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AULA
MÓDULO 6
Módulo 06. PENSAMIENTOS Y SENTIMIENTOS.
06
MÓDULO
PENSAMIENTOS Y SENTIMIENTOS
ÍNDICE DE CONTENIDOS.
1. MARCO CONCEPTUAL
• PENSAMIENTOS
Tipos de pensamiento
Por ejemplo, una niña que cree que las olas de la playa tratan de
mojarle el pelo.
• SENTIMIENTOS
Los sentimientos son los que nos hacen ser humanos porque nacen de la
conciencia, son capaces de interpretar lo que ocurre a nuestro alrededor de una
forma más compleja que los otros animales. Los humanos somos capaces de
ligar experiencias sensoriales con emociones y estas con estados anímicos
concretos, así llegamos al sentimiento.
Tipos de sentimientos
Rojas, establece la siguiente clasificación de los sentimientos en su obra
“Una teoría de la felicidad” (1985):
• Sentimientos sensoriales.
• Sentimientos vitales.
• Sentimientos psíquicos.
• Sentimientos permanentes y pasajeros.
• Sentimientos superficiales y profundos.
• Sentimientos simples y complejos.
• Sentimientos positivos y negativos.
• Sentimientos noéticos y patéticos.
• Sentimientos activos y pasivos.
• Sentimientos impulsivos y reflexivos.
• Sentimientos orientativos y cognitivos.
• Sentimientos con predominio del pasado, del presente o del futuro.
• Sentimientos fásicos y arrítmicos.
• Sentimientos gobernables e ingobernables.
2. OBSERVANDO EL PENSAMIENTO
Esta metáfora que sirve para explicar cómo operan los eventos negativos
que suceden y qué contingencias han adquirido. Sirve para explicar la lucha
entre los pensamientos positivos y negativos.
Metáfora del ajedrez: imagina un tablero de ajedrez en el que hay fichas blancas
y negras jugando una partida. Las fichas blancas serían, por ejemplo, los
pensamientos “positivos” que tienes, aquellas cosas que te gusta pensar. Por el
contrario, las fichas negras son los pensamientos, emociones, etc. contra las que
has estado luchando, aquello que has intentado expulsar de tu vida. Pues bien,
planteada así la situación, ¿quién serías tú en esta hipotética situación?
Habitualmente, las personas suelen contestar que ellos son las fichas blancas.
Ante esta respuesta deberíamos parar y considerar alguna otra posibilidad. Si tú
no fueras las fichas blancas ¿quién sería? Se puede sugerir que tal vez fuera el
tablero que contiene tanto las fichas blancas (los pensamientos, emociones, etc.
que gustan) como las negras (los que no gustan). De hecho, está claro que tú
tienes tanto aspectos “blancos” como “negros”. El juego ha sido, hasta ahora,
intentar que las blancas ganen la partida; pero este juego ha resultado muy poco
fructífero y tal vez haya traído más costos que beneficios. Otro juego posible
sería mover el tablero hacia la dirección que se estima adecuada, vayan ganando
las blancas o las negras. Tal vez sea más difícil mover el tablero (la persona)
cuando las negras van ganando la partida; pero desde luego que no es
imposible.
“Ni tu peor enemigo puede hacerte tanto daño como tus propios
pensamientos” Buda
Los pensamientos van y vuelven, son como nubes que tiñen nuestro
horizonte pero que se acaban yendo y devolviendo claridad a nuestro paisaje
vital. Solo aceptando esto y desvinculándonos de esa negatividad que reside
en nuestra cabeza podemos comprometernos con una identidad que
trascienda lo puramente superficial.
Por ejemplo:
• “Tiene algo contra mí, quiere hacerme daño, pero soy más alto y fuerte”.
La emoción que generan nuestros pensamientos es la hostilidad.
• “Tiene algo contra mí, quiere hacerme daño y es más fuerte que yo”. La
emoción que generan nuestros pensamientos es el miedo.
• “No sé por qué me mira de esa manera, parece enfadada conmigo, pero
voy a esperar a ver qué pasa”. Generamos cierta preocupación y nos
ponemos en guardia, aunque sin alarmarnos demasiado.
• “Parece enfadado, pero como no le conozco de nada es probable que no
sea conmigo, a lo mejor está así siempre”. En este caso la emoción
generada es más bien de curiosidad.
Con este ejemplo se puede ver cómo el mismo suceso puede dar lugar a
emociones muy diferentes según nuestro pensamiento. Es importante pensar de
manera lógica y realista y cuestionarnos en muchas ocasiones las
interpretaciones que hacemos, para lograr tener pensamientos constructivos y
libres de errores.
Un ejemplo que puede resumir esta situación es esta frase: “Ha sido por
mi culpa, como sucede con todo desde siempre”.
Es una increíble capacidad del ser humano. Tenemos que escuchar las
emociones, acogerlas y gestionarlas para aprender de nosotros mismos y así
poder empatizar con los demás. Pero no siempre podemos basarnos en un
razonamiento emocional para elaborar juicios fiables.
Las experiencias anteriores influyen
Conclusión:
Tanto las emociones como los sentimientos tienen que ver con lo
irracional, es decir con la manera subjetiva con la que experimentamos una
situación.
• Las emociones son estados transitorios, lo que hacen que nos saquen de
nuestro estado habitual, nos impulsan y motivan hacia la acción. sin
embargo, los sentimientos tienen una duración más larga, durarán tanto
como nuestro consciente dedique tiempo a pensar en él.
• Las emociones tienen una intensidad mayor. Mientras que los sentimientos,
al intervenir la conciencia y los pensamientos (que son procesos más
complejos), son menos intensos. Son más intensas que los sentimientos,
pero duran menos que éstos.
“Si cambias la forma en que miras las cosas, las cosas a las que
miras cambian”. Wayne Dyer
7. DISTORSIONES COGNITIVAS
Personalización
Por ejemplo: un profesor prepara con mucho entusiasmo una comida con
los compañeros y pone un escrito en el tablón de la sala de profesores para que
los compañeros que lo deseen se apunten. Cuando va a comprobar cuántos hay
en la lista, descubre con decepción que sólo hay un par de compañeros. Esto le
lleva a pensar: ”Nunca he tenido éxito en las convocatorias”, “no valgo para esto”,
“nunca nadie quiere realizar las actividades que yo propongo, “esto me pasará
siempre”.
Magnificación o Minimización
Por ejemplo: “Me dan igual los éxitos que haya logrado en el pasado,
ya no tienen importancia. Lo que importa ahora es que he cometido este
grave error.”
Pensamiento polarizado
Esta manera de evaluar las cosas no es realista, porque la vida rara vez
es completamente blanca o negra. Por ejemplo, ningún docente al impartir su
clase es absolutamente brillante ni absolutamente inepto, como un alumno no es
absolutamente perfecto ni absolutamente ignorante.
Razonamiento emocional
Utiliza los “debería” para intentar alejarse de la realidad, para negar lo que
ocurre, al tiempo que despierta en él sentimientos de intensa frustración por no
querer admitir esa realidad que tiene delante. Estas afirmaciones le hacen
sentirse resentido y presionado, de esta forma, termina por sentirse apático y sin
ninguna motivación. La consecuencia a nivel emocional es la culpa.
Algunos ejemplos pueden ser, “debería haber sido más atenta con mi
marido y así no me hubiese dejado”, “no debería” tener que esforzarme por
conseguir lo que quiero, “el mundo debería estar organizado de otra forma”, “no
debo cometer errores”, “los demás deben actuar bien conmigo”, “tengo que
gustar a todos”, “los demás deberían tratarnos siempre con respeto y
consideración”, “este alumno debería saber cómo me gusta que haga las tareas,
no debería haberlas traído mal hechas”.
Inferencia arbitraria
“Un profesor a final de curso dice: auguro un mal curso que viene” porque
hay compañeros que no estarán sin tener en cuenta que pueden venir otros
tan válidos o más.
Descalificación de lo positivo
Cada vez que tiene una experiencia negativa, se detiene en ella y llega a esta
conclusión: “Esto prueba lo inútil que he sido siempre”. En cambio, cuando tiene
una experiencia positiva, se dice a sí mismo: “Esto ha sido una casualidad”. Ante
esto se llega a una incapacidad para apreciar las cosas buenas que le suceden.
Por ejemplo: un compañero de María le comenta que está asombrado
porque un alumno suyo ha mejorado mucho desde que ella es su tutora. María
le responde que no tiene la menor importancia, que no ha hecho nada para que
exista ese cambio, sólo se debe a un cambio en la forma de pensar del chaval.
A través de este pensamiento se ignoran muchas veces al día, inadvertidamente,
cosas positivas que le pueden estar sucediendo. Esta actitud elimina gran parte
de la riqueza de la vida y hace que las cosas parezcan innecesariamente tristes.
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