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DOCENTE:
LIC. ARIANA ALEJANDRO REYES
METERIA:
COMUNICACIÓN ORAL
TRABAJO :
UNIDAD 2
2. PROCESO DE COMPRENSION LECTORA
El inicio de las investigaciones de comprensión lectora se desarrolló en un contexto
histórico en el cual el conductismo era el paradigma de conocimiento en
investigación educativa. Por ello, la principal teoría sobre la lectura tenía como su
base esta corriente, lo cual implicaba que lo más importante para aprender a leer
eran los contenidos de la enseñanza; el texto y los procesos mentales que
provocaban problemas en la comprensión.
Se pensaba que leer consistía en decodificar signos y darles sonido, es decir, era
relacionar letras con fonemas. Se creía que si una persona era capaz de distinguir
adecuadamente las letras y los sonidos de nuestra lengua y podía pronunciarlos
bien, entonces podía leer correctamente.
Para esta postura, el significado está en el texto, por lo que el lector no aporta un
significado sino que lo extrae del material impreso, considerando al lector como un
sujeto pasivo, pues lo fundamental era reproducir literalmente lo que el autor había
escrito.
Esta teoría, denominada tradicional, consideraba que todos los individuos debían
pasar por las mismas etapas de lectura; no había una flexibilidad para los diferentes
tipos de lectores o de textos. Por ello, las formas de evaluar la lectura tampoco eran
originales, únicamente se solicitaba a las personas que identificaran palabras
aisladas y datos en general; es decir que copiaran exactamente lo que decía el
texto. Leer, así, era “imitar” lo que decía el autor; no se asumía que el lector también
podía pensar.
Estudiar significa ante todo leer, pero la lectura no constituye tema de un curso.
Todas las disciplinas la presuponen y bajo muy distintas formas utilizan la escritura
como herramienta de las actividades desarrolladas en la escuela, ya sea para
realizar ejercicios, pruebas de control o de evaluación, o bien como instrumento de
conceptualización, de referencias, por lo que se puede afirmar que la lectura se
encuentra implícita en el programa de todas las disciplinas. Tanto si se trata del
aprendizaje o de la evaluación, la lectura se halla en el centro del trabajo escolar y,
más aún, cuando se intenta favorecer la autonomía de los estudiantes en su
formación, mayor es el encuentro con lo escrito y por lo tanto más decisivo y
necesario será el dominio de la lectura.
La escuela aísla la lectura de los fines en los que ésta se inscribe socialmente, a
pesar de que leer constituye una actividad al servicio del ocio; en la escuela, la
lectura se presenta, la mayoría de las veces, como una imposición del programa
escolar, pero le falta la dimensión esencial de actividad de aprendizaje, de
distracción o placer que la caracteriza fuera de la clase.
Por otra parte, la escuela no parece ser consciente de la función fundamental de
aprendizaje que la lectura ejerce en los estudios, en cuanto instrumento privilegiado
de comprensión, de acción y de evaluación.
Los análisis de Benard Charlot sobre el rendimiento del saber en las clases
populares conducen a la conclusión de que lo que " opone a los sujetos
denominados dotados de los otros, no es una diferencia de dones ni una diferencia
de forma de inteligencia, sino una distinta familiarización con lo escrito, la
documentación, el distanciamiento que provoca la confrontación con el pensamiento
ajeno cuando aparece escrito". Las supuestas dificultades de conceptualización
observadas en los alumnos de clases populares no provienen en modo alguno de
una incapacidad específica, tampoco obedecen a ningún handicap sociocultural,
éstas son el producto de la marginación social, y también escolar, del pensamiento
escrito.
Durante las primeras etapas del desarrollo lector, los niños se centran
principalmente en adquirir la decodificación. Decodificar se refiere a la habilidad
para transformar las palabras escritas en expresiones orales. Ésta se sustenta en
dos habilidades relacionadas con el lenguaje: la conciencia fonológica y los
procesos de reconocimiento de palabras. Así, una vez que los escolares han
alcanzado la decodificación, se focalizan en desarrollar la comprensión lectora. En
esta etapa, que generalmente ocurre entre tercer y cuarto año básico, la
comprensión escrita depende fundamentalmente de las habilidades de comprensión
oral.
La forma en que cada lector lleva a cabo las actividades de comprensión depende
de su experiencia previa. Y como ésta es única, cada uno responde de distinta
manera.
Por lo tanto, conviene ser muy respetuosos con las respuestas que dan los alumnos.
Casi siempre, corresponden a un estado intelectual o afectivo determinado que,
lógicamente, ha de chocar con la verdad objetiva y fría de quien considera estar en
posesión de la misma. La comprensión es un proceso asociado al lenguaje y
debería contemplarse como parte integral de la enseñanza y aprendizaje del
lenguaje: hablar, leer y escribir.
Ésta es, para nosotros, la parte más difícil de llevar a la práctica. La lectura
comprensiva, por ser capital y de absoluta importancia, es, sin embargo, sólo una
parte de un planteamiento global en el desarrollo de la competencia intelectual del
alumnado.
Por eso, no nos cansaremos de repetir que dicho triángulo –hablar, leer y escribir–
son actividades que deben tener, simultáneamente, una presencia significativa en
todas las áreas.
2.4.INTERNALIZACION
esta se lleva a cabo cuando el lector mediante la comprensión literal empieza a
apropiarse de los significados del texto y al llevarlos a hacia si, los vincula con sus
conocimientos.
En esta fase, el lector es capaz de identificar las ideas principales, así como elaborar
subrayados, esquemas, mapas conceptuales, mapas mentales, resúmenes, tablas
comparativas, etc.