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Adolescencia y pandemia

¿Oportunidad o catástrofe?

Hace más de un año estamos viviendo esta situación de pandemia, primero


con el confinamiento total y luego con diferentes medidas de aislamiento y
restricciones. En algunos ámbitos se habla de la “nueva normalidad”, pero en el
círculo logoterapéutico prefieren hablar de realidad. Porque, según el
diccionario de la Real Academia Española, realidad es

1. f. Existencia real y efectiva de algo.

2. f. Verdad, lo que ocurre verdaderamente.

3. f. Lo que es efectivo o tiene valor práctico, en contraposición con lo
fantástico e ilusorio.

Por lo tanto, si bien estamos frente al desafío de adaptarnos a esta nueva


forma de vivir, con algunas restricciones a nuestra libertad de movimiento,
cuidando nuestra salud de diversos modos, lo cierto es que esta ES nuestra
realidad actual. Es esto que nos toca vivir aquí y ahora y las consecuencias o
frutos de esta realidad, que a muchos disgusta, a otros asusta y a otros los
tiene sin cuidado, tendrán que ver con nuestra capacidad de decir “¿qué hago
con esto que nos pasa?, ¿cómo decido vivir esta realidad?”.

Frente a estas preguntas las respuestas son infinitas y variadas como somos
las personas. Pero el tema que nos ocupa hoy no tiene que ver con todas las
personas sino exclusivamente con los adolescentes. Profundizar en sus
emociones, sentimientos, miedos, deseos y anhelos, frente a esto inesperado e
incierto que nos presenta la realidad.

En un momento, desde la psicología, se definió a la adolescencia como esa


etapa de la vida en donde se adolesce, se carece de… algo que
supuestamente los adultos ya no carecemos. Hoy desde la logoterapia se está
tratando de promover un nuevo paradigma, pensando en el adolescente no ya
como alguien carente de algo, sino lleno de oportunidades y capacidades a
quien hay que ayudar a descubrirlas.
La adolescencia es esa etapa de la vida en que las personas buscan su
identidad propia, buscan definir y configurar su personalidad, piensan y
proyectan su futuro. Por ello, se embarcan en experiencias que muchas veces
a los adultos ponen los pelos de punta. Si bien esta es una característica propia
y una actitud necesaria, es imprescindible que haya claridad de parte de los
adultos a la hora de hablar de algunas experiencias, explicando que de todas
ellas se vuelve diferente, pero que de algunas se puede volver muy lastimado.

Hoy nos encontramos con miles de adolescentes apáticos, aburridos


desinteresados por todo, pasando horas y horas frente a las pantallas,
añorando vivencias que no les son permitidas. Es cierto que los cuidados que
demanda la pandemia limitan las posibilidades, pero también es cierto que esto
que hoy vemos tan patente venía ocurriendo desde mucho antes, y esto es así
porque la sociedad mismas estaba apática, aburrida y desinteresado. La
causa? El nihilismo, el narcisismo, el relativismo y la costumbre de que cada
uno mire su propio ombligo. No podemos pedir interés y motivación a los
adolescentes cuando los propios adultos nos sentimos abatidos por una
realidad que pareciera aplastarnos y quitarnos todas las oportunidades.

Pero esto no queda acá porque hay esperanza, porque no podemos dejar que
el miedo nos quite lo más humano que tenemos y que es nuestra dimensión
espiritual. Debemos promover el desarrollo de la dimensión espiritual en
nosotros mismos para poder promoverlo en el los adolescentes.

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