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“DESAFÍOS DE LA PRAXIS DEL DIRECTOR COMO EPICENTRO DE LOS

ENFASIS CURRICULARES EN LOS PROCESOS EDUCATIVOS ”

INTRODUCCION
La educación es un proceso esencial para la transformación social en el contexto de
las comunidades, ya que a través de ella se impulsa el desarrollo potencial tanto individual
o colectivo de los ciudadanos. El director debe ser un líder comunitario, el portavoz, el que
guía, planifica lo que tiene previsto dentro de la escuela, y brindarle herramientas a todos
los que hacen vida en la escuela como todo el contexto que los rodea, para que esa gran
orquesta proyecte la melodía que la comuna desea escuchar, ya que muchas veces el
director no sabe cuáles son las acciones que cumplir o cómo tiene que ejercer su liderazgo,
por cuanto, le corresponde tener siempre presente que trabaja con una materia valiosa y
sensible: los alumnos, sus familias y el personal docente y no docente, todas las fuerzas
vivas que hacen vida en la comuna, para el logro de la transformación por una calidad
educativa suprema.
Aunado a eso, a las comunidades hay que conquistarla, sensibilizarla para que
luche conjuntamente con el director de la escuela, por los beneficios de todos los
ciudadanos que allí viven y puedan resolver los problemas o nudos críticos de una manera
práctica, como ejemplo cito, comuna patria en revolución, Circuito N°2, Territorio Escolar
Libertador del estado Carabobo, con una población de 15.740 habitantes, 5.400 familias y
una matrícula de 1059 estudiantes, la no existencia de un liceo de Media General, ocasiona
la migración de los jóvenes a otros Circuitos y el abandono de estudios a nivel medio por la
falta de recurso para el traslado de los jóvenes estudiantes en continuar en el sistema
educativo, siendo esta una causa por la cual tenemos que luchar en lo sucesivo para evitar
la deserción escolar que cada día se acrecienta y tenemos la consecuencia de la
problemática juvenil que en la actualidad existe. Es de hacer notar, que ese nudo crítico que
se plantea no es en realidad el enfoque del tema a tratar, ya que de eso se desprende que los
directores de las escuelas como líderes comunitarios y epicentro de ese Circuito antes
mencionado deben unir sus esfuerzos por un bienestar común de la comunidad la
construcción de un liceo y los jóvenes estudiantes no sean enviados a otros circuitos
escolares que les queda retirado de su comunidad donde habitan.
En ese mismo contexto, con los Centros de Desarrollo de la Calidad Educativa
Territorial, los directores de las instituciones educativas tienen como objetivo primordial
desarrollar las acciones metodológicas, para transformar, cambiar, así como también,
elaborar, fortalecer y ejecutar los planes, programas y proyectos en las escuelas, centros e
instituciones educativas, para luego con estos elementos la familia, escuela y comunidad se
enlacen con el director en modo indisoluble, construyendo la escuela modelo en lo
cognitivo, cultural, afectivo, tecnológico, con una producción y desarrollo endógeno como
en un ambiente ecológico equilibrado, para el aprender a ser, a conocer, a hacer y a
convivir, dando como resultado un ser humano axiológico, integral, gozando de una buena
salud.
En tal sentido, se analizó el liderazgo del director como epicentro de los énfasis
curriculares en los procesos educativos con la integración escuela y comunidad, en el
municipio Libertador del Estado Carabobo. La investigación se desarrolló de la siguiente
forma: se plantea el problema seleccionado a nivel macro, meso y micro, se presentan
objetivo general y específicos, la justificación de dicho problema, y se delimita la
investigación; las experiencias previas de los investigadores que guardan relación con el
tópico en estudio, las bases teóricas y conceptuales en relación a las variables en estudio y
las bases legales que sustentan la investigación. Por lo tanto, constituido el tipo de
investigación, en este caso se trata de un estudio descriptivo, además la población y la
muestra objeto de estudio, la confiabilidad y validez de los instrumentos y las técnicas de
recolección de la información. .
El sistema educativo actual en Venezuela requiere de nuevos paradigmas con
nuevas Políticas Educativas que nos permita desafiar estos procesos que como país se
encuentra sumergido con bloqueo y la Pandemia inesperada que hemos vivido, el cual los
directores asuman un verdadero rol como líder pedagógico del siglo XXI, que no
solo se ocupen de las funciones administrativas, que aunado a eso se ocupen en
ocasiones de visitar las aulas para acompañar al docente como a los estudiantes, o
que rara vez converse con los estudiantes sobre sus necesidades o intereses, que
muy poco integre a los padres de familia en el trabajo pedagógico; se requiere un
director que genere espacios pedagógicos para todos los actores, que se involucre
en el desarrollo de las sesiones de aprendizaje junto con sus maestros, que
promueva comunidades de enseñanza y aprendizaje entre docentes y
administrativos para revisar y evaluar los resultados de aprendizaje y tomar
decisiones pertinentes
El director como líder del siglo XXI, se les exige una concepción diferente, para
poder atender a las escuelas integrales, es decir, debe poseer amplitud en conocimientos de
trabajo comunitario, estudios universitarios, manejo del trabajo metodológico como de
informática y capacidad de comunicación son algunos de los aspectos a tener en cuenta

para ser líderes exitosos y competitivos. Es una estrategia de construcción


donde se plasma los objetivos y las estrategias que se quieren
lograr durante el aprendizaje, el docente tiene que tener
estrategias para poder alcanzar las metas o los resultados que
desea por parte de los estudiantes.´
Las capacidades para definir estrategias que guíen el trabajo
escolar y motiven a los estudiantes y a los docentes hacia el
aprendizaje, no se desarrollan espontáneamente, sino que deben
ser favorecidas con oportunidades efectivas y sostenidas de
desarrollo profesional. Y en este sentido América Latina tiene
mucho por hacer.
Alrededor de 730 mil directores escolares atienden actualmente el
desarrollo de la educación básica obligatoria en nuestra región,
en una diversidad de contextos, condiciones laborales y niveles
de preparación que inciden directamente en la posibilidad que
tienen estos equipos de ejercer un liderazgo exitoso. Se espera
que un directivo escolar desempeñe funciones administrativas,
pero también -y sobre todo- de liderazgo y reuniones curriculares
y de enseñanza, además de mantener interacciones con
estudiantes, docentes, familias y comunidad.

Una acción importante para promover la mejora de los procesos


de desarrollo profesional de los equipos de dirección escolar es
visibilizar los criterios para identificar prácticas directivas
innovadoras, que puedan ser utilizados al momento de
emprender este tipo de intervenciones a nivel local, regional o
nacional.

¿Qué son los contenidos curriculares y explique cada uno?


Son los que involucran conocimientos, habilidades, destrezas y actitudes que se
desarrollan en cada etapa del proceso educativo, los cuales se clasifican en
materias, módulos o etapas, conceptos, hechos, datos, valores y actitudes.

¿Cuál es la importancia de los enfoques curriculares?


Los enfoques curriculares reflejan la visión del mundo, los valores, las
actitudes y las prioridades respecto al conocimiento que se han delineado
de manera deliberada o no, acerca de los procesos educativos.

¿Qué es importante el rol del director como gestor y transformador de los


procesos educativos?
Un buen directivo inspirara y asesorar a los docentes para favorecer su potencial;
administra los recursos y crea las condiciones para que la enseñanza tenga lugar,
cuida la trayectoria escolar de cada uno de los alumnos; propicia comunidades de
aprendizaje.
Un buen directivo inspirara y asesorar a los docentes para
favorecer su potencial; administra los recursos y crea las
condiciones para que la enseñanza tenga lugar, cuida la
trayectoria escolar de cada uno de los alumnos; propicia
comunidades de aprendizaje.

La importancia del Director en el proceso de cambio de gestión e
ducativa, por Alindor Bazán Hernández

Dr. Alindor Bazán Hernández


Asesor Curricular de la Universidad Privada del Norte Cajamarca

El rol de un directivo en las instituciones educativas es de vital importancia


porque moviliza al personal, diseña e implementa las políticas institucionales,
acompaña el trabajo pedagógico de los docentes, motiva a todo el personal, y
vela por el buen funcionamiento de los recursos y la infraestructura para que sea
acogedora y saludable; todos estos aspectos con la única finalidad de mejorar los
aprendizajes en los estudiantes; en suma, un director es el líder pedagógico.

Estudios demuestran que el liderazgo directivo es la segunda variable más


relevante para elevar la calidad de los aprendizajes (después de la calidad
docente) y resulta especialmente efectiva, ya sea en educación básica o en
educación superior. Esto refuerza la importancia del trabajo cooperativo, en el
que ambos factores, directivos y docentes, se conjugan y fortalecen alrededor del
liderazgo pedagógico (Minedu, 2016). Desde esta perspectiva, el liderazgo
pedagógico se define como la labor de movilizar, de influenciar a otros para
articular y lograr las intenciones y metas compartidas de las instituciones
educativas.

Nuestra sistema educativo actual requiere que los directores asuman un


verdadero rol de líderes pedagógicos, que no solo se ocupen de las funciones
administrativas o que esporádicamente visiten las aulas para llenar una ficha de
monitoreo, o que rara vez converse con los estudiantes sobre sus necesidades o
intereses, que muy poco integre a los padres de familia en el trabajo pedagógico;
se requiere un director que genere espacios pedagógicos para todos los actores,
que se involucre en el desarrollo de las sesiones de aprendizaje junto con sus
maestros, que promueva comunidades de enseñanza y aprendizaje entre docentes
y administrativos para revisar y evaluar los resultados de aprendizaje y tomar
decisiones pertinentes

Además, en el más breve plazo, se requiere un director que genere confianza e


inspire a todos, que sea un trabajador apasionado de lo que hace, que promueva
el trabajo colegiado con los docentes, que ambos realicen la planificación de cada
unidad y sesión de aprendizaje; luego, desarrollen la clase junto con otros
docentes bajo la modalidad de docencia compartida. Se necesita un director que
no solo le interese la bonita infraestructura del colegio, sino que priorice la
mejora de la infraestructura emocional de todos los actores. Tal como plantea el
Minedu (2014), cuando el director de una escuela enfoca las tareas con liderazgo
pedagógico, es decir, cuando orienta los objetivos hacia los aprendizajes, su
actuar tiene un impacto positivo en el rendimiento académico de los estudiantes.

Todos los aspectos antes señalados podrían lograrse si se toma en cuenta las
prácticas de liderazgo propuestas por Viviane Robinson, que son cinco
dimensiones que los directivos deben tomar en cuenta para una buena gestión:
establecimiento de metas y expectativas, uso estratégico de recursos,
planeamiento, coordinación y evaluación de la enseñanza y del currículo,
promover y participar en el aprendizaje y desarrollo de los docentes, y, garantizar
un ambiente seguro y de soporte.

En conclusión, nuestra actual educación requiere de un modelo de gestión escolar


centrado en los aprendizajes; a partir del liderazgo pedagógico del director, que
permita las condiciones necesarias para alcanzar los aprendizajes fundamentales,
deseables y necesarios en todos los estudiantes. Par tener mejores resultados se
requiere configurar el rol del director, que sea una persona apasionada, que
inspire y movilice a todos los miembros de la comunidad educativa hacia el
cumplimiento de las metas y objetivos. Necesitamos un director como líder
pedagógico y una comunidad educadora.

 VERÓNICA ÁLVAREZ ALARCÓN


11 ENE. 2018 09:25
EL EPICENTRO DEL DEBATE se ha trasladado desde la economía a la
educación como resultado de un terremoto social causado por un
conjunto de fuerzas que actúan como ondas sísmicas y que llevan tiempo
operando en un sector tradicionalmente alejado de la política.

La primera de estas fuerzas que empujan el epicentro ideológico al


terreno educativo, es la fractura económica. De hecho, la política y la
economía, siempre han ido de la mano, han conformado un tandem que,
sin embargo, debido a la integración europea y al proceso de convergencia
económica, han ido perdiendo fuerza a la hora de diseñar e implementar
propuestas económicas a nivel nacional. Desde que en el año 1992 cuando
se firmara uno de los Tratados modificativos más importantes, el Tratado
de Maastricht, se produjo la delegación a favor de la integración europea
del dominio supranacional de una de las políticas económicas más
relevantes, la política monetaria, algo que, para evitar interferencias sobre
el tipo de interés y tipo de cambio, influye en el diseño de unas políticas
fiscales nacionales de carácter restrictivo.

La frontera entre fiscalidad y Estado de bienestar tiene además un


recorrido bastante breve a la vez que sujeto a limitaciones debido a que
los Estados, con la reciente crisis de la deuda, el escaso entendimiento de
la doctrina liberal y el necesario refuerzo del Pacto de Estabilidad y
Crecimiento, no han dado con la fórmula de hacer un diseño de gobierno
que proyecte diferencias ideológicas con las que potencialmente ganar al
electorado. En definitiva, la economía ya no admite la ideología
nacionalista y ésta ha de migrar a otros sectores.
En su proceso de búsqueda, la voluntad política de conformación
ideológica tanteó su viraje social, primero y de forma infructuosa, hacia el
mercado laboral, que debido a su vínculo con la economía, no ha servido
para proyectar diferencias notables a nivel ideológico. De hecho, la
necesidad de mantener una elevada productividad y competitividad
internacional son un freno a la hora de diseñar o influir ideológicamente
al mercado laboral, donde además, hay numerosas variables económicas
mensurables, objetivas y tangibles, además de factores de política
económica y estructural, como son la tecnología y la inversión en I+D, que
influyen de forma decisiva en los engranajes de su funcionamiento. En
conclusión, a pesar de su dimensión social, el mercado laboral tampoco da
cabida a la ideología nacionalista.

La siguiente ruptura de la que nace la siguiente onda sísmica es la fractura


académica de la educación, haciendo de ésta un elemento condicionado
por la deriva política del momento. El logro de universalizar la educación
se ha conseguido gracias al abordaje de nuevas y exitosas fórmulas de
enseñanza aprendizaje con las que equiparar diferentes ritmos de
aprendizaje a través de la introducción de la taxonomía conceptual, tal y
como expuso John Biggs en su metodología del alineamiento
constructivista. Estas formas diferentes de acercar el aprendizaje al
alumnado son muy valiosas si no fuera porque van innecesariamente
acompañadas de la introducción de variables sociales que están alejadas
de la vertiente académica. Desde que se aprobara la LOGSE, la exigencia
académica fue reducida de forma sustancial, argumentando que el
alumnado necesitaba aprender para desenvolverse en la vida, como
integrante de la sociedad, aunque no estuviera demasiado, ni en muchos
casos, lo suficientemente preparado en un terreno académico considerado
erróneamente exclusivo de una minoría y excluyente de la gran mayoría
de la población escolar.

Este deseo de universalizar la enseñanza ha abierto la puerta a la


incorporación de algunas metodologías y teorías de aprendizaje valiosas
englobadas en la innovación educativa que permiten alcanzar unos
resultados próximos a la distribución normal poblacional, con el único
inconveniente de dejar también la puerta abierta al diseño de un
porcentaje creciente de conocimientos que no resultan objetivables,
medibles ni lo suficientemente bien organizados como para permitir
siquiera un seguimiento de su efecto con el tiempo.

La enseñanza ya no es académica sino parte de la política social donde por


definición se incluye una amalgama de competencias extracurriculares de
forma incontrolada y de efectos no mensurables. Lo que antes se incluía
en asignaturas como ética, ahora se expande en el ambiente como si fuera
la auténtica prioridad de la política social de educación anti académica.

Como consecuencia de las fracturas, el único sector rentable de influencia


ideológica es el sistema educativo, descubriéndose como un portentoso
terreno cultural y social que cala hondo en las generaciones venideras y en
el diseño de un potencial nuevo estado. La afirmación, basada en
innumerables pruebas documentales y evidencias, de que en la educación
se producen casos de adoctrinamiento, ha cogido recientemente fuerza,
permitiendo explicar el cómo y por qué de la conformación de una
mentalidad nacionalista que necesita contar con un ideario que avale la
creación de un nuevo Estado.

Este despropósito, el del adoctrinamiento, es algo tan malintencionado


como inducido, que ha contribuido a difundir determinadas fantasías
decimonónicas, que son necesarias para crear una identidad que defienda
los principios nacionalistas, aunque estos pasen por encima del sentir y
derecho democrático antinacionalista de gran parte de la población.

Quienes niegan taxativamente que en la educación se dan casos de


adoctrinamiento encubren con su actitud la misma intención que se
camufla con el tratamiento en las aulas de temas transversales que
abarcan aspectos culturales, locales, de enraizamiento social y tradición,
algo, que en su justa medida no debería ser perjudicial, salvo que esté al
servicio de mantener con vida los pilares culturales que necesita el
nacionalismo para prosperar.

Este carácter volátil de la educación la pone a expensas de una potencial


desfiguración donde la ideología e ingeniería social se ve fácilmente
tentada a hundir sus raíces hasta el punto de llegar a asfixiar la
autenticidad y credibilidad del quehacer educativo. La educación se
convierte así potencialmente en una peligrosa correa de transmisión de la
ideología nacionalista, en lugar de salvaguardar el aprendizaje académico,
teórico-práctico de los alumnos, así como su exitosa integración en el
mercado laboral.

Verónica Álvarez Alarcón es miembro de PLIS. Educación, por favor.

El epicentro, la educación | Baleares - El Mundo

elmundo.es
https://www.elmundo.es › baleares › 2018/01/11

Frónesis v.14 n.3 Caracas dic. 2007
 

La educación democrática, epicentro en el desarrollo endógeno*

Obando Gelvis Leal, María C. Useche Aguirre y Beatriz Queipo Parra

* Artículo correspondiente al Proyecto de Investigación financiado por el Consejo de


Desarrollo Científico y Humanístico (CONDES) No. CH-0590-2006, intitulado: Políticas
de Tecnología de Información y Comunicación en la Educación Superior de las
Universidades Autónomas, en el período 2003-2005. Caso: Universidad del Zulia.

Centro de Estudios de la Empresa Facultad de Ciencias Económicas y Sociales


Universidad del Zulia. Maracaibo-Venezuela

obgelvis@yahoo.com - mariauseche@yahoo.es vicqueipo@yahoo.com

Resumen

El siguiente trabajo tiene por objetivo demostrar que la educación democrática se


presenta como epicentro en el desarrollo endógeno, para lo cual fue necesario hacer
una revisión bibliográfica de los principios, actores y perspectivas tanto de la
concepción filosófica del humanismo democrático como del desarrollo endógeno en el
ámbito de la educación; concebida como el proceso de interpretar la necesidad del
hombre de incorporarse al trabajo. Se concluye que bajo los lineamientos del
humanismo democrático, el ser humano y el Estado docente son los actores centrales
en el proceso educativo para el trabajo productivo, basado en el aprovechamiento de
las potencialidades del medio donde se desenvuelven para producir bienes y servicios a
favor de las mayorías organizados en sociedades locales.

Palabras clave: Humanismo Democrático, Desarrollo Endógeno, Educación


Democrática, Desarrollo Humano.

Democratic Education, Epicenter for Endogenous Development

Abstract

The objective of this study was to demonstrate that democratic education can be an
epicenter for endogenous development; to accomplish this, it was necessary to
perform a bibliographical review of the principles, actors and perspectives of the
philosophical concept of democratic humanism as well as of endogenous development
in the field of education, conceived as the process of interpreting man’s need to enter
into work. Conclusions were that according to the guidelines of democratic humanism,
the human being and the educational state are the central actors in the educational
process for productive work, based on taking advantage of the potentialities of the
medium in which they develop to produce goods and services in favor of organized
majorities in local societies.

Key words: Democratic humanism, endogenous development, democratic education,


human development, education for work.

Recibido: 27-10-2006 Aceptado: 07-04-2007

Introducción

El humanismo democrático es una filosofía que orienta la manera de formar al hombre


enfatizando la capacidad de éste para interpretar y entender la realidad que lo rodea,
para ello determina como base fundamental la condición humana, así como los niveles
de adecuación del individuo con su medio. En esta concepción, la educación propicia el
encuentro del hombre con su entorno y además explicita la relación del hombre en
comunidad como factor básico para desarrollar una sociedad democrática.

En el humanismo democrático, es la educación la vía para orientar y establecer


criterios y principios en el hombre desde muy temprana edad, para convertirlos en
hombres libres y útiles; la educación concreta en el hombre la enseñanza, dignidad,
utilidad, bienestar e igualdad de oportunidades, además capacidades para el trabajo
productor, para formar al hombre en el campo técnico y ético, desarrollando en el ser
humano la aplicabilidad de todos sus conocimientos a las exigencias que presente la
realidad socio económica en la cual se desenvuelve, “se trata de crear una nueva
manera de comprender la formación del hombre dentro de un medio nuevo, con tareas
nuevas” (Prieto, 1977:18).
Con base a lo anterior, la concepción del humanismo democrático se corresponde con
la propuesta de desarrollo endógeno dado que en ésta se capacita al hombre “para
transformar el sistema socio-económico, la habilidad es para reaccionar a los desafíos
externos la promoción de aprendizaje social y la habilidad para introducir formas
específicas de regulación social a nivel local” (Boisier, 2005:9), centrándose su
planteamiento teórico en lo que debe ser un proceso de humanización en las relaciones
socio-productivas en las cuales se desarrolla la sociedad. Lo que entraría en
correspondencia con la tesis filosófica del humanismo democrático.

Cuando se forma y se educa, en torno a lo humano, y cuando se habla de lo cultural y


de lo histórico se está en presencia de un proceso que permite al hombre desarrollar
sus capacidades creativas para transformar y construir instituciones y organizaciones
que se acerquen cada día más a lo humano. Y es a través de un proceso educativo
como el que contiene el humanismo democrático lo que hace posible al hombre entrar
en un proceso de formación y educación que lo haga sensible a lo humano. De allí que
el objetivo general es determinar a la educación democrática como eje en el desarrollo
endógeno.

Para lo cual es necesario que se encamine este proceso investigativo hacia el método
deductivo, el cual “se basa en la adopción de un núcleo de principios axiomáticos, a
partir de los cuales desarrolla el razonamiento permitiendo hacer un acercamiento a la
fundamentación filosófica” (Legrameau, 2004: 6) de un modelo de desarrollo que
busca “crear el conjunto de oportunidades multidimencionales para lograr la mejoría
del ser humano” (Mas, 2005: 3). Partiendo de ello, se aborda el desarrollo endógeno
desde la perspectiva humanista para establecer criterios en la formación y en la
conducta ético-moral del hombre en la sociedad para la constitución de un modelo
educativo democrático.

1. Formación del hombre para el desarrollo endógeno

El desarrollo endógeno es un modelo socio-económico que tiene estrecha relación con


la dignificación del ser humano en su realidad, acorde con su medio y con su tiempo;
éste pretende que el hombre utilice sus capacidades cognitivas y experiencias para
crear bienes y servicios que satisfagan las necesidades de la comunidad local, generar
nuevos espacios para convivir y construir su propio modo de vida sostenible.

Con el desarrollo endógeno se inicia un rescate de la dignidad humana en relación con


la ubicación del hombre en el proceso de producción de bienes y servicios, ya que la
endogeneidad centra al hombre para mejorar los niveles de vida en comunidad, y a
partir de allí es que todo su accionar se dirige hacia la “siembra de lo humano y no en
la adecuación de medios a fines, sino que se utilizó un abordamiento más cónsono con
lo social como totalidad” (Ibid: 38).

Si ahondamos en el quehacer del ser humano en esa búsqueda de superación y de


adaptación a su realidad concreta se encuentra que toda esa creatividad tiene un
carácter endógeno, dado que éste entra en el campo de la construcción de una
realidad en la cual convierte al hombre en su “relación social en dueño de su creación
y … de su destino” (Bustillo, 1995:70); además le da sentido a lo que significará crear
espacios para gestar un proceso de educación para aprehender y aprender de su
medio, de la relación del ser humano en sociedad. “El hombre, siendo parte de la
naturaleza, es al mismo tiempo producto de la vida social, que su conciencia es
determinada no solo por los procesos fisiológicos que transcurren en el organismo y,
particularmente, en el cerebro, sino también por las relaciones sociales, por las
condiciones materiales en las que vive el hombre” (Feurbach citado por Krapivin,
1989: 77).

Condiciones que impulsan al ser humano a convivir e interrelacionarse con los otros. Es
entonces la búsqueda de relaciones entre los seres humanos lo que ha producido la
cimentación de un modelo de desarrollo que tiene en su contenido la concreción de la
organización de las comunidades locales para lograr construir un mejor nivel de vida
para los ciudadanos a través de la generación de condiciones materiales en relación
con la producción de bienes y servicios y además “lograr  el desarrollo humano de
manera incluyente, conectada, equitativa, prudente y segura. La inclusividad implica
desarrollo humano en el tiempo y el espacio. Conectividad implica  interdependencia
de lo ecológico, lo económico y lo social. Equidad sugiere justicia intergeneracional,
intrageneracional  e ínter especies. Prudencia tiene que ver con los deberes de cuidado
y prevención tecnológica, científica y política” (Gladwin y graus, 1995, citado por
Castellano H., 2005: 17).

Lo que retrata, es, un viraje a esa relación sociedad, economía, producción, ciencia,
tecnología, y darle esa esencia humana, es buscar dejar a un lado ese proceso
depredador e inhumano de concebir al hombre en sociedad como enemigo de sí
mismo, es darle la esencia verdaderamente humana, brindando la posibilidad al
hombre de construir espacios contentivos de esa gracia que la naturaleza le ofrece
para que haga suya una vida racional que colinde con el hecho virtuoso de la vida
buena.

En este marco endógeno la condición humana es un factor esencial en el desarrollo de


las potencialidades tanto del hombre como del espacio para “(…) construir escenarios
sociales en el marco del pensamiento utópico, lo que pareciera ser un componente de
la naturaleza de la persona humana” (Boisier, 2005: 15), donde se desborde toda una
concepción en cuanto a la necesidad de sustentar un modelo económico y social
adecuado a las exigencias endógenas-humanas de la sociedad.

De igual forma “ (…) se asume como el derecho de cada persona de participar y


contribuir a un modelo de desarrollo humano pleno que reconcilia al hombre consigo
mismo, con la sociedad con su entorno y las futuras generaciones” (Tunnermann, 2003
citado por Mas, 2005: 84 ), generando valores como la “cooperación, la solidaridad, el
comunitarismo, colectivismo, igualdad de oportunidades, cultura de la conservación
ecológica, educación para la vida y el trabajo”, (Maza citado por Mas, 2005: 33)
buscando impulsar un sistema democrático sustentable y sostenible en la sociedad.

Estos valores endógenos y circunscritos en el humanismo democrático, brindan la


posibilidad al hombre de incidir en un mejor nivel de vida para la población (Prieto,
1977), con una orientación más justa y humana, ofreciendo al hombre la posibilidad de
formarse a partir de las necesidades, potencialidades, exigencias socio-político,
económico social y cultural de la sociedad de cada región.

Para ello, es la educación la que genera el encuentro del hombre con su entorno
cultural, económico, político y social, orientándolo para desarrollar capacidad
endogenizadora, a partir de la creación y perfeccionamiento de las habilidades para el
trabajo, buscando que el hombre por sus propios medios, habilidades y capacidades se
acerque a logros y satisfacciones de sus necesidades locales.
Esto permite afirmar que, la educación para el trabajo es la vía para concienciar a la
sociedad, a que su formación y su trabajo deben tener alcance social y debe servir
para mejorar su condición de vida propia, no solo, sino colectiva, lo que incidirá en la
formación de una conciencia que lo capacite para el trabajo (Prieto, 1977), y además
permita colocar al alcance de la región la cultura, la ciencia y el conocimiento, triada
que permite al hombre salir del estado de explotación, dependencia e ignorancia, y
colocarlo en el camino del trabajo, el conocimiento endógeno e independencia como
principios para regir el comportamiento de la sociedad local.

Esto exige “formar al hombre en la plenitud de sus atributos físicos y morales, como
factores positivos del trabajo para con su comunidad, además de otorgar herramientas
para la defensa del sistema democrático” (Prieto, 1977:18), abriendo espacios para
“introducir la formación de emprendedores en el sistema educativo, (…) con la premisa
de una empresa en mi escuela” (Vásquez, 2005: 68), lo cual daría sentido, pertinencia
y aplicabilidad a la educación en un proceso de transformación de las bases socio-
económicas y culturales de cada región, desechando la exclusión y eliminando la
brecha entre la escuela y la sociedad productiva.

Lo anterior significa una alternativa de vida fructífera, orientado fundamentalmente al


concurso del hombre en una sociedad productiva, cargada de una alta solidaridad y
cooperación, donde “la intención es posicionar una concepción del desarrollo centrado
en la persona humana y en sus capacidades, que sea simultáneamente pensamiento y
acción” (Boisier, 2004: 8), para generar un proceso de producción endógeno que
brinde a la sociedad el encuentro con el bienestar social, a través de la organización
comunitaria.

2. La educación democrática en el desarrollo endógeno

En la concepción y formulación de una educación para la vida, el humanismo


democrático de acuerdo a Prieto (1957) hace énfasis en la consecución de una
educación que permita establecer criterios de reconocimiento y valorización de las
capacidades que tenga el individuo en sus diversas etapas de la vida, para crear y
construir conocimiento en pro de la sociedad democrática, basado en la dirección de un
Estado docente que busca colectivizar y adecuar la educación a las necesidades de las
mayorías, otorgándole un derecho social a las comunidades, de allí que “la educación
es un proceso social que emerge de la raíz de cada pueblo, su estructura y orientación
debe ser dada por las aspiraciones y por los ideales del pueblo donde crece y se
arraiga. Conservadora de valores dados en la tradición. La educación es también
instrumento eficaz para promover el progreso” (Prieto, 1977: 7).

A partir del desarrollo y configuración de la educación, para orientar a los ciudadanos a


convertirse en entes pensantes y defensores de las libertades y de la democracia;
entendida esta última “como la igualdad de oportunidades para la realización de las
capacidades humanas” (Boisier, 1995: 6).

Visto de esta forma los actores centrales de este proceso, es decir, comunidad,
maestro, alumnos, Estado docente y atendiendo a la definición de comunidad la cual
señala que comunidad es ese  “conjunto de sujetos que se aceptan entre si con los
mismos derechos y deberes donde las relaciones se establecen con bases en reglas
comúnmente aceptadas. Al ser iguales ante nosotros y ante la ley somos ciudadanos,
elemento clave para la construcción de identidades y de noción de comunidad”
(Estaba, 2006: 60).
De acuerdo a estos principios entonces, la comunidad establece criterios y exigencias
de sus necesidades y además buscan la manera para organizarse y plantearse junto al
Estado docente, concretar la educación como un derecho social, lo que permitirá que la
comunidad local pueda lograr la adaptación de sus miembros al contexto socio
económico y cultural a desarrollar.

Es entonces el Estado docente responsable de las posibilidades formativas del espíritu


creador y además el orientador de las políticas educativas a seguir para fundamentar
la actividad central de los ciudadanos como es el trabajo, sea este intelectual, técnico,
científico artesanal.

En la implementación de una educación para el desarrollo endógeno el Estado docente


concentra sus esfuerzos para facilitar todas las herramientas necesarias que permitan
lograr esa formación endógena en los ciudadanos.

Los planes y programas de formación en las escuelas, liceos y universidades estarían


dirigidos a la formación endogenizadora de los ciudadanos, aunado a estos elementos
el maestro, y el profesor deben estar totalmente consustanciado e identificados con el
proceso endogenizador, que a través de la educación se va a implementar, ya que
estando el maestro en plena empatía con este proceso estaría en capacidad de impartir
la educación, y formar a los alumnos, trasmitiendo los conocimientos endógenos, los
cuales se encuentran relacionados con el aprovechamiento de su espacio,
potencialidades y condiciones socio culturales locales.

Del mismo modo se estaría realizando el mayor esfuerzo en inculcarles los valores
éticos y morales que permitan desarrollar en ellos las mejores capacidades, para que
cuenten con las herramientas necesarias de progreso en un modelo socio productivo,
capaz de alcanzar los mas altos niveles de solidaridad y participación.

De allí que son los maestros y profesores los que tienen la responsabilidad de lograr
los efectos que a través de la educación democrática se propone alcanzar el Estado
docente, como es, darle cabida a los ciudadanos al desarrollo cultural que establecen
los niveles de adecuación del individuo con su medio, permitiendo identificarlo con su
realidad, para transformarla y adecuarla a las exigencias del momento histórico que
viva la comunidad.

Por otra parte es necesario, generar confianza en todos sus miembros, para que a
partir de la utilización de sus propias capacidades puedan desarrollar las fuerzas
necesarias que cada individuo puede emplear en función del bien común; lo que
significa que “el desarrollo considerado como más y más endógeno, debido a su
estrecha asociación con la cultura local y con los valores que ella incluye” (Boisier,
2005:10); y en relación con la educación democrática se convierte en parte
fundamental para lograr darle concreción y mantener en el tiempo un modelo de
desarrollo endógeno.

De igual forma, la educación democrática fundamenta su acción hacia la formación de


“hombres y mujeres capaces de enfrentar el desafío de una época tecnocientífica, que
requiere capacidades que puedan colaborar en el proceso del desarrollo económico y
social poniendo la técnica al servicio del hombre” (Prieto, 1977: 236), así como
responder a las exigencias de una población que busca dar respuestas a un modelo
educativo, que trata al hombre como un mero receptor de información y que intenta
deshumanizarlo, colocándolo como un ente pasivo y determinado por las exigencias
económicas.

El desarrollo endógeno sostiene que es el ser humano el protagonista de todo proceso


de transformación, es “(…) la capacidad en acción, que se muestra activadora y
vivificante” (Mas, 2005: 55) y esta capacidad de acción está inmersa en el ser humano
que al momento de entender y descubrir sus potencialidades conforma ese “conjunto
de saberes, saber hacer, reglas, normas, interdicciones, estrategias, creencias, ideas,
valores, mitos que se transmiten de generación en generación, se reproducen en cada
individuo, controla la existencia de la sociedad y mantiene la complejidad sicológica y
social” (Morin, 2000: 60).

Del mismo modo en el desarrollo endógeno la ciencia y la técnica no esta reñida con la
condición humanan ya que en la medida que el hombre logre internalizar que todos
estos avance en materia de tecnología estén al servicio de la sociedad y en este caso
en la sociedad local, se estaría logrando construir un mejor nivel de vida para la
población, sosteniendo al hombre en el tiempo, en los diversos cambios que la realidad
concreta le presenta en ese andar del hacer y del transformar.

De tal manera que “las personas son, sin lugar a duda, el fin y el medio para el
desarrollo endógeno. Es con la gente, entendida como la gran herramienta para el
desarrollo y a los fines de beneficiar a la gente, como el gran propósito hacia donde el
desarrollo endógeno despliega sus esfuerzos estratégicos” (Mas, 2005: 101).

Lo que entra en franca concordancia con el establecimiento de una educación que


establezca esa relación: comunidad, escuela y estado docente construyendo una
alianza que permita fortalecer las bases esenciales para formar al hombre.

De allí que la educación democrática se corresponde con ese hecho virtuoso del ser
humano de comprender la necesidad de vivir en comunidad y bajo el principio de la
libertad y la solidaridad, por lo cual desarrolla el criterio de que el “hombre quiere la
educación para su perfeccionamiento humano, pero también para incorporarse con
habilidades más eficaces al servicio de los demás” (Prieto, 1977: 236).

Es la puesta en marcha de una educación cargada de la concepción del humanismo


democrático, la cual entra en concordancia con uno de los postulados del desarrollo
endógeno que señala: “el epicentro del desarrolló endógeno es el ser humano, su
desenvolvimiento se ejecuta en función de las personas y son éstas, a fin de cuentas,
sus protagonistas importantes” (Mas, 2005: 39) siendo esto posible a partir de la
implementación de un proceso educativo que le de impulso a la posibilidad que tiene el
hombre de compenetrarse con las referencias socio económicas y culturales del
espacio donde se desenvuelve.

En tal sentido cuando las comunidades desarrollan y teorizan a cerca del modelo socio
productivo caracterizado como desarrollo endógeno y toman en consideración las
capacidades que tienen las comunidades tanto a nivel de su espacio físico en relación
con las potencialidades que les brinda la naturaleza y además las capacidades de los
individuos que la conforman, se está tomando en consideración esa relación intrínseca
que existe entre el hombre y el medio y donde ese hombre a través de un proceso de
reconocimiento de su espacio es capaz de trasfórmalo y colocarlo al servicio de su
existencia.
Se esta entonces en presencia de esa máxima que establece este modelo de desarrollo
el cual señala que “el poder transformacional que expone capacidad para vincular
fines, medios y personas… y además surge como capacidad para el cambio” (Mas,
2005: 55), encuentra en la educación democrática ese medio que viabilizará y
fomentará esas capacidades del hombre para desarrollar el proceso endogenizador.
Cuando se establecen y desarrollan todos estos elementos para impulsar la
endogeneización, el hombre se ubica en una nueva concepción de sociedad, por lo que
al pretender dominar “las técnicas requeridas por la época para un trabajo productor…
ésta se comprende mejor cuando se tiene cierto numero de nociones generales que
sirven a modo de interpretación del hacer. Lo importante y lo difícil es establecer el
justo equilibrio requerido para que la educación del hombre no degenere en puro hacer
sin sentido” (Prieto, 1977: 237).

Sino que obedezca al carácter contenedor de la creatividad para la concreción de la


satisfacción de las necesidades del ciudadano en comunidad. Por lo tanto, se
entendería que la “Generación de capacidades humanas es fundamental para la
ampliación de esa escogencia, del rango de cosas que la gente puede hacer o ser en la
vida. Las capacidades mas básicas para el desarrollo humano son las de llevar vidas
largas y saludables, ser educado, tener acceso a los recursos necesarios para un nivel
de existencia decente y ser capaz de participar en la vida de la comunidad”
(Castellano, 2005:62).

Debe señalarse entonces que todas las capacidades del hombre que aunada a la
educación para el trabajo que recibe, entran en clara concordancia con la utilidad del
conocimiento adquirido, el cual pasa a ser parte de la cotidianidad socioeconómica y
cultural de la comunidad local. Lo que para el desarrollo endógeno seria el fin ultimo de
la Educación Democrática.

Conclusiones

A través del proceso educativo enmarcado dentro de una concepción humanista, el


Estado docente debe dotar de las herramientas necesarias a los ciudadanos para darle
concreción a la construcción de un modelo de desarrollo endógeno, como modelo de
desarrollo sostenible, de allí que el humanismo democrático como filosofía para la
educación entra en concordancia con lo establecido en el desarrollo endógeno como
modelo socio económico el cual toma en consideración las potencialidades del ser
humano en relación con su medio y con su espacio.

Haciendo posible el establecimiento de un nivel de vida para las comunidades locales,


dados en la implementación de bienes y servicios producto de la participación del
hombre en relación con sus capacidades creativas adaptadas a la realidad que los
circunda.

Es para el humanismo democrático el ser humano en plena conciencia de sus


capacidades quien puede construir e implementar un modelo socio productivo que lleve
a feliz termino la generación de un conjunto de actividades que desemboquen en la
satisfacción de las necesidades primarias de las comunidades locales las cuales tienen
que ver con la alimentación, el vestido, la educación, el medio ambiente y la salud del
hombre.

En tal sentido el desarrollo endógeno y el humanismo democrático, el primero como


modelo socio económico y el segundo como concepción filosófica para la educación es
lo que dará el dinamismo necesario para lograr el accionar de las comunidades locales
para que coloquen al servicio de su existencia toda las capacidades necesarias que
permitan en el marco de la solidaridad, la cooperación y la participación para ejecutar
un conjunto de acciones que materialicen la construcción de los espacios de producción
colectivas locales.

Es el desarrollo endógeno en toda su extensión teórica un modelo socio productivo que


señala todas las líneas de acción donde el ser humano busca minimizar la brecha
existente entre la tenencia de los medios productivos y las capacidades que posea el
hombre para organizar la producción a partir de la utilización de sus propios recursos y
creatividad, que le permitan andar el camino del auto-abastecimiento de bienes y
servicios, tomando como punto de partida las potencialidades de las comunidades
locales.

De modo que cuando se relaciona el modelo de desarrollo endógeno, con la educación


democrática como principio y orientación del humanismo democrático se construye un
modelo de desarrollo que logre sostenerse en el tiempo debido que a través de la
educación, en este caso la educación sustentada en la concepción del humanismo
democrático que se forma al hombre con niveles de conciencia capaz de reproducirse
en las sociedades locales venideras con los criterios mas nobles enmarcados en la
necesidad de aprovechar al máximo las potencialidades tanto de los individuos como
del espacio geográfico donde se desenvuelven.

Con ello se fortalecen los principios de libertad, igualdad de condiciones, solidaridad y


cooperación, lo que le daría continuidad, sostenibilidad, y sustentabilidad a este
modelo socio productivo que busca dignificar al hombre en relación con su medio y con
su tiempo.

Es entonces un reto ineludible del Estado Docente, de las comunidades, impulsar de


manera sistemática y dentro de los parámetros del proceso transformador de esta
nuestra sociedad ese modelo educativo que conjugue la alianza Educación, Sociedad y
Desarrollo Endógeno, para darle entonces sentido de lo humano a las comunidades
locales.

Es responsabilidad del Estado docente impulsar este modelo educativo vinculado con el
modelo de desarrollo endógeno, pero que las comunidades tengan la responsabilidad
de adecuarse y ser partícipes de la educación propuesta, para entrar en el proceso de
formación y educación para el trabajo creador, productivo, dentro de un concepto de
humanización de las relaciones socio productivas que será el soporte del modelo
endogenizador.

Con la construcción de este modelo socio productivo de desarrollo pasan las


comunidades locales a tener beligerancia en cuanto a su condición de entes
transformadores de su realidad en relación con sus potencialidades geográficas, las
cuales tienen que ver con el hombre mismo como factor de movimiento y acción que lo
convierte en un ser político y social.

Para darle movilidad a las comunidades locales en esa búsqueda por desarrollar el
modelo de sociedad que establezca las condiciones necesarias para brindarle a sus
miembros un mejor nivel de vida a través del aprovechamiento de las potencialidades
políticas, económicas, sociales y naturales que presenta las realidad que los circunda.
En el desarrollo endógeno la educación democrática es el epicentro de transformación
de la sociedad, que convierte al hombre en un ser político que entiende la necesidad
de organización y participación de las comunidades locales, para darle sustentabilidad
en el tiempo a este modelo.

Lista de Referencias

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desarrollo. Rosario. Editorial Homo Sapiens. 2004.        [ Links ]

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Globalización Neoliberal y el Concepto de Desarrollo Sustentable. Maracaibo,
Venezuela, Editorial Astrea. 2004.        [ Links ]

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IELSAC/UNESCO. Traducción de Mercedes Vallejo-Gómez. 2000.        [ Links ]

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Educación. Caracas, Editorial Las Novedades Ferrenquira a la Cruz, 178.
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13. Vásquez, A. Las Nuevas Fuerzas del Desarrollo. Universidad Autónoma de


Madrid. Antonio Bosch, Editor. S. A. 2005.        [ Links ]
martes 11 de abril de 2023
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Venezuela comienza
curso escolar con
ocho millones de
estudiantes
Caracas, 3 oct (Prensa Latina) Unos ocho millones de venezolanos
comienzan hoy el nuevo curso académico 2022-2023, llamado a
convertirse por el presidente Nicolás Maduro como el mejor de la historia
del país.
 octubre 3, 2022
 CDT00:02 (GMT) -0400

El cronograma escolar comprende esta primera etapa pedagógica


desde el 3 de octubre y hasta el 16 de diciembre, el cual tiene por
característica ser el primero después de la pandemia con clases
presenciales y directas para los niños y jóvenes.

La ministra de Educación, Yelitze Santaella, manifestó a la prensa


los esfuerzos de las autoridades para cubrir la totalidad de la
matrícula en una proyección de atención a ocho millones de
estudiantes de la educación inicial, primaria, media general,
media técnica y adultos.

Explicó que está previsto atender al 100 por ciento del


estudiantado con el equipamiento escolar y el Programa de
Alimentación Escolar, este último con el objetivo de garantizar la
permanencia de los niños en el año escolar.

Santaella indicó a la Agencia Venezolana de Noticias que junto


con el Ministerio de Salud trabajan para que en los 28 mil
planteles educativos públicos y privados del país, los estudiantes
estén vacunados no solo contra la Covid-19, sino también contra
otras enfermedades.
Subrayó que pese a los efectos del bloqueo económico y las
medidas coercitivas unilaterales, el Gobierno priorizó preservar la
salud de los niños.

La ministra de Educación declaró la víspera a Venezolana de


Televisión que estamos en la región “dentro de los 16 países que
vacunó a todo su personal docente” y se trabaja para garantizar
los refuerzos.

Santaella señaló que se implementó todo un mecanismo de


medidas para garantizar la seguridad de estudiantes y profesores,
por cuanto la pandemia está controlada pero todavía no
eliminada.

Como parte de la estrategia gubernamental para garantizar la


calidad del inmobiliario en el nuevo curso escolar, alrededor de 10
mil escuelas fueron rehabilitadas con el apoyo de las Brigadas
Comunitarias Militares para la Educación y la Salud, y la ayuda
del poder popular en las comunidades.

Durante la inauguración de la ExpoFeria Plan Escolar 2022-2023,


que concluyó ayer, Maduro constató la producción de medios y
útiles escolares como resultado del trabajo de empresas públicas
y privadas, emprendedores, comunas y el poder popular
organizado.
Todo está preparado para un regreso feliz a clase, en un periodo
escolar de grandes cambios en la calidad, la pedagogía, el
proceso de aprendizaje y estructurales, apuntó.

acl/jcd

La educación es el medio por excelencia para la formación y capacitación de los


ciudadanos en la sociedad de la tecnología y la información. Teniendo como precedente los
estándares de la calidad educativa desde el punto de vista cuantitativo y cualitativo. Esto
implica que los sistemas educativos están en constantes procesos de evaluación basados en
los énfasis curriculares con la intención de posibilitar cambios que proporcionen espacios
para la innovación y transformación de las organizaciones educativas. Esto implica que la
acción del director es asumir retos, propiciar e impulsar el trabajo en equipo, atender las
necesidades que son propias de su habita escolar dentro de su comunidad, sobre todo
establecer los niveles de la gestión educativa eficaz que aporte soluciones a los nudos o
problemas presentes en el ámbito escolar.

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