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MÉTODO

DE CHOQUE

SERAPIO MUCHA YAROS

CENTRO TRANSDISCIPLINARIO PARA EL HUMANISMO ECONÓMICO, A. C.


MÉTODO DE CHOQUE
SERAPIO MUCHA YAROS
PRIMERA VERSIÓN
México, 2023

© Derechos reservados por el autor.

civilizacionsolidaria@yahoo.com
muchayaros@gmail.com
SUMARIO

Introducción 7

I
Explosión e implosión universal 11

II
Replicación, división y multiplicación 27

III
Sincronización y expansión 39

IV
Purificación, sanación y restauración 49

V
Trabajo y el arte de la manutención 61

VI
Ciencia, tecnología y poder 71

Introducción

En las relaciones y las interacciones cotidianas, las recomendaciones


personales e institucionales, consisten en no generar y acontecer los
roces, los enfrentamientos, los choques y los desencuentros. Se busca
que la concordia, el consenso y la civilidad prevalezcan en todos los
espacios y los momentos. La convivencia democrática, la coexistencia
amistosa y la cohabitación fraterna son las reglas prevalecientes. En este
proceder se presume se encuentran el estado de derecho, el respeto, la
seguridad y la protección.

La realidad histórica es machacante: en todos los espacios y los tiempos


la humanidad enfrenta los estallidos, los enfrentamientos, las guerras, los
desacuerdos, las separaciones y las destrucciones. Con justa razón, los
pensadores antiguos y actuales, afirman que no hay la tranquilidad, la
paz y el consenso en el mundo. Dentro de cada país y en cada lugar en el
Planeta, el ser social que se afirma es racional y posee una moral, desata
una multiplicad de actos que enemistan, fragmentan y polarizan. La
multiplicad, la pluralidad y la diversidad existencial asimila, genera y
acontece la diferenciación y la unicidad.

El orden histórico, desde la aparición del ser social en el Planeta hasta la


actualidad, evidencia tres formas de socialización e interacción. La
primera es la complementariedad entre el varón y la mujer que forja y
sedimenta la familia. La segunda es la conformación y la permanencia de
la colectividad o la comunidad. La tercera es el proceso de producción que
involucra a las dos primeras en una interpenetración, enlazamiento y
conglomeración para subsistir. Son las tres primeras instituciones, pero
permanentes. Sin estas tres instituciones no existe la sociedad, la historia
y la civilización.

La dinámica interna y externa de las tres instituciones primigenias, pero


abiertas a continuas ampliaciones y ramificaciones, opera mediante la
poliformidad y la multimodalidad de acciones y reacciones. Donde el unir
y el diferenciar, el atraer y el repeler, el conglomerar y el correlacionar o
el sincronizar y el integrar a las existencias desiguales son procederes
claves. La soledad, la individualidad y la personalidad adquieren

significado dentro de la aglutinación y la conglomeración. Sin las


relaciones multidireccionales y sin los movimientos poliformes no existen
el vivir, el trabajar y el razonar. La colectividad es fundamental en el
existir. El ser en el estar se manifiesta en la totalidad y la universalidad
existencial como un proceso continuo de integración, derivación,
combinación y multiplicación.

Todos los sistemas y los procesos naturales universales funcionan y


operan con incesantes fricciones, choques y confrontaciones. No existe
algo y alguien en la Naturaleza y el Universo que se halla en el reposo, la
tranquilidad, la inoperatividad y la placidez. Cada existencia en su
ubicación, conforme a los movimientos y los desplazamientos que son
inherentes, cumple su rol en medio, dentro y atrapada por una diversidad
de colisiones. La superficie y la interioridad del Planeta, los mundos
siderales y las conglomeraciones luminarias, se encuentran desplegando
las grandes y las diferentes explosiones.

La historia se crea, la sociedad se organiza y la civilización se construye


con una diversidad de fragmentaciones, choques y despedazamientos de
la base económica, el contexto general y las circunstancias particulares.
Las relaciones sociales, las interacciones en los espacios labores, los
encuentros en las instituciones y las concurrencias en los diferentes
lugares son eventos no amenos, sino confrontados, diferenciados y
conflictuados. Los problemas históricos, familiares y laborales se
resuelven con la dialéctica exigencia-cumplimiento, deber-prerrogativa,
responsabilidad-derecho, hablar-callar, solicitar-conceder, diferencia-
consenso, imputación-defensa, pluralidad-unicidad, recibir-entregar,
aceptar-rechazar o pedir-otorgar.

Son procederes, eventos y acciones de disputa y entendimiento. En


algunas situaciones puede generarse la enemistad, las complicaciones y
los antagonismos inconciliables. Pero tales sucesos acontecen con
frecuencia en el modo de producir clasista por la presencia de los intereses
confrontados, los ideales que responden a las posiciones de las clases
sociales, las políticas al mando que fomentan las vanguardias, las
doctrinas en boga y las creencias disímiles. En el modo de producir aclase,
la economía natural de subsistencia, no existen las contradicciones
antagónicas, sino solamente las diferencias y los desacuerdos en
determinados asuntos. En el clasismo económico, las diferencias y las
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desavenencias, por las pugnas interclasistas, se convierten en las


contradicciones antagónicas. Incluso siendo una contradicción secundaria
e insignificante llega a operar como una contradicción principal. Al modo
de producir clasista acompañan los dos tipos de contradicciones:
antagónicas y no antagónicas.

La realidad natural, histórica y racional, siendo a la vez objetivas y


subjetivas, emergen y acontecen con los choques, las confrontaciones,
las explosiones, las colisiones y los impactos. El amor, los encuentros
placenteros, las interacciones diversas y los enlazamientos son
acontecimientos que contienen, generan, despliegan y ocasionan los
desencuentros, los rompimientos y las desilusiones. Todos los ámbitos,
las dimensiones y los niveles del vivir están envueltos con los choques de
distinta velocidad, densidad e intensidad.

Son los primeros pobladores del Planeta, en especial las colectividades


primigenias, quienes se percataron sobre un proceder existencial
universal: el método de choque. Con este hallazgo, de simples
recolectores, pasaron a laborantes realizando una multiplicidad de
actividades y ocupaciones. Es este método que origina el sistema de
producción, el acontecer económico y las condiciones materiales de
existencia. En todas las existencias, en todos los lugares por donde
recorren y en todos los movimientos naturales encontraron las
explosiones, las implosiones y las colisiones que impulsan el desarrollo,
el avance y la expansión.

Al observar los fenómenos naturales, particularmente los procesos


geodinámicos y los eventos meteorológicos, comprendieron que el fluir de
la vida surge, prosigue y salta a otra dimensión con los choques y las
explosiones. La totalidad y la universalidad existencial, la globalidad del
ser en el estar, absolutamente contiene y desenvuelve los estallidos, los
reventones y las explosiones. Porque sin tales acontecimientos no hay la
replicación, la ramificación, el desarrollo y la expansión.

Para la racionalidad clasista, utópica y abstracta el proceder natural


universal es algo espantoso. No encaja en la lógica clasista los incesantes
reventones en el interior y el exterior de la materia, el organismo, la
Naturaleza y el Universo. En la racionalidad mítica, donde la cosmogonía
primigenia reconoce las conflagraciones cósmicas como fundamento de la
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multiplicación y el avance, los choques son fundamentales, necesarios e


irrevocables. Las explosiones en los contenidos y los componentes de la
Naturaleza y el Universo son terroríficas, fenomenales y tormentosas. Son
procesos de fragmentación, remoción e integración sin anular, mitigar o
desaparecer las colisiones. Las cohesiones y las consolidaciones también
suceden con los choques.

MÉTODO DE CHOQUE, en la actualidad aplicado en la ciencia médica con


cierta parsimonia, es un testimonio sobre la manera en que el
colectivismo andino asimila, ejecuta y utiliza. En la transmisión y la
retransmisión mítica de la cosmogonía ancestral, obligando a la niñez y la
adolescencia a caminar en distintas partes de las territorialidades
comunitarias, los sabios y las resguardantes de la sapiencia antigua,
enseñan a asimilar, interiorizar y aplicar. Desde la cima de los cerros
dejan que los niños y las niñas avienten las piedras redondas para que
vean lo que sucede en su recorrido. Las piedras lanzadas caen revotando
y hasta arrastrando a otras. A lo lejos se divisa una polvareda que se
levanta. Es señal de que ocasiona los grandes encontronazos con la tierra,
la grava, la arena, las piedras y las rocas.

Con diversos ejercicios durante el pastoreo de los auquénidos, los


ganados y otros animales o en las labores agrícolas muestran la
presencia, la utilidad y la potencialidad de las colisiones, los choques, los
reventones y las explosiones. Identificar, conocer y aplicar los choques
según la naturaleza, el tamaño y la forma de las existencias es la parte
central del adiestramiento colectivo. Las reglas ancestrales, las directivas
antiguas y los mandatos primigenios son las condensaciones de tres
eventos naturales universales: las colisiones, las explosiones y las
separaciones de las existencias; las replicaciones, las combinaciones, las
integraciones y las sincronizaciones existenciales; las cohabitaciones, las
codependencias, las reciprocidades y las coexistencias dentro de la
dinámica confrontacional.

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I
Explosión e implosión
universal

Cuando la teoría del big bang surge como una explicación aceptable sobre
el origen y el desarrollo de la universalidad existencial, los intelectuales
identificados con el creacionismo y hasta el evolucionismo, lanzaron los
gritos a lo alto e incluso rasgaron sus vestiduras. Fue la teoría que causó
los estremecimientos y las conmociones amplias. La ciencia asimila esta
teoría recién en el siglo XX. Tuvieron que pasar miles de años desde que
la cosmogonía original del colectivismo primigenio ya afirma que las
explosiones, las colisiones y las implosiones son determinantes. Los
pueblos originarios, en particular el colectivismo andino, reconocen a la
explosión un rol fundamental en el fluir de la vida.

En la teoría de la gran explosión como la forma del comienzo del Universo


se encuentran tres problemas: (a) la ciencia no existe ni opera sin el
concepto de la eternidad y la infinitud; (b) la materia en perpetuo
movimiento no puede comenzar con un punto; (c) el universo no existe,
no se extiende y ni se expande sin la materia que es la materialidad del
ser en el estar. La extensión y la expansión del universo es precisa y
exactamente la ampliación, la ramificación y el ensanchamiento de la
materia. El espacio y el tiempo, la materia y el movimiento, la energía y
el átomo o el ser y el estar siempre existen. En la afirmación que presume
ser científica: con el gran estallido de la nada y el caos emerge la materia,
se retoma reconvencionada la postura religiosa de la creación.

Considerar que en el inicio de todo la materia era un punto infinitamente


pequeño que al inflarse explotó y se expandió por todas las direcciones
es caer en la entelequia bastarda. Postular que tras la explosión se forman
las primeras partículas subatómicas es desconocer la estructura del
átomo, la taxonomía de la materia, la arquitectura global y la
morfogenética del ser. Las dimensiones, los volúmenes y la masa de la
materia varían en el devenir con las continuas explosiones, choques,

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impactos y colisiones. La materia es la forma, la esencia y la


manifestación de la totalidad y la universalidad existencial. De donde, la
postura del isotropismo, adquiere relevancia siempre en convergencia con
la bosón y la fermión. Quienes no aceptan la infinitud y la eternidad como
punto de partida de lo que fue, es y será seguirán divagando en los
laberintos del clasismo.

La materia, base y fundamento de la Naturaleza y el Universo, no se


origina con la gran explosión. Iván Agulló tiene razón al decir que el
Universo no puede comenzar con la gran explosión, pero sí inició la
expansión cósmica (Más allá del big bang). Nada y desde la nada no surge
algo y alguien. La inexistencia no puede explotar y tampoco puede devenir
en la existencia. Este es el aspecto dramático, oscuro y hasta risible de la
ciencia. Solamente algunos y algunas que aceptan ciegamente una
confesionalidad pueden sostener que la nada y el caos son los precedentes
y los originantes de la materia.

El modo de producir clasista, especialmente el capitalismo imperialista


planetarizado, con cuatro eventos, pruebas y experimentos demuestra la
eternidad de la materia y su expansión en el infinito: (a) las extracciones,
los desplazamientos, las fragmentaciones, las trituraciones y los
polvorizaciones a la que somete en el proceso de producción; (b) las
modificaciones, las alteraciones, las transmutaciones y las combinaciones
de la estructura de la materia y la genética de las existencias; (c) las
divisiones, la desintegración del núcleo atómico, el intercambio de
neutrones y la fisión de los núcleos atómicos ocasionan la liberación de la
energía o la explosión atómica; (d) la fusión nuclear, los explosivos
químicos y la fundición de los isótopos. Estos procedimientos acontecen
las explosiones que destruyen a la materia, pero sin llegar a
desaparecer. La materia queda sometida a una diversidad, constante y
creciente transformación.

La teoría big bounce, el gran rebote que acontece la contracción y la


compresión, cae en la misma postura confesional: admitir en creencia que
el cosmos surge al final de una fase cosmológica anterior o un rebote de
algo preexistente (Sunny Vagnozzi y Abraham Loeb, El desafío de
descartar la inflación a través del fondo del gravitón primordial). Ambas
teorías al no reconocer explícitamente la eternidad de la materia, la
perennidad del movimiento y la inagotabilidad de la energía universal
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colocan a la ciencia dentro del gran acto de fe. La ciencia al dudar de la


MATRIZ anidadora, incubadora, generadora y propulsora de la vida oscila
entre la certeza, la ambivalencia y la fantasía. En vez de arrancar los velos
que esconden los misterios y los enigmas sobre la fuente origen de la
vida, la existencia y el avance, enredada con las doctrinas clasistas, trata
de asir la realidad natural replicando, simulando, simbolizando,
representando y abstrayendo.

Sin reconocer el rol esencial de la racionalidad mítica, el patrimonio


cultural del colectivismo, aborda la universalidad existencial con las
suposiciones, las conjeturas y los tanteos. Cuando la cosmogonía
primigenia no está presente en la racionalidad, por el predominio de las
construcciones lingüísticas y la ampulosidad de las categorías, cae en un
grave error y problema: separar al cognoscente de la realidad que se
busca aprehender, conocer e interpretar. El ser social se coloca fuera de
la universalidad existencial, por encima de las existencias y como el único
ser razonable. El pensar y el saber ancestral es un proceso de
mancomunación entre el conocedor y lo que se busca conocer.

Mientras la ciencia acepta al ser social fuera, superior y por encima de los
contenidos y los componentes de la Naturaleza y el Universo, la ontología
y la gnoseología, marcharán separadas, confrontadas y desconectadas.
La cosmogonía ancestral afirma que el ser social no es diferente, superior
y separado de las existencias abióticas y bióticas o inorgánicas y orgánicas
que son las formas de la existencia y la manifestación de la materia. La
materia es la esencia, la sustancia, la base y el fundamento del ser en el
estar. Se halla en estado puro, mezclado o combinado. Está constituida
principalmente por el átomo y las moléculas. Es anterior al espíritu. Este
asunto queda claramente explicado en Génesis 1 y 2: ELOHIM formó a la
persona de la tierra y vivificó concediendo el aliento vital.

La materia tal como demuestra la física, la biología y la química se


transforma incesantemente y queda sujeta a la destrucción. Su infinitud
y eternidad se encuentra en que no puede desaparecer. El modo de
producir clasista es polvorizador de la materia. La estructura atómica y
molecular, la conformación genética y la composición celular de las
existencias, desde la infinitud hasta la infinitud, con la ENERGÍA no
solamente se mueve, se desplaza, se transforma, se replica y se
multiplica, sino también explota, revienta, implosiona, colisiona y choca
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al grado de acontecer, generar y provocar el surgimiento de las nuevas


existencias, ramificar y especializar a las existentes, multiplicar y
desplazar espacial y temporalmente, conservar y dar prosecución,
desarrollar y expandir indefinidamente. El movimiento es multivariado,
polidireccional y multimodal. La materia, la energía y el movimiento son
infinitos espacialmente y son eternos temporalmente.

En la cosmogonía ancestral, la Naturaleza y el Universo, los progenitores


del ser social, no tienen origen ni fin. Como las fuentes, las causas y los
orígenes del fluir de la vida siempre están en movimiento, persistencia y
continuidad. El proceso de surgimiento, desarrollo, decadencia y muerte
no existe en la sapiencia antigua. Porque la perennidad de la materia, sus
condiciones y sus estados siempre en transformación solamente
acontecen el desarrollo desigual, la expansión y la trascendencia. La
cosmogonía original es naturalista, realista y vitalista que reconoce la
génesis, la estructura, la arquitectura y la fisonomía universal como la
autogeneración, la autoreplicación, la automultiplicación, la
autoconfiguración, la autopropulsión, la autopurificación y la
autoexpansión de la universalidad existencial.

Donde la ENERGÍA, omnipresente e inconmensurable, conserva el


movimiento, la temperatura, la presión y las interacciones existenciales
fluyendo por los canales, los circuitos, los filtros y los filamentos dentro y
fuera del ser en el estar. La energía es la fuente vivificante de todo. El
fluir de la vida, la continuidad de las existencias y el desarrollo expansivo
DEPENDEN de la energía. La permanencia, la transformación, la
multiplicación y la expansión de la materia suceden exclusivamente con
la energía. Sin este evento no hay las generaciones y las continuidades.
El llamado crecimiento, ensanchamiento y expansión del Universo es la
ampliación, la ramificación y la extensión de la materia.

La materia, en sus dos formas de existencia y sus diversos estados de


transformación, por su estructura compleja integrada por una diversidad
de componentes y contenidos, tiene la potencialidad, la fuerza y la
dinámica de acontecer la explosión y la implosión. Los cuatro procesos
naturales universales: la generación y el surgimiento, la replicación y la
diversificación, la multiplicación y la prosecución, y, el desarrollo y la
expansión son los resultados y las dinámicas de la materia infinita, eterna
y omnipresente en movimiento incesante. La energía en estos procesos
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cumple un rol decisivo con sus tres procedimientos: la acumulación, el


llenado, la conservación, la generación y la movilización de la masa, el
cuerpo, la sustancia y la fuerza; la transferencia, el vaciado, el desgaste
y el agotamiento de la potencia, la sustancia y la fuerza; la reposición, la
restitución, la regeneración y la recomposición.

Para que acontezcan los dos grandes eventos que empujan la expansión
y el avance continuo: LA EXPLOSIÓN Y LA IMPLOSIÓN, la energía y el
movimiento que confluyen en la estructura interna de la materia tienen
que producir la colisión y la succión. Este proceso, procedimiento y
acontecimiento operan dentro de la interacción entre EL TODO Y EL
VACÍO. Si no hay vacío, los fragmentos y las partículas que vuelan, se
alejan y se desplazan, jamás llegarían a acontecer cuatro situaciones:
insertarse, anclarse y pegarse a la materia, los cuerpos y las sustancias
que ocupan un espacio; juntarse, conglomerarse y originar una nueva
manifestación de la materia; absorber, revotar, redireccionar, traspasar
y seguir moviéndose envueltos, rodeados y acompañados por el polvo
cósmico, las luminosidades y las partículas presentes; atraer, repeler,
empujar, cohesionarse y consustanciarse.

La integración y la derivación, la diferenciación y la jerarquización, la


selección y la conglomeración, la reducción y la ampliación, la separación
y la unificación, la absorción y la expulsión, el cierre y la apertura, la
entrada y la salida, el acercamiento y el alejamiento, la ramificación y el
ensanchamiento, la replicación y la multiplicación, la permanencia y la
continuidad, y, la interasociación y la sincronización son las dinámicas y
las dialécticas de la materia. La explosión y la implosión suceden como
parte de este proceso-sistema, pero a la vez aconteciendo las nuevas
dimensiones existenciales. La contracción y la expansión son las directas
y las inmediatas consecuencias de la explosión.

Es singularidad de la materia: una complicada vida interna y disponer sus


propias fuentes de energía. La materia en la postura ancestral, por
constituir el cuerpo-organismo base, existe y opera combinando el ser
en el estar oculto y visible, la grandeza y la pequeñez, la fealdad y la
hermosura, la dureza y la blandura, la crudeza y la esbeltez, la fragilidad
y la solidez, la elasticidad y la resistencia, la sustancia y la consistencia,
la altura y la profundidad, la amplitud y la estrechez o lo agradable y lo
terrorífico. Todas las formas de proceder, suceder y acontecer de la
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materia muestran la multiplicidad, la diversidad y la pluralidad del ser en


el estar. La materia en su existencia, forma y estar es ÚNICA, pero en sus
movimientos, desplazamientos y reacciones es diversa, múltiple y
diferente. De allí procede la conformación de los planetas, los cuerpos
celestes, las estrellas, los mundos siderales, los sistemas solares, las
constelaciones estelares y las megaconglomeraciones con las densidades,
los volúmenes, las masas y las ubicaciones completamente especiales,
singulares y particulares.

Movimiento y desplazamiento tanto de la energía como de la materia


suceden sin interrupciones y sin opacidades. En el interior de la materia,
la estructura atómica y la configuración nuclear, la energía según los tipos
de los movimientos y las direcciones del fluir energético, pueden
aumentar, acelerar, disminuir, potenciar y transferir las temperaturas, las
presiones, las diluciones, las soluciones y las combinaciones aconteciendo
la explosión o la implosión. Donde el calor, el fuego, la ebullición, la flama,
la fricción y la colisión revientan a la materia replicando, diversificando,
multiplicando y generando su expansión. La explosión consiste en
reventar y fragmentar una forma morfogenética de la materia sin
anular, sin eliminar y sin destruir el armazón nuclear, molecular, atómico
y celular inicial para que la expansión suceda exactamente en la
ampliación, el ensanchamiento, la extensión y la proliferación de la
materia en el espacio infinito.

El vacío en el espacio recibe todos los fragmentos, los polvos, la retazos


y las partículas de la materia reventada. Al momento de la explosión una
diversidad de partes y trozos de manera inmediata quedan pegadas en
otros cuerpos, mundos y conglomeraciones existentes. Las que no llegan
a insertarse y anclarse se mueven sin rumbo fijo hasta que quedan
aglutinadas o absorbidas. Con el paso de los rayos solares son visibles el
cúmulo de pedazos y fragmentos que el vacío recibe, contiene y procesa.
Es del vacío que acontece la extracción de las partículas, los polvos y las
porciones que fueron arrojados durante la explosión.

La totalidad, la globalidad y la universalidad (EL TODO), en la cosmogonía


antigua, es la UNICIDAD ORGÁNICA que posee, dispone y contiene la
infinitud y la eternidad. La Naturaleza y el Universo son las dos
dimensiones y los dos ámbitos correlacionados del todo. La materia
sólida, líquida, gaseosa, plasma, original, derivada, condensada y dividida
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está presente, operando y formando nuevas arquitecturas, nuevas


estructuras y nuevas aglomeraciones. Si no acontece este proceso, la
universalidad existencial, entra a las refracciones, las contorsiones, las
deformaciones y las alteraciones que llegan a diversos choques sin
generar el desarrollo y la expansión. Es la colisión que acontece big rip
(el gran desgarramiento), big crunch (el gran colapso) y big freeze (la
muerte térmica). Este anuncio de las diferentes sapiencias disciplinarias
se asemejan a las profecías de la literatura apocalíptica.

En la creencia ancestral, la materia es asumida y respetada como la


madre y el infinito como el Padre, porque el ser en el estar es anterior,
fundamento y base de la racionalidad, las ideas, la espiritualidad, la
conciencia y las subjetividades. La materia no solo se halla independiente
fuera de la voluntad, la conciencia y el estar del ser social, sino también
conformando su organismo. La universalidad existencial es materia en
toda su configuración, componente, estructura y dinámica. Es una
realidad visible, palpable, reconocible e identificable por todas las
personas. No es una simple categoría ni una idea, sino una objetividad y
certeza incuestionable (S. Strelkov, Mecánica; S. Meliujin et al, Problemas
filosóficos de la física contemporánea; M. F. Niesturj, El origen del
hombre; Lenin, Materialismo y empiriocriticismo; Cuadernos filosóficos;
Federico Engels, Dialéctica de la naturaleza; F. T. Arjiptsev, La materia
como categoría filosófica; S. Meliujin, Dialéctica del desarrollo de la
naturaleza inorgánica; El problema de lo finito y lo infinito).

Los contenidos y los componentes de la Naturaleza y el Universo son


materia en sus dos modalidades: orgánicas e inorgánicas o bióticas y
abióticas. En el interior de cada modalidad existe una diversidad de
micropartículas, microorganismos y microestructuras sujetas a tres
dinámicas constantes: las nexaciones, las interconexiones, las
interacciones, los enlazamientos, las complejidades y los entretejimientos
que permiten la cohesión y la sincronía; las divisiones, las diferencias, las
desigualdades y las jerarquizaciones que operan la colisión, la
disgregación, la explosión o la implosión; las transformaciones, los
cambios y los saltos cualitativos y cuantitativos avanzando siempre a
mayores, superiores y nuevos procesos multienvolventes. Las explosiones
suceden en el interior y el exterior de cada forma y modalidad de la
materia. Pueden ser globales, generales, específicas, particulares,
perceptibles e imperceptibles. Pueden reventar la totalidad de la forma o
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solamente algunas de sus partes y configuraciones. Pueden ser de un solo


evento o con las replicaciones, las repicaciones y las repeticiones durante
un periodo. A la vez pueden acontecer con grandes conmociones,
remociones, sacudimientos y arrasamientos o de manera controlada y
restringida.

En forma constante suceden las explosiones. Son acontecimientos en las


cercanías y las lejanías. Los ebullición, el aumento o la disminución de la
temperatura, las incandescencias y los cambios bruscos en la presión
generan y originan los roces, los choques, las colisiones y las explosiones.
El movimiento y la energía operan con las oscilaciones, las vibraciones,
las ondulaciones y las candencias según el espacio y la forma de la
materia. Las explosiones son sucesos estruendosos, eventos ruidosos y
acontecimientos bulliciosos. Por sus impactos, alcances y consecuencias
son peligrosas.

Absolutamente todas las existencias, los organismos y los seres surgen,


permanecen y prosiguen con las explosiones. La replicación, las nupcias
o el proceso de la reproducción, se halla en la base de la vida. La materia
que se divide, la célula que se multiplica y la facultad reproductora
acontecen con la colisión, la explosión y el choque de dos cuerpos
diferentes en masa, volumen, forma y contenido. El choque, la colisión y
la explosión tienen lugar con intensidades diferentes, con velocidades
múltiples, con movimientos poliformes y con transferencias de la energía.
La fecundación, la anidación, la formación del nuevo ser y el nacimiento
son procesos explosivos.

La reposición de la energía gastada, usada, transferida y vaciada sucede


con los choques, las trituraciones y las absorciones. El llenado de la
energía, la acumulación de la energía y el procesamiento de la energía
son acaecimientos colisionales y explosivos. La absorción de los nutrientes
en la ingesta alimentaria son acciones desniveladas y desiguales entre los
organismos, los aparatos y los sistemas del cuerpo. Antes, durante y
después de la degustación existe una diversidad de movimientos que
ponen en tensión a todas las partes del cuerpo, donde las colisiones, las
explosiones y los reventones son constantes. El ser social vive y avanza
dentro de siete tipos de colisiones y explosiones: (1) las que suceden en
la universalidad existencial; (2) las que existen en el Planeta; (3) las que
acontecen en los reinos hasta ahora conocidos; (4) las que acaecen en la
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superficie terrestre; (5) las que acontecen los procesos geológicos y


geodinámicos; (6) las que envuelven al ser en el estar; (7) las que se
presentan en el interior del organismo. Son colisiones y explosiones
completa y absolutamente diferentes. Pero todas en forma combinada,
mezclada y sincronizada rodean, tapan y acorralan al ser social.

En la cosmogonía primigenia, las colisiones y las explosiones en el


encuentro y el cruzamiento de las fuerzas, las partículas, los polvos, los
gases y la sustancias que llegan de las lejanías y las que emergen de las
interioridades, son necesarias, importantes y condicionantes de la
existencia. Sin sus impactos, sin sus influencias y sin sus interacciones el
fluir de la vida simple y llanamente queda extinguida. Los choques, las
colisiones, los impactos y las explosiones son eventos delimitantes del
ser, el estar, el despertar, el avanzar y el expandirse. En este proceso se
identifican tres situaciones que se llaman misterios, maravillas y enigmas:
(a) la imposibilidad de ver en la oscuridad, la noche y la negrura las
formas, la estructura y el movimiento de la materia; (b) el engullimiento
del espacio arremolinado, el vacío espiraloide y el rumbo conoficado a
todas las partículas, las conglomeraciones y las interagrupaciones; (c) las
fuerzas y los movimientos que redireccionan, revotan y disipan la luz que
traspasa algunos cuerpos, aglomeraciones y mega-agrupamientos. Son
los problemas que la ciencia no llega a explicar a pesar de reconocer su
presencia y operatividad.

Las colisiones y las explosiones cumplen ocho finalidades en la


universalidad existencial; (1) dividir, separar y fragmentar para que la
multiplicación, la ramificación y la diversificación sucedan en el espacio
por niveles y etapas ascensionales; (2) reducir, ampliar, endurecer,
adelgazar y consolidar a las existencias; (3) desplazar, relocalizar,
reubicar y remover a las existencias; (4) conglomerar, integrar, reunir,
acoplar, complementar y amontonar a las existencias en sus lugares
originales, en otras situacionalidades y en sus desplazamientos; (5)
atraer, jalar, atrapar, asimilar, empujar, mojar, revotar, repeler,
rechazar, desviar y detener a las existencias; (6) traspasar, arrasar,
constreñir, perforar, agrietar, ahuecar, vaciar, rellenar, tapar y cubrir a
las existencias; (7) mezclar, combinar, alear, salpicar, disolver, diluir,
desmenuzar, moler, descomponer, dispersar y reciprocidar a las
existencias; (8) hervir, calentar, quemar, carbonizar, incinerar, consumir,
derretir, secar, flamear, devorar, desbordar y arder las existencias. Son
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los procesos y los sistemas de la transformación global, la


conformación del metabolismo general y la configuración de las
taxonomías nuevas. Porque las colisiones y las explosiones acontecen
en cuatro momentos claves con mayor impacto: en los inicios de la
replicación, la fragmentación y la diversificación; en las nuevas
existencias y formas de la materia resultantes de la primera explosión;
en los desplazamientos por los diferentes espacios; en las nuevas
conglomeraciones y concentraciones.

Con las colisiones y las explosiones, las existencias bióticas, llegan a


adquirir cuatro cualidades: la flexibilidad, la resistencia, la adaptabilidad
y la mutabilidad. Mientras las existencias inorgánicas demuestran siete
virtudes: la dureza, la firmeza, la rusticidad, la permanencia, el
ensanchamiento, el achatamiento y la desnivelación. La fisonomía de la
materia, la personalidad de las existencias y la dinamicidad existencial
surgen y operan según la intensidad, la forma y la fuerza de las colisiones
y las explosiones. Cuanto mayor y peligrosa son las colisiones y las
explosiones, la materia dividida o fragmentada, llega a multiplicarse en
las lejanías. Porque los fragmentos que vuelan llegan a los espacios
alejados.

Las colisiones y las explosiones tienen sus efectos multiplicadores, sus


impactos trascendentales y sus consecuencias múltiples. Las nuevas
existencias, las nuevas conglomeraciones y las nuevas formas de la
materia que surgen y se desparraman existen y continúan aconteciendo
las nuevas colisiones y las explosiones. Esta es la cadena reproductora
universal. Durante las colisiones y las explosiones, en el lugar donde
acontecen tales eventos, se levanta una polvareda y se presentan los
sacudimientos oscilatorios o las trepidaciones. En caso de que los
reventones son generados y causados por el fuego, aparte de los fuertes
estallidos, surgen las humaredas, los flamazos y las luminiscencias.

Entre los pueblos originarios, a los estruendos y las algarabías que


resultan de las colusiones y las explosiones, llaman la voz del universo,
el grito de la tierra, el gemir de las existencias, el dolor de los seres y el
hablar de todo lo que existe. La velocidad es importante en las colisiones
y las explosiones. Los movimientos multivariados y polidireccionales
pueden acelerar, disminuir y alinear el desplazamiento de la materia que
choca. Existe la idea de que en las colisiones y las explosiones el fluir de
20

la energía queda cortado, interrumpido y alterado. Esa posición es


inaceptable en la creencia antigua. Por la existencia del campo generador
y acumulador energético en la estructura de la materia, al dividirse en
fragmentos, sigue conservando los canales y los circuitos del fluir de la
energía en las nuevas condiciones, formas y procesos. De lo contrario no
habría las nuevas replicaciones, colisiones y explosiones. En vez de la
expansión acontecería la desmembración y la extinción.

Tres condiciones que generan y diseminan las colisiones y las explosiones


permiten el desarrollo desigual: (1) la formación poliforme, distinta y
variada de las arquitecturas singulares, los procesos particulares y los
sistemas enlazados; (2) las ubicaciones y las localizaciones de las
existencia ocupando asimétricamente el espacio; (3) la conformación de
las diferentes agrupaciones, las conglomeraciones, las interasociaciones
y las megaconglomeraciones que integran las unicidades singulares. La
diversidad y la pluralidad existencial son efectos, los resultados y los
procesos de las colisiones y las explosiones. Sin las colisiones y las
explosiones no existen la heterogeneidad, la multimodalidad y la variedad
existencial.

El desarrollo desigual prevalece en la Naturaleza y el Universo. Es el


proceso-sistema base de la expansión. Es fundamental identificar la
manera en que las divisiones, los reventones, las fragmentaciones, las
polvorizaciones y las diseminaciones llegan a integrarse, cohesionarse,
compactarse y sedimentarse. En vez de que surja y se prolifere el caos,
el desorden y la anarquía, por la dinámica de la atracción, la selección y
la conglomeración, predomina el orden, la disciplina y la jerarquización.
La teoría del caos que algunos científicos sostienen, por la prodigiosa y la
grandiosa arquitectura universal, queda desechada. La configuración de
los organismos muestra a la diversidad integrada en la unicidad.

La dinámica global, el metabolismo general y el proceso total muestran


que no existen el equilibrio, la equidad, la igualdad, la linealidad y la
ciclicidad en la universalidad existencial. Las colisiones y las explosiones
son entre las masas, los volúmenes y las fuerzas completamente
desiguales. No existen las paridades, sino solamente las reciprocidades y
las complementariedades en la Naturaleza y el Universo. Tres
acontecimientos provocan y ocasionan el desarrollo desigual expansivo:
(a) la cohesión, la sincronía y la armonización para que la complejidad de
21

la materia sea una infinita integración de procesos multilaterales; (b) la


dialéctica proceso-avance-continuidad-multiplicación-expansión a través
de las continuas transformaciones, divisiones y reconfiguraciones; (c) la
conservación y el ensanchamiento de la unicidad orgánica como la
plenitud de la materia única y a la vez multitensas existencias.

Con las colisiones y las explosiones, la posición de surgimiento, desarrollo,


caducidad y fenecer como el proceso general, queda liquidada. En la
Naturaleza y el Universo no existen el fenecer, el desaparecer y el
extinguirse. Tampoco hay algo y alguien solitario, inútil, desechado e
inservible. Todo lo que hay, existe y surge ocupa un lugar, cumple un rol
y forma parte de la unicidad orgánica. Lo viejo y lo caduco con los diversos
sucesos geológicos, cósmicos, atmosféricos y geodinámicos después de
vivir los grandes sacudimientos, conmociones y conflagraciones quedan
transformados. Es el proceso-sistema de la autogeneración, la
autopurificación y la autoexpansión en donde las partículas, los
fragmentos y hasta las conglomeraciones quedan integradas a otras,
engullidas por los agujeros de distintos tamaños, alejadas hacia los
espacios no detectados y entran a la formación de las nuevas formas del
ser siempre en aglomeración.

Quienes pregonan el fenecer, la muerte y la desaparición, aparte de negar


la base categorial de la ciencia: la materia solo se transforma, la energía
siempre fluye y el movimiento es incesante, olvidan su confesionalidad
materialista. Las existencias por su base única que es la materia, al estar
sujetas a los cambios y las transformaciones incesantes, solamente pasan
a las nuevas dimensiones y formas del existir. Desconocer esta sencilla
certeza significa no seguir la direccionalidad de los movimientos. Los
enigmas, los secretos y lo oculto en la Naturaleza y el Universo son
posibles de asir, aprehender e interpretar siguiendo el sentido, el rumbo,
la dinámica y la fuerza de los movimientos. Lo que indica que no hay el
reposo, la inmovilidad, el estancamiento y la inactividad.

El ser social existe, vive, trabaja y razona dentro de siete tipos de


movimientos: (1) el movimiento general, total y global de la materia; (2)
el movimiento diverso de los contenidos y los componentes de la
Naturaleza y el Universo; (3) el movimiento del Planeta; (4) el
movimiento de la progenitora mientras se halla en formación; (5) el
movimiento propio; (6) el movimiento mecanizado en casos de carencia
22

o ausencia de la motricidad; (7) el movimiento combinado de los


anteriores. En general, el ser social en todos los espacios y los momentos,
siempre se encuentra ejerciendo sus movimientos insertado y anclado en
el movimiento de la materia y las existencias. Pero al pensar y creer que
existe independiente no se encuentra en sintonía y consonancia con los
movimientos de la materia.

Toda la dinámica existencial del ser social muestra que éste es un


dependiente total de los contenidos y los componentes de la Naturaleza y
el Universo. No posee la aptitud y la capacidad de generar la energía sin
la concurrencia y la disposición de las existencias en su doble modalidad:
orgánicas e inorgánicas. La energía que usa, posee, gasta, transfiere,
vacía y emplea PROVIENE de los contenidos y los componentes de la
Naturaleza y el Universo que extrae, procesa, consume y hasta desecha.
La REPOSICIÓN de la energía realiza efectuando las constantes colisiones
y las explosiones en la materia.

Surge y prosigue con las colisiones y las explosiones. Su vitalidad o la


fatalidad orgánica queda sujeta a las formas y los tipos de las colisiones
y las explosiones que acontece, enfrenta, recibe o despega. Son los golpes
diferentes en la vida que César Vallejo describe con meticulosidad
(Poesías completas). Los golpes, las colisiones y las explosiones que
impactan al ser social provienen de la materia, la universalidad
existencial, los resultados del trabajo y las objetivaciones de la
racionalidad. En las interacciones históricas, acontece la doble
dimensionalidad de las colisiones y las explosiones: recibe las ráfagas
incesantes y golpea con sus acciones, decisiones e ideas a sus
semejantes. Recibir y dar los golpes son constantes. La mayor colisión y
explosión que sucede en el orden histórico clasista son las guerras, los
despojos, las represiones, las opresiones y los derramamientos de la
sangre.

Cuando las colisiones y las explosiones naturales llegan a confluir con las
acontecidas por el orden social clasista, en las poblaciones ubicadas
diseminadamente en los países y las localizaciones, causan estragos al
grado de modificar la fisonomía del contexto natural general, expulsar a
los habitantes, destruir los avances logrados y provocar las mayores
polarizaciones. Las que son causadas por el ser social son completamente
destructivas y enemistantes. Pero las que son generadas, provocadas y
23

operadas por los contenidos y los componentes de la Naturaleza y el


Universo son benéficas y fructíferas por dinamizar las purificaciones, las
multiplicaciones y los desarrollos expansivos. La transformación, la
construcción, el mejoramiento, la innovación, la ascensión y la expansión
acontecen con las colisiones y las explosiones. En la base del ser en el
estar se encuentran las colisiones y las explosiones.

Las colisiones y las explosiones son ejercitaciones de poder. Donde lo


grande y lo diminuto, lo visible y lo invisible, lo conocido y lo desconocido,
lo interior y lo exterior o la cercanía y la lejanía entran a los choques, los
roces, los cruzamientos, las intersecciones, las asimilaciones y las
separaciones sin anularse. En este proceso universal, la cronología global
y la alternancia del día y la noche o la confluencia de la oscuridad y la luz,
son acontecimientos inseparables. El espacio y el tiempo marchan
abrazados, enroscados y consustanciados. Solo así permiten las
dataciones, las cuantificaciones y las valoraciones.

Únicamente con las colisiones y las explosiones se descifran, se conocen


y se descubren las interioridades, las profundidades y las amplitudes de
las existencias. Las que emergen, salen y surgen del interior muestran lo
que efectiva y certeramente existe en las profundidades oscuras. Las que
entran, llegan y penetran del exterior y las lejanías revelan lo que hay en
los espacios desconocidos, los mundos extraños y las conglomeraciones
no visibles. Hasta el momento, todo lo que sale del interior, se mueve en
el exterior y llegan de las lejanías, indican al Universo único por ser
materia. Los procesos y los sistemas en la Naturaleza y el Universo
consisten en la materialidad existencial y obedecen a los movimientos de
la materia y el fluir de la energía. Absolutamente todos llegan a persistir
y proseguir con las colisiones y las explosiones.

Son las colisiones y las explosiones que indican la inexistencia del


evolucionismo y la contigüidad lineal de las existencias. Los brincos, los
saltos y los vuelos en el devenir solo son posibles detectar con los
reventones, las divisiones, las colisiones, las explosiones, las
detonaciones y las erupciones. Los tres eventos esenciales
universales: las interconexiones, los movimientos multiformes y las
diferencias acoplativo-contrastivas conforman la DIALÉCTICA DE LA
NATURALEZA. La dialéctica no es una categoría, una ley y un método,
sino una cualidad, una condición y una situación de la materia que se
24

manifiesta de distintas formas en los espacios disímiles y los tiempos


variados. Puede constituir un procedimiento solamente cuando las
colisiones y las explosiones contienen los tres eventos naturales
universales. Porque el método total, universal y global es el choque,
el impacto, el golpe y el encontronazo. La materia no reconoce ni
admite otro método. La universalidad existencial persiste y se expande
con este método único.

Las diversas consideraciones de las categorías dialécticas, especialmente


de los intelectuales soviéticos, son intentos de seriar, codificar y canonizar
una concepción del mundo que afirma ser materialista, científica y
dialéctica. Todos los autores reconocen a la dialéctica como filosofía,
ciencia, método y sistema. Asumen como un proceder en el campo del
conocimiento mejor y opuesto a la metafísica, el idealismo y las otras
corrientes filosóficas (M. Rosental, Problemas de la dialéctica en el capital
de C. Marx; Método dialéctico marxista; P. V. Kopnin, Lógica dialéctica;
G. A. Kursanov, El materialismo dialéctico y el concepto; Elí de Gortari, El
método dialéctico; A. D. Makarov et al, Manual del materialismo
dialéctico; G. A. Kursanov et al, Problemas fundamentales del
materialismo dialéctico; M. Rosental et al, Problemas actuales de la
dialéctica marxista; M. Rosental y G. M. Straks, Categorías del
materialismo dialéctico; F. Burlatski, Materialismo dialéctico; Iván D.
Andréiev, Leyes y categorías fundamentales de la dialéctica materialista;
A. Chunaeva, Las categorías de la dialéctica materialista; A. G. Spirkin,
Materialismo dialéctico y lógica dialéctica; Z. M. Orudzhev, La dialéctica
como sistema; E. V. Iliénkov, Lógica dialéctica; La dialéctica leninista y la
metafísica del positivismo).

En el movimiento comunista planetario, en especial quienes reconocen las


tres etapas del desarrollo de la ideología del proletariado, condensan la
dialéctica en una ley: la lucha de contrarios. Al considerar la resolución
de las contradicciones con la violencia, un suceso específicamente
clasista, acontecen los choques, las colisiones y las explosiones entre las
clases sociales. Son las replicaciones de las colisiones y las explosiones
en los contenidos y los componentes de la Naturaleza y el Universo que
son constantes, terroríficas y altamente disolventes. Pero en la Naturaleza
y el Universo existen los movimientos, los choques y las explosiones
suaves, mesuradas, calmadas y estimulantes como las brisas, los rocíos,
el rozar del aire, la frescura del agua, el disipar el frío, el cobijarse con la
25

sombra o las interacciones placenteras. Puede suceder que una colisión y


la explosión en sus continuidades y persistencias lleguen a presentarse
con menores impactos y resultados. A la vez puede darse el caso de que
los eventos amenos y suaves se tornen en tempestades, remociones y
fragmentaciones. En la Naturaleza y el Universo, por la estructura
compleja y desigual, las condiciones y las posibilidades de las colisiones
y las explosiones se forman en largos periodos.

Los cuerpos que chocan, colisionan y explotan por lo general se desplazan


a grandes velocidades desde las lejanías. Millones de años pueden orbitar
en diferentes espacios. Incluso después de las colisiones y las explosiones
pueden seguir irradiando, influyendo y causando diversos impactos. En
su recorrido dejan secuelas, partículas y fragmentos que atrapan las
grades y las diferentes conglomeraciones siderales, intersiderales e
interestelares. La materia a la que impactan, chocan, colisionan y
explotan queda completamente transformada en su fisonomía y en
algunas ocasiones modificada en su estructura.

Somos resultados y testigos de las colisiones y las explosiones. Vivimos


envueltos con estas dos formas de manifestación del método de choque.
Las colectividades autóctonas y los pueblos originarios, a pesar de que
estas dos modalidades de la transformación y la generación se encuentran
contenidas en la cosmogonía, continúan asimilando en la lucha por la vida
y la subsistencia. El arte de la manutención y el arte del vivir acontecen
con la aplicación del método de choque. Este método no consiste en las
abstracciones de las diferentes determinaciones ni en la elevación de lo
concreto a lo abstracto para aterrizar en lo concreto real. El método de
choque coloca en la base del ser en el estar a la unicidad orgánica (el todo
viviente) que es la materia. Ni es un avanzar de lo simple a lo complejo,
sino un situarse en la unidad de la diversidad. La materia es el
fundamento, el sujeto y el agente del proceso real, complejo y universal.

26

II
Replicación, división y
multiplicación

El fluir de la vida sucede siempre con las replicaciones, las divisiones y las
multiplicaciones. La perpetuidad de la especie, la prosecución y la
continuidad histórica acontecen con los efectos, los resultados y las
consecuencias del método de choque. La producción y la reproducción son
acontecimientos que usan el método de choque. La ramificación, la
diversificación y la proliferación obedecen a las colisiones, las explosiones
y los reventones. En la Naturaleza y el Universo jamás se encuentran las
existencias que no viven, enfrentan y se hallan impulsadas por los
choques, los encontronazos y los golpes. La atracción y la repulsión son
las dos formas de generar y operar la conglomeración.

La aglomeración y la diferenciación, la unión y la separación, la totalidad


y la particularidad o la generalidad y la singularidad exclusivamente llegan
a perfilarse cuando las colisiones y las explosiones permiten la integración
y la derivación. Los choques y los golpes operan en una triple dimensión:
inician los procesos y los sistemas de fragmentación, generan la aparición
de las nuevas existencias o la ampliación de las que se encuentran en
expansión y dan persistencia a los nuevos choques en las existencias
antiguas y recientes. Donde lo antiguo y lo nuevo siguen animados y
propulsados por las colisiones y las explosiones. La universalidad
existencial, por contener en su interior, las sustancias, las esencias y los
ingredientes que generan, acumulan y distribuyen la energía llega a un
momento de fermentación, ebullición, sacudimiento y estallido.

Es una condicionalidad en la universalidad existencial la autogeneración


de los combustibles que se consumen para que acontezca la explosión y
la división. La fricción, la fusión y la fisión son los procedimientos claves
en las explosiones. Las radiaciones que emergen de los choques y las
explosiones son dañinas para algunas existencias, pero otras tienen la
virtud de absorber y procesar. Durante las colisiones y las explosiones,

27

las dos masas y los cuerpos que chocan y revientan, dejan salir todos los
gases, los vapores, las partículas y los polvos que se irradian y se
expanden en el espacio. Surge y opera la llamada onda expansiva que
puede trastornar, modificar y hasta engullir a las existencias que se
encuentran dentro del campo gravitacional afectado. En el choque se
libera la energía en forma de flamas, destellos, centellas, incendios,
sismos y luminiscencias.

Dos situaciones provocan los choques, las colisiones y las explosiones: la


infertilidad y la infecundidad en los espacios de mayor radiación,
destrucción y afectación; la diseminación, la dispersión y el derrame de
las existencias bióticas y abióticas que no existen en otros espacios.
Cuando los impactos de los choques causan devastaciones, por el proceso
de la autogeneración y la autoregeneración, después de un periodo que
puede ser corto o largo, RESURGEN las existencias con mayor resistencia,
inmunidad y fortaleza. Las poblaciones reducidas, en las nuevas
condiciones espaciales y cósmicas, comienzan a multiplicarse. Vuelve a
prevalecer la conglomeración y la persistencia.

Los choques, las colisiones y las explosiones acontecen las rupturas, los
rompimientos y las desfiguraciones. La conglomeración inicial y existente,
por la fuerza de los encontronazos, entra a las ramificaciones, las
divisiones y las separaciones. Los pedazos y los fragmentos constituyen
la base de las nuevas asociaciones, uniones, conexiones e
internexaciones. La conglomeración inicial, dividida y multiplicada, genera
una conglomeración nueva que puede ocupar el espacio adyacente,
paralelo, lejano, debajo, delante o posterior. Son dos posiciones,
ubicaciones y localizaciones que conforman el sistema-proceso
precedente y la taxonomía-aglutinación emergente.

En la Naturaleza y el Universo acontecen tres tipos de replicaciones. La


primera son de las existencias bióticas uni y multicelulares. Éstas
suceden mediante la mitosis y la meiosis. Son procesos de reproducción
sexual, asexual y la autofecundación. La reproducción es división,
duplicación, diversificación y multiplicación. Se reconoce la reproducción
sexual de manera biparental y uniparental. Mientras la replicación asexual
ocurre por la división celular, la gemación, las esporas y la
partenogénesis. Esta última en la actualidad sucede con la clonación o la
reproducción controlada, asista y mecanizada. En este tipo de replicación
28

acontecen la filogénesis, la ontogénesis, la biogénesis, la cladogénesis y


la epigénesis (J. Gato Fernández, Problemas éticos de la manipulación
genética; J. M. Moreti, El desafío genético; C. M. Romeo Casabona, El
derecho y la bioética ante los límites de la vida humana; H. F. Lodish et
al, Biología molecular y celular; F. Reyes et al, Ciencia de la naturaleza;
B. K. Motwani et al, Stem cells: a new paradigm in dentistry; C. Nombela,
Células madre: encrucijadas biológicas para la medicina: del tronco
embrionario a la regeneración adulta; G. Smith, Qué somos realmente;
G. A. Pimentel-Parra y B. Murcia-Ordoñez, Células madres, una nueva
alternativa médica; Richard Lewontin y Richar Levins, El biólogo
dialéctico; Ensayos dialécticos sobre ecología, agricultura y salud;
Christopher Caudwell, Herencia y desarrollo: un estudio de la biología
burguesa; J. I. Jimenes Grullon, Biología dialéctica; Faustino Cordón
Bonet, La biología evolucionista y la dialéctica; Antonio Diéguez y Vicente
Claramonte, editores, Filosofía actual de la biología; M. Prenant, Biología
y marxismo; F. Capra, La trama de la vida; E. O. Wilson, Sociobiología:
la síntesis total).

Los organismos se replican conforme a la dinámica y la dialéctica de la


materia. La comunidad biótica (la materia orgánica) se encuentra
establecida, pero en constante oscilación poblacional entre los contenidos
y los componentes de la Naturaleza y el Universo con tres singularidades:
una unicidad orgánica con estructuras, localizaciones y funciones
desiguales y jerárquicamente integradas; los movimientos, las acciones y
las reacciones apuntan a conservar la unicidad morfogenética y la
direccionalidad del avance; es una totalidad y globalidad dentro de la
universalidad existencial. Su existir opera en el proceso-sistema natural
universal. Sus replicaciones y sus multiplicaciones generan y sedimentan
la continuidad.

Con la complejidad nexacional, los enlazamientos y las conglomeraciones


muestran que todas las existencias se hallan ordenadas en grupos,
asociaciones y tipologías en estrecha vinculación entre sí. Existen y se
proliferan en un espacio abierto al infinito. La replicación de las
comunidades bióticas es parte del proceso incesante, gigantesco y
multilateral de la universalidad existencial. Donde una variedad infinita de
pobladores, seres y organismos interactúan y se interpenetran. Las
comunidades bióticas poseen identidad, personalidad, propiedades,
cualidades y virtudes que no existen y no se dan en las comunidades
29

inorgánicas. Sin embargo, las comunidades bióticas, dependen para su


existencia, replicación y continuidad de las comunidades abióticas. En
este ámbito, el existir y el vivir, siguen al ser en el estar. Las comunidades
bióticas como conglomeraciones multivariadas avanzan en un intercambio
o las reciprocidades de la materia, la energía, la información, las
propiedades, las sustancias y las cualidades.

Donde la autonomía, la independencia y el aislamiento no acontecen.


Porque la completitud, la globalidad y la integralidad conforman la
morfogenética de cada existencia conglomerada. La totalidad conforma la
consistencia interna y el desenvolvimiento externo de las existencias en
la confluencia general total. Las particularidades y las singularidades son
totalidades en la universalidad total. Las comunidades bióticas emergen,
surgen y prosiguen desde que aparece la primera célula: una expresión y
manifestación de la materia como una unidad dinámica operacional
resultante de las explosiones y siempre en el trance de la división celular.
A este fenómeno, Teilhard de Chardin, denomina el grano natural de la
materia que es el germen natural de la vida (El fenómeno humano).

En la división celular es importante identificar, reconocer y asentir tres


sucesos: las células son las unidades configurativas de las comunidades
vivas organizadas de manera jerarquizada sujetas a un proceso incesante
de replicaciones por fases, niveles y etapas; pasan por un proceso de
ampliación, preparación y duplicación de su genética para que las nuevas
generaciones sigan en la sucesión vital; entran a un evento de apoptosis
que abarca la autoinmolación y la interpolación con la finalidad de hacer
prevalecer la corporeidad, la continuidad y la perpetuidad. Sin estos
acontecimientos no suceden las replicaciones, las multiplicaciones y las
ramificaciones.

La energía que usan las comunidades bióticas son eólicas, hidráulicas,


solares, biomasas, biocombustibles y telúricas. Donde la interacción entre
el todo y el vacío sucede con cuatro sistemas y procesos: las
coexistencias, las cohabitaciones y las codependencias; las
complementaciones, las derivaciones y las asimilaciones; los injertos, las
regeneraciones, los retoños, los transplantes, los traslados y las
reubicaciones; los anclamientos, las trepadoras, las trenzaduras, los
entretejimientos y los enroscamientos. Todos estos eventos son las
formas de colisión, choque, explosión, integración y sincronización. Existe
30

un intercambio de alientos vitales. En las comunidades bióticas sucede el


dar y el recibir los elementos, los ingredientes y los nutrientes de manera
constante. El ser social para seguir viviendo toma la vida de las demás
existencias que conforman la comunidad biótica. Es por eso que se
considera uno de los mayores depredadores.

Para las comunidades bióticas existen cuatro tiempos correlacionados: el


tiempo genético-estructural, el tiempo metabólico, el tiempo evolvere y
el tiempo expansivo. Son procesos súbitos, constantes y hasta violentos.
Donde suceden dos tipos de replicación: anagénesis que acontece dentro
de la continuidad histórica de la misma especie, raza, tipo, clase y familia;
cladogénesis que origina no solamente un nuevo ser, sino también una
nueva especie, rama, variedad y tipo. Son las formas de la continuidad
en la replicación, la transformación, el desarrollo y la expansión. Pero
sucede en diversos espacios o en la misma localización original.

En las replicaciones, la perpetuidad de la especie y la multiplicación de los


organismos intervienen una diversidad de factores internos y externos.
Donde la estructura, las actividades, las interacciones y las circuitos de
avance tanto de los progenitores como de las descendencias van
sufriendo algunos cambios, variaciones y reacomodos. Las replicaciones
pueden tener origen único o diverso en el que la estructura y el rol de los
iniciadores y los replicadores según las condiciones existentes en el
contexto natural general y la circunstancias particulares animan la
combinación de los fundamentos del ser nuevo. Las replicaciones son
divisiones, multiplicaciones y prosecuciones con los emparejamientos, las
codificaciones, las transcripciones, las traducciones, las mutaciones, las
herencias y los controles (Ginés Morada, El siglo del gen. Biología
molecular y genética; Ludwig von Bertalanffy, Teoría general de sistemas;
Giovanni Blandino, Problemas y teorías sobre la naturaleza de la vida;
Ignacio Núñez de Castro, De la dignidad del embrión. Reflexiones en torno
a la vida humana naciente; Alfred N. Whitehead, Proceso y realidad; Hans
Jonas, El principio vida. Hacia una biología filosófica; C. Sagan, Natural
history; John B. Jenkins, Genética).

Las replicaciones o los procesos de la multiplicación y la ramificación de


las existencias bióticas operan con las propiedades y las funciones físico-
químicas, químico-biológicas y geoquímicas. Son estas propiedades y
roles que condicionan y delimitan la diversidad y la multimodalidad. La
31

heterogeneidad constituye el ambiente y la envoltura del vivir y el


proseguir. Las existencias bióticas son la materia viva, el organismo
multivariado y el ser en el estar ramificado. V. Vernadsky es certero al
anunciar que la biosfera, la biocenosis, los biotopos y los ecosistemas
generan, proliferan y utilizan una forma especial de energía (La materia
viva; La biosfera; La estructura química de la biosfera de la tierra y de su
entorno; R. Lindeman, The trophic-dynamic aspect of ecology; R.
Margalef, La biosfera entre la termodinámica y el juego; W. Heinsenberg,
A parte e o todo; C. Sagan, Cosmos; E. O. Wilson, coordinador,
Biodiversidade; Ch. De Duve, La célula viva).

Corresponde al segundo tipo de replicaciones las formas y los


estilos de proliferación de los microorganismos. La vida protozoos,
virus, bacterias, ácaros, larvas, parásitos, hongos y gusanos tienen una
manera especial de replicarse, reproducirse, diseminarse, proliferarse y
multiplicarse. Son seres que comen, respiran, generan ruidos, emiten
ondas, producen residuos y poseen la capacidad reproductora rápida y
multitudinaria. Sus formas son planas, redondas, espirales, bastoncillos,
medias lunas, romboides, nudos, alargadas, estrellas y porosas. Son
invisibles, imperceptibles y difíciles de detectar. Su singularidad es la
colonización rápida y focalizada. Viven dentro y fuera de las existencias
bióticas mayores, grandes y generadoras de las condiciones propicias
para su alojamiento, permanencia y multiplicación. Si puede afirmar que
son seres diminutos que viven a expensas de las otras vidas que se
consideran superiores, enormes y visibles.

Son parásitos y huéspedes porque devienen en gérmenes al causar las


enfermedades, los achaques y los trastornos en los organismos grandes.
Logran situarse, anidarse y multiplicarse en donde la temperatura, la
humedad, la libertad de movimiento y la comida son abundantes. Siempre
se encuentran en la sangre, el agua, la savia, la médula ósea, las células,
los canales del fluir de los líquidos, las heridas, los tejidos, los órganos
vitales, las membranas mucosas y la piel dañada (Alejandra Musto,
coordinadora, Manual de microbiología y parasitología; Juan A. Basualdo
et al, Microbiología biomédica. Bacteriología, micología, virología,
parasitología, inmunología; Raquel G. Ricardo, Fundamentos teóricos y
prácticos de la histoquímica; José Santos García et al, Fisiología de
microorganismos; Joan L. Slonczewski et al, Microbiology: an evolving
science; Michael T. Madigan et al, Brock biology of microorganisms; J. A.
32

García y J. J. Picazo, Compendio de microbiología médica; Organización


Panamericana de la Salud, Microbiología: lo esencial y lo práctico; E. W.
Koneman et al, Diagnóstico microbiológico; Pablo Vargas y Rafael
Zardora, El árbol de la vida: sistemática y evolución de los seres vivos;
M. A. Ruggiero et al, A higher level classification of all living organisms).

Desde las primeras valoraciones del vivir, en el pasado lejano, las


colectividades primigenias se dieron cuenta que el ser social se halla
saturado por una cantidad gigantesca de seres invisibles. El cuerpo
humano en la cosmogonía antigua, es un hogar y un escondite, de
miniaturas, diminutos y multitudes existencias que conservan la vitalidad
orgánica o generan la fatalidad. La ciencia médica actual reconoce que los
microorganismos son de dos tipos: los benéficos y los patógenos
(maléficos). Es la confirmación de la creencia ancestral. Los ancestros y
sus actuales continuadores que son los pueblos originarios, sin disponer
y poseer los aparatos y las tecnologías que llegan a visualizar lo que es
invisible, lograron detectar una diversidad de movimientos de las
existencias.

Los microorganismos benéficos pueden manifestarse en algunas


alteraciones orgánicas que en apariencia muestran las anomías, las
deformaciones y las afectaciones. Pero son los ejércitos que dispone el
organismo para defenderse, atacar a los enemigos y proteger que la
salud, el bien estar y la condición adecuada sigan operando. El cuerpo
humano es el espacio y el campo de batalla entre la vitalidad y la fatalidad,
donde los dos tipos de ejércitos acantonados y situados en los órganos
vitales, los lugares estratégicos y los sistemas neurálgicos pelean en una
guerra total. En esta guerra existen tres eventos singulares: una
interpenetración en el mismo espacio, una infiltración en la anidación del
otro bando y un posesionamiento en la parte determinante del sistema
inmunológico, circulatorio y respiratorio.

Mientras los microorganismos patógenos, unos habitantes permanentes


en el organismo y otros pobladores exógenos que se introducen, pasan
por cuatro fases: la anidación y la fecundación, la replicación y la
multiplicación, el desplazamiento y el posesionamiento, y, el
engullimiento y la destrucción. Según el tipo de alimentación, la condición
física, el ambiente en que vive y los tipos de actividades que realiza el ser
social queda atrapado por los microorganismos. Las comunidades bióticas
33

son atacadas, consumidas y hasta arruinadas por otras comunidades


bióticas de mayor movilidad, replicación y proliferación. El ataque se
prepara en la completa clandestinidad, oscuridad, humedad y
cubrimiento. Solamente cuando el cuerpo, el sistema y los órganos ya
quedan rodeados, debilitados y controlados se manifiestan con ímpeto,
fuerza y brutalidad.

Siempre se apoyan en el sistema digestivo, circulatorio y respiratorio para


entrar, posesionarse y atacar. Se particularizan por ejercer seis tipos de
ataques: desde el exterior (la piel y la corteza), desde la laguna roja y el
río rojo (el corazón y la sangre, la savia y la médula), desde el
procesamiento del oxígeno y la purificación (el pulmón, los riñones, el
hígado y las páncreas), desde los órganos reproductores (los aparatos
genitales, las flores y las secreciones), desde el proceso conduccional (el
sistema nervioso, el cerebro, los sesos y las neuronas) y desde la
estructura posicional (la estructura ósea y la configuración esquelética).

Los microorganismos patógenos apuntan a la inmovilización parcial y total


de la unicidad orgánica. Las infecciones, las contaminaciones, los
desgarramientos, las fracturas, las supuraciones, los desecamientos, los
agrietamientos, las gangrenas, las putrefacciones, las degeneraciones, los
envejecimientos, las coloraciones, las despigmentaciones, las
ulceraciones, las hematomas y los sangrados son las especialidades en el
ataque. Desde el momento en que comienzan a engullir a las células, la
humedad, la sangre y las sustancias vitales dejan al organismo afectado
con cuatro eventos: los dolores, los retorcimientos y las convulsiones; las
postraciones y las incapacidades; la vegetación y el estado de coma; la
resucitación y la conservación artificial. Generalmente el organismo
afectado, dañando y consumido tiene que ser reconstruido, restaurado y
reconformado con una diversidad de intervenciones quirúrgicas,
terapéuticas y rehabilitaciones.

Cuando dos o más tipos de microorganismos se posesionan de alguna


parte del organismo, la destrucción y la devastación, son aceleradas,
irreversibles y fulminantes. Porque el sistema de defensa, por la
superioridad numérica de los atacantes, queda severamente mermado e
incluso arrasado. Es aquí donde el método de choque revela los tipos de
impactos, resultados y consecuencias que acontece. La insaciabilidad, la
voracidad y la tenacidad caracterizan a los microorganismos patógenos,
34

malignos y destructores. El choque sucede con grandes explosiones,


implosiones, revulsiones y repugnancias. El organismo dañado queda
expeliendo un hedor nauseabundo. En la sapiencia médica ancestral
denominan a esta situación la presencia de la muerte reclamando el pago
y la urgencia de la remisión.

En el tratamiento médico, el organismo afectado, recibe un choque triple:


las que producen los microorganismos benéficos, las que acontecen los
microorganismos patógenos y las que provocan las medicinas. Si los
choques de la primera y la última llegan a consustanciarse, confluir y
converger, la sanación y la restauración, puede darse en breve tiempo o
en un periodo alargado. Significa que la persona consumida por las
existencias patógenas se recupera parcial o plenamente. Es el método de
choque que ocasiona las dos condiciones del vivir: el estar sano, vigoroso,
saludable y en capacidades productivas y reproductivas; el entrar a la
fatalidad, la inmovilidad, la postración y la muerte. La vida, el fluir y el
avanzar acontecen solamente si los choques originan las condiciones, las
posibilidades y las potencialidades de existir, persistir, dividirse,
multiplicarse y proseguir. No existe alguna parte del organismo que esté
exento y libre de los choques, las colisiones, las explosiones, las
vibraciones y los sacudimientos.

La tercera forma de la replicación corresponde a las


conglomeraciones abióticas o las existencias inorgánicas. En la
postura ancestral, todas las conglomeraciones abióticas, desde el polvo
hasta las rocas y los cerros se replican, se multiplican y se expanden. Son
siete formas en que esa reproducción acontece en la cosmogonía
primigenia: (1) la acumulación o el amontonamiento de las partículas, los
fragmentos, los pedazos y los escombros en determinados espacios
siendo las oscuridades del subsuelo y las profundidades oceánicas las más
propicias y las adecuadas; (2) los desplazamientos, las rodadas y los
arrastres con los eventos atmosféricos o los movimientos de la tierra; (3)
las divisiones, los cuarteamientos, los derrumbes, los desgajamientos, los
hundimientos, las separaciones y las aberturas; (4) las asimilaciones, las
captaciones, las recepciones y las incrustaciones; (5) los movimientos
sísmicos, las erupciones volcánicas, la caída e impacto de los rayos y los
sacudimientos de los mares; (6) los surgimientos, los nacimientos y las
apariciones desde la oscuridad, la interioridad y la profundidad; (7) las
erosiones, las precipitaciones, los colapsos, las desnivelaciones y las
35

excavaciones. La parte dura, la llamada columna vertebral y el esqueleto


óseo de la Naturaleza, que son las rocas, las piedras, los minerales y los
cerros se forman, surgen, crecen y se expanden en forma incesante. La
cementación, la sedimentación y la litificación son sucesos fundamentales
e insustituibles.

No se encuentran en reposo, quietud e inamovibles. Se mueven, pueden


ser movidas, colapsan y las destruyen. Son la condensación y la
compresión de los fragmentos, las partículas y los polvos dispersados
conglomerados. La rocas, la grava, la arena y las piedras son porosas y
poseen partes especiales en donde los organismos surgen y existen
completamente apegados. La conglomeración inorgánica tiene la
singularidad de dividirse, ampliarse, multiplicarse y diversificarse con las
colisiones y las explosiones. A la vez opera dos dinámicas totalmente
complementarias: por una parte recibe todas las descargas que vienen de
las lejanías, los mundos siderales, las asociaciones estelares y las
megaconglomeraciones complejas, pero por el otro lado envía, expulsa y
arroja una diversidad de elementos y partículas que proceden de las
interioridades (F. Anguita y F. Moreno, Procesos geológicos internos; E.
Tarbuck et al, Ciencias de la tierra; Marília García, Error geográfico; Basil
Booth, Minerales y rocas: breve guía de estudios e identificación; UGR,
Naturaleza de las rocas de construcción y ornamentación; Rupert
Hochleitner, Minerales y rocas; S. Marshak y G. Mitra, Métodos básicos
de geología estructural; FAO, El suelo; A. Cailleux, Histoire de la géologie;
H. Capel, La física sagrada; A. Hallam, Great geological controversies; G.
Gohau, Histoire de la géologie).

Con los choques, las colisiones y las explosiones, las existencias


inorgánicas, enfrentan los deterioros, los desgastes, las erosiones, las
fragmentaciones, los pulimientos, las partituras, los rompimientos, las
escisiones y los despedazamientos. También a este suceso debe su mayor
compactación, sedimentación, desarrollo, multiplicación y expansión. La
parte dura de la universalidad existencial se levantan sobre las rocas y
las piedras sedimentarias, ígneas y metamórficas. Donde las capas
geológicas, los pisos geológicos y los movimientos geodinámicos
muestran la rareza, la escasez, la abundancia, la variedad y la fragilidad
de los cerros, las rocas, las piedras y los suelos. Al mismo tiempo indican
los espacios que son propicios para el emplazamiento territorial de las
actividades y las ocupaciones económicas. La distribución de las
36

aglomeraciones inorgánicas, según el tipo de orografía y superficie


terrestre que hay, permiten la permanencia, la multiplicación y la
expansión de las comunidades bióticas. Las aglutinaciones inorgánicas
conforman los recursos disponibles fundamentales para la sociedad por
los roles geofísicos y geoquímicos a escala ampliada. Es la parte abiótica
de la totalidad existencial que posee la potencialidad y la capacidad
energética.

Las agrupaciones inorgánicas sostienen a las comunidades bióticas.


Porque su estructura, dinamismo y función consisten en PROCESAR y
TRANSFORMAR los sucesos y los acontecimientos naturales universales
de gran impacto, destrucción y explosión. Los fragmentos, las partículas
y los viajeros intersiderales que vienen de las lejanías son recibidas con
revotes, colisiones y divisiones. En especial los meteoros y los meteoritos
son atenuados con los colapsos focalizados. Las radiaciones solares,
interestelares y cósmicas son convertidas en sustancias, elementos y
disponibilidades benéficas. Las grandes explosiones en el interior de la
tierra no llegan a hundir y colapsar al Planeta precisamente por la
presencia de las aglutinaciones inorgánicas.

Cuando las existencias bióticas y las abióticas se compactan y se


sincronizan, las diversas poblaciones, se replican, se multiplican, se
ramifican y se expanden con las colisiones, los choques y las explosiones
compartidas. Existe una reciprocidad en la asimilación de los resultados
de las explosiones y las divisiones. Las tres formas de replicaciones o las
multiplicaciones suceden dentro de las acciones y las reacciones
recíprocas de las dos formas de existencia y manifestación de la materia.
Las dos formas de existencia universal cubren el Planeta. La mayor parte
son las agrupaciones inorgánicas, pero las comunidades bióticas ocupan
determinados espacios con amplitud y abundancia.

Los choques, las colisiones y las explosiones MUESTRAN que la materia


es divisible infinitamente. La materia en su estructura, composición y
configuración dispone de los microaspectos, los microcomponentes, los
microcircuitos, las micropartes y los microdispositivos organizados por
niveles, dimensiones y ámbitos completamente cohesionados para que
las partículas discretas y las ondas continuas operen sin límites. Bian Sizu
sostiene que los componentes estructurales de la materia es destructible,
transformable, divisible y modificable (La materia es infinitamente
37

divisible). La aplicación de las sapiencias disciplinarias en la actualidad


corroboran la certeza de la posición de la divisibilidad infinita de la
materia. En la ciencia antigua, los diversos filósofos naturalistas, afirman
que la materia, la unidad material de la universalidad existencial, no es
una masa amorfa, inmóvil y desarticulado, sino un fluir, un moverse y un
dividirse continuamente. La sustancia esencial de la Naturaleza y el
Universo se halla en permanente movimiento, replicación, transformación
y expansión.

Interna y externamente, la estructura de la materia, muestran los


campos, las distancias, los vacíos, los movimientos, la energía y las masas
interimpregnadas, interconectadas e interdependientes. En el interior de
la materia se encuentran los grandes misterios de la vida y los procesos
permanentes universales. Los tamaños diminutos son contenedores de
una diversidad de filamentos, filtros, circuitos, procesos y sistemas
altamente complejos. Donde no existe lo simple, sino la complejidad
simple que avanza a las complejidades mayores y globales. Es dentro de
la estructura de la materia que operan las grandes colisiones, los choques
y las explosiones invisibles que replican, dividen y multiplican.

Es la materia con sus replicaciones y divisiones que abren paso al futuro.


Porque en su interior se gestan, germinan y surgen las nuevas formas del
ser, el estar y el avanzar. La universalidad existencial no cobra sentido y
finalidad con la presencia del ser social. Por el contrario, el ser social, por
ser un componente y un contenido derivado de la Naturaleza y el Universo
posee el rumbo en la replicación, la división, la multiplicación, la
transformación y la expansión de la materia. La materia por ser la unidad
y la diversidad configuracional universal realiza, opera y hace todo cuanto
el ser social requiere para vivir, persistir y continuar. El sentido, la
finalidad y el rumbo de la expansión total hay que comprender dentro de
la dinámica y la dialéctica de la materia.

38

III
Sincronización y expansión

La universalidad existencial, las dos formas de existencia de la materia,


se manifiesta en las diversas aglomeraciones, combinaciones y
complejidades. La diferenciación, la selección, la jerarquización y la
desigualdad prevalecen en todas las formas del fluir de la vida, la energía
y el movimiento. Con relación a la universalidad existencial se confrontan
dos teorías: la que sostiene el caos, el desorden y la nada; la que
considera la primacía del orden, la disciplina, la armonía, la plenitud y la
preexistencia del ser universal en el estar.

Entre los científicos estas teorías se manifiestan como la lucha entre el


evolucionismo, el materialismo dialéctico y el creacionismo. El
evolucionismo, por la postura de los cambios lentos en procesos largos,
es admitida por el creacionismo. El materialismo dialéctico, negando su
condición de ser la metafísica del proletariado, afirma combatir a la
metafísica y el idealismo. Pero a nivel ideológico solamente se presentan
dos concepciones del mundo: la que coloca en primer lugar al logos, la
idea y al espíritu; la que asume la eternidad y la infinitud de la materia
en movimiento, transformación y expansión permanente.

Los pueblos originarios, por seguir la cosmogonía primigenia de las


primeras colectividades, no se identifican con estas concepciones del
mundo por ser clasistas. La racionalidad mítica al reconocer la eternidad
y la infinitud como las condiciones centrales, determinantes e
insustituibles del existir no comulga con las consideraciones que afirman
el surgimiento de la universalidad existencial de la nada y el emerger del
caos.

A la vez no comparten el evolucionismo por la siguiente consideración: el


relieve terrestre es ondulatorio, desnivelado y agreste que no permite
andar horizontal y linealmente, sino escalando y descendiendo según la
presencia de los hoyos, los barrancos, las zanjas, los cerros, las piedras,
las rocas, los ríos, las lagunas y una diversidad de elevaciones y
hendiduras. En el andar siempre se avanza a una meta. No hay retrocesos
39

y marchas hacia atrás. El ir o el venir apunta, enrumba y conduce a una


meta destino. Quienes postulan que el ir y el venir suceden con retrocesos
y pasos hacia atrás desconocen y defenestran la DIALÉCTICA DE LA
NATURALEZA. Los ingenuos y los discapacitados visuales piensan que
volver es marchar hacia atrás. El avance no es exclusivamente hacia el
frente, porque la territorialidad y la espacialidad señalan que en
determinados lugares hay que rodear, girar y realizar una diversidad de
maniobras.

En el ir y el venir suceden las dos maneras de cruzamiento de las


colisiones y las explosiones. Se reciben los impactos, los choques y las
ráfagas de los eventos naturales universales de manera incesante y con
intensidades variadas. Al pisar, moverse y desplazarse se dan los golpes,
las explosiones y las afectaciones a las existencias. Es en este acontecer
cotidiano que se producen las polvorizaciones, los sacudimientos y las
impregnaciones. El ser social en sus movimientos, sus acciones y sus
desplazamientos recibe el envolvimiento total de los sucesos y los
procesos naturales universales. Su respiración y transpiración muestran
la manera en que los choques, las colisiones y las explosiones salen de su
interior y al mismo tiempo penetran.

La Naturaleza y el Universo contienen al ser social y dotan de las aptitudes


y las capacidades para efectuar las cuatro acciones esenciales en su vivir:
las replicaciones, las labores, las relaciones y las racionalidades. Son las
acciones fundantes del ser en el estar. La cotidianidad en la visión
ancestral del fluir de la vida es una permanente transformación,
construcción, edificación y avance. Donde los resultados de las cuatro
acciones claves tienen que sedimentar el ser más, mayor, mejor y en
avance a lo nuevo superior.

Para los pueblos originarios, el vivir y el trabajar, siempre significan el


hallarse en una incesante interacción dignificante, respetuosa y vivificante
con los contenidos y los componentes de la Naturaleza y el Universo. Por
ello, la postura del clasismo económico: hay que volver al equilibrio y la
armonía con la Naturaleza, aparte de implicar un bastardo silogismo
tautológico, es una confesionalidad reptante. El ser social siempre se
encuentra situado, ubicado, viviendo y laborando en la Naturaleza y el
Universo; donde afecta con severidad a las existencias utilizando el
método de choque brutal con las explosiones, las excavaciones y las
40

trituraciones de la materia. El modo de producir clasista, la economía


mercantil que actualmente opera con el régimen asalariado, es roturador
del suelo, demoledor de los cerros, arrasador de las comunidades bióticas
y destructor de las fuentes de salida del agua. Realizando estos actos
dañinos, denigrantes y polvorizantes, la sociedad burguesa y la
civilización capitalista, claman y convocan a combatir la contaminación
del ambiente natural, purificar los ecosistemas y detener el calentamiento
global.

En el centro del modo de producir clasista está el proceder destructivo de


todo cuanto se consideran materiales, insumos, cosas y recursos valiosos
para el proceso de producción. Bajo el argumento del equilibrio general y
particular o la estabilidad y la normalidad, el clasismo económico,
acontece tres eventos que son anomías: romper el circuito, el canal y los
filamentos del fluir del agua, la energía y los enlazamientos existenciales;
rellenar con las basuras, los escombros, los fragmentos, los polvos, las
radiaciones y los desechos los espacios diversos; tapar el vacío con los
humos, las poluciones, las luminosidades y las efervescencias artificiales.
Con estos quita, mancha y daña la belleza, la hermosura, la plenitud y la
comunión existencial.

La fisonomía, la taxonomía y la configuración de la materia en el modo de


producir clasista, particularmente con intensidades crecientes en el
capitalismo imperialista planetarizado, quedan severamente atrofiadas,
depredadas y destruidas. La sincronía, la confluencia, la armonía y
la codependencia existencial son continuamente escindidas,
afectadas, obstaculizadas y obstruidas. Los postulados de la armonía
de las esferas de los filósofos, el equilibrio de los esotéricos y la
consonancia de los mentores de la música sacra pasan a segundo orden
con la asunción de la teoría del caos. Porque las diversas sapiencias
disciplinarias al considerar que existe la inexistencia, la nada y el no ser
quedan sumergidas en los desórdenes causados por las estampidas.

Admitir que existe el caos y a la vez la armonía intersideral no es un


dualismo, sino un contrapunteo que pretende romper los efectos de los
choques, las colisiones y las explosiones. En la cosmogonía primigenia, la
morfogenética global y total, presenta siete singularidades que son
sus formas de moverse, operar y expandirse: (1) la integración, la
derivación, la selección, la diferenciación, la complementación, la mezcla,
41

la combinación, la jerarquización y la concentricidad; (2) la replicación, la


multiplicación, la ampliación, la ramificación, la perpetuación, la
proliferación y la prosecución; (3) la cohabitación, la coexistencia, la
codependencia, la corresponsabilidad, la consustanciación y la
correlación; (4) la conglomeración, la concentración, la aglutinación, la
interasociación, la unificación, el colectivismo, la concatenación, la
solidaridad, la reciprocidad y la megaconglomeración; (5) la desigualdad,
la variedad, la pluralidad, la multilateralidad, la plurimodalidad, la
multidireccionalidad y la multidimensionalidad; (6) la universalidad, la
globalidad, la totalidad, la particularidad, la singularidad y la
especificidad; (7) la sincronía, la armonía, la comunión, la
interpenetración, el orden, el dinamismo, la mancomunación, la
coordinación, la cohesión, el plegamiento y la articulación.

Sin estos procesos y procedimientos no existe ni opera la arquitectura


global de la universalidad existencial. Menos acontece el acoplamiento, la
replicación, la prosecución y la expansión. Pero absolutamente funcionan
con los choques, las colisiones y las explosiones. En la Naturaleza y el
Universo, todos los eventos y las situaciones, surgen y operan dentro de
la sincronía, la armonización y la correlación. Los choques, las colisiones
y las explosiones tienen la virtud de romper, fragmentar, polvorizar y
diseminar las formas, las partículas, la materia y las existencias sin
acontecer el caos. El vacío al que entran las partículas disparadas, los
fragmentos tirados, los polvos expulsados y las estructuras separadas
llegan a acercarse, plegarse, insertarse, pegarse e incrustarse en una
nueva configuración acrecentada o enteramente original.

El orden prevalece. Porque los procesos, los sistemas, los roles y los
movimientos a escala general y universal o particular y específica suceden
sujetos a la disciplina, la jerarquía y el orden. Las conflagraciones que
surgen en los choques, las colisiones y las explosiones no permiten que
el caos y el desorden ocasionen las desapariciones. Es cierto que emergen
las remociones y las grandes conmociones. La diversificación estructural
y la diseminación de las partículas no pueden considerarse caos, desorden
y anarquía. Los cambios, las mutaciones, las transformaciones y las
modificaciones tampoco son caos. En la universalidad existencial
predomina el rumbo, el sentido, el avance, la orientación y la
direccionalidad: la expansión incesante. Exclusiva y únicamente en
esta manera acontece la sincronización, la armonización y la integración
42

de las existencias desiguales. Este proceso ACAECE en la multimodalidad,


la multidireccionalidad y la pluridimensionalidad. Son eventos que surgen
y prosiguen en los espacios cercanos, lejanos, visibles, invisibles y
desconocidos. A la vez son sucesos que operan dentro y fuera de las
existencias.

Las sapiencias disciplinarias que utilizan la filosofía de la doctrina de la


emancipación total del ser social, donde el método dialéctico conforma su
parte nuclear, admiten que la totalidad material que origina, sostiene,
replica y expande a la materia y la vida se encuentra en un enlazamiento,
internexación e interdependencia global. No hay aislacionismo y menos el
individualismo. La estructura de la materia es una complejidad
entretejida, una arquitectura sincronizada, una fisonomía multiforme, un
perfil reluciente, un sistema constelar y un proceso en expansión
incesante. De esta complejidad emerge, surge y aparece lo nuevo que
siempre supera a los precedentes, los antecesores y hasta los heredantes.

Todos los contenidos y los componentes de la Naturaleza y el


Universo, la arquitectura general y la universalidad existencial, se
encuentran en completa sincronía, armonización, integración,
consustanciación, mancomunación, interdependencia y cohesión.
Esta es la singularidad y la especificidad de la materia. Absolutamente
todas las existencias, todos los seres, todos los organismos y todas las
fuerzas en sus procesos y sistemas de conglomeración, replicación,
multiplicación y expansión operan con el dar y el recibir, el atraer y el
revotar, el extender y el contraer, la solidificación y la disolución, la
integración y la derivación, el aislamiento y la combinación o el asimilar y
el dividir. El fluir de la energía en forma incesante sucede con el
vaciamiento y el llenado, la transferencia y la acumulación, el desgaste y
la reposición o la generación y la distribución.

Pero estos eventos, sucesos y acontecimientos surgen, operan y se


diseminan con los choques, las colisiones y las explosiones. Precisamente
la dinámica de la sincronización y la armonización existencial permiten
que las divisiones, las fragmentaciones y las voladuras de las partículas
queden impregnadas en otras que atrapan, atraen y asimilan. Los
pedazos, los polvos y las mini-estructuras que no llegan a integrarse, al
compás y la compañía de otras, se mueven en el vacío hasta quedar
atrapadas o conglomeradas formando una nueva estructura y
43

organicidad. En todo este acontecer, la sincronía y la armonización, no


pierden su presencia y operatividad. A la vez no surgen ni acontecen el
caos. Todo cuanto se mueve en el vacío y todos los viajeros en el espacio
infinito se encuentran delimitados, envueltos, rodeados, circunstanciados
y circunscriptos por la infinitud y la eternidad.

Cuatro ejemplos utilizan las comunidades andinas, las colectividades


primigenias y los pueblos originarios, para mostrar que la TOTALIDAD
EXISTENCIAL es una complejidad armoniosa, sincronizada y expansiva.
La primera es la estructura, la configuración y la composición del
organismo del ser social. Desde la relación entre él y ella, la primera forma
de la conglomeración, indican que la asociación y la cohabitación en el
mismo espacio que discurre por los tiempos disímiles constituyen el
cimiento del vivir y el laborar. El organismo y el rol de estas dos
singularidades son diferentes y desiguales, pero complementarias,
consustanciadas y correlacionadas. No es una fusión, sino una mezcla y
la combinación que culmina en el acoplamiento, la replicación, la
continuidad y la expansión.

El esquema corporal, la estructura anatómica y la complejidad fisiológica


del ser social es una pluralidad, una variedad y una multiplicidad
integrada, unificada, confluyente y compenetrada. El organismo es una
arquitectura completa y es una totalidad que la universalidad existencial
contiene, retiene y compone. El esqueleto, el cuerpo y la estructura del
ser social es una integralidad armada, conservada y direccionada por una
complejidad sincronizada de células, tejidos, aparatos, sustancias,
nervios, pieles, filamentos, circuitos, canales, órganos, sistemas,
procesos, huesos, componentes y dinámicas que funcionan al unísono. Si
alguno de estos configurantes entra a las alteraciones y las afectaciones,
el resto de la arquitectura orgánica, comienza a debilitarse.

La sincronidad, la armonización y la interdependencia son los eventos


procesuales existenciales. En el ser social, dos centros y dos fuentes,
constituyen la parte determinante: el corazón que contiene, retiene y
bombea al río rojo para que toda la taxonomía se encuentre en la
vitalidad, la operatividad y la dinamicidad; el cerebro que dirige, orienta,
controla y condensa el proceso-sistema vital. La sangre y los sesos
cumplen un rol esencial. Pero estos dos centros y fuentes se conservan y
funcionan cuando las otras partes del organismo asimilan la energía, la
44

nutrición y la direccionalidad. La conservación y la continuidad suceden


con las continuas reposiciones de la energía y el adecuado proceso de la
purificación, la tonificación y la oxigenación. Para que exista la vitalidad,
en completa sincronía y mancomunación, todas las partes y los
componentes orgánicos, deben y tienen que hallarse en buenas
condiciones, cumplir sus roles sin menguar y confluir en el fluir de la vida.
De lo contrario, la fatalidad y las anomías, comienzan a apoderarse de
alguna parte o la totalidad orgánica.

El segundo caso es el movimiento en su doble modalidad: en el propio eje


y el desplazamiento. El movimiento giratorio y el movimiento
multidireccional operan sin oponerse y sin enfrentarse. Existe una
coordinación, confluencia y correlación. Pero los dos modos del
movimiento son fundamentales. El primero señala el ser en el estar en
constante vibración, candencia, oscilación, pulsación y ondulación.
Mientras el otro muestra el recorrido por los diferentes espacios, sitios,
lugares y direcciones. Se trata de abarcar, extenderse, alejarse y siempre
hallarse cobijado por la infinitud. En ambos procedimientos el uso, la
circulación y la transferencia de la energía son diferentes, variadas y
constantes.

La permanencia, la conservación y la persistencia de las


conglomeraciones siderales, estelares, cósmicas y luminarias conforman
el tercer tipo de la sincronía y la armonización. El sistema solar es una
megaconglomeración de los planetas, los satélites, las existencias, los
asteroides, las estructuras astronómicas, las estrellas, los cometas y una
variedad de cuerpos celestes. Se halla situado dentro de la inmensidad y
la amplitud universal ocupado por una multiplicidad de las galaxias, las
vía lácteas, las constelaciones, los polvos, las estrellas, las murallas, las
nebulosas, las magnetares, los agujeros negros y los diferentes mundos
siderales. Su existencia, movimiento y rol en la universalidad existencial
suceden con una concentricidad, un giro completo y un desplazamiento
permitidos por el campo magnético y el proceso gravitacional.

Cada componente y contenido de la Naturaleza, el Universo y el sistema


solar están armados y configurados por una diversidad de estructuras
menores y mayores, el cúmulo de los cuerpos, la megainterasociación de
las partículas, el conjunto de las existencias, las franjas enlazantes, los
circuitos concatenantes, los filamentos interconectantes, los procesos
45

multilaterales, los procederes acoplados, los movimientos


multidireccionales, los atractores polimodales, las divisiones continuas,
las aglomeraciones crecientes y las expansiones incesantes. En su
totalidad universal que no es una añadidura de las singularidades, sino la
confluencia y la compactación de las totalidades muestra la plenitud, la
comunión, el enjambre y la unicidad orgánica. Existe a nivel
macrosituacional y microexistencial una sincronía, una armonización y
una integración aconteciendo las replicaciones, las divisiones, las
multiplicaciones y las expansiones.

El proceso-sistema sincrónico y armonizador, por la acumulación, la


distribución y la asimilación de la materia en división incesante con los
choques, las colisiones y las explosiones, permite que la estructura
atómica absorba y emita luces, genere y empuja el fluir de la energía,
estire o contraiga las ondas electromagnéticas, acelera o disminuye las
velocidades, acerque o aleje a las partículas, fija y alinea los horizontes
cósmicos, traspase y atrape a los viajeros intersiderales, oculte y visibilice
las radiaciones, disipa y disemina las densidades, genere lo nuevo y da
continuidad a lo antiguo, estimula y asimila a las fragmentaciones, y,
atraiga y revote a las divisiones GRACIAS a la omnímoda presencia y
operación de la energía.

Las interacciones, las integraciones, las interpenetraciones y las


crecientes megaconglomeraciones son múltiples. Los choques, las
colisiones y las explosiones que replican, dividen y proliferan son
constantes. Donde lo antiguo, el presente y el futuro quedan unificados
dentro de la cronología y la situacionalidad universal. La cercanía, la
lejanía, el interior, el exterior, la capa, la corteza, el núcleo, la estructura,
la génesis y las expansión devienen en los mecanismos-instrumentos del
ser en el estar. Las estructuras, las existencias y las organicidades
menores y mayores confluyen en la arquitectura-fisonomía gigantesca
única. Esta unicidad orgánica total, global y universal, tanto en su interior
como en sus exteriores, en su y por su proceso expansivo, existe y
avanza con una dinámica general y singular violenta. La violencia con que
suceden los choques, las colisiones y las expansiones no ocasionan el caos
y el desorden. Porque la materia con que estamos compuestos y de la
que emergimos, la que forma la unidad integradora universal, es el
NUCLEOGENÉSIS insustituible, irrevocable e impostergable. Solamente se
sujeta a las divisiones infinitesimales por una parte, y por la otra, a las
46

aglomeraciones y las interasociaciones en continuo crecimiento. Las


inmensidades, las profundidades, las altitudes y las amplitudes que
envuelven a las existencias muestran que la cantidad, los números, los
volúmenes, las masas, las formas, los movimientos y las desigualdades
siempre confluyen.

De esta manera, la llamada ley de la dialéctica: la lucha de los contrarios,


por ser una división violenta y una integración compleja de la materia,
sigue dando continuidad y persistencia a la sincronía y la armonización de
las existencia en el desarrollo desigual expansivo. Las transformaciones
de la materia, el fluir de la energía, los saltos en el avance y las
expansiones poliformes suceden con las altas tensiones, las divisiones
ardientes, las condensaciones explosivas, los procesos íntegros, las
ascensiones y las cualidades novedosas. La sincronía y la armonización
operan en todo proceso y sistema natural, universal y orgánico.

El cuarto tipo de la sincronía y la armonización se hallan en las


comunidades bióticas, los ecosistemas y las coexistencias orgánicas. Si
las existencias inorgánicas se encuentran conglomeradas, agrupadas,
amontonadas y correlacionadas, la parte biótica de la materia, adquiere
y posee una presencia y movimiento mancomunada. Cada ser, poblador
y existencia orgánica tiene su familia, localización, relaciones y
movimientos especiales. Pero tienen que responder a la dinámica general,
global y total. La diversidad, la multiplicidad y la pluralidad existencial
singularizan a las comunidades bióticas.

Los pueblos originarios, para guiar a las descendencias en la unicidad


orgánica, muestran a los árboles. Allí se objetivizan y se visualizan la
sincronía y la armonía: en su interior, exterior, cercanía, lejanía y su
entorno conviven, coexisten y cohabitan una multiplicad de seres
diminutos, medianos y grandes compartiendo el hogar, la protección, la
alimentación, la seguridad y la energía. Los árboles no expulsan, no
ahuyentan ni eliminan. Solamente dejan que permanezcan y se
multipliquen en la filosofía der dar, recibir, asimilar, entregar y recibir.

En el mismo espacio, pero dentro de la cronología universal, una


diversidad y pluralidad existencial, coexisten generando y aconteciendo
los choques, las colisiones y las explosiones que son incesantes en la
Naturaleza y el Universo. Con los choques no pierden la cohabitación y la
47

codependencia. Las divisiones, las replicaciones y las proliferaciones, en


vez de acontecer las expulsiones y las repulsiones, acaecen las
extensiones, las ramificaciones y las ampliaciones en el sistema singular
y global. La interpenetración y la reciprocidad constituyen los elementos
centrales de la sincronía y la armonización. Es la algarabía, el bullicio, los
ruidos entrecruzados, las voces traspasantes, la música poliforme, los
movimientos intensos, las vibraciones confrontantes, las ondulaciones
encrespadas, las candencias atrayentes y las pulsaciones detonantes
envuelven a las comunidades bióticas.

Para que esta convivencia sincronizada y armonizada surja y persista, la


tierra y el suelo o el espacio y la territorialidad, sostienen, retienen y
localizan a las comunidades bióticas. Las existencias que se encuentran
en el interior y los seres que habitan en el exterior comparten las cuatro
sustancias-elementos-dinamicidades bases: la fertilidad y la fecundidad;
el calor, la humedad, la oscuridad, la luz, el aire, el agua y la fuerza; el
medio, el entorno, el contexto, la distancia, el vacío y la totalidad; la
composición primigenia, permanente y expansiva de la materia. Hay una
pertenencia perdurable al origen y al destino. El avance y la expansión
son sucesos engarzados a estos dos polos que alinean a las existencias.

En la universalidad existencial, el desarrollo desigual armonizado y la


plenitud sincronizada, fundan la división y la expansión. La infinitud y la
eternidad, el vacío y el todo, el espacio y el tiempo, la energía y el
movimiento, y, la persistencia y la continuidad enmarcan las divisiones,
las fragmentaciones, los desplazamientos, las absorciones, las
impregnaciones, las combinaciones, las incrustaciones, las integraciones
y las conglomeraciones. Ni en el origen, la formación, la generación, el
surgimiento, la división y la multiplicación suceden las desapariciones y
las extinciones. Tampoco en el avance, la proliferación, la expansión y la
trascendencia acontecen las inexistencias. Solo tienen lugar las
transformaciones, los cambios, los saltos y las nuevas formaciones. En
todos los procesos universales, las expansiones de las existencias,
suceden en plena sincronía y armonización.

48

IV
Purificación, sanación y
restauración

El método de choque es ampliamente usado en las ciencias de la salud.


Desde los diagnósticos, pasando por las cirugías mayores y menores,
hasta las rehabilitaciones se usan este método. Son aplicaciones de las
ondas, las vibraciones, los movimientos y los golpeteos mecanizados.
Apunta a la restauración de la motricidad, la revitalización del sistema
musculoesquelético, la reducción de los dolores, la eliminación de las
depresiones, las reanimaciones, los cambios de imagen y la estimulación
de las reacciones metabólicas (H. Han et al, The effects of extracorporeal
shock wave therapy on pain, diability, and depression of chronic low back
pain patients; D. Alguacil, Ondas de choque: aplicación terapéutica en la
patología deportiva de partes blandas; D. Moya, Terapia de onda de
choque extracorpórea para el tratamiento de las lesiones
musculoesqueléticas; Paola Reyna, Las ondas de choque como método de
tratamiento en la terapia física; Alejandro Cosimo y Alberto Cardona,
Problemas de choque térmico en el método de los elementos finitos;
Bellezzia, La ondas de choque como método para remodelar la figura; C.
Karmazyn et al, Manual de emergencias médicas clínicas y quirúrgicas;
Bruce Alberts et al, Biología molecular de célula; Crislaine Lambiase et al,
Biotecnologia: transfromação bacteriana por método de choque térmico;
Shockwave, Ondas de choque; Mayo Clinic, Choque cardiógeno; BBC,
¿Para qué se sigue usando el electroshock?; Electrochoque: ¿tratamiento
necesario o abuso psiquiátrico?; Angélica Morales, Ruptura celular; José
Mª Pigem Serra, La piroterapia, las curas de choque y asociación de
métodos en psiquiatría; DRPLAZA, Terapia con ondas de choque; Naomi
Klein, The shock doctrine; G. Buela-Casal y J. C. Sierra, Manual de
evaluación y tratamientos psicológicos).

Para la ciencia médica actual, recién con la incorporación de las


mecanizaciones y especialmente las automatizaciones, se generaliza la
aplicación del método de choque en los tratamientos de la salud. Pero los

49

pueblos originarios, desde que se establecen las primeras modalidades de


la reposición de la energía, reconocen a este método como un proceder
natural universal. Las colectividades primigenias, en sus movimientos y
desplazamientos, detectaron que los choques, las colisiones y las
explosiones son parte de la dinámica global existencial. Porque todo
cuanto surge, emerge, existe y prosigue acontecen con los choques que
dividen, ramifican, impactan, alejan e incrustan. El surgimiento, la
permanencia, el fluir y la perpetuidad de la vida suceden con las
explosiones y las colisiones. Los choques, las detonaciones, las
explosiones y las fragmentaciones ocurren dentro de cada existencia y en
el contexto general.

Las cuatro formas de reposición de la energía desgastada, transferida y


vaciada operan con el método de choque: (1) la obtención de los medios
de sustento o el aseguramiento de la seguridad subsistencial; (2) la
preparación y la elaboración de la alimentación; (3) la degustación de la
comida, la absorción del líquido, la asimilación y la extracción de los
nutrientes: (4) el procesamiento de los productos, el resguardo de los
bienes y la utilización de los frutos conservados. Absolutamente las
formas y los estilos de satisfacer las necesidades crecientes operan con
los choques, las colisiones y las explosiones. En la vida no surgen ni
suceden eventos fuera de las divisiones, los encontronazos, las
confrontaciones y los topetazos.

El ser en el estar es hallarse expuesto a las continuas ráfagas, golpes y


radicaciones que surgen en la localización o provienen de las lejanías.
Vivir es enfrentar una diversidad de obstáculos, barreras y contenciones
para acceder, obtener y disponer los medios de subsistencia. El organismo
del ser social, a pesar de proceder de los contenidos y los componentes
de la Naturaleza y el Universo, sufre un desgaste constante. En las cuatro
acciones centrales de su existir: los acoplamientos y las replicaciones, las
labores y los trabajos, las relaciones y los desplazamientos, y, los
razonamientos y los pensamientos, pierde, vacía y desgasta la energía
que merma su vitalidad.

Atrapado por la fatalidad: una multiplicidad de situaciones, eventos y


sucesos que afectan su salud, bienestar y vitalidad, para no quedar tirado
en alguna parte o entrar a la descomposición generalizada, busca la
manera de quitar, eliminar y desaparecer las causas y los motivos que
50

ocasionan la pérdida de la fuerza, la degeneración del cuerpo, la ausencia


de la motricidad, la postración, la incapacidad y las disfuncionalidades
múltiples. Los primeros malestares que encontraron los primigenios
pobladores del Planeta son cuatro sucesos: el hambre, el frío, la
inseguridad y la soledad. Resolver estas cuatro situaciones suceden
efectuando una diversidad de movimientos, acciones, procedimientos,
relaciones, desplazamientos y determinaciones que desenvuelven los
choques, las colisiones y las explosiones. Ingerir los alimentos, sean
escasa o profusamente, ocasionan diferentes padecimientos, anomías y
alteraciones en el organismo.

No alimentarse o comer exageradamente son los dos factores constantes


en la historia. La desnutrición y la glotonería son los polos en el sistema
alimentario y el proceso nutricional. Con la imposición del modo de
producir clasista, la fatalidad, se apodera de las mayorías poblacionales
por siete causas: (a) el despojo violento de las posesiones, las tenencias
y las disponibilidades de las colectividades que operan el sistema de
propiedad comunitaria de la tierra; (b) las expulsiones, los confinamientos
y las diseminaciones por causas naturales e históricas que relocalizan y
reubican a las poblaciones; (c) las opresiones que acontecen los trabajos
forzados, las acciones obligadas y las responsabilidades penalizadas; (d)
los deslizamientos patrimoniales usando los diversos mecanismos legales,
extralegales, ocultos, clandestinos, terciados y entretejidos a escala
nacional y global; (e) las políticas económicas restrictivas, pero exigentes
de las contribuciones; (f) las relaciones sociales antagonizadas; (g) el
sistema asalariado.

El ser social enfrenta tres tipos de padecimientos, afectaciones y


descompensaciones: (1) los trastornos físicos, emocionales, racionales y
espirituales; (2) las descomposiciones, las atrofias, las limitaciones, las
dolencias y las destrucciones del organismo con las enfermedades; (3)
las escisiones, las fragmentaciones y las enemistades acontecidas por las
doctrinas, las creencias y las pertenencias institucionales. A esto se añade
en la sociedad clasista otro evento: las discapacitaciones legales, políticas
y administrativas. Las enfermedades son físicas, psíquicas, anímicas y
somáticas. Las afectaciones son corporales, racionales, emocionales y
relacionales. Los impactos son objetivos, subjetivos, estructurales,
coyunturales y circunstanciales. Las consecuencias y las secuelas son
pasajeras, permanentes, constantes, periódicas y secuenciales. Tienen la
51

particularidad de atrapar a la unicidad orgánica con cuatro sucesos


desgastantes: las alteraciones en las creaciones, las producciones, las
labores y las relaciones; los desplazamientos cruzados y los cambios
espaciales; las mermas, las pérdidas y las ruinas económicas,
patrimoniales y subsistenciales; los contagios, las transmisiones, las
infecciones y las contaminaciones.

Las primeras colectividades por recorrer los diferentes territorios,


pernoctar en los sitios desconocidos, comer los frutos, las hierbas y las
frutas múltiples, beber el agua con distintas salinidades, cubrirse del frío
o el calor con una variedad de indumentarias, recibir los látigos de los
fenómenos naturales y asimilar una multiplicidad de radiaciones durante
la noche o el día supieron reconocer, identificar y manejar siete
aconteceres que llegaron a conformar la sapiencia médica ancestral: (1)
la adaptación del organismo a los diferentes espacios, los climas, las
condiciones y las orografías; (2) los bruscos, los lentos, los suaves y los
acelerados cambios del cuerpo por los tipos de agua que se bebe o la
alimentación que se ingiere; (3) los desgastes, los debilitamientos, las
fracturas, las inmovilizaciones y las descomposturas del organismo por
realizar las maniobras, los esfuerzos, los saltos, los movimientos y las
acciones en el acceso, la obtención y la disposición de los medios de
subsistencia; (4) las afectaciones que ejercen las existencias, los espacios
y las conglomeraciones vivenciales según las condiciones naturales
prevalecientes en cada territorio y localización; (5) las interacciones con
las aglutinaciones abióticas y las comunidades bióticas que repercuten en
las condiciones de la salud; (6) la realización y el ejercicio de las
ocupaciones y las actividades económicas; (7) la residencia, la ubicación,
los utensilios y las indumentarias que se usan que mantienen la salud, la
vitalidad y el bienestar o la afectan y la alteran.

En la generación de la sapiencia médica ancestral, un proceso de


condensación de los tres choques-colisiones-explosiones: la universal y
global, la interna en cada existencia y la externa conforme a las dinámicas
naturales focalizadas, intervienen cinco fundamentos ontológicos: (a)
la universalidad existencial que se manifiesta de tres maneras: como las
tres jerarquías (la Presencia Suprema, la Naturaleza y el Universo y los
progenitores biológicos), como las realidades objetivas subjetivas
(superior, natural, social y racional) y como la simiente origen que es la
materia; (b) las conglomeraciones y las interasociaciones existenciales
52

bióticas y abióticas, orgánicas e inorgánicas, grandes y diminutas o


visibles e invisibles; (c) la binaridad complementaria externada en la
masculinidad y la femineidad (padre y madre, macho y hembra, varón y
mujer); (d) el acoplamiento, la replicación, la división, la multiplicación,
la perpetuidad, la ramificación, la proliferación, la transformación y la
continuidad de la materia, la energía y los movimientos; (e) la
combinación, la mezcla, la generación, el surgimiento, la configuración,
la purificación y la expansión de las existencias.

La sapiencia médica antigua, ancestral y primigenia consiste en el manejo


de la ontología (el ser en el estar en diferentes espacios, momentos,
contexto y circunstancias). Donde la COMPOSICIÓN de la materia, el
organismo y el ser es determinante. La morfogenética de las existencias,
pero en especial del ser social, ocupa un destacado lugar y rol en la
medicina ancestral. La anatomía, la fisiología y la osteología quedan
abordadas desde la hematología. La sapiencia médica ancestral se guía
por un principio especial: la vida está en la sangre. Esta es una regla que
viene desde el pasado lejano y que la ciencia de la salud actual pretende
superar y hasta desconocer.

Todos los choques, las colisiones y las explosiones dentro y fuera del ser
social terminan aconteciendo cinco eventos en la laguna resonante que
fluye cual río rojo: (1) conservar, mantener y distribuir la sangre por todo
el organismo rompiendo los diques, los impedimentos y las oposiciones;
(2) oxigenar, purificar, reponer y acumular la sangre a través de una
diversidad de filtraciones, mediaciones y procesamientos; (3) replicar,
reproducir y multiplicar los componentes, los elementos y las sustancias
que integran la sangre; (4) provocar algunos cambios, trastornos,
alteraciones y modificaciones en los componentes, las características, el
color y la calidad de la sangre; (5) acontecer la persistencia de la vitalidad
orgánica o generar la presencia de la fatalidad.

En la visión ancestral de la vida, la salud o la enfermedad, dependen de


la abundancia, la calidad y la pureza de la sangre. Es cierto que una
diversidad de tejidos, células, aparatos, órganos y sistemas que
conforman al cuerpo humano concurren en la conservación sana,
fructífera y pura de la sangre. También es innegable que la sangre, por
ser la sustancia y la esencia vital, permite que los órganos vitales y los
sistemas insustituibles funcionen adecuadamente. Entre la calidad de la
53

sangre y la vitalidad orgánica existe una directa acción y reacción


recíproca. Porque del fluir de la sangre dependen la operatividad y la
eficacia de toda la estructura corporal. Este fluir a su vez está sujeto a la
calidad, la periodicidad y los nutrientes de los alimentos y las bebidas. La
mala alimentación, el descuido en el cuidado del organismo y la exposición
del cuerpo a las múltiples situaciones denigrantes, dañinas y afectantes
siempre se manifiestan en la calidad y la cantidad de la sangre.

La cosmogonía primigenia dispone y contiene una regla general de


aplicación permanente: lo que sucede en la universalidad existencial, por
origen, procedencia y destino, sucede en el ser social. El contexto natural
general, la infinitud y la eternidad, tiene la virtud y la potencia de generar
un choque global y singular. La materia se somete a la división, la
multiplicación y la expansión con los actos violentos, las divisiones
asombrosas, las fragmentaciones atemorizantes y las integraciones
fulminantes. En la Naturaleza y el Universo, asimismo en el ser social, no
existen los movimientos plácidos y las reacciones cómodas, sino las
acciones, las reacciones y las respuestas que son resultados de las
colisiones y las explosiones que acontecen los nuevos choques, las
colisiones y las explosiones.

Es paradójico la existencia: se surge y se enrumba al porvenir con los


choques y las explosiones, pero a la vez se vive y se labora dentro de las
colisiones, los choques, las confrontaciones y las explosiones.
Absolutamente todos los sistemas, los procesos, los movimientos y las
interacciones en la universalidad existencial se originan, permanecen y
siguen operando con el método de choque. Si hay la ausencia de las
colisiones y las explosiones, aparte de no darse las replicaciones y las
divisiones, puede confirmarse la entelequia clasista: la estática, la
inmovilidad, el equilibrio y la igualdad. Pero la universalidad existencial
es viva que muestra su grandeza, potencia y realismo aconteciendo una
multiplicidad de choques grandes, medianos y pequeños.

Los pueblos originarios, con suma delicadeza y gran entusiasmo, aplican


el método de choque en dos procedimientos esenciales para seguir
viviendo: la elaboración y la preparación de los alimentos y las bebidas;
la elaboración y la manufactura de las medicinas. La gastronomía y la
farmacia son las ocupaciones, las actividades y las producciones que
transforman los bienes, los productos y los recursos con los choques y las
54

colisiones de intensidades e impactos diferentes. En ambos casos, las


extracciones y las combinaciones de las existencias, ocurren con las
trituraciones, los despedazamientos, las fragmentaciones, las divisiones,
las selecciones, los machacamientos, los secamientos, los enfriamientos,
los congelamientos, las polvorizaciones, las quemaduras, las cocinadas,
las hervidas, las disoluciones, las diluciones, las evaporaciones, los
saborizantes, los colorantes y los conservantes. Comer y curarse son
procesos que acontecen con los choques, las colisiones, los impactos, las
explosiones, los engullimientos y las asimilaciones.

Todo el proceso gastronómico y toda la dinámica farmacéutica implican


aplicar en distintos niveles y con intensidades diferentes el método de
choque. La reposición de la energía vaciada, transferida, gastada y
mermada se logra utilizando el método de choque en forma constante,
creciente y envolvente. La interacción entre el todo y el vacío, un proceso
incesante de acumulación-generación, llenado-almacenamiento, vaciado-
transferencia y desgaste-reposición, sucede dentro de los choques, las
colisiones y las explosiones naturales por un lado, y por el otro, a través
de las provocadas y operadas por el ser social. Los choques que acontece
el ser social no tienen la potencialidad y la virtud de generar, purificar y
expandir.

Los pueblos originarios, en siete casos de la asistencia y la atención a la


salud, aplican de manera controlada, vigilada y dosificada el método de
choque. El primer caso ocurre en los desplazamientos durante la lluvia, la
nevada, la escarcha, la granizada y el intenso frío. Para quitar algunos
malestares, dolencias e inmovilidades exponen su organismo a los golpes,
las ráfagas y los látigos de los procesos de transformación de los estados
y las condiciones del agua. El calor, el sudor y el bochorno del cuerpo
tienen que chocar con la humedad, el frío, el agua y el congelamiento. Es
allí donde acontecen las dialécticas expulsión-asimilación, purificación-
aclimatación, vitalización-desintoxicación, resistencia-flexibilidad y
sanación-conservación. En los territorios comunitarios este proceder es
constante y sujeto a las periodicidades de los fenómenos meteorológicos.

El segundo caso sucede cuando los fenómenos naturales intensos


comienzan a tapar, envolver y rodear a los territorios comunitarios. Al
percatarse que los vientos, los rayos, los relámpagos y las polvaredas
comienzan a mostrase anunciando una tormenta, un tifón, un huracán y
55

un torbellino se ubican en algunos lugares que se consideran seguros para


recibir los impactos, las radiaciones y las influencias. Expulsando el miedo
por los accidentes que pueden presentarse, pero observando la dirección
que siguen los fenómenos naturales, dejan que su organismo quede
completamente cubierto. Son cinco sucesos naturales que extraen las
enfermedades y los malestares del cuerpo: las neblinas, los vapores, el
viento, la humedad y las fuerzas cósmicas. A su vez son los encargados
de introducir las sustancias, las esencias y los ingredientes que el
organismo requiere para estar en las buenas condiciones y en plena
operatividad.

Los baños combinados con el agua frío y caliente es el tercer caso. Estos
tipos de purificación y sanación suceden de tres maneras: en las fuentes
primigenias del agua (los manantiales, los ríos, las lagunas y hasta los
pozos); en los hogares mezclando con los mejunjes preparados, las
hierbas hervidas, los frutos triturados, las flores conglomeradas y las
frutas entreveradas; en los lugares de curación donde los aplicantes de la
medicina naturista o los seguidores de las tradiciones esotéricas realizan
con ritos, ceremonias y aclamaciones pomposas. Echar al cuerpo el agua
frío o caliente en la oscuridad, el medio día, el amanecer, el atardecer y
la noche alumbrada por las estrellas y la luna es una tradición antigua. En
los diferentes momentos e incluso en varios espacios, la aplicación del
método de choque, es fundamental para la conservación de la vitalidad
orgánica, la salud desbordante y la potencialidad multiplicante.

Dentro del cuarto caso se ubica el exponer al cuerpo a las radiaciones


solares. Son los baños de los sabios y los poderosos. En la postura de los
pueblos originarios se trata de taparse, cubrirse y envolverse con el manto
de los pobres. En tres momentos se aplica este método de choque: al
rayar el alba, el medio día cuando los rayos solares alcanzan su máximo
esplendor y al cenit del sol. En la cosmogonía primigenia, estos momentos
claramente demarcados, obedecen al movimiento de los mundos
siderales, los cuerpos celestes, las esferas interconectadas, las
conglomeraciones constelares y los sistemas cósmicos. Porque en cada
momento, la energía que proviene del sol, el calor y el fuego, tiene la
virtud, la potencia y la cualidad de penetrar y traspasar al organismo
eliminando, expulsando y extrayendo las fatalidades, las dolencias, las
descompensaciones y las descomposiciones. Las y los integrantes de los
pueblos originarios que aplican la sapiencia médica ancestral, por su larga
56

experiencia y trayectoria, determinan, fijan y cronograman el tiempo que


dura la recepción de los rayos solares. En este proceder son precisos,
exactos y rigurosos. El tiempo de exponer al organismo a los efectos y los
beneficios del sol dependen del tipo de las enfermedades y las
afectaciones que se padecen. Terminando de aplicarse el baño con los
rayos solares, en algunas situaciones, pueden proseguirse usando los
otros casos ya citados. Los baños solares (la helioterapia), actualmente
diversificados con las tecnologías y las técnicas asiáticas, son ofertados
como las maravillas que aumentan las defensas y conceden la vitalidad.
En las tradiciones esotéricas consiste en vivir la luz y recibir la
cromoterapia.

El quinto caso trata de la ejercitación física. Es el vaciado rápido de la


energía realizando siete trabajos: (1) romper las rocas y las piedras; (2)
trozar los troncos, preparar y llevar la leña; (3) levantar las cargas y los
bultos pesados; (4) subir y bajar los cerros; (5) construir y reparar las
acequias, los corrales, las cercas, las paredes, los caminos y los espacios
de resguardo de las producciones; (6) recolectar la biomasa, las hierbas,
los frutos, las frutas y las diversas disponibilidades para alimentarse; (7)
triturar, moler, machacar, desmenuzar, estrujar, despedazar y demoler
los frutos, las hierbas, las frutas, las raíces y los tallos para preparar,
elaborar y disponer la medicina. En la sapiencia médica ancestral, el
desgaste y el vaciado rápido de la energía, ayudan a los enfermos, los
discapacitados y los limitados motrices a adquirir la consistencia, la
movilidad, la potencialidad y la rehabilitación. La ejecución de los choques
fuertes y explosivos son importantes para el vivir.

La realización de las diversas creaciones y las producciones artesanales,


las manualidades y las manufacturas, conforma el sexto caso de la
aplicación del método de choque. Según las reglas ancestrales, la mejor
manera de curarse de las diversas enfermedades y los padecimientos,
especialmente las que se relacionan con la percepción, la motricidad y la
estructura esquelética, consiste en mantenerse ocupados. Las creaciones
y las producciones decorativas-ornamentales, indumentarias, textiles,
instrumentales, tecnológicas, arquitectónicas y ceremoniales combinan
los choques suaves, fuertes, estruendosos, silenciosos, delicados y
reventones. Incluso las múltiples manifestaciones culturales y las
expresiones artísticas emplean el método de choque con diferentes
intensidades, modalidades e impactos. Las terapias ocupacionales, las
57

rehabilitaciones multimodales y los tratamientos con la música son


acontecimientos que usan el método de choque oscilado. Las intensidades
varían conforme a las condiciones orgánicas de quienes reciben el
tratamiento. Es importante considerar que la vibración, la candencia, el
sacudimiento, el estremecimiento y la remoción que acontece el método
de choque es esencial en la asistencia, el cuidado, la purificación y el
restablecimiento de la salud.

El séptimo caso es la aplicación de la medicina. Ingerir, introducir y


consumir los medicamentos dosificados siempre consisten en acontecer
los cuatro tipos de choques: con los agentes patógenos causantes,
originantes, transmisoras y proliferantes de las enfermedades; con los
tipos de las alimentaciones y las bebidas; con los microorganismos
benéficos; con las reacciones de los diferentes componentes del cuerpo.
Estos choques pueden eliminar a las enfermedades, curar y sanar a los
enfermos o generar otras reacciones adversas. La finalidad, el objetivo y
la meta de la suministración de las medicinas es aplastar, eliminar y
erradicar a las enfermedades y sus agentes generantes. La ciencia
médica, en la postura ancestral, es una operación de restauración de la
materia dañada, afectada y desembrada con el método de choque.

La asistencia y la atención a la salud en los pueblos originarios no son


eventos traumantes como en los sistemas de salud que opera, autoriza y
permite el Estado Nacional. Los cuatro modelos prevalecientes: la
seguridad social de la burocracia, la seguridad social de los trabajadores
en las instituciones económicas básicas, la asistencia privada y los
hospitales generales que atienden a quienes carecen de la seguridad
social, en una aparente competencia y presumiendo la eficacia, acontecen
los choques y las colisiones con las tecnologías. Los choques mecanizados,
las colisiones artificiales y las explosiones cortadas suceden en la
aplicación de la ciencia de la salud.

Por el predominio de la tecnocracia, en los cuatro modelos de atención a


la salud en la sociedad clasista, los diagnósticos y los tratamientos
médicos suceden con las aplicaciones de los programas computacionales
o el ejercicio de la inteligencia artificial. Son las tecnologías, con los datos
que suministran los y las pacientes, que se encargan de determinar los
tipos de enfermedades que se padecen y al mismo tiempo programan el
suministro de las medicinas. El médico es un simple intermediario entre
58

las personas enfermas y la determinación de las tecnologías. Es verdad


que las tecnologías grandes, pequeñas y nanos son precisas que poseen
la capacidad de mostrar las imágenes de las partes afectadas del
organismo y los tipos de destrucciones que existen. También es cierto que
las modificaciones y las transformaciones de la materia permiten la
reconstrucción, la sustitución y la regeneración de las partes denigradas,
destruidas y desechadas del organismo.

Dichas prácticas, ejercitaciones y aplicaciones no superan y menos


inutilizan a la sapiencia médica ancestral. La medicina naturista
alternativa, con la autorización y el permiso de la Organización Mundial
de la Salud, retoma reordenando y reconvencionando a la sapiencia
médica antigua y de los pueblos originarios. Se trata de una aplicación
intencionalmente fragmentada: en nombre de la ciencia, la tecnología, el
poder controlante y las normatividades vigentes se aíslan y se arrinconan
a las reglas ancestrales, la cosmogonía primigenia y la racionalidad mítica.
En otra palabras, la sapiencia y la práctica médica ancestral, queda
vaciada por los especialistas con los diplomas, los títulos y los grados
patentados dejando a los pueblos originarios en la orfandad profesional,
técnica y procesual.

En todos los espacios planetarios, las atenciones a la salud en nombre de


la tradición y la práctica ancestral, se presentan con grandes propagandas
y los anuncios espectaculares. Los profesionales en la ciencia de la salud,
particularmente quienes forman parte de las diferentes prácticas
esotéricas africanas o asiáticas, ostentan poseer los poderes especiales
para curar. Combinando una multiplicidad de los retazos creenciales
antiguas, los dogmas confesionales, los ritos variopintos, las ceremonias
exogenistas y los procedimientos artificiosos presentan su formación,
facultad y experiencias. Los médicos que pertenecen a las organizaciones
religiosas, aparte de mezclar su confesionalidad con el esoterismo,
despliegan su espiritualidad cargada de taumaturgia.

Los mercantilistas aprovechan las prestancias de las reglas, las sapiencias


y las prácticas ancestrales para apropiarse de las disponibilidades de los
pueblos originarios. Llenan los mercados, las calles, las farmacias y hasta
los centros de atención a la salud con una diversidad de productos que se
consideran medicinas, suplementos alimenticios, energizantes y
reponentes de la vitalidad orgánica. Los tés que ofrecen son polvos,
59

bagazos, residuos, cáscaras y hasta sobras coloreadas y aromatizadas.


Los productos que presentan como los reductores del peso, los
tonificantes, los restaurantes, los dotantes de la belleza y la fisonomía
renovada, los preservantes de la delgadez y los calmantes de los dolores
son recomposiciones de los diversos fármacos que las primeras
colectividades en la antigüedad inventaron, utilizaron y diseminaron. La
diferencia está en la incrustación de los colorantes, los saborizantes, las
fragancias y los conservadores fabricados artificialmente.

Tres eventos distinguen a la sapiencia médica ancestral de las diversas


formas de aplicación de la ciencia de la salud actual: la preparación de la
medicina de manera personalizada y para cada suministro a fin de que la
frescura, la naturalidad, la novedad y la actualidad prevalezcan; el
consumo como parte de la medicina los instrumentos, los mecanismos y
las herramientas del diagnóstico, la auscultación y la purificación; los
desplazamientos de las personas que reciben la asistencia y la atención a
su salud por diferentes espacios, territorios y suelos. En la visión de la
vida ancestral, solamente las personas que carecen de la motricidad,
pueden estar en reposo y sin efectuar las labores.

En la sapiencia médica ancestral, el método de choque, ocurre


diferenciada, simultánea y escalonadamente. La inmovilidad, la
inactividad, la incapacidad y la desocupación suceden en casos
excepcionales. La postración en la cosmogonía primigenia significa
carecer de los movimientos que son esenciales en el vivir. El uso intenso
de los sentidos es inseparable del método de choque. Los choques, las
colisiones y las explosiones tienen que acontecer para que la salud, el
bienestar y la vitalidad orgánica no queden afectadas, atrapadas y
vencidas por la fatalidad. Las reglas ancestrales inducen a generar,
producir, operar y aplicar el método de choque sin ambivalencias y sin
dubitaciones.

60

V
Trabajo y el arte de la
manutención

Las diversas, las crecientes y las continuas transformaciones de la


materia, los contenidos y los componentes de la Naturaleza y el Universo,
la base económica y las territorialidades son eventos de choques,
colisiones, explosiones, fragmentaciones, divisiones y polvorizaciones.
Completa y absolutamente todas las acciones, los movimientos y las
operaciones en el arte de la manutención son ejercitaciones del método
de choque. Sin este procedimiento no se llegan a obtener, disponer y
disfrutar los medios de subsistencia. El vivir es el resultado y la
consecuencia de las divisiones, las colisiones, los choques y las
explosiones que logran generar las integraciones, las agrupaciones y las
conglomeraciones.

En la lucha por la vida y la subsistencia, el trabajo, es el único medio del


acceso y la obtención del sustento. Es el desgaste, la transferencia y el
vaciado de la energía con intensidades desniveladas. Porque cada acción,
cada movimiento, cada golpe, cada destrucción y cada fragmentación de
la materia implica una aplicación distinta del método de choque.
Solamente las tecnologías efectúan las acciones repetitivas mecánicas,
opacas y rutinarias; porque obedecen a las programaciones, las
cronogramaciones y las indicaciones parametradas. La automatización, la
digitalización, el control satelital y las operaciones a distancia, si bien son
precisas y certeras, son acontecimientos rígidos, iterativos, reiterativos y
redundantes.

Para que exista y acontezca el trabajo tiene que presentarse cinco


condiciones delimitantes: (1) los medios de producción que se
transforman, se modifican, se combinan y se utilizan; (2) las relaciones
sociales de producción en donde los intereses son variados, confrontados
y altamente estimulados; (3) las fuerzas de la producción que confluyen
y operan correlacionadas; (4) los instrumentos de producción que se

61

amplían, se perfeccionan y se especializan en forma permanente; (5) los


recursos disponibles que se extraen, se desplazan, se acumulan, se
destruyen, se procesan y se utilizan. Estos cinco alineantes del proceso
de vaciado de la energía en el arte de la manutención conforman la cultura
laboral. En la sociedad burguesa y la civilización capitalista, la cultura
laboral, existe y acontece como la dinámica de la cultura empresarial.

El proceso y el sistema de producción, una de las antiguas instituciones


permanentes, se erigió y prosigue con el trabajo. Al trabajo se
conceptualiza de tres maneras: un esfuerzo para obtener el sustento y
amasar la riqueza; una interacción con la Naturaleza y las demás
existencias que acontecen las transformaciones, los cambios y las
modificaciones en el contexto general y la vivencia singular; el proceso
de control, dominio, posesionamiento y adaptación de la materia para
satisfacer las necesidades y acontecer el progreso. En estas apreciaciones
y valoraciones del desgate, el vaciado y la transferencia de la energía en
las creaciones y las producciones quedan reveladas el criterio utilitarista,
economicista y patrimonialista.

Todas las conceptualizaciones del trabajo, sin reticencias y sin


perplejidades, admiten que éste tiene la capacidad de acontecer siete
sucesos cotidianos: (1) transformar el interior, el exterior y hasta las
lejanías del Planeta; (2) modificar la fisonomía, la estructura y la genética
de la materia; (3) extraer, desplazar, triturar, combinar y utilizar los
recursos diversos disponibles; (4) acondicionar, preparar y amoldar las
territorialidades para vivir con el emplazamiento espacial de las
ocupaciones y las actividades económicas; (5) mejorar, ampliar, renovar
y especializar los estilos de vida; (6) crear, fabricar y utilizar las
tecnologías; (7) edificar, construir y manufacturar los diversos bienes, las
localizaciones, los edificios, los medios de transporte y los sistemas de
comunicación.

En estas acciones, procesos y sucesos, el ser social, al transformar su


medio y contexto general llega a transformarse. Es el trabajo que coloca
a la humanidad en la interacción desigual con sus antecesores, los
progenitores y los precedentes. Con la fuente generante, acumulador y
dotante de la energía, los contenidos y los componentes de la Naturaleza
y el Universo, vive en unas acciones, reacciones y enlazamientos
incesantes. Al no contar con la generación y el acumulador de la energía,
62

por ser un simple receptor y utilizador, tiene que existir dentro de la


dinámica constante de vaciado y llenado, desgaste y reposición o
transferencia y dotación. El trabajo, las acciones y los movimientos
diversos en el existir y el proceder, vacían periódicamente la energía
reclamando su reposición inmediata. El medio de reposición es único:
el sistema alimentario y el proceso nutricional. Para esta
recuperación, llenado y reposición de la energía tiene que vaciarse la que
se encuentra en circulación en el organismo.

La pérdida, el desgaste y la mengua de la energía puede darse sin el


trabajo, las labores y las acciones. Este proceso, según la cosmogonía
primigenia, sucede por cuatro motivos: los juegos, los entretenimientos,
las haraganerías y las vagancias que solamente ocasionan los gastos, las
erogaciones y los despilfarros; los vicios, los goces placenteros, las
complacencias en la vida, las comodidades y las ostentaciones que no
contribuyen al bienestar global y el proceso de mayor usufructo de los
bienes comunes; los viajes, los desplazamientos, las interacciones
enemistadas, las preocupaciones y los arreglos fisonómicos artificiales; el
despliegue de las racionalidades centradas en las doctrinas, los dogmas,
los cánones y las subjetividades disociantes.

De todas las formas del vaciado de la energía, las que se efectúan sin los
resultados beneficiosos globales y sin los objetivos productivos, acontecen
las descomposiciones, las degeneraciones y las anomías históricas.
Porque son los mecanismos de penetración al orden histórico de las
fatalidades, las polarizaciones y las opresiones. El modo de producir
clasista, al colocar el yugo de la opresión sobre las mayorías y en especial
en la fuerza laboral, fomenta el desgaste de la energía fuera de los
circuitos de las tres instituciones claves: la familia, la colectividad y el
sistema de producción. Al permitir el establecimiento de los centros, los
espacios y los lugares de esparcimiento, recreación, socialización y
realización de las mercancías propulsa la simple distribución de los
ingresos, las ganancias y los resultados causando los trastornos
orgánicos, psíquicos y racionales al ser social.

El vaciado de la energía en el modo de producir clasista, sobre todo en el


régimen asalariado, sucede de manera diferenciada en los tres tipos de
poblaciones: las dependientes totales que constituyen la mayoría, las
dependientes parciales y las independientes. Pero quienes sostienen a la
63

sociedad son las independientes por estar integradas en alguna de las dos
fuerzas que confluyen en la producción: los patrones, los dueños, los
propietarios, los socios, los gobernantes y los opresores; la fuerza laboral
diseminada, disciplinada y organizada. En los países oprimidos, en la
actualidad nominadas como pequeñas y medianas empresas, una
inmensa masa de pobladores cumplen con las dos formas de ser una
persona jurídica: ser patrón y trabajador a la vez. Donde el desgaste de
la energía sucede con mayor ramificación, direccionamiento y
diseminación.

La realización de las actividades, las ocupaciones, las profesiones, los


oficios y las técnicas acontecen con los choques mecanizados. Cuando el
trabajo vivo y el trabajo muerto se combinan, los choques que suceden,
en la superficie, la interioridad y la profundidad del Planeta revientan a
las existencias. En las roturaciones, las excavaciones y las perforaciones
las colisiones, los choques y las explosiones son de alta destrucción,
fragmentación y polvorización. Incluso causan los sismos con
intensidades diferentes. Los deslizamientos, las erosiones, los
desgajamientos y los desprendimientos del suelo, las rocas y los cerros
son intensos. Los destrozos, las divisiones y las extracciones dejan los
hoyos, los túneles y los pasadizos a distintas profundidades.

Horadar y hollar son los dos procedimientos de gran impacto ejecutados


con el método de choque en el modo de producción clasista. El capitalismo
imperialista planetarizado, aparte de unir los océanos y los continentes
con los canales construidos, cambia el curso de los ríos, seca las lagunas,
elimina los bosques, trastorna los climas y colapsa las entrañas de los
cerros al romper las capas geológicas y las sedimentaciones estructurales.
Todas las transformaciones, las construcciones, las modificaciones y las
adecuaciones de los contenidos y los componentes de la Naturaleza y el
Universo, en la sociedad burguesa y la civilización capitalista, sufren
severas denigraciones, destrucciones y desmenuzamientos.

La base económica, la Naturaleza y el Universo condensados en la tierra


y la materia, en la ejecución del trabajo queda fragmentada en los
sistemas de propiedad privada, estatal, eclesiástica y comunitaria. Donde
el paradigma y la política al mando operan en el ideal, la aspiración y los
intereses expresados en siete eventos: (1) tener, poseer, valer y gozar
despojando, oprimiendo y deslizando el patrimonio; (2) ganar, lucrar,
64

beneficiarse, acumular y acrecentar desplegando la productividad, las


guerras económicas nominadas como las competencias, las propagandas
estruendosas y las ilusiones políticas; (3) controlar, vigilar, marcar, sellar,
cuantificar y valorar; (4) expulsar, excluir, discriminar, desechar,
perjudicar, confinar, dispersar, engullir y sojuzgar; (5) dividir, enemistar,
confrontar y antagonizar con las doctrinas, los dogmas y las posturas que
fomentan el proselitismo y diseminan la demagogia; (6) concentrar,
hacinar, centralizar, corporativizar, fusionar, homologar, estandarizar y
seriar todos los estilos del vivir y los ámbitos existenciales; (7)
circunscribir, jurisdiccionar, acorralar, cercar y rodear a las poblaciones.

Estos sucesos, acciones y procederes generan, conservan y proliferan las


guerras de distintas dimensiones, los derramamientos de la sangre, los
antagonismos interclasistas, las polarizaciones que ahondan la brecha
entre los ricos y los pobres, las conculcaciones constantes de los derechos
fundamentales, las exigencias coactivas de las contribuciones hacia las
dos instituciones que siempre se erigen conflictuados: el Estado Nacional
y las asociaciones religiosas, la protección de los bienes jurídicos tutelados
y el régimen político centrado en el absolutismo presidencialista. Con
estas formas de perfilar el estilo de vida, la sociedad y el modo de producir
clasista, ejercen el método de choque según las disponibilidades
tecnológicas, el volumen del kapital financiero y la posesión de los medios
de producción.

Las instituciones económicas básicas, siendo los gigantes planetarios y


las grandes empresas transfronterizas, quienes controlan los principales
ejes y ramas de los sectores económicos acontecen los choques, las
explosiones y las colisiones con los impactos de largo alcance y los
resultados que acrecientan la riqueza de una casta plutocrática. En
especial las actividades y las ocupaciones extractivas: las remociones de
las rocas, la grava y la arena, la extracción de los minerales y las piedras
preciosas, la explotación del recurso hídrico, la generación de la energía,
la producción de los combustibles, las fabricaciones de los armamentos,
las pruebas de las aplicaciones científicas, las elaboraciones de las
tecnologías, las construcciones de las infraestructuras y las crecientes
urbanizaciones ocurren con los choques que revientan a la materia, los
recursos disponibles y las existencias. El sector primario y secundario del
proceso económico nacional y planetario, siendo las patas centrales que
sostienen a la sociedad, operan con los choques de mayor envergadura y
65

resonancia. Mientras el sector terciario, una complejidad amalgamada de


procesos que complementan a los dos sectores fundamentales, acontece
con los choques menores, las colisiones mesuradas y las explosiones que
apenas dejan sentir sus vibraciones. La agricultura a gran escala, la
agroindustria, la explotación forestal, la minería, las extracciones
petroleras, las obtenciones de la energía, las industrias metalmecánicas,
los centrales termonucleares, las empresas farmacéuticas, las
instituciones dedicadas al fomento inmobiliario y las obras públicas son
las que efectúan los choques mayores, grandes y destructivos.

El sistema de producción capitalista, impulsado por el kapital financiero y


las tecnologías, tiene la potencialidad de sacudir y hasta alterar los dos
tipos de movimientos de la tierra. Todos los trastornos atmosféricos, las
desfiguraciones en la superficie terrestre, los hundimientos en algunos
lugares y las desnivelaciones territoriales son ocasionados por el sistema
de producción basada en el régimen asalariado. La economía mercantil,
con su materialismo vulgar que santifica al dinero como una forma
especial de energía, destruye por doquier a la materia. Al colocar al ser
social como el rey de la creación, el señor y el amo de las existencias, en
un negar su antropocentrismo, proclama el teocentrismo, el
cristocentrismo y el salvacionismo.

Admitiendo que las consecuencias generadas por el mercantilismo y el


monetarismo son desastrosas, en un intento por conmiserarse dándose
los golpes de pecho y hasta rasgando sus capas, los poltronantes y los
defensores del clasismo económico consideran importante incrustar la
ética, los valores y la moralidad en todos los ámbitos del vivir. Bajo el
criterio de la responsabilidad social de las empresas, sin transformar las
normatividades que autorizan la realización de la contaminación del
ambiente natural general, permiten que el proceso económico clasista
siga discurriendo por los fauces de la opresión, la destrucción y la
denigración.

La moralidad opuesta a la moral de productores, desde que se impone el


modo de producir clasista, permea a la sociedad ocultando sus culpas, sus
desmanes y sus desaciertos. Es un tradicionalismo basado en las buenas
costumbres, la buena fe, los principios religiosos y las normas jurídicas
que solamente fomentan el formalismo, el igualitarismo, la libertad
coactada, la espiritualidad amañada y la racionalidad adocenada. En el
66

proceso de producción, pretendiendo consensar los intereses cruzados y


enfrentados, ostenta la potestad de calmar los ánimos enardecidos, los
sentimientos iracundos y las aspiraciones utópicas. La moralidad clasista
busca acontecer la emulación pacífica de las clases sociales oprimidas,
pero blandiendo las pretensiones de la coexistencia, la convivencia y la
cohabitación democrática. Esta moralidad por asociarse con la burocracia
y la tecnocracia solamente cauteriza la conciencia, satura la mente y
adormece las subjetividades.

Los territorios jurisdiccionados se encuentran minados con los diversos


artefactos que revientan y explotan. Los choques, las colisiones y las
explosiones pueden acaecer dentro de los eventos programados o suceder
de manera inesperada como accidentes con efectos sin los costos
determinados. Los hoyos profundos expelen los gases, las sustancias, las
radiaciones y los venenos que salen de las profundidades. A la vez
engullen, absorben y dejan penetrar las partículas, las radiaciones, los
desechos y los fragmentos que se tiran en la superficie o llegan de las
lejanías. Dentro de este intercambio de viajeros, la humanidad, vive
envuelto por una multiplicidad de organismos, partículas, polvos y
existencias que pululan en el vacío.

En la superficie del Planeta acontecen cuatro tipos de choques. Los


choques entre los eventos naturales universales que se impactan entre sí
o revotan con los diversos contenidos y los componentes de la Naturaleza
y el Universo. Los choques entre las conglomeraciones abióticas y las
comunidades bióticas. Los choques entre los que emergen del Planeta y
los que llegan de los otros mundos siderales. Los choques entre los
sucesos geológicos, los fenómenos meteorológicos y las acciones del ser
social. Son choques diversos que condicionan la cultura laboral y a la vez
enrumban al proceso económico. En este acontecer, dentro de la cultura
laboral y la cultura empresarial, suceden dos tipos de choques que en
algunas ocasiones llegan a explosiones.

Las dos doctrinas en conflicto: la de la legitimación y la perpetuación del


orden histórico clasista y la de la emancipación total, chocan en la fuerza
laboral. Una parte de la fuerza laboral, especialmente su fracción que
tiene conciencia de clase, al asumir la ideología del proletariado se lanza
contra la ideología liberal burguesa. Aplicando la doctrina de la
emancipación ejerce el cumplimiento de sus obligaciones, deberes y
67

responsabilidades contraídas en las relaciones contractuales, conquista


sus derechos y protege los beneficios conquistados. En una permanente
lucha contra la doctrina de la conservación del orden social opresor, al ver
que sus logros y conquistas quedan subrogados en cada crisis de mayor
intensidad, exige la transformación de la sociedad opresora y la
desaparición del modo de producir clasista. El choque que acontece en
este ámbito es estrictamente económico.

Cuando una parte de la fuerza laboral deviene en la militancia de la


vanguardia del proletariado, ante las constantes restricciones del Estado
Nacional y las confederaciones patronales, la lucha económica se
convierte en una batalla política e ideológica. Es donde el proletariado
considera la conquista del poder para realizar plenamente sus ideales y
su misión histórica: la transformación radical del orden social clasista y la
construcción de la nueva etapa del colectivismo. Es el proceso de
construcción primero la cultura proletaria para luego implantar
planetariamente la cultura revolucionaria. En esta labor y tarea, el choque
que acontece se llama la lucha de dos líneas, porque detona dentro de la
vanguardia del proletariado.

La dirección central, los mandos superiores y la élite conductora del


proletariado tienen que aplicar el método de choque orientado a cinco
centros en donde se esconden la doctrina de la conservación y la
perpetuación del modo de producir clasista: (1) el minimalismo que
siempre busca la novación y la palingenesia de la sociedad clasista; (2) el
revisionismo que trata de conciliar la ideología del proletariado con la
ideología liberal democrática burguesa; (3) la metafísica reaccionaria que
infunde el materialismo vulgar, el fetichismo y las seraficaciones; (4) el
categorialismo que canoniza y codifica seriando la doctrina de la
emancipación; (5) la imposición de una nueva línea ideológica y política
con las sustituciones, las desviaciones y los descabezamientos.

El proletariado y su vanguardia, aplican el método de choque dirigido a


los enemigos externos y a los infiltrados, con las periodicidades y las
intensidades diferentes. En el interior de la vanguardia, el método de
choque, acontece con finura, cuidado y severidad. Porque no es cuestión
únicamente de cuidar la pulcritud, la seguridad y la fidelidad a la doctrina
de la emancipación, sino también de dar continuidad histórica al
colectivismo primigenio. Hay que evitar que la militancia llegue o quede
68

mermada con las explosiones, las detonaciones y las colisiones. Con la


aplicación del método de choque, la vanguardia y todas las instituciones
del proletariado, tienen que erigirse con mayor cohesión, solidez,
amplitud y vigor. La construcción de la sociedad de gran armonía, la
civilización solidaria universal y el modo de producir aclase exigen la
vitalidad plena de la unicidad orgánica.

Durante la transformación del orden social opresor y la construcción de la


nueva etapa del colectivismo, con el método de choque aplicados en las
diferentes dimensiones existenciales, se impulsa el desarrollo de las
fuerzas productivas. Es el ejercicio de la ingeniosidad, la creatividad, la
imaginación y la potencialidad que colocan al ser social, las comunidades
bióticas y las megaconglomeraciones orgánicas en las operaciones
determinantes, decisivas y enrumbantes. El desarrollo de los
instrumentos de producción son los resultados del desarrollo de las
fuerzas productivas. Las tecnologías quedan supeditadas a la dialéctica
necesidades-disponibilidades.

El arte de la manutención es consecuencia del trabajo. Opera cuando el


desarrollo de las fuerzas productivas guía al desarrollo de los
instrumentos de producción. De la combinación del desarrollo de estas
dos condicionalidades laborales emerge el acontecer económico que tiene
por eje al sistema de creación y producción. Donde el método de choque
es constante, creciente y diversificado. El sistema de producción, un
proceder repetitivo, se realiza con diferentes oscilaciones en la división,
la trituración, la combinación y el procesamiento de la materia. Los
ensamblajes, los armados y las manufacturas de las mercancías, las
tecnologías y los bienes son procesos de ejercitación de las colisiones, los
choques y las explosiones en diferentes espacios, momentos, niveles y
ámbitos. Producción y realización de las mercancías son los dos polos,
dimensiones y aspectos centrales del sistema económico.

Las creaciones y las producciones son constantes, permanentes e


insustituibles. Sin el trabajo no tienen existencia. Y sin ellas no hay el arte
de la manutención. Solamente el trabajo tiene la potestad, la virtud y la
fuerza de conducir el proceso económico, generar la cultura y asegurar el
sostenimiento global. La tarea primordial del ser social es trabajar para
subsistir. Se trata de las labores, las acciones y los movimientos
multifacéticos. Dragar y roturar son las acciones centrales de la cultura
69

laboral o del arte de la manutención. Son los principales actos de la


transformación y la construcción. El trabajo siempre es duro, porque tiene
que usarse los esfuerzos que ponen a todo el organismo en tensión,
movimiento y sacudimiento. La razón, el sentimiento, la pasión y el estado
de ánimo son los propulsores de la laboriosidad. Y los tipos de aplicación
de los choques, las colisiones y las explosiones pueden ser agotadores,
debilitantes e incluso fatales.

No existe el trabajo degradante. Lo que sucede en la sociedad opresora y


el modo de producir clasista es la plataformación de las acciones, los
movimientos y los procederes que denigran al ser social con la
cosificación, la reificación y la enajenación. La ociosidad, la desocupación
y la haraganería sí son las negación del vivir. El arte del vivir es
inseparable del trabajo y el arte de la manutención. El fluir de la vida, el
desarrollo desigual armonizado y la ascensión civilizatoria acontecen con
el trabajo. El trabajo es el mecanismo propulsante del vivir. Donde la
relación interactiva entre el ser social y los medios de producción, especial
y particularmente con la tierra, es el cimiento del orden histórico.

La lucha por la vida y la subsistencia sucede con el trabajo. La aplicación


del método de choque sobre el territorio, el suelo, la tierra o el medio de
producción es la acción primordial. Sin esta operación no acontecen las
transformaciones de la base económica, las construcciones, los
desarrollos y las expansiones. La satisfacción de las necesidades consiste
en la conversión de la riqueza natural en la riqueza social. En la
actualidad, el trabajo o las distintas aplicaciones del método de choque,
sucede con la especialización que la mecanización, la automatización y la
digitalización permiten. Exclusivamente el trabajo concede los medios de
subsistencia. Pero el sustento proviene de los contenidos y los
componentes de la Naturaleza y el Universo. La base económica sigue
siendo y será la fuente generante, conservante y dotante de todo cuanto
requiere el ser social para vivir, ascender y expandirse.

70

VI
Ciencia, tecnología y poder

Las transformaciones, las construcciones y los procesos culturales se


concretan con la combinación de la cuaternaria: las normas jurídicas,
los conocimientos científicos, las tecnologías y el poder. Es la
superestructura que ordena, guía y orienta al orden histórico. Las
tecnologías por su origen en el vaciado de la energía en el proceso de
producción, para su operación espacial y temporal, requieren las nuevas
transferencias de la energía. Son el trabajo muerto que exigen la
vivificación y la movilidad con el trabajo vivo. En la actualidad por su
diversificación y precisión, en el proceso económico, quedan elevadas a
rango central por acontecer con rapidez el método de choque. Las
tecnologías remueven, destrozan y desplazan los contenidos y los
componentes de la Naturaleza y el Universo con facilidad y arrasando todo
cuanto se halla en sus recorridos.

El ser social, un ferviente religioso que fomenta el fetichismo, tiene la


característica de venerar, dignificar y poltronar en una entidad superior a
los resultados del trabajo y las manifestaciones de la racionalidad. Desde
sus pretensiones de ser el único viviente superior a las demás existencias,
en su espiritualidad y moralidad, rinde el culto y ofrece los tributos a las
obras de sus manos y las expresiones de sus subjetividades. El fetichismo
de las mercancías se torna en el fetichismo del kapital financiero y hoy en
el fetichismo de la racionalidad. Porque cree que la generación, la
ampliación y la especialización de los conocimientos conforman la riqueza
de los países y devienen en el nuevo sistema de producción. En el actual
capitalismo imperialista planetarizado, siempre desde los países
gendarmes y hegemónicos globales, se fomenta el criterio de que se está
dando el salto de la producción de bienes (mercancías) al sistema de
producción de los conocimientos como económicamente ventajoso,
rentable y beneficioso.

Con tal afirmación se niega una certeza incuestionable: el ser social desde
que genera la racionalidad, la memoria y la conciencia siempre diversifica,
ramifica, amplía y especializa los conocimientos. Las tres grandes y
71

permanentes instituciones históricas: la familia, la comunidad y el sistema


de producción, procesos-sistemas de asociación y conglomeración,
surgen, avanzan y persisten con la aplicación de la cuaternaria. No hay
datos que indican lo contrario. La única novedad en la sociedad burguesa
y la civilización capitalista son la constante y la acelerada ramificación y
especialización de las sapiencias disciplinarias. Las revoluciones políticas,
económicas, culturales y jurídicas acontecieron en los inicios del
colectivismo primigenio. En la sociedad actual suceden y prosiguen las
reconvenciones, las recodificaciones, las seriaciones y las readecuaciones.
Las revoluciones industriales, científicas y tecnológicas son los baluartes
del capitalismo, la tercera etapa del modo de producir clasista.

Es importante reconocer que las siete doctrinas clasistas: filosóficas,


morales, religiosas, políticas, militares, jurídicas y esotéricas surgen
codificadas, seriadas y canonizadas en el esclavismo. Las doctrinas
económicas adquieren perfil y resonancia en el tránsito del feudalismo al
capitalismo. En la sociedad burguesa y la civilización capitalista, las
doctrinas económicas por la presencia conflictuada de las dos clases
sociales antagónicas: la burguesía y el proletariado, se yerguen como la
doctrina de la estabilidad y la defensa del modo de producir clasista frente
a la doctrina de la transformación del orden social opresor y el proceso de
la emancipación total.

Las doctrinas económicas, el convencionalismo ramificado en una


variedad de sectas y escuelas y la economía política marxista, a decir de
las organizaciones pautantes globales son los dispositivos rectores del
orden histórico clasista. Las ciencias económicas, una confluencia de
diversas sapiencias en constante ampliación, se ocupan de interpretar y
transformar la base económica centrada en la dialéctica necesidades-
disponibilidades. Por ocuparse del arte de la manutención, las ciencias
económicas, quedan admitidas y erigidas en los conocimientos científicos
que impulsan la herencia biológica, política, jurídica y cultural en el
desarrollo ascensional. El ritmo de los adelantos y los logros de la
humanidad se reconocen y se valoran exclusivamente con la cultura
laboral y la cultura empresarial (FMI, Por qué las ciencias básicas son
importantes para el crecimiento económico; El futuro digital; ¿Qué es la
econometría?; Análisis y pronósticos macroeconómicos; Un modelo de
elegancia ejemplar; Por qué y cómo se debe combatir la fragmentación
geoeconómica; Banco Mundial, Macroeconómica; Fronteras de la
72

economía del desarrollo; Más allá del consenso de Washington: las


instituciones sí importan; Francisco Valsecchi, La reconstrucción de la
ciencia económica sobre el fundamento ético-cristiano; UNESCO, Hacia
las sociedades del conocimiento; La ciencia económica y la acción; A.
Lange, La economía del conocimiento y el socialismo; OCDE, Escenarios
de crecimiento a largo plazo; The long view: scenarios for the world
economy to 2060).

Todas las formas de transformación de la base económica, en la sociedad


actual clasista, hay que interpretar despedazando dos criterios que tienen
su raíz en la confesionalidad judío-cristiana: conocer es vencer y el
poderío del ser social se patentiza en que la Naturaleza depende de éste.
Las ciencias económicas, adecuadamente denominada la ciencia del
trabajo por Franz Hinkelammert (Ideologías del desarrollo y dialéctica de
la historia), muestra la manera en que el trabajo vivo utilizando al trabajo
muerto controla, domina, explota y denigra a los contenidos y los
componentes de la Naturaleza y el Universo. Apoyado en la fuerza, la
capacidad y el movimiento de las tecnologías destruye a la materia.

Un problema grave emerge en la sociedad burguesa y la civilización


capitalista: el ser social deja de analogarse con la Naturaleza y comienza
a valorarse comparándose con las tecnologías. A este proceso fetichista,
Francis A. Schaeffer, llama el esconderse de la presencia del Creador
cubriéndose con los resultados del trabajo (Polución y la muerte del
hombre: enfoque cristiano a la ecología; Huyendo de la razón; Muerte en
la ciudad; Génesis en el tiempo y el espacio; Él está presente y no está
callado). El ser social en la actualidad se jacta de adaptar a la Naturaleza
a sus necesidades y, sobre todo, de obligar a las fuerzas naturales a
servirle. A la vez externa su prepotencia: el mundo no satisface al ser
social y por eso decide corregir, modificar y cambiar su fisonomía. La
presunción es mejorar, embellecer y dotar de una imagen espectacular al
ambiente natural general.

El método de choque que aplica, usa y fomenta el ser social con las
tecnologías mas bien destruye, denigra y agrieta la figura, la presentación
y la belleza natural. Permitir colapsar algunos lugares, arrasar los bosques
en diversos sitios, dejar hoyos profundos por doquier, abandonar las
basuras esparcidas, dejar seca a las lagunas, cambiar el curso de los ríos
y tapar los manantiales no pueden ser acondicionamientos, mejoras,
73

avances y logros. Pueden catalogarse las adaptaciones eliminando,


destruyendo y polvorizando a las existencias. Porque son indolencias,
desidias, abatimientos y degradaciones. Llenar, saturar y colmar con los
ruidos, las propagandas, los humos, las radiaciones, las luminosidades y
las artificialidades en todos los países, las localidades y las ubicaciones
significan INOCULAR la fatalidad histórica. El desechar y el abandonar al
NATURALISMO conllevan venerar, propagar y enaltecer a la necrofilia.

Los túneles interoceánicos, intercontinentales, interjurisdiccionales e


incluso las que se consideran intersiderales, un esfuerzo de replicación de
los hoyos negros y los espacios vacíos de captación y repulsión, son obras
de gran valor global. Su realización acontece con la aplicación a escala
micro y macro detonación del método de choque. Porque se tiene que
remover, destruir, fragmentar y polvorizar las partes duras, pedregosas
y rocosas de la tierra. En algunos lugares, los cerros tienen que ser
demolidos y los barrancos rellenados, para que las obras lleguen a
culminarse. Son construcciones gigantescas que asombran a las
poblaciones y convocan a aceptar la potencia transformadora de las
tecnologías.

En todos los países, las actividades extractivas y los aprovechamientos de


las fuentes de la energía, dejan sin agua a las comunidades aledañas,
pero enlazadas con los cinturones negros que humean. Las bandas
anchas, los circuitos cerrados, las interacciones visuales pero sin el
contacto carnal y los espacios de vigilancia que las tecnologías de la
información proporcionan, solamente generan los bochornos y los
acaloramientos en los lugares de emisión y recepción, a pesar de las
escandalosas algarabías. Ver, oír y hablar a distancia conforman los
estilos de las socializaciones tecnificadas. Las distancias no se acortan,
sino se concatenan y se enlazan en los tiempos cronogramados. Las
subjetividades quedan externadas movidas por el afán de la valoración,
el reconocimiento y la ostentación.

Dentro del capitalismo imperialista planetarizado, de manera contundente


y exclusiva, se mueven la cuaternaria combinada: el poder que guía,
dirige y conduce al orden histórico clasista; los conocimientos científicos
que se desparraman a través del sistema educativo, los procesos
culturales y las propagandas estridentes; las cuatro formas del sistema
jurídico: el common law, el derecho romano recodificado, las normas de
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las tradiciones orientales y las reglas ancestrales que pautan el proceder


clasista mezclado con la moralidad, la ética y la axiología; las tecnologías
digitalizadas de gran precisión, visión larga y potencia destructora. La
sociedad burguesa y la civilización capitalista, sin esta cuaternaria
considerada clave y determinante, no funcionan ni avanzan. Tanta es la
magnificación de la cuaternaria que se halla incrustada dentro de los
bienes jurídicos tutelados. Donde las potencialidades y las capacidades
transformadoras y destructoras de las tecnologías se consideran un
peligro para la humanidad (Stanislaw Lem, Summa technologiae; M.
Millionschikov, The scientific and technological revolution: social effects;
Academia de Ciencias de la URSS, La dialéctica y los métodos científicos
generales de investigación; J. Derrida, La diseminación; J. Wagensberg,
editor, Proceso al azar; K. Zweiling, Materialismo dialéctico y física
teórica; Gonzalo Andrés López y Rodrigo Alonso Alcalde, Materiales. Una
historia sobre la evolución humana y los avances tecnológicos; Revista
Internacional de Teología Concilium No. 381, Tecnología: entre
apocalipsis e integración; Ignasi Belda, Mentes, máquinas y matemáticas;
Gustavo Dessal, compilador, Las ciencias inhumanas).

Con la rebelión de las máquinas operadas con la inteligencia artificial,


diversos intelectuales que confunden la apocalíptica con la conflagración,
asustan a las poblaciones. Por una parte, presentan un futuro sombrío en
donde las tecnologías quedan sin la necesidad de recibir el aliento del
trabajo vivo; pero por el otro lado, siguen anunciando las innovaciones
tecnológicas como la única forma de acontecer la continuidad histórica.
Las diversas sapiencias disciplinarias, en sus aplicaciones clasistas, se
orientan de manera regulada a acontecer tres situaciones: las
distensiones, las disuasiones y los consensos mediante las amenazas, los
chantajes y las colusiones por poseer el monopolio de la ciencia, el poder,
la norma y las tecnologías; las transformaciones, las construcciones, las
interacciones y las interpenetraciones con la modificación, la demolición
y la explosión de la materia; la aclamación preponderante de los derechos
y las libertades de las poblaciones jurisdiccionadas colocando en segundo
plano a las responsabilidades, las obligaciones y los deberes.

La cuaternaria, conforme a las normatividades jurídicas vigentes, intenta


ocupar el lugar del mito fundacional. Porque fomenta, delimita y detona
el método de choque. Las tecnologías tanto para su fabricación,
aplicación, mantenimiento e innovación como para su sustitución,
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mejoramiento, especialización y hasta su destrucción requieren la


CONCURRENCIA correlacionada de la trilogía: el poder, la ciencia y la
norma. El mundo global existe y prosigue con la utilización diferenciada
de la cuaternaria. La inteligencia global operativa (IGO), un proceso de
larga data en los países opresores, busca introducir en las mentes, las
conciencias y las vivencias una forma de pensar, sentir, actuar, trabajar
y relacionarse. Porque su objetivo y la finalidad es la defensa, la
protección y el enrumbamiento de la persona, la propiedad, la democracia
y la libertad.

Con esa mira y meta, con las transformaciones destruyendo a la base


económica y polvorizando a la materia, se admite que la ideología liberal
democrática burguesa y el derecho axiológico son los pilares de la
sociedad. Las tecnologías se generan y se usan en esta perspectiva. Es el
proceso de revocación del origen y el destino: la extracción de los
contenidos y los componentes de la Naturaleza y el Universo para armar
un aparato que se dedica a la demolición de los progenitores. A este
fenómeno se nomina la revolución industrial, científica y tecnológica. Los
configurantes de la taxonomía del ser social, al quedar moldeadas,
aleadas, ensambladas y movilizadas en una entidad que opera con la
energía suministrada, de ser un ayudante y un auxiliar en el sistema de
producción deviene en un poderoso desplazador de la fuerza laboral.

La cuaternaria, un instrumento y un mecanismo central del clasismo


económico, queda transfigurada negando su origen en el colectivismo
primigenio. Es el proceso de producción que usa el sistema de propiedad
comunitaria de la tierra que origina la cuaternaria para fomentar, realizar
y operar el arte de la manutención. Durante la primera etapa del modo
de producir clasista, el esclavismo, se dieron una diversidad de
reconvenciones y recomposiciones en su dinámica. Llega al capitalismo
con severas anudaciones y entretejimientos. Porque es la burguesía que
autoriza la estructura y el contenido de la cuaternaria que ejecuta la
fuerza laboral. La cuaternaria es el resultado del trabajo para que la
cultura laboral logre su mayor amplitud, eficacia y dimensión.

Es cierto que la cultura laboral, con el proceder de la cultura empresarial,


adquiere nuevos perfiles, formas y acciones. En este acontecimiento, por
la centralización y la monopolización en determinados grupos, clases y
países de la cuaternaria, el arte de la manutención es una lucha
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permanente sin cuartel. Es la guerra de las clases sociales por acceder,


poseer, disponer y ampliar las fuentes, los procedimientos, los resultados
y los beneficios del trabajo que solamente una pequeña parte de las
poblaciones realizan. El acontecer económico, sea aclase o clasista,
procede con la cuaternaria. El uso de la cuaternaria en la sociedad
clasista es el dispositivo de control, dirección y dominio de las clases
sociales opresoras por poseer, disponer e imponer. Por esa razón, los
resultados y los beneficios que genera, en su mayor parte corresponde a
los opresores, los sojuzgantes, los despojantes y los explotadores. Una
mínima parte que recibe la fuerza laboral, aparte de quedar inutilizada
por el costo de vida elevado, retorna a las bolsas de los opresores a través
de las realizaciones de las mercancías que sostienen a la acumulación
creciente y multiplicada.

Todo este acontecer para vivir, seguir trabajando y proseguir ascendiendo


opera con la aplicación del método de choque usando la cuaternaria. La
creación de la historia, la organización de la sociedad y la construcción de
la civilización son acontecimientos generados por el trabajo, el arte de la
manutención y la utilización del método de choque. La diferencia entre el
modo de producir aclase y el clasista únicamente se da en la intensidad,
la amplitud y la periodicidad de la ejercitación del método de choque.
Porque de tales procederes dependen el grado, los alcances y las
consecuencias de la destrucción, la modificación y la explosión de la
materia.

El modo de producir clasista, desde su primera etapa hasta su actual


tercera etapa que es el capitalismo, se caracteriza por el uso excesivo,
destructor y diseminante del método de choque. Pero es el capitalismo el
mayor degradador, depredador y polvorizador de la materia. Los grandes
problemas candentes de la actualidad, si bien tienen su origen en el
esclavismo, adquieren mayor proliferación, complejidad, amplitud y
entretejimiento en el sistema de producción burgués. La contaminación
ambiental, el calentamiento global, el rompimiento de las capas
protectoras, el choque de gran impacto de las radiaciones y la saturación
de la superficie y los mares con los desechos son eventos fomentados,
permitidos y ocasionados por la burguesía.

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El proceso y el sistema de generación, fluir, transformación y
expansión de la vida suceden con la operación del método de
choque. La universalidad existencial persiste, prosigue y se
multiplica con la dialéctica colisión-explosión-división-
compactación. Todos los contenidos y los componentes de la

Naturaleza y el Universo se hallan sujetas a los choques, las

implosiones, las explosiones y las fragmentaciones para que
acontezcan las integraciones, las combinaciones, los desarrollos y
las expansiones. Método de Choque es una proposición a asimilar
la dinámica de la existencia, la división y la expansión de la
materia.

SERAPIO MUCHA YAROS, economista y teólogo, forma parte la

conducción del Centro Transdisciplinario para el Humanismo

Económico, A. C.

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