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Autores:
© Karla Varas Marchant
© José Cristóbal Gutiérrez Domínguez
I. El Plan Laboral
Este modelo se ha caracterizado por una amplia desregulación a nivel del derecho
individual y una amplia regulación en el derecho colectivo. Si bien dentro de los
gobiernos democráticos el primer aspecto ha sufrido una mejora notoria6, en el ámbito
colectivo, el modelo ha permanecido casi inalterable. En efecto, el modelo de relaciones
laborales se ha centrado en diversos aspectos:
Con respecto a la huelga, el Plan Laboral –como hemos reiterado hasta la saciedad- la
restringió de modo que sólo resultara aplicable en la negociación colectiva reglada;
declarando como ilegales otras e incluso criminalizando las que pudieran ser
significativas.
Pero no sólo le bastó ello. En efecto, a pesar que el derecho de huelga es un derecho
fundamental, y por ello, sus límites debiesen encontrarse recogidos por la ley (artículo
19 N° 26 de la Constitución Política) - instrumento de máxima aplicación del principio
democrático-, en nuestro ordenamiento dichos límites pueden ser fijados
administrativamente.
1. Regulación constitucional
Sin embargo, pese a la connotación negativa con que el Constituyente trata este derecho
fundamental, un interpretación en el sentido contrario nos permite concluir que en los
demás casos éste derecho podrá ser ejercido. Como señala IRURETA, “en la
Constitución de 1980 la huelga no se reconoce como un explícito derecho de los
trabajadores, aun cuando indirectamente se admite su existencia. Y ello desde luego
tiene una consecuencia jurídica inmediata: ‘La aceptación de la huelga como un
derecho inserto en la Constitución significa algo más que el simple reconocimiento (…)
el legislador no puede, al reglamentar este derecho, ni anularlo ni disminuirlo. De ahí
la eficacia de la declaración constitucional’ ” 9.
De esta forma podemos concluir que el texto constitucional reconoce la huelga como un
derecho constitucional implícito, tal como lo sostienen CAAMAÑO y UGARTE al
señalar que, “la mínima lógica interpretativa indica que si la norma constitucional
prohíbe un caso específico de huelga, es porque ha reconocido su existencia como un
derecho general” 10. En el mismo sentido se ha pronunciado la Corte Suprema al
sostener que, “en nuestro país la Constitución de 1980 implícitamente reconoce la
huelga como derecho y sólo la prohíbe para los funcionarios del Estado” 11.
Por otro parte, diversos tratados internacionales ratificados por Chile reconocen que la
huelga constituye un derecho fundamental que debe ejercerse de conformidad a la ley15.
En efecto, el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales16, en
su artículo 8.1.d) dispone que los Estados partes se comprometen a garantizar “el
derecho de huelga, ejercido de conformidad con las leyes de cada país”. A su vez, la
Carta Internacional Americana de Garantías Sociales o Declaración de los Derechos
Sociales del Trabajador, adoptada por la novena Conferencia Internacional Americana
en el año 1948, en su artículo 27 dispone que, “(l)os trabajadores tienen derecho a la
huelga. La Ley regula este derecho en cuanto a sus condiciones y ejercicio”.
14
GAMONAL, SERGIO. “Derecho Colectivo del Trabajo”. 2002. Editorial Lexis Nexis. Chile. Pág. 411.
15
Debemos tener presente, que al tenor de lo dispuesto por el inciso 2° del artículo 5 de la Constitución Política, los
tratados internacionales de derechos humanos tienen rango constitucional. La referida norma legal dispone: “El
ejercicio de la soberanía reconoce como limitación el respeto a los derechos esenciales que emanan de la naturaleza
humana. Es deber de los órganos del Estado respetar y promover tales derechos, garantizados por esa Constitución,
así como por los tratados internacionales ratificados por Chile y que se encuentren vigentes”.
16
Ratificado por Chile del 10 de marzo de1972.
17
Ambos ratificados por Chile el 1° de febrero de 1999.
18
El CLS afirmó “el principio del derecho de huelga ya en su segunda reunión, celebrada en 1952, en la que declaró
que es uno de los elementos <esenciales del derecho sindical>; poco después, ese Comité subrayó que <en la mayor
parte de los países se reconocía que el derecho de huelga constituye un derecho legítimo al que pueden recurrir los
sindicatos para defender los intereses de sus miembros>”. Informe de la Comisión de Expertos en Aplicación de
Convenios y Recomendaciones Nº III (parte 4B). “Libertad Sindical y Negociación Colectiva”. Conferencia
Internacional del Trabajo. 81ª reunión. 1994. Pág. 69.
Por otro lado, la Resolución sobre la abolición de la legislación antisindical en los Estados miembros de la O.I.T.,
adoptada en 1957, instaba a la adopción de una “legislación que asegure el ejercicio efectivo y sin restricción alguna
de los derechos sindicales por parte de los trabajadores, con inclusión del derecho de huelga” (O.I.T., 1957, pág.
780). BERNARD GERNIGON, ALBERTO ODERO Y HORACIO GUIDO. “Principios de la O.I.T. sobre el
derecho de huelga”. Oficina Internacional del trabajo. 2000. Pág. 7.
19
La CEACR ha señalado que “Si bien el derecho de huelga no figura expresamente en la Constitución de la O.I.T. ni
en la Declaración de Filadelfia, y tampoco está específicamente reconocido en los Convenios núms. 87 y 98, parece
darse por sentado en el informe elaborado para la primera discusión del Convenio núm. 87 (CIT, 30ª reunión, 1947,
Informe VII, Libertad sindical y relaciones de trabajo) (…) varias resoluciones de la Conferencia Internacional del
Trabajo, de conferencias regionales o de comisiones sectoriales ponen de manifiesto el derecho de huelga o las
medidas adoptadas para garantizar su ejercicio”. Informe de la Comisión de Expertos en Aplicación de Convenios y
Recomendaciones. “Libertad Sindical y Negociación Colectiva”. Ob. Cit. Pág. 66 y 67.
Asimismo, en cuanto a los trabajadores del sector público, nuestro país ratificó el
convenio Nº 15120, del cual se desprende que éstos también son titulares del derecho de
huelga toda vez que su artículo 9 dispone que, “Los empleados públicos, al igual que
los demás trabajadores, gozarán de los derechos civiles y políticos esenciales para el
ejercicio normal de la libertad sindical, a reserva solamente de las obligaciones que se
deriven de su condición y de la naturaleza de sus funciones”.
Ahora bien, después de concluir que la huelga está consagrada como un derecho
constitucional implícito, debemos señalar que este derecho se encuentra regulado en el
Código del Trabajo, específicamente, en el Título VI del Libro IV, relativo a la “Huelga
y del cierre temporal de la empresa”, artículos 369 a 385, dentro de los cuales no se
contempla ninguna definición legal de este derecho.
De todas formas, del análisis de las disposiciones que regulan el derecho de huelga,
podemos desprender que existe un marco restrictivo para su ejercicio y que se consagra
una noción tradicional del mismo. En efecto, en nuestro modelo normativo, el ejercicio
del derecho de huelga forma parte de una de las etapas del procedimiento de
negociación colectiva reglada21 - específicamente como una herramienta de presión para
la negociación de un contrato colectivo-, que aparece en escena una vez que fracasa la
negociación directa de las partes.
Así, la huelga en nuestro país no está concebida en términos amplios para ejercer algún
tipo de presión ante los diversos conflictos colectivos que se pueden suscitar en el
desarrollo de una relación laboral, y por si fuera poco, sólo es entendida como una
inhibición colectiva de trabajo, excluyendo el ejercicio de huelgas de solidaridad, de
brazos caídos, de trabajo a desgano, parciales, entre otras modalidades que puede
revestir este derecho con el objeto de perturbar el proceso de producción a fin de poder
expresar la disconformidad en torno a las condiciones laborales existentes y poder
reivindicar una mejor calidad de trabajo, y en definitiva, de vida.
Nos encontramos aquí ante una interpretación literal de la ley que no toma en cuenta el
carácter de derecho fundamental de la huelga y que pasa por alto los tratados
internacionales que se han ratificado, los que por disposición expresa del artículo 5° de
la Constitución, tiene rango constitucional30. Pero claro, pretender que nuestros jueces
realicen un estudio más a fondo de un derecho fundamental que es mirado con
desprecio y hostilidad, es una aspiración un tanto ingenua de nuestra parte31.
A continuación, la Corte precisa que esta interpretación restrictiva está confirmada por
la propia normativa que regula la huelga y en el hecho de que siempre está presente la
idea de buscar una alternativa que importe el acuerdo entre trabajadores y empleadores,
por lo que es en ese contexto en que debe interpretarse el sentido del reemplazo
prohibido en el artículo 381 del Código del Trabajo. Así, termina concluyendo que
teniendo en vista que la huelga es una instancia no deseada en razón de las perniciosas
29
Sentencia dictada por la Corte de Apelaciones de Concepción con fecha 10 de mayo de 2011, Causa Rol 23-2011,
caratulada “Servicios Forestales El Bosque S.A. con López Cárcamo, disponible en: www.pjud.cl.
30
La referida interpretación legalista, es sustentada por la jueza titular del Tribunal de Puerto Montt, Natalia Rencoret
Oliva, al sostener que: “el derecho de huelga se encuentra reconocido internacionalmente y constituye un derecho
fundamental de los trabajadores cuando se realiza dentro de los márgenes legales, que ha sido recogido
ampliamente en nuestra legislación como una etapa más dentro del proceso de negociación colectiva”. Sentencia
dictada con fecha 20 de febrero de 2006.
31
La referida movilización no sólo dio lugar a la solicitud de desafuero del presidente del Sindicato N° 2 de la
Empresa El Bosque y Federación Nacional de Sindicatos del Transporte Forestal, sino que también el despido masivo
de los trabajadores que participaron en el movimiento, sin derecho a indemnización, los que fueron declarados
justificados por los Tribunales de Justicia. En razón de ello, la Federación decidió llevar el caso al Comité de
Libertad Sindical de la O.I.T., el que se encuentra actualmente activo. Caso N° 2814. Queja presentada el 26 de
Agosto de 2010, disponible en
[http://webfusion.ilo.org/public/db/standards/normes/libsynd/index.cfm?Lang=SP&hdroff=1&CFID=48744521&CF
TOKEN=86575200].
32
Si bien en las siguientes preguntas de este cuestionario trataremos la institución del reemplazo de los trabajadores
en huelga, debemos adelantar que de la regulación contenida en el artículo 381 del Código del Trabajo, la regla
general es la prohibición del reemplazo, salvo que se dé cumplimiento a una serie de requisitos previstos en la norma
en comento.
33
El destacado es nuestro.
consecuencias que trae consigo, debe entenderse que lo que la ley impide “es la
contratación de nuevos trabajadores para desempeñar las funciones de aquellos que
han declarado la huelga”, es decir, “debe tratarse de personal ajeno a la empresa”,
situación que no ocurrió en la especie, por lo que los sentenciadores del fondo no
cometieron ningún error de derecho al sostener que no se ha configurado la figura que
sanciona el artículo 381 del Código del Trabajo como práctica desleal34.
De todos modos, es preciso señalar que el criterio que recién analizamos no fue
adoptado de forma unánime por los ministros que conocieron el recurso, toda vez que
existió un interesante voto en contra que estimó que en la especie el reemplazo de
trabajadores en huelga por medio de otros trabajadores no afiliados al sindicato
constituía una práctica desleal de la negociación colectiva, fundamentalmente porque la
regla general es la prohibición de reemplazar a los trabajadores que se encuentran en
huelga, por lo que la interpretación del artículo 381 del Código del Trabajo no puede
orientarse hacia una huelga inoperante en la práctica, debiendo entenderse comprendida
dentro de la prohibición del reemplazo de trabajadores en huelga “la sustitución de
funciones por otros dependientes de la empresa”, ya que de lo contrario “la
paralización de los trabajadores dejaría de constituir la instancia necesaria para
forzar un acuerdo con el empleador, vulnerándose de esa forma el derecho de
asociación garantizado constitucionalmente, toda vez que el objetivo perseguido a
través de la organización o constitución de un sindicato se ve mermado ante la
imposibilidad de ejercer en plenitud las finalidades del ente sindical” 35.
No cabe duda que la interpretación que sostiene la Corte Suprema en este fallo, que es
replicada de forma constante en las materias relacionadas con el ejercicio del derecho de
huelga, desconoce que este derecho es un pilar fundamental del principio de libertad
sindical, restringiéndolo al punto de dejarlo sin eficacia práctica, con lo cual se debilita
la única herramienta de presión con que cuentan los trabajadores organizados para
poder equiparar el desequilibrio en que se encuentran en relación con la parte
empleadora. Además, llama poderosamente la atención el criterio interpretativo
utilizado, ya que en vez de restringir al máximo una institución que limita el ejercicio de
un derecho fundamental, y que del tenor del art. 381 es de carácter excepcional –como
sería lo lógico- efectúa una interpretación amplia o extensiva de la excepción prevista
por el legislador en torno a la prohibición de reemplazo en la huelga, aumentando con
ello las posibilidades de dejar sin eficacia práctica el ejercicio del derecho.
34
Sentencia dictada por la Corte Suprema con fecha 14 de abril de 2008, Causal Rol 345-2008, caratulada “Dirección
General del Trabajo con I.S.S. Facility Service S.A.”. En el mismo sentido se pronuncia la Corte Suprema en
sentencia de fecha 2 de octubre de 2007, Rol 5331-2006.
35
Voto en contra del Abogado integrante Roberto Jacob.
enmarcado las decisiones jurisprudenciales36 en cuanto a hacer aplicables Convenios
fundamentales en materias de Derechos fundamentales de la O.I.T., y nunca con
respecto del derecho de huelga.
Ahora bien, en cuanto a la tutela del derecho de huelga, el Código del Trabajo describe
un serie de tipos que califica como prácticas antisindicales 37 y desleales38. Si bien estos
tipos no garantizan explícitamente el derecho de huelga, sí lo hacen desde un
reforzamiento de la negociación colectiva y la sindicación.
A modo de ejemplo, el artículo 291 letra (a) del Código del Trabajo, establece que
incurren en infracción que atenta contra la libertad sindical, “los que ejerzan fuerza
física o moral en los trabajadores a fin de obtener su afiliación o desafiliación sindical
o para que un trabajador se abstenga de participar en un sindicato”. Lo que puede
llegar a tener relevancia en que, una vez declarada la huelga, el empleador, intente
producir el descuelgue de ciertos trabajadores mediante su renuncia al sindicato.
36
Dentro de estos casos se encuentran: (i) Autonomía sindical, Sentencia de la Corte Suprema de Chile, Rol No.
4060-2000; (ii) La Libertad Sindical, Sentencia de la Corte Suprema de Chile, Rol No. 4.683 – 2000, entre otros.
37
Artículo 289 a 294 bis del Código del Trabajo.
38
Artículo 387 a 390 bis del Código del Trabajo
contratación de un trabajador a la firma de una solicitud de afiliación a un sindicato o
de una autorización de descuento de cuotas sindicales por planillas de
remuneraciones”.
Con respecto a las otras fuentes enunciadas, esto es, la doctrina judicial, convenios
colectivos de trabajo y auto regulación por los propios sindicatos, debemos señalar que
éstos no constituyen fuente del derecho de huelga en el ordenamiento jurídico- laboral
chileno. En este sentido, la regulación de la huelga es de orden público, heterónoma e
irrenunciable para las partes.
Como hemos analizado, el sistema chileno de regulación del derecho de huelga se basa
en una regulación en extenso de la forma en que ésta ha de llevarse a cabo. En tal
sentido, nuestro ordenamiento, no puede considerarse un sistema desregulado o que se
base en las excepciones para el ejercicio de la huelga; sino que, a todas luces, resulta ser
un sistema intervencionista o positivo en cuanto a su regulación40.
El Informe Anual de Derechos Humanos del año 200841, caracteriza está regulación
considerando las siguientes reglas:
De conformidad a lo establecido por el artículo 370 letra b) del Código del Trabajo, en
Chile, podrán invocar y ejercer el derecho de huelga:
42
En la medida que se cumpla el quórum de constitución exigido por la ley, pueden existir el número de sindicatos
que los trabajadores estimen pertinentes. Artículos 227 y 228 del Código del Trabajo.
43
Si bien la regla general es que las negociaciones entre un empleador y los distintos sindicatos de empresa o grupos
de trabajadores se lleven a cabo durante un mismo período de tiempo, en la práctica dicha situación es excepcional,
ya que por acuerdo de las partes pueden tener lugar en períodos distintos, y el legislador entiende que existe dicho
acuerdo cuando el empleador no comunica a todos los trabajadores el hecho de que se ha presentado un proyecto de
contrato colectivo (artículo 315 inciso 4° del Código del Trabajo).
En cuanto a la oportunidad para presentar proyectos de contrato colectivo, la ley distingue entre empresas en que
existe contrato colectivo vigente de las que no tiene contrato colectivo vigente. En el primer caso, el proyecto debe
presentarse no antes de cuarenta y cinco días ni después de cuarenta días anteriores a la fecha de vencimiento de
dicho contrato (artículo 322 del Código del Trabajo). En el segundo caso, el proyecto podrá ser presentado en el
momento que los trabajadores lo estimen conveniente, salvo en aquél período de tiempo que el empleador haya
declarado como no apto para negociar (artículo 317 del Código del Trabajo).
La duración de los contratos colectivos no podrá ser inferior a dos años ni superior a cuatro años (artículo 347 del
Código del Trabajo).
ii. Grupo de trabajadores que se unen para el sólo efecto de negociar44.
En nuestro sistema jurídico laboral, los sindicatos no son los únicos titulares de
la negociación colectiva, sino que también, los grupos de trabajadores45.
De esta manera, en nuestro modelo normativo, el sindicato no tiene el papel
central en la negociación colectiva, puesto que se les equipara con los grupos
negociadores, quienes además, si negocian de forma reglada y cumplen los
requisitos exigidos por la ley, podrán declarar y hacer efectiva el derecho de
huelga.
El peligro que se esconde tras la titularidad ampliada de la negociación
colectiva, se encuentra en la atomización de la parte trabajadora, lo que genera
un paralelismo sindical, fraccionamiento o división de los trabajadores, y por
ende, una disminución de su poder negociador. Además, el hecho de que nuestro
legislador equipare a los sindicatos con los grupos negociadores, constituye una
competencia desleal hacia los primeros, toda vez que con ello se merman las
posibilidades para que los trabajadores no sindicalizados decidan afiliarse a la
organización sindical de la empresa.
Teniendo en vista el restrictivo marco normativo que existe para el ejercicio del derecho
de huelga, en ésta pueden participar única y exclusivamente los trabajadores
involucrados en el proceso de negociación colectiva reglada, excluyéndose de esa forma
la posibilidad de que puedan participar trabajadores que pertenecen a un sindicato
distinto del que la ha declarado o cualquier trabajador, por lo que las huelgas de
solidaridad no tienen cabida en nuestro ordenamiento jurídico.
La CEACR, advirtiendo que de los artículos 370 y 371 del Código del Trabajo se
desprende que el derecho de huelga sólo puede ser ejercido ante el fracaso del
procedimiento de negociación colectiva y sólo a nivel de empresa, previene al Estado
chileno que “los trabajadores deberían poder realizar huelgas de solidaridad cuando la
huelga inicial con la que solidarizan sea, en sí misma legal (…), solicitándole que
indique si se permite la realización de acciones más allá de las contempladas en el
marco de los conflictos colectivos a nivel de empresa, tales como huelgas a nivel
nacional, interempresa, por motivos socioeconómicos o de solidaridad sin que ello
acarree sanciones para los que la realizan” 48.
b. Procedimiento
Como punto de partida, debemos señalar que el derecho de huelga sólo puede ser
ejercido cuando se está en un proceso de negociación colectiva reglada y ante el fracaso
de la negociación directa de las partes. Fuera de ese marco es considerado un
incumplimiento laboral, e incluso, un delito.
47
GAMONAL, SERGIO. “Derecho colectivo del trabajo”. Op. Cit. pág. 426.
48
Comentarios formulados por la Comisión de Expertos en Aplicación de Convenios y Recomendaciones. Convenio
sobre la libertad sindical y la protección del derecho de sindicación, 1948 (núm. 87). 2002/ 73° reunión. Disponible
en:
[http://webfusion.ilo.org/public/db/standards/normes/libsynd/index.cfm?Lang=SP&hdroff=1&CFID=48744521&CF
TOKEN=86575200], visitado el [2-06-2011].
Entonces, encontrándonos dentro de este proceso de negociación reglado, una vez que
terminan las conversaciones directas de las partes sin que hayan podido llegar a un
acuerdo, se abre paso para que los trabajadores, cumpliendo previamente una serie de
etapas y requisitos, puedan decidir si aceptarán la última oferta del empleador o
declararán la huelga.
Esta decisión –aceptar la última oferta49 o declarar la huelga50-, debe materializarse por
medio de una votación, la que necesariamente debe llevarse a cabo en una oportunidad
precisada previamente por el legislador, a saber, en caso de exista un contrato colectivo
o fallo anterior, la votación de la huelga debe verificarse dentro de los cinco últimos
días de vigencia del respectivo instrumento, y para el caso de no existir éstos, dentro de
los cinco últimos días de un total de cuarenta y cinco o sesenta días contados desde la
presentación del proyecto al empleador, dependiendo de si se trata de la presentación de
un proyecto de contrato colectivo hecha por sindicatos de empresa o grupo de
trabajadores, o realizada por otras organizaciones sindicales 51 , respectivamente.
Además, para poder llevar a cabo esta votación, la negociación no debe estar sujeta a
arbitraje obligatorio ni voluntario.
Ahora bien, el legislador chileno no sólo exige que se realice una votación en los plazos
ya señalados, sino que además la regula pormenorizadamente como veremos a
continuación52:
a) La comisión negociadora debe convocar a la votación a lo menos con cinco días
de anticipación.
b) La votación será personal y secreta.
c) La votación debe efectuarse en presencia de un ministro de fe53.
d) En la votación sólo podrán participar los trabajadores de la empresa respectiva
que están involucrados en la negociación.
e) Los votos deben ser impresos y emitirse con la expresión: “última oferta del
empleador” o “huelga”, según sea la decisión de cada trabajador.
f) El día en que se lleve a cabo la votación no puede realizarse asamblea alguna en
la empresa.
g) Se exige un quórum mínimo para la aprobación de la huelga: debe ser acordada
por la mayoría absoluta de los trabajadores de la respectiva empresa
involucrados en la negociación54.
49
El empleador debe informar a todos los trabajadores interesados su última oferta y acompañar una copia de la
misma a la Inspección del Trabajo, con una anticipación de a lo menos dos días al plazo de los últimos cinco días de
vigencia del instrumento colectivo o del plazo de 45 o 60 días, cuando no hay instrumento colectivo previo (artículo
372 inciso 3°). Se entenderá por última oferta u oferta vigente del empleador, la última que conste por escrito de
haber sido recibida por la comisión negociadora y cuya copia se encuentre en poder de la Inspección del Trabajo
respectiva. (Artículo 370 inciso final).
50
Artículo 370 del Código del Trabajo.
51
Estas “otras organizaciones sindicales” están comprendidas por: dos o más sindicatos de distintas empresas;
federación, o una confederación. Artículo 334 del Código del Trabajo.
52
Artículos 370, 371, 372 y 373 del Código del Trabajo.
53
Para estos efectos, podrán actuar como ministros de fe: inspectores del trabajo; notarios públicos; oficiales del
Registro Civil y los Funcionarios de la Administración del Estado que sean designados en calidad de tales por la
Dirección del Trabajo (artículo 313 del Código del Trabajo).
54
Artículo 373 inciso 1º del Código del Trabajo. Al respecto, la CEACR ha solicitado de modo reiterado al Gobierno
que “modifique los artículos 372 y 373 del Código del Trabajo que establecen que la huelga deberá ser acordada
por la mayoría absoluta de los trabajadores de la respectiva empresa”, lo que a la fecha no se ha verificado.
Comentarios formulados por la Comisión de Expertos en Aplicación de Convenios y Recomendaciones. Convenio
sobre la libertad sindical y la protección del derecho de sindicación, 1948 (núm. 87). 2009/ 80° reunión. Disponible
en:
Al respecto, la jurisprudencia administrativa de la Dirección del Trabajo ha
sostenido que en la votación de la huelga, sólo deben participar aquellos
trabajadores involucrados en el respectivo proceso de negociación y que estén
obligados a trabajar en la oportunidad correspondiente, excluyéndose en
consecuencia a los trabajadores que estén haciendo uso de licencia médica,
vacaciones o que por turno no les corresponda laborar55.
Pero todos estos requisitos para hacer efectiva la huelga no son los únicos.
Este proceso de conciliación tiene una duración de 5 días hábiles, pudiendo las partes
acordar su prórroga por 5 días hábiles más, y en caso que las partes no lleguen a
acuerdo se da por terminada esta instancia, debiendo hacerse efectiva la huelga al inicio
del día siguiente hábil57.
A modo de resumen, para poder ejercer el derecho de huelga se deben cumplir los
siguientes requisitos: (a) Votar la huelga dentro de una oportunidad determinada; (b)
cumplir las formalidades de la votación; (c) cumplir un quórum de votación; (d) esperar
un plazo para hacer efectiva la huelga; y (e) eventualmente, concurrir a los buenos
oficios, si han sido solicitados por alguna de las partes.
5. Y por si fuera poco, no sólo se entiende que no se hace efectiva la huelga cuando
ésta no se materializa en los plazos recién señalados, sino que además el
legislador considera que tampoco se hace efectiva “cuando más de la mitad de
los trabajadores involucrados en la negociación, continuaren laborando en
ella”. De esta forma, el legislador exige una nueva aprobación de la huelga.
La presunción legislativa de entender de que cada vez que los trabajadores no cumplen -
de forma cabal- los exigentes requisitos para ejercer el derecho de huelga aceptan la
última oferta del empleador, es una muestra clara de la visión prejuiciosa que tiene el
legislador de un derecho fundamental esencial. Por lo demás, dentro de nuestra cultura
empresarial es muy común que antes de que llegue el plazo para hacer efectiva la huelga
se generen una serie de presiones, tanto a los trabajadores como a sus familiares, con el
objeto que desistan de tal decisión, haciéndoles presente las nefastas consecuencias que
pueden generarse para su continuidad laboral. De esta forma, se evita que se cumpla el
quórum para que el derecho en comento se haga efectivo60.
59
En primer lugar, se configura una causal de disolución de la organización sindical al incurrir en incumplimiento
grave de las obligaciones que le impone la ley. Además, el empleador puede disponer la aplicación de medidas
disciplinarias como el despido, invocando las causales de caducidad establecidas en los números 3, 4 letra b) o 7 del
artículo 160 del Código del Trabajo, y eventualmente, los trabajadores involucrados en la huelga pueden ser
sancionados penalmente conforme lo dispone el artículo 11 de la Ley de Seguridad Interior del Estado. GAMONAL,
SERGIO. “Derecho Colectivo de Trabajo”. Ob. Cit. Pág. 439.
60
Sólo a modo referencial, comentar que en un proceso de negociación colectiva llevado a cabo por el Sindicato Nº 2
de la Empresa Servicios Forestales El Bosque, al que ya hemos hecho referencia, en la etapa previa a la votación de
Esta presunción tácita de la voluntad colectiva de los trabajadores ha sido fuertemente
cuestionada por la CEACR, la que ha señalado en relación con la aceptación de la
propuesta del empleador en caso que no se reúna el quórum para aprobar la huelga, que:
“desde el punto de vista de la Comisión, dicha aceptación debe ser realizada de manera
expresa por los trabajadores o por los representantes involucrados en la negociación”.
A su vez, en relación con la exigencia de hacer efectiva la huelga dentro de los tres días
hábiles siguientes de su aprobación, entendiéndose que en caso contrario los
trabajadores aceptan la última oferta del empleador, señaló que: “1) el hecho de no
hacer efectiva la huelga dentro de los tres días de acordada no debiera significar la
aceptación de la propuesta del empleador por parte de los trabajadores; 2) la
aceptación debe ser realizada de manera expresa por los trabajadores o sus
representantes, 3) los trabajadores no deberían perder su derecho a recurrir a la
huelga por no hacerlo efectivo dentro de los tres días de declarada la misma” 61.
Por otro lado, el que siempre esté presente la posibilidad de dar pié atrás para el
ejercicio de la huelga, ante la latente posibilidad de suscribir un contrato colectivo con
idénticas estipulaciones contenidas en el contrato anterior, no es más que la
manifestación expresa del legislador de su intención de evitar por todos los medios
posibles que se lleve a cabo la huelga, mostrando una y otra vez a las partes que existen
otros mecanismos legales para resolver el conflicto.
Es de esperar que más temprano que tarde el Estado chileno ponga en marcha las
modificaciones legales que tanto han sido requeridas por los órganos de la O.I.T., para
así tener una legislación que respete la libertad sindical y el derecho de huelga.
En consecuencia, las huelgas que persigan otros objetivos, como presionar ante
despidos masivos o infracciones a la normativa laboral, denunciar los incumplimientos
a los instrumentos colectivos de trabajo o la existencia de prácticas antisindicales, entre
otras, son “ilegales”, o en nuestro concepto más bien atípicas, toda vez que no se
encuentran expresamente reconocidas por el legislador laboral.
Eso sí, si analizamos nuestra legislación interna a la luz de los tratados internacionales
suscritos y la jurisprudencia emanada del Comité de Libertad Sindical, podemos
concluir que la huelga es un derecho de finalidad múltiple que no se circunscribe
exclusivamente a la negociación de un contrato colectivo de trabajo.
De esta forma, a propósito del ejercicio del derecho de huelga para obtener la
suscripción de un convenio colectivo, el CLS ha precisado que, “(e)l derecho de huelga
no debiera limitarse a los conflictos de trabajo susceptibles de finalizar en un convenio
colectivo determinado: los trabajadores y sus organizaciones deben poder manifestar,
en caso necesario en un ámbito más amplio, su posible descontento sobre cuestiones
económicas y sociales que guarden relación con los intereses de sus miembros” 64.
Así, no podríamos calificar a priori de “ilegal” una huelga que es ejercida sin estar
circunscrita a la negociación de un contrato colectivo, ya que ello implica desconocer
que el conflicto laboral va más allá de las negociaciones colectivas que se registran de
acuerdo a la periodicidad regulada por el legislador65, el que puede presentarse con
motivo de las políticas sociales o económicas adoptadas por el Gobierno que repercuten
en las condiciones laborales de los trabajadores, por el incumplimiento de alguna
cláusula de un contrato o convenio colectivo, por la realización de parte del empresario
de alguna práctica antisindical, por el ejercicio abusivo de las potestades de mando y
dirección de la empresa, entre otros conflictos que se pueden suscitar en el desarrollo de
la relación laboral.
Por otro lado, como hemos señalado, la libertad sindical comprende el derecho de
acción sindical, es decir, el derecho de las organizaciones sindicales a formular su
programa de acción, y en tal sentido, a defender sus intereses sociales y económicos. En
este contexto, para alcanzar tales objetivos, se hace imprescindible gozar del derecho de
huelga sin restricciones en cuanto a sus finalidades, siempre -por supuesto- que se
enmarque en un ambiente pacífico.
62
CAAMAÑO ROJO, Eduardo y UGARTE CATALDO, José Luis. Ob. Cit. Pág. 81 y 82.
63
CAAMAÑO ROJO, Eduardo y UGARTE CATALDO, José Luis. Ob. Cit. Pág. 84.
64
“La Libertad Sindical”. Recopilación de decisiones y principios del Comité de Libertad Sindical del Consejo de
Administración de la O.I.T. Ob. Cit. P. 117, párrafo 531.
65
El contrato colectivo puede tener una vigencia que va desde los 2 a los 4 años.
De esta forma, el derecho de huelga se constituirá en una herramienta esencial para que
sectores que tradicionalmente son marginados de la toma de decisiones, puedan
manifestar sus opiniones con el objeto de promover y defender sus intereses. En otras
palabras, el derecho de huelga también puede ser considerado como una manifestación
del derecho de expresión, el que tiene un reconocimiento explícito en la Constitución
Política (artículo 19 Nº 12).
En cuanto a los objetivos que persigue el ejercicio del derecho de huelga, la CEACR
reitera que, “(l)os trabajadores, para poder fomentar y defender sus intereses, necesitan
disponer de medios de acción que les permitan ejercer presiones para el logro de sus
reivindicaciones. En una relación económica tradicional, uno de los medios de presión
de que disponen los trabajadores consiste en interrumpir la prestación de sus servicios
retirando temporalmente su fuerza de trabajo, con arreglo a diversas modalidades, con
lo cual se trata de ocasionar un costo al empleador para inducirlo a hacer concesiones
(…). En consecuencia la Comisión opina que el significado corriente de la expresión
“programa de acción” incluye la huelga, lo que le llevó desde muy pronto a considerar
que el derecho de huelga es uno de los medios esenciales de que disponen los
trabajadores y sus organizaciones para fomentar sus intereses económicos y
sociales”67.
De esta forma, resolviendo un caso concreto sostuvo que, “(s)i bien las huelgas de
naturaleza puramente política no están cubiertas por los principios de la libertad
sindical, los sindicatos deberían poder organizar huelgas de protesta, en particular
para ejercer una crítica contra la política económica y social del Gobierno sin por ello
sufrir represalias”, precisando, que el motivo de estas movilizaciones fueron a
consecuencia de la preparación y adopción de proyectos de ley de índole económica y
social sin concertación previa con las organizaciones sindicales, ante lo cual el Comité
reitera “la importancia de una consulta previa con las organizaciones de empleadores y
de trabajadores antes de que se adopte cualquier ley en el terreno del derecho del
trabajo o, más en general, de una legislación que afecta a sus intereses71”.
Asimismo, en un caso en que la huelga general fue declarada como protesta contra una
ordenanza sobre conciliación y arbitraje y que estaba dirigida sin duda alguna contra la
política del gobierno, el Comité consideró que sería dudoso que las quejas pudieran
desestimarse basándose en que la huelga no era resultado de un conflicto laboral, ya que
los sindicatos estaban en conflicto con el gobierno en su calidad de empleador de
importancia, como consecuencia de una medida tomada por el mismo en materia de
relaciones de trabajo y que en opinión de los sindicatos limitaba el ejercicio de los
derechos sindicales72.
De esta forma, podemos concluir que las finalidades del derecho de huelga reconocidas
por el CLS van mucho más allá de la negociación de un convenio o contrato colectivo,
pudiendo extenderse a la defensa y promoción de los derechos laborales, sociales o
económicos de los trabajadores, sea que se vean afectados por medidas adoptadas por el
empleador o por políticas gubernamentales. No cabe duda entonces, que la regulación
contenida en el Código del Trabajo no puede ser óbice para que las organizaciones
sindicales puedan ejercer el derecho de huelga en defensa y promoción de sus intereses,
más allá de la negociación colectiva reglada.
69
Caso Nº 2340. Nepal. Informe Nº 336 del Comité de Libertad Sindical. Vol. LXXXVIII. 2005. Serie B, Nº 1. <en
línea>. <consultado el 14-09-2010>. Disponible en: www.ilo.org.
70
“La Libertad Sindical”. Recopilación de decisiones y principios del Comité de Libertad Sindical del Consejo de
Administración de la O.I.T. Ob. Cit. P. 116, párrafo 526.
71
Caso Nº 1851, Informe Nº 304 del Comité de Libertad Sindical. [en línea]. [consultado el 15-09-2010]. Disponible
en: www.ilo.org.
72
“La Libertad Sindical”. Recopilación de decisiones y principios del Comité de Libertad Sindical del Consejo de
Administración de la O.I.T. Ob. Cit. P. 117, párrafo 530.
Por ello, resulta imperiosa la necesidad de modificación y modernización del modelo de
relaciones laborales chileno toda vez que, a estas alturas, el statu quo hace cómplice al
Estado chileno de la violación flagrante al derecho de huelga en nuestro país.