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El emprendimiento de base tecnológica; características diferenciales
1.1. Introducción
El Consejo de Lisboa (2000) estableció como objetivo estratégico para la
primera década del siglo XXI que la Unión Europea se convirtiera en una economía
competitiva y dinámica basada en el conocimiento. La superación de la actual recesión
económica pasa necesariamente por el cambio a un nuevo modelo productivo basado en
el conocimiento y en la innovación dado que, como ya estableció Vannervar en 1945 en
el informe Science: the Endless Frontier, la investigación científica vinculada al
desarrollo tecnológico y a las empresas es la principal fuente de riqueza, progreso
económico y competitividad. De hecho, la inversión en I+D+i es un factor clave para
entender la generación y acumulación de conocimiento y capital tecnológico en una
economía (CDTI, 2009). En consecuencia, uno de los principales protagonistas de todo
este proceso son las empresas innovadoras y en particular aquellas cuya innovación se
sustente en una base tecnológica. Si es generalmente aceptado que las empresas de
nueva creación contribuyen a aumentar el empleo e impulsar el crecimiento económico
y el desarrollo social de un país, a las empresas de base tecnológica se les suele atribuir,
en muchas ocasiones, un potencial mayor (Oakey, 1995).
Bajo el supuesto de que el emprendimiento de base tecnológica es importante
para el crecimiento económico de un país, es crucial averiguar si existen factores
diferenciales en este proceso emprendedor. De ahí que el objetivo de este trabajo sea
analizar, para el caso español y de un modo exploratorio, las características diferenciales
del «emprendedor tecnológico».
Para ello, en primer lugar, se define qué se considera emprendimiento de base
tecnológica o «emprendimiento tecnológico», así como sus principales ventajas. A
continuación se describen los datos utilizados en nuestro análisis empírico.
Seguidamente, se cuantifica el emprendimiento tecnológico en España para pasar a
describir sus principales características diferenciales con respecto a tres aspectos: el
perfil socioeconómico y los factores psicosociales del emprendedor tecnológico, y la
caracterización de las iniciativas emprendedoras. Finalmente expondremos las
principales conclusiones obtenidas, así como las recomendaciones que se puedan
extraer del análisis realizado.
1.2. Concepto de empresas innovadoras y empresa de base tecnológica (EBT)
La literatura en no pocas ocasiones utiliza como sinónimos los conceptos de
empresa innovadora y empresa de base tecnológica. Sin embargo, conviene empezar
matizando las diferencias existentes entre ambas. En término generales, las empresas
innovadoras pueden definirse como aquellas que han introducido una innovación en un
período de tiempo concreto, ya sea desarrollada por ellas mismas, en colaboración con
terceros, o comprada a otra empresa (OCDE, 2005).
En este sentido, y desde una perspectiva teórica, el Manual de Oslo se focaliza
en la delimitación conceptual y metodológica de la innovación a nivel de empresa en los
sectores manufacturero, primario y de servicios. Si bien en las primeras ediciones
(1992, 1997) sólo consideraba como innovación aquella que se producía en productos y
procesos, la última edición, correspondiente al año 2005, incluye las innovaciones que
se producen en los ámbitos de la mercadotecnia y la organización, sobre todo, para
considerar estas últimas, innovaciones que no tienen una naturaleza tecnológica. De esta
forma, el Manual de Oslo define la innovación como «la introducción de un nuevo, o
significativamente mejorado, producto (bien o servicio), de un proceso, de un nuevo
método de comercialización o de un nuevo método organizativo, en las prácticas
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Innovación y emprendimiento con base en las ciencias
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En esta línea, incluso el Manual de Oslo identifica una nueva modalidad de innovación denominada
social, además de la dicotomía tecnológica – no tecnológica. De esta forma, si bien a innovación
tecnológica y no tecnológica están estrechamente vinculadas a la empresa y tienen una orientación al
mercado, la innovación social estaría más vinculada al sector público en actividades sociales, culturales y
artísticas, entre otras, y está orientada a la mejora de la calidad de vida de la población. Como señala
Echevarría (2008), la consideración de la innovación social supone un nuevo reto a la hora de identificar
y seleccionar un marco de indicadores adecuados para la innovación.
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El emprendimiento de base tecnológica; características diferenciales
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Innovación y emprendimiento con base en las ciencias
Empresas innovadoras
Innovación en producto
/servicio + proceso
(Innovación tecnológica)
EBT
(definición
estricta)
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El emprendimiento de base tecnológica; características diferenciales
nuevas tecnologías. Por tanto, las EBTs son capaces de incorporar tecnologías punteras,
contribuyendo al crecimiento económico de los países y estimulando los sistemas
nacionales de innovación a través de la transferencia de conocimiento (CDTI, 2007).
Potencializan el tejido tecnológico y el desarrollo económico de las regiones actuando
como catalizador del cambio tecnológico (Palacios et al., 2005). El desarrollo
económico implica cambios en el uso de los factores de producción, para ello el uso de
la tecnología es elemental. Las EBT participan activamente en estos cambios de nivel
estructural auspiciando el proceso de transición de actividades secundarias a terciarias y
cuaternarias. (Gassler, 1998).
Ahora bien, las NEBTs no sólo son una fuente de empleo en sentido estricto
(Gassler, 1998), sino que destacan porque este es de calidad. En este sentido, Palacios et
al. (2005) indican que el empleo generado es de alta cualificación y aporta valor
añadido al entorno industrial. Los centros públicos de investigación no pueden ofrecer,
por lo general, un puesto de trabajo a todo el personal de alta cualificación técnica que
generan. Por este motivo, las NEBTs constituyen una buena alternativa laboral para
estos profesionales, siendo el autoempleo la modalidad laboral escogida para el
desarrollo profesional (Merino y Villar, 2007). De hecho, aun siendo modesta, la tasa de
crecimiento de empleo que representa este tipo de empresas es superior a la de otras de
reciente creación (Storey y Tether, 1998). En el caso particular de España, el CDTI
(2009) constató que el empleo aumentó en un 2% adicional cuando la empresa incurrió
en gastos de investigación y desarrollo en los años 2005 y 2006.
Otro beneficio que puede atribuirse a las NEBTs es su alto potencial de
crecimiento y, como señala Ventakaraman (2004), influyendo positivamente en su
entorno más próximo y dinamizando el tejido industrial en el que se ubican. En este
sentido, el trabajo de Almus y Nerlinger (1999) muestra que las mayores tasas de
crecimiento en Alemania Occidental corresponden a estas empresas. De igual modo,
Motohashi (2005) demuestra que las empresas japonesas más jóvenes y de menor
tamaño son las que presentan mayor productividad en las inversiones en investigación y
desarrollo y un crecimiento más elevado del valor añadido. Por su parte, en España,
para los años 2005 y 2006, las empresas innovadoras registraron un incremento
adicional del 2% en sus cifras de ventas, además de disfrutar de una mayor presencia en
mercados internacionales (CDTI, 2009).
Otra ventaja de las NEBTs es su rol estratégico como vehículos de transferencia
tecnológica siendo esta eje de competitividad y bienestar, y que cada vez mas viene
demandando un papel protagónico en el proceso de innovación (Merino y Villar, 2007).
El vínculo Universidad-Empresa representa un punto crítico en la creación, desarrollo y
consolidación de las NEBTs dado que muchas de ellas nacen en centros de
investigación universitarios en forma de spin-off, materializando la transferencia
tecnológica y estrechando la relación Universidad-Empresa (Palacios et al., 2005). En el
trasfondo no es más que la mejora sustancial de las relaciones interinstitucionales de
I+D (Merino y Villar, 2007) convirtiéndose en fuente de innovación, promoviendo el
cambio tecnológico con el desarrollo de nuevos productos, técnicas o servicios, o
incluso estimulando a las empresas existentes a innovar (Gassler, 1998).
1.4.La muestra y los datos
Como ya se mencionó, el objetivo de este trabajo es analizar desde una
perspectiva descriptiva las características diferenciales del «emprendedor tecnológico»
en España. Para ello vamos a utilizar información facilitada por la encuesta
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Innovación y emprendimiento con base en las ciencias
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El emprendimiento de base tecnológica; características diferenciales
su base de datos parte de empresas con al menos un asalariado, mientras que GEM
considera también el empleo autónomo2.
Tabla 2: TEA atendiendo a su nivel tecnológico
2012
Nº %
Emprendedor Tecnológico 168.787 0,57
Emprendedor No Tecnológico 1.532.349 5,13
Emprendedor 1.701.136 5,70
Fuente: Elaboración propia a partir de GEM España 2013
En cualquier caso, el bajo porcentaje que representan las EBTs, no solo en
España sino también en Europa (Storey y Tether, 1998), es tema de preocupación de los
agentes que buscan promover este tipo de emprendimiento. En esa tarea, conocer su
principal motivación es importante con el objetivo de potenciarlo y detectar otros
factores que determinen su puesta en marcha. Según la metodología GEM son tres las
motivaciones principales que se encuentran implicadas en la iniciativa empresarial:
aprovechamiento de una oportunidad de negocio, necesidad o carencia de alternativas
profesionales y finalmente una posición intermedia entre las dos anteriores.
Como muestra la Tabla 3, si bien la mayoría de iniciativas emprendedoras en el
2012 han venido motivadas por la percepción de alguna oportunidad de negocio
(72,22%), cuando este análisis se repite para el emprendimiento de base tecnológica, el
porcentaje de iniciativas por oportunidad es superior en el emprendedor tecnológico
(83,06%) en relación a los emprendedores no tecnológicos (71,02%). Por tanto, el
emprendimiento tecnológico constituye a priori un emprendimiento de mayor calidad.
Tabla 3: Motivación para emprender (% de iniciativas emprendedoras atendiendo
a su nivel tecnológico)
Emprendedor Emprendedor
Emprendedor
No Tecnológico Tecnológico
Oportunidad 71,02 83,06 72,22
Necesidad 27,20 11,29 25,62
Otro motivo 1,78 5,65 2,16
Fuente: Elaboración propia a partir de GEM España 2013
1.6.Perfil socioeconómico del emprendedor tecnológico
En la presente sección se describen los principales rasgos socioeconómicos que
caracterizan al emprendedor y que aparecen resumidos en la (Tabla 4). En la selección
de tales características, si bien se han analizado todos los aspectos encuestados en la
metodología GEM, se ha optado por comentar solo aquellos para los que existen
diferencias significativas o porcentuales elevadas entre emprendedores tecnológicos y
no tecnológicos.
2
Posteriormente, Fariñas y López (2006) aún restringen más la definición de EBT adoptando dos
definiciones posibles, por lo que reducen la presencia de EBTs en la población empresarial española a
porcentajes iguales o inferiores al 0,3%. Un enfoque de este tipo no es posible en base a los datos que
recaba el proyecto GEM.
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El emprendimiento de base tecnológica; características diferenciales
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Innovación y emprendimiento con base en las ciencias
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Cabe indicar que la variable nivel de renta está asociada a una pregunta que al momento de recogida de
la información no todos los encuestados contestan, vale decir que hay que ser cuidadosos si lo que se
quiere es realizar un análisis comparativo.
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El emprendimiento de base tecnológica; características diferenciales
Tether, 1998). Además, en el caso de las EBTs existe una marcada tendencia a ubicarse
geográficamente formando clusteres (Mayer, 2008). Esto se debe a una concentración
de los medios físicos necesarios para el emprendimiento tecnológico en las ciudades, así
como a una mayor proximidad a recursos humanos con una alta cualificación, como la
que se precisa en este tipo de empresas, y a infraestructuras científicas y tecnológicas,
tales como instituciones de educación superior, centros de investigación o parques
tecnológicos y científicos, que facilitan el flujo de conocimientos e información con este
tipo de empresas (Cooper y Folta, 2000; Feldman, 2001).
Si bien, la presencia de emprendedores como inversores informales en
iniciativas empresariales ajenas a la propia es muy reducida, en términos comparativos
ofrece interesantes resultados con diferencias significativas4. Así, los emprendedores
tecnológicos que participan como inversores informales representan, en términos
porcentuales y de forma comparada, aproximadamente el doble con respecto a los no
tecnológicos, con un porcentaje del 11,29% frente al 6,19% respectivamente. Este
resultado puede atribuirse en parte a que los emprendedores tecnológicos se asocian a
personas «amantes del riesgo» (Storey y Tether, 1998), en relación al resto de
emprendedores y a la población en general. La aversión al riesgo es una variable
determinante a la hora de convertirse en inversor (Laakso, 2010) de modo que cuanto
menor sea dicha aversión, mayor será la propensión del individuo a «apostar» su dinero
en negocios promovidos por terceros. De nuevo, este resultado no es comparable con
los de otros trabajos, puesto que no hemos encontrado estudios que analicen si existen
diferencias en dicho aspecto.
1.7.Caracterización de las iniciativas emprendedoras
En este epígrafe se caracterizará el comportamiento de las actividades de
emprendimiento (ver Tabla 5) en base a aquellos aspectos en los que se han encontrado
diferencias significativas o porcentuales elevadas entre emprendedores tecnológicos y
no tecnológicos. Sin embargo, no se han podido establecer comparaciones con los
resultados de trabajos similares, dado que las características que se analizan a
continuación no han sido estudiadas en el ámbito del emprendimiento tecnológico.
En lo que respecta al número de propietarios de las iniciativas, aunque las
diferencias porcentuales no son significativas, se detecta que la tendencia a emprender
de forma individual (un propietario) es mayoritaria en el emprendedor no tecnológico
(55,25%), mientras que el emprendedor tecnológico muestra una mayor propensión al
emprendimiento conjunto (52,85%). Estos datos dan a entender que los fundadores de
negocios de base tecnológica precisan de un trabajo en equipo en mayor medida que los
de carácter no tecnológico.
El número de trabajadores es otra forma de medir la dimensión de las iniciativas
empresariales. No obstante, los datos relativos a este ámbito han de interpretarse con
cautela, ya que solo un 50% aproximadamente de los emprendedores responde a esta
cuestión. En términos generales, las iniciativas empresariales en su mayoría (más del
50%) trabajan sin empleados, aunque esta proporción es mayor en el emprendimiento
tecnológico (un 70% de iniciativas). Estas cifras indicarían que la gran mayoría de
iniciativas puestas en marcha, incluidas las de base tecnológica, responden al
autoempleo.
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Diferencias significativas a un nivel del 10%.
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En este aspecto, la encuesta ofrece como opción de respuesta tres alternativas en cuanto a la innovación
del producto las cuales son: «Nada innovador», «Innovación parcial» e «Innovación total» de las cuales
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se considera que son iniciativas innovadoras aquellas que han contestado las dos últimas opciones y las
demás como iniciativas no innovadoras.
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sus actividades en áreas urbanas. Además, también presenta una mayor participación en
la inversión informal en iniciativas emprendedoras ajenas.
Las actividades de las iniciativas emprendedoras tecnológicas se destacan por
tener un alto nivel de innovación en donde el uso de última tecnología no es mayoritario
pero sí destaca con respecto al emprendimiento en general. Además, cuentan con
elevadas expectativas de expansión, aunque el uso de nuevas tecnologías para llevar a
cabo este propósito no sea la vía considerada para conseguirlo.
En cuanto a los factores psicosociales, el emprendedor tecnológico muestra una
mayor confianza en sí mismo al considerar, en prácticamente el 95% de los casos, que
posee capacidades y/o conocimientos, habilidades y experiencia para emprender con
éxito. Además, perciben que la sociedad española es una sociedad competitiva donde,
sin embargo, iniciar un nuevo negocio no es visto como una opción de carrera.
Por tanto, podemos concluir indicando que existen factores diferenciales del
emprendedor tecnológico con respecto al emprendedor en general. Dichos factores han
de ser tenidos en cuenta por los responsables y gestores que desde distintos organismos
pretenden impulsar un emprendimiento de calidad basado en los sectores de base
tecnológica.
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