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La Gestión de la Innovación y la Tecnología en las Organizaciones

Book · December 2002

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Antonio Hidalgo Gonzalo León


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INTRODUCCIÓN

El siglo XXI está comenzando su andadura con la perspectiva, desde el punto de vista
empresarial, de la consolidación de la interdependencia entre la capacidad de generar
conocimientos científicos y tecnológicos, por un lado, y la necesidad de implantar
mecanismos que los consoliden en nuevos productos o nuevos servicios a través de la
gestión de los procesos de innovación. La competitividad de las empresas en un
mundo globalizado está poniendo de manifiesto la imperiosa necesidad de que
nuestras organizaciones reconozcan el valor estratégico de la innovación tecnológica, e
incorporen en su gestión instrumentos y herramientas para su aplicación e
internacionalización de su cultura corporativa.

Los cada vez más frecuentes cambios que se suceden en el contexto tecnológico
constituyen una fuente de oportunidades para las organizaciones, al mismo tiempo que
les generan nuevos retos para su supervivencia. Es precisamente el carácter
acumulativo de las funciones relacionadas con la gestión de la tecnología y la
innovación, y el estar presentes en cada una de las actividades que generan valor en
las organizaciones, los factores que las hacen constituirse en pilares sólidos en los que
basar las ventajas competitivas.

El Libro Verde de la Innovación publicado por la Comisión Europea en el año 1996,


sustentó que la innovación constituye el corazón del espíritu de la empresa y, por ello,
las empresas deben innovar de forma constante. La innovación no es únicamente la
incorporación de los avances tecnológicos, lo cual no constituye garantía suficiente de
supervivencia para la organización, sino que consiste en ir más allá tratando de
adelantarse a las necesidades del mercado y ofrecer productos y servicios de alta
calidad, bajo coste y novedosas funcionalidades. Además, proporciona a la empresa la
habilidad para reaccionar a los cambios globales y permitir su supervivencia a largo
plazo.

El fenómeno económico conocido como globalización, que aparece como una última
etapa del proceso de internacionalización de las economías nacionales, está obligando
a gestionar la innovación tecnológica desde una perspectiva supranacional, lo que
significa que la organización debe ser capaz de diseñar y utilizar eficazmente
estrategias tecnológicas basadas en el conocimiento de un conjunto de instrumentos
de gestión de los recursos tecnológicos propios o adquiridos que le permitan conocer
con la mayor exactitud posible cuáles son los avances tecnológicos de sus
competidores para posicionarse de la mejor manera posible, mediante la incorporación
de nuevas tecnologías a sus productos y procesos, en la batalla de la competitividad.

La gestión de la innovación se ha convertido en un factor relevante en el mundo de los


negocios, fundamentalmente en el ámbito de aquellas organizaciones que se
encuentran inmersas en la economía del conocimiento (knowledge-driven economy).
Frecuentemente, las pequeñas y medianas empresas se sienten desconcertadas
cuando se hace referencia a la innovación: la mayoría piensan que deben modificar la

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forma de gestionar su negocio y que su organización no es óptima para competir en
los mercados actuales. En particular, se hacen preguntas tales como ¿Puede cualquiera
innovar, o ese proceso está reservado sólo para unos pocos?, ¿Qué se necesita para
gestionar el cambio?, ¿Qué técnicas o métodos son necesarios para enfrentarse al
desafío tecnológico?, ¿Qué resultados se lograrán y a qué coste?, etc.

La respuesta a estas preguntas implica, en primer lugar, generar una cultura


relacionada con la innovación y, en segundo lugar, proporcionar a las empresas una
serie de herramientas, mecanismos y técnicas que les permitan enfrentarse al desafío
tecnológico. Desde esta perspectiva, las administraciones públicas, las agencias de
innovación y otros agentes implicados desempeñan un importante papel,
proporcionando la información, los medios y los recursos necesarios para crear un
clima favorable hacia la innovación, mantenerlo y hacerlo extensivo a otras
organizaciones.

En este contexto, el libro que se presenta tiene como principal objetivo contribuir a la
creación de esta cultura innovadora a través de un total de 16 capítulos que abarcan
un amplio conjunto de ámbitos relacionados con la gestión de la innovación y la
tecnología. Los contenidos se han diseñado tratando de introducir conceptos
novedosos en las materias analizadas y añadiendo, en todos los casos en que ha sido
posible, ejemplos prácticos que han acontecido o están aconteciendo en la vida
empresarial.

El capítulo 1 describe la tecnología como un activo (intangible) de especial valor para


la organización y la necesidad que tiene ésta de conocer el conjunto de tecnologías
necesarias para el desarrollo de sus actividades, lo que pasa por disponer de
tecnologías propias que le permita disminuir la dependencia del exterior o de
incrementar su capacidad de absorción de tecnología externa. La capacidad de integrar
diferentes tecnologías aumentando el valor añadido que se ofrece al consumidor a
través de los nuevos productos y servicios constituye una de las competencias clave en
la actualidad y permitirá a la organización conseguir una ventaja tecnológica.

El capítulo 2 desarrolla el marco conceptual de la innovación tecnológica y el nuevo


enfoque estratégico caracterizado por el control de las competencias tecnológicas de la
organización. En este contexto se analiza la innovación tecnológica como un proceso
que debe conducir al lanzamiento con éxito de nuevos productos y servicios, o a la
utilización comercial de nuevos procesos técnicos. La comprensión de este proceso no
sería completa si no se introduce al lector en los últimos conceptos relacionados con la
gestión del conocimiento tecnológico, el cual necesita de su actualización continua a
través de una formación de excelencia. No obstante, el estudio de la innovación
tecnológica se presenta en muchas ocasiones completamente desligado del análisis
competitivo de los mercados, lo que hace que se suela pasar por alto el impacto
potencial más importante de la tecnología en los mercados. Por esta razón, el capítulo
3 caracteriza las diferentes alternativas de estrategia innovadora de la empresa, define
el conjunto de funciones o etapas que constituyen la formalización del Plan

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Tecnológico y describe el conjunto de herramientas o técnicas que permiten tener un
control de las actividades desarrolladas.

El desarrollo de nuevos productos, considerado como un proceso gradual de reducción


de incertidumbre a través de una serie de etapas de resolución de problemas que se
desarrollan desde la fase de selección hasta la de lanzamiento al mercado, constituye
el objeto de análisis del capítulo 4. En el mismo se describen las fases del proceso de
planificación de producto apoyándose en lo que se denomina ciclo de innovación del
producto, se estudia el diseño como instrumento indispensable para el éxito del nuevo
producto, se desarrolla el análisis del valor como una metodología destinada a mejorar
el valor de un producto a través de la comprensión de sus funciones, sus componentes
y los costes asociados y, por último, se analiza una metodología de diversificación para
productos de base tecnológica.

El capítulo 5 hace referencia a los cambios que ocurren cuando una organización
rediseña sus procesos y describe las etapas que implica la aplicación de lo que se
conoce como reingeniería. El desarrollo de esta metodología implica llevar a cabo la
aplicación de técnicas de benchmarking que tienen como finalidad la identificación de
procesos estratégicos para la organización y comparar su propia eficiencia con los de
aquellas organizaciones que representan la excelencia en ese ámbito. Finalmente, se
define el concepto CRM (Customer Relationship Management) y se describe un modelo
que ayuda a la organización a gestionar la información y a desarrollar proyectos
enfocados a la mejora de la atención al cliente y conseguir su fidelidad.

En el capítulo 6 se analiza uno de los fenómenos más importantes que caracterizan el


proceso innovador en la actualidad: el fenómeno de la cooperación, una de cuyas
consecuencias es la imposibilidad de concebir la actividad de cualquier organización de
forma aislada, sino en estrecho contacto con otras organizaciones. Pero también la
cooperación se ha mostrado necesaria por la complejidad del desarrollo de nuevos
productos y el necesario acceso a conocimientos no disponibles internamente, por lo
que se analizan los diferentes tipos de relaciones de carácter tecnológico entre
empresas y aquellas que tienen una significación más específica como es la
cooperación universidad-empresa y su efecto en los procesos de innovación y de
generación y acceso a las tecnologías.

Por lo general, la tecnología suele ser lo suficientemente compleja para que su


absorción en la organización necesite de un proceso detallado y una interacción con el
suministrador de la misma, lo que requiere la identificación de los mecanismos de
adopción necesarios. En este contexto, el capítulo 7 analiza los procesos de
transferencia de tecnología, su organización, las estrategias más eficientes para
conseguir los objetivos, los modelos de difusión tecnológica y los principales
mecanismos e instrumentos diseñados por la administraciones públicas para la
incorporación de tecnologías en una determinada región, país o sector industrial.

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Pero también las organizaciones suelen generar ideas novedosas en el transcurso de
su actividad cuya utilidad supera el ámbito del proyecto concreto en el que fueron
creadas. Algunas de estas ideas pueden desarrollarse y derivar en tecnologías que son
incorporadas posteriormente en productos o servicios que estas organizaciones
generan y comercializan, constituyendo un elemento fundamental con el que las
organizaciones defienden y apoyan su competitividad. El capítulo 8 describe las
diferentes formas de protección de la tecnología, los tratados internacionales que le
dan cobertura legal y los procedimientos de gestión que son necesarios implementar
para regular la propiedad intelectual generada, tanto en su vertiente de derechos de
autor como la propiedad industrial, con el fin de establecer estrategias propias de
protección y explotación de la tecnología.

El cada vez más corto ciclo de vida de los productos, unido a otros factores como la
creciente complejidad de las tecnologías o la mayor amplitud de los mercados, hace
que sea necesario estructurar y organizar la vigilancia del entorno de la organización
con la finalidad de identificar aquellos desarrollos de interés directo para la misma. En
el capítulo 9 se analiza el proceso de vigilancia tecnológica, su planificación y las
herramientas básicas que posibilitan a la organización anticiparse a las oportunidades,
prevenir las amenazas y evitar una gestión de carácter exclusivamente reactivo. El
análisis se hace extensivo a la incorporación del concepto de inteligencia competitiva,
que está sustituyendo al de vigilancia tecnológica, y que implica el análisis de la
evaluación de los resultados obtenidos mediante el uso de la información.

El capítulo 10 describe en detalle la necesidad de organizar los proyectos de


innovación tecnológica para que los recursos humanos lleven a cabo sus funciones de la
manera más eficiente posible dentro de una tarea colectiva, así como diseñar la
estructura de su organización para soportar la misión del proyecto y que se realicen tanto
sus objetivos como la estrategia diseñada. Dentro de este amplio concepto se analizan los
diferentes elementos que son imprescindibles para alcanzar una gestión eficaz de un
proyecto: el director, el equipo de trabajo, la planificación, el control y la resolución de
conflictos. Esta temática se complementa con la necesidad de gestionar también los
riesgos tecnológicos, los cuales son analizados en el capítulo 11. En este capítulo se
describen el concepto, la caracterización del riesgo tecnológico y las diferentes técnicas
que pueden ser utilizadas para su evaluación y control, prestando especial atención a la
identificación de riesgos y al consiguiente diseño de planes de contingencia que tienen la
finalidad de conseguir un margen en la planificación para tener en cuenta diversos
sucesos no previstos. Este margen puede afectar a la inclusión de tiempos adicionales
para la ejecución de las tareas, a la disponibilidad de más recursos humanos de los
que serían necesarios, o a la necesidad de reservas económicas para hacer frente a
gastos no previstos.

El capítulo 12 tiene dos partes bien diferenciadas. Por un lado, se analizan dos
características que son inherentes al proceso de innovación: la creatividad y la
motivación de las personas que constituyen el equipo de trabajo. La creatividad está

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indisolublemente asociada a los individuos, grupos y organizaciones, y consiste en un
proceso de pensamiento asociado a la imaginación, a la intuición, a la perspicacia y a
la inspiración, y concluye en la generación de ideas. La motivación constituye la
capacidad de movilizar a las personas para que emprendan acciones y consigan
ejecutar las acciones acordadas de una manera más eficiente. Por otro lado, se
describe el concepto de adicionalidad en la financiación de la innovación y la necesidad
del apoyo de las administraciones públicas para su desarrollo, dentro de la convicción
de que el mercado por si solo no asigna los incentivos que son necesarios para que los
agentes económicos lleven a cabo las inversiones deseables, sobre todo en las etapas
iniciales de generación de la tecnología.

En el capítulo 13 se extiende la definición de política científica para cubrir a las


políticas tecnológicas y de innovación. A través de ellas se persigue influenciar la
dirección y el nivel del desarrollo tecnológico, de difusión y absorción de tecnologías
avanzadas en la sociedad por medio de la aplicación de recursos financieros,
dispositivos administrativos y formación. Una vez justificados los procesos de
priorización en las políticas públicas, se identifican las actuaciones sobre la innovación
desde las perspectivas comunitaria, nacional y autonómica. Por su parte, el capítulo
14 analiza uno de los aspectos concretos que ha merecido especial atención en los
análisis efectuados en torno a la innovación: la creación de nuevas empresas de base
tecnológica (NEBT), entendidas como aquellas cuya actividad requiere la generación o
un uso intensivo de tecnologías, algunas de ellas no totalmente maduras, para la
generación de nuevos productos, procesos o servicios. Si bien este tipo de empresas
supone un porcentaje pequeño respecto del total de empresas creadas en un país en
un determinado periodo de tiempo, su importancia relativa en los procesos de
innovación tecnológica es muy superior, ya que son ellas las que, asumiendo un mayor
riesgo, aceleran la madurez de las tecnologías y, en definitiva, incrementan la
competencia empresarial forzando a otras empresas a acelerar su transformación, su
red de alianzas estratégicas y la renovación de productos y servicios.

Finalmente, los capítulos 15 y 16 analizan a un nivel macro las relaciones que se


generan entre la innovación y la competitividad, por un lado, y la globalización y la
nueva economía, por otro. En relación con la competitividad, la aplicación de la
innovación a nivel organizativo ha supuesto un nuevo modelo de gestión de los
recursos humanos mediante la gestión del conocimiento y la gestión por competencias,
y se ha generalizado el convencimiento de que la formación continua es una variable
estratégica para el mantenimiento de la competitividad en la organización. Como
consecuencia de ello, el valor sostenible se crea a partir del desarrollo de activos
intangibles como las habilidades y conocimientos de los trabajadores, las tecnologías
de la información que los respaldan y conectan a la organización con sus clientes y
proveedores, y el clima organizativo. Respecto a la globalización y la nueva economía,
la generación de competencia a escala mundial para todo tipo de productos provoca
que las organizaciones traten de ganar dimensión mediante alianzas estratégicas,
fusiones y adquisiciones, con lo que se consigue diversificar el riesgo, alcanzar nuevos

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mercados, abrir mercados protegidos o, lo que es más importante desde el punto de
vista competitivo, adquirir tecnología estratégica.

No se puede terminar esta introducción sin expresar nuestro agradecimiento a un


conjunto de personas que han realizado una importante contribución para que el libro
sea una realidad. Ellos, Fátima Carrasco, Lucía Jiménez y Juan Carlos López, nos han
apoyado en la redacción, corrección y maquetación de los originales.

Por último, expresar nuestro reconocimiento a Loli, Raquel y Silvia, nuestras esposas,
que han soportado con paciencia las horas de trabajo extra que nos ha supuesto el
desarrollo de este trabajo.

A todos ellos, nuestros agradecimientos.

Los autores
Madrid, junio de 2002

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