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El impacto negativo de las redes sociales

como elemento influyente en la anorexia


de las adolescentes
Ivi Chávez Gálvez

Tema de Investigación:
En los últimos 15 años, las preferencias por la delgadez y el estilo de vida dirigido a ésta afectan
notoriamente la conducta alimentaria y las actividades de las personas en torno a la comida
(Hernández-Cortés & Londoño Pérez, 2013). Además, el uso de medios sociales alimenta los
estándares anteriormente mencionados, puesto que los usuarios, en especial los adolescentes, se
ven influenciados por estereotipos e información que son observados de manera monótona y
diaria. Esto les puede afectar de manera física, emocional y psicológica.

Las mujeres deben enfrentarse a modelos y patrones estéticos impuestos por una sociedad
homogeneizadora que las presiona para adaptarse a un ideal de delgadez que se concibe
como belleza (Ruano et al., 2019). Esto las lleva a pensar que la anorexia es un sinónimo de
imagen y figura ideal, ya que es vista así de manera directa o indirecta en las redes sociales,
cuando en realidad se adentran a una enfermedad mental grave que se caracteriza por un miedo
intenso a engordar (Cabeza de Vaca et al., 2016). La preocupación por un “cuerpo perfecto” las
lleva a realizar procedimientos voluntarios y autodestructivos para llegar a esa perfección que es
exhibida y aprobada en diferentes medios sociales, ocasionando que el trastorno llegue a un
estado crónico.

Por esta razón, la presente investigación buscará que se comprenda como las redes sociales
contribuyen negativamente en el concepto de anorexia y como este puede afectar a las
adolescentes.

Estado del Arte:


En la actualidad, la anorexia es expresada en las redes sociales como “ANA”, esta referencia
amistosa y despreocupante de la enfermedad no abarca la realidad del asunto, el cual es un
problema alarmante que aumenta exponencialmente en nuestra sociedad en los últimos diez
años.

En diferentes páginas webs, foros, blogs, entre otros se observan métodos que alientan a
practicar la anorexia. Las adolescentes a causa de su ignorancia realizan estas prácticas
autodestructivas con el objetivo de llegar al modelo de delgadez deseado, sin tener el
conocimiento que estas técnicas les puede causar la muerte. Estos sitios web exponen trucos
para no consumir los alimentos, fotos de adolescentes extremadamente delgadas que han
comenzado a realizar dietas extremas, etc. Asimismo, se publican textos e imágenes
motivadoras para que las jóvenes continúen bajando de peso para que sugieran la página y esta
gane mayor popularidad. Todo lo anterior ocasiona un incremento en la búsqueda de “ANA” en
las diferentes plataformas por las adolescentes.
Por ello, después de una ardua investigación, se ha llegado a la conclusión que los tres
principales factores por las que las adolescentes implementan este estilo de vida son
insatisfacción corporal, depresión y aceptación social.

En primer lugar, se encuentra la insatisfacción corporal de las jóvenes. Ellas no encuentran una
aceptación de su propio cuerpo, por lo que buscan en las distintas plataformas imágenes de
mujeres calificadas como hermosas, las cuales poseen “cuerpos perfectos” ocasionando que las
adolescentes, para llegar a ese ideal de belleza, ingresen al mundo de la anorexia.
Adicionalmente, esta insatisfacción origina una distorsión psicológica en la imagen corporal de
las adolescentes, quienes se observan a sí mismas con una apariencia atroz confirmándose con
los comentarios en los medios sociales hacia personas con el “cuerpo imperfecto”.
Un cuerpo delgado vendría siendo un símbolo por excelencia del autocontrol y belleza para las
víctimas de la anorexia, ya que consideran el dominio de la alimentación y su propio peso como
un símbolo de satisfacción y agrado hacia sus propios cuerpos, y, por ende, con ellas mismas.
Es por esta razón, que un cuerpo con ligero sobrepeso o con sobrepeso representaría para las
mujeres que padecen este trastorno como una pérdida de control sobre su alimentación y peso,
sobre sus vidas, y el consiguiente rechazo hacia éstos (Nevado Álamo, 2014). Este “control” las
llevaría a una sensación de bienestar produciendo una inconformidad cada vez que no logren
bajar unos kilos, provocando que empleen cada vez más comportamientos estrictos para
mantener el orgullo sobre sus cuerpos.

En segundo lugar, se encuentra la depresión que poseen las adolescentes, el cual conlleva a la
anorexia. Ellas observan, en las distintas plataformas, como se elogian fotografías de jóvenes
mujeres extremadamente delgadas, llevándolas a relacionar la belleza y la delgadez como
sinónimos. De igual manera, comentarios positivos provenientes de los grupos “PRO-ANA”
pueden hacer crecer los sentimientos en cuanto el concepto de atractividad de los usuarios y así
normalizar la anorexia (Oksanen et al., 2016). Todo esto ocasiona que ellas mismas concentren
todos sus problemas alrededor de su cuerpo y perder peso, además, de pensar que la falta de
felicidad en sus vidas es por la inexistencia de tener un cuerpo “antiestético”, por lo que
buscaran realizar diferentes métodos para adelgazar lo más rápido posible y así poder llegar a un
“bienestar” máximo. Es aquí cuando lo saludable se puede llegar a convertir en obsesión;
cuando el individuo se afana en lograr el ideal sin importarle el “precio” que tenga que pagar
por ello (Cabrera García & Fanjul Peiró, 2012). De modo que las adolescentes se concentran en
cumplir los pilares de belleza que exponen las redes para evitar lo mayor posible los
sentimientos de tristeza, inseguridad y culpa.

En tercer lugar, se encuentra la aceptación social que buscan las jóvenes. Las adolescentes se
preocupan cada vez más por la cantidad de amigos y sus opiniones en las diferentes
plataformas. Las jóvenes al ver la cantidad de comentarios positivos hacia las publicaciones de
las mujeres con “cuerpos perfectos” quieren obtener el mismo reconocimiento, por lo que
intentaran parecerse a ellas lo máximo posible, especialmente en su forma física. Por otro lado,
uno de los principales propósitos de estas mujeres es formar una personalidad definida que las
demás personas acepten, buscando en todo momento obtener el grado de aceptación. Es allí
donde entra la lista de amigos, ya que es esa lista la que va a juzgar, criticar o alabar según sea
el caso (Lozano, 2012). Asimismo, al buscar su aprobación, van a empezar a tomar relevante
importancia a sus comentarios. El hecho de recibir feedbacks tanto negativos como de enorme
cantidad llegan a afectarlas, debido a que recibir feedbacks negativos conlleva a una
preocupación por el cuerpo y recibir una gran cantidad de feedbacks crea una necesidad de
mantener la imagen que publican a través de las redes sociales (Sabater Ruiz & Isabel, 2018).
Lo trágico del asunto es que esta “aceptación” las ayuda a reafirmar su trastorno haciéndolas
sentir que todas las decisiones que está realizando son correctas, puesto que están recibiendo
una buena aceptación; por lo tanto, si quieren seguir de esta manera, deben continuar con los
métodos para mantener un peso “estético”, debajo de lo saludable.

Preguntas de Investigación:
La pregunta principal es la siguiente: ¿qué filtros deben poseer las redes sociales para evitar la
búsqueda de los grupos “PRO-ANA”?
Para complementar la pregunta anterior, se plantearon dos preguntas adicionales:
La primera es ¿cuál es la importancia del rol familiar en la anorexia con la llegada de los medios
sociales?
La segunda es ¿qué tan importante es la supervisión y regularización del uso de las redes
sociales en las adolescentes?

Hipótesis
En el presente trabajo se sostiene que la difusión de la información sobre la anorexia en los
grupos “PRO-ANA” es muy accesible para las adolescentes, puesto que se puede localizar y
realizar fácilmente publicaciones que estimulan y normalizan el trastorno alimenticio. Estas
publicaciones en los medios sociales no poseen ningún tipo de advertencia, ni tampoco son
bloqueados inmediatamente. Por este motivo, las jóvenes pueden hallar fácilmente estas páginas
web y al encontrarse, sin supervisión de algún familiar o adulto, frente a estereotipos de
delgadez aceptados por otras adolescentes como un sinónimo de “belleza” y “perfección”, ellas
pensarán que es lo correcto y dirigirán su conducta alimenticia a ese estilo de vida perjudicial
que solo les ocasionará un daño físico y mental. Todo esto porque la adolescencia no sólo
condensa numerosos cambios biológicos y fisiológicos, sino también otros muy importantes
como la búsqueda y construcción de la identidad. Estas transformaciones desembocan en
múltiples ambivalencias debido a la inestabilidad y vulnerabilidad adolescente (Cuenca et al.,
2012).
Para impedir que las publicaciones “PRO-ANA” lleguen al alcance de las jóvenes, las redes
sociales deben aplicar filtros más estrictos en sus normativas para evitar la propagación de la
anorexia como un ideal de belleza. Muchas de estas páginas fueron descubiertas por médicos de
diferentes hospitales, quienes percibieron que pacientes, las cuales se encontraban en fases
iniciales del trastorno alimentario conocían “trucos” propios de pacientes crónicas (Lago Blanco
et al., 2012).
Para combatir esta problemática, los medios sociales deberían de implementar una gran cantidad
de filtros como: realizar una lista de términos que fomenten la anorexia para bloquear su
contenido, establecer un fuerte mensaje de advertencia al momento de identificar si una
fotografía o imagen estimula a la adolescente a ver la enfermedad como un estándar de delgadez
y crear una opción en la que se pueda denunciar a los grupos o páginas que promuevan este
trastorno alimenticio como un modelo de figura ideal y estilo de vida saludable.

Marco Teórico – Analítico


Para empezar, se establecerá el significado del término “PRO-ANA”, el cual es una ideología
cuyos seguidores creen que la anorexia es un "estilo de vida" y no una enfermedad,
minimizando sus consecuencias para la salud (Lorenzo, 2017). Los seguidores “PRO-ANA”
difunden su pensamiento en las redes sociales con la finalidad que más personas aprendan y
efectúen su manera de vivir.
A continuación, se analizarán los filtros que deberían implementar las redes sociales para evitar
la difusión de la anorexia como estereotipo de belleza y cuerpo perfecto.
El primer filtro es que las redes sociales tengan en su sistema, una lista de términos relacionados
a la anorexia para que cuando un usuario quiera colgar información que promueva el trastorno
alimenticio como un estilo de vida saludable o como un sinónimo de belleza, el medio social
identifique la publicación e inmediatamente bloquee este contenido. Esta medida es necesaria,
puesto que los grupos que apoyan y fomentan la anorexia han creado su propio lenguaje,
símbolos de identificación y códigos en donde buscan alentar a las chicas a perder cada vez más
peso (G. Bermejo et al., 2011). Estos grupos “PRO-ANA” tienen en las redes sociales su propio
argot, el cual es un vocabulario entre la familiaridad del trato a una amiga y el secretismo propio
de una formación clandestina. Este léxico es muy conocido entre las usuarias que frecuentan
estos medios sociales; ellas utilizan una gran variedad de conceptos, que expresan de manera
más simpática y disimulada las malas acciones que van a realizar como “hacerse un prosi” que
hace referencia a autolesionarse. Además, realizan alusiones a una mascota indefinida llamada
ED, la cual significa desorden alimenticio o ideas como la “trasposición de la materia”. Esta
consiste en que si las adolescentes se hacen daño en una parte del cuerpo, el propio organismo,
siguiendo un acto reflejo, trasladará la materia desde el lugar del que quieren rebajar volumen
hacia el lugar dañado, a fin de paliar ese dolor (Jiménez Morales, 2012). De igual manera, un
estudio de Bert y otros (2016), manifiesta que en la plataforma Twitter se demostró que los
hashtags más utilizados en la red social respecto a la anorexia son “thinspiration", "PRO-ANA",
"thin15" y "ANA tips". Estos hashtags te direccionan a cuentas que contienen información
peligrosa sobre la imagen corporal, los hábitos alimenticios y el aspecto físico.
Todo lo anterior demuestra el vocabulario oculto que presentan las adolescentes, las cuales
utilizan frases creadas entre ellas mismas para hacer referencia a la anorexia sin tener que
mencionarla explícitamente y lograr encubrir su trastorno alimenticio. Por otra parte, no solo
sirve tener una única lista de términos sino es importante que esta se encuentre en constante
actualización, puesto que a medida que se van descubriendo las terminologías hacia la anorexia,
las adolescentes, para seguir escondiendo su trastorno alimenticio, van creando nuevas palabras
cada vez más disimuladas.

El segundo filtro es que los medios sociales establezcan un fuerte mensaje de advertencia al
momento de identificar si una usuaria quiere publicar una fotografía o imagen que estimule a las
adolescentes a ver el trastorno como un estándar de delgadez. En muchas redes sociales, al
momento de publicar una fotografía, no existe ningún aviso que indique que la foto está
difundiendo una imagen errada acerca de un “cuerpo ideal” o de un estilo de vida saludable. Un
ejemplo de esto es un caso de Bragazzi y otros (2019), los cuales estudiaron 402 sitios web y
demostraron que los medios tienden a difundir imágenes de modelos anormalmente delgadas.
Esto ocurre mucho más en los grupos “PRO-ANA”, puesto que las jóvenes buscan estos sitios
para ver esas imágenes y aspirar a conseguir el cuerpo de la fotografía. Las mujeres jóvenes no
solo documentan continuamente sus metas y el progreso de su trabajo local en sus cuerpos en
línea (blogs, foros, weblogs), sino que también usan estos documentos para la inspiración y
motivación mutua de sus proyectos corporales (Schünzel, 2019).
Las jóvenes se encuentren en una edad en donde son muy susceptibles a lo que observan en las
redes sociales, por lo que al observar que existen fotografías de mujeres exageradamente
delgadas, las cuales son aceptadas por otros usuarios de la red, genera que ellas realicen todo lo
posible para verse igual de delgadas. Por esta razón, para lograr su objetivo de “cuerpo
perfecto” comienzan a seguir dietas estrictas que se encuentran en estos grupos, las cuales no
son aprobadas por especialistas de la salud. Los grupos “PRO-ANA” les sugieren que tomen
laxantes o realicen ejercicio excesivo para poseer el cuerpo que tanto desean y, de esta manera,
logren obtener la aceptación social que buscan. La pérdida de peso empieza a volverse lo más
importante para sus vidas y la “solución” a sus problemas de salud (Mento et al., 2021).
Por consiguiente, si los sitios web no establecen un anuncio impactante que estipule los graves
daños que puede ocasionar subir fotografías de cuerpos extremadamente delgados, solo
generarán que muchas adolescentes que se encuentran insatisfechas con sus cuerpos sucumben
ante los desórdenes alimenticios y busquen información sobre este tipo de contenido.

El tercer filtro es que los sitios web creen una opción en la que se pueda denunciar a los grupos
o páginas que promuevan este trastorno alimenticio como un modelo de figura ideal y estilo de
vida saludable. A diferencia de los dos primeros filtros, en los cuales se busca eliminar el mayor
contenido acerca de la anorexia como símbolo de belleza, esta última medida, además de eso,
busca erradicar el contenido “PRO-ANA” que existe actualmente en las redes. El hecho de que
se pueda encontrar una comunidad en la web que glorifique la anorexia y cuyos miembros se
apoyen entre sí constituye un factor que profundiza la enfermedad. Estos son sitios webs que
abundan en mensajes que tienen como objetivo motivar a seguir perdiendo peso o mantenerlo
bajo (Hoffmann, 2018). Las formas en que las personas llevan el cuerpo a estos espacios
virtuales son complejas y múltiples, pero a menudo reproducen los valores culturales
dominantes en torno al cuerpo delgado (Riley et al., 2009). Estas páginas no solo motivan la
pérdida del peso, sino, también brindan consejos de cómo perder peso para llegar a ese ideal de
belleza; asimismo, relucen la poca cantidad de comida que consumen por día.
Por ello, que los usuarios puedan denunciar las páginas donde se promueve los trastornos de
conducta alimenticia (TCA), generará que menos adolescentes ingresen a estas páginas, realicen
autolesiones para conseguir la aceptación que hay en estos sitios webs y cometan acciones que
atenten contra su salud por los “consejos” que brindan estos grupos para llegar a una delgadez
extrema. De igual manera, evitaría que más jóvenes encuentren estas redes sociales y vean las
múltiples publicaciones sobre “cuerpos perfectos” que promueven su inseguridad corporal.
Puesto que muchas de ellas al observar que los cuerpos que se difunden son sinónimos de
belleza y estilo de vida saludable, desearan poseer esos cuerpos “perfectos” sin medir las
consecuencias de sus actos.

Por último, es importante tener en cuenta que no solo se deben implementar filtros en las redes
sociales para evitar la búsqueda de los grupos “PRO-ANA”, sino también es muy significativo
el rol familiar en las jóvenes, puesto que son ellos el soporte más importante para que una joven
no implemente el desorden alimenticio como un estilo de vida saludable o vea una contextura
extremadamente delgada como un “cuerpo ideal”, el cual debe conseguir. Del mismo modo, la
supervisión de las redes sociales es importante, debido a que la influencia de los medios sociales
en las jóvenes es cada vez mayor y sin una correcta vigilancia en lo que buscan, las adolescentes
pueden encontrarse con publicaciones en la que se consideren como un estándar de belleza, la
extrema delgadez. Ellas al ver en los comentarios tanta aceptación por parte de los usuarios
pueden comenzar a sentirse mal con su propio cuerpo y entrar en una depresión ocasionando
una insatisfacción corporal. Por esta razón, los padres deben dialogar siempre con sus hijos para
prevenir los malos usos de la tecnología y proteger el bienestar de las adolescentes en el mundo
virtual (López De Ayala et al., 2019). Para ellos, debe ser fundamental informarse acerca de los
peligros del Internet, ya que así evitarán que las distintas ideologías negativas como el
pensamiento de los grupos “PRO-ANA” en los medios sociales impacten en sus hijas y les
cause daño.

Consideraciones preliminares sobre métodos, cronograma y recursos

La metodología que se utilizará para realizar este trabajo de investigación será bibliográfica. El
motivo de esto es que hay diversos estudios del tema propuesto realizados internacionalmente.
Un ejemplo de esto son las citas: “Thinspire me” de Schünzel o “Pro Ana: eating disorder or a
lifestyle?” de Hoffmann, las cuales se encuentran en alemán e inglés respectivamente. De igual
manera, se comprobará la información brindada de las referencias bibliográficas a través de
diferentes redes sociales y múltiples blogs. Esto para observar, de manera personal, el
comportamiento de los grupos PRO-ANA. Del mismo modo, con la información encontrada en
las diferentes fuentes bibliográficas y lo visto a tráves de los medios sociales, se comprobará,
por un lado, si realmente existen filtros en las páginas web anteriormente mencionadas. Por otra
parte, se expondrá si los filtros planteados en el texto son los ideales para combatir la
información brindada a favor de la anorexia como estilo de vida saludable y estándar de belleza.
Se estima que la presente investigación tendrá un plazo de duración de 12 meses. A
continuación, se exhibe el cronograma a seguir.
En primer lugar, se revisarán diversas publicaciones académicas acerca de la anorexia, los
grupos PRO-ANA y los motivos por los cuales las adolescentes se adentran a esta enfermedad.
Esto tendrá una duración de 3 meses.
En segundo lugar, a partir de las publicaciones revisadas con anterioridad, se analizarán como
las redes sociales influyen negativamente en las adolescentes para padecer esta enfermedad y
camuflarlas como un esteriotipo de belleza y un estilo de vida saludable. Asimismo, se
observará, personalmente, en las redes sociales, los diversos grupos PRO-ANA que existen, la
información que brindan y cómo la comparten. Esto tendrá una duración de 4 meses.
En tercer lugar, luego de tener toda la información recolectada tanto en diversas fuentes
bibliográficas académicas como de manera personal, se procederá a recomendar distintos filtros
que pueden implementar las redes sociales para evitar que se comparta la información de la
anorexia en los grupos PRO-ANA como cuerpo perfecto y estilo de vida sana. Esto tendrá una
duración de 3 meses.
Por último, esta etapa tendrá una duración de 2 meses. En ella se determinará cuáles son los
filtros más útiles y realistas que se puede implementar dependiendo de la necesidad de cada
medio social. Además, se revisará todo el trabajo.
Cabe recalcar, que el recurso más importante para que se realice este trabajo de investigación
será una laptop con acceso a internet, ya que esta permite el acceso a investigaciones que se
encuentran en Google académico, artículos de revistas académicas, entre otros. Mediante esta
herramienta se podrá analizar la mala influencia que tienen las redes sociales en la anorexia de
las adolescentes y cómo se puede parar esta problemática.
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