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Teocracia (del griego θεός [theós], ‘dios’ y κράτος [kratos], ‘poder’, ‘gobierno:
«gobierno de Dios») es la forma de gobierno donde los administradores estatales
coinciden con los líderes de la religión dominante, y las políticas de gobierno
son idénticas o están muy influidas por los principios de la religión dominante.
Generalmente, el gobierno afirma mandar en nombre de la divinidad, tal como
especifica la religión local.
Índice
Historia
Culturas primitivas y primeras civilizaciones
Cesaropapismo e hierocracia en el cristianismo
Teocracia en el islam
Teocracia en el budismo
Teocracia en el sijismo
Ejemplos actuales
Ciudad del Vaticano
Estado Monástico Autónomo de la Montaña Sagrada (Monte
Athos)
Irán
Otros países islámicos
La teocracia en la literatura y el arte
Véase también La estatua denominada «Augusto de
Referencias Vía Labicana», que representa al
primer emperador romano, Augusto,
Enlaces externos
como pontifex maximus (el máximo
cargo religioso).
Historia
La dualidad del poder político y religioso aparece indisociablemente unida al nacimiento del Estado en las primeras
civilizaciones. En las ciudades sumerias se expresaba en distintos edificios, instituciones y funciones de templo y palacio (en,
ensi, patesi, lugal, etc.), que se desarrollaron por las civilizaciones mesopotámicas.9 El faraón en el antiguo Egipto era, a la vez,
sacerdote y representante de los dioses o dios él mismo; pero la teocracia de los sacerdotes egipcios se impuso en determinados
momentos de la prolongada historia de esta civilización (por ejemplo, en el periodo amarniense).10 La religión griega antigua era
ajena a la existencia de un dogma o de un clero diferenciado,11 y los cargos políticos mantenían funciones religiosas
(particularmente el de basileus); la anfictionía permitía la unidad de las antiguas
polis griegas en torno a unos santuarios comunes. La conquista del Próximo
Oriente por el imperio de Alejandro incorporó los usos sacrales de las
monarquías persa y egipcia (como la proskinesis), no sin escándalo. El
emperador romano, entre cuyos cargos estaban los sacerdotales como Pontifex
Maximus, terminó por asimilarse a la tradición divinizadora de la monarquía
helenística.
Teocracia en el islam
El califa fue, hasta la abolición del califato otomano en 1924, el máximo gobernante del Imperio islámico y, a la vez, «príncipe de
los creyentes» y jerarca máximo del islam, aunque solo era reconocido por un cierto sector, usualmente mayoritario, de los
musulmanes, generalmente dentro del sunismo. La relación entre el poder político y el religioso en el islam es problemática,
puesto que no existe una diferencia conceptual entre ellos ni por tanto es posible una «separación Iglesia-Estado» (un lema
recurrente es: «el islam es religión y es Estado» -en árabe dīn y daula-); de modo que es habitual calificar de teocracia al gobierno
de los califas del Imperio islámico (que son definidos como «sucesores del profeta» o «comendadores de los creyentes»), o a los
movimientos que periódicamente pretendían restaurar la «pureza originaria» del islam (fatimíes, almorávides, almohades,
mahdistas, salafistas, etc.) Más obvio es denominar «teocrática» a la reacción islamista que depuso a gobiernos «laicos»
estableciendo sistemas políticos como el de la revolución iraní (desde 1979), controlada por los ayatolas, a la época del Estado
Islámico de Afganistán de los talibán (1992-2001) o al establecimiento en zonas de Siria e Irak del llamado Daesh o Estado
Islámico (que pretende ser reconocido como califato de obligada obediencia para todos los musulmanes, desde 2014).
Véanse también: Islamismo, Yihadismo, Estado islámico, República islámica y Monarquía islámica.
Teocracia en el budismo
El Dalái Lama era gobernante monárquico de Tíbet hasta la invasión de China en 1951 y, a su vez, también era el máximo líder
religioso del Imperio mongol tras la declaratoria de «religión oficial» del lamaísmo por Altan Kan y, posteriormente, en los países
y regiones donde el lamaísmo o budismo tibetano era predominante, Bután, Ladakh, Tuvá, etc., pero sin ser reconocido como
líder por otras escuelas budistas dentro del mundo budista. Lo mismo puede decirse del gobierno del Bogd Khan en Mongolia.
Teocracia en el sijismo
El Imperio Sij de la India fue una forma de gobierno teocrática durante su existencia.
Ejemplos actuales
Ciudad del Vaticano
La forma de gobierno de la Ciudad del Vaticano es una «teocracia» o «hierocracia»18 en cuanto a su legitimación religiosa y
composición clerical, y también como «monarquía electiva» en cuanto a su jefatura, que, en términos de limitación del poder, es
«absoluta». Aunque desde el Concilio Vaticano II se ha procurado eludir esa identificación, en términos institucionales y
efectivos se mantienen intactas las competencias papales y la teoría justificativa de su legitimación.19
El papa ejercía poder político directo sobre el Patrimonium Petri o Estados pontificios, un conjunto de territorios en el centro de
Italia que incluían la Santa Sede en la ciudad de Roma, y que aunque se pretendían remontar a una presunta donación de
Constantino (siglo IV) no existieron más que como concesión del Imperio carolingio y sus sucesores desde los siglos VIII al XI,
siendo propiamente independientes desde la reforma gregoriana (1073-1085). Se liquidaron con las guerras napoleónicas y la
unificación italiana del siglo XIX, restringiéndose desde 1870 a un espacio muy limitado (la Ciudad del Vaticano) cuya condición
estatal quedó fijada en los Pactos de Letrán con Mussolini en 1929.
Irán
En Irán, tras la Revolución Islámica de 1979, se estableció una teocracia chiíta21 con la denominación de república islámica,
inspirada en el libro del ayatolá Jomeini Gobierno islámico (en persa Velayat-e faqih وﻻﯾﺖ ﻓﻘﯿﻪ, publicado en 1970,
probablemente, el más influyente documento escrito en los tiempos modernos en favor de la teocracia). La Constitución de la
República Islámica de Irán es confesional, reconociendo la soberanía a Dios y no al pueblo, y declarando el predominio de los
textos y tradiciones sagradas (el Corán la Sunna y la Sharía) sobre cualquier decisión de las instituciones políticas (gobierno,
parlamento o tribunales), aunque éstas se constituyan tras procesos que incluyen la votación popular, que en todo caso siempre
están sometidos a un filtrado que garantiza que todos los candidatos sean fieles a los principios de la revolución islámica. Un
órgano de gobierno clave, el Consejo de Guardianes (compuesto por clérigos y juristas musulmanes designados por el Líder
Supremo y el parlamento), debe velar por el cumplimiento de los principios religiosos que identifican la revolución. La jefatura
del Estado corresponde al Líder Supremo de Irán, elegido por la Asamblea de los Expertos (compuesta por clérigos elegidos por
votación popular, pero tras un proceso de filtrado). El Gobierno de Irán, presidido por el Presidente de Irán (elegido por voto
popular cada cuatro años entre candidatos sometidos a un proceso de filtrado), ejerce el poder ejecutivo (limitado por el Consejo
de Guardianes, que puede vetar cualquier decisión, y reservando cuestiones clave de política de defensa y exterior y la política
nuclear al Lider Supremo) y sus miembros son responsables ante el parlamento. El poder legislativo (limitado por el Consejo de
Guardianes, que puede vetar cualquier decisión) es ejercido por un parlamento unicameral, la Asamblea Consultiva Islámica,
cuyos miembros son elegidos por votación popular cada cuatro años entre candidatos sometidos a un proceso de filtrado.
Marruecos, definido como una monarquía El papel que el ordenamiento legislativo otorga a la religión
constitucional, tiene a su rey como líder espiritual con es de grado diferente en cada uno de los países
el título de Príncipe de los creyentes, además de musulmanes; aunque las declaraciones constitucionales
pueden quedar desfasadas por la realidad (por ejemplo,
reconocérsele en la propia Constitución de 2011 el
Turquía sigue siendo oficialmente laica a pesar de que su
poder supremo y el control efectivo de las instituciones
gobierno sea «islamista moderado», mientras que Sudán
políticas.22 sigue sin tener una declaración constitucional islámica,
pese a que su gobierno sea «islamista radical»). Tampoco
Véase también: Política de Marruecos puede identificarse con su amistad o enemistad con las
Sudán se constituyó en una teocracia en 1986 bajo la potencias occidentales: las monarquías del Golfo
dirección de Sadiq al-Mahdi, descendiente del Mahdi (monarquías islámicas) están entre los principales aliados
de Estados Unidos, mientras que Irán (república islámica)
que lideró la guerra mahdista de finales del siglo
figura entre sus principales enemigos.
XIX.23 Posteriormente fue sustituido por Omar Hasán Estado islámico
Ahmad al Bashir, aunque se mantuvo la identificación Estado confesional
con un islamismo radical. Sin declaración
Estado laico
Véase también: Política de Sudán
En Pakistán el general Muhammad Zia-ul-Haq dio un
golpe de Estado en 1978, tras el que se impuso la «sharización» o «islamización». En 1979 se aprobaron las «leyes hudud», que
imponen los castigos hadd y tazir, propios de la sharia, para el adulterio, la fornicación extramarital -zina-, la acusación falsa de
esos delitos -qazf-, el robo o el consumo de alcohol. En todo caso, es el poder militar el de mayor peso en la vida política
pakistaní.
Véase también
Sharia (islámica)
Umma (islam)
Categoría:Religión y política Res publica christiana
Politología de la religión Agustinismo político
Reino de Dios Dos espadas
Cristo Rey (página de desambiguación) Poderes universales
Fundamentalismo Dominium mundi
Integrismo Conciliarismo
Religión civil Ultramontanismo
Estado confesional Fascismo clerical
Separación Iglesia-Estado Nacional catolicismo
Poder pastoral (concepto de Foucault) Democracia cristiana
Teología política Mayoría moral
Derecho religioso Neocon
Derecho eclesiástico Dominionismo
Derecho canónico (católico) Anexo:Ideologías políticas#Ideologías relacionadas
con la religión)
Referencias
1. Ficha en la web del Prado (https://www.museodelprado.es/coleccion/obra-de-arte/santo-domingo-y-los-albigense
s/8159c487-73ed-48ba-be82-591b40b843ba)
2. Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española (2014). «teocracia» (http://dle.rae.e
s/teocracia). Diccionario de la lengua española (23.ª edición). Madrid: Espasa. ISBN 978-84-670-4189-7.
3. Nuno Simoes, Flavio Josefo e a invençao da teocracia (http://www.uc.pt/fluc/eclassicos/publicacoes/ficheiros/hum
anitas52/08_Rodrigues.pdf), en Humanitas, 2000.
4. Silvio Ferrari, Voz Cesaropapismo (https://books.google.es/books?id=naHWtiYg5M0C&pg=PA217&dq=) en
Diccionario de política, Siglo XXI, 2000.
5. El estudio de ese componente es un tema clásico de la antropología: James George Frazer La rama dorada.
6. "Influencia del episcopado en la administración ó gobierno de las naciones" (Enciclopedia universal ilustrada
europeo-americana (https://books.google.es/books?id=FZZDAQAAMAAJ), 1907). No debe confundirse con el
episcopalismo (episcopalianos, Iglesia episcopal, Iglesia episcopal en los Estados Unidos; "sistema religioso que
niega la primacía del Papa, pero conservando el episcopado y la jerarquía eclesiástica" (Enciclopedia jurídica
española, 1910, pg. 374 (https://books.google.es/books?id=vZcyAAAAIAAJ))); rama del protestantismo opuesta
al presbiterianismo (presbiterianos).
7. Ran Hirschl, Constitutional Theocracy (https://books.google.es/books?id=OgIhbPBWlkwC&pg=PA48&lpg=),
Harvard University Press, 2010:
Ante el tremendo incremento del apoyo popular a los principios del gobierno teocrático y la
expansión global del constitucionalismo, un nuevo orden legal y político ha emergido: la
teocracia constitucional. ¿Qué es la teocracia constitucional? En una pura teocracia (por
ejemplo el estado islámico visionario del profeta Mahoma a comienzos del siglo VII o su
emulación por el Sudán mahdista a finales del siglo XIX) el lider religioso supremo es
también el mayor líder político. La ley proclamada por el gobernante también considerada
una revelación divina y por tanto la ley de Dios. En una eclesiocracia, concepto fuertemente
relacionado (por ejemplo la de la Ciudad del Vaticano), un liderazgo institucional religioso
está asentado confortablemente en la cúspide; los líderes religiosos asumen un papel
principal en el Estado, pero no reclaman ser instrumentos de la revelación divina. En
contraste, existe una separación formal en la teocracia constitucional entre el liderazgo
político y la autoridad religiosa. El poder en las teocracias constitucionales reside en figuras
políticas que operan dentro de los límites de una constitución más que de los del propio
liderazgo religioso. Se mantiene el reconocimiento constitucional de principios básicos tales
como la separación de poderes. La constitución también establece, como es típico, un
tribunal constitucional que tiene encomendado mantener alguna forma de control judicial
activo. Al mismo tiempo, las teocracias constitucionales desafían la doctrina fanco-
americana de estricta, estructural y sustancial separación de religión y Estado. Las
teocracias constitucionales, mediante modelos de «religión de Estado» o establishment,
apoyan, tanto formal como activamente, a una religión concreta. Un perenne punto de
discrepancia en el derecho constitucional y la política de la India ha sido el esfuerzo por
establecer el estatus jurídico personal uniforme [¿igualdad ante la ley?] en un país
formalmente secular pero marcadamente religioso. En media docena de estados indios,
estrictas restricciones sobre la conversión desde el hinduismo han sido introducidas en la ley
por el nacionalista hindú Bharatiya Janata Party (BJP). El desencuentro fundamental entre la
constitución laica turca y las inclinaciones religiosas manifestadas por la mayoría de los
turcos han ocasionado disputas y maniobras constitucionales en ese país. En países como
Israel (Estado judío), Sri Lanka, o partes de la antigua Yugoslavia, la afiliación religiosa está
estrechamente vinculada con las definiciones de etnicidad, nacionalidad y ciudadanía.
También podrían añadirse los regímenes políticos donde, a pesar de la separación formal de
Iglesia y Estado, la preeminencia largamente establecida y políticamente sistematizada de la
Iglesia católica y la moralidad centrada en la religión continúan proyectándose sobre la
arena constitucional. Las fronteras de facto, opuestas a las de iure, entre religión y Estado
en esos países son borrosas y están continuamente contestadas tanto por la esfera política
como por la judicial. Estos y otros regímenes del nuevo mundo de las teocracias
constitucionales luchan con cuestiones de naturaleza profundamente fundacional, y se
obligan a navegar entre el cosmopolitismo y el parroquialismo, las metanarrativas
modernizadora y tracidional, los principios constitucionales y las directivas religiosas, la
gobernanza contemporánea y los antiguos textos, y las interpretaciones jurídicas o
piadosas.... Estas tensiones son evidentes en virtualmente todos los aspectos de la vida
pública... Todos estos países enfrentan las fuentes de la fricción inherente en una teocracia
constitucional... los intelectuales populistas y los medios de comunicación occidentales
tienden a retratar la expansión del fundamentalismo en el mundo en desarrollo como un
fenómeno casi monolítico, acelerado y generalizado. La formulación más frecuente es una
supuesta dicotomía en la que Occidente es principalmente laico y moderno, mientras los
países no occidentales son principalmente religiosos y tradicionalistas. Según esta
aproximación «civilizacional», en la cristiandad se ha establecido profundamente una
distinción entre religión y Estado, pero tal cosa no existe en las demás religiones, y
ciertamente no en el islam. Más aún, en contraste con la representación occidental de la
religión como un asunto privado y relativamente benigno, las religiones «politizadas» son
representadas como una amenaza a la razón y un impedimento al progreso. El mundo
islámico, en particular, ha sido el blanco principal de esta crítica. Donde Occidente es
caracterizado por su constante búsqueda de modernidad y progresismo, el islam y los
musulmanes son cada vez más representados como aislados y anticosmopolitas. Tras los
atentados del 11 de septiembre de 2001, los medios de comunicación de masas retrataron a
las sociedades islámicas como unidas por su celo religioso y sentimiento antiliberal. La
realidad, no obstante, es más compleja y gradual, con el eje secular/religioso como un
continuo ni binario ni dicotómico.
8. Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española (2014). «clericalismo» (http://dle.ra
e.es/clericalismo). Diccionario de la lengua española (23.ª edición). Madrid: Espasa. ISBN 978-84-670-4189-7.
9. Las instituciones sumerias (http://www.historiaantigua.es/sumer/institucionessumerias/institucionessumerias.html)
en historiaantigua.es
10. Breve historia de la religión egipcia (http://egiptologia.org/?p=265) en eiptologia.org
11. Salvador Pániker, Filosofía y mística: Una lectura de los griegos (https://books.google.es/books?id=Q9UgWf4MN
B4C&pg=PA87&dq=), pg. 87:
Religión sin dios único, sin Iglesia, sin clero, sin dogma, sin credo, sin promesa firme de
inmortalidad, la de los griegos era, ante todo, una religión cívica, orientada hacia la vida
terrestre y a la realización humana. Dejando a un lado las minoritarias sectas órficas, que
enseñaban el repliegue hacia la interioridad, la religión griega se limitaba a sancionar los
deberes del ciudadano con el Estado. Por otra parte, ya desde los poemas homéricos, que
reflejan la primera tradición indoeuropea, sabemos que los dioses que moran en el Olimpo
bajo el gobierno monárquico de Zeus no son otra cosa que la contrapartida celeste de los
príncipes guerreros de la tierra. Son dioses que forman parte de la comparsa cósmica como
proyecciones de fuerzas humanas. En todo caso, en Grecia, al no haber ortodoxia tampoco
pudo haber herejía. A Sócrates, ciertamente, le acusaron de impiedad; pero el trasfondo era
político.
12. Europa: proyecciones y percepciones históricas; Ángel Vaca Lorenzo, R. Tamales —Universidad de Salamanca
— (P. 46)
13. Alejandro Masoliver, Historia del monacato cristiano (https://books.google.es/books?id=8XIkXOE0DRcC&pg=PA7
8&dq=), pg. 78
14. Britannica Enciclopedia Moderna (https://books.google.es/books?id=YficAAAAQBAJ&pg=PA470&dq=), pg. 470.
John Cotton, Richard Mather, Increase Mather y Cotton Mather, citados en [Theocracy and theocratic literature in
the history of American literature Theocracy and theocratic literature in the history of American literature]
15. Enciclopedia jurídica (http://www.enciclopedia-juridica.biz14.com/d/hierocracia/hierocracia.htm)
16. Pedro Piedras, Max Weber y la crisis de las ciencias sociales (https://books.google.es/books?id=NKOz58lp81YC
&pg=PA195&dq=), pg. 195.
17. Joao Morais Barbosa, Fundamentos Teóricos da Hierocracia no Pensamento Político da Baixa Idade Média (http
s://books.google.es/books?id=Aoh2I2CRk0oC&pg=PA151&dq=), Coimbra, 1992, pg. 151
18. Uso bibliográfico de "teocracia vaticana" (https://www.google.es/webhp?sourceid=chrome-instant&ion=1&espv=2
&ie=UTF-8#tbm=bks&q=%22teocracia+vaticana%22), "Vatican theocracy" (https://www.google.es/webhp?sourcei
d=chrome-instant&ion=1&espv=2&ie=UTF-8#tbm=bks&q=%22vatican+theocracy%22) y "hierocracia vaticana" (h
ttps://www.google.es/webhp?sourceid=chrome-instant&ion=1&espv=2&ie=UTF-8#tbm=bks&q=%22hierocracia+v
aticana%22), con ejemplos de Rubén Darío, Luis Antonio de Villena, Julio Pinto, Cristián Buchrucker, MacGregor
Knox, Milan Zafirovski, etc.
19. Pedro V. Escobar, Eclesiología II: guía de estudio (https://books.google.es/books?id=cVX9Qd1ZMr4C&pg=PA166
&dq=), Universidad Iberoamericana, 1996.
20. John Ranson García, La Santa Sede como sujeto del Derecho internacional (http://revistamarina.cl/revistas/2003/
1/Ranson.pdf), en Revista Marina.
21. Uso bibliográfico de la expresión "teocracia iraní" (https://www.google.es/search?tbm=bks&hl=es&q=%22teocraci
a+iran%C3%AD%22), con ejemplos de Juan Luis Recio Adrados, Adam Michnik, Christopher Hitchens, Ángela
Rodicio, etc.
22. Abdelhamid Adnane, Entre la tradición y la racionalidad constitucional en Marruecos (Despliegue y Articulación
del poder) (http://revistas.uned.es/index.php/derechopolitico/article/viewFile/9133/8726), Revista de Derecho
Político - UNED, nº 79, septiembre-diciembre 2010, págs. 173-200:
La Bay’a -Baya Bai'a o Bay'ah ﺑَﻴْﻌَﺔ- es una institución teocrática, fundadora de un Estado
teocrático, presidido por una magistratura teocrática, en la que interviene un colegio
electoral de índole teocrática. En este marco la representación es, claro está, de naturaleza
teocrática, y legitima una obediencia del mismo signo. [nota del autor: A pesar de que
discreparan sobre los límites de la obediencia, Sunitas y Chiitas están de acuerdo sobre su
obligatoriedad. La tesis Chiita goza de una gran coherencia porque, concibe el Imam como
ser infalible, por lo que la observancia de sus mandatos se revela obligatoria. De ello se
infiere que la estructura del pensamiento Chiita supone la obediencia. Pero, en el caso
Sunita el Califa carece de esta facultad atribuida por los Chiitas al Imam. No obstante el
Califa Sunita explota la estructura ideológica Chiita, no a nivel causal (la infalibilidad o el
texto) sino a nivel del resultado (la obediencia), lo que permite decir que la función del
pensamiento Sunita, en lo referente a este punto, era correr detrás de razonamientos que
llevasen al mismo resultado, a base de pruebas legales] Marruecos es el único país en el
mundo en el que la Bay’a conserva su vigencia en el sistema de legitimidad y a que sus
consecuencias pueden palparse en la configuración y el funcionamiento del régimen.... En
cuanto al procedimiento de designación del califa denominado Bay’a, la tesis suní implica la
participación de unos electores cualificados denominados «los que atan y desatan», noción,
un tanto etérea e imprecisa, de una élite que, según los jurisconsultos, debe reunir
condiciones de honorabilidad, justicia, ciencia y sagacidad en los dictámenes… Mientras
que el planteamiento chií sostiene su carácter hereditario y no electivo. La discrepancia
respecto del número de electores necesario para constituir un Imamato legítimo divide, a su
vez, a los suníes en dos grupos de opinión. El primero exige la participación y el acuerdo
entre los que atan y desatan en todos los territorios musulmanes, en aras de generalizar al
máximo el consentimiento, mientras que el segundo reconoce como legítima la elección de
un cuerpo electoral a condición de que su número no sea inferior a tres electores. Esta
institución, considerada como un contrato sinalagmático basado en el consentimiento y cuyo
objetivo es ser la fuente de legitimidad del gobierno, articula un sistema de representación
de índole teocrática, en cuya virtud el cuerpo electoral, los que atan y desatan, [Nota del
autor: Texto de la última Bay’a celebrada en Marruecos mediante la que se juró fidelidad al
nuevo Rey Mohamed VI: «( …) Sus altezas los príncipes, los ulemas de la nación, los
grandes hombres del Estado, los diputados de la nación y sus consejeros, los jefes de los
partidos políticos y los oficiales superiores del Estado Mayor General de las Fuerzas
Armadas Reales, abajo firmantes (…) presentan su acatamiento legal a su sucesor y
heredero, su majestad Amir Al Muminin, sidi Mohamed Ben el Hassan (…) «, Periódico «la
Mañana del Sahara y del Magreb». Nº 2697, Sábado 24 de julio de 1999.] atribuye el poder
de dirección al Emir proclamándolo como jefe del Estado musulmán. Las obligaciones
mutuas asumidas por las partes dan lugar, en caso de incumplimiento, a la petición de
responsabilidades. Extrae su fundamento tanto del Corán como del consenso de la nación
tras la muerte del profeta. El Corán dispone en este sentido que «Por cierto que quienes te
juran fidelidad, juran fidelidad a Dios. La mano de Dios está sobre sus manos, pero quien
perjure, perjurará en perjuicio propio; en cambio, quien cumpla lo que haya pactado con
Dios, él le concederá una magnífica recompensa». [Nota del autor: El Corán. La Victoria,
10.] En árabe se llama Bay’a, cuya traducción sería «juramento de obediencia» o
«juramento de fidelidad». El término Bay’a deriva de una raíz que significa «trocar», y de
ahí, comprar y vender. En el lenguaje comercial, el término usado para la venta es Bay’'. En
la literatura política se emplea dicho vocablo en sentido de acuerdo contractual entre el
gobernante y los gobernados, en virtud del cual ambas partes se obligan mutuamente,
asumiendo ciertos compromisos y reconociéndose recíprocamente derechos y facultades.
Se suele distinguir, según la composición del cuerpo electoral, entre la Bay’a publica y la
privada. La primera se celebra por todo el pueblo sin distinción alguna, tal como ocurrió en el
caso del primer Califa del profeta, y cuyo lugar de celebración fue en la mezquita, el día
siguiente de recibir la confianza de los que atan y desatan, con el prurito de solicitar la
ratificación de dicha elección. En cuanto a la Bay’a privada se suele suscribir únicamente
entre el candidato y los que atan y desatan. La puesta en escena del pacto de la Bay’a ha
ido evolucionado con el paso del tiempo partiendo de una fórmula sencilla aplicada por el
profeta, consistente en un apretón de mano entre él y cada uno de los ahí presentes, salvo
para la Bay’a de las mujeres en la que dicho pacto se suscribía de modo verbal, pasando a
culminarse, en la época de los cuatro primero sucesores, por un discurso dirigido al pueblo,
hasta llegar a convertirse en un ritual mucho más solemne y ceremonioso. En definitiva, el
pacto queda, de un modo u otro, cerrado entre el Califa y todos los musulmanes que vienen
a constituir la Umma. La tradición cuidó de que los términos del pacto fueran recogidos por
escrito en un documento al que se da publicidad en aras de facilitar su conocimiento y
asegurar, de este modo, su pleno cumplimiento. Con el tiempo, y una vez acabada la
primera contienda mundial y el derrocamiento del sultán por parte de los nacionalistas
turcos, el Califato queda abolido en 1923 por la gran asamblea nacional turca, y de ahí que
dicho pacto pasara a cerrarse entre cada Emir y su comunidad nacional. En el caso de
Marruecos, [nota del autor: En Marruecos, esta institución, heredada del derecho tradicional,
además de consistir en un ritual (24 de julio de cada año) que testimonia de la renovación de
la confianza, participa en la conformación del orden constitucional. Gran parte de la doctrina
le atribuye el carácter de costumbre constitucional. Resulta poco atinada esta calificación
por cuanto la citada institución no fue fruto de la práctica política, sino que es considerada
como la premisa determinante del contenido particular del orden constitucional en el país. Es
un documento que, siempre formulado con claridad y concisión, desempeñaba el papel de
«Constitución» escrita en la época preconstitucional. Establece las relaciones entre ambas
partes, recoge sus obligaciones y sus derechos, y describe las reglas fundamentales sobre
las que debe descansar el gobierno] es un documento escrito expuesto públicamente en el
mausoleo de Moulay Idris y que, desde la entrada en vigor de la primera Constitución en
1962, se publica en el Boletín Oficial del Estado.... el proceso de legitimación del poder en el
Islam, así descrito, supone una concepción original de la representación que, si en el Estado
Constitucional va unida indefectiblemente a la elección, en la forma de organización política
basada en la Bay’a supone un replanteamiento de la naturaleza del cuerpo de los que atan y
desatan por cuanto entre los criterios que deben reunirse para pertenecer a este cuerpo,
que hace presente al pueblo, no figura, expresis verbis el haber sido elegido por el cuerpo
electoral para desempeñar dicho cometido.
Enlaces externos
Wikcionario tiene definiciones y otra información sobre teocracia.
Wikiquote alberga frases célebres de o sobre Teocracia.
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