Teniendo en cuenta:
- Las actividades.
Módulos y contenidos:
Módulo 1. Mejorar el clima de clase.
1. Comunicación y conocimiento interpersonal.
2. La clase como grupo humano en desarrollo.
3. Autogestión en la marcha de la clase.
Objetivos:
1. Favorecer el conocimiento recíproco y las amistades.
2. Fomentar el sentimiento de pertenencia a grupos. Responsabilidad social.
3. Establecimiento de normas de grupo. Autonomía y autogestión.
Procedimientos:
1. Juegos de comunicación y expresión emocional.
II. Objetivo.
El programa SICLE (Siendo Inteligentes Con Las Emociones) tiene como objetivo
principal el enseñar a los alumnos habilidades emocionales, que les permitan enfrentarse
a las dificultades de la vida diaria que se dan en el ámbito escolar.
II. Contenidos.
a) ¿Qué significa crecer?
b) Cambios propios de la adolescencia: físicos, psíquicos y sociales.
c) Dinámica del grupo familiar, lugar del adolescente, lugar de cada uno de los
miembros. Conflictos y contradicciones.
d) Roles masculinos y femeninos. Ser chico y ser chica en el siglo XXI.
e) Relaciones interpersonales, amistad, estilos de relación, el amor.
f) La sexualidad, el deseo, las necesidades.
g) Identificación de emociones. Miedo, ansiedad, amor, odio.
h) El autoconcepto: el cuerpo y la preocupación por la imagen. ¿Cómo me ven
los demás?
i) Representación de uno mismo. ¿Quién soy? ¿Qué quiero? ¿De qué soy capaz?
j) Proyecto de vida.
k) Hábitos de vida saludables.
II. Contenidos.
1. Los siete magníficos. La diversidad y la formación del grupo de trabajo y
aprendizaje.
2. ¡Mójate por tu futuro! La toma de decisiones.
3. Clases de emociones.
3.1. Clasificación de las emociones.
3.2. Intensidad, especificidad y polaridad.
3.3. Emociones positivas y negativas.
3.4.1. Ira.
3.4.2. Miedo.
3.4.3. Ansiedad.
3.4.4. Tristeza.
3.4.5. Vergüenza.
3.4.6. Aversión.
3.4.7. Alegría.
3.4.8. Humor.
3.4.9. Amor.
3.4.10. Felicidad.
3.4.11. Emociones ambiguas.
3.4.12. Emociones estéticas.
4. Conciencia emocional.
4.1. Conocer las propias emociones.
4.1.1. Autoobservación y reconocimiento de las emociones.
4.1.2. Reconocer la diferencia entre pensamientos, acciones y emociones.
4.1.3. Comprensión de las causas y consecuencias de las emociones.
4.1.4. Evaluación de la intensidad de las emociones.
5. Control emocional.
5.1. Manejar emociones.
5.2. Prevenir los efectos nocivos de las emociones negativas.
5.3. Desarrollar las emociones positivas.
5.4. Tolerancia a la frustarción.
5.5. Autocontrol de la impulsividad.
5.6. Manejo de la ira y del comportamiento agresivo.
5.7. Retrasar gratificaciones.
5.8. Emociones y consumo de drogas.
5.9. Resiliencia.
5.10. Habilidades de afrontamiento.
5.11. Automotivarse emocionalmente.
5.12. Adoptar una actitud positiva ante la vida.
8. Autoestima.
8.1. Autoconcepto, autoestima y autoconfianza.
8.2. Autoaceptación.
8.3. Desarrollo de expectativas realistas sobre sí mismo.
I. Objetivos.
1. Tratar de adquirir las habilidades sociales más básicas que nos permiten
relacionarnos de manera asertiva con nosotros mismos y con los que nos rodean.
2. Tratar de adquirir las habilidades emocionales que nos posibiliten reconocer
nuestros sentimientos y emociones para poder controlarlos después.
3. Tratar de adquirir las habilidades emocionales que nos permitan reconocer
sentimientos y emociones en los demás en beneficio de nuestras relaciones
con ellos.
4. Manejar el estrés.
a) Aprender el valor de ejercicios tales como la inteligencia guiada y los métodos
de relajación.
5. Empatía.
a) Comprender los sentimientos y las preocupaciones de los demás y asumir su
perspectiva.
b) Darse cuenta de las diferentes formas en que la gente siente las cosas.
7. Apertura.
a) Valorar la apertura y la confianza en las relaciones.
b) Reconocer cuándo puede uno arriesgarse a hablar de los sentimientos más
profundos.
8. Intuición.
a) Identificar pautas en su vida y en sus reacciones emocionales.
b) Reconocer pautas similares en los demás.
9. Autoaceptación.
a) Sentirse bien consigo mismo y considerarse desde una perspectiva positiva.
b) Reconocer sus propias fortalezas y debilidades.
c) Ser capaz de reírse de sí mismo.
11. Asertividad.
a) Afirmar sus intereses y sentimientos sin ira ni pasividad.
RESUMEN
Como puede verse, en la actualidad se dispone de numerosos programas para
el desarrollo de la Inteligencia Emocional. Estos programas están fundamentados en
diferentes modelos de la IE. Algunos de ellos proceden de la educación socioafectiva,
otros de las habilidades sociales y otros del entrenamiento en la resolución de conflictos.
Los más recientes se han gestado a la luz de las aportaciones realizadas por autores
como Goleman, Salovey y Mayer, y Bar-On, entre otros, sobre el constructo de IE. Todos
ellos, independientemente del modelo teórico que los inspire (modelo de habilidades
emocionales de procesamiento de la información versus modelos mixtos –incluyendo
rasgos de personalidad-) poseen sobradas cualidades pedagógicas para ser aplicadas en
la escuela. Cada centro escolar debe optar por aquél que mejor satisfaga las necesidades
educativas que tienen planteadas sus alumnos. Para ello es necesario haber realizado una
evaluación general previa sobre la conflictividad general del centro y sobre las características
individuales de los alumnos.