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Agustín Ballester

Parcial domiciliario Historia Antigua I (Oriente)

Pregunta Andiñach
2. El judaísmo tiene origen en el primer milenio antes de Cristo y es la religión
Abrahámica más antigua, esto quiere decir que es la primera religión que se basa en los
relatos de Abraham, y por ende es la precursora del Cristianismo y el Islam. El
Judaísmo es llamado “La Religión del Libro”, puesto que se basa enteramente en sus
textos sagrados, llamados Tanaj o, como lo llaman los cristianos, el antiguo testamento
o Biblia Hebrea. Dentro del Tanaj la compilación de libros más importante es la Torá
también conocido como el Pentateuco. Dentro de la Torá están las leyes Judías o Halajá,
las cuales son seguidas por todas las ramas del Judaísmo.
El Judaísmo posee 3 ramas principales: los Ortodoxos, los Conservadores y los
Reformados. El Judaísmo Ortodoxo es la rama que sigue al pie de la letra las leyes de la
Torá, aunque hay una subdivisión, los Ortodoxos Modernos, que buscan adaptar sus
prácticas a la sociedad actual. Los ortodoxos son, a su vez, la rama que menor
integración y libertad permite a la mujer. El Judaísmo Reformista sería el extremo
opuesto al ortodoxo, ya que se enfoca en la libre interpretación del Tanaj y las leyes,
además de no ser tan estrictos con el cumplimiento de las mismas y de permitir un rol
más protagónico de las mujeres, siendo esta rama la que permitió por primera vez la
formación de mujeres Rabinos. El Judaísmo Conservador surge como una respuesta a
los reformistas y es una síntesis entre estos y los ortodoxos. Los Conservadores aceptan
la Halajá como una guía para la vida, una aceptación de las prácticas modernas y toman
en cuenta tanto las interpretaciones tradicionales del Tanaj hecha por los Rabinos como
las nuevas investigaciones hechas por críticos y académicos.
Agustín Ballester

Pregunta Tebes
2. La concepción del monarca Egipcio, llamado Faraón, varia con el paso de las
dinastías, pero su fundamento principal se mantiene igual desde el reinado del faraón
Narmer sobre el alto y bajo Egipto hasta la caída de los faraones egipcios. Los faraones
eran Dioses, eran la Forma corpórea del Dios Horus en la tierra y al morir se convertían
en el dios Osiris, para luego ser momificados y resucitados. “El nombre de «Horus» fue
el primero en aparecer («dinastía 0») y se escribe siempre dentro de un serekh (fig.
3.23.C); viene a significar «El poder divino de la realeza [= Horus] está encarnado por
la persona que reside en el palacio»” (Parra, 2009, p. 23).
Pero los reyes de la Mesopotamia eran vistos de manera distinta, ya que en vez de ser
dioses eran una “clase dirigente Laica” (Liverani, 1995, p. 148), es decir que estos no
eran ni encarnaciones ni representantes de los dioses, sino que eran gobernadores cuya
legitimidad se encontraba en los dioses. Sus responsabilidades venían en dos grupos,
“uno divino y uno real” (Liverani, 1995, p. 158), esto quiere decir que el rey se veía
obligado a realizar las tareas organizativas (defensa y desarrollo de la ciudad y sus
territorios adyacentes), pero todo aquello que se creía que estaba en manos de los dioses
(el resultado de las cosechas o la fertilidad del ganado, por ejemplo) se debía conseguir
a través del culto a los dioses. El rey estaba obligado a atender a las festividades
religiosas y a realizar ofrendas a los dioses, porque si no se arriesgaba a sufrir un castigo
divino y se aseguraba la desaprobación del pueblo. “El dios dejara de favorecer las
cosechas o proteger a la ciudad cuando el rey (representante de la comunidad humana
ante el mundo divino) haya cometido alguna infracción” (Liverani, 1995, p. 158).
Agustín Ballester

Bibliografía
Liverani M., 1995, El Antiguo Oriente. Historia, Sociedad y Economía. Barcelona.
Editorial Crítica
Parra J. M., 2009. El Antiguo Egipto. Madrid Sociedad, Economía, Política. Madrid.
Marcial Pons
Valdés Piñeiro R., 2014 La concepción del gobernante en la cultura egipcia y
mesopotámica antiguas, durante el tercer milenio.

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