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PREHISTORIA ANTIGUA DE LA P.I.

INDICE

• TEMA 2. EL CUATERNARIO……… P. 2
• TEMA 3. Paleolítico inferior (I): El Paleolítico inferior arcaico y los primeros poblamientos
peninsulares ………………….P. 16
• TEMA 4. Paleolítico inferior (II): El Paleolítico inferior clásico en la Península Ibérica P.24
• TEMA 5. El Paleolítico medio en la Península Ibérica …… P. 32
• TEMA 6. El final de los Neandertales y el Paleolítico superior inicial en la P. I. .....p. 38
• TEMA 7 El Paleolítico superior medio: el Solutrense ........P. 46
• TEMA 8. El Paleolítico superior final: el Magdaleniense ....... p. 53
• TEMA 9. Arte rupestre paleolítico (I): Soportes, técnicas y temática..... p.60
• TEMA 10. Arte rupestre paleolítico (II): El arte rupestre paleolítico de la Península Ibérica;... p.68
• TEMA 11. Arte mueble paleolítico......p. 76
• TEMA 12. El Epipaleolítico y Mesolítico: Zona cantábrica y litoral atlántico;..... p.83
• TEMA 13. El Epipaleolítico y Mesolítico: Región mediterránea…..p.95
• TEMA 14. Arte Postpaleolítico: Levante y Sur.......p.104

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Tema 2: El Cuaternario: Paleoambientes y paisajes

1. INTRODUCCIÓN

Actualmente nos encontramos en el Cuaternario, último período geológico que supone una breve
etapa de 2,58 Ma.1 en una larga historia geológica de 5,5 Ma. Es la etapa mejor conocida desde los puntos de
vista geológico y geomorfológico, y se caracteriza por:
-variaciones climáticas con alternancia de períodos fríos y secos (glaciares) y períodos templados y
húmedos (interglaciares), que han dejado múltiples testigos geomorfológicos que permiten reconstruir los
paleoambientes del pasado. Aunque esta alternancia climática no es exclusiva del Cuaternario, la “juventud”
geológica de los testigos sedimentarios y geomorfológicos, que aún no han sido borrados por los procesos
erosivos modernos, permite un mayor conocimiento de estas etapas que de otras más antiguas.
-sistemas morfogenéticos y formaciones vegetales, resultado de los distintos ambientes climáticos
del Cuaternario, diferenciándose claramente los depósitos sedimentarios cuaternarios menos consolidados y
litificados que los terciarios. A las etapas frías se asocian los sistemas morfogenéticos glaciar y periglaciar;
los períodos cálidos han dejado huellas sedimentarias como travertinos; y los cambios pluviométricos se
reflejaron en las variaciones de caudal y la morfogénesis fluvial.
-evolución humana: aunque el comienzo del proceso de Antropogénesis (configuración el ser
humano) se sitúa temporalmente fuera de los límites del Cuaternario, tiene su culminación en el mismo; por
ese motivo, se le ha denominado en ocasiones Era Antropozoica. Es en el Pleistoceno Superior cuando
aparece nuestra especie, y en el inicio del Holoceno (última época cuaternaria) cuando la capacidad
tecnológica del hombre e intervención de los ecosistemas, dio lugar al desarrollo de la agricultura y
ganadería.

2. DEFINICIÓN, CRONOLOGÍA, DELIMITACIÓN Y SUBDIVISIÓN DE CUATERNARIO

2.1. Definición

El término fue acuñado por J. Desnoyers en 1829 para denominar al conjunto de materiales
sedimentarios con escaso grado de litificación y diagénesis que se apoyaban sobre los estratos datados en la
Edad Terciaria. En un principio, se siguió un criterio geomorfológico pero no se establecía de un modo claro
la separación entre el Terciario y Cuaternario.
Actualmente hay un consenso científico que define el Cuaternario como un Sistema dentro de la
Era Cenozoica y que, a su vez, queda dividido en las series Pleistocena y Holocena, cuyo inicio según las
últimas actualizaciones apuntan a 2,6 Ma. Es necesario tener presente la correlación entre el criterio
cronoestratigráfico y las unidades de tiempo geológicas.

2.2. Cronología del Cuaternario


Los distintos criterios seguidos (estratigráficos, geológicos, palinológicos, polaridad magnética, etc)
han dado lugar una serie de subdivisiones cronológicas:

2.2.1. Cronología glaciar clásica

La existencia de depósitos sedimentarios asociados a la acción morfogenética del hielo, llevó a


científicos franceses y suizos de finales del s. XVIII, a plantear la posibilidad de que los glaciares alpinos
hubiesen tenido una mayor extensión en un pasado geológico reciente. En 1840, Louis Agassiz estableció
una Edad del Hielo pretérita que explicaría la existencia de esos depósitos sedimentarios encontrados en los
valles y circos de los Alpes. Años después, James Croll estableció que ciertos cambios en la geometría de la

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Nótese que no se sigue la cronología recogida en el manual de la asignatura editado en 2006, sino la establecida por
la comunidad científica en el IUGS en junio de 2009, que establece el límite inferior del Cuaternario en 2,588 Ma. (Véase
“Prehistoria I: Las primeras etapas de la Humanidad” p. 22)

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órbita terrestre implicaban una sucesión de etapas frías y cálidas (idea que retoma el serbio Milankovitch en
los ‘20), dejando sobre la mesa la idea de una alternancia climática aunque no se supiese su causa.
A partir de estudios geomorfológicos de las terrazas fluviales en Europa, A. Penck y E. Brückner
establecen cuatro grandes etapas glaciares (y sus estadios interglaciares) que se denominaron siguiendo los
nombres de los ríos alpinos: Günz, Mindel, Riss, Würm. Habría un período de glaciación anterior, que
supuso la etapa de transición entre el Plioceno y el Pleistoceno, que es la peor desde el punto de vista
geomorfológico y se denomina Donau. La secuencia glaciar alpina ha podido reconstruirse gracias a
vestigios geomorfológicos en el paisaje centroeuropeo, poco perceptibles debido a la impronta de los
períodos glaciares recientes que han borrado los anteriores (esto no ocurre en sedimentos de fosos marinos).
Hoy sabemos que en el transcurso de los períodos dominados por condiciones frías y secas, se
produjeron oscilaciones climáticas con períodos más cálidos y húmedos. Así, en la Glaciación Würm, se
identifican cuatro períodos con diferentes condiciones de frío y aridez, entre los que se intercalan tres breves
períodos de atemperamiento climático. Por otra parte, los sedimentos marinos indican que en los lapsos
glaciares se desarrollaron pulsaciones más templadas y en los cálidos, pulsaciones frías. Desde 12.000 BP, el
registro terrestre y marino ofrece vestigios de un proceso de deglaciación previo a la fase post-glaciar
actual, con oscilaciones de menor intensidad que las pretéritas y que caracteriza al Holoceno.
Las manifestaciones más importantes de ciclos fríos son las grandes acumulaciones de hielo en
latitudes septentrionales de Europa y América. En las fases de máximo glaciar, el inlandsis escandinavo se
extendía desde las llanuras del Volga hasta las Islas Británicas, alcanzando el norte de los Cárpatos. Se ha
podido determinar la existencia de tres inlandsis, e incluso uno más antiguo. De este modo, podemos
establecer una relación de la denominación del Norte de Europa con la alpina (ver cuadro), aunque no existe
una exacta correspondencia cronológica entre ambas secuencias, debido a distintas tasas de glaciación.
Los científicos estadounidenses se basaron en datos geomorfológicos de Norteamérica, adoptando
otra terminología. Tampoco existe un perfecto ajuste cronológico, debido a factores locales y a la extensión y
características de las masas de hielo.
La secuencia paleoclimática del continente africano es importante a la hora de reconstruir los
ambientes donde tuvo lugar el origen de la Evolución Humana, especialmente en el Pleistoceno inferior y
medio. El glaciarismo no tuvo tanto protagonismo como en Europa y Norteamérica, por lo que aquí la
secuencia climática cuaternaria se establece por medio de la determinación de fases húmedas/pluviales y
áridas/interpluviales. Las pluviales estuvieron caracterizadas por precipitaciones más abundantes y mayor
productividad del medio, tal y como se documenta en los sedimentos lacustres (Este de África); los períodos
interpluviales se caracterizan por aumento de sequías, empobrecimiento de la cobertera vegetal, menos
productividad del medio y un aumento de la erosión eólica. Las condiciones climáticas establecidas en
función de la circulación de las masas de aire, la influencia de las corrientes marinas y factores como la
latitud, hacen difícil asumir que estos fenómenos fueran sincrónicos a los identificados en la geomorfología
europea y norteamericana.
Existen otras nomenclaturas de carácter más local como el caso de las Islas Británicas.
Terminología Glaciar Interglacia Glaciar Interglaci Glaciar Interglacia Glaciar
r ar r
Alpina Günz Günz/Min Mindel Mindel/Ri Riss Riss/Wür Würm
del ss m
Norte de Menapian? Cromer Elster Holstein Saale Warthe/Ee Vistula
Europa m
Norteamerica Nebraska Afton Kansas Yarmout Illinois Sangamon Wisconsin
na
Africana Kangurien Interpluvia Kamusiens Interpluvi Kanjerien Interpluvia Gambilien
se l e al se l se

2.2.2. Los estudios isotópicos del oxígeno (OIS)


El análisis de sedimentos depositados en los fondos marinos iniciados a ½ del s. XX por Emiliani
(Universidad de Chicago) han permitido establecer un nuevo método terminológico-cronológico de la
variedad climática del Cuaternario comúnmente aceptada por las distintas ramas científicas, sustituyendo a la
tradicional alpina. El método se basa en el estudio de la masa atómica de los isótopos del oxígeno 18O/ 16O.
Las moléculas cargadas de 18O tienden a condensar/precipitar mientras que el isótopo 16O, más ligero, se

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evapora con más facilidad. El resultado es que el agua oceánica es más rica en 18O que las aguas
continentales.
Durante una etapa glaciar, las aguas continentales se hielan dando lugar a glaciares e inlandsis que
interrumpen el retorno del ciclo hidrológico, se produce una menor evaporación relativa de moléculas de
agua marina que contienen el isótopo pesado 18O. Este hecho implica un incremento de la proporción de 18O
en aguas oceánicas en períodos fríos. Por el contrario, en etapas templadas, al restablecerse el ciclo
hidrológico y aumentar el nivel del mar, aumenta la adición de 16O y disminuye la abundancia relativa del
isótopo 18O.
El análisis geoquímico e isotópico de oxígeno contenido en la caliza de foraminíferos fósiles
(microorganismos que forman parte del zooplancton marino) depositados en el fondo del mar y el agua del
hielo, permite determinar oscilaciones en el tiempo, de la concentración de 18O y deducir la evolución de las
temperaturas marinas y atmosféricas. Emiliani estableció en la década de los ’70, 16 estadios isotópicos del
oxígeno -OIS (Oxigen Isotopic Stage)- aunque posteriormente su tabla cronológica fue completada y
recalibrada, gracias al estudio de los foraminíferos bentónicos de las profundidades oceánicas. A cada fase se
le asignó un número del 1 al 16, correspondiendo los impares con estadios cálidos y los pares a los de
características frías y secas. (La cronología del OIS 16 se corresponde con los 659 Ka BP).
Cabe señalar que, en el estudio paleoclimático del Cuaternario, no sólo hay una variación estadial
–etapas glaciares e interglaciares- sino que además en cada uno de los OIS, se asiste a variaciones
climáticas interestadiales.

2.3. ¿Cuándo empieza el Cuaternario?


El Cuaternario, desde junio de 2009, ha pasado a ser un Periodo/Sistema cuyo inicio ha sido fijado
en el paso de la polaridad negativa Matuyama a la positiva de Gauss, lo que ha acaecido hace 2,588 Ma BP;
abandonándose la convención del INQUA de 1973, que había fijado el origen del Cuaternario en el inicio del
momento de polaridad de Olduvai (1,82 Ma BP).
En 1948, se estableció el límite inferior del Cuaternario coincidiendo con el primer enfriamiento de
clima que se detectó a partir de faunas neógenas mediterráneas. El cambio coincidía con el Piso Calabriense
(facies marina) y Villafranquiense (facies continental), con numerosos elementos adaptados a ambientes fríos
respecto a comunidades de períodos anteriores. Desde su definición hasta finales de los ’80, el
Villafranquiense, fue el estratotipo continental (unidad estratigráfica de referencia) de la transición
pliocena/pleistocena. Se dividía en Villafranquiense inferior y el superior, que conformaba el piso basal del
Pleistoceno.
La Comisión Estratigráfica Internacional dependiente de la IUGS, había definidonel límite
Plioceno/Pleistoceno en el estratotipo definido por el corte geológico de Vrica (Italia), conformado por
estratos margosos de escasa potencia y restos paleontológicos que denuncian la presencia de una fauna
adaptada a condiciones microtérmicas o frías. Esto supondría una edad oficial de 1,84 Ma. Este límite
cronológico indica un cambio hacia condiciones frías, tanto por fauna como por condiciones de
sedimentación. Se relaciona con la magnetoestratigrafía, por debajo del techo del episodio magnético
denominado Olduvai. Es importante debido a que se trata de fenómenos que pueden identificarse a escala
planetaria, sin tener que limitarnos a unos estratos concretos que pudieron ser erosionados por procesos
posteriores.
En la actualidad, la comunidad científica ha establecido llevar el inicio del Pleistoceno, y por tanto
del Cuaternario, a los 2,6 Ma. Su estratotipo está en el Monte San Nicola Lo que coincide con la base del
piso Gelasiense y el límite paleomagnético Gauss/Matuyama. En esta misma cronología, se han constatado
cambios palinológicos y faunísticos, que indican transición hacia condiciones frías (registro continental de
regiones loéssicas chinas y en los fondos marinos y márgenes continentales). Además, en esa época se
aprecian considerables cambios en las paleoformas vegetales de Europa.

2.4. Subdivisión del Cuaternario

Existe una gran variedad de cronologías cuaternarias y sus consiguientes subdivisiones: la


magnetoestratografía cuaternaria, la cronología isotópica, los ciclos de loess, las series climáticas, el registro
glaciar, la clasificación de tecnocomplejos industriales usada por los prehistoriadores. Todas ellas, tienen una
cronología absoluta numérica. Desde el punto de vista cronoestratigráfico, y con absoluto consenso

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científico, el Cuaternario se divide en dos series Pleistoceno y Holoceno (si el criterio es geológico se dice
épocas).

2.4.1. La división del Pleistoceno


Actualmente las divisiones del Pleistoceno reconocidas por la comunidad científica tienen categorías
de subseries y sus límites se han definido utilizando en la mayoría de casos los criterios
magnetoestratigráficos (cambios de polaridad).
-Pleistoceno inferior (2,588 Ma): se inicia en el límite entre los crones Gauss (+) / Matuyama (-) y se divide
en dos pisos marinos:
-Gelasiense: límite inferior es el límite del Cuaternario definido en el estratotipo del Monte San
Nicola (Sicilia).
-Calabriense: límite inferior situado en la sección de Vrica (Calabria) en 15 ka por encima del inicio
del subcrón de Olduvai hace 1,806 Ma.
-Pleistoceno medio (0,781 Ma): se inicia en el límite entre Matuyama (-) / Brunhes (+), que coincide con el
inicio de OIS 19. Contiene un único piso marino, Ionense, que coincide con el interglaciar Günz/Mindel de
la tradicional división alpina.
-Pleistoceno superior (0,126 Ma): corresponde con el piso marino Tarantiense, definido por
criterios climáticos, que coincide con la base interglacial Eemiense o inicio del OIS 5e y con la base del piso
marino Tirreniense definido en el Mediterráneo.
Pleistoceno superior Tarantiense Tirreniense 0,126 Ma
Pelistoceno Medio Ionense 0,781 Ma Matuyama (-) / Brunhes (+)
Pleistoceno inferior Calabriense 1,806 Ma subcron Olduvai (+)
Gelasiense 2,588 Ma Gauss (+) / Matuyama (-)

2.4.2. La división del Holoceno


Corresponde con la última serie cuaternaria y momento en el que nos encontramos; desde hace
11.784 años (inicios de estadio isotópico OIS 1). La transición al Holocenose corresponde con el último
episodio frío y seco del Tardiglaciar, Dryas Reciente.
La principal característica ambiental del Holoceno (o Postglacial) ha sido el incremento
termopluviométrico en los climas de las zonas templadas. Las principales consecuencias son la
colonización vegetal de frondosas, el retroceso de bosques de coníferas y la retirada paulatina de inlandsis
con la práctica desaparición del casquete Finoescandinavo. El retroceso de masas de hielo implicó una
variación del gradiente latitudinal del Frente Polar y la morfología de las corrientes marinas.
Los estudios palinológicos y sedimentológicos de los depósitos glaciares han permitido establecer
una alternancia de fases húmedas con otros de recrudecimiento térmico y aridez:
-Preboreal (11.784-10.189 BP) Clima frío con tendencia sostenida al atenperamiento.
-Boreal (10.189 —8.776 BP) continuación del calentamiento climático.
-Atlántico (8.776-5.728 BP), óptimo climático holocénico, con temperaturas medias globales e
índices de precipitación más altos que los actuales (3ºC), que supuso un aumento de la cobertera vegetal
(sabana y desarrollo de lagos y sistemas fluviales); excepto el evento 8,2 ka, con un mínimo térmico
provocado por una brusca entrada de agua dulce fría en el Atlántico Norte de agua de deshielo y que
disminuyó la circulación termohalina.
-Subboreal (5.728 -2.728 BP) período menos cálido y más seco que el actual (Neoglaciación). El
Sahara se convirtió en un desierto. El nivel de agua del Mar Negro aumentó por las aguas del Mediterráneo
tras la apertura del estrecho del Bósforo, inundando extensas superficies den Bulgaria, Rumanía y Ucrania.
-Subatlántico (2.728- ) fase climática actual. Se constata en múltiples estudios geomorfológicos
oscilaciones. En el Pequeño Óptimo Climático Medieval (750-1.300 d. C), se produjo la retirada de los
glaciares alpinos, los vikingos se establecieron en Terranova y aumento de cultivo de vid en Inglaterra. La
Pequeña Edad del Hielo (1560-1860 d. C.), etapa fría y seca, tuvo claras repercusiones agrícolas en Europa y
supuso un ligero avance en ciertos glaciares. Es necesario precisar que desde las dos últimas décadas del s.
XX se han precisado años con temperaturas medias excepcionalmente altas.
(También se han establecido otras divisiones: Holoceno inferior, medio y superior).
Durante el Holoceno (o Postglacial), el desarrollo de la agricultura y ganadería contribuirán al
aumento de los gases de efecto invernadero (metano, CO2), invirtiendo la tendencia natural al enfriamiento

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determinada por los parámetros orbitales. El consumo de combustibles fósiles a partir de la RI conlleva un
aumento generalizado de las temperaturas y un ascenso global del nivel de océanos desde finales del XIX.

3. CAUSAS DE LA VARIABILIDAD CLIMÁTICA DEL CUATERNARIO


1. Los ciclos de Milankovitch

Este astrofísico serbio fue el autor en los ‘20, de la teoría de los ciclos astronómicos y su influencia
en el clima terrestre, partiendo de los presupuestos enunciados por el británico J. Croll en 1864. Este modelo
sostiene que la alteración más acusada de la cantidad de radiación solar recibida por la Tierra, es la causada
por los cambios de la órbita terrestre en su movimiento de traslación alrededor del Sol. De ahí que decidiera
cuantificar el impacto de los cambios astronómicos sobre la insolación solar. Será en los ’80 cuando se
compruebe con sondeos oceánicos y en los casquetes de hielo, la correlación entre las periodicidades
descritas por Milutin Milankovitch y las etapas glaciares e interglaciares del Cuaternario. Según el modelo
planteado por el serbio, hay tres factores astronómicos que, combinados, explican las variaciones en el
transcurso del tiempo de la insolación solar recibida por la Tierra: del momento astronómico, la estación
anual y la latitud.

1.1. La precesión de los equinoccios


Hace 11.000 años el perihelio (distancia mínima de la Tierra con respecto al Sol), coincidía con el
verano del Hemisferio Norte y el afelio (distancia máxima de la Tierra respecto al Sol), con el invierno. Los
veranos debieron ser más calurosos, con una mayor fusión de hielos y los inviernos más fríos y secos (menor
aporte nival). El resultado fue una deglaciación generalizada (Holoceno).
Además de los movimientos de rotación y traslación, el eje de la Tierra está sometido al movimiento
de precesión que varía el punto estelar hacia el que señala. Actualmente señala a la Estrella Polar (N) pero
en el pasado lo hacía a la Estrella Vega. Se produce un balanceo del eje de la Tierra, describiendo un cono
imaginario respecto al plano de la órbita terrestre, con una variación máxima de 47º que se produce cada 22
ka. Este movimiento se debe a que la Tierra está sometida a fuerzas gravitatorias de otros cuerpos celestes,
variando su posición.

1.2. Variación de la inclinación del eje terrestre (ciclo de la oblicuidad)


El imaginario eje sobre el que gira la Tierra en su movimiento rotatorio, que origina la sucesión de
días y noches en los distintos puntos del planeta, presenta una inclinación respecto a su eje vertical teórico.
En la actualidad es de 23º27’, mudando a lo largo del tiempo. Esta inclinación marca la latitud de los trópicos
y círculos polares.
Cuando la inclinación del eje alcanza su valor mínimo de 21º06’, el círculo polar se sitúa a 68º54’
(resultado de restar a 90º el ángulo de inclinación). Es decir, las zonas frías del planeta se reducen en
extensión y las áreas templadas aumentan su extensión zonal. En cambio, cuando la inclinación del eje
alcanza su valor máximo (24º30’), los trópicos se ubican en la latitud más elevada. Cuando el valor del
ángulo entre el eje geométrico y el de rotación es alto, la diferencia de insolación estacional es grande y
viceversa.
Esta variación de inclinación del eje de la Tierra se produce en un ciclo de 41.000 años.

1.3. La excentricidad de la órbita terrestre


La tierra en su movimiento de traslación, dibuja una órbita ligeramente elíptica, no siempre está a la
misma distancia del Sol, variando entre los 147 millones de km (perihelio) y los 152 km (afelio) Pero la
órbita no siempre dibujó el mismo trazado, de modo que en un ciclo de 96.000 años pasó de una geometría
marcadamente elipsoidal a una tendencia más circular; esta variación implica una diferencia en la energía
interestacional recibida de un 30% al 3,5% actual. Además debemos tener en cuenta que los momentos de
perihelio (3 de enero) y afelio (4 julio) varían en el tiempo, entre otros factores, por la precesión equinoccial.
El análisis de estos complejos y sincronizados movimientos astronómicos indica que:
-En el HN el máximo calentamiento por distancia, perihelio (3 de enero), se compensa con la
estacionalidad (invierno), mientras que el afelio coincide con el verano boreal, compensando la menor
energía recibida por la distancia.

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-En el HS, la mayor o menor energía recibida en función de la distancia solar, coincide con la
estacionalidad. Por este motivo, los inviernos serían más fríos y los veranos más calurosos, si no fuera por el
carácter eminentemente oceánico y la función termorreguladora del agua.
-la intensidad energética varía en función de la excentricidad de la órbita, además de la coincidencia
del afelio/perihelio con las estaciones. Todo ello supone múltiples variables que, unidas a la inclinación del
eje terrestre y precesión equinoccial, da lugar a una gran complejidad de situaciones.
-En los inicios de la última glaciación (OIS 5d/ 115.000 años BP), la excentricidad de la órbita era
mayor y el grado de inclinación menor respecto al actual, pero el afelio/perihelio coincidían con los actuales.
El contraste estacional sería menor al actual y, sobre todo, los veranos tendrían menor insolación en latitudes
templadas. El resultado es una menor fusión de las nieves y una mayor acumulación nival que dio lugar a la
formación de glaciares.
Además del factor astronómico intervienen elementos geográficos y oceanográficos que
determinan la variabilidad climática de la Tierra.

2. La circulación oceánica y su influencia en el clima terrestre

2.1. La circulación oceánica del Atlántico en la actualidad.


La circulación oceánica se manifiesta en dos niveles: uno superficial y otro en profundidad; ambas
tienen sentidos de trayectorias opuestas y compensatorias. Además, el agua oceánica tiene una ordenación
batimétrica, estratificándose en función de la densidad, determinada por la temperatura y salinidad.
- A mayor temperatura, menor densidad. La temperatura depende de la insolación, siendo el
calentamiento máximo en la zona intertropical (30º C en ciertos mares tropicales como el Mar Caribe y el
Mar de Bengala) y mínimo en las zonas polares (el punto de congelación de las aguas oceánicas es -2º C
debido a las sales)
- A mayor salinidad, mayor densidad. El Mar Rojo es uno de los mares con más salinidad (42 % 0),
debido a que está situado en una zona con tasa de evaporación altas; mientras que las desembocaduras de los
grandes ríos registran menor grado de salinidad (32%0) debido al aporte de agua dulce. La salinidad se
incrementa de modo muy rápido hasta los 700 m.
Las Corriente del Golfo, situada en el Atlántico, permite el trasvase de ingentes volúmenes de agua,
de hasta 20 Hm3/s, transfiriendo el calor acumulado en el Mar Caribe hacia la zona subpolar de
Escandinavia, con notables incidencias en el clima terrestre. Por un lado, se produce una suavización
térmica, de tal modo que la temperatura media de la costa noruega en los 60ºN se sitúa unos 10-12ºC por
encima de la que se registra en la misma latitud al otro lado del Atlántico. Esta corriente se va enfriando en
latitudes más altas, lo que conlleva una densificación y hundimiento hacia capas más profundas que se
denomina Corriente NADW (Aguas Profundas del Atlántico Norte) y cuyo caudal es de unos 13 Hm 3/s.
Avanza en profundidad hacia el sur, siguiendo el margen occidental del Atlántico hasta latitudes subpolares
del HS, en donde inflexiona con el Océano Índico y pasa al Pacífico.
Esta circulación termohalina (determinada por temperatura y salinidad) del Atlántico, tuvo
importantes modificaciones durante las etapas frías del Pleistoceno, lo que ayuda a comprender los cambios
climáticos Cuaternarios.

2.2. La circulación atlántica durante las etapas frías pleistocenas y variaciones del nivel marino.
En las etapas frías pleistocenas, ante el avance del inlandsis escandinavo, disminuía la producción de
agua profunda (NADW) y la Corriente del Golfo circulaba por latitudes más meridionales, lo que
disminuía su influencia térmica y pluvial sobre el Norte de Europa (mayor impacto de las glaciaciones) y se
desplazaba hacia los márgenes atlánticos ibéricos que se beneficiaban de la llegada de agua relativamente
cálida.
El incremento de la Criosfera (totalidad de hielos continentales y marinos), supuso un descenso en
las reservas de agua en estado líquido. Durante el Cuaternario se produjeron constantes variaciones del nivel
marino: en períodos fríos la acumulación de agua en inlandsis y glaciares produjo una regresión marina
(descenso de nivel de aguas). Por el contrario, en los templados, la deglaciación produjo una liberación de
aguas y una transgresión marina.
La relación entre los isótopos de oxígenos y otras variables de sedimentos marinos como la
proporción de carbonatos, permite una aproximación a las cantidades de hielo acumuladas en los
glaciares durante cada estadio isotópico. La comparación de registros detallados del último ciclo glaciar, a

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partir del estudio de los foraminíferos bentónicos y planctónicos nos muestra en durante OIS 1, OIS 5e, OIS
9 y OIS 11 el nivel del mar habría sido semejante al actual. Se ha podido detallar el descenso del nivel de las
aguas en OIS 2 o Último Máximo Glacial (LGM) entre 120-150 m. por debajo del nivel actual, quedando en
posición emergida la práctica totalidad de las plataformas continentales, lo que facilitó la dispersión por vía
terrestre de grupos humanos y faunas continentales. En Europa emergieron importantes plataformas costeras
en torno al Estrecho de Dardanelos, las Cícladas, el Peloponeso, los mares Adriático y Jónico y el Golfo de
León.

2.3. Los Eventos Heinrich y las Oscilaciones cálidas Dansgaard-Oeschger


A lo largo del OIS 3 o Interpleniglaciar (59.000-24.000 BP) y OIS 2 o Último Máximo Glaciar
(24.000-12.000 BP) hubo una fuerte variabilidad climática debida a extensos inlandsis y la circulación
termohalina. Conforme se conocen más registros paleoclimáticos, se pone en evidencia que la variabilidad
climática del último ciclo glaciar-interglaciar es más compleja de lo que asumen las teorías clásicas. Así,
la curva de variación de isótopos del oxígeno encerrados en los hielos groenlandeses, ha permitido identificar
40 cambios bruscos de temperatura (de hasta 10º C) durante los últimos 123.000 años. Había períodos de frío
intenso (estadiales) y periodos de elevación de temperatura (interestadiales o Oscilaciones D-O).
La explicación a esta rápida alternancia climática, décadas de transición, está en la masiva liberación
de icebergs desde los inlandsis que estudió H. Heinrich. Este investigador constató la presencia de
sedimentos en el fondo oceánico atlántico entre los 40-50ºN, cuya composición mineralógica correspondía a
los roquedos del zócalo Laurentino o canadiense. Con la máxima acumulación de hielo en el inlandsis, se
producía la fragmentación y liberación de icebergs, que fueron transportados por corrientes y deriva marina y
que, al fusionarse, liberaban los sedimentos (disminuyendo el número de sedimentos de oeste a este).
Heinrich detectó seis capas de sedimentación que se corresponden con episodios del final de un intenso
período frío o estadial. (65 ka, 45 ka, 38 ka, 30 ka, 22 ka, 17,5 ka).
La fusión del agua dulce de los icebergs provocaba la disminución de la salinidad y, por tanto,
disminuía la densidad, interrumpiéndose el hundimiento de agua superficial. De este modo, se reducía la
producción de agua profunda (NADW) drásticamente y se modificaba la circulación termohalina
atlántica. Al producirse el rápido incremento de temperaturas (Oscilaciones D-O), cesaba el aporte de agua
dulce al reducirse la liberación de icebergs, recuperándose la densidad de agua y el hundimiento de esta. La
reducción de icebergs se explica por un equilibrio tectónico, cesando los mecanismos mecánicos y
microsísmicos que los producían.

4. LOS BIOMAS DE LAS ETAPAS FRÍAS Y CÁLIDAS

La distribución de los grandes biomas2 terrestres se establece según la latitud, debido al que
desarrollo de una comunidad concreta de especies vegetales y animales está condicionada básicamente por la
climatología. Contamos con numerosos yacimientos paleontológicos y registros paleobotánicos
(especialmente pólenes fósiles) que permiten aproximarnos a las diferentes especies animales según la época.
Es necesario destacar que las respuestas de las especies animales y vegetales ante los cambios
medioambientales no son inmediatas, existiendo una desincronización entre cronología de sucesiones
climáticas y la recolonización de las comunidades vegetales y especies animales asociadas a ellas.

1. Las variaciones latitudinales de los biomas europeos durante el Cuaternario


Los biomas actuales han variado su posición durante el Cuaternario en función de las variaciones
climáticas, existiendo en períodos fríos descenso latitudinal y longitudinal de biomas fríos que se
establecieron en latitudes medias, frente al ascenso de otros como el bosque caducifolio, debido a la
reducción de inlandsis en períodos cálidos. Esta variación ha sido estudiada a partir de los testigos de
sondeos marinos, de lagos, turberas y otros análisis.

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Bioma: gran comunidad unitaria, caracterizada por el tipo de plantas y animales que alberga con formas de vida y
condiciones ambientales similares, pero sin hacer referencia a las interrelaciones entre ellas. Se denominan por el tipo
predominante de vegetación. Los biomas se distribuyen con gran regularidad en franjas latitudinales o altitudinales. El
conjunto de los biomas integra la Biosfera.

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Durante las fases frías los desiertos polares ampliaron sus superficies, desplazando los biomas de
tundra su gradiente latitudinal hacia el sur, aumentando su rango de distribución. Al mismo tiempo, los
biomas de taiga y boscosos se retrajeron hacia áreas de refugio, localizadas en la zona meridional,
penínsulas Balcánica, Itálica e Ibérica. Estos entornos geográficos ofrecieron mejores condiciones para
algunas masas forestales, debido al atenperamiento climático ejercido por el desplazamiento meridional de la
Corriente del Golfo y al efecto “calefactor del Mediterráneo. Se produjo una retracción meridional de
determinadas especies vegetales, poco tolerantes al frío extremo y la aridez y los animales vinculados a ellas.
Desde estas zonas y aprovechando los períodos más cálidos, estas comunidades faunísticas y vegetales
recolonizaron los espacios ocupados por biomas esteparios durante fases frías (pudiendo existir filtros
biogeográficos como los Alpes). Algunas áreas de refugio pudieron localizarse en valles, protegidos de
factores de modelación climática, como los vientos dominantes y la influencia glaciar y periglaciar; o en
superficies de la plataforma continental mediterránea emergidas durante las regresiones marinas.
El espacio abandonado por biomas boscosos durante las fases frías fue ocupado por diferentes tipos
de estepa: estepa loessica en los márgenes de la tundra y estepa templada, con áreas de transición hacia los
bosques en retroceso. La estepa loessica es un ecotono de transición entre la tundra y la estepa continental
(en Asia Central, China, Mongolia, desierto Gobi). Se caracteriza por una cobertera vegetal herbácea de poco
desarrollo vertical, sin masas arboladas o monte bajo. La estepa continental arbolada sería el ecotono de
transición entre la estepa y las masas forestales relictas, que estaría dominado por prados y pastos, ofreciendo
algunas masas boscosas de perennifolias y monte bajo, de escaso desarrollo superficial y vinculado a cursos
de agua.
Por último, en las zonas montañosas existiría el bioma de roquedo (vegetación rala de herbáceas y
ocupado por cápridos) que descendería en cota, como el resto de franjas ecológicas de los ambientes de
montaña.

2. La vegetación durante las oscilaciones del Pleistoceno superior


Las columnas sedimentarias del registro continental, que albergan el registro polínico terrestre son
obtenidas en turberas, sedimentos lacustres (Padul, Granada) y yacimientos arqueológicos. Suelen ser pobres
y poco fiables, ya que sólo son representativas de los biomas circundantes; no pudiendo extrapolar sus datos
botánicos a escala general. Para paliar esas carencias, en los últimos años se ha desarrollado el análisis
polínico de columnas sedimentarias marinas, concretamente en sondeos cercanos a los márgenes
continentales (aporte de aguas fluviales que contienen pólenes de ecosistemas interiores). Gracias al análisis
de pólenes sedimentados, isótopos marinos, carbonatos y estructura del sedimento; se ha podido deducir las
oscilaciones térmicas de la superficie marina y reconstruir las variaciones de la vegetación ibérica
(IMAGES: Estudio Internacional del Cambio Marino Global):
-150-130 ka (OIS 5e). Ultimo Período Interglacial. Condiciones frías y áridas.
-130-115 ka. Deglaciación. Condiciones cálidas y más húmedas. Recuperación de biomas de bosque
caducifolio templado: enebros, abedules y regeneración del robledal (126 ka). Máxima extensión del
bioma mediterráneo, con formaciones arbóreas: olivos, encinas
-115-105 ka. Descenso térmico y de humedad, aumento de la aridez. Las condiciones de predominio
del bosque se mantuvieron hasta 110 ka. (6-5 años después de iniciarse un nuevo proceso de acumulación de
hielo), produciéndose una asincronía debido a que las temperaturas atmosféricas de la región se
mantuvieron estables hasta esta fecha.
-105-75 ka (Glaciar inicial; OIS 5d a OIS 5b). Inestabilidad de condiciones climáticas con cuatro
pulsaciones frías (desarrollo de formaciones esteparias de gramíneas y ericáceas) y cuatro cálidas (avance de
masas boscosas abiertas: roble y carpe al N. y roble y encina al S.)
-75-57 ka (Peniglaciar; OIS 4). Oscilación especialmente fría (65 ka). Máxima extensión de
casquetes polares e intensa regresión marina (unos 100 m por debajo de nivel actual). Los testigos polínicos
indican un amplio desarrollo de especies vegetales semidesérticas en el sur penínsulas y vegetales estépicos
en la franja septentrional.
-57-25 ka (Interpleniglaciar; OIS 3). Fases templadas (oscilaciones Dansgaard-Oeschger): alto
grado de correspondencia con las respuestas de la vegetación. Desarrollo de masas arbóreas con robles y
pinares en el norte y pinos, melojos y encinas en el Sur. Fases frías (5 eventos Heinrich): en el Sur hubo una
pérdida de masa arbórea y desarrollo de comunidades semidesérticas sobre los bosques mediterráneos poco
densos. En el norte, predomino de especies vegetales estépicas.

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(En el transcurso del Interpleniglaciar (OIS 3), el LGM y el Tardiglaciar (OIS 2) el clima fue
diferente de lo que la sedimentología y palinología continentales muestran. De modo que, los datos obtenidos
en yacimientos franceses y belgas, no se ajustan a los obtenidos en sondeos marinos y del hielo de
Groendlandia). Esta diferencia se explicaría, siguiendo a MªF. Sánchez Goñi, a que los datos continentales
representarían oscilaciones climáticas locales.)
-25-15 ka (OIS 2 / LGM). Descenso térmico y de humedad importante (pequeños reductos boscosos
en montañas del S europeo),
-14,7-12,6 ka (Tardiglacial). Aumento térmico y de humedad. Sustitución de comunidades
herbáceas por arbóreas. La estepa del entorno mediterráneo fue sustituida por bosques, persistiendo especies
boreales como abedules y sauces (Salix) en Pirineos, desarrollo de bosques densos de pinos y hayas en los
piedemontes pirenaicos y expansión de bosques mediterráneos con encinas y herbáceas como Artemisa.
-12,6-11,8 ka (Younger Dryas). Corto período muy frío y seco. Desaparición de bosques, sustituidos
por estepa seca al S y tundra al N.
-11,8- (OIS 1 / Holoceno). Aumento de temperaturas, incluso superiores a actuales. Desarrollo de
vegetación mediterránea. Deforestación por fuego debido a agricultura que se intensificó entre 3,5 y 2 ka.
Especies resistentes: alcornoque (Quercus suber).

3. Los mamíferos del Cuaternario en Europa

A partir de los restos óseos pueden deducirse diferentes aspectos sobre las características físicas y
conductuales de los animales, basándose en estudios etológicos (comportamiento de los animales actuales).
Además, la observación de la morfología de su aparato masticador, los desgastes dentales, y de otros
aspectos como la longitud de sus extremidades o la composición química de sus huesos; permite una
aproximación razonadamente fiable a los hábitos alimenticios y características locomotrices, pudiendo
deducir el nicho ecológico que ocuparon y ecosistemas que habitaron estos animales, al contrastar estos
datos con los sedimentológicos y paleobotánicos asociados a los registros paleontológicos. Con todo ello, se
pueden realizar estudios paleoecológicos, que ayudan a determinar posibles interrelaciones entre los
distintos animales que integraron las paleocomunidades y el medioambiente en que se desenvolvieron.

En algunos casos se produce una adaptación a las nuevas condiciones, mecanismo que afecta en
mayor medida a microvertebrados con tolerancia reducida a variaciones medioambientales y ciclos
biológicos cortos con tasas de reproducción alta. En cambio, las especies de mayor talla, tienen un rango de
tolerancia más amplio a variaciones medioambientales pero ciclos biológicos más lentos, que implican tasas
lentas de reproducción y, por tanto, de cambio evolutivo. En este caso su respuesta hacia las oscilaciones
climáticas está más relacionada con la retracción hacia áreas refugio, la disminución de efectivos y, en
ocasiones, la extinción de taxas (especies). En estos casos, nuevas especies, mejor adaptadas, ocupan nichos
ecológicos que quedan libres
Los taxa que permiten conocer mejor las condiciones medioambientales de cada momento, son los
más sensibles a las variaciones (moluscos y microvertebrados), constituyendo excelentes herramientas de
datación bioestratigráfica y de reconstrucción paleoambiental. Sin embargo, serán los meso y
macromamíferos, los que mejor ayudan a determinar el tipo de bioma de un lugar/época y a reconstruir los
modos de vida de las comunidades humanas.

3.1. Las faunas terrestres de la transición Plioceno-Pleistoceno

Los cambios climáticos que repercutieron en la composición faunística tuvieron relación con el
enfriamiento del clima acontecido a comienzos del Pleistoceno (2,5 Ma.), que condujo a una aridificación
general de los paleoambientes continentales. En ese momento, tiene lugar un proceso continuado de
reemplazo de fauna en Europa, relacionado con transformaciones de clima y de comunidades vegetales,que
culmina en 1,5 Ma con la plena configuración de los ecosistemas que caracterizaron Europa hasta unos 900
ka.
En torno a 2,5 Ma, tiene lugar una primera etapa que se correspondería, siguiendo el proceso de
formalización estratigráfica internacional, con el piso basal del Pleistoceno, el Gelasiense. El paleontólogo
A. Azzaroli ha denominado a este episodio como Evento Elefante-Caballo, haciendo alusión a especies
representativas que comienzan a aparecer en los ecosistemas europeos. Ya desde hace 3,5 Ma., se aprecia un

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retroceso generalizado de los ambientes forestados, en favor de ecosistemas abiertos de herbáceas de tipo
sabana. Comienzan a proliferar representantes de mamíferos modernos (leones, caballos, bisontes, gamos)
que conviven con géneros arcaicos (mastodontes, perros-mapache, felinos con dientes de sable
Homotherium, gacelas de cuernos en espiral o guepardos gigantes). Este proceso se puede documentar en
yacimientos peninsulares como Las Higueruelas (Ciudad Real).
El reemplazo de faunas supuso por un lado, la desaparición de numerosos mamíferos que estaban
adaptados a medios forestales y, por otro, la penetración y aclimatización de especies africanas y americano-
asiáticas hacia Eurasia, debido al proceso de aridificación detectado en los ecosistemas del este y sur de
África en esta época. Esta situación obligó a estas especias a ampliar sus áreas de dispersión, debido al
descenso de productividad del medio, y favorecida por el descenso del nivel del mar (regresión
Aquatraversan 2,5 Ma).

3.2. Eventos Elefante-Caballo y Lobo: mamíferos del Pleistoceno Inferior

Estos cambios en las faunas euroasiáticas en el paso del Terciario al cuaternario se conocen como
Evento Elefante-Caballo. en 2,5 Ma. Durante el Pleistoceno inferior, la fauna de mamíferos del continente
europeo se configuró con especies que habitaban Europa en el Plioceno Superior a las que se unieron
especies de procedencia africana y asiática. Uno de los mejores marcadores biológicos de las condiciones
medioambientales que caracterizaron el Pleistoceno inferior (Calabriense) fue el Allophaiomys
pliocaenicus, roedor arvicólido del linaje evolutivo de los actuales topillos europeos. Su amplia dispersión
geográfica abarcó el Dominio Holártico o Paleártico (Europa y latitudes altas y medias de Asia y
Norteamérica), es indicativo bioestratigráfico del comienzo del Cuaternario en el HN.
En 2,5 Ma. estaban asentadas en Europa dos especies originarias de África:
- Mamut meridional (Mammuthus meridionalis). Estos proboscídeos ocuparon el
nicho ecológico que dominaran los mastodontes (Anancus).
- Caballo de pequeña alzada (Equus stenonis) que evolucionaron hacia las cebras
y asnos. Su penetración europea supuso la sustitución de los équidos tridáctilos terciarios
(Hipparion) por los monodáctilos (género Equus).
En esa misma época y procedentes de Asia se instalaron también:
- Distintos cérvidos (Eucladoceros, Alces y Dama)

Cara a 1,8 Ma, coincidiendo con la regresión Auliense tiene lugar un 2º intercambio faunístico
entre Eurasia y África, el Evento Lobo, que transformación de la fauna europea.

Desde Asia llegaron principalmente especies herbívoras


- Bóvidos: los primeros bisontes europeos (género Eobison), con menos alzada y corpulencia que los
bisontes actuales.
-Cápridos: el género Praeovibos y Soergelia, a partir de los cuales evolucionó el género Hemitragus,
representado actualmente por el robusto thar en el Himalaya.
-Cérvidos: ciervos Megaceroides de gran talla y gran envergadura de astas que les impedía habitar
ambientes forestados, evolucionó al ciervo gigante/alce irlandés (Megaloceros giganteus). Los
gamos evolucionaron, apareciendo el gamo de Vallonet (Dama vallonetensis).
-Suidos: jabalí arcaico (Sus strozzii)
-Cánidos: lobo etrusco (Canis etruscus) antecesor del lobo europeo. Sus restos óseos y la etología de
sus descendientes actuales, indican que estaba caracterizado por hábitos sociales, especialmente por
el desarrollo de estrategias de caza cooperativa.

Desde África se desplazaron los carnívoros más característicos:


-Hiénidos: hiena gigante de hocico corto (Pachycrocuta brevirostris)
-Félidos: tigre de colmillos de sable (Megantereon withei)
-Cánidos: perro salvaje (Canis falconeri) con hábitos de vida más individuales.
-Hipopotámidos: el hipopótamo antiguo (Hippopotamus antiquus)
-Équidos: caballo de pequeña alzada (Equus altidens)

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-Primates: gelada gigante que es un cercopitecode gran porte (Theropithecus oswaldi) y los primeros
homínidos del género Homo en Europa. De este género se han encontrado restos fósiles en
Dmanisi (Georgia) con una antigüedad de 1,8 Ma que corresponde a una especie intermedia entre
Homo habilis y H. erectus, así como en la Sima del Elefante (Atapuerca) con una edad superior a 0,8
Ma clasificados como Homo antecessor.

Especies europeas del Plioceno final con continuidad en el Pleistoceno.

Algunos taxones se aclimataron a las nuevas condiciones, pervivieron en los relictos de ambientes
forestales y evolucionaron, conviviendo con las especies de origen afroasiático:
- Primates: macaco de bosque (Macaca sylvana) que pervivió hasta hace 500.000 años.
- Úrsidos: el oso etrusco.
- Rinoceróntidos: rinocerontes de pradera de pequeña talla (Stephanorhinus etruscus)
-Cánidos: antecesores de los zorros (Vulpes alopecoides); cánido de pequeño tamaño (Canis arnenesis)
emparentado con los chacales actuales que desapareció en torno a 1,5 Ma.
- Felinos: linces (Lynx issiodorensis); variante arcaica de felino de dientes de sable (Homotherium
crenatidens) que sufrió la competencia del africano Megantereon withei.

3.3. Biomas del Pleistoceno inferior en Europa meridional

Los datos paleoambientales y faunísticos de la Europa mediterránea, indican que durante los
primeros ¾ del Pleistoceno inferior predominaron biomas de herbáceas tipo sabana. El clima era más cálido
y húmedo, existiendo numerosas cuencas palustres y lacustres.
Los datos sedimentológicos, paleobotánicos y antracológicos (carbón vegetal) de yacimientos como
la Sima del Elefante en Atapuerca, indican que el ciclo anual estuvo marcado por una estación estival muy
seca, con episodios de incendio natural como en la sabana actual. El impacto de las oscilaciones climáticas
de Günz no debió de ser significativo en las comunidades de macromamíferos y sus nichos ecológicos pues
se mantuvieron muy estables hasta finales del Pleistoceno inferior.

3.4. Los mamíferos del Pleistoceno Medio (Ioniense) 780.000-120.000 BP

Poco antes del comienzo del Pleistoceno medio, sufrieron la extinción algunas especies como el
Mammuthus meridionales, el gran felino Megantereon y la hiena gigante. A la vez aparecen nuevas especies
procedentes de Eurasia y zona subsahariana de África y evolucionan algunos taxones establecidos en Europa.
Estos reemplazos acontecidos en las poblaciones mamíferas y las transformaciones de ecosistemas europeos,
se denominan Evento Galeriense. El resultado es el desarrollo de la Estepa del Mamut, bioma más
característico de Europa en el Pleistoceno medio y buena parte del superior.
En los micromamíferos, importantes marcadores cronológicos, se produce la sustitución de la rata
acuática Mimomys savini por Arvícola terrestres cantiana, que coincide con el inicio de la fase final del
reemplazo Galeriense que puede dividirse en dos fases: inicial (900.000-650.000 BP) y final (650.000-
550.000 BP).

Mamíferos que evolucionaron in situ

-Cánidos: el lobo etrusco dio lugar al lobo de Mosbach (Canis mosbachensis) que mantuvo los
hábitos de caza cooperativa y que evolucionó al lobo actual (Canis lupus). Los cánidos más grandes y de
hábitos individualistas (Canis falconeri), evolucionaron hacia Canis lycaonoides. Desaparecieron
posiblemente por la competencia que supuso la llegada del cuón (Cuon priscus) desde Asia. La línea
evolutiva de los zorros evolucionó localmente hacia Vulpes praeglacialis que dio lugar a los actuales zorros
polar (Allopex lagopus) y zorro rojo (Vulpes vulpes) que aparecieron a finales del Pleistoceno.
-Úrsidos: el oso etrusco se dividió en dos líneas, la espeloide que manifiesta un progresivo aumento
de tamaño y adaptado a un hábitat más abierto y frío y cavernario (Ursus deningeri, Ursus speleaeus); la
segunda línea, arctoide vivía en masas más forestadas (Ursus dolinensis) que desembocó en el actual oso
pardo europeo (Ursus arctos).

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-Felinos: el felino con colmillos de sable, Homotherium latidens, desapareció hacia 500.000 años
que fue sustituido por leones y leopardos similares a los actuales. El lince redujo su tamaño (Linx pardina) y
a partir de este surgió el lince actual (Lynx lynx).
-Cérvidos: el gamo evolucionó localmente, el gamo de Clacton (Dama clactoniana) se refugia en las
penínsulas. El ciervo actual (Cervus elaphus priscus) aparece en 550.000.
-Bóvidos: en los bisontes aparecieron dos variedades. El Bison schoetensacki estuvo adaptada a
ambientes más abiertos y fríos y evolucionó hacia el bisonte de estepa (Bison priscus). El Bison
voigtstedtensis se dispersaría en las fases templadas en los refugios meridionales europeos. El nicho
ecológico de este mismo fue ocupado por el uro (Bison primigenius) hacia 550.000 BP, extinguido hace
siglos, fue el más característico de las etapas arboladas y bosques poco densos y ha originado diferentes
variedades domésticas de vacuno.
-Cápridos: el género Praeovibos evolucionó hacia el buey almizclero (Ovibos moschatus), especie
propia de biomas periglaciares como la tundra y la estepa loéssica. El thar evolucionó a Hemitragus bonalis
y, más tarde, a Hemitragus cedrensis.

Mamíferos extraeuropeos durante el Evento Galeriense

-Mustélidos: los ejemplos más antiguos de nutrias (género Cyrnaonyx) procedieron de Asia y
evolucionaron hacia la nutria común (Lutra lutra) plenamente configuradas a finales del Pleistoceno medio.
Las comadrejas y martas también fueron introducidas desde Asia y en momentos fríos. En un momento más
tardío, aparecieron los primeros ejemplos europeos de glotón o carcayú (Gulo gulo), de gran tamaño y
voracidad, asociado a biomas de taiga.
-Hiénidos: la actual hiena manchada (Crocuta crocuta) llegó de África, vía Próximo Oriente. Otra
especie (Hyaena hyaena), adaptada a consumo de nutrientes en los huesos.
-Félidos: los panterinos ocupan el nicho ecológico llegando desde África, como el leopardo de
Gombaszoegen (Pantera gombaszoegensis) que desaparece en 600.000 BP, siendo sustituido por el león de
las cavernas (Panthera leo speleaeus), mayor que el león actual.
-Proboscídeos: el nicho ecológico del meridionalis fue ocupado por Mammuthus trogontherii, un
inmigrante asiático mejor preparado para fases frías. (En Asia evolución al mamut lanudo). También en el
Evento Galeriense se difundió otra especie (Elephas antiquus), variante arcaica del actual elefante asiático,
bien adaptado a los biomas de estepa cálida.
-Équidos: procedente de América vía asiática, llegan los primeros representantes europeos de los
caballos modernos (Equus caballus) desde 600.000 BP.
-Rinoceróntidos: en Europa permaneció una variedad adaptada a biomas esteparios (Stephanorhinus
hundsheimensis). Desde Asia, en las fases cálidas avanzaron los rinocerontes de Merck (Stephanorhinus
kirchbergensis), de gran tamaño y con hábitos alimenticios centrados en arbustos y matorrales. Además, la
aparición de restos del rinoceronte lanudo (Coelodonta antiquitatis) procedente de Aisa, nos indica una
distribución durante OIS 16, cada vez más amplia de los biomas de estepa fría.
-Bóvidos: el búfalo enano (Bubalus murriensis), de procedencia asiática penetró en Europa
occidental durante momentos cálidos del OIS 9 y OIS 5.
-Suideos: el jabalí moderno (Sus scropha), procedente de Asia, dio lugar a diferentes variantes
domésticas del cerdo.
-Hipopotámidos: como fruto de una evolución paralela o bien resultado de una dispersión desde
África, apareció el actual hipopótamos (Hippopotamus amphibius).
-Cérvidos: el corzo de Suessenborn (Capreolus suessenborniensis) es de origen asiático y se
dispersó a Europa a inicios del Evento Galeriense. Sufrió una progresiva reducción de tamaño (Capreolus
priscus) hasta generar a finales del Pleistoceno medio el corzo actual (Capreolus capreolus), mejor adaptada
a los ambientes boscosos. El reno (Rangifer tarandus) se originó en el ámbito periglaciar asiático,
introduciéndose en Europa durante OIS 16 (poco antes de 620.000 BP), manteniendo sus adaptaciones a
ambientes de tundra y estepa loessica.
-Cápridos: Praeovibos derivó hacia Ovibos, especie típicamente glaciar; el nicho ecológico dejado
por Soergelia fue ocupado en Europa meridional y central por el carnero arcaico (Ovis antiqua) y las dos
variantes del rebeco que perviven en Europa (Rupicabra rupicabra alpina y Rupicabra rupicabra pirenaica).
Hacia 600.000 BP desaparece el thar (Hemitragus) en los ecosistemas montañosos europeos, en beneficio del
íbice (Capra ibex) y en el Pleistoceno superior, la cabra montés (Capra pirenaica).

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-Antilopinos: durante las fases frías penetra hasta los sectores septentrionales de la Península Ibérica
el antílope saiga (Saiga tartárica) de las estepas centroasiáticas.
-Primates: al inicio del Evento Galeriense, el género Homo aumenta con una población que podría
tener su origen en Asia; están representados por restos fósiles en la Gran Dolina de Atapuerca (Burgos) y
Ceprano (Italia central). Homo antecessor. Homo heildebergensis.

3.5. Las faunas europeas del Pleistoceno superior (Tarantiense)

En el Pleistoceno superior se producen ligeros ajustes en las faunas europeas de la Estepa del
Mamut, que amplía sus áreas geográficas de dispersión en función de la climatología (complejo
Würmiense). Así, las especies esteparias del norte y centro de Eurasia adaptadas al frío, llegaron a alcanzar la
Península Ibérica: el rinoceronte lanudo (Coelodonta antiquitatis), el mamut lanudo (Mammuthus
primigenius), el glotón (Gulo gulo) o el antílope saiga (Saiga tartárica). Durante los momentos fríos del
Pleistoceno superior se constata la presencia de focas en las costas mediterráneas europeas, la del Atlántico
Norte (Phoca vitulina) y la foca monje (Monachus monachus); ambas detectadas en el S de Iberia en el
LGM.
Las condiciones ambientales frías y secas hicieron que diversos taxa experimentaran modificaciones
anatómicas para mejor adaptación al clima y condiciones de vida. Así el aumento de tamaño como
adaptación a un medio más frío, pues permite conservar mejor el calor corporal, parece ser una tendencia
generalizada entre los macromamíferos europeos (Ej. ciervo gigante Megaloceros giganteus), mayor cérvido
de la historia o hiena manchada (Crocuta crocuta spelaea).
Durante el Pleistoceno superior tiene lugar en Europa la llegada del Homo sapiens, humano
anatómicamente modernos de procedencia africana, cuyo origen se remonta a 200 ka. A finales de esta
subserie se extingue H. neanderthalensis.
El registro paleobiológico conservado coincide en muchos casos con yacimientos arqueológicos que
no representan fielmente el bioma en que se encuentran las distintas especies, debido a que están
condicionados por la creciente actividad depredadora humana. Cada registro local muestra el
predominio de una especie de rumiante sobre las demás, debido a la abundancia de unas especies sobre otras,
la presencia de poblaciones en el entorno inmediato del asentamiento humano, la estacionalidad de la
ocupación de los homínidos, el desarrollo de estrategias específicas de caza.
Holoceno: Desaparición de especies frías y configuración de las faunas holocenas caracterizadas por
la presencia de especies actuales. La domesticación por los grupos humanos da lugar a la aparición de
animales domésticos como el asno (Equus asinus), caballo (E. caballus), toro (Bos taurus), oveja (Ovis
aries), cabra (Capra hircus) cerdo (Sus domesticus), perro (Canis femiliaris), distintas especies de aves. La
especie humana fue clave en la extinción de numerosas especies de vertebrados y en la modificación de los
paisajes vegetales naturales, siendo un factor que interviene en la evolución del clima de la Tierra.

3.6. La Estepa del Mamut: bioma predominante en la Europa templada y meridional durante el
Pleistoceno medio avanzado y el Pleistoceno superior.

Desde hace 900.000 años las oscilaciones cuaternarias adquirieron una pauta diferente, pues
comenzaron a sucederse ciclos cada vez más largos, regulares y contrastados entre si; condicionando
intensamente el paisaje y hábitat de los mamíferos de la época. Si en el Pleistoceno inferior, la mayoría de
los yacimientos se localizan en depósitos palustres, lacustres y fluviales; durante el Pleistoceno medio y
superior hubo un clima más variable que durante la subserie precedente, constatándose hábitos cavernícolas
parciales o totales en los mamíferos de la época. Son numerosos los yacimientos en ambientes kársticos:
Atapuerca (Burgos), Villacastín (Segovia), Congosto (Guadalajara); mientras disminuyen los depósitos
paleontológicos fluviales, lacustres y palustres (Torralba en Soria).
El cambio en las pautas de las oscilaciones climáticas está relacionado con un cambio en la
ciclicidad astronómica dominante. Desde 2,6 Ma-900.000 BP, el ciclo de la oblicuidad o inclinación del eje
terrestre (41.000 años) que repercute más en las variaciones de estacionalidad, es el factor dominante en la
sucesión de oscilaciones climáticas cuaternarias. A partir de ese momento, el ciclo de la excentricidad de la
órbita terrestre (96.000 años) que afecta más intensamente al clima global, se vuelve predominante.
El registro isotópico marino muestra claramente como desde hace 900.000 años esa variación se
tradujo en unas temperaturas progresivamente más bajas, con mayor número de oscilaciones frías, lo que

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supuso una acumulación de hielo mayor en glaciares e inlandsis y un proceso menor de deglaciación en los
estadios cálidos.
Las comunidades vegetales, fueron volviéndose progresivamente más esteparias, reduciéndose la
sabana y las masas boscosas. A nivel faunístico, las especies se adaptaron a los biomas estepario o
desaparecieron, dejando paso a otras mejor capacitadas para estos ambientes. Las faunas que aparecen en
Europa desde 650.000 BP en adelante son netamente glaciares, quedando las regiones meridionales del
continente como áreas de refugio de especies vegetales y animales de ecosistemas templados desde los que
recolonizarían espacios de Europa central y septentrional durante fase cálidas.
Desde finales de OIS 12 (423.000 BP), en Europa central y occidental aparecen unos biotopos
denomiandos por R. Guthrie como Estepa de Mamut, que albergan comunidades diversificadas de fauna
con el mamut lanudo (Mammuthus primigenius) como especie representativo; aunque la especie más
numerosa fue el reno (Rangifer tarandus). Durante las fases templadas, estos animales glaciares se
extinguían hasta que en las fases frías se recolonizaba el territorio con poblaciones procedentes de las estepas
orientales.
La alternancia de estos procesos de retracción y expansión y la mezcla de elementos procedentes
de estepas y bosques dio lugar a coexistencias extrañas. En los lugares próximos a las zonas de refugio, la
recolonización era más rápida; así como en la zona occidental debido a un menor impacto de estacionalidad
derivado del efecto atemperador oceánico. Por tanto, los biomas boscosos y esteparios templados del oeste se
recuperarían ecológicamente de forma más rápida, al estar menos amenazados por un descenso de
poblaciones de animales.
La Estepa de Mamut estaría compuesta por mosaicos de vegetación ecológicamente complejos, que
albergaban comunidades diversificadas de fauna, dominada por herbívoros con una alimentación de tipo
generalista. Su estabilidad dependía de la duración de estaciones que variaría en función de la latitud,
longitud y altitud.
Este “mosaico de ambientes” produjo una estructura muy productiva y con un alto grado de
flexibilidad ecológica. La alternancia de ciclos fríos y cálidos alteraría el tamaño y disposición de las
“cuadros” de las diferentes plantas y animales que componen el mosaico.
El proceso de deglaciación y el desarrollo del Holoceno supusieron el establecimiento de biomas que
caracterizan la Europa actual. Con la introducción y desarrollo de los sistemas agropecuarios, los grupos
humanos han ejercido un creciente influjo en la modificación de estos biomas, al ampliar las zonas de pasto y
áreas agrícolas. La Revolución demográfica e Industrial supuso una modificación antrópica más intensa de
los paisajes europeos hasta la situación actual.

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Tema 3
El Paleolítico Inferior Arcaico y los primeros poblamientos peninsulares

1.- EL PALEOLÍTICO INFERIOR: PROBLEMAS, LIMITES CRONOLÓGICOS Y SUBDIVISION


INTERNA
El paleolítico inferior se define por la presencia de instrumental tallado en piedra y ausencia de objetos
cerámicos y de metal.
1.1. Problemática del estudio del Paleolítico Inferior:
El paleolítico inferior abarca el 96% de la historia de la humanidad con diferentes especies humanas,
tecnologías y comportamientos esto unido a los pocos restos encontrados en relación al extenso tiempo que
abarcó y a las diferentes métodos de datación algunos de ellos relativos hace que no tengamos un
conocimiento extenso de este periodo.
1.2. Límites cronológicos:
- Primeros datos de presencia humana en la península ibérica datan 1,5-1,25 Ma BP.Cronologia de Fuente
Nueva-3, Barranco-León (Granada) y en los niveles inferiores de Atapuerca Sima del Elefante (Burgos).
- Final del Paleolítico inferior (final del pleistoceno medio 300-250.000BP (OIS8) y comienzo del medio,
al menos en Europa, se da por la utilización de lascas Levallois y por la generalización de las lascas
retocadas.
1.3. Subdivisiones internas del Paleolítico Inferior:
Según las industrias líticas.
- Paleolítico inferior arcaico
- vacio arqueológico en Europa.
- Paleolitico inferior clásico.
1.3.1. Paleolítico Inferior Arcaico:
Conjunto de cantos trabajados: choppers,
chopping tools, poliedros y discoides y
ausencia de bifaces. Talla por medio de
percusión bastante elemental. Se
delimitan así filo, puntas y escotaduras.
1.3.2. Paleolítico Inferior Clásico:
Presencia de bifaces y un utillaje
técnicamente más elaborado. Desde
600.000 Bp. Persisten industrias de

cantos trabajados. Se divide en industrias con bifaces (Achelense) e


industrias SIN bifaces.
Industrias CON bifaces (Achelense): Se caracterizan por:
• un porcentaje elevado de útiles en núcleo (bifaces, triedros,
hendedores)
• mayor abundancia de formas retocadas (raederas y
raspadores) prácticamente ausentes en el p.i arcaico.
• Frecuencia alta de lascas utilizadas sin retocar.

Algunos elementos característicos de los conjuntos


líticos achelenses, correspondientes al modo
tecnológico. 1-2 bifaces; 3 hendedor; 4 lasca
ligeramente retocada; 5 raedera.

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Industrias SIN bifaces: Son conjuntos sin bifaces o con presencia residual de los mismos. Tampoco son
habituales los hendedores aunque el resto de los elementos coinciden a grandes rasgos, con los del
Achelense. Los mas conocidos son : Clactoniense y Tayaciense.
ESQUEMA DE LOS MODOS TECNOLOGICOS
Propuesto por Desmond Clark 1977

MODO 1: Conjuntos con sistema de explotación de materias primas poco complejo y jerarquizado basado en
el aprovechamiento oportunista de la materia prima. Industrias de cantos trabajados.
MODO 2: Conjuntos líticos con una mayor complejidad de los sistemas de talla, procesos intencionados y el
desarrollo de la estandarización y repetición de una misma secuencia de trabajo. El Achelense.
MODO 3: Aparición de procesos mentales más complejos que se manifiestan con la preparación del núcleo
orientados a la producción de talla con una morfología determinada. Sistema Levallois y discoides.
MODOS 4 Y 5: Aparición de procesos de resolución de problemas y la expresión externa de la
individualidad. Complejos de talla laminar y con microlitos del Paleolitico Superior y Epipaleolitico.

2. EL PRIMER POBLAMIENTO DE LA PENÍNSULA IBÉRICA:


Actualmente se data al primer poblamiento de Europa y concretamente en la Península Ibérica con fechas de
1,5-1,25 Ma BP. La datación africana de las primeras industrias líticas es de 2,6 -2,5 Ma BP.
2.1. Hipótesis
HIPOTESIS DE LAS CRONOLOGIAS ANTIGUAS (Investigadores Karel Valoch o Eugene Bonifay). Se
desarrolló durante los años 1970-80. Decían que los 1º vestigios de presencia humana en Europa eran
las fechas situadas entre 2 y 1,5 Ma BP (anteriormente a lo establecido hoy) tras descubrir conjuntos
líticos de cantos trabajados en lugares como el Macizo Central Francés, las terrazas fluviales del
Guadalquivir, el litoral atlántico andaluz o las terrazas marinas del centro y sur de Portugal datados a
finales del Plioceno y diferentes momentos del Pleistoceno inferior (entre 2 y 1,5ma BP).
Argumentos:
1ºArgumento: Compararon las tipologías de útiles con los útiles africanos y decían que si eran similares
deberían tener una cronología similar.
2º Argumento: era la evaluación de la geología de los lugares en los que aparecían los conjuntos, que
proporcionaban fechas relativas.
Pegas: no fueron muy críticos a la hora de analizar si estos conjuntos europeos tuvieron un origen intencional
(fabricado por homínidos) o fueron fracturados por causas naturales. Tampoco en si eran contemporáneos a
los contextos geológicos donde se documentaban las supuestas herramientas líticas o, por el contrario, estas
pudieran depositarse en fechas posteriores a la configuración geológica de las áreas de aparición.
HIPÓTESIS DE LAS CRONOLOGIAS RECIENTES:(Clive Gamble, Will Roebroeks y Thijs Van
Kolfschoten) En la década de los 90 empezó a cobrar fuerza esta hipótesis. Estos autores revisaron los
yacimientos y datos supuestamente antiguos. Concluyeron que Europa no tuvo un poblamiento anterior
a unos 550.000BP coincidiendo con la introducción del Achelense en Europa. También cuestionaron el
origen humano de los conjuntos líticos más antiguos, así como el carácter intacto de los contextos
sedimentarios con los que se relacionaron. Además, solo aceptaron como seguros los restos de Homo
heidelbergensis descubiertos en Mauer (Alemania y Boxgrove (Gran Bretaña) datados en torno a
525.000 BP que consideraron los fósiles humanos más antiguos de Europa.
En la península ibérica también se dieron dos buenos ejemplos de desmentido de datación de fósiles y
restos líticos atribuyendo algunos de los restos que se habían catalogado como Homo (Orce) a algún
resto de animal inmaduro (bóvido, equino, etc).También afirmaban que los restos líticos que en un
principio habían sido atribuidos a la intención del hombre podían ser producto de la erosión natural.
ACTUALMENTE: estamos en disposición de afirmar que Europa Meridional contó con población en fechas
bastante anteriores al 500.000 Bp. Otra cuestión diferente es si este poblamiento de Europa fue continuado o
intermitente.
EL IMPACTO DEL ESTRATO AURORA 1994. La publicación del registro arqueológico y paleontológico
del Estrato Aurora (Atapuerca) a finales del Pleistoceno inferior (800-850.000) BP, desmentía las propuestas
básicas de la hipótesis de las cronologías recientes .
EL POBLAMIENTO MÁS ANTIGUO DE LA PENINSULA IBERICA: Son el complejo inferior de
Atapuerca Sima del Elefante (Burgos) y los yacimientos de Fuente Nueva-3 y Barranco León-5 (Guadix-
Baza, Granada).

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Sima del Elefante (Atapuerca): es un relleno con una dilatada secuencia, cuyos niveles del pleistoceno
inferior han proporcionado conjuntos líticos de origen antropico (humano) y se asocian a restos de fauna
con marcas de corte realizados por instrumental lítico. Y RESTOS HUMANOS.
Fuente nueva-3 y Barranco León 5 (Guadix-Granada): Conjuntos líticos numerosos, asociados a restos de
fauna muy variada en la que fue la orilla de un antiguo lago.
Diversos datos apuntan a que estos poblamientos tuvieron un clima más cálido y húmedo que el actual.
Aún no hay dataciones radiométricas o paleo magnéticas concluyentes que permitan precisar su cronología.
Los datos paleo ambientales y bioestratigraficos en especial los fósiles de roedores coinciden en situar los
yacimientos entre el 1,5 y1,25 Ma BP.
2.2. Modo de subsistencia
No se puede establecer si su medio de vida estuviera basado en la caza o en el carroñeo. En estos
yacimientos encontramos restos de herbívoros que han sido intervenidos por humanos y carnívoros, pero no
se puede asegurar en qué orden.
Hay autores que creen que cazaban después de comparar los restos de fauna de aquel periodo con los
despojos abandonados por carnívoros actuales. Dicen que los restos alimentados serian tan pocos que no
hubieran tenido suficiente para alimentarse así que debieron cazar.
En cambio, otros autores (Palmqvist) creen lo contrario basándose en las características físicas de los
carnívoros que abundaban en aquel periodo (Megantereon, Pachycrocuta). Dicen que los felinos de dientes
de sable abandonarían importantes porciones de carne por la forma de su dentición y que las hienas y los
humanos las aprovecharían. Ademas las hienas gigantes estaban especializadas en alimentarse de los
nutrientes encerados en el hueso (médula ósea y tuétano) así que se habría concentrado en esas partes
dejando el resto para los humanos.
2.3. Rutas migratorias del poblamiento más antiguo de la península ibérica
Existen diversos indicios para lograr una aproximación a cuáles podrían ser esas rutas.
2.3.1. Los reemplazos de fauna:
Se produjo un reemplazo de fauna durante la transición del plioceno final/ pleistoceno inferior. El felino de
dientes de sable y la hiena gigante formaron parte de estos cambios de fauna documentados en Europa.
Azzarolli llamó Episodio Elefante-Caballo y Episodio Lobo a estos cambios ecológicos que se caracterizan
por la desaparición de especies adaptadas a paisajes más arbolados, que abundaban en Europa.
Esta extinción estuvo acompañada por la dispersión y aclimatación a Europa de otras especies, con un origen
último en el de Africa subsahariana (tales como elefante, y una variante antigua del hipopótamo) y Ásia
Oriental (antepasado del lobo, caballo y algunos herbívoros). La penetración en Europa de estos mamíferos
se había visto favorecida por la expansión en Eurasia de ecosistemas similares a los entonces imperantes en
Africa subsahariana y algunas zonas de asia. Estos ambientes herbáceos habían sido poco propicios para las
comunidades de fauna autóctonas de Europa, mejor adaptadas a los medioambientes más forestados, en
retroceso desde finales del terciario.
Como parte de esta dispersión de faunas pudo penetrar desde África hacia Europa el ser humano, una vez
alcanzado el próximo oriente y el Cáucaso.
Los escasos datos que documentasn este poblamiento más antiguo de Euorpa, por el momento aparece
únicamente en la P.i. pero existen algunas razones para desestimar la posibilidad de que a la misma se
accediera desde el Norte de África por medio del cruce del estrecho de Gibraltar.
2.3.2. El estrecho de Gibraltar:
El estrecho no fue un ruta de acceso desde áfrica a Europa desde 5 Ma BP por en ella varias razones.
1º: Los descensos marinos documentados no llegaron a eliminar la barrera marítima que continuaría siendo
muy profunda. Y aún en el momento de descenso mayor del nivel del mar el estrecho seria una serie de
canales con islas intermedias corrientes marinas entre el Mediterráneo y el Atlántico más fuertes que
las actuales que solo podrían haber sido traspasado por algún tipo de tecnología de navegación imposible
en aquel periodo.
2º Las comunidades de mamíferos a un lado y otro del estrecho son significativamente diferente igual que en
el Sículo-tunecino (sur de Sicilia y la costa de Túnez). Así que fueron barreras infranqueables, también
para los homínidos.
3º. Industria lítica diferente en ambos lados: El 1ºpoblamiento del Norte de Africa parece remontarse a
coronologias similares a las peninsulares (1,2 Ma BP) y dispusieron de industrias líticas similares a las
del próximo oriente (conjuntos preolduvaienses o evolucionado o Achelense antiguo caracterizado por

18
bifaces esporádicos y una mayor presencia de choppings tools y en la península ibérica eran industrias
pre-olduvayenses similares a las de Dmanisi.
2.3.3. Las industrias líticas arcaicas de la Península Iberica en el contexto de Eurasia:
Fuente Nueva-3 y Barranco Leon-5 se asemejan a Dmanisi (Georgia, 1,8 Ma Bp) por su industria Pre-
Olduvayense.
Características del Pre-Olduvayense: lascas sin retoque, núcleos y choppers y el empleo de sistemas de
talla básicos o simples. Los filos retocados y los chopping-tools son muy escasos y estarán mucho mas
presentes en el Olduvayense clásico.
Características del Olduvayense clásico: ofrecer técnicas de talla más sofisticadas. En especial la
explotación multidireccional de los núcleos, frente a única dirección preferente de golpeo o lascado que
predomina en el Pre-Olduvayense. El Olduvayense también se caracteriza aunque en menor medida por el
aprovechamiento recurrente de los núcleos. Es decir, por utiliza todo el contorno del núcleo como base de
percusión desde la que obtener productos de talla.
Características del Oduvayense evolucionado o Achelense Antiguo: (1,6 y 1,5 Ma Bp en África y 1,4 Ma BP
en el próximo oriente): se caracterizaría por una mayor incidencia del utillaje retocado y la presencia
esporádica de bifaces y hendedores. Se considera, por tanto, que se trata de la manifestación más antigua
de las industrias Achelenses.
La similitud de los conjuntos penínsulares con el de Dmanisi y los del Pre-Olduvaiense africano invita a
pensar que fueron producidos por poblaciones con un origen común en África Oriental. Su expansión hacia
Eurasia se habría iniciado en fechas anteriores a la aparición del Olduvayense.
2.3.4. La encrucijada del próximo oriente y la ribera septentrional del mediterráneo:
Se sabe que el Valle del Nilo no constituyó una vía de salida desde áfrica oriental hasta comienzos del
Pleistoceno medio (750ka). Y que el poblamiento más antiguo de Europa se dio en el Pleistoceno inferior
1,5 a 1,4 Ma. después hubo un vacio arqueológico y a los 900 ka existe el 2º poblamiento. La pregunta es:
¿por dónde entraron fauna y homínidos al próximo oriente para después difundirse hacia Europa y de dónde
procedían?
¿A partir del paleolítico inferior clásico del próximo oriente, pero antes?
Lo más factible es, que desde su foco originario en el Este de África las poblaciones humanas y las
comunidades de fauna africanas se difundieron hacia Eurasia a través de las riberas del Mar Rojo,
posiblemente ocupado la Península Arábica (parte baja del Mar Rojo). Esto ofrecía a comienzos del
Pleistoceno un medio ambiente muy similar al de África Oriental. Tanto Arabia como Próximo oriente
ofrecen algunos conjuntos líticos datados en torno a 2 Ma Bp (Ej. Erg ELAhmar y Yiron (Israel).
El papel desempeñado por Próximo Oriente como encrucijada de las poblaciones que inicialmente salieron
de África, para posteriormente difundirse hacia Europa y Asia, esta avalado por las faunas de origen
africano que se conocen para los comienzos del Pleistoceno Inferior en Israel y la Península Arábica,
similadas a las del Episodio del Lobo en Europa (como los de Guadix-Baza, por ejemplo) y a las
documetadas Dmanisi y otros yacimientos paleontológicos del caucaso. En paralelo al 1º poblamiento del
Caucaso y Europa se produjo el de Asia Oriental. En este sentido China ofrece datos que señalan la
existencia de seres humanos en cronologías que se remontan a 1,6 Ma BP (fig 3.10 pag 169).
Ya se ha comentado que este primer poblamiento de Europa, así como la difusión de mamíferos originarios
del áfrica subsahariana en el límite del Plio-pleistoceno podría haber sido impulsado por dos factores:
1. Es que desde 2,5 a 2,4 Ma BP se detecta en proceso de aridificación de los ecosistemas del africa
oriental (este) ello repecutiría en un descenso de la productividad del medio. No parece casualidad
que esta fecha corresponda con las 1º manifestaciones de industrias líticas, así como conla aparición
en África de un nuevo tipo de homínido (homo habilis/homo rudolfensis), caracterizado por un
esquema corporal que implica la incorporación de proteínas de origen animal como alimento
habitual.
2. Otro factor que había favorecido las 1º diásporas desde áfrica, es el establecimiento en latitudes a
medias de ecosistemas tropicales dominados por herbáceas (ecosistemas abiertos) similares a los de
áfrica oriental (este).
No se conocen en otras áreas europeas yacimientos de antigüedad similar a los penínsulares. Esto invita a
pensar que este poblamiento antiguo se concentró en lo que entonces eran las regiones ribereñas del
Mediterraneo.
Tanto la mencionada configuración ecológica como la dispersión de fauna, coincidían en el tiempo con un
importante descenso del nivel marino, conocido como Regresión Aulliense. Esta hizo emerger importantes

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porciones de plataforma continental en torno al estrecho de Dardanelos, el archipiélago de las Cícladas; la
península del Peloponeso, los mares Adriatico y Jónico; y el Golfo de León.
El posterior ascenso de las aguas, habría eliminado buena parte de los indícios arqueológicos
extrapenínsulares que pudieran haber documentado este mismo episodio de poblamiento en otras regiones de
la Europa Mediterránea.
2.4. Homínidos más antiguos de la península ibérica:
No hay restos humanos en Europa con esas cronologías. NO se sabe que Homo protagonizó el poblamiento
más antiguo. Se toman los restos encontrados en Dmanisi (Georgia) y son poblaciones combinaban rasgos
primitivos propios de Homo habilis/Homo rudolfensis, con otros más evolucionados, similares al Homo
erectus africano (Homo ergaster).
A juicio de algunos entendidos (Henry Lumley, David Lordkipanidze y sus colaboradores), creen que las
características morfológicas de los fósiles de Dmanisi son base suficiente para definir una especie nueva:
Homo georgicus.
Los investigadores del yacimiento plantean la posibilidad de que Homo georgicus represente una “especie
encrucijada” o transacional entre el Homo habilis/Homo rudolfensis y Homo ergaster, teniendo en cuenta el
vacio de fosiles humanos apreciados entre el 2,4 y 1,9 Ma BP eb africa oriental. En esta última fecha (1,9 Ma
BP) es cuando aparece el Homo ergaster en el oriente africano, posiblemente como evolución desde el Homo
habilis/Homo rudolfensis.

De Lumley, Lordkipanidze y sus colaboradores añaden que el resultado evolutivo de los poblaciones de
Homo georgicus que penetraron en Ásia fue Homo erectus.
2.5. La interrupción del poblamiento más antiguo de la península ibérica:
Se produjo una interrupción entre el lapso cronológico representado por Atapuerca Sima del Elefante, Fuente
nueva-3 y Barranco Leon-5 y los yacimientos posteriores en la P.I (y el resto de Europa) de unos 400-
500.000 BP sin registro arqueológico.
Esta ausencia de restos no parece que pueda explicarse como consecuencia de carencias en la conservación
de vestigios ya que se conocen yacimientos paleontológicos de esa época. También registros sedimentarios
anteriores sin que se aprecien procesos erosivos. En definitiva, las poblaciones humanas en la P.I se
extinguieron.
Los motivos de esta extinción pudieron ser varios:
➢ Pocos efectivos alcanzaron los márgenes occidentales de Eurasia: indicio son los pocos yacimientos
encontrados.
➢ Cambios climáticos acontecidos en la P.I, un nuevo ascenso de los niveles marinos con la
consiguiente inundación de plataformas costeras habrían tenido como consecuencia la ruptura de la
continuidad espacial de los ecosistemas de herbáceas propicios para la vida de estos grupos
humanos. Repercutiría asimismo aislando las poblaciones.
➢ Mal adaptados a regiones con climas continentales y con recursos alimenticios concentrados en
estaciones concretas del año, los más antiguos pobladores europeos, al reducirse radicalmente las
supercificies emergidas de estos entornos, únicos propicios para que estas poblaciones proliferan, se

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habrían interrumpido los aportes demográficos procedentes del próximo Oriente y Africa Oriental,
reduciéndose así el universo reproductor (el nº de grupos no emparentados con los que se establecer
intercambios genéticos). Como consecuencia, es muy posible que a la hora de reproducirse surgieran
fenómenos de consaguinidad. La suma de estos factores haría genéticamente inviables estas
poblaciones. Por añadidura, las transformaciones climáticas detectadas en estos momentos, que
reanudaron en un mayor gradiente estacional en los recursos, podrían haber acelerado la reducción
del nicho ecológico de pobladores peninsulares y un incremento de la competividad entre homínidos
y carnívoros, causada por el descenso en los índices de biomasa vegetal y animal.
3. EL 2º POBLAMIENTO DE LA PENÍNSULA IBERICA:
Aparecen nuevas pruebas de actividad humana en torno al 900.000bp. La cronología de algunos yacimentos
es poco precisa, dada la baja resolución de los sistemas de datación que pueden aplicarse a los mismos.
3.1. Cronologia del 2º episodio de poblamiento europeo:
Límite inferior: Estratigráficamente: Los yacimientos que mejor sitúan los inicios de este 2º episodio de
poblamiento europeo son:
- Cueva Vallonet (Francia) OIS 24 (Unos 900.00BP)
- Soleihac (Francia ) 800.000BP
- Ceprano (Italia) 900.000BP
- Los niveles 4 a 7 de Atapuerca (Gran Dolina, Burgos) 780.000BP.
Por industrias: Terrazas fluviales del área mediterránea (fundamentalmente en Gerona): encontrados
conjuntos de “cantos trabajados”.
Límite superior: este 2º episodio de poblamiento en la P.I se interrumpe hacia el OIS19, en los inicios del
Pleistoceno medio (poco después del 780.000BP). Esta es la cronología asignada para Cullar-Baza I
(Granada) y la atribuida a los “cantos trabajados” recogidos en la terraza 6 del curso medio del Guadalquivir.
3.2. Homínidos del 2º poblamiento península ibérica: Homo antecessor
Se cuentan con fósiles humanos correspondientes a este 2ºepisodio de poblamiento:
➢ El cráneo de Ceprano (calota) en Italia???
➢ El estrato Aurora (nivel 6 Gran Dolina, Atapuerca): hay numerosos restos humanos. Sus
características morfológicas dieron lugar a una nueva especie o taxón: Homo antecessor. Se situa
como último antepasado común de Homo sapiens y los neandertales. Fig3.3
La definición de Homo antecessor no ha sido plenamente aceptada por algunos paleontólogos. Argumentan
que los restos utilizados para caracterizar la especie pertenecen a un individuo preadolescente por tanto su
crecimiento no se había completado en el momento de su muerte. Para algunos investigadores, los restos del
estrato aurora representarían una variante arcaica de Homo heidelbergensis. Para otros especialistas los restos
corresponderían al homo erectus.
3.3. El origen geografico de las poblaciones de Homo antecessor:
Se asume que el origen de
las poblaciones, que
habitaron Europa su 2º
poblamiento, tiene una
procedencia africana. Sin
embargo, los datos
arqueológicos y
paleontológicos apuntan
hacia otra dirección: Asia
Central.
EL ORIGEN
GEOGRÁFICO QUE
INDICAN LOS RESTOS
HUMANOS: Se han
encontrado similitudes
entre cráneos de Hexian
(China) clasificados como
homo erectus y en las
mandíbulas de la cueva de
Zhoukoudien (pekin)

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datados en más de 600.000 BP con los restos contemporáneos del Estrato aurora (homo antecesor).También
se han realizado comparación de muestras dentales del Estrato Aurora con las del Homo heidelbergensis
halladas en la Sima de los huesos que cuestionan el papel del homo antecesor como especie ancestral al
homo neardentalensis.
Investigadores de Atapuerca proponen que las poblaciones allí representadas están más relacionadas con el
pleistoceno inferior medio de asia que con las del pleistoceno inferior medio de europa.Además la
morforlogía de la Calvaria de Ceprano, que es muy similar a las del pleistoceno inferior medio africano y
asiático, y con pocas similitudes al pleistoceno medio europeo.
Esta situación obliga a replantear el aislamiento genético que se venía suponiendo a las poblaciones asiáticas
del homo erectus, respecto a las africanas de homo ergaster. Se han realizado estudios genéticos, que han
detectado en algunas poblaciones africanas una variante de cromosoma “X” muy común entre las gentes del
Este de asia. Este rasgo genético se situa en Asia oriental, en una fecha cercana al 1ºpoblamiento de esta
región. Esto invita a considerar que no existió aislamiento reproductivo entre los habitantes del pleistoceno
inferior y medio de africa y asia: tanto unos comos otros contribuyen a la aparición del Homo sapiens.
EL ORIGEN GEOGRÁFICO QUE INDICAN LAS INDUSTRIAS LÍTICAS: El estudio del conjunto lítico
del Estracto Aurora ha determinado que no comparte todos los rasgos característicos del olduvaense africano
y menos aun, del olduvayense evolucionado/achelense antiguo sino que comparte con el registro
arqueológico del pleistoceno inferior /medio en Asia oriental. En esta región se mantuvieron las tecnologías
de “cantos trabajados” hasta casi el Paleolítico superior. En áfrica y el próximo oriente ya se estaba
implantando el Achelense y en el occidente europeo aparecen poblaciones con tecnología similares a las de
Asia oriental.
Se cree que los fósiles humanos e industrias líticas de Atapuerca y los de Asia oriental representan los
extremos geográficos de una población ubicua de Homo erectus, que a finales del pleistoceno inferior había
habitado toda la franja de latitudes medias de Eurasia. Sin embargo, en Europa oriental y asia central no
contamos con datos sobre la existencia de ese supuesto poblameinto. La ausencia de Achelense en Asia
puede explicarse por las materias primas de estas regiones orientales, donde el achelense aparece bien
representado en el pleistoceno medio. En este periodo las tecnologías del paleolítico inferior clásico europeo
fueron realizadas aprovechando las mismas rocas sobre las que se fabricaron las industrias del paleolítico
inferior arcaico, como ocurre en Atapuerca. Si realmente hubieran existido poblaciones de Homo erectus en
toda esa franja, hubiera sido habitual la circulación de genes (que sabemos se produjo entre africa y asia,
como señala la variabilidad actual del comosoma “X” y, junto con ellos, es lógico pensar que entre las
poblaciones europeas se había difundido el Achelense antiguo presente en el próximo oriente desde 1,4 Ma
Bp. Sabemos que esto no fue así, pues las industrias con bifaces no están presentes en el registro europeo
hasta hace unos 0,6 Ma BP. Esta circunstancia únicamente puede explicarse si Europa hubiera sido escenario
de un nuevo episodio de poblamiento hacia el 0,9 Ma BP y, además, los grupos humanos protagonistas de
esta recolonización procedieran de áreas geográficas donde el Achelense no se implantó. Por añadidura no
debió existir flujo de genes e ideas, (y por tanto, de tecnologías) desde aquellas regiones donde el Achelense
si tuvo difusión.
4.- RUTA MIGRATORIA DEL 2º EPISODIO DE POBLAMIENTO PENINSULAR.
El proceso de poblamiento se produjo en sentido horizontal (este-oeste). En esta ocasión no acceden por el
Próximo Oriente, ni por Gibraltar. Asia oriental fue la vía de transito de las poblaciones que repoblaron
Europa hacia 900.000Bp hasta llegar a la P.I.
La causa principal del 2º poblamiento es climática y por consecuencia por reemplazo de faunas. Desde poco
antes de 0,9 Ma BP se suceden la alternancia de periodos de clima frio y templado en ciclos más regulares y
contrastados que durante la etapa anterior. Este nuevo ritmo de ciclos glacial/interglaciar, junto con las
alteraciones tectónicas del Himalaya y otras cordilleras asiáticas, rompieron el equilibrio de los ecosistemas
de Asia.
Se produjo un nuevo reemplazo de faunas documentado en Europa y en la P.I conocido como episodio
Galeriense. Supuso la evolución de los herbívoros locales y la penetración y aclimatación de faunas con un
origen fundamentalmente asiático. Se extinguieron algunos carnívoros, como los felinos de dientes de sable
y la hiena gigante, sustituidos por especies de origen africano cono los leones y las hienas actuales, así como
carnívoros y algunas especies de bóvidos y ovicápridos, desde Asia.
Existe una serie de conjuntos líticos en Asia Central, precisamente donde tienen su origen algunos de los
mamíferos que penetraron en Europa durante el episodio Galeriense, como Kul`Dara (Tayikistan), que
ofrecen cronologías cercanas a los 900-850.000BP y algunas similitudes con los de Gran Dolina. Por otra

22
parte, son las 1as huellas de actividad humana en Asia. Este poblamiento inicial en Asia central solo se
detecta fauna intermitente, pues el área sólo aparece habitada durantes las fases climáticas templadas.
El caso es que la aparición del 1ºregistro arqueológico en Asia Central en estas cronologías podría indicar la
ruta de dispersión de las poblaciones, así como de las especies animales, que penetraron en Europa en estas
fechas.
Como en el episodio anterior, las poblaciones humanas parecen haber estado mejor adaptadas, a las regiones
de la Europa Mediterranea, caracterizada por climas menos contrastados estacionalmente y ecosistemas más
productivos. Se cree que la penetración de fauna y homínidos se produjo en la regresión marina Cassian
(descenso de los niveles marinos provocando emerger porciones de plataforma continenta, hoy en dia
cubiertos por el Mediterráneo, en las mismas áreas mencionadas en el poblamiento más antiguo del
subcontinente.
5. SUBSISTENCIA: “HOMO ANTECESOR” (Datos proporcionados a partir del Estrato Aurora)
CAZADORES Y CARROÑEROS: Eran cazadores de herbívoros básicamente ya que existía poca variedad
de carnívoros y se recurría al carroñeo. (como indican los datos proporcionados por otros yacimientos, como
Soleihac (mediodía francés) y Cullar de Baza I(Granada).A partir de las huellas de los útiles como de las
fracturas de los huesos que acompañan los fósiles de Homo Antecessor se ha determinado que los animales
de tamaño pequeño y medio, como los cérvidos y los cápridos, fueron transportados completos desde el
exterior: en la cavidad fueron manipuladas (evisceración, fileteado, fractura longitudinal de huesos…), así
aprovechaban todos sus nutrientes incluyendo la médula ósea o el tuétano. Procesaban las pieles
posiblemente como vestimenta.
Los animales de mayor tamaño, fundamentalmente los bóvidos, aparecen solo los huesos de las partes que
ofrecen mayor cantidad de carne (4ºtrasero), eso indica que solo trasladaban a la cueva las partes rentables de
los animales grandes. La mayoría de la caza de herbívoros eran individuos jóvenes lo que significa que
prefieren cazar animales más fáciles de atrapar.
CANIBALISMO: Los datos obtenidos de los fósiles humanos indican que fueron fracturados por humanos y
tenían marcas de los mismos útiles que utilizaban para cortar la carne. Las fracturas son y marcas de útiles
líticos idénticos a las que se aprecian en los restos de fauna. El hecho de que comieran las mismas partes
(incluso la médula ósea) que de los animales indica que no se trataba de una práctica ritual ya que en esos
casos se suelen centrar en órganos o alguna porción concreta. No se sabe si practicaban el canibalismo para
paliar la ambruna o por alguna razón pero si es significativo que los restos humanos aparecen en estratos
cronológicos con escasez de fauna.
6.UNA NUEVA INTERRUPCIÓN EN EL POBLAMIENTO EUROPEO:
Poco después de 780.000 BP (OIS19) nuevo vacio de pruebas de presencia humana en europa y en la P.I. Las
causas serían la baja densidad demográfica y cambios climáticos.
Un ejemplo es la Sierra de Atapuerca:
- Casi todo el pleistoceno: Secuencia combinada de diferentes yacimientos de forma continua.
- Desde Gran Dolina 7 (OIS19) hasta OIS14 (565-524.Ky bp): vacio arqueológico (no hiato)
- Desde OIS 14(565-524.000bp): cronología atribuida a la Sima de los huesos.

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Tema 4. El Paleolítico Inferior clásico

Tema 4
El Paleolítico Inferior II: el paleolítico inferior clásico en la Península Ibérica
1. PALEOLITICO INFERIOR CLASICO EN EUROPA
1.1. Tercer poblamiento de Europa
Datación desde la transición OIS16-OIS15. Hacia 620.000 Bp. Introducción de industrias típicas de este
periodo entre las que destaca el Achelense pleno. Pocos yacimientos anteriores a 550.000 Bp, su nº aumenta
desde OIS13 (524-470.000bp) y su densidad demográfica, siendo muchos a partir del OIS19 (339-
303.000bp). Este poblamiento tanto en Europa como en la P.I tiene continuidad hasta el Pleistoceno superior
(no existe extinción).
El origen de este poblamiento parece ser África oriental y meridional. En esta zona están las industrias más
antiguas de Achelense pleno o clásico.
Según Philip Rightmire, el desarrollo de estas industrias como las conductas con ellas relacionadas se
vincula con un aumento de encefalización (la proporción del cerebro en relación con la masa corporal) que
parece dar un salto cualitativo de la capacidad intelectual. Como resultado el Homo Heidelbergensis (Homo
Rodhesiense en su variante africana) especie asociada al Achelense en Europa.
1.2. Procedencia de la 3º poblacion Europea
El valle del Nilo y las riberas del Mar Rojo
fueron las vías de comunicación natural a
través de la cual las poblaciones de África
Oriental pudieron dispersarse hacia el
Próximo Oriente.
Datos que lo confirman:
- En Naoma Goren-INbar e Idrit
Saragusti (Proximo Oriente): aparecen
ejemplos extra-africanos más antiguos del
Achelense Pleno. Yac.Gesher Benat
Ya’akow y otros.
- En la transición Pleistoceno
inferior/Pleistoceno medio el Valle del Nilo
comienza a drenar hacia el mediterráneo
las aguas de las cuencas este-africano y
existen las 1º industrias líticas nilótica,
correspondientes al Achelense Pleno.
Desde esta área, los grupos humanos se
difundieron por la Europa mediterránea,
ocupando con relativa rapidez latitudes
más septentrionales, como Alemania
centro-septentrional y el sur de Gran
Bretaña (con estacionalidad en la
disponibilidad de recursos alimenticios).
2. VARIABILIDAD DEL
PALEOLÍTICO INFERIOR CLASICO EUROPEO
2.1. Introducción del achelense
El paleolítico inferior clásico europeo se caracteriza por la dispersión del Achelense pleno por Europa. Pero
no todos los yacimientos documentados a partir de estas cronologías tienen todos los elementos
característicos del Achelense Pleno. Hay algunas industrias con características similares.
Para algunos autos implica que en Europa NO se produjo una substitución brusca del Modo 1 por el
Achelense y tampoco se puede afirmar que fueran adquiridas de forma progresiva porque existe un vacío
arqueológico en Europa entre OIS19 (787-760.000bp) y los inicios del OIS15 (620.000bp).
La convivencia de conjuntos del Paleolítico inferior arcaico con el achelense se podría explicar por:
-LOS CONDICIONANTES DEL MEDIO GEOGRÁFICO QUE ESTAS POBLACIONES FUERON OCUPANDO.
-LA ESCASEZ DE MATERIAS PRIMAS ADECUADAS PARA LA REALIZACIÓN DE ÚTILES DE GRAN FORMATO
COMO LOS BIFACES O HENDEDORES, PARA ESTAS REGIONES QUE DEBIÓ OBLIGAR A FABRICAR INSTRUMENTAL
DE ASPECTO ARCAICO O TOSCO:

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Tema 4. El Paleolítico Inferior clásico

EJEMPLOS:
• Península itálica: donde Isernia la Pineta ha proporcionado una industria similar a la de los “cantos
trabajados” asociada a dataciones y faunas propias del Pleistoceno Medio (620.000bp)
• Secuencia sedimentaria de Notarchirico, datada en torno a 500.000bp en este yacimiento se alternan
(estratifican) niveles de industrias con y sin bifaces.
Para unos especialistas es un indicio de las diversas culturas del paleolítcio inferior arcaico por el Achelelnse.
Otros dicen que todos son Achelenses ya que no existen diferencias tecnológicas aunque no aparezcan
bifaces y hendedores.
Los yacimientos italianos genuinamente Achelenses se caracterizan por índices bajos de bifaces y
hendedores, ofreciendo altas frecuencias de Choppers y Chopping tools. También fabricaban en hueso
instrumentos que en otras regions solo lo hacian con piedras como los bifaces y hendedores óseos de
Fontana Ranuccio y Castel di Guido (Roma).
En Bohemia, Moravia (república checa) y el Noroeste de Hungria con limitaciones de materias primas para
utiles de gran formato se caracterizaron por la “industrias buda” 350.000 Bp. Estos conjuntos líticos fueron
realizados a partir de pequeños módulos líticos, por medio de técnicas muy básicas. De una forma similar se
configuraron buena parte de las herramientas excavadas en El Aculadero (Puerto de Santa María, Cadiz).
En la Península ibérica las tecnologías achelenses se manifiestan de forma plena aunque existen algunos
yacimientos atípicos como el Aculadero o el de Frikaitz IV (Guipuzcoa). Allí se ha excavado un conjunto
dominado por lascas sin retoque y algunos “cantos trabajados de 250.000 bp.
Hay lugares donde abundan las materias primas de buena calidad, donde existe instrumental lítico (bifaces y
hendedores) realizadas de forma poco estandarizada. Ej. Tafesa (Madrid) contemporáneo a otros yacimientos
como Oxigeno o Arrigaga II.
En definitiva, existe gran variedad de industrias achelenses.
2.2. El bifaz
Es un útil lítico de tamaño considerable,
generalmente realizado en núcleo o lasca de
gran formato, con extremo distal apuntado,
extremos proximales globulares y un alto
grado de simetría en relación con el eje
central de la pieza. Sus bordes, de tendencia
rectilínea y adelgazada por la talla,
conforman un filo cortante.
El bifaz es el principal fósil director
utilizado para diagnosticar el achelense. Los
bifaces reciben este nombre porque han sido
devastados o tallados por ambas superficies,
generalmente pelando toda la pieza.
Cronologia: Los bifaces más antiguos se
encontraron en Africa oriental, en
yacimientos como Olduvay lecho II, Penin y
Komso Gandula, con dataciones entre 1,6 y
1,5 Ma BP. La fabricación del bifaz, junto a
la de otros artefactos bifaciales que suelen
asociarse a los bifaces, como picos y
hendedores, representan el principal cambio
tecnológico que marca la transición hacia el
Achelense desde el Olduvay o Modo I.
Tipos de bifaces y causas: Los bifaces son bastante regulares en todos sus ámbitos de aparición pero existe
una gran variedad tipológica interna en sus formas y se han establecido varias tipologías:
- En función del aspecto más o menos apuntado o más o menos cordiforme (Bordes y Roe)
- La sinuosidad de sus filos o la forma de sus bases.
La explicación de esta variabilidad tipológica pueden ser a consecuencia de:
- Transformaciones cronológicas.
- Manifestación de tradiciones culturales diferentes.
- Herencia de métodos de fabricación distintos

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Tema 4. El Paleolítico Inferior clásico

- El uso de funciones diferentes.


- La posibilidad de talla que ofrecen las distintas materias primas.
- O como consecuencia de requerimientos locales o necesidades funcionales concretas.
Función de los bifaces: Se utilizan a modo de cuchillos, en el despiece de grandes herbívoros (descuartizar,
despellejado, desmembramiento y fileteado de las carcasas). Ej. Yac.Broxgrove
También pudieron utilizarse para manufactura de objetos de madera.
EL ESQUEMA CRONOLÓGICO DEL ACHELENSE SEGÚN BORDES:
La sistematización cronológica del Achelense elaborada por François Bordes para el área del Somme, en el
noroeste de Francia, es cuestinado para el paleolítico inferior de la Península ibérica, pues no puede aplicarse
de forma universal. Sin embargo, tras sustituir a la establecida por el abate Breuil, ha sido la guía a partir de
la cual durante años se ha estructurado el conocimiento del achelense peninsular.
Establece una división en 4 fases, atendiendo fundamentalmente a la configuración de los bifaces:
- Achelense inferior: Bifaces espesos, con borde sinuoso y talón cortical. Se supone que con el paso del
tiempo la tendencia en la fabricación de los mismos fue la búsqueda de un lascado total de la superficie, que
quedaría así libre de córtex (la capa superficial de los nódulos de materia prima, erosionada por diferentes
procesos) .Grado bajo de estandarización tecnológica.
- Achelense medio: Dividido en 2 subfases: primitivo y evolucionado. Se ha definido, por la presencia de
bifaces con tendencia, a una forma más aplanada, supuestamente más estandarizados. Esta morfología se
vincula con el desarrollo de técnicas de talla con percutor blando. También se atribuye a esta fase un utillaje
sobre lasca más diversificado y un descenso en el porcentaje de bifaces. Por otra parte, en los momentos a
que se atribuye el Achelense medio suede fecharse la plena aparición de la técnica de talla Levallois.
La tendencia actual es considerar la talla Levallois como marcador arqueológico del tránsito
Paleolítico inferior/paleolítico medio.
- Achelense superior: en este esquema correspondería al último estadio glaciar del ciclo climático conocido
como Riss. De hecho, situa su inicio en el tramo superior de la secuencia conocida como Riss II (OIS8), casi
desconocida desde un punto de vista arqueológica cuando Bordes estableció su división. Se caracterizaría por
la presencia de bifaces lanceolados y micoquense apuntados, así como por tipos cordiformes alargados. La
importancia de la talla Levallois sería notable, manifestando una evolución tecnológica desde el Achelense
medio.
- Achelense final o Micoquiense: Parece apreciarse una abundancia relativa de bifaces con base globular,
bordes con tendencia a formar una línea cóncava y extrema distal apuntada.
Según señala Manuel Santoja, el principal problema para aplicar este esquema fuera del Noroeste de Francia,
es que se aprecia la evolución tipológica bifaces realizados en materias primas de alta calidad,
fundamentalmente sílex, poco abundantes en otras regiones tal es el caso de la P.I, donde són mas comunes
las cuarcitas. Su diferente calidad para la talla, otorga cierto aspecto arcaico a los conjuntos, con
independencia de su cronología.

3. CRONOLOGIA Y SUBDIVISION DEL ACHELENSE EN LA PENÍNSULA IBÉRICA:


3.1. Cronología
EL TERCER POBLAMIENTO EN LA PENINSULA IBERICA: Datado OIS14 (565-524.000 bp). En la P.I
los bifaces aparecieron en el 500.000 bp, cuando la tecnología achelense parece dispersarse por toda Europa.
El achelense peninsular se divide en inferior, medio y superior. Su diferenciación se basa en los contextos
de aparición de las industrias líticas y en un supuesto proceso de mejora paulatina de las técnica de talla.
Establecer la cronología y la secuencia del Achelense peninsular es difícil por la naturaleza y la distribución
del registro. La mayor parte de los datos disponibles proceden de sistemas fluviales de las mesetas del
interior peninsular, especialmente de los sectores occidentales de la cuenca hidrográfica del Duero. Esta
concentración, tradicionalmente se ha explicado como consecuencia de una mayor densidad de poblamiento
en el interior peninsular pero lo más posible es que sea por la conservación y la cantidad de prospecciones
realizas en esa zona.
Casi todos los yacimientos achelenses peninsulares se localizan al aire libre en contextos fluviales y en
posición secundaria. La mayorías on concentraciones de industrías líticas fundamentalmente realizadas en
sílex y cuarcitas de origen local, localizadas en formaciones de terrazas fluviales medias, o en superficies
de terrazas superiores. Por añadidura, no es habitual que se asocien claramente a colecciones de fauna que
permitan establecer una cronología bioestratigrafica.

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Tema 4. El Paleolítico Inferior clásico

Al no tener dataciones absolutas y asociaciones significativas de faunas, la cronología se ha establecido


sobre la base del análisis geológicos de las secuencia de terrazas fluviales, lo que ofrece dataciones
relativas. Se ha cuestionado la validez de las subdivisiones cronológicas tradicionales en los estudios sobre el
achelense. A medida que se han podido aplicar dataciones radiométricas se ha comprobado que hay
solapamientos cronológicos entre yacimientos e industrias.
3.2. Fases del Achelense Peninsular:
Fases Fases Fases Cron Situació Utillaje Yacimientos
achelenses glaciar isotópi ologí n
es cas a BP
A. inferior MIndel OIS14 565. Aparece En términos generales, La Malla III (Salamanca),
y a 000- n en las incluyen bifaces gruesos San Quirce del Pisuerga
MIndel OIS12 478. terrazas e irregulares y (Burgos), Villapando, El
/Riss 000 altas y hendedores simples Espinar, La Mesa, Espinilla,
medias habitualmente realizados La Sima de los Huesos
altas de en lascas corticales. (Atapuerca, Burgos).
los ríos También “cantos Teniendo en cuenta la
del trabajados”. Utillaje en industria lítica el Pinedo
interior. lasca con formas poco (Toledo) correspondería a los
retocadas. momentos iniciales del
Achelense inferior
(achelense arcaico a
abbevillense). Sin embargo,
es más tardio demostrado
por los datos geológicos que
corresponde al Achelense
medio.
A. medio Ris I, OIS10 362- Corresp Este tipo de industrias se San Isidro y Áridos
1ª y OIS8 245. ondería caracterizaría por la (Madrid), La Maya II (
mitad 000b a las presencia de bifaces y Salamanca), Monte do
Ris II p terrazas hendedores con formas Famaco (Portugal), El
medias- regulares, así como el sartalejo (Cáceres), Torralba
inferiore empleo poco intensivo y Ambrona (Soria), Gran
s. de técnica de talla Dolina 10-11 y Galería
Levallois y un (Atapuerca, Burgos)
abundante repertorio de
útiles en lascas
retocadas.
Correspondería a las
fases paleoclimáticas
OIS11 a OIS8. Aunque
algunos entren de lleno
en el OIS 7.
A. superior 2º OIS7 a 245- bifaces retocados con El Castillo, Lezetxiki,
mitad OIS6. 128. percutor blando, con Solana del Zamborino, La
del Ris 000B formas simétricas de Maya I, El Basalito,
II y Ris P tipo micoquiense y filos Oxigeno, Galería Pesada
III rectos. Hendedores con
A. final Riss/W OIS5 128- retoque bifacial
ürm 118.0 realizados sobre lascas
00bp levallois. Esta técnica de
talla empieza a ser más
utilizada por lo que
algunos especialistas
consideren ejemplos
más tardios como

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Tema 4. El Paleolítico Inferior clásico

musterienses y por lo
tanto Paleolítico medio.

4. DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA DEL ACHELENSE PENINSULAR


1. Cuenca del Duero, Area Oriental:
Pocos yacimientos pero muy importantes.
Sierra de Atapuerca:
- Sima de los Huesos, Atapuerca (Burgos): Es uno de los yacimientos achelenses más antiguos de la P.I.
Contiene una gran cantidad de fósiles humanos, asociados a restos de carnívoros. Solo ha aparecido un único
elemento de industria lítica: un bifaz de cuarcita (524-423.000bp Achelense inferior) (OIS13 a OIS11).
- Galería: Achelense medio desde punto de vista tecnológico y tipologíco (350-250.000bp). Unidad III
(350-250.000). Unidad II (250-200.000bp).
- Gran Dolina: Dataciones absolutas. Gran dolina 10 (337.000bp) propias del achelense superior y final.
Las técnicas de talla son del modo 2 pero ofrecen tecnologías propias del modo 3.
- Sima del Elefante: solo se conocen datos preliminares.
Rio Pisuerga y sus afluentes: San Quirce del Pisuerga: (478-362.000bp) (OIS12 a OIS10). Achelense
inferior.
2. Cuenca del Duero , Area Occidental
Muchos yacimientos achelenses
-Villafrando (Valladolid) Achelense inferior y medio.
- La Maya III (Salamanca) (500.000bp) (OIS13) Achelense inferior.
- La Maya II Finales del pleistoceno medio. Achelense medio.
- La Maya I Inicios del pleistoceno superior. Achelense superior y final.
- Torralba y Ambrona (Soria) y Cuesta de la Bajada (Teruel). Las 3 estaciones no parecen más antiguas
de la fase OIS9 (339-303.00BP), Achelense Medio.
La industria lítica de la Cuesta de la Bajada (Teruel) tiene uno apariencia más arcaica que la de Ambrona y
Torralba, como resultado de las limitaciones impuestas por las materias primas de esa área. Ambrona: tiene
2 complejos y el inferior correspondería a industria plenamente achelenses (Achelense medio y superior). El
superior cuenta con sistema de talla Levallois similares a los de Gran Dolina 10 y 11.
3. Litoral atlántico portugués y la depresión del Tajo:
-Mealhada, valle de Centura (Oporto): Colección lítica del Achelense medio 300.000bp.
-Alpiarca (en el Ribatejo) cerca de Santander. Cronologías similar en su niveles medios.
-Galeria Pesada, Complejo Almonda (Estremadura portuguesa) (250.000bp).Industrias propias del
Achelense superior y restos humanos (2 piezas dentales atribuidas a una variante evolucionada del Homo
heidelbengensis).
4. Interior peninsular en las cuencas sedimentarias del Tajo y el Guadiana:
Gran riqueza arqueologica en el paleolitico inferior y medio en especial las terrazas de los ríos
Manzanares y Jarama muy alternadas en la actualidad por el crecimiento urbano de Madrid y su área
metropolitana. Según algunos arqueológos el tramos del río Manzanares que actualmente transita por el
interior de la ciudad de Madrid constituyeron un macro por la densidad y calidad de los restos
correspondientes al paleolítico inferior clásico y el musteriense.
Entre los asentamientos más antiguos:
- San Isidro (Nivel inferior): Algunas industrias localizadas podrían remontarse al Achelense inferior desde
un punto de vista tipológico. Pero el grueso de sus industrias encaja mejor en el Achelense medio y Superior
350-300.000bp. Estas industrias son contemporáneos de otras halladas en yacimientos de área como:
Transfera/tafesa; Las Acacias, Arriaga I, Perales del rio y Áridos I yII.
- El Espinar y la Mesa (500.000bp) por localizarse en terrazas altas. Datación meramente orientativa por
escasez de elementos definitorios o fósiles directores.
- El Pinedo (Toledo) (320.000bp). Anteriormente datado más antiguo por las limitaciones técnicas debidas
a las materias primas. Un yacimiento similar en cuanto a su contenido y datación es Puente Pino (Toledo).
- Monte do Famaco (Portugal), el Sartalejo (Cáceres). En ambos contextos la mezcla de elementos del
Achelense medio con otros más avanzados, incluyendo algunos Musterienses, indicaría un uso prolongado
en el tiempo de estos 2 emplazamientos, por parte de los grupos humanos del Pleistoceno medio y comienzos
del pleistoceno Superior.

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Tema 4. El Paleolítico Inferior clásico

- Los hallazgos ubicados en la cuenca del Guadiana son más escasos.-Laguna Blanca (industrias
tradicionamente atribuidas al achelense antiguo o inferior.
5. Litoral mediterráneo
- Yacimiento en cueva de Cau del Duc de Torroella de Montgri (Gerona): Pleistoceno medio. (128.000bp.
aprox). Industria lítica con evidencias de talla multidireccional y presencia de nucleos levallois. Con esta
ocupación se comparan y relacionan otros yacimentos de la zona como Puig d’ en Roca III, Pedra Dreta
(Gerona), Nerets y Clots de Ballester (Lleida).
Ente los escasos datos de Castellon y Valencia suelen citarse 3 yacimientosen cueva: Tossal de la Font, Cau
d’En bonas y Cova de Bolomor. Los dos primeros se daban a finales del pleistoceno medio y se relacionan
con el Achelense final. Bolomor, secuencia sedimentaria en sus niveles inferiores en torno al OIS9
(Achelense medio). Se trata una de las estaciones junto con gran Dolina 10 y 11, donde se documentan las
evidencias más antiguas de talla levallois documentadas en Europa.
6. Sur de la Península Ibérica
- Segmento litoral comprendido entre la desembocadura del Segura y el Peñón de Gibraltar: Muy limitados
los datos. En contextos fluviales. Pequeñas colecciones con bifaces y hendedores en la cuenca alta de
Guadalhorce (Málaga).
- Regiones litorales e interiores comprendidas entre el Algarve y la cuenca del Segura: Destacar los
vestigios achelenses descubiertos en los tramos medio y bajo del Guadalquivir, entre Jaen y Sevilla.
Enrique Vallespi y sus colaboradores identifican 14 niveles de terrazas, correspondiendo los nºmás bajos a
las más alta y los mas altos a los bajos.
Cronología de los conjuntos líticos:
• Los depósitos de la terraza 10: 300.000bp
• Los depósitos de la terraza 7 y 8: conuntos achelenses más antiguo. Achelense inferior y medio.
• Los depósitos de las terrazas 11 y 12: 1º elementos del achelense final y musteriense.
- Algarve portugués: suelen citarse 2 yacimientos generalmente atribuidos al Achelense medio y superior.
Se trata de Mirouço y Adelia Nova.
- Lengua de Medina (Jerez de la frontera): se documentan industrias de filiación achelense que podrían
corresponder al achelense medio de las secuencias clásicas.
- Depresión de Guadix, Baza: Solana de Zamborino (Granada): La industria lítica se clasificó como
achelense meridional, una variante del Achelense superior establecida por Bordes. Su fauna permite situarlo
cronológicamente entre el final del pleistoceno medio e inicios del superior.
Su industria se caracteriza por la presencia abundante de raederas y denticuladas lo que vincula el yacimiento
con el musteriense de tradición achelense. Si su cronología realmente corresponde a finales del pleistoceno
medio, no es muy diferente a la de otros yacimientos europeos atribuidos a esta variante o facies musteriense.
5. FRANJA SEPTENTRIONAL DE LA PENINSULA IBERICA (Norte de Portugal, Galicia y Cornisa
Cantábrica).
Pocos yacimientos del paleolítico inferior, en contraste con la riqueza que manifiesto para el paleolítico
medio y superior. Por otra parte, los pocos yacimientos conocidas prácticamente los únicos en cueva son los
niveles 23 de El Castillo (Cantabria) y se asocia a musteriense.
Todos los yacimientos conocidos que realmente son del paleolítico inferior, corresponden a momentos
avanzados del pleistoceno medio. Todo ellos unen a “cantos trabajados” a elementos como bifaces,
hendedores y piezas obtenidos por medio de técnicas levallois.
- VII-VI de Lezetxiki (Guipuzcoa): en Lezetxiki se encontraron restos humanos que se tienden a
considerar que representan una variante avanzado de Homo Heidelbergensis.
- Cueva del El Sidrón (Asturias): Exiten unos fósiles que se han clasificado como neandertales aunque
ofrecen algunos rasgos arcaicos. El conjunto lítico de esta cueva se asocia al Musteriense, aunque los fósiles
humanos, representante de varios individuos, no se asocia al conjunto lítico. Aún no está claro si responden a
enterramientos, pero lo cierto es que fueron arrastrados por una colada de barro hasta el interior de la
cavidad.
5. ECONOMIA Y SUBSISTENCIA DE LOS GRUPOS HUMANOS DEL PALEOLÍTICO
INFERIOR CLÁSICO:
CAZA Y CARROÑEO: Se cree que habían combinado la caza con el aprovechamiento oportunista
(carroñeo) de animales fallecidos por causas naturales. Tal es el caso de los elefantes ancianos, que aparecen
asociados a instrumental lítico en numerosos contextos fluviales y cenagosos. Hay datos precedentes de
yacimientos europeos como Boxgrove, Atapuerca que indican que estas poblaciones desarrollaron

29
Tema 4. El Paleolítico Inferior clásico

actividades cazadoras. Se han encontrado lanzas de madera con restos de caballo parecidas a las jabalinas.
En Atapuerca niveles 10 y 11 de Gran Dolina(centro de intervención referencial) ofrecen numerosos restos
de faunas de tamaño medio y medio-grande, con evidencias de haber sido abatidas por seres humanos. En
Galeria, la principal actividad desarrollada fue aprocechar los restos de mamíferos que cayeron en una
trampa natural (cuevas con cobertura superior vertical o chimienea kárstica (torca). Este yacimiento es
definido con “centro de intervención complementario”:
PESCA Y RECOLECCIÓN: Debido a los pocos datos obtenidos no podemos saber la importancia que
pudieron haber tenido actividades como la pesca, recolección de vegetales. Seguro debieron ser importantes
ya que los vegetales son más fáciles de obtener que los animales y la pesca. Una estación donde están
documentadas es en la israelí de Gesher Benot Ya’akov. Se documentan abundantes restos de frutos secos y
oleaginosos (semillas de olivo silvestre), además de semillas de uva silvestre. Todos estos restos se asocian a
yunques y cantos de piedra, con marcas que indican su utilización para romper cáscaras.

6. LAS POBLACIONES EUROPEAS DEL PLEISTOCENO MEDIO Y LA APARICION DE LOS


NEANDERTALES:
El achelense se introdujo en el espacio Europeo acompañando la dispersión del Homo heidelbergensis
llamado a partir de la mandíbula de Mauer (Alemania). A medida que fueron apareciendo más especímenes,
como los cráneos de Petralona (Grecia y Swanscombe (Gran Bretaña) y la colección de fósiles más amplia,
La Sima de los Huesos seguida por la de Caune de l’Arago (francia meridional), a los especialistas
determinaron que era una versión arcaica de los neandertales. Esto ha llegado a proponer la “Hipótesis de
Evolución gradual de los neandertales” o proceso gradual de Neandertalización. Los neandertales no
provienen de Homo antecessor.
a. Neandertales y Homo sapiens ¿Dos especies?
El Homo heidelbergensis europeo evolucionó en Homo neanderthalensis y paralelamente en Africa el Homo
rhodesiensis (variante africana de Homo heidelbergensis) evolucionó gradualmente hacia Homo sapiens
moderno (Humanos Anatómicamente Modernos, HAM).
Según la hipótesis de evolución Gradual de los neandertales, los glaciares y ambientes periglaciares
establecdos en los Alpes y Europa central y septentrional en el transcurso del Pleistoceno medio,
mantuvieron aisladas contemporáneas africanos y asiáticas. Este aislamiento había dado como resultado una
especie endémica, incompatible desde el Homo sapiens. Una vez configurada la morfología de dicha especie,
en alguna fase templada se había extendido hacia Europa oriental, Próximo Oriente y el Caucaso.
Según las comparaciones entre el ADN mitocondrial de las poblaciones actuales con el extraido de fósiles
neandertales indican que el proceso de divergencia entre Homo neanderthalensis y Homo sapiens se inició
entre 500-400.000 Ka BP. Esta separación se había consumado entre 250-200.000bp. También indican que
podrían ser genéticamente eran incompatibles.
Existen opiniones contrarias como las de Eric Trinkhaus y Joao Zhillao, quienes interpretan que se trata de 2
variantes o subespecies de un único taxón. Sus razonamientos se apoyan en el resultado del estudio
anatómico del Niño de Lapedo. Es un esqueleto infantil, hallado en Portugal, la inhumación pertenece al
Paleolítico superior inicial, (Gravetiense). En este individuo se han identificado la combinación de algunos
rasgos morfológicos específicos de los neandertales, con una mayoría de características de los humanos
actuales. Algo sorprendente ya que el enterramiento se sitúa en torno al 25.000bp cuando los neandertales
llevaba extinto algunos milenios.
Para estos investigadores este hecho reflejaría que en las más antiguas poblaciones europeas del Homo
Sapiens existía herencia genética neandertal. La única forma de explicar esto es que ambas poblaciones se
hubieran hibridado, aunque fuera ocasionalmente cuando alcanzaron Europa los primeros HAM.
De todas formas, hay pocos especialistas que compartan esta opinión, la mayoría de los paleontólogos
argumentan que la morfología de un individuo infantil, puede cambiar mucho en el proceso de crecimiento
hasta alcanzar el estadio adulto. Por otra parte, como señalan algunos autores solo podrá discernirse si
neandertales y humanos actuales fueron 2 especies diferentes, desde un punto de vista biológico, cuando
podamos comparar datos genéticos del ADN nuclear. Algo que no es posible con las técnicas actuales de
reconstrucción genética.
b. LA APARICIÓN DE LA MORFOLOGÍA NEANDERTAL:
La evolución morfológica de las poblaciones europeas del Pleistoceno medio se traducen en los cambios
paulatinos que marcan la transición del Homo heidelbergensis a Homo nearderthalensis. A comienzos del
Pleistoceno superior los neandertales aparecen plenamente configurados y se caracteriza por una notable

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Tema 4. El Paleolítico Inferior clásico

homogeneidad en contraposición con la amplia diversidad morfológica que ofrecen los individuos de los
primeros heidelbergensis europeos.
Tal vez entre proceso de homogeneización de los rasgos físicos, que no es más que una manifestación de la
reducción de la variabilidad genética, se relacione con las oscilaciones climáticas del Pleistoceno medio
(aislamiento).

7. EL FINAL DEL ACHELENSE Y LA TRANSICIÓN AL PALEOLÍTICO MEDIO:


No puede establecerse un momento concreto en que el paleolítico inferior dio paso al paleolítico medio. Es
una largo que se inicia poco a poco después de 350.000bp. Concretamente desde la transición entre el OIS 9
y 8 (hacia 303.000bp) con mayor intensidad desde el OIS7 (iniciada en 245.000bp) coincidiendo con el
Achelense superior o final, en las industrias líticas ofrecen cada vez más ejemplos de yacimientos con rasgos
muy similares al posterior musteriense (tecnocoplejo paleolítico medio).
Características:
-utillaje en lascas retocadas más diversificado e instensificado. Mayor manifestación de los sistemas de talla
Levallois. Al mismo tiempo en las regiones con materias primas de buena calidad se mantiene la fabricación
de bifaces (se realizan en formas amigdalenses ocordiformes (amígdala y corazón) y se aprecia una
disminución del tamaño de los bifaces, que paulativamente adquieren morfologías triangulares.
- Transformacion en el comportamiento de los grupos humanos. Coincidiendo con el achelense superior y
sobretodo el final, estos habitantes de Europa parece que recorrieron territorios más amplios, en su búsqueda
de alimento. Estableciendose así redes sociales más extensas algo que podría haber influido en la
homogeneidad morfológica posterior de los neandertales. También cambio en aprovisionameinto de materias
primas estrictamente local, predominante en el Paleolitico inferior hasta el Achelense medio, da paso a una
gestión tecnológica con materias más lejanos desde el achelense superior.
No se puede establecer la transición concreta del palolítico inferior al medio ya que existen yacimientos
donde coexistieron en el tiempo y en el espacio, tecnologías de tipo levallois, cuyo germen se encuentra en
los bifaces (paleolítico inferior clásico). Un ejemplo es Atapuerca, con la dualidad Gran Dolina 11 y10
(Modo tecnológico 3) y Galeria (modo tecnológico 2).
No parece que cada yacimeinto fuera ocupado por grupos con tradiciones culturales o tecnologías diferentes.
Mas bien se cree que dependen de las actividades que se desarrollaban en uno u otro lugar.
Aquellos yacimientos que tuvieron una ocupación más intenso (referencial o residual) albergaron actividades
más diversas, surgiendo la necesidad de contar con un instrumental más variado y estandarizado.

El caso es que desde la transición pleistoceno medio al superior, hace unos 128.000 el pleistoceno se impuso
en toda Europa incluyendo la península ibérica. En ese momento se situa tradicionalmente el límite
convención paleolítico inferior/paleolítico medio, aunque la transición entre uno y otro periodo sea
ciertamente dilatada y resulte prácticamente imposible de establecer cuando termina el 1º y comienza el 2º.

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Tema 7. El Paleolítico Superior medio: Solutrense (20-16 Ky BP)

TEMA 5: EL PALEOLÍTICO MEDIO EN LA PENÍNSULA IBÉRICA

1. INTRODUCCIÓN
General para Europa.
Homo: Neandertal. Homo neanderthalensis
Tecnocomplejo: el más importante EL MUSTERIENSE. En algunas regiones de Europa: MICOQUIENSE.
Utillaje y característica principal: Aparición de industrias líticas de lascas frente a la elaboración de
macroutillaje y bifaces anteriores (achelense).
En la Península Ibérica casi la totalidad de las industrias se incluyen en el MUSTERIENSE.
Características comunes Europa y Península ibérica: innovaciones en la tecnología lítica (lascas), una
actividad plenamente desarrollada, ocupación estable del territorio, por la elevada movilidad o por la
aparición clara de comportamientos rituales y simbólicos.

2. CRONOLOGIA DEL PALEOLÍTICO MEDIO EN LA PENÍNSULA IBÉRICA


Métodos de datación para el paleolítico medio: Para datar este periodo se utiliza el C14, la
termoluminiscencia y el ESR. La razón por la cual se utilizan varios métodos radiométricos para datar
yacimientos de este periodo es que el C14 sólo puede ser empleado hasta el 50.000BP. Esta variación de
métodos provoca sea complicado correlacionar las fechas obtenidas en cada uno de ellos.
Primeros yacimientos con industrias de lascas en la P.I:
-Gran Dolina 10,11 de Atapuerca, Burgos (372-337.000 BP). Se caracteriza por industria sobre lascas con
empleo de método Levallois y sin restos de macroindustria.
-Fase IV de Bolomor, niveles VII-I (121±18.000 BP): Se caracteriza por una industria de formato pequeño
(en relación con etapas anteriores) y donde predominan las raederas, con utillaje muy retocado (lo que es
indicativo de reutilización).
Inicio del paleolítico medio en la P.I: se inicia en el pleistoceno medio dominado por el achelense.
El final del paleolítico medio en la P.I: está en debate. El fin del Paleolítico medio y, por ende, de los
neandertales está ligado a la aparición de los HAM. El Musteriense desaparece en muchas regiones del tercio
septentrional en torno al 40.000 BP y perdura el Musteriense en la zona meridional hasta pasado el 30.000
BP.

3. NEANDERTAL
Los neandertales derivan de las poblaciones de Homo heidelbergensis, produciéndose el cambio entorno a
los 200.000 años y perdurando en la P.I hasta pasado el
30.000 BP.
-El 1ºhallazgo de Homo neanderthalensis en la P.I. se
produjo en la cantera de Forbes en Gibraltar en 1848.
Sin embargo, se tuvo que esperar hasta el
descubrimiento del esqueleto de Feldhofer en Alemania
para ser reconocido.
Características morfológicas:
Cráneo: era grande y bastante alargado. Capacidad
craneal de 1600 cm3. Características propias como un
torus o chiñón occipital muy abultado. Torus supra
orbital bien marcado y formaba un arco por encima de
las órbitas oculares.
Cara: Proyectada hacia delante, provocando que la nariz
se amplie, quedando muy destacada del resto de la cara (prognatismo medio facial), mientras que los
pómulos quedan retrasado la mandíbula, que no tiene mentón, es grande y robusta.
Esqueleto poscraneal: se produce un acortamiento de las extremidades en relación con el Homo
heidelbergensis. Estatura media de 170 cm. Pelvis ancha y el tórax más voluminoso.
Peso: entre los 60 y 90kg
NEANDERTALES EN LA CIENCIA: LA EVOLUCIÓN DE UNA IMAGEN:
Actualmente, se sabe que los neandertales tenían un excelente conocimiento del medio, poseían creencias de
carácter simbólico que enterraban a sus muertos y cuidaban a sus enfermos pero anteriormente ha
existido una tendencia a catalogar a los neardentales como toscos y primitivos.

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Tema 7. El Paleolítico Superior medio: Solutrense (20-16 Ky BP)

Restos de Homo neanderthalensis en la P.I: los restos más abundantes aunque fragmentarios, son las piezas
dentarias o apendiculares (El Castillo o El Salt), aunque se encuentran en fragmentos.
Menos abundantes, son los restos de otras partes del esqueleto:
- BOLOMOR: según algunos autores los restos más antiguos de neandertal en la P.I.
- TOSSAL DE LA FONT (castellón),
- GORHAM’S Gibraltar: húmero encontrado con el resto del 1ºcráneo de esta especie.
- El frontal infantil de la CARIHUELA o la mandibula de ZAFARRAYA (datada en menos de
30.000BP).
- COVA NEGRA registro fósil muy abundante. Su larga secuencia musteriense ha aportado varios restos
musterienses entre los que destacan dos parietales, algunas piezas dentarias, un fémur completo y un
radio, entre otros.
- EL SIDRÓN (Asturias): recientemente descubierto. Se han recuperado más de 800 restos óseos de esta
especie que corresponden, al menos, a 5 individuos (uno infantil, 2 adolecentes y 2 adultos).
Encontrados en posición derivada (no original). Esto justifica la alta fracturación.

4. CARACTERIZACIÓN INDUSTRIAL DEL MUSTERIENSE


Se asocia un útil a un periodo teniendo en cuenta la
proporción de restos encontrados en ese periodo. Esto
no significa que no se encuentren útiles de otros
periodos anteriores o posteriores en el mismo lugar
con la misma datación. Podemos encontrar bifaces
(anteriores) e industrias laminares (posteriores) en
conjuntos musteriense.
La característica principal de las industrias del
paleolítico medio es la generalización de la producción
de LASCAS.
Útiles característicos del Musteriense
Raederas, denticulados, muescas y puntas
musterienses. A estos útiles se le unen piezas
denominadas del paleolítico superior (por ser típicas
de éste) como los raspadores, los buriles o los
perforadores y piezas características de regiones o
fases específicas como pueden ser los hendedores.
• RAEDERAS: utensilios realizados sobre
lascas o sobre hoja con retoque continúo. El
tipo de retoque es el que le da la
caracterización al útil. Diferenciación básica:
o Simple: Retocado por un lado. Doble:
retocado por los dos lados. Raedera
transversal: si el filo distal y
transversal es el que está retocado.
o Dependiendo de su morfología del
retocado existen raederas rectas, convexas o cóncavas, ya sean simples, dobles o
transversales.
o Las raederas, por lo general presentan un retoque en el lado dorsal o superior; cuando esto
no ocurre y el retoque está sobre la cara ventral, hablaremos de raederas sobre cara plana;
también puede ser alterno, bifacial, etc.
• MUESCAS Y DENTICULADOS: utensilios sobre lasca u hoja que presentan una muesca sobre uno
de los filos mientras que los denticulados presentan varias muescas en un mismo filo. Cada uno de
las denticulaciones pueden realizarse mediante un solo golpe (denominándose del tipo claconiense) o
por medio de retoque continuo.
• PUNTAS MUSTERIENSES: son instrumentos realizados sobre lascas u hoja en la que el retoque de
sus lados crea una forma triangular. El retoque puede afectar a todo el lateral o solamente a una parte
de este.
Caracterización industrial del Musteriense según F.Bordes

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Tema 7. El Paleolítico Superior medio: Solutrense (20-16 Ky BP)

• Musteriense de tradición Achelense (MTA):


Conjuntos musterienses con bifaces, pero con cronologías claramente dentro del Würn. Presenta dos
subtipos A y B (siendo el B más evolucionado).
o El MTA A se caracteriza por la existencia de bifaces de tipo cordiforme y triangulares un
índice medio de raederas (entre el 20-45%), desarrollo amplio de los útiles de tipo
Paleolítico superior (raspadores, buriles) y un porcentaje bajo de cuchillos de dorso.
o El MTA B: se caracteriza por la presencia muy baja de bifaces, gran desarrollo de los
cuchillos de dorso, desarrollo laminar de su industria y descenso de los útiles musterienses, a
excepción de los denticulados. Es muy escaso en la P.I.
De tradición achelense (MTA) tipo A tipo B
Bifaces cordiformes y triangulares escasos
Raederas medio (20-45%)
Raspadores, buriles desarrollo amplio
Cuchillos de dorso escaso amplio
Útiles musterienses escasos salvo denticulados
Industria laminar desarrollada
• Charentiense: Se subdivide en dos grupos: Quina y Ferraise
o Quina: se caracteriza por la casi ausencia de los métodos levallois en su producción, con
lascas cortas y espesas. Fuerte proporción de raederas con retoque tipo Quina.
o Ferraise: presenta una fuerte presencia de piezas levallois y gran proporción de raederas
(pero pocas con retoque quina).
• Musteriense típico:
no presenta características definidas y supuso uno de los grupos más conflictivos. Se caracteriza grosso
modo por la ausencia de bifaces, bajo porcentaje de -cuchillos de dorso, porcentaje moderado de
raederas, variable de denticulados y puntas musterienses. Puede tener presencia o no de métodos
levallois. Esta facies ha supuesto de facto un auténtico cajón de sastre en donde se clasifican todas
aquellas industrias que no se encuadran dentro de otras facies. Así tendremos Musteriense típico rico en
raederas, rico en denticulados…
• Musteriense de denticulados
Alto porcentaje de denticulados y muescas y con escasa representación de otros tipos.
• Vasconiense o tipo olha
Se definió como una facies regional de la cornisa cantábrica y del país vasco francés para explicar las
industrias musterienses con hendedores de yacimientos como El Castillo, Olha, Gatzania, Pendo o Cueva
Morin.
Han existido hipótesis para explicar el significado de la variedad tipológica del musteriense. Para Bordes,
cada una de las facies correspondía a una etnia diferente, con un pueblo. Para Buiford cada facies se
diferenciaba por su funcionalidad.
Actualmente no podemos explicar el significado de las facies solo se utilizan para conocer la composición
del conjunto musteriense.

Existen nuevas vías de estudio del Musteriense y sus facies. Para la industria lítica destaca el estudio de
cadenas operativas con las que se confeccionan los diferentes útiles musterienses.

ESQUEMAS OPERATIVOS MÁS REPRESENTATIVOS EN LA P.I.


- DISCOIDE: Muy extendido en la P.I, presente en la mayoría de yacimientos de este periodo. Se trata
de extraer lascas a partir de núcleos con dos superficies. Compuesto por dos superficies asimétricas, con
la línea de intersección entre estas como características esencial de este tipo de esquema y, además,
presenta gran posibilidad en el concepto y en la gestión del volumen del núcleo. Presenta dos direcciones
de talla: tangencial o cordal y centrípeta. La técnica empleada durante todo el proceso es la percusión
directa con percutor duro. El esquema operativo Discoide presenta varios métodos, de ellos,
descartaremos el unifacial (una especie sirve como plomo de percusión y otra como plano de
lascadodurante todo el proceso) y el bifacial (ambas caras pueden tener ambas funciones durante la
secuencia de talla).
- LEVALLOIS: es el esquema estrella de producción de lascas durante el paleolítico medio por el
hecho de haber sido muy pronto identificado y valorado con rango de marcador cultural. Se caracteriza

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Tema 7. El Paleolítico Superior medio: Solutrense (20-16 Ky BP)

por una serie de criterios tecnológicos de los que debemos destacar 3: la existencia de convexidades
laterales y distales antes de extrer una lasca Levallois, que el eje de percusión debe ser paralelo o
subparalelo al eje que forma la arista que separan el plano de percusión del plano de lascado y que la
técnica empleada sea la percusión directa con percusor duro.
Existen varios métodos dentro de la concepción Levallois y se pueden dividir en lineales o recurrentes.
Lineales: se caracteriza por sacar una sola lasca por superficie preparada (fig 5.4), y está formado por los
métodos de Lasca preferencias y el de puntas Levallois. Recurrentes: llamado así porque se puede sacar
más de una lasca levallois por serie, está compuesto por los métodos Levallois recurrente unipolar,
bipolar y centrípedo. (fig. 5.5)
- QUINA: dos ejes morfológicos guían el desarrollo de la producción, estos son el eje longitudinal (de
mayor tamaño) y un eje perpendicular al primero (de menor tamaño).Debe tener, como mínimo dos
superficies de explotación. Estas son adyacentes y secantes (fig5.6). Para la producción de lascas una de
las dos superficies proporciona lascas en dirección paralela a el eje longitudinal ( el de mayor longitud),
mientras que la 2ºsuperficie proporciona lascas a partir del eje menor, pero la dirección de obtención de
las mismas es secante en relación con el eje de este lado menor. Las superficies no están jerarquizadas, es
decir, pueden intercambiar sus papeles durante todo el proceso de talla. Los soportes obtenidos son
espesos, sobre todo, en la zona del talón.

5. DISPERSIÓN GEOGRÁFICA DEL MUSTERIENSE


Los yacimientos musterienses en la P.I son muy numerosos en casi todas las regiones. Existen yacimientos
en cueva o abrigo y al aire libre (fig. 5.7). Utilizan más cuevas y abrigos que en el P. Inferior donde el uso de
este tipo de hábitat era muy escaso.
- Yacimientos en cueva o abrigo: se suelen localizar dentro de la región caliza peninsular.
- Yacimientos al aire libre: se ubican generalmente en los cursos fluviales.
La cornisa cantábrica
Se relaciona con el suroeste francés por su similitud en industria y tipología.
Yacimientos con amplias secuencias estratigráficas como pueden ser La Viña o El Conde de Asturias, Cueva
Morin, El Castillo, El Pado o El Esquieu en Cantabria, o Lezetxiki, Arrillor o Axlor en el Pais Vasco.
Caracterización industrial: la mayoría pertenecen al Musteriense de denticulados, Charentiense o Típico.
Son típicos en algunos yacimientos los hendedores formando, lo que se denominó, Vasconiense.
El valle del Ebro:
Yacimientos: Cueva o Abrigo: Peña Miel (la Rioja), Roca del Bous l’Estret de Tragó (Lérida), Los Moros de
Gabasa (Huesca). Al aire libre: Cuesta de la Barjada (Teruel).
Caracterización industrial: musteriense quina los más destacados.
Levante:
Yacimientos y caracterización:
• Musteriense Quina: Ermitons, L’ Arbreda (Girona), Mediona I (Barcelona), Cova Negra
(Valencia), el Salt, Cova Beneito y Bolomor (Alicante).
• Musteriense de denticulados: Abric Romani (Barcelona)
Andalucía:
Yacimientos y caracterización: Solana de Zamborino, La Carihuela (niveles de Musteriense Típico) o cueva
Hora (Granada), Las Grajas y Zafarraya (Málaga) o Gorham’ss Cave y Devil’s Tower (Gibraltar).
Portugal
Yacimientos. En cueva: Furninha, Columbeira, Figuira Brava o Caldeirao, Al aire libre: Vilas Ruivas o Foz
de Enxarrique.
La meseta:
Yacimientos. En cueva: Atapuerca (TD10 y TD8), la Ermita, Cueva Millan (tipo Quina) y Valdegoba
(Burgos) y los Casares (Guadalajara). Al aire libre: Arriaga II. Porzuna (Ciudad Real). Gran nº de
yacimientos

6. BASES DE SUBSISTENCIA
Los restos de hábitat de los neandertales en la P.I nos indican que colonizaron muy diferentes regiones y
ecosistemas.
CAZA Y CARROÑEO:

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Tema 7. El Paleolítico Superior medio: Solutrense (20-16 Ky BP)

Cazaban y carroñeaban. En principio se creía que solo carroñeaban porque los útiles que se encontraban eran
más defensivos que ofensivos. Pero existen yacimientos desde el pleistoceno medio con evidencias de lanzas
de madera listas para ser arrojadas y restos de équidos con puntas clavadas sobre sus vértebras además un
estudio sobre lanzas y puntas líticas abogan por el empleo intensivo de la caza. Existen yacimientos con
especies catalogadas como peligrosas o de difícil captura (cabra montés) lo que le atribuye estrategias de
especialización en la caza. Yac. Moumar (bisonte).
Hay mucha variedad de especies consumidas por los neandertales en cuanto a nº de especies en general, y
dentro de los yacimientos:
- El ciervo, el caballos y los bóvidos (bisontes, uro): yacimientos situados cerca de valles y lugares
más o menos abiertos. Cueva Morin o El Castillo.
- Gran variedad de especies: en yacimientos en zonas de roquedo. Zafarraya, los Casares, Amalda,
Axlor o Esquilleu.
- Restos de tortuga y lagomorfos: Cova Negra y la Carihuela.
- La megafauna: Elefante: Arriaga II, con una pequeña ocupación humana en torno a restos de
elefante. Fragmento de elefante en el yacimiento portugués de Enxarique. Rinoceronte: El Castillo o el
Abric Romaní. Se cree que fue mediante carroñeo.
PESCADO Y VEGETALES:
Además del consumo cárnico, los neardentales se alimentaron de pescado (yac. El Castillo) o de vegetales.
El problema de los vegetales es que no existen restos pero si utensilios que pudieron ser empleados como
moldes de palos cavadores recuperados en el yacimiento catalán del Abric Romaní. El empleo de los mismo
podría ser para acondicionamiento del propio yacimiento o para la adquisición de tubérculos y raíces, por
grupos de cazadores recolectores en la actualidad.

7. ESTRUCTURAS DE HABITACIÓN
Los neardentales habitaron ecosistemas diferentes así como lugares de habitación diversos bien en
cuevas/abrigos o bien al aire libre. También acondicionaban los lugares dónde montaban sus lugares de
habitación para hacerlos más cómodo para adaptarlos a sus necesidades.
Hogares o estructuras de combustión: El resto arqueológico más común en los lugares de habitación es el
hogar o estructura de combustión. Muchas veces encontramos la estructura del fuego, y en otras ocasiones,
las más numerosas, se evidencia los restos de carbón o el sedimento rubefacto a causa del calor de los
hogares.
Restos de estructuras combustión: El Castillo o Cova Negra. Son de combustión simple y sin preparación del
suelo. El que más restos es el Abric Romani. Encontramos 3 tipos:
• Simples: sin acondicionamiento del suelo.
• En depresiones naturales: aprovechando la topografía del yacimiento.
• En estructura: generalmente con hoyo excavado sobre el que se realiza el fuego y delimitado
mediante piedras y/u otro tipo de estructuras.
Estructuras de habitación: son aquellos que modifican el espacio para acondicionarlo o las actividades
realizadas por grupos prehistóricos. Para resguardarse, dormir o realizar algún tipo de actividad como
procesar biomasa, preparar pieles o confeccionar instrumentos.
En la P.I existen 2 ejemplos: en cueva y al aire libre.
• Cueva Morin (en cueva): Especie de recinto parcialmente destruido con un contorno arqueado que
cierra el acceso al interior de la cueva mediante el apilamiento de piedra. El recinto debía tener una
extensión entorno 6,5 m2 y el borde de la zona en la que se conservaba medía más de 3 metros y medio
de longitud. Es una estructura donde se trataban las pieles de las piezas abatidas por los utensilios líticos y
oseos encontrados en el interior.
• Vilas ruivas (Valle del Tajo) (Al aire libre): 50-60.000BP Son dos arcos formados por cantos de
cuarcita y cuarzo amontonado, de dimensiones que sobrepasas, en la mayoría de los casos, el decímetro.
El mayor de los arcos se abre al Oeste y contiene 2 estructuras de combustión en el interior, ambas
delimitadas por piedras. Alrededor de los hogares se localizaron varios agujeros de poste. El arco menor
está mejor definido y contiene en su interior una estructura de combustión también delimitada por cantos
de menor tamaño. La industria lítica asociado estaba compuesta por algunos núcleos Levallois y
discoides, lascas y pocos utensilios (raederas y denticulados sobre todo).Se cree que es una especie de
paravientos.

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Tema 7. El Paleolítico Superior medio: Solutrense (20-16 Ky BP)

Existen otros yacimientos en los que hay estructuras más o menos evidentes pero de difícil interpretación
como el de Arriaga II (Madrid). En este yacimiento junto a los restos de elefante, en cuyos alrededores se
produjo una pequeña ocupación humana apareció un pequeño agujero de morfología cilíndrica.

8. EL MUSTERIENSE FINAL
Es un hecho cronológico. Son los conjuntos musterienses de menos de 500.000 años. Es una división
arbitraria para poner en relación los conjuntos industriales de esta cronología en relación con el Paleolítico
Superior y para diferenciarlo de momentos anteriores del Musteriense que se denomina Paleolítico medio
clásico.
En la P.I, el musteriense final, además de ser un marcador cronológico tiene un papel muy importante en
cuanto al final de los neandertales y el origen del Paleolítico Superior. Se diferencian dos zonas:
La cornisa cantábrica:
Yacimientos: La Viña, El Conde, La Güelga (Asturias), El Castillo, Cueva MOrin, Esquilleu, Covalejos, El
Morón (Cantábria) y Lezetxiki, Axlor o Arrillos en el Pais Vasco.
-Innovaciones de carácter tecnológico: pequeña introducción laminar entre el conjunto lítico tallado, de
hojitas en su mayoría. Las producen aprovechando fragmentos líticos desechados y su producción es escasa
o bien están obtenidas a partir de esquemas de producción plenamente desarrollados. Las hojitas obtenidas
no son muy numerosas, pero algunas de ellas están retocados en utensilios muy similares a las hojitas dufour
(características del Auriñaciense arcaico).
-Innovaciones de carácter simbólico: este tipo de manifestaciones se han venido asignando al
comportamiento de los humanos modernos, pero no es raro en el Musteriense.
Existen dos yacimientos con importantes restos. El 1º nivel 21 de Castillo en dónde fue recuperado un
fragmento de núcleo en cuyo dorso cortical aparecieron 5 puntos: 4 alineados y uno opuesto a ellos. Estas
puntuaciones solo pueden ser de origen antropico. No sabemos el significado.
Niveles III y IV Yacimiento de Lezetxiki, conchas pulimentadas y con posibles huellas de preparación para
ser suspendidas a modo de collares.
El resto de la Península ibérica:
Yacimientos: Abric Romaní, Ermitons en Cataluña, Cova Negra en el País Valenciano, La Carihuela,
Zafarraya en Andalucia, los yacimientos de Gibraltar, Foz de Enxarrique o Figueira Brava en Portugal.
-Innovaciones de carácter tecnológico: en el resto de la p.i no existe ningún aspecto innovador relevante. Por
mencionar algún cambio, podría ser, el aumento de sílex frente a otro tipo de rocas empleadas como La Roca
dels Bousn (Lérida) o el empleo de puntas de Chatelperrón en algunos yacimientos de noreste como
Ermitons o Belvis (este último en al norte de los Pirineos).
Desde un punto de vista cronológico, en el resto de la península ibérica, sobre todo en el sur, el musteriense
final perdura hasta los 30.000 BP.

MUSTERIENSE FINAL
Cornisa Cantábrica: La Viña, El Conde, El Castillo, Cueva Morín, Covalejos, Lezetxiki, Axlor
Cataluña: Abric Romaní, Ermitons
Valencia: Cova Negra
Andalucía: La Carihuela, Zafarralla
Portugal: Figueira Brava
Gibraltar: Gorham’s Cave

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Tema 7. El Paleolítico Superior medio: Solutrense (20-16 Ky BP)

TEMA 6.
EL FINAL DE LOS NEANDERTHALES. PALEOLÍTICO SUPERIOR INICIAL: 40.000 - 20.000A.
BP
Examen:
• El Chatelperroniense: estado de la cuestión.
• Cuestiones compartidas con el tema 5:
• La cuestión de la transición Paleolítico Medio-Superior.
• La cuestión de la transición Paleolítico Medio-Superior en la cornisa cantábrica.
• Los últimos neanderthales.
• Cuestiones de síntesis de distintos temas:
• La Cueva de El Castillo (hasta ahora no ha entrado como pregunta teórica, pero sí como lámina a
comentar).
Para el análisis de la transición entre Paleolítico Medio y Superior, existen varias hipótesis entre las cuales
destacan:
• HIPÓTESIS RUPTURISTA: los humanos modernos son los portadores de la cultura material del
“Auriñaciense” (a partir del 40.000 - 39.000 BP. Los neandertales imitarán esta tecnología aunque
con resultados un poco más toscos representándose con la “tecnología transicional“ como
Chatelperroniense, Uluzziense, Szeletiense.
• HIPÓTESIS CONTINUISTA: la tecnología del paleolítico superior inicial proviene del sustrato
MUSTERIENSE

1. La transición Paleolítico Medio-Superior

Como ya se ha explicado en el tema anterior, la península Ibérica es una de las regiones clave para el
conocimiento del paso del Paleolítico Medio al Superior. Sin embargo, la investigación tiene varias
dificultades para la obtención de un conocimiento completo del proceso:
• La escasez de yacimientos del período, y el hecho de que pocos de ellos tengan secuencias
estratigráficas suficientemente amplias para tener un conocimiento global del proceso de transición.

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Tema 7. El Paleolítico Superior medio: Solutrense (20-16 Ky BP)

• Además, muchas de ellas se encuentran en cuevas, correspondiendo por tanto a regiones calizas, y
existiendo un gran vacío para esta época en zonas silíceas y arcillosas, lo que posiblemente no
implica una despoblación real.
• La situación de este período en el límite de fiabilidad de las dataciones por C14. Esto no permite una
cronología absoluta segura. Además, este método de datación debe aplicarse a materiales de
naturaleza diversa, que pueden haber sufrido procesos de desintegración diferenciados.
• La obtención de la mayor parte del repertorio industrial existente en los primeros tiempos de la
investigación arqueológica, sin métodos suficientemente adecuados, lo que no permite desarrollar
una contextualización segura de los restos.
Por otra parte, la frontera del Ebro determinó la coexistencia en el norte de la Península de Musteriense con
elementos simbólicos abstractos (v. tema anterior) y Auriñaciense inicial, mientras que al sur del río se
mantiene el Musteriense pleno unos 12.000 años más. Esto no excluye la existencia de contextos plenamente
musterienses en la misma franja cantábrica, contemporáneos de las primeras muestras del Paleolítico
Superior. Por ello, algunos autores cuestionan la validez del modelo de la frontera del Ebro, argumentando
que los ecosistemas y las biomasas de ambas orillas no eran tan radicalmente diferentes. Se trata, pues, de un
problema de gran complejidad.
Para el estudio de este período transicional conviene dividir la Península en tres grandes regiones, dos al
norte y una al sur de la frontera del Ebro: la cornisa cantábrica y el Pirineo occidental y central, Catalunya, y
el resto del territorio.

1.1. Cornisa cantábrica; Pirineo occidental y central.


En esta región tan compartimentada por la orografía coexisten varios complejos culturales: Musteriense
final, Auriñaciense de Transición, y Perigordiense Inferior o Chatelperrroniense.
• El Musteriense final en la cornisa cantábrica está muy localizado en algunos yacimientos, pero es
en ellos muy tardío, abarcando casi
completamente el período de transición
(40.000 - 30.000 a. BP). Se caracteriza por
la introducción de la tecnología laminar
en contextos musterienses, así como por
los elementos de simbolismo abstractos
tratados en el tema anterior. Ahora bien,
en numerosos otros yacimientos de la
región el Musteriense desaparece h.
40.000 a. BP, siendo reemplazado por los
otros dos complejos culturales.
• Auriñaciense de Transición: se encuentra
documentado especialmente en la Cueva de
El Castillo (Cantabria), cuya secuencia
estratigráfica es muy amplia. Aquí, el
Auriñaciense de Transición se caracteriza
desde el punto de vista cuantitativo por el
predominio de industrias del Musteriense
final. Pero, en el aspecto cualitativo, lo más
significativo es la introducción de
productos típicamente auriñacienses:
raspadores, buriles, y una incipiente
industria ósea de azagayas y punzones.
Lo más importante de este complejo es la
aparición de elementos simbólicos
encuadrables en el Paleolítico Superior. Consisten en líneas pintadas e incisas sobre diversos
soportes, que configuran signos, algunos de los cuales pueden identificarse como miembros de
animales.

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Tema 7. El Paleolítico Superior medio: Solutrense (20-16 Ky BP)

• Perigordiense Inferior o
Chatelperroniense: es una
cultura muy poco presente en la
península Ibérica, a pesar de la
atribución antigua de numerosos
yacimientos a ella, actualmente
cuestionada. Su cronología se
sitúa hacia el final del período de
transición. El fósil directos de este
tecnocomplejo es la punta
chatelperroniense, que sin
embargo se encuentra en
proporción baja en los
yacimientos peninsulares; los
buriles y raspadores son muy
escasos; el grueso del repertorio
son elementos musterienses.
Como en las estaciones del
Chatelperroniense francés, en
las españolas la industria ósea es
escasa y rudimentaria.
Tradicionalmente se ha considerado que el Paleolítico
Superior se caracteriza por una cuidada selección de las
materias primas para la industria lítica, y por una
actividad cinegética selectiva y especializada. En la
cornisa cantábrica española, sin embargo, estos
fenómenos se observan ya desde el Musteriense pleno,
por lo que no pueden considerarse aquí rasgos específicos
del Paleolítico Superior.

1.2. Catalunya.
Esta región se caracteriza por un Musteriense final sin
innovaciones técnicas, que finaliza h. 40.000 a. BP. Tras
él, se introduce un Auriñaciense de Transición similar al
cantábrico. Aquí sí es significativa del Paleolítico
Superior la búsqueda selectiva de la materia prima, con la
obtención del sílex a veces en lugares muy alejados de los
asentamientos.

1.3. Sur de la frontera del Ebro.


Aquí el período estudiado es especialmente interesante, por cuanto no se dan fenómenos transitorios
como en el norte del río. El Musteriense final se prolonga hasta 30.000 a. BP sin aportaciones del
Paleolítico Superior. Hacia esta fecha es sustituido por un Auriñaciense pleno acorde con las tecnologías
contemporáneas del norte del Ebro y el resto de Europa occidental.

Los yacimientos más importantes de esta fase final de los neanderthales mediterráneos son, entre otros,
La Carihuela (Granada) y Gorham’s Cave (Gibraltar). Durante toda esta etapa se conservan fenómenos
claramente asociados al Musteriense; entre ellos:
• Menor selección de la materia prima, empleándose principalmente el cuarzo y la cuarcita, frente
al sílex que predomina en el Paleolítico Superior.
• Asentamientos preferentes en las terrazas de los cursos medios de los grandes ríos, frente a la
ocupación de valles secundarios propia del Paleolítico Superior.

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Tema 7. El Paleolítico Superior medio: Solutrense (20-16 Ky BP)

Se deduce de ello que ambas etapas corresponden a grupos humanos con necesidades netamente diferentes,
como prueba el hecho de que son raros los yacimientos en que se han encontrado restos tanto del Paleolítico
Medio como del Superior.
Así pues, el Musteriense del sur de la frontera del Ebro tiene más afinidad con el Paleolítico Inferior que con
el Superior.

2. Paleolítico Superior Inicial: Auriñaciense: h. 40.000 - 30.000 a. BP


El comienzo del Paleolítico Superior en la península Ibérica está poco documentado, concentrándose
además sus yacimientos en las regiones costeras. Por otra parte, no hay restos humanos asociados a estas
industrias. Tradicionalmente han sido atribuidas al Homo sapiens sapiens, por analogía con otros
yacimientos europeos.
El Auriñaciense presenta tres fases: Arcaico, Antiguo y Evolucionado.

2.1. Auriñaciense Arcaico: h. 40.000 - 35.000 a. BP.


Se encuentra solamente al norte de la frontera del Ebro, y se relaciona industrialmente con el sur de
Francia. Su característica fundamental es la producción laminar, obtenida por la reducción progresiva
de las lascas empleadas como materia prima. Así, se conservan en proporción importante los útiles del
sustrato musteriense (raederas, denticulados y muescas). Pero aparecen con una gran importancia ya
elementos plenamente integrados en el Paleolítico Superior: hojitas Dufour, raspadores y buriles.
• Las hojitas Dufour son de muy pequeño tamaño, y pueden tener un perfil recto o curvo con
torsión, correspondiendo el primero al Auriñaciense Arcaico y el segundo al Evolucionado; tienen
los bordes retocados.
• Los raspadores son carenados (con el frente ovalado o circular), o en hocico (con el mismo tipo de
frente, pero adquiriendo forma prominente debido a muescas que lo enmarcan en su base).

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Tema 7. El Paleolítico Superior medio: Solutrense (20-16 Ky BP)

La industria ósea es escasa, y consiste principalmente en azagayas. Los yacimientos más destacados son El
Castillo y Cueva Morín (Cantabria) y Abric Romaní (Barcelona). Esta fase se inicia primero en
Catalunya, uno de sus focos más antiguos en Europa.

2.2. Auriñaciense Antiguo: h. 30.000 a. BP.


Se centra en las mismas regiones, y casi
exactamente en los mismos yacimientos.
La caracterización industrial no es
esencialmente diferente de la del
Auriñaciense Arcaico, aunque son más
raras las hojitas Dufour y más
abundantes los raspadores,
especialmente los carenados. Las piezas
del sustrato musteriense se mantienen en
proporciones muy variables. El elemento
definidor de esta fase pertenece a la
industria ósea, y es la azagaya de base
hendida.

2.3. Auriñaciense Evolucionado: h.


30.000 a. BP.
Tiene una especial importancia en la
península Ibérica, puesto que es el
momento en que la industria del
Paleolítico Superior se extiende a todo el
perímetro costero; se puede suponer
también su presencia en el interior
peninsular, aunque los fenómenos erosivos
hayan dificultado el hallazgo de
yacimientos. Se trata, por tanto, del
momento de reemplazo del Paleolítico Medio por el Superior al sur de la frontera del Ebro.

Su repertorio tecnológico se caracteriza por la abundancia de raspadores, predominando los de hocico


sobre los carenados; las hojitas Dufour son muy escasas; los útiles del sustrato musteriense tienden a
escasear y a realizarse sobre rocas de inferior calidad; la industria ósea es aún escasa, y consiste en
azagayas de base losángica y sección ovalada o aplanada.

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Tema 7. El Paleolítico Superior medio: Solutrense (20-16 Ky BP)

3. Paleolítico Superior Inicial: Perigordiense Superior o Gravetiense: h. 29.000 - 20.000 a. BP

Al igual que el Auriñaciense Evolucionado, el Gravetiense


se encuentra en todas las zonas costeras de la península
Ibérica, clasificándose en tres facies: la cornisa cantábrica,
la cuenca mediterránea, y el Atlántico portugués. Cada una
de ellas tiene un proceso evolutivo diferente, enmarcándose
globalmente entre 29.000 y 20.000 a. BP. En otras regiones de
Europa occidental el Gravetiense es un período de gran
desarrollo industrial y cultural; no así en la península
Ibérica, aunque esto puede deberse a una deficitaria
conservación de los restos.
• En la facies cantábrica destacan los yacimientos de
Cueva Morín y Cueva de El Castillo (Cantabria).
Aquí, como en Francia, el fósil director del período es
la punta gravetiense; este útil es una hoja de bordes
retocados más o menos rectilíneos, extremo distal
apuntado, y extremo proximal apuntado o
redondeado; su perfil lateral presenta una curvatura
característica, debida al uso de estas piezas
emparejadas y fijadas a un astil de hueso o madera.
Otro tipo de puntas característico del Gravetiense es el
de las pedunculadas; se trata de una hoja de forma
general apuntada obtenida mediante retoque
simple; la base forma un pedúnculo de sujeción
realizado con retoque abrupto. Completan el
Gravetiense cantábrico los buriles y raspadores.

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Tema 7. El Paleolítico Superior medio: Solutrense (20-16 Ky BP)

• El Gravetiense mediterráneo, en contraste con el cantábrico, es más pobre. Se mantienen aquí las
puntas gravetienses, los raspadores y los buriles. La industria ósea es escasa, siendo su elemento
más importante la azagaya de base biselada.
• En Portugal hay una importante industria del sustrato musteriense sobre lasca (muescas y
denticulados); destacan también las puntas gravetienses.

4. Medios de subsistencia. Estructuras de habitación. Enterramientos


El Auriñaciense no muestra gran diferencia en este aspecto respecto al Musteriense final. Así, se capturan los
animales propios del entorno (cérvidos, équidos y bóvidos en los valles y llanuras; cápridos en las
montañas), empleando las estaciones más propicias para ello. Hay también un aporte aún muy moderado de
peces y moluscos. Excepcionalmente, en la cornisa cantábrica se encuentran restos de fauna más variados,
como mamuts, rinocerontes, algún carnívoro e incluso un cachalote (quizá muerto de forma natural en la
playa). En algunos casos, como los carnívoros, su presencia en los yacimientos no indica necesariamente su
captura, sino que puede encontrarse allí por su propia actividad de merodeo.

Durante el Gravetiense, se advierte ya cierta especialización en la caza, existiendo numerosos yacimientos


con un claro predominio de una especie, sobre todo en las áreas montañosas. Las estructuras de habitación
son muy abundantes en otras zonas de Europa occidental a partir del Paleolítico Superior Inicial. No así en la
península Ibérica, donde son escasas. Consisten principalmente en restos de hogares, a veces tan simples
como la mera acumulación de carbones asociados o no a estructuras de protección del fuego o huesos.

El yacimiento de habitación más importante de la Península para este período es Cueva Morín, aunque su
conocimiento es inseguro debido al uso de técnicas de excavación inadecuadas en el momento de su
descubrimiento. Consta de alguna forma de estructura, sin que se pueda conocer su método de techado,
ya que los agujeros de posibles postes no están junto a la estructura en el interior de la cueva, sino fuera de
ésta, con finalidad desconocida. En el fondo de la habitación hay un hogar en cubeta, con un canal al exterior
quizá para la oxigenación del fuego.

También en Cueva Morín se encuentra un grupo de enterramientos en fosa del Gravetiense. Se trata de
cuatro tumbas, dos de las cuales fueron gravemente alteradas para la excavación subsiguiente de las otras
dos. Aquí se produjo un fenómeno excepcional: no hay ningún resto de los cuerpos inhumados, sino
solamente moldes de los mismos producidos por la acumulación de sedimentos arcillosos sobre ellos;
algunos animales depositados como ofrendas han producido también moldes vacíos. Dado que estas tumbas
pertenecen al Gravetiense, fueron tradicionalmente atribuidas al Homo sapiens sapiens, ya que el
Paleolítico Superior se relacionaba automáticamente con esta especie. Sin embargo, el conocimiento actual
de la complejidad de la transición entre el Paleolítico Medio y el Superior, y del reemplazo del hombre
de Neanderthal por el de Cromagnon, cuestiona la clasificación biológica inicial de estas tumbas. Por
otra parte, tampoco los moldes conservados permiten una atribución segura.

El mismo problema existe en el enterramiento más importante de esta época en la Península, el Niño de
Lapedo (Lagar Velho, Portugal), correspondiente también al Gravetiense. El cuerpo está depositado sobre
la espalda en un borde de la cueva, y cubierto con un sudario impregnado en ocre, sustancia que se ha
encontrado por toda la tumba. Junto al cuerpo hay ofrendas animales. En la base de la fosa hay restos de
carbón, lo que es un indicio de un posible uso ritual del fuego previo a la deposición del cuerpo.

Este niño presenta rasgos intermedios entre el neanderthal y el Homo sapiens sapiens, habiéndose
planteado la hipótesis de ser el resultado de una antigua hibridación de ambas especies, puesto que la
datación absoluta parece situarlo después de la extinción del Homo sapiens neanderthalensis. Ahora bien, la
posibilidad genética de la hibridación no se ha confirmado aún, y además hay que tener en cuenta que la
morfología infantil puede sufrir variaciones durante el crecimiento. Por ello, la clasificación biológica de
este niño no se puede asegurar aún.

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Tema 7. El Paleolítico Superior medio: Solutrense (20-16 Ky BP)

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Tema 7. El Paleolítico Superior medio: Solutrense (20-16 Ky BP)

TEMA 7. PALEOLÍTICO SUPERIOR MEDIO: SOLUTRENSE: 20.000 - 16.000 A. BP

1. PRESENTACIÓN, DISPERSIÓN GEOGRÁFICA Y CRONOLOGÍA


Encuadramos el Solutrense dentro del Paleolítico superior, en el que se aprecian grandes cambios en la
industria lítica y que fue estudiado y organizado a partir de la secuencia estratigráfica de diversos
yacimientos franceses (CHÂTELPERRON, AURIGNAC, LA GRAVETTE, SOLUTRÉ y LA
MADELAINE) por el abate H. Breuil primeras noticias en 1912 (El Paleolítico Superior es el periodo que
mejor se conoce, a pesar de ser el menos dilatado en el tiempo. En la Península Ibérica, hacia el siglo XX, se
ponen al descubierto los yacimientos más importantes por: F. Jordá, J. Carballo o Barandiarán.

Principales yacimientos
Es un periodo problemático del Paleolítico Superior debido a:
• Dificultad del establecimiento de unos límites cronológicos precisos, su origen y final
• Discusión sobre valor estético de algunos de sus elementos industriales (puntas foliáceas).
En cuanto a la cronología, ésta es aún discutida para los valores absolutos; en cambio, la cronología relativa
está clara por la ubicación estratigráfica entre el Gravetiense y el Magdaleniense (Paleolítico Superior Inicial
y Reciente, respectivamente).
El origen del Solutrense se ha situado tradicionalmente en Francia. Para la península Ibérica existen las
siguientes Hipótesis.
• Cornisa Cantábrica, mismo origen que el Francés.
• Resto Regiones.
A. Hipótesis origen local, cultura no con un único foco originario.
B. Hipótesis de un posible origen norteafricano. basada en cierta afinidad morfológica de las
puntas pedunculadas en ambas orillas del estrecho de Gibraltar.
Característica técnica más importante de este periodo es el retoque plano generalmente invasor para
confección de puntas líticas, diferencias morfológicas en dichas puntas clasifican este periodo en;
• Solutrense Inferior destaca por las puntas cara plana retoque unifacial Hoja de Sauce.
• Solutrense Medio retoque plano retoque bifacial (Hoja de Laurel).
• Solutrense Superior, se produce una diversificación regional de las puntas, adquiriendo una
morfología especial en sus bases, destaca; Cantabria con punta de muesca y base con pedúnculo, en
resto de la Península punta de aletas y pedúnculo.

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Tema 7. El Paleolítico Superior medio: Solutrense (20-16 Ky BP)

El Solutrense está presente en toda la península Ibérica. Hay una gran cantidad de yacimientos en las
regiones periféricas, siendo muy escasos en la Meseta. Pudiendo deberse a una historia de la
investigación diferenciada, que se ha centrado más en el periferia. Por otro lado El Solutrense es una época
de desarrollo demográfico en las penínsulas mediterráneas de Europa, incluida la Ibérica, debido a que la
situación glaciar obligó a las comunidades a concentrarse en el sur.
DISPERSIÓN GEOGRÁFICA
El Solutrense se sitúa globalmente en la Península entre 20.000 y 16.000 a. BP. El Solutrense de la península
Ibérica se divide en tres focos regionales:
• La cornisa cantábrica,
• La costa mediterránea incluyendo el golfo de Cádiz, y
• La costa portuguesa.
La cornisa cantábrica, comienza con el solutrense Medio (Las Caldas) al que le sigue el Solutrense
superior, terminando con el Solutrense terminal (Las Caldas, Chufin y La Rivera), mientras que en resto de la
Península si encontramos un Solutrense Inferior. En la cornisa cantábrica es más antiguo que en el resto de
la Península, aunque esas primeras muestras cantábricas corresponden, como ya se ha dicho, al Solutrense
Medio y no al Inferior. Hay un incremento en el nº de yacimientos respecto al periodo precedente. Los
investigadores lo ligan a;
• Incremento demográfico.
• Rigurosidad del clima en norte de Europa y movimiento demográfico hacía en Sur.
La costa mediterránea muestra un Solutrense inicial (Parpalló y Mallastes), S. medio (Mallastes y Cueva
Ambrosio), superior (Parpalló, Mallastés, Cueva Ambrosio y l’Arbreda) y superior evolucionado).
La costa portuguesa muestra un solutrense medio y superior.
En el interior de la Península encontramos el solutrense superior en Chaves (Huesca).

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Tema 7. El Paleolítico Superior medio: Solutrense (20-16 Ky BP)

2. CARACTERIZACIÓN INDUSTRIAL
El Solutrense se caracteriza por la industria lítica (puntas foliáceas) y poca presencia útiles óseos, presenta
una falsa homogenización técnico-tipológica debido a la importancia de las puntas de proyectil que son la
base de su periodización.
Se analizan aquí las tres áreas comentadas: la cornisa cantábrica, la cuenca mediterránea y la costa
portuguesa.

2.1. Cornisa cantábrica.


• El Solutrense Inferior no existe aquí, o bien es
desconocido.
• El Solutrense Medio se define por
1. Industria lítica foliácea de mayor tamaño
que en épocas posteriores; abundan las puntas de
proyectil, lascas voluminosas y son escasas las hojas
y hojitas.
2. El fósil director es la hoja de laurel con
retoque plano invasor bifacial.
3. En la industria ósea predominan las azagayas
irregulares de base cónica redondeada.

• El Solutrense Superior tiene las siguientes


características

1. Industria lítica de tamaño menor, con un


incremento de la proporción de hojas y hojitas.
S
Se mantiene el retoque plano invasor
bifacial en las puntas foliáceas.
2. La hoja de laurel continúa existiendo
(triangulares de base cóncava y menor
tamaño), pero los útiles característicos de
este período son las puntas de muesca de
base modelada según distintas formas,
que determinan variedades regionales. En
la cornisa cantábrica estas bases son de dos
tipos:
a) Puntas de muesca, en las que la
denticulación de la base deja un
extremo proximal alargado desplazado
hacia uno de los bordes de la pieza.
b) Puntas de base cóncava, en las que
ésta tiene la forma de un arco
excavado hacia el centro de la pieza.
3. Industria ósea es más variada, las
azagayas de sección cilíndricas u oval.
pero algunas tienen decoración a base de
incisiones lineales. Aparece la aguja y los
colgantes.
En el final del Solutrense, se produce una
desaparición de elementos característicos del
Solutrense, se usa la cuarcita y las hojitas de
dorso, comienza a dominar el retoque
abrupto frente al planto.

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Tema 7. El Paleolítico Superior medio: Solutrense (20-16 Ky BP)

2. Cuenca mediterránea y golfo de Cádiz: Solutrense Ibérico o Solútreogravetiense.


En los yacimientos de Parpalló y Les Mallaetes se encuentran niveles correspondientes al Solutrense inferior,
al haberse encontrado junto a conjuntos industriales
gravatienses de retoque abrupto, esto lleva a algunos
autores a afirmar un foco originario del Solutrense en
el Mediterráneo, del mismo modo sostienen que
diferentes regiones hayan podido llegar a las mismas
respuestas tecnológicas.
Las características industriales más importantes
son;
• Obtención de elementos foliáceos mediante
retoque plano. El fósil director es la punta
de cara plana.
• Predominio raspadores frente a buriles.
• Desaparece el utillaje sobre hojita.
Las características definitorias del momento son;
• El fósil director es la hoja de laurel, sin que
ello implique la desaparición de los útiles del
momento anterior, esto es las puntas de cara
plana.
• Las piezas típicamente Solutrenses presenta
mayor %
• Predominio de raspadores frente a buriles y
prácticamente inexistente el utillaje sobre
hojita
El Solutrense Superior mediterráneo uno de los
contextos más interesantes del Paleolítico Superior
peninsular por su variedad tipológica como por su
periodización. Este período ha sido interpretado
según dos hipótesis diferentes.
La primera hipótesis clasifica el Solutrense Superior
Ibérico en dos fases.
1ª Fase predominarían las puntas
pedunculadas con o sin aletas.
2ª Fase se caracteriza por las puntas de
escotadura y retoque abrupto, según la tradición
gravetiense.
Según la segunda hipótesis, se clasifica, no en dos, sino en tres períodos, definidos también por el
predominio de determinados utensilios. Se corresponden con la evolución tipológica de la hipótesis
anterior, aunque con un proceso de desarrollo más gradual, finalizando con un período Solutrense
terminal en el que lentamente irían siendo reemplazadas las piezas del Paleolítico Superior Medio.

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Tema 7. El Paleolítico Superior medio: Solutrense (20-16 Ky BP)

3. Portugal.
Esta región sería otro de los focos originarios del Solutrense,
desarrollado a partir de la evolución del Gravetiense local. En
Portugal se han encontrado restos solutrenses al norte y al sur
del valle del Tajo, que permiten señalar la presencia de las dos
fases últimas del Solutrense de facies ibérica. El yacimiento de
Monte Fainha (Alemtejo), al aire libre, parece más producto de
un depósito que de un lugar habitado, ya que no se encontraron
desechos de talla, pero sí puntas de laurel biapuntadas de base
convexa. En las cercanías de Lisboa, en Casa da Moura se
encontraron elementos bifaciales propios del Solutrense
superior ibérico, con puntas de laurel de base convexa, puntas
de aletas y pedúnculo y puntas de escotadura, estas presentan el
clásico retoque plano solutrense y no la talla de borde rebajado
propia de los ejemplares ibéricos.
4. Meseta e
interior
peninsular.
Esta zona es conocida
de forma muy fragmentaria, no sólo por la escasez de
yacimientos, sino también por el hecho de que muchos de ellos se
encuentran en la Cuenca del Manzanares en Madrid (destaca el
yacimiento del Sotillo), zona muy afectada por la transformación
urbanística.
En el Valle del Ebro existen datos más completos Abauntz
(Navarra) destaca puntas de muesca con retoque plano, en Chaves
(Huesca) aparecen puntas con escotadura retoque abrupto. Ambos
yacimientos corresponden al Solutrense superior
3. SUBSISTENCIA
Es la principal prioridad y objetivo del la sociedad de cazadores-
recolectores y alrededor de la misma se desarrolla todo lo demás. Se
produce una restricción severa en la amplia dieta de los humanos,
destaca el consumo de carne, en este periodo, también se da el
consumo de vegetales, moluscos, pescado e insectos. En cuanto a la
caza se da también en carnívoros con objeto de obtener su piel
(zorros).
Existe una diferenciación zonal en la Península Ibérica, así en;
• Región cantábrica: consumo habitual del ciervo.
• País vasco: mayoritario consumo de cápridos.
• Cataluña, se consumió el caballo, seguido de ciervo y bóvidos.
• Levante la cabra seguido del ciervo ó el caballo.
Los depósitos óseos encontrados en los yacimientos pueden ser un reflejo de los biotipos de cada zona, así
este periodo destaca por la diversificación y especialización de la caza, en este sentido también debemos
destacar que aparecen nuevas especies encontradas en yacimientos donde antes no existían, en la Riera en
Cantabria se han encontrado restos moluscos, esta localización está a dos horas de la costa.

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Tema 7. El Paleolítico Superior medio: Solutrense (20-16 Ky BP)

Durante el Paleolítico Superior se hacen muy


frecuentes los yacimientos en cuevas y abrigos,
los cuales son frecuentados por numerosas
especies animales cuando cesa la ocupación
humana. Por ello, los restos de actividad
antrópica se mezclan con los de especies
carnívoras u omnívoras como hienas, lobos u
osos. En estos yacimientos, por tanto, deben
realizar estudios tafonómicos, análisis de
marcas y pruebas de uso en los restos de
presas, para determinar la autoría de su
captura. Como consecuencia de estos estudios
se puede conocer la dieta humana, como
generalización basada en cápridos obtenidos en
zonas montañosas, y en équidos y cérvidos en
llanuras y valles.La subsistencia está muy ligada a la industria lítica y a la industria se encuentra muy
relacionado a sucesión, aparición y reemplazamiento de distintos tipos de puntas, entre las técnicas
cinegéticas nos encontramos con;
• Lanzas o venablos, la herramienta usa tradicional se usa como pica o lanzándola con el brazo
• Uso del propulsor El primero es una herramienta de unos 30 cms de largo que sirve para aumentar
el efecto de palanca del brazo, prolongando éste en el lanzamiento. Se han encontrado sólo
propulsores de asta, pero es posible que se hiciesen también en madera. En la península Ibérica
son muy escasos (El Castillo). El propulsor facilita la caza a distancia, pero requiere movimientos
violentos que pueden asustar a la presa.
• Algunos autores consideran el uso del arco al
final del solutrense (primeras puntas que
pueden ser puntas de flecha), se considera la
primera “máquina” conocida (conjunto de
piezas o elementos móviles y fijos cuyo
funcionamiento posibilita aprovechar, dirigir,
regular o transformar energía o realizar un
trabajo con un fin determinado), se tensa la
cuerda acumulando energía y transmitiendo
impulso. Es más preciso, manejable y rápido
que el propulsor. Por otro lado se afirma que
determinadas puntas de pequeño tamaño del
Solutrense Superior son idóneas para su uso como punta de flecha (aletas y pedúnculo). El
enmangue de estas puntas se realiza adhiriéndolas con resinas, y atándolas con fibras vegetales o
tiras de cuero, a través sus pedúnculos. Este tipo de punta será sustituida posteriormente por las de
de las escotaduras y estas a su vez por las de hojitas de dorso.
4. ESTRUCTURAS DE HABITACIÓN.
En el Solutrense son bastante escasos los restos de las estructuras de habitación en la península Ibérica, no
se han encontrado elementos que evidencian estructuras habitacionales como agujeros de postes. Se han
documentado por contra hogares o estructuras de combustión en algunos casos acompañadas de huesos; en
otros son carbones acumulados en áreas de desecho como consecuencia de la limpieza del lugar de
habitación, esto se da en La Riera, Asturias con un hogar principal de 25cm de profundidad y 80cm de
diámetro, en la parte superior aparecieron huesos y conchas,
En Cueva Ambrosio en Almería se han encontrado dos hogares, uno presenta un diámetro exterior de 79cm
y el interior es de 52.5cm y el otro con un diámetro exterior de 58cm, mientras que el interior es de 28.5cm.
la tipología de ambos es de: hogar plano, están delimitados por bloques de caliza de estructura circular.
Por los restos encontrados en estos contextos se puede saber que el de mayor tamaño se utilizaba como taller
(restos de talla líticos), mientras que el menor sería posiblemente el hogar donde cocinar (restos
faunísticos). Encontrado así mismo una plaqueta de caliza con restos de ocre, los restos de ocre cerca de los
hogares se pone en relación con la elaboración de colas para enmangar de puntas de proyectil.

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Tema 7. El Paleolítico Superior medio: Solutrense (20-16 Ky BP)

5. RESTOS HUMANOS
Los restos humanos conservados en la Península del Solutrense son muy escasos, y todos fragmentarios.
En algunos casos existe la posibilidad de que se trate de enterramientos intencionados. Sin embargo, lo
parcial de los restos y la difícil historia arqueológica de algunos (pertenecientes a excavaciones poco
meticulosas en los años 60, hacen muy difícil conocer la naturaleza exacta de estos depósitos.
En la cornisa cantábrica:
• La Riera (Asturias). dos fragmentos craneales, y un molar.
• Cueva del Buxu (Asturias). Una falange y un molar
• Cueva Morín (Cantabria). Un diente.
Región mediterránea:
• Cuevas de Nerja (Málaga). Restos de cuatro individuos, que según algunos estudios podrían ser
Magdalenienses. Posteriormente se encontró un pie humano.
• Cova Beneito, un cráneo del solutrense inferior

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Tema 9. Arte rupestre paleolítico: soportes, técnicas y temática

TEMA 8
EL PALEOLITICO SUPERIOR FINAL: EL MAGDALENIENSE
1. INTRODUCCIÓN
El Magdaleniense es la última gran cultura europea de los cazadores-recolectores, abarca desde la Península
Ibérica hasta Polonia con sus peculiaridades intrínsecas.
Tenemos mucho volumen y calidad en la información de la que disponemos (más que en cualquier otra fase
paleolítica). Hay una progresiva reducción del utillaje lítico, un gran desarrollo de la industria ósea y
también del arte rupestre y del arte mueble.
En el Magdaleniense la totalidad de la Península Ibérica (probablemente) estuvo poblada. Sin embargo, los
restos que tenemos están desigualmente repartidos, en los que la geología de cada zona influyó en gran
medida (lo que facilita o dificulta la conservación de los restos).
Se pueden distinguir en la Península dos zonas de desarrollo magdaleniense, son la zona cantábrica entre
Asturias y los Pirineos occidentales y la zona mediterránea entre el noreste de Cataluña y la Andalucia
oriental. La zona del Ebro aparece como un pasillo de comunicación entre estas dos zonas. Aparte de estas
zonas sólo hay algunos yacimientos aislados y con pocos restos que tengan apariencia magdaleniense en la
Península.

2. HISTORIA DE LA INVESTIGACIÓN
El Magdaleniense fue individualizado por Lartet en 1863 como una época con gran desarrollo de las industrias
óseas. En 1927 Breuil lo estructuró en seis fases correlativas trabajando con estratigrafías francesas entre ellas
la de la cueva de la Madelaine que da nombre a esta cultura. Estas fases estaban caracterizadas por
determinados útiles o conjuntos óseos (fósiles directores o elementos diagnósticos) Posteriormente otros
autores matizaron las distintas fases e incluso añadieron un previo Magdaleniense 0. Los especialistas
buscaron el origen de esta cultura en diferentes lugares como la Europa oriental, el Pirineo francés, Aquitania,
etc. Fue a partir de los años 70 del pasado siglo cuando se contempló una evolución desde el Solutrense, con
un origen múltiple y diverso.
En España los trabajos del Conde de la Vega del Sella en Cueto la Mina y la Paloma y los de Obermaier en la
Cueva del Castillo siguieron el esquema francés del abate Breuil. A partir de 1962 el registro cantábrico se
separa del francés, GonzálezEchegaray define un Magdaleniense inferior cantábrico, equivalente al
Magdaleniense III clásico, como primera ocupación del norte peninsular, con una larga pervivencia solutrense,
de esta manera el esquema de fases planteado por el abate Breuil no se correspondía con el que se daba en el
Cantábrico. En cambio para la zona mediterránea sí se seguía el esquema francés (sobre todo en la cueva del
Parpalló).
Entre los años setenta y ochenta surgen nuevas interpretaciones, así Utrilla estructuró las primeras fases
magdalenienses (apoyándose en las fechas del radiocarbono y apoyándose además por la excavación de
nuevos e importantes yacimientos). El Magdaleniense se contempla como un conjunto de facies sincrónicas
y/o alternativas, según ocasiones, donde se conjugan criterios culturales y funcionales para explicar cada
ocupación así como la sucesión de las mismas. Aparece además un Magdaleniense arcaico que sirve de
transición entre las ocupaciones solutrense (aunque con pocos yacimientos y escasa información). A
principios de los noventa aparecen nuevos yacimientos del Magdaleniense medio en Asturias (Caldas, La
Viña o Llonín) y en Cantabria (La Gorma). Con los datos obtenidos, Fortea y Corchón fijaron las
características y periodización interna de esta fase. Los trabajos de otros autores (Sainz, Barandiarán, Moure,
etc.) contribuyen a fijar este nuevo enfoque que intenta separar el Magdaleniense superior del Magdaleniense
final objeto de múltiples discusiones en los congresos.
Para la zona mediterránea, en un principio se siguió el esquema de Breuil. Jordá intentó individualizarlo como
un “Magdaleniense Ibérico”. Pericot interpretó en la secuencia correspondiente al Magdaleniense del
Parpalló, una base solutrense que se prolongaba en el tiempo y que evolucionó hacia industrias
microlíticas epigravetienses, al igual que en otras zonas mediterráneas. En los últimos años la situación ha
cambiado, autores como Villaverde ven similitudes entre el Magdaleniense mediterráneo y el cantabrico.
Su desarrollo se inicia con una fase magdalenizante (Fullola) y el desarrollo de un Magdaleniense inferior con
similitudes con el Badegouliense francés (Aura) y otro Magdaleniense superior ya con verdaderos arpones. En
la fachada mediterránea, sin embargo, no disponemos de un volumen de restos de la variedad y calidad que
presentan los de la zona cantábrica, ni su rico arte mueble o su industria ósea.

3. CARACTERÍSTICAS GENERALES
Se define como el periodo comprendido entre el 17500-11500 BP. Su origen se encuentra en las últimas
poblaciones de la cultura solutrense del interestadio Lascaux (fase templada entre el Dryas Ia y Ib) en el que se

53
Tema 9. Arte rupestre paleolítico: soportes, técnicas y temática

abandonan los útiles de retoque plano y las puntas líticas que caracterizaron a esta cultura, se desarrolla
ahora una industria ósea variada y muy característica y estandarizada.
• En el Cantábrico se desarrolla entre el Solutrense (en la base ) y el Aziliense.
• En la zona mediterránea entre el Solutrense y el Epipaleolítico microlaminar, sin
interestratific
aciones

Se desarrolla en el
ambiente frío del
Tardiglaciar,
aunque tiene algunas
pulsaciones más
templadas como
demuestran los
pólenes (fases Anglés
o Bölling).
Su característica más
sobresaliente es el
desarrollo de sus
manifestaciones
artísticas rupestres
y mobiliares,
además de las de su
industria que han
servido para
establecer patrones
de ocupación del
territorio que nos
indican un cierto
aislamiento en el Magdaleniense inferior y parte del medio, para abrirse después a lo transpirenaico durante el
Magdaleniense medio hasta el Magdaleniense final. Abundancia
de piezas sobre hueso y decoradas. Así durante la primera parte
tenemos desplazamientos verticales norte-sur, intentando
aprovechar los recursos. En la segunda fase ya en el
Magdaleniense medio los desplazamientos son horizontales
este-oeste manteniendo contacto con poblaciones
transpirenaicas.
Por lo que se divide el Magdaleniense en dos grandes bloques
limitados por el Magdaleniense medio (hacia 13500 BP):
• Magdaleniense sin arpones. Azagayas muy cortas, con
bisel muy prolongado. También otro tipo de azagaya
más larga con sección cuadrada.
• Magdaleniense con arpones. Arpones preferentemente
de asta> Cuatro tipos (vid imagen). Aparecen también
bastones de mando y rodetes con decoraciones, hechos
con huesos planos y contornos recortados.
En lo económico: especialización en la caza de determinados
animales, así como la diversificación de éstos que incluye el
marisqueo y la pesca. La población experimenta un fuerte
incremento poblacional.
Estas características industriales y sociales, especialmente el
arte mobiliar y rupestre van a desaparecer o cambiar durante el
Epipaleolítico (fase Alleröd) como evolución del
Magdaleniense.
Po lo que no puede explicarse el final del Paleolítico sólo por
criterios adaptativos pues en el Epipaleolítico inicial todavía
pervive la última glaciación durante 500 años (Dryas III o

54
Tema 9. Arte rupestre paleolítico: soportes, técnicas y temática

Reciente), el modelo de ocupación del territorio también cambia, siendo ahora mucho más regional. Por tanto,
se define al Magdaleniense como la última gran cultura europea de los cazadores-recolectores de una enorme
complejidad social y espiritual.

4. LAS POBLACIONES PENINSULARES Y SU CULTURA MATERIAL


Es probable que durante el Paleolítico superior final, la Península Ibérica debiera de estar ocupada en su
totalidad, no obstante el poblamiento está constatado en la mitad oriental, con una distribución periférica en el
Cantábrico y la zona mediterránea. Asimismo la ribera norte del Ebro y el Prepirineo ilerdense y navarro quizá
funcionaron a modo de corredor entre estas dos áreas (Cantábrica y Mediterránea).

4.1. El Magdaleniense Cantábrico


Esta zona abarca desde la cuenca del Río Nalón (centro de Asturias) hasta los Pirineos occidentales y es la
zona que proporciona mayor información en toda la Península.
Combina aspectos diacrónicos (fases, con características culturales específicas para cada una de ellas), con
aspectos sincrónicos (facies de interpretación funcional y territorial) y lo podemos dividir en:
Magdaleniense Cantábrico
Magdaleniense arcaico. 17000-16500 BP.
Con dos facies: 1) Rascaño 5.
2) Raclettes.
Magdaleniense inferior. 16500-14000 BP.
Con dos facies, según Utrilla: 1) Microlítica con escalenos.
2) Juyo.
Magdaleniense medio. 14000-13000
Dividido por Corchón en : 1) Magdaleniense medio antiguo.
2) Magdaleniense medio evolucionado.
Magdaleniense superior: 13000-12500 BP (final del Bölling y principio del Dryas II).
Magdaleniense final: 12500 -11500 BP (Dryas II y Alleröd).

MAGDALENIENSE ARCAICO (17500-16500)


Es el peor conocido, se desarrolla en un ambiente
fresco y húmedo (interestadio Lascaux 17500-16500
BP) y está dividido en dos facies contemporáneas:
1. FACIES RASCAÑO 5 presenta: Azagayas con
base monobiseladas con estrías (tipo Placard) y
mucho hueso retocado para ser usado como
herramienta quizá como uso cinegético.
Aparece en Rascaño (nivel 5) y Castillo 8 en
Cantabria; Lloseta, Riera 18 y Cueto la Mina D
en Asturias y Lumetxa E/F en Guipúzcoa.
2. FACIES RACLETTES en esta facies la
abundancia de este útil es la principal
característica, su utilidad por ahora nos es
desconocida. Quizá fueran campamentos base
donde se hacían diversas actividades durante
todo el año. Aparece en Aizbitarte IV, Caldas 3
y 5 quizás) y Llonín (Asturias).
MAGDALENIENSE INFERIOR (16500-14000 BP)
Se desarrolla durante una fase fría del Dryas Antiguo y el interestadial Anglés que es la fase mejor
conocida gracias a la investigación en sus yacimientos. Debido a la duración de este periodo, el
solapamiento con otros tipos magdalenienses parece inevitable, así algunos autores postulan un
Magdaleniense IIIIV con unas características que anuncian la fase siguiente. Utrilla lo ha dividido en dos
facies:

55
Tema 9. Arte rupestre paleolítico: soportes, técnicas y temática

1) FACIES MICROLÍTICA CON


ESCALENOS con industria lítica laminar y
variada, predominando los escalenos; en
industria ósea: azagayas, alisadores, cuñas,
agujas, etc. Los yacimientos se interpretan
como campamentos base ocupados todo el
año y se concentran en el País Vasco y el
oeste de Asturias (Aitzbitarte IV, Urtiaga F,
Juyo 67 y 911; Lloseta 10 y Caldas 1113.

2) FACIES JUYO. En industria lítica


hojitas y muchos raspadores, en
industria ósea azagayas de sección
triangular y cuadrangular acanaladas, a
veces, presentan decoración tectiforme.
Se localiza en el este de Asturias y el
oeste de Cantabria con presencia mínima
también en Guipúzcoa. Sin embargo lo
que caracteriza a esta facies es el arte
con ciervas grabadas sobre hueso con
trazo múltiple que anticipa la aparición
de los contornos recortados.

MAGDALENIENSE MEDIO (14000-3000 BP)


Se desarrolla entre una primera fase fría y seca (Dryas Ic) y otra templada (Bölling). Hay dos conjuntos o
grupos:
1) Asturias (Caldas, La Viña, La Paloma, Oscura de Ania y Entrefoces) presentan estratigrafías muy
potentes y ricas con muchas similitudes con los yacimientos franceses del Pirineo.
2) País Vasco (Santimamiñe, Bolinkoba y Ermittía; en Navarra Abauntz.

56
Tema 9. Arte rupestre paleolítico: soportes, técnicas y temática

Corchón divide el Magdaleniense medio


en dos fases diferenciadas:
1) MAGDALENIENSE MEDIO
ANTIGUO Con protoarpones y
azagayas de base ahorquillada. En
arte mueble eclosión del arte en
piedra y hueso (plaquetas con
representaciones de renos, mamuts y
rinocerontes lanudos que nos
muestran un clima riguroso y frío).
2) MAGDALENIENSE MEDIO
EVOLUCIONADO Con azagayas
de doble bisel, protoarpones y los
primeros arpones. Gran desarrollo
del arte mueble (rodetes, contornos
recortados, varillas decoradas, etc.).
La mejoría climática facilitó los
desplazamientos hacia el este que
podría explicar la convergencia entre
los yacimientos franceses y asturianos.

MAGDALENIENSE SUPERIOR (13000-12500 BP) Y MAGDALENIENSE FINAL (12500-11500


BP)
Solía dividirse en dos fases
atendiendo a la evolución de los
arpones;
• la primera fase con arpones
uniseriados (una sola fila de
dientes),
• la segunda ya con biseriados
(dos filas de dientes). Aunque
persiste esta diferenciación,
se muestra inconsistente.
El Magdaleniense superior se
desarrolla entre 13.000 y 12.500 BP
(final Bölling y comienzos Dryas II).
El Magdaleniense final alcanza hasta
el 11.500 BP (Dryas II y Alleröd).
Se observa una creciente
microlitización y un proceso de
diferenciación regional que va a
culminar con el Aziliense que va a
sucederles mediante transición sin
ruptura (morfología de los arpones
en Cueva de Los Azules). Como
grandes yacimientos tenemos La
Paloma, La Riera, Cueto la Mina, Tito
Bustillo, Castillo, La Pila, Cueva
Morín, Rascaño, Otero, Ekain,
Urtiaga, Erralla etc.

4.2. El Magdaleniense mediterráneo


Esta denominación abarca los
yacimientos del noreste de Cataluña
hasta Andalucía oriental.
La investigación comenzó en el siglo XIX (Bora d´en Carreres). Con los trabajos de Pericot sobre el
Parpalló, la secuencia quedará fijada en los clásicos Magdalenienses I-IV. En 1995 Aura los adscribe entre el

57
Tema 9. Arte rupestre paleolítico: soportes, técnicas y temática

tramo de la base al Magdaleniense inferior y a los tramos finales el Magdaleniense superior. No existe, pues
un tramo intermedio que corresponda al Magdaleniense medio.
El Magdaleniense mediterráneo puede agruparse en diferentes zonas con cierta homogeneidad:
• Cataluña: yacimientos en la costa como la Bora Gran, San Benet y la Coma de l’Infern, Parco.
Chaves en Aragón.
• El Ebro: como eje de articulación costa/interior, con yacimientos litorales como Matutano
(Castellón), e interiores como la Bruma de la Peixea o Forcas.
• Levante peninsular: cuevas de Parpalló, Cendres o el Tossal de la Roca
• Murcia: algunos yacimientos determinan el Magdaleniense superior; cuevas del Caballo, Algarrobo
y Los Mejillones.
• Andalucía: cueva de Nerja (Málaga) y El Pirulejo (Córdoba).
• Meseta: Verdelpino (Cuenca) y Estebanvela (Segovia).
En la cuenca mediterránea, la separación entre Solutrense y Magdaleniense es más clara ya que muchos
yacimientos solutrenses se abandonan, otros contienen hiatos y otros muestran una clara diferencia en sus
industrias.
Al igual que el cantábrico muestra un descenso de las industrias laminares y un aumento raspadores y
raclettes (que lo aproxima al Badegouliense francés).
El Magdaleniense superior se define en toda la cuenca mediterránea por los arpones de una y dos hileras
de dientes y un notable aumento del grupo microlaminar (hojitas, dorsos, triángulos, etc).
Hacia el 11.000 BP, durante el tardiglaciar (con un clima más suave que en la zona cantábrica) el
Magdaleniense mediterráneo sufre una transición al Epipaleolítico similar al cantábrico. El instrumental
óseo pierde importancia y cesa la estandarización de los tipos, la industria en piedra se microlitiza y los
buriles van perdiendo importancia. El arte decae o se abandona, ly a evolución hacia el Epipaleolítico
laminar es imparable. (En la zona cantábrica se corresponde con el Aziliense).

4.3. Otras zonas peninsulares


En el Valle del Ebro. Cuevas o abrigos bien situados para el dominio de los pasos naturales y el control de la
caza. Quizá hicieran a modo de corredor que comunicaba las áreas cantábrica y mediterránea. Abauntz o
Zatoya, en Navarra, se muestran afines al mundo cantábrico (industrias, estrategias de caza y arte mueble),
en cambio la cueva de Chaves en Huesca, muestra una vinculación con el mundo mediterráneo.
Existen otros yacimientos en Andalucía (sur del grupo malagueño), interior peninsular y Portugal, que
presentan conjuntos líticos con numerosos microlitos asignables al Magdaleniense, pero no aparece industria
ósea; por lo que tradicionalmente se les denomine Epigravetienses. La mitad occidental de la península no
estuvo despoblada, pues la presencia de arte rupestre así lo demuestra, tratándose quizás de un problema de
conservación de los restos.

5. ECONOMÍA Y SUBSISTENCIA
También existe continuidad entre el Solutrense y el Magdaleniense con respecto al arte y estrategias de
subsistencia (caza y pesca). Sin embargo estas estrategias han evolucionado para ser más efectivas:
1) Variación del instrumental
2) Tipo de piezas abatidas.
3) Intensificación de recursos poco explotados hasta ese momento (pesca y marisqueo).
Las puntas líticas han cedido a las armaduras de astas y hueso magdalenienses. Priman estrategias de caza
para las que se emplean armas arrojadizas rematadas en azagayas y arpones. Aparecen los propulsores
(lanzamiento con mayor fuerza). La especialización magdaleniense en la caza adopta complejidad:
diversifica las capturas según la abundancia del entorno (a pesar de ser el ciervo el mayoritario). Además de
ciervos hay rebecos y cabras en las zonas escarpadas. También en menor medida: caballo, uro, bisonte,
jabalí, etc. En el Mediterráneo la especie dominante es el conejo, también caballo en Cataluña y ciervo en la
zona valenciana.
El modelo de ocupación presenta un campamento base de ocupación anual, y un área de captación de
recursos con numerosos yacimientos estacionales de carácter logístico. De este modo, en un corto radio de
desplazamiento explotaban biotopos diferentes. Este conjunto de yacimientos de desplazamiento anual
marca un territorio, que es el ámbito en el que se mueve un grupo, o conjunto de grupos, durante
generaciones.
La caza se complementa con un desarrollo intenso de la pesca y el marisqueo. Aparecen en los yacimientos
vértebras y espinas de peces de río (salmón, reo y trucha).El salmón al ser un pez de temporada es
susceptible de ser conservado para un consumo a posteriori. Aparecen frecuentemente caparazones de

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Tema 9. Arte rupestre paleolítico: soportes, técnicas y temática

moluscos con un contenido además de alimentario, quizá simbólico (Las Caldas y Los Azules). Con el
Magdaleniense comienza una explotación intensiva de estos recursos estáticos marinos y terrestres que
culminará durante el Epipaleolítico con los llamados concheros.
El consumo de vegetales es posible que se aumentara tras el proceso de “deglaciación” del tardiglaciar, sin
embargo, los restos no se conservan. Sí aumentó la disponibilidad de recursos vegetales; los paisajes de
tundras cedieron a las estepas boscosas.
Este aprovechamiento más efectivo de los recursos conllevó un aumento demográfico (se aprecia un
aumento de yacimientos respecto a épocas anteriores y una ocupación intensa y prolongada. Esto es debido a
una economía más efectiva, una estructuración social más estable y desarrollada y un modelo de ocupación
del territorio adecuado a esta situación.
La estructura interior de los yacimientos: evidencian un reparto espacial (zona de descanso, cocina, talla
de herramientas, etc.) y sus huellas son más numerosas. El yacimiento cántabro de La Garma permite
reconstruir las actividades de cada zona del yacimiento. Esto también se observa en otros yacimientos
(Abauntz, Caldas, Tito Bustillo o Juyo).

6. EL GRAN DESARROLLO ARTÍSTICO


En el Magdaleniense culminan una serie de características tecnológicas y culturales de etapas anteriores,
pero sobre todo, se desarrolla un espectacular arte rupestre y mobiliar como expresión de una sociedad
rica y compleja, y donde los individuos se muestran orgullosos de su individualidad (adornos personales,
decoración de herramientas y reiteración de motivos y temas que podían hacer referencia al grupo o
expresión de territorialidad.
Durante el Magdaleniense se realizan la mayoría de los grandes santuarios rupestres. También multitud
de cuevas y abrigos que se concentran mayormente en la cornisa cantábrica. Las excavaciones han sacado a
la luz un arte mobiliar de gran calidad y cantidad que supone un salto cualitativo respecto a la fase anterior.
Así durante el Magdaleniense inferior cantábrico aparecen tectiformes en algunas piezas mobiliares y
ciervas grabadas con trazo múltiple
(sobre todo en la facies Juyo). En la
facies microlítica con escalenos hay
espátulas, varillas, etc., un
instrumental vinculado a las
actividades cotidianas del
asentamiento.
En el Magdaleniense medio se
produce un salto cualitativo en las
obras mobiliares no utilitarias; nuevos
formatos, temas y técnicas. Aparecen
los contornos recortados de cabezas de
caballos, ciervas o cabras sobre hueso
hioides (al igual que en Francia). Los
rodetes decorados y la escultura en
bajorrelieve.
En el Magdaleniense superior-final se
decoran plaquetas de piedra, hueso y
bastones perforados. Las
convenciones para la representación
del pelo de los animales, los ojos,
etc., se generalizan y la disposición anatómica de patas, orejas, cuernos, o la superposición de figuras
animales, dotan al conjunto de profundidad. Motivos geométricos decorativos (series rítmicas de líneas o
líneas verticales con puntos adosados) aparecen (ocasionalmente) durante el Aziliense. Este arte desaparece
radicalmente (al menos en su forma de expresión perdurable).
El Magdaleniense mediterráneo no presenta la diversidad y riqueza del conjunto cantábrico. Destaca el
conjunto de plaquetas grabadas de Parpalló.
En los comienzos del Magdaleniense inferior hay una escasa representación de piezas decoradas que
contrasta con la mayor abundancia del Solutrense. Las figuras animales se simplifican y au mentan las de
signos.
El Magdaleniense superior enlaza con la discreta representación mobiliar del Epipaleolítico.

59
Tema 9. Arte rupestre paleolítico: soportes, técnicas y temática

TEMA 9
ARTE RUPESTRE PALEOLÍTICO (I): SOPORTES, TÉCNICAS Y TEMÁTICA

Concepto de arte paleolítico

Se define así el conjunto de representaciones simbólicas que expresan la cultura espiritual o


ideológica de las comunidades de cazadores recolectores. Para la escuela antropológica anglosajona, no
tienen carácter artísticos las representaciones de tipo propiciatorio del Paleolítico, ya que carecen de los
valores meramente estéticos que se asocian en la actualidad al término arte. En cambio, para la escuela
prehistórica francesa, las finalidades estéticas y las utilitarias han estado siempre unidas a la práctica
artística, y el Paleolítico no es una excepción.

Tradicionalmente, el arte paleolítico se había relacionado con la aparición del Homo sapiens sapiens en
Europa, excluyéndose de estas actividades las demás especies del género Homo por suponérselas faltas
de las capacidades cognitivas que exige el pensamiento simbólico. Ahora bien, cada vez aparecen más
pruebas de representaciones abstractas que pueden adscribirse al Paleolítico Medio e incluso al Inferior;
aunque tienen un carácter elemental, son indicios de los mismos modos de pensamiento que producen el
arte propiamente dicho.

Por otra parte, hay que tener en cuenta la conservación dificultosa de los restos más antiguos. A ello se
añade que, durante el Paleolítico Inferior especialmente, la mayor parte de los yacimientos conocidos se
encuentra al aire libre, contexto muy problemático para la conservación de las obras artísticas. En cuanto
a la posibilidad de la práctica artísitica por otras especies del género Homo, hay suficientes indicios para
reconocer las capacidades intelectuales necesarias al hombre de Neanderthal, y quizá incluso al Homo
erectus.

Aunque existe cierta ambigüedad terminológica en la clasificación de este arte, se suele denominar
parietal al ejecutado sobre paredes, techos y suelos de cuevas y abrigos. La expresión arte rupestre
designa, por una parte, las representaciones sobre soporte rocoso al aire libre, y, por otra, es un
término genérico para referirse a cualquier obra ejecutada sobre roca fija independientemente de su
ubicación interior o exterior.

1. EL PENSAMIENTO SIMBÓLICO Y EL PRIMER ARTE.

Los testimonios del comportamiento simbólico en cualquier sociedad es inseparable de la cultura que
las ha creado. Lo que hoy conocemos como arte paleolítico es fruto de un contexto social e ideológico
determinado, y de una economía cazadora- recolectora que subsiste con la explotación de los recursos
que la rodea. Por supuesto estos aspectos están condicionados por el medioambiente del territorio
habitado.

Al estudiar el arte paleolítico surge la incógnita del saber el porqué de estas manifestaciones. Son
varias las posiciones ante este hecho. La escuela anglosajona rechaza el término arte al pensar que el arte
tal como lo conocemos hoy sería desconocido por estas poblaciones. La escuela francesa por el contrario
considera que son expresiones artísticas. Sanchidrián facilita el estudio al estimar que el término arte
paleolítico engloba todas las marcas, señales o signos repetidos sobre cualquier soporte y que
mantienen un mensaje codificado de carácter simbólico.

El arte paleolítico está ligado en el ámbito europeo a la aparición del homo sapiens sapiens, aunque cada
vez aparecen más objetos con manifestaciones simbólicas en yacimientos asociados a otros géneros
humanos aunque en número reducido. La falta de manifestaciones artísticas anteriores al paleolítico
superior ya no se explican solamente por la falta de capacidad de abstracción de los individuos anteriores
al homo sapiens, sino que se tiene en cuenta los factores de conservación de los yacimientos más
antiguos y la escasez en número de los mismos.

2. HISTORIA DE LA INVESTIGACIÓN EN ARTE PALEOLÍTICO.

Las primeras referencias sobre representaciones paleolíticas se remontan al siglo XVI, Bellesforest cita
en su libro algunos animales pintados en la cueva de Rouffignac (Francia).
60
Tema 9. Arte rupestre paleolítico: soportes, técnicas y temática

En el segundo cuarto del siglo XIX se producen hallazgos de arte mobiliar importantes pero a pesar de
ello no es hasta la segunda mitad del siglo cuando se incrementa el número de hallazgos. En el último
cuarto del mismo siglo Lartet y Christy publican un libro donde recogen las manifestaciones más
importantes del arte paleolítico hasta aquella fecha. También Piette empieza la primera clasificación
morfológica y cronológica de piezas de arte mueble paleolítico.

Cuando Sanz de Sautuola en 1879 realizaba unas excavaciones a la entrada de Altamira, su hija descubre
los famosos bisontes. Publicó su descubrimiento en su obra “Breves apuntes sobre algunos objetos
prehistóricos de la provincia de Santander” (1880). Pero los investigadores de la época tachan las
pinturas de fraude, argumentando la supuesta incapacidad intelectual y estética de los hombres
paleolíticos. Le sobrevino la muerte sin habérsele reconocido la autenticidad del descubrimiento.

A fines del siglo XIX el descubrimiento de estaciones importantes de arte parietal como Pair-non-Pair
junto con el estudio del arte desarrollado por poblaciones como los bosquimanos creó el ambiente
propicio para la aceptación de las imágenes paleolíticas. Henry Breuil vierte sus opiniones sobre la
autenticidad de Altamira en 1902, en el congreso de la Associatión Française por l´avancement des
Sciences. Poco después aparece el artículo “la cueva de Altamira. Mea culpa de un escéptico”, donde
reconoce las equivocaciones respecto a Altamira y su descubridor.

En la cornisa cantábrica a partir de principios del siglo XX se incorpora a la investigación Alcalde del
Río, al que se le debe el descubrimiento de cuevas como Covalanas, El Castillo y Hornos de la Peña.
Durante los veinte primeros años del siglo XX se descubren otras cuevas como El Pendo, El Pindal, la
Pasiega, etc., y aparecen cuevas con arte paleolítico en Andalucia como la Pileta y La Cala.

En Francia se producían también grandes avances y descubrimientos, sobre todo de mano del abate
Breuil y sus colaboradores. Probablemente el más importante fue el de la cueva de Lascaux, y los más
sorprendentes, los recientes de las cuevas Cosquer (Marsella) y Chauvet (Ardéche). Por esta época se
crea en España la Comisión de Investigaciones Paleontológicas y Prehistóricas. Los avances sufren un
retroceso tras la muerte de unos de los primeros mentores de las excavaciones, el príncipe Alberto I de
Mónaco, y el periodo de entreguerras.

Terminada la Guerra Mundial vuelven las investigaciones en este campo y se descubren representaciones
en Las Monedas y Chimeneas en el monte Castillo (Santander). La cueva de Maltravieso en Cáceres,
la de Nerja en Málaga, etc. En los 60 continúan los descubrimientos como Tito Bustillo (Asturias) o
Altxerri (Guipúzcoa) y aparecen un gran número de especialistas en este arte, la renovación en la
metodología de su estudio y la consolidación de enfoques teóricos recientes. En los setenta y ochenta se
siguen produciendo hallazgos como La Viña, Chufín, Fuente del Trucho, etc. y se observa un
incremento del número de investigadores cada vez más capacitados. También en esta época se empiezan a
descubrir estaciones de arte rupestre paleolítico al aire libre, algunos tan importantes como Siega Verde
(Salamanca) o Foz de Côa (Portugal)

En la última década del siglo XX sigue en aumento el número de descubrimientos como cueva Chauvet
(Francia) y Covaciella (Asturias). Finalmente en los últimos años la aplicación de nuevos métodos de
investigación como el Carbono 14 permite un mayor conocimiento de este fenómeno artístico.

3. SOPORTES Y TÉCNICAS.

3.1. Soportes.
Arte rupestre paleolítico es toda representación gráfica intencionada realizada sobre soportes rocosos
fijos, luego no se pueden transportar. Este término englobaría a toda representación en cualquier tipo de
soporte, mientras que el término arte parietal se referiría sólo al realizado en paredes y techos de
cavidades kársticas. No obstante esta distinción de términos no es objetivamente precisa. Atendiendo a
estas definiciones se distinguen tres soportes:

1. Paredes, techos y suelos de grutas que no permiten la llegada de la luz del sol. Para la realización de
las representaciones es necesaria la iluminación artificial. Es aquí donde se representa la mayoría del arte

61
Tema 9. Arte rupestre paleolítico: soportes, técnicas y temática

rupestre paleolítico. Es frecuente el aprovechamiento de las formas naturales de las rocas, sus fisuras,
sus grietas, las protuberancias, etc. para dar formas de siluetas y volúmenes a las figuras.

Podemos encontrar representaciones en cualquier lugar, desde áreas despejadas, hasta camarines
apartados y estrechos, o corredores y galerías de paso y zonas de fondo. Se decoran desde grandes
superficies hasta áreas concretas, siendo frecuente las representaciones en estalactitas. Algunas grandes
cavidades alberga una decoración repartida desigualmente a lo largo de toda su extensión como en La
Pasiega o El Castillo, en otras por el contrario sólo encontramos unas pocas representaciones, pudiendo
variar la localización dentro de las mismas Las Herrerías, Soterraña.

2. Abrigos rocosos, posibles lugares de hábitat


iluminados por la luz del sol con lo cual se podrían
realizar representaciones sin acudir a iluminación
artificial, también permitiría el visionado de las
imágenes. Conocidos como santuarios exteriores.

3. Afloramientos rocosos al aire libre, sin protección


para las imágenes. Las representaciones al aire libre y
en abrigos rocosos son reducidas en comparación con
los conjuntos hallados en las cuevas, aunque esto
podría ser debido a que la conservación en las cuevas
es mayor que en los otros dos soportes al estar más
protegidos de los agentes atmosféricos exteriores, los
procesos erosivos medioambientales han podido
deteriorar muchas de las representaciones exteriores, sin embargo las condiciones naturales de muchas
cavidades apenas han variado desde que se decoraron, permitiendo mejor la preservación de pinturas y
grabados.

Parece ser que las características del soporte fueron determinantes para la selección de la técnica a la hora
efectuar la representación. Igualmente las condiciones de conservación pueden alterar la información,
haciendo creer que unas técnicas son preferidas a otras según en que soporte.

Las pinturas al aire libre se pierden fácilmente de manera que no se han descubierto figuras realizadas con
esta técnica al aire libre. Incluso las pinturas próximas a las entradas de las cuevas, la conservación es
más deficiente que las del interior.

Por el contrario el grabado esta mejor conservado en lugares menos protegidos. En cuanto al grabado las
características de las rocas también son determinantes a la hora de la conservación, así los esquistos son
perfectos para el grabado como lo demuestran los conjuntos en Foz Côa (Portugal), mientras que las
calizas al ser fácilmente alterables por el agua no es adecuada para mantener figuraciones al aire libre.

En los santuarios exteriores predominan especialmente los grabados profundos.

En Francia encontramos figuras en bajorrelieve, algo que en España no se ha observado hasta el


momento.

3.2. TÉCNICAS

3.2.1. Pintura.

Es la técnica de mayor difusión. Diferentes métodos de aplicación del pigmento, así hablamos de soplado,
trazo continuo, tinta plana, tamponado, etc.. Su aplicación podía hacerse en seco por medio de trozos de
ocres o de “carboncillo”, o disolviendo los colorantes en agua. Se podrían mezclar con aglutinantes y
otras sustancias para mejorar el resultado.

Como herramientas se emplearían desde las simples yemas de los dedos, hasta pinceles, espátulas,
retales de piel, o posibles aerógrafos para esparcir el pigmento con cierta homogeneidad. Para la
62
Tema 9. Arte rupestre paleolítico: soportes, técnicas y temática

elección de la técnica influirían varios factores como las características de las superficies rocosas, la
disponibilidad de pigmentos y posiblemente la forma buscada de las figuras que influirían en el uso
de un método u otro.

El tamponado consiste en la conformación de figuras


por medio de la disposición sucesiva de puntos. La
tinta plana es la distribución uniforme del color tanto
en intensidad como en cantidad, sobre una superficie.
El soplado es la proyección del pigmento desde la
boca directamente o utilizando posible aerógrafos. El
resto de técnicas como el trazo continuo,
discontinuo, etc., esta en relación con la regularidad
de los trazos, longitud, grosor, siendo en cualquier
caso un silueteado a través de trazos.

Los tonos cromáticos derivan de la composición del


pigmento, normalmente a base de
ocres (oxido de hierro), para los rojos y amarillos y
carbón vegetal u óxido de manganeso para los
negros

3.2.2. Grabado

Multitud de variantes, entre las que destaca el raspado, el rallado o estriado y el piqueteado, los trazos
digitales o macarrones, el trazo simple, el múltiple, etc. atendiendo a la profundidad, perfiles y
orientaciones se distinguen incisiones en V o en U. una variante alejada de esta técnica sería el relieve
realizados en las paredes.

El piqueteado es la formación de una figura por


medio de impactos sucesivos desconchando la
superficie impactada. Los trazos digitales son los
realizados con el dedo sobre superficies blandas.

Los útiles empleados en su mayor parte son de origen


pétreo como lascas o buriles, los dedos como se ha
comentado y otros de origen vegetal. También es
posible el uso de huesos apuntados. Los objetos con
punta serían los responsables de las incisiones en
forma de V, los objetos de punta roma serían los
responsables de las incisiones en forma de U. Posiblemente en la elección de los útiles habrían influido
los mismos factores que en la pintura

MODELADO. La primera cueva conocida con figuras modeladas en arcilla fue la del Tuc d'Audoubert,
en la que se encuentran tres bisontes que fueron ejecutados a partir de placas de arcilla apoyadas sobre
piedras. Posteriormente se halló, en la caverna de Montespan, la figura de un oso joven doblado sobre
sus patas y sin cabeza. Ambos hallazgos corresponden al Magdaleniense.

3.2.3. Técnicas mixtas

A veces vemos figuras pintadas a las que se ha añadido trazos


grabados, y figuras grabadas completadas con restos de pintura.
También se puede observar como una representación puede
ejecutarse con diferentes variantes de técnicas. Importante el
papel que juega en la creación de imágenes las formas rocosas y
las grietas, naturales, ya que se aprovechan para su ejecución,
dándoles realismo. Altamira.

En raras ocasiones su utilizaba el grabado para regularizar y


63
Tema 9. Arte rupestre paleolítico: soportes, técnicas y temática

preparar los soportes donde luego irían otros motivos. Los trabajos actuales de experimentación y
recreación de estas técnicas, el estudio de los soportes y el análisis de los pigmentos no han ayudado a
ampliar nuestro conocimiento de las cadenas operativas en el Paleolítico superior.

4. TEMÁTICA.
A pesar de ser tratadas de forma aislada es frecuente encontrar panales decorados con cualquier tipo de
figura. La composición de los paneles es variable y aunque no se aprecian escenas como tales si hay
cierta relación entre las figuras, así vemos animales afrontados entre ellos o en manadas en diferentes
actitudes. Leroi-Gourhan y Laming-Emperaire creyeron identificar un binomio figurativo compuesto
por el caballo y el bisonte/uro, estos ocupaban los paneles centrales y en trono a ellos se posicionaban
los demás animales, signos y antropomorfos, estando estas relegadas a un segundo plano contextual y, por
tanto, simbólico. Esta asociación no es una constante en la gran diversidad de paneles y soportes donde se
localizan estas expresiones.

Otras relaciones temáticas se observan entre los signos aflechados y algunas figuras animales, siendo
interpretados como venablos o heridas, haciendo pensar que se trata de animales heridos.

Parecen observarse ciertas disposiciones repetitivas de figuras en lugares específicos. Un gran número
de signos sobre todo los rectangulares se emplazan en lugares apartados como camarines. Los
grandes paneles decorados suelen ocupar lugares preeminentes.
Hay una aparente ausencia de vegetales o paisajes aunque la gran variedad de signos, en algún caso
podría representar el medio vegetal. En cualquier caso parece evidente una cierta selección de lo
representado producida por criterios culturales e ideológicos.

4.1. Signos.

En líneas generales es toda aquella expresión gráfica de un


objeto (objeto, elemento, fenómeno, idea o acción material) que
alcanza un grado de esquematización tal que no podemos
reconocer en ella, desde nuestra óptica, el objeto origen que
representa o sustituye, en algunas cuevas son las únicas
representaciones que encontramos (La Estación, El Portillo, La
Cuevota, etc.). Pilar Casado hace una clasificación para la
Península atendiendo a su tipología.

El primero en
llevarla a cabo
fue Leroi-
Gourhan, no obstante la cantidad de formas y
regionalismos impide clasificaciones totalmente válidas.
Encontramos desde formas simples como puntos,
digitaciones, trazos lineados, pareados, etc. hasta mas
complejas como claviformes, retículas, signos cerrados
geométricos, etc. Destacan entre los geométricos los
rectangulares con subdivisiones internas (mal llamados
tectiformes) que se disponen sobre todo en la región central
de Cantabria y oriental de Asturias (Tito Bustillo,
Castillo, Altamira). Hay trazos inconexos pintados o grabados que pueden aparecer en distintos
soportes que también se incluirían en este apartado. Su denominación es herencia de los comienzos de la
investigación cuando se asimilaban por semejanza a determinados objetos. Escaleriformes, ramiformes,
aviformes, etc.

4.2. Animales.
Importancia de los herbívoros, normalmente presas de caza, como bisontes, caballos, ciervos y cabras y
en menor cantidad renos, osos, jabalíes, felinos, cánidos peces, etc. en algunas cuevas como la Grotte-
Chauvet, esta última fauna, considerada como peligrosa, su representación es elevada.

64
Tema 9. Arte rupestre paleolítico: soportes, técnicas y temática

Encontramos cuevas donde unos animales predominan


sobre otros y otras donde existe una gran variedad de
fauna. Covalanas en Cantabria ejemplo de decoración
de un animal, ciervos. La fauna representada en la
Península es sub-boreal, más templada que la
representada en las regiones francesas. Se representa lo
que se ve o se ha visto, con lo cual el bestiario
representado nos sugiere las condiciones climáticas del
momento en que se ejecutó. Así en Las Monedas
(Cantabria) vemos renos y osos y ausencia de ciervos
lo que nos indica posiblemente la existencia de una fase
climática fría, hecho que posteriores análisis con el C14
rectifican al datar un periodo frío entre el Drias II y
III.
Se observa una descompensación entre la fauna representada y la consumida. Se privilegian a los
grandes herbívoros, mientras que otros que serían básicos en su dieta se discriminan como las cabras o
los ciervos. Es frecuente encontrar representaciones de animales con ausencia de ciertas partes.
También encontramos animales con apariencia fantástica, pero que en ellos se aprecian rasgos
zoomorfos y que son representados con miembros desproporcionados o con partes de diferentes animales.

4.3. Antropomorfos.
Incluimos en este apartado las figuras abstracta o
esquemáticas donde se reconoce la idealización de
seres humanaos. Su representación es más escasa que
las otras categorías. Mientras que los animales se
representan de forma realista, los antropomorfos
presentan los rasgos deformados, recibiendo apelativos
como fantasma o batracios al aparecer representados
con las cabezas deformadas semejantes a la de los
batracios. Los Casares (Guadalajara). Para explicar su
representación se debe acudir a factores culturales y no
a la incapacidad para saber representarlos. Las Venus
son un fenómeno que no se ha dado todavía en la
Península Ibérica.

4.4. Manos.
Tanto en positivo (plasmación de la mano en el soporte, habiendo
sido impregnada entera con pintura, normalmente roja); como en
negativo (silueteando la mano dispuesta sobre el soporte por medio
del soplado del pigmento). Numerosas en la Península Ibérica.
Castillo, Altamira (Cantabria); Maltravieso (Cáceres).

Se observan manos con “mutilaciones”. Generalmente las


mutilaciones se han considerado naturales, pero hay una teoría que
supone que serían manos con los dedos doblados para transmitir un
mensaje; en este caso entrarían en el concepto de los signos.

4.5. Seres híbridos.


Caracterizadas por tener partes animales y humanas.
Conocidos como “sorciers” (brujos en francés),
también se interpretan como posibles chamanes. Más
numerosos en Francia. En El Castillo (Catabria) es
conocido el hombre-bisonte, donde aprovechando
formas rocosas sugerentes se añadieron detalles
pintados y grabados. Las patas son más propias de
humano, observándose unos pies humanos

65
Tema 9. Arte rupestre paleolítico: soportes, técnicas y temática

5. EL CONCEPTO DE SANTUARIO DE LEROI- GOURHAN.


Tras varios años de estudio su interpretación le llevó a deducir unas asociaciones temáticas recurrentes,
una estructura contextual en los diversos paneles y una distribución topográfica diferencial de los
motivos, que se iban repitiendo, según el, por la toda la superficie rocosa de la cueva. Las asociaciones
figurativas, eran por tanto, intencionadas y respondían a tradiciones concretas, y por tanto la disposición
de las figuras respondería a un plan preconcebido, constituyéndose las cuevas en auténticos santuarios.
Atendiendo a los resultados definió siete grupos, dotando a cada uno con una letra:
A.- Caballos, presentes en casi todas las estaciones rupestres.
B.- Bóvidos, casi tan representados como el caballo. Entre A y B representan más del 50% de las figuras
totales.
C.- Cérvidos, carpidos, mamuts y renos, en torno al 10%.
D.- Animales peligrosos como osos rinocerontes, felinos, etc. suponen apenas el 2%.
El resto de los temas no logran entre todos el 1% , pero los subdividió en los siguientes grupos:
E.- Híbridos y animales fantásticos.
O.- Aves
P.- Peces.
Con los signos operó de forma parecida dividiéndolos según su morfología. Así diferenció:
S1.- Signos simples. Con formas abiertas o alargadas. Dominan en número el registro de los signos
S2.- Signos Complejos. Con formas cerradas o geométricas.
S3.- Puntuaciones y digitaciones.

En el plano
topográfico intentó
definir áreas de
representación
dentro de las cuevas,
distinguiendo entre
paneles centrales,
áreas de entrada,
divertículos,
corredores, salas
finales, etc. cruzando
toda la información
observó la existencia
de un patrón que se
repetía en la mayoría
de las cuevas,
llegando a las
siguientes conclusiones:
• Los grupos A y B forman el binomio caballo/bóvido ocupando los paneles principales y centrales
• Los del grupo C ocupan áreas marginales de estos paneles, siendo meros acompañantes de los
anteriores, ocupando zonas de entrada y fondo y áreas de paso.
• El grupo D se situarían al fondo, al igual que el grupo E.
• Manos y signos simples ocuparían estancias de entrada o formando parte de los paneles
principales
• Los signos complejos ocuparían camarines o divertículos apartados

A su parecer, esta asociación de temas y su distribución conforman un modelo básico de santuario en la


que se pone de manifiesto la importancia del binomio caballo/bóvido, complementado sobre todo por
animales del grupo C, situándose en partes retiradas la representación de imágenes cargados de
singularidad simbólica como los signos complejos y animales peligrosos.

Lo cierto es que este patrón en muchos casos no se ajusta a la realidad, aunque si parecen afirmarse
algunas conexiones como la identificación de áreas coincidentes con divertículos y camarines, algunas de
difícil acceso, donde se localizarían loe pocos conjuntos de signos complejos. Altamira, El Castillo
(Cantabria). Un estudio reciente de N. Gálvez ha apuntado que los bisontes tienen mayor formato que

66
Tema 9. Arte rupestre paleolítico: soportes, técnicas y temática

otras figuras, que fueron realizados en grandes lienzos de salas amplias o de zonas de paso y con
procedimientos técnicos más complejos.

67
Tema 10. El Arte rupestre Paleolítico de la PI

TEMA 10
ARTE RUPESTRE PALEOLÍTICO (II): EL ARTE RUPESTRE PALEOLÍTICO DE LA
PENÍNSULA IBÉRICA

1. CRONOLOGÍA DEL ARTE RUPESTRE PALEOLÍTICO DE LA PENÍNSULA IBÉRICA


Hasta la aparición del sistema C14 AMS, que permite la datación absoluta de muestras
relativamente pequeñas, las fuentes que aportan información cronológica sobre las figuras eran de
naturaleza relativa. Tenemos el sistema de H. Breuil, A. Leroi-Gouham y F. Jordá.
1.1. El sistema de H. Breuil
Breuil concibe la existencia de dos ciclos crono-culturares de representación en el Paleolítico,
basándose en dos fundamentos básicos:
• La técnica y morfología más simple es siempre lo más antiguo
• Las superposiciones de las figuras
• Ciclo Auriñaco-perigordiense. Periodo más antiguo definido por la representación de
animales de perfil, con patas muy lineales (o sin ellas) y cuernos en perspectiva torcida
(cuerpo y cabeza de perfil, cuernos de frente); plasmación de manos positivas o negativas;
gruesos puntos dispuestos en seriaciones; técnica del grabado digital. Las figuras realizadas
mediante tamponado y las rellenas de tinta uniforme (tinta plana) se consideran de finales
del periodo.
• Ciclo Solutreo-magdaleniense. El horizonte más antiguo son figuras de animales y
esbozos negros. Posteriormente se combinan técnicas y, en especial, la bicromía. También
el trazo estriado del grabado.
1.2. El sistema de A. Leroi-Gourhan
Gourhan propone cuatro estadios figurativos y cinco estilos.
Estadios figurativos:
• Estadio geométrico puro: trazos sueltos inconexos, principalmente en soportes muebles
• Estadio figurativo geométrico: figuras zoomorfas con tendencia geométrica
• Estadio figurativo sintético: las figuras zoomorfas, a pesar de no mostrar abundantes
detalles, son fácilmente identificables
• Estadio figurativo analítico: los zoomorfos evidencian una tendencia al naturalismo
Estilos:
• Estilo Prefigurativo:
trazos incisos y manchas
de color. Corresponde con
el geométrico puro y se
sitúa en el musteriense y
Chatelperroniense
• Estilo I: grabados de
vulvas, cúpulas y animales
incompletos. Primeras
pinturas y bajorrelieves
(no en la P. Ibérica).
Corresponde al
Auriñaciense
• Estilo II: se organizan las
figuras (temática) en
paneles seleccionados, es
decir, aparecen los
primeros “santuarios
según su definición.
Convencionalismos: línea
cervico-dorsal en forma de
S; cabeza y extremidades pequeñas y desproporcionadas; perspectiva torcida de los
cuernos; en los caballos, la crinera en escalón. Ausencia de detallismos. En España, la
cueva de Hornos de la Peña (Cantabria). Abarca el Gravetiense y el Solutrense inferior.

68
Tema 10. El Arte rupestre Paleolítico de la PI

• Estilo III. La línea cervico-dorsal está menos pronunciada. Aparece un mayor detallismo.
La Pasiega (Cantabria) y Nerja (Málaga) registran esta fase. Se desarrolla entre el
Solutrense medio y el superior, pudiendo prolongarse hasta el Magdaleniense inferior.
• Estilo IV. Dos subdivisiones:
• IV antiguo, Magdaleniense inferior y medio. Las figuras animales tienden hacia el
naturalismo (numerosos detalles: ojos, lacrimales, orejas, pezuñas, etc.) llegando a
representar el pelaje en crineras y en vientres (M, trazo con esta forma que recorre esta
área y trata de diferenciar color e intensidad del pelaje del abdomen). Combinación de
técnicas. Altamira y Castillo (Cantabria), Tito Bustillo (Asturias), Ekain (Guipúzcoa),
La Pileta (Málaga), etc.
• IV reciente. Continúa la búsqueda del naturalismo. No obstante, se aprecia un mayor
movimiento y un menor detallismo. La cueva de Las Monedas (Cantabria).

El ciclo Auriñaco-Perigordiense de Breuil se corresponde con los tres primeros estilos de Gourhan,
y el Solutréo-magdaleniense a los estilos IV antiguo y reciente.

1.3. El sistema de F. Jordá


Este sistema está concebido sólo para la zona cantábrica y parte del sistema de H. Breuil.
Define tres ciclos:
• Auriñaco-gravetiense. Dentro de los grabados incluye los trazos digitales inconexos y los
animales grabados con trazo profundo. Referente a la pintura, incluye las figuras en rojo y
algunas en negro, las manos en negativo y los signos “escutiformes” (forma de escudo),
“escaleriformes” (forma de escalera) y “claviformes” (en forma de maza) de protuberancia
central.
• Solutreo-magdaleniense. Solutrense y magdaleniense inferior. Se divide en dos etapas:
o Solutrense: aparece el grabado múltiple, el grabado estriado (cuello, cabeza y pecho) y
el tamponado. Continúan las figuras rojas y negras; se asocia la pintura al grabado.
Signos rectangulares con subdivisión interna.
o Magdaleniense inferior: el grabado estriado decae; surgen representaciones policromas
y respecto a los signos, los claviformes de protuberancia en el tercio superior.
• Magdaleno-aziliense. Representación de antropomorfos grabados, figuras en trazo
continuo (en grabado y en pintura), desaparición del trazo estriado y la presencia de figuras
esquemáticas rojas.
Muchos investigadores sostienen que estos sistemas no tienen validez y los estiman subjetivos e
ineficaces. Otros en cambio no desechan de plano la cronología basada en estos criterios.
Se reconoce la existencia de dos tipos de tendencias sincrónicas en la representación de figuras a lo
largo de todo el Paleolítico superior. Por un lado, un enfoque que apunta al naturalismo, y por el
otro, un modo más esquemático.

2. DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA DEL ARTE RUPESTRE PALEOLÍTICO DE LA


PENÍNSULA IBÉRICA
Hasta hace pocos años se tenían como casos excepcionales los conjuntos que se localizaban fuera
del área andaluza y de la cantábrica (considerada junto con el Perigord, Francia, y la zona de los
Pirineos franceses, como uno de los principales focos de acumulación de estaciones parietales). Sin
embargo, las prospecciones sistemáticas han sacado a la luz nuevos conjuntos rupestres, dibujando
un nuevo mapa de distribución en la Península Ibérica.
El número de estaciones rupestres paleolíticas ronda el centenar y medio en total; la franja
cantábrica supera el centenar. El valle del Duero y Andalucía tienen más de 15 conjuntos, mientras
que en el arco mediterráneo y la sub-meseta sur (incluyendo el Alemtejo portugués) no superan la
decena. Posibles causas de esta desigualdad: desigual karstificación y afloramientos rocosos, y por
tanto una peor preservación; elevada densidad de población en la zona cantábrica en relación a las
demás.

2.1. Región Cantábrica


Franja costera de unos 400 km de largo por 40 de ancho: desde el centro-occidente de Asturias
hasta la frontera Navarra con Francia.

69
Tema 10. El Arte rupestre Paleolítico de la PI

La cordillera ibérica por el sur y el mar por el norte, este corredor estuvo densamente poblado
durante el Paleolítico medio y superior. Los yacimientos se localizan en los valles medios y
desembocaduras de los ríos. Las estaciones rupestres pueden contener yacimiento de habitación en
los vestíbulos (Castillo y Altamira); pueden estar próximos de otras cavidades con evidencias de
ocupación (La Haza y Covalanas) o pueden estar alejados de sitios arqueológicos. Las llanuras
costeras también eran proclives al asentamiento de los grupos, así como los valles transversales
entre los cauces de los principales ríos. Todos estos entornos naturales con abundancia de agua, la
cercanía del mar (atemperamiento climático), amplia cantidad de refugios naturales (abrigos y
cuevas), la riqueza de biotopos (diferentes recursos alimentitos), etc., conforman un área geográfica
ideal para los cazadores-recolectores del Paleolítico superior.

Se puede observar un mayor número de cavidades decoradas en la parte de la actual comunidad de


Cantabria en comparación con el País Vasco y occidente de Navarra.

En el corredor cantábrico existe gran diversidad de técnica, temática, estilística, contextual,


cronológica, etc., que incide en la complejidad a la hora de valorar en su globalidad el conjunto de
éstas. El bajorrelieve no está documentado hasta el momento, estando muy presentes las diferentes
modalidades de pintura y de grabado. Destaca la combinación de técnicas (policromos de
Altamira).

Respecto a la temática se constatan ciertas particularidades: la fauna representada es más


templada. Abundan los caballos, bóvidos (bisontes y uros), cérvidos y en menor medida los
cápridos; en cambio en las zonas francesas se documentan mayor número de animales de clima frío
(mamuts, renos, rinocerontes lanudos, etc.).

Los signos simples y algunos compuestos están muy representados. Entre los complejos destacan
los claviformes por toda la franja, y los
rectangulares con subdivisión interna en el
área central de Cantabria. La reiteración
de signos como los rectangulares de
subdivisión interna que evidencian una
complejidad morfológica interna con
disposición apartada en el interior de las
cuevas, permite postular la existencia de
grupos que compartían un rasgo
ideológico y/o expresivo diferenciador con
respecto a otros. Las manos
(principalmente en negativo) están
ausentes en la mayoría de cavidades, pero
en las que están presentes lo hacen en gran
número. Los seres híbridos no son
corrientes; una excepción es una
estalagmita de la cueva de El Castillo
donde se grabó y pintó un hombre-bisonte.

En esta región se advierte la asociación contextual entre las diferentes categorías temáticas.

Todos los estilos definidos por Gourhan y Breuil se reconocen en las imágenes, sin embargo las
más numerosas se adscriben a los estilos más recientes (III y IV) o al ciclo Solútreo-magdaleniense.
Las arcaicas son escasas. Al Prefigurativo o al etilo I de Leroi-Gourhan se pueden atribuir las
incisiones verticales y profundas del abrigo de La Viña y El Conde. Los animales que se ajustan al
estilo II se amplían. Las improntas de manos se realizaron en horizontes antiguos del Paleolítico
superior.

Las representaciones que encajan con el estilo III son abundantes en el Cantábrico; Arenaza (País
Vasco); La Pasiega, La Garma, Covalanas, La Haza, Arco A y B, etc. Este grupo se denomina
“Escuela de Ramales” por la amplia concentración de cuevas con manifestaciones de este tipo

70
Tema 10. El Arte rupestre Paleolítico de la PI

(trazo rojo tamponado, preferencia temática por las ciervas, uso de la tinta plana para rellenar pares
del animal como el cuello y el pecho, orejas en V, cuello alargado, etc.). Otras representaciones
escribibles a este estilo, pero diferentes de la escuela de ramales, son Peña de Candamo, Pindal,
Llonín, etc. (Asturias), en Altamira (serie roja) y Castillo, Salitre, Chimeneas, etc. en Cantabria.

El estilo IV es el más evidenciado en esta zona. La decoración hasta aquel entonces parecía
centrarse a espacios próximos a la entrada de la cueva (vestíbulo, salas y camarines); ahora se
extienden a zonas más profundas y escondidas. Son numerosas las estaciones con estilo IV, pero las
más destacables son: los policromos de Altamira, primer panel de El Castillo (Cantabria), panel
principal de Tito Bustillo (Asturias), los bisontes de Covaciella (Asturias), galería de los caballos
de Ekain (Guipúzcoa), etc.

Además de la combinación de técnicas y la bicromía, hay que destacar en el Magdaleniense inferior


cantábrico las conocidas ciervas de trazo estriado (Llonín, Peña de Candamo, Tito Bustillo, etc.).

El estilo IV reciente es menos notorio (Las Monedas, El Castillo, La Loja, etc.).

Dataciones radiocarbónicas:

El C14 AMS ha apuntado que los bisontes polícromos (en realidad bícromos) de Altamira tienen
una antigüedad en torno a los 14.000 años, los bisontes bícromos del Castillo alrededor de 13.000
años, mientras que los bisontes de Covaciella rondan los 14.000 BP. Los signos rectangulares
podrían encuadrarse en una fase entre el Solutrense y el Magdaleniense inferior. La manchas negras
de Altamira entre los 17.000, los cápridos de Las Monedas los 11.500 BP. Las manos y discos rojos
se encuentran en la base de las superposiciones, y se apunta a horizontes del final del Gravetiense y
comienzos del Solutrense (sobre dataciones de restos orgánicos contextuales se ha obtenido una
fecha de 20.000 BP en un carbón al pie de un panel decorado con manos en negativo de Fuente del
Salín).

Por tanto, se puede afirmar que la zona cantábrica es la zona más rica en cuanto a la cantidad de
estaciones de arte rupestre paleolítico, y además es el área con mayor variabilidad técnica,
temática, cronoestilística y contextual.

2.2. El Interior Peninsular (Mesetas y Extremadura) y Portugal


El poblamiento del interior de la Península en el Paleolítico superior no es aún muy conocido ya
que los yacimientos son escasos. Existen diversos contextos medioambientales (mesetas,
cordilleras, cuencas fluviales, etc.). Los yacimientos localizados
hasta el momento se sitúan en los rebordes montañosos.
Se documentan 18 conjuntos artísticos agrupados en cuatro
grandes núcleos:
• Norte (Valle del Ebro). Tres estaciones, Ojo Guareña,
Penches y Atapuerca (Burgos).
• Centro (piedemontes de los sistemas Central e Ibérico),
Los Casares, La Hoz, El reno y El turismo
(Guadalajara) y La Griega (Segovia).
• Centro-occidental (cuenca media del río Duero).
Acoge magníficas estaciones rupestres al aire libre;
Siega Verde (Salamanca), Domingo García (Segovia), y
Mazouco y Foz Coa (Portugal).
• Sur. El Niño, en la cabecera del río Mundo (Albacete),
El Escoural (Alemtejo, Portugal), y Maltravieso, La
mina de Ibor y los grabados al aire libre de Cheles
(Extremadura).

Temática. Globalmente, el animal dominante es el caballo,


seguido por ciervos, uros y cápridos. También bisontes, felino, renos, y algún rinoceronte lanudo

71
Tema 10. El Arte rupestre Paleolítico de la PI

(escaso). Los antropomorfos se constatan en muchas estaciones (destaca los antropomorfos de la


Cueva de Los Casares). Los signos son escasos pero poseen cierta entidad: signos cuadrangulares,
en arco con divisiones interiores, y signos con forma de palma.

Análisis temático: los caballos son los más


plasmados en todas las cavidades excepto las
del grupo sur, donde predomina el ciervo. En
el sector centro-occidental los uros y cabras
son muy importantes. En el valle del Duero
hay gran cantidad de cápridos (Foz Coa). En el
grupo sur, en especial la cueva de El Niño, son
los cérvidos (principalmente ciervas) la
especie dominante; también es importante los
cápridos. Antropomorfos y fauna fría no se
representan. Los felinos, renos, el posible
rinoceronte lanudo, algún posible mamut, etc.,
hallados en el grupo central evidencian un
paralelismo temático más próximo a la zona
cantábrica que a la levantina o andaluza.

Técnicas. Utilizan grabado y pintura (ésta sobresale). Trazo simple y único (aunque también
estriados y raspados). El piqueteado es recurrente en las estaciones al aire libre del sector centro-
occidental. Utilizan el soplado y la impresión directa de color al realizar las manos en negativo y en
positivo. Pero son los trazos simples en rojo y en negro los más extensamente utilizados, quedando
las tintas planas como anecdóticas.

Cronología. Se determina con base en criterios estilísticos, y/o poniendo en relación yacimientos
paleolíticos cercanos. Se cree que los primeros momentos de decoración se llevarían a cabo en el
Gravetiense o a comienzos del Solutrense. El mayor número de representaciones se realizaría en las
últimas fases del Solutrense y primeras del Magdaleniense.

En líneas generales, se puede expresar que las zonas que conforman el arte paleolítico del interior
aunque comparten una cierta unidad (fauna, estilística, etc.) también presentan rasgos
diferenciadores (presencia/ausencia de antropomorfos y de fauna fría, soportes, etc) que lo ponen
en relación con otras regiones próximas.

2.3. El Sur Peninsular (Andalucía)


Se localizan alrededor de 20 estaciones y se observan dos principales áreas de dispersión:
• Zona litoral entre Almería y Gibraltar. Cueva Ambrosio, Almacena y un équido al aire
libre en Piedras Blancas (Almería); Malalmuerzo (Granada); cueva de Nerja, Higuerón,
Victoria, Navarro y Toro (Málaga); El Moro, Atlanterra (Cádiz); Gorham (Gibraltar).
• Regiones interiores y estribaciones serranas de la parte oriental de Andalucía. Morrón
(Jaén), cuevas de La Pileta y Ardales (Málaga), Las Motillas (Cádiz).

Temática. Bóvidos, équidos, cérvidos y cápridos. En menor medida pisciformes y focas. Los
signos aparecen en abundancia: simples (puntos, trazos, trazos pareados, etc.) y específicos de esta
área (retículas, estrellas, meandros, etc.). Uros y ciervos tienen un papel principal y excluyente
entre ellos. Ambos se acompañan de caballos y cabras o por signos. Existen paneles
monotemáticos. La fauna fría está ausente. Hay que destacar el escaso número de imágenes en la
mayoría de conjuntos. Los antropomorfos no son corrientes, pero en la cueva de Ardales existen
figuras femeninas.

72
Tema 10. El Arte rupestre Paleolítico de la PI

Técnicas. Grabado simple (a


veces múltiple) y pintura lineal
(negra o roja) y simple. Las tintas
planas son muy raras. Soplado
para manos en negativo,
impregnación de palmadas y
dedos con color para las positivas,
y combinación de técnicas no son
frecuentes, pero si se registran en
la cueva de Ardales.

Cronología. Se construye
conforme a los reiterados estilos.
La cronología apunta a dos
horizontes representativos:
zoomorfos con características formales que se ajustan al estilo II y III de Leroi-Gourhan (cuerpos
gruesos, cabezas pequeñas, patas cortas, perspectiva torcida, etc.), y zoomorfos con rasgos
morfológicos atribuidos al estilo IV. De este modo la decoración abarca desde el Solutrense hasta el
Magdaleniense.
Los rasgos generales del arte rupestre paleolítico andaluz muestran similitudes con el arte del litoral
mediterráneo por el este, y con el grupo sur del interior.

2.4. El Levante Mediterráneo y el Valle del Ebro

La franja mediterránea y su prolongación por el valle del Ebro incluidas en esta última zona no es
del todo correcta, ya que comparte características del arte andaluz y de igual forma, no se puede
considerar toda la cuenca del Ebro dentro de la región mediterránea. Sin embargo es necesaria para
no hacer más compleja la presentación de la información.

Existen importantes depósitos sedimentarios de ocupación humana durante el Paleolítico superior.


Destaca la secuencia de El Parpalló (Valencia) donde se documentan infinidad de plaquetas de
piedra grabadas desde gravetienses hasta magdalenienses. A diferencia de los yacimientos, las
estaciones rupestres no son tan espectaculares ni tan numerosas.

Fuente del Trucho es la cueva más septentrional y presenta manos negativas (rojo y negro), algunas
mutiladas o con los dedos flexionados. También existen caballos, signos simples, meandros, etc. En
el litoral mediterráneo sólo existe un ciervo en la cueva de Taverna, y un uro en negro en la cueva
de Moleta de Cartagena. Tres caballos y dos uros pintados en Les Meravelles (Valencia), y un
équido grabado en la pared del fondo de El Parpalló. En Cueva Fosca (Alicante) imágenes grabadas
de ciervos, caballos, bóvidos y signos lineales.

Todas las representaciones del litoral mediterráneo se encuadran dentro del estilo II-III de Leroi-
Gourhan; desde el final del Gravetiense hasta comienzos del Magdaleniense.

Valoración del conjunto: escasa cantidad de estaciones y reducido número de imágenes que éstas
albergan. Las técnicas, temática y estilos presentan analogías con otras zonas.

3. PRINCIPALES INTERPRETACIONES DEL ARTE PALEOLÍTICO


3.1. El arte por el arte
A partir de los primeros hallazgos de objetos decorados en yacimientos franceses a mediados del
siglo XIX, se intenta buscar una explicación y surge la primera teoría y la más simple “El arte por
el arte”.

Principio básico: las decoraciones son realizadas únicamente por el mero placer estético de los
autores. Finalidad = ornamentación, divertimento y satisfacción personal, sin concurrir ningún
carácter trascendente (religioso, mágico, simbólico).

73
Tema 10. El Arte rupestre Paleolítico de la PI

Fue sostenida por Edouard Lartet, Gabriel de Mortillet, Henry Christy, Marcellin Boule. Según la
opinión de los especialistas de la época, los prehistóricos vivían placidamente en un mundo de
abundancia, sin preocupaciones, con gran cantidad de tiempo libre, y esto daría lugar a las artes.
Finalmente esta teoría fue postergada. Sus fundamentos no podían explicar la presencia de
imágenes situadas en las galerías profundas y en áreas recónditas y de difícil acceso de las cuevas.

3.2. La magia de la caza y la fecundidad


Surge a fines del siglo XIX y se desarrolla a comienzos del XX. La publicación del artículo “L’art
et la magie” de Reinach en 1903 marcó un hito, un antes y un después en la visión que los
prehistoriadores tenían de la iconografía paleolítica.
La magia simpática se fundamenta en la relación establecida entre la imagen y el sujeto real, de
forma que si se actúa sobra la imagen del animal figurado se actúa igualmente sobre el animal real.
Se basa en modelos etnológicos (comunidades australianas, esquimales, bosquimanos, etc.).
Esta teoría parte de la premisa de que este arte representa esencialmente animales y dos
observaciones importantes son:
• El bestiario representado (bisontes, caballos, ciervos, uros, etc.) es básico para la
subsistencia
• El espacio donde se localiza coincide en muchas ocasiones con lugares oscuros y muy
profundos.
El procedimiento mágico tendría tres finalidades:
• La caza: grandes herbívoros (bisontes, caballos, cabras, ciervos, etc.) que al ser
representados también serían capturados. Los signos de flechas, venablos y heridas son
también indicativos. Las representaciones incompletas reflejarían el intento mágico de
restar capacidades físicas y así facilitar su captura.
• La fecundidad: representan figuras femeninas, órganos sexuales, escenas de animales
macho y hembra para así fomentar la multiplicación de las especies y la supervivencia del
grupo.
• La destrucción: está enfocada a los animales que suponían un peligro para el hombre
(felinos, osos y rinocerontes).

Según esta teoría tendrían lugar ceremonias mágicas y religiosas donde participaban los iniciados y
serían oficiadas por hechiceros, éstos representados por seres compuestos o híbridos.

Objeciones a esta teoría: se basan en el rechazo al recurso etnológico, negándose que los grupos
cazadores-recolectores actuales estén en el mismo estado evolutivo que los paleolíticos.
Otros factores que no encajan: desequilibrio numérico entre la fauna representada y consumida en
los hábitats, escasa representación de flechas y heridas, de hembras preñadas y escenas sexuales, la
existencia de figuraciones como las manos, los monstruos, etc.

3.3. La visión estructuralista. La teoría de Leroi-Gourhan


A mediados del siglo XX aparecen nuevas tentativas de concebir la investigación del arte
paleolítico desde enfoques estructuralistas. Su punto de partida es el rechazo a las hipótesis
etnológicas. Concedieron gran importancia a la relación de las figuras entre si y a su situación
topográfica en el interior de las cuevas. Pensaban que los accidentes de las paredes podían tener un
valor simbólico intrínseco. Así, las fisuras de las rocas podían ser representaciones de lo femenino.

A. Leroi-Gourhan. Aseveró que prácticamente la mitad de los animales representados son caballos
y bisontes y que ambas tienen una semejante proporcionalidad cuantitativa. Cabras, ciervos, renos,
etc. actuaban de meros acompañantes. Basándose en esta dicotomía concibió al conjunto de
representaciones naturalistas como la “yuxtaposición, acoplamiento o asociación” no de dos grupos
de animales en sí mismos, sino de un principio femenino para los bisontes y otro masculino para
los caballos.

Para los signos realizó un razonamiento parecido. Hizo dos grupos: los signos tenues (S1) (signos
largos, en forma de azagaya), había que ponerlos en relación con los órganos sexuales masculinos,
mientras que los signos plenos o llenos (S2) (de forma rectangular, cuadrada, ovalada, etc) se

74
Tema 10. El Arte rupestre Paleolítico de la PI

asignaban a la mujer o a los órganos sexuales femeninos. Estos signos masculinos y femeninos se
complementarían, documentándose juegos de relaciones que representan un concepto simbólico
binario y de carácter sexual.

Críticas a esta teoría: la subjetividad.

3.4. El chamanismo
Algunos autores ya habían sugerido que el chamanismo puede estar detrás de estas manifestaciones
expresivas. J. Clottes y D. Lewis-Williams apelan a dos aproximaciones:

La neurosicológica. Pone de manifiesto que el sistema nervioso humano puede generar estados de
conciencia alterada y alucinaciones. La Etnológica. Sugiere que hay una ubicuidad del chamanismo
en comunidades de cazadores-recolectores por todo el mundo (América, Liberia, sur de África,
etc.). Esta multiplicidad es el resultado de una necesidad ineludible en este tipo de sociedades de
racionalizar la tendencia universal del sistema nervioso humano que supone el acceder a los estados
de conciencia alterada. Las alucinaciones pasan por tres estadios:
• I Estadio (o inicial). El sujeto sufre una serie de fenómenos producidos dentro del sistema
óptico; comienza a percibir pulsaciones
luminosas; se ven formas geométricas
simples que pueden cambiar y
transformarse en puntos, zig-zags,
líneas paralelas, curvas, etc.
• II Estadio. Se interpretan esas
imágenes geométricas, asimilándolas a
objetos conocidos. Los factores
culturales y el ambiente en que se
desarrolla la experiencia determinan la
identificación de una forma simple a
un objeto concreto.
• III Estadio. Grado más elevado del
trance. Los elementos del primer
estadio pasan a ser periféricos. Las figuras se convierten en animales, monstruos, personas,
seres híbridos, etc. A estas imágenes se las conoce como alucinaciones icónicas. A esta fase se
accede entrando en un torbellino o túnel, al final de éste se encuentra el mundo icónico.

J. Clottes y D. Lewis-Williams consideran que en el paleolítico los estados alterados eran


ritualizados e interpretados por los grupos de cazadores-recolectores de forma compatible con sus
modos de vida. Cuando los magdalenienses o sus predecesores iban a la profundidad de las cuevas,
sabían que penetraban en el mundo de lo sobrenatural y esperaban encontrarse allí con los espíritus.
En tal estado mental, reforzado por la tradición, la posibilidad de tener visiones se acrecentaba. La
existencia de prácticas chamánicas en el arte paleolítico se percibe en: las paredes, los techos y
suelos de las cuevas, porque estarían cargados de sentido; el aprovechamiento de los relieves y
fisuras naturales para realizar las imágenes; la impresión de que las imágenes están suspendidas en
las rocas; y la representación de imágenes concretas como signos geométricos, los seres híbridos o
las manos.

75
Tema 11. El Arte mueble Paleolítico

TEMA 11. ARTE MUEBLE PALEOLÍTICO

1. ARTE MUEBLE Y ARTE RUPESTRE.

El arte paleolítico posee una naturaleza dual con respecto al tipo de soporte sobre el que se dispone.
Primero se constatan expresiones gráficas sobre soportes inmóviles, pero también se documentan
en objetos que pueden ser abandonados (arte mueble o mobiliar).
El arte mueble abarca a todo el conjunto de representaciones gráficas intencionadas
realizadas sobre soportes líticos y orgánicos que pueden ser transportados.
El arte mobiliar paleolítico se distribuye prácticamente a lo largo de toda Europa y se presenta en
un elevado número de soportes de distinta naturaleza ( conchas, huesos, marfil, útiles de industria
ósea, útiles de industria lítica, soportes líticos( plaquetas, cantos y bloques) etc.).
La gran mayoría de los objetos del arte mueble aparecen en los registros arqueológicos asociados a
los demás restos óseos y líticos. sin aparente diferenciación espacial en las localizaciones. Y este
aspecto junto con el hecho de que una parte importante de las piezas decoradas tengan una
funcionalidad utilitaria, ha sido aprovechado para postular una menor sacralidad simbólica de este
arte en comparación con el rupestre.
Se ha visto unas manifestaciones con orientación más cotidiana, ya que el arte parietal está cargado
de simbolismo y espiritualidad, siendo el soporte donde principalmente se manifiestan las creencias
más profundas de aquellas sociedades.
A pesar de estas consideraciones, entre los objetos muebles existen categorías que aparentemente
tienen tan solo una finalidad simbólica como las plaquetas líticas decoradas, las esculturillas en
hueso, marfil y piedra, que apuntan a la existencia de destacados objetos rituales en aquellos
grupos humanos.
El arte mueble paleolítico ha estado subordinado al estudio del arte rupestre, principalmente como
apoyo y referencia válida de carácter cronológico. Otro aspecto comparativo que diferencia un arte
del otro es la variación temática observada.

2. SOPORTES Y TÉCNICAS
2.1. Soportes.
Las evidencias de arte mueble paleolítico que se conservan en los yacimientos arqueológicos se
presentan en dos tipos de soportes, orgánicos e inorgánicos.
• Soportes ORGÁNICOS
o Huesos. Casi todo los tipos de huesos ( largos, craneales, costillas, omóplatos, pelvis,
falanges ) han servido para ser decorados. Los huesos de las extremidades de grandes
herbívoros (cérvidos y équidos) han sido un soporte muy recurrente en este período. Los
huesos largos de ave y los restos óseos con morfología plana han sido utilizados.
El ciervo se erige en nuestras latitudes como el animal más aprovechado para la obtención
de soportes orgánicos, tanto en hueso como astas. En Francia el reno supuso un gran
aporte.
o Astas. De las astas se extraen un buen número de útiles (azagayas, arpones, propulsores,
varillas, bastones perforados) directamente implicados en las labores cinegéticas. A
menudo, estos instrumentos albergaban representaciones gráficas. Hay un proceso técnico
elaborado para las obtenciones de estos útiles.
o Marfil Las piezas decoradas en marfil son
extraordinariamente raras en la Península Ibérica, aunque
en otras partes de Europa ( este y centro) es una materia
muy usada.
o Dientes Estos elementos parece ser que únicamente
tuvieron un uso ornamental para estas gentes, muchos de
estos objetos eran perforados y en ocasiones decorados.
Los dientes utilizados ( colmillos, molares, incisivos)
suelen ser de herbívoros, aunque no es extraño
encontrarlos carnívoros.
o Conchas de moluscos En cuanto ,a las conchas, es curioso
constatar que algunas se localizan en yacimientos muy

76
Tema 11. El Arte mueble Paleolítico

lejanos de su lugar de procedencia (se encuentran conchas propias del mediterráneo en el


cantábrico, y viceversa).
Es muy posible que se decoraran maderas, pieles, etc., pero, no se han preservado en el
registro arqueológico al ser materiales perecederos.
• Soportes INORGÁNICOS
Encontramos decoraciones en diversos materias litológicas (
areniscas, cuarcitas, esquistos, óxidos) que se pueden
presentar en diferentes formas fundamentalmente en cantos
dorados, bloques rocosos que pueden ser transportados por
un individuo, placas, plaquetas y ocres), siendo las placas y
plaquetas las más utilizadas.
Estos objetos aunque tienen unas medidas de largo y ancho
variables suelen presentar escaso grosor y dos caras
(anterior y posterior) bastante planas y lisas que son una
superficie cómoda sobre la que llegar a cabo las figuras.
En los soportes decorados observamos que los objetos orgánicos suelen tener mayor funcionalidad
que los pétreos. Entre los útiles en hueso y asta están claramente orientados a la caza (azagayas,
propulsores, arpones y varillas), y otros su uso esta en relación con actividades domésticas
(espátulas, bastones de mando, agujas, tubos). Los objetos inorgánicos decorados son escasos en
número y abarcan lámparas, compresores, retocadores.
Entre las piezas orgánicas que no parecen tener una función cotidiana
específica y que apuntan a valores ornamentales y sistemas
ideológicos o simbólicos de los grupos paleolíticos vemos:
a) los contornos recortados. Se aprovecha la forma natural
del hueso hiodes de cérvidos, équidos y bóvidos, y ejecutar
con algunos retoques, singulares contornos o perfiles de
cabezas naturalistas de caballos
b) Rodetes. Aprovechan los omóplatos de herbívoros para
recortar, seguramente con buriles, plaquitas circulares que
son decoradas por ambas con figuras zoomorfos o con signos
simples.
c) Dientes, conchas.
• Forma de los soportes
Otros aspectos a estudiar de los soportes son el tamaño, volumen, circularidad. Barandiarán ,de
acuerdo a estos parámetros, definió tres tipos de soportes: a) cilíndricos (huesos largos y astas). b)
aplanados (huesos planos, placas, plaquetas). c) Volumétricos (azagayas de sección triangular y
cuadrangular).

2.2 Técnicas
La técnica más documentada en el arte mobiliar es el grabado. Se presentan en
diferentes modalidades: trazo simple, doble, múltiple, estriado, raspado, etc. El
tipo de incisiones, puede mostrar, al igual que en los soportes rupestres,
secciones en U o en V.
Existiendo variantes que se definen por la simetría o asimetría de las mismas, y
provocadas por los diferentes ángulos de ataque de los útiles grabadores. Se
utilizan los buriles y las simples lascas, preferentemente en sílex, para la
ejecución de esta técnica tanto en objetos pétreos como orgánicos.
La pintura su presencia prácticamente se restringe a los soportes líticos (placas,
plaquetas y bloques). En la Península Ibérica hay un elevado número de
plaquetas con representaciones pintadas ( bien en negro, en rojo, o incluso en
amarillo), halladas en la secuencia Gravetiense-Solutrense-Magdaleniense del
yacimiento de el Parpalló (Gandia-Valencia). El método de aplicación varía
desde los trazos simples hasta la tinta plana. La combinación de grabado y
pintura también se constata en algunas piezas.
3. TEMÁTICA
El arte mueble alberga las tres categorías temáticas principales: zoomorfos, signos y
antropomorfos.
77
Tema 11. El Arte mueble Paleolítico

En la Península Ibérica dominan las representaciones de animales y signos, y quedan las figuras
humanas en un lugar más relegado. Esta situación contrasta con la observada en otras regiones
europeas (Este, centro y regiones francesas) donde el peso especifico de las Venus o de figuras
femeninas de perfil es reseñable.
Zoomorfos
Los más representados son los équidos, cérvidos, bóvidos y cápridos, se distinguen de igual forma
animales peligrosos ( carnívoros, osos, rinocerontes, mamuts, etc.) , pero a diferencia del arte
parietal se observan un buen número de otros animales como pisciformes, serpientes, aves e incluso
mamíferos marinos.
Signos en especial los simples ( puntos y líneas) son una constante en la decoración de estas piezas
y más representada. La disposición de estas imágenes es muy variada: 1) acompañar al os
zoomorfos ( con un par de líneas inconexas) 2) conformar organizadas composiciones 3) formar
auténticas marañas de líneas que no descubren ninguna figuración realista.
En objetos alargados y estrechos se suele dar una simetría decorativa de signos simples a partir del
axial longitudinal ( esto es frecuente en las azagayas, espátulas, costillas,etc.).
Los signos rupestres son más elaborados que los mobiliares, y en el arte mueble paleolítico el
límite entre lo utilitario o meramente decorativo y lo figurativo nunca será del todo nítido.
Antropomorfos,
Las figuras humanas mobiliares son en nuestro espacio geográfico los grandes ausentes, no
obstante se documentan algunas piezas no muy claras que presentan esta temática, especialmente
en el corredor cantábrico ( El Pendo y Torre) en Cantabria; Tito Bustillo, Las Caldas, El Buxu en
Asturias).
A. Leroi- Gourhan distinguió tres tipos de objetos
mobiliares:
1) Armas y útiles. Se han establecido relaciones entre éstos
y sus decoraciones.
Así las azagayas y los arpones que tienen una vida útil
relativamente corta, recibirían decoraciones escuetas.
Los bastones perforados, propulsores, espátulas, varillas,
tubos,etc., con un uso supuestamente más prolongado
evidencian decoraciones más desarrolladas y elaboradas.
En los propulsores es frecuente el tratamiento ( modelado,
pulimento) de su parte más gruesa para conformar figuras
de animales.
Las espátulas, tubos y varillas e incluso las lámparas de
piedra, suelen albergar expresiones gráficas geométricas de
complejidad variable.
2) Objetos para colgar. Las piezas perforadas (colgantes)
presentan decoraciones que van desde los simples orificios
hasta modelados figurativos de tipo escultórico ( los
contornos recortados).
3) Objetos religiosos. Estos son las placas, plaquetas,
cantos, omóplatos decorados, etc., al no poder identificar
en ellos una función utilitaria clara, acogen todo tipo de
motivos, diferentes zoomorfos y signos y asociaciones de
estos temas, en diferentes estilos ( más naturalistas hasta
los más esquemáticos).
4. DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA
Como sucede en el arte rupestre, el área cantábrica es una
de las zonas más ricas en evidencias de arte mueble
paleolítico en la Península Ibérica, debido al fuerte
poblamiento en el Paleolítico superior, manifestado en el notable número de yacimientos.
La franja mediterránea, en su conjunto, no presenta comparativamente una significativa cantidad de
sitios arqueológicos que proporcionen objetos decorativos. Sin embargo, la existencia de un
yacimiento excepcional como Parpalló ( Gandia, Valencia), con más de 6000 piezas ornamentales (
entre placas, plaquetas e instrumentos óseos) y distribuidas desde estratos Gravetienses hasta
Magdalenienses, incrementa la importancia de la zona.

78
Tema 11. El Arte mueble Paleolítico

No obstante ,se observa una mayor cantidad de expresiones gráficas mobiliares que rupestres en la
región levantina. En la región andaluza hay también escasez.
Hay que constatar la explosión decorativa mueble durante el Magdaleniense medio, que se
prolonga en algunos depósitos hasta el Magdaleniense superior-final.
4.1. Región cantábrica.
La distribución espacial y temporal del arte mobiliar cantábrico no es homogénea, y la mayor parte
de las piezas provienen de yacimientos situados en el área centro-occidental de la región (Cantabria
y Asturias) de niveles atribuidos al Magdaleniense.
• -Las piezas decoradas más antiguas de la región y de la Península Ibérica han podido ser
recogidas en los niveles correspondientes al Auriñaciense de transcisión de la cueva de El
Castillo (Cantabria), en torno a los 38000-40000 años de antigüedad, se ha documentado un
fragmento óseo aplanado que presenta una posible cabeza de animal pintada en negro, por
ejemplo, que algunos investigadores ponen en duda la caracterización de estas piezas.
• Los primeros elementos del arte mueble en el Paleolítico superior europeo son los elementos
perforados ( dientes y conchas) , documentados no solo en niveles auriñacienses, sino también
en chatelperronienses (realizados por el hombre de
Neardental), el tipo de decoración registrada en los
soportes orgánicos de este periodo, tanto en adornos
como fragmentos óseos, se reduce a composiciones de
líneas sueltas.
• -De un nivel gravetiense de la cueva de El Castillo,
proviene un compresor con una figura de un felino
Aunque lo que más destaca de esta fase crono-cultural es
la extensión de motivos no figurativos ( marcas lineales
cortas, a menudo paralelas y rítmicas, sobre los bordes),
conocidos como marcas de caza, a las azagayas y los
colgantes.
• -El arte mueble en el Solutrense, aunque escaso, se
incrementa en el tipo de decoraciones, la variedad de
motivos no figurativos continúa aumentando,
disponiéndose en fragmentos óseos aplanados (Las
Caldas, Asturias), incluso en plaquetas ( Altamira).
• -Se observa algún ejemplo fe complejidad técnica
(huesos recortados) como figurativa, en concreto en el Buxu (Asturias) un colmillo de oso ha
sido modificado hasta convertirlo en una figurita esculpida de ave.
En el Magdaleniense se constata una preocupación por el detallismo y por el naturalismo,
aunque también se perciben tendencias esquemáticas en la representación de zoomorfos., y se
incrementa espectacularmente el número de piezas de arte mueble ( elementos de industria ósea,
fragmentos óseos, plaquetas líticas).
-En los niveles con Magdaleniense inferior en su facies Juyo (Altamira, El Cierro, Rascaño,
Juyo), en la región central del área cantábrica, alrededor de 14500 B.P., según datación por
C14 AMS de una pieza, asistimos a la extensión de un fenómeno expresivo caracterizado
por la representación de ciervas y cabezas de este animal grabadas con trazo estriado, y el
estriado se sitúa fundamentalmente en la parte inferior de la mandíbula, el cuello, el pecho,
y pudiendo llegar hasta el abdomen. Los soportes donde se disponen son generalmente los
omóplatos de cérvidos, aunque también se utilizan costillas.
-Las decoraciones de las azagayas, varillas y en general ,los útiles orgánicos cotidianos,
continúan aprovechando las dimensiones y el volumen de éstos para conformar motivos
lineales- longitudinales (zig-zag, ángulos), aunque se documentan un mayor número de
motivos geométricos en este periodo.
-Desde el Magdaleniense medio hasta el superior-final tiene lugar un gran impulso
ornamental sobre un número muy elevado de diferentes piezas: utensilios (propulsores,
bastones perforados, arpones, espátulas y las azagayas y varillas), colgantes( rodetes,
bramaderas, contornos recortados) y objetos religiosos (placas, plaquetas, bloques,
fragmentos óseos).

79
Tema 11. El Arte mueble Paleolítico

La decoración en azagayas y varillas sigue siendo lineal y geométrica (haces de líneas, ángulos,
escaleriformes), siguiendo el eje longitudinal del útil durante el Magdaleniense medio, y
disponiéndose de manera más transversal en el superior.
Entre las innumerables piezas significativas del Magdaleniense
podemos señalar:
1) Los contornos recortados, registrado en estratos del Magdaleniense
medio de yacimientos asturianos (La Viña, Las Caldas, y tito
Bustillo).
2) Los huesos hioides, con marcas cortas paralelas y otra convergentes
en el borde de los elementos próximos a él, hallados también en
yacimientos de la cuenca de Sella.
3) Impresionantes ejemplares de bastones perforados de El Castillo,
Cualventi, Pendo, Valle y Rascaño ( región central) de niveles
atribuidos al Magdaleniense superior-final.
4) Elevado número de plaquetas y huesos extraordinariamente
decorados en señeros yacimientos asturianos ( La Viña, Las Caldas,
Paloma y Tito Bustillo)
5) Los tubos o huesos largos de aves documentados tanto en Asturias
(destaca el ejemplar de la Paloma) y Cantabria ( El Valle y Torre) .
En cuanto a la relación con otras regiones, se observan paralelismos
de la zona centro-occidental cantábrica con los del Pirineo Francés,
si bien se dan ciertas diferencias:

• Los animales que predominan en el arte mueble cantábrico son


las ciervas, caballos y cápridos, y en el francés, los más
representados son los caballos, renos y bisontes.
• El estilo del arte mueble francés es más naturalista y escultórico, y el cantábrico más
esquemático (p.ej. la representación frontal muy esquemática de cuernos y cabezas de
cabras como en Morín, El Pendo, La Paloma, o Urtiaga).

Destacar el reciente descubrimiento del yacimiento de La Garma (Omoño –Cantabria).


4.2. Interior Peninsular y Portugal
Los exiguos yacimientos del interior del interior peninsular no suelen presentar destacadas
colecciones de arte mueble.
Los conjuntos más numerosos de piezas se han recogido en la cueva de la Hoz (Guadalajara) y La
Peña de Estebanvela (Segovia), ambos lugares en las estribaciones del Sistema Central.
La Hoz ha aportado, en niveles magdalenienses, en torno a 30 plaquetas de pizarra, que presentan
grabados de zoomorfos, principalmente équidos, bóvidos y cérvidos.
El yacimiento segoviano, con una secuencia estratigráfica que abarca desde finales del
Magdaleniense medio hasta el Aziliense, ha facilitado 35 piezas decoradas( básicamente cantos
aplanados y plaquetas se esquisto y pizarra).
Los motivos representados son en su mayoría, grabados
geométricos y consistentes en conjuntos de trazos paralelos que
se disponen transversalmente y a veces en paralelo al eje
longitudinal del os objetos.
En la Meseta también se han recogido muestras de este arte en
niveles magdalenienses de los yacimientos de Jarama II, en
Guadalajara ( esculturilla de marfil de un posible glotón);
Villalba en Soria ( palca de pizarra con numerosos grabados de
figuras completas y cabezas de équidos y cápridos).
En Portugal, se señala la pieza procedente de un nivel
Magdaleniense inferior del yacimiento de Caldeirrao, cercano a
Tomar ( una placa de esquisto con un zoomorfo, un antropomorfo
y un escaleriforme).
4.3. El Sur peninsular
En Andalucía sucede algo parecido a lo observado en las regiones del interior, los yacimientos no
son abundantes y no han proporcionado destacadas series de objetos decorados, a excepción de los
80
Tema 11. El Arte mueble Paleolítico

adornos perforados (conchas de moluscos). Los yacimientos más excepcionales en cuanto a arte
mobiliar son la cueva de Nerja( Málaga) y el Pirulejo (Córdoba).
A un nivel Solutrense final de la cueva malagueña corresponden varias plaquetas con incisiones
inconexas, y a un momento magdaleniense se atribuye un importante conjunto de azagayas
decoradas con motivos geométricos y tres cantos grabados de motivos de líneas rectas, en zig-zag,
onduladas, etc. Uno de estos cantos presentan un pájaro.
En el horizonte magdaleniense de El Pirulejo alberga el más numeroso grupo de plaquetas de toda
la región. Están decoradas tanto con incisiones como con pinturas. Los motivos son geométricos,
aunque hay figurativos (destaca la cabeza de una cabra), además hay también documentados
decoración en soportes óseos, especialmente en la industria.
Otros objetos mobiliares se han encontrado a un nivel Solutrense final de la cueva del Bajoncillo
(líneas incisas inconexas en fragmentos de soportes líticos).
También estratos Magdalenienses superior de Hoyo de la Mina (motivo reticular sobre un
fragmento de hueso) y de la cueva de la Victoria (trazos incisos de ángulos y zig-zag sobre arpones)
,son yacimientos de Málaga.
4.4. El Levante mediterráneo y el valle del Ebro.
En el Valle del Ebro encontramos algunos yacimientos del Paleolítico superior, entre los que
sobresalen Chaves (Huesca) y Parco (Lleida), de las piezas decoradas que éstos han proporcionado
destacan dos fragmentos óseos aplanados provenientes de un horizonte Magdaleniense medio
muestran un semejante motivo escaleriforme.
Las azagayas y varillas presentan decoraciones lineales parecidas a las halladas en el cantábrico.
En litoral catalán localizamos el yacimiento de Bora Gran (Gerona) y la Balma de la Griera
(Tarragona). En el primero se han recogido valiosas piezas orgánicas grabadas con motivo de
cabezas de cierva simplificadas durante el Magdaleniense medio, mientras en el segundo, ha
proporcionado un fragmento óseo con decoración a base de líneas paralelas y angulares grabadas,
de un horizonte gravetiense.
En la comunidad valenciana encontramos los yacimientos con el arte mueble más significativo de
toda la región mediterránea peninsular. Las evidencias más antiguas se remontan al Auriñaciense,
en torno a los 30000 BP, y corresponden a objetos de adornos (dientes y conchas perforadas)
documentadas en Cova Beneito y Cova Foradada (Alicante). En el Gravetiense ya se registran en
el Parpalló y en Mallaetes (Valencia) algunas plaquetas decoradas con motivos zoomorfos
(bóvidos, cápridos y équidos) pintados y grabados, que se caracterizan por el poco detallismo, la
coexistencia de la perspectiva torcida con la del perfil
absoluto, y la desproporción entre las partes anatómicas
(cuerpos masivos y cabezas pequeñas).
Las plaquetas recogidas en los diferentes niveles
solutrenses de le Parpalló ascienden a más de 2480. La
técnica dominante es la pintura roja y negra, documentándose
la combinación de pintura, en ocasiones a tinta plana y
grabado.
Los zoomorfos ( bóvidos, équidos, cápridos, cérvidos y
algunos carnívoros) son los temas más representados y se contemplan algunas posibles escenas.
Los rasgos que definen este momento decorativo son:
1) La ejecución de las cabezas de ciervas utilizando el sistema triple trazo o trilineal (
se realiza primeramente con una línea la zona de la frente y una oreja, otra línea traza el
cuello y la mandíbula y finalmente, otra representa la otra oreja y la parte superior del
cuello).
2) las crineras en escalón ( se interrumpe el trazo curvo de la crin con una línea recta y
vertical que cae sobre la frente del animal).
3) Los morros de los caballos en pico de pato, con mandíbulas convexas, que durante el
Solutrense superior se irán redondeando.
4) un incremento de la animación de las figuras, bien de partes en concreto ( patas,
cabezas, rabos), bien de todo el animal.

81
Tema 11. El Arte mueble Paleolítico

5) Aumento del detallismo (bocas, orejas,


pelaje, despieces de la piel) a partir de
momentos avanzados del Solutrense.
6) tendencia a representar las extremidades con
formas triangulares.
7) En cuanto a los signos, se generalizan los
signos rectangulares.
El Magdaleniense inferior, aunque se documenta en el
Parpalló, no presenta la riqueza decorativa de los niveles
precedentes y posteriores. La pintura es menos utilizada,
el número de cápridos y signos rectangulares
representados disminuyen, surgiendo signos formados
por bandas curvas y escaleriformes. En los momentos
finales del Magdaleniense inferior se observa una mayor
preocupación por el realismo de las figuras (incrementando los detalles) y la variedad y la
elaboración de los signos aumenta.
El Magdaleniense medio y el superior se hallan mas repartidos por el Levante peninsular. Hay arte
mueble, a parte de Parpalló, en el yacimiento de Blaus y cueva Matutano (Castellón), en Volcán del
Faro (Valencia). En Murcia también existen algunos yacimientos de estas fases.
Las características estilísticas de las plaquetas del Parpalló para estas últimas fases del Paleolítico
evidencian la existencia de dos corrientes, por un lado, una tendencia que dota a los animales de un
mayor realismo estático y de detallismo (representación de pezuñas, cornamentas con perspectiva
correcta, líneas de despiece en crinera y vientres,etc.), por otro lado, se percibe una orientación
esquemática, con una frecuente representación de las partes anatómicas en movimiento.
Los temas siguen siendo los mismos, aunque los signos alcanzan un alto grado de elaboración y
complejidad.
Como rasgos generales, se puede decir que el arte mueble de esta área se presenta principalmente
en soportes líticos (plaquetas), ésta realizado fundamentalmente en pintura, y exhibe una
perduración y un predominio de los temas figurativos desde las fases más antiguas hasta las màs
recientes.
5. BREVES APUNTES INTERPRETATIVOS
La heterogeneidad de las diferentes y múltiples categorías del arte mueble implica que las
interpretaciones de estos objetos sean muy numerosas.
Recoger aquí todas las interpretaciones que se han dado a cada tipo de motivo a cada tipo de pieza
es una tarea ímproba que excede el objeto de este tema. Sin embargo, parece interesante citar
siquiera algunas aproximaciones al significado de alguno de estos objetos y o la decoración que
presentan:
1) Las piezas perforadas, por ejemplo, se han asimilado generalmente a adornos y colgantes,
concibiéndose como distintivos étnicos en ocasiones; otras veces como elementos
protectores a modo de amuletos.
2) Los conjuntos de signos se han concebido como combinaciones de ideomorfos, que
transmiten un mensaje.
3) Las series de pequeños puntos y rayitas han sido explicados como sistemas de notación e
interpretados como calendarios solares, lunares, cómputos, etc.
4) Algunos conjuntos de figuras de animales y/o humanos sobre las caras de huesos largos que
parecen representar escenas han sido leidos como evidencias de descripciones gráficas de
mitos.
5) Ciertos entramados de líneas organizadas pero no figurativas se han contemplado como
mapas.
6) Aunque no se encuentren en la Península Ibérica, los signos lineales en forma de aspa y haces
rectos paralelos sobre las figurillas de bulto redondo han sido interpretados como una forma
de remarcar la anatomía o como señales de utilización.

82
Tema 12. Epipaleolítico y Mesolítico del Cantábrico y litoral atlántico

TEMA 12
EL EPIPALEOLÍTICO Y MESOLÍTICO: ZONA CANTÁBRICA Y LITORAL
ATLÁNTICO

Estos términos se consideran equivalentes por algunos autores, aplicándose a las culturas
desarrolladas entre el final de las glaciaciones y el descubrimiento de la agricultura.
Para otros autores, sin embargo, hay una diferencia importante entre ambos conceptos: el
Epipaleolítico englobaría las culturas que mantienen una tradición del Paleolítico, aunque
evolucionada; mientras que el Mesolítico designaría aquéllas que han desarrollado formas
culturales nuevas precursoras del Neolítico.
Desde este punto de vista, en las regiones costeras del norte y el oeste de la península Ibérica, se
adscribiría al Epipaleolítico la cultura aziliense, y al Mesolítico la de los concheros portugueses.

1.- EL AZILIENSE
Fernández-Tresguerres divide los tres mil años del Aziliense cantábrico en tres períodos
sucesivos atendiendo a los cambios en los instrumentales líticos y óseos:
• Aziliense antiguo: perviven las tradiciones industriales magdalenienses e incorporan
nuevos elementos llamados azilianizantes.
• Aziliense clásico: características típicas del período
• Aziliense final: regionalización en dos facies: mitad occidental (Asturias y occidente de
Cantabria) mantiene los rasgos anteriores; la mitad oriental (País Vasco y oriente de
Cantabria) presenta innovaciones como la aparición de geométricos. (ver cuadro pag. 484)
1.1.- Historia de la investigación
Orígenes: Hasta los años ochenta se sostenía que desde el suroeste francés se expandió a la
península (teorías difusionistas); a partir de los 80 se defiende un origen autóctono
Valoración: hasta los ochenta se consideraba una época de pobreza cultural (desaparece el arte
rupestre); a partir de los ochenta se valorará la capacidad de adaptación de esta cultura.
El aziliense es una cultura epipaleolítica que se extendió por la vertiente suroccidental del
continente europeo a partir del 12.000 BP. Tuvo especial acogida en las llanuras del Perigord
(Pirineos franceses) y en la cornisa cantábrica.
Piette definió esta industria por primera vez a partir del yacimiento pirenaico francés de Mas
d’Azil. Pronto se reconoció esta misma industria en cuevas cantábricas (Valle, el Pendo, Cueva
Morín o El Castillo).
Hasta los ochenta, los orígenes del Aziliense cantábrico se interpretaron en clave difusionista y
se afirmaba que las ocupaciones azilienses peninsulares eran resultado de un proceso de
expansión desde el importante foco cultural del suroeste francés.
A partir de los ochenta, prevalecen los que defienden un origen autóctono con raíces en el
Magdaleniense superior final.
Durante mucho tiempo, la comparación con la cultura Magdaleniense convirtió al Aziliense en
un momento de decadencia cultural.
Pero desde los 80, aun reconociendo algunos aspectos de cierto matiz regresivo (como la
desaparición de pinturas parietales) la cultura Aziliense se revalorizó y se hizo notar que en
otros aspectos supuso un progreso notable.
Hay consenso al considerar que las comunidades epipaleolíticas y mesolíticas se caracterizaron
por su excelente capacidad de adaptación a las nuevas condiciones ambientales postglaciales.
1.2.- Dispersión y cronología

Las primeras muestras industriales azilienses en la Cornisa Cantábrica coinciden con los
primeros síntomas del calentamiento del Alleröd (11.800 BP).
Los niveles Azilienses más antiguos se sobreponen a los últimos Magdelenienses (bien
directamente bien tras huellas de las inundaciones debidas al aumento de las lluvias). Fueron
precisamente estas lluvias las que desmantelaron muchos de los niveles azilienses más antiguos
dificultando la reconstrucción.
Los orígenes del aziliense cantábrico se pueden rastrar en algunas cuevas donde las lluvias no
afectaron a los primeros niveles azilienses: Cueva Oscura de Ania, La Lluera y Los Azules.

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Tema 12. Epipaleolítico y Mesolítico del Cantábrico y litoral atlántico

La mayoría de los niveles conocidos, debido a las mejores condiciones de conservación, nos
sitúan en torno al 11.000 BP, hacia el Dryas III. Conocemos cerca de una treintena de
yacimientos con niveles de esta cultura, desde Asturias hasta el País Vasco.
• Asturias
o Se concentra en las cuencas medias del Nalón (La paloma y Cueva Oscura de
Ania) y del Sella (La Riera y Cueto de la Mina).
o El yacimiento más relevante es el de Los Azules, ubicado en la cuenca media
del Sella, cuya secuencia es esencial para conocer la evolución del Aziliense.
• Cantabria: Se distribuyen a lo largo de todo el territorio
• País Vasco: Se distribuyen por todo el territorio
La mayor parte de los niveles documentados permiten reconstruir la secuencia Aziliense que se
desarrolla a lo largo de dos mil quinientos años, sobreviviendo a los cambios ambientales del
Alleröd, Dryas III y Preboreal
1.3.- La industria lítica
Hay una simbiosis entre la herencia Magdeleniense superior final y las innovaciones
tecnológicas originadas por las necesidades postglaciales.
.- El legado magdaleniense se aprecia en el recurso a instrumentos tradicionales
(raspadores, muescas, denticulados, raederas y hojitas de dorso)
.- las innovaciones tienen su mejor ejemplo en la incorporación de una serie de piezas
trabajadas en laminillas conocidas como puntas azilienses, microgravettes y hojitas
de doble dorso.
Se aprecia el descenso importante de algunas piezas tan tradicionales como los buriles y gran
parte de las herramientas óseas.
El rasgo más relevante es la microlitización (realización de piezas muy pequeñas denominadas
microlitos).
Lo encontramos ya en el Magdaleniense, pero su mayor repercusión será en el Aziliense (se
usan no sólo para elaborar las hojitas de dorso, sino para otros útiles como raspadores)
Instrumentos
• Raspadores: desde el principio
del Aziliense encontramos
raspadores microlíticos
frecuentemente con fracturas
en su base (interpretado esto
como ruptura por el uso o
intencionada para permitir su
enmangue). Entre ellos
destacan los raspadores
unguiformes (en forma de uña)
y los circulares de muy
pequeño tamaño.
• Laminillas: son muy
numerosas.
o De borde abatido
(realizadas como en el
Magdaleniense): dorso
en un borde obtenido
por retoque abrupto y
filo contrario natura
o Por primera vez
aparecen otras piezas
microlaminares
(parecidas a lo que la terminología francesa llama armaduras) por lo general
laminillas apuntadas de borde abatido y filo contrario natural, que presentan
distintas formas

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Tema 12. Epipaleolítico y Mesolítico del Cantábrico y litoral atlántico

o Hojitas de doble dorso: laminillas alargadas con dos filos abatidos por retoque
abrupto.
o Microgravettes: laminillas apuntadas, estrechas y muy alargadas, con un dorso
rectilíneo o ligeramente curvado abatido.
o Puntas azilienses: son laminillas de distintos tamaños, pero relativamente
anchas, con el dorso curvado
Los microlitos no suelen superar los 4-5 cm de longitud, por lo que era difícil que se
utilizasen individualmente; posiblemente se usaban adheridas a vástagos de madera o
hueso dando lugar a herramientas compuestas.
En cuanto a la función de estas herramientas, hay cierta incertidumbre; podrían ser puntas de
flecha o pequeños dientes de arpones, hojas u hoces.
Restos arqueológicos avalan su uso en armas (aparecieron clavados en huesos de animales y
seres humanos; sujetos con resigna a fustes de madera o con fracturas debido a impactos). Lo
cierto es que tenían un gran poder de penetración y podían resultar letales. De ser usadas en
armas, la variedad de formas podría responder a una readaptación técnica en las armas para
conseguir mayor capacidad de daño.
En contraste con el utillaje microlaminar, hay gran escasez de instrumentos tan tradicionales
como los buriles (y los que hay son toscos y sencillos)
1.4.- La industria ósea
La industria realizada en hueso y asta resulta muy pobre y poco versátil, además de simple
técnicamente. La escasez de industria ósea parece guardar relación con la importancia que
adquieren otras materias primas como la madera.
Instrumentos más comunes:
• Punzones: en muchas ocasiones son pequeñas y sencillas esquirlas aguzadas.
• Azagayas
• Espátulas
• Pequeñas esquirlas apuntadas por ambos extremos que se suelen interpretar como
anzuelos planos.
• Objetos de adorno: caninos perforados de ciervo y conchas marinas perforadas usados
como colgantes.
• Arpones (fósil guía), muy
distintos de los magdalenienses:
o forma fusiforme,
sección aplanada y dientes
angulosos recortados en
sus lados una o dos
hileras), algunos con una
peculiar perforación en
forma de ojal en sus bases
(otros sin perforar).
o La mayoría carecen de
decoración (cuando la
hay, son sencillos motivos
no figurativos), en
contraste con el
preciosismo
magdaleniense.
o Desde el punto de vista funcional, se asocia a la pesca, aunque también pude
usarse en la caza.
o En el nivel 3 de Los Azules se recuperó un arpón peculiar: tenía un notable
tamaño, los dientes ganchudos sobresalían del fuste, de forma estilizada y
superficie cuidadosamente pulida con una exquisita decoración geométrica.
Posiblemente tuviese una función ritual o simbólica

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Tema 12. Epipaleolítico y Mesolítico del Cantábrico y litoral atlántico

1.5.- Los medios de subsistencia


Se continua con tradiciones magdalenienses al tiempo que se incorporan innovaciones
relacionadas con las transformaciones medioambientales.
Los cambios registrados en la cornisa cantábrica no fueron tan drásticos como los de otras
zonas.
• Caza
Las especies registradas en los yacimientos cantábricos en el Aziliense es idéntica al del
Magdaleniense, entre ellos el ciervo fue probablemente el primer recurso alimenticio,
complementado con la cabra y animales del bosque (corzo, rebeco, jabalí) que se vieron
incrementados gracias a la reforestación que tiene lugar en este periodo
La concentración de restos de ciervo en los yacimientos costeros prueba la relevancia de la
caza. Los ciervos suponían dos tercios de los animales capturados, muchos de ellos eran
jóvenes, lo que implica la caza intencionada de las manadas que poblaban las masas
boscosas. Hay también cervatillos recién nacidos, lo que indica que fueron arrancados de las
madres con apenas un par de días de vida (costumbre constatada desde el Solutrense)
Hay también un aumento de las cacerías de especies típicas de los entornos arbolados, como
los corzos y jabalís (estos últimos relacionados con nuevas armas y estrategias de caza)
Descienden las especies típicas de espacios abiertos (caballos, grandes bóvidos y bisontes)
Había además cacerías de cabras en las áreas interiores más escarpadas. Los datos
conocidos en estos lugares, indican que las cabras suponían tres cuartas partes de las
capturas. La mayoría son ejemplares adultos aunque hay un leve aumento de ejemplares
jóvenes
Se incrementan las especies acostumbradas a entornos arbolados, como el rebeco.
• Recolección de recursos acuáticos
La pesca y el marisqueo son actividades propias del Magdaleniense que se intensifican
igualmente ahora.
Desde principios del Alleröd hay pruebas de una intensificación de las prácticas de
recolección de recursos acuáticos, sobre todo de algunos moluscos marinos como las lapas y
los caracolillos marinos.
También encontramos restos de pescados de río, aunque la contribución precisa de la pesca
a la dieta aún está por precisar (posiblemente la pesca fluvial esté relacionada con la
abundancia de arpones.
Al final del Aziliense, como resultado de los cambios climáticos definitivos del periodo
postglaciar, en los yacimientos cantábricos se abandona la recolección de grandes lapas y
caracolillos de mar y se sustituye por una modalidad de pequeña lapa y por el bígaro.
Esto refleja la subida de las temperaturas del agua del mar y, por ende, la sustitución de
especies de clima frío por las de aguas templadas.
Revelan también la ampliación intencionada del área de recogida desde los estuarios y otras
zonas recogidas a zonas más peligrosas
En la Riera encontramos por primera vez restos de pescados marinos y erizos de mar.
La pesca en mar abierto representó una nueva fuente de alimento y un nuevo reto (si bien al
principio no es probable que fueran necesarias complicadas técnicas)
• Vegetales
En cuanto a los productos vegetales, es difícil determinar su contribución a la dieta. Parece
sensato pensar en una intensificación de la práctica recolectora ya que la subida de
temperaturas y la humedad provocó una reforestación que proveía de frutas, frutos secos,
raíces, tubérculos, semillas,…
1.6.- La sociedad
Desconocemos la organización social de las sociedades azilienses, aunque posiblemente
mantuvieron características del Magdaleniense.
Hay claros indicios de una crisis de los modelos sociales tradicionales a inicios del Aziliense.
La desaparición del arte rupestre es una de las consecuencias de esta crisis, que debió hacer
desaparecer los antiguos modos de organización sociológica y territorial

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Tema 12. Epipaleolítico y Mesolítico del Cantábrico y litoral atlántico

Parece que se intentó mantener el sistema territorial del Magdaleniense: establecimiento de


campamentos residenciales en la costa y traslado a campamentos interiores en la estación más
benigna del año
Con todo observamos cambios respeto a la etapa anterior:
.- Algunas secuencias de yacimientos interiores parecen responder mejor a
campamentos residenciales, en los que se realizaba un amplio abanico de actividades.
.- Hay una mayor estabilidad territorial
Las prácticas de enterramiento resultan infrecuentes en el Aziliense cantábrico.
Las costumbres funerarias sólo se han reconocido en el nivel 3b de la cueva de Los Azules,
datado en torno al 9.500 BP. Se trata de una inhumación individual en una fosas con los restos
de un varón de unos cincuenta años tendido sobre la espalda; el suelo estaba cubierto de ocre y
había restos en torno al cadáver (instrumentos líticos, restos de talla, herramientas en asta, un
canto sobre el vientre, cantos pintados en manganeso y dos arpones planos; había también
conchas de modiola encajadas unas en otras de manera intencionada.
La subida del nivel de las aguas marinas debido al deshielo provocó la inundación de buena
parte de la plataforma continental, lo que redujo los territorios de provisión de alimento y una
limitación de los desplazamientos residenciales.
Clark, llamó la atención sobre el progresivo aislamiento de las bandas azilienses, entre cuyas
consecuencias hay que destacar:
1. incremento de la territorialidad local de las bandas
2. atomización grupal
3. descomposición del antiguo orden de tiempos magdalenienses: lo que colapsó el
sistema de valores tradicionales, modificó los criterios de territorialidad y exigió nuevas
respuestas adaptativas como la adopción inevitable de nuevos sistemas de relación
intergrupal.
4. En todas estas circunstancias, se puede entender la desaparición del arte parietal de
épocas pasadas.

1.7.- El arte
En el Aziliense no hay rastro alguno de las
representaciones rupestres que sí hubo en el
Magdaleniense.
Las representaciones artísticas mobiliares no
desaparecieron por completo, pero también entraron en
crisis: las sofisticadas representaciones del
Magdaleniense dejaron paso a representaciones más
esporádicas, con apariencia sencilla y humilde.
El arte mueble aziliense se caracteriza por la pobreza
decorativa y sencillez en los motivos, en su mayoría
esquemáticos
No hay rastro de las representaciones figurativas del
magdaleniense. En su mayoría las decoraciones se
limitan a gravados esquemáticos muy simples, como
puntuaciones o incisiones longitudinales con pequeños
puntos adosados
Cabe destacar los cantos pintados: guijarros decorados
con motivos geométricos muy simples, generalmente negros y rojos. Se encuentran, pues, muy
lejos de las antiguas representaciones naturalistas de las antiguas plaquetas magdalenienses.
Los cantos pintados abundan en las cuevas francesas, pero no en los yacimientos cantábricos. El
arte mueble, por su parte, es mucho más escaso, y se reduce a la ornamentación geométrica de
algunos elementos, como el arpón de la Cueva de Los Azules.

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Tema 12. Epipaleolítico y Mesolítico del Cantábrico y litoral atlántico

2.- EL POSTAZILIENSE ORIENTAL


2.1.- Las industrias
Las industrias post-azilienses de la mitad oriental de la cornisa cantábrica son poco conocidas
debido a la pobreza de los yacimientos.
Entre los yacimientos mejor conocidos están los de Tarrerón (Cantabria) y Santimamiñe (junto a
la Ría de Guernica), punto de referencia para reconstruir los modos de vida de los últimos
cazadores-recolectores del Cantábrico oriental
La principal característica de las industrias de estos yacimientos es el predominio de los
instrumentos de sustrato: muescas, denticulados y raederas, con elementos tan curiosos como
las láminas retocadas estranguladas.
Los raspadores y buriles aparecen en menor cantidad.
El material microlítico de retoque abrupto es aún menor. Aparecen por primera vez los
microlitos geométricos, hechos a partir de pequeñas laminillas trabajadas recurriendo a nuevos
procedimientos tecnológicos como el llamado microburil (se marca una pequeña muesca en la
laminilla y se agranda mediante retoques).
La industria ósea es muy pobre y escasa.
La mayoría son herramientas apuntadas (azagayas, huesos aguzados sin complicaciones
técnicas); algunas espátulas y ocasionalmente esquirlas apuntadas.
Características:
.- es de tradición paleolítica con cierta influencia de la industria ósea asturiense.
.- acusa la “competencia” de otras materias primas como la madera
2.2.- Los medios de subsistencia
Los yacimientos de este periodo están ubicados en zonas en los que se puede hacer una
explotación conjunta de los recursos boscosos, montañosos y acuáticos.
• Caza:
Sobre todo de animales típicos del bosque y de masas forestales (relacionado con la
reforestación registrada en el óptimo postglaciar.
Entre los animales cazados en Arenaza y Santimamiñe, abundan los ciervos, aunque
también aparecen jabalís y corzos, junto con escasos bóvidos.
Los yacimientos ubicados en medios montañosos presentan un abundancia de cabras y
rebecos.
La presencia de un animal peligroso como el jabalí coincide con la aparición del perro en el
nivel II de Marizulo (el perro sería auxiliar de caza)
Moluscos:
Los moluscos litorales, las aves y los peces constituyeron parte importante de la dieta en
Santimamiñe.
Los niveles post-azilienses de esta cueva presenta tal nivel de caparazones que puede
considerarse un conchero (sobre todo de moluscos acostumbrados a zonas fangosas).
En las zonas del interior como Berrobería, Las Pajucas o Tarrerón, hay caracoles de tierra, a
veces formando verdaderos concheros.
• Pesca:
No está bien documentada pues sólo hay restos de sepia en Santimamiñe (que implica el
desarrollo de la navegación).
• Aves:
Además Santimamiñe tenía también restos de aves procedentes de entornos muy distintos:
bosques, zonas acuáticas, montañas y campo abierto.
La diversidad de las especies entre las que dominan las de tamaño notable, parece indicar
que su captura fue valiéndose de trampas o flechas.
Además hay especies migratorias, tanto invernantes como estivales, lo que apunta a una
ocupación prolongada durante todo el año.

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Tema 12. Epipaleolítico y Mesolítico del Cantábrico y litoral atlántico

3.- LOS CONCHEROS ASTURIENSES


3.1.- Dispersión y cronología
Llamamos asturiense a la cultura mesolítica más peculiar de la Cornisa Cantábrica, que se
extendió por el oriente de Asturias y el occidente de Cantabria., desde aproximadamente el
9.500 BP.
Lo típico de esta cultura son los concheros, niveles plagados de caparazones de moluscos,
cementados en duras brechas entre un amasijo de piedras, cascajos y otros restos arqueológicos.
Los niveles asturienses representan generalmente el punto final de las secuencias estratigráficas
en cuevas y abrigos.
En ocasiones los niveles de concheros fueron desmantelados por la reactivación de los cursos de
agua.
La primera noticia del Asturiense la tenemos por boca del Conde de la Vega de Sella, que al
principio del siglo XX halló restos de concheros en varis cuevas (La Riera, Cueto de la Mina y
Penicial).
Estudios realizados por prehistoriadores como González Morales y Clark permitieron perfilar
las características de esta cultura:
• se extendió por el corredor costero del oriente asturiano y excepcionalmente por las
primeras colinas de las sierras prelitorales y por la franja costera occidental de
Cantabria.
• La comarca de Llanes es el núcleo de esta cultura; aquí se encontró una gran cantidad
de concheros en un territorio pequeño, lo que indica gran densidad de población y
explotación intensiva de los territorios circundantes
• En Cantabria el número de concheros desciende
Los concheros comenzaron a aparecer en el 9.500 BP coincidiendo con los niveles azilienses
más tardíos.
El asturiense se convirtió en la cultura dominante entre el 9000 y el 7000
Hay ocupaciones tardías posteriores al 7000
Entre el 6000 y el 4000 se observan en algunos concheros asturienses los primeros síntomas de
cambio al Neolítico
3.2.- La industria lítica y ósea
La mayoría son piezas macrolíticas y
pesadas, talladas sobre los núcleos y
más ocasionalmente sobre lascas
amplias.
.- La mayoría son picos
asturienses, que son el fósil
guía de la cultura. Para la
mayoría de los estudiosos, se
utilizaban para la recolección
de moluscos (ideado para
separar las lapas de las rocas),
pero una minoría mantiene
que se utilizaba para
desenterrar tubérculos y otros
recursos vegetales.
.- Los instrumentos sobre
lascas son minoritarios: la
mayoría son útiles de sustrato junto con algunos instrumentos convencionales como los
raspadores, buriles y perforadores.
.- En cuanto a las herramientas microlaminares, sólo aparecen esporádicamente unas
pocas hojitas de dorso y puntas similares a microgravettes.
El instrumental óseo es escaso, probablemente porque se sustituyó por la abundante madera.
Suele tratarse de utensilios punzantes y realizados de forma sencilla.
Hay también agujas que suelen interpretarse como anzuelos y algunos bastones de mando

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Tema 12. Epipaleolítico y Mesolítico del Cantábrico y litoral atlántico

Teniendo en cuenta el instrumental hallado, se piensa en actividades de recogida de recursos


vegetales, procesamiento de materias duras o trabajo de madera (implicadas con la extensión de
la masa boscosa que caracterizó este periodo)
3.3.- Los medios de subsistencia
La abundancia de conchas nos sitúa en unas comunidades donde el marisqueo tenía una
relevancia importante en la dieta.
Las masas compactas de los concheros ocultan restos de otros muchos recursos alimentarios.
Los numerosos huesos de animales recuperados en los concheros son la mejor prueba de la
relevancia de la caza en la dieta. Hay ahora una diversificación de los objetivos de caza (algo
que sólo se apuntaba discretamente en el aziliense). Encontramos ciervo (que sigue dominando
sobre el resto, aunque ya de manera más discreta), cabra, corzo, rebeco, jabalí, caballo, grandes
bóvidos…
Las altas proporciones son una prueba inequívoca de la intensidad de las prácticas de
recolección de moluscos litorales.
Los recolectores de marisco desarrollaban sus actividades en aquellas áreas del litoral más
resguardadas y protegidas, aunque de forma ocasional se realizaban en zonas más
comprometidas
Los problemas de conservación de los restos de peces dificultan la reconstrucción de las
prácticas pesqueras.
El hallazgo de restos en concheros es prueba de la práctica más o menos regular.
Las vértebras recuperadas avalan la pesca de pescados propios de zonas del litoral y mar abierto,
probablemente mediante técnicas muy sencillas como la colocación de palangres en bajamar o
de trampas de ramas y cañas en desembocaduras de los ríos.
Hay también problemas para detectar restos vegetales. Pero el sentido común hace pensar que la
abundancia de los bosques en el Preboreal facilitaba gran variedad de alimentos: plantas,
semillas, tubérculos y frutos silvestre.
3.4.- La sociedad
En la cultura asturiense no parecer haber comunidades tan complejas como en las culturas de
conchero de otras zonas del arco atlántico europeo posteriores al 7500 BP
Aunque hay lagunas en el registro asturiense, podemos afirmar que eran poblaciones de bajo
nivel cultural
La elevada densidad de concheros apunta hacia un poblamiento denso en las áreas más
productivas del territorio, si bien no hay datos que permita reconstruir el modelo social que
sustentó el sistema territorial, ni como se organizaron los grupos, qué tamaño alcanzaron, como
eran las pautas de movilidad residencial…
Especialistas como Straus o Clark plantearon una especialización funcional para los primeros
concheros asturienses, a tenor de lo que parecía una contemporaneidad con las últimas
ocupaciones azilienses del 9500-8700 BP.
De acuerdo con esta hipótesis los concheros serían yacimientos especializados, como
campamentos efímeros usados por los mariscadores, que tras haber recolectado los moluscos
abandonabas estos lugares y regresaban a sus campamentos residenciales (los yacimientos
azilienses).
Hoy en día esta hipótesis perdió vigencia porque las nuevas dataciones parecen refutar las
contemporaneidad aziliense/asturiense.
Muchos concheros asturienses poseen una ubicación estratégica para permitir el acceso a un
amplio abanico de recursos alimenticios: manadas de herbívoros del bosque y campo abierto,
cápridos de las serranías, peces del río, estuarios y acantilados del litoral, vegetales y frutos de
las masas boscosas…
Esto podría haber convertido los concheros en campamentos residenciales, serían lugares
ocupados por la unidad social básica a lo largo de buena parte del año, lo que demostraría de
paso unas comunidades muy arraigadas en sus respetivos territorios y una movilidad muy
limitada.
Las poblaciones asturienses dispondrían de alimento a lo largo de todo el año, bien mediante la
práctica de almacenaje en la estación invernal, bien alternando los ciclos estacionales de
explotación de recursos alimenticios.

90
Tema 12. Epipaleolítico y Mesolítico del Cantábrico y litoral atlántico

La demostración de prácticas de almacenamiento resulta una cuestión complicada en los


estudios paleolíticos.
Prehistoriadores como Clark y González Morales han centrado sus estudios en la cuestión de las
temporadas de explotación de recursos llegando a plantear la hipótesis de la complementariedad
estacional de las fuentes de alimentación, según la cual las comunidades asturienses contarían
con alimentos todo el año alternando tareas: la caza de manadas de ciervas en invierno, la
recolección de frutos en el otoño y la recogida de moluscos en el verano.
De momento esta hipótesis no se contradice con los datos arqueológicos.
Los enterramientos son escasos en el Asturiense y se limitan a inhumaciones en fosas, donde el
cadáver aparece rodeado de lo que parecen adornos personales, instrumentos líticos y huesos de
animales interpretados como ofrendas de alimento.
Los mejor documentados se encuentran en el abrigo cántabro de Los Canes. Se excavaron un
conjunto de fosas con al menos cuatro individuos, la mayoría con las piernas flexionadas, en
posición de cúbito supino. Junto a los cuerpos se depositaron restos de distinto tipo:
herramientas, objetos de carácter artístico, posibles adornos personales y otros de posible
carácter votivo. Además se hallaron huesos de animales, interpretados, como restos de ofrendas
alimenticias
En otro enterramiento, el de Colombres, el cadáver se halló extendido a lo largo de una fosa,
con brazos y piernas a lo largo, rodeado por una serie de cantos. La cabeza reposaba sobre una
capa de bloques y presentaba un pequeño círculo de rocas en su cabecera, con tres picos
asturienses, otros útiles y una tibia de ciervo junto al rostro que podría haber sido una ofrenda
alimenticia. Las primeras descripciones apuntaban a una trepanación al cráneo, aunque hoy en
día no lo podemos afirmar pues este enterramiento no se conserva. Este enterramiento guarda
semejanzas con el Aziliense de los Azules (demostraría cierta continuidad cultural)

Los últimos cazadores-recolectores cantábricos


Las comunidades asturienses y post-azilienses mantuvieron sus costumbres y modos de vida
hasta aproximadamente el 6000 BP.
Desconocemos como se produjo el cambio del Mesolítico al Neolítico en la región cantábrica,
pero sí tenemos ciertos datos que nos permiten esbozar los últimos tiempos de las culturas de
cazadores-recolectores cantábricos
De acuerdo con las dataciones del C14, hacia el 5800 BP (pleno periodo Atlántico) surgen los
primeros indicios de cambio en las costumbres de ciertas comunidades, aparecen también los
primeros restos cerámicos
Arias rechaza la teoría autotocnista (que postula que estas últimas comunidades mesolíticas
inventaron la cerámica y otras innovaciones neolíticas como la domesticación de plantas y
animales; en su opinión son fruto del contacto entre estas comunidades mesolíticas y otros
grupos ya propiamente neolíticos.
Sin embargo, la adquisición de cerámica por las comunidades mesolíticas no provocó un cambio
drástico ya que su vida continuó ligada a la caza y a la recolección y sus instrumentos
continuaron la tradición mesolítica tardía
Las formas de vida relacionadas con la agricultura y la ganadería se impusieron de manera
pausada entre los antiguos cazadores-recolectores, probablemente para solventar los problemas
de supervivencia que creaban la presión demográfica y las limitaciones de acceso a los recursos.
Este proceso de readaptación cultural habría tenido lugar entre el 6.000 B.P. y el 5.500 B.P.

4.- LOS CONCHEROS PORTUGUESES


4.1.- Dispersión y cronología
Hacia el 7500 BP aparecen en las costas atlánticas portuguesa una serie de culturas de conchero
que podrían remontarse al 8800 (a juzgar por nuevas dataciones)
La mayoría de los prehistoriadores portugueses usa el término Mesolítico para describir a estas
sociedades cazadoras recolectoras complejas.
Los primeros descubrimientos de concheros portugueses datan del 1863, cuando Ribeiro halló
los primeros grandes túmulos en la región del Mugue. Numerosos hallazgos se han sucedido
desde entonces (Cabeco de Arruda, Moita do Sebastiao y Cabeço da Amoreira).

91
Tema 12. Epipaleolítico y Mesolítico del Cantábrico y litoral atlántico

La instalación de poblados en esta región no es casual, pues la llanura aluvial que ocupan (tramo
final del Tajo) proporcionó inmejorables condiciones para la subsistencia.
Los yacimientos más representativos son al aire libre.
Estos yacimientos han proporcionado la imagen prototípica de las comunidades mesolíticas
portuguesas: auténticos poblados y metrópolis que por sus dimensiones y complejidad
representan las manifestaciones culturales más complejas del Epipaleolítico/Mesolítico
peninsular.
Hay otras regiones portuguesas con importantes concentraciones de concheros:
.- Los yacimientos se suceden a lo largo del litoral que asciende al norte de la
desembocadura del Tajo (Magoito y San Juliao)
.- por el litoral del Alemtejo (Palheiroes do Alegra y Fiais)
Los primeros concheros aparecen en el Mesolítico inicial (10000-7500 BP) y se concentran en
las regiones costeras del norte del Tajo (de manera más esporádica en el litoral alemtejano)
El periodo álgido lo situamos en el Mesolítico Final (7500-6000 BP), coincidiendo con el
periodo Atlántico, de climas templados y húmedos favorecedores de un amplio desarrollo de los
bosques. Los pocos datos polínicos y listas de fauna aseguran la importancia de las masas
forestales, particularmente en los entornos fluviales.
4.2.- Los asentamientos
Se trata de asentamientos al aire libre que podríamos calificar de auténticos poblados asentados
a las orillas fluviales
Las cabañas estaban probablemente construidas con materiales endebles, se han exhumado sus
plantas y, debido a su número, podemos hablar de concentraciones importantes de población
A partir del yacimiento de Moita de Sebastiao podemos reconstruir como fueron estos poblados:
• las plantas de las chozas descansaban sobre el suelo natural, con un basamento de
cantos rodados, conchas y tierra batida, junto a agujeros que podrían haber albergado los
postes necesarios para delinear la planta y sustentar la cubierta
• la cubierta estaría hecha de un entramado de ramajes impermeabilizado con arcilla.
• El interior de las chozas poseía hoyos de distinto tamaño y forma, alguno de los cuales
pudieron destinarse a cocer los alimentos, otros como silos y otros para la acumulación de
desperdicios.
4.3.- Las industrias
Se recuperaron restos líticos en gran cantidad y variedad.
Instrumentos macrolíticos: En su mayoría son piezas de sustrato: muescas, denticulados y
raederas, particularmente relacionadas con actividades de manipulación y trabajo pesado
Piezas microlíticas: Gran representación de geométricos (relacionados con la caza)
Instrumentos óseos: Son pocos y sencillos, posiblemente por el empleo de la madera como
material alternativo. Mayor cantidad que en otras culturas epipaleolíticas peninsulares. En hueso
se realizaron punzones. En asta además de punzones se realizaron herramientas más complejas
como puñales, mangos, hachas, comprensores y cinceles.
4.4.- Los modos de subsistencia
Las poblaciones mesolíticas portuguesas proporcionan una buena imagen de lo que fueron las
“economías de amplio espectro”. El entorno tan rico en el que se habían asentado las
poblaciones mesolíticos portuguesas explica las inmensas posibilidades alimenticias. Supieron
aprovechar la riqueza, la abundancia y la diversidad de recursos marinos y terrestres. Los
estudios sobre huesos y dientes humanos nos informan de una dieta mixta de estos recursos
(marinos y terrestres).

Los numerosos huesos de animales recuperados corroboran la relevancia de la caza en la dieta.


Domina el ciervo y le siguen el jabalí y el corzo (especies de carácter boscoso). Sin embargo,
existen matices en los distintos yacimientos

El otro gran componente de la dieta son los recursos acuáticos, muy abundantes y provechosos.
La beneficiosa acción conjunta de las aguas dulces y saladas dio lugar a medioambientes de alta
biodiversidad. Son especialmente abundantes moluscos (acumulaciones masivas de conchas):
lapas de pequeño tamaño, bígaros, berberechos, vieiras, almejas, ostras, mejillones e incluso

92
Tema 12. Epipaleolítico y Mesolítico del Cantábrico y litoral atlántico

cangrejos. Existen diferencias regionales: en las regiones del Muge y Sado, la recogida se centró
en los berberechos; en el Alemtejo se especializaron en mejillones.

Además de estas especies de río y estuario, también hubo de aguas marinas a tenor de la
presencia de restos como tiburones, rayas y atunes.

Cabe también citar la importancia que debió tener la recolección de vegetales (frutos carnosos,
frutos secos, raíces, tubérculos y semillas), que aunque no se documentan, debieron de existir
por la reforestación.
4.5.- La organización social
La organización de la vida en los poblados y la incorporación de ceremoniales de inhumación
en necrópolis representan algunas de las características básicas de las sociedades de cazadores-
recolectores complejos
Los rasgos más o menos comunes a este tipo de comunidades son:
• Notoria complejidad tecnológica
• Incorporación de complicadas redes cooperativas en la explotación de los recursos
• Patrones de asentamiento con tendencia a la sedentarización
• Elevada densidad de población
• Territorialidad
• Competencia por los recursos
• Posiblemente conflictos intergrupales
Organización territorial:
La mayoría de los prehistoriadores portugueses han interpretado los grandes poblados de la
región del Tajo como campamentos base con impronta residencial permanente, que servirían de
lugar de habitación para buena parte de la comunidad a lo largo del año. Dependiendo de estos
campamentos habría una red de asentamientos de carácter más especializado, utilizados de
manera estacional por ciertos miembros del grupo para cortas temporadas de semanas, días o
simplemente horas
No todos los yacimientos portugueses podrían haber sido campamentos residenciales
permanentes anuales. Los yacimientos más modestos de las regiones del Sado y Alemtejo
presentan signos de haber sido campamentos residenciales, pero su menor complejidad parece
contradecir una ocupación durante todo el año.
Prácticas funerarias
En las proximidades de los concheros hayamos numerosos enterramientos humanos de tal
magnitud que muchos prehistoriadores no dudan en llamarlos necrópolis.
Moita de Sebastiao posee 34 inhumaciones, Cabeço do Pez 27, Cabeço de Amoreira 17 y
Cabeço de Arruda 13. Concentraciones tan elevadas sólo se conocen para el Epipaleolítico
tardío de Bretaña y Escandinavia
Las necrópolis se ubican en las costas y orillas de los grandes ríos y lagos, justamente en las
áreas más productivas; algunos especialistas interpretaron esto como un modo de reivindicación
territorial (la presencia de los antepasados muertos legitimaban la reivindicación del territorio al
tiempo que reforzaba los vínculos del grupo con él)
Encontramos inhumaciones individuales sobre depresiones naturales en el suelo o sobre fosas
excavadas, que albergan cadáveres en posición decúbito supino o lateral con flexiones muy
forzadas, tal vez como reflejo de ligaduras. Los ajuares poseen adornos simples, útiles, ocre y
huesos de animales y moluscos (posiblemente ofrendas alimenticias). Las tumbas, además, nos
informan sobre la sociedad.
Hay caracteres que encajan en una sociedad de cazadores-recolectores complejos:
• Sedentarismo
• Existencia de cementerios
• Intensificación productiva
• Aplicación de posibles técnicas de conservación y almacenamiento
• Presencia de algunos esqueletos con signos de violencia

93
Tema 12. Epipaleolítico y Mesolítico del Cantábrico y litoral atlántico

Sin embargo no hay diferencias significativas entre los ajuares ni presencia de objetos de lujo o
prestigio (al contrario que en los altos estadios culturales del Mesolítico nórdico) por lo que
podría tratarse de sociedades igualitarias
Posiblemente, la unidad social básica sería la familia extensa (algo que parece indicar el tamaño
de las cabañas y la presencia de las fosas en el interior de las mismas, como confirmación de la
importancia social de los antepasados y del interés de los vivos por su vinculación con un
territorio en concreto.

94
Tema 13. Epipaleolítico y Mesolítico de la región mediterránea

TEMA 13
EL EPIPALEOLÍTICO Y MESOLÍTICO: REGIÓN MEDITERRÁNEA
1. EPIPALEOLÍTICO MICROLAMINAR
1.1. Dispersión y cronología
Durante los primeros momentos del Holoceno (11.800 BP) los pueblos del arco mediterráneo no
cambiaron sustancialmente sus modos de subsistencia. Se da una continuidad cultural desde el
Magdaleniense, con similares fuentes de alimentación, sistemas de movilidad, selección de
materias primas y composición del repertorio de la industria. No se entiende bien esta
continuidad teniendo en cuenta que en esta época se producen modificaciones en el litoral
(subida del nivel del mar con la consiguiente disminución de los territorios de explotación de
recursos), incremento de la humedad y temperatura y cambios en la densidad y abundancia de
los recursos.
Entre 11.000 y 10.000 BP aparecen por todo el mediterráneo (desde Cataluña hasta Andalucía)
tímidas modificaciones en las industrias, con la aparición del llamado epipaleolítico
microlaminar. Yacimientos representativos son: en Cataluña, Balma de Gai, Balma Margineda y
Font Voltada; en Levante, Mallaetes; en Andalucía, la Cueva de Nerja.
Hacia el 10.000 BP (Preboreal) se va dando una modificación paulatina hacia el llamado
epipaleolítico geométrico, si bien en algunos yacimientos como Mallaetes se observa cómo la
industria microlaminar pervive hasta el Neolítico pleno, con la llegada de la cerámica cardial.
1.2. Las facies industriales
El término “epipaleolítico microlaminar” procede probablemente del paralelismo que se da en
estos momentos con las primeras industrias centroeuropeas, con enorme abundancia de
microlitos. En el mediterráneo sólo suponen un tercio del utillaje, pero sí se encuentran ciertos
componentes llamados microgravettes, más característicos del Aziliense cantábrico (por lo que
se denominan Aziloides), con el que se han querido buscar paralelismos.
Entre los microlitos destacan las laminillas de borde abatido o más complejas (con un extremo
apuntado y otro abatido). Otro utillaje abundante son los raspadores (un 40%) en lascas o
láminas de pequeño tamaño. Abundan también instrumentos de sustrato (muescas, denticulados
y raederas). Los buriles y las herramientas en hueso o asta (sólo simples punzones) son muy
escasos, lo que constituye el criterio fundamental para establecer la neta con el Magdaleniense.
Se encuentran también elementos apuntados de cierto tamaño, en esquisto o caliza marmórea,
que se suponen instrumentos para desprender moluscos de las rocas, así como piezas
biapuntadas en hueso que se interpretan como arpones. El medio acuático seguramente se
explotaba también con redes o nasas de fibras vegetales.
Aunque el repertorio parece indicar cierta una homogeneidad en todo el mediterráneo, Fortea,
hace más de 30 años, diferenció dos facies basándose en los rasgos de la industria lítica que aún
hoy se tienen en cuenta, aunque su diferenciación es sólo cuestión de matiz:

95
Tema 13. Epipaleolítico y Mesolítico de la región mediterránea

- La Facies Sant Gregori,


por un yacimiento
homónimo de Tarragona.
Presente en muy pocos
yacimientos cercanos a la
desembocadura del Ebro.
Los raspadores conforman
el 50% de las piezas, sobre
láminas de tamaño notable.
Las piezas microlaminares
alcanzan el 25% del
utillaje, tanto simples
laminillas de borde abatido
de herencia magdaleniense
como otras de tipo
microgravette (Aziloides).
Utillaje de sustrato
(raederas, denticulados y
muescas) suponen un 20%.
Buriles, sólo el 2%.
Punzones en hueso también escasos. Esto supone una presencia escasísima de
microlitos geométricos (sólo algún triángulo y segmento).

- La facies Mallaetes. Homónima de la cueva


valenciana cercana a la desembocadura del
Júcar. Se extiende desde Cova Matutano en
Castellón hasta Cueva Ambrosio (Murcia) y
La Palica (Almería). La composición
industrial es similar a la facies Sant Gregori
con la diferencia de que los buriles son más
abundantes (un 10%), mientras que los
raspadores bajan al 33%. Los útiles de
sustrato se mantienen en las mismas
proporciones. La principal diferencia co la
facies Sant Gregori, sin embargo, no es la
proporción de las distintas tipologías sino su
mayor simplicidad tecnológica y su
apariencia menos elaborada.
1-4 Raspadores; 5-11 lamillas de dorso apuntadas; 12-
laminilla de dorso; 13-escotadura; 14-lasca deniculada;
15-16- láminas truncadas; 17-18- láminas denticuladas:
19-20-microlitos; 21-raedera.
De todas maneras, es la escasez de buriles y de industria ósea la que realmente determina la
diferencia con el Magdaleniense. Este hecho se observa en la Cueva de Nerja, principal
secuencia del Epipaleolítico andaluz. El equipamiento en estos niveles es muy diversificado,
reflejando las diferentes actividades de subsistencia desarrolladas. Láminas retocadas y piezas
microlíticas son igualmente abundantes, y la proporción de raspadores, buriles y útiles de
sustrato se reduce al 10-15%. Los escasos útiles en hueso son punzones muy simples. La mayor
proporción de buriles y menor de raspadores se considera un rasgo arcaizante, por lo que
algunos autores denominan a esto niveles “postmagdalenienses”, en lugar de epipaleolíticos.
1.3. Los medios de subsistencia
En principio se siguieron basando en la caza de grandes mamíferos. En los niveles
microlaminares dominan ciervo y cabra, acompañados por corzo, rebeco, jabalí, caballo y
bóvido. Los yacimientos más cercanos a la costa se centraron en el ciervo; los de zonas más
abruptas de interior, en la cabra.

96
Tema 13. Epipaleolítico y Mesolítico de la región mediterránea

En algunos yacimientos la concentración de lagomorfos (conejo y liebre) es muy elevada e


indica una fuerte relevancia de la caza menor. Tal es la abundancia de estas especies en los
yacimientos mediterráneos que se ha llegado a pensar que podría tratarse de acumulaciones no
antrópicas, por excavación de madrigueras, pero los estudios de fracturas y marcas de corte en
los huesos indican que fueron utilizados para el consumo humano. Hacen falta treinta conejos
para aportar la misma carne que un ciervo; quizá el interés en estos pequeños mamíferos fuera
su abundancia y facilidad de captura en épocas difíciles, más que su aporte alimenticio.
Los recursos acuáticos también se explotaban, aunque la presencia de concheros no es común a
todos los yacimientos. Son famosos los de la Cueva de Nerja: hasta 11.000 restos de conchas,
fundamentalmente mejillones, que serían recolectados en los acantilados sobre los que se abre la
cueva. En El Collado (Valencia) también se halló un conchero, en este caso en el exterior de la
cueva.
En cuanto a la pesca, hay menos datos para conocer la contribución del pescado a la dieta, pero
en Nerja sí se ha constatado la presencia creciente de vértebras de pescado, y por lo tanto el
aumento de la actividad pesquera, en la transición hacia el epipaleolítico microlaminar. También
aquí se documenta el aprovechamiento de aves, fundamentalmente de hábitats abiertos o
acuáticos (anátidas, patos). Así mismo en yacimientos como la Cueva Matutano se constata la
caza de aves como perdiz, avutarda y paloma bravía, especies sedentarias que podrían
encontrarse durante todo el año.
1.4. La sociedad
No hay demasiados datos para reconstruir los sistemas de movilidad territorial, pero no parece
haber cambios sustanciales con respecto al Magdaleniense. Los yacimientos costeros serían
medios ideales de habitación permanente pues permitirían el acceso a recursos de llano y
bosque, pero la subida del nivel del mar con la consiguiente disminución de plataforma no
facilita la reconstrucción de los hechos. Los yacimientos de zonas montañosas serían ocupados
temporalmente por partidas de cazadores. Así, el yacimiento de Santa María correspondería a
una estación de caza ocupado sólo ciertos períodos del año, mientras que Cova Matutano estaría
ocupado casi todo el año, sobre todo en invierno. La movilidad estacional entre costa y montaña
permitiría obtener una variedad de recursos a la vez que reduce los riesgos de sobreexplotación
de los mismos.
Los datos sobre prácticas funerarias son muy escasos; sólo se conoce un enterramiento en
Cueva de Nerja, una inhumación en fosa de una mujer en posición decúbito lateral derecho, con
piernas y brazos flexionados, rodeado de piedras y con restos de ocre en el cráneo. Un ritual
sencillo similar al que se observó en áreas mediterráneas más septentrionales, cuenca del Ebro e
incluso en la cornisa cantábrica.
Las representaciones artísticas son muy escasas y muestran una tendencia hacia el
esquematismo. En Sant Gregori se recuperaron dos plaquetas grabadas; una representa una
cierva estilizada, de cuelo alargado y cuerpo cubierto de pequeños trazos, similar al Aziliense
antiguo del yacimiento francés de Pont-d’Ambon. La otra representa un bóvido, una cabeza de
caballo y una cierva, junto con un trazo en zig-zag. Ambas plaquetas corresponden a un estilo
figurativo esquematizante.
En algunos yacimientos catalanes se encontraron una loseta pintadas con trazos rectos en rojo y
un canto pintado con líneas paralelas… ambos encajan en el ambiente Aziloide y podrían
reflejar relaciones con la vertiente pirenaica francesa. Al sur de la desembocadura del Ebro ya
no llega esta influencia, con un vacío de manifestaciones artísticas al sur del mismo; sólo en
Cueva de Nerja se encontraron cantos coloreados sin relación con los hallados en yacimientos
catalanes.
2. EPIPALEOLÍTICO PLENO: EL MEDITERRÁNEO
2.1. Dispersión y cronología
El Epipaleolítico microlaminar pervive en el área mediterránea durante un milenio pero hacia el
10.000 BP empieza a convivir con una nueva tradición, el Epipaleolítico geométrico, que se
convierte en la industria dominante a partir del 9.000 BP. Se trata de una sustitución paulatina,
lo que complica establecer una cronología precisa de este cambio.
La principal característica definitoria es la presencia de instrumentos microlíticos muy
característicos por su diseño geométrico. Esto no fue un fenómeno único en el mediterráneo

97
Tema 13. Epipaleolítico y Mesolítico de la región mediterránea

ibérico, sino que se desarrolla en un marco más amplio que abarca el continente europeo. De ahí
sus similitudes con las industrias contemporáneas francesas Sauveterriense y Tardenoisiense.
Las dataciones de los yacimientos catalanes de Balma de Gai y Filador sitúan los primeros
niveles del epipaleolítico geométrico en el 10.000 BP. A partir de ahí se extienden por todo el
Mediterráneo, hasta Andalucía. En Cataluña, además de los mencionados, destaca Balma
Margineda. En Valencia, el Tossal de la Roca, El Collado y la Cocina. En Andalucía, la Cueva
del Nacimiento. Dataciones de C14 demuestran que el epipaleolítico geométrico subsistió hasta
el 7.500 BP.
2.2. El Epipaleolítico geométrico
Se caracteriza principalmente por la presencia de microlitos geométricos, pequeños
instrumentos realizados a partir de técnicas muy sofisticadas, basadas en laminillas o pequeñas
lascas La cadena operativa está establecida de antemano para producir piezas de pequeño
tamaño y formas estandarizadas. Esto produce piezas de silueta geométrica muy clara:
triángulos, rectángulos, trapecios, segmentos de círculo…. Todas estas piezas contaban con uno
o dos bordes trabajados con retoque abrupto que actuaban como dorsos, necesarios para
enmangar las piezas en vástagos , pues su pequeño tamaño impide su uso individual. Los filos
naturales resultaban muy cortantes; estarían armados probablemente sobre instrumentos
arrojadizos de caza, aunque también podrían tener otras funciones.
En algunos yacimientos abundan las piezas llamadas
microburiles: se obtienen mediante la fragmentación
intencionada de laminilla a partir de una escotadura que se
realiza en un punto determinado. Algunos autores los
consideran útiles en sí mismos; otros sólo como productos de
desecho de la fabricación de los geométricos. Lo importante
es que su presencia demuestra la existencia de una técnica
específica de talla, la “técnica del microburil”.
Los dos yacimientos más emblemáticos son La Cocina y El
Filador. Se diferencian, como todos los yacimientos mediterráneos, en la proporción de
microlitos geométricos. En los distintos niveles se puede pasar de un 40-45% del utillaje total
hasta casi un 75% en el nivel II de La Cocina. Además, también varía el tipo de microlito: en
unos yacimientos abundan los triángulos, en otros los trapecios e incluso en otros, los
microburiles.
El repertorio industrial del epipaleolítico geométrico incorpora otras piezas: hojas y hojitas
diversas, microlitos no geométricos y los típicos útiles de sustrato (raederas, muescas y
denticulados). Hay muy pocos buriles y muy pocos instrumentos óseos, en su mayoría,
punzones. Pudiera haber un instrumental en madera y fibras que no se haya conservado.
La variedad de proporciones en los microlitos llevaron a Fortea, nuevamente, a establecer dos
facies que todavía se mantienen al no haberse encontrado alternativas válidas para una nueva
clasificación.

98
Tema 13. Epipaleolítico y Mesolítico de la región mediterránea

-La facies Filador, según el yacimiento


homónimo de Tarragona, se encuentra
también en otros yacimientos catalanes como
Balma de Gai y Balma Margineda. Se da un
alto componente de triángulos y de
microburiles. Tienen rasgos similares a los de
la industria Sauveterriense de Francia, de l
9.500 a 7.500 BP.
1-6 raspadores; 7-9- laminillas de dorso; 10-15-
laminillas de dorso apuntadas; 16-19/27-29-segmentos;
20-26/30-37-triángulos; 38-40-microburiles; 41-42-
laminas truncadas; 43-raedera;44-46-denticulados.

-La facies Cocina, por la cueva valenciana


homónima, presenta un nivel con abundancia de
trapecios (Cocina I) y un segundo nivel (Cocina II)
en el que también abundan los microburiles y
peculiares triángulos de lados cóncavos. Los niveles
superiores se consideran representativos de la
neolitización de las últimas sociedades cazadoras-
recolectoras, por lo que esta cueva se considera
representativa de la evolución del Epipaleolítico
geométrico del mediterráneo ibérico.
Evolución técnica-tipológica de las piezas geométricas de la
facies Cocina según J. Fortea, 1973.

Recuadro: Los microlitos geométricos


Los microlitos geométricos se relacionan con actividades de caza, e
integrarían armaduras, es decir, piezas compuestas mediante el ensamblaje de
distintos componentes: podrían ir sujetas al extremo de un vástago de
madera, o perfilando dientes en serie para formar arpones o instrumentos
dentados. Los distintos tipos de geométricos podrían usarse para
herramientas diferentes, quizá relacionadas con las características de cada
presa.
-Triángulos. Presentan un borde con filo natural, los otros dos con truncaturas
trabajadas por la técnica del microburil, con diseño variable. Pueden ser
isósceles, escalenos y equiláteros.
-Trapecios. Tienen dos filos naturales opuestos y dos elaborados con
truncaturas o por microburil. Las formas difieren según la relación
longitud/anchura. Si la anchura dobla la longitud se pueden considerar “flechas
de borde transversal”.

99
Tema 13. Epipaleolítico y Mesolítico de la región mediterránea

-Rectángulos. Laminillas comúnmente trabajadas en soportes espesos, con


dos filos naturales opuestos y dorsos bitruncados con retoque abrupto.
Generalmente el doble de largo que de ancho.
-Segmentos de círculo. Laminillas en forma de media luna, con un filo
natural rectilíneo y borde contrario arqueado, conseguido con retoque
abrupto.
La versatilidad de los diversos tipos de microlitos geométricos supuso probablemente un
progreso técnico en la caza. La diversificación en los recursos cinegéticos demandaba
probablemente una necesidad de especialización en los instrumentos, según el tipo de presa. Los
trapecios y triángulos no son ya instrumentos punzantes, sino puntas de flecha de filo
transversal como las que aún utilizan en la actualidad ciertos pueblos cazadores para la caza de
aves o pequeños mamíferos por su gran capacidad de penetración.
2.3. El Epipaleolítico de denticulados
La excavación de nuevos yacimientos y la revisión de antiguas colecciones ha desvelado
recientemente la presencia de una nueva modalidad industrial denominada facies de
denticulados por la abundancia de tales piezas. Ha recibido diversas denominaciones, fruto del
estadío inicial de su estudio (Epipaleolítico genérico, E. Macrolítico, E. No geométrico, E.
Campiñoide…). Los yacimientos correspondientes a esta facies surgen ya hacia el 9.000 BP
como alternativa al microlitismo geométrico.
Los rasgos industriales son totalmente opuestos al epipaleolítico geométrico: aquí las piezas
microlíticas son escasísimas o inexistentes. Aparecen además unos instrumentos peculiares de
carácter macrolítico, en lascas de tamaño medio a grande y de aspecto macizo, que revelan una
cadena operativa oportunista e inmediata, con técnicas de percusión dura y aprovechamiento
de materias primas locales. Con ellas re realizaron los típicos instrumentos de sustrato:
raederas, muescas y denticulados espesos, raspadores gruesos, perforadores robustos. Se
relacionan, quizá, con el aprovechamiento de recursos vegetales. Se asemejan al Campiñoide
francés o el Aziliense cantábrico, en los que las piezas pesadas y grandes también abundan.
Los primeros niveles de esta facies coinciden con el microlitismo pleno (9.000 BP). En
Cataluña destacan los yacimientos de Balma Guilanyà, Sota Palou, Font del Ros… entre 9 y
8.000 BP, siendo facies puras que sólo contienen instrumental pesado. En Valencia se dan
situaciones híbridas; por ejemplo en Tossal de la Roca, en el que no hay un nivel exclusivo de
denticulados, pero éstos suponen hasta el 50% de las piezas.
2.4. Los medios de subsistencia
Este es el período del epipaleolítico peninsular del que se cuenta con menos datos referidos a los
modos de subsistencia. Se sabe que la mayoría de los restos óseos encontrados en los
yacimientos pertenecen a herbívoros, entre los que predominan ciervo y cabra, aunque también
es notable el jabalí, mientras que la presencia de corzo y caballo es más esporádica. En todos los
yacimientos la cabra es con diferencia la más abundante, llegando al 80% de total en cuevas
como el Filador, Cocina o Santa Maira. Podría ser sin embargo que esto se deba a que son
yacimientos de montaña, ya que faltan datos de yacimientos costeros, donde se supone que el
ciervo seguiría siendo la especie más abundante. También persiste la caza de lagomorfos.
Es más difícil aún conocer la contribución precisa de otros recursos, ya que hay muy pocos
datos sobre moluscos, aves, peces y vegetales. Con respecto a estos últimos, pudieron constituir
un aporte importante a la dieta: en un yacimiento posterior, del Neolítico antiguo de la Cova de
l’Avellaner, se ha probado inequívocamente una dieta eminentemente vegetal.
2.5. La sociedad
Los datos actuales no permiten hacer una reconstrucción de los sistemas territoriales. Se
postula que los yacimientos en los que se observa una larga ocupación y diversidad en el
aprovechamiento de recursos pudieron ser campamentos residenciales durante buena parte del
año, aunque la mayoría de los yacimientos carecen de estructuras de habitación consistentes
(sólo se encontraron unos pocos hogares, cubetas y fosas). La posibilidad de alternancia
estacional costa/montaña no se puede contrastar. Sin embargo, la contemporaneidad de los
yacimientos de facies geométrica y facies denticulada representa para algunos estudiosos la
existencia de campamentos con actividades diferentes y complementarias: de caza los primeros,
de manipulación y recolección los segundos.

100
Tema 13. Epipaleolítico y Mesolítico de la región mediterránea

No se conocen enterramientos, lo que parece


reflejar la carencia de territorialidad estricta. Sólo
se conocen catorce enterramientos en el conchero al
aire libre de El Collado (Valencia), pero en una
época próxima a los inicios de la neolitización
(7.500-6.500 BP). Consisten en fosas subcirculares
poco profundas, los cuerpos están en posición
decúbito dorsal, la mayoría sobre el costado
derecho, brazos estirados, piernas flexionadas y
pies cruzados. Junto a los cuerpos aparecen
abundantes ofrendas de conchas de caracoles de
agua dulce a los pies y alrededor del cráneo.
Las representaciones artísticas son muy escasas.
Se conocen 35 plaquetas grabadas del horizonte
Cocina II, con motivos geométricos abstractos
denominados arte lineal-geométrico. Son pequeños trazos en tramas abigarradas, bandas y
trazos radiales que ocupan toda la superficie de la plaqueta. En ciertos casos se conservan restos
de pigmento rojo que sería anterior al grabado. Es la culminación de la tendencia al
esquematismo registrada durante el período microlaminar.
3. EPIPALEOLÍTICO PLENO: LA CUENCA DEL EBRO
3.1. Dispersión y cronología
En momentos avanzados del Epipaleolítico pleno se produjo un desplazamiento de las
comunidades de cazadores-recolectores hacia territorios interiores de la Cuenca del Ebro. Ya
antes los pobladores paleolíticos habían alcanzado estas regiones, pero la escasez de
yacimientos indican una densidad de doblamiento muy baja. Es en el Epipaleolítico tardío
cuando el doblamiento se afianza, dado el incremento de yacimientos y su concentración en
territorios concretos. Esta colonización se sitúa en torno al 8.500-8.000 BP. Dos son las
principales áreas de ocupación: la comarca Matarraña-Algás, en el Bajo Aragón, como
prolongación hacia el interior de la desembocadura del Ebro, y las serranías orientales de Álava,
a medio camino entre el valle del Ebro y las comarcas vascocantábricas. Además se registran
ocupaciones epipaleolíticos por todo el arco pirenaico, en las cuencas fluviales de los afluentes
pirenaicos del Ebro.
La comarca Matarraña-Algás fue intensamente poblada. Destacan los yacimientos de Los
Baños, Ángel 1 y 2, Costalena, Botiquería dels Moros, El Pontet y El Secans. La proximidad de
esta comarca a al costa permite suponer contactos con las poblaciones litorales, lo que se apoya
por la presencia de industrias geométricas de la facies Cocina.
En las comarcas orientales de Álava se han localizado numerosos yacimientos en abrigos y
oquedades pequeñas. Los yacimientos más destacables son Atxoste, Fuente Hoz, Kanpanoste,
Mendandía… la posición intermedia en esta zona de corredor estratégico entre las tradiciones
culturales mediterráneas y las originarias del País Vasco y Francia se reflejan en la dualidad
observada en el origen de las materias primas líticas en algunos abrigos alaveses.
En cuanto a los yacimientos situados en los valles fluviales de los afluentes pirenaicos del Ebro,
se encuentran en zonas de alta montaña, cercanas a la divisoria, y sólo podrían ser ocupados en
las épocas más templadas del año. Se encuentran todo a lo largo del Pirineo pero destacamos la
Balma Margineda (Andorra), Forcas (Huesca), La Peña (Zaragoza), Aizpeia y Zatoia (Navarra).
3.2. Las industrias
En estos yacimientos se registran las dos grandes corrientes del Epipaleolítico Pleno
mediterráneo: el microlitismo geométrico y el macrolitismo de denticulados. Sin embargo
aquí no existe contemporaneidad de ambas tradiciones, sino que se suceden en el tiempo. Se dan
así dos fases:
• -Fase A. Las primeras poblaciones epipaleolíticos tardías se instalaron en la región entre el
8.500 y 7.750 BP, y muestran industrias microlíticas: muescas, denticulados y raederas en
lascas de grandes dimensiones. La dispersión es por todas las áreas mencionadas.
• -Fase B. Son ocupaciones datadas entre 7.750 y 7.000 BP, y presentan industrias
microlíticas típicamente geométricas. Abundan los trapecios de retoque abrupto mediante la

101
Tema 13. Epipaleolítico y Mesolítico de la región mediterránea

técnica de microburil similares a los del horizonte Cocina I. Su presencia es generalizada en


el Bajo Aragón, como es previsible por su proximidad al mediterráneo, pero también en los
yacimientos alaveses y en las estaciones pirenaicas de montaña, lo que indica la rápida
expansión de este tipo de instrumental.
Los rasgos de las industrias líticas no difieren de
los observados en el litoral mediterráneo. Sin
embargo hay una diferencia en la industria ósea,
que no es muy abundante pero sí significativa.
Algunos yacimientos presentan una interesante
gama de instrumentos en hueso, como en Aizpeia,
donde además de los punzones se encontraron
azagayas, puntas, espátulas, y unos objetos óseos
biapuntados, característicos del período
geométrico, que se interpretan como anzuelos
rectos (previos a los anzuelos de gancho).

Epipaleolítico geométrico de Aispeia: 1-3-raspadores;4-5


buriles; 6 pieza de dorso; 7 raedera; 8-9 denticulados; 10-13
escotaduras; 14-20 laminillas y puntas de dorso microlíticas;
21-38 microlitos geométricos; 39-43 microburiles.

3.3. Los medios de subsistencia


Son estas comunidades las más representativas de las sociedades cazadoras-recolectoras de
amplio espectro, dirigido al aprovechamiento integral de los recursos. Se da una diversificación
de las practicas de caza, con una amplia gama de animales y en especial las especies de bosque.
En Mendandía abundan ciervo y corzo, y ocasionalmente, cabra, jabalí, caballo, rebeco y zorro.
La abundancia de especies forestales concuerda con los análisis polínicos que indican la
existencia de densas masas boscosas. Otros yacimientos como Kukuma o Aizpeia presentan
abundancia de ciervos y cabras, reflejando dos territorios de caza diferentes: el ciervo en valles
y bosque y la cabra en las regiones montañosas.
Se dio también la caza menor: la presencia de zorro y comadreja indica la caza de estos
carnívoros de talla medio-pequeña, probablemente mediante trampas. En Aizpeia se encontró
una gran variedad de restos de aves. Muchos abrigos cuentan con un número elevado de restos
de caracol de tierra, sin que se pueda decidir si su acumulación es natural o por consumo
humano.
También hay datos que apuntan a la pesca. En Aizpeia se encontraron numerosas vértebras de
peces de agua dulce: barbos, la mayoría, también salmónidos y truchas. Tenían preferencia por
ejemplares de tamaño grande. Los salmones se podrían haber capturado a unos 15 km aguas
arriba, en la vertiente atlántica, lo que prueba las relaciones con las tierras septentrionales.
Podría ser su captura en la época estival aprovechando las migraciones del animal. Pero no
todos los yacimientos tienen restos de peces, incluso aquellos que se encuentran en lugares
propicios.
Sobre la recolección de vegetales no hay muchos datos directos. Las marcas en los dientes
humanos de Aizpeia revelan una dieta compuesta por carbohidratos, es decir, una gran
abundancia de productos vegetales, lo que se aleja de la imagen tradicional de las sociedades
cazadoras. También se encontraron numerosos restos vegetales: avellanas, frutos de acerolo,
serbal de cazadores, mostajo, manzano silvestre… parte de estos restos están carbonizados,
quizá por un tratamiento de desecación para soportar el invierno. De cualquier manera una
proporción elevada de vegetales en la dieta puede haber sido habitual, pero es difícilmente
detectable.
3.4. Territorialidad y movilidad

102
Tema 13. Epipaleolítico y Mesolítico de la región mediterránea

La elevada concentración de yacimientos en las zonas del Valle del Ebro se considera prueba de
la expansión del poblamiento hacia comarcas hasta entonces periféricas. Probablemente en
respuesta al crecimiento demográfico y necesidad de recurrir a nuevos territorios. El patrón de
poblamiento probablemente respondió a una estrategia intencionada de explotación intensiva de
un amplio espectro de recursos. La posición estratégica de los yacimientos muestra que se
elegían para el control territorial de los ecosistemas. Así se ha propuesto un “nomadismo
cíclico” en el que algunos refugios sólo estarían ocupados en una época del año, como Aizpeia o
Mendandia.
Además de esta movilidad estacional pudo darse otro tipo de movimientos más largos, por ej.
hacia los Pirineos, para cazar animales montañosos en épocas cálidas del año. Algunos autores
proponen que estos yacimientos serían los campamentos de verano de la población de la costa
atlántica francesa.
El estudio de las materias primas líticas en yacimientos de la Cuenca alta del Ebro indica que
el sílex es de procedencia local, pero también hay variedades vascas o de más allá del valle del
Ebro. En el abrigo de Aizpeia se encuentra sílex local, y también originario del litoral
guipuzcoano e incluso de más allá de los Pirineos, lo que apunta a la existencia de relaciones
con esos pueblos.
La presencia de objetos de adorno personal, como conchas perforadas, vuelve a apuntar hacia
esa territorialidad. Si estos objetos tenían un valor simbólico que trascendía a su mera utilidad,
su intercambio entre las distintas comunidades demuestra la implantación de redes a grandes
distancias. La presencia de caracoles marinos puede indicar el desplazamiento de parte de la
población, al menos, hacia zonas costeras, o de transacciones con vecinos costeros. Es de
destacar que algunos caracolillos marinos son de origen mediterráneo, lo que indica un
escenario socio-territorial extremadamente complejo, a lo largo de un corredor de más de 300
km entre el Alto Ebro y el litoral mediterráneo.
Recuadro: Continuidad y cambio en los cazadores-recolectores: el “Modelo Cocina”
La Cueva de la Cocina está situada en la localidad Valenciana de Dos Aguas. Estudiada por
Pericot en 1954, los materiales fueron revisados por Fortea 30 años más tarde. Supone el
principal modelo de referencia sobre la evolución industrial desde el Epipaleolítico Pleno
geométrico hasta el Neolítico en el Mediterráneo Ibérico. Refleja el paso de las últimas
comunidades cazadoras-recolectoras a comunidades productoras, es decir, la neolitización
progresiva del sustrato autóctono que poblaba la comarca. El esquema se reproduce, aunque no
tan completo, en otros yacimientos, como los del Epipaleolítico tardío del Bajo Aragón.
Etapa Horizonte Características industriales
– Dominio de geométricos, 43 %
– La mayoría trapecios de 1 o 2 lados cóncavos
Cocina I – Muy pocos microburiles
– Láminas o laminillas con muescas y denticulados, 35%
– Escasas piezas de sustrato
Epipaleolítico
– Geométricos dominantes (>70%)
geométrico
– Dominan microburiles (40%) y numerosos triángulos (2 lados cóncavos), trapecios,
triángulos y segmentos
Cocina II
– Escasas láminas o laminillas con muescas, denticulados y bordes abatidos
– Ausencia de raspadores, buriles y piezas de sustrato
– Escaso material óseo, apenas toscos punzones
Epipaleolítico en - Dominio de medias lunas, triángulos y finalmente laminillas con muescas y denticulaciones
proceso de Cocina III – Diversos fragmentos cerámicos
neolitización – Un hacha apanada y una piedra de molino
– Presencia de geométricos, recuperación de utillaje macrolítico
Neolítico Cocina IV
– Cerámica cardial

103
TEMA 14
ARTE POSTPALEOLÍTICO. LEVANTE Y SUR

Las manifestaciones artísticas postpaleolíticas


en la Península Ibérica deben ser observadas
como un puzzle o una red con secuencias en las
que puede haber interacciones diacrónicas y
sincrónicas, pero no rígidas evoluciones en el
estilo.
Tanto el arte levantino, como el arte del Tajo de
las Figuras (Cádiz), finalizan sus secuencias
iconográficas en el mismo tiempo, con las
nuevas formas generadas por las primeras
sociedades productoras.
La relación entre el arte levantino y el arte
del Tajo de las Figuras, probablemente
obedezca a una similitud de temas que reflejan
la ideología y simbología de unas sociedades cazadoras – recolectoras en un momento
caracterizado por la fragmentación, diversificación y regionalización cultural. No tienen que
derivar necesariamente uno del otro.
Durante los años 60-70, en los trabajos relativos al arte rupestre levantino, se considera que en El
Tajo de las Figuras y el Campo de Gibraltar se produce una evolución de las formas naturalistas
levantinas que conducirán al Arte Esquemático.
En la década de los 80 se establecen los límites del Arte Levantino en Jaén y Almería, las cuales
poseen un carácter naturalista-estilizado con formas muy afines a las que se encuentran en Cádiz.

1. HISTORIOGRAFÍA:
A la vez que en 1.892 se dan a conocer las cuevas de Altamira, se realiza el hallazgo de las
Pinturas Blancas de los Abrigos de la Sierra de Albarracín en Teruel, que en un principio pasará
desapercibida, pero a partir de ese momento aparecerá un gran repertorio de conjuntos entre los
que destacan: El Cogull (Lleida), Yecla (Murcia), La Valltorta (Castellón)…
H. Breuil establece una datación paleolítica a estos lugares, con el amparo de autores como
Obermaier, Lantier, Blanc, mientras que en breve, otro grupo de investigadores encabezados por
Hernández-Pacheco, y fundamentalmente españoles como Pericot, Almagro, Ripoll,… les
concederán una datación postpaleolítica que
terminará por imponerse.

2. SOPORTES, TEMÁTICA Y
COMPOSICIONES:
El arte rupestre del arco mediterráneo fue
declarado Patrimonio de la Humanidad en
1.998, donde a la vez del Arte Levantino
con figuras de tipo naturalista-estilizado,
propias de abrigos poco profundos, están
también incluidas las representaciones de
Arte Esquemático.
La situación del arco mediterráneo tendrá
una limitación al norte desde Lleida y
Huesca y al sur en Jaén y Almería, estando
enmarcado por Cuenca y Teruel. Los abrigos
abiertos estarán situados en lugares con agua

104
y amplia panorámica, en altitudes comprendidas entre 300 y 1.000 metros.
Características:
• Representación de antropomorfos y
zoomorfos de pequeño tamaños que
oscila entre 5 y 25 cm (alguno podría
llegar a 50 cm)
• Son figuras naturalistas estilizadas con
tendencia hacia lo filiforme tanto las
humanas como las animales.
• El movimiento y la ordenación
espacial de los zoomorfos y
antropomorfos acudiendo a la
oblicuidad, es uno de los rasgos
esenciales que pueden atribuirse a estas
pictografías (cazadores en plena
carrera, guerreros danzando..)
• Creación de escenas, que pueden ser:
cinegéticas, de
baile, recolección
(fundamentalmente de miel).
• Aparecen hileras de huellas de ungulados.
• Arte detallista en el que se pueden observar las ropas (faldas en
mujeres), adornos (en brazos, cintas, pelo), el sexo femenino se
distingue por los pechos y las cabezas triangulares, aparecen
reflejadas las armas (arcos, flechas, lanzas,…)
• Los animales más representados: cápridos, cérvidos, bóvidos,
équidos, cánidos, insectos y aves. Algunos aparecen heridos o
muertos por flechas en las escenas de caza.
• Los antropomorfos suelen disponerse formando una orla alrededor
de los zoomorfos, manteniendo una cierta distancia.
• En la zona meridional en las composiciones destacan los temas de carácter social o
relacionados con otros aspectos de la vida cotidiana [Minateda (Albacete), Solana de las
Covachas y Torcal de las Bojadillas (Nerpio, Albacete)…].
• Las figuras pintadas en las serranías de Albarracín y Cuenca también presentan unos
motivos diferenciados: una temática faunística muy naturalista y de mayor tamaño [Prado
del Navazo y Cocinilla del Obispo (Albarracín, Teruel), Selva Pascuaza y Peña del
Escrito (Villar del Humo,
Cuenca)..]
• Las figuras humanas,
siempre estilizadas, y
animales, son los
protagonistas de la pintura
rupestre levantina, en
realidad son auténticas
siluetas.

Técnica:
• Tamaño pequeño: 5- 25
cm.

105
• Siluetas con tintas planas (superficie homogénea de color) y ocasionalmente listados.
• Colores: rojo en distintas tonalidades y negro y blanco en las serranías de Albarracín y
Cuenca.
• Instrumental: es probable la utilización de algún tipo de “pincel” (pluma de ave)
realizado con elementos de la naturaleza y usado para realizar los trazos finos.

Conjuntos rupestres:
• Sierra de la Pietat (Tarragona)
• Cova Remigia , el Cingle y La Valltorta (Castellón)
• Cuevas de la Araña (Valencia)
• Val del Charco del Agua Amarga (Teruel)
• Cueva de la Vieja
(Albacete)
• Río Vero (Huesca):
coexisten formas de
apariencia naturalista –
estilizada (figuras
humanas, cérvidos y
carpidos), que en
general no forman
escenas, pintadas en
rojo y
excepcionalmente en
negro, a tinta plana,
con otras esquemáticas
y figuras intermedias
en cuanto a la forma.
• Villar del Humo
(Cuenca): presenta
una originalidad
patente. Se caracteriza
por animales de estilo
muy naturalista, estáticos, que ocupan las posiciones centrales de la mayoría de los
paneles, como los grandes toros, y que salvo en contadas ocasiones no forman escenas
evidentes, con figuras antropomorfas que los acompañan. Los antropomorfos están
realizados de diferentes formas, desde el típico levantino al casi esquemático y como
norma general se disponen formando una orla alrededor de los zoomorfos manteniendo
siempre una cierta distancia. La mayoría de los motivos esquemáticos se encuentran
también en posiciones marginales, lo que ha dado lugar a la presencia de pocas
superposiciones.
• Andalucía oriental: es la localización más meridional de las pinturas de estilo levantino,
casi siempre de animales. Se cuestiona si se trata de influencias artísticas o culturales
sobre un territorio en el que predominaba el arte esquemático.

Hemos de hacer referencia al Arte Esquemático que será un arte postpaleolítico de los
primeros productores que se desarrollará en toda la Península Ibérica, en donde las escenas no
serán frecuentes; con convenciones abstractas y profusión de motivos geométricos; las pinturas
serán rojas o excepcionalmente negras, mediante técnica de tintas planas, de pequeño tamaño y en
muchas ocasiones se interrelacionarán y convivirán con el Arte Levantino. Podemos encuadrarlo

106
dentro de una cronología que va desde los primeros productores del Neolítico a la Edad de
Bronce.

3. CRONOLOGÍA:
La cronología no está definida más allá de que se trate de un arte postpaleolítico ya que no existe
un consenso entre las teorías arqueológicas.
La cronología más extendida es la de Ripoll, presentada en el simposio internacional de Burg
Wartenstein, que establecía cuatro fases:

Desde el
punto de
vista
cronológico
y cultural,
la primera
se correspondería con una población epipaleolítica de cazadores – recolectores con algunos
atisbos de neolitización, la segunda y tercera con la plena aculturación neolítica y la última con la
primera metalurgia (calcolítico).
Otros estudios recientes (Alonso Tejada y Grimal) cuestionan una rígida evolución estilística,
llegando a la conclusión de que el arte levantino muestra un estilo definido que sintonizaría con
una sociedad cazadora recolectora situada en el Epipaleolítico.
Las escenas citadas en muchas publicaciones que nos remitirían a grupos productores,
domesticación de animales y plantas, son –según estos autores- interpretaciones idealizadas, que
una vez analizadas en la
actualidad se revelan como
imprecisas y ambiguas. Las
pinturas corresponden a una
sociedad de cazadores –
recolectores donde sólo se
rastrean escasos rasgos
neolíticos.
Diferentes autores han propuesto
diferentes hipótesis sobre la
cronología de un arte, el
levantino, cuya diversidad u
homogeneidad formal no está
todavía definida con un mínimo
consenso, y refleja las diferentes
teorías arqueológicas vigentes
durante el siglo XX.
Lo único cierto es que no hay consenso y que el significado del arte levantino es complejo. La
coincidencia de los diferentes autores es en el sentido narrativo de sus composiciones y en el
carácter religioso de los abrigos, auténticos santuarios, que tendrían un significado especial
durante una secuencia temporal muy prolongada. Se han planteado como un recordatorio o
conmemoración de grandes cacerías o de acontecimientos de la vida tribal. De carácter más
conmemorativo que religioso.

5. EXTREMO SUR PENINSULAR:


El estudio de la Cueva del Tajo de las Figuras, en Sierra Momia (Cádiz), ha venido a demostrar
que la estratigrafía cromática de las pinturas rojas es el resultado de una expresión plástica
desarrollada durante un periodo de tiempo prolongado, en un reducido espacio.

107
Sus características encajan con las sociedades de cazadores recolectores, cuyos asentamientos
temporales eran usados de forma repetida para aprovechar intensiva y estacionalmente los
recursos naturales.
Otras cavidades de Sierra Momia, reflejan las mismas técnicas y tipologías que las pinturas de las
Cuevas del Tajo de las Figuras. Destacan aquí algunas figuras animales naturalistas, grupos de
puntos y manos impresas en positivo.

Según las últimas investigaciones, parece que va definiéndose una unidad conceptual entre el
Neolítico y el Calcolítico.

La Cueva del Tajo de las Figuras, en Sierra


Momia (Cádiz), con una compleja
estratigrafía, con apenas 18 metros cuadrados
de superficie de paneles, cuenta con 920
figuras pintadas con una cromática roja, en el
que aparecen 95 superposiciones y 252
yuxtaposiciones con una gran cantidad de
matices de color dentro del rojo,
probablemente por progresivo deterioro del
pigmento durante un amplio período de
tiempo. Se emplearon “pinceles “de distintos
tamaños. Las figuras tienen tendencia
naturalista aunque con cierto esquematismo.
Se observa gran cantidad de aves debido a un
entorno lagunar o marismeño y de humedales.
Se pueden apreciar escenas de nacimiento y
cría de animales, lo que nos introduce en un
período estacional concreto que va desde el
final de la estación húmeda abarcando todo el
período de sequía estival.
Algunos autores consideran el Arte del Tajo de las Figuras como una entidad, de tendencia
naturalista y una datación epipaleolítica, aunque hay que destacar que en otras zonas como el
Campo de Gibraltar hay otros muchos abrigos rocosos con Arte esquemático.
La Cueva del Tajo de las Figuras es un auténtico mapa etológico, que demuestra un gran
conocimiento del medio ambiente, incidiendo en temas tan importantes como la reproducción de
la vida. Parece lógico suponer que este sitio representa un papel fundamental respecto a la
transmisión de información, se dote o no a las imágenes de contenido simbólico.

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