Está en la página 1de 3

Padres atentos, hijos saludables

Nos encontramos transitando la tercera semana de aislamiento social obligado


y es probable que el detenimiento total de actividades empiece a minar nuestro
ánimo y los vínculos familiares comiencen a verse amenazados.

En esta nota les acerco algunas recomendaciones, especialmente para los


padres y los adultos que tengan niños a cargo, para que estén atentos a la
salud psicológica de niños y adolescentes.

Probablemente quienes más estén padeciendo silenciosamente esta situación


de aislamiento sean los niños y adolescentes. Los niños porque tal vez no
entienden con claridad lo que ocurre, porque no tienen conciencia de cuánto es
dos semanas o quince días, porque tal vez les cueste expresar sus emociones
y poner en palabras sus sentimientos.

Para los adolescentes el aislamiento es difícil porque, más allá de estar


conectados a través de las redes, el contacto social cara a cara sigue siendo
importante y son muchos días sin poder verse las caras. Para muchos además
se agrega la imposibilidad de practicar la disciplina deportiva o artística de su
interés.

Estas situaciones pueden resultar muy angustiosas por ello es imprescindible


que los adultos estemos atentos a algunos síntomas o indicadores que nos
puedan mostrar que algo no anda bien en el ánimo de nuestros pequeños y
podamos actuar antes que se profundicen.

Tener en cuenta:

 cambios de humor, más profundos que los habituales, especialmente


cuando de adolescentes se trata.
 Decaimiento y desgano profundizados.
 Falta de apetito o apetito desmedido
 Tristeza, angustia, ira, agresividad
 Llanto sin motivo
Si bien es cierto que, en la adolescencia, algunos de estos indicadores están
exacerbados y son parte del proceso de búsqueda de identidad, cada uno
conoce a sus hijos y podrá darse cuenta cuando hay algo fuera de lo habitual.

Les recomiendo:

 Acercarse mediante el diálogo y muestras de cariño. Aunque los


adolescentes rechazan las muestras de cariño, las necesitan igual que
cualquiera de nosotros, más que nunca. Necesitan saberse amados y
valorados
 Proponer actividades lúdicas y físicas que ayuden a distraer y distender
los ánimos. Para olvidarse por un rato del encierro.
 Evitar mirar noticias sobre el virus y sus consecuencias que sean
demasiado alarmantes. Informarse sin hiporinformarse para no generar
un mayor estado de ansiedad.
 Buscar noticias positivas sobre lo que está ocurriendo, por ejemplo
comentar los casos que se curaron, lo bueno que es que haya gente que
sigue trabajando para cuidarnos, etc.
 Mostrarnos empáticos con sus emociones y autorregulados con las
nuestras. Si nos ven controlados y positivos verán que es posible
manejar la ansiedad.
 Mostrarles que si pueden controlar: qué comen, cuánto duermen, qué
programas mirar, pueden hacer ejercicio o aprender algo nuevo.
 Abrir el diálogo sobre lo que está ocurriendo a partir de alguna noticia,
para que puedan poner en palabras lo que les pasa, cómo se sienten,
qué miedos tienen, etc. Y cuando hablen no desestimar ningún sentir
con comentarios como: “hay pero que pavo! Mira si va a pasar eso” o
“como vas a decir eso”. Habilitar y contener mediante la empatía y la
escucha atenta, no para dar respuesta sino para acercarse y
comprender lo que les pasa.
 Motivar para que cumplan con las tareas que tengan de la escuela, sin
obsesionarse pero ayudando a educar la responsabilidad y el
compromiso con su futuro.
 Compartir actividades de la casa juntos, pedir que ayuden en la cocina,
en el orden, etc.
 Adaptar un espacio de la casa para que puedan continuar con la
disciplina que practiquen, sea deporte, arte, música, etc.
 Respetar los momentos de soledad.

Con los más chicos a veces es más difícil el diálogo porque no saben o no
pueden ponerle nombre a lo que les pasa. Una buena opción es mediante
dibujos o juegos pedirles que expresen cómo se sienten.

Por otro lado también es importante cuidar la salud física con respecto a la
alimentación. Evitar tener demasiada comida chatarra, porque ya sabemos que
cuando están aburridos comen de más, entonces si les ofrecemos comida
saludable y un espacio donde realizar una actividad física estamos
promoviendo la salud del cuerpo.

Si notan que los síntomas se profundizan y no pueden ayudarlos a superar la


tristeza o ansiedad busquen ayuda. Muchos profesionales de la salud podemos
colaborar a través de las redes para salir adelante y prevenir situaciones de
depresión y estrés que puedan derivar de este aislamiento.

Los invito a enviarme sus dudas, inquietudes, comentarios y temas sobre los que les
gustaría leer: luchimazzei@gmail.com

Luciana Inés Mazzei


Docente
Orientadora Familiar

También podría gustarte