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Gracia Elena Pusey Bowie grupo 9 Secuencia didáctica y proyecto pedagógico

Formulación del problema o necesidad

La dificultad en el manejo de emociones en los niños y de las niñas del grado 2° A,


de la institución Educativa Eustorgio Salgar, ubicado en zona rural corregimiento de Salgar,
municipio de Puerto Colombia, Departamento del Atlántico; es un fenómeno que se ha
venido presentando y evidenciando cada vez más en el comienzo del nuevo año escolar;
estos estudiantes a través de su comportamiento y actitudes muestran dificultades para
resolver de manera asertiva sus emociones frente a situaciones generadores de conflicto al
interior del aula de clases y durante las horas de recreación, lo que repercute en las relaciones
adecuadas con sus pares, a la vez afectan otras esferas del funcionamiento y sus contextos
más inmediatos como la familia.

El gestionar las emociones es una habilidad que debe desarrollarse desde tempranas
edades a través del proceso de maduración emocional que se obtiene por medio del
acompañamiento por parte de los padres y/o cuidadores principales; quienes son en primera
instancia agentes socializadores cuyo papel es brindar seguridad y bienestar al niño o niña
desde el primer momento de la vida, encargados además de favorecer un ambiente adecuado
para la adaptación, exploración y dominio del mundo que le rodea.

La familia según lo expresa Jadue (2003)

Es el mejor lugar para que el niño se sienta querido. Los apegos que los niños
desarrollan con sus padres y hermanos generalmente duran toda la vida y sirven como
modelos para relacionarse con los compañeros de curso, con sus profesores y otras personas
con las que tomarán contacto a lo largo de su desarrollo. También dentro de la familia el ser
humano experimenta sus primeros conflictos sociales. El tipo de disciplina que ejercen los
padres, sus relaciones interpersonales, las discusiones familiares entre hermanos, etc,
proporcionan al niño importantes lecciones de conformidad, de cooperación, de competencia
y de oportunidades para aprender como influir en la conducta de los demás (pp.118-119).

Sin embargo, lograr un acompañamiento o compromiso de las familias no es una tarea


fácil, muchas veces por las ausencias de padres debido a sus trabajos, o el abandono, las
pautas de crianza inadecuadas relacionadas con familias extensas en espacios reducidos,
familias migrantes o desplazadas en condiciones socioeconómicas precarias donde al interior
de estas se presentan situaciones de violencia intrafamiliar, negligencia y abuso sexual
muchas veces permitidas en el contexto familiar y social, situaciones que afectan el desarrollo
emocional de los niños y las niñas.

Es por esto que se hace imprescindible brindar espacios desde la comunidad educativa
orientado a desarrollar en los estudiantes de grado 2°A de la Institución Educativa
competencias emocionales a través de la educación emocional, que les permitan reconocer,
regular y expresar sus emociones de manera asertiva, no se trata solo de realizar actividades
aisladas, sin una coherencia y un objetivo claro, es necesario un abordaje efectivo e
integrado de actividades articuladas entre sí con un propósito común de mejorar la confianza
y seguridad en sí mismo, la empatía y el trabajo colaborativo hacia su desarrollo integral.

En la Institución Educativa Eustorgio Salgar, no se aleja de la realidad del sistema


educativo donde ha prevalecido la educación tradicional en basada en la adquisición de
conocimientos. Posterior a la Pandemia el PTA da inicio al programa “Emociones para la
vida”, con la capacitación docentes, para posterior aplicación a los estudiantes. Este
programa no logra cubrir las necesidades de formación e impacto que se requiere para
desarrollar en los niños competencias emocionales propias de las necesidades de la
comunidad educativa.

A este respecto Bisquerra (2003) afirma que:


La educación emocional adopta un enfoque de ciclo vital, por lo que es preciso que
forme parte del currículo académico a lo largo de todas las etapas educativas, desde la
educación infantil hasta la edad adulta y se extienda a la formación permanente
durante toda la vida. La educación emocional es una forma de prevención primaria
inespecífica que pretende minimizar la vulnerabilidad de la persona a determinadas
disfunciones, o prevenir su ocurrencia. (p. )

Se hace necesario complementar la estrategia de PTA, con un programa que permita


que los y las estudiantes desarrollen competencias socioemocionales propias de la edad y las
necesidades del contexto
¿Cómo desarrollar emociones asertivas en los (as) estudiantes de grado 2° en el área
de educación artística de la Institución Educativa Eustorgio Salgar ubicado en el
corregimiento de salgar, municipio de Puerto Colombia en de departamento del Atlántico
Atlántico?

Referentes conceptuales

¿Qué son las emociones?

Definir las emociones no ha sido una tarea fácil, lo que si está claro es que las
emociones son esenciales en la vida de las personas. Como seres humanos y en la interacción
con otros se experimentan una serie de respuestas emocionales a las situaciones de la vida
cotidiana, pero muy pocas veces hay conciencia de ellas y como éstas influyen en el
pensamiento, las creencias, el comportamiento y las actitudes; estas también tienen influencia
en las decisiones que se toman, por lo cual requieren de ser orientadas. En referencia a este
tema Bisquerra (2003) conceptualiza la emoción “un estado complejo del organismo
caracterizado por una excitación o perturbación que predispone a una respuesta organizada.
Las emociones se generan como respuesta a un acontecimiento externo o interno”. (p. 12).

Coleman (1995) expresa que “Todas las emociones son impulsos para actuar, planes
instantáneos para enfrentarnos a la vida que la evolución nos ha inculcado. Impulsos
arraigados que nos llevan a actuar”.

Hay gran variedad de emociones, por eso es importante saber reconocerlas para poder
gestionarlas y controlarlas, pues cada persona, experimenta una emoción de manera distinta,
en función de sus experiencias previas y aprendizaje.

Bisquerra (2000) clasifica las emociones desde la psicopedagógica, pensada para ser
utilizada en la educación emocional, asignando el calificativo de negativas, positivas o
ambiguas, basándose en el grado en que las emociones afectan al comportamiento quien
clasifica las emociones, las cuales reúne en familias:

1. Positivas: alegría, amor y felicidad


2. Negativas: miedo, ira, tristeza, asco y ansiedad
3. Ambiguas: sorpresa, compasión y esperanza
4. Sociales: vergüenza, timidez, celos, culpabilidad y envidia…
5. Estéticas: las que se experimentan ante las obras de arte y la belleza.
Estos autores identifican las emociones básicas y sus correspondientes familias

Educación emocional

Nos enfrentamos a una sociedad de cambios sustanciales, relacionados con el


fenómeno de la globalización, de un gran desarrollo científico y tecnológico, lo cual exige del
sistema educativo asuma retos que estos cambios significan, dejando atrás viejos paradigmas
alejados de la realidad actual. La educación como la conocemos, prevalece más la enseñanza
conocimientos o contenidos, hace énfasis en la cognición y enajena dimensiones
fundamentales del ser como lo son la dimensión socioafectiva y emocional; la educación
debe propender por el desarrollo integral de la persona desde todas sus dimensiones.
Educar las emociones está orientado al desarrollo de competencias emocionales con el
propósito de lograr un mayor bienestar personal y social, a este respecto Bisquerra (2005)
expone: “Concebimos la educación emocional como un proceso educativo, continuo y
permanente, que pretende potenciar el desarrollo de las competencias emocionales como
elemento esencial del desarrollo integral de la persona, con objeto de capacitarle para la
vida”. (p. 96).
Esto quiere decir que la educación emocional pretende satisfacer aquellas necesidades
emocionales y sociales que la educación formal no logra satisfacer de manera adecuada.
Es a partir de la creencia de que la educación debe preparar para la vida, en los últimos años
se habla de la importancia de promover, difundir y desarrollar la educación emocional como
innovación psicopedagógica que pretende dar respuesta a unas necesidades socioemocionales
que hasta ahora no han sido suficientemente pensadas. como lo refiere Bisquerra (2003): “La
educación emocional es una innovación educativa que se justifica en las necesidades sociales.
La finalidad es el desarrollo de competencias emocionales que contribuyan a un mejor
bienestar personal y social” (p.8).

Según la Unesco (2015) a través del informe Replantear la educación:


Es necesario un planteamiento holístico de la educación y del aprendizaje que supere
las dicotomías tradicionales entre los aspectos cognitivos, emocionales y éticos.
Aumenta el reconocimiento de que superar la dicotomía entre las formas
cognoscitivas y otras formas de aprendizaje es esencial para la educación, incluso
entre los que se centran en la medición del rendimiento del aprendizaje en la
enseñanza escolar. Se han propuesto recientemente marcos más holísticos de
evaluación que desbordan los ámbitos tradicionales de la enseñanza académica y
abarcan, por ejemplo, el aprendizaje social y emocional o la cultura y las artes. (p
39).

Teniendo en cuenta lo mencionado anteriormente, se puede concluir que la educación


emocional busca complementar el desarrollo cognitivo con habilidades emocionales para
formar seres humanos íntegros que se desarrollen para ser su mejor versión e individuos
competentes para convivir en una sociedad. Dado que, no es muy común que se considere la
educación de las emociones en la escuela ya que a lo largo del tiempo la educación
tradicional se ha enfocado en educar la cognición.

De acuerdo con Bisquerra (2003) “Las competencias socioemocionales se definen


como el conjunto de conocimientos, capacidades, habilidades y actitudes necesarias para
comprender, expresar y regular de forma apropiada los fenómenos emocionales” (p. Formar
en competencias socioemocionales hace parte de la educación para la ciudadanía y, por lo
tanto, es consistente con las competencias ciudadanas, haciendo a los niños, alas las niñas y
los jóvenes responsables con sus propias vidas, orientados a metas construyendo relaciones
sanas con otros, es la base para que entiendan el compromiso que tienen como ciudadanos de
construir junto a los demás un orden social un orden social caracterizado por la convivencia
pacífica, la participación democrática y el respeto a la diversidad.

A este respecto Soler (2016) expresa:


la educación emocional se convierte en un componente fundamental de aprendizaje en
el aula, que lleva a desarrollar estrategias comportamentales, de valores y habilidades
sociales, así como técnicas de autocontrol que ayudan a los alumnos a convivir
satisfactoriamente con ellos mismos y con los demás. En este sentido, es necesario
apostar por una educación que tenga en cuenta estos aspectos, en beneficio de
nuestros alumnos y de nuestra sociedad. Para ello, todos debemos implicarnos, desde
la tutoría y en coordinación con los departamentos de orientación, y desde la propia
aula como docentes, para avanzar en un modelo de intervención en el que la
formación de la persona ayude a alcanzar respuestas emocionales reguladas, con una
adecuada tolerancia a la frustración, que lleven al alumno a ser feliz y a elevar su
autoestima y su satisfacción personal. (pp. 48-49).

Las emociones se convierten en un componente central del aprendizaje en el aula, lo


que lleva al desarrollo de estrategias de comportamiento, valores y habilidades sociales, así
como técnicas de autogestión para ayudar a los estudiantes a estar satisfechos consigo
mismos y con los demás.
En este sentido, existe la necesidad de enfocarnos en una educación que tome en
cuenta estos aspectos, en beneficio de nuestros estudiantes y de nuestra sociedad. Para ello, es
necesario que todos seamos participes, desde la docencia y la colaboración con responsables
docentes, hasta la propia aula como docentes, para avanzar hacia un modelo de intervención
en el que el aprendizaje de la práctica humana ayude a conseguir respuestas emocionales
reguladas, con una adecuada tolerancia a la frustración, lo que redunda en la felicidad del
alumno y en el aumento de la autoestima y satisfacción personal.

Referencias

Vivas García, M., (2003). La educación emocional: conceptos fundamentales. Sapiens.


Revista Universitaria de Investigación, 4(2), 0.

BISQUERRA ALZINA, R., (2005). La educación emocional en la formación del


profesorado. Revista Interuniversitaria de Formación del Profesorado, 19(3), 95-114.

Bisquerra Alzina, R. (2003). Educación emocional y competencias básicas para la vida.


Revista de Investigación Educativa, 21(1), 7–43. Recuperado a partir de
https://revistas.um.es/rie/article/view/99071

Bisquerra Alzina, R. (2003). Educación emocional y competencias básicas para la vida.


Revista de Investigación Educativa, 21(1), 7–43. Recuperado a partir de
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Pérez, N., & Filella, G. (2019). Educación emocional para el desarrollo de competencias
emocionales en niños y adolescentes. Praxis & Saber, 10(24), 23-44.
https://doi.org/10.19053/22160159.v10.n25.2019.8941

Henao López G., & y García Vesga, M (2009). “Interacción familiar y desarrollo emocional
en niños y niñas” Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez y Juventud

Jadue J., G., (2003). TRANSFORMACIONES FAMILIARES EN CHILE: RIESGO


CRECIENTE PARA EL DESARROLLO EMOCIONAL, PSICOSOCIAL Y LA
EDUCACION DE LOS HIJOS. Estudios Pedagógicos, (29), 115-126.

Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez y Juventud,


Manizales, Doctorado en Ciencias Sociales, Niñez y Juventud del
Centro de Estudios Avanzados en Niñez y Juventud de la Universidad
de Manizales y el Cinde, vol. 7, núm. 2, (julio-diciembre), 2009, pp.
785-802.
EL PAPEL DE LA FAMILIA EN EL APRENDIZAJE COMPARTIDO DE LA
REGULACIÓN EMOCIONAL COMO BIENESTAR SUBJETIVO
Dr. Rubén García Cruz
Dra. Norma Angélica Ortega Andrade
Mtra. Ana María Rivera Guerrero
Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo
https://core.ac.uk/download/pdf/236416639.pdf

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