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La inteligencia artificial diseña un edificio

Inspirado en la canción Wonderful tonigh

La Inteligencia Artificial (IA) ha revolucionado también el mundo de la arquitectura. Unos pocos


datos o referencias son suficientes para que genere un proyecto que dé respuestas a las mismas.

Hasta la letra de una canción icónica tiene su representación. And then she asks me: Do I look all
right? And I say, "Yes, you look wonderful tonight". Eric Clapton

Jenifer Haider Chowdhury, arquitecta y diseñadora gráfica, ha utilizado la Inteligencia Artificial (AI)
para crear un espacio ficticio que es una auténtica explosión de emociones y color.

El desafío de la profesional fue, nada menos, llevar el romanticismo de la música a la arquitectura,


creando un ambiente que definió como “soñador e ilusorio”. Para eso tomó la canción “Wonderful
Tonight”, compuesta por Eric Clapton en 1977, dedicada a Pattie Boyd.

A partir de la letra, Jenifer creó un estilo arquitectónico donde los colores juegan un papel muy
importante, por considerarlos capaces de “despertar, motivar y volver positivos los sentimientos”.
Los colores en combinación con formas consiguen atraer la atención de los usuarios y con una
paleta adecuada alterar la sensación de cualquier espacio, “variando los tonos, aumentándolos,
enfriándolos”, detalla.

Una explosión de color

La canción de Clapton habla de una noche maravillosa, una mujer y una situación de ensueño. A
partir de eso, Jenifer creó una formación geométrica “que invita a una noche romántica”.

El proyecto, desarrollado a partir de IA, está situado cerca del mar, flotando en el agua y cubierto
con medusas lunares de color rosado, flores marinas, iluminación tenue y otros patrones.

Las formas curvas, torcidas, arremolinadas y en capas se asemejan, señala la autora, “al ritmo de la
canción”, creando un ambiente de cuento de hadas. “Cuando vemos diferentes formas o
estructuras, nuestra mente genera curiosidad en nuestra imaginación. Ver flores nos alegra, nos
da felicidad. Así que experimentar diferentes estructuras florales nos da alegría”, explica.

Frente a la obra, algunas personas toman fotos, otras deambulan y exploran el espacio. Los niños
comienzan a jugar al encontrar esas formaciones únicas y extrañas. El lugar se convierte en un
centro de interacción social.

No es, claro está, una obra a construir, aunque posiblemente sea viable y posible. Pero es un
producto de la IA, que procesó un texto, interpretó un sentimiento y devolvió una respuesta.

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